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Ensayo Sobre Merleau Ponty P Siles
Ensayo Sobre Merleau Ponty P Siles
Introducción.
En enero de este año, se empezó a abrir un camino nuevo para mí, del cual tenía algunas nociones y
muchos prejuicios. Este caminó comenzó con la lectura de Gadamer que me regaló nuevas herramientas
para reconectarme con este mundo en el que estoy inserta.
En abril empecé a conocer a Merleau- Ponty y, por medio de él a Husserl y sentí que el camino se ensanchó
y se hizo largo y hermoso. Durante muchos años viví creyendo que la intencionalidad consistía en mi
relación como sujeto pensante con un objeto fuera de mí que podía ser conocido, porque yo salía de mí y
me comunicaba con todo aquello que estaba fuera de mí.
Lo curioso es que siempre me sentí inmersa en el mundo y parte del mismo. Siempre fui muy sensible a
la naturaleza, ésta siempre me impactó, en especial cuando recorría el Amazonas y en el intertanto leía a
Alejo Carpentier. Este autor experimentaba, vivía en plenitud con su cuerpo lo que describía en sus novelas
la selva amazónica.
Ahora que lo recuerdo, comprendo que mi contacto con la naturaleza selvática era un contacto corporal,
no racional. En aquella época estaba empezando a estudiar filosofía y nunca había estado tan abierta a
percibir mi cuerpo percibiendo: sentía sobre todo las texturas, la humedad y la transpiración. El calor me
traspasaba. El trópico me fascinaba y, al mismo tiempo me ahogaba. No me dejaba respirar. Recuerdo,
especialmente que cuando leía a Carpentier volvía a sentir en carne propia en medio de la selva, lo que
relataba el autor.
Releyendo el prólogo que hace Merleau Ponty a La Fenomenología de la Percepción, me llama la
atención, especialmente, lo que dice acerca de que el único logos preexistente es el mismísimo mundo.1
Estas palabras de Merleau-Ponty me hacen recordar a los primeros filósofos griegos en el s. VII y VI a de
C., quienes se dedicaban a observar el mundo y veían y sentían el movimiento y el cambio. Esta relación
se me evidencia cuando Merleau-Ponty mismo afirma:
1
Merleau-Ponty, Maurice. Prólogo 1994 fenomenología de la Percepción Planeta- Agostini
2
El mundo fenomenológico no es la explicitación de un ser previo, sino la fundación, los cimientos del
ser. (pp.20).
Lo que pretendo mostrar con esta cita es que veo una relación, ya que los primeros filósofos buscaban
descifrar o descubrir cuál era el principio de este mundo que se mueve y cambia de forma ordenada. Éstos
se admiraban y se sorprendían con lo que observaban y fuera de buscar un principio que produjera este
cambio y movimiento ordenado, no se les pasaba por la mente que tuvieran que constituir el mundo.
Merleau-Ponty me sorprende, porque me abre nuevamente al mundo cuando me dice que la
fenomenología en cuanto revelación del mundo, no se apoya en sí misma, o se funda en sí misma y que
todos los conocimientos se apoyan en un suelo de postulados y, finalmente en nuestra comunicación con
el mundo como primer establecimiento de la racionalidad.2
Estas frases me impactan y me llevan de la mano a reintentar esa comunicación que tuve con la naturaleza,
por medio de mi cuerpo, en mi cuerpo, con mi cuerpo encarnado en el mundo en que todo me interpela en
un sentido gadameriano y me llama a experimentarlo y vivirlo en un sentido Merleau-pontyano.
2
Merleau-Ponty, Maurice. Prólogo 1994 fenomenología de la percepción Planeta-Agostini
3
Prólogo, pretendo describir, no explicar ni analizar lo que miro y siento. Por eso me dice tanto el párrafo
de MP en el prólogo:
El mundo está ahí previamente a cualquier análisis que yo pueda hacer del mismo; sería
artificial hacerlo derivar de una serie de síntesis que entrelazarían las sensaciones, y luego los
aspectos perspectivos del objeto, cuando unas y otros son producto precisamente del análisis y no
deben realizarse antes de éste. (pp 9-10).
