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CUARTA UNIDAD

EL CONGRESO NACIONAL

JORGE ASTUDILLO MUÑOZ

jastudillo@unab.cl

VIÑA DEL MAR

2019

CARRERA DE DERECHO

SEDE VIÑA DEL MAR

FACULTAD DE DERECHO UNAB


El Congreso Nacional

I.- Introducción

Podemos decir que el Congreso Nacional es “un órgano colegiado,


representativo de la voluntad popular, cuya principal función es ejercer la
función legislativa y fiscalizar los actos del Gobierno, con arreglo a la
Constitución y las leyes”.

El ejercicio de la función legislativa no pertenece exclusivamente al


Congreso Nacional. Recordemos que la Carta Fundamental le entrega
importantes atribuciones legislativas al Presidente de la República, de tal
manera que cuando hablamos de la función legislativa y de su producción
estamos pensando en órganos colegisladores.

El Capítulo V de la Constitución está dedicado al Congreso Nacional, entre


sus artículos 46º al 75º.

El artículo 46º de la Constitución señala que nuestro Congreso Nacional


es bicameral, compuesto por una Cámara de Diputados y un Senado. Ambas
Cámara concurren a la formación de las leyes en conformidad a la Constitución y
tienen las demás atribuciones que ella establece.

II.- Composición y Generación de las Cámaras

1.- La Cámara de Diputados

De acuerdo a lo dispuesto en el artículo 47º de la Constitución la Cámara


de Diputados se encuentra integrada por 120 miembros elegidos por votación
directa en relación a distritos electorales establecidos por la Ley Orgánica
Constitucional respectiva. Esta Ley es la Nº 18.700 sobre Votaciones Populares y
Escrutinios.

Según el artículo 48º para ser elegido diputado es necesario cumplir con
los siguientes requisitos: a) ser ciudadano con derecho a sufragio; b) tener
cumplidos los 21 años de edad; c) haber cursado la enseñanza media o
equivalente; d) tener residencia en la región a que pertenezca el distrito
electoral correspondiente durante un plazo no inferior a dos años, contado hacia
atrás desde el día de la elección. En relación a este último requisito el artículo
51º de la Constitución dispone que “se entenderá que los diputados tienen, por
el solo ministerio de la ley, su residencia en la región correspondiente, mientras
se encuentren en ejercicio de su cargo”.

El ciudadano elegido diputado ejercerá sus funciones por el término de


cuatro años.
2.- Senado

Según el artículo 49º el Senado se compone de miembros elegidos en


votación directa por circunscripciones senatoriales, en consideración a las
regiones de país1.

Como se puede apreciar, la Constitución no señala el número de


senadores a diferencia del número de diputados, sino que encomienda esta tarea
a la Ley Orgánica Constitucional respectiva, quien además deberá determinar el
número de circunscripciones senatoriales y la forma de su elección.

De acuerdo a lo dispuesto en el artículo 181º de la Ley Nº 18.700 existen


en la actualidad 18 circunscripciones senatoriales, y como por cada
circunscripción se eligen dos senadores, el Senado se compone de 38 de
miembros.

El artículo 50º de la Constitución establece los requisitos para ser elegido


Senador de la República, a saber: a) ser ciudadano con derecho a sufragio; b)
haber cursado la enseñanza media o equivalente; y c) tener cumplidos treinta y
cinco años de edad el día de la elección.

Los senadores durarán ocho años en su cargo y se renovarán


alternadamente cada cuatro años, correspondiendo hacerlo en un período a los
representantes de las regiones de número impar y en el siguiente a los de las
regiones de número par y de la Región Metropolitana.

De acuerdo al artículo 51º de la CPE las elecciones de diputados y


senadores se efectuarán conjuntamente, además los parlamentarios podrán ser
reelegidos en sus cargos.

1Hasta la reforma constitucional del año 2005, el Senado se encontraba integrado por senadores
que no tenían su origen directo en la voluntad popular. De esta manera conformaban el Senado
los ex Presidentes de la República, que hubieren desempeñado el cargo por seis años, de manera
vitalicia. Además se encontraban los senadores designados, a saber: a) Dos ex ministros de la
Corte Suprema, elegidos por ésta en votaciones continuas; b) Un ex Contralor General de la
República, elegidos también por la Corte Suprema; c) Un ex Comandante en Jefe de cada una de
las tres ramas de las Fuerzas Armadas, y un ex Comandante en Jefe de Carabineros, elegidos por
el Consejo de Seguridad Nacional; d) Un ex rector de universidad, designado por el Presidente de
la República; y e) Un ex Ministro de Estado, elegido también por el Presidente de la República.
3.- ¿Cómo se soluciona la vacancia del cargo parlamentario?

a.- El propio artículo 51º contempla la posibilidad de vacancia del cargo


de diputado o senador. En este caso dispone la Carta Fundamental que el cargo
vacante será proveído con el ciudadano que señale el partido político al que
pertenecía el parlamentario que produjo la vacante al momento de ser elegido.
La persona elegida debe reunir los requisitos para ser elegido diputado o
senador.

b.- Otras reglas para llenar la vacancia de un parlamentario:

- Si el parlamentario que originó la vacante no pertenecía a ningún partido


político al momento de ser elegido, pero postuló integrando una lista con
uno o más partidos; será reemplazado por el ciudadano que señale el
partido indicado por el propio parlamentario al momento de presentar su
declaración de candidatura. La persona elegida debe reunir los requisitos
para ser elegido diputado o senador.

- Si se trata de una vacante en el cargo de senador, es posible que se


nombre a un ciudadano que ocupe el cargo de diputado. Desde luego éste
cesará en el cargo de diputado desde el momento que asuma sus nuevas
funciones. El cargo de diputado será llenado de acuerdo a las reglas
precedentes.

- Si el parlamentario fue elegido como independiente no será reemplazado.

La persona que reemplace al diputado o senador que ha originado la


vacante ejercerá sus funciones por el término que le faltaba al reemplazado.

La Constitución señala que en ningún caso procederán elecciones


complementarias.

Corresponderá al Tribunal Calificador de Elecciones calificar los procesos


electorales y proclamar a quienes resulten electos.

III.- Las atribuciones del Congreso Nacional

1.- Las atribuciones exclusivas de la Cámara de Diputados

De acuerdo al artículo 52º de la Constitución son atribuciones exclusivas


de la Cámara de Diputados:

a) Fiscalizar los actos del gobierno.


b) Declarar si han o no lugar las acusaciones que no menos de diez ni más de
veinte de sus miembros formulen en contra de ciertos altos funcionarios
públicos.

a.- La Función fiscalizadora de la Cámara de Diputados

Fiscalizar consiste en aquella labor destinada a analizar y examinar los


actos del gobierno, a fin de constatar que éstos se ajusten a la Constitución y las
leyes, esto es al Estado de Derecho. Pero no solo eso, también se busca constatar
que los actos del gobierno se ajustan a la búsqueda del bien común y al interés y
conveniencia nacional.

Como bien dice el profesor Hernán Molina “se fiscalizan los actos; es
decir, la conducta del Gobierno, que puede ser de acción o de omisión.
Ciertamente, es toda la conducta del gobierno la que queda sometida al control y
fiscalización de la Cámara de Diputados. Puesto que también con omisiones
puede quebrantarse el orden constitucional, legal y lesionarse el bien común”.

