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MAX SCHELER (1875 – 1928)

Fue el fundador de la antropología filosófica; si bien Sócrates fue el primero en dar el giro
antropomórfico ,seguido luego por Kant con su pregunta ¿Qué es el hombre?. La antropología
filosófica se forma sobre esta pregunta y es la rama de la filosofía que hace el lazo con la psicología.
Scheler es quien retoma la idea Kantiana (¿Qué es el hombre?), enfrentándose a Heidegger, quien
considera a la antropología filosófica como una rama menor de la filosofía (Heidegger toma a la
ontología como rama principal). El hecho de que Heidegger la haya valorado negativamente, le da un
cierto estatuto (ya que nos elige a un enemigo así porque sí , sino porque posee cierta altura para serlo).
Para Scheler (al igual que Nietzsche) toda cuestión positiva esconde algo negativo, y viceversa.

La idea del Hombre y la historia

Scheler es un teórico de la axiología (rama de la filosofía que se encarga de la valoración de las


cosas). Influido por el sistema dialéctico triádico Hegeliano (como todo pensador alamán del siglo
XIX), Scheler propone que hay momentos históricos que, cuando son importantes, generan una
idea del hombre; o sea que, la idea del hombre se desprende de la historia.
Llega a esta idea luego que Dilthey propusiera (partiendo de la dialéctica Hegeliana y diciendo
que es algo que a Hegel se le escapó) que no hay manera de no ver hacia atrás una serie de
manifestaciones dialécticas encadenadas que dan forma al presente. O sea que, la historia se
mueve de manera dialéctica.
Scheler habla de cinco concepciones (o ideas del hombre, las que considera inherentes a la
esencia del hombre.

- Hombre religioso: La tradición y creencia en un ser superior se debe a una imposición debida a
las propias debilidades del hombre, quién deposita en este Dios (o Dioses) omnipotente la culpa
de todo lo que le ocurre.
Cassider habla de concepción mítico-religiosa, ya que todas las religiones se apoyan en relatos
(mythos). La narración es la primera respuesta que el hombre se da a las primeras preguntas
fundamentales de la vida (por ej. ¿Por qué hay algo en lugar de nada?). La narración tiene un
poder terapéutico, tranquilizador; y amplifica (por desplazamiento) el mecanismo de la metáfora.
Se da cuenta que las religiones han percibido algo que los narradores no habían visto: la narración
es una respuesta tranquilizadora que genera ritos (comportamientos que avalan el mito). La suma
de mito y rito generan más prohibiciones que premios. Las religiones captan que a la gente no le
gusta que le prohíban (castigos) sino que la premien; por lo que a las prohibiciones le endosan
premios(el cielo, etc.). Estableciéndose así (con la religión como mito de base) el sistema de
premios y castigos; a lo que le adosan el sentimiento religioso, la fe; o sea, la adopción dogmática
del mito sin confrontarlo.

- Homo sapiens : El hombre se diferencia de los animales a partir de la razón, la que pasa a ser
una especie de Dios conceptual (Sócrates, Platón, etc . El hombre posee razón y habilidades que se
desprenden de ella, las que el animal no puede alcanzar.
Si todo lo racional es real, y todo lo real es racional (Hegel)entonces todo está conectado con todo;
lo que hace que exista una inteligencia racional que lo abarca y conecta todo. Se trata del origen
del panteísmo, o sea un Dios que forma parte de la naturaleza.
La no existencia de un Dios absoluto sino conceptual genera tensión con la concepción religiosa,
enfrentándose de este modo la creencia (el pensamiento) a la fe.

- Homo faber: Se trata del hombre hacedor. Una suerte de condensación de tendencias
naturalistas, positivistas y pragmáticas. Esta concepción sostiene que el hombre no es
esencialmente distinto a la naturaleza, sino que hay una mínima diferencia de grado. El hombre es
un animal que ha derivado más energía a su cerebro (por perder la batalla contra el animal). Es
una concepción instintiva (el hombre posee instinto de conservación, etc.) e instrumental (fabrica
útiles según su necesidad). Es una teoría esencialmente Darwiniana.

Tanto el homo religioso como el sapiens como el faber, todos tienen un motivo para aniquilar a su
oponente. El religioso por la fe, el sapiens por discrepancias intelectuales y el faber por las
materias primas. Sapiens y faber son socios en el delito (vos pensalo que yo lo hago).
La separación en estas categorías tiene una finalidad didáctica, ya que están imbricadas en
muchos puntos.
A lo largo de la historia cada una ha tenido sus momentos de apogeo y declinación. Esto ha
generado roce y tensiones responsables de matanzas con la finalidad de imponerse.
A estas tres concepciones se las denomina positivas (no a modo de valoración moral) ya que
defienden su postura con algún tipo de argumentación (válida o no). La cuarta categoría (el hombre
decadente) es considerada negativa, ya que no defiende su postura sino que critica a las demás.
- Hombre decadente : Critica a las otras tres concepciones porque estas se justifican a través de
matanzas y su finalidad es reaccionar ante las amenazas y busca mecanismos de seguridad por no
poder o no atreverse a afrontarlas. La ausencia de cuestionamiento a las estructuras
(complacencia) es el principal indicio de decadencia.
Al religioso lo trata de decadente porque justifica sus culpas y accionar a través de un Dios
omnipotente y responsable de todo lo que pasa.
Al sapiens porque su principal bastión es la ley, la que permite (avala) que seamos sapiens. La ley
no prohíbe sino que promete un castigo a futuro si no se cumplen determinadas condiciones; y el
homo sapiens determina su accionar no de acuerdo a como cree que debe actúa, sino ateniéndose
a las consecuencias que sus actos le depararan ante la ley.
Al faber porque al tratar de saciar sus instintos se volcó a construir de manera infinita, de manera
tal que destruye el medio ene l que vive (algo que ningún animal hace).
La concepción decadente ha generado la mayoría de los sistemas revisionistas (feminismo,
defensa de los animales, antirracismo, hipismo, etc.) los que aparecen como focos aislados que se
enfrentan a las estructuras de poder.

- Existencialismo : Solo lo enunció, ya que no pudo llegar a desarrollarlo antes de su muerte.