Miro las cosas y, efectivamente, nada está aislado, hay cosas que me tapan otras cosas, objetos al lado de
otros, todo lo que miro lo veo por partes; cuando miro el árbol que se asoma por mi ventana lo veo por
delante, pero no por atrás, todo está en conjunto con otras cosas. Cuando me detengo en un objeto, éste
está en medio de otros. Nos dice MP: “El “algo” perceptivo está siempre en el contexto de algo más,
siempre forma parte de un campo.” 3
El rojo, el verde, lo agrio, lo ácido no son sensaciones, son sensibles. Las cualidades son propiedades de
lo que percibo. No son el producto de lo que el estímulo produjo en cualquiera de mis sentidos.
Nada es confuso en sí mismo, es decir, no se trata de que ese color rojo que observo ahora de día, se
transforme en negro cuando lo miro de noche; es el mismo color rojo de día y de noche. Si el cerro
Manquehue está tapado por las nubes y el viento y, por ello no lo distingo, no significa que el cerro no
esté ahí. La confusión está en mí, no en el Manquehue.
El auto rojo que admiro desde el balcón y que está en medio de la calle siendo conducido por una señora,
al lado de otros autos de otros colores como verde, blanco, azul, está en un contexto. Mis ojos captan la
calle, la avenida, el movimiento de los autos que son manejados y en los que van también pasajeros. Todo
forma parte del mismo conjunto. La calle está en una avenida y la avenida en un barrio.
Mi concepción hace unos meses habría sido la de una serie estímulo-impresión-percepción como una
secuencia de acontecimientos en los que al final está la percepción. Una secuencia constituida por
productos complejos de una génesis y que está modelado sobre el objeto percibido: El auto rojo.
3
Merleau-Ponty, Maurice. 1994 fenomenología de la percepción Planeta-Agostini (pp.26).
4
4
Merleau-Ponty, Maurice. 1994 fenomenología de la Percepción Planeta- Agostini (pp.30).
5
Merleau-Ponty, Maurice. 1994 fenomenología de la Percepción Planeta- Agostini (pp.30).
6
Merleau-Ponty, Maurice. 1994 fenomenología de la Percepción Planeta- Agostini (pp.33).
5)
Ahí está el mundo, no como algo fuera de mí; está ahí junto conmigo y no se deriva, no se forma de una
serie de síntesis que entrelazarían las sensaciones. Está ahí como yo estoy ahí.
Y no como un ser pensante en medio del mundo, sino como un ser que existe, como nos dice MP en el
Prólogo:
Yo no soy un “ser viviente” , ni siquiera “un hombre” o “una conciencia”, con todos los caracteres
que la zoología, la anatomía social o la psicología inductiva perciben en estos productos de la
naturaleza o de la historia: yo soy la fuente absoluta, mi existencia no procede de mis antecedentes, de
mi medio físico y social, es ella la que va hacia éstos y los sostiene, pues soy yo quien hace ser para mí
(y por lo tanto ser en el único sentido que la palabra pueda tener para mí) esta tradición que decido
reanudar o este horizonte cuya distancia respecto de mí se hundiría -por no pertenecerle como
propiedad- si yo no estuviera ahí para recorrerla con mi mirada. (pp.8-9).
Esto quiere decir que soy yo quien trasciende hacia las cosas de la naturaleza, yo me dirijo a ellas y no
como creía hasta hace tan poco, que me dirijo a conocerlas porque éstas me envían estímulos, pues,
estamos interrelacionados, porque las cosas de este mundo, así como los otros y yo, somos de este mundo.
El mundo no es lo que yo pienso, sino lo que yo vivo.