La expresión “actos de gobierno” debe ser entendida en un sentido


amplio, es decir, ella no solamente se refiere a los actos del Presidente de la
República y de sus Ministros, sino también incluye los actos de administración
del Estado, tanto la centralizada, la descentralizada y la desconcentrada.

En todo caso debemos tener presente que esta actividad fiscalizadora de


la Cámara de Diputados, consiste más bien en una llamada de atención, en un
reproche a la actuación del Gobierno, pues acá en caso alguno se compromete la
responsabilidad política del mismo, en el sentido que la Cámara de Diputados no
está facultada para hacer cesar en su cargo a una autoridad o funcionario de
Gobierno.

Esta función de fiscalización la Cámara de Diputados las realiza utilizando


alguna de las siguientes herramientas:

i.- Acuerdos y observaciones

Adoptar acuerdos o sugerir observaciones, con el voto de la mayoría de


los diputados presentes, los que se transmitirán por escrito al Presidente de la
República, quien deberá dar respuesta fundada por medio del Ministro de
Estado que corresponda, dentro de treinta días.

Sin perjuicio de lo anterior, cualquier diputado, con el voto favorable de


un tercio de los miembros presentes de la Cámara, podrá solicitar determinados
antecedentes al Gobierno. El Presidente de la República contestará
fundadamente por intermedio del Ministro de Estado que corresponda, dentro
del mismo plazo señalado en el párrafo anterior.

En ningún caso los acuerdos, observaciones o solicitudes de antecedentes


afectarán la responsabilidad política de los Ministros de Estado.

Esta facultad implica más que nada la posibilidad que tiene la Cámara de
Diputados de hacer cuestionamientos, reproches o críticas al accionar del
Gobierno. En caso alguno estos acuerdos u observaciones comprometerán la
responsabilidad política de los Ministros de Estado.

Además, en el inciso segundo de esta norma, se prevé la posibilidad que


“cualquier diputado, con el voto favorable de un tercio de los miembros
presentes de la Cámara, pueda solicitar determinados antecedentes al
Gobierno”.

La importancia de esta norma consiste en que se amplía la posibilidad de


que las minorías parlamentarias puedan requerir antecedentes al Gobierno.

En ambos casos, es decir, cuando la Cámara por la mayoría de sus


miembros presentes, adopte acuerdos o sugiera observaciones o cuando sea un
diputado, él que con el voto favorable de un tercio de los miembros presentes de
la Cámara, solicite determinados antecedentes al gobierno, el Presidente de la
República contestará por medio del Ministro de Estado que corresponda, dentro
del plazo de treinta días. La respuesta debe ser fundada.

ii.- La citación a los ministros de Estado

Citar a un Ministro de Estado, a petición de a lo menos un tercio de los


diputados en ejercicio, a fin de formularle preguntas en relación con materias
vinculadas al ejercicio de su cargo. Con todo, un mismo Ministro no podrá ser
citado para este efecto más de tres veces dentro de un año calendario, sin previo
acuerdo de la mayoría absoluta de los diputados en ejercicio.

La asistencia del Ministro será obligatoria y deberá responder a las


preguntas y consultas que motiven su citación.

Otras de las medidas que puede tomar la Cámara de Diputados en el


ejercicio de su función fiscalizadora consiste en “citar a los Ministros de Estado”
a fin de formularle preguntas en relación al ejercicio de sus funciones.

Podemos señalar que si bien acá no se hace efectiva la responsabilidad


del respectivo Ministro, esta medida es una importante herramienta de control,
por un lado porque se otorga la posibilidad a la minoría parlamentaria citar al
Ministro respectivo, y si producto de esta gestión aparecen antecedentes
suficientes, se pueden sentar las bases de una futura acusación constitucional.

En todo caso el constituyente no quiere que este mecanismo sea utilizado


como una herramienta de persecución política, es por ello que su uso se
encuentra sujeto a límites. De esta manera el Ministro no podrá ser citado por
más de tres veces durante un año calendario, salvo que esta citación emane de la
mayoría absoluta de los miembros en ejercicio de la Cámara.

El Ministro citado estará obligado a concurrir a la Cámara, a responder las


consultas que se le formulen, y aún cuando la norma constitucional no lo diga
expresamente, a decir la verdad.

iii.- Comisiones investigadoras

Crear comisiones especiales investigadoras a petición de a lo menos dos


quintos de los diputados en ejercicio, con el objeto de reunir informaciones
relativas a determinados actos del Gobierno.

Las comisiones investigadoras, a petición de un tercio de sus miembros,


podrán despachar citaciones y solicitar antecedentes. Los Ministros de Estado,
los demás funcionarios de la Administración y el personal de las empresas del
Estado o de aquéllas en que éste tenga participación mayoritaria, que sean
citados por estas comisiones, estarán obligados a comparecer y a suministrar los
antecedentes y las informaciones que se les soliciten.

No obstante, los Ministros de Estado no podrán ser citados más de tres


veces a una misma comisión investigadora, sin previo acuerdo de la mayoría
absoluta de sus miembros.

La ley orgánica constitucional del Congreso Nacional regulará el


funcionamiento y las atribuciones de las comisiones investigadoras y la forma de
proteger los derechos de las personas citadas o mencionadas en ellas.

c.- La acusación constitucional

i.- La acusación constitucional se encuentra estructurada por


nuestra Constitución en dos etapas: Una de ellas, la primera, ante la
Cámara de Diputados y la segunda ante el Senado

La primera etapa, que se encarga como atribución exclusiva de la Cámara


de Diputados, y corresponde a la declaración “de haber o no lugar a las
acusaciones que no menos de 10 ni más de veinte de sus miembros” formulen en
contra de altos funcionarios públicos.
ii.- La acusación constitucional procede en contra de los siguientes
funcionarios públicos:

- En contra del Presidente de la República, por actos de su administración


que hayan comprometido gravemente el honor o la seguridad de la
Nación, o infringido abiertamente la Constitución o las leyes. La expresión
“actos de su administración” la debemos entender en un sentido amplio,
es decir, no se circunscribe solamente a la subfunción administrativa, sin
en general al ejercicio del gobierno del Estado. Además, la palabra acto
incluye tanto las acciones como las omisiones. Para que proceda la
acusación constitucional en contra del presidente de la República es
necesario que éste, en el ejercicio de sus funciones haya: Comprometido
gravemente el honor de la Nación. Es decir, haber puesto en peligro, en
cuestionamiento, de una manera importante, con magnitud y evidencia el
prestigio de nuestro País, su credibilidad o reputación. Comprometido
gravemente la seguridad de la Nación. Del mismo modo, se debe haber
puesto en un evidente y gran peligro la seguridad tanto interna como
externa de la Nación. Infringido abiertamente la Constitución o las leyes.
Recordemos que el artículo 6º establece que “los órganos del Estado
deben someter su acción a la Constitución y a las normas dictadas
conforme a ella” y que la no observancia de esta norma generará las
responsabilidades correspondientes. Pues bien, esta es una clara
manifestación de ello.
- En contra de los Ministros de Estado, por haber comprometido
gravemente el honor o la seguridad de la Nación, por infringir la
Constitución o las leyes o haber dejado éstas sin ejecución, y por los
delitos de traición, concusión, malversación de fondos públicos y
soborno.
Como se puede apreciar, en el caso de los ministros de Estado ya no se
exige la que infracción a la Constitución o las leyes haya sido
“abiertamente”. Además se agrega como causal, dejar las leyes sin
ejecución. Por su parte, la traición, significa no haber guardado lealtad
con nuestro Estado; concusión, o sea el cobro de tributos no autorizados
por la ley; malversación de fondos públicos, es decir, destinarlos a fines
diversos a los señalados por la ley; y el soborno, esto es, recibir regalos,
dádivas a cambio de adoptar o no ciertas decisiones.
- En contra de los magistrados de los tribunales superiores de justicia, por
notable abandono de sus deberes.
- En contra del Contralor General de la República, por notable abandono de
sus deberes. La expresión “notable abandono de deberes” puede ser
entendida en un sentido restringido y en un sentido amplio. En un
sentido restringido existe un notable abandono de deberes cuando el
personero público no ha dado cumplimiento a sus obligaciones desde un
punto de vista formal. Por ejemplo, el juez no acude al tribunal. En un
sentido amplio, además de lo meramente formal, incluye aspectos de
fondo. Por ejemplo, fallan una causa con una negligencia inexcusable. Por
ejemplo, caso Celco2.

