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Convulsiones: son alteraciones paroxísticas de la función cerebral causadas por descargas transitorias, espontáneas y descontroladas

de los centros corticales en el cerebro.

Etiología: Las causas de los trastornos convulsivos son es de la más variada naturaleza y pueden ser:

-Traumáticas: Los traumatismo craneoencefálico son una causa importante de epilepsia, sobre todo si se acompañan de pérdida de
conocimiento. La epilepsia postraumática se presenta en el 30% de los pacientes que sufren un TCE con hemorragia y en el 15% de
los TCE en los que existe fractura de los huesos del cráneo. Puede ocurrir incluso meses o años después del traumatismo.

-Perinatales: exposición a radiaciones de la embarazada, carencias vitamínicas e infecciones virales durante la gestación (rubéola),
toxemia gravídica, prematuridad, traumatismos obstétricos, hemorragia cerebromeníngea, enfermedad hemolítica y anoxia fetal.

-Metabólicas: la mayoría de las encefalopatías metabólicas, la hipoglucemia, hipocalcemia, déficit de piridoxina, trastornos
hidroelectrolíticos, hipernatremia e hipomagnesemia. Los trastornos en el metabolismo del cobre, las tormentas tiroideas y la
uremia, forman parte de este grupo.

-Tóxicas: incluye tanto la intoxicación como el síndrome de supresión alcohólica, el saturnismo, la intoxicación por monóxido de
carbono, el uso prolongado de medicamentos neurolépticos.

-Infecciones del SNC: meningitis, la encefalitis (generalmente de origen vírica), abscesos cerebrales, neurosífilis, toxoplasmosis,
criptococosis y neurocisticercosis.

-Lesiones vasculares: Los accidentes cerebrovasculares isquémicos o hemorrágicos, malformaciones vasculares cerebrales (fístulas
arteriovenosas y aneurismas), arteritis cerebrales (en las colagenopatías y otros procesos patológicos), ect, constituyen una de las
principales causas de epilepsia en las personas de más de 65 años. Al igual que sucede con los TCE, las crisis epilépticas pueden
suceder meses o años des después de haberlas presentado.

-Tumorales: se estima que el 10 % de los tumores cerebrales se diagnostican al presentar el paciente crisis epiléptica,
fundamentalmente en los que se desarrollan en la proximidad de la corteza, que provocan desplazamiento de estructuras y edema.
También se debe mencionar las metástasis cerebrales únicas o múltiples.

-Otras: esclerosis tuberosa, enfermedad de Alzheimer y Pick, esclerosis múltiple, entre otras.

Clasificación de las Convulsiones

Convulsiones Parciales (focales o localizadas): comienzan en un área específica del hemisferio cerebral. Hay 2 grupos
principales de convulsiones focales:
• Crisis parciales simples (Sin alteración de la conciencia) con síntomas motores, sensitivos, psíquicos o del sistema nervioso
autónomo.
• Crisis parciales complejas (Con alteración de la conciencia).

Convulsiones generalizadas (convulsivas y no convulsivas): comienzan simultáneamente en ambos hemisferios cerebrales y


desde sus inicios existe afectación de la conciencia e incluyen respuestas motoras de presentación rápida, diseminadas y
simétricas bilaterales. Se dividen en 6 Categorías:
• Crisis de ausencia típica y atípica.
• Crisis tónicoclónicas
• Crisis Mioclónicas
• Crisis Tónicas
• Crisis Clónicas
• Crisis Atónicas (crisis astáticas)
Desconocidas como las Crisis epilépticas no clasificadas

Convulsiones Parciales

I.Crisis parciales simples: incluye sólo un hemisferio y no se acompaña de pérdida de la conciencia o de la respuesta. Los signos y
síntomas clínicos dependen del área del cerebro en donde se está llevando a cabo la descarga neuronal anómala, pueden producirse
síntomas:
• Motores: Focal motora con marcha (Jacksoniana), focal motora sin marcha, crisis versiva (desplazamiento conjugado de la cabeza,
los ojos y el tronco hacia el lado opuesto del foco que descarga; con frecuencia se asocia una elevación del brazo y la pierna
contralaterales, y pocas veces homolaterales), postural y fonatoria (vocalización o detención del lenguaje)

• Autónomos: Sensación epigástrica, palidez, diaforesis, piloerección, rubor, taquicardia, hipotensión o hipertensión y dilatación
pupilar.
• Sensitivos o somatomotores: como síntomas visuales (percepción de fosfenos, escotoma, destellos simples o alucinaciones
complejas, como objetos, personas, etc), auditivos (percepción de ruidos ásperos (acúfenos), sonidos altamente integrados (melodía
musical) o disminución o falta de audición.), olfativos, gustativos y vertiginosos (olores intensos y poco habituales).

