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lígattft^

*La jugadora >, dibujo


^^ Kaííiel de Penagos
¿Dolor d e cabeza^
Sello K E I N D O L

La vida
activa
que exige la lucha por la existencia, es
incompatible con esas que no son en-
- < / fermedades, pero que inhabilitan al mas
í- esforzado: las neuralgias, •
Un dolor neurálgico es temible;
t>.
menos mal que el
Se vende en hs
buenas farmacias
40 céntimos Sello
un Sello
en su estuche
de aluminio

calma a los pocos minutos de tomarlo los


dolores de cabeza y cuantas manifestacio-
nes neurálgicas aquejan al individuo en esta
época de constante tensión nerviosa.

Laboratorios "VERKOS", Serrano y Rived


jí^ Zaragoza.
UNDEPWOOD PORTÁTIL
T e c l a d o i g u a l a l d e l a m á q u i n a p a r a oficinas
A n g i n a d e p e o h o , V a j o z p r e m a t n r a y Jemas enífirmcdadeí
Qriu'iUBd^ j:or la A r t e r l o e s c l o r a a l a i; H i p e r t e o B l ó n
Se curan de UD caodoperruttoí' rnilical y st (viían por completo tomando

:R- u O L
LoBsíntomas precursores de estas EcfermedBdes: dolores de ca-
besa, rampa n caliimbres,zumbidos de oídos, falta tíela<:iO. hormi-
fftií-os. ra/iidos Ídesinaijo-V. modorra, '/atiaa freruenles de dormir
perdida de la memoria, irritabilidad de caniílcr, congestiones, he-
morragias, varices, dolores en tu espalda, rffWíítf«d, cLc, deí,Hpa-
reccn con rapidez usando B u o l lis rei;oQietiiiQdo por rnilneücias
médicas de varios paisca; suprime el peligro de ser vletimn ríe una
muerte repentina; un ¡lerju.^Lca DTineapor prolongado quu snasii uso;
sus resultados proiJiiriosoB se manlJie.sian a las primeras dosis, cnn-
tlLi]lindo la mejüriii basta el total reitnbleciml{i;ilo y lográndose coa
el mismo una existencia lar^ii-con una salud envldíarile.
VENTA Madrid. F Cayoso, Areaaf, 2, BircelonB, Segalá. Ilbln
FJores, )4. 7 principslia l.^rniacias de Espafia, Por:ii^3l y Arofrics

Lea usted NUEVO MUNDO


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TKIKKEME ROMANO. Aflos 6Ü-1Ü0
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desde lo m remaío i^ la Era Cn'sliana al sigla XIX
DE (.iiilcnis líiiitiaiias, Uulcones Bsitañolcs, B a r -
cos iMcrcuntes y Ci>rsarli>s del SÍÍTNI XV'lll.
Uuqiics dü tjiiorra y i'rjuj'atas r'iiinusos.
lícprodKCCioiies e x a c t a s ilc Itjs erigiría les

SAN MAüTlff 1)111 verdai'eriisarlifitrea.ConiplcOiiiciiteppa-


rejuilos. Clin velas eiidiireciclas. A c a b a d o s ÍÍ
mano en todos s u s d e t a l l e s . t\\ niiidcrameii
eiWá lieriii<isaiiieric= lalludo y <-'i>loread(i. Hay
modeles desdi^.lj c/ni, a t'J.í c/in.de Imiejtud,
l ' r e c i o s : dt-sde iiUras J.II.O.
6, Puerta del Sol, 6
S e e n v / j caJálojjo d e Ui\n ilusÉrado c o n (irabn<liis csn color,
al rccil}0 de un giro liiteriiacinnai de im eheljn y seis p e n i q u e s .

losclichés usa- f G. A. GUDÉ & Co. Ltd.


y por eso s e distiague entre todos
dos en esta líe- Dcpt. B
eJo olvide nuncíi nuf el limio en lj VJJEI dcpeniie,
: Díriarirse á esta Klngsbiiry Haii>;e, I5<I7, \\\n^ S t r e e t ,
CÓMODO St. J a m e s , L O N I ) l í r S , S-VV. 1.
en muy buena piíni;, dd aspucln PLTMHIUI. SIÍNCILLO Admón., H e r m o s i lla^ 57.
"> el honibre, d cudij, us Í\UIZÁ IJ uniL-n nreiida líLI^GANTE
Por lu que pueiic lu/fiiiríc m pcrsonulidüd- INENCOGIBLE
f^infiún olro cuello noice e\ nelln dü impcíjblc INAlílíUOABLE
lúe i^xitíü ¡a vidü uiixluífiíii cuirio el ECONÓMICO

CONSERVAS TREVIJANO
illNIAÜÜ
I^OGrFiOT^^O
fflliricniMts: M A N U F A C T U R A S DOMINGO J v \ I J R E G A S , S. .\. ' Uiirtelgnu
I
UNIVERSITE DE GENEVE
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COURS de VACANCES de FRANCAIS
IS^^t^sROLDÁNJ Langue ef liftérature. Exercices platiques par groupes. Phonétique,
IMction. Conversation, Graniinaire. 1 raduction. Composition.
I.
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relo de la eleqancia
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AÑO XV.~NÚM. 739 MADRID, 3 MARZO 1928

U0U ILUSTRACIÓN MUNDIAL

DIreclar; FRANCISCO VERDUGO

DON JUAN VÁZQUEZ DE MELLA


Jete del partido tradicionalista español, una de ¡as figuras más ilustres de nupstra política, que tía muerto ]a noche del domingo último en Madrid
(Fot. Kóulak]
La Esfera

EN TORNO AL ESPÍRITU DE LA FUTURA UNIVERSIDAD


Coiilimiamos oyendo e] criterio d é l o s más ilustres profesores universitarios acerca d e la Universidad futura. E n números anteriores l i e m o s
puliHcado las orientaciones de los praíísores Jimécez de Asúa (de Derecho), Suñer (de Medicina), Risco (de Ciencias} y D . Obdulio Fer-
Tiándpz l(\p- Fannsp-inl. PiiMicam™; hnv H ¡\f\ nrnfocr,r r.ii Finnqp-a. iinniir» Ina innnvndnrcB d e !os cstiidins nsicrplóEJcos en E s p a ñ a .

El profesor Fagoaga, con susjalumnos, en el laboratorio de la Facultad de Filosofía y Letras

]. COXCEPTO. díi'Sele profesionalidad. Carecemos con demasia- te la autonomía pedagógica, que regula con fle-
da frecuencia tle es¡}íriiu de cuerpo. Xo sólo las xibilidad enseñanzas é investigaciones; lo es la
relaciones entre profeíore-s y alumnos suelen ser económica, mediante la cual la Universidad
E N el año de ii^i.[, con ocasión de la aperíurü
del Curso académico, refería de este moiio
nuestro insigne líonilla y San ^tartin el ín-
íi)rme que le coínunicara cierto cstuiUante ex-
ceremoniosas y superficiales, sino que el escolar
llega á mirarse en la Universidad como en mo-
rada ajena; se considera estudiante per dccidens,
guaríla y aclniinistra un peculio; pero, ai cabo,
si el caudal de las ideas es enclenque ó raquítico,
de nada servirán métodos y regalos: aunqtie la
tranjero; ([—Me han dicho que la Universidad acaso imicamente mientras de mejor ó peor mona se vista ile seda, etc.
es mala, y que no debo perder e! tiempo en ella. gana está en el edificio universitario, i l a perdido Para evitarlo, no hay sino dejar en libre jue-
—No le lian aconsejado bien—le conteste—; la el bonete y el manteo, como el profesor ha des- go á cada maestro, presupuestas, claro está, co-
Universidad no es mala, sino pobre y sierva; al terrado borla y toga. Más que universitarios que rrección y competencia. Mas los maestros, de su
contrario, es de liis cosas buenas que todavía salen por el mundo, se creerían gentes de mun- parte, deben entender que, por muy alto que
quedan en nuestro país; tendr.l un régimen de- do que visitan la Universidad. ;Vsi ésta no im- asciendan en sus lucubríLciones, éstas y ellos
íectuoso, pero no es ella la responsable de po- prime en ellos carácter ni colorido; mero episo- tienen un destino en la vida terrena! y no más
seerlo; carecerá de medios, pero es porque se le dio en su vida, apenas adivinan el Alma mdler. allá de la órbita del planeta Urano. Es preciso
han arrebatado ó jxírquc no se le han concedido vitalizar la sabiduría ó, si se quiere, humanizar-
suficientemente; mas la ünivL-rsidad no es el ré- la. V no precisamente como requerimiento peda-
gimen, vi i.K-, medios, ni ci local, es ¡a comunidad •1. MAESTROS.
gógico, sino más todavjíi como actitud vital,
moral y científica, más ó nicJios duradera, de consideramos importanle en e! maestro la seji-
maeüros y alumnos; es la concreción de una his- \;v se sabe cuántos han sido los progresos pe-
dagógicos de estos últimos tiempos, cuan nece- cilkj, es decir, la ausencia de énfasis. Podría ha-
toria en muchas épocas gloriosa; es el organis- blarse de esto iargamenbe. Son varias las causas
mo en el cual han vivido y al cual han vuelto saria es en la instrucción la modernidad de los
métodos. Creo que hay acuerdo genera! acerca que han contribuido al énfasis doctoral. La cos-
las figuras nías representativ;is de nuestra pa- tumbre de afirmar sin réplica (achaque común á
tria; hay en ella quienes trabajan con vocación de ello, por lo que no debemos insistir. En buen
hora mil voces han venido clamando para deste- los predicadores) hace que el maestro tienda á
y amor; bústpielos usted y juzgue.u creer, sin suficiente reflexión, que lo que dice es
rrar la incuria y la rutina tanto en la investiga-
ción como en la enseñanza, y con laudable el propio Evangeiio (cuando, en realidad, si en
¡Comunidad moral y científica de profesores ocasiones no se le refuta, se debe a! temor del
y alumnos; convoUus, que decía T-uis Vives; so- constancia los I'oderes públicos están procuran-
do conseguirlo. J'ero hay que reparar también alumno por el niouieuto del examen). Luego, sus
cictas liiagislrorum ct scholarium, segiin la expre- prolongadas vigilias á través de lejanos países,
sión medieval: tie ahí el nombre de ujuiu-rsidad, en ciertas notas previas que condicionan la tarea
magistral, sin las que rcsultaiá infructuoso cual- sediento tle aquella ciencia ahora profundamen-
persona colectiva, giemio de todos los estudian- t e arraigada en su espíritu, le trajeron invenci-
tes, profesores ó alumnos; generalidad ó reunión quier alarde metodológico.
ble desgana de la lección modesta, mera hojita
indistinta de maestros y aprendices del saber! El profesor tiene que disfrutar de una com- verde de un árbol maravilloso. El carpintero de
Es, pues, esencial n este cuerpo místico la tex- pleta indcpcndcticia en la materia de su estudio. la Universidad, finalmente, ha ejecutado las co-
t u r a compacta de sus miembros, qiLe impida la Nada de ideas prohibidas, diques ni barreras. sas líe tal ]iiodo, que solemos hablar desde un es-
inconexión á que fácilmente jiropende. No ya Contradígasele cuanto se quiera; pero que inves- trado medio motro más aleo que el piso de ¡os
los profesores entre sí, i^ero torios ellos y los tigue y que enseñe en un ambiente de auf^tista alumnos, y ese medio metro llega á tomarse á
alumnos son de igual modo universitarios y se libertad. El confinamiento bajo un especial án- veces por la altura tiel Guadarrama.
necesitan mutuamente; porque antes de inves- gulo intelectual, la adscripcióii á un determina-
tigar en comunidad, es preciso comunicarse, fun- do meridiano, trae consigo ima endeble unilate- lil alumno, es obvio, se sobrecoge con t a n t a
ción cordial más que intelectual. La cordialidad ralidaii •.•n todo caso, convierte los leales en fac- grandeza; cuando la toma en serio, desconfía de
es condición de la Universidad futura, pues sin ciosos, las cañas en lanzas, la calma de ías letras sí mismo; cuando en broma, desconfía del maes-
ella no podrá haber ambiente científico sincero en turbación rie las armas. Sin duda esa inde- tro, ó sea, rompe la universidad, i ayuntamiento
ni venlatlera comunión espiritual. pendencia doctrinal es el más alto sentido que de maestros et de escolares con voluntad et con
la autonomía universitaria tiene, Es convenien- entendimiento de aprender los saberes».
Pero la cordialidad no es bastante; debe aña-
La Esfera
3. AciíiiNnicEs. Así, el patrimonio .se acrecentaría considera- naciones del alma étnica. Ábranse, pues, de par
blcmenLe -S¡ se intensificara la función social uni- en par las puertas de la Universidad; póngasela
li! alumno, estmliaiite y escolar por Eintoiio- versitaria. Creo que adolecemos en esto de varios en conexión con los demás órganos capitales, y
masía, es csenciahnente mi aprendiz, en el mis- inmotivados cacniptilos de conciencia. No pa- no se la limite en sus posibilidades, que son las
mo sentido que todos los apreniíJces son estu- rece sino que estemos en la India y que, como mismas de España.
diantes. Kl es Ja ihisión rosada, el futuro vence- casta de brahmanes, rehusemos todo contacto Semejante correlación no puede ser olvidada
dor del presente, salvador del pasado, lo que con las demás clases sociales: la Universidad vive por los directores de la futura Universidad, L a
mas cuidado reclama dentro de la Universidad, de tal modo en un apartamiento injustificado. tradición les saldría al paso. Si se quiere liacer
la tradición junto al progreso. Su mocedad ava- Se no.T conoce poco; ge nos estima poco, y no obra firme y duradera, investigúese con el ma-
salladora iiay que contenerla en el marco se- debemos sentirnos acreedores á beneficioíí que yor ahinco todo lo extraño, informémonos mi-
reno de la disciplina; pero nunca de tal modo no hemos intentado merecer. Véase de que mo- nuciosamente del espíritu de las más prósperas
que se ]e desaliente, porque mantener SLI fe es do la nacii'in ha res])ondido al egregio Jlainaniien- Universidades; pero en la tiora de modelar no
uníJ de los po-stulados necesarios de la Tutnra to por la Ciudad Universitaria, y se cfimprende- olvidemos el grandioso cuadro de la lispaña uni-
Universidad, rá cuál no seria su repercusión de habérsela pre- versitaria del Kenacimiento: Salamanca, Valla-
l-e dai L-sUtdiani-e vale tanto como vocación v parado largamente. doüd, Alcalá, con sus diez mil estudiantes, sus
segundad en la ruta elegida, f^usco espontáneo', Pero además la Universidad, en manos de Colegios Mayores y Menores, sus J'íesidencias, sus
íilcgna de estudiar lo que se estudia, entusiasmo sus regidores, no de maestros ni de estu<liantes, Constituciones... y después hasta treinta y dos
corporativo, admiración y optimismo por la uni- no debe ser en senLido económico tma virgen es- Universidades y millares de Estudios.,. Ño es
versidad, naturalidad en la foniiü, malo lo viejo por añejo (testigos
seriedad y respeto fundamentales, la amistad, jamón y vino), mayor-
^ a hemos apuntado que la con- mente cuando sobrevive; y eso que
iianza del estudiante suele estar venturosamente ha sobrevivido es
en razón inversa del énfasis de! el espíritu nacional.
maestro. ¿No es la senci!le2 una Nacionalista deberá ser la Uni-
caracten'stica de las obras inmor- versidad futura, lo que no implica
tales, en las que más creemos? desvío ante el progreso internacio-
"ero se ha tenido de ordinario nal, sino reconocimiento y aplica-
un concepto antípoda de lo serio. ción de lapropia idiosincrasia. Na-
Para diputar por tal un aüunto, cionalista, ó híbrida. Kccordemos
se liubo de mirar al estilo v no al que las Universidades españolas
íondo. Allí donde había risa ma- caen cuando en el siglo xviii se
nifiesta. Se estimó que había serie- las viste á la francesa, traje que
dad, y viceversa, y no se ha dis- j a m á s habían conocido. No se
tinguido lo serio de la ironía, ni lo vuelva á pensar en disfraces. Cada
]ocoso del humorismo. La seriedad flortienesu clima. ¿Conseguiremos
externa no vale nada, no sirve la tenacidad alemana por vivir en
para nada grande; es la otra st- Berlín ó en Heildelberg? ¿Adquiri-
nedad á la que se rinden las vo- remos el genio ruso con asimilar-
limtades, Ja qne deja hneha pro- nos su historia y su cultura?
funda en nuestro es¡>¡ritu, la que La extensa labor informativa
hace que e! estudiante crea eu que está realizando España debe
nosotros: la seriedad de la doctri- ser aprovechada. Y a no son los Pi-
na, la abnegación de nuestro in- rineos un obstáculo. Ya se conoce
tento, el ascetismo de nuestra la organización y producción ex-
yida düccntCj aunque se ofrezca tranjcnis. Estamos, pues, en el me-
a la superficie con repique de cas- jor instante para volver sobre nos-
cabeles y balanceo de amapolas: otros mismos, continuando con se-
guridad nuestros pasos y reforzan-
"Pahibrai son de sabio, e dijoto Caltíii, do la elaboración original de la
qui! liüiiieasiiscoldados(|iie tiqueen cor:izóii, gloriosa ciencia española, inventa-
eotrepoiiga placeres e alegre la razón, riada excelsamente por Mencndcz
*liie la muulia tristeza mucho coidaiio [KHI." y Pelayo. Atrévamenos á ello, y
pronto se verá el fenómeno inver-
El estudiante debe, además, so: de qué modo los extranjeros se
nuen-enir activamente en la vida aprestan á conocer nuestra evolu-
•ie la L'niv,'ersidad. Jín ^sto, como ción y ci'jmo el más moderno pen-
•ín tantas otras cosas universita- samiento español, canalizado en
nas, forzoso es reconocer que se fucos y en escuelas, henchido siem-
^'a ganando mucho, No ya los es- pre de savia propia, se desparra-
tudiantes están organizados en ma por el mundo, cosechando
Asociaciones, sino que tienen un amor y respeto desde la sede má-
puesto por Facultad en el Patro- .xima de la Universidad,
nato Universitario, y han conse-
guido una J u n t a de líeprcsenta-
ctón Escolar que asesore en deler-
5, LOCALES
niinados casos al liectorado, una
í^occión Artisticodeportiva y un Se comprende de este modo el
Oríeón Ifniversitario. Cierto que
nuestras antiguas Universidades, urgente sentido, la vital exigen-
DON LUCIO GIL FAGOAGA cia de una Ciudad Universitaria.
especialmente la de Lérida, f'iin- Catedrático de Psicología Superior, abogado det [lustre Colegio de Madrid y secretado delaFacultad
flada en 1300 por Jaime II de Ara- _,Y J-J^] jdnia, tal cuerpo. Nóíanse
de Filosofía y Letras de la Universidad Central
Son, tuvieron como tipo la Uni- iFots. Coitéa) ^^^^ ^^^^^^ p.^^,.pg síntomas de re-
versidad de Bolonia, donde el rector era elegido generación, y la Universidad va
por los estudiantes, lo mismo que en Salamanca; téril; y he ahí una inmejorabJe justificación so- á la v,anguardia de este movimiento. Y si todo
P^^o, ¿quién sabe dónde habrá de llegarse en el cial. (Pues qué no han servido y sirven prdcH- edificio tiene como razón de su existencia ser
futuro con tantas nuevas perspectivas? cumetite á sus países las Universidades norteame- eidccvado á su destino, bien responde al suyoeste
ricanas y germánicas? /Pues qué no son capaces que se construye bajo los generosos auspicios
en brevísimo tiempo, h a s t a las PacuJiades más de S. M.
4. REGIDORES de-^mlcyesadas, Ciencias y Letras, de crearse con íDe buen ayre et de fermosas salidas—dice la
Laboratorios é Institutos consideraliles ingre- Partidít 2.0 en su título X X X I — d e b e secr la
Designamos con este nombre en general á to- sos? ¿Cómo ha podido desconocerse esto y ha- villa do qmsieren osfablescer el Estudio, por-
teas aquellas dignidades que, dentro de la Uni- berse dejado t a n t o en increíble penuria á las que los maestros que muestran los saberes et loa
versidad, no son los maestros ni los aprendices. Universidades? escolares que los aprenden vivan sanos, et en él
J^n los Estados Unid os serían probablemente los Y ai prescindimos ya del aspecto económico, puedan folgar et rescebir ]ilacer a la tarde, quan-
empresarios. A los regidores de la nueva L"ni- quedarán intactos mil motivos en pro de la so- do se levr..ntaren cansados del estudio: et otrosí
•^'ersjdad compoten diversos cometidos. Kn pri- cialización universitaria; porque la Universidad debe seer ahondada de pan, et de vino, et de
mer lugar, dotarla de un próspero paíriinoniíi. es algo insustituible en una nación, como el buenas posadas en que puedan inorar et pasar
^ a legislación de Instrucción Pública ha pro- líjército, como Ja Justicia, como las otras gran- su tiempo sin grant costa.»
curado recientemente subvenir á esta necesidad des instituciones, y dondequiera que la Univer- A estas razones habría que añadir ahora que
^on la concesión d e personalidad jurídica á las sidad esté, allí estará el interés nacional conden- no puede dejar de ser empresa solemne, que no
niversidades, realidad patrimonial y erección sado, y se medirán el rango y la estirpe de la na- menos de un Rey debe alcanzamos el divino cri-
e P a t r o n a t o tutelar. De esperar es que sus sol en que se funda, depurado y auténtico, ei
niedíos económicos se fomenten utilizando mul- ción por la honra y el linaje de la Universidad:
Luis Vives, Arias Montano, íray Luis de León, genio de la Jía^a.
titud de recursos inexplotados.
Nebrija, son, á la vez que universitarios, encai- LUCIO GIL FAGOAGA
La Esfera