2 “Diez diputados presentaron hoy una acusación constitucional en contra de los ministros de la
Corte Suprema, Domingo Kokisch, Jorge Rodríguez y Eleodoro Ortiz, quienes revocaron la
resolución que ordenaba el cierre de la empresa Celulosa Arauco (Celco) en Valdivia, basándose
en un informe adjudicado a la Universidad de Concepción, que luego se probó había sido hecho
por la propia empresa en cuestión. La presentación la hicieron -en uso de las atribuciones
contenidas en el artículo 48 de la Constitución, numeral 2, letra C- los diputados Juan Pablo
Letelier (PS), Laura Soto (PPD), Osvaldo Palma (RN), María Eugenia Mella (DC), Eduardo Díaz
(independiente-DC), Sergio Ojeda (DC), Fidel Espinoza (PS), Boris Tapia (DC), Waldo Mora (DC) y
Sergio Aguiló (PS). Por sorteo de balotas, la Cámara designó a Pablo Prieto (UDI), Iván
Norambuena (UDI), Arturo Longton (RN), Francisco Encina (PS) y Pablo Lorenzini (DC) para
confeccionar el informe que recomendará a la corporación la aceptación o rechazo de la
acusación, la cual -por reglamento- debe contar con el voto de la mayoría simple de los
legisladores para seguir curso al Senado, que actúa como jurado. Posteriomente, Longton fue
nombrado presidente de la instancia. El libelo presenta extensamente los antecedentes que dan
cuenta del accionar de los ministros que revocaron el cierre inicial de la planta Valdivia de Celco,
que pudo ser reabierta luego de la resolución de la Corte Suprema y sólo fue cerrada
nuevamente por decisión de la propia empresa ante el escándalo. En el texto se acusa a los
magistrados de “incurrir en la causal de notable abandono de deberes a raíz de la sentencia
dictada en el recurso de protección rol 1853-2005, de fecha 30 de mayo del 2005”. El diputado
Silva explicó que “no pretendemos revisar el fallo, cuestión que nos está absolutamente vedada
por la Constitución, tampoco estamos presentándolo porque pensemos distinto a la resolución,
sino que porque a nuestro juicio se han vulnerado manifiestamente los deberes
constitucionales”.

Sentenció que “es de público conocimiento que los ministro fallaron sobre la base de
antecedentes que la propia planta reconoció como falsos, en el sentido que quienes pretendieron
haber hecho un estudio contraviniendo en estudio de la Universidad Austral que era el principal
elemento científico que existía para el fallo había sido por la propia planta y no por el EULA de la
Universidad de Concepción”. El parlamentario recalcó que “no nos parece que los ministros
hayan sido engañados, de esa manera cualquier persona podría engañarlos con documentación
falsa, es deber de ellos analizar el expediente, leer los documentos , citar a personas si así lo
estiman conveniente para revisar los antecedentes sobre los cuales están fundando un
determinado fallo”, agregando que a raíz de este fallo “uno legítimamente se puede preguntar
qué está pasando y qué ha pasado en otros fallos que quizás no tienen la connotación pública de
éste, que no han tenido a los medios de comunicación permanentemente informando a la
ciudadanía”. Corresponde ahora dar cuenta de la acusación en la sala de sesiones, donde se
sorteará a los integrantes de la comisión que estudiará el líbelo –excluyendo a los firmantes-
para que éstos presenten un informe a la sala. Si se aprueba ese informe, la acusación pasaría al
Senado para que actúe como jurado”. (www.lanacion.cl, 22 de junio de 2005).
- La acusación constitucional también procede en contra de los generales o
almirantes de las instituciones pertenecientes a las Fuerzas de la Defensa
Nacional, por haber comprometido gravemente el honor de la Nación o la
seguridad de la Nación.
- De los intendentes y gobernadores, por infracción de la Constitución y
por los delitos de traición, sedición, malversación de fondos públicos y
concusión. La sedición consiste en el alzamiento en contra de la
autoridad.

iii.- Otros aspectos importantes de la acusación constitucional.

Recordemos que las acusaciones constitucionales deben ser formuladas


por no menos de diez ni más de 20 diputados. Una vez formulada la acusación
constitucional ésta se tramitará conforme a la Ley Orgánica Constitucional del
Congreso Nacional. Los artículos 37º al 52º de esta ley se refiere a esta materia.

La acusación interpuesta en contra del Presidente de la República podrá


interponerse mientras éste se encuentre en funciones y en los seis meses
siguientes a la expiración del cargo. Durante este tiempo no podrá ausentarse de
la República sin acuerdo de la Cámara de Diputados.

Las acusaciones que se formulen en contra de los otros funcionarios


públicos indicados en el artículo 52º de la Carta Fundamental podrán imponerse
mientras en afectado esté en funciones o en los tres meses siguientes a la
expiración de su cargo.

Interpuesta la acusación, el afectado no podrá ausentare del país sin


permiso de la Cámara y no podrá hacerlo en caso alguno si la acusación ya
estuviere aprobada por ella.

PARA DECLARAR QUE HA LUGAR LA ACUSACIÓN


CONSTITUCIONAL EN CONTRA DEL PRESIDENTE DE LA
REPÚBLICA SE NECESITARÁ EL VOTO DE LA MAYORÍA DE LOS
DIPUTADOS EN EJERCICIO.

En los demás casos se requerirá el voto conforme de la mayoría de los


diputados presentes y el acusado quedará suspendido en sus funciones desde el
momento en que la Cámara declare que ha lugar la acusación. La suspensión
cesará si el Senado desestimare la acusación o si no se pronunciaré dentro de los
treinta días siguientes.

iv.- El juicio ante el Senado

Por su parte el artículo 53º Nº 1) de la Constitución entrega como


atribución exclusiva del Senado: “Conocer de las acusaciones que la Cámara de
Diputados entable con arreglo al artículo anterior”.

En otras palabras, la Cámara de Diputados acusa y el Senado decide si la


persona acusada es o no culpable.

La norma constitucional prescribe que el Senado resolverá como jurado y


se limitará a declarar si el acusado es o no culpable del delito, infracción o abuso
de poder que se le imputa.

Explica el profesor Molina que resolver como jurado significa que “el
Senado aprecia la prueba en conciencia y emite su fallo en conciencia. Es según
el leal saber y entender de cada Senador, frente a los antecedentes producidos,
que debe emitir su veredicto. En conciencia apreciará, si están acreditados los
hechos, si corresponden a las causales señaladas por la Carta, y si el acusado es
responsable de esos actos”.