JEAN PAUL SARTRE


Existencialismo:
Más que una concepción del hombre, se trata de una filosofía. Nace con Kierkegard, quien
cuestiona al sistema hegeliano el no haber contemplado al hombre real. O sea, la vivencia de la
existencia. Kierkegard dice que Hegel tomo al hombre como concepto , sin captar que cada
hombre posee algo que le es propio e intransferible; esa relación de uno consigo mismo que lo
hace individual (lo que Heidegger llamase disposicionalidad). O sea que, en Hegel no hay idea de la
existencia como vivencia individual.
El presupuesto básico del existencialismo es “la existencia precede a la esencia” se opone a la
estructura de abstracciones hegelianas, donde prima la esencia.
El hombre, “esencialmente” es nada. Se va construyendo todo el tiempo a partir de su acción y
elección; no existiendo esencia (Dios, etc.) que lo construya de manera preestablecida.
A partir del estado de yecto, nos encontramos arrojados al mundo (o sea todo empieza con una
acción), pero no aun mundo conceptual, sino a un mundo real, en una situación concreta, en la
cual uno tiene la posibilidad de elegir; si bien no se trata de una libertad absoluta ya que está
condicionada por las circunstancias (libertad dentro de una cárcel). Por lo tanto, toda acción
implica subjetividad.
Critica a aquellos filósofos que , como Diderot y Kant, si bien suprimen la idea de Dios, no dejan de
lado la idea de que la esencia precede a la existencia; o sea, que el hombre posee una naturaleza
humana preestablecida. Mientras que en realidad es la existencia la que precede a la esencia. O
sea que, el hombre empieza por existir (surge en el mundo) y recién luego se define. O sea que
empieza por ser nada, y luego se define a sí mismo a partir de su proyecto.
El existencialismo se maneja dentro de términos de individualismo, y no en términos cuantitativos,
por lo que no puede ser contemplado de manera sociológica.
Se suele hablar del existencialismo como una filosofía adolescente, ya que es a partir de la
adolescencia (con la aparición de los primeros cuestionamientos y proyectos) donde se percibe
por primera vez la relación con uno mismo (algo que el niño no llega a percibir).
Siempre estoy eligiendo, hasta cuando no elijo; ya que en este caso decido dejar que los demás
elijan por mí. Si bien no elegí existir, puedo elegir no seguir existiendo, por lo cual el
existencialismo es la única filosofía que no cuestiona el suicidio.
Las elecciones pueden realizarse de manera propia (siguiendo al Dasein) o impropia (siguiendo al
Dasman). La realización de elecciones impropias de manera repetida constituye lo que Sartre
llamo “actuar de mala fe”.
La angustia es inherente a la acción. Hay dos tipos de angustia: la angustia residual y la angustia
existencial. La angustia residual es la cotidiana; y nace a partir de tomar conocimiento que cada
elección que hacemos implica abortar las infinitas posibilidades que se brindaban hasta el
momento de haber elegido. La angustia existencial nace a partir del miedo a la nada que
representa en tener conocimiento de que indefectiblemente vamos a morir. Los otros miedos, al
estar focalizados en algo, son manejables; mientras que el miedo a la nada no puede manejarse. Si
este llega a tornarse intolerable aparece lo que Sartre llama “ la nausea”.
La existencia es el hiato que hay entre dos nadas. La existencia es fruto de innumerables
circunstancias que debieron producirse y todo el tiempo estuvieron a punto de no llegar a
producirse, por lo cual el solo hecho de existir es un triunfo sobre la nada, la que posee un poder
casi infinito. El hecho de tener que hacerme cargo de mi propia construcción humana sin la
posibilidad de aferrarme a una esencia previa (Dios, etc.) nos deja solos y sin excusas.
Sartre defiende al existencialismo de las críticas diciendo que lo que asusta es que propone la libre
elección del hombre sobre sus actos. Ni siquiera puede usarse como excusa el hecho de obrar de
acuerdo a los sentimientos, ya que estos se construyen con los actos que se realizan, por lo cual no
puedo consultarlos para guiarme. Así mismo, el hecho de elegir un consejero para mis actos
implica compromiso, ya que como no todos los consejeros opinaran igual, es en la propia elección
de tal o cual consejero que ya estoy actuando.
El existencialismo no avala todo, lo que hace es describir el estado de la cuestión sin criticar ni
oponerse a nada. Todo es posible, todo puede ser. La vida es absurda. Todo existe y ocurre porque
sí, sin un plan previo; sin explicaciones posibles. Todo fluye de manera temporal.
Sartre postula que el hecho de ser un ser subjetivo que se hace a sí mismo, implica también una
responsabilidad de hacer al resto de los hombres. Ya que si cuando elijo algo lo hago pensando
que es lo mejor para mí, es porque pienso que eso es la mejor de las posibilidades, lo que por lo
tanto también habrá de serlo para el resto de los hombres. O sea que creándome a mí, estoy
creando cierta imagen del hombre que yo elijo, por lo tanto estoy creando a la humanidad entera.
Lo que implica una gran responsabilidad, ya que al obrar debe tenerse en cuanta la
responsabilidad de mis actos ante la posibilidad de lo que pasaría si todo el mundo obrase tal y
como yo lo hago. La responsabilidad no se enuncia verbalmente, sino vivencialmente, o sea no con
el discurso sino con los actos. O sea que soy aquello que hago, y no aquello que digo ser.
Sartre postula que solo puedo actuar de acuerdo a aquellas cosas que solo dependan de mí, sin
poder contar con nada más, y a eso lo llama “actuar sin esperanza”. O sea que, no debo actuar
presuponiendo que determinados hechos van a sucederse, ya que existe la posibilidad de que
estos no sucedan.
Si cada uno es responsable de sus actos, y por lo tanto de su vida, no es posible esgrimir la escusa
de que uno no fue o hizo tal o cual cosa porque las circunstancias no lo ayudaron. Uno solo es lo
que ha construido de sí mismo, el resto son solo posibilidades que no han sido y por lo tanto solo
suposiciones. O sea que no se nace (ya sea cobarde, héroe, genio, etc. ) sino que se hace.
En cuanto a la existencia de Dios, Sartre plantea que no existe tal Dios, pero que si existiese, nada
cambiaría ya que es el hombre quien se hace a sí mismo.
Para Sartre, la conciencia (el estado de conciencia) es una ficción temporal que fluye construyendo
escenarios útiles de carácter vital.
Para el existencialismo el sujeto visto sociológicamente es un perdedor, ya que por seguir su
disposicionalidad generalmente se le dificulta ser éxitoso, de acuerdo a los cánones sociales del
éxito, los que están regidos por el Dasman.
VIKTOR FRANKL

