Está en la página 1de 2

EL PODER ESCONDIDO

Era un día normal, los jóvenes asistían a la escuela y los adultos a su trabajo;
los autobuses pasaban haciendo sonar su bocina en cada parda, a lo que los
perros ladraban detrás de éstos y los cobradores les arrojaban desechos de sus
bolsillos.

Todo transcurría normalmente, hasta que de pronto se escuchó un fuerte silbido


en el cielo seguido de un fuerte sonido similar al estallido de una bomba.

Después de ello mis recuerdos son borrosos, seres extraños, dolor, miedo. Abrí
mis ojos, desconocía el lugar ¿dónde estaba? ¿qué me había pasado? ¿quiénes
eran ellos? todas estas preguntas pasaron por mi mente.

De pronto, sentí un empujón y escuché un ¡CORRE!, y entonces empecé a


correr, aunque no sabía a donde debía hacerlo, mientras me inundaba mis
pensamientos sin parar de correr escuché unos pasos, o más bien alguien que
me seguía y justo cuando iba a voltear sentí que alguien me tomó de la mano y
empezó a correr conmigo, hasta lo que parecía una salida.

Salimos y continuamos corriendo por un largo rato hasta que nos cansamos y
entonces pregunté: ¿quién eres? ¿por qué corrías? ¿por qué corríamos? ¿qué
era ese lugar?, soy Tiger Mendez, corríamos porque estábamos huyendo – dijo,
pero ¿por qué? – dije, porque nos iban a matar – dijo Tiger.

Me quedé fría en ese instante y entonces pensé por qué me había salvado si ni
siquiera me conoce, y como si éste leyera mis pensamientos dijo:

Escuché un ruido estruendoso esta mañana y luego de ello observé unos seres
que se acercaban a mí, el temor me paralizó y no pude correr, éstos me tomaron,
para suerte mía – dijo un poco triste – y me llevaron a una especie de cueva, eso
parecía por fuera, pero por dentro era un salón con aparatos de última tecnología
que estudiaban las condiciones de nuestro planeta y a los seres que contenía,
en el momento que me hicieron entrar, justo me tocó presenciar el asesinato de
un compañero de clases, al cual lo mataron lentamente, despedazándolo como
animales salvajes que disfrutaban el sufrimiento.

En ese momento vi mi destino, creí que me pasaría lo mismo, pero para suerte
mía me llevaron a un cuarto con cápsulas que contenían personas y me dejaron
allí.

Pasaron los días y las personas iban disminuyendo, sabía que en cualquier
momento me tocaría mi turno, pero no podía quedarme de brazos cruzados, no
moriría así de fácil.

Logré escapar de mi cápsula con mucho dolor ya que sus paredes eran de
corriente eléctrica, y justo me di cuenta que yo era el único que quedaba en ese
salón, pero justo cuando me disponía a escapar tú llegaste, inconsciente, pero
una presa más de ello; me puse a pensar en escapar, pero i lo hacía tú morirías
por mi culpa, así que cuando el extraño se disponía a salir del salón te empujé y
grite ¡CORRE!, mientras yo me encargaba de él, lo empujé hacia una de las
cápsulas y entonces le pasó corriente lo que lo dejó inconsciente.

Empecé a caminar ya que estaba cansado, pero éste se levantó no sé cómo,


pero lo hizo, así que aproveché que aún sentía dolor para correr y fue cuando te
vi de nuevo y ya que al paso que ibas te iban a alcanzar te tomé de la mano y te
empecé a jalar hasta aquí, en donde estamos recuperando aliento.

Me quedé no sé si asombrada, en shock o asustada por lo que me había dicho,


pero sí sentí que debía agradecerle por todo lo que había hecho.

Tiger gracias por salvarme, en verdad, gracias, nunca olvidaré esto – dije y luego
le di un fuerte abrazo como símbolo de ello.

Esta historia continuará…

Autora: Carolina Seminario Valdivia

También podría gustarte