AP O S T I L L A S

PROGRESO EN LONGITUD Y LATITUD


He^el esculpió á perpetuidad el esíjuenaa de la escultura clásica

actividades humanas, intelectuales ó artísticas,


O iu'io é inconcuso (según t]) es el canon
ciásico; axiomáticos y eternos sna prin-
cipios teóricos. Sí el módulo de la escul-
tura es el cuerpo humano, desnndo preferihle-
controversia sobre sí la democracia ateniense
era más democrática que la norteamericana. Pe-
ro el hecho es que la ateniense la componían
unos pocos ciudadanos, no más de 20.000, y en
qne reciben su impulso desde el hemisferio me-
cánico de la psique, cabe el progreso indefinido,
de avance y superación, c-n e! sentido de la lon-
meníe. comoquiera que el cuerpo iuimauo es la norteamericana exceden el centenar de mi- gitud. El cuarto de nuíquinas del cerebro podrá
siempre idéntico, con ¡evísLuias dos vi ación es, una llones. No se t r a t a únicamente de un aumento ser cada dia más importante, en rendimiento y
vez que este arte alcanza el señon'ü pleno de su de población, sino que los derechos de la ciuda- eficacia de poder sobre el mundo externo. Cele-
módulo, como así sucedió en Grecia, de allí ade- danía se han extendido hasta los subditos todos brémoslo, Pero si junto ccn esta variable en la
lante es imposible que surja una escultura mo- del Estado. vida inteligente del hombre se impone una cons-
derna, á no ser c]ue en la evolución de nuestra >.'i tampoco es un progreso nada más que tante, ¿hemos de hundirnos en consternación?
especie sobrevenga un nuevo módulo corporal, cuantitativo, que lo es asimismo cualitativo. Pues ^qué es la vida sino la función recíproca
r?icn mirado, se cae en la cuenta de que el pro- de una variable y una constantcr' ¿Qué importa
el del superhombre tjuizás, al cual ya Miguel si los sentidos del hombre no han progresado nna
Angei aspiraba entre congojas titánicas. Como greso, en el sentido de la latitud, no es otra co-
sa que la instrucción y la educación colectivas, tilde en acuidad, en adaptabilidad, en responsa-'
es sabido, módulo significa íiel valor que se en- tiilidad, desde hace veinte, desde hace cuarenta
cuentra más frecuentemente en el curso de una más extensas de día en dia, y á la par más in-
tensas; en suma, progreso de la cultura social. siglos? Así como en el htmisferio mecánico de la
serie de mensuraciones del mismo objeto,» El actividad hemos echado de ver una manera de
módulo del cuerpo Ininiauo es constante. L a es- Observanios en nuestra época un progreso lati-
tiidinario de las artes. Se ha formado una enor- progreso en longitud, asi el otro hemisferio, sen-
cultura liego ai final de su destino en Grecia. No sitivo, emotivo, plástico é ideológico (donde re-
bav un más allá escultórico. Concedamos que me democracia estética internacional. Apunte-:
mos marginalmente que no hay nada de eso side, auténtica y diferenciada, la personalidad
todo es así como ahora decimos. Lue^o e>:amina- indi^•iduai) no es apto posibltmenie para aquella
remos si lo es ó no lo es. Supongamos que ei ápi- que con énfasis vano y bufo se suele desiprar
como la arisiocracia del arte. El arte siempre ha propresiva superación, sí sólo para una expan-
ce de la genialidad escultórica está designado sido democrático. H a y un sendo arte, de los mu- sión é intensificación, en el orden de la latitud
por ei nombre de ]*'i(!ias. Por lo tanto, la máxi- chos; un casi arte, de unos pocos; y el Arte, que y la profundidad. No de otra suerte que la evo-
ma ambición de los escultores posteriores se pro- es de todos. Ahora bien; paralelamente á ese in- lución de las especies condujo conclusivamente y
yectará sobre la extrema barrera de ser un segun- cremento colectivo de la educación y la instnic- sin salida á ciertos tipos fijos, conslantes, v á
do Fidias, un Fidias de su tiempo. Esto, á algu- ción estéticas, rencarnan el arte y los art!si?i? ninguna persona cuerda se le ocurre plañir con
nas almas, aquejadas del ansia de superación in- actuales un progreso de avance y superación con lúgubre pesimismo porque el caballo no puede
definida, las colma de melancolía, desesperanza respecto á los antepasados; admitido lo inadmi- por menos'de seguir siendo caballo; del ])ropio
y desolación. Es la misma psicología del progre- sible, que en arte ha>'a antepasados, sicmr'o pre- modo, en la evtihición biológica y espiritual de
si.smo político, qne ha invalido la conciencia es- rrogativa del artista genuino la inmortalif'ad y aquel plástico é ideológico liemisferio de la per-
tética. Y también la sugestión omnipresente del evipresencia en su obra? V aun cuando hubiéra- sonalidad humana se htibitrnn de alcanzar cier-
vertiginoso progreso mecánico. Otisesión mate- mos de rejiunciar irrevccabkmente á la supera- tos arquetipos fijos, con^taiitts é insiiperai Its,
riaüsta, mecanicista. l ' n a csciiela de psicología ción de ciertos tipos de arte tradicional, ¿herno?, y no hay por qué enfurecerse, ni desfaÜectr lán-
moderna se afana en experimentar, comprobar por eso, de mesamos, exasperados, el cabello y guidamente, ante el liecho flagrajile de que la
arañar los ojos hasia cegarlos para la c o n t í n - cscnliura seguirá siendo escultura y redonda una
y demostrar que la vida orgánica es una máqui- rueda. Si el hombre no es progresivo biológica-
na más, y como tal funciona automáticamente plación del odioso-é insuperable clasicisnno? Iló-
gica y dañina consecuencia. I'n punió de refie- mente; si las piernas del corredor de Maratón,
en todo instante, desde el más simple reflejo has- y ios brazos de Milón de Crotona son insupera-
ta la emoción más densa ó la ideación más sutil. xiÉn puede dar á un alma la salivación. Reflexio-
nemos un punto. Aquellos psicólogos, antes alr- bles, ¿qué le vamos á hacer? ¿No nos daremos
Puesto que a l a civilización material, calzada con por contentos con poseer las piernas del uno y
botas de siete leguas, la vemos progresar, en pas- didos, qne laboran con ardimiento en hacer de
la psicología una ciencia positiva é interpretar la los braKos del otro? Por«.nalogía con I'idias, ar-
mosas zancadas, ;cómo hemos de resignarnos á quetipo de escultores, pongamos hipotéticamen-
qne las artes hoy en día se rezaguen ó, peor aiin, actividad humana e.xaclamente como el funcio-
namiento de una máquina, no yerran por ente- te á Liiculo, como arquetipo de insuperables di-
se obstinen en seguir subsistiendo cual réplica gestiones. Que no podamos sacar \'enlaja á
pálida de las mismas artes del pasado? ¡Qué ver- ro. En el hombre hay un hemisferio maquinal,
automático; y no sólo en su vida vegetativa, si- L.úculo en sus ]íroezas deglutivas no es razón su-
güenza para las artes y los artistas oontemporá- no en su ^'ida menta!. Si el hombre inventa, fa- ficiente para que, desanimados, toinemos la re-
neosl Por mi parte, confieso, :sin rubor, que esja brica V utiliza las máquinas con que se distin- solución de no voh'er á probar bocado. La di-
consideración no pesa nada en mi ánimo, I'"s gnc de todas las demás especies zoológicas, es gestión (la operación bioquímica de la digestión)
natural qne haya un progreso indeímido de la porque el hombre tiene algo de máquina, l ' n a no se perfecciona en la especie humana, pero si
civili/iación mecánica, l..a ley de existencia de máquina es una expresión psíquica tan peculiar la cocina y el paladar, ó sea el contenido de la
las mái)uinas se traduce en un acrecentamiento y exclusivamente lumiana como la risa ó el i^oe- digestión, lo cual viene á ser una educación di-
continuo de su rendimiento y eficacia. Desde ma. Cuando un hombre hace cálculos ariinié- gestiva, un progreso en el sentido de la latitud
que apareció un automóvil, recorriendo asmáti- iicos se está sirvieiKlo de una máquina calcula- y de la profundidad. También hay una moda, un
camoute diez kilómetros en una hora, era fatal dora, ingénita en su cerebro é idéntica á las que rifn:o de vaivén para viandas y manjares; alter-
y asimismo inminente que llegase á recorrer hay en las casas de banca y de comercio. I'n ma- nativas naturales del nutrimento. Pero e! fenó-
ciento con holgura y desahogo en el mismo lapso temático norteamericano expuso la fórmula del meno fisiológico de la digestión es idéntico á sí
de duración. No así con la máquina hnmana; ad- cerebro humano en lo que tiene de mecánico, misma desde el hombre de las cavernas hasta
mitido que el hombre sea una máquina. K] co- mediante una ecuación de segundo grado. Así nuestros días; digo !a digestión normal y salu-
se explican los fenómenos de prodigiosa preco- dable. Después de una temporada de dieta opí-
rredor más veloz de nuestros días no aventaja para, pingüe y suculenta, el instinto de equili-
en rapidez al correo de Maratón, Por las noticias cidad matemática y musical (un Pasca!, un Mo-
zart), ya que la técnica de la nu'isica es también brio y resarcimiento apetece nna dicta simpJe y
que hasta nosotros han llegado, Müón de Cre- naturista; alimentos no sofisticados, agua pura
tona era una máquina más poderosa que Pan- de orden matemático, igualmente se ofrecen ca-
sos de precocidad poética (un Ovidio, un Calde- y pan integral. Las bellas arles son á modo de
lino Uzcudun. En cnanto al progreso intelectual, una asimilación del mundo externo por el espí-
ético, político, en genera!, de la cnltura, es tema rón), aunque no en cuanto a! fondo y sustancia
de la poesía, sino por el aparato formal de la ri- ritu, mediante el conducto de los sentidos. J^os
debatible. Tiene sus creyentes. Para ellos el sentidos no progresan; pero se educan. Las be-
progreso indefinido es un dogma. Otros son es- ma y el ritmo, los cuales caen dentro del capítu-
lo de las disposiciones mecánicas y guardan es- llas artes no avanzan, pero se extienden y se ge-
cépticos. Y hay además tos herejes que lo nie- neralizan. Las bellas artes son siempre idénticas;
gan, Pero consideremos que el progreso sigue trecho parentesco con !a matemática y la músi-
ca, pues todas tres maniobran sobre la cantidad lo que cambia es su contenido aparente, según
dos direcciones; una de longitud y otra de lati- y la medida. A esto se refiere la sentencia vieja; las modas y los modos, Y después de una época
tud; una de avance y otra de extensión. El curso el poeta nace; no se hace. de voracidad y glotonería indiscriminadas, las
del progreso no es como el de los rios, que al bellas artes retoman periódica c inexorablemen-
tiempo qne corren adelante aumentan su caudal, te a l a dieta naturista, austera y salvadora, del
sino como el desarrollo del cuerpo orgánico, sea canon clásico. El símil podrá parecer harto pro-
planta, sea animal, que crece primero, con fragi- Y el matemático, y e! músico. Bien que, ade- saico, pero es bastante exacto.
lidad peligrosa, y luego dobla, ensancha y con- más de nacer hechos y derechos, como máqui-
solida el crecimiento. Es innegable que hay un nas magnificas, luego han de hacerse, esto es,
progreso en el sentido de !a latitud y mnltipti- henchirse de dinamismo vital, so pena de su-
cado cómputo de quienes lo comparten. Cabrá, perfluidad y delcríoración, ,^s¡, pues, en aquellrs JíísMÓN P É R E Z DI- AYALA
La Esfera
f
LAS GRANDES FIGURAS DE LA PANTALLA ' ""'" '"••"•"••"•'*«*"*(iiMiiiiMi iiiiiii(iiitii«ii«ininni|.ii|L»iiiiiiiiniiri.inii-iiiniiiiiiinii«iliimniti|iiin>*ii>iMiiminiMiiitiMiiii"aimiiiniMaTii.M,.i.»,^.t,|.inif.ftTIITMII^if•

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' " •" •i<'>iii'iii>iii>iiitiiiiiii>iiiiiiiiii«<ii<i[)iiaiii)ii«iai*iiiiiiiiiiiiiiJii|.tiiiuiiiiiiiiMiiiiuiiiiiiii>iii 111111111111 iii iii )ii iiiiiiiiiLiiiLiiiitiiiiiiiiiiiiiiitiii iiiiiiiiiitiiiiiiLiiiiiii[iiiLtii¡iiiiiiii(ii!iiii>iiiiii.>ii4iiniiiiiitiiiiJii>^iitiii>iii I iii •'•'*

«Est MARIE BRIAN


trella» de la Paramount, tocada con un precioso turbante de terciopelo drapeado, sujeto pop broche de acero, que constituye una sugestiva corona
para su belleza menuda y picante (Fot. MaríaJ
La Esfera
j.iiiaii«iwii«iiiti|ii'ii|iii<ii<|||'f'ii'i'riiir'|ifi>i!i>!'itiir!i»ii>i'F'>>ti|ifi)ir!iiiiiir<i«iiiti!t>iriiiii IIII'IMU

En las montañas valencianas EL V A L L E DE C H E L V A

setenta kilómetros de la capital Convento Franciscano, reconstruido á


A de la provincia, en el núcleo mon-
tañoso que separa el reino de Va-
lencia de las tierras castellanas y ara-
principios del siglo actual; en segundo
término se contempla la villa que da
nombre al valle, medio oculta por la
gonesas, extienden numerosos valles la arboleda que la aprisiona, y en último
verde alfombra de sus huertas y arbo- término se columbran las pardas cimas
ledas, entre las que asientan sus case- de las montañas que cierran el hori-
ríos pueblos y aldeas, en las que viven, . zonte.
ignorados de gran parte de sus conciu- La tradición conser\'a piadosamente
dadanos, algunos miles de españoles eí nombre de cueva de oLos Mártires»
inteligentes y laboriosos. con que se la designa, por haber sido
Entre los aludidos valles está el de su oscuro antro el lugar d ü n d e . los
Chelva, flanqueado por elevadisimíis monjes del próximo monasterio se en-
montañas y cruzado de Norte á Sur tregaban, en tiempos remotos, á mor-
por dos rios caudalosos: el Turia y el tificaciones espirituales y á flagela-
Tuéjar, á los que afluyen, describiendo ciones corporales. Los religiosos que
caprichosas curvas, cuatro arroyos nu- actualmente ocupan el monasterio han
tridos por lai aguas de innumerables colocado una preciosa imagen de Ma-
manantiales que nacen en las faldas y ría Santísima sobre el muro que obs-
laderas de los montes del contorno, A truye el único paio accesible de la ci-
ellos ae debe la exuberante vegetación t a d a cueva.
y la incomparable hermosura que hacen Hacia el sur de Chelva pasa el rio
íaraoso este valle de la región valen- Tuéjar, que desde su nacimiento, en
ciana, y, también, por ello fué Chetva una hoz del extremo noroeste del va-
preferida por las huestes de Don Carlos lle, corre precipitado y rugiente por
María Isidro de Borbón, en la guerra pedregoso cauce; pasa manso y silen-
civil de 1834, y por las de Don Carlos cioso bajo acantilados y derrumbade-
de Borbón y de Este, en la de 1873, ros, ó cruza murmurador por apacibles
para la instalación de! Cuartel general llanuras pobladas de olmos, cañavera-
del Centro. les y junqueras, hasta llegar al Turia
La cueva denominada de «Los Márti- y sellar con él eternas nupcias en las
resíi, muestra su temible oquedad abier- huertas del histórico pueblo de Do-
ta en un enorme peñasco orlado de meño.
escaramujos, salvias y zarzamoras. Des- En el confín oriental del valle cam-
de su vertiginosa altura se divisa, en pea un casalicio de impoluta fábrica,
primer término, casi á sus pies, el IM cutT* de «Lot Mártltev u i l u caruníu dt Chaira cubierto de brillantes tejas azules y

iiiiii.iiiiiiiii<iiiiiiiiiiiiiiiiii|iiiiiiiiitiiiiiiiliiifiiiiiiiiiiiiiiiiuiiiMiainiiiii4niiiiiiiiiiiiiii)iiiin>>i>*i>Bi«iiniMii' • lllliaiUIIIKII*!

».....,...,,„...... hliIliMiMII'IKiliniaillliLlrlltlIíaillliIlt.lil l i l i l í lil III lil lil lil I lll III lll lltllllllllilllllt lltilll I I I I I I lll lll lll IK lll III Irl I iilllitlllllllllltilillllll lll lll lll lll •

MArgenes del rfo Chelva, principal afluente del Turia, al Sur de la población
La Esfera
^'^*'^'*''*'M'tiM<nt\vn\\v\t\U'\tin\*itAiimm'*ttiiu\rM^^ H rrffi I V l f l 'tii<|it'>i| W i i » m i l ' i i i i t i | i i n r |iiniit>iiri n<ta\tmm»tamtittM\tmi ra • n i « • witmMniiaiiinímítranniiinii

• iii'in •iinitr(iiiiiiiiii4iiiiiiiaimiiaiiiriiiiiii iti>i(iiiiiidi>iimiiai«i>itaJiii:iriiitii<<ii'ri'iK<iiinin(iiitaim iinfKiiaiiiiiiiWTi uniPiiiTiiiiiiiniiii

Montaña del «Remedio» y montículo de «La Torrecilla», antigua estadón romana

rematado por una cruz de hierro forjado, que el río Tiiéjar, en el que está tendido el puente E n t r e Chelva y la referida montaña álzase el
sirve de humüde y poético albergue á una llamado del cRegatillo*, sobre el que pasa el ca- montículo llamado *La Torxecillai, rematado por
*Virgen del Cariño», pintada toscamente sobre mino d e Requena. un castillo de moderna construcción; pero en
ladrillos de Manises. Y, íinalmenle, al norte de la villa se eleva la cuyos derruidos basamentos y medio cegados
Desde este rústico lugar se dominan inconta- majestuosa mole de la montaña del ^Remedio» fosos se ven restos de una estación romana.
<ías valiejos, invadidos d e intrincada floresta, como tángano gigantesco de 1.148 metros de al- Corroboran esta afirmación las frecuentes visi-
cn la que se destacan las bermejas cápsulas de tura. Desde su excelsa cumbre, coronada por tas de arqueólogos y anticuarios en busca de
los granados, las pajizas bayas de los melocoto- una torre heliográfica, se dominan, casi á sim- mosaicos y residuos de vasijas, que, en verdad,
neros y ias variadas brillantes notas de color de ple -vista, los montes de *Jabalambrep y *Cama- encuentran fácilmente.
Q^anzanos, perales, higueras y cien frutos más renas, de la provincia do Teruel, á 95 kilómetros ¡Lástima grande que esta región, como otras
de exquisita fragancia. de distancia; la *SerranJa» de Cuenca, á 68 kiló- d e España, n o sea suficientemente conocida
Al noroeste, y muv cerca de Cheh'a, se halla metros; la sierra de flPeña Escabia*, de la pro- para ser apreciada en todo su valor y en toda au
situada la quebradísima hoya del molino de vincia de Castellón, á 87 kilómetros, y á 74 ki- belleza!
'Puertos, por cuyo centro avanza mansamente lómetros el mar Mediterráneo G I L K O G E R VÁZQUEZ

J^ "*^I1J I ti] I iti I Etj I I I I I ,|j I [ij I rij • n i n n i i i i i i t i i i i i i i i i i i i i i t i i i i n i i i t i i i a i K i i i i t i n u i i u i ' n u i i u i i i l i i i t K i c i t i t i i i i i B i a i i i a i i M a u a i a f i i i r a n a> E * i * • u m a t a i i im i n

<iitiii'i'ii>'(iivniiivi«iiiiiivii*ii'f

Hoya del molino de «Puerto» y puente sobre el río Chelva, en el camino de R t q u e n a , en las cercanías de la población
(FotR. BelenguerJ
10 La Esfera

P L E G A R I A
Apiádate, Scñop, cuyos bucsos teifuea
del pái'aEo que canta stemptíc, un tcafaafadot
y de la maciposa que t}a üenido con el acado inquieto,
á posacse e n mi ntdoi p a r a darlos mcíoü,
del oculto doloc en sembradura,
que en mi sangtíe se espanta á la mies, á la poc
con u n sopdo gemido, y á la ciíiatuca.
y del üicnfo que llcüa en su garganta
el bácbaeo sonido poc las cosas que n o quieren nacefii
del J^ap que se Icoanta. ni sucQÍP,
poc cada sec tciste
Apiádate, Scñoc, que debe padecec
de todo lo nacidOí y moEir.
de toda oioa planta
donde el becmano Amoc lApiádatc, Senoü,
late escondido. de este mundo que bicísfe
con Amoc!
Ten de tu m a n o puca Concba espilHA
á ta vosa, y al bcuto, al esqueleto (Dibujo de BLijados^
La Esf,
'SI era It

PAISAJ^ES ESPAÑOLES

EL «DESCUBRIMIENTO» DE CUENCA

E s verdadera-
m e n t e consc-
l a d o r ob-servar
c ó m o se v a a b r i e n d o
de I a
que ilustra
fotografía
esta
plana, f.ópez B e a u -
bé, si l o s r i n c o n e s
<=Einnno la e v i d e n c i a caprichosos y sugc-
•ie l a s h e r m o s a ' s renLes q u e s o r p r e n -
p e r s p e ' c t i v a s y de d i e r a c o n su m á q u i -
ios e n s o ñ a d o r e s a s - na n o hubieran al-
pectos q u e oírece canzado la reproduc-
Cuenca. Desde hace ción p e r f e c t a c o n
íilf^ún t i e m p o , los e s - q u e nos es d a b l e con-
Pañoles, ahitos d e templarlos.
tanto corretear mun-
dos y b a t a l l a r p o r C a d a d í a es m á s
riscos, l l a n u r a s y m a - derrotado por la e x -
res l e j a n o s p a r a d e s - periencia aquel r a n -
cubrir y conquistar cio p r o v e r b i o d e q u e
Lierras e x t r a ñ a s , p a - *el b u e n p a ñ o e n el
rece q u e h e m o s c o m - a r c a se vende». T o -
p r e n d i d o q u e es m u - das las grandezas es-
c h o m e n o s arriesf;a- téticas de Cuenca,
do, y sobre todo más como las de otros
práctico y justo, des- lugares atractivos de
cubrirnos y coiiquis- España, permanece-
íarnos á n o s o t r o s rían casi absoluta-
m i s m o s , es d e c i r , p o - m e n t e i g n o r a d a s sin
ner d e resalto ias la p o d e r o s a y a m p l i a
i n n u m e r a b l e s belie- publicidad q u e , en
zas y r i q u e z a s q u e u n a forma t a n ex-
encierra nuestra p a - perta como sistemá-
tria, h a s t a a h o r a ca- tica, h a n i d o d á n -
si p o r c o m p l e t o d e s - doles- l o s p e r i ó d i c o s
conocidas n o pocas ilustrados en gene-
de ellas. ¡Quién s a b e ral, y m u y primor-
si s i g u i e n d o e s a r u t a dialmente las revis-
l l e g a r e m o s EL d a r c o n tas que edita Prensa
a l g ú n filón a u r í f e r o G r á f i c a . C l a r o es q u e
inagotable ó con la ha habido otros v a -
l e g e n d a r i a p i e d r a fi- rios medios d e p r o -
losofal q u e n o s p e r - p a g a n d a : en libros,
•nita salir deíiniri- guías, portfolios fo-
vamente de apuros! tográficos, etc.; pero
P o r q u e a h o n d a r en a n t e la difusión t a n
los r e c ó n d i t o s p a r a - considerable q u e h a
jes en q u e se escon- conseguido l a Pren-
de, h u r a ñ o y silente, sa aludida, en virtud
i^l p a s a d o , p u e d e r e - de sus perfecciona-
p o r t a r e s e p o s i ti v o mientos técnicos de
beneficio, a p a r t e d e t o d a clase, q u e l a
I o s imponderables p e r m i t a n r e a l i z a r el
provechos sensitivos milagro comercial d e
de t a n t o s y t a n t o s Cuenca.—Hoz del Júcar (Fat. López Beaubé} ias t r e s b e s , n a d a h a
p o d i d o influir t a n
d e c i s i v a m e n t e en l a d i v u l g a c i ó n d e t a n t a m a r a -
goces e s p i r i t u a l e s c o j n o se v a n e x ] > e r i m e n t a n d o villa n a c i o n a l p u e s t a al a l c a n c e d e t o d o s .
nios d e d i c a d a la atención á describir y realzar
^ c a d a nuevo hallazgo maravilloso ó contraste los variadísimos m a t i c e s conquenses, n u e s t r o s
sorprendente. alegatos n o hubieran convencido t a n plenamente Al d e s c u b r i m i e n t o t o t a l d e C u e n c a , p u e s , t a n
E s u n h e c h o y a i n d u d a b l e q u e e¡ c o n o c i m i e n - á los l e c t o r e s d e n o i r a c o m p a ñ a d o s d e l a r e - a i s l a d a y r e c o g i d a e n .^í m i s m a h a s t a p o c o s a ñ o s
to de los encantos t a n notables de los p a n o r a - p r o d u c c i ó n p i c t ó r i c a ó fotogrilfica d e m o s t r a t i v a há, contribuyen de consuno, en noble y desinte-
"líis c o n q u e n s e s s e h a e x t e n d i d o e n e s t o s ú l í i - de q u e no nos habíamos dejado ganar p o r la resada emulación, los escritores q u e viajan p o r
nios aiios d e m a n e r a e x t r a o r d i n a r i a . N o p o d í a excesiva simpatía ó la hipérbole descabellada. ella; l o s a r t i s t a s , p i n t o r e s y d i b u j a n t e s ó f o t ó -
^cr d e o t r o m o d o , d e s d e q u e s e h a p u e s t o d e r e - Y en este sentido de celebrar ía justicia q u e grafos c o m o López Beaubé, q u e h a s a b i d o c a p -
' i c v e q i ] t el g r a n p ú b l i c o n o e s i n s e n s i b l e á l a s se v a l o g r a n d o p a r a l a s e x c e l e n c i a s d e C u e n c a , t a r h á b i l m e n t e esos r e c o d o s t a n s u g e s t i v o s en l a
sugestiones y l l a n m m í e n t ü s d e los escritores y al p r o c l a m a r m e r e c i m i e n t o s e n l a o b t e n c i ó n d e p e n d i e n t e h a c i a el v a l l e d e l j ú c a r , ó e n l a e m -
a r t i s t a s q u e h e m o s p r o c u r a d o s a c a r d e l o l v i d o el tan halagüeños resultados, n o debe quedársenos p i n a d a cuesta zigzagueante hacia el curso d e l
e m b r u j a m i e n t o d e s u s rinconadas, el p a s m o d e e n el t i n t e r o el e l o g i o q u e e s o b l i g a d o t r i b u t a r á 1-fuécar, .'oií d o s ríos q u e a b r a z a n á la c i u d a d , y
^ns p a i s a j e s p é t r e o s y el s o r t i l e g i o d e s u s r u m o - l a f-'rensa i l u s t r a d a .
la Prensa, y m u y especialmente á la ilustrada;
rosas corrientes.
y d e n t r o d e ella, a u n q u e e s t o h i e r a l a m o d e s t i a y p u e s t o q u e el d e s c u b r i m i e n t o d e l a s d i s t i n -
^i g a l a r d ó n d e l v i s i b l e i n t e r é s q u e s e p r e s t a de los directores, conviene destacar á las publi- t a s b e l l e z a s d e la c a p i t a l y d e s u s c o n t o r n o s v a
y ^ a la p i n t o r e s c a C u e n c a c o r r e s p o n d e p o r i g u a l caciones d e P r e n s a Gráfica, d e estas insupera- s i e n d o y a u n a r e a l i d a d , n o d e b e n p a r a r a h i los
' ' o s q u e c o n l a p l u m a , el p i n c e l ó l a m á q u i n a b l e s r e v i s t a s L A E S F I Í R A , ¡Ñjievo Mundo y Mun- esfuerzos d e l o s d e s c u b r i d o r e s , s i n o q u e s u s e x -
ofográíica hemos puesto a n t e ía vista d e las do Gráfico, q u e c o n u n p a t r i o t i s m o e x a l t a d o y u n ploracione.=-, a u n l u c h a n d o c o n los m a t í s i m o s n t e -
Sentes l a impresión v i v a y s u b y u g a d o r a d e t a n - depuradísimo criterio artístico nos h a n conce- dios d e comunicación existentes, deben hacerse
s cuadros naturales admirables extraídos de d i d o c a r t a b l a n c a p a r a l l e v a r ú s u s p á g i n a s la extensivas al corazón d e la serranía conquense,
^"« p e ñ a s c o s , d e s u s ríos, d e s u s a r b o l e d a s , d e e x p r e s i ó n e s c r i t a _v- o b j e t i v a d e c u a n t o e s d i g n o en d o n d e los e s c e n a r i o s d e l a N a t u r a l e z a r e g a l a n
(pf '^•'^^^ c o l g a d o s , d e s u s c a l l e j u e l a s r e t o r c i d a s , de encomio y de ser conocido en nuestro pais. á l o s ojos e s p e c l á c u l o s i n o l v i d a b l e s .
e s u s edificios h i s t ó r i c o s , d e s u s e n c r u c i j a d a s D e p o c o h u b i e s e s e r v i d o l a fina p e r c e p c i ó n y
y e t i c a s , P u e s si b i e n e s c i e r t o q u e l¡tera.toa h e - exquisito acierto del artista aficionado, creador FR.^NCISCO A N A Y A 1^U[Z
12 La Esfera