El sentido de la vida:
A partir de reunir todas las ideas existencialistas, Frankl da origen a una psicología (partiendo de
una filosofía), La logoterapia, o terapia del sentido (Logos = sentido). Postula que la mayoría de los
problemas del hombre parten de una voluntad de sentido no saciada.
A diferencia de lo que plantean todas las religiones, el existencialismos postula que no existe un
sentido de la vida predefinido. Para las religiones y la mayoría de las filosofías, el sentido está dado
por una figura primordial (dios, razón, etc.) generadora de una relación causa-efecto que da a la
vida un sentido lógico. El existencialismo, por el contrario, plantea que esto es algo abstracto (de
características lingüísticas) no relacionado con la realidad. Postula que el único sentido que tiene
la vida es el de ser vivida; reafirmando que la existencia precede a la esencia. Por lo tanto, el
sentido de la vida no es algo fijo y predeterminado, sino que es algo que se construye y cambia
todo el tiempo. En lugar de estar atado a una idea fija estaría atado a una suerte de motor inmóvil.
El término “sentido” posee dos raíces. Un proveniente del latín “sensus” que equivale a lo que
conocemos como “significado”. Otra (y es la que toma Frankl) proviene del germano “sino” y
equivale a “orientación”. La orientación está más cerca de la disposicionalidad.
Ante las adversidades el hombre que se deja vencer es aquel que suele no estar atado a ninguna
meta futura, y se ocupa solo de pensamientos retrospectivos. El hombre para poder vivir necesita
tener una visión hacia el futuro. Como dijo Nietzsche: “Quien tiene algo por que vivir, puede
soportar cualquier como”.
El hombre es el ser que siempre decide lo que es.
La primer fuerza motivante del hombre es la lucha por encontrarle un sentido a la propia vida, la
llamada voluntad de sentido. Este sentido es único y específico, ya que es uno mismo ,y solo uno
mismo, quien tiene que encontrarlo. Por lo tanto, no se trata de algo en términos generales, sino
que se trata del significado concreto de la vida de cada individuo en un momento dado. Solo en la
misma medida que el hombre se compromete al cumplimiento del sentido de su propia vida, es
que se autorrealiza. La autorrealización no puede alcanzarse cuando se la considera un fin en sí
misma.
Cuando la voluntad de sentido se frustra, la logoterapia habla de frustración existencial. En ese
caso puede instalarse una neurosis de tipo moral (noógena) diferente a la neurosis en sentido
estricto (psicógena). Cuando el sufrimiento nace de la frustración existencial, más que un
fenómeno patológico constituye un logro.
Nunca el hombre se ve impulsado a una conducta moral, en cada caso concreto decide actuar
moralmente.
Lo que el hombre necesita no es vivir sin tensiones, sino esforzarse y luchar por una meta que le
merezca la pena.
Plantea que el llamado vacío existencial proviene de una doble pérdida que el hombre ha sufrido.
En su humanización ha perdido la mayor parte de sus instintos animales básicos, los que al animal
le confieren seguridad. Y últimamente ve diluirse sus tradiciones, las que le decían como debía
actuar en determinadas circunstancias . Por lo tanto ya no sabe cómo actuar, y en algunos casos
no sabe ni lo que desea hacer. Debe hacerse cargo de sus deseos, decisiones y maneras de actuar,
o seas, hecerse cargo de sí mismo (como planteara Nietzsche con su frase Dios ha muerto). Pero
en lugar de hacerse cargo de sí mismo, desea hacer lo que los demás hacen (conformismos) o hace
lo que los demás quieren que haga (totalitarismo); en ambos casos cede ante el Dasman
heideggeriano.

LEVI STRAUSS (1908)

Estructuralismo:
Levi Strauss es considerado el padre del estructuralismo, que partiendo de las ideas de Marx,
plantea a grandes rasgos que la esencia precede a la existencia. O sea que, se trata de una vuelta a
lo abstracto, en oposición al postulado existencialista.
En el siglo XIX los lingüistas estaban preocupados a encontrar una suerte de matriz en las
diferentes lenguas; para o que se abocan a analizar el funcionamiento de lo lingüístico desde el
punto de vista anatomofisiológico (uso de la lengua, la boca, etc.).
F. de Saussure (1857-1913) plantea que toda lengua está constituida sobre la base de signos
lingüísticos compuestos por un significado y un significante. El significado es la concepción
conceptual, mientras que el significante es lo concreto. El significante es lo que está presente
siempre, y es lo fundamental; mientras que el significado no está presente, y depende del
significante para llegar a la abstracción que representa. Puede haber un significante sin significado,
pero no al revés. O sea que el significante es la condición de posibilidad del significado. Es lo que
lo sostiene.
Esto genera un cambio de paradigma, ya que hasta ese momento debía tenerse algo que decir;
mientras que a partir de allí lo importante es saber cómo decirlo. Si tengo algo que decir pero no
sé cómo decirlo, es lo mismo a no tener nada para decir. Mientras que si sé como decir algo,
significa que tengo algo para decir.
El signo es la base del estructuralismo, que es una metodología de análisis basada en el lenguaje.
Jacobson toma de Saussure la idea del signo y forma el estructuralismo, a partir de lo cual Levi
Strauss da origen a la antropología estructural. Levi Strauss es un esencialista (busca estructuras
que precedan a la existencia).
Levi Strauss postula que para que el habla exista no solamente debe haber signos, sino que debe
haber circulación de los mismos. Jacobson postula que la construcción del signo no tiene que ver
con la forma en que está construido el significante (o sea la manera en que se suceden las letras,
lo positivo) sino que tiene que ver con las otras maneras en que no está construido (lo negativo).
O sea que, cuando digo algo lo más importante es que digo que esto no es aquello. O sea que lo
negativo influye más que lo positivo. Cualquier cambio, por mínimo que fuese, puede ser
sustancial (se trate de las letras, de la puntuación, o de los espacios).
Por ej.: Tu bosque madura – Tu voz, que madura – Tu voz que madura – Tubos, quemadura - etc..
El estructuralismo postula que las estructuras nos preceden, que siempre están presente, y que
generalmente no las vemos; solo puedo percibirla a través de sus efectos (o sea de su
funcionamiento). La estructura es una suerte de dispositivo que me permite ver situaciones que de
otra manera no podría ver, a partir del recorte (parcialización) que realizan del mundo. Todo el arte
se basa en una estructura (melódica, pictórica, etc.) que, si bien no puede ser vista, se manifiesta por
sus efectos. O sea que, el signo es algo abstracto que me permite comprender algo concreto.
Levi Strauss toma de Jacobson la idea del signo y su influencia en el lenguaje; y postula (haciendo
antropología teórica a partir de datos recabados por otros antropólogos) que el dominio de la
escritura genera dos tipos de sociedades con un pensamiento claramente diferente. Por un lado
están las sociedades frías, aquellas que no dominan la escritura, y por el otro las sociedades
calientes, aquellas que dominan la escritura. Las sociedades frías son más equilibradas e
igualitarias, mientras que en las calientes hay mayor fricción social.
En las sociedades calientes todo está basado en la escritura; la que constituye una especie de
protoestructura de poder, o sea que constituye un sistema de poder.
El signo es la base de la escritura. La escritura involucra una serie de inflexiones y características que
hacen que no se trate solo de una sucesión de palabras, sino del juego entre ellas. O sea, no solo lo
que se dice, sino lo que se quiere decir, y como se lo dice. El “que se dice” puede ser universal,
mientras el “como se lo dice” es particular (repetir el “como” de alguien constituye plagio).
En su libro “El pensamiento salvaje” (salvaje como análogo a natural, espontáneo) postula que
toda cultura, tribu, clan, linaje, etc., en algún momento elige un tótem; o sea, se identifica con
algún elemento de la naturaleza. El hecho de que diferentes culturas tomen elementos de la
naturaleza de diferentes características para totemizarlos es explicado por Levi Strauss como parte
de la necesidad de relacionarse con sus culturas vecinas (evitar la endogamia, favorecer la
mercantilización, determinar territorios, etc.). No se trata de algo místico sino de algo psicológico.
Al no poder relacionarse mediante un lenguaje común, lo que hacen es definir su entorno, su
cultura, a partir de las características que posee la figura elegida como tótem. Es un juego de
opuestos (una oposición binaria), en el cual el tótem que una determinada cultura elige está en
relación con el tótem que poseen sus culturas vecinas con las que ha de relacionarse. Se trata de
una metodología comunicacional basada en la identificación con las características naturales de
aquello que es tomado como tótem.; y por lo tanto se trata de un pensamiento sígnico.
Todos tenemos un pensamiento salvaje al que luego se le añade el pensamiento domesticado
propio de nuestra cultura. El pensamiento salvaje se evidencia claramente en los niños y los artistas.
El pensamiento salvaje es un sistema de signos sumergido en imágenes, que está relacionado con
el modo en que las tribus organizan su pensamiento en torno a la clasificación que hacen de los
elementos naturales que los rodean (totemismo clasificatorio). SE trata de un pensamiento
analógico.
En las sociedades modernas, la capacidad para detectar signos ha ido dirigiéndose más hacia lo
visual, en detrimento de los demás sentidos.
El pensamiento salvaje es una suerte de relato (un protorelato) a partir de un bricolaje (relación de
elementos que aparentan no guardar relación alguna) de elementos disímiles; lo que lo coloca a
un paso del mito.
En el pensamiento salvaje, tanto la observación como su interpretación son simultáneas.
A diferencia del pensamiento salvaje, que es intemporal; el pensamiento domesticado posee
características de orden temporal, de las cuales el conocimiento histórico constituye un aspecto.
No se trata de un conocimiento discontinuo y analógico, sino de un conocimiento temporal y
unificador en el cual los objetos son vinculados entre sí de manera analítica.
PAUL RICOEUR (1913 -2005)

