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Evaluación y programas de intervención

neuropsicológica
[9.1] ¿Cómo estudiar este tema?

[9.2] Pruebas de valuación de la motricidad y programas motrices

[9.3] Pruebas de lateralidad y programas de desarrollo lateral

[9.4] Pruebas de escritura: programas de escritura

[9.5] Referencias bibliográficas

9 TEMA
Esquema

TEMA 9 – Esquema
Evaluación y programas de evaluación neuropsicológica

• Evaluación motriz.
Pruebas de evaluación de la motricidad y
• Evaluación de los reflejos motrices.
programas motrices
• Programa de intervención. Desarrollo motor.

2
• Evaluación de la lateralidad.
• Orientaciones para valorar la lateralidad.
Pruebas de lateralidad y programas de desarrollo
• Pruebas complementarias.
lateral
• Programas de intervención. Desarrollo de la lateralidad.
• Intervención en casos de lateralidad cruzada.

• Evaluación de la escritura.
Pruebas de escritura y programas de escritura
• Programas de intervención. Desarrollo de la escritura.
Niveles Táctiles, Motricidad, Lateralidad y Escritura

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Niveles Táctiles, Motricidad, Lateralidad y Escritura

Ideas clave

9.1. ¿Cómo estudiar este tema?

Para estudiar este tema lee las Ideas clave recogidas a continuación.

Además, se recomienda la lectura de las páginas 263-265 del siguiente libro: Ferré, J.
y Ferré, M. (2013). Neuropsicopedagogía infantil. Bases neurofuncionales del
aprendizaje cognitivo y emocional. Barcelona: Lebón.
Disponible en el aula virtual en virtud del artículo 32.4 de la Ley de Propiedad Intelectual.

Existen diversas herramientas que nos permiten valorar de forma objetiva, tanto en el
ámbito de la psicomotricidad como la lateralidad y la escritura.

Este tipo de pruebas pueden basarse en la observación sistemática del niño,


complementar informes o cuestionarios, así como la realización de pruebas
estandarizadas, donde los alumnos deben realizar una serie de ejercicios o manipular
objetos, para valorar el nivel de maduración de una determinada habilidad o del aspecto
concreto que se esté evaluando. Una vez esté terminada la valoración y el diagnóstico
establecido, se procede con los programas de intervención específicos para la mejora de
desarrollo del alumno.

Para que los programas de intervención sean eficaces, es necesario definir el programa y
desarrollar las acciones correspondientes. Deben tener un plan de acción
secuenciado y organizado por fases, para conseguir los objetivos marcados, así
como responder a un diseño y una planificación adecuada Además, ha de poseer carácter
interdisciplinar, necesario, para fomentar la colaboración y aportación de otros campos,
como la medicina, la psicología, la terapia ocupacional, la neuropsicología, etc.

Los aspectos básicos de todos los programas de intervención son los siguientes:

» Adaptados a las necesidades concretas.


» Diseñados con criterios realistas y funcionales.
» Explicativos en sus diferentes fases.
» Eficaces y rentables en sus logros y resultados.
» Evaluado en sus diferentes fases.

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9.2. Prueba de evaluación de la motricidad y programas motrices

Evaluación motriz

Para realizar la evaluación motriz existen numerosos test que valoran los diferentes
componentes del desarrollo motor. Cada uno de estos test evalúa diferentes cualidades
relacionadas con este desarrollo y así es posible conocer el momento de desarrollo de un
aspecto motor concreto.

La evaluación del desarrollo motor tiene que aportar respuestas a las siguientes tres
preguntas (Rigal, 2006):

» ¿Qué puede hacer un niño?


» ¿Cómo lo hace?
» ¿Qué rendimiento consigue?

El educador en el centro escolar puede encontrar muchas oportunidades para la


valoración del desarrollo motor, pero es clave la participación del profesor de Educación
Física, tanto para la valoración como para la intervención en caso necesario.

A continuación, exponemos algunos instrumentos que pueden ser de utilidad:

» Cuestionario de madurez neuropsicológica infantil (CUMANI) para niños


de 3 a 6 años (Portellano, Mateos, Martínez, Granados y Tapia, 1999). Tiene una
primera escala de psicomotricidad que consta de siete áreas: caminar a la pata coja,
tocar la nariz con el dedo, estimulación de los dedos, andar en equilibrio, saltar con
los pies juntos, mantenerse en cuclillas con los brazos en cruz y tocar con el pulgar
todos los dedos de la mano.

» Inventario del desarrollo (Battelle), dirigido a niños de edad comprendida entre


0 y 7 años, adaptado por De la Cruz y González (1998). Su objetivo fundamental es la
evaluación de las habilidades fundamentales del niño en las distintas áreas del
desarrollo (personal o social, adaptativa, motora, comunicación y cognitiva). El área
motora de la prueba consta de cinto partes (control muscular, coordinación corporal,
locomoción, motricidad fina y motricidad perceptiva), con un total de 82 ítems entre
las cinco.

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» Escalas McCarthy de aptitudes y psicomotricidad (McCarthy, 1972), para


niños de 2 años y medio a 8 años y medio. Su principal objetivo es evaluar el desarrollo
cognitivo y psicomotor del niño a través de 18 pruebas, cinco de las cuales están
orientadas a la psicomotricidad (coordinación de piernas, coordinación de brazos,
acción imitativa, copia de dibujos y dibujo de un niño).

» El test de motricidad global de Ulrich (1985) evalúa la motricidad global y el


control de objetos de niños entre 3 y 10 años de edad. La motricidad global se mide a
través de pruebas como la carrera, el galope, el salto con una pierna, saltos, salto de
longitud con los pies juntos y movimiento lateral. El manejo de objetos es medido a
través del bateo de una pelota, regateo, coger un balón con las dos manos o
lanzamiento de una pelota.

» El inventario del desarrollo del niño entre 0 y 7 años de Brigance (1997)


evalúa el desarrollo del niño en once ámbitos diferentes como la autonomía, el
lenguaje, la escritura, el cálculo, etc. En cuanto al ámbito motriz, se centra en las
habilidades motrices y el comportamiento del niño, la motricidad global y la
motricidad fina.

» La escala de Sugden y Henderson Movement Assessment Battery for


Children (ABC) (Henderson, Sugden y Barnett, 2007) es un instrumento dirigido a
niños y entre los 4 y los 12 años, constituido por 4 formas adaptadas a las condiciones
de diferentes tramos de edad: 4 a 6 años, 7 a 8 años, 9 a 10 años y 11 a 12 años. Para
cada tramo de edad la batería consta de 8 tareas en torno a tres aspectos diferentes:
equilibrio, coordinaciones manuales y coordinaciones globales.