Para que el acusado sea declarado culpable se requiere del voto de las dos
terceras partes de los senadores en ejercicio, en caso de que se trate del
Presidente de la República. En los demás caso se requiere de la mayoría de los
senadores en ejercicio.

v.- Consecuencias de la declaración de culpabilidad

- El acusado queda destituido del cargo.

- No podrá desempeñar ninguna función pública, sea o no de


elección popular, por el término de cinco años.

- El funcionario declarado culpable será juzgado de acuerdo a las


leyes por el tribunal competente, tanto para la aplicación de la
pena señalada al delito, si lo hubiere, cuanto para hacer
efectiva la responsabilidad civil por los daños y perjuicios
causados al Estado o a particulares.

2.- Las atribuciones exclusivas del Senado

a.- Ya hemos referencia a las atribuciones que competen al Senado en


relación a la acusación constitucional.
b.- “Decidir si ha o no lugar la admisión de las acciones judiciales que
cualquier persona pretenda iniciar en contra de algún Ministro de Estado, con
motivo de los perjuicios que pueda haber sufrido injustamente por acto de éste
en el desempeño de su cargo”.

En este caso no nos estamos refiriendo a actos particulares del Ministro sino
que a actos de éste en el desempeño de su cargo. En consecuencia, para que el
Senado autorice la interposición de acciones judiciales (penales o civiles) en
contra de un Ministro de Estado, se precisa: Que el Ministro haya realizado
personalmente el acto ministerial respectivo, que dicho acto haya producido
perjuicios y que estos perjuicios se hayan producido injustamente, esto es, en
contra de lo que establece el ordenamiento jurídico.

c.- “Conocer de las contiendas de competencia que se susciten entre las


autoridades políticas o administrativas y los tribunales superiores de justicia”.

Los Tribunales Superiores de Justicia son la Cortes Suprema, las Cortes de


Apelaciones y Marciales.

En relación con esta atribución, durante el proceso de reforma


constitucional del año 2005, la Cámara de Diputados pretendía traspasar esta
atribución al Tribunal Constitucional. Finalmente esta idea no prosperó porque
se estimó que atendidos los ribetes políticos que existen detrás de estos
conflictos, era preferible que conociera de ellos un órgano político como es el
Senado.

d.- Además corresponde al Senado “otorgar la rehabilitación de la


ciudadanía, en el caso del artículo 17 Nº 3 de la Constitución”.

e.- “Prestar o negar su consentimiento a los actos del Presidente de la


República, en los casos en que la Constitución o la ley lo requieran”. Por ejemplo,
el Contralor General de la República, a los Ministros de la Corte Suprema, al
Fiscal Nacional del Ministerio Público, a los integrantes del Consejo de
Transparencia creado por la Ley 20.285 del año 2008.

f.- “Otorgar su acuerdo para que el Presidente de la República pueda


ausentarse del país por más de 30 días o durante los últimos 90 días de su
mandato”.

g.- “Declarar la inhabilidad del Presidente de la República o del


Presidente electo; y admitir o rechazar la dimisión del Presidente de la
República”. De acuerdo a la norma contemplada en el numeral 7) del artículo
53º, la inhabilidad del Presidente de la República o del Presidente electo, en caso
de que un impedimento físico o mental le impida ejercer sus funciones.
h.- Además, es atribución exclusiva del Senado declarar para el caso que
el Presidente de la República renuncie a su cargo, si las razones de la misma son
o no fundadas, y por tanto rechazarla o admitirla. En ambos casos el Senado
deberá oír previamente al Tribunal Constitucional.

i.- “Aprobar, por la mayoría de sus miembros en ejercicio, la declaración


del Tribunal Constitucional a que se refiere la segunda parte del Nº 10 del
artículo 93º”. Recordemos que de acuerdo a los dispuesto en el Nº 10 del
artículo 93º de la Constitución dispone que es una atribución exclusiva del
Tribunal Constitucional “declarar la inconstitucionalidad de las organizaciones y
de los movimientos o partidos políticos, como asimismo la responsabilidad de
las personas que hubieran tenido participación en los hechos que motivaron la
declaración de inconstitucionalidad, en conformidad a lo dispuesto en los
párrafos sexto, séptimo y octavo del Nº 15 del artículo 19º de esta Constitución”.
Ahora bien, “si la persona afectada fuera el Presidente de la República o el
Presidente electo, la referida declaración requerirá, además del acuerdo del
Senado adoptado por la mayoría de sus miembros en ejercicio”.

j.- “Aprobar, en sesión especialmente convocada al efecto y con el voto


conforme de los dos tercios de los senadores en ejercicio, la designación de los
ministros y fiscales judiciales de la Corte Suprema y del Fiscal Nacional”.

k.- “Dar su dictamen al Presidente de la República en los casos en que éste


lo solicite”. La Constitución prevé la posibilidad que el Senado ejerza una función
consultiva.

3.- Las atribuciones exclusivas del Congreso Nacional

a.- “Aprobar o desechar los tratados internacionales que le presentare el


Presidente de la República antes de su ratificación”.

La aprobación de un tratado internacional requerirá, en cada Cámara, de


los quórum que correspondan, en conformidad al artículo 66º, y se someterá, en
lo pertinente, a los trámites de una ley.

Así por ejemplo, si el tratado internacional versa sobre una materia


propia de una ley ordinaria, el quórum de aprobación corresponderá a la
mayoría de los miembros presentes de cada Cámara.

La Constitución también ordena al Presidente de la República informar al


Congreso Nacional sobre el contenido y alcance del tratado, así como las
reservas que pretenda confirmar o formularle. La reserva es “una declaración
unilateral, cualquiera que sea su enunciado o denominación, hecha por un
Estado al firmar, ratificar, confirmar formalmente, aceptar o aprobar un tratado
o adherirse a él, con objeto de excluir o modificar los efectos jurídicos de ciertas
disposiciones del tratado en su aplicación a este Estado o a esa organización”.

Del mismo la Constitución faculta al Congreso Nacional “sugerir la


formulación de reservas y declaraciones interpretativas a un tratado
internacional, en el curso del trámite de su aprobación, siempre que ellas
procedan de conformidad a lo previsto en el propio tratado internacional o en
las normas generales de derecho internacional”.

Según el profesor Nogueira “estas disposiciones normativas buscan


mejorar la calidad de la información de la cual pueda disponer el Congreso
Nacional al momento de analizar y debatir la aprobación de un tratado
internacional, siendo informado por el Presidente de la República de los alcances
del cuerpo normativo a la luz de las negociaciones sostenidas al aprobar el texto
que se somete a la consideración del Congreso Nacional o los alcances de la
convención internacional a la cual el Estado chileno busca adherirse, como
asimismo, el Jefe de Estado debe hacer presente sus intenciones respecto de las
disposiciones del tratado en las que desea formular declaraciones o respecto de
reservas que hará al momento de la ratificación del tratado”.

“Las medidas que el Presidente de la República adopte o los acuerdos que


celebre para el cumplimiento de un tratado en vigor no requerirán nueva
aprobación del Congreso, a menos que se trate de materias propias de ley”.

“No requerirán de aprobación del Congreso los tratados celebrados por el


Presidente de la República en el ejercicio de su potestad reglamentaria”.