El giro hermenéutico:
Las principales obras de Ricoeur son : La metáfora viva, Tiempo y narración, La identidad
narrativa.
Nietzsche y Heidegger fueron un punto de inflexión en la filosofía del siglo XX. Ya no era necesario
tener cosas nuevas que decir; lo importante empieza a ser el cómo. O sea que cobra importancia
el tema de la metáfora.
El lenguaje es metafórico, ya que siempre se refiere a cosas mediante el uso de palabras. Se trata
de un juego de traslación, por lo que no puede dejar de ser metafórico. La preocupación del siglo
XX (y de Ricoeur) es la preocupación por el lenguaje; por la metáfora.
La necesidad de transformar las cosas en palabras genera una distancia entre las palabras y las
cosas. El mundo es un lugar lleno de cosas a las cuales transformamos en palabras. Pero, como las
palabras no son suficientes, necesitamos las frases; lo que incrementa el problema ya que poseen
una distancia mayor con las cosas. De este modo, entra en juego la interpretación; haciendo
complicado hacer adecuar al mundo con la frase. Se van haciendo movimientos a través de las
palabras, algunas de las cuales no poseen relación directa con las cosas, sino que actúan como
conectores (x ej.: que, esta, como, etc.).
La frase tampoco alcanza para comunicarse, por lo que se pasa al discurso, el que me aleja aún
más de las cosas; ya que se agrega más metáfora (o sea más traslación). El mecanismo de
interpretación pasa a ser más necesario que en la frase.
El lenguaje constituye discursos, que no son otra cosa que una redescripción del mundo. Todo el
tiempo procesamos información del mundo redescripta por el lenguaje. Por lo tanto, cada mundo
se convierte en innumerables mundos de acuerdo a cada discurso.
El mundo empírico (real) e indiscutible, se convierte de esta manera en un mundo discursivo,
discutible. Se transforma así en algo personal. Nietzsche dijo que no hay hechos, solo
interpretaciones.

Mundo empírico Palabras Frase Discurso Mundo discursivo


Ricoeur, junto a Gadamer, formaron parte del giro hermenéutico, transformando a las
interpretaciones en lo más importante.; e intentaron generar una síntesis entre el existencialismo
y el estructuralismo
El mundo es lo dado, y de el nada puedo decir sino a través del lenguaje. Absolutamente todo lo
que sabemos y conocemos son interpretaciones previas (históricas, sociales) que tenemos
incorporadas. Se trata de ideas ganadoras que se impusieron sobre otros discursos con los que
compitieron en su momento. Ricoeur se centra en la lucha entre interpretaciones.
Si acepto que todo discurso puede ser analizado en base a interpretaciones; y que todo lo que se y
conozco se debe a interpretaciones; lo que tengo que hacer es centrarme en la lucha entre las
interpretaciones para de esa manera no quedarme solo con el discurso ganador, y de ese modo no
convertirme en cómplice de este.
La filosofía tiene que ver cómo fue esa lucha para poder conocer aquellos discursos que han
perdido, y ver si el ganador es legítimo o no.
El giro hermenéutico tiene que ver con la confluencia del espectro del texto y el del lector, en el
cual el lenguaje va a actuar como elemento mediador.
Ricoeur va a ver cómo funciona la relación entre el tiempo y la narración. Para ello relaciona la
poética de Aristóteles (el primero en preocuparse por la narración) con las confesiones de San
Agustín (el primero en preocuparse por el tiempo), buscando un punto de contacto entre ambos.
Este punto de contacto pareciese no existir, ya que San Agustín no habla de narración y Aristóteles
habla de movimiento pero no del tiempo (si bien el movimiento lleva al concepto de tiempo, eso
es algo que en el mundo griego no se contemplaba, de manera tal que Aristóteles no pensó en la
relación entre la narración y el tiempo).
La poética de Aristóteles está estructurada sobre la Mimesis : imitación de la acción. La tragedia es
básicamente mythos (trama), y proviene de la mimesis.
Toda narración en una concordancia de elementos discordantes, o una síntesis de elementos
heterogéneos.
Para Ricoeur toda mimesis es una configuración de trama (mythos). La configuración es una
estructura flexible que permite que la trama funcione aunque se cambien determinados
elementos (para Aristóteles una trama bien realizada debe ser bien comprendida).
Plantea que existen tres momentos de la mimesis. La Mimesis 1 es la intuición temporal. Antes de
la configuración hay una preconfiguración, en la que hay una precomprension de la trama . Toda
acción está inscripta en una trama temporal; y todos tenemos una intuición temporal, una
precomprensióin de que hay un antes, un durante, y un después.
La mimesis 2 es la configuración del relato. La trama, al ser configurada, le da necesariamente una
identidad al personaje. Para poder contar una trama tengo que tener en cuenta parámetros
temporales (o sea un orden temporal), lo que constituye la precomprensión temporal. En la
configuración ya están establecidas las relaciones temporales (no hay posibilidad de que haya una
trama sin temporalidad). Por lo tanto, en la configuración, también hay una idea de cierre, de
conclusión. Toda narración posee un cierre; Aristóteles hablaba de comienzo, nudo y desenlace.