» La batería psicomotora (BPM) de Da Fonseca (2008) es un test de observación


para niños de Infantil y Primaria. Se compone de siete factores: tonicidad, equilibrio,
lateralidad, noción del cuerpo, estructuración espaciotemporal, praxia global y praxia
fina, subdivididos en veinte subfactores. Las tareas que componen la BPM tratan de
identificar el grado de maduración psicomotora del niño.

» Instrumento de evaluación de las habilidades motrices básicas (Fernández,


Gardoqui y Sánchez (2007). Las habilidades motrices a evaluar son: carrera, giros y
manejo de móviles para niños en Educación Primaria. Finalmente, queda constituido
por un total de quince tareas por cada habilidad y divididas en función de la edad y el
sexo.

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» Instrumento para la evaluación patrones motrices básicos de Jiménez,


Salazar y Morera (2013). Evalúa el desempeño de 10 patrones básicos del movimiento,
que dividen en: patrones locomotores (correr, galopar, brincar, saltar a distancia y
deslizamiento lateral), y patrones manipulativos (rebotar, lanzar por encima del
hombro, apañar, batear y patear).

Evaluación de los reflejos motrices

Para la evaluación de los reflejos se cuenta con una serie de recursos que nos indican el
nivel de maduración. De este modo, se puede establecer qué tipo de intervención es la
más apropiada.

La terapia de los reflejos precisa de una formación específica que normalmente no es


posible desde la escuela y dependerá de los recursos de los que se dispone (Goddard,
2005, 2012).

La falta de inhibición de los reflejos puede afectar al desarrollo motor y sus funciones,
generando graves alteraciones e impidiendo un aprendizaje adecuado. En ocasiones,
algunos niños pueden llegar a compensar ciertas anomalías presentadas por uno o dos
reflejos, pero no en las situaciones en las que la alteración es de un grupo de ellos.

Según Goddard (2005), la valoración de los reflejos se realiza en un parámetro del 0 al 4


con un resultado de 5 puntos. La numeración obtenida de la evaluación indica el tipo de
nivel de recuperación que precisa el niño.

A modo de resumen se presentan los siguientes niveles:

» Nivel 1. Si el niño tiene un resultado de más de 10 en los test de los reflejos primarios,
necesitará de un programa específico de estimulación o inhibición de los reflejos
adaptados a su perfil.

» Nivel 2. Una puntuación entre 8 y 10 en los test de reflejos primarios con una
puntuación de más de 12 en los reflejos posturales indica que es necesario un
programa individualizado.

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» Nivel 3. A los niños que obtienen nivel menor de 8 en cualquiera de los grupos de los
test de reflejos les puede ser muy beneficioso un programa más generalizado de
ejercicios para el desarrollo y se puede incorporar al día a día escolar.

Este autor, Goddard (2005), establece una serie de test para la valoración de los reflejos,
que pueden ser muy útiles para la identificación de las anomalías presentadas. El
diagnóstico del retraso en el desarrollo neuronal debe ser realizado por un
terapeuta cualificado.

Programas de intervención. Desarrollo motor.

En el momento de llevar a cabo un programa de motricidad es aconsejable tener en


cuenta algunas orientaciones generales que garanticen la recuperación y
rehabilitación de aquellos aspectos motrices que no se desarrollan de forma adecuada.

Cuando se diseña un programa de desarrollo motor, es clave tener presente que una de
sus finalidades es solucionar problemas ya presentes en el niño y no plantearlos
como prevención a futuras dificultades.

Otro aspecto importante es realizar una intervención personalizada, teniendo


presente las características y posibilidades de cada alumno.

Partiendo de estas orientaciones generales, ahora es importante el diseño de las


actividades a realizar en este tipo de programas. Para que los resultados sean los más
óptimos posibles hay que tener en cuenta que este tipo de actividades deben estar
encaminadas a fomentar el desarrollo y la organización neurológica, la estimulación
sensorial, exteroceptiva y propioceptiva, y el desarrollo motriz.

La información propioceptiva es la información que nos llega al cerebro a través de


la visión y el equilibrio y nos informa de cuál es nuestra posición en referencia al entorno.

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Figura 1: Ejemplo de información propioceptiva. Fuente:


http://www.difusionmedica.es/images/web/producto132_1222.jpg

La información exteroceptiva es la información que llega al cerebro a través de los


cinco sentidos procedente del mundo exterior.

Figura 2: Ejemplo de información exteroceptiva. Fuente: http://3.bp.blogspot.com/-


FWdwMm1RmfQ/VFz3k8qhHQI/AAAAAAAAAnk/o4Eq4FDpRMA/s1600/logo.jpg

Las sesiones de trabajo para el desarrollo motor, desde una perspectiva


neuropsicológica, es aconsejable que reúnan las siguientes características:

» Incluir tres tipos de ejercicios: neurotróficos, vestibulares y de coordinación.


» No se pasará de nivel hasta que no se haya automatizado el movimiento,
por lo que puede haber niños en el nivel 1 de neurotróficos y coordinación, pero en el
nivel 2 de vestibulares.
» El circuito debe tener una duración entre 45 y 60 minutos diarios.

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» En cada circuito se intercalarán ejercicios de los tres tipos.


» Cada ejercicio durará aproximadamente 5 minutos.

Programa de desarrollo motor


Neuromotor: 20 minutos.
Patrones Básicos Observaciones:
Carretilla: consiste en avanzar con las manos sujetando un compañero/a
los tobillos. Cuerpo completamente extendido, evitando elevar o hundir la
cadera, mirando la mano que avanza.
Tiempo: 5 minutos.
Ejercicios Vestibulares Observaciones:
Voltereta hacia delante y hacia atrás: realizar las dos volteretas
seguidas, intentando que entre una y otra el alumno/a se coloque en la
posición de partida.
Tiempo: 5 minutos.
Ejercicios de Braquiación Observaciones:
Braquiación: conseguir pasar la escalera horizontal colocando una sola
mano en cada peldaño, coordinando el balanceo del cuerpo con la cogida y
suelta de cada peldaño.
Tiempo: 5 minutos.
Ejercicios de coordinación. Observaciones:
Saltos: saltar con pies juntos y sin desplazamiento.
Tiempo: 5 minutos.
Tabla 1. Ejemplo de programación neuromotor.

Para realizar estos programas se hace necesario utilizar una serie de recursos materiales
específicos que nos permiten ejecutarlos con éxito. Algunos de estos materiales son
colchonetas, pelotas rítmicas, balancines, bancos suecos, escalera de braquiación, conos
de señalización, alfombras o reproductor de música.

