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Universidades

ISSN: 0041-8935
udual1@servidor.unam.mx
Unión de Universidades de América
Latina y el Caribe
Organismo Internacional

Trejo Delarbre, Raúl


Comunicólogos y comunicadores. Entre la torre de marfil y el torrente mediático
Universidades, núm. 47, septiembre-diciembre, 2010, pp. 8-19
Unión de Universidades de América Latina y el Caribe
Distrito Federal, Organismo Internacional

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UDUAL, México, n. 47, septiembre-diciembre 2010, pp. 8 - 19. ISSN 0041-8935

Comunicólogos y comunicadores. Entre la torre de


marfil y el torrente mediático

R aú l Tr e j o D e l a r b r e
Investigador en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
Correo-e: rtrejo@unam.mx

Quienes investigamos a los medios de comunicación opinamos acerca de ellos. Todos, puesto que los contem-
tenemos un objeto de estudio habitualmente inasible, plamos a cada momento, nos consideramos especialistas
prácticamente omnipresente, cotidianamente desafian- en asuntos de televisión, por ejemplo. Así que cuando

te, constantemente voluble y que, desde luego, suscita reconocemos la necesidad de tomar distancia respecto de
una inevitable fascinación. Vivimos rodeados -a menudo los medios de comunicación para estar en condiciones de
circunscritos- por ellos. No hay actividad pública que se analizarlos con suficiente perspectiva, también tenemos
sustraiga a los medios de comunicación que, cada vez que advertir que resulta preciso tomar distancia, además,
con más frecuencia, se imbrican con la vida privada de de las opiniones habituales de la gente.
manera imprudente y preocupante. Entretenimiento
e información, y por lo general también aprendizaje y
cultura cívica, se encuentran entreverados con los me- Embeleso y distancia respecto de los
dios tradicionales y, de manera creciente, con las redes medios
de información e intercambio digitales. La política y la
creación de consensos, así como el mantenimiento y la Los medios tienen, en las personas, efectos variados,
propagación de disensos, están ceñidos por el ágora en versátiles e incluso contradictorios, pero por lo general
vivo y en directo, tan contundentemente ubicua como intensos. Muchas decisiones cotidianas y desde luego
drásticamente simplificadora que conforman los medios la percepción que podemos tener acerca de nuestro
y, de manera especial y notoria, la televisión. entorno y del mundo, las construimos a partir de los
Todo eso lo sabemos, puesto que forma parte de mensajes mediáticos. Sometidas por o colocadas ante la
nuestro contexto habitual. Pero no somos los únicos. La difusión continua y con frecuencia pertinaz de mensajes
preeminencia de los medios la experimentan, advierten mediáticos, las personas reaccionan a ellos para admitirlos
y padecen todos nuestros vecinos, amigos y conciudada- o rechazarlos, pero casi nunca les son indiferentes.
nos, independientemente del sesgo disciplinario con el No queremos decir, en absoluto, que los medios
que estén involucrados. Para decirlo de manera más llana: influyan de manera mecánica, como alguna vez sugirieron
todos vivimos con los medios, de tal manera que todos los marcos conceptuales que proponían la resignación de
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la sociedad ante un influjo tan presuntamente irremedia- no determinan sus temas de investigación, sino que esos
ble de la televisión o la radio que de manera simplista se temas los eligen a ellos.
le llegó a identificar con una aguja hipodérmica. Como Una tercera fuente de atracción que nos ofrecen
sabemos la gente reacciona ante los medios, o deja de los medios es como participantes en ellos. A veces
hacerlo, de acuerdo con su experiencia, contexto e inte- ocurre que, de manera ocasional, nos invitan a ofrecer
reses. Los comportamientos y opiniones que las personas una opinión acerca de algún tema relacionado con los
suelen tener acerca de los contenidos mediáticos son medios y que se presume conocemos. O puede suceder
expresión de un sentido común de la sociedad -quizá que nos comprometamos a ocupar de manera regular
colmado de prejuicios y animosidades, pero también de un espacio en la prensa, en la televisión o la radio. La
mimetización y complacencia ante tales contenidos- que visibilidad pública que nos dará esa comparecencia en el
es preciso reconocer, sin magnificarlos ni menospreciarlos, foro mediático, incluso cuando se trata de espacios con
si queremos entender a la comunicación de masas y las pequeñas audiencias, a veces resulta suficiente para que
secuelas que alcanza entre sus públicos. perdamos la perspectiva acerca de la auténtica relevancia
La presencia ubicua y constante de los medios sus- que puede tener ese involucramiento con y en algún
cita una atracción que a menudo se entremezcla con el medio de comunicación.
embeleso. Para quienes nos interesamos en ellos desde el
trabajo académico, dicha seducción se despliega al menos
en tres vertientes. Por una parte, los medios, sobre todo Comunicología y comunicación
los de índole audiovisual, nos llaman la atención como a

