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El Tlaltocán Chinampero en Decadencia. Final
El Tlaltocán Chinampero en Decadencia. Final
En el presente texto se estudian los diversos motivos por los cuales se ha abandonado a la
chinampa en una suerte de contaminación, destrucción e inverosímil “desencanto” por parte
de los propios productores, habitantes de la misma zona y de la entidad delegacional de
Xochimilco que parte desde una perspectiva de la ecología política.
Cabe mencionar que dentro del trabajo aquí presentado, de la información recabada
señalamos como puntos nodales los antecedentes históricos como factores que marcaron las
relaciones sociales y su entorno en la zona del Área Natural Protegida y sus habitantes,
mismos que consideramos el inicio del desecamiento y penuria de los canales y sus
implicaciones eco-políticas en la actualidad y para ello se utilizara la metodología weberiana
para analizar la situación.
Es importante señalar que una de las deficiencias que se pueden encontrar dentro de este
escrito son las referentes a la profundidad de la investigación debido a que, en un primer
caso, factores como el tiempo no nos permitió entrevistar a un número mayor de personas
que trabajan en las chinampas y que impiden una mejor precisión sobre los efectos sociales
y económicos que se viven en la zona estudiada; en segundo término, al hacer mención de
las instituciones como la SEDEREC, SAGARPA, CORENA, y la Secretaria de Medio
Ambiente nos limitamos solamente a hacer uso de la información que en las páginas
oficiales de dichas instituciones y dependencias se proporciona y por ende dicha
información puede ser mínima y poco detallada.
Gutiérrez Sánchez Karla Fabiola y
Avila García Luis José
Introducción
Uno de los legados que nos dejaron los antiguos habitantes de la zona lacustre del Valle de
México fueron las chinampas: áreas de tierra a modo de islotes, aptas para el cultivo y
construidas para la agricultura con características muy peculiares por su estructura, sus
técnicas de siembra, sus magníficas cualidades acuíferas, su sustentabilidad, rendimiento,
fertilidad y funcionamiento que han marcado la historia del valle y que en la actualidad, si
bien su situación es crítica, han traspasado la barrera local y nacional, llamando la atención
de diferentes países del mundo.
Su supervivencia conforme al paso del tiempo y pese a ser una construcción humana que
por ende necesita un mantenimiento para su perdurabilidad, se ha resguardado en dos
factores importantes. En primer lugar la actividad agrícola, debido a que a través de la
misma, permite el mantenimiento, la producción y el tipo de relación social que se da en
ella. En segundo lugar la demanda de los productos que derivan de la actividad agrícola,
debido a que mantienen en mediana forma rentable dicha actividad y que a su vez permiten
seguir trabajando la tierra.
agroquímicas y por la introducción de tilapias”, esto último, debido a las políticas que
fomentan la pesca.
Esta “forma de vida incluye valores, normas, instituciones y artefactos, y se considera que
es una forma organizada transmitida de generación en generación”.1 Así los conocimientos
y la interacción generan una estructura social basada en la colaboración, libre de
competencia, que establece lazos de solidaridad.
Por otra parte, la zona urbana al estar en contacto con formas de pensamiento y modo de ver
el mundo diferentes y que estrechamente se relacionan con una ideología de carácter
mercantil, utilitarista e individualista sometido a una lógica tanto racional como
instrumentalista basa sus interacciones en relaciones sociales de un carácter meramente
egoísta en donde los lazos de solidaridad son más escasos.
Esta visión se apoya en la idea de que es mejor vivir en una zona urbanizada, puesto que las
bases materiales que se tienen son más prosperas, atractivas y accesibles, desvirtuando el
trabajo artesanal y tradicional de ámbitos como la tierra y el trabajo agrícola.
El contraste que se tiene entre estas dos formas de vida y de actividad: las zona chinampal
y las zona conurbada o urbanizada aledaña a las parcelas pone de relieve las desventajas que
la primera tiene sobre la segunda.
Una desventaja más con la cual ha logrado subsistir la actividad chinampera es debido a los
escasos apoyos económicos que brinda el gobierno a través de sus instituciones o
dependencias y que deben cumplir con ciertos requerimientos que más adelante se
describen.