Figura 3. Ejemplo de aula de neuromotor. Fuente: http://www.lasalleacapulco.edu.mx/wp-


content/uploads/2014/10/2.jpg

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Tipos de ejercicios para trabajar la motricidad global:

» Neurotrófico: arrastre, gateo, marcha, carrera y triscado.

o Nivel 0: realización de los patrones.


o Nivel 1: realización de los patrones con pauta sonora.
o Nivel 2: realización de los patrones con elementos distractores (recitar poesía, tabla
de multiplicar, retahílas…).

» Vestibulares: balanceo, volteretas, giros en longitud, rodado, postura del avión y


equilibrios.

o Nivel 0: realización de los patrones.


o Nivel 1: voltereta hacia atrás, voltereta hacia atrás y piernas abiertas, voltereta
hacia delante, piernas abiertas y extendidas, y voltereta hacia delante juntas y
extendidas.
o Nivel 2: equilibrios primero en el suelo, sobre una cuerda y sobre bancos suecos y
balancines. Lanzando y recepcionando una pelota. Equilibrios sobre diferentes
apoyos de pie y sobre un pie.

» Coordinación: braquiación, salto, lanzamiento, recepción y pateo.

o Nivel 0: realización de los patrones.


o Nivel 1: braquiación: colgarse, pasar de uno en uno, de dos en dos, con ritmo…
o Nivel 2: pies juntos, abriendo y cerrando piernas y brazos, saltar y girar.

En el aula se debe encontrar todo el material necesario y la programación para la


ejecución de cada sesión. En este tipo de intervención no tiene cabida la improvisación.
Además, es necesario que el alumno sienta la necesidad de exploración de forma activa:
que enfoque el descubrimiento en la búsqueda de soluciones a los problemas que se
pueda encontrar.

La incorporación y participación de los niños en las actividades depende, en gran


medida, de que estas se presenten de forma motivadora, de las posibilidades de
exploración que se les proporcionen, del entorno que tienen a su alcance y de la
intervención pertinente del profesor para orientar, guiar y enriquecer las acciones de los
niños.

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Aunque son muchos los autores que establecen directrices para aplicar en las
sesiones de educación motriz, Rigal (2006) destaca las siguientes:

» Son sesiones con un carácter lúdico, pero están enfocadas al aprendizaje y la


mejora de las habilidades motrices.

» Durante las sesiones hay que favorecer la acción motriz del niño en la mayor parte
del tiempo posible, evitando momentos de inactividad o eliminación del juego.

» El grado de dificultad que se propone en las actividades debe estar adaptado a las
posibilidades motoras y el nivel de desarrollo motriz de los niños.

» Incitar a los niños a descubrir por sus propios medios sus posibilidades motrices
para la búsqueda de soluciones a diferentes dificultades, del mismo modo que
conocer las dadas por otros niños.

» La práctica motriz es una actividad muy motivadora para los niños: es


conveniente ofrecer los ejercicios o sesiones de forma activa y divertida para ellos.

» Para favorecer la representación verbal o gráfica es conveniente hacer


representaciones puntuales de las actividades, sustituir la realización por la
representación.

» Elogiar o estimular de manera verbal a los niños cuando lo hacen bien y


animarles en el caso contrario, requiriendo siempre que sean creativos. Valorar el
esfuerzo como medio de conseguir el objetivo.

» Tener siempre preparados el material y el espacio antes de la realización de los


ejercicios.

» Las instrucciones deben ser siempre muy claras y concisas y la señal de parar ha
de estar totalmente asumida.

» Vigilar que se apliquen instrucciones de seguridad.

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Temporalización de las sesiones: la frecuencia de trabajo debe ser de 45 a 60


minutos diarios, cinco días a la semana, y se debe organizar en tres partes:

» Una primera parte de introducción a la sesión (5 a 10 minutos) donde se


explican los ejercicios que se van a realizar. Es un período de transición y
familiarización con la actividad.

» Una parte principal de unos 35 minutos en las que se realizan todas las
actividades encaminadas a la consecución de los objetivos propuestos.

» Una parte final de vuelta a la calma de unos 5 o 10 minutos durante la que


los alumnos pueden ayudar a la recogida del material que se ha utilizado.

Existen dos aspectos muy importantes que deben ser considerados para llevar a
cabo un programa de intervención motriz: los recursos materiales y el espacio con
el que contamos. El educador debe optimizar estos dos aspectos para mejorar y facilitar
la intervención.

Los materiales se pueden clasificar en tres grupos (Sugrañes y Ángels, 2008):

» Materiales de exterior fijos. Estos materiales se suelen encontrar en parques o


zonas de recreo infantiles, que favorecen la actividad motriz de: subir, bajar, saltar,
trepar, deslizarse, mantener el equilibrio y otros desplazamientos.

Figura 4. Ejemplo de material exterior fijo. Fuente: http://www.kompan.es/media/103813/slide-2.jpg

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» Materiales de exterior no fijos: neumáticos, triciclos, carretillas, balones,


cuerdas, aros, gomas de saltar, etc.

Figura 5: Ejemplo de material exterior no fijos. Fuente: http://www.posadasaventura.es/wp-


content/uploads/2016/06/slackline-industries-play-line-b.jpg

» Materiales de interior:
o Espalderas, redes, bancos, rampas, colchonetas finas y gruesas o túneles que
permitan subir, bajar, trepar o saltar, arrastrarse.
o Tacos, conos, picas, cuerdas, aros o bloques de goma espuma, que ayuden a crear
espacios diferentes.
o Elementos para trabajar el equilibrio como balancines, plataformas inestables o
bloques para formar caminos.
o Pelotas de diferentes tamaños, conos, vayas de goma espuma con los que poder
realizar todo tipo de ejercicios de coordinación.

Figura 6. Ejemplo de materiales de interior. Fuente:


http://www.colegiogloriafuertes.es/images/libro7_2.jpg

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El espacio en el que se realicen las sesiones de motricidad debe ser amplio y agradable.
El material debe disponerse de manera armónica, para que facilite los puntos de
referencia y orientación de los alumnos. El suelo debe ser confortable para que los niños
puedan realizar actividades descalzos, sin ningún problema, y las paredes deben tener
espejos para la realización de actividades de control postural.

9.3. Pruebas de lateralidad y programas de desarrollo lateral

Evaluación de la lateralidad

Los test que valoran la lateralidad están clasificados en dos tipos (Auzías, 1990):

» De preferencia. En este tipo de pruebas se pide al sujeto que realice diversas


actividades y se registra con qué lado ejecuta cada una de ellas.