Una original escenificación de Alarma

VIDA A R T Í S T I C A

EL ESCENÓGRAFO SALVADOR <ALARMA


E N el Circulo de BelUiy Artes se ha exhibido
recientemente una serie de croquis y boce-
tos escenográficos originales de Salvador
Alarma. Completaban la exposición, añadién-
SU cometido é incluso adquiere el valor y el ran-
go estético de obras maestras en su género.
Mas no ha de silenciarse la opinión de elemen-
tos adversos, de aquellos á quien el espíritu po-
dola el aspecto interesante de la realidad teatral lémico hormiguea siempre, de los otros también
con luces y perspectivas escénicas, unas cuantas que consideran no se han logrado inútilmente las
maquetas, donde jjodía apreciarse el concepto renovaciones europeas de la escenografía moder-
clásico de su arte y la habilidad experta que ]io- na, y que no debe, por lo tanto, consentirse u n a
sec el Sr. Ahirma. supuesta ejemplaridad regi^esiva,
Asi, pues, el conjunto ofrecía, para toda clase De igual modo suele eníriar el júbilo, el encan-
de visitantes, atractivos de diversa pero coin- tamiento infantiles de la buena y candorosa ni-
cidente condición. Ante los teatros en minia- ñez de otro tiempo, la no siempre oportuna ex-
tura, se sentían un poco niños, como ante el ju- periencia de las persoaas mayorts, la ironía de
guete iluminado y sugeridor que realnienie eran. quienes la ejercitan contra la ilusión ajena, por
Ante los dibujos y provéelos, írente á las acua- el afán de ostentar u n a superioridad impune.
relas evocadoras de dramas, comedias y zarzue- Entre el holgorio recatado, agrupado, de mur-
las, sentían igualmente rebrotar ese gozo infan- mullos entusiastas, de contemplaciones sonrien-
til de la contemplación de un álbum de estampas, tes y extasiadas que mostraba la mayoría del
creadas para los muchachos de otro tiempo, en público—docto é indocto, pues no ha de supo-
que la imaginación estaba menos exaltada y sa- nerse solamente agrado en los ingenuos é igno-
ciada que la actual. rantes—, iban y venían los partidarios de las
¿Se comprendí; bien lo que pretendo insinuar? nuevas tendencias sintéticas, los que consideran
No es un reproche ni un ditirambo. I n t e n t o fijar grave pecado escenográfico !a simulación realís-
desde el principio la impresión causada en el tica, el decorado naturalista, cuando existen en
público de buena fe que, por fin, hemos logrado el mundo Gordon Craig y Max Reinardt y Bra-
invada, con todo derecho, pratuitamentc el Sa- gaglia, y nuestros admirables h'ontanals, b a r r a -
lón de Exposiciones del Circulo. das y Burmaun, decían en voz alta su repulsa
A ese público, no del tochi ignorante ni fácil- y procuraban poner paño al pulpito de lo que
mente conquistable, le ha parecido que este arle imaginan peculiar conocimiento exclusivo de las
de Salvador Alarma, donde tan excelentes capa- SALVADOR ALARMA nuevas tendencias y las más actuales conquistas
cidades y resultados se muestran, cumple Viien (Fots. A]fon30j en el arLe de la escenificación moderna,
La Ksíera 13
dcQiié vienen á hacer estos decorados—me pre-
gunté en otra ocasión al exaininar la obra de
Soler y Rovirusa y anticipándome á las objecio-
nes de ]os que aspiran á suprimir radicalmente el
concepto escenográfico que Soler y Rovirasa y
sus dtscípuloa, cual Salvador Alarma, represen-
tan—cuando y a la evolución delirante de los
bailes rusos y el simplicismo de los bailes suecoü
y las fragmentarias fantasías de ¡£l mityciéltigo
y de lilpcíjciyü n¿if/parecen insuficientes; cuando
se exaltan los complejos phisticos movibles de
llalla y Dapero é inflama el teatro Kanicrny sus
luminarias y proyecta Kortuny sus reflectores
sobre las superficies giratarias revt^aiidas de bri-
llantes sedas; cuando el sistema de cationes so-
bre los escenarios laterales al central de federico
Brandst ya se abandona en la ScíiauspieUitius
de Berlín, y cuando el sistema A.sphaleai em-
pleado por líoberto Guinner, facilita extraordi-
nariamente los camiiios de decorado, tan difíci-
les y lentos en la tramoya del siglo anterior
i^dQué viene á expresar—añadí—esta obra de
Soler y Ro\drosa, tan íntegra, tan pura de nor-
mas como eficaz y bella de resultado, mientras
los selectos nquinientos* de la Kimicdic reinard-
tiana sustituj^en á la aspiración pretérita de i'los
tinco mil», mientras se preconif.an las c^cctuí^
neit/ralcs y Picasso escenifica i;i Anligona clá-
sica y y a parece demodée el criterio y la escena
del vicux Colonibier y e! «realismo mágico», co-
Interior del iDon J u a n , de Adrián C-jal
mo se nombra ya á las deri^'acíones pictiirales
del pcst expresionismo, invade los escenarios y
l'uei-st t r a t a de imponer el decorado espacial y Moragas es primero su maestro; luego su co- de Guimtrá, que; luego reprodujo t n la playa
se rechazan las visiones concretas y se pide co- laborador! En 1900 firman juntos los primeros de Badalcna. Y lambién en higueras biio la es-
mo única norma ¡a cinspiración» cercbralistaff' decorados^—Lo& das píUeíes, en Novedades; Jll cenificación al aire libre ¿el Canigó, de Verda-
X o . Ciertamente, no ignoramos el peligro de Xiivi, en Romea, de Barcelona-—; acaso en las guer.
estos bruscos contactos de un criterio todavía postrimerías de la vida de Monigas firmaba és- Oportuno habría sido añadir ¿ e s t a amplia ex-
muy arraigado en las muchedumbres, y el que te lo que sólo eran obra de su discípulo y so- hibición de sus dibujes y maquetas que aí'-ora ha
con noble legitimidad y coetánea lógica preten- l.rino. visto y discutido Madrid, algunas fotografías de
den imponer lo que se ha dado en llamar emino- Durante veintiocho años, la actividad y la fan- aquellas lepreseniacicncs cel teatro de la Natu-
TLas seleclaso en u n a impaciente y rápida suce- lasfa de Alarma proveeabundantemente lo.s tea- raleza para el cabal conocimiento de lo que Alar-
sión de teorías ingentes, tros de España y algunos de América. Barce- ma significa hoy día, si no pareciese demasiada
Incluso nos interesa y sentimos hacia esas for- lona, lógicamente, t s la que más ocasiones le exigencia cuando tantos elementos d e juicio
niíLs nuevas de la escenificación teatral una gran ofrece de manifestarse. Desde el Teatro del i-i- aportó.
simpatía que en muchos casos se encalidcce de ceo á los populares ó picarescos del Paralelo, la En el Salón del Círculo hemos ^'isto, por ejem-
fervor y se afirma en sincera admiración imaginación vivaz, la maestría factural de Alar- plo, elocuentes testinu:iii(.s de los decorados del
Pero no hay que olvidar cómo al otro lado, ma andiientan las grandes ó]^eras, los dramas Den Juan, de Cual y de Morei'a; del Sueño de una
fieles á sus principios didascálicos, dotado de enlrañablemente catalanes, loa múltiples cua- noche de verano, de Shalícspeare; de Anárcnicíi,
capacidad esencialmente—•[•temperamentalmen- dros de las revistas de espectáculo. de Guimerá; Lühingyin, Paosifal, La Walkyria,
te» diría—, indicada para ese género p c t ó r i c o , Desplaza incluso su arte desde los e.sccnarics de Wagner; de La ¡cckiisa del diablo, de Casade-
artistas cual Salvador Alarma cumplen y realzan á los lugares de aire libre. Es, acaso, el creiidor si'is; de i ' va de cuento, de Bcnavente; de Caíii^ó,
su significado con arreglo a l a tradición del segun- escenográfico del teatro de !a n a t u r a l e z a en Ca- de Verdaguer; de JI/TVÍIÍ;, de Mistral; de Car-
do ilasicistyio. taluña. mín; de La Dolores, de ]''eliú y Codina...
•0-0= En el bosque de Tarrés, en la Garriga, prepa- Se apreciaba en el conjunto la amplia fanta-
Salvador .-Marnia es catalán. Su formación téc- ra, el año iy¡ I, e! escenario donde se representó sía del artista, su poética imaginación, la rique-
nica, sentimental é imaginativa, se realiza en los Flüís tic nttglf, de Ignacio Iglesias, y en 1914, za y brillantez del colorida, el sólido sentido es-
talleres de los maestros do fines del siglo x i x : el de /-n Vjolí' d'uy, de Apeles Meslres. tructural, constructivo de sus ccmposiciones, la
Soler y Rovirosa, Pía Eallester, Vilomara, Mo- I Ku 1915, en el bosque de C a n t e n , inmediato acertada perspectiva, la infinüa y proteica exu-
ragas... á Sabadell, prepara el escenario de Tniu Baixd, berancia de motivos que sabe poner al servicio
evocador de ios temas dramáticos que se le con-
fían.
«Los que de años ha—dice Santiago líusiñol
(cuya autoridad pictórica no debe tampoco ol-
vidarse) en la presentación del Catálogo de VA
Exposición Alarma—escribimos para el teatro,
hemos visto realiíiado en la escena aquello que
habíamos previsto y en algunas ocasiímcs soña-
do, resuelto por su nijino y acertado por su vi-
sión. Todos decimos: «Es lo que yo quería; las
figuras se mueven donde debían de moverse;
éste es el fondo que las convenía, y sin esc anar-
co quedarían desceirtradas.»
Afodelo del género son en tal sentido casi t o -
das las citadas, y además las decoraciones d e
El maestro de armas, Pa mi que fuevu, Oriima,
La sombra de! Pilar y Aildníida y las recientes
de la revista Charivari, que representan la cla-
rísima playa de Tossa y un interior de casa de
pescadores que vimos vivir hace pocos meses en
Barcelona, como magnífico fondo de tm cuadro
versificado por el poeta Segarra, donde se exal-
taba el alma popular de Cataluña.
Y, en todos ellos, la pericia del dibujante, la
sensibiliilad del artista, la cultura del erudito se
unían para sostener el rango estético de este ar-
te de la escenografía dentro de las normas tra-
dicionak-í- de los grandes maestros catalanes, en-
tre los que h a b r á de situar la historia el nombre
de Salvador Alarma con el admirativo respeto
que merece.
Decorado de '.'El Húsart SILVIO LAGO
14 La Esfera

CUENTOS AMERICANOS

F R E N T E AL C E R R O DE BARBULA
L tren corre en la niaiiana Uciia de sol. •—¿V no lo mataron á él? de azikar, han sucedido masas enormes y em-
E Por los cristales del vagón se divisnn los
borizoníes verdes, los cielos azules, las
aguas argentadas de un río. Peñones rompen,
—Lo m a t a r á n en Occidente,
—Ya no se está seguro ni sir\"ienda..,
—-Es lo malo: que se exponga uno y que ten
pinadas cubiertas de obscuras arboledas de café.
—Pronto divisaremo.s el cerro de Bárbula—ex-
clama uno de los ídoctoresn, dirigiéndose al
aquí y allá, el río en espumas. ga de frente á aquellos á quienes se atacó, está «general».
La sombra se arreniansaj oblicua, bajo la copa bien; ¡pero no contar siquiera con aquellos por El viejo Borgia responde vagamente:
d e cedros, yagruuios y samanes. De entre las <]UÍen uno se juega el pellejo!... —Si, ;ch?
frondas, al pasar el convoy, parten vibrantes ¡Qué le importal ¡Qué emoción va á producir
vuelos de pájaros; un turpiaí, guaklado y negro; en su pecho, de ignaro p;üurdo, la cercanía ó la
un cardenal de copete de púrpura, un azulejo, El tren avanza. El día avanza también. vista de aquella cumbre gloriosa!
una paraulata carmelita. Ya el sol no parte del horizonte, recta e.spada El ídoctoiM, con la manía oratoria de todo el
Tableros de ajedrez, loa cañaverales se suce- á pecho y ojos: cae casi del cénit en cálidos cho- mundo en aquel país, explica en alta voz, como
den. Las pértigas de azúcar erigen sus langas rros que acaloran y ofuscan. Las írentes se em- si diera una conferencia:
verdes, armas de tropa vegetal, á las dos manos perlan. Cada guijarro centellea como lina piedra -—El mayor número de ustedes recordará, se-
de la íerrovfa. Yuntas de bueyes, aguijadas por preciosa. ñores. Por los días adolescentes de la libertad
el gañán, abren surcos en tierras rozadas. Las montañas angostan el horizonte. A la lla- y de la República, un oficial patriota, en la flor
Siguen la carretera, á veces emparejada á la nura de ajedrez, á los tendidos campos de cañas de la juventud, Girardot, alcanzó en Bárbula,
vía, hombres á pie y á caballo. Mujeres arrean
sus borricos cargados de ]>apa3, de maíz, de
liabicbuelas: son campesinas ate-adas, el rojo
pañuelo de Madras á la cabeza, bajo el sombrero
alón de cogollo, y trajeadas con blusa y íaUla
de zaraza gris ó morada. P a s a n reciias de mu-
las, Pasan pvnrtas de novillos. Pasan automóvi-
les... PiLsan también carretas cubiertas de ence-
rados pizarrosos: conducen el papflón, azúcar
del pobre, cuajada en moldes cónicos, en dulces
monolitos castaños de dos palmos.

Hn el vagón presidencial va D. Tiberio Bor-


gia, el dictador, el monstruo, con su séquito:
«doctores», militares, seides. esbirros, espías, al-
gunos ministros y muchos espalderos.
Vestido de gris obscuro, ceñido el part'amá, se
repantiga en el asiento de rejilla el viejo Tiberio
iletrado, el mandarín rural, la sonrisa en el col-
millo, entrecerrados los cavciosos ojos de cerdo,
oyendo complacido las adulaciones d e ios pala-
ciegos. Su corpacbo es el más vohuninoso. Tibe-
rio Borgia necesita dos asientos: uno y medio
p a r a si; el otro medio para su jerarquía y para
su panamá, que de tiempo en tiempo se quita y
vuelve k poner.
— ¿Que hora es?—pregunta, por decir cual-
quier cosa.
—La que usted quiera, general^—le responde
uno d e los ministros en tono ambiguo, mitad.de
manido cbiste cínico; mitad, y aun más, de sin-
cero servilismo.
l i a puesto delante de los ojos al ^generaIí una
enorme cebolla de oro. Veinte cebollas idénticas,
encadenadas á veinte gordas leontinas, habían
salido á un tiempo de veinte cbalecos, de buena
voluntad."^ "I^^.
Hacia el fondo del coche, tres edecanes discu-
ten sobre quién conoce mejor el carácter y la his-
toria del flgenerali>. Y reíieren una ocurrencia
que los bace desternillar de risa. Días atrás en-
contraron á don Tiberio divirtiéndose con dos
ó tres áulicos: babia hecho llenar de agua hir-
viendo la bañera, y se entretenía en arrojar den-
tro los pececitos de colores de la pila y en ver los
brincos que daban al caer.
— ; Y tú qué cuentas?—preguntaron á un es-
cribiente de la secretaría de don Tiberio, que los
estaba oyendo sin proferir palabra.
^ Y o , como empleado de secretaria, debo guar-
dar secretos^repuso el amanuense.
Y nadie le sacó una jota.
E l conoce las justicias del monstruo.
Más distantes aún, dos esbirros cuchichean.
— ¿Sabes que á Fideo, el cabo de presos de
la Rotunda, lo pasaron á la penitenciaría de
Occidente?
—No,
•—Entonces, ¿tampoco sabrás lo que dijo al
salir de la cárcel?
—No.
—Pues exclamó, furioso, delante de todo el
nuindo: |Malditos sean! Me habían promeíitlo ':.ijai¿;:^Á.. • .\..L....i '^'-^ -.^aa;:i ji¡¡4.- • '-.j----.
la libertad, y así me pagan ahora, después de
habenne hecho atormentar á tantos liombres y
envenenar á. tantos inocentes. P a n ILbei-io Bocgia, el dicUdar, tí monstruo...
La Esfera

tras comb;\l¡r boménco y en el momento de co- —Bien; pero de los de adentro, ^no se sos-
ronar la. ciimbrf, la victoria y la niuertt'. Bolívar pecha?
condujo su corazón á la capital, en nna fiesta —Los de adentro son ellos mismos, la íamilia
pagana que fué un acLo político. Girardot babía y servidores probados, seguros. Además, el ¡•ge-
nacido en el antiguo virreinato de Xiieva Gra- neráis hizo averiguaciones personalmente. Cuan-
nada; las dos naciones, la snya y 1;L nuestra, se do á él no cabe duda, ¿qué duda va á caber á loa
estrecharon las manos al borde de aqnella tum- íl<Mn;isP
ba, y, unidas en el mism.o ideal, formaron más -0.-C-.
tarde una gran República: Colombia. Aqnella
Colombia de entonces, aquella Colombia grande, El tren se aproximaba á Bárbula. Las narices
es la nación á quien las repúblicas de la América iban achatándose contra los cristales.
española del Sur y la America de! Centro debie- El coche es abejeo do conversaciones y ri o
ron, en mucha parte, la emancipación directa, tadas que la segunda copita de
ó la indirecta consolidación de la indepen- coñac ha promovido.
dencia. —Negro—grita Bisontito al
Don Tiberio escucha y calla. ¡Que fe importa copcro—, prepare los bártulos;
A él nada de aquello! El es precisamente la ne- la tercera, frente al cerro. ¡Y
gación de la libertad y del espíritu de sacrificio, viva Girardot!
y no com]irende la muerte sino infligida como —Ya tengo la,,.
castigo de la barbarie á los más dignos y más El negro no pudo concluir.
puros, en el fondo de dantescas mazmorras. Se produjo un estampido
Una voz y un cuerpo adiposo, gigantón, se al- tremendo; se detuvo el tren; se
zaron: levantó una nube de polvo, de
—Vamos á remojar el gañote, señores, y á humo y un sonar de tornillos,
brindar por Bárbula y por Girardot. de clavos sacudidos; un ruido
E r a Bisontito, primogénito de Tiberio Borgia.
Con la presteza de! hábito servil, uno de los es-
palderos, ncgrazo de cara macheteada, extrajo
de petaca ad ¡loc un litro de Hennesey, varias
copas, un platón, y .se puso á repartir el coñac.
El ogeneraU rehusó beber.
En el extremo del coche, los dos esbirros se
tactearon de codos.
—No será por virtud de templanza que no
bebe.
—¡Claro! No bebe poi'que desconfía... A des-
confiado no le gana ni IJios.
— E n este caso, motivos no le faltan. Después
de lo del tío...
Llevan razón ambos esbirros. El «generabí,
buen traidor, sospecha traición-s: y como quien
las debe, teme que se las cobren. Además, de
aquel vastago hay que temerlo todo. Mijo de
gato, caza ratón. ¿No acababa de asesinar por
propia mano y en asocio de un hermanito al tío
paterno, don Fulanclio, en el mismo palacio pre-
sidencial?
El viejo Tiberio nepótico había nombrado pri-
mer vicepresidente de la República á su herma-
no; segundo vicepresidente, á su hijo. Bisontito,
digno e.vponenCc de aquellos Borgias criollos,
les tomó odio al padre y al tío. Le pareció que
ambos lo despojaban de algo que era niuy suyo.
(Quién ha dicho que las herencias dinásticas se
estilen por vía colateral?
Un día enfermó Tiberio... El joven Borgia,
creyéndose ya sustituido en la herencia, volvió
por sus derechos y mató al tío Fidaocho. de ferretería sucedió al
—PerOj ;se conocen detalles precisos?—^pre- estanipidoseco, rotuniio.
guntó uno de los esbirros á su camarada. Corrió el negro (iani-
^ ¡ Y a lo creo! Don Fulanchito tomaba todas medes; corrió Bisontito;
las noches, al acostarse, una copa de agua. corrieron los íidoctores>', E s f a t a muerto; pero aálo
muerto de miedo...
—Lo sé. Y el ordenanza se la dejaba diaria- los militares, los seides,
mente sobre la mesiia de noche. los esbirros, tos espías,
—Pues aquella noche al agua se le puso un los ministros, los espal-
narcótico.,. Después, á eso de las dos ó dos y deros. El vagón quedó
niedia, se presentaron en Palacio Bisontito y su solo.
liermano Gonchalo; cortaron al infeUz la caró- Se empezaron á escti- manece allí, tranquilo, impertérrito. No se ha
tida y las arterias de la muñeca... charimprecaciones, llan- movido de su asiento.
—jQué cirujanos! tos, si'iplicas de socorro. ^ G e n e r a l , por Dios—le gritan-—, no haga lo-
—Después se lavaron las manos, se s?caron .'\I,gunas voces y a!guna.s piernas salían de de- curas; salga de ahí.
en las toallas, dejando sus huellas dactilare.s bajo de los vagones. Los rieles, las ruedas, las El cgeneralij no responde,
por todas partes, y se fueron á sus cuarteles á portezuelas, fragmentos informes de madera y Vno de los ministros sacude la cabeza, ató-
dormir. de hierro, rojeaban empapados en sangre. nito, como significando: «Este hombre es más
— ¿Pero se sabe á punto íijo todo eso? Nadie s a b í a l a razón új io ocurrido; ;un sinies- que un héroe.*
-—Con absoluta evidencia. La hermana de la tro?, ¿un atentado? El ba rullo cnsordecfa. To- —General, general.
"Victima acusó á sus sobrinos á giito herido, fu- dos habían perdido la cabeza. Algunos habían Como Tiberio Borgia no se moviese, uno de
riosa y dolorida, ante el mismo tgcnerali. Ade- perdido también el portamonedas. los espalderos gritó:
más, las declaraciones de la Policía y de la guar- En medio de la algarabía y la desbandada, •—¡Cuidado! ;Dehe de estar heridol :
dia de Palacio son contestes: nadie se acercó á inquieren algunas voces en angustia: ^(Tí'.ii-'ás muerto—masculló otro.
ja man.sión presidencial aquella noche sino Bi- —El general. ¡Dónde está el general? Y penetraron en el coche, cautelosos.
sontito y su hermano (.lónchalo, T'na hora des- Pero el *generalíi no aparece. Don Tiberio no estaba muerto... Es decir, sí
pués de entrar salieron. Ningún soldado, ningún (Se lo ha tragado la tierra? ¿Yace en medio de estaba muerto; pero sólo muerto de miedo, líi-;
polizonte, nadie notó nada anormal. Todo ocu- los escombros? ¿Se habrán salido con la suya los gido, pálido, sincopado, jcómo volverlo en s£?'
rrió sin ruido, sin íractnra, en el mayor orden. dinamiteros revolucionarios, y allí, frente al ce- Le rociaron el rostro con agua fría. Lo dieron
• En efecto, ¿quién iba, no digo á entrar im- rro de Bárbula, en homenaje á la libertad, que- á respirar un frasquito de sales. El fgeneraL
punemente, ni siquiera á acercarse á esa forta- d a el monstruo tendido? ¿Se h a hundido en los abrió los ojos, el gesto amarrido, E s t a b a incó-
leza, guardada por un retén, por la policía, por infiernos^ lume. Los dinaniileros no se habían salido con
sus espesos muros de piedra v, sabrc todo, por El vagón presidencial permanece inlacto. Los la Suva.
El pavor que inspira? ministres y los espalderos, en busca de don Tibe- R. BLANCO-FÜMEONA
' —Ni los duendes. rio, miran por I;LS ventanillas. Tiberio Borgia per- (Dibujos de Atisto-Tillcz)
i6 La Esfera
CRÓNICAS DE miAñ
En 5an Pietro in Montorio y en el Palacio Barberini

Los Reyes de Italia, al salir de viiitar la Exposición d» los pensitinadoa Visita de SS. HM. los Reyes de Italia á la Real Academia de España en Roma y el ministro
en la Real Academia Espaiiola de Instrucción piibllca'y Bellas Artes, a los que acompañan el Director, Sr Blay, y su señora

l;i iniciativíi de Casíetar, en 1S63, se debe Ui más que propicios al recogimiento laborioso en sibles, de crear allí atmósfera, dando calor á las
A íiindación en líonia. de la Academia l'-spa-
fiola de Bellas Artes, por la que han pasu-
do artistas tan ilustres como Praciilla, Palmaro-
donde se funden los colores de la paleta.
Si en aquel aml.icnte un artista no llega á íor-
marse é inicia su trayectoria himinosa, está ya
diferentes iniciati^•as de los artistas y de unifi-
car en belleza el esfuerzo constante de ellos.
Puesto que no á una elemental finalidad de alo-
li, Moreno Carbonero, Cliicharro, no sólo á títu- \'islo que entonces usurpó, mal que le pese, una jamiento debe reducirse la Academia.
lo de pensionados, sino también en calidad de distinción inmerecida. Y con los últimos trabajos, no mandados to-
direetorcs algunos de ellos. j Mejor que deje los ]'inceles ó el cincel y se de- davía á España, im]nüvisa una l-xposición de
Kn el monte Gianicolo, y ante nna pers]iectiva dique á un oficio manual cnalquiera. rezagados,
espléndida de la cindad, 5c alí;a esta institución Fl director de ahoia, Sr. Blay, comprendiendo T.os escultores Beltrán y I-abiada; Yalverde y
española, de la que forma parte el templete siem- la suma importancia de estos años de pensiona- Pérez Rubio, pintores, y los arquitectos Moya
pre admirado de Bramante. El aislaniienLo de sn do, que no deben malotírarse en i;n descanso y Blanco son los expositores que, á punto de
situación y los efectos de luz qnc allí se tiene snn coiUeniplati\-o, tr;ita. por todos los medios po- marcharse, parecen jirescntir de antemano la

