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ORIGEN Y CIRCUNSTANCIA DE LA IDEA

D E UNIDAD NACIONAL

Luis MEDINA

E L T E M A D E L A UNIDAD NACIONAL que aquí se trata sobrepasa a l simple


interés histórico, ya que sus efectos, que llegan hasta nuestros días, le
otorgan u n rango de g r a n a c t u a l i d a d . Y es por ello que es imposible
negarle u n p a p e l clave en l a mecánica y en el acontecer políticos pos-
teriores a los años cuarenta, época en que quedaron conformados los ele-
mentos básicos de esta concepción ideológica. U t i l i z a d a c o n g r a n p r a g -
matismo p o r los herederos de l a Revolución mexicana, h a contribuido en
los útimos treinta años a afianzar y a institucionalizar el p o d e r político
del Estado mexicano.
Y aunque sus efectos h a n sido múltiples, conviene resaltar u n o p o r
demás i m p o r t a n t e : l a posibilidad que presentó desde u n p r i m e r m o m e n -
to — a l p r i n c i p i o como m e r a promesa, después como u n a r e a l i d a d inne-
g a b l e — de alterar el orden de las prioridades públicas. S i bien es cierto
que antes de que surgiera l a idea de l a u n i d a d n a c i o n a l el tema p r i n -
c i p a l de los gobiernos posrevolucionarios era el político, después de ella
el lugar central lo v a a t o m a r el desarrollo económico.
E n nuestro concepto, l a i d e a de l a u n i d a d n a c i o n a l h a pasado p o r dos
etapas claramente definidas y se encuentra actualmente a l borde de u n a
tercera. E n l a p r i m e r a , que, grosso modo, podemos localizar entre 1940
y mediados del periodo presidencial de A d o l f o López M a t e o s , l a instru-
mentación de d i c h a concepción ideológica permitió a m p l i a r el c a m p o de
m a n i o b r a de los gobiernos y llevar adelante sin tensiones intolerables d i -
versas estrategias económicas. E n u n a segunda etapa, que corre de l a su-
presión de los movimientos en favor de u n sindicalismo independiente en
l a época de López M a t e o s hasta 1970, l a u n i d a d n a c i o n a l , como motor
político, sufrió importantes erosiones que desembocaron en l a necesidad
de u n a redefinición.
A principios de l a presente década si bien era de j u s t i c i a reconocerle
a l a u n i d a d n a c i o n a l el haber p e r m i t i d o u n crecimiento económico con-
siderable, también era necesario aceptar que había p r o d u c i d o u n a serie
de consecuencias negativas p a r a el desarrollo político, económico y so-
c i a l del país. Y entre las críticas que entonces empezaron a proliferar
se a d i v i n a b a n esos p r o b l e m a s : l a concentración del ingreso, l a despoliti-
zación de las masas organizadas, el fortalecimiento de sectores económi-
camente poderosos dueños de u n a actitud c a d a vez más desafiante, l a
aparición de los marginados, l a depreciación del personal político, etc.

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T o d o ello, j u n t o a l a agudización de enfrentamientos latentes en el seno


