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El mensaje

a la Iglesia de Éfeso

Iglesia Apostólica.

(Año 30-100 DC)

Una iglesia celosa, con mucho trabajo evangelistico pero carente de amor, situada en la más
importante ciudad de Asia (Apoc.2:1-7)

DESCRIPCION: Juan escribe un septenario de cartas a las siete Iglesias del Asia Menor. El número
siete es un número simbólico, expresión de plenitud. El Apocalipsis es un libro escrito sobre este
simbolismo: siete Iglesias, siete cartas, siete sellos, siete trompetas siete copas, etc. Las siete iglesias
a quienes se dirigen las cartas eran congregaciones situadas en las ciudades mencionadas.
Representan a todas las iglesias de entonces, al igual que a las de generaciones subsiguientes.

Cuando Juan les escribió, éstas eran iglesias reales que existían en las ciudades mencionadas. Estas
son "las cosas que son.” No eran las únicas, mas fueron escogidas porque reunían ciertas
condiciones y características especiales representativas del futuro desarrollo de la Iglesia a lo largo
de toda su historia, desde el día de Pentecostés hasta la Segunda Venida de Cristo.

Las cartas deben ser interpretadas desde los puntos de vista histórico, pastoral y práctico con
aplicación inmediata para las iglesias de Asia en su momento, asi como una aplicación profética
donde se proyectan las siete etapas a lo largo de la historia de la Iglesia, que culminan con las dos
etapas finales de las iglesias de Filadelfia y Laodicea donde personifica la Iglesia actual.
El período en la historia de la Iglesia representado por Efeso es desde el Pentecostés hasta el año
100.

Cada mensaje sigue una misma estructura o bosquejo.

a. Destino o iglesia

b. Características del Señor

c. Características de la iglesia

d. Encomio e. Censura o no censura

f. Exhortación

g. Promesa

Base escritural

"Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda
en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y
paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y
no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado
arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu
primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras;
pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres
arrepentido. Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también
aborrezco. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a
comer del árbol de la vida,(A) el cual está en medio del paraíso de Dios".
LA CIUDAD DE EFESO

La ciudad de Efeso era como la capital del Asia Menor y uno de los centros de comercio e industria
principales. Fue el principal puerto de mar del Asia Menor. Era también un centro idolátrico donde
estaba el gran templo a la diosa Diana, el cual era una de las siete maravillas del mundo.

Efeso era tambien la ciudad más grande de la provincia de Asia. Era un centro comercial y religioso
(donde se encontraba el gran templo de la diosa Diana). Su ambiente estaba lleno de materialismo,
porque era una ciudad muy rica, y era muy inmoral (en el templo de la diosa Diana habían
prostitutas sagradas). A pesar de todo este ambiente contrario, allí se levantó una iglesia cristiana. El
estribillo, "Grande es Diana de los Efesios," era conocido por doquier.

Esta ciudad también era conocida como, "la feria de las vanidades". De la antigua ciudad hoy lo
que queda es un montón de ruinas y una pequeña aldea turca. Donde hubo una de las iglesias más
espirituales, hoy no hay iglesia.

Efeso significa; Deseble, o Deseo ardiente. Esta iglesia y el mensaje a la misma representan a la
Iglesia Apostólica, que era "deseable," llena de celo evangelizador. Y describe el 1er. siglo de la
historia de la iglesia, el cual se caracterizó por un profundo amor, un ardiente celo por Cristo y una
inflexible oposición a los falsos maestros y a doctrinas erradas.
FUNDACION DE LA IGLESIA

La Iglesia en la ciudad de Efeso fue fundada por el Apóstol Pablo en su tercer viaje misionero.
(Hech. 19). Fue una iglesia muy espiritual, a juzgar por la maravillosa epístola que el Apóstol le
envió (a los Efesios), la cual es una de las más profundas y espirituales.