1
Niver, A. “Defining Culture”: www.public.asu.edu/-niver/My%20Syllabus%20SPFSspring2002Night.htm
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Todo esto se conjuga en un interés particular que refiere al abandono de las parcelas, a la
desconfianza y desilusión de los productores para con el gobierno, con la comunidad urbana
e incluso con propios productores. Así nos plantemos una serie de preguntas que intentan
interpretar y describir la situación actual de la chinamperia:
-¿A qué se debe la apatía de los productores frente a la posibilidad de apoyo, orientación y
protección por parte de instituciones y dependencias del gobierno como: SEMARNAT,
SAGARPA, SEDEREC Y CORENA?
-¿Cuáles son las posibles razones por las que la delegación y otras dependencias de
gobierno subestimen la actividad chinampera, los problemas que surgen de ella y la
capacidad de organización de los productores?
-¿Cuáles son las principales razones por las que las pocas políticas públicas orientadas al
rescate ecológico, cultural y comercial de la zona chinampera han fallado?
-¿Es posible conciliar los intereses de la zona urbana de Xochimilco con los intereses de la
zona chinampera?
Otro de los objetivos que tiene el presente escrito es el de poner de manifiesto la crisis
cultural y de educación ambiental y ecológica que la ciudadanía de la Delegación
Xochimilco tiene para ubicar los elementos que la generan y así pueda ser de apoyo teórico
para más adelante reflejarse en acciones para el bienestar y el mejoramiento de las relaciones
entre el hombre y la naturaleza.
Debemos de mencionar por último, que el presente trabajo, si bien es inicial, pretende tener
una continuación y mejora para convertirla en una investigación de alcance mucho mayor.
Además de hacer expreso nuestro deseo que en todos los campos de la investigación, (como
pareciera estarse logrando) se le dé un énfasis al aspecto ecológico y ambiental.
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Las ideas y objetivos de este texto nacen con la única necesidad de que se hagan realidad:
“La idea radica en proyectarse, escoger las propias posibilidades y no esperar a que ellas
lleguen solas No es una cuestión de esperanza, expectativa o anhelo. Se trata de elegir y
decidir, de resolver la existencia por sí mismo” (Giraldo, 2014)
Es en la época virreinal cuando la zona chinampera inicia su etapa como entidad comercial
abastecedora de alimentos para la Ciudad de México, el único interés que se tuvo por
Xochimilco hasta mediados del siglo XIX fue ese. Sin embargo a principios del siglo XX
ese interés cambia por un problema muy particular: el agotamiento de agua de mantos
aledaños a la Ciudad de México. Debido a que el agotamiento era inevitable la atención fue
dirigida hacia los 14 manantiales que había entre Xochimilco y Tlalpan. El régimen de
Porfirio Díaz tuvo la habilidad para justificar el proyecto tan ambicioso con el apoyo del
Doctor Antonio Peñafiel y su estudio hidrológico del Valle de México, nombrando a las
aguas de Xochimilco como “sobrantes” que se desbordaban a los pantanos del sur de la
misma región y terminaban por derramarse hacia el canal de la Viga, es decir su
aprovechamiento era poco. Una vez justificada la explotación de los manantiales, la
construcción del acueducto quedaría a cargo del ingeniero: Manuel Marroquín y Rivera y
el tiempo invertido seria de 1905 hasta 1914. (Hernández, 2002).
A raíz de dicho proyecto que alimentaba inicialmente a la colonia Condesa, el cada vez más
frecuente uso del agua y el crecimiento demográfico propiciaron un aumento en la
distribución del vital líquido hacia la ciudad que provenía de las zonas chinamperas. Dicho
consumo desmedido y no regulado ocasiono que para el año de 1953 los niveles de agua en
los canales empezara a bajar y su nivel productivo también, obligando con ello a las
autoridades federales a buscar una solución. La resolución se planteó con la creación de un
sistema que alimentara artificialmente a los canales con aguas tratadas de las plantas de
Cerro de la Estrella, San Luis, San Lorenzo Tezonco y Tlaxialtemalco.
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La alimentación artificial que se llevó a cabo hacia los canales proveniente del sistema de
aguas tratadas causo el deterioro y la reducción en la calidad del agua, lo que significo a
grandes rasgos el colapso de la agricultura chinampera, producto de la llegada de plagas a
las cosechas entre otros factores.