cualquier otro de sus espectadores. Las capacidades en En esas ocasiones, de comunicólogos, nos convertimos (o
ocasiones casi hipnóticas de la televisión -cuyas imágenes creemos que eso estamos haciendo) en comunicadores.
convocan a zambullirnos en ellas con tanta intensidad Aunque esos términos son tan similares que a veces se
que a menudo nos desconectamos de otras fuentes de les utiliza de manera equívoca, tienen diferencias que
interés- o la envolvente seducción que ejerce la radio -que debiéramos interesarnos en establecer con toda precisión.
nos impele a completar con imaginación las convocato- La comunicología estudia a los medios. La comunicación
rias acústicas que propaga- nos atraen con tanta fuerza es el efecto de comunicarse. El comunicólogo observa,
como a cualquier televidente o radioescucha. analiza, clasifica, pone en contexto y, en la medida de
En segundo término resulta casi inevitable no inte- sus aptitudes, explica a los medios de comunicación. El
resarse, más allá del acercamiento analítico e intelectual, comunicador, se desempeña profesionalmente en tales
en nuestro objeto de trabajo. ¿Cuántos de nosotros no medios. Los comunicólogos estudian, entre otros asuntos,
hemos experimentado cierto apego por la empresa de el quehacer de los comunicadores. [La comunicología
televisión, el programa radiofónico o el periódico cu- tiene numerosas vertientes analíticas: el estudio de la
yos contenidos, historia, estructura o influencia hemos comunicación y algunas de sus audiencias; o la comu-
analizado durante algún tiempo? O, viceversa, ¿cuántos nicación en y desde las organizaciones: o la historia, la
colegas no han elegido una historieta, una telenovela, un economía, el derecho y la comunicación, etcétera, etcé-
asunto cubierto por la prensa o cualquier otra expresión tera. Las reflexiones que se esbozan a continuación se
comunicacional únicamente porque nos atrajo como refieren de manera específica a la vertiente mediática de
consumidores mediáticos antes de diseccionarlos con la comunicación, es decir, el estudio de los medios].
recursos del análisis académico? No son pocos los colegas Los comunicadores, eventualmente, acuden a los
que consideran, con cierta coartada displicente, que ellos comunicólogos para que contribuyan a discutir o explicar
algún asunto relacionado con los medios. Así lo hacen
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con especialistas en los más variados temas. Como todos Para decirlo de otra manera: cuando los comunicó-
sabemos, es frecuente que, sobre todo cuando se trata logos hacen las veces de comunicadores, es posible que
de asuntos públicos de notoriedad coyuntural, en los esté en juego algo más que la oportunidad de conquistar
medios comparezcan expertos en economía, derecho, los 15 minutos de fama que en esta sociedad mediática
medicina o literatura, entre muchas otras disciplinas. La se han convertido en aspiración ineludible de acuerdo
opinión de esos especialistas ayuda a entender la caída en con la máxima warholiana.
los mercados bursátiles, la presentación de una iniciativa A todos –bueno, a casi todos– les gusta aparecer
de ley, el hallazgo de un nuevo tratamiento para una en- en los medios. Una charla en la radio, un sound bite en
fermedad o la publicación televisión o aunque sea una
de una novela exitosa: se breve cita en un reportaje
trata de contribuciones periodístico, confieren una
que aderezan y comple- notoriedad fugaz pero en
mentan la oferta que los ocasiones intensa. Desde
medios les presentan a sus luego, los sistemas mediáticos
audiencias. se han diversificado tanto
Cuando se trata de que son más los que no se
asuntos relacionados con enterarán que aquellos que
los medios mismos la voz sí hayan escuchado, mirado
del experto en asuntos comunicacionales tiene otras o leído la declaración del comunicólogo que acude a
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implicaciones. Cuando un profesor de comunicación opinar acerca de algún asunto de su especialidad. Pero
es llamado para opinar sobre un programa televisivo, o aun así la propagación que alcanzará esa opinión será
acerca de una fusión entre empresas de ese campo, o por lo general muy superior a la que tengan los libros, los
para ocuparse de las implicaciones mediáticas que tiene ensayos académicos o el esfuerzo docente de ese analista
algún asunto social o político, además del contexto y las de la comunicación.
opiniones que puede aportar es posible que contribuya
a favorecer la presencia pública e incluso los intereses de
la empresa mediática en la cual comparece. O, en otros Dilemas del intelectual mediático
casos, puede coadyuvar a perjudicar a una empresa o a un
medio rival del que le ofrece espacio a ese comunicólogo. La participación de profesionales del análisis social y es-
No queremos asombrarnos de pronto ante la evidencia pecíficamente del análisis mediático no es reciente en la
de que en esta vida, y particularmente cuando se trata de prensa, tanto escrita como electrónica. Pero la necesidad
asuntos públicos, no hay contribuciones inocentes. Todo de los medios para diversificar sus contenidos, la misma y
contenido mediático tiene implicaciones según sus inten- ya señalada expansión de las empresas comunicacionales
cionalidades explícitas e implícitas y de acuerdo también, y, aunque en menor medida, el requerimiento de sus pú-
según apuntamos antes, con las circunstancias de sus blicos para recibir interpretaciones especializadas sobre
receptores. Pero ya que es evidente que todo mensaje los más variados temas, han favorecido la proliferación
mediático tiene consecuencias es pertinente reconocer de opiniones a cargo de académicos.
que, en el caso de los medios, tales implicaciones están Algunos autores, inicialmente en Francia pero la
directamente relacionadas con el contexto y los intereses denominación se ha extendido hasta nuestros países,
de las empresas de comunicación. denominaron intelectual mediático al profesional de la
academia o de la cultura cuya aparición en los medios no
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sólo le confiere reputación específica sino, incluso, llega ahora es un espectáculo y tú formas parte de él”. El atro-
a condicionar sus enfoques, el lenguaje y el discurso que pellado formato televisivo impidió que aquella profesora
ofrece en los espacios comunicacionales. Al intelectual tuviera tiempo para replicar.
mediático se le califica así de manera peyorativa, o con Cruda y tajante la explicación de aquel productor,
dejos a veces inocultables de rivalidad y codicia profesio- que aquí reproducimos palabras más o menos, establecía
nales, pero casi nunca sin apasionamientos. La profesora las coordenadas que de manera inevitable ciñen la pre-
española María Santos Sainz, acudiendo a la discusión sencia de intelectuales y, específicamente, de expertos
francesa sobre la relación entre cultura y televisión, ha en comunicación cuando comparecen en los medios y
escrito que el intelectual mediático es: “una especie de muy especialmente en la televisión. Digan lo que digan,
híbrido entre periodista-escritor y que lo único que pro- independientemente del estilo que asuman, cuando
pone es el fast food cultural, fast thinking –pensamiento quienes trabajan con ideas críticas y formulaciones
rápido (prét á penser) – adaptado a los tiempos mediáticos: analíticas acuden a los medios, deben sacrificar rigor en
‘telegenia, fotogenia, emociones y urgencia’ ”. 1
aras de la simplicidad. Sobre todo han de reconocer que
En América Latina las referencias a ese profesional participan de un evento determinado por las reglas del
de la cultura, imbricado vistosa y en ocasiones discutible- mercado mediático que es, antes que nada, la industria