Mimesis 1 : prefiguración
Mimesis 2 : configuración comparten el término “figura” ( figuración : es una suerte de comprensión)
Mimesis 3 : refiguración

Si estos tres momentos no suceden, entonces no se está en presencia de una trama (puede
tratarse de un ensayo, un poema, etc., pero no de una trama).
De la configuración de la trama nacen los personajes (para construir un personaje necesito una
narración que lo sustente), y se establece su identidad.
El termino identidad posee una doble raíz: Idem (lo semejante, lo igual) e Ipse (apropiación).
Ricoeur critica como erróneo e concepto de identidad como semejanza, ya que uno (y el resto de
las cosas) no siempre es idéntico a sí mismo. El parámetro temporal no permite que las cosas sean
siempre iguales. El devenir temporal hace que nada perdure, y que todo esté en continuo cambio.
Solo hay una ilusión de permanencia.
La identidad siempre estuvo asociada al concepto de ipseidad (Ipse) que está asociado a la
apropiación (lo propio y lo impropio). Uno se apropia de formas de ser, vestimenta, lenguaje, etc..
La identidad es un sistema de apropiaciones y expropiaciones (esto último porque cada vez que
tomamos una cosa estamos desechando muchas otras. Un personaje, para ser tal, debe tener
determinadas propiedades (o sea apropiaciones).
El tiempo nos atraviesa y nos configura. La narración relaciona los tiempos narrativos con el
tiempo de vida. El paso del tiempo es el principal generador de angustia en el hombre. No importa
a que época uno se remita, siempre (en toda civilización, linaje, tribu, etc.) hay algo que se
mantiene fijo: la narración. Siempre se encuentran narraciones . Esto se debe a que, la narración
es la dimensión lingüística que se ha encontrado para procesar la dimensión temporal de la vida.
Es lo único que se ha encontrado para paliar la sensación del paso del tiempo, ya que parece
encapsular la temporalidad. Tanto la vida como la narración comparten el devenir.
Mientras que a la temporalidad la experimentamos, a la narración la creamos. Por lo tanto, la
narración se asemeja a la temporalidad pero no es lo mismo.
Toda narración no termina de constituirse hasta que no se enfrenta a otro. O sea que, es imitación
de la acción en tanto que lo es para alguien. Esto es la refiguración, o sea, la relación del lector con
el texto; quien se figura el texto de manera intelectiva (trata de comprenderlo). Todo lector es
refigurado por el texto, con el que se relaciona a partir de un punto de confluencia (deseo de
aprender, búsqueda de placer, pasatiempo, etc.).
La narración funciona como una suerte de espejo identitario. Del mismo modo que no podemos
ver nuestro rostro sin la ayuda de superficies reflectantes, tampoco podemos ver nuestra
identidad si no la enfrentamos a otra. Para ver mi identidad narrativa necesito una narración. La
identidad no es una cuestión sustancialista sino narrativa. Cada vez que nos enfrentamos a una
narración, nuestra identidad difiere de la identidad de alguno de los personajes, o sea que la
narración actúa como espejo.
La identidad narrativa se convierte en una suerte de comprensión de sí mismo. El hombre (para
Ricoeur) es narración.
La función narrativa es la capacidad de tener narraciones como sustento de nuestra identidad.
Guardamos determinadas narraciones que hemos decidió conservar, en detrimento de otras que
hemos decidido no recordar.
La refiguración del yo solo no sucede cuando la narración genera indiferencia. En el resto de los
casos (simpatía o rechazo) genera reformulación del yo a partir de la reformulación del esquema
narrativo.

Presas : alude a la dimensión ético-moral de la identidad narrativa. Retrotrayéndose a Heidegger,


postula que tenemos que hacernos cargo de las interpretaciones que nos preceden, ya que el
Dasman nos tienta todo el tiempo con todo tipo de interpretaciones impersonales.
Hay un momento en el cual el Dasman no nos puede acosar, y se trata del momento de la lectura;
en el que existe un libre juego entre el texto y el lector. Si bien el Dasman nos puede tentar a leer
determinados textos, en el momento de la lectura no hay una imposición interpretativa; estamos
solos con el texto en una relación en la que el Dasman no puede intervenir.
La lectura funciona como un laboratorio de decisiones morales; ya que cada texto nos abre a
situaciones y decisiones posibles, a las que de de otra manera no hubiésemos podido
enfrentarnos.
El escritor pone en palabras algo que le es auténtico. El lector hace el camino inverso, pasando a
auténtico aquello que está expresado de manera lingüística. O seas que, toma del texto aquello
que le es auténtico y desecha el resto.
La identidad narrativa es un sistema de apropiación, ya sea de aquello que no es propio, como de
aquello que sí lo es.
La lectura posee un momento de éxtasis, que se corresponde a un momento de reconocimiento
en el cual hay situaciones en las que algo que me afecta (de un modo u otro); y un momento de
reenvío, en el cual el reconocimiento da pie a la acción (ya sea pensar o actuar en consecuencia).
El relato anuncia posibilidades de acción, o sea que, nos lleva de la lectura a la acción, caso en el
cual hay una dimensión ética de la lectura.
La identidad narrativa es la que adquirimos por medio de la función narrativa; en la cual
elementos discordantes se tornan concordantes. Se trata de la dimensión lingüística que
proponemos ante la dimensión temporal de la vida. Nos terminamos constituyendo sobre el relato
que nos hacemos de nosotros mismos. Nos vemos reflejados en aquellas cosas propias de las que
nos apropiamos de lo que nos era impropio (o sea concordancia de elementos discordantes). Uno
es autor de su propia narración, la que se puede construir a partir de la propia disposicionalidad, o
dejar que el Dasman la construya por uno.
Toda narración trata de captar algo permanente en lo fugitivo de la vida.