A:to iniugural de la Exposición.—Da izquierda a derecha: señora de Blay, señora de Magaz, Marquesa de Persichetti, Monseñor Meló, Arzobispo
de Valencia y antiguo Obispo de Madrid-Alcalá; Director de la Academia, Sr. Bíay, y el escultor Sr. Beltrán

J
-ílff Esícm
xy

•Bella Vístao, cuadro diValverde, pensionado de Pintura

las del fresco y del tapiz. Los proyectos de los


arquitectos fué e! mismo arquitecto Sr. Blay
quien t u v o la complacencia de explicárnosios
desde nn punto de vista técnico.
Moya presenta nn estudio de puerto aéreo con
base terrestre y marítiniíi, amén de una central
ferroviaria; verdadero núcleo de comunicacio-
nes de una modernidad sumamente sentida y
adecuada al tema.
Relieve de Beltrán, pensionada de Escultura Polifemo y Calatea, relieve de Beltrán,'pensionado'de Escultura
Blanco, por su lado, e.vponc un proyecto de
Termas públicas y su enlace con la ciudad, en el
nostalgia d e ' c s í a tierra t a n rica en moíivos de que deja traslucir su profundo conocimiento de más señalado del mundo romano; entre ellos, los
inspiración. la antigua Roma, en consonancia con las ten- principes Próspero Colonna (conocido hispanó-
I , Xo poilcmos decir que la gestación realizada, dencias actuales, y un proyecto de Monumcnln filo), Chigi, Brancaccio, Napoleone Orsini, y la
hfiya 3Ído muy fecunda. Di/icnitades económi- ¿i las Artes, en el que da rienda suelta á sn ins- sobrina del Papa, marquesa Persichetti Llgolini.
cas ])rodiic¡<lag por el cambio y, sobre torio, hay piración. Por la m a ñ a n a se llevó á cabo la visita de
que decirlo, la ansencia í:otal de un espiritn or- Es, en verdad, lástima que por haberse envia- SS. MiVl. los Revés de Italia, (|ue fueron recibi-
ganizador que hasta ahora encauzase la com- [io los otros trabajos á Madrid no se hayan ex- dos por los Embajadores, conde y condesa de la
pleja vida de la Academia, han debido influir, puesto iüs de los ]:iensionados ya ausentes. No Vinaza. Visita cjue no se limitó á una forma ofi-
sin duda alguna, p;ira que los pensionados de obstante esto, el director ha conseguido realizar cial, sino que tuvo todo el carácter intimo de
esta promoción no dieran una intensidad ina\'or con esta Exposición lo que se proponía: atraer la acogida calurosa por nuestra parte y de com-
á sus realizaciones. atención como nunca hacia esta Institución Es- placencia bien marcada en la atención que los
Beltrán presenta dos relieves t r a t a n d o el tema pañola de Arte, que con el impulso dado y con augustos liuc.spedes dieron á las obras allí e;x-
de Polifenio y (íalatoa, inspirados en Cóngora las reformas aprobadas de renovación arquitec- jniestas.
y premiados en e! Concnrso Nacional. ]Jc un tónica y de organización interna, podrá rivali- Y lo que no cabe duda es que ha resultado el
ritmo clásico marcadisimo, en los qne denmes- zar en Ronm con las otras similares, más ricas acontecimiento más saliente de la semana, sus-
t r a ima gran elegancia de composición. Sn ta- en recursos que la nuestra. citando comentarios muy halagüeños, que para
lento es esencialmente decorativo. I-.a Pren.'ia rcmiana ha comentado con el ma- nosotros, españoles, adquieren un valor esensi-
La Auruya marca ya otra tendencia que no yor entnsiasnu) y sinipatia esta exhibición de bleí) cuando los recogemos en tierra extranjera.
llega á convencernos por eso mismo que pres- arte, y los criticos más renombrados fueron ¡os Eiesta que por su carácter italoespañol debe
cinde de la parte decorativa en su obra. V en primeros en acudir á ella, como también las re- considerarse conu) un paso hacia esa aproxima-
un hloqiie de piedra ha trazado una cabeza in- presentaciones de íotlas las Sociedades cultura- ción espiritual de dos pueblos que por tanta.s
fantil que simboliza al sol, cuyo dibujo atrevido les y artísticas. afinidades deben ir siemjíre juntos.
nos agrada. l'ué en el mismo día del santo de S. M. la Re'-
Labiada, iLna composición muy arbitraria de na Victoria cuando se ínaiigm'ó oficialmente la
dos desnudos do mujer, que debió haber presen- Exposición por nuestro embajador cerca del Va-
tado formando parte de un proyecto decorativo, ticano, señor marqués de Maf^az, con todo el La noche del z^ de Diciembre, las puertas del
y a que nuestra sensibilidad se resiente de! aisla- alto ]iersonal de Embajada y acompañado de oseicentescoii palacio Barbeiini se entreabrieron,
miento en que nos presenta este grupo. monseñor Meló, arzobispo de Valencia. y los condes de la Vinaza, con esa afabilidad se-
I.os cuadros de Pérez Rubio dan una veí más r.V'.-ífilaron por San Piecro in Mcjntorio todo lo ñoril que les caracteriza, reunieran en t o m o á su
idea (le este marca mesa á las dos Em-
d o inipresiünisnio bajadasy á algunos
trances tan en bc- españoles.
ga, y que en al- iMié esta una oca-
gunos paisajes re- sión para q u e el
suelve á veces con palacio rkl Berni-
una estilización de n i resplandeciese
línea muy suelta y aquella noche en
n a d a amanerada. toda su exuberan-
No iisl el cuadro cia barroca, y que
suyo de mujer. recogiese el eco de
^''aivcrde ha tra- espontánea alegría
bajado m á s q u e de aquellos espa-
"inguno, E{ sefu.y ñoles que acudie-
Costanzo y su frente ron allí á olvidar
y Bclhi Visla, de la nostalgia d e la
grandes dimensio- jiatria lejana.
nf--s, dan la nota tí- V la majestuosi-
pica de ambiente dad de esta man-
sin recurrir al con- sión era un marco
vencionalismo riel entonado c o n l a
traje regional. Uno elegancia clásica de
representa el canto estos Embajadores,
al trabajo, y el otro identificados con la
' a holganza en tic- más pura tradición
T a de Capri. l i e n renacentista.
entonados de color
y con una técnica Josefina de RANERO
<liie nos recuerda
tEI señor Costaiizo y su gentcj, cundro de Valverde, pensionado de P i n t u r a RflUHi. Dicbre ¡927
i8 Ln Esfera

MaríLvilIoso aspecto que ofrece el P a r q u e Nacional de Zion,


en el Estado de Utah, donde la Naturaleza se ha mostrado
próiliga en la distribuciúii lantástica de las quebraduras del
terreno, que ofrece el incomparable golpe de vista que re-
cuerda nuestro grabado

Las itnponentes be-


llezas (íue ofrece la
^nSlatnraleza^ eru el
^ar(íue^ nacional
de Zion (KE^ UUJ
M FKCiiD á los progresos del t u r i s m o . I a s
bellezas que ¡guardaba casi secretai el
]''3tiido de LHab, en Norteamérica, !ian des-
corrido su velo ante los atónitos ojos de
millares de via'eros.
L a declaración reciente del I"arque Na-
cional de '/Aon ha puesto de moda la excur-
sión al í^ran Cañón Blanco de Tlirone y al
\'s.\\e de I s Alíeles. c'.'rioBa formación geo-
lógica que reproducimos en nuestro grabado
de la parte superior, y en la que las quebra-
duras del terreno afectan la disposición de
millar.'s de viezas de ajedrez que defendie-
ran un íantástico tablero natural.

El Gran Cailóii Blanco de Tlirotie, ingente


cadena montoiiosa que constituye uno de los
espe táculos m á s Bugtáli's'OB del nuevi> Par-
que tíarional de Zian, en los Estados Unidos
(Fots. Qrtiz]
la Es/.era
Í9

P O R LAS R U T A S ANTIGUAS

L O S S I L O S . —LAS CUEVAS
Cómo se pMede vivir—y d
veces vh'iy bien—dcbajn tic
t 'ci-ya.

E ¡. csiiectáciilo lie Ins silos profluce siem-


pre una liimcntíihle impresión, un sd-
brtcojimiciiÍQ. \'ivir bajo tierra es de-
jarse someter por un triste destino- Ko con-
cebimos cómo el hoinhre puede aceptar el
cubil lie la fiera. Sin embargo, todo tiene
Hus matices y sus gradaciones. Yo he ido
por el camino de Zamora á F-eón, bordeado
íi trechos por una soberbia alameda. A me-
dida que avanzamos hacia el Xorte, cuan-
do ia llauura empieza á ondular, aparecen
Jiinto á las casas de adobes los primerf>s
silos- Pero estos .siJos están hechos para
guardar el grano y los aperos de labranza,
y, como en otros muchos lugares de Castilla,
en VCÍ: tlu revelar pobreza y ruindad de re-
cursos, descubren, al contrurio, abundam;ia,
previsión y espíritu civilizado.
¿Cuándo empezó el hombre á guarecerse
para v¡\'ir, en las cuevas ab'crías ])or su in-
dustria para {Tiiarriar el prrjducto de la.s co- Los primeros sUos estaban hechos para vivir. Luego para guardaí el ¿rano y Jos npecos de labranza
sechas? Mejor dicho, ;cnándo volvió á sus
primitivos habitáculos? l'orque en épQt;a
muy r.-;mot;i, éstas pudieron ser sus vivienda.'; terlos al gran reactivo fie la miseria y de la ne- á través de los años. Hay ((trogloditas-i fjuc han
hasta que pasaran á las construcciones de ado- cesidad. llegado á mejor fortuna y que, acomodados ya
bes y á transportar las jjiedras desde la mon- l'ero el ni'imero de personas, que, inniemorial- a] medio, no quieren salir de sus cuevas. Los si-
taña. La vitia, más comjílcja, de otros tiemjio-i mente, de padres á hijos, viven en silos y cue- los ]eo2ieses son pobres. Sin duda, no pueden
que trajeron ya una leva de pobres—más po- vas, debajo tle tierra, es connitierable. lin unas aceptarse sino como rcfufíio pasajero para dejar
bres que los primeros-^—, elevó á muchos mi- zonLis, como esta del Xorte de Castilla, sólo ex- pasar una mala racha, \o no lie entrado en las
serables ai fondo de esos agujeros, cavados en cepcionalmi.'ute y como <lccadencia de mejor casas de Consuegra y de otros puntos de la re-
la tierra blaurla. situación. Jin la faja de tierra que va desde el gión manchcga de que tenemos noticia, singu-
El efecto es siempre de iejania en el tiempo y Moncayo á Ctranada, la naturalesa del terreno larmente por hundimientos é inundaciones- Pero
en el espacio. Xos parece que entramos en un:i hace que sea con caracteres más estables. En sí en las cuevas de Guadix-
época ya olvidada, de la cual sólo nosí>tros po- todas partes no basta decir que se vive bajo Toda esta parte de (¡ranada—-Huesear, C.ua.-
dríamos dar testimonio, porípie hemos llegado tiei'rii para calificar el género de vida. dÍK, basta liaía—está ¡lena de minas, de hormi-
á dcsciibrii^la por arte mágico, ("onvjcrie, sin em- ['(.rqne bajo tierra se puede vivir mal y se gueros humanos. Hormigueros individuales, uníi
bargo, no dejarse engañar por la Mistoria, Las puede vivir bien. Por milagroso (jue ])arezca, en para cada famiíia. Nunca galerías largas ni tra-
civilizacicines más distantes conviven en la mis- el foiu]<j de estos sitios y cuevas se ])uede vivir bajos colectivos. Cada hormiga labra su celda y
ma hora, y á \-eces en el mismo kilómetn» cua- bien. (Será posible? ,;No habrá en esta afirma- se arregla conu> puede para llevar á eU'-i- pro\'i-
drado. Si analizáramos lo {|iie tiene de tro^;lo- ción demasiado respeto á las costumbres inme- siones y mantenimientos. T'ero si nos asomamos
díta un in^h's de la City ó un francés del byu- UKjriales y al color local? á las bocas de esas cuevas tío veremos señales de
levard des ItnÜeus, encontraríamos inesperadas Depende de la raza que se dedique á horadar barbarie ni de extrema niiseria. Muchas veces
proporciones. Sería preciso—-claro está,—sonie- el suelo y de las mudanzas que su suerte les lleve nos parecerá env¡<lLable la suerte de un troglo-
dita de C.uadix, porque las mujeres son limpias,
hacendosas y tienen íi\t preocupación estética,
más refinada aca.so que algunas señoras de ciu-
daii. Las paredes de las cuevas fíe Ciuadix sue-
len estar bien encaladas. Penilcn i,!e ellas innu-
merables ornamentos, ctiadritos, utensilios de
metal reluciente, cobre ó bronce, que más bien
parecen amuletos. Estampas de santos, láminas
de toros, retratos... Xo se componen siempre las
cuevas de tniadix de un hueco, un agujero
para entrar en él y una chimenea. Las hemos vis-
to de tres y de cuatro estancias; la primera, como
zaguán ó hall; la segumla, como alcoba; la ter-
cera, como cocina, y aun h a y otra para cuadra ó
zahúrda, lista asegurada la ventilación. De'estas
chimeneas de cucurucho, encaladas también,
puede decirse «pie son arquitectimicas. Ellas des-
cubren que allí abajo hay un pueblo. Si el lector
pasa alguna vez por (luadix, sabrá (|ue ¡íste es
e! único país del mundo donde el harón de Mun-
cbaussen podría contar sin embuste que ató su
caballo á la chimenea. Hay macetas pintadas de
aiiil; cantareras limpísimas, con su paño blanco;
cortinas de grandes rosetones en colores vivos
])ara velar las alcobas... La temperatura allí
dentro es siempre tibia: n¡ fría cu invierno, ni de-
masiado calurosa en verano. Xo se mucre más
gente allí que en la ciudad. •\" si hubiera siempre
¿rabajo, oí jornalero que se guarece en las cuevas
de CiuadijL viviría—salvo error—como un prín-
cipe-

AquJ, el barón de Munchaiissen jiociria contarnos, sin n u n t i r , que ató el caballo á la chimenea de una casa... L U I S BELLO
La Esfera

«Retrato de española»,
cuadro de Julio Moisés
La Esiira a±

DON ANTONIO CÁNOVAS.-CENTENARIO DE SU NACIMIENTO


Al cmnplirae cien años del natalicio de. D. Aiit-mio Cánovas, Ins Academias kan ¡¡ue.ridí, rendir al (/rande hombre nn hmuennje.
. , .• . . . I .•.... .1. i„ ,•.-,. r...,™j.,«.. A .•..oí,'f>,^;,iiii.3. ¿ . 4 ES FEliA rinde hoy tributo tí la memoria

oren, non narna ae «uaitouaJi poiiiico», y uriiuLin, v.-i<ii m </ .-.JS".-. >-•- .^~-^. , j^,j^,~
rfprodu,:c.!ones de t/rabados (intii/U'"' ''•» <i"^ •^'' reflejan succión nacionales de la 7nay<
V<ino\-nn en la primera épiír.a de la He/¡tauractó

pió esfuerzo u n a r e c o m e n d a c i ó n d e
CÁNOVAS, POLÍTICO su p a r i e n t e ( q u e y a , a ! c o n o c e r y
a p r e c i a r lo q u e v a l í a , fué la i'mica
(CONFERENCIA) p r o t e c c i ó n v e r d a d q u e en t o d a su
L o s h e c l i o s no se c o n s i g n a n en la v i d a t u v o D . A n t o n i o C á n o v a s del
H i s t o r i a p a r a la m r r a s a t i s f a c c i ó n Castillo), y v a á la r e d a c c i ó n d e l
(le p u e r i l c u r i o s i d a d . Al e n s e ñ a m o s p e r i ó d i c o Patria, p a r a q u e si allí
-SLis criusas y a v e r i g u a r los efectos, le j u z g a n d i g n o d e f o r m a r p a r t e d e
d e t e r m i n a n provecliosas enseñan- su r e i l a c c i ó n , le a d m i t a n , Y es c u -
zas; y d e igual m o d o , al d e s t a c a r r i o s o , s e ñ o r e s , c ó m o e n t r a en la
EKjnellas glorioaas figLiraa d e relie- redacción de este periódico.
v e q u e la H i s t o r i a e n s e ñ a , en ellaa Le e n c a r g a n (pie h a g a un a r i i c u -
h e m o s d e a p r e c i a r nn m o d e l o p a r a lo d e f o n d o ; lo p r e p a r a en su c a s a
la c o p i a , un e j e m p l o p a r a i m i t a r - con t r a b a j o y con d e t e n i m i e n t o ;
lo. U n a d e e s a s fifíuras p r e e m i n e n - n o se fía d e .su pro]>¡a o b r a y la
tes, ]>ara m í , en el o r d e n p o l í t i c o , c o n s u l t a c o n el s e ñ o r K s t é b . n e z , y
la p r i m e r a d e l i'iltimo t e r c i o del e s t e no r e s i s t e á la t e n t a c i ó n d e
p a s a d o siglo, es l a fignra d e D . A n - modificarlo y alterarlo; pero cuan-
t o n i o C á n o v a s del C a s t i l l o , á q u i e n , d o lo l l e v a á P a c h e c o , c o m p r e n d e
si n o h u b i e r a b a s t a d o t o d a u n a y d e s c u b r e el e s t i l a d e e! Solitario,
vida de abnegación, de t r a b a j o y y e n t e n d i e n d o q u e es i n c a p a z d e
(le h i c h a , d e e n s e ñ a n z a y d e s a c r i - hacer n a d a aquel q u e necesita va-
ficio p a r a el bien d e su p a í s , le lerse y v e s t i r s e c o n a j e n a s p l u m a s ,
h u b i e r a p r e s t a d o u n a a u r e o l a in- e s c a s i r e c h a z a d o el S r . C á n o v a s
m o r t a l a q u e l l a b a l a que, atrave- del C a s t i l l o ; p e r o al i n s i s t i r , en
s a n d o su c e r e b r o , p u s o l'in á su v i d a a q u e l m o m e n t o p o n e n á p r u e b a su
en el d í a t r i s t e del S tle A g o s t o d e c a p a c i d a d , y allí, sin p r e p a r a c i ó n
1S07. ^•"o h e d e s e g u i r p a s o á p a s o y c a s i sin t i e m p o , d a m u e s t r a s d e
la h i s t o r i a p e r s o n a l ó p c l i t i c a d e l o q u e v a l e , h a c i e n d o u n e.'ícelente
I.J. A n t o n i o C á n o v a s del C a s t i l l o ; artículo de fondo. D e s d e entonces
h a r é una breve excursión por sus se i n c o r p o r a á la R e d a c c i ó n y es
o r í g e n e s y p r i m e r o s t i e m p o s ; tne r e d a c t o r del p e r i ó d i c o .
d e t e n d r é a l g o en d o s p e r í o d o s d e
su a c t u a c i ó n p o l í t i c a , q u e s i r v e n Su primer a c t o político consiste
c o m o d e m o d e l o sÍnti;tico p a r a e x - en a y u d a r , p o d r í a m o s d e c i r q u e en
p r e s a r lo q u e iué, lo q u e p e n s ó y DON ANTONIO CÁNOVAS DEL CASTILLO redactar, aquel famoso maniíiesto
lo q u e qni.so p a r a su p a t r i a a q u e l d e M a n z a n a r e s d e l a ñ o 1850, q u e
h o m b r e i n m o r t a l á q u i e n h o y e s t a m o s consagí s i r v i ó d e e-vplicación al h e c h o mili-
d o s p e r í o d o s s o n : el d e la R e s t a u r a c i ó n y e! d e a n d o un r e c u e r d o , Eso3 t a r d e V i c á l v a r o . Y c u a n d o , t r i u n f a n t e O ' D o n n e l l , le p r é s e n l a y le h a c e
la K e g c n c i a . elegir d i p u t a d o i C o r t e s p o r M á l a g a , v i e n e p o r vez p r i m e r a á l a s C o r t e s ,
q u e desde entonces casi n u n c a a h a n d o i m , Y al-
N a c e C á n o v a s , d e c u n a h u m i l d e , en u n a m o -
gunos citan como ejemplo de soberbia—yo pue-
d e s t a caga q u e l l e v a el n i u n e r o 1 d e la calle d e
d o decir que más como manifeslación d e apreciar
X u ñ o G ó m e z , Ue la c i u d a d d e M á l a g a . .Apenas
l o q u e v a l í a — q u e c u a n d o (.t'Donnell le d a b a e x -
si su p a d r e p u e d e a t c j u l e r á las n e c e s i d a d e s fa-
cusiis p o r n o h a b e r l e p o d i d o l l e v a r á u n M i n i s t e -
m i l i a r e s con el m o í l e s t o s u e l d o q u e iícrcibe, d a n -
rio, él le c o n t e s t ó : .iL'sLed h a h e c h o lo b a s l a n t e
<lo u n a e n s e ñ a n z a en la E s c u e l a l l a m a d a del
c o n t r a e r m e a q u í d e d i p u t a d o ; el s e r m i n i s t r o lo
C o n s u l a d o , p o r q u e e n el C o n s u l a d o e x i s t i a e s t a -
h a r é y o . 1 Y e s t o n o e r a s o b e r b i a , n o lo e r a , p o r q u e
b l e c i d a . D e s p i é r t a s e en el j o v e n , c u a n d o e m p i e -
c u a n d o , d e s p u é s , en dos o c a s i o n e s , es re<|uerido
za su B a c h i l l e r a t o , aficiones l i t e r a r i a s , y c o n
p a r a o b t e n e r u n a c a r t e r a , él r e h u s a p o r n o c r e e r -
o t r o s a m i g o s d e su m i s m a e d a d p u b l i c a en Má-
se c a p a c i t a d o p a r a e j e r c i t a r l a y defiem]ieñarla, v
laga u n a r e v i s t a q u e se l l a m a La Joven Malaga.
c a m b i a ese h o n o r p o l í t i c o t a n g r a n d e c o m o q u e
C u a n d o a p e n a s si e s t á n m e d i a d o s s u s e s t u d i o s ,
c o n s t i t u y e l l e g a r á l a m e t a en l a c a r r e r a p o l í t i -
t i e n e la d e s g r a c i a d e p e r d e r á su p a d r e , y a u n q u e
c a , p o r o t r o m u y en a r m o n í a c o n sus a l i c i o n e s ,
le d a n , c o m o r e m e d i o á la m i s e r i a en q u e q u e d a
p o r u n a p l a z a d e a c a d é m i c o d e l a H i s t o r i a , Dea-
l a f a m i l i a , el p u e s t o q u e su p a d r e t e n i a , lo m o -
de entonces, ministro de la Gobernación con
d e s t o d e ! s a l a r i o q u e p e r c i b í a , lo n u m e r o s o d e su
Mon, y c o n t i n u a n d o con 0'i>onuel!, t o m a p a r t e
f a m i l i a — q u e y a t e n í a c u a t r o l i e r n i a n o s — y la
a c t i v a e n t o d o a q u e l p e r í o d o p o l í t i c o d e los líí-
p r e c i s i ó n d e a t e n d e r á t o d o s ellos, le r e q u i e r e n
t i m c s a ñ o s del r e i n a d o d e I s a b e l H ; h a s t a q u e
p a r a q u e , c o n t i n u a n d o y a u m e n t a n d o los im-
en r 8 6 8 f i r m a con o t r o s u n a p r o t e s t a d i r i g i d a á
pulsos de una ambición legítima (porque, cono-
l a R e i n a p o r n o c o n v o c a r á C o r t e s , y es d e s t e r r a -
c i é n d o s e á sí m i s m o , t e n í a la idea d e su v a l e r y
d o d e M a d r i d y sufre su d e s t i e r r o en P a l e n c i a .
de su g e n i o ) , v e n g a á .Madrid c u a n d o ]io t e n í a
Y i e n e l a J í e v o l u c i ó n d e ! 5g; es r e q u e r i d o p a r a
niás q u e dieciocho años. J í e c o m e n d a d o viene á
o c u p a r c a r g o pt'dilico; lo r e h u s a y se m a n t i e n e
un su p a r i e n t e , p r i m o h e r m a n o d e su m a d r e ,
s i e m p r e d e s d e e n t o n c e s c o n s t a n t e y fiel á s u s
J í . Serafín E s t é b a n c z C a l d e r ó n , c o n o c i d o en el
j i r i n t i p i o s , q u e e r a n los d e a d m i t i r u n a M o n a r -
m u n d o l i t e r a r i o p o r el .seudónimo d e al Salilario.
quía constitucional y hereditaria, reconociendo
N o p a r e c e a g r a d a r m u c h o a! p a r i e n t e el r e g a l o
el d e r e c h o en el s u c e s o r d e i J o ñ a I s a b e l H , su
q u e le h a c e n d e u n s o b r i n o p r o v i n c i a n o , y p o c o
h i j o D o n Alfonso X H . l i n t o d o e s e ]-)er!odo q u e
c r é d u l o e n a q u e l l a s aficiones l i t e r a r i a s y en
m e d í a l i e s d e liíljci á 1S74, p o d e m o s d e c i r <|ue
aquel talento q u e no había todavía p o d i d o com-
es p a r a su a c t u a c i ó n p o l í t i c a el m á s iuefícaí;
p r o b a r , inclina el á n i m o íle n u e s t r o D . A n t o n i o
p a r a lo q u e d e él p o d e m o s a p r e n d e r .
p a r a q u e se h a g a s a c e r d o t e . K e h u s a y r e s i s t e ei
protegido, y en esta resistencia tiene q u e ceder
su t í o y p a r i e n t e , y le d a u n m o d e s t o c a r g o en el E n 1S74 s e i n i c i a el m o v i m i e n t o p r e c u r s o r d e
ferrocarril c o n 8.000 reales d e s u e l d o . Y a t e n i e n - e s o q u e y o h e l l a m a d o el p r i m e r p e r í o d o d e su
d o e s t a p e q u e ñ a b a s e , e m p r e n d e sus e s t u d i o s d e actuación política, q u e v o y á e x a m i n a r , y q u e
I->erec]io, y m a n i f i e s t a d e s d e el p r i m e r m o m e n t o s o n los c o m i e n z o s d e l a r e s t a u r a c i ó n d e l a M o -
s u s i n c l i n a c i o n e s l i t e r a r i a s , b u s c a n d o p o r su p r o - narquía. Cánovas, p a r a p r e p a r a r y p a r a servir
Casa de la ralk de Kufia Gómez, de Málaga, señalada con
el número i, donde nació D. Antonio Cánovas del Castillo á e s a M o n a r q u í a , q u e q u e r í a rt'staurar. inicia la
22 La Esfera