mismo del gobierno y entre el gobierno y los sectores de i n i c i a t i v a p r i v a -
da, h a llevado a c o n c l u i r sobre l a necesidad de u n a c l a r a definición de
lo que l a u n i d a d n a c i o n a l debe incluir. L a concentración de masas, l l a -
m a d a de l a solidaridad n a c i o n a l , realizada el d o m i n g o 14 de octubre de
1973 en l a Plaza de l a Constitución de l a C i u d a d de México, aparece
como u n p r i m e r intento en ese sentido.
D e n t r o de este contexto, y contando con que l a idea de l a u n i d a d n a -
cional aún dará m u c h o que h a b l a r en el futuro inmediato, no es ocioso
analizar l a c o y u n t u r a histórica que l a hizo posible.
E n relación con l o anterior cabe aclarar que en l a historia política
contemporánea de M é x i c o persisten numerosas incógnitas sobre m o m e n -
tos clave. U n o de ellos, que se cuenta entre los más controvertidos, es el
de l a sucesión presidencial en 1940. A l c o n c l u i r el periodo del general
Lázaro Cárdenas, q u i e n se había distinguido por haber puesto gran aten-
ción a las reivindicaciones de las masas obreras y campesinas, o c u p a l a
silla presidencial el general M a n u e l Ávila C a m a c h o , cuyo gobierno se
orientó a rectificar varios aspectos de su antecesor. A c u s a d o de ser el i n i -
ciador del retroceso revolucionario, l a d u d a , sin embargo, subsiste, n o en
cuanto a su a c t i v i d a d desde l a presidencia, sino sobre las razones que le
permitieron p r i m e r o su acceso a l poder — c u a n d o el i n d i c a d o p a r a c o n t i -
nuar l a o b r a del m a n d a t a r i o saliente era el general F r a n c i s c o J . Múgi-
__
c a y después a intentar c a m b i a r el r u m b o trazado p o r Cárdenas.
Así pues, las líneas que siguen buscan aclarar las circunstancias socia-
les, políticas, económicas e internacionales que, a l confluir a fines de los
años treinta, c o n f o r m a r o n u n a coyuntura política que e x p l i c a l a selección
de Ávila C a m a c h o , así como el origen de lo que sería tema constante de
su p l a t a f o r m a de candidato y luego de su gobierno: l a u n i d a d nacional.
Vistos a l a distancia el periodo y sus actores principales, pueden ser éstos
juzgados con rigor o c o n b o n d a d , pero m u c h o más fructífero es el consi-
derarlos en el contexto infinitamente complejo en que les tocó actuar y
d e c i d i r : después de todo, intentar u n i r a u n país es m u c h o más difícil que
dividirlo.

LA POLÍTICA MONETARIA CARDENISTA

A n t e todo cabe recordar que el general Cárdenas llega a l a presidencia


de l a República en u n m o m e n t o en que el país había apenas emergido de
los efectos de l a depresión de 1929. E n México, l a depresión dejó como
enseñanza l a p l e n a comprobación de l a i n c a p a c i d a d e insuficiencia de u n
Estado relativamente pasivo frente a l a economía. Y en nuestro país, a l
igual que en otros, l a crisis fomentó l a certidumbre de que el Estado
precisaba desempeñar u n papel más activo en l a promoción económica.
Pero a este requerimiento, a l c u a l podríamos catalogar de naturaleza
económica, se le aunó otro de índole política: el acceso a l poder, junto
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con Cárdenas, de u n g r u p o de l a " f a m i l i a r e v o l u c i o n a r i a " que intentaba


dar contenido a los postulados de reivindicación social de l a Constitución
d e 1917; requerimiento político que se hizo m u c h o más i m p e r a t i v o bajo
el conflicto, sordo a l p r i n c i p i o y abierto después, que se entabló entre
este g r u p o y el a l a derecha de l a " f a m i l i a r e v o l u c i o n a r i a " encabezada
por el general Plutarco Elias Calles.
Son conocidos los avatares de este enñentamiento que culminó c o n el
t r i u n f o d e l nuevo grupo, l a salida de Calles d e l país, y el encuadramiento
d e las masas campesinas y obreras dentro de u n nuevo m a r c o de relacio-
nes c o n el Estado y c o n el gobierno, razón p o r l a c u a l n o entraremos en
estos detalles y nos limitaremos a explorar los efectos que sobre e l a m -
biente político tuvieron las políticas social y económica de Cárdenas en
los tiempos postreros de su periodo presidencial.
E l general Lázaro Cárdenas llegó a l poder con el deseo de llevar ade-
lante u n a política de a m p l i o espectro social, f u n d a m e n t a d a en l a distri-
bución de tierras; en l a asistencia y organización c o m u n a l de l a explota-
ción en el c a m p o ; en el mejoramiento de los ingresos y l a formación de
cooperativas de explotación entre los obreros y los campesinos; e n el fuerte
gasto d e l gobierno federal en l a infraestructura, y, finalmente, en l a rei-
vindicación, dentro de l o posible, de los recursos naturales en manos
extranjeras. E l t r i u n f o sobre l a facción callista marcó el inicio de l a ofen-
siva d e l gobierno de Cárdenas en los frentes mencionados.
Si bien es cierto que detrás de l a acción oficial cardenista pueden a d i -
vinarse motivaciones políticas m u y claras, como insinuamos líneas a r r i b a ,
circunstancias que o b l i g a b a n u n a vez emprendido el camino a seguir
adelante, también es cierto que t a l política encontró serios obstáculos,
entre los cuales nos interesa resaltar e l p r o b l e m a d e l f i n a n c i a m i e n t o . E l
refaccionamiento a l ejidatario, a las cooperativas, el gasto implícito en las
nacionalizaciones de los ferrocarriles y del petróleo, más las fuertes
erogaciones e n m a t e r i a de comunicaciones, pronto sobrepasaron l a capa-
c i d a d de recaudación d e l gobierno.
E n u n p r i n c i p i o e l f i n a n c i a m i e n t o de l a obra pública fue ortodoxo.
E n t r e 1934 y 1936, los egresos fueron inferiores a los ingresos de l a F e -
deración, l o que se e x p l i c a p o r el mejoramiento de l a situación econó-
1