• Psíquicos: Perturbación de las funciones cerebrales superiores; disfásica (afasia transitoria); sismnésica (sesiones de dejá vu,
jamais vu); sensaciones cognitivas (estado de ensueño); afectivas (miedo e ira); Ilusiones (visuales, auditivas, olfatorias y
somatosensoriales) y, Alucinaciones estructuradas (escucha música, ve escenas, paisajes y su propia imagen como en un espejo).

Las convulsiones parciales simples pueden progresar hasta convulsiones parciales complejas o tonicoclónicas generalizadas que
provocan pérdida de la conciencia. Casi todas las personas perciben el aura como un signo de alarma de convulsiones parciales
complejas inminentes u otras convulsiones generalizadas.

II.Crisis parciales complejas: incluyen alteración de la conciencia y a menudo surgen del lóbulo temporal. Estas convulsiones
comienzan en un área localizada del cerebro pero se generalizan conforme la descarga avanza rápidamente afectando a las
estructuras más profundas del cerebro, como el tálamo o la formación reticular, llegando afectar a ambos hemisferios. A menudo se
acompañan de automatismos, que son actividades repetitivas sin propósito como fruncir los labios, hacer gestos, dar palpadas o
frotar la ropa, y es frecuente la confusión durante el estado postictal (después de la convulsión). Hay alucinaciones y experiencias de
ilusiones como déjà vu (familiaridad con sucesos o entornos no familiares) o jamais vu (falta de familiaridad con un entorno
conocido) y en ocasiones hay temor agobiante, pensamiento forzado descontrolado o una inundación de ideas y sentimientos de
desapego y despersonalización. Algunas veces las personas reciben un diagnóstico erróneo de algún trastorno psiquiátrico.

Convulsiones Generalizadas

1.Crisis de ausencia (pequeño mal): generalmente se presenten en niños y cesan en la edad adulta o evolucionan a convulsiones
motoras generalizadas. Las crisis de ausencia típicas son de comienzo súbito y duran entre 5 s y 15 s. El paciente interrumpe lo que
está realizando, palidece, presenta mirada fija, falta de movimiento y falta de respuesta, dando la impresión de estar “fuera del
mundo, pero en muchos casos se presenta movimiento. Estos movimientos a veces toman forma de automatismos como fruncir los
labios, movimiento clónico leve (por lo general en los párpados), aumento o disminución del tono postural y, a menudo hay una
breve pérdida del contacto con el entorno; los globos oculares suelen estar animados de movimientos rítmicos o irregulares y la
cabeza inclinada hacia adelante o hacia atrás. Generalmente todos los movimientos observados tienen una frecuencia de 3 ciclos/s.
La crisis termina de forma brusca y la persona reinicia su actividad donde la había suspendido, sin recordar nada de lo sucedido. En
ocasiones el ataque es abortado al hablarle al paciente, que casi siempre es un niño con dificultades en el aprendizaje escolar.

2. Crisis tonicoclónicas (gran mal): Esta crisis no se presenta en el lactante, sino que ocurren en la niñez y en la edad Adulta. Se
caracterizan por ser de comienzo súbito, brutal. El paciente palidece, pierde el conocimiento y cae, los globos oculares se desvían
hacia arriba o hacia un lado. En este momento puede emitir un grito agudo, a causa de la inspiración o espiración brusca que precede
a la fase tónica, que se caracteriza por la contracción prolongada, tónica, de todos los grupos musculares del cuerpo, el cual adopta
una postura característica: la cabeza en extensión, los miembros superiores en flexión y aducción, el tronco en hiperextensión. La
contracción de los músculos respiratorios provoca apnea y esta, a su vez, cianosis. La presión arterial se eleva y hay trastornos en el
ritmo cardiaco.

La fase tónica dura de 20 s a 30 s, a veces menos, rara vez más; se continúa con la fase clónica, en la que se inician movimientos
bruscos y rápidos generalizados, que ganan amplitud rápidamente y luego van disminuyendo de intensidad y frecuencia hasta
terminar en 1 min a 3 min. Los globos oculares, están animados de un movimiento rotatorio, con las pupilas midriáticas. Los
movimientos respiratorios reaparecen y son irregulares. Las contracciones agitan y ocasionan protrusión de la lengua, por lo que
suele ser mordida. La tormenta neurovegetativa que de forma paralela ocurre, provoca un marcado aumento de la secreción salival,
que se tiñe de sangre y al ser expulsada por la boca entrecerrada, forma una espuma rosada típica. También en ese momento tiene
lugar la emisión de orina, a veces de heces, más rara vez de semen.