.-:^*s

Visia panorámica de las posiciones del ejército liberal y de los carlistas en las cercanías de Estella, donde estuvo á punto de ser hecho prisionero
S. M. el Rey Don Alfonso XII

formación dm un partido político, y á esc partido se reputa vieja, y que por vieja quiere remojar- ciprocas; y bueno es recordar que hay un prin-
político no le llama entonces liberal-conservador; se, á pesar de que ha demostrado con el trans- cipio de Derecho, que yo no quiero citar, que
el segundo apellido vino más larde; le llama me- curso de los tiesnpos que no necesitaba reforma dice cómo ha de poder ejercitarse la acción
ramente liberal alfonsino. llocnmeiito auténtico alguna ]jara que se fueran incorporando á nues- cuando se quebrantan esas obligbicioncs recí-
tengo que asi lo demuestra, porque conservo tra vida política todos los principios determi- procas. (Muy bien. Grandes aplausos.)
copia de la. carta que en 20 de Mayo de 1ÍÍ74 nantes del progreso moderno; ésa Constitución, Era D. Antonio Cánovas, y lo había sido siem-
envió á todos los amigos de provincias para cons- que bueno es recordarlo para que todos lo sepan, pre, un reconocedor amante del principio de la
tituir ese -partido liberal altonsino, que estuvie- si alguno llegó á no aprenderlo ó á olvidarlo, esa soberanía nacional. No puede obstar á este su
r a dispuesto, como maniíeslación de la opinión, Constitución, que no fué promulgada en la for- amor y su creencia, c|ue él entienda que esa so-
fj agrupar á todos loa liombrcs de valía p a r a que ma que lo han sido todas las leyes posteriores, beranía estaba compartida por la Monarquía he-
pudieran en ul orden legal contribuir á la restau- que no tiene la fórmula (y puede leerse) aquella, reditaria constitucioiuil; no podía esto significar
ración, para que cstuvientu preparados á cual- constante repetición de principios, de que íl.,as una contradicción de principios. Los que, libe-
quier evento, si esa restauración se precipitara. Cortes han decretado y Nos hemos sancionado rales y demócratas, esa contradicción aparente
Cuando tenia casi preparada, según éi desea- lo siguiente». Xo, la Constitución de 187Ó dice censuran, olvidan que hay una Constitución in-
ba, üin transformación violenta, sin derrama- en su comienzo: «Un unión y de acuerdo con las terna en los pueblos, consubstancial con su vida,
miento de sangre, sin golpe alguno de fuerza, la Cortes del Jíeino, actualmente reunidas, ¡lemos arraigada en la tradición y en la Historia, tan
líestauraciónj una noble y elevada impaciencia venido en decretar y sancionar lo siguiente.» absolutamente precisa para que el pueblo exis-
hace que se produzca ci hecho de Sagunto, que E s un pacto la Constitución entre las dos sobe- ta, que de no existir, la Nación desaparecería.
él no habia provocado, que él tal vez no hubiera ranías: la soberanía popular y la soberanía de Y de igual manera que no es licito, ni hay escue-
querido; pero cuyas consecuencias aceptó, ha- la Corona; es un pacto que envuelve en el orden la libera] que admita, que, por mucha que sea
ciendo suya todas las responsabilidades. El ha- del Derecho público un verdadero contrato, en la soberanía nacional en iaa Cortes residente,
cerlas suyas lo demostró, y á prisión íué redu- el que hay obligaciones, pero son obligaciones re- pueda hacerse código de derecho positivo que
cido en 30 de Diciembre de i^7-\'. y en prisión quebrante el principio eterno e inmortal del de-
estuvo hasta que salió para constituir el Minis- recho natural, asi él admitió, que no era posi-
terio iíegencia. Constituye el Ministerio Regen- ble desconocer lo que consideraba, en su creen-
cia y nos da una segunda prueba de cómo enten- cia noble y arraigada, consubstancial con la
día la política y lo que habia de ser la Restaura- vida de la Nación española, la Monarquía, ps^yo
ción, porc[ue en aquel Ministerio, al lado de i((/« Monayqida coustiiuciojjul y parlamettídiia.
hombres de la dereclia, como Martín Herrera, el (Muy bien. Grandes aplausos.) No lo digo yo
conde de Toreno, Calderón Collantes, hay hom- ahora, se ¡o hizo el decir á S. M. el Rey Don Al-
bres que proceden de la Kevolución de Septiem- fonso X I I antes de que viniera á España, l.o
bre, como Romero JíobJedo y D, Abelardo Ló- proclamó en aquel manifiesto de Sandurt; pero,
pex de Avala. Esto sólo es un símbolo; es la re- ¿qué más proclamación que los hechos? Que
presentación de lo que venia á hacer con la Res- era enemigo de la forma republicana, ¿no lo de-
tauración; era lo que dijo él mismo, con frase muestra la Restauración derribando el régimen?
que pasará á la Historia: ono venia á interrum- Que era enemigo de la otra Monarquía, ¿no lo
pir, venia á continuar ia historia de Españai>, demuestra haber ahogado en sangre la última
V, desde entonces, toda su vida política y ac- rebeldía combatiendo, con un ejército que siem-
tuación se consagra á incorporar al nuevo régi- pre hemos creído liberal, aquellas últimas ma-
men las personas que habían militado en parti- nifestaciones del carlismo en España? (Muy
dos que podían considerarse excluidos de esta bien, muy bien.) Pues bien: esa Constitución
restauración. V culmina como obra fundamental tiene para mí la inmensa ventaja de que se adap-
que á la Restauración sigue inmediatamente la t a á todas las transíormaciones que los tiempos
Constitución de 1S76. exigen sin necesidad de alterarla substancial-
Esa Constitución, tan debatida y comentada mente, ¡Cómo?
en loa momentos actuales; osa Constitución, que DON FRANCISCO BERGAMIN ^ Habréis notado todos los que la Constitución
La Esfera 23

S, M. el Rey Don Alfonso XII pasando revista al Ejército del Norte

hab(.-i5 leído, que se consignan en sus artículos pañola; no podía establecer principios que, pug- S. M. la Reina Dona María Cristina en 30 de
los principioñ fundamentales. Articulo 13, los nando substancialmente con las creencias que Diciembre de i 8 8 j ; la juró Don Alfonso X l l l
derechos indisjjcnsablcs del hombre; artículos arraigaban en aquellos sectores, hicieran impo- en 1002, al cumplir su mayor edad. V hay m;ts,
4-". 5-°, ó.'* y 7.", las garantías; artículo 11, la sible su acceso á la ílonarqm'a. No quería tam- señores. La Reina Cristina, Regente de España,
proclamación de ser 61 catolicismo la religión de poco impedir que vinieran á ella, que se incor- mantuvo siempre con fidelidad su juramento.
la católica España, pero tolerarse en ella, todua poraran á ella, todos aquellos elemento^ de la Vo he de hacer público el respeto y el afecto que
los demás cultos y no perseguir á ninguno. Pero Revolución de Scjitiembre, todos aquellos par- siento por la Monarquía, sea cualquiera la per-
el desenvolvimiento de todos estos principios lo tidos liberales; al revc^, tan lo interesaba y lo sona que la desempeñe; yo he de decir que no
(leja la Constitución y lo deja Cánovas del Caa- quería, que ayudó eficacísimamente á la fonna- puedo imputar por injurioso y por agravio el su-
tilio á las leyes coniplenientarias, á las leyes or- cióii del partido liberal, y dio con aquel pacto, l>ucsto de que se faltara á juramentos prestados.
gánicas, que pueden sufrir las transformaciones de que después me ocu]>aré, que se llamó el Por eso digo que esa Constitución vigenbe está;
que los tiempos exijan, para ir ampliando, rcs- Pacto del I'ardo, medio de constituir los gran- ]iodrá tardar en restablecerse; jíodrá ser someti-
trin[;iendo, modificando, haciendo que aquellos des partidos políticos, que, sean cualesquiera los
principios fundamentales no estén jamás en da á examen, á discusión y, si prevalece la doc-
pugna con la realidad de la vida de un pueblo, defectos que hoy se les ach.iquen, podrán haber trina, á unas Cortes constituyen ees, á una re-
sino, al contrario, que sirvan siempre, unas ve- dado motivo de queja á la Patria, pero no pue- \'ersión total; pero mientras e.so no suceda, vi-
<^es ensanchán<lose, otras quizá restringiéndose, den ser motivo de queja para la Monarquía, á gente está; y 110 hay legalidad más que ella, nt
para que la Nación prospere y viva, sin necesi- la que se sacrificaban. (Muy bien. Aplausos.) se puede volver á la legalidad cometiendo nue-
dad de alterar la Constitución, que es su vida Esa Constitución está en vigor; yo no la puedo vas ilegalidades. (Muy bieii.) Es preciso recono-
esencial. Esa es la característica de la Constitu- suponer derogada, y no la quiero suponer dero- cer que restablecer la normalidad significa vol-
ción. Pero hay máü, señores. gada, porque recuerdo dos hechos: no ]a juró ver á lo que existía. Si es malo, á reformarlo;
J^on Alfonso X I 1 , no necesitaba jurarla; él la pero, ¿cómo? Legalmente. (Muy bien. Aplausos.)
Cuando ajgimos extremistas de derecha ó de proclamaba y la daba vida, en unión con las Eso significa, á mi juicio, la política del pri-
'Izquierda no cjuieren rendirse á [a sabiduría que Cortes, en et pacto que se sancionó; pero la juró mer período que he examinado de la Restaura-
inspiró los principios fundamentales que la Cons- ción cJc la Monarquía española. Pronto hubo la
titución consagra, olvidan cómo se dio la Cons- muerte de an'ebatar á Don Alfonso Xl [, Apenas
titución, para qué se dio ¡a Constitución y en habían pasado diez años de su proclamación, y
tillé momento nació y vino A la vida política es- traidora la muerte le acecha y extingue su vida
pañoia, Cuando combaten las derechas que no cuando más falta hacia p a r a el porvenir de su
''« haya restablecido y admitido la unidad de Patria, porque reciente su Restauración, recien-
Culto en España, olvidan que Cánovas del Cas- te el térnñno de la guerra civil, aiín parece que
tillo no hizo una concesión á la escuela contra- !;L nueva planta no había echado raices bastan-
^'S; lo que hizo fué una concesión á esa escuela te seguras para desafiar impunemente los tem-
"e ia unidad católica, porque cuando vino la poralea revolucionarios. En esos momentos tris-
•-onsfitución del 76, no había ninguna fórmula tes del fallecimiento de Don Alfonso X I I surgió
^'•^ catolicismo en España; regia la Constitución
del Ó9 y había una Constitución nonnata del 73, lo que se dio en llamar el P a c t o del Pardo, y
y lo que había legalmente establecido en Kspa- quiero, como hecho histórico del que yo he sido
" ^ era ia libertad de cdlfo. De igual manern, parte, testigo, casi actor, revelaros algo que en
cuando se extreman otros principios, se olvida el seno de ia intimidad nos decía D. Antonio
ine era un pacto, un convenio entre las fios so- Cánovas del Castillo, explicando cómo hizo el
beranías, y que había forzosamente, para con- pacto del Pardo.
'^''•T. que transigir en sus facultades una y otra. Vine yo á las Cortes por vez primera el año Só,
formando parte del grupo disidente que acaudi-
todavía tiene esa Constitución, para mi, un llaba D. h'rancisco Romero Robledo. En una
•^rito extraordinario. Cánovas quería incorpo- de las interpelaciones políticas, me confió mí
/ i r i la Monarquía restaurada todas aquellas jefe un turno, y y o creí que sazonaba un poco
'lerzas utiliíiables que se consideraban exclui- mi discurso, hablando y censurando el l'acto del
' 'líí y que pertenecían al sector de la dereclm es- DON FRANCISCO ROMERO ROBLEDO Pardo; tomando como tesis de la censura el íine
24

El batallón reserva de Cáceres y cuatro compañías del regimiento de la Princesa rechazan el ataque de siete batallones carlistas

por lo mismo que la situación que creaba la muerte de Don Alfonso X i l era liljo; había ido á ocupar la cartera de Uliramar; servía yo entonces el prime-
una situación de relativa debilidad, debía estar en el Poder quien más fuer/a ro y último destino público en la Administración siendo subsecretario, y en
política ostentara: c! partido conservador. Pasó el tiempo, cuasi no me acor- u n a sobremesa, después de haber almorzado en la magnífica posesión de \''>-
daba yo de aquella cjue entonces hice, mucho menos de lo quo dije. Se había íluerla, en que D. Antonio residia, dirigiéndcse á mí, ir.e dijo: dVoy á es-
reconciliado V. Francisco Romero líobledo con D. Antonio Cánovas del Cas- pliíarle á este pollo (entonces era y " pollo) (Jtisd!^) por que liicc yo el
P a c t o del Pardo. «Pocos días antes de morir I 'on
Alfonso X f l ^ d e c f a D. Antonio Cánovas del
Castillo—hubo de maniícstarme su sospecha de
que estábil embarazada su esposa. No volví a
pensar en ello; pero al ocurrir su muerte pensé y
previ que, con arreglo á la Conslitución, en el
mismo momento de fallecer el Rey, es nuevo líey
el sucesor de la Corona, y entonce-i era el sucesor
de la Corona la Princesa de Asturias, Dcüa
Mercedes,& lisa hubiera debido ser proclamada
líeina de iLspaiía al fallecer TJon Alfonso X l l '
con arrcfjlo á h\ Constitución. Pero sabía CÚIT^"
vas <[ue estaba embarazada la líeina, creía, >' '^'
tiempo le dio la razón, que podía nacer varóa, y
el hecho de nacer un varón destituía á la lieiTia'
pocos meses antes proclamada, para sustituirla
con el nuevo Rey. Y tenía muy presente T). -^^'
tonio Cánovas del Castillo que muchas luch»^
sangrientas en Kspaña han estado d e t e r m i n a n ^
por el supuesto derecho hereditario á la Coro"'^
espaiiola, y no quiso crear una Reina para des-
tituirla y destronarla al poco tiempo. (Juiso <|^'
perar, y fué Regente la Reina Iloiia María Cn^'
tina, sin Rey en España—acudid á la Gacel" >
lo veréis—; y á él, esto, que le parecía grave, '^
quiso Imcerlo desde e! Poder; quiso confiarlo '
]íartido liberal, seguro de la disciplina y <^^'^
lealtad de sus huestes, seguro también de ^l' ^
quien tomaba el acuerdo era incapaz de revoC'i
!o. y por eso fué el Pacto del Pardo. Ksa fu'^ ,
ex)Micación que me dio L>. Antonio Cánovas
Castillo, que revela una vez más cómo nier*-'*^'
el nombre de estadista.

También se censura eso con acritud, con ^


Icncia, y los que tal hacen, olvidan que cu aníio
la Regencia se inauguró, muchos políticos, niu-^
Entrada_dE S, M. el Rey Don Alíonso XII en Eatella chos en España no le daban de vida á la Me"'
25

El Ejército del Norte preparándose para entrar en Madrid, capitaneado por Don Alfonso XII

*lUia española ni dos años. Y la Regencia vivió; y Don Alfonso X l l l , s¡c]ido nio Mariín<.'z Campos? De liechci hiibia realizado la Restauración con el golpe
^ayor de edad, juró la Constitución del yli y sigiie en ei Trono; luego algo de Sagiinto, había terminado dos gnerras civiles. D. Arscnio Martínez Cam-
"cieron para bien de su patria y de la Monarquía aquellos dos ]iartidos que poa, una sola vez formó Cíobierno con la aquiescencia, el beneplácito y la
^l^'geiittiaban I), Antonio Cánovas del Castillo y D. Práxedes Mateo Sagasta. ayuda de D. Ajitonio Cánovas del Castillo; pero jamás inter^•ino en la direc-
Í-Wüj' bini. Aplaiisoi.) ¿Pero no apreciáis todos y sabéis su labor de toda ción que D. Antonio Cánovas daba á los partidos y á la jiolítica española.
°|"3-; no sabéis todos que, enemigo del sníragio
'niveraal, acepta el siiíragio universal aunque
"era impuesto? (¡No sabéis todos qne cuajita.s
/-'lorniaa, en sentido liberal, se \lcvan á las C<ir-
^. las combate en doctrina (hace bien; ¡¡había
renegar á sus convicciones?); pero cuando las
'^tes las votan y S. M. las sanciona, es más res-
' ^'^oso con aquellas leyes qne sus propios au-
*Jres, sin duda porque la confianza suele ser cau-
• '^c menosprecio y á el no le inspiraban con-
'iiiKa ninguna las leyes dichas; ¿no recordáis
I ^ teruiinó su política, habiendo incorporado
a Monarquía y á la vida política española to-
las fuerzas qne entonces existían? Pero esta
1 ' "t'ra de actuar, esta verdadera virtud de to-
' ncui no está reñida con que mantenga íntc-
°^ sus principios; y en todo este período de
- "^Pf^ yo os voy á dar á conocer lo qne he con-
^ tirado esencial, fundamental en toda la polí-
r„^ . ^'' Antonio Cánovas del Castillo. Este
,[ '^'I^'*^ era el respeto y la imposición de la in-
,l,^^*-''^'^^ncia del Poder civil sobre todos los po-
^'^•^ del Estado,
r " ° 'Consintió jamás D. Antonio Cánovas del
a^ril]*-. .
([ . '_ f^ine ni el clericalismo ni el militarismo
y 1 "^"liiran ninguna clase de obscuridad, de
¿g '. '^ debilidad sobre esa autonomía del Po-
xn' • J^l mató el militarismo y los pronmicia-
sia -1 ^^ niilitares en España; él redujo á la Igle-
cjpj ' " ^'crdiidero cometido, recordándoles prin-
ron (•• E^-'angelio que de tal manera se ijueda-
g^^^'ijos en la mente de D. Práxedes Mateo Sa-
ttsta • "^ sif5mpre los invocaba como única con-
«A D^''^" cuando de esta materia se le hablaba:
del c'°^' ^" '^"*^ ^^ '^'^ ^ ' ' ° ^ ' ^' '*•' t^'^síi-r, lo que es
de, haT^^'* ,•'9"*^''^''^ alguna "prueba de ello? ¿Pu-
Entrada de S. M. el R e / Don Alfonso XII en Pamplona
^íir miliíat- con más prestigio que D. Ar.se-
26 La Esfera

Sesión^inaugural del primer Parlamento de la Restauración

De que no toleraba las invasiones del otro sector, CA.\OVAS JUZGADO POR CALDOS rara vez ti'.'uen las <le otro orador como no sean
del clericalismo, nos da mía prueba evidente al- las del jefe <le] partido dominante.
guna admonición cariñosa, pero expresiva de líéstame iiablar de otro ile ios grandes ar;i- t.a oratoria del .ser Cánovas es sencilla, razo-
hecho, dirigida á algún prelado, jcíe de la Igle- ilores que terciaron en aquel adjuírable tor- nadora, elegantísima ¡lor la limpieza de la frase
sia lispañola. Ha mantenido, pues, ese princi- neo: el señor Cánovas del Castillo, maestro y fie una clariilad maravillosa. Rara VCK emplea
pio sin corruptela de ninguna clase. Kl lo dijo consumado en las lides parlamentarias, estadis- imágenes, y á pe-sar de fiue no es florido, aunque
en nna írase qne, por ser suya, me honro yo en ta insigne y hombre, en fin, de tan gra]ide auto- este hablando cuatro horas seguidas, jamás fa-
repetir. El quería un Ejército disciplinado, vigo- ridad que cuando .se levanta á usar de la pala- tigan sus discursos. Como polemista no tiene
roso, fuerte, unido; pero ouw Ejército para la bra se produce en la Cámara un silencio abso- igual en nuestro Parlamento, y dudo mucho
Nación y para el Rey», no quiso nunca lama Na- luto. que io tenga en otro alguno. Su raciocinio tiene
ción y un Rey para el Ejercito." (Miiy bicu, Ea circunstancia de haber dirigido la política flexibilidades que asustan, y cuando parece q u e
muy bien. Gran ovorióii que dura líirf!o rato.) española durante tanto tiempo y de acaudillar no tiene salida, la encuentra inopinadamente v
E n iSí>5 forma su i'iltimo MiniateriüD, Antonio al robusto, numeroso y discijilinado partido con- se abre paso de la manera más airosa.
Cánovas del Castillo, y en 8 de Agosto de iSt)/, servador, aumenta aquella autoridad del señor Conocedor de toda la política contemporánea,
una venganza absurda, como es absurdo el cri- Cánovas, dando á sus palabras una fuerza que ]íarticipe en todos los debates durante treinta
men, cobarde, como es cobarde el asesinato, hace arios de asistencia á las Cortes, su erudición jiar-
que ponga fin á su vida la bala de AngioJillo en lamentaria y su práctica de tales lides son ver-
el Balneario de Santa Águeda. Si no o.s pareciera daderamente prodigiosas.
cruel lo que o.s \'oy á decir, yo os diría que ante I-'osee el don de esclarecer las cuestiones y de
¡os hechos realizados, yo prefiero que haya sido presentarlas desde el aspecto que le es más fa-
esa la muerte de D. .\ntonÍo Cánovas del Cas-
tillo, porque seguramente esa muerte le abre las
P vorable, siendo extraordinario el caudal de sus
recursos en el pensamiento y en la frase. Y es,
puertas de la gloria y de la inmortalidad; ]>orque en realidad, cosa estupenda que habiendo tra-
seguramente ella no podrá nunca hacer que se bajado tanto, habiendo sostenido en las iiitimas
obscurezca su personalidad en la historia si ya JegislatuKis batallas prolijas y reñidísimas por
no estuviera acreditada con sus hechos, porque medio de la palabra, conserve bien sus faculta-
esa muerte es algo que le permite vivir constan- ^^^H^'-rilf. ¿^^^1 W^^; , H des físicas, su voz hermosísima, que no conoce
tenieiite entre nosotros, porque quien, por los el cansancio, y la energía y nervio de su dicción,
^^^V '^-1 vSa iSvF':^-. 1 l'na de las cosas que más adtníran en los discur-
principios que el tuvo, por mantener el princi- ^ ^ K ''ixi':.

