La llegada de la escritura cuneiforme provocó un gran impacto en el devenir de la
transmisión del pensamiento religioso. Esa escritura cuneiforme evolucionó hasta el Silabario ugarítico y este hacia el alfabeto fenicio. El alfabeto fenicio está al alcance de todo el mundo, cualquiera puede hacer suyo un texto; la difusión de estos alfabetos fenicios y griegos provoco la generación de muchos textos. El eterno debate entre oralidad y escritura parecía haberse decantado hacia este segundo ya que la difusión de textos escritos provocaba la creación de una actitud critica frente al texto. El estudio de los materiales permite adentrarnos en el momento en el que se pudo empezar a poner por escrito los textos bíblicos y saber a que tiempo se remontan; estudiar el soporte es también estudiar su contenido y su trascendencia. Uno de los más antiguos testimonios de religión es la estela de Mesha (830 a.C) una piedra de basalto negro, que muestra una inscripción de Mesha, rey moabita del siglo IX a.C, para preparar este texto se había escrito, previamente, en otro soporte que no se ha conservado. Los soportes duros son testimonios fieles de la escritura, otro ejemplo nos lo encontramos en el Túnel de Siloé (715-687 a.C) donde hay una escritura en piedra cursiva, que habla de la historia de la perforación del túnel; esto nos da a entender que en el reino había una escritura popular. En el Qumrán, entre los papiros también aparece un rollo de cobre, gracias a la conservación de los papiros sabemos que hay mucha literatura escrita en papiro conservadas gracias a la sequedad del desierto. Los soportes blandos que conllevaban la transcripción a los duros (era un proceso ritual o monumental, la mayoría de los textos en soportes duros no están pensados para ser leídos) pueden dividirse en dos categorías. En papiros: que es una fibra vegetal egipcia que se trenza el equivalente a una página, se pega a una segunda y cuando se tiene cierto volumen de hojas pegadas se forma el rollo del papiro, este rollo obliga a leer conforme se va desenrollando el texto. Esta técnica obliga a que ese rollo no pueda ser infinito, creando un límite físico que además se almacena en estanterías; cada rollo constituye un volumen, es barato y es fácil escribir en él, pero tiene el inconveniente de que se tiene que comprar en Egipto y es débil al fuego y humedad. El segundo material es el Pergamino, se llama así por la ciudad de Pérgamo, consiste en piel curtida con la que se hace algo bastante parecido al papiro. Se convirtió en un competidor duro del papiro y en un método de escritura muy común. Cuando los textos conformados en papiros se pasaron a pergaminos, probablemente hubo algunos que no se quisieron pasar, hubo textos que quedaron por el camino (puede ser considerado una suerte de censura), en ese proceso de transmisión de papiro a pergamino se perdió mucha información. El rollo en principio se debe copiar solo una obra; Samuel, Reyes y Crónicas tienen una versión griega más larga que la hebrea por culpa del número de rollo. La invención de la minúscula en época carolingia (s. VIII) permitió escribir más en los manuscritos. Los cristianos adoptaron un soporte nuevo conocido como códice, que consistía en tablillas de madera enceradas o en blanco, que permitía la reescritura. Adoptan el códice porque consideran que se traslada mejor y que rompe con la tradición judía, que solo aceptaban el rollo, ya que consideraban que cuando la tora está en el rollo es su religión, si no está en rollo no lo es. Este hecho nos hace ver que hasta el soporte marca la religiosidad; es un proceso de creación religiosa. Además, el códice tiene la ventaja de poder leerse mejor. Entre ellos destaca el códice sináitico, uno de los más antiguos (s.IV), se encontraba en un monasterio de palestina. La mayoría de los códices clásicos son del XIV y XV. Pero la transmisión escrita en la propia antigüedad también genera problemas e incertidumbre, no se separan las palabras (se deben reconocer las palabras), no se escriben las vocales, ni signos de puntuación. Este problema solo se solucionaba aprovechando la lectura en voz alta, lo que permite el control del texto. No es hasta la llegada de la imprenta (hacia 1450) que se permite a toda la gente tener acceso a la copia de la biblia. El contenido de las planchas de una imprenta de la biblia ha fosilizado el texto y será el que se va a difundir por centenares y miles de ejemplar sin posibilidad de que se corrijan. Probablemente, la mayoría de los textos bíblicos se concibieron primero en una versión oral que después fueron puestos por escritos, fue también un proceso de creación. La tradición oral es creadora, cuando un texto oral se recrea de forma estable permite también la innovación, cuando se pone por escrito se fosiliza. La puesta por escrito no frena la tradición oral, la tradición oral es inmensamente más libre que la escrita, que tiende a la ortodoxia; acabara surgiendo un conflicto entre tradiciones. El texto escrito permite la reescritura, un caso curioso y paradigmático de reescritura de un relato añadiendo elementos es la del éxodo. El éxodo se pone por escrito en tiempos de Salomón. En esta narración del éxodo mas antigua el protagonista es solo Moisés, pero en el relato del éxodo moderno, a través de la reescritura aparece un personaje nuevo, Aarón, el hermano de Moisés. Probablemente este personaje fuera creado para legitimar el papel de los sacerdotes en tiempos de la vuelta del exilio.