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El presente ensayo tiene por objetivo revisar los derechos que le son reconocidos a los
adolescentes a quienes se les haya encontrado responsables del cometimiento de una
infracción penal y en ese marco se les haya dictado una medida socioeducativa
privativa o no privativa de libertad; frente a ello, se detallarán las obligaciones
internacionales asumidas por el Estado ecuatoriano respecto a la protección de los y
las adolescentes infractores1; así como la normativa nacional vigente y aplicable en el
marco de la ejecución de las medidas que les fueren impuestas.
Consideraciones generales
Constitución de la República:
Se debe partir señalando que el Art. 35 de la Carta Fundamental establece que las y los
adolescentes, así como las personas privadas de libertad, entre otros grupos humanos
considerados vulnerables, deben recibir atención prioritaria y especializada en los
ámbitos público y privado; esto significa que las y los adolescentes que han infringido
la ley penal tienen doble prioridad: una por ser adolescentes y otra por estar privados
de la libertad, razón por la cual deben recibir una atención y protección especial.
Por su parte, el Art. 44 obliga al Estado, a la sociedad y a la familia, a promover el
desarrollo integral de las niñas, niños y adolescentes y asegurar el ejercicio pleno de
sus derechos; así mismo, establece que se atenderá al principio de su interés superior
y determina que sus derechos prevalecen sobre los de las demás personas.
El Art. 45 de la Constitución determina que las niñas, niños y adolescentes gozan de
los derechos comunes del ser humano, además de los específicos de su edad, entre
ellos: integridad física y psíquica; identidad, nombre y ciudadanía; salud integral y
nutrición; educación y cultura, deporte y recreación; seguridad social; tener una
familia y disfrutar de la convivencia familiar y comunitaria; participación social;
respeto de su libertad y dignidad; ser consultados en los asuntos que les afecten;
educarse de manera prioritaria en su idioma y en los contextos culturales propios de
sus pueblos y nacionalidades; recibir información acerca de sus progenitores o
familiares ausentes, salvo que fuera perjudicial para su bienestar.
2 Entre otros: Reglas mínimas de las Naciones Unidas para la administración de la justicia de menores (Reglas de Beijin);
Directrices de las Naciones Unidas para la prevención de la delincuencia juvenil (Directrices de Riad); Reglas de las Naciones
Unidas para la protección de los menores privados de libertad; Observación General N° 10 del Comité de los Derechos del
Niño; Opinión Consultiva 17, Corte Interamericana de Derechos Humanos
Por su parte, el Art. 51 de la Constitución contempla los derechos de las personas
privadas de libertad, los cuales deberán ser tomados en cuenta dado que los
adolescentes están sujetos, como se señaló en líneas anteriores, a todos los derechos
establecidos para las demás personas. En tal sentido, a los adolescentes a quienes se
les haya determinado una medida socioeducativa privativa de libertad, se les reconoce
el derecho a:
No ser sometidos a aislamiento como sanción disciplinaria.
La comunicación y visita de sus familiares y profesionales del derecho.
Declarar ante una autoridad judicial sobre el trato que haya recibido
durante la privación de la libertad.
Contar con los recursos humanos y materiales necesarios para garantizar
su salud integral en los centros de privación de libertad.
La atención de sus necesidades educativas, laborales, productivas,
culturales, alimenticias y recreativas.
Recibir un tratamiento preferente y especializado en el caso de las mujeres
embarazadas y en periodo de lactancia, adolescentes, y las personas adultas
mayores, enfermas o con discapacidad.
Contar con medidas de protección para las niñas, niños, adolescentes,
personas con discapacidad y personas adultas mayores que estén bajo su
cuidado y dependencia.
Respecto a los adolescentes en conflicto con la ley penal, la Convención, a través del
Art. 37 y 40, establece los parámetros que regulan la intervención del Estado frente al
cometimiento de una infracción penal por parte de un menor de edad y reconoce el
derecho de todo niño de quien se alegue que ha infringido las leyes penales o a
quien se acuse o declare culpable de haber infringido esas leyes a ser tratado de
manera acorde con el fomento de su sentido de la dignidad y el valor, que fortalezca
el respeto del niño por los derechos y las libertades fundamentales de terceros y en la
que se tengan en cuenta la edad del niño y la importancia de promover la
reintegración del niño y de que éste asuma una función constructiva en la sociedad3.
En cumplimiento de este instrumento internacional el Ecuador debe velar porque4:
El Título III del Libro Primero del Código de la Niñez y Adolescencia, desarrolla los
derechos de todo niño, niña o adolescente; y, los clasifica según su naturaleza en:
derechos a la supervivencia; derechos relacionados con el desarrollo; derechos de
protección; y, derechos de participación.
5 Código de la Niñez y Adolescencia, Art. 16.- Naturaleza de estos derechos y garantías.- Por su naturaleza, los derechos y
garantías de la niñez y adolescencia son de orden público, interdependientes, indivisibles, irrenunciables e intransigibles, salvo
las excepciones expresamente señaladas en la ley.
6 Código de la Niñez y Adolescencia, Art. 17.- Deber jurídico de denunciar.- Toda persona, incluidas las autoridades judiciales y
administrativas, que por cualquier medio tenga conocimiento de la violación de un derecho del niño, niña o adolescente, está
obligada a denunciarla ante la autoridad competente, en un plazo máximo de cuarenta y ocho horas.
Ahora bien, partiendo de las premisas mencionadas y por tanto reconociendo que las
y los adolescentes, incluidos aquellos en conflicto con la ley, están sujetos a los
derechos contemplados en la normativa nacional e internacional vigente, se ha
establecido en el Código de la Niñez y Adolescencia, que toda medida socioeducativa
impuesta debe garantizar la protección y el desarrollo de los adolescentes, asegurar su
educación, integración familiar e inclusión constructiva a la sociedad; estableciendo la
responsabilidad de promover a favor de este grupo de atención prioritaria, el ejercicio
de los demás derechos de la persona establecidos en la Constitución, instrumentos
internacionales ratificados por el Ecuador y la ley de la materia7.
7 Código de la Niñez y Adolescencia, Art. 371.- Finalidad de las medidas socioeducativas.- Las medidas socioeducativas tienen
como finalidad la protección y el desarrollo de los adolescentes infractores, garantizar su educación, integración familiar e
inclusión constructiva a la sociedad, así como promover el ejercicio de los demás derechos de la persona de conformidad con la
Constitución, instrumentos internacionales ratificados por el Ecuador y este Libro.
8 Código de la Niñez y Adolescencia, Art. 374.- Autoridad competente.- Los juzgadores especializados en adolescentes infractores
son competentes para el control jurisdiccional de la ejecución de las medidas socioeducativas que se aplican.