te
pio de autoridad, le rinde eso, que es el holocaus- ^ H E L -.V-^': sos del Sr. Cánovas del Castillo, casi siempre lar-
to mayor qne se le puede rendir, el sacrificio de gos y substanciosos, es que por mucho que se les
examine y diseque no se encuentra en ellos una
la vida, bien merece que todos los que no han palabra de más. Sobrio en los adornos del lengua-
tenido necesidad de hacer ese holocausto, ni Je, sabe, no obstante, emplearlos con arte admi-
prestarle, rindan culto á la memoria de aquel rable cuando quiere herir el sentimiento del au-
que inmortalizó su nombre; de aquel que hizo que ditorio. La variedad de sus conocimientos pn's-
el partido lilicral conservador constituyese, co- tale inmensos recursos para toda clase tJe deba-
mo constituye y constituirá siempre, una reser- tes, y su autoridad como principal figura políti-
va para la Monarquía y para la Patria. Yo no ca de la restauración da á sus razonamientos
llamo partido liberal conservadora los que mera- una fuerza que no tendrían todos en otra boca
mente se estrechan en los moldes pequeños de y en otro orden de circunstancias.
una historia ó de una tradición. Hace mucho
tiempo que yo sé que no hay nada más absolu- ^ Tiene el Sr. Cánovas enemigos, como hombre
tamente inconveniente é injusto que admitir la HLCirli que ha gobernado mucho, á veces con mano un
sinceridad de los nombres propios. (Risa^.) tanto dura; pero también tiene adeptos y admi-
FR.^NCISCO B E R G A M I N DON BENETO PÉREZ CALDOS radores fer\'ientes que le aclaman como el hom-
La Esfera 27
bre de Estado más adminthlf ik nuestros tiem- vida, á D. .\ntonio Cánovas del Castillo, elcnal, servador mediano, y aquella mirada vaga y ale-
pos, A ¿stos debe ti dictadu de iiionstruo que á olvidado al parecer de cnanto le rodeaba, ponía gre, aquel andar ondulante y otros signos que
guisa de mote le apUc:iii sus contrarios. el abna entera en su íntima plática con una de .se ven y no se describen, me revelaban el pen-
Pero apartándonos de torio apasionamiento, la.s mujeres más hermosas que podían pasearse samiento del grande hombre.
debemos reconocer qne el Sr. Cánovas del Cas- por la \'ill;i y Corte, .-Xunque !a comparación está Cánovas tiene bastante imaginación para go-
tillo es realmente extraordinario por la variedad muv manoseada, parecía una vir.¡íen de las más zar do esa perspectiva espiritual en que hay
y alteza de su talento y porque pocos como él l¡an belfas del .Museo, que había saltado de sn cuadro como una síntesis de los placeres, de la alegría,
dominado y practicado el arte del tlobierno des- y había salido á tomar el sol ]>or las calles más de los bienes que nos han tocado en suerte.
de su especial punto de ^'ista. Esto no pueden alegres de la villa. Era rubia, más bien alta que Suele provocarse el delicioso espectáculo del pa-
desconocei'lo ni aun los qne saben señalar en su baja, muy esbelta, de cabeza pequeña y modela- norama de nuestra dicha, la feliz conjunción de
gestión política indudables errores. Y que ha rla á lo divino; cabeza en que el oro t o m a b a un algunos fenómenos halagüeños que, como en la
traído á la gobernación del Estada ideas y prác- reflejo de aureola. Era una mujer de ambiente obra de arte, en la novela, en el drama, se j untan
ticas muy superiores á las de los antiguos doctri- espiriUuií, y tanto, c|ue nietido en su zona don á veces en ia vida de tal forma, que se hacen
narios, se comprende con .'iólo volver la vista á Antonio, que se acercaba bastante, también to- transparentes, sugestivos y significativas á la
los periodo.s de su dominación, en los cuales hay, maba sus tintes ideales, y á pesar del bigote de par, y, convertidos en símbolos y siguiendo mil
en medio de cosas muy discutibles, otras de in- blanco sucio y de; púas tiesas, y á pesar de los ideas £Íe color de rosa, nos llevan a! éxtasis
dudable fecundidad y provecho. La Tlisforia no ojos que bifurcan, y á pesar del mal toi'neado egoísta, tal vez al más intenso, que nos tiene
encontrará, quizá, justificado que por consagrar- füfSG y del pantalón prosaico, muy holgado y amarrados por horas ó por días al engaño de ver
se con descanso a las condiciones altas de la pn- con rodilleras, no desentonaba el grupo por com- el mundo como hecho para nosotros: bueno, sua-
Jitica haya delegado on las manos demasiado pleto, ni mucho menos pasaba á la categoría de ve, risueño, preparado por Dios como el escena-
hábiles del Sr. Homero líobledo la dirección de chillón contraste. rio de un dranra para el interesante espectáculo
la mayoría, las elecciones y todo el mecanismo de nuestra feliz existencia.
interior de la política en lo que tiene de personal; Como la dama no se quien era, y, en todo caso,
pero le tributará, sin duda, grandes alabanzas el ser amada no deshonra, y como el Sr. Cánovas También, para mí, el pasco de Cánova.s tenía
en otro orden, reconociendo que íunrló la verda- es libre y puede contraer justas nupcias y, por algo de simbólico, en el sentido más alto en que
dera política conservadora en España y definió tanto, usar todos los derechos que ])ara el ejer- el símbolo significa tal vez la forma más pura y
y esclareció el criíerío conservador, porque an- cicio de ese son necesarios, no habrá indiscreción esencial de las cosas.
tes que él no existieron en lispaña Gobiernos con- en decir que á mí se me figuró \'cr en los ojos del E r a aquélla una escapatoria i¡el hambre de
servadores, sino autoritarios; reconocerá que ex presidente del Consejo de ¡Ministros algo muy Estado, del ser oficial, abstracto según la ley,
trajo á la política medios, elementos y artes nue- semejante al amor, si no era el amor misnro. que representa, como tni maniquí, personifica-
V tal conu> la bien avenida pareja de palomas su
esponja al sol, Don .\ntonio llegó al extremo de
girar en redor de su desconocida [es decir, de >i>i
desconocida), no sin tomarla antes una mano,
como quien hace que se despide y se queda.
Xo sacudía aquella mano segi'm la moda
íírosei'a de entonces, sino que entre las dos suyas
la sustentaba con disimuladas caricias... Y la
conversación seguía eji t a n t o animada, pienso
que espiritual, pues lo era la sonrisa de anüjos.
Ño había allí escándalo ni con cien leguas, que
eso tiene el saber hacer las cosas; ningún tran- ^
seúnte paraba Ja atención en el grupo, ni mucho
menos los del grupo en los transeúntes. Sólo yo
-n
era allí atento es]>ectador, sin cuidarme de disi-
mular mi curiosidad, pues ni la dama ni el galán
veían cosas que no fuera ellos mismo.s, Llegó el
momento de separarse. Dun Antonio habló al
oído de su amiga; hubo un apretón de manos
callado, serio, sentimental por lo fuerte y prolon-
gado roce de los i^uantes con la carne al separar-
se los dedos; al fin se íuc cada cual por su lado,
sin volver ninguno la cabeza. El rostro de la her-
mosa cambio de expresión en seguida, en cuanto DON ANTONIO DE VALBUENA
DON LEOPOLDO ALAS dio ella el primer paso calle abajo; la sonrisa •Miguil d; Escalada!
.Clarín- ideal había desaparecido; en aquellos ojos y en
aquella frente sólo se vio la serie<lad prosaica,
hasta donde puede ser prosaica una divinidad, clones acaso falsas aun en la idea; era la escapa-
Vos. abriendo una nueva era y ensanchando los de la reflexión fría y atenta. La virgen de! .Mu- toria del jefe de un gobierno, que se reconocí,
horizontes de la acción de los partidos. Es, real- seo se convirtió, como por encanto, en la Musa hombre en un rato de buen humor,
mente, el señor Cánovas del Castillo. Lin hombre de la AiiUiiética. A lo menos, tal me pareció, Xo todos los jefes de gobierno son capaces de
de íacidtarles extraordinarias, y su nombre será Pero no pude seguirla, porque el personaje prin- ser liombres además. Por supuesto, dando al
siempre una de las más legítimas glorias de la cipal para mi era el otro. Cánovas, que tomó por homo el valor que no alcanzan la mayor parte
época presente. la calJe de Sevilla. E ! seguía sonriendo á sus imá- de los que por ser bimanos é implumes ya quie-
BENITO P É R E Z G A L n O S íjcnes; llevaba !a cabeza erguida, miraba al cie- ren entrar en t a n elevada categoría, llaced á
lo y, de puro distraído, á los saludos exagerados Romero líobledo presidente del Consejo, y será
de tal cual transeúnte que le reconocía. Algunos, incapaz de ser ya otra cosa en su vida.
CÁNOVAS T R A N S E Ú N T E después de pasar á su lado, se volvían para ad-
mirar no sé si al gran hombre ó al gran Presi-
Cánovas, sí; Cánovas es algo más que un polí-
tico, es decir, más que un artefacto de palo con
POR "CLARÍiV líente del Consejo. juego en las manos, en los pies, en el espinazo y
.^[ieQfra5 yo relíitocl riieiito en la lengua; Cánovas es, además, un hombre.
(le i'ómo vos canoul...- Al ¡legar á la Can'era tle San Jerónimo, torció Aunqtie llegara el tiempo fabuloso en que se en-
N . SlERKA. á la derecha, camino de la Puerta del Sol. Era su cargaran de la cosa pública ¡as personas, las ver-
N o recuerdo si corrían ¡os últimos dias de andar como el de azotacalles distraído, que no daderas personas, exclusivamente. Cánovas po-
Abril ó los floridos de Mayo, ui del año podré sabe adonde va ni le importa ir á un lado ó á dría ccntinuar siendo político.
dí^cir siiiQ que era nuo de los cinco primeros de otro; á los pocos pasos atravesó la calle y se de- Pues bien: aquella tarde sacaba á pase<i al
'EI restauración de Alfonso X í t . tuvo ante el escaparate de la que boy es libre- hiimbye que lleva dentro del uniforme de minis-
Sobre la calle de Alcalá volaban nubecillas te- ría de Fe, y cpie entonces era, si mal no me acuer- tro, y á los pocos pasos se encontraba á la mujer,
nues como una espuma de las olas de azul de do, de Duran todavía. sanción de todo mérito único, premio cierto de
ííiJá arriba. Madrid, alegre, salía á paseo, y se Con la atención codiciosa de una dama que toda ambición grande.
parecía un poco al Madrid que soñó Musset, con registra detrás de los cristales las joyas acosta- No se haría la ilusión D. Antonio de que le
Sus nrarquesas á l'a'M hitlui, sus toros... embola- das en muelle cama de terciopelo. Cánovas, tor- querían por su cara bonita, como se dice fami-
<^'>s, sus serenatas, sus escalaras azules y denrás ciendo un poco la cabeza, gesto de miope, leía liarmente: pero no patiecería su amor propio,
^thjrnos imaginíirios. Cuando .Madrid toma cier- los rótulos de los libros nuevos y tal vez olvi- aunque le quisieran por su grandeza, por el bri-
^ aire andaluz con los días de so! y de corrida, daba un p u n t o las dulces emociones que desde llo de su posición y por la gracia de su talento,
parece lo qne no es, y el que ha vivido allí algu- el Suizo venía saboreando. Después que leyó de su donosura mundana, Ser amado por lo mis-
nos años se abandona á cierta ternura ^fl/í'ítJ'íiVfl, todos los letreros que quiso, dio un paso liaría mo, porque se sirve para modelo de un ]>intor,
puramente madrileña, que n o se explica bien; la puerta de la librería, echó mano a! picapor- podrá ser halagüeño; pero la mujer también sabe
PE:ro que se siente con intensidad, í^rau las tres te...; pero lo soltó en seguida, cambió de idea y apreciar otras bellezas, especialmente la mujer
° las cuatro de la tarde. Atravesaba el que esto siguió andando. Iba como antes, sonriendo; pero más digna de ser amada, la que precisa y siente
. ^scribe la calle, yendo de Fornos al Suizo, y en su sonrisa era ya más conqilicada. con originalidad y delicadeza, un t a n t o despren-
^ ancha acera, debajo de los balcones de ía dida de los groseros instintos, superior en parte á
>an Peña, vio de cerca, por primera vez e]i la No cabía duda; el Presidente saboreaba con
deleite la vida aquella tarde; me precio de ob- la tendencia animal del sexo.
28 La Esfera
Legítimamente podía D. Antonio ir satisfecho mes sin encontrar escrito el nombre de Cánovas. con tal de que la prosa sea del mismo Cánovas,
de sí mismo, como un Don Juan espiritual, por Así es q u e cuando por casualidad leo Cdtiünai, üuiero decir, y lo digo y todo, que la prosa d e
lo nic'tiüs... Además, la dic!i;i no se analiza t a n t o . tengo que pararme á recordar y decir para mi; D. Antonio, aunque parezca imposible, que si
Todas las cusas, descomponií-ndoias demasiado. Hombre, si, es verdad que había un Cánovas... lo parece, es un si es no es peor que sus versos,
Se rediicen á átomos insipidos, incoloroa ij inoilo- Digo no, h a b í a tres ó cuatro de varias dimen- iCiiulesquicra que sea el amor,,,ii Comentan los
n>3. El átomo es nna cosa que, de puro insubs- siones... ]ieriódicos de D. .Antonio catla lunes y cada mar-
t m c i a l , quizá no existe. Don Antonio no teuja Sí; ahora recuerdo que había varios Cánovas, tes, 1-na vez para decir ijpríncipe á secasn ó
para q u é valerse de esa química psicológica ipie y todos de la familia; es decir, todos del i^resu- *]-)ríneipe únicamente^, fué y escribió ^Príncipe
Jian inventado los taciturnos, los misántropos, puesto. á soíaso. Y así por este estilo.
luiscando la fórnrula probable del amor que ius- Mas volviendo al Cánovas primitivo, ó, me- Excuso decir á ustedes que es académico de
piratia. En parte se le querría por poeta; en par- jor dicho, Antonio, es de advertir que de toilo la Lengua. No podía menos, escribiendo tan mal.
te, por hombre rico; en parte, por hombre in- entiende. También sc las echa de jurisconsulto, y una
fluyente; en gvnn parte, por caballero cumplido; Por si acaso la posteridad, ingrata de suyo y vez, p a r a probar q u e sabe más leyes que todos,
en otra jio menor, por galíin de ameno trato, de olviiladiza, no hiciera justicia á sus servicios po- á ]jropósÍto de cierto princi])ado, revolvió t o d a
conversación chispeante, por perfecto hombre de líticos, que no la hará, de seguro, D. Antonio la legislación española (¡que apenas tiene que
mundo, ([ue es además hombre de listado; por tiene ya ideada y liasta emprendida otra vía revolver!) y resultó q u e todas las leyes decían lo
orador del Parlamento; por autor de prólogo á para inmortalizarse. Tiene ya escritíis varias contrario de lo que él quería que dijeran.
Lo.i Dramáticos Conlemporiincos, de Xovo y Col- obras, peores, si cabe, que sus actos políticos. También oficia de filósofo, no es menester de-
son... ;Sabe Dios! ¡Se le podía qnerer por tantas Vale Dios que no cabe. cirlo, "^'a he dicho que D. Antonio es, ó por lo
cosasl... Hl hecho era que se le amaba. No; no te- La- campana de Huesca, novela del género es- menos era, todo lo que puede ser alma viviente,
nia cara de analizar en aquellos momentos el trafalario, y Los amores de la Luna, imputación de monstruo para abajo,
ilustre transeúnte. calumniosa de que la Luna no se ha querellado Y si D, .'XnConio hubiese durado más en el pi-
Primero, la mujer... Después, las letras... por no andar en lenguas, son laa dos obras prin- náculo de la gloria, es indudable tpie, como á
cipales que D. Antonio ha puesto por eminente Cervantes, y él penlone la comparación, le hu-
LEOPOLDO ALAS á la segunda columna de su celebridad. biese salido también su correspondiente secta
(Clarín) No^hay que omitir que el ilustre remendón de gente simple, su correspondiente enjambre de
tábanos literarios, llamados atilo-
uiocanovistas, que, á ia- m a n e r a '
CÁNOVAS VISTO POR como los cevvaritistas, escriben
^ libros para que nadie los lea, titu-
ANTüMÜDEVALBUENA
Aiii le tienen ustedes. O, mejor - • : ^ - •
J lados: Cervantes geógra/o. Censan-
Íes cocinero, Cervantes administra-
dicho, ahí le tenían. Fd más popu- dor militar, etc., así también ellos
lar y el más aborrecido de los hom- escribirían liViros con el mismo
destino, titulados, a! poco más ó
bres adocenados, Aliora también M'Jfl menos: Cánovas /ilúsafo, Cdvovas
le tienen ustedes ahí; pero no rige,
es decir, no estorba.
¡Como p a r a la gloria humana!
'^^L-^^S 11
jurisconsulta, Cánovas artillero,
Cánovas moro, Cánovas Papa in-
falible, y por ahí adelante.
Fué seis años monstruo y ha vuelto
á quedar de simple ciudadano. Y no digo bien al decir que le
Tüdavia no hace un año que Cá- hubiera salido esa secta, si le dura
novas era entre nosotroü todo lo más la temporada de disparar ra-
que liabía que ser, hasta sabio in- H ^ i ¿ ^ ^ - * J j '^Ñ'íí^Sjíi' uS^^i^iíHI' \[ yos y credenciales, á esa especie
clusive. Hoy día no es más que de dios temporero, porque, en ri-
académico de todas las Academias gor, le había salido ya; y si bien
^ :ñ no se habían llegado á publicar
y jefe, in paytibus, de un partido
partido por el eje, es decir, por
j u n t o al ]u-e3upuesto.
La verdad es q u e la populari-
dad de D. Antonio (Cánovas se
h' 'imik
0 • -i '

3f1f1ffjB™¡!JMlfW^^Pr'^''W• ^ ^ ^ ' ' n KSVIK


todos esos libros, ya en los perió-
<licos conservadores se habían di-
cho todas esas cosas.
También hay algunos señores
llama D. Antonio) era ya una po- graves, como un gacetillero de La
pularidad fastidiosa. iberia, que pretenden que D. An-
No se oía liablar de otra cosa ' KP..;' tonio, en los buenos tiempos de su
más que de Cánovas, No se podía mandar, tuvo conatos serios de
leer un periódico sin encontrarse ser adorado. Mas en esto no le fa-
en seguida con Cánovas. En un voreció la fortuna, porque la ca-
número solo de La Corresponden- •.-?2R; ;i.":V,ája-:ü»3iít. •.-:yr---.-luii j i ^ ' ^ . - ' i . S : ^ novolatria no alcanzó en esta tie-
¿^•EtteS^^vW rra de pecadore,s y de benilolatvas,
cia—-tuve el humor de contar-~es-
t a h a escrito t r e i n t a y siete veces. más secuaces públicos que el con-
Boda de la Reina Mercedes de de las Almenas; aunque se cree
Casi t a n t a s veces como tiene de
que, en secreto también, le adora-
años su discípulo Saturnino,
político y literario también hace versos; eso si, ba Puente y Hrañaa, Dios le haya perdonado.
V no era sólo en los perióilicos, en cualquier Pero quedábamos en q u e Cánovas también
otro papel impreso sucedía igual desde el croni- muy malos, como saben mis lectores, pero los
era filósofo. V nos faltaba añadir (¡uc en filoso-
cón de 1-luelin basta el anuncio de laa máquinas liacc, Y hasta los publica. No alcanza á ver que
fía es hegeliano hasta las cachas, es decir, hasta
Sínger. Escrito ó pintado, fantástico ó real, en le- son detestables.
la mitad ó un poquiío menos. De la famosa trilo-
t r a ó en m ú sica, se le encontraba en toLÍas partes, Lo que tienen que se acomodan perfectamen- gía de Hcgel no admite más que la primera par-
; l b a n ustedes á pasco? Le encontraban allí te al canto (rodado). Yo, que además de ser su te; i}\yo. Nada, Cánovas no admite el no-yo, ni
haciendo molinete con el bastón, como diciendo; tocayo, apenas sé música, le he puesto ya tres la reflexión ní la conciencia; nada más que el
¿Y á mí qué? ó cuatro composiciones en solfa. yo y siempre yo. Los demás, contra un canto.
¿Iban ustedes al Congreso? Allí le encontra- ¡Si me acordara de alguna! IVro no me acuer-
b a n ustedes revolviéndose en el ámbito del ban- do más que de otra sin solfear, escrita, como to- Lo q u e es el fio-yúi es un licor que le da asco;
co azul, como la pantera en la jaula, y lanzando das las suyas, en variedad de metros y de dispa- no lo puede ver, y beber menos, t ' n a vez se lo
á diestro y siniestro aquellos ¿pues qué?, como rates. Tiene una estrofa que dice: dio á probar el general, y en cuanto lo arrimó
Júpiter dicen que lanzaba rayos antiguamente, á loü labios se llamó I'L engaño. La única copa q u e
¿Iban ustedes al teatro? AlH le encontraban «¡Oh! ¿Quién será que á ti su voz levante ha bebido en su vida se !a hizo tragar Sagasta
echando los gemelos á todo el mundo, con jubiloso acento? hace ocho meses, y todavía le dura el mal dejo
¿Quién será que su pecho no q u e b r a n t e en la boca.
Híista hubo quien le encontró una vex en casa
dervamando huneníoPo También se puede considerar á Cánovas bajo
de los modernos duques de Santona bailando ri-
godones. algún aspecto complejo, Verbigracia, en lugar
;Mire usted que derramar lamento! Vamos, que
No siendo en ia iglesia [y no porque no fuera de considcrarie como militar y como político,
ese derrame de lamento es de lo más deplorable;
devoto, que no lo es, sino porque no tenía tiem- aparte de considerarle también conro aljamiado,
es casi t a n malo como un derrame cerebral.
po) repico que se le encontraba en todas partes. se le puede considerar de un golpe político mili-
Pues hay otra estrota que empieza:
Un amigo mío le encontró una vez en la sopa tarmeiite. Como político militar fué César; pero
(era sopa de letras), y otro me aseguró haberle «Pecamos, mi señor, pecamos duros..,Ü se le cargó el acento en ¡a última y le vino ancho
encontrado en la estación de Ataquines en un el papel de Pompeyo. Después, entrando en ei
retazo ile La Integridad de la Patria. Como si el señor fuera suyo solo y como si segundo triunvirato, se le antojó que había de
Hoy es al revés. fuera cosa corriente pecar pesetas. ser Augusto, y se ha tenido que quedar sencilla-
Yo, que por la misericordia de Dios leo todos Y todo así, al símil. mente Antonio, ó, como él dice, Antonio d solas.
los periórHcos á diario—y digo jíor la misericor- H a y , sin embargo, una ocasión en que casi Sin Cleopatra.
dia de Dios, porque con eso me considero ya li- gastan los versos de Cánovas: cuando se leen ANTONIO UE V , \ L B U E N A
bre del purgatorio—, he pasado algunas veces un inmediatamente después de haber leído prosa, (Miguel de Escalada)
La Esfera 29

DE ARTE ANTIGUO

UNA NUEVA ARQUITECTURA DESCUBIERTA EN EGIPTO


A pirámide de escalones, en Saqqarali, á rey Zoser, puso rápido término al debate arqueo- probablemente erigidas para la ceremonia del
L Linos treinta kilúinctros de El Cairo, es, de
todas iii-i de Egipto, acaso !a más vulgari-
zada por la ]iintiira, el díbiíju y la foLograíia. Su
lógico. Desde entonces ya no existe la menor
duda johre este punto.
A poco de quedar al descubierto este primer
heh'^cd ó jubileo regio,
A la campatla del ano inmediato, ó sea la de
i0-5-i92f>. correspondió el hallazgo de la mag-
reniota aiitigiiedad, pues íii¿ construida hace monumento, l¡is excavaciones hicieron aparecer nifica columnata que servia de ingreso al recin-
cinco tni[ años para servir de sepulcro al rey '/.o- un segundo ten:p¡o funerario, en todo análogo t o funerario real. lüslas columnas son de un tipo
scr Neterlíhet, de la tercera dinaslia, y la certi- como disposición y como decorado al prece- absolutamente nuevo, no conociéndose nada aná-
dumbre de que en sii proximidad debían con- dente. logo á ellas en el arte egipcio. En vez de ser aca-
servarse restos arquitectónicos que ¡irrojasen al- La. campaña de ICJ24-1525 fué grandemente naladas como las ya dichas, prescutan la forma
imaña luz sobre el obscuro período de la historia fructuosa en cuanto quedaron al descubierto íasciculada ó en haz, una basa circular, y todas
de ligipto ciífrespondiente al reinado de los pri- durante ella la estatua del rey Zoser en su ser- ellas están unidas al muro, sirviéndoles éste de
incros faraones, indujeron al Servicio de Auti- (lab (reproducida por entonces en estas páginas); refuerzo.
f^ücdades de dicho pais á eínprcnder, hace eua- el templo funerario real, propiamente dicho, in- Finalmente, !as excavaciones de 1926-1027
Iro años, en torno de la pirámide Lrabajcs de mediato á la pirámide: y una serie de reducidos han exhumado buena p a n e de la muralla de
exploración llevados con maj'or niélodo y con santuarios, con columnitas acanaladas del íi]io piedra calcárea que rodeaba no sólo á la pirámi-
eieincntos técnicos más perfectos y más niodi rnos ya mencionado, pero de proporciones más redu- de, sino á lo.s monumentos de que queda hcctio
de los empleados en anteriores tentativas. cidas, dispuestas en toruo de un gran patio, y mérito, siguiendo \u\ va^^to rectángulo de dos
Ue dirigir dichos IdlómeLros de contor-
trabajos de sondeo y no aproximadamente.
excavación fueron eu- I.a construcción defen-
cargadas dos ihislres siva ha aparecido en
personalidades de la un notable estado de
arqueología coutem- coHservación, elevan-
poniuea, el sabio his- fióse ai'in algunos de
toriógrafo inglés mís- sus troiíos á cerca de
ter Pirth y su colega cinco metros de al-
francés M. Lacau. tura.
EspI é n d i d a m e n t e En esta robusta mu-
subvencionada esta ralla, cuyo espesor en
empresa por el Gobier- algunos sitios llega á
no egipcio, los resulla- \'eintc metros, hubo
dos no se hicieron es- de descubrir Mr. F i r t h
jierar gran trecho, por lo que constituye has-
cuanto á las dos scina- ta ahora el clon de la
uas de haberse dado caminan a mencionada
el primer golpe de pi- desde el punto de vis-
queta quedó al descu- ta artístico. Es una
bierto una venerable tu m h a cons trufda á
reliquia arquitectóni- más de veinte metro.í
ca, que, aparte de su de pi'ofundidad, y á hi
lejana íeciía, viene á que se desciende por
destruir nunwrosas hi- una larga escalera é
pótesis y teorías q.:ie intrincada red de ga-
han venido siendo ge- lerías, donde fueron
neralmente admitidas encontradas veiutitan-
acerca del arte de cons- tas herniosas ánforas
truir en e! antiguo de alabastro. El recin-
Egipto. Trátase de un to funerario estii cons-
IJequeño templo fune- tituido por varias cá-
rario que ofrece Jaso]- maras largas y estre-
prcndente particulari- chas que se comunican
dad de hallarse deco- entre sí.
rado con columnas
acanaladas, sin basa- Cuatro de estas cá-
mento, de un parecido nmras tienen recubier-
asombroso con el or- tas las paredes por pe-
den dórico griego, Es- queñivs tejas azules es-
ta circunstancia no po- maltadas á fuego, des-
día menos de suscitar, graciadamente inutili-
y de hecho así ocu- zadas en gran número
rrió, vivas controver- por los violadores de
i^ias entre [os egiptólo- sepulcros. I^a primera
gos. Negaban algunas de las cámaras apare-
de ellos que el templo ce dividida en su tes-
en cuestión pudiera tera en seis paneles,
aer obra de la tercera coronados por un fri-
dinastía, y afirmaban so también de cerámi-
qne era unasinijile re- ca, formando e¡ ele-
eonstrucción griega de mento decorativo una
la época saita. serie de signos análo-
• _ Cuando más empe- gos á los observados
llada era la discusión en ima de las cámaras
de los sabios, el des- funerarias de Tutan-
cubrimiento en los nue- khamen, debiendo te-
^'os interiores de va- nerse presente en este
nas é importantes ins- particular que estas
t^ripcioaes en escritura tumbas de Saqqarah
Werática, trazadas por son anteriores en mil
visitantes de la época setecientos años ;t la
d e R a m s é s I I , y en las ya célebre del Valle
que se elogiaba el buen de los Reyes. L a se-
estado de con5cr\'ación gunda cámara presen-
de los monumentos dei ta varios bajorrelieves
con la figura del rey
Una de las puertas de comúnicacífin en las galerías del Mpngeo descubierto reeicntetnente en Saqqarah,
7 que d a t a de u a o s tres mil a ñ o s antes de la E i a Cr>stÍ3.ni}

f- ,
30 La Esfera

Reproducción df la fachada de uno de los petiiief.os santuaiías


descubiettos tn Saiiqarah

ZostT un uctitntles diÍL'i'ciitcs, dv un lÜhiijo v mo-


delado 3t)[-prendetitL's tratándose ríe una tt'cnica
artística cinco veces milenaria. IHanquean la fi-
gura did monarca columnas de sijinos jeroglífi-
cos, ]>udiéndose a d u ñ r a r en olrag lugares do la
cámara el protocolo real tambiéu en jeroglífi-
cos de una gran finura de ejecución.
La Comisión exploradora tle ña.<iqarah confia
en poder hallar, acaso en Ja campaña de este

LA lamosa pirámide de
escalones ds Sa'iqarah
(Eüiptol

La niuralla que defendí»


el recinto tunerario de
SHi|i|arali, vista de [rente

año, el lugar donde se encuentra el sarcófago


donde fué se|iii]tado el alto personaje real para
quien se construyó este tna[;nífico seimlcro, y
(|ue, según opina algún egiptólogo, bien pudiera
ser el mismo rey Zoser, aunque hasta ahora se
le liaya creído enterrado en la pirámide escalo-
nada.
l>. lí.