Gadamer : Analiza cómo funciona el arte de manera antropológica. Postula que el arte en
principio es como un juego.
El juego es una función elemental de la vida humana, hasta el punto en que no es posible pensar
en la cultura humana sin un componente lúdico.
El juego se trata de un impulso libre. De un continuo vaivén en el cual ninguno de los extremos es
la meta final del movimiento; o sea, de un movimiento no vinculado a finalidad alguna. Se trata de
un automovimiento que indica un fenómeno de exceso de la autorrepresentación del ser viviente.
Lo que humaniza al juego humano es el disciplinamiento (a través de reglas, etc.) de estos
movimientos como si tuviesen algún tipo de finalidad. O sea que, disciplina ese libre impulso
aplicándole la razón.
El juego es el primer paso hacia la comunicación humana, ya que al jugar aparezco ante mí mismo
como espectador. Jugar exige siempre un jugar-con; ya que, todo espectador es un participante
del juego.
La prefiguración, en el arte se trata de indicios (colores, sonidos, etc.) discordantes que luego el
artista hace concordar. Postula que hay una suerte de prefiguración artística en el juego, el que
consta de tres elementos: el juego, el símbolo y la fiesta.
El arte es un mecanismo de conocimiento, ya que da que pensar, y no puede ser remitido a
formulismos. Si el arte se remite a fórmulas, entonces deja de ser arte y se transforma en algo
perteneciente al mundo.
Cada vez que no comprendemos algo nos remitimos a la imaginación. El arte es el lugar donde hay
un libre juego entre el entendimiento y la imaginación. En este libre juego la imaginación se
impone sobre el entendimiento (contrariamente a lo que ocurre en la vida).
Para Gadamer el arte es lo que se opone a la comprensión mundana, ya que nos permite poseer
dos mundo; y está todo el tiempo efectuando comparaciones que estimulan el conocimiento a
través del pensamiento. El arte nos hace olvidar que detrás suyo hay una estructura.
En toda obra, es la identidad hermenéutica la que le da su unidad. En tanto que es comprendida,
es identificada; y es esa identidad la que constituye el sentido de la obra. Por lo tanto, solo habrá
una experiencia artística real de la obra de arte para aquel que se identifica con ella (juega –con).
No se trata de retener una obra en la memoria, sino que se involucra con ella por haber
encontrado en ella algo que le es propio. La identidad de la obra, por lo tanto, consiste en que
proporciona algo que entender. O sea que, pretende ser entendida como aquello a lo que se
refiere o que quiere decir, y espera una respuesta en ese sentido del espectador. Esta respuesta
debe ser elaborada activamente por el espectador, debe ser auténtica, lo que lo convierte en
parte del juego (obra y espectador son una dupla que no puede separarse).
Para poder apropiarme de algo, primero tengo que percibirlo. Gadamer sostiene que percibir es
tomar algo como verdadero; o sea no se trata de recolectar diversas impresiones sensoriales sino
ver algo en ellas y valorizarlas. Es captar algo que me genera sentimientos de algún tipo, dentro
del devenir temporal de la vida. O sea, es darme cuenta de que allí hay algo auténtico, y que lo es
auténtico para mí (ya que puede no serlo para otra persona), lo que luego me permite poder
apropiarme de ello. Se trata de un libre juego que no apunta a ninguna conceptualización.
El arte nos da una suerte de marco comprensivo, ya que nos permite delimitar y comprender algo
que de otro modo no podría captarse. O sea que, funciona como una serie de percepciones
posibles que otros usan para poder conceptualizar (por ejemplo Freud con el Edipo de Sófocles).
Nuestra visión del mundo está educada en términos artísticos. No es el arte el que imita a la vida,
sino la vida la que imita al arte. El arte configura nuestra mirada, algo de lo que el Dasman se
aprovecha (por ejemplo las publicidades, películas con determinada intencionalidad, etc.)
CLIFORD GEERTZ
Posmodernidad

Modernidad: del latín modo : ahora mismo. ES un término que aparece en el siglo XII, y es
sinónimo de actualidad. Es a partir de mediados del siglo XIX (2° oleada de la revolución industrial)
donde cobra fuerza.
La modernidad se va a caracterizar por una aceleración en los comportamientos humanos y en el
intercambio entre humanos. Se acortan las distancias entre los hombres a partir de la aceleración
comunicacional generada por las nuevas tecnologías. Se producen cambio en la infraestructura
(cambios en los sistemas de producción) que llevan a cambios superestructurales (políticos), que
desembocan en la primera guerra mundial, y luego en la segunda (el hombre cada vez quiere
más).
Una de las principales características de la modernidad es la aplicación de la razón al trabajo (lo
que se traduce en su organización).
En la esfera artística, la aparición de nuevas tecnologías (el cine y la fotografía), generaron la
necesidad del arte clásico (pintura, literatura) de generar cambios. La pintura debió moverse de lo
representacional (ya que la fotografía podía hacerlo de manera más fidedigna), mientras que en la
literatura empieza a desaparecer la descripción (ya que el cine logra describir mucho con una sola
imagen). De esta manera aparece el arte vanguardista moderno del siglo XX.
En el mundo de la física, la teoría de la relatividad y la física cuántica aparecen cuestionando a la
realidad inmutable avalada por la física newtoniana.
Los conceptos modernos de progreso histórico (todo es cada vez mejor a partir de una evolución
histórica), la cultura de la razón, la cultura del trabajo, y el tiempo extenso; son responsables de
matanzas y llevan a la modernidad a su propio límite. La racionalidad se disemina en la sociedad y
actúa como mecanismo de control, tanto a manos de las superestructuras como de los propios
individuos (microfísica del poder de Foucault).
El mayo francés aparece como un intento por enfrentar a la razón (modernidad) con la creatividad
(posmodernidad). Se propone cambiar las revoluciones armadas por la revolución imaginativa.
Oponer a la cultura del trabajo la cultura de la creación. Esta revolución no puedo triunfar ya que
la superestructura vigente logro negociar y engullirla a partir de ello (aquellos lideres de ayer son
hoy gerentes de multinacionales, etc.).. De esta manera la posibilidad de revolución pacífica
permanente perdió la posibilidad de establecerse. A partir de lo cual, todas las revoluciones sigue
imponiéndose mediante matanzas, y una vez instauradas se arraigan y buscan mantenerse a partir
del totalitarismo basado en el control y el no cambio (comunismo, capitalismo, etc).
La posmodernidad nace a partir de loa años 70 y los 80; y si bien postula cuestiones que son afines
a la modernidad, lo hace desde un punto de vista diferente.
Mientras que la modernidad plantea cuestiones a futuro, la posmodernidad plantea cuestiones en
el presente. Se trata de una concepción más pragmática, que intenta tratar de esquivar a la
modernidad y su apego a la razón. Para ello propone la creación (ante el trabajo), la imaginación
(ante la razón), y el tiempo intenso (ante el tiempo extenso).
Lo que busca es salir de la lógica histórica moderna, para lo que necesita un nuevo discurso, y para
ello un nuevo lenguaje. Por eso en lugar de hablarse de Post-modernidad, lo que implica una
cuestión de sucesión temporal (post : después de), utilizaron el término Posmodernidad. De este
modo, no se dice que la modernidad ha finalizado y ha sido sucedida; sino que se dice que a la
modernidad le ha surgido un enemigo que busca poner en evidencia sus defectos. El término
“Pos” viene del griego “Aná” que significa repetición de algo a sabiendas de que lo estoy
repitiendo, y al repetirlo soy consciente de que por ser una repetición no es igual al original. De
esta manera en la posmodernidad va a haber reminiscencias de la modernidad, pero planteadas
de manera diferente, o sea desde otro punto de vista.
En la medida que la modernidad busca combatir a la posmodernidad, ya sea atacándola
discursivamente como tratando de incorporarla al sistema, no hace otra cosa que confirmarla.
Mientras que en la modernidad toda cuestión posee un fundamento con un devenir histórico
temporal, la posmodernidad se desprende de esa lógica anulando la fundamentación. O sea que,
no necesito fundamentar de donde viene lo que hago , digo, propongo, etc.; simplemente lo hago,
digo, o propongo porque sí (porque se me canta). De esta manera no estoy avalando ningún
devenir histórico temporal, por lo que no estoy avalando ninguna matanza que haya servido de
base para imponer determinada idea en el pasado.
La posmodernidad colocó en dedo en la llaga en las concepciones de valores modernos,
planteando que el problema de la modernidad es el valorar todas las cosas.
Debido a que la cultura es constituyente de comportamientos y estructuras sociales; es a partir de
ella que puedo salir de la lógica moderna pudiendo construir narrativamente mi propio relato
individual.
MARTÍN BUBER