Esta situación al no poseer una reglamentación o normatividad bien establecida sobre el uso
de suelo impidió un control severo sobre los asentamientos irregulares. Un detalle que hay
que tomar en cuenta sobre dichas construcciones es que al estar posadas sobre terreno
pantanoso y poco firme obligaba a aquel que realizaba la obra a tirar cascajo y tierra para
nivelar las chinampas inundadas. A consecuencia las chinampas con cascajo se volvían
improductivas lo que trajo consigo la introducción del llamado invernadero a cambio del
cultivo tradicional. (Peralta, 2002)
No es sino hasta el año de 1989 cuando se realiza el “Plan de Rescate Ecológico”2 que tiene
el objetivo de mantener los canales en un estado más limpio y conservado. No obstante,
como señala Otto-Erwin (1996) “durante la primera etapa del ahora Programa de Rescate
Ecológico de Xochimilco se enfrentó a una firme oposición de ejidatarios y personas de la
comunidad, a los cuales se sumaron grupos ecologistas, partidos políticos y varios
académicos que consiguen evidenciar errores en la aplicación del programa propuesto”.
Estos errores consistieron en la omisión de aspectos, culturales, sociales, y económicos tales
como la desconfianza merecida por parte de los ejidatarios hacia las autoridades federales,
2
En la Gaceta del Distrito Federa se menciona lo referente al décimo primero estatuto que en 1989 el
Departamento del Distrito Federal hizo público el Plan de Rescate Ecológico de Xochimilco, con el objetivo
de revertir la degradación ecológica propiciada por la sobreexplotación de los mantos acuíferos, incentivar
la producción agrícola, contribuir a la ampliación de espacios verdes y de recreación para la zona. Una de las
principales acciones fue la publicación -el 21 de noviembre de 1989- del decreto por el cual se expropia, por
causa de utilidad pública, una superficie de 780-56-61 hectáreas de tierras del ejido de Xochimilco y 257-57-
60.40 hectáreas al ejido San Gregorio Atlapulco para destinarlas al rescate ecológico.
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El valor de nombrarlo de tal forma conlleva una responsabilidad no solo de carácter cultural
sino también político, ya que las entidades relacionadas con dicho patrimonio, en el caso de
Xochimilco, se ven obligadas a responder por su preservación y mantenimiento como
símbolo del compromiso con el entorno al que pertenecen y con el legado generacional a
todos los pueblos del mundo. En ese mismo año se declara el Área Natural Protegida, como
zona sujeta a conservación ecológica y es nombrada “Ejidos de Xochimilco y San Gregorio
Atlapulco”.
En el año de 2005, se presenta la Ley de Desarrollo Urbano del Distrito Federal donde se
resaltan temas tales como el uso de suelo, asentamientos irregulares y patrimonio cultural.
En ella los apartados correspondientes a dichos temas destacan algunas de las problemáticas
que sufre la región chinampera, por ejemplo, solo quedan un total de 189 kilómetros de
canales navegables por los que se tiene acceso a las chinampas. También casi toda la
superficie de la zona chinampera se encuentra dentro del Área Natural Protegida. Sin
embargo como se menciona en la Ley “este sistema de protección legal no es suficiente por
la presión urbana y la contaminación”(Terrones, 2004) pues no impiden la cada vez mayor
demanda de territorio para uso habitacional y de vivienda.
3
En 1992 el denominado “Paisaje Cultural” se adoptó en las directrices prácticas de la Convención para la
Protección del Paisaje Mundial, Cultural y Natural de la Asamblea General de la UNESCO
4
Las “obras conjuntas del hombre y la naturaleza” hace referencia al artículo 1º de la Convención.
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En el trabajo realizado por Azuela (2006) sobre la Ley de Desarrollo Urbano, presenta
algunos riesgos que conlleva, lo que en términos generales seria el Ordenamiento Ecológico
del Territorio, en donde expresa claramente la desventaja al no considerar asegurar tanto el
interés público como el ambiental en balance.
Tan solo en el año 2004 se registraron 3005 asentamientos irregulares en los cuales un
número aproximado de 133,523 personas habitaban y que representaban el 46.56% de la
población total de la Delegación Xochimilco. De este porcentaje de asentamientos, el 11.6%
se encuentra dentro del Área Natural Protegida en la zona chinampera. Significando un gran
impacto ambiental a dicha área La venta ilegal de terrenos rurales y los cambios de uso del
suelo rural a urbano mantienen un potencial de deterioro cuya expresión actual es la pérdida
de la cubierta vegetal y la disminución de su capacidad de recarga del acuífero, además de
propiciar un aumento significativo de riesgos a la población de dichos asentamientos, por
localizarse en áreas no aptas para la vivienda.
