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El ciclo hidrológico o ciclo del agua

es el proceso de circulación del agua entre los distintos compartimentos que forman la
hidrósfera. Se trata de un ciclo biogeoquímico en el que hay una intervención mínima de
reacciones químicas, porque el agua solo se traslada de unos lugares a otros, o cambia
de estado físico.
El agua de la Tierra se encuentra en su mayor parte en forma líquida, en océanos y
mares, como agua subterránea, o formando lagos, ríos y arroyos en la superficie
continental. La segunda fracción, por su importancia, es la del agua acumulada como
hielo sobre los casquetes glaciares antártico y groenlandés, con una participación
pequeña de los glaciares de montaña de latitudes altas y medias, y de la banquisa2 Por
último, una fracción menor está presente en la atmósfera en estado gaseoso (como
vapor) o en estado líquido, formando nubes. Esta fracción atmosférica es muy importante
para el intercambio entre los compartimentos para la circulación horizontal del agua, de
manera que se asegura un suministro permanente de agua a las regiones de la superficie
continental alejadas de los depósitos principales.

El agua de la hidrósfera procede de la desgasificación del manto, donde tiene una


presencia significativa, por los procesos del vulcanismo. Una parte del agua puede
reincorporarse al manto con los sedimentos oceánicos de los que forma parte cuando
estos acompañan a la litósfera en subducción. Sedimentos formados entran en los ciclos
geológicos diagenéticos. En su conjunto el ciclo hidrológico se puede considerar como
una operación de lixiviado a escala planetaria.
Fases del ciclo hidrológico

El ciclo del agua tiene una interacción constante con el ecosistema ya que los seres vivos
dependen de esta para sobrevivir, y a su vez ayudan al funcionamiento del mismo. Por
su parte, el ciclo hidrológico presenta cierta dependencia de una atmósfera poco
contaminada y de un grado de pureza del agua para su desarrollo convencional, y de otra
manera el ciclo se entorpecería por el cambio en los tiempos de evaporación y
condensación.
Los principales procesos implicados en el ciclo del agua son:
 Evaporación: El agua se evapora en la superficie oceánica, sobre la superficie terrestre
y también por los organismos, en el fenómeno de la transpiración en plantas y sudoración
en animales. Los seres vivos, especialmente las plantas, contribuyen con un 10 % al agua
que se incorpora a la atmósfera. En el mismo capítulo podemos situar la sublimación,
cuantitativamente muy poco importante, que ocurre en la superficie helada de los
glaciares o la banquisa.
 Condensación: El agua en forma de vapor sube y se condensa formando las nubes,
constituidas por agua en gotas minúsculas.
 Precipitación: Se produce cuando las gotas de agua, que forman las nubes, se enfrían
acelerándose la condensación y uniéndose las gotas de agua para formar gotas mayores
que terminan por precipitarse a la superficie terrestre en razón a su mayor peso. La
precipitación puede ser sólida (nieve o granizo) o líquida (lluvia).
 Infiltración: Ocurre cuando el agua que alcanza el suelo, penetra a través de sus poros
y pasa a ser subterránea. La proporción de agua que se infiltra y la que circula en
superficie (escorrentía) depende de la permeabilidad del sustrato, de la pendiente y de la
cobertura vegetal. Parte del agua infiltrada vuelve a la atmósfera por evaporación o, más
aún, por la transpiración de las plantas, que la extraen con raíces más o menos extensas
y profundas. Otra parte se incorpora a los acuíferos, niveles que contienen agua
estancada o circulante. Parte del agua subterránea alcanza la superficie allí donde los
acuíferos, por las circunstancias topográficas, intersecan (es decir, cortan) la superficie
del terreno.
 Escorrentía: Este término se refiere a los diversos medios por los que el agua líquida
se desliza cuesta abajo por la superficie del terreno. En los climas no excepcionalmente
secos, incluidos la mayoría de los llamados desérticos, la escorrentía es el principal
agente geológico de erosión y de transporte de sedimentos.
 Circulación subterránea: Se produce a favor de la gravedad, como la escorrentía
superficial, de la que se puede considerar una versión. Se presenta en dos modalidades:
o Primero, la que se da en la zona vadosa, especialmente en rocas karstificadas, como
son a menudo las calizas, y es una circulación siempre pendiente abajo.
o Segundo, la que ocurre en los acuíferos en forma de agua intersticial que llena los
poros de una roca permeable, de la cual puede incluso remontar por fenómenos en los
que intervienen la presión y la capilaridad.
 Fusión: Este cambio de estado se produce cuando la nieve pasa a estado líquido al
producirse el deshielo.
 Solidificación: Al disminuir la temperatura en el interior de una nube por debajo de 0 °C,
el vapor de agua o el agua misma se congelan, precipitándose en forma de nieve o
granizo, siendo la principal diferencia entre los dos conceptos que en el caso de la nieve
se trata de una solidificación del agua de la nube que se presenta por lo general a baja
altura. Al irse congelando la humedad y las pequeñas gotas de agua de la nube, se
forman copos de nieve, cristales de hielo polimórficos (es decir, que adoptan numerosas
formas visibles al microscopio), mientras que en el caso del granizo, es el ascenso rápido
de las gotas de agua que forman una nube lo que da origen a la formación de hielo, el
cual va formando el granizo y aumentando de tamaño con ese ascenso. Y cuando sobre
la superficie del mar se produce una manga de agua (especie de tornado que se produce
sobre la superficie del mar cuando está muy caldeada por el sol) este hielo se origina en
el ascenso de agua por adherencia del vapor y agua al núcleo congelado de las grandes
gotas de agua. El proceso se repite desde el inicio, consecutivamente por lo que nunca
se termina, ni se agota el agua.

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