m i c a i n t e r n a y externa luego de l a crisis de 1929 y p o r el hecho de que


l a ofensiva e n los frentes sociales no e r a aún c l a r a y explícita, y por-
q u e l a recaudación fiscal fue en a u m e n t o . Desde 1932 hasta 1936, las
2

políticas m o n e t a r i a y c r e d i t i c i a se habían distinguido p o r su m a r c a d a

1 Raúl Salinas Lozano, L a intervención d e l E s t a d o y l a cuestión de l o s p r e c i o s .


(Tesis). México, U N A M , 1944, p. 85. Para los años 1934, 1935 y 1936 el superá-
vit fue, respectivamente, de 27.9, 70.4 y 26.9 millones de pesos.
2 Las exportaciones mejoraron notablemente. Su punto más bajo fue en 1932
—96.5 millones de pesos, frente a 274.9 millones en 1929—; en 1937 llegó a los
247 8 millones de pesos, para descender a 185.4 al año siguiente. Nacional F i -
nanciera. L a economía m e x i c a n a en c i f r a s . México, N A F I N S A , 1965, p. 205. E n
consecuencia, la recaudación fiscal pasó de 206.8 millones en 1932 a 380.2 en
1936. Cf. R a ú l Salinas Lozano, o p . c i t . , p. 85.
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austeridad, basada en l a restricción a l crédito y el equilibrio monetario


interno y externo con lo c u a l se buscaba lograr de nuevo el n i v e l de pre-
cios vigentes e n 1929.
A p a r t i r de 1936 — a ñ o en que se alcanzó el n i v e l de precios anterior
a l a c r i s i s — se v a a realizar u n cambio completo en l a f o r m a de f i n a n -
ciar e l gasto público, como resultado de múltiples causas. P o r u n lado
se encontraban los requerimientos impuestos por l a política cardenista
que y a hemos mencionado, y que se agudizan a p a r t i r de esa fecha hasta
fines de 1938, c u l m i n a n d o con l a expropiación de l a industria del pe-
tróleo. Pero p o r otro, se presenta el p r o b l e m a no menos urgente impuesto
por l a hostilidad del sector p r i v a d o y de los ahorradores potenciales f r e n -
te a los " r a d i c a l i s m o s " de Cárdenas, y que v a n a c o n d u c i r a u n a retrac-
ción de fondos disponibles en l a banca p r i v a d a . Y todo ello dentro de
un m a r c o de crisis de l a b a l a n z a de pagos de M é x i c o , p r o v o c a d a por
u n brusco aumento de las importaciones a mediados de 1937.
L a a c t i t u d del sector p r i v a d o es ilustrativa, y a que pone de manifiesto
una causalidad sobre l a c u a l el gobierno no tenía c o n t r o l : l a aparición de
la desconfianza. C u a n d o Cárdenas tomó el poder, l a b a n c a p r i v a d a tenía
en su haber 236 millones de pesos en diversas clases de depósitos (aho-
rros, depósitos a l a vista y depósitos a plazo f i j o ) , c a n t i d a d que aumentó
entre 1935 y 1936 de 268 a 402 millones, respectivamente. E n los dos
años siguientes, sin embargo, el monto total bajó, estancándose en 327
millones, p a r a volver a subir en 1938 a 390 millones de pesos.» Aquí el
año clave es 1936, p o r ser el momento en que empiezan a entrar en jue-
go aquellos elementos, calificados entonces como " r a d i c a l e s " , que v a n a
empujar h a c i a u n a reorientación del nuevo circulante.
E n ese a ñ o — 1 9 3 6 — apareció en el seno del gobierno u n a nueva con-
cepción de l a m o n e d a : implícitamente se le atribuye, como función
p r i m o r d i a l , n o l a de poner en m o v i m i e n t o las mercancías, sino l a de
poner en m o v i m i e n t o los recursos del país. Detrás de esta nueva con-
4