El vínculo
Es un filósofo con un pie en el existencialismo y otro en la teología (un existencialista religioso
según Sartre). Su principal obra (1939) fue: ¿Que es el hombre? .
Junto a Geertz, Buber llega a los límites del pensamiento binario que caracterizó a la modernidad.
Plantea que a lo largo de la historia hubo dos maneras de encarar el pensamiento filosófico: el
individualismo y el colectivismo.
El individualismo es la primera postura con la cual se suelen pensar las cosas. En el ser arrojado al
mundo se encuentra solo el individuo, o sea que es todo subjetividad. El existencialismo es
individualista y proyectivo. El individualismo posee un sustrato imaginario, a partir de una
proyección hacia afuera. O sea que, el individuo proyecta al mundo. Los objetos no son más que
aquello que el individuo quiere que sean; él lo puede todo.
En determinado momento toda teoría individualista encuentra sus límites (Heidegger tuvo que
reconocer la existencia del Dasman)., lo que nos lleva hacia el colectivismos (tenemos que
integrarnos a una sociedad). El fracaso del individualismo lleva al colectivismo.
El individualismo llevado a un grado extremo genera una carga muy pesada (soy culpable de todo
sin tener a quien culpar), mientras que el colectivismo libera de esa carga angustiosa, a costa de
limitar la individualidad.
A diferencia del individualismo, que posee un sustento imaginario, el colectivismo posee un
sustento ilusorio. SE trata de una introyección , la ilusión de pertenencia proyectada por el
colectivismo. El propio colectivo es una ilusión. Todos los colectivos poseen en el fondo una
cuestión que tratan de ocultar.
Buber no se coloca ni en el individualismo ni en el colectivismo, sino a mitad de camino, en el
“entre”; o sea en la relación del hombre con el hombre (una especie de teoría del vínculo).
Postula que existe algo entre el individualismo y el colectivismo, que se da solo entre aquellos que
actúan auténticamente. Dice que es algo que hay que estudiar ya que él lo postula pero dice que
todavía no ha sido estudiado.
Se trata de un encuentro auténtico entre dos individuos que no intentan conseguir nada del otro.
Es algo momentáneo que se da sin ser buscado, entre dos personas que actúan de manera
auténtica. ES algo no pautado y que no se realiza con ningún tipo de interés. No puede ser puesto
en palabras ya que de ese modo se lo estaría colectivizando.
Es algo que si bien prácticamente no existe, tiene relación directa con lo concreto.
DERRIDA (1930-2004)

La diferance
Es un filósofo de la diferencia. Toda filosofía empieza por el problema de la cosa, o sea que
empieza preguntándose por el sujeto. Derrida lo hace al revés; empieza por el signo, que es la
condición de posibilidad de la cosa. Sin signo no hay cosa. Por lo tanto, empieza por el lugar
secundario (de acuerdo al procedimiento usual del resto de la filosofía), o sea, empieza por la
diferencia.
La identidad del signo se constituye en base a una repetición de la diferencia, ya que todo signo
no es el mismo cada vez que se repite. Se trata de una diferencia espacial, temporal y/o polémica.
La identidad del signo no es siempre igual. Para que un signo se constituya como tal, tiene que
tener la posibilidad de repetirse, y nada se repite dos veces igual. De este modo, el signo se
constituye en base a la diferencia consigo mismo, y no en base a la similitud. Se trata entonces de
una igualdad constituida en base a la diferencia.
Todo es diferencia. Ni siquiera algo que parece estático, como el signo, nunca es igual en cada
repetición. Como mínimo hay una diferencia temporal.
La identidad se construye siempre en virtud de las diferencias: algo “es” porque “no es” otras
cosas (o sea que es diferente).
De esta manera trata de demostrar como la dicotomía es falsa, opresiva, y violenta; y debe ser
desplazada. Todo aquello que está en segundo lugar puede acceder al primer lugar de
importancia.
Plantea algo totalmente inaudito en términos filosóficos: La idea de que el no viene e proponer
nada. Fundamenta esto sobre el hecho de que las ideas postuladas por el resto de los filósofos a lo
largo de la historia han sido responsables de matanzas (o de la posibilidad de que ello suceda) al
establecerse como idea triunfante sobre otras.
De este modo, propone algo cuasi negativo (cuasi porque en términos Nietzscheanos todo lo
positivo posee su lado negativo y viceversa).
Derrida es el autor de la deconstrucción, la cual proviene de la idea de Heidegger de la necesidad
de destruir la metafísica clásica. Sin embargo, Derrida cree que es imposible deconstruir más de
2.500 años de filosofía y principalmente de sus secuelas (o sea el efecto generado por tales ideas),
por lo que propone que lo que se debe hacer es deconstruirla. O sea, desmontar sus relaciones
internas y ver cómo funciona, buscar patrones de acción.
La historia de la filosofía se ha ocupado principalmente de generar ideas sobre el contenido
(significado) de lo que se dice, en detrimento del como se lo dice (significante). De esta manera se
ha dejado de lado el sustrato de la escritura como tal. O sea que, nadie se ha preocupado por
aquello que está escrito (significante) por preocuparse por aquello que la escritura aparentemente
decía (significado).
Plantea que todos los filósofos se ocupan de las ideas de otro filósofo que lo ha precedido. Se trata
de ideas generales que están en el orden de la superestructura. A esto lo llama pensamiento
logocéntrico, ya que invoca a un discurso ganador que se ha impuesto sobre otros. Por lo tanto,
Derrida, postula que hay que ocuparse de aquello que está por debajo(la infraestructura), aquello
que ha sido opacado y dejado a un lado por el pensamiento vencedor que ha logrado imponerse.
Propone empezar por la base del pensamiento occidental, el pensamiento binario. Este ha sido
impuesto hace más de 2.500 años por los griegos, los que mediante la implementación de las
vocales generaron una manera de pensar. Este pensamiento está basado en el lenguaje, por lo
cual es muy difícil salirse de este. El mismo lenguaje es binario, ya que posee un significante
gráfico de un significante fónico; y en esta estructura binaria la oralidad se posiciona sobre la
escritura.
Siempre que hay una estructura binaria hay una batalla en la cual uno de los dos elementos se
impone sobre el otro , y entre ambos niegan la posibilidad de la existencia de una tercera
posibilidad (y por lo tanto de una cuarta, etc..).
El lenguaje nos precede, por lo que somos sus rehenes; ya que solo podemos pensar en aquello
que el lenguaje nos permite. De este modo, el lenguaje nos determina. Nos es ajeno, y nosotros
nos plegamos a este como sus lacayos.
Derrida muestra como algunos escritores se han encargado de manipular el lenguaje para evitar,
en cierta manera, de caer en esa predeterminación; mecanismo al que llama archilenguaje.
La escritura da la posibilidad de ir más allá de lo que se está diciendo. Derrida se encarga de
trabajar sobre el modo en que a partir del significante se puede estar negando aquello que se está
diciendo. O sea, el significante imponiéndose y negando al significado. De esta manera, postula
que, todo texto encuentra la manera de contradecirse, o sea, decir aquello que el lenguaje no me
deja decir. SE trata de un mecanismo de rebeldía frente al Dasman.
El hecho de que la escritura superviva a la oralidad, permite interpretaciones posteriores hasta
mucho tiempo después de que el autor ha muerto. Por lo tanto, al enfrentarme al texto me
enfrento a lo que el texto dice por sí mismo, y no a lo que el autor ha querido decir.
La deconstrucción comienza con la aceptación de cualquier discurso así como viene, a sabiendas
de que dentro de este va a haber una serie de oposiciones binarias; las que luego han de ser
buscadas para decosntruir el discurso (Derrida sería una especie de Sócrates del siglo XX). DE esta
manera se logra demostrar que las argumentaciones son sospechosas y pueden estar encubriendo
un discurso al que han dominado.
Si se invierten las oposiciones que están en la base de todo discurso, se logra encontrar otro
discurso tan válido como el primero.
Postula que esto no debe finalizar allí, ya que de este modo s estaría cayendo nuevamente en la
lógica binaria. Para ello debe hacerse un desplazamiento, que consiste en llevar esa dualidad hacia
otros lugares. Por ejemplo, a la oposición binaria entre escritura y oralidad la desplaza hacia el
sentido, que luego desplaza hacia el signo. Pero como el signo nos sigue marcando una oposición
binaria entre significado y significante lo desplaza hacia la metáfora.
Todo lenguaje está basado en aquello que no es en lugar de aquello que es. O sea, que se erige
por lo negativo. En la medida que realizo desplazamientos voy dejando huellas que generan una
red de relaciones cuasi infinitas. O sea que, si se lo que es algo, es porque sé todo aquello que ese
algo no es (una casa es tal porque no es un departamento, un perro un hombre, etc.…) Todo
término tiene implícito en él las huellas de todo aquello que no es.
Para existir el lenguaje necesita de diferencias (dos cosas distintas no se escriben igual), las que si
bien son en principio conceptuales, este concepto engloba diferencias espaciales(dos conceptos
no pueden coexistir en un mismo lugar). Para Derrida la diferencia(diference) , que proviene de
diferir (diferre), es algo temporal que el término diferencia no incluye. Siempre va a haber un
diferir temporal en el lenguaje (no puedo decir o escribir dos cosas al mismo tiempo), y como la
palabra diferencia (diference) no incluye ese diferir temporal, Derrida crea el término diferance.
Esta, si bien está mal escrita, se pronuncia igual; por lo que al decir diferance el oyente no sabe lo
que está realmente diciendo. Sería una especie de venganza de la escritura sobre la oralidad, ya
que de esta manera no puedo argumentar que una de ellas prevalece sobre la otra.
La civilización occidental está basada en textos, los que al ser deconstruidos muestran momentos
de debilidad. El conocimiento de que nada es estable nos ha llevado a aferrarnos a una estructura
de textos (biblia, leyes, etc..) como mecanismo de seguridad que nos de sustento.
La diferance es una suerte de estrategia que busca deconstruir el sistema de pensamiento
binario.
Pasos de la deconstrucción:
- Aceptación del discurso ajeno
- Inversión de oposiciones
- Desplazamiento o diseminación
- Relación entre las diferencias anteriores.