Sostiene el profesor Humberto Nogueira que “esta disposición posibilita


los acuerdos que deban implementarse en virtud de un tratado marco, que
tienen carácter administrativo, por tanto, que no se refieren a materias propias
de preceptos legales en nuestro ordenamiento jurídico interno, pueden ser
dictadas por el Presidente de la República en ejercicio de su potestad
reglamentaria determinada en el artículo 32 Nº 8 de la Constitución. Asimismo,
se explicita en el nuevo texto constitucional que las convenciones o tratados
internacionales que no se refieran a materias de ley, comúnmente conocidas
como convenciones ejecutivas o acuerdos simplificados en el derecho
comparado, no requieren aprobación del Congreso Nacional”.

“Las disposiciones de un tratado sólo podrán ser derogadas, modificadas


o suspendidas en la forma prevista en los propios tratados o de acuerdo a las
normas generales de derecho internacional”.
De esta manera nuestro constituyente asume como propios dos
principios básicos en el derecho internacional, el principio de buena fe y el
principio de que lo pactado obliga (pacta sunt servanda).

En efecto, se entiende que si las autoridades que representan a un Estado


han negociado, han pactado y sobre todo si el acuerdo se encuentra ratificado,
éste debe ser cumplido.

“Corresponde al Presidente de la República la facultad exclusiva para


denunciar un tratado o retirarse de él, para lo cual pedirá la opinión de ambas
Cámaras del Congreso, en el caso de tratados que hayan sido aprobados por éste.
Una vez que la denuncia o el retiro produzca sus efectos en conformidad a lo
establecido en el tratado internacional, éste dejará de tener efecto en el orden
jurídico chileno”.

“En el caso de la denuncia o el retiro de un tratado que fue aprobado por


el Congreso, el Presidente de la República deberá informar de ello a éste dentro
de los quince días de efectuada la denuncia o el retiro”.

Esta norma es sumamente importante pues la única manera por medio de


la cual el Estado chileno puede eximirse de cumplir las obligaciones emanadas
de un tratado internacional es por medio de la denuncia o retiro, y esta es una
atribución exclusiva del Presidente de la República.

Si el tratado fue en su momento aprobado por el Congreso Nacional,


deberá informar a éste órgano dentro de los quince días siguientes de efectuada
la denuncia o retiro.

“El retiro de una reserva que haya formulado el Presidente de la


República y que tuvo en consideración el Congreso Nacional al momento de
aprobar un tratado, requerirá previo acuerdo de éste, de conformidad a lo
establecido en la ley orgánica constitucional respectiva. El Congreso Nacional
deberá pronunciarse dentro del plazo de treinta días contados desde la
recepción del oficio en que se solicita el acuerdo pertinente. Si no se pronunciare
dentro de este término, se tendrá por aprobado el retiro de la reserva”.

Si el Presidente de la República formuló una reserva, si además esta


reserva fue sometida a consideración del Congreso Nacional, y posteriormente el
Presidente quiere retirarla, ello ya no dependerá de su voluntad únicamente,
sino que deberá contar con el acuerdo del Congreso.

Si el Congreso aprueba se concretará el retiro de la reserva. Si el Congreso


nada dice dentro del plazo que señala la norma, se entiende que aprueba el
retiro de la reserva tácitamente. Si no aprueba no será posible materializar el
retiro de la reserva.

“De conformidad a lo establecido en la ley, deberá darse debida


publicidad a hechos que digan relación con el tratado internacional, tales como
su entrada en vigor, la formulación y retiro de reservas, las declaraciones
interpretativas, las objeciones a una reserva y su retiro, la denuncia del tratado,
el retiro, la suspensión, la terminación y la nulidad del mismo”.

Recordemos que el tratado internacional no es una ley, por tanto respecto


de ellos no rigen las reglas de publicación propias de la ley, dado lo anterior, y
de acuerdo a lo dispuesto en la Constitución será labor del legislador establecer
la manera como deberá darse la publicidad ordenada.

“En el mismo acuerdo aprobatorio de un tratado podrá el Congreso


autorizar al Presidente de la República a fin de que, durante la vigencia de aquél,
dicte las disposiciones con fuerza de ley que estime necesarias para su cabal
cumplimiento, siendo en tal caso aplicable lo dispuesto en los incisos segundo y
siguientes del artículo 64”.

b.- Pronunciarse, cuando corresponda, respecto de los estados de


excepción constitucional, en la forma prescrita por el inciso segundo del artículo
40º.

IV.- El funcionamiento del Congreso Nacional

De acuerdo a lo dispuesto en el artículo 55º de la Constitución “el


Congreso Nacional se instalará e iniciará su período de sesiones en la forma que
determine su ley orgánica constitucional”.

Por “período legislativo”, se entiende el cuadrienio que existe entre una


elección ordinaria de parlamentaria y otra.

Antes del año 2005, la Constitución distinguía entre una legislatura


ordinaria y extraordinaria. La primera estaba comprendida entre el 21 de mayo
y el 18 de septiembre de cada año. La segunda sólo operaba cuando el
Presidente de la República la convocaba o la mayoría de los miembros de cada
rama, lo hacía mediante una “autoconvocatoria”. En el primer caso, el Congreso
sólo podía tratar los asuntos por los cuales había sido citado.

A partir de la reforma de la Ley Nº 20.050, se elimina de la Constitución


esta doble legislatura. Así, el actual art. 55 CPR simplemente dispone que el
Congreso Nacional “se instalará e iniciará su período de sesiones en la forma que
determine la ley orgánica constitucional”. Sin embargo, la Ley Orgánica
Constitucional del Congreso Nacional, sigue contemplando un período de
sesiones entre las mismas fechas que establecía la Constitución Política, esto es,
entre el 21 de mayo y el 18 de septiembre de cada año. A pesar de esto, al
haberse eliminado de la Carta Fundamental,

El artículo 32º Nº 2 de la Constitución concede al Presidente de la


República, previendo la posibilidad que la Ley Orgánica fije efectivamente
períodos de receso, la atribución de “pedir, indicando los motivos, que se cite a
sesión a cualquiera de las ramas del Congreso Nacional. En tal caso, la sesión
deberá celebrarse a la brevedad posible”.

“En todo caso, se entenderá siempre convocado de pleno derecho para


conocer de la declaración de estados de excepción constitucional”.

La Constitución también encarga a la Ley Orgánica Constitucional del


Congreso Nacional la regulación de: i) La tramitación de la acusación
constitucional, ii) La calificación de las urgencias, iii) Todo lo relacionado con la
tramitación interna de la ley.

Otra regla importante que se debe tener presente es la dispuesta en el


artículo 56º, a saber: Las Cámaras no podrán entrar en sesión ni adoptar
acuerdos sin la concurrencia de la tercera parte de sus miembros en ejercicio.
Cada Cámara establecerá en su propio reglamento la clausura del debate por
simple mayoría.

V.- Normas comunes para diputados y senadores

1.- Las prohibiciones parlamentarias

a.- Las inhabilidades. Son impedimentos que establece la Constitución y que


no permiten que ciertas personas se puedan presentar como candidatos a
diputado o senador. Estas se encuentran establecidas en el artículo 57º de la
Carta Fundamental:

i) Los ministros de Estado;


ii) Los intendentes, los gobernadores, los alcaldes, los miembros de los
consejos regionales, los concejales y los subsecretarios;
iii) Los miembros del Consejo del Banco Central;
iv) Los magistrados de los tribunales superiores de justicia y los jueces de
letras;
v) Los miembros del Tribunal Constitucional, del Tribunal Calificador de
Elecciones y de los tribunales electorales regionales;
vi) El Contralor General de la República;
vii) Las personas que desempeñan un cargo directivo de naturaleza gremial o
vecinal;
viii) Las personas naturales y los gerentes o administradores de
personas jurídicas que celebren o caucionen contratos con el Estado;
ix) El Fiscal Nacional, los fiscales regionales y los fiscales adjuntos del
Ministerio Público; y
x) Los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas, el General Director de
Carabineros, el Director General de Investigaciones, y los oficiales
pertenecientes a las Fuerzas Armadas y a las Fuerzas de Orden y
Seguridad Públicas.