Columnata lateral del sepulcro desculiicrto en Sai|iiarah, y que


evoca el recuerdo del arle dórica, al I[\IE es anterior en muchas
Parte du la muralla que rodea el recinto íuneiario de Saqqarah, construido hace cinco mil años
La Esfera 31

E L O G R O
E E B un cuento de niños, Caminan le susurra: ¡Es el ogro
¡ algo triste V medroso, tras de un sueño; van, locos, que se come á los niños
S donde surge, espantosa. persiguiendo á los silfos, que persiguen, golosos,
• la figura de un ogro, á los I/ricos gnomos. el país det Ensueño
¡ como pasa en los cnentus á las pálidas rosas, por caminos de orol
• (¡c Pcrraiilt. á los lagos sin fondo.
• Silenciosos, á, las chiras estrellas. liste cuento de niños
¡ ya los árb<jles dejan á los lirios... lo escribí para todos;
i que sus hojas tle oro De pronto ¿lo entendéis?; por si alguno •
\ vayan, lentas, cayendo, surge, allí, en e! camino. n o lo entiende, aquí os pongo •

¡ con las brisas de otoño, fantasmal, pavoroso, su sentido más cíaro: ¡


! sobre el largo sendero con sus negros cipreses Los dos niños que, loros, s•
; ' que se píenle l?nimoso... y sus cruces, el hondo van detrás de los silfos.
é inquietante misterio de las rosas y gnomus. >


! Pulgarcito y su hermano de un osario. rie los íirioíi y estrellas
• —ya sabemos nosotros Miedosos, y los lagos sin fondo. s
s
¡ que en su casa son muchos los dos niños se paran. son la Vida; y la Muerte •

S más hermanos—van solas y á la par cjne con ojos pavorosa es el ogro, •
• por el largo camino de pavor miran, trémulos, que se come á, la Vida •

• tapizado tic oro al fantasma, en nn tono con sus sueños hermosos, •



• que conduce ai Ensueño, de secreto, á su hermano.
!• al país más hermoso seilaMndole el torvo 1MÍRN-,\XDO LÓPEZ MAKTIN •
• lie la tierra. ci]>rGaa], Pnlgarcito |Fot. J. M."* MendozíL Ussla) •
'•

i

32 La Esfera

ELTEATRü^ENELEXTRANjERo y^s representación de "El Mercader de Venecia"

Escena II del acto 3." de «El Mercader de Venecia»^ interpretada en "Guilldford Boro Hall" por "The pilgrims players of the Surrey
-- Federation of women"

Ahora que se habla iiuevaiiK'dti' de micstrLi Ti-ulni |>rc:^('iil;n:ióii hcclia cii Limdrcs du ílil i^hTCndcr di; tonces, en lo iilUí del P a r q u e de Saint Clouri, también
Nactonal, y iodos racmiK v.w l;i ciicnlii de <|iii' t s iij- Viíricciaj,, sin dc!irür;ido y con la iiiüB suinnrísinia cscu- sin decorado y eou escenografía ininima, E n ainbiis
dispc^risablc ti'prf?eiil;ir, áv VI.-K CM ciiaiulu por lo me- i]i>^i-;]fia, piicdt'ti unirse, cauní dncumiTito-; dcnidstra ocasiones, »E! Mereiider d e Venecia^ h a tenido t o d a
nos, l;is ulifíi^ dr-iuif'ctivs í;riiiidL'S draniatutf^'nF ch'iííj- úvos de uuLi piisibilidiid, otras que dt' la inísuia tibru hi íiiL-rKa enmtiva qne le d a derecho á perdurar en
cop, C5 (iportüiRi iiKisIrar con qui- ivthicida i'sri'iH-igra- se dicrrní, XVAV.Í: aljíuiios aüus, un un uTcatro d(j la \ a - ia pnniern linea de las obras niíiestras de la draina-
fiii piicdcTi pripciitarsc lus uhra^ nir.i-'itrL's:, A i'Sa ro- tiu'alczno, de nqUL'llos qiu' i'italian uuiv un II()L;:I en- lur.iiia ui)i\'ersüL

La escena del tribunal, en que Porcia limita el derecho de Shylock á tomar la libra de carne de su víctima
La Esfera 33
- — • —- tan absoluta carfíncia de inetales preciosos que broso que para trances de guerra nos enseñan
AC D C P P T ^ A O T ' C A T ' D Al VQ llevaba hiengiis horas sin comer y ta garra del en los cuarteles.
L -rio l\CLllli-\0 lliAilxAl^CO hambre le cosquiUeaDa
cosquilleaba el estómatro
estouiagc vacio. En -—Pues hágalo en buen hora, que viéndole
^•ano íuc que demandase algún condumio á las aprenderemos, y oso iremos ganando.
Ó EL CUENTO DE LA SÜPA comadres que tomaban el sol cosi<]ueando la —-Con mucho gusto y fina voluntad^—dijo el
DE PIEDRAS trapa j ería.
—¡Buenos están los tieiiijios para mantener
sorche, cogiendo de la carretera varios guija-
rros—•. Aquí tenemos la primera materia. Y á
bigardos! fe que es de la niejor clase, y han de salir unas
•—Ciento y más pasan por el pueblo á torla sopas que no las comerá superiores el rey. Claro
que para hacer el guiso necesitaré una sartén
D ESUE que el mundo es niundL>, Imy Teníro
—célebre es el Dito de ¡a ¡lunKanii, canta-
do por Adán v Kva, con acompañamiento
lie silbidos, en el Paraíso Terrenal—. Y desde
hora con tales pretensiones.
—¡1.1c ia boca nos quitaríamos el ]ian y no bas-
taría á tanto pedigüeño!
—¡Largo, largo de aquí, que somos pobres y
ó cazuela...
—Yo le daré In mía, no faltaba má.s—dijo
una comadre.
que h a y Teatro, se pretende legislar lo ¡legisla- nada nos sobra! —Gracias. Si tuvieran un poco de grasa ó
ble, poner puertas al campo aceite, porque sin este re-
de la íantasia, dando reglas quisito no hay sopa posible,
para escribir obras dramáti- —Es natural. Ahí va una
cas como quien da recetas pella de manteca bien maja
para condimentar un ^iiiso. —repu.so otra.
r>c ahí las tres famosas uni- —Dios se lo premie, ¿Y
dades-—de tiempo, <\c lugar algo de pan, aunque sea
y de acción—-formuladas duro?
por Aristóteles en an Poéti- —Le cortaré un buen
ca, y restabiecidas, siglos trozo de esta hogaza—acce-
más tarde, por Corneille 3' dió una tercera.
los neoclásicos. De ahí que
Horacio, en sti Epí?.tola ad —Muy amable. ¿L'uedo
Pisoiiea, dispusiera cpie toda poner la sartén á la lumbre?
obra dramática debe tener -—Tn'iigala á. mi cocina,
ni Juás ni menos (|iLe cinco que arde gran fogarata.
actos. Líe ahí que antaño se La voz se había corrido
considerase el monólogo co- ¡lor la aldea, y en torno al
mo un requisito casi indis- cocinero improvisado for-
pensable, y hoy se le huya móse un grupo nutrido, que
como al mismísimo diablo, seguía con curiosiilad cre-
a! extremo de que en la ciente las manipulaciones
hora de ahora guardár;ise liel hijo de Helona,
muy mucho el padre Shak- —Oiga, militar — d i j o
espeare d e p o n e r en boca de una moza garrida-—, ¿es-
Hamlet el famoso To be or tará bueno el guiso?
not io be: that i's ihi: c/uesiioii. —Te lo daré á probar si
De ahí también el grito de quieres, preciosa. Verás có-
guerra d e l romanticismo, mo te gusta. Y más te gus-
lanzado por Víctor lUigo en taría si tuviera unos to-
el célebie prefacio á Crotii- rreíinos.
weU, c\iyo centenario se con- ^ Y o se los traeré ahora
memoró ha poco. Claro está mismo.
que la fórmula de Víctor —¿Y 110 le diría bien
Hugo consiste en suprimir un chorizo?—inquirió otra
las refílaj: clásicas; pero C;Í- moza.
ta supresión era para él y
sus secuaces el credo de una -—Le diría muy bien. Y
nueva doctrina... jíuesta en una morcilla, aún mejor.
práctica siglos a t r á s por —PTies voy por amb;ia
]iuestri)S cometliógrafos del cosas, que en casa hay nía-
^iglo de Oro, que hicieron tanza reciente.
tabla rasa de las unidades El gui.so, t a n .sabrosa-
aristotélicas é intercalaron mente ilustrado, llegó á
lo bufo en lo dramático sin estar en su punió, y el
detri mentó d o 1 conj un ío, recluta se puso á comer en
mucho antes de que el au- plena calle, rodeado por to-
tor de Hvrnani descubriese do el pueblo, que !e veía
este 31 cditerrá neo viendtj engullir con asombro. Y
cómo puede estar el Papa- cuando hubo rebañado la
moseas en la Catedral de sartén, dejandíf mondos y
liurgos sin descomponer la lirondos los guijarrus, una
Severidad majestuosa del comadre preguntó:
sagra<lo recinto... —Pero oiga, militar, ¿no
se come las pieiiras?
—No, señora — d i j o el
Toda innovación teatral otro muy serio—. Las pie-
huele á moho, l'ero el pú- dras se las dejo á ustedes
blico c s impresionable y para que las aprovechen
desmemoriado, y ([uicn le- cualquier día condimentan-
vanta estandarte renovador do otra sopa á mi salud...
legra prosélitos, inspira cu- V ante la estupefacción
riosidad, forma eii torno á Mr BJocliadii-r en ci papel de Shylock, en la jeprísentació.n de "El Mercader de Veneciat de todas, cogió el hatillo
Su nombre la aureola popu- V reanudó la marcha, can-
lachera que es la base del triunfo clamoroso... Queda diclio que el rcchita gozaba de exce- tando, alegre y .satisfecho...
•'^unque el día que éste llegue caigamos en la lente humor. Lejos de incomodarse, sonrió á
cuenta de que no hubo ta! innovación, que las ¡as vecimionas, y dijo de buen modo:
agaas siguen por los cauces de siempre y que si — No hay que sulfurarse, señoras mías, que al Jóvenes que aspiráis al triunfo escénico, in-
acertó el supuesto Mesías no fué por hacer algo ventad una sopa de piedras, Clasicismo, roman-
uuevo, sino porque era bueno lo que hizo... que pide por favor no es justo oxearle como á
un can sarnoso. Dinero me falta; perü no recur- ticismo, naturalismo, superrealismo, teatro de
sos de ingenio para proveerme de io que me ne- vanguardia, ¿qué más da? Torio se os volverán
gáis, En casos como este, hago mi sopa de pie- facilidades, porque despertaréi,', curiosidad, que
dras, me la como, y en pa2. es la base del triunfo. Y cuando lo hayáis logra-
¿1^0 recordáis el viejo cuento de la sopa de La insólita afirmación despertó en el acto la do, no os importe haber hecho un guiso como tan-
piedras? Yo os reírescarc la sncmoria en dos curiosidad de las comadres. tos otros. Dejad en la sartén las piedras que os
palabras. —¿Dijo sopa de piedras? Pero^ ¿QS que las pie- sir\'ieron de habilísimo cebo. Otro avispado ven-
T'e retomo á sus lares, cumplidos ya los debo- dras pueden comerse? drá, más pronto ó más tarde, que sepa utilizar-
res Con la patria, pasó por cierta aldehuela un —Bien condimentadas, ¡por qué no? En la mi- las en beneficio propio...
qumto licenciado, con sobra de buen humor y licia se aprende mucho, y éste es un plato sa- AUGUSTO H A K T I N E Z O L M E D I L L A
34 La Esfera
Z7rtj ilustrador" argentino
<Tl A F A E L DE LAMO

N o ñOn, cicrtíUiK'dtt.', desconocidos aquí, de


las personas á íiiik'Tics ¡ntercsLin igualmetitc
las siinUares acti\id;Ldt;a arlisÜcas capaño-
lag, los dibujantes argentinos.
vasto contacto csjiiritual y estético que ha con-
sentido establecer entre los más opuestos países
la mayor capacidad divulgadora consentida á
toda clase de manifestaciones artísticasc intelec-
de este aspecto peculiar en la múltiple capaci-
dad artística de un Alfredo Guido ó de un Ro-
dolfo Franco, jóvenes maestros en quicufs la ju-
\'eutud fía; de caricaturistas como Valdivia, for-
Si Lina más experta difusión de libros y pnbli- tuales, no podía menos de seguir destacando en mado y consagrado en Caras y Caretas, ñ la som-
cacionca Hterarias nos ha puesto en mejor con- simpática y valiosa significación á los argentineía. bra de Alonso y de Alvarcz; de ilustradores como
tacto con los escritores, la circulación fácil, ase- Y por lo que se refiere al punto concreto del Macaya, que recientemente ha recorrido Fspaña
quible y creciente de Ciirníi y Caretas, Piíis UHrcí arle editorial, encontramos que á los nombres y va publicando en las revistas bonaerenses ad-
y otr'as revistas de igual carácter, primero; y ya enieritados de un ayer t a n inmediato se han mirables notas de nuestras paisajes rurales y ur-
después los suplernentos hebdomadarios de La añadido otros nuevos, en tal cantidad y propor- banos: se hablará también de López Naguil, que
Nación y de La Preusii, van popularizando aquí ción, que consienten abastecer—con el carácter sin abandonar la pintura de cuadros, colabora
como allá las firmas de dibujantes c ikistradoreiJ. como dibujante; de Larco, elegante y moderno;
diferencial que imparta mucho á toda clase de de Requena Escalada; de Arístides líeaschal; de
Hace años consagramos en estas mismas pá- publicaciones que estimen distinguirse por sus
ginas de L,\ ESFERA, abiertas generosamente á Lino Palacio; de Korb; de tantos otros, en fin,
llementos constitutivos^—de dibujantes sin fa- como hacen hoy día de las publicaciones argen-
cuanto significa divulgación y exégesis estética, tigosa repetición de firmas y estilos.
un articuio á estudiar las bien destacadas per- tinas modelos ejemplares.
sonalidades de loa maestros del género en la Acaso, pues, es llegado el instante de repetir
Kcpiiblica ríoplatense, Y se liizo entojices cum- aquella atención pública que en otro tiempo
plido elogio de figuras como la de Jnati Alonso, otorgamos á los ilustradores editoriales argen-
Á quien t a n t o debe el arte de América y de Es- tinos, é incluso no limitarnos á ellos, sino con- Uno de estos dibujantes diestros ya en su
paña, á ese admirable dibujante y pintor que ceder á los de otras repúblicas hispanoamerica- arte cuando todavía la primera juventud les con-
desde el más humilde origen y el más doloroso nas (¡oh, ese México floreciente y refloreciente sentiría el aprendizaje y la espera, es Rafael
comienzo liabia de llegar á dirigir Caras v Ca- cada día, preñado siempre de magníficas posi- de Lamo.
retas y Plus Ultra, revista esta última orgullo de bilidades que añadir á las realidades presentes!) Oriundo de andaluces, ha venido á E s p a ñ a
la prensa universal y, desde luego, la primera de igual tributo admirativo, para reiterar las emociones infantiles en el solar
todas cuantas se Será entonces ocasión de hablar eTíteusamentc español. Y si bien la mano permanecía inactiva,
publican en His- no así los ojos, ávi-
panoamérica. dos de cuanto veían
y a r c h i v e r o s de
Y se habló tam- sensaciones para lo
bién de Sirio, de futuro.
MiUaga Grenet, de Cuando el retor-
Alvarcz, de Huer- no á su patria, este
go, de Peláez, de muchacho del per-
Centurión; de cuan- fil agudo, la inteli-
tos, en fin, consti- gencia despierta y
tuían la afirmativa el estilo ágil, irá
vanguardia de ese sacando del doble
excelente conjunto archivo de su me-
de ilustradores ad- moria — el óptico,
mirables que siem- el sensorial—cosas,
pre ha definido uno seres y lugares co-
de los aspectos ar- nocidos ó reconoci-
tísticos de la Ar- dos durante la es-
gentina. tadía española.
Han transcuri'i- Pero mientras nos
do diex años. F,l importó revolveren
enorme i m p u l s o sus carpetas y re-
que la postguerra pasar los dibujos
ha dado á todas anteriores, inquirir
las naciones, ese á través de las ibis-
La Esfera 35

t r a c i o n e s p i ü i ü c a d a s en La Pycnsa, en Curas y líafael de L a m o no t e n d r á estilo propio p a r a


Caretas, en Plus l'llva, l a condición esencial- los q u e exigen q u e un a r t i s t a ae o b s t i n e en a m a -
m e n t e c a p a z d e su profesioiíalidaf], e l e g i d a y n e r a r sus c a r a c t e r í s t i c a s e x t e r n a s . I ' e r o q u i e n e s
p e r í e c c i o n a d a c o n s i n g u l a r iimor. t a l p i e n s a n e s t á n m á s c e r c a del e r r o r q u e d e la
l í a f a e l fie L a m o e s el i h i s t r a r i o r e d i t o r i a i en certeza.
el p l e n o y a b s o l u t o senLido d e la d e f i n i c i ó n . r,o q u e i m p o r t a e s s e r v a r i o y p r o t e i c o p a r a
D o t a d o (le u n a í i n n c s e g u r i d a d d e l í n e a , a ñ a - ada]>tarse c u n i p l i d a m e n t e á l a v a r i e d a d d e s u -
d e á esa c u a l i d a d p r i m i g e n i a é i n d i s p e n s a b l e l a g e s t i o n e s q u e le s o l i c i t a n .
de la fantasía y la d e la cultura. Lo <|ue i m p o r t a t a m b i é n e s s a b e r a m b i e n t a r
N a d a t a n lejos d e e s t e a r t i s t a c o m o esc t i p o los e p i s o d i o s e n c o m e n d a d o s al r e l i e v e g r á f i c o d e
d e iisimulador d e i l u s t r a c i o n e s i q u e i m a g i n a a ñ a - su a r t e y c o m p o n e r , s o b r e t o d o , v e r d a d e r a s i l u s -
dir á la emoción ó á la plasticidad de un relato traciones, no e s c a m o t e a d o r e s a p u n t e s , c o m o sue-
l i t e r a r i o v a l o r e v o c a í i v o con u n a s i m p l e f i g u r a len s e r l a m a y o r í a d e l a s i l u s t r a c i o n e s q u e p o r
ó u n s u m a r i o a p u n t e de paisaje, a c á se u s a n y a b u s a n .
R a f a e l d e L a m o l i e n e c o n c i e n c i a d e su t r a b a j o C i e r t o q u e n o se a l u d e con ello á l o s m a e s t r o s
y d é l a responsabilidad estética que éste e n t r a ñ a . del g é n e r o q u e t e n e m o s en E s p a ñ a , y c u y o s
Sus g r a n d e s composiciones o r n a m e n t a l e s de los n o m b r e s son h a r t o conocidos p a r a mencionarles
s u p l e m e n t o s d e Ln Pyensa; s u s c o m e n t a r i o s g r á - a h o r a con peligro de olvidos involuntarios. B a s -
ficos y d e c o r a t i v o s en l a s r e v i s t a s q u e c o n s i e n - t a r e p a s a r unos c u a n t o s n ú m e r o s de L A ESFER.'Í
t e m e n o r a m p l i t u t i á l a s i l u s t r a c i o n e s , son s i e m - p a r a e n c o n t r a r l e s , y a q u e L.^ E S F E I Í A h a h e c h o
p r e el bello y a d e c u a d o c Q m ] j l e m e n t o d e l a p a r t e en e s t e s e n t i d o d e l d e s a r r o l l o del a r t e e d i t o r i a l
l i t e r a r i a , c u y o o r n a t o se l e e n c o m i e n d a , m o d e r n o a l g o m u y difícil d e s u p e r a r .
f a T a l vez u n i n t r a n s i g e n t e d e los a f i c i o n a d o s al P e r o sí m e refiero a l p e l i g r o d e las estilizacio-
e n c a s i l l a m i e n t o y l a clasificación le r e p r o c h a r í a nes cómodas, q u e a l g u n o s e m p i e z a n á c o n f u n d i r
su d i v e r s i d a d f a c t u r a l , l a a p a r e n t e i m p e r s o n a l i - c o n lo q u e e n t o d a s p a r t e s y e n t o d o s los p a í s e s
dad estilista q u e m u e s t r a v o l u n t a r i a m e n t e . RAFAEL DE LAMO
fué, es y s e r á el v e r d a d e r o a r t e d e l a i l u s t r a c i ó n .
I E n efecto: un dibujo de Rafael de L a m o ilus-
Y en e s t o , l í a f a e l d e L a m o , f o r m a d o en la li-
t r a n d o u n a narración criolla ó u n a tradición a n -
d e n t e y a l r a n c e s a d a . N a d a parecen tener de Ira- b r e eaciiela d e B u e n o s A i r e s , s a b e b i e n á q u é
d i n a es a n t i t é t i c o del q u e orla u n a p o e s í a d e c a -
fcernid ad en l a l í n e a , y e! s e n t i m i e n t o , l a a l u s i ó n atenerse.
á u n a a v e n t u r a t r á g i c a en t i e r r a s d e To£É F R A N G E S .
Castilla con la fron- - -.ü?
dosidad imaginativa
q u e h a l l a m o s en la
i n t e r p r e t a c i ó n gráfi-
ca de un cuento d e
h a d a s . N i di r í a n s e
brotados de la m i s m a
m a n o el m i n u c i o s o
detallismo á la m a -
nera de Beurdsley ó
d e B u j a d o s , q u e gus-
t a de e m p l e a r c u a n -
d o el a s u n t o lo r e -
q u i e r e asi, y el s i n t é -
t i c o v i g o r , a u n q u e su
carboncillo acomete
l a t a r e a do t r a z a r los
rasgos faciales de u n
campesino.