Como medidas para enfrentar y aminorar este proceso de urbanización irregular señalan la
necesidad de diseñar un programa de vivienda para los sectores en vulnerabilidad que tome
a consideración a) el crear una oferta legal de suelo para usos habitacionales al alcance del
poder adquisitivo de esta población y b) crear mecanismos de financiamiento público y
privado para realizar acciones de mejoramiento y construcción de vivienda c) hacer rentable
y funcional el suelo de conservación por medio de programas de fomento a las actividades
primarias y ecoturísticas de Xochimilco.
5
En la actualidad a consecuencia del crecimiento demográfico esta cifra ha incrementado
exponencialmente. Lamentablemente los datos no son precisos puesto que hay asentamientos no
registrados.
6
Esta puntualización se toma de la sección sobre explotación de los recursos naturales, de la Gaceta Oficial
del Distrito Federal publicada el 6 de mayo de 2005.
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1º La Delegación contribuye con aproximadamente el 42% del total del agua que consumen
los capitalinos. Algunos de los pozos profundos muestran un nivel de abatimiento de hasta
150 m respecto al nivel piezométrico registrado a la apertura del pozo.
Para explicar las deficiencias y disfuncionalidades existentes entre las relaciones sociales
chinamperia-zona urbana y el gobierno hemos tomado un recurso que se utiliza para la
comprensión: el tipo ideal, que en términos de weber, “es la integración de entes
7
Dichos campos se pueden ver más detalladamente en la Gaceta Oficial del Distrito Federal, publicada el
11 de enero de 2006 en el apartado de “Diagnóstico”
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Por un lado, “la ecología, como ciencia, amplia el sentido del término economía. Además
de tomar en cuenta la actividad humana, añade el elemento del medio donde se realiza, su
interacción y la modificación del mismo como subproducto de la actividad” (Lipietz, 1997),
por otro lado, la política, entendida como” la aspiración a participar en el poder o a influir
en la distribución del poder (…), entre los distintos grupos de hombres que lo componen”
(Weber, 2005).
Ambas definiciones sirvieron de base para la construcción del término que acuñamos. Así,
entendemos por Ecología política como el poder de influir en las decisiones que se toman
en cuanto a la relación actividad humana-naturaleza con el fin de lograr un equilibrio y
coexistencia entre ambas partes dentro de un determinado territorio. Esto implica para
nuestro caso el apoyo de instancias del gobierno que fungen el papel de intermediarios ante
los distintos grupos u organizaciones sociales y su medio ambiente en diferentes niveles:
federal, estatal y municipal o delegacional.
Otra entidad que tiene una estrecha relación con la SEMARNAT, es la CONANP (Comisión
Nacional de Áreas Naturales Protegidas) que se encarga como dice su nombre, de gestionar
y conservar los ecosistemas mediante la labor de nombrar zonas con un amplia riqueza
natural con la categoría de Áreas Naturales Protegidas además de fomentar la cultura
sustentable y ecológica.
La forma en la que las chinampas persisten hasta nuestros días es gracias a la labor de
mantenimiento que realizan los trabajadores y productores que en ellas trabajan. Sin
embargo hay detalles que se deben aclarar.
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Los factores que giran en torno a la chinampa para que mantengan su funcionamiento son
precisos y están orientados en el sentido por el cual fueron creadas: rentabilidad,
sustentabilidad, funcionamiento, fertilidad, comercialidad, forma de vida solidaria y
comunal, limpieza y mantenimiento de su entorno, entendimiento del respeto y consciencia
de la población en general hacia la necesidad y preservación de las chinampas y protección
y apoyo de instituciones y dependencias del gobierno, pero ¿hasta qué punto dichos
elementos son constatables en la realidad? y, si son constatables ¿qué eficacia tienen?
Durante el trabajo de campo que se realizó, nos entrevistamos con el Encargado de Asuntos
Jurídicos de la Dirección General de Medio Ambiente y con la encargada de los Programas
Sociales de la Dirección General de Medio Ambiente, los cuales nos brindaron información
referente a los programas de apoyo a los chinamperos y a los planes y proyectos de acción
entorno a las parcelas y canales.
Esto implica para los productores depender al 100% de su producción para satisfacer sus
necesidades básicas de alimento, vivienda, vestido y en caso de tener hijos lo que conlleva
mantener la educación de los mismos, además del mantenimiento de su parcela (compra de
abono, de herramienta, material para invernadero, semillas, e inclusive un pequeño ahorro
que en tiempo de helada cubriría la producción dañada). Así para obtener tener los ingresos
suficientes para las chinampas y su actividad deben de tener una rentabilidad lo suficiente
alta como para cubrir dichos gastos.