A propósito de las inhabilidades nombradas, la regla general es que ellas


serán aplicables a quienes hubieren tenido estas calidades dentro del año
inmediatamente anterior a la elección parlamentaria.

Respecto de las inhabilidades que afectan a las personas indicadas en los


numerales 7º y 8º del artículo 57º, ellas no deberán reunir estas calidades al
momento de inscribir su candidatura.

En el caso del Fiscal Nacional, los fiscales regionales y los fiscales adjuntos
del Ministerio Público, el plazo de la inhabilidad que les afecta, será de los dos
años inmediatamente anteriores a la elección.

Si estas personas, en definitiva no resultaren elegidas, no podrán volver al


mismo cargo, ni ser designados para cargos análogos a los que desempeñaron,
hasta un año después del acto electoral.

Las cuestiones relacionadas con las inhabilidades de un parlamentario,


serán resueltas por el Tribunal Constitucional. Así lo dispone el artículo 93º de la
Constitución.

En cambio las cuestiones relativas a candidaturas parlamentarias serán


resueltas por el Tribunal Calificador de Elecciones, tal como ha sucedido en el
caso “Luciano Cruz Coke” el año 2013, donde este órgano jurisdiccional estimó
que la candidatura del Sr. Cruz Coke, ex – autoridad máxima del Consejo
Nacional de la Cultura y las Artes, le afectaba la inhabilidad del artículo 57 N° 1 a
pesar que este organismo no es un ministerio, pero su cargo al tener “rango de
Ministro” y no haber renunciado antes del año de la elección.

b.- Las incompatibilidades. Son prohibiciones que afectan a los


parlamentarios, en virtud de las cuales no podrán desempeñar en forma
simultánea otros empleos, cargos o funciones.
De acuerdo al artículo 58º de la Constitución, los cargos de diputados y
senadores son incompatibles entre sí; lo mismo que todo empleo o comisión
retribuido “con fondos públicos” con excepción de empleos docentes, o
funciones y comisiones en la enseñanza superior, media o especial; y las
funciones de directores o consejeros, aunque fueren ad-honorem, en “entidades
de carácter público”.

Las cuestiones relacionadas con las incompatibilidades de los


parlamentarios, serán conocidas por el Tribunal Constitucional.

c.- Las incapacidades. Son prohibiciones que afectan a los


parlamentarios y que les impiden ser nombrados para un empleo, función o
comisión incompatible.

El artículo 59º señala que “ningún diputado o senador, desde el momento


de su proclamación por el Tribunal Calificador de Elecciones puede ser
nombrado para un empleo, función o comisión de los referidos en el artículo
anterior”.

En el inciso segundo de esta norma se establece que “esta disposición no


rige en caso de guerra exterior, ni se aplica a los cargos del Presidente de la
República, Ministro de Estado y agente diplomático; pero sólo los cargos
conferidos en estado de guerra son compatibles con las funciones de diputado o
senador”.

2.- La cesación en el cargo de parlamentario

De acuerdo al artículo 60º de la Constitución:

“Cesará en el cargo el diputado o senador que se ausentare del país por


más de treinta días sin permiso de la Cámara a que pertenezca o, en receso de
ella, de su Presidente.

Cesará en el cargo el diputado o senador que durante su ejercicio


celebrare o caucionare contratos con el Estado, el que actuare como abogado o
mandatario en cualquier clase de juicio contra el Fisco, o como procurador o
agente en gestiones particulares de carácter administrativo, en la provisión de
empleos públicos, consejerías, funciones o comisiones de similar naturaleza. En
la misma sanción incurrirá el que acepte ser director de banco o de alguna
sociedad anónima, o ejercer cargos de similar importancia en estas actividades.

La inhabilidad a que se refiere el inciso anterior tendrá lugar sea que el


diputado o senador actúe por sí o por interpósita persona, natural o jurídica, o
por medio de una sociedad de personas de la que forme parte.
Cesará en su cargo el diputado o senador que ejercite cualquier influencia
ante las autoridades administrativas o judiciales en favor o representación del
empleador o de los trabajadores en negociaciones o conflictos laborales, sean del
sector público o privado, o que intervengan en ellos ante cualquiera de las
partes. Igual sanción se aplicará al parlamentario que actúe o intervenga en
actividades estudiantiles, cualquiera que sea la rama de la enseñanza, con el
objeto de atentar contra su normal desenvolvimiento.

Sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso séptimo del número 15º del


artículo 19, cesará, asimismo, en sus funciones el diputado o senador que de
palabra o por escrito incite a la alteración del orden público o propicie el cambio
del orden jurídico institucional por medios distintos de los que establece esta
Constitución, o que comprometa gravemente la seguridad o el honor de la
Nación.

Quien perdiere el cargo de diputado o senador por cualquiera de las


causales señaladas precedentemente no podrá optar a ninguna función o empleo
público, sea o no de elección popular, por el término de dos años, salvo los casos
del inciso séptimo del número 15º del artículo 19, en los cuales se aplicarán las
sanciones allí contempladas.

Cesará, asimismo, en sus funciones el diputado o senador que, durante su


ejercicio, pierda algún requisito general de elegibilidad o incurra en alguna de
las causales de inhabilidad a que se refiere el artículo 57, sin perjuicio de la
excepción contemplada en el inciso segundo del artículo 59 respecto de los
Ministros de Estado.

Los diputados y senadores podrán renunciar a sus cargos cuando les


afecte una enfermedad grave que les impida desempeñarlos y así lo califique el
Tribunal Constitucional”.

Además, aún cuando la Carta Fundamental no lo dice en forma expresa


son causales de cesación en el cargo de diputado o senador, el cumplimiento del
período parlamentario y la muerte del mismo.

3.- Las prerrogativas parlamentarias

A fin de resguardar la independencia de la función parlamentaria y


facilitar el ejercicio de estas altas funciones, la Constitución establece las
llamadas prerrogativas parlamentarias.
a.- La inviolabilidad parlamentaria. De acuerdo al art. 61 inciso
primero CPR: “los diputados y senadores sólo son inviolables por las opiniones
que manifiesten y los votos que emitan en el desempeño de sus cargos, en
sesiones de sala o de comisión”.

Dice el profesor Molina que “la inviolabilidad constituye una inmunidad


jurídica de fondo, puesto que establece en favor de los parlamentarios una
irresponsabilidad por las opiniones manifestadas y los votos emitidos en las
situaciones indicadas en aquella disposición”.

En virtud de esta inviolabilidad se establece una irresponsabilidad tanto


penal como civil, pero solamente respecto de “las opiniones manifestadas y los
votos emitidos en el desempeño de sus cargos, ya sea en las sesiones de sala o
comisión”.

b.- El fuero parlamentario. Es aquella inmunidad, en virtud de la cual,


ningún parlamentario puede ser acusado o privado de libertad, salvo delito
flagrante, sin la autorización previa de la Corte de Apelaciones respectiva.

El fuero parlamentario, sólo tiene lugar respecto de asuntos penales. Los


parlamentarios gozan de este fuero desde su elección o juramento, según el caso.