cepción m o n e t a r i a se encontraba el razonamiento del entonces secretario


de H a c i e n d a , E d u a r d o Suárez, y que consistía en a f i r m a r que a l haber
desocupación de recursos podía emplearse a l a m o n e d a como u n m e d i o
p a r a su mejor y m a y o r utilización, sin que ello c o n l l e v a r a el violentar
el poder adquisitivo del d i n e r o , y a que los aumentos de producción n e u -
tralizarían en parte los efectos inflacionistas. A p a r t i r de entonces, bajo
5

¡» Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio e Industria, Análisis eco¬


nómico n a c i o n a l , 1 9 3 4 - 1 9 4 0 . México, .[s.e.], 1940. pp. 90-91, 93.
* Ricardo Torres Gaitán, Política m o n e t a r i a m e x i c a n a . (Tesis). México, Univer-
sidad Nacional Autónoma de México, 1944, p. 199.
* I b i d . , p. 200. Posteriormente, ya en los años cincuenta, el licenciado Eduardo
Suárez justificaría el sobregiro de la manera siguiente: " S i por falta de dinero
acumulado mediante el ahorro, aparece el desempleo y los recursos naturales no
pueden ser explotados, es legítimo y conveniente crear dinero por medio de la
prensa de imprimir, aun a riesgo de alterar el nivel de precios, porque la calami-
dad mayor que puede aquejar a una sociedad es el desperdicio de sus recursos
humanos y el empobrecimiento general que le acompaña." Citado en Antonio M a -
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la l u z de l a nueva concepción, el B a n c o de México se convirtió en u n a


f u e r z a m o t r i z económica importante a través del sobregiro de l a cuenta
que, por ley, tiene l a Tesorería de l a Nación en el banco.
A pesar de l a prohibición i n c l u i d a en l a L e y Orgánica del B a n c o de
M é x i c o , esta institución, a instancias del gobierno de Cárdenas, comen-
6

zó a aceptar pagarés de l a Tesorería sin garantía alguna a cambio de los


billetes nuevos que emitía. A finales del año de 1937, el Banco de M é -
x i c o i n f o r m a b a que el sobregiro sobrepasaba los límites legales en 89.3
millones de pesos. E n las postrimerías de 1939, l a c a n t i d a d llegaba y a a
los 102 millones y en 1940 alcanzaba los 239 millones de pesos. Y a l
m i s m o t i e m p o aumentaban los préstamos a corto plazo —amortizables
antes de transcurrido u n a ñ o — de 15 millones en 1936 a 106 millones
en 1937 y 121 millones a finales de 1939. 7

LAS C O N S E C U E N C I A S POLÍTICAS D E L SOBREGIRO

T o d o este problema del f i n a n c i a m i e n t o a base de sobregiros viene a


cuento, ya que, junto con las políticas reivindicatorías hacia las cuales
estaba orientado, desató u n a reacción de i n c o n f o r m i d a d entre ciertos sec-
tores, que v i n o a configurar e l marco de l a difícil coyuntura dentro de l a
c u a l se presentó l a sucesión presidencial. E a J é r m i n o s m u y generales, es-
tos efectos pueden resumirse así: p o r u n l a d ^ l m a T m í i a ^ p r i v a d a " '
temerosa de las huelgas y p r e o c u p a d a p o r l a falta de crédito p r i v a d o ,
asustadiza y agresiva, que tomó el sendero de u n a relativa pasividad
económica frente a l a expansión del mercado i n t e r n o ; y p o r otro, como
consecuencia de l o anterior, del aumento en el circulante y en l a ca-
p a c i d a d adquisitiva de las masas organizadas, u n proceso i n f l a c i o n a r i o
que afectó e l bolsillo de las clases medias y de las clases bajas no o r g a n i -
zadas y p r o v o c a r o n su descontento. Paralelamente, u n a facción de a n t i -
guos políticos desplazados y resentidos aprovecharían esta coyuntura para
d i v i d i r a l a población votante, c o n vistas a l a sucesión presidencial, en
dos c a m p o s : de u n lado el elemento oficialista, y de otro, a l frente del
c u a l se colocaron estos políticos l a oposición almazanista. E n el p r i m e r o
se contarían las masas organizadas; en el segundo todos aquellos i n d i v i -
dúos cjue p o r u n a razón u otra, no habían encontrado acomodo dentro
5

de los grandes marcos articuladores dependientes del partido oficial.

