El bautismo del Señor es la identificación de Jesús como Mesías e
Hijo de Dios, según testimonio cualificado del Bautista, del Espíritu y del Padre. Así mismo el bautismo cristiano, prefigurado en el de Jesús, y su consecuencia inmediata: nuestra adopción filial por Dios. Constituyen la carta de identidad discípulo de Cristo, es decir, nuestras raíces cristianas a las que debemos volver continuamente.
1.- IDENTIDAD DE JESÚSD COMO MESÍAS E HIJO DE DIOS.
Las lecturas bíblicas de hoy nos muestran varios testimonios sobre
Cristo. En primer lugar un profeta del antiguo testamento Isaías, describe los rasgos el programa de acción del siervo elegido del Señor: manso, paciente, fiel y tenaz en la obra de la justicia: él es alianza de un pueblo, luz de las naciones y liberador de cuánto sufren (primera lectura). La liturgia de hoy aplica este texto a Cr1isto; el nombre del hijo sustituye al de siervo. En segundo lugar El Apóstol Pablo en los : albores de la iglesia, testimonia a Jesús de Nazaret como ungido, (Mesías, Cristo) de Dios con la fuerza del Espíritu: y resuene su acción mesiánica al decir: “pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” . Pero es en la lectura evangélica donde, en gradación ascendente, se da el más sublime testimonio sobre Jesús por parte de Juan el Bautista, el Espíritu Santo y el Padre. En un bautismo general. El precursor reconoce personalmente a Jesús que se ha colocado deliberadamente en la fila de los pecadores. Apenas bautizado Jesús por Juan, los cielos se abren y el Espíritu Santo en forma de paloma, desciende sobre Jesús. He aquí una reminiscencia del Espíritu Creador que aletea sobre el hombre de la nueva creación. Mientas se oye la voz del Padre: Éste es mi Hijo, el amado, mi preferido. 2.- ANUNCIO EL NUEVO BAUTISMO. Es impresionante la sobriedad descriptiva de la escena por tres Evangelios sinópticos. El hecho es releído a la luz de la Fe pascual de la primera comunidad apostólica, y enriquecido teológicamente que no falseando ni destoconando con referencias a la literatura profética y apocalíptica, propia de los relatos de la teofanía en el antiguo testamento, cuando Dios se autor elevaba al hombre. Uno de los objetivos que la liturgia señala al bautismo de Jesús es ==manifestar el misterio del nuevo bautismo== Por eso la fiesta del bautismo del Señor anuncia y verifica el bautismo en agua y espíritu Santo que todos nosotros hemos recibido, y es una oportunidad de gracia para revisar nuestro esquema personal de creyentes y su proyección práctica a la vida diaria, tanto a nivel individual como comunitario. Por el Sacramento del Bautismo cristiano que hemos recibido, participamos en el misterio Pascual de Cristo, en su muerte y resurrección, que Jesús repetidas veces llamó Bautismo de fuego. Hoy es alarmante el número de bautizados que ignoran porque, y para que lo son, y otros que ven su bautismo como una carga indeseable de la que no fueron ni se hacen responsables. Pues bien partiendo del Bautismo del Señor, que es la identificación de Jesús, busquemos hoy nuestra propia identidad cristiana en el bautismo y en la subsiguiente filiación adoptiva por Dios mediante la fe en Cristo dentro de la comunidad de la Iglesia.