En virtud de este fuero el diputado o senador no podrá ser acusado ni


privado de libertad, salvo en caso de delito flagrante, en cuyo caso, será puesto
inmediatamente a disposición del Tribunal de Alzada competente. Procederá la
acusación, si previamente el “Tribunal de Alzada” en pleno (Corte de
Apelaciones) la autoriza previamente, declarando haber lugar a la formación de
causa (sentencia “de desafuero”). La sentencia que se dicte será apelable para
ante la Corte Suprema. Una vez que la sentencia de desafuero queda firme,
produce los siguientes efectos: 1) el parlamentario imputado queda suspendido
de su cargo; 2) el parlamentario quedará sujeto al juez competente. Según el art.
420 del Código Procesal Penal “se seguirá el procedimiento conforme a las reglas
generales”, por lo tanto, ante el Juez de Garantía, y si correspondiese, ante el
Tribunal del Juicio Oral en lo Penal.

c.- La dieta parlamentaria. De acuerdo al artículo 62º de la Constitución,


“los diputados y senadores percibirán como única renta una dieta equivalente a
la remuneración de un Ministro de Estado incluidas todas las asignaciones que a
éstos correspondan”.
VI.- La formación de la ley

1.- Materias de Ley

El artículo 63º de la Constitución establece cuales son las materias de ley.


Esto significa que estas materias solamente pueden estar reguladas por leyes y
no por otras normas jurídicas, especialmente por la potestad reglamentaria del
Presidente.

Ya hemos dicho en más de una oportunidad que nuestra Carta


Fundamental establece un “dominio legal máximo”, toda vez que se señalan
taxativamente las materias que deben ser reguladas por medio de estas normas
jurídicas.

Todas aquellas materias que no se encuentran incluidas en esta


disposición constitucional pueden ser reguladas por el Presidente de la
República a través de la potestad reglamentaria autónoma.

Sin embargo, debemos tener presente que dada la amplitud del numeral
20 del artículo 63º esta idea se relativiza de manera muy importante.

2.- Los Decretos con Fuerza de Ley. Esta materia se encuentra regulada en el
artículo 64º de la Constitución. Recordemos que ya hemos hecho alusión a los
DFL a propósito de las fuentes del derecho constitucional y en relación a las
atribuciones especiales del Presidente de la República.

3.- Los diversos tipos de leyes. Esta materia también ha sido estudiada, dado lo
anterior, ahora solamente recordaremos que ella se encuentra regulada en el
artículo 66º de nuestra Constitución.

4.- El proceso de formación de la ley propiamente tal

La formación de la ley en nuestro ordenamiento constitucional responde


a un procedimiento complejo, esto es, compuesto por una serie de etapas, donde
además interviene de un modo decisivo el Presidente de la República como
órgano colegislador.

Este procedimiento se encuentra establecido esencialmente en la Carta


Fundamental, entre los artículos 65º al 75º y complementado por las
disposiciones pertinentes de la Ley Orgánica del Congreso Nacional.
a.- La Iniciativa legal

La iniciativa legal es la facultad que el ordenamiento jurídico reconoce al


Presidente de la República y a los miembros del Congreso Nacional para
proponer o presentar proyectos de ley.

A diferencia de lo que ocurre con otros ordenamientos constitucionales


como el suizo o el colombiano, en el nuestro no se le reconoce iniciativa legal a la
ciudadanía.

Cuando la iniciativa de ley emana del Presidente de la República se


denomina “mensaje presidencial”, cuando ella emana de los miembros del
Congreso Nacional se llama “moción parlamentaria”. Estas mociones deberán
estar firmadas por no más de diez diputados, o por no más de cinco senadores.
La idea de una norma de esta naturaleza es fomentar el debate parlamentario.

De acuerdo a lo dispuesto en el artículo 65º de la Constitución, hay una


serie de materias que son de iniciativa exclusiva del Presidente de la República.

De esta manera, “corresponderá al Presidente de la República la iniciativa


exclusiva de los proyectos de ley que tengan relación con la alteración de la
división política o administrativa del país, o con la administración financiera o
presupuestaria del Estado, incluyendo las modificaciones de la Ley de
Presupuestos, y con las materias señaladas en los números 10 y 13 del artículo
63.

Corresponderá, asimismo, al Presidente de la República la iniciativa


exclusiva para:

1º.- Imponer, suprimir, reducir o condonar tributos de cualquier clase o


naturaleza, establecer exenciones o modificar las existentes, y determinar su
forma, proporcionalidad o progresión;

2º.- Crear nuevos servicios públicos o empleos rentados, sean fiscales,


semifiscales, autónomos o de las empresas del Estado; suprimirlos y determinar
sus funciones o atribuciones;

3º.- Contratar empréstitos o celebrar cualquiera otra clase de operaciones


que puedan comprometer el crédito o la responsabilidad financiera del Estado,
de las entidades semifiscales, autónomas, de los gobiernos regionales o de las
municipalidades, y condonar, reducir o modificar obligaciones, intereses u otras
cargas financieras de cualquier naturaleza establecidas en favor del Fisco o de
los organismos o entidades referidos;
4º.- Fijar, modificar, conceder o aumentar remuneraciones, jubilaciones,
pensiones, montepíos, rentas y cualquiera otra clase de emolumentos,
préstamos o beneficios al personal en servicio o en retiro y a los beneficiarios de
montepío, en su caso, de la Administración Pública y demás organismos y
entidades anteriormente señalados, como asimismo fijar las remuneraciones
mínimas de los trabajadores del sector privado, aumentar obligatoriamente sus
remuneraciones y demás beneficios económicos o alterar las bases que sirvan
para determinarlos; todo ello sin perjuicio de lo dispuesto en los números
siguientes;

5º.- Establecer las modalidades y procedimientos de la negociación


colectiva y determinar los casos en que no se podrá negociar, y

6º.- Establecer o modificar las normas sobre seguridad social o que


incidan en ella, tanto del sector público como del sector privado.

El Congreso Nacional sólo podrá aceptar, disminuir o rechazar los


servicios, empleos, emolumentos, préstamos, beneficios, gastos y demás
iniciativas sobre la materia que proponga el Presidente de la República”.

En el resto de las materias la iniciativa le corresponde tanto al Primer


Mandatario como a los miembros del Congreso Nacional.

b.- La Cámara de Origen

Cuando hablamos de Cámara de Origen, nos estamos refiriendo a aquella


donde se inicia la tramitación del proyecto de ley.

La regla general es que los proyectos pueden iniciarse ya sea en la


Cámara de Diputados o en el Senado. No obstante lo anterior, la Constitución
establece ciertas excepciones, es decir, algunos proyectos sólo pueden tener su
origen en la Cámara de Diputados y otros solamente pueden ser iniciados en el
Senado.

De esta manera el artículo 65º dispone que “las leyes pueden tener origen
en la Cámara de Diputados o en el Senado, por mensaje que dirija el Presidente
de la República o por moción de cualquiera de sus miembros. Las mociones no
pueden ser firmadas por más de diez diputados ni por más de cinco senadores.