» De eficacia comparada. En este tipo de test se pide al sujeto que realice la tarea
con un lado del cuerpo (normalmente con la mano), luego con la otra, y se compara la
calidad de la ejecución.

Para conocer la organización lateral del niño es necesario incluir en el protocolo los datos
del desarrollo y evolución del niño. En primer lugar, el historial de cada caso, donde
se realiza una entrevista a la familia para que aporte toda la información más relevante
de todos los antecedentes (dificultades en el desarrollo, alteraciones sensoriales,
motrices, línea de dominancia lateral familiar…), nivel de desarrollo prelateral y la
valoración de la lateralidad de los cuatro órganos (visual, auditiva, manual y pédica), así
como el nivel de automatización alcanzados.

Los métodos de valoración de la lateralidad son diversos y variados. Una serie de


pruebas nos facilitan la posibilidad de determinar la parte simétrica del cuerpo que
domina o que muestra mayor preferencia de uso:

» Inventario de lateralidad manual de Edimburgo (Oldfield, 1971). Se trata de


un cuestionario de autoinforme sobre la lateralidad manual. Evalúa la preferencia
manual a través de 10 actividades.

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» Prueba de lateralidad manual de Auzías (1977). Consta de veinte ítems que


permiten valorar la lateralidad manual en gestos que requieren motricidad fina,
intentando equilibrar las actividades monomanuales y bimanuales.

» Test de Harris (1957). Consta de siete test de preferencia manual, tres de


preferencia ocular y dos de dominancia pédica.

» Test de Zazzo (1984). Esta prueba está diseñada para estudiar las dominancias en
motricidad del individuo, con pruebas para valorar la preferencia del miembro
superior, inferior y de giro. También incluye pruebas para valorar la preferencia
ocular.

» Prueba de lateralidad de Subirana (1952). Esta prueba determina la lateralidad


corporal en la modalidad manual, pédica y ocular. Consiste en veintiuna actividades
para ejecutar manualmente, cinco para la lateralidad pédica y cuatro para la
modalidad ocular.

» Test de Bergés-Lézine (1975). Evalúa la dominancia de mano, pie y ojo. Para la


preferencia manual se realizan un total de cinco movimientos de una mano y siete de
carácter bimanual.

» Test de lateralidad de la prueba neuropsicológica. Adaptada por


Martín-Lobo, García-Castellón, Rodríguez y Vallejo (2011), del equipo de Instituto de
Neuropsicología y Educación. A partir de 4 años. Esta prueba valora la lateralidad
manual, pédica, ocular y auditiva a través de 10 acciones sencillas para cada índice
corporal. Se le pide al niño que realice cada una de las actividades específicas con cada
uno de los órganos y se anota el lado que usa en cada una de ellas.

Pruebas complementarias

Existen una serie de pruebas complementarias que facilitan el diagnóstico de la


lateralidad en caso de existir confusión en la dominancia o preferencia de uso de la mano.

Estas pruebas son las siguientes:

» Disposición espacial de los dibujos. En general, el diestro dirige los dibujos


(perfiles, animales) a la izquierda y el zurdo a la derecha.

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Figura 7. Dibujos dirigidos a la derecha. Fuente: https://s-media-cache-


ak0.pinimg.com/originals/6a/89/74/6a8974c4dbb46ff78285a69cbbc5a5a8.jpg

Figura 8. Dibujos dirigidos a la izquierda. Fuente: https://s-media-cache-


ak0.pinimg.com/originals/6a/89/74/6a8974c4dbb46ff78285a69cbbc5a5a8.jpg

» Comprobar la competencia bimanual de la escritura. Autores como Ferré,


Catalán, Casprima y Mombiela (2000) proponen realizar pruebas de escritura con las
dos manos al mismo tiempo y siguiendo un gradiente de complejidad que debe ser
acorde con la edad y el nivel de madurez del niño. El niño diestro invierte el texto
escrito con la izquierda, mientras que las inversiones del niño zurdo se producen con
la mano derecha.

» Dibujar espirales. Se puede pedir que dibuje una espiral y observar el sentido
direccional de la grafía, que es antihorario en el zurdo y horario en el diestro.

Otro aspecto importante de valoración es la actitud postural, especialmente la


inclinación de la cabeza en el momento de escribir o leer, dado que puede ser indicio de
un cruce o disfunción visual que incide en el lateralidad.

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Una vez pasadas las pruebas de lateralidad, hay que interpretar los resultados de
forma correcta para establecer los diferentes tipos de lateralidad: diestra, zurda,
diestro en proceso de lateralización de pie, diestro con cruce visual izquierdo, diestro con
cruce audición izquierda, lateralidad cruzada, etc.

Nos podemos encontrar casos con trastornos más complejos, como la zurdería
contrariada, en esos casos es necesario ampliar las pruebas. En caso de que
desconociéramos cómo intervenir en función de la persistencia de los cruces laterales y
de la observación de ambidextrismo o se presentaran dudas en los casos más complejos,
es imprescindible desviar a profesionales especializados.

Programas de intervención. Desarrollo de la lateralidad.

Cuando se va a desarrollar un programa de intervención para el desarrollo de la


lateralidad es necesario tener presentes algunas orientaciones:

» Todos los casos requieren una intervención muy bien estructurada,


sistemática y en la que es necesario tener en cuenta las fases de establecimiento de
la lateralidad y los automatismos.

» Asegurar la integración sensorial y motriz de la línea media de simetría


corporal.

» Es conocida la influencia de la lateralidad en los procesos de aprendizaje


(especialmente en el momento de iniciar la lectura, el cálculo y la escritura), por lo
que es clave el diagnóstico y la intervención temprana.

» El desarrollo de la lateralidad es un proceso largo que se puede favorecer


desde las primeras edades en el ámbito escolar y familiar, incluso antes de
iniciar los aprendizajes instrumentales básicos. Tal y como indican Ferré y Ferré
(2013), «antes de iniciar el aprendizaje instrumental, es muy importante que el niño
haya superado la fase alternante del ambidextrismo fisiológico y haya empezado a
definirse como diestro o como zurdo, aunque le queden años por delante para
desarrollar la dominancia completa».

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» Parte de la intervención debe estar destinada a estimular la función del cuerpo


calloso. Ferré y Ferré (2013) proponen actividades y ejercicios que favorecen esta
finalidad.

» Martín-Lobo (2003), después de grandes investigaciones, concluye que es necesaria


la incorporación en los programas de desarrollo de la lateralidad de los aspectos
implicados en la lateralidad visual, auditiva y motriz, así como el desarrollo de la
motricidad y de los patrones básicos del movimiento hasta su automatización, control
postural y desarrollo del sentido espacial y temporal.