mente con los medios, suelen enfatizar la legitimación del espectáculo.
que los académicos y/o escritores aportan a las empre- Intelectuales y medios y, en el caso que nos ocu-
sas comunicacionales cuando atienden a sus llamados. pa, comunicólogos y comunicadores, suelen guardar
En otro sitio2 hace algunos años relatamos cómo, a una relación de atracción y desconfianza mutuas. Los
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comienzos de 2002, cuando estaban por iniciarse las medios acostumbran buscar especialistas que confieran
transmisiones de Big Brother en la televisión mexicana, credibilidad al comentario de los asuntos más diversos,
a la empresa Televisa le hacía falta airear el debate que pero recelan de las parrafadas que propinan no pocos
había en torno a ese programa. Los cuestionamientos del escritores y profesores a la menor interpelación. Los
grupo conservador denominado “A Favor de lo Mejor” intelectuales , entre ellos cada vez más especialistas en
amenazaban con quitarle publicidad. Entonces el progra- comunicación, tienen el privilegio de ser invitados a opi-
ma Zona Abierta, dedicado a la discusión de asuntos de nar acerca de asuntos que les interesan y se benefician de
interés público y que se transmitía en el Canal 2 en horario la presencia pública que les otorgan los medios, aunque
de media noche, organizó una sesión con defensores con frecuencia malician del tratamiento que puedan
y críticos de Big Brother. En uno de los momentos más recibir sus palabras.
encendidos del debate, una respetada y muy apreciada Y es que a cambio de los 15 segundos de fama
profesora universitaria que imparte clases en la carrera mediática que puedan alcanzar, los académicos e in-
de Comunicación les reprochaba a los responsables de telectuales que acuden al llamado de las empresas de
Gran Hermano la manera como exhibirían la vida privada comunicación tienen que sacrificar el fondo y la forma
de una docena de personas. “Es que todo en la televisión del discurso reflexivo y explicativo que, antes, han cons-
es espectáculo”, le replicó el productor de la versión de truido para ser propalado en las aulas y en los libros. Los
Big Brother en Argentina, justificando el formato de esa medios de comunicación y peculiarmente la televisión,
serie pero, además, ofreciendo una concisa explicación son diseñados a partir de esquemas en donde la variedad,
de la función más importante de ese medio. “Claro que la sorpresa y la fugacidad resultan más importantes que
no”, insistió la profesora, seguramente pensando en otras la consistencia y la escrupulosidad.
opciones que podría ofrecer la televisión. “Por supuesto Allí se encuentra una de las manifestaciones de
-replicó el realizador argentino. Esta reunión que tenemos la eterna tensión entre veleidad y calidad en la progra-
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mación televisiva. Como la primera suele desplazar a la vertientes e implicaciones que hay en cada problema,
otra, el contexto más frecuente cuando los especialistas permiten un análisis ponderado por encima o más allá de
en comunicación o en cualquier disciplina comparecen simpatías, prejuicios o emociones del investigador.
en ese medio, está conformado por una diversa cuan El contexto mediático suele ser refractario a ese
banalizadora sucesión de episodios, imágenes, anécdotas, discurso. Acicateado por la velocidad que sus productores
sensaciones y diversiones por lo general distintos al tema han querido consustancial al desempeño de los medios
a cuyo debate están invitados esos expertos. No es inusual contemporáneos, el académico sometido al formato
que las reflexiones más articuladas y juiciosas queden mediático apenas si tiene tiempo para expresar algunas
camufladas con el resto del espectáculo televisivo, en frases, sin espacio suficiente para articularlas con la caden-
medio de anuncios de dentífrico, la tabla de goleo de la cia que suele dominar en el discurso universitario.
liga de futbol y el éxito musical más reciente. Nadie espera que un físico explique la teoría de la
relatividad en los 30 segundos que encuentra disponibles
a la mitad de un programa de televisión o, en nuestro
Discurso académico y simplificación caso, que podamos describir la teoría de las mediaciones
mediática o la metodología hermenéutica en medio minuto. Pero
aun los asuntos de la agenda mediática cotidiana por
El discurso académico suele descansar -o eso, al menos, los cuales pueden ser requeridos los comunicólogos,
se presume- en una exposición racional de hechos, que tendrán que ser referidos con la velocidad que exigen
son puestos a discusión y a partir de los cuales se extraen las costumbres imperativas y perecederas de la televisión.
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conclusiones. Como siempre hay excepciones pero en Aunque se trate de ofrecer un juicio express acerca de
ese discurso, tanto o más que desembocar en corolarios las telenovelas como espejos culturales de la sociedad, la
estridentes o sorprendentes, lo que importa es el camino mediatización de los eventos deportivos o las implicacio-
para llegar a unos u otros resultados. En ese examen la nes de la televisión en la cobertura de acontecimientos
delimitación de matices, así como la identificación de las políticos, el comunicólogo tendrá que prescindir de cual-
quier marco teórico, olvidarse de sus
ilustradas referencias bibliográficas,
hacer a un lado el cotejo de expe-
riencias nacionales o internacionales
y parapetarse en la contundencia de
la frase drástica.
Constreñidos por el apresura-
miento estructural de la televisión, los
académicos convocados a ese medio
tendrán que optar por la sentencia
tajante, tan concisa que difícilmente
podrá llegar más allá de la adjetiva-
ción encomiástica o descalificadora
pero inevitablemente maniquea.
A los políticos, desde hace va-
rias décadas les sucede algo similar.
Por conveniencia, pero también por
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ignorancia, suelen suponer que hoy en día no tienen la prensa parece encontrarse en un proceso de involución
otro recurso para lograr y mantener consensos entre los respecto de su función analítica. La creciente competen-
ciudadanos que el sometimiento a los espacios y las reglas cia que significan los medios electrónicos, la paulatina
de la televisión. La omnipresencia social de ese medio les pero invariable caída en las tasas de lectura de diarios,
ha llevado a estar persuadidos de que no hay elección, o la frecuente perplejidad ante el despliegue de Internet y
proyecto público, que pueda ganarse si no es con el aval la incapacidad de sus editores para encontrar el nuevo
televisivo. Aunque se ha demostrado que una presencia perfil que podría alcanzar en este nuevo contexto, está
mediática intensa no significa necesariamente más votos convirtiendo al periodismo impreso en un híbrido sin
en las elecciones ni mayores índices de aprobación en las personalidad propia. La nueva usanza en los diarios es la
encuestas, nuestros políticos han contribuido a reforzar la compactación de las notas, el acrecentamiento de la ti-
idolatría por la televisión. Consecuentemente, se desviven pografía para los encabezados, una nueva jerarquía de las
por una pizca de rating en ese medio y acceden a sacri- imágenes y el sacrificio del texto porque, se considera, los
ficar su discurso -y, cuando los tienen, sus programas de lectores están tan habituados a la televisión y al ordenador
gobierno- estrujando en unas cuantas frases sus ofertas a que ya no tienen tiempo ni ganas para leer el periódico.
los ciudadanos. Rehenes del marketing político, a menudo Rezagadas respecto de los medios electrónicos, las noti-
