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Lea con atención el texto. Apliqiie las técnicas de subrayado y sumillado. Luego, conteste
el cuestionario.
ACUSACIONES MUTUAS Y
QUITEÑOCENTRISMO
uiteñ como 1 on Perdido, porque “une al mono con el hombre”, es decir, une a los de
allá (los hombres) con los de acá (los monos).
Lo grave es que, así como la esquizofrenia conduce a las personas a la locura total, una
identidad nacional esquizofrénica puede llevar a un país a su disolución, a desmoronarse, a
cderse en pedazos.
Detectado el mal, asumidas su existencia y sus Causas, no luChar contra él es un
suicidio.
Coincidiendo con esta idea, en pe sali.ef f mfgruc‘io/1 (Publicaciones del Archivo
Histórico del Guayas, Guayaquil, 1977), Jugo Estrada Ycaza subraya y nos alerta a s ec o
El re ionalis o e un anteno por esencia si rq s
ecuatorianos lo preferimos así. Casi podríamos decir que pyeferimos una patria diminuta,
fracturada en mil pedazos, aunque ya c ndo 11e a os al bo de d l r cip cio nos
arrepentimos. Mientras el abismo nos parezca alejado continuaremos, sin embargo,
ensayando, atando de determinar hasta unto odemos provocarnos serranos y
costeñ n llegar al rompimiento final ”
La ret4exión y tácita advertencia de Estrada es en extremo válida porque ese tironeo
—además de empantanar y hacer más a contramanO los esfuerzos para salir de nuestro
atraso— es tan peligroso como caminar por el filo de una navaja.
Esta enfermedad, antiguamente conocida como “demencia precoz'’. —lo que calza
muy bien a un país tan oven conto el nuestro—, tiene multiplicidad de causas, pero
fundamentalmente una: las eneralizaciones sobre el modo oO manera de ser del
serrano y el modo o manera de ser del costeño.
Lectura
Ortografía
7. Coloque claramente las tildes en las palabras del siguiente texto de acuerdo
a las normas ortográficas pertinentes:
Viví asi, solo, nadie con quien poder hablar verdaderamente, hasta
cuando hace seis años tuve una aver a en el desierto de Sah Algo se
había estropeado en el motor. Como no llevaba conmigo mecanico n
pasajero alguno, me dispuse a realizar, yo solo, una reparacion dificil. Era
para mí una cuesfl6n de vida o mueve, pues apenastenta agua de beber
para ocho las.
La primera noche me dormí sobre la arena, a una,s millas de
distancia del Iugar habitado mas proximo. Estaba mas ais {dá que un n ufrago
en una balsa en medio del oceano. lmag nense, RUes . mi sorpresa cuando al
amanecer me desperto una extraña vocec¢a que dec a:
— Por favor... p ntame un cordero.
—¿Eh?
—P ntame un cordero.
Me puse en pie. de un salto como herro por el rayo. Me filos ojos.
Mire* a mi alrededor. a un extraordinario muchacho que me
miraba z . , z x
gravemente. Ahi tienen el mejor retrato que mas tarde logre hacer de el,
aunque mi dibujo, ciertamente es menos encantador que el modelo. Pero
no es m a la culpa. Las personas mayores me desanimaron de mi carrera
de pintor a la edad de seis años y no hab a apren@do a dibujar otra cosa
que boas cerradas y boas abiertas.