Intervención para establecer la lateralidad con todo tipo de alumnos

Todos los casos necesitan intervención con las siguientes finalidades u objetivos,
según Ferré, Casaprima, Catalán y Mombiela (2006):

» Mejorar la organización: integrar la derecha e izquierda, intercomunicar al


máximo los dos hemisferios y desarrollar los patrones de ordenamiento motriz
cruzados y activar al máximo el cuerpo calloso. Para mejorar la organización y
establecer de forma correcta la lateralidad, es imprescindible desarrollar bien las fases
anteriores, de las que destacamos de forma especial la contralateralidad.

» Desarrollo de la contralateralidad: el niño va realizando los movimientos de


reptado de manera homolateral y posteriormente se convierte en contralateral.
Cuando empieza a utilizar las dos piernas y los dos brazos, se van resolviendo las
asimetrías y va automatizando los patrones de movimiento de manera adecuada. Al
desplazarse de forma contralateral, según Ferré y Aribau (2002), el niño es capaz de
coordinar el brazo derecho con la pierna izquierda y el brazo izquierdo con la pierna
derecha: en el sistema nervioso central se activa la vía cruzada de movimiento (vía de
control voluntario).

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Figura 9. Niño ejercitando el patrón contralateral del gateo. Fuente:


http://bp2.blogger.com/_z_vAZs2iMLI/R0x4d3V53aI/AAAAAAAAAn0/Eb9rsAGJ6AY/s1600-
h/158688%5B1%5D.jpg

» Se pone en funcionamiento la actividad del cuerpo calloso: este es un


momento importante para el desarrollo del niño, porque mediante el patrón
contralateral el niño inicia la percepción tridimensional a nivel de visión, audición y
tacto, además de otros avances en su sistema nervioso central.

Tipos de actividades para el desarrollo contralateral

Para el diseño de un programa de desarrollo lateral es esencial que cuente con un elenco
de actividades variadas y organizadas que reúnan las siguientes condiciones:

» Fomentar actividades del suelo: moverse y jugar en el suelo. Proporcionar


experiencias de diferentes tipos de superficies y suelos: blandos, rugosos, inestables,
etc.

Figura 10. Niños en una actividad de diferentes texturas. Fuente: http://2.bp.blogspot.com/-


62GQ6DFJBeI/UTNGnwO8XLI/AAAAAAAABmA/ut2HANi-HQw/s1600/maletin+gloria+082.JPG

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» Experiencias manipulativas: manipular objetos blandos, rugosos, etc., acercar


las manos y utilizarlas para manipular objetos grandes, pequeños, estáticos, móviles,
etc., manejar la pinza de los dedos índice y pulgar con objetos que requieren cada vez
mayor precisión.

Figura 11. Actividad de experiencias manipulativas. Fuente:


http://www.3ways2teach.com/wp-content/uploads/2015/07/2015-07-14-10.32.29.jpg

» Movimientos en espacios abiertos, en suelo de arena, de césped, de sierra o


montaña, en parques infantiles, en zonas de deporte y recreo al aire libre, realización
de excursiones, etc.

Figura 12. Niños realizando una excursión. Fuente: https://familink-


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TEMA 9 – Ideas clave 20 © Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)


Niveles Táctiles, Motricidad, Lateralidad y Escritura

Aplicación del proyecto ADI para la intervención en el desarrollo de la


lateralidad

El proyecto ADI (apoyo y desarrollo de la inteligencia) está diseñado para la aplicación


de programas neuropsicológicos en la intervención de los trastornos de la lateralidad. Su
carácter flexible permite la introducción de otros programas (lenguaje, ortografía,
escritura…), que sean necesarios para conseguir una intervención personalizada y
ajustada a las necesidades particulares de cada alumno.

Las fases de aplicación del programa son las siguientes:

1. Analizar los resultados de las pruebas neuropsicológicas aplicadas.

2. Aplicar un programa de intervención neuropsicológico para potenciar y


mejorar los factores visuales, auditivos, táctiles, motrices, gnosias espaciotemporales,
lenguaje y memoria.

3. Organización del plan:

o Programa visual y perceptivo: motricidad ocular, motricidad visomotora y


sacádicos. 5 minutos.
o Programa de desarrollo auditivo: atención, concentración, ritmo y localización de
sonidos. 5 minutos.
o Programa táctil: Utilizar plastilina para confeccionar y crear objetos, abecedario,
palabras de vocabulario, etc. 5-10 minutos.
o Programa motor: desarrollo neuromotor con patrones básicos: gateo, reptado,
arrastre, marcha, etc. 30 minutos.
o Programa de gnosias espaciotemporales: ejercicios de direccionalidad, figuras
geométricas, nociones temporales (día del mes, día de la semana, estación…). 5
minutos.
o Programa de lenguaje: trabajar vocabulario con ritmo, entonaciones diferentes,
deletreo, aprender rimas, trabalenguas, etc. 5 minutos.
o Programa de memoria: ejercicios nominal, numérico, a corto plazo, a largo plazo,
etc. 5 minutos.

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Niveles Táctiles, Motricidad, Lateralidad y Escritura

9.4. Pruebas y programas de escritura

Evaluación de la escritura

Para detectar los problemas de escritura durante las clases, a veces es suficiente con
disponer de unas pautas sencillas de observación que orienten acerca de aquellos
aspectos más básicos en los que nos debemos fijar.

En el correspondiente tema, se ha expuesto que las disgrafías son trastornos de


escritura cuyas causas pueden ser muy diferentes: funcionalidad visual y
auditiva, motricidad, coordinación visomotora, conexiones tactocinestésicas,
alteraciones práxicas y disléxicas. Puede haber diferentes grados y manifestaciones. Para
que exista un buen diagnóstico, según Martín-Lobo (2006), hay que llevar a cabo
pruebas básicas de escritura.

Los programas de la escritura normalmente se orientan a resolver problemas


neuropsicológicos, por lo que la intervención debe centrarse en superar los posibles
problemas perceptivos, de lateralidad, espaciotemporales, de lenguaje y memoria, de
ejecución y de expresión.

Algunas de las pruebas específicas de la escritura que se pueden utilizar son las
siguientes:

» El Proesc (Cuetos, Ramos y Ruano, 2004) está formado por seis pruebas: dictado de
sílabas, dictado de palabras, dictado de pseudopalabras, dictado de frases, escritura
de un cuento y escritura de una redacción. Los aspectos evaluados son el dominio de
las reglas ortográficas, de acentuación y de conservación fonema-grafema, el uso de
las mayúsculas y de los signos de puntuación, el conocimiento de la ortografía
arbitraria y la planificación de textos narrativos y expositivos.