han supuesto que la modulación de la voz, el color de cias en la prensa les dicen poco o nada a esos lectores. Las
la corbata y la sonrisa delante del teleprompter son más imágenes en papel, difícilmente rivalizan con las que ya
importantes que el fondo de sus propuestas. han sido vistas en el televisor. Pero en vez de aprovechar
Así también, la condescendencia al formato habitual su mejor ventaja comparativa que son los contenidos, los
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en la televisión no solamente simplifica sino, cada vez más, editores de diarios suelen sacrificar el espacio destinado
distorsiona y adultera el discurso de los intelectuales y aca- a reportajes y textos de análisis.
démicos cuando acuden a los medios de comunicación. La explicación de los acontecimientos ocupa un sitio
Aunque en estas líneas nos referimos fundamentalmente cada vez más irrelevante en los periódicos. Los artículos
a la televisión, tales observaciones pueden ser aplicables editoriales tienden a quedar comprimidos a unas cuantas
a la radio que, a pesar de tener mayores márgenes para la líneas. Igual que en la televisión, la densidad es desplazada
disquisición, también está dominada por los apremios de por la espectacularidad. El razonamiento apenas puede
tiempo y la exigencia de espectacularidad. En una tertulia restringirse a silogismos simplísimos o, de preferencia,
radiofónica puede haber espacio para que un especialista cede su lugar a las sentencias contundentes. Los espa-
se demore uno y hasta dos minutos en ofrecer una ex- cios de opinión son ocupados por nuevos y antiguos
plicación -la misma explicación que en el salón de clases políticos, o por personajes de la farándula, los medios, el
puede extenderse durante una hora, o que en un libro deporte y otras actividades de intensa visibilidad pública.
quizá alcanza una decena de páginas. Pero aunque haya Es frecuente que locutores y conductores televisivos, de
logrado precisar argumentos, razonamientos y matices, a pronto resulten ser analistas en la prensa escrita.
los radioescuchas les llamará más la atención la perorata En medio de ese elenco es donde académicos e
de otro contertulio si en vez de explicar pacientemente intelectuales, entre ellos los comunicólogos cuando son
resuelve su posición en un par de imprecaciones, cuanto invitados a escribir en la prensa, tienen que desempeñar-
más altisonantes más mediáticamente eficaces. se. No está mal poder discernir en público acerca de un
Algo similar está sucediendo en la prensa escrita. asunto relevante y actual, sobre todo si se trata de una
Aunque proverbialmente ha sido el espacio privilegiado contribución por escrito que es de esperarse aparezca
del intercambio racional -en la acepción que Habermas publicada completa y respetando la secuencia y el estilo
explica cuando se refiere al espacio y a la esfera públicos-, argumental que su autor decida imponerle, aunque sea
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en el apretado espacio de cuando mucho medio centenar transmitida. De la misma manera que un cientista social
de líneas. Pero cuando no es en un artículo que le ha sido entrevistado por un periódico puede estar seguro del
solicitado, sino en una entrevista, el comunicólogo, igual trabajo editorial al que serán sometidas sus declaraciones,
que cualquier otro declarante que se tome en serio a sí y que puede dejarlas perfectamente irreconocibles”. 3
mismo, puede esperar con El mismo autor explica,
aprensión la publicación de manera contundente, el
de sus declaraciones. No es propósito habitual de los
infrecuente que después medios de comunicación
de una entrevista de una cuando requieren la cola-
hora, en el transcurso de boración de los académicos:
la cual ha procurado ser “A estos analistas… no se les
especialmente cuidadoso pregunta lo que piensan so-
para que su explicación bre un determinado hecho o
la registre puntualmente problema social sino simple-
el periodista que lo buscó mente lo que opinan”. 4
para conversar, el comu- Opinar, evidentemen-
nicólogo, como cualquiera de sus colegas en el mundo te, no es una tarea tan ambiciosa ni de tantos alcances
académico, encuentre que de sus opiniones solamente intelectuales como analizar. Vale la pena distinguir entre
se publicó un par de líneas: casi siempre, las que fueron opinadores y analistas para comprender de qué sirve, y
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más rotundas. Así ha ocurrido siempre en la prensa. Pero a quién sirve, la actuación los comunicólogos cuando se
de un tiempo a la fecha, la mimetización que buena desempeñan, además, como comunicadores.
parte del periodismo impreso ha decidido tener con los Con los señalamientos anteriores no queremos
formatos audiovisuales, está conduciendo a una todavía decir que el comunicólogo deba permanecer al margen
mayor simplificación, junto a una más frenética búsqueda de los medios. Además de ser su objeto de estudio, la
del sensacionalismo. televisión, la radio o la prensa -y desde luego, con otras
características, los nuevos medios- constituyen espacios
que pueden contribuir a la divulgación de las reflexiones
Frases expresivas y efectistas y aportaciones forjadas en el trabajo académico. Pero
nadie, como el comunicólogo, está en mejor capacidad e
Hipotecados a los formatos mediáticos los comunicólo- incluso en la obligación para comprender perfectamente
gos, que puesto que es su campo de estudio algo saben las implicaciones y consecuencias que puede tener su
de la banalización y el esquematismo a los que es tan eventual presencia en los medios de comunicación.
proclive la televisión, con frecuencia encontrarán casi Cuando un comunicólogo se involucra en los medios, el
natural la fabricación de un discurso conceptualmente efecto que puede alcanzar esa participación es cualitati-
menguado aunque resulte retóricamente abultado. En vamente distinto al que tiene el trabajo de un profesor de
palabras del profesor ecuatoriano José Sánchez Parga: arquitectura que además de sus tareas docentes diseña
“Cuando un cientista social se hace presente en TV deberá un edificio, o de un médico que además de explicar en el
escoger un conjunto de frases lo suficientemente expresi- aula cómo se hace una cirugía, la practica regularmente
vas y efectistas (no necesariamente las más inteligentes o en el quirófano.
inteligibles), para que además de ser entendidas merezcan La cercanía con los medios le permite al comunicólo-
ser recordadas, más por la imagen literaria que por la idea go saber, en los hechos y no solamente desde el cubículo
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o a partir del libro de texto, cómo se hacen la radiodifusión embargo, no hay que dejar de tomar en cuenta que, con
o el periodismo. Aparecer en televisión o declarar en un frecuencia, los directivos y operadores de los medios de
diario, no implica forzosamente convalidar la política edi- comunicación están dispuestos a que en esos espacios
torial de la empresa televisiva o del periódico en donde sean cuestionados todos o casi todos los actores de la
se reproducen los puntos de vista de un comunicólogo. vida pública con una excepción: allí es infrecuente la
Con esa perspectiva el profesor Raúl Rodríguez Ferrándiz, visión crítica acerca de los medios mismos y muy funda-
de la Universidad de Alicante, ha explicado: mentalmente de la empresa o el consorcio propietarios
Es evidente que el papel del intelectual ha cambiado de la estación o el periódico en donde se presenta el
mucho en este último siglo. La ciencia y la Universidad especialista en comunicación.
se han especializado cada vez más, y es difícil que sus Las posibilidades para que en un canal televisivo de