ñero, L a revolución b a n c a r i a en México. México, Talleres Gráficos de la Nación,


1957, p. 275.
« E l artículo 38 de esta Ley, promulgada el 28 de agosto de 1936, imponía al
Banco, como límite a sus préstamos al gobierno, el 10% máximo del promedio de
los ingresos anuales percibidos por este último a resultas de la recaudación fiscal,
en los tres años anteriores a la solicitud. E n caso de varias solicitudes en di-
versas fechas, se acumulaba el saldo de la deuda del gobierno con el Banco de
México y lo solicitado, para determinar lo principal del adeudo y aplicar la regla
ya mencionada.
7 Virgil M . Bett, C e n t r a l B a n k i n g i n México: M o n e t a r y Policies a n d F i n a n c i a l
C r i s i s , 1 8 6 4 - 1 9 4 0 . (Tesis). A n n Arbor, University of Michigan, 1957, p. 112.
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L a a l a r m a entre l a i n i c i a t i v a p r i v a d a se había i n i c i a d o con l a expedi-


ción de l a L e y de Expropiación de septiembre de 1936. A esta ley, que
venía a llenar u n hueco en e l camino hacia u n a m a y o r intervención del
Estado e n l a economía, e l sector privado l a consideró como u n grave
atentado en contra de sus intereses y d e l derecho de propiedad. A n t e sus
ojos, esta ley no sólo buscaba arrebatar a l c a p i t a l p r i v a d o "sus posiciones
c l a v e " y "sus reductos más sólidos", sino que era también parte de u n a
estrategia, concebida p o r los intelectuales revolucionarios que rodeaban
a Cárdenas, encaminada a destruirlos. Pero además, se confesarían
8

. . .acosados p o r las exigencias obrerías siempre crecientes, desani-


mados por l a poca simpatía de las Juntas de Conciliación, teme-
rosos de las huelgas prolongadas indefinidamente c o n el obligado
pago de los salarios caídos, y obsesionados p o r l a ley de expropia-
ción que los líderes sindicales agitaban constantemente p a r a apoyar
sus pliegos de p e t i c i o n e s . . .
9

Bajo tales circunstancias, a f i r m a b a n empresarios y comerciantes, no les


quedaba más remedio q u e l i q u i d a r y salvar l o que podían de su capital,
en tanto que las inversiones inmovilizadas las tenían que explotar a l m á -
ximo en u n esfuerzo p o r extraer a l negocio el m a y o r rendimiento posi-
ble. 10
S u queja más lastimera consistía, sin embargo, en poner de
manifiesto que l a ofensiva d e l Estado de l a c u a l se consideraban víctimas
había p r o p i c i a d o u n ambiente económico en e l que " . . . n o se encontró
capital p a r a crear nuevas empresas importantes, a pesar de que e l des-
arrollo f e b r i l d e l consumo, m o t i v a d o p o r l a inflación, ensanchó conside-
rablemente l a d e m a n d a de muchos p r o d u c t o s " . 11

E n p r i n c i p i o parecería c o n t r a toda r a c i o n a l i d a d económica que los e m -


presarios n o reaccionaran frente a l estímulo que se presentó en los últimos
años d e l cardenismo. Pero no l o hicieron porque l a desconfianza no sólo
los afectó a ellos, sino también a los ahorradores potenciales.
Efectivamente, el aumento de circulante y l a redistribución d e l ingreso
implícita en l a política social cardenista ensancharon e l mercado interno.
Sin embargo, a fines de 1937 se presentó e l efecto i n f l a c i o n a r i o , que fue
agudizándose hasta alcanzar t o d a su p l e n i t u d en 1938. L a inflación, so-
bre l a c u a l los consejeros presidenciales habían cruzado los dedos esperando
que n o se presentara, hizo su aparición porque l a economía no respon-

s Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio e Industria, o p . c i t . , pp.