Las leyes sobre tributos de cualquiera naturaleza que sean, sobre los
presupuestos de la Administración Pública y sobre reclutamiento, sólo pueden
tener origen en la Cámara de Diputados. Las leyes sobre amnistía y sobre
indultos generales sólo pueden tener origen en el Senado”.
c.- La tramitación una vez ingresado el proyecto

Una vez presentado el proyecto de ley en la Cámara de Origen se da lugar


al PRIMER TRÁMITE CONSTITUCIONAL DE FORMACIÓN DE LA LEY. Este
trámite se conduce de acuerdo a las siguientes reglas:

El proyecto se presenta, se da cuenta de él en sala. Luego se remite a las


comisiones que correspondan. Si el proyecto implica gastos, necesariamente
debe ser revisado por la Comisión de Hacienda;

La comisión elabora su primer informe y propone a la Sala, la aprobación


o rechazo del proyecto;

La Sala recibe el informe de la Comisión y en su seno se procede a discutir


en general el proyecto, esto es, en sus ideas fundamentales. En esta etapa el
proyecto puede ser aprobado o desechado, también los parlamentarios le
pueden introducir indicaciones.

El proyecto se aprueba. En este caso pasa nuevamente a Comisión, donde


se estudia el proyecto en particular, además de las indicaciones formuladas. Esta
Comisión elabora un segundo informe y lo pone a disposición de la Sala para su
análisis particular. Si el proyecto se aprueba, éste pasa a la Cámara Revisora. EL
PRIMER TRÁMITE CONSTITUCIONAL QUEDA FINALIZADO.

Si el proyecto es rechazado no podrá ser renovado sino hasta dentro del


plazo de un año contado desde el rechazo;

En todo caso, si el proyecto emana de la iniciativa exclusiva del


Presidente de la República, éste puede remitir el proyecto a la otra Cámara.

Si la otra Cámara lo desecha en general, sólo podrá ser renovado luego del
plazo de un año contado desde este rechazo; y si lo aprueba en general por los
2/3 de sus miembros presentes, volverá a la Cámara de Origen y sólo se
entenderá desechado si ella lo rechaza por los 2/3 de sus miembros presentes.

Una vez aprobado en general y en particular por la Cámara de Origen, el


proyecto de ley es remitido a la otra Cámara para su estudio. PASAMOS
ENTONCES A LA TRAMITACIÓN ANTE LA CÁMARA REVISORA O SEGUNDO
TRÁMITE CONSTITUCIONAL.

Esta Cámara Revisora puede:

Aprobar el proyecto despachado por la Cámara de Origen, sin introducir


modificaciones de ningún tipo. El proyecto se aprueba y se envía al Presidente
de la República. ;
Podrá aprobarlo, con modificaciones. Si sucede esto el proyecto es
enviado a la Cámara de Origen a fin de que ésta se pronuncia sobre las
modificaciones respectivas.

El proyecto puede ser rechazado. Si esto sucede el proyecto pasa a la


Comisión Mixta.

Si la Cámara Revisora introduce modificaciones al proyecto de ley, estas


modificaciones vuelven a ser discutidas por la Cámara de Origen, cuando esto
sucede ESTAMOS EN EL TERCER TRÁMITE CONSTITUCIONAL.

La Cámara de Origen frente a las modificaciones introducidas al proyecto


por la Cámara Revisora podrá aceptarlas, en cuyo caso el proyecto se entiende
aprobado por el Congreso Nacional, procediendo a enviar los antecedentes al
Presidente de la República. Pero puede suceder que la Cámara de Origen las
rechace, en cuyo caso el proyecto será analizado por una Comisión Mixta.

La Comisión Mixta.

Ella es creada con el fin de resolver las diferencias y dificultades


producidas entre las Cámaras durante la tramitación de un proyecto de ley.
Están conformadas por igual número de diputados y senadores.

La Comisión Mixta debe formarse en alguna de las siguientes hipótesis:

a) Cuando la Cámara Revisora rechaza un proyecto aprobado por la Cámara


de Origen.

b) Cuando la Cámara de Origen rechaza las modificaciones introducidas por


la Cámara Revisora.

¿Qué pasa en la Comisión Mixta? Lo primero que puede pasar en ella es


que llegue a un acuerdo. En este caso el proyecto se envía a la Cámara de Origen,
y una vez aprobado por ésta pasa a la Cámara Revisora. Si la Cámara Revisora
aprueba el proyecto se entenderá aprobado por el Congreso Nacional.

Sin embargo, puede suceder que la Comisión Mixta no llegue a un


acuerdo, o bien llega a un acuerdo y el proyecto no es aprobado por la Cámara de
Origen. Entonces el Presidente de la República puede pedir a la Cámara de
Origen que insista con las 2/3 partes de sus miembros en ejercicio sobre el
proyecto original. Si esto sucede, el proyecto pasa a la cámara que lo desechó, y
sólo se entenderá que ésta no lo aprueba si concurren para ello las 2/3 partes de
sus miembros presentes.
UNA VEZ APROBADO EL PROYECTO EN EL CONGRESO NACIONAL, se
envía al Presidente de la República. El Presidente tiene dos alternativas:

Lo aprueba y lo promulga dentro del plazo de diez días que siguen a la


fecha de la comunicación.

Ejerce su derecho a veto. Recordemos que estas observaciones sólo


podrán tener relación directa con las ideas matrices del proyecto.

ETAPA EVENTUAL: EL VETO PRESIDENCIAL.

Las observaciones que formule el Presidente de la República serán


comunicadas al Presidente de la Cámara de Origen.

Puede suceder que tanto la Cámara de Origen como la Cámara Revisora


aprueben las observaciones hechas por el Presidente de la República, si ello es
así el proyecto se enviará al Presidente para su promulgación.

En cambio, si las Cámaras desecharen todas o algunas de las


observaciones e insisten por 2/3 de sus miembros presentes en todo o parte del
proyecto aprobado por ellas, se devuelve al Presidente de la República para su
promulgación; ahora, si rechazan total o parcialmente las observaciones, y no
insistieran en el proyecto, no habrá ley sobre los puntos en discrepancia.

No debemos olvidar tampoco que dentro del proceso de tramitación de


una ley, tiene o puede tener una participación esencial el Tribunal
Constitucional, particularmente en el ejercicio del control preventivo de
constitucionalidad de las leyes. Este control pueden ser obligatorio, de acuerdo a
lo dispuesto en el artículo 93º Nº 1, o eventual, esto es, ejercido a requerimiento
como es el que se produce en virtud del artículo 93 Nº 3º de la Constitución.
En el caso del control de constitucionalidad preventivo y obligatorio
comprendido en el numeral 1º del artículo 93º, este trámite es derechamente
parte del proceso de tramitación de las respectivas leyes.

d.- Los trámites finales

Cuando hablamos de los trámites finales en el proceso de formación de la


ley nos estamos refiriendo a la sanción, promulgación y publicación.

La sanción es la aprobación por parte del Presidente de la República de


un proyecto votado favorablemente por el Congreso Nacional.

Recordemos que una vez que el Congreso aprueba el proyecto éste se


envía al Presidente para que lo apruebe o lo rechace. Esta aprobación puede ser
expresa, tácita o forzada. La aprobación es expresa cuando una vez recibido el
proyecto, lo aprueba dentro del plazo de 30 días que prescribe la Constitución.
La aprobación es tácita cuando el Presidente nada dice dentro de esos treinta
días, entonces el proyecto se entiende aprobado. Es forzada cuando el
Presidente rechaza el proyecto y las Cámaras insisten, en este caso el proyecto
se devuelve al Presidente para su promulgación.

La promulgación es el acto solemne por el cual el Presidente de la


República certifica la autenticidad de la ley y ordena su cumplimiento.

La publicación, es el acto que consiste en la inserción de la ley en el Diario


Oficial, y cuya finalidad es darla a conocer a la comunidad.

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