Seguidamente continua la llamada fase estertorosa y con esta termina la crisis tonicoclónica, que en general dura unos 10 min o
más. El paciente yace hipotónico, habitualmente hay signo de Babinski bilateral y persistencia de la midriasis de la etapa anterior.
De manera gradual el paciente entra en un estado de sueño profundo, que dura unos pocos minutos o varias horas (periodo
postictal), del que despierta un tanto desorientado y aquejando cefalea gravativa y dolor muscular. Además, no recuerda lo que le
ocurrió, hecho muy importante como elemento diagnóstico.

Después de una crisis tonicoclónica, y principalmente durante el estado de mal epiléptico, se puede encontrar leucocitosis con
desviación izquierda, hiperglucemia y glucosuria, y en el líquido cefalorraquídeo, pleocitosis ligera (nunca más de 200 células) e
hiperalbuminorraquia.

3. Convulsiones mioclónicas: Se caracteriza por la aparición de bruscas sacudidas musculares más o menos intensas o extensas,
variables de un momento a otro del ataque y de un paciente a otro. Puede ser generalizada (mioclonia masiva bilateral, sincrónica y
más o menos simétrica e interesar a toda la musculatura axial o rizomélica y los músculos flexores, lo que provoca una brusca
flexión de la cabeza y de los brazos, que son proyectados hacia adelante dejando escapar a veces los objetos) o estar localizada en
pequeños segmentos del cuerpo (mioclonia parcelaria) e interesar solamente a un miembro (el superior, con más frecuencia) o un
músculo (el orbicular de los párpados, por ejemplo). Las mioclonias se caracterizan por su brevedad, ya que solo duran centésimas
de segundo, y por su presentación espontánea o bajo el efecto de una estimulación sensorial. Se agrupan en número de dos a tres en
menos de un segundo.

4. Convulsiones clónicas: Comienzan con pérdida de la conciencia e hipotonía súbita. Esto es seguido de sacudida de extremidades
que pueden ser o no simétricas.

5. Convulsiones atónicas (astática): Ocurre una disminución de forma brusca, de fracción de segundos, del tono muscular, que
puede ser segmentaria, en la cabeza, por ejemplo, y llevar esta hacia adelante, o en un miembro, o afectar todo el cuerpo y provocar
la caída al suelo (drop attack). La pérdida de la conciencia es muy breve.

Ataque Epiléptico
La epilepsia es una condición clínica caracterizada por crisis epilépticas recurrentes, dos o más, focalizadas o generalizadas, de
etiología muy diversa, con frecuencia de causa desconocida y aunque su expresión más dramática la constituye la crisis convulsiva,
existen muchas formas clínicas sin convulsiones.

Se denomina crisis o ataque epiléptico al cuadro electroclínico resultante de las descargas excesivas, hipersincrónicas, paroxísticas y
recurrentes, de una población neuronal más o menos extensa del cerebro.

Estado de mal epiléptico

El estado de mal epiléptico o status epilepticus, clínicamente se manifiesta por la repetición rápida de las crisis, sin fase de
recuperación entre estas, o una crisis que se prolongue 30 min o más. Constituye una urgencia médica, pues implica un serio peligro
para la vida del paciente y para la integridad anatómica de su sistema nervioso, ya que la repetición de las descargas de manera
subintrante ocasiona hipoxia cerebral por isquemia y llega frecuentemente a provocar daño neuronal. No se conocen los mecanismos
íntimos que originan esta situación, que ocurre de forma espontánea, o por el abandono del tratamiento o la disminución de los
medicamentos muy rápidamente; también por trastornos metabólicos, toxicidad medicamentosa, infección del sistema nervioso
central, tumores cerebrales, traumatismo craneoencefálico severo y epilepsia refractaria.

El más dramático y frecuente es el estado de gran mal, en el que las crisis varían entre 1 h y 10 h, hay un estado de coma profundo
con elevación de la temperatura, taquicardia e hipertensión arterial; trastornos del ritmo cardiaco y respiratorio; las secreciones
bronquiales son muy abundantes y el paciente es capaz de morir en paro cardiorrespiratorio, por una insuficiencia cardiaca o
respiratoria aguda. Ocurre aumento en la liberación de catecolaminas, de la presión venosa central y la glucosa en sangre. Pasados
30 min en crisis comienza a disminuir la presión arterial, el flujo sanguíneo al cerebro, el aporte de oxígeno cortical, lo que provoca
un daño neurológico irreversible.

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