Ustedes recuerdan la fundación, cómo Pablo llegó y encontró allí unos discípulos de Juan el Bautista
que creían, habían sido bautizados con el bautismo de Juan; pero entonces Pablo les completa el
evangelio y ellos recibieron al Señor y fueron bautizados en el nombre del Señor; Pablo puso sobre
ellos sus manos y recibieron el Espíritu Santo y eran por todos como unos doce hombres y Pablo se
quedó tres años en esa ciudad, y en esa ciudad fue la escuela de la obra de Pablo, que tuvo influencia
en toda la región del Asia Menor, a partir de Efeso. La palabra dice: "Y muchos de los que habían
creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. Asimismo muchos de los que habían
practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su
precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. Así crecía y prevalecía poderosamente la
palabra del Señor." Hch 19:18-20

DESTINO

¿QUÉ DICE EL SEÑOR A LA CONGREGACIÓN DE ÉFESO?


"Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda
en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:"

Escribe al ángel de la iglesia. La plabra angel sig. Mensajero. De modo que el angel de la iglesia es
el pastor.

CARACTERISTICAS DEL SEÑOR

"El que tiene las siete estrellas en su diestra." Además de "ángel, el Señor llama a los Pastores
"estrellas."

Mucho tiempo antes el Profeta Daniel escribió: "Los entendidos resplandecerán como el
resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas perpetua
eternidad". Daniel 12:3. ¡Es maravilloso saber que el Señor tiene en su diestra a los verdaderos
Pastores! "El que anda en medio de los siete candeleros de oro” Los candeleros son las iglesias. El
Señor anda en medio de la Iglesia. Durante su ministerio terrenal El prometió: "Porque donde están
dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos"' Mat. 18:20.

CARACTERISTICAS DE LA IGLESIA

Apo 2:2-3. "Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los
malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y
has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has
desmayado".
Así era la Iglesia Apostólica: una Iglesia de arduo trabajo misionero y evangelístico, que
evangelizó a casi todo el mundo conocido; una Iglesia de paciencia y perseverancia que no podía
soportar ni contemporizar con los malos ni con lo malo; una iglesia que reconocía y honraba a los
verdaderos apóstoles y obreros del Señor, pero que rechazaba a los obreros fraudulentos, y los llamó
mentirosos, y San Pablo los llamó "perros," una Iglesia que trabajaba duramente por amor al Señor,
y que aborrecía las obras de los nicolaítas. La palabra "nicolaísmo," se compone de dos palabras:
"Niko"» que significa "conquistar." "Laos," que significa "gente". Conquistar la gente o sea, la
política y las elecciones en la iglesia favoreciendo candidatos para pastores, oficiales. Esta iglesia
aborrecía las prácticas políticas en la congregación, que dividen la congregación en partidos y
convierten la iglesia en un sindicato, pues Cristo dice: "las cuales yo también aborrezco."

10 ENCOMIOS PARA LA IGLESIA

(Alabanza o elogio encarecido)

Esta iglesia de Efeso, que representa la Iglesia Apostólica, recibe diez alabanzas del Señor:

(1) arduo trabajo

(2) paciencia

(3) no puede soportar a los malos

(4) ha probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son

(5) los ha hallado mentirosos

(6) ha sufrido

(7) ha tenido paciencia

(8) ha trabajado arduamente por amor al Señor

(9) no ha desmayado

(10) aborrece las obras de los nicolaítas

EXHORTACION

UNA CENSURA PARA LA IGLESIA DE ÉFESO


Apo 2:4 "Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor".

Diez encomios y una censura. Esta única condición censurable fue suficiente para echar a perder
todo lo bueno que tenía esta iglesia. Perder el primer amor es perder el amor, pues, hay uno solo, el
primero y el único, el de Dios derramado en nuestros corazones.

Uno puede ir perdiendo y aun perder el primer amor sin darse cuenta. Este proceso va conduciendo a
la persona a no dar a Cristo la preeminencia en todas las cosas, hasta hacerle caer, rechazar y
apostatar. En esta iglesia comenzaba a incursionar el nicolaísmo precisamente por haber perdido el
primer amor.» Perder el primer amor tambien significa falta de pasión, caer en la rutina, es tibieza
espiritual, es simplemente religiosidad y es la antesala al legalismo.