Pero, ¿no está aca-


s o e n ello u n a d e a-.is
c a b a l e s excelencias
de ilustrador? ¿Noeg
esa diversidad d e m a -
neras y procedimien-
tos , esa ductilidad
factural á las exigen-
c í a s del t e m a , lo q u e
puede representar
una importantísima
d o t e q u e o t r o s ilus-
tradores desconocen?
35 La Esfera

eaondoó

Modelo MarguerJte et Leonie Modela Martbe Bertkon

LA SILUKTA rUlMAVERAI, cambio radical en lo que a t a ñ e á


la silueta.
r ^ STAMOs aún en pleno invierno, L a línea escurrida y sintética,
1 ^ pero yn sueñan las elefíantes que se h a venido imponiendo, ha
ccn el retorno del buen iiern- perdido terreno. Conservará su
po, du los (lías soleados y alegres carácter de gran simplicidad en lo
qnc his p e r m i t a lucir su esbelta que se refiere á l a base del traje:
silueta, casi ociilía y desde luego falda y cuerpo; pero adquirirá
deíor]iiada abora por los pcsürios gran movimiento y ligereza merced
abiigos de piel. á la gran amplitud del cueJlo y de
Las favorecidas por la suerte hu- las mangas.
yen á t o d a prisa hacia los países El primero üoma, en ocasiones,
de clima templado, á los que ya aspecto de esclavina, no se man-
han enviado los artistas del tra- tiene rígido, encuadrando el rostro
bajo el fruto de su última y me- como hasta ahora hizo, sino que
ditada labor. se deja caer sobre los hombros y
Ya empiezan á verse en !a Costa la espalda con gran blandura y
Azid los sombreros d e tonos muy suavidad, prolongando la linea del
claros, mnchos de ellos gnarneci- cuerpo.
dos con flores; los vestidos de pun- Lo propio ocurrirá con ias man-
to, jnveniles y gráciles, y los par- gas, las que, confeccionadas de
dfxsus d e deporte, libres de toda igual tejido que el resto de la.pren-
guarnición pesada, realzados por da, vestido ó abrigo, y si se prefie-
nna chalina de entonación bri- re de alguna tela, aún más ligera
llante. y flexible, se extenderá desde el
Anuncio son iodos ellos del de- codo en un enorme volante, com-
seado y tibio esplendor de la pri- plemento de la esclavina, por no
mavera que el rudo tiempo inver- decir contintiación de ésta.
nal nos hace anhelar con verdadera L a parte superior de la manga
impaciencia. seguirá haciéndose ajustada al bra-
Este año se a s e g n r a q u e l a Moda zo, por modo que se logrará má-
no permanecerá estacionaria. Di- ximo efecto, con la anchura ante-
cen los que presumen de bien en- dicha, quedando toda la figura
terados quelas novedades no serán medio envuelta, sin que se aumen-
VeatidD de icrípe i n a t o - además discretas, sino rotundas. Vestido de •crépe marocainj t e un ápice su volumen. Vestido de popclindcseda
caini azul Desde luego ya sc advierte un veide Nilo Los primeros modelos cjuc sc han BZtil marino
La Es/era 37

Abrifio lie seiU brnciíad.i con guainLcíún


de renard

.san la desaparición de! sombrero


graude y e! eelipse de los collares
de piedras íalsas.
I.o primero es un hecho incon-
testable. Pudiera ocurrir (|\ie, al
llegar los días d e inlensa luz y mu-
cho sol, iutejitarannucvamenLc los
modistos que triunfara la modali-
dad desaparecida; pero de, momen-
to, nada hace sospechar que pueda
ser así. Bien al contrario, los últi-
mos modelos de sombrero son ]nás
pequeños y más ajustadas que
cuanto se ha venido llevando hasta
abora. ¿Se t r a t a de un desafíoácse
núcleo de opinión sienipcc in cyi:s-
criido que a b o g a p o i ' l a v u e l t a d e l o s
cabellos largos, ó es una manifesta-
ción sincera del gusto femenínor'

Vestido de dcrépet estampado, fojido biarjco y cenefa en tonos grises Aiírigo'de 'crépe* negro bordeado en rojo sobre fondo rojo
¡Modelo FcaiLcis) (Modelo Francis)

hecho en esta forma lian logrado un L'xLto in- Lo ignoramos, Desde luego, esto i'iltinio pare-
menso, y es de suponer cjuc úste vaya acentuán- ce probable, pues este tipo de tocado no favore-
dose á mecJida que se añada á la línea jos elec- ce absolutamente nada en camparaeión de los
tos de color qne iaíes creaciones autorizan. otros. Como no tienen ala ninginm, ios ojos pier-
Desde kiego no conviene p a r a estas prendas den esc misterioso encanto que les presta la som-
eí uso de telas rígidas; el creapón, por tanto, bra protectora de los modelas am]>liafi. Además,
será de nuevo el tejido predilecto, ¡el L'nico.'... queda la cabeza tan recortada que hace taita
Por lo que se reíiereá en ton aciones, las corrien- una gran períección de facciones para estar bien.
tes nuevas nos llevan hacia lo suave y discreto, Los sombreros nuevos se confeccionan de fiel-
alejándonos de lo criaiit y detonante. Asi, el tro muy fino ó de una gamuza flexible, en tonos
nialva, el reseda, el rosa desvaído, el gris sin bri- claros, y, á lo que parece, se harán de raso fuer-
llo, han sido los colorea elegidos para las prime- te más adelante.
ras pruebas del indumento actúa!. Por lo i.'ueres]>ccta á los collares, h a y que ad-
El negro y bíaneo también se ha prcKcntado vertir que su desapjiriciún lia sido no solamente
con caracteres de verdadera absorción; pero la repentina, sino general. Diríase que obedece á un
gente joven no está dispuesta á admitir las colo- decreta ó ley impuesta á la fuerza y no al ejer-
raciones sombrías y habrá que dejar esta combi- cicio de un gu::to individual. Ln lugar de las ncas-
nación para uso exclusivo de las que se hallan cadasí de perlas y las sartas de piedras multi-
en la edad de la madure;;, y eso que,,, si se em- colores, vemos ahora alguna que otra joya m u y
pieza á sospechar tal cosa, no habrá quien quiera discreta y con fuerte sabor dieciochesco, E s la
íidmitirlas, excepto en el caso de vestir luto. reacción obligada yconveniente. ¿Durará mucho?
l'íesultan siempre peligrosas las tendencia.? qiie No es de suponer qtie asi sea, -Muypronto, la mu-
•^íi-rcan la edad, mucho más en estos tiempos, en jer querrá engalanarse con algo que dé realce á
qtie ]¡i initjer no pasa de los treinta años, hasta su cutis y á sus cabellos, y desechará el camafeo
9^e In sorprem;]en los setenta y ya no le es posi- y el esmaüe, carentes de brillo, por algo más lla-
ble ocultar la verdad, Das lindos trajes de tarde en »crépe georgetti» mativoj aunque de menos valor estélico. ¡Des-
de tonocL pálidos pués d e todo, la cuestión es variar!...
¡Una verdad trágica para la mayoria!..,
Otras novedades que deben tenerse en cuenta (ModeloE Bernard) I . P.
38 La Esfera

AS P ECT O Sé DE LA MODA
DECORATIVOS ACTUAL ^ ^^

El diamante está de moda.


Acaso hay en ello u n a in-
fluencia di! roljodel célebre
•.diamante rosa-, llamado el
.grand Conde", Como se re-
cordará, este diamante fué
Tobado del castillo de Chan-
tilly, y el sensacional robo
apasionó ¥Í7aniente á ParJs

Broche «strasas, de cintutún

Un collar de cristal tallaJü


en imitacíán de diamantes
antiguos C.'
Un bolso de ante negro, con
breche de diamantea
^¿S^-
r
•'"^e
La perla—frente £ aquella
modndel diamante—ve con
pena decaer su boga...
¿í-»' I . /

Botones p a i a blusa ••N

Zapatos de raso mate, con


broches de diamantes

Cómo se colocan los boto-


nes y el broche del cinturún

Graciosa combinadón de Un sombrero de paja de


sombrero y bufanda, con Manila, imitación de potro
decoración e s t i l o «Van- 1 i ', -ijl
euardiat
guardia» ''Ti ;.KÍt* Collai de cristal tallado, en
1> imitación de diamantes
La Esfera .^g

DE LA E S P A Ñ A A R T Í S T I C A
• llllllliniltllllllllll IIIIEIilLliliriitlI: tUrriLIilIfilllll I Irl lltltUlilllllll IIIilFIIIIII|i|l|.|llllllllltl|l >i|tlllltl|l|||;|ll[|IIll«ni|1ir|||i||tl|||I|itll<|l| •llllllilllllllllllll •ll:llf;ill,|ltil[liltlllrlj|r|i|„|>| .,„ •1(11 u n i d I Hit •imitiiDiiiiiiiiaiiiiiii

Poético rincón de la artística Casa del Greco, pleno de bellas sugestiones para soñadores y artistas en los días primaverales

Otro bello aspecto de la misma Casa del Greco, en que las ilusiones y las añoranzas parecen abrazar dulcemente el corazón de quien lo contempla,
como las floridas enredaderas ciñen ascendentes por columnas 7 paredes
40 La Esfera

PER5PECTIW5 DE MñDRID DE5DE UN ñ\?IÓN

Una vista de las inmediaciones de la Estación del Mediodía, en Madrid, de !a que se ve una parte en el lado inferior de la fotografía. A la derecha, abajo,
el Panteón de Hombres Ilustres. Más arriba, el comienzo del Retiro. La mancha obscura que se ve en la parte superior corresponde al Jardín Botánico.
Más arriba aún se destacan los edificios del Banco de España y del Círculo de Bellas Artes (Fot Gaspar)
La Es/era 41
I 11 11 •< I I I ' I F U M M i r ( " > M i | M H " t l . M l l H 1.» • • • I • ) . » • ( . • I't Irt • t • t i VI • t ' I K . M ' l I f 1>k > i 1.(1 I • • 11 I > > • > 11 I • t l l 11 • • I l i l i I

.i
La Estación del Mediodía, de Madrid, vista desde un avión, Al íondo, junto á la montera de la Estación, se ve la Glorieta de Atocha, de donde parce
el Paseo del Prado. A la derecha se ve también el comienzo del- Retiro, en su parte de junto al Botánico

li|iIII<l;l.lltLlllilili|iia.'lllillil|illl.'llllll'l>tIii|i|<lll<lrliiil.lilll'tlll||Jlllillli>'ll>.ll>Illili|iiitil.Illllllll:li(ililil<l1l<lltilt|iillll' <lllill(l|.tll'IIMII.IJilrlil l i l i l í l<l.l<|i| l i l l e l i l í •<) • i l i l i l i t < l l t l l l l l | r l i i t l l | l ) l | . ) l l i l l l . l l M i l l I i l < l ' l

' •'ll'll I l l l l l l l l l l l i l l l l l l l l i i l l | i | l i i t l | l ) l l l l l • l | . | l l i l i Í i | < l l l l J | l i M l k f l l l > l | i | i l l l < l l l l l l | l | i | l l < l l l 111111111 • l l < l l l l l t l i l l l l l l | l l l | i | : | l l ) i ( l i l i l í I I I l i l i iJi' m i i i , . i i i i i i'i • ' i i i | i i i ' i i | i ( i i i | i | i t i i i ( i i i | i i i i < i i > i i

Una magnífica perspectiva general de Madrid desde un avión. En el centro, la Glorieta de Atocha, cercada por la Estación del Mediodía, el Mini?tjrio
tJe Fomento, los Jardines del Botánico y el Prado. A la derecha, la masa obscura del Retiro En «I centro, la linea del Prado, Recoletos y la Castellana
A [a izquierda, limitando la fotografía, el edificio en construcción de la Telefónica (Foti. Gmpac
El mayor tesoro
debe su robustez, eso3 mófleles tan cnvldladoa por
mudias mamas y ese culis sonrosado ave es el mcior
Indicio de perfecta salud, a la teche condensada mor-
ca "LA LECHERA", el alimento perfeclo que ha sal-
vado millones de niños y los ha desarrollado sanos
y vigorosos.
Puro y garantizada, muy rica en crema, y con la per-
fecta homogeneizaclón que necesito para ser admira-
blemenle digerida por Bebé, la ledie condensada
marca "LA LECHERA" es el mejor allmcnlo para el
reden nacido. Exija usted esta marco y librará a su
hljlto de los muchos peligros de lo niñez,

S O C I E D A D N I 9 T L É , A. E, P. A
VU LAVCTAN*. «I - Í A A C I I - O N A
Sírvanse r<rril[lrrn« s^ott» It o b r l u
LECHE CONDENSADA jj>7^>^s,^ del [>B. VIBAL: "Consejos d i ur>
^, >N>. Tnídleofl ! • • madres i4v«nc«"

LA LECHERA é i ^ Nombre;

Dlpecclóni
•11 '••••lüi'üíi' "i'iií'i'i'r • 'irr-- iiriiTi i", - -••"
La Esfera 43

« P A N A M E »

LA NUEVA VICTORIA A trueque de restar al Gobierno un poco


de laurel, debemos dejar consignado que al

E L doctor líiinión ts un médico francés y Ini-


milde que con.sumc su existencia en eí Ins-
tituto Pitótcur de Carches. A lo lar^o de
investigaciones sin número ejemplarmente so-
doctor Kamón le corresponden algunas ra-
in ;ts.

BAKKIO L A T I N O
portadas, este doctor líamón descubrió un día
un suero t|iie hace inmune á los hfjmbres frente El Instituto Británico acaba de inaugurar un
á las impiedades mortíferas de la difteria. Pero nuevo rincón para sus estudiantes junto á la
en general, estas victorias de los lalioratorics Sorbona. Por una vez, el feudo de la juventud
no sirven de nada ;il genero humano mientras buho de tolerar las cordiales invasiones de un
no intervienen ios Gobiernos. Un gobernante es mini-gtro de Instrucción I-'ública y de un Emba-
lo único que tiene importancia en la vida. Las jador. Henos aquí de nuevo en presencia de los
viciorias de ios médicos contra la mnerte, con políticos.
ser I;LS que más le interesan al mundo, no si^gni-
íican algo sin una ley en lo.s países que se go- El guilde que acaba de inaugurar el Instituto
biernan á sí propios ó sin un Kea! decreto en ííritánico de París, y aun el misnio Instituto,
los países sometidos á una única voluntad in- tienen tan poco que ver con la política como la
transferible. vacuna del doctor Ramón. Pero el gm!dc le lle-
va al suero la ventaja de que ]uiede cumplir sus
En el caso de ahora, como es de rigor, la vida fines sin la intervención de ningún ministro. Por
de los hombres ha estado pendiente de la volun- esta vei; la presencia oficial no era cosa de vida
tad de los gobernantes. Por fortuna para los no ó muerte como cuando se trata de los laborato-
privilegiados, es decir, páralos que no gobiernan, rioB.
la República acaba de tomar en consideración En esta ocasión fué como el prefacio que
los trabajos de este médico, y determina que su EL DOCTOR RAMÓN
sirve para dar gravedad á la obra. Por fortuna,
vacuna ha de ser obligatoria en P'rancia. Pero sin Del InstitDto Pasftur, que ha descubittla Ja vacuna contra
los estudiantes ingleses no comenzaron el gtnkh- lo difteria, que la Acacltmia Fraocesn de Medicina ha d e d a r ^ d o
embargo.,. por !a primera página. obligatoria

El ministro francés de Instrucción Piiblica, M. Herriot, y el Embajador de Inglaterra, lord Crew, en la inauguración del (¡Guildeif británico en París

MONTMARTHi;

I-a «República libre de Montiiiartreü aprove-


cha toda-s las ocasiones que se le jiresentan para
dar testimonio de su vitalidad. Con motivo del
niifi de los vendedores de lícriódicos á través de
Paris. la líepública de Montmartre, que es la
única líepública del mundo que elige actual-
mente una reina y uiia corte, esperó la llegada
de los concurrentes al rtird en la Plaza de Ter-
Ivc, capital de la República de I^lontmartre.
Realmente, la Repiiblica de Montmartre es
como la de la Isla de San Luis y como el Princi-
pado de Montparnasse, una supervivencia del
París que va desapareciendo. En ios regocijos
de la República de Montmartre no intervienen
nunca los hombres públicos de Francia. La Re-
pública de Montmartre tiene los que la corres-
ponden, que son como otras 3Upervi^•encias: un
bombero antiguo, un gendarme, un guarda cam-
pcfitre. Gemes de las novelas de Paul de Koclí que
conviven en la colina sagrada con otros de Mur-
guer y con otnis de Maupassant. Después de to-
do, es lo más importante de Paris, único pueblo
del mimdo que da realidad en &us rincones á
los sueños de los veinte años. T"nos sueños que,
como ía propia República de Montmartre, nos
producía la risa y la emoción. He aquí el verda-
dero modo de gustar las absurdideces tenta-
doras.

CEFERIKO R . A\^EC1LLA
La reina de la República de Montmartre, rodeada de su corte París, 1938.
44 La Esfera
HOMBRES y OBRAS

HA MUERTO QLUGUSTO ^OVELLI


A UGU=.TO Novelli ha muerto. Su obra, aniíiia-
ila en su mayor parto de un fuerte uspíritu
Joca!, no ha conocido los graudes éxitos
intcruacioriales. Ello no ohstantp, la figura df
En cuanto llegaba la noche, Augusto corría á
los teatros de la ciudad á aplaudir á los más fa-
mosos actores de su tiempo. Era la época de apo-
geo del Teatro Borgoguissanti, Jí! gran actor có-
mobtraba escasamente remuneradora con los
poetas que d ella dedicaban lo mejor de sus
afanes.
Novelli tuvo que alternar su labor dramática
Novelli mc'icce un recuerdo, siquiera sea con uu mico L.odovico Corsini encantaba las noches del con otras actividades. Le conocemos periodista
designio puramente divulgatorio. I£l autor do ]5ÚbHco toscano. y tipógrafo. Funda un periódico, U vero moudlo,
La sacudida audu/aítria, de I'/I/ÍÍ.Í hcrací, de ¡-us Viéndole trabajar, puede deciise que el futuro de existencia efímera.
miirtiyi's ili'l irahaio, era de origen InnniIdísimo, autor dramático íu\'o la revelación de su voca- Y en aquel cerebro atormentado por tantas in-
llijo de un carpintero, naci6 en Florencia en ción verdadera, Su horror al trabajo mecánico quietudes y contradicciones empezaron á ger-
i8ófi. Al nutrir, recientemente, e«taha conside- hallaba ahora una explicación evidente: él ha- minar magnos proyectos de reforma de su arte.
rado el más alto dramaturgo de la Toscaiia. bía nacido para aníjuar criaturas y, diabólica- "S' asi, poco después, las máscaras tradicionales
Apenas saiido de la escuela, tuvo que aprender mente, colocarlas en situaciones extraordina- eran sustituidas por muí especie de comedia gol-
el oficio de su paiire, con quien trabajó algún rias. El placer que deducía de esta inofensiva doniana en la que era muy fácil reconocer cada
tiempo, no sin aprovechar las mínimas oportu- tarea era la advertencia inapelabie acerca de su tipo, cada carácter. No es mucho decir que No-
Jiidailes de ocio para dedicarlas á la lectura—-de vocación. velli fué el verdadero creador del teatro popu-
eí.e ocio tan desdeñado por los liomlires de acción, En pocos días pergeñó su primera obra: Una lar en Italia. Numerosas producciones suyas fran-
incapaces de aprehender e! alto sentido de fecun- prm'ocación en los baños. quearon las fronteras de la Toscana é hicieron
didad con que acierta á prestigiarlo el verdadero Ya había encontrado 3a verdadera ruta de su las delicias de casi todos los públicos de la Pen-
artista. camino. Acordándose de sus años de desorien- ínsula.
Como en multitud de caso.s semejan! es, su fa- tación y miseria, Augusto Novelli recreó, bajo El buen humor, el verbo malicioso y un poco,
milia no podía concebir que la aparente pereza una forma satírica y á veces cruel, los personajes cazurro de Novelli, brillan, deslumbrantes, en
del muchacho significase, en realidad, una enér- y personajillos que había conocido en su calva- las tres obras antes citadas, y en El ainoy en el
gica actividad del espíritu, enfocado hacia otraa rio. Era su teatro de entonces una mezcla insó- ieiado, La Virgai del Jippi, Después..., La dama
aspiraciones niAs elevadas que la monotonía co- lita de arcaísmo y modernismo. E inició un des- <h la cuarta página, A^uas ii'aníin'las...
tiiliana del trabajo manual file, entre encantador y desconcertante, de más- Le tentó, igualmente, el deseo de representar,
I / / picólo Angiislo no acertaba aún á definir caras vivas Cjue, en cierto modo, recordaban loi y aunque el cómico no eclipsó al autor dramáti-
MUS aficiones. Lo i'inico cierto era que le horrori- héroes de la antigua Oniiiuedia dfH'Aylc. co, no faltan quienes le refuten el mejor intér-
zaba el oficio del padre. En estas dudas, pensó Pero aún no había llegado el éxito indiscuti- prete de sus propios personajes.
la fíimdia que, puesto que el niño no quería tra- ble, el triunfo definitivo. Este se produjo, cla- Augusto Novelli deja, además, varias obras li-
bajar, el niño delJÍa ser artista. ¿{_'ué e.specie de moroso y unánime, al reformar su primera obra terarias de ilistintos géneros y un grato recuerdo
artista? J'or ei momento, esa era la incógnita, y reestrenarta con el título de f'« paleto cii los de sus dotes de conferenciante, l'ero, indudable-
l'ero el buen padre L¡ueria armonizar las vagas baños. La obra recorrió todo el país con el mis- mente, su reputación hay que cimentarla en
aspiraciones del mucliaclio con un arte no des- mo gran éxito que en Florencia. sus obras teatrales, á veces estremecidas por la
pojado de un mínimo de posibihdades utilita- Durante quince años, las obras de Novelli re- vibración formidable de una risa rabclesiana...
rias. De ahí la ide;i <le hacerle entrar jen una es- afirman, cada vez con nrás fuerza, la reputación
cuela de cerámica. del autor toscano. Mas por entonces Tah'a TOI ' j r S T O DE ESPAÑA

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46 La Esfera

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constituyó la bas^ d é l a medi:iaa popular, y hoy el gesto del operado, aunque en definitiva pueda
lo sigue siendo entre los pueblos salvajes. Pero Tusultar eficaz—, que ts, entre los procedimien-
EN TODAS LAS LIBRERÍAS habrá de reconocerse, á la vista de ia presente tos empiricos, uno de los más raros qu:' puedan
fotografía, donde un curandero zulú t r a t a la imaginarse, y probablemente poro recomendable
tartam'.idez soplando en el oído del paciente con ent.-e los salvaj-s.

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en naa rcviaía técnica loniünenae iiua cuiinaa autor en unas breves notas liminares—C[ue el de
observación liccluí por él en el mar, en el E3- contribuir á la divulgación de hechos, al parecer
(rcclio de .Malaca, hace pocas semanas. Se trata insignificantes, que los historiadores no pudie-
dt: un fenómeno luminoso, de series de rayos ron recoger en losgruesosvolúmsnssds sus obras.
c^-irvilíaeos, que parecen correr en el agua gi- La monja de las llanas es una lección de la Histo-
rando alrededor do un centro alejado, con la ria de España, del ayer inmediato y hasta del
concavidad de los rayos vuelta en el sentido de hoy vi\'o, sin otras variantes que las impuestas
¡a marcha, li! sistema de estas ondas t r a per- por el progreso moral de los tiempos.
íectamenle regular; la anchura de las franjas —Mavia de Mándala, tragedia en un acto y
luminosas fué estimada en unos dos metros, y en prosa, dividida en seis cuailros y cinco telo-
su distancia es el doble de su anchura. nes de mutación. Original de Fernanrlo Mota.
Le mbis extraño del caso es que al paso de México, 1928, Esta obra, ofrecida á la gloriosa
las iraiij;LS luminosas apérjcian amplias man- figura de María de Magdala, es una exaltación
chas de íosfiirescencia marina^ siendo aquéllas literaria de sus valores pasionales, tan sublimes ARTÍSTICOS POSTIZOS PARA SEÑOI^A
más sombrías en los intervalos. Y BISOÑES DE CABALLERO
Créi-se que este íenómerun pudiera t ner ori- TIKTES, PERFUMERÍA, ADORNOS
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obra de las 30 ya publicadas
por este polígrafo, está lie-
clio con sólo reproducir su
EN LA BOCA ^
índice, á saber:
OS preservaréis Prefacio.—El Edipo liu-
del
FRÍO, de la HUMEDAD, mano, eterno peregrino.—
de los MIGROBIOSM Los epiciclos de Hiparco y loa
«ciclos» religiosos.—Las hi-
Las emanaciones antisiJ-pLícas d e e s l e mara-villoa» pósfasis. —Kao3-Theos-Cos-
producto impregnarán los recodos más inacces- mos,—Complejidad de la hu-
eibles de laGarganla. de los Bronquios, de los Pulmonei mana psiquis.—Más sobre los
y loa harán refractarios b. toda congesti6a, siete principios liunianos,—
& toda inflamación, & todo contagio, Ei cuerpo mental.-El cuer-
NIÑOS, ADULTOS, AHCtANOS po causal.—La superviven-
cia.—La muertey ei tnás allá
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niñas. ííociucc los liibins correspondientes al primer j
gruesos, cantosos y pri'ln-
beriintes, h a s t a dejarlos de semestre de 1927 j
tiimaño normal. Sise le nsa
düs meses duraiiielaiioeiic, se eons^ii^ni-
rá tener liibio^ q u e pueden rivalizar con
En breve se pondrán i
los lie las más famosas Ijoldades do la á ia venia fas corres- \
pantalla v de la escena. pondientes al segundo \
Escríbase pidiendo informes completos
semestre de 1927 \ U
y copias de cartas de mucliisimas perso-
nas que b a n usado el formalabios d e Un ma'injo cun Crfime Simim
De flenta en ia ñdmini^íración ds • e^! uiip curiciu |iar:i el roslro.
Trilety. Fíi sean, ni ;:;rühiciita,&iiiude uiin miinosldap
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ín lyBMBlMtuiiilliii,
-y.'

ñ.
¡/i\

¡Si no fuera calvo!...


III Os frislemcníc frecuenfe e] caso
de hombres jóvenes, en Ja pleni-
tud de su vida, que por un imper-
donable descuido han dejado que
su cabello se les caiga poco á
m poco, y contrasta horriblemente
con sus facciones jóvenes el de-
solado aspecto de su cabeza. Lo
que la estética humana pierde con
una calvicie total, lo aprecian, me-
jor que nadie» las mujeres, amar-
gadas muchas veces por la incu-
ria del hombre á quien aman, y
que tolera ser el blanco constan-
te de bromas y chirigotas. Para
curar la calvicie, no se dispone de
otro producto que el famoso

í»** 99

¿fue evita \a eafda del cabello, puebla las calvas prematuras y manlicnc
siempre el pelo en riguroso estado de limpieza
•Diploma, Gran PremíOf Cruz-Insignia y Medalla de Oro en la Exoo^idón de Brusehs, 1925
Diploma de Honor y Medalla de Oro en {a Exposición de Roma, 1925
Diploma de Honor en la Exoosición de Jerez. 1925. con asistencia de SS. MM.

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\ /r\ r

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i i L"^ '\-X\ i. ¡ l ^ i =

/~/~^ \r~\~?r^-

n \r i\/^-.
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MYDUD.Gi/^

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