2) Percepción
MP nos dice en el Prólogo que el acto de vinculación no es nada sin el espectáculo del mundo que vincula.7
La percepción no es, entonces, el resultado de la suma de cada una de las sensaciones de mis sentidos. La
percepción es el trasfondo, nos dirá MP, sobre el que se destacan todos los actos y que todos los actos
presuponen.8 ¿Qué nos quiere decir con esto? Simplemente que el mundo no lo constituye mi conciencia,
ni mi cogito. Nos quiere decir que el mundo existe, que es un hecho y que no necesita de un pensamiento
que lo constituya, porque ya está constituido. Y el ser humano no es un sujeto aparte de este mundo
constituido, el ser humano es de este mundo ya constituido; es y está en el mundo. Y, por lo mismo nos
7
Merleau-Ponty, Maurice. Prólogo 1994 fenomenología de la Percepción Planeta- Agostini (pp.9).
8
Merleau-Ponty, Maurice. Prólogo 1994 fenomenología de la Percepción Planeta- Agostini (pp.10)
6
dice que tenemos que describir la percepción del mundo como lo que funda nuestra idea de la verdad y es
por ello que no nos cuestionamos si realmente percibimos un mundo, sino que hay que decir que el mundo
es lo que percibimos.9
Mucho me costó entender que no debía insistir en buscar y dar una definición del concepto de percepción.
Luego de repetidas lecturas, pude, por fin comprender que, si definía en mi ensayo lo que percibir
significa, retomaría lo que MP critica del intelectualismo, ya que puedo describir el acto de percibir, pero
no definirlo, Esto se debe, también a que, para el autor, uno no se enfrenta al mundo o lo observa como si
estuviera fuera de uno, saliendo de sí, sino que sólo puede explicarlo o describirlo, puesto que uno es parte
de esa actualización de la percepción. Yo miro y soy mirado, yo toco y soy tocado. Mi cuerpo encarnado
desciende hacia las cosas de la naturaleza. Mi cuerpo encarnado se dirige hacia ellas y se deja tocar y toca,
al percibir las cosas, las capto como se muestran o como se me aparecen y la verdad de esa percepción es
que las aprehendo tal como se me dan; con su sentido, con su significación, con sus cualidades y en su
originalidad, sin necesidad de que yo les dé un sentido.
Al comienzo, me resultaba difícil entender que la tarea de la filosofía era retornar a la experiencia
particular, pero como dice el mismo MP, en eso consiste la filosofía, en ponerla otra vez en el campo de
la experiencia privada en que surge y aclara su nacimiento.10
Me fue complicado, porque, según el autor cada cual participa al otro su experiencia perceptiva, pues, nos
dice en la Fenomenología de la Percepción:
En la percepción efectiva y, tomada en estado naciente, anteriormente a toda palabra, el signo
sensible y su significación ni siquiera idealmente son separables. (pp.60).
La razón por la cual se me complicaba captarlo, es porque lo que se participa es el signo sensible no
separado de su significación y yo pensaba que yo me hacía entender y entendía a los otros, porque todos
manejábamos el mismo concepto que significaba a los objetos y que por ello podía ser universal. Ahora
9
Merleau-Ponty, Maurice. Prólogo 1994 fenomenología de la Percepción Planeta- Agostini (pp.16)
10
Merleau-Ponty, Maurice. 1994 fenomenología de la Percepción Planeta- Agostini (pp.60).
7
entiendo que es una experiencia perceptiva particular, puesto que cada uno es un cuerpo encarnado y no
somos un espíritu absoluto o totalizante. Puede resultarme difícil asimilarlo, porque lo que percibimos es
cambiante, yo me muevo, los fenómenos son fácticos, las condiciones cambian, nuestros cuerpos perciben
en forma particular. Mi prejuicio consistía en que creía que las cosas se percibían aisladamente.
3) Cuerpo encarnado
El término Kosmotheoros se refiere a la idea de sujeto como interioridad pura o como nos indica Xavier
Escribano, subjetividad entendida en términos de interioridad.11 Una subjetividad que se aproxima al
mundo desde afuera, como si no fuera parte de este mundo o como si pudiera constituirlo desde sí mismo.