Apoc. 2:5 "Recuerda, por tanto, de dónde has caído".

¡Esto impresiona! "de dónde has caído"; Perder el primer amor es caer de la gracia del Señor, es
soltarse de su mano, es ya no disfrutar del gozo que inunda nuestro ser cuando estamos es su
presencia, Perder el primer amor es abandonar el amor por Jesus, es alejarse del trono de la gracia, es
hacer su obra solo por rutina.

Perder el primer amor es una caída, es estar caído. No sólo se cae adulterando; también
perdiendo el primero amor; el amor a Dios, a Su Iglesia, a Su obra, a las almas perdidas, a la
comunión, al testimonio, al trabajo. Si perdemos el amor a Dios, ¿qué nos queda? 1 Cor. 13: 1—13.
Es saludable que recordemos que el Señor nos sacó "del lodo cenagoso" del pecado, “y puso
nuestros pies sobre roca (Cristo.) y enderezó nuestros pasos, y puso en nuestra boca un cántico
nuevo". Sal. 40:2,3.

Apoc. 2:2.3 "Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los
malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y
has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has
desmayado".
...y arrepiéntete y haz las primeras obras. ¡Esta caída requiere
arrepentimiento y volver a las primeras obras, y Volver al primer amor! Que
vuelva ese gozo por Dios y por las cosas de Dios, esa alegría de trabajar por el.

"...pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te


hubieres arrepentido".

"Quitaré tu candelero de su lugar." Esta caída es tan grave, el perder el amor es tan peligroso, que
quien no se arrepienta, será quitado, eliminado, sea individuo, sea congregación o sea denominación.

Esta iglesia de Efeso comenzó preciosa, y el período dispensacional en la historia de la Iglesia que
representa» comenzó "deseable” pero más tarde comenzó a perder su primer amor. Por esto, el
propio Apóstol Juan, que vivió y ministró en Efeso antes y después de su destierro en Patmos, ya
anciano, repetía a esta Iglesia: "Hijitos, amaos los unos a los otros".

Esta iglesia no se arrepintió, y todo lo bueno que tenía, lo perdió. Fue quitado su candelero de su
lugar. Y en la actualidad, ni la ciudad ni la iglesia de Efeso existen. ¡Qué tragedia que esto
sucediera a una iglesia tan espiritual, fruto de las labores de San Pablo! ¡La iglesia que perdió su
primer amor, cayó, no se arrepintió y jamás se levantó!.

"El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias." Esto es una exhortación para todos
en Efeso y para todos en general. Todos tienen la oportunidad de oír y arrepentirse, iEl Espíritu
sigue hablando!

LA PROMESA
"Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del Paraíso de Dios."
Esta es una promesa al cristiano individual "al que venciere." El período en la historia de la Iglesia
representado por Efeso es desde el Pentecostés hasta el año 100.

Y lo que Cristo dice a la Iglesia de Éfeso vale para todo cristiano, para todo el que tenga oídos para
oír. Sólo escuchando la Palabra de Dios, acogiéndola en el interior del corazón, dejando al Espíritu
que la siembre y la haga germinar en la vida se puede vencer el combate con el mundo y recibir la
corona de la vida eterna, gustar el fruto del árbol de la vida: "El que tenga oídos, oiga lo que el
Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el Paraíso
de Dios (2,7).

En las siete cartas se promete al vencedor la misma corona: la vida eterna. Pero la vida eterna en
cada carta, como en las bienaventuranzas (Mt 5,3-12), es descrita con imágenes diversas. En esta
primera carta a la Iglesia de Éfeso se describe como una vuelta al paraíso, donde el hombre recobra
la libertad de acceso al árbol de la vida, cuyos frutos dan la vida eterna (Gn 2,9; Ap 22,2). La Iglesia
puede volver de nuevo al paraíso abierto por Cristo para sus fieles.

La promesa de la palabra dice: Apo 22:1-5 "Después me mostró un río limpio de agua de vida,
resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la
ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada
mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Y no habrá más
maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su
rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz
de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los
siglos". AMEN.

BENDICIONES DE UNCION DE LO ALTO

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