Para hacernos una idea sobre la producción que se realiza tomamos un punto de referencia:
compramos una rosa enana, a uno de los productores que posee una chinampa, en $3.oo
MN. Dentro de su invernadero había una producción de alrededor de 1000 rosas que
representaban en total un costo de $3000.00 MN. En caso de que se vendieran todas, como
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debe de ser distribuido entre las necesidades básicas de los miembros que trabajan la
chinampa y el mantenimiento de la misma en términos generales esa cantidad no alcanza.
Una pala cuesta $300, una bomba de agua para regar la siembra cuesta $2000, la comida del
día aun si se tratara de solo tortillas y frijoles el kilo de las primeras se encuentra en $12.00
y el kilo de los segundos en $13.00 suponiendo que se consuma por mes estamos hablando
de un total de $750.00 cuando el tiempo en que tarda en venderse toda una producción
chinampera es dentro de un mes, mes y medio, dependiendo de la temporada (clima y
festividad) será el tiempo que se tarde en preparar la tierra, sembrar, cultivar y se cosechar
los productos que deriven de ella. Eso sin contar el gasto que implica comprar y darle
mantenimiento a una canoa para transportar a los puntos de venta su mercancía. Hablamos
de una un mínimo de $20,000 pesos para obtener dicho transporte.
En este punto cabe señalar que la mayoría de los productores no recibo una educación
escencialmente básica (primaria y secundaria) o no la recibieron8 y que les impide en mayor
medida saber los alcances o incluso más posibilidades que puede tener la actividad
chinampera. Ya se señaló que sus conocimientos en general fueron adquiridos de generaron
en generación, de voz en voz entre los chinamperos. (La Universidad de Chapingo a
realizado visitas para revertir ese problema, compartiendo conocimiento sober las plantas.
Sin embargo consideramos que no es suficiente)
8
Dentro del trabajo de Otto Erwin, se realizaron una serie de estadísticas que precisan más sobre este tipo
de datos en La chinampa. Evaluación y sustentabilidad.
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Esta concepción parte del concepto de Economía Ecológica que dice que “para cualquier
espacio de tiempo dado, habrá cierto límite a la cantidad de desechos que el ambiente puede
asimilar a través de su población de degradadores”, dándose por entendido que “a menor
desecho mayor asimilación e igual efectos biológicos y económicos. En conclusión se trata
de la biomasa como el acervo para la productividad de la tierra” (Walter A., Pengue, 2009)
En donde los planes de rescate y protección ambiental solo observan la contaminación como
desecho a limpiar, sin contemplar la parte cultural y educacional de la población, pues tanto
visitantes como pobladores de Xochimilco no parecen tener conciencia de lo que implica
el desgaste de la tierra sin un debido manteniendo y de los canales al desechar residuos de
todo tipo, en especial utensilios plastificados que demoran mucho tiempo más en degradarse
que algo orgánico y al hacerlo sus sustancias químicas toxicas son liberadas; dejando un
espacio muerto dentro de la aplicación de estos planes, lo que lleva a una falla pues solo se
ataca el efecto mismo y no la raíz del problema: la cultura y educación ambiental y
ecológica.
Conclusiones
9
Declaración realizada durante la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sustentable en Johannesburgo
Roma, el 27 de agosto de 2002.
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Remarcando que solo los proyectos de rescate, limpieza y comercio para la zona tendrán
efecto si se propicia una cultura ambiental y una educación ecológica, pues no podemos
dejar de lado que estos efectos nocivos provienen de la misma actividad humana sin reserva
de sus intereses, es momento de cambiar paradigmas económico-consumistas por
resoluciones sustentables.
Bibliografía
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-Lipietz, Alain. (1997), Elegir la audacia. Una alternativa para el siglo XXI, París, Editorial
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-Sthepan Otto, Erwin. (1996), Sustentabilidad de los Parques Ecológicos: el caso del
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Gutiérrez Sánchez Karla Fabiola y
Avila García Luis José
-Sthepan Otto, Erwin. (2005), Xochimilco hoy: una realidad insustentable, México,
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM.
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Zuckerman, Lord y Peccei, Aurelio. (1975), ¿Quién defiende la Tierra?, México, Fondo de
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-de Haen, Hartwig. (2002), “Para alcanzar el desarrollo sustentable, hay que reducir él
hambre y la pobreza” en: http://www.fao.org/spanish/newsroom/news/2002/8705-es.html