También puede referirse a la concepción del mundo como un conjunto de objetos exteriores frente a un
sujeto que los conoce.
Sin embargo, para MP, el primer acto filosófico debe ser el de volver al mundo vivido.12De lo contrario
se volverá a:
la “percepción interior” en el que el sujeto y el objeto se confundían y el conocimiento se obtenía
por coincidencia. (pp.78).
11
Escribano, Xavier. Capítulo segundo. 2004 sujeto Encarnado y Expresión Creadora. Prohom Edicions ( pp 103).
12
Merleau-Ponty, Maurice. 1994 fenomenología de la Percepción Planeta- Agostini (pp.78).
8
Percibir un objeto es habitarlo en el sentido de que mi cuerpo se mueve y se gira para poder verlo desde
todas sus perspectivas y de que los demás objetos que lo esconden o lo exhiben nos dan un horizonte, es
decir, los objetos circundantes devienen horizonte.13
Nos dice MP en la Fenomenología de la percepción:
Toda visión de un objeto por mí se reitera instantáneamente entre todos los objetos del mundo
que son captados como coexistentes, porque cada uno es todo lo que los demás “ven” de él. (pp.88).
Son verdaderos objetos vivientes que también se perciben entre sí. La síntesis de los horizontes no es más
que una síntesis supuesta. Cada uno de nosotros ve, no opera con certeza y precisión más que en la
circunstancia inmediata del objeto, se convierten en un horizonte anónimo. No es una mirada universal
del objeto en sí,y, por esto mismo, deja al objeto percibido inacabado y abierto como lo es, puesto que
ninguna mirada es igual a la otra y, porque este mismo objeto que queda abierto en mi perspectiva, puede
darse en otra infinidad de perspectivas distintas que se pueden transmitir coexistiendo entre y con otros
cuerpos encarnados “contraídos en una coexistencia rigurosa”.14
Pero no es un cuerpo al que puedo considerar como un simple objeto entre otros objetos, es un cuerpo en
que el espíritu está entrelazado con el cuerpo.15 Es un cuerpo encarnado. Encarnado en el sentido de que
es una fusión de cuerpo y alma, como lo dirá el propio MP, pero en acto, pues es posible gracias a que
somos temporales y, por ello se da una estructura temporal de nuestra experiencia. 16 Nos dice MP en la
Fenomenología de la Percepción:
La unión del alma y el cuerpo no viene sellada por un decreto arbitrario entre dos términos
exteriores: uno el objeto, el otro, el sujeto. Esta unión se consuma a cada instante en el movimiento de la
existencia. (pp. 107).
El cuerpo tiene su propia dinámica, no es un cuerpo objetivo, es un cuerpo fenoménico.
Es el cuerpo encarnado el que se dirige, va al encuentro de unas estimulaciones. No es un cuerpo que
reacciona a los estímulos que le vienen del exterior de su organismo.17
13
Merleau-Ponty, Maurice. 1994 fenomenología de la Percepción Planeta- Agostini (pp.87).
14
Merleau-Ponty, Maurice. 1994 fenomenología de la Percepción Planeta- Agostini (pp.89).
15
Denegá, Daniele. 2011 Lintenzionalita Erotica Cantagalli
16
Merleau-Ponty, Maurice. 1994 fenomenología de la Percepción Planeta- Agostini (pp.103).
17
Merleau-Ponty, Maurice. 1994 fenomenología de la Percepción Planeta- Agostini (pp.94).
Referencias bibliográficas:
Acosta, M. (2006). El diálogo que somos: la comprensión como espacio para la política. ARETÉ
Revista de Filosofía. Vol. XVIII, N0 2, pp. 205-228.
___________ (1998). Sobre la planificación del futuro (en Verdad y Método II). Sígueme.
Salamanca, España.
Vigo, A. (2001). Platón, en torno a las condiciones y la función del diálogo cooperativo. Tópicos.
N° 9. Universidad Católica de Santa Fe. Santa Fe, Argentina. Pp. 5-41