corpus teóricos, esotéricos en grado sumo, puedan Rede Globo en Brasil puedan ser señalados los errores
imponerse en la conformación de la opinión y el en- que hubo en un programa de esa emisora, o para que
cauzamiento de las voluntades públicas. Los medios en una estación del Grupo Clarín de Argentina haya una
de masas son los foros donde la contribución del in- opinión crítica a un artículo publicado en el diario del
telectual se hace relevante, a condición de someterse mismo nombre, son previsiblemente escasas. En la tele-
a las formas del medio. Pero considerar orgánico a visión oficial de Venezuela son prácticamente imposibles
todo intelectual que interviene en los medios, y por los cuestionamientos a posiciones políticas distintas a las
ello inapelablemente sedicente y traidor, es sin duda del gobierno que controla los medios no comerciales en
excesivo. 5 ese país. En Televisa, el siempre refrenado afán crítico que
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Lo es, en efecto, de la misma manera que resultaría pueda haber en algunos espacios en los canales de ese
ingenuo suponer que toda participación mediática está consorcio mexicano tiene como límites infranqueables los
desprovista de las inflexiones, los intereses y las implica- intereses mercantiles y políticos de dicha empresa.
ciones que le impone el contexto del medio en donde Se podrá decir que resulta inevitable que tales me-
tiene lugar. Para los académicos, acceder a los medios dios se sustraigan a las prioridades de los consorcios que
en ocasiones implica un reconocimiento al trabajo que los manejan. Y en efecto, en sistemas mediáticos ceñidos
han realizado y desde luego, una ocasión para contribuir a la hegemonía de corporaciones privadas la fuerza de
al entendimiento del tema que son invitados a explicar. tales intereses suele desplazar a cualesquier otro. Pero los
Las tareas de divulgación que, después de la docencia y medios de radiodifusión cuentan con responsabilidades
la investigación, constituyen las asignaturas nodales de sociales y jurídicas que tendrían que acotar la preponde-
las universidades, pueden desarrollarse aunque sea en rancia del beneficio empresarial.
parte en los espacios que, por interés o necesidad, los En algunos países de América Latina el siempre
medios de comunicación abren a voces y expresiones intenso poder de los medios se multiplica cuando unas
de la academia. cuantas corporaciones manejan muchas concesiones de
televisión y radio, acaparando audiencias e inversión pu-
blicitaria pero sobre todo la atención del público. Cuando
Los medios no se cuestionan a sí mismos se encuentran supeditados a mercados de televisión o
radio monopolizados por unos cuantos consorcios, los
Para los especialistas en comunicación la presencia en ciudadanos son rehenes de la concentración mediática
los medios puede ser una oportunidad de coadyuvar y sus posibilidades para acceder a enfoques plurales en la
en la construcción, entre los ciudadanos, de una actitud información y el examen de los acontecimientos públicos
reflexiva respecto de la televisión, la radio o la prensa. Sin quedan sustancialmente coartadas. Ese es el contexto en
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el cual, con frecuencia, los comunicólogos de distintas a pesar de sus heterodoxas posiciones políticas e incluso
regiones y realidades latinoamericanas comparecen en a contrapelo de los intereses de los medios alcanzaron
los medios de comunicación. escritores como Jean Paul Sartre, en América Latina se ha
En esas condiciones no resulta extraño el desinterés dicho “intelectuales mediáticos” de aquellos que sacrifi-
de los medios, al menos de los que alcanzan mayor cober- can rigor y densidad en sus argumentaciones con tal de
tura y presencia sociales, para abrir espacios a la delibera- recibir el beneplácito de las empresas comunicacionales.
ción de las realidades comunicacionales. Por lo general, Gracias a ese acceso, los académicos y pensadores que
cuando en la televisión se discuten contenidos televisivos se convierten en personajes de la televisión y la prensa
o de otros medios, es dentro de programas dedicados a consiguen llegar a segmentos de la sociedad a los que
la murmuración farandulesca, equívocamente denomi- no alcanzarían con sus libros y que jamás se asomarían a
nados “del corazón”, cuyos conductores y productores una de sus cátedras universitarias.
no tienen escrúpulo alguno para entrometerse en la vida Con intencional sarcasmo, hace algunos años el
privada de los personajes públicos. En algunos espacios filósofo Martín Hopenhayn, profesor en la Universidad
en la radio y sobre todo en la prensa, a veces hay interés de Chile y cuyo agudo pensamiento ha incursionado
en el análisis de los medios pero fundamentalmente venturosamente en la reflexión acerca de la comunicación
como complemento a las guías de entretenimiento. A y la cultura, escribió varias parodias de lo que dirían unos
diferencia de otras regiones del mundo, en donde los intelectuales de otros. La opinión de un presunto pero
asuntos relacionados con los medios de comunicación representativo “intelectual crítico” sobre un también hipo-
aparecen en las secciones de información política o social, tético “intelectual mediático”, va en el siguiente tenor:
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en distintos países de América Latina todavía es frecuente No quiero parecer grave en mis juicios; pero cada
que el de los medios sea un tema relegado a las páginas vez que lo veo en televisión me da la impresión que
de espectáculos o, cuando se trata específicamente de ha privilegiado de tal modo el acto comunicativo
las empresas mediáticas, a las secciones de información por sobre la sustancia, que incluso él mismo termina
financiera. El especialista en medios, en comparación con convencido de que la realidad es bastante simple.
otros colegas de las ciencias sociales, padece esa desven- Ha sacrificado la profundidad en aras de la anchura,
taja adicional cuando colabora en un espacio periodístico. y ha sustituido el desarrollo del conocimiento por su
En contraste con los politólogos y los sociólogos, cuyas traducción al público masivo. Pero inevitablemente
contribuciones se publican en las páginas editoriales, los se aplica aquí lo de ‘traductor-traidor’. ¿Pensará él lo
artículos de los comunicólogos suelen aparecer junto a mismo? Se le atribuye una función loable, a saber,
las fotografías de actrices y la cartelera de televisión. ilustrar al público general, tejer un puente entre la
sensibilidad de masas y la reflexión de los intelec-
tuales. A veces logra, lo admito, adecuar ciertas citas
Inteligencia retórica y gratificación narcisista de filósofos como rúbrica en sus comentarios sobre
contingencia. Pero siempre queda la sensación de
Hablar de intelectuales mediáticos o, en nuestro caso, de que lo hace como si se tratase de una jugada en un
comunicólogos habilitados como comunicadores, permite tablero, y que el tablero fuese su propia imagen como
describir una realidad que se ha venido extendiendo en intelectual frente a la sociedad. Siempre parece tan
las relaciones entre el mundo académico y el resto de la razonable, y su elocuencia es capaz de desplegarse en
sociedad pero también, evidentemente, esa expresión lapsos cada vez más cortos. Ha comprimido el tiempo
tiene implicaciones peyorativas. Aunque inicialmente fue de la reflexión crítica en el tiempo de una opinión
utilizada en Francia para describir la presencia pública que frente a las cámaras. Y así, casi sin darse cuenta, da
Universidades
UDUAL, México, n. 47, septiembre-diciembre 2010, pp. 8 - 19. ISSN 0041-8935