» El test del análisis de lectoescritura (TALE) (Toro y Cervera, 1984) para niños
de primero y cuarto de Primaria evalúa la copia, el dictado y la escritura espontánea.

» TECI (Santibáñez y Sierra, 1989), enfocado a niños del primer ciclo de Primaria,
posee varias subpruebas: caligrafía, ortografía y composición.

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Niveles Táctiles, Motricidad, Lateralidad y Escritura

» Las pruebas de escritura de la batería psicopedagógica Evalúa-2, Evalúa-


4, Evalúa-6, Evalúa-8, Evalúa-9, Evalúa-10 (Martínez-García, 2009), para
niños del final del primer ciclo de Primaria hasta 4º de la ESO. Evalúa la ortografía,
el grafismo y la composición escrita.

Programas de intervención. Desarrollo de la escritura.

Al comenzar el aprendizaje de la escritura, algunos niños pueden encontrar dificultades


en el trazado de la grafía de las diferentes letras. En muchas ocasiones, estas se producen
por una falta de entrenamiento motriz previo.

Para tratar este tipo de disgrafías, García y González (2000) proponen las siguientes
cuestiones a tener en cuenta:

» Seguir estrictamente una secuencia adecuada para cada tipo de actividades: que
tengan una secuencia lógica en cuanto a la dificultad.

» Las actividades no deben durar en exceso, para evitar la monotonía. De esta


forma, se recomiendan actividades cortas, lo que no implica que se les tenga que
dedicar poco tiempo.

» Es importante que la práctica sea extensa a lo largo del tiempo, pero divididas
en sesiones cortas, para conseguir que se produzcan los automatismos motrices y
gráficos.

» En el desarrollo de las actividades debería haber dos niveles: uno manipulativo


vivencial, en el que el alumno deberá realizar y confeccionar los trazos que después
llevará a cabo en el cuaderno. Para ello, se pueden utilizar materiales plásticos, la
pizarra, agua, papel, etc. Un segundo nivel de ejecución de dichos movimientos es
en el papel. El tiempo del primer nivel dependerá del problema que presente el
alumno.

» Es importante trabajar el enlace entre los grafemas (en el caso de la escritura


enlazada), al mismo tiempo que se aprende el trazado de las grafías que
componen las letras.

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Niveles Táctiles, Motricidad, Lateralidad y Escritura

Para el aprendizaje de todos los procesos grafomotrices de la escritura existen gran


variedad de ejercicios:

» Para las destrezas motrices implicadas en la escritura, progresando desde las


actividades de movimiento «más gruesos» (pizarra, arena, etc.), hasta las más finas,
realizadas sobre el papel:

o Actividades encaminadas a la mejora de la tensión-relajación de brazos,


manos y dedos, realzadas en tendido dorsal y ventral (como levantar y dejar caer
brazos, extender brazos lateralmente e ir tensando y destensando sus diferentes
partes de manera progresiva, presionar sobre el suelo y distender mano, muñeca,
antebrazo, codo, brazo, etc.).

o Actividades para mejorar la prensión, para aprender a coger correctamente


el útil gráfico: prensión gruesa (empuje de objetos pesados, realizar movimientos
manuales con objetos en las mismas, tirar de una cuerda, recepción de objetos
lanzados mientras nos desplazamos) y prensión de los dedos en forma de pinza
(ensartar o encajar objetos, sacar y meter objetos en una caja, abrochar y
desabrochar, pasar las hojas de un libro).

o Actividades de presión con el útil gráfico para dominar el tono muscular


utilizado en la escritura (manipular material moldeable, exprimir esponjas,
oprimir balones de diferentes materiales, etc.).

o Actividades encaminadas a mejorar la direccionalidad y sentido de la


escritura (izquierda-derecha), así como la de los giros de las letras (movimientos
con las muñecas en diferentes sentidos, realización en el aire de los movimientos
de la escritura de las diferentes letras: primero sin el útil gráfico y después con él,
ejecución de los mismos gestos en la pizarra, etc.)

» Para mejorar las habilidades implicadas en el trazado de las distintas letras,


partiendo de la habilidades motrices anteriores y diferenciando dos niveles: uno con
apoyo de punteados y otro sin ayuda de los apoyos:

o Actividades sobre líneas rectas siguiendo la secuencia de líneas verticales,


horizontales, inclinadas y combinadas (recortado con tijeras, movimientos en el
aire, picado, formación con plastilina, etc.).

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Niveles Táctiles, Motricidad, Lateralidad y Escritura

o Actividades sobre líneas curvas de izquierda a derecha, primero en círculos y


después en semicírculos (formación de curvas con plastilina, rasgado con dedos,
picado, etc.).

o Actividades sobre dibujos (seguido de dibujos, calcado de figuras geométricas,


coloreado o relleno de figuras, etc.).

o Actividades sobre letras y palabras (copiado de los diferentes grafemas).

» Juegos que favorecen el desarrollo de las habilidades anteriormente


descritas: juegos con bolas, construcciones, cartas, juegos de petanca, etc.

9.5. Referencias bibliográficas

Auzías, M. (1990). Niños diestros, niños zurdos (1º edición 1977). Madrid: Visor D. L.

Bergés, J. y Lézine, I. (1995). Test de Bergès-Lézine. Barcelona: Toray-Masson.

Brigance, A. (1997). Inventaire du development de lènfant entre 0 et 7 ans. Vainer, Ont.


Centro franco-ontorien de resources pédagogiques.

Cuetos, F., Ramos, B. y Ruano, E. (2004). Proesc: Evaluación de los procesos escritores.
Madrid: TEA Ediciones.

Da Fonseca, V. (2008). Manual de observación psicomotriz. Barcelona: Inde.

De la Cruz, M. y González, M. (1996). Battelle. Inventario de Desarrollo. Madrid: TEA.

Fernández, E., Gardoqui, M. y Sánchez, F. (2007). Evaluación de las habilidades


motrices básicas. Barcelona: Inde.

Ferré, J. y Aribau, E. (2002). El desarrollo neurofuncional del niño y sus trastornos.


Visión, aprendizaje y otras funciones cognitivas. Barcelona: Lebón.

Ferré, J., Casaprima, V., Catalán, J. y Mombiela, J. (2000). El desarrollo de la


lateralidad infantil: niño diestro-niño zurdo. Barcelona: Lebón.