AGAMBEN

Es junto a Foucault uno de los primeros en preocuparse por el biopoder. Empieza sosteniendo que
el concepto de vida nunca ha sido definido claramente.
Los griegos separaron el BIOS (vida humana) del ZOE (vida animal): Aristóteles, en sus primeras
definiciones del concepto de vida, planteaba que el hombre posee varias características de la vida
animal (nutrición, etc.) pero necesita algo más. Ese algo más es el lenguaje. Se establece así una
diferencia entre el ser viviente y el ser humano; lo que implica que la autonomía biológica no
significa alcanzar característica humana (por ejemplo muerte cerebral, etc.).
No se ha alcanzado aún una definición clara de “vida” como para manipular los parámetros entre
el viviente y el humano (si bien esto ha sido llevado a cabo arbitrariamente en muchos casos).
Siempre la definición de ser humano se ha pensado como una conjunción entre un viviente y un
otro diferente y cuasi divino. A diferencia de esto, Agamben propone que debe estudiarse al
hombre, no como la conjunción de estos elementos sino como la disyunción de estos. O sea que,
plantea que debe realizarse una deconstrucción del concepto de ser humano.
La conjunción de estos elementos es realizada a través del control ejercido por el biopoder,
mediante el cual los estados se hacen cargo del control del cuerpo, y por lo tanto de la vida. Todo
esto está orientado por la conjunción de una definición de vida que nunca se logró encontrar y
reglamentaciones religiosas, políticas, sociales, etc..
El problema para lograr definir la vida aparece porque tratamos de definirla a partir del
pensamiento binario. Esto implica definirla a partir de su opuesto, la muerte. Y como de la muerte
no sabemos nada, nos resulta imposible dar una definición exacta de la vida.
A partir del concepto de aburrimiento profundo, Heidegger establece la diferencia entre el
hombre y el animal. Postula que la tonalidad afectiva fundamental no es la angustia sino el
aburrimiento profundo. El animal está programado para hacer aquello que debe hacer
(comportamiento instintivo), por lo cual hasta que se den las condiciones necesarias para ellos
(estímulo) se encuentra en un estado de aturdimiento. Una vez desencadenado el estímulo
deshinhibidor, el animal no puede hacer otra cosa que no sea llevar a cabo esa actividad para la
que está programado. De esta manera está atrapado por el objeto.
Ser en el mundo implica estar rodeado de cosas. Todo el tiempo, el Dasein se asigna una relación
con las cosas, lo que nos mantiene en una suerte de no aburrimiento. En el aburrimiento profundo
las cosas se sustraen a nosotros. Ninguna cosa nos llama la atención. Aunque estén todas las cosas
allí, ninguna nos atrae.
A diferencia de lo que sucede con el animal, que no puede elegir su comportamiento, nosotros
estamos todo el tiempo construyendo nuestro devenir. O sea que, no hay algo especial que sea un
factor desencadenante del aburrimiento profundo (como sucede con el aturdimiento animal).
Esta es la diferencia entre el animal y el ser humano, el aburrimiento profundo es la tonalidad
afectiva a la que el animal no puede llegar.

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