opiniones sobre todo. Porque se lo consulta acerca entre otros factores, la adhesión de exponentes de los
de todo, incluso de aquello que probablemente él ámbitos intelectual y académico.
jamás ha investigado o pensado. Y es tal su hábito de Para una empresa de comunicación la participación
responder, que siempre tiene alguna respuesta frente de profesores y pensadores es importante, pero dista de
a cualquier pregunta, y siempre la presenta como si ser su prioridad cuando está en busca de legitimación
fuese el resultado de una reflexión previa. Y como el ante sus televidentes o radioescuchas. Y en un contexto
hábito hace al monje, él termina creyendo que sabe de escasa o nula competencia, cuando las opciones en ese
de todo, cuando en realidad opina de todo, que no campo se reducen a una o dos, a la televisión le interesa
es lo mismo. Cierto: son opiniones sensatas, algunas poco el prestigio que le puedan conferir los académicos
más imaginativas que otras, y que tienen la virtud de o intelectuales. Para esas empresas, en tales condiciones,
seducir al auditorio con brochazos de inteligencia la función de pensadores y escritores, y desde luego de
retórica. La cuestión es si esa inteligencia retórica del los comunicólogos cuando llegan a invitarlos, puede ser
intelectual de la televisión tiene como fin último la simplemente de complemento en su programación: de
gratificación narcisista del emisor o el estímulo a la relleno, para decirlo en términos francos.
reflexión en el auditor. 6