TEMA 9 – Ideas clave 25 © Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)


Niveles Táctiles, Motricidad, Lateralidad y Escritura

Ferré, J., Casprima, V., Caralán, J. y Mombiela, J. (2006). Técnicas de tratamiento de


los trastornos de la lateralidad. Barcelona: Lebón.

Ferré, J. y Ferré, M. (2013). Neuropsicopedagogía infantil. Bases neurofuncionales del


aprendizaje cognitivo y emocional. Barcelona: Lebón.

Martínez-García, M. (Coord.) (2009). Pruebas de escritura de la Batería Psicopedagógica


Evalúa-2, Evalúa-4, Evalúa-6, Evalúa-8, Evalúa-9 y Evalúa-10. Madrid: Instituto de
orientación psicopedagógica asociados EOS.

García, J. y González, D. (2000). Dificultades de aprendizaje e intervención


psicopedagógica [Volumen II]. Madrid: EOS.

Goddard, S. (2005). Reflejos, aprendizaje y comportamiento. Barcelona: Vida


Kinesiología.

Goddard, S. (2012). Attention, Balance and coordination. The A.B.C. of learning success.
Malden, MA: Wiley-Blackwell.

Harris, A. J. (1957). Lateral dominance, directional confusión and reading disability.


Journal of Psychology 44, 283 – 294.

Herderson, S., Sugden, D. y Barnett, L. (2007). Movement Assessment Battery for


Children-second edition. Londres: Pearson Assessment.

Jiménez, J., Salazar, W. y Morera, M. (2013). Diseño y validación de un instrumento para


la evaluación de patrones básicos de movimiento. Motricidad. European Journal of
Human Movement, 31, 87-97.

Martín-Lobo, P. (2003). La lectura. Procesos neuropsicológicos de aprendizaje,


dificultades, programas de intervención y estudio de casos. Barcelona: Lebón.

Martín-Lobo (2006). El salto al aprendizaje. Cómo obtener éxito en los estudios y


superar las dificultades de aprendizaje. Madrid: Palabra.

TEMA 9 – Ideas clave 26 © Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)


Niveles Táctiles, Motricidad, Lateralidad y Escritura

Martín-Lobo, P., García-Castellón, C., Rodríguez I., Vallejo, C., (2011). Test de
lateralidad de la prueba neuropsicológica. Instituto de Neuropsicología y Educación.
Madrid: Fomento.

McCarthy, D. (2006). Escalas McCathy de aptitudes y psicomotricidad para niños.


Madrid: TEA ediciones.

Oldfield, R.C. (1971). The assessment and analysis of handedness: the Edinburgh
Inventory. Neuropsychologia, 9, 97-113.

Portellano, J., Mateos, R., Martínez, R., Granados, M. y Tapia, A. (1999). CUMANIN.
Cuestionario de Madurez Neurposicológica Infantil. Madrid: TEA Ediciones.

Rigal, R. (2006). Educación motriz y educación psicomotriz en Preescolar y Primaria.


Barcelona: Inde.

Santibáñez, J. y Sierra, J. (1989). TECI. Madrid: CEPE.

Subirana, A. (1952). La droiterie. Archives Suisses de Neurologie et de Psychiatrie, 69,


321-359.

Sugrañes, E. y Ángels, M. (2008). La educación psicomotriz (10-8 años). Barcelona:


Graó.

Toro, J. y Cervera, M. (1984). Test del anállisis de lectoescritura (TALE). Madrid:


Aprendizaje Visor.

Ulrich, D. (1985). Test of Gross Motor Development. Texas: Pro. Ed.

Zazzo, R. (1984). Manual para el examen psicológico del niño (7ª edición). Paris:
Delachaurx et Niestlé.

TEMA 9 – Ideas clave 27 © Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)


Niveles Táctiles, Motricidad, Lateralidad y Escritura

Casos prácticos

Bernardo, 11 años, dificultades en su aprendizaje

Bernardo tiene 11 años, cursa 6º de Educación Primaria, presenta dificultades en su


aprendizaje y suspende casi todas las áreas curriculares. Sus padres han solicitado un
estudio al Departamento de Orientación del centro, dado que no saben cómo ayudar a su
hijo.

Además, se muestra, en ocasiones, desanimado y muy desmotivado por los resultados


académicos. Bernardo se esfuerza e intenta cumplir con las tareas y el estudio marcado
en clase.

El comportamiento de Bernardo es adecuado. En algunas clases se distrae con facilidad,


es muy lento haciendo las tareas. Pone mucho interés al comenzar el trabajo pero, poco
a poco, decae y se desanima. Lee con dificultad y no tiene una lectura comprensiva.

Las calificaciones escolares son las siguientes:

» Lengua: Suspendido.
» Matemáticas: Suspendido.
» Ciencias Sociales: Aprobado.
» Biología: Aprobado.
» Educación Física: Notable.
» Inglés: Suspendido.
» Francés: Suspendido.
» Tecnología: Aprobado.

Departamento de Orientación

Se decide pasarle las siguientes pruebas:

» Prueba neuropsicológica. Se observaron factores neuropsicológicos mejorables en las


áreas de motricidad y área vestibular, lenguaje, lectura y escritura.
» Lateralidad cruzada: ojo y oído izquierdo y mano y pie derecho.

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Niveles Táctiles, Motricidad, Lateralidad y Escritura

» Test I.T.P.A. La edad psicolingüística que nos aporta es de 9 años y 10 meses como
media, existiendo un desfase de un año y un mes.
» Test de inteligencia WISC-IV

El CI total es de 110, se encuentra dentro del intervalo normal. El CI verbal, puntúa 90


situándose en la media normal, pero en un parámetro más bajo.

Orientaciones para la mejora del aprendizaje

» Programa para el desarrollo de la Lateralidad.


» Programa para el desarrollo del lenguaje: comprensión auditiva, comprensión visual,
integración gramática y la memoria secuencial auditiva.
» Programa de lectura y tacto. Vocabulario.
» Orientación para la categorización de la información. Uso de esquemas y
herramientas básicas de estudio.
» Programa para la mejora de los procesos de lectura.
» Orientaciones para la planificación del estudio y la toma de decisiones.

TEMA 9 – Casos prácticos 29 © Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)


Niveles Táctiles, Motricidad, Lateralidad y Escritura

Lo + recomendado

No dejes de leer…

Un nuevo test de valoración de la lateralidad para los profesionales de la


Educación Física

Mayolas, C. (2003). Un nuevo test de valoración de la lateralidad para los profesionales


de la Educación Física. Apuntes Educación Física y Deportes, 71, 14-22.

