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DECÁLOGO DE LA COMUNICACIÓN:

1. El diálogo no es una conversación esporádica, sino un ambiente que se


respira, como el oxígeno. Este ambiente comienza por el
establecimiento de un auténtico encuentro con tu cónyuge.
2. Para hablar se necesita tiempo. No existe un equivalente económico del
cariño, de la experiencia ni de la cercanía.
3. Tan importante como hablar es saber escuchar. La clave de saber
escuchar está en intentar comprender el punto de vista de tu hijo.
4. Reconocer que nos hemos equivocado y pedir perdón acerca a las
personas. No temas descansar el camino andado cuando te equivoques.
Y enseña a tu hijo a hacer lo mismo.
5. Trata de escoger el momento oportuno: Los nervios o los enfados no
suelen ser buenos consejeros.
6. No minusvalores la importancia de los problemas de tus hijos: lo que nos
hace sufrir nunca es una tontería, puesto que nos hace sufrir.
7. Huye en tus conversaciones de todo lo que pueda parecer interrogatorio
por la vida privada de tu hijo. Evita igualmente apelar a ejemplos ajenos
(amigos o conocidos) o a tu edad juvenil. Comparar no soluciona nada.
8. Recuerda que tu hijo es estudiante, pero no sólo estudiante. Además de
estudiar para aprender vivir, hay que vivir para aprender a estudiar.
9. Trata de proponer metas más que imponerlas. Pero no renuncies a
ofrecerle tu apoyo y tu exigencia. Dialogar no es ceder de nuestra
responsabilidad de progenitores.
10. Y procura mantener el difícil equilibrio entre libertad y responsabilidad.

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