Con frecuencia, desde una perspectiva en extremo Universidades en busca de notoriedad


ideologizada pero entendible en virtud de la mala fama
que los medios mercantiles suelen tener en el mundo Por otra parte, si bien la legitimación que un profesor o
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académico, se considera que quienes participan en un intelectual le pueda prestar a los medios varía según
espacios mediáticos contribuyen a legitimar a las empre- cada circunstancia; el prestigio y la notoriedad que éstos
sas de comunicación. Seguramente así ocurre, aunque reciben pueden convertirse en elementos de legitimación
no siempre en la medida para esa persona dentro de
en que suponen quienes su propio ámbito de trabajo
insisten en ese efecto de la e influencia. Es de suponerse
colaboración intelectual y que los académicos más
académica con los grandes conocidos gracias a sus apa-
medios. riciones mediáticas tengan
Las empresas de co- mejores posibilidades para
municación requieren de que sus libros se vendan.
distintas vertientes para Hasta ahora, el desempeño
prestigiarse ante la sociedad. como comunicadores que
La más importante de ellas llegan a tener los comuni-
es la confianza que les pue- cólogos ha sido una tarea
dan dispensar sus audiencias, al tomarlas como fuentes complementaria y en muchos casos marginal a sus obli-
de información y entretenimiento. Cuando los públicos gaciones principales que son las de índole docente y en
de la televisión o de cualquier otro medio disponen la investigación académica.
de varias opciones para entretenerse e informarse, las Cuando un profesor concede una entrevista en
empresas de comunicación necesitan mejorar su oferta televisión, hace un comentario en la radio o publica un
de mensajes, buscan competir entre sí con más variadas artículo en la prensa, a esas tareas se les considera úni-
propuestas en materia de contenidos y tratan de obtener, camente como actividades adicionales puesto que no
Comunicólogos y comunicadores. Entre la torre de marfil y el torrente mediático.
Raúl Trejo Delarbre

