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Los soportes físicos de la transmisión bíblica

Joan Horrach Morell


La Biblia Judía y la Biblia Cristiana

La llegada de la escritura cuneiforme provocó un gran impacto en el devenir de la


transmisión del pensamiento religioso. Esa escritura cuneiforme evolucionó hasta el
Silabario ugarítico y este hacia el alfabeto fenicio. El alfabeto fenicio está al alcance de
todo el mundo, cualquiera puede hacer suyo un texto; la difusión de estos alfabetos
fenicios y griegos provoco la generación de muchos textos. El eterno debate entre oralidad
y escritura parecía haberse decantado hacia este segundo ya que la difusión de textos
escritos provocaba la creación de una actitud critica frente al texto.
El estudio de los materiales permite adentrarnos en el momento en el que se pudo empezar
a poner por escrito los textos bíblicos y saber a que tiempo se remontan; estudiar el
soporte es también estudiar su contenido y su trascendencia.
Uno de los más antiguos testimonios de religión es la estela de Mesha (830 a.C) una
piedra de basalto negro, que muestra una inscripción de Mesha, rey moabita del siglo IX
a.C, para preparar este texto se había escrito, previamente, en otro soporte que no se ha
conservado. Los soportes duros son testimonios fieles de la escritura, otro ejemplo nos lo
encontramos en el Túnel de Siloé (715-687 a.C) donde hay una escritura en piedra
cursiva, que habla de la historia de la perforación del túnel; esto nos da a entender que en
el reino había una escritura popular. En el Qumrán, entre los papiros también aparece un
rollo de cobre, gracias a la conservación de los papiros sabemos que hay mucha literatura
escrita en papiro conservadas gracias a la sequedad del desierto.
Los soportes blandos que conllevaban la transcripción a los duros (era un proceso ritual
o monumental, la mayoría de los textos en soportes duros no están pensados para ser
leídos) pueden dividirse en dos categorías. En papiros: que es una fibra vegetal egipcia
que se trenza el equivalente a una página, se pega a una segunda y cuando se tiene cierto
volumen de hojas pegadas se forma el rollo del papiro, este rollo obliga a leer conforme
se va desenrollando el texto. Esta técnica obliga a que ese rollo no pueda ser infinito,
creando un límite físico que además se almacena en estanterías; cada rollo constituye un
volumen, es barato y es fácil escribir en él, pero tiene el inconveniente de que se tiene que
comprar en Egipto y es débil al fuego y humedad. El segundo material es el Pergamino,
se llama así por la ciudad de Pérgamo, consiste en piel curtida con la que se hace algo
bastante parecido al papiro. Se convirtió en un competidor duro del papiro y en un método
de escritura muy común.
Cuando los textos conformados en papiros se pasaron a pergaminos, probablemente hubo
algunos que no se quisieron pasar, hubo textos que quedaron por el camino (puede ser
considerado una suerte de censura), en ese proceso de transmisión de papiro a pergamino
se perdió mucha información. El rollo en principio se debe copiar solo una obra; Samuel,
Reyes y Crónicas tienen una versión griega más larga que la hebrea por culpa del número
de rollo. La invención de la minúscula en época carolingia (s. VIII) permitió escribir más
en los manuscritos.
Los cristianos adoptaron un soporte nuevo conocido como códice, que consistía en
tablillas de madera enceradas o en blanco, que permitía la reescritura. Adoptan el códice
porque consideran que se traslada mejor y que rompe con la tradición judía, que solo
aceptaban el rollo, ya que consideraban que cuando la tora está en el rollo es su religión,
si no está en rollo no lo es. Este hecho nos hace ver que hasta el soporte marca la
religiosidad; es un proceso de creación religiosa. Además, el códice tiene la ventaja de
poder leerse mejor. Entre ellos destaca el códice sináitico, uno de los más antiguos (s.IV),
se encontraba en un monasterio de palestina. La mayoría de los códices clásicos son del
XIV y XV.
Pero la transmisión escrita en la propia antigüedad también genera problemas e
incertidumbre, no se separan las palabras (se deben reconocer las palabras), no se escriben
las vocales, ni signos de puntuación. Este problema solo se solucionaba aprovechando la
lectura en voz alta, lo que permite el control del texto. No es hasta la llegada de la imprenta
(hacia 1450) que se permite a toda la gente tener acceso a la copia de la biblia. El
contenido de las planchas de una imprenta de la biblia ha fosilizado el texto y será el que
se va a difundir por centenares y miles de ejemplar sin posibilidad de que se corrijan.
Probablemente, la mayoría de los textos bíblicos se concibieron primero en una versión
oral que después fueron puestos por escritos, fue también un proceso de creación. La
tradición oral es creadora, cuando un texto oral se recrea de forma estable permite también
la innovación, cuando se pone por escrito se fosiliza. La puesta por escrito no frena la
tradición oral, la tradición oral es inmensamente más libre que la escrita, que tiende a la
ortodoxia; acabara surgiendo un conflicto entre tradiciones.
El texto escrito permite la reescritura, un caso curioso y paradigmático de reescritura de
un relato añadiendo elementos es la del éxodo. El éxodo se pone por escrito en tiempos
de Salomón. En esta narración del éxodo mas antigua el protagonista es solo Moisés, pero
en el relato del éxodo moderno, a través de la reescritura aparece un personaje nuevo,
Aarón, el hermano de Moisés. Probablemente este personaje fuera creado para legitimar
el papel de los sacerdotes en tiempos de la vuelta del exilio.

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