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Valoración de los
Sistemas de Costes ABC.
Ventajas e
Inconvenientes
—
Índice
1 Introducción ............................................................................................................................................................ 3
2 Ventajas e Inconvenientes de los Sistemas de Costes ABC ...................................................... 3
3 Similitudes y Diferencias con los Sistemas Tradicionales ........................................................... 4
4 Adaptación a las Necesidades Propias .................................................................................................. 4
5 Evolución de los Sistemas de Costes...................................................................................................... 5
6 El Uso de la Contabilidad de Costes en la Toma de Decisiones............................................ 6
7 Resumen .................................................................................................................................................................. 6
Objetivos
Establecer en qué se diferencian los costes ABC de los sistemas tradicionales.
Conocer cómo ha ido evolucionando los sistemas de costes con el paso del
tiempo.
1 Introducción
En esta lectura vamos realizar una valoración de los sistemas de costes ABC, enumerando
las ventajas e inconvenientes de los mismos. Veremos después si los sistemas de costes
ABC son simplemente una evolución natural de los sistemas tradicionales o, por el
contrario, son algo completamente distinto, para terminar con una reflexión sobre el uso
que los nuevos sistemas de costes ABC han tenido en la toma de decisiones.
Permite relacionar los costes con sus causas, lo que es de gran ayuda para
gestionar mejor los costes.
De todas formas, no todo son ventajas cuando se intenta implantar un sistema de costes
ABC. Entre los principales inconvenientes se pueden indicar:
Durante los últimos años, se han venido aplicando, en casi todos los sectores de la
economía, los sistemas de costes ABC, dando los siguientes resultados:
Los productos y servicios con mayor volumen de venta ven reducidos los costes
que le son asignados y, por tanto, es posible que pasen a ser más rentables en el
conjunto de la empresa.
Las aplicaciones concretas de este principio, sin embargo, difieren notablemente unas
de otras dependiendo de diversidad de factores. A menudo, las empresas renuncian a
métodos de medición más precisos porque piensan que no compensa su coste
diferencial. Es en parte por esta razón que en la realidad se encuentran, en ocasiones,
métodos concretos para los que desde un punto de vista del rigor académico no
encontraríamos ninguna justificación; o, en otras palabras, que se apartan del espíritu
inicial de medir la utilización de recursos, para simplificar los procedimientos.
Así, por ejemplo, en aquellas empresas en las que los costes unitarios de los productos
se utilicen esencialmente para valorar existencias, y dada la escasa importancia que, en
general, tiene esta valoración, será lógico que la empresa diseñe un sistema de costes
lo más simple posible. En cambio, en aquellas empresas en las que sea crucial la
competitividad y el sistema de costes sea potencialmente muy útil en las decisiones de
productos y precios, será lógico esperar que la empresa trate de hacer que la medición
sea lo más precisa posible.
En este sentido, los sistemas de costes deberían evolucionar a la vez que evolucionan las
realidades de los procesos productivos y de distribución, adaptándose a las nuevas
circunstancias cuando parezca que los métodos utilizados hasta el momento empiezan a
ser inadecuados.
En la medida en que se considere que los sistemas ABC representan esencialmente una
adaptación de los sistemas de costes a nuevas circunstancias manteniendo el mismo
espíritu de medir la utilización de los recursos productivos, puede decirse que son una
evolución natural de los sistemas de costes “de siempre”.
En este sentido, un cambio puede ser bienvenido, pero contra métodos concretos
que no tienen en cuenta los cambios del entorno, no valen otros métodos concretos que
tampoco los tienen en cuenta. No es demasiado difícil encontrar ejemplos de empresas
en las que los métodos más clásicos siguen siendo igual de útiles que han sido siempre.
Y menos difícil todavía es encontrar sistemas convencionales a los que añadiéndoles
algún elemento de sistema basado en la actividad, pueden mejorar sustancialmente.
Pero cuando se pretende universalizar la utilización de “actividades” en toda la empresa,
con exclusión de algunas prácticas tradicionales, estos sistemas se convierten en un
intruso indeseable.
La mejor cualidad que ha tenido la aparición de los métodos ABC, por otra parte, ha sido
“Los métodos ABC han actuado como la de actuar como revulsivo. El ambiente que se respiraba en contabilidad de costes en
revulsivo, dando paso a controversias e la década de los setenta, que se caracterizaba por la estabilidad de los sistemas a la vez
inquietudes, y a que muchas empresas se
que por el escepticismo en cuanto a sus resultados, ha dado paso a controversias e
replantearan si su sistema de costes era
adecuado para obtener información de
inquietudes, y a que en consecuencia, muchas empresas se replantearan si su sistema
interés estratégico y competitivo” de costes era adecuado para obtener información de interés estratégico y competitivo.
La reflexión a que esto ha obligado, independientemente de los resultados conseguidos,
ha sido en la mayor parte de los casos muy positiva.
Y éste es un elemento también positivo, puesto que parece claro que las políticas a
largo plazo, tanto de precios como de producto, deben estar basadas en costes
completos. Pero se ha olvidado en ocasiones que, en situaciones concretas, los datos
pertinentes para la toma de decisiones no son los costes completos suministrados por
ningún sistema, sino los costes diferenciales con respecto a la decisión, y este
“olvido” puede llevar a veces a malas decisiones para la empresa.
La preocupación por encontrar inductores de coste distintos de las medidas clásicas del
volumen ha sido sin duda otro de los factores positivos de los sistemas ABC. Estos
permiten atribuir directamente a los productos, algunos costes que de otra manera
pueden perderse en un mar de indirectos en alguna agrupación de costes de servicios, y
hace más intuitiva su utilización en la toma de decisiones.
7 Resumen
En resumen, los sistemas de costes ABC se derivan del mismo espíritu básico de
cualquier sistema de costes. Proponen unos procedimientos concretos que son, en
general, de interés para algunas partidas de costes, y cuya posible adopción obliga
a una cierta reflexión que siempre es positiva, pero pueden presentar también peligros
y defectos que es preciso evitar.