En este artículo podemos comprobar la validez de un nuevo test para la valoración de la


lateralidad donde se profundiza en la valoración y conocimiento de los coeficientes de
cinco miembros de lateralidad (los miembros superiores, los miembros inferiores, el
ocular, el sentido de giro y el corporal) y datos sobre el esquema corporal, el equilibrio y
la coordinación del sujeto. Proporciona información de gran valor para la evaluación y el
entendimiento de la lateralidad.

Accede al artículo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=500525

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+ Información

A fondo

El salto al aprendizaje. Cómo obtener éxito en los estudios y superar las


dificultades de aprendizaje

Martín-Lobo, P. (2006). El salto al aprendizaje. Cómo obtener éxito en los estudios y


superar las dificultades de aprendizaje. Madrid: Palabra.

En este libro, la autora Pilar Martín-Lobo nos orienta y


justifica cómo prevenir las dificultades en el momento
que se presenten y aprender a trabajar con los niños a
cualquier edad y conseguir alcanzar seguridad personal y
una autoestima ajustada. La autora aquí nos muestra qué
diferencias son las responsables para que un niño pueda
obtener sobresaliente frente a otro que no consigue
superar los objetivos de la asignatura. El libro va dirigido
a padres para orientales y prevenir las dificultades de
aprendizaje y también es muy útil para cualquier
profesional de la educación y el aprendizaje de un niño.

TEMA 9 – + Información 31 © Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)


Niveles Táctiles, Motricidad, Lateralidad y Escritura

Procesos e instrumentos de evaluación neuropsicológica educativa

Martín-Lobo, P. y Vergara-Moragues, E. (Coords.) (2015). Procesos e instrumentos de


evaluación neuropsicológica educativa. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y
Educación (CNIIE).

Esta herramienta recoge los últimos avances en el área


de la neuropsicología aplicada a la Educación. Es un
recurso actual de gran utilidad para todos los
profesionales, bajo el prisma de la neuropsicología. Hace
un recorrido desde la justificación teórica hasta la
intervención, por áreas, de diferentes trastornos. La
aplicación de programas neuropsicológicos es la base de
estudio en esta asignatura.

El desarrollo neurofuncional del niño y sus tastornos. Visión, aprendizaje y


otras funciones cognitivas

Ferré, J. y Aribau, E. (2002). El desarrollo neurofuncional del niño y sus tastornos.


Visión, aprendizaje y otras funciones cognitivas. Barcelona: Lebón.

En este libro, el doctor Jorge Ferré plasma cómo está


relacionado el desarrollo visual con el aprendizaje. En él se
exponen todo los procesos neurofuncionales que desarrolla
un niño en el momento del aprendizaje, desde que nace hasta
la edad escolar. El desarrollo infantil es un trabajo en el que
pueden intervenir muy variados profesionales, como
logopedas, psicólogos, optometristas, maestros. Este libro es
un gran recurso para cada uno de ellos.

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Webgrafía

Elisa Aribau

La web de la optometrista comportamental y del desarrollo, y además cofundadora del


Aula de Formación Aribau-Ferré, ofrece en su página web un elenco de recursos y
herramientas que ayudan a profundizar en el conocimiento de la lateralidad. Muestra
pruebas, casos prácticos, diagnósticos y materiales diversos que nos aportan grandes
conocimientos en este campo.

Accede a la página web a través del aula virtual o desde la siguiente dirección:
http://www.elisaribau.com/

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Niveles Táctiles, Motricidad, Lateralidad y Escritura

Test

1. ¿Qué evalúan los test del desarrollo motor?


A. Los test evalúan exclusivamente el desarrollo motor global del niño.
B. Los test valoran la capacidad de desarrollo neuromotor del niño.
C. Estos test nos permiten conocer el desarrollo de un aspecto motor concreto.

2. Los reflejos pueden afectar al desarrollo motor del niño.


A. Los reflejos inhibidos siempre afectan al desarrollo motor del niño.
B. Algunos reflejos inhibidos pueden perjudicar el desarrollo motor el niño.
C. Si el grupo de reflejos es grande puede afectar al desarrollo motor y sus
funciones.

3. Cuando se realiza una valoración de los reflejos primitivos y obtenemos unos


parámetros que nos indican un nivel 1, ¿quién debería realizar su intervención?
A. El profesor de Educación Física.
B. Un terapeuta especializado.
C. No es necesaria la intervención.

4. Son programas de desarrollo motor:


A. Organización neurológica, estimulación sensorial exteroceptiva.
B. Estimulación sensorial exteroceptiva y propioceptiva.
C. Organización neurológica, estimulación sensorial exteroceptiva y propioceptiva
y desarrollo motriz.

5. ¿Qué tipo de ejercicios se deben de trabajar en un programa para el desarrollo de la


motricidad global?
A. Neurotróficos, coordinación y volteretas.
B. Neurotróficos, coordinación y vestibulares.
C. Neurotróficos, vestibulares y rítmicos.

6. Según Auzías (1990) las pruebas de lateralidad pueden dividirse en dos grupos:
A. De preferencia o de eficacia comparada.
B. De eficacia comparada o de dominancia.
C. De preferencia y dominancia.

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Niveles Táctiles, Motricidad, Lateralidad y Escritura

7. En la evaluación de la lateralidad es importante también valorar:


A. La inclinación de la cabeza, si trabaja con la mano derecha y el ojo izquierdo o
al revés y si existen alteraciones visuales.
B. Solo si existen alteraciones visuales.
C. Las alteraciones visuales y auditivas.

8. La disgrafía es un trastorno de la escritura cuyas causas pueden ser muy diferentes,


por lo tanto, su intervención debe centrarse:
A. Solo en los aspectos específicos de la escritura.
B. Solo en los aspectos específicos de la escritura y la lateralidad.
C. En todos los aspectos que intervienen y en los específicos de la escritura.

9. Los programas de intervención de la escritura, cuando son problemas


neuropsicológicos, deben trabajar los posibles problemas de:
A. Percepción, espaciotemporales, lenguaje, ejecución y expresión.
B. Percepción, lateralidad, espaciotemporales, lenguaje, memoria, ejecución y
expresión.
C. Solo en percepción y lateralidad.

10. ¿Qué serie de aspectos deben tenerse en cuenta en el momento de diseñar las
actividades para tratar los distintos tipos de disgrafías, según García y González (2000)?
A. Secuencia adecuada, no excesivamente largas, sesiones cortas y trazo de las
grafías.
B. Secuencia adecuada, no excesivamente largas, sesiones cortas, manipulativas y
de ejecución y trazo de las grafías.
C. Sesiones cortas, manipulativas y de ejecución y trazo de las grafías.

TEMA 9 – Test 35 © Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)

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