forman parte de sus responsabilidades académicas. En las Además de la distorsión que puede implicar en las
evaluaciones de esa índole, para resolver el ascenso de prioridades y el desempeño de las tareas sustantivas de
los profesores e investigadores o para otorgarles becas, las universidades, esa promoción de la notoriedad me-
sobresueldos y otros respaldos que existen en algunas diática tiene implicaciones en la organización del trabajo
universidades latinoamericanas, la participación en me- e incluso, como advierte el ya citado Sánchez Parga, en la
dios no se toma en cuenta o únicamente forma parte, identidad de los profesores universitarios cuando atien-
habitualmente accesoria, de las tareas de divulgación. den más a los medios que al salón de clases, el laboratorio
Sin embargo, cada vez se extiende más la costum- o el cubículo:
bre de considerar que, al participar en medios –es decir, Quizás nada… separa tanto al docente universitario no
al convertirse en comunicadores aunque sea de manera ya del aula y su docencia sino de su misma identidad
esporádica– los académicos ayudan a darle notoriedad científica y académica como su transformación en
a la institución universitaria para la cual trabajan. Esa intelectual mediático, al imponerle una forma de pensar
concepción solamente es posible cuando en los cuerpos y de enfocar los problemas totalmente diferente de la
directivos de las universidades se estima que el nombre forma de razonar y de plantearse las cuestiones y los
de sus profesores, desde luego junto con su adscripción conocimientos en términos académicos y científicos.
institucional, debe ser mencionado con insistencia en los En este sentido el intelectual mediático, de manera aná-
medios de comunicación. loga al transformado en ‘consultor’ o ‘experto’, no sólo
Al considerar que las universidades compiten por abre un vacío entre el espacio mediático y el ámbito
el reconocimiento de la sociedad y que éste se expresa, académico y científico del aula sino que se marginaliza
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entre otros factores, en la presencia mediática de sus y vuelve extraño respecto de éstos. 8
profesores, se supone que las tareas de tales instituciones
se encuentran ceñidas, aunque sea parcialmente, a un Habrá quienes precisen que al propagar sus cono-
mercado en donde la reputación no depende necesa- cimientos en los medios, los académicos rompen el ais-
riamente de la calidad ni la utilidad de la investigación y lamiento que frecuentemente padecen las universidades
la docencia sino de la habilidad de quienes desempeñan en relación con las realidades y exigencias de la sociedad.
esas tareas para llegar al escenario comunicacional. En principio así se le puede considerar a esa participación
En nuestros países, ya comienza a suceder que al- que, como indicamos antes, implica limitaciones severas
gunas universidades privadas incluyen la participación de para difundir el discurso y los conocimientos académicos.
sus profesores en medios de comunicación para resolver El alejamiento que llegan a experimentar las universidades
primas salariales y estímulos escalafonarios. Esa manera respecto de sus sociedades tiene causas muy variadas y
de premiar la notoriedad mediática, puede significar de ninguna manera podría resolverse con una estrate-
malas noticias para el desarrollo propiamente académico gia de “posicionamiento mediático”. Por lo demás ese
y se sintoniza con una tendencia que se aprecia en otras apartamiento, cuando existe, se traduce sobre todo en
latitudes. En Australia, por ejemplo: “Los requerimientos carencias o distorsiones en las políticas académicas y de
para singularizarse de las universidades contemporáneas ninguna manera significa que los profesores se encuen-
buscando legitimidad, ‘identidad de marca’ y ampliar su tren en condiciones sustancialmente privilegiadas en
posición de mercado bajo condiciones de un sistema comparación con la sociedad de la cual forman parte.
de educación superior más mercantilizado y privatizado, Cuando nos referimos a la torre de marfil como se dice en
han vuelto frecuentes los apurados intentos para situar al el título de estas consideraciones, lo hacemos de manera
conocimiento académico dentro del discurso mediático esencialmente metafórica: la depauperación de numero-
de todos los días”. 7
sas universidades públicas, así como la mercantilización
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de muchas universidades privadas, han deteriorado las accesorio, e incluso meramente ornamental, a la progra-
condiciones laborales de los profesores, especialmente mación que ya ha sido diseñada y resuelta bajo criterios
en los niveles más básicos de los escalafones acadé- habitualmente distanciados del interés público.
micos. Solamente los profesores de larga antigüedad Cuando en el campo de la academia analizamos
y con reconocimientos y sobresueldos variados, llegan a los medios, una de las motivaciones que nos asaltan
a tener remuneraciones medianamente satisfactorias. con mayor frecuencia es la aspiración para contribuir
Para la mayoría la inestabilidad laboral, las condiciones a reformarlos, una vez que reconocemos las muchas
de trabajo precarias, los salarios bajos, las prestaciones limitaciones y menoscabos que nuestros sistemas de
cortas e incluso las jubilaciones irrisorias (no son pocos comunicación imperantes implican para la sociedad. Es
los académicos que siguen trabajando mucho después difícil resignarse únicamente a contemplar a los medios,
de la edad reglamentaria no por desmedida vocación sin involucrarnos en la lid para modificarlos. Parodiando
sino por irremediable necesidad) son elementos de una a Marx en su célebre undécima tesis sobre Feuerbach, los
realidad incómoda e injusta. La posibilidad de desarrollar comunicólogos por lo general no han hecho más que
una carrera académica es un privilegio. Pero a esa distin- interpretar de diversas maneras a los medios, pero de lo
ción no siempre se la resguarda con garantías laborales que se trata es de transformarlos. Sí, pero para ello resulta
suficientemente satisfactorias. preciso entenderlos, aquilatarlos, examinar a los medios
Delimitada así la torre de marfil, o convertida con con rigor y más allá de las pasiones que suscitan. Para
frecuencia en condominio repleto de goteras y a pesar cambiar a los medios es preciso entenderlos, también,
de todo habitable, la implicación con los medios por con el fin de que ellos no nos cambien a nosotros –o para
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parte de los comunicólogos, igual que otros académi- entender de qué maneras nos están cambiando–.
cos, puede significar complementos a las insuficientes
remuneraciones que percibe la mayoría de ellos. Pero, Notas
además, el aliciente mediático puede compensar o re-
1 María Santos Sainz, “Cultura y televisión en Francia”, en Estudios sobre
emplazar, según sea el caso, el reconocimiento que los el mensaje periodístico, n. 9, Universidad Complutense, Madrid,
profesores no siempre encuentran en sus instituciones 2003, p. 36.
académicas. 2 Este y los siguientes dos párrafos aparecieron, en una versión inicial,
en nuestro artículo “El espejo mediático”, en Nexos, n. 295, México,
*** julio de 2002.
No hay un paradigma capaz de resolver los dilemas 3 José Sánchez Parga. Una “devastación de la inteligencia”: Crisis y crítica
que aparecen en la relación entre comunicólogos y me- de las Ciencias Sociales. Editorial Abya Yala, Quito, 2007, p. 185.
Consultado en Google Books: http://books.google.com . Cursivas
dios de comunicación. En un escenario ideal, los primeros en el original.
tendrían que contribuir a la comprensión del desempe- 4 Ibid.
ño y los efectos mediáticos. Los medios, en tanto, sería 5 Raúl Rodríguez Ferrándiz, Apocalypse Show. Intelectuales, televisión y
fin de milenio. Biblioteca Nueva. Universidad de Alicante, Madrid,
deseable que encontrasen referentes críticos en quienes
2001, p. 129.
tienen por tarea el análisis de su desempeño. 6 Martin Hopenhayn, “Los intelectuales latinoamericanos descritos por
Los puentes entre estudiosos y docentes por un sus (im) pares”, en Estudios Públicos, n. 82, Santiago de Chile, otoño
2001. Disponible en www.cepchile.cl
lado, y profesionales y empresas de la comunicación por
7 David Rowe and Kylie Brass, “The uses of academic knowledge: the
el otro, son naturales, necesarios y desde luego deseables, university in the media”, en Media, Culture and Society, v. 30, n. 5,
siempre y cuando cada una de esas partes reconozca la September 2008, London, p. 678.
función social de la otra. Pero esa relación padece des- 8 Sánchez Parga, cit., p. 295.

igualdades ingentes cuando en el campo de los medios


se mira a la participación académica como un recurso

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