43-44.
9
I b i d . , p. 100.
i» I b i d . , p. 101.
I b i d . L a contracción del crédito la reconoció el Banco de México en su In-
forme a la Asamblea General de 1937, en los siguientes términos: " L a impresión
de holgura financiera que tanto impulso dio a los negocios en los primeros seis
meses del año, fue reemplazada pronto por una situación inversa, cuando la fuga
o la ocultación de los capitales determinó a partir de julio, la baja acelerada de
tos depósitos obligando a los bancos a activar sus cobros y restringir las concesiones
de crédito severamente." E n : Antonio Mañero, o p . c i t . , pp. 215-216.
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dió al aliciente del aumento de d i n e r o en circulación como se hubiera


deseado. A l descontento de los empresarios, ya patente en 1938 p o r el
número de huelgas en los años anteriores, 12
se agregaba l a retracción de
los fondos e n e l mercado n a c i o n a l de capitales disponibles para l a inver-
sión p r i v a d a . G r a n parte d e l nuevo circulante, debido a l c l i m a de inse-
g u r i d a d q u e se sentía, se dirigió en parte h a c i a instituciones bancarias en
el extranjero 13
y en parte h a c i a valores refugio — c o m o l a c o m p r a de
terrenos u r b a n o s — y a l consumo s u n t u a r i o . 14
Además, p o r si fuera poco,
las compañías petroleras empezaron a retirar fuertes cantidades d e l siste-
ma b a n c a r i o mexicano y el gobierno norteamericano, p o r su lado, h a c i e n -
do eco a l a a c t i t u d de estas empresas, se negó a p r o r r o g a r el convenio
con M é x i c o sobre l a c o m p r a de p l a t a . 1 5
M e d i d a s , ambas, que agravaron
l a escasez de divisas y de fondos e n l a b a n c a p r i v a d a m e x i c a n a .

™ E l cuadro que en seguida se reproduce da una idea de conjunto del crecido


número de huelgas y de trabajadores involucrados entre 1935 y 1937:

Año Número de h u e l g a s Número de t r a b a j a d o r e s

1934 200 15 000


1935 650 145 000
1936 675 115 000
1937 575 64 000
1938 325 15 000

F U E N T E : Joe G . Ashby, O r g a n i z e d L a b o r a n d t h e M e x i c a n R e v o l u t i o n U n d e r
Lázaro C a r d e n a s . Chapel Hill, The University of North Carolina Press, 1967.
Apéndice D - I I .

as Calculando sobre la base del impuesto a la exportación de capitales, vigente


entre 1934 y 1939, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio e In-
dustria encontró que habían emigrado las siguientes cantidades (millones de pesos) :
1934 46
1935 147
1936 190
1937 250
1938 225
1939 (seis meses) 125

Total : 983
FUENTE: Confederación de Cámaras de Comercio e Industria, o p . c i t . , p. 93.

i * E n el último quinquenio de los años treinta, los terrenos en el Distrito Fe-


deral conocieron, según su ubicación, un aumento en su valor entre 50% y 200%.
L a tendencia al gasto suntuario puede quedar ilustrada con la importación de
automóviles, que entre 1936 y 1939 salta de 57 416 unidades a 103 358. Confe-
deración de Cámaras Nacionales de Comercio e Industria, o p . c i t . , pp. 93-94.
Sobre el retiro de fondos bancarios por las empresas, Cf. Lorenzo Meyer,
México y l o s E s t a d o s U n i d o s en e l c o n f l i c t o p e t r o l e r o ( 1 9 1 7 - 1 9 4 2 ) . México, E l C o -
legio de México, 1972, p. 335. E n relación con la presión del gobierno norteame-
ricano con las compras de plata, del mismo autor véase " L a política de la buena
vecindad: su teoría y práctica e el caso mexicano", en E x t r e m o s de México. M é -
n

xico, E l Colegio de México, 1971, pp. 241-255. Para los efectos sobre las reservas
de México y el tipo de cambio, ver Antonio Mañero, o p . c i t . , pp. 219-225.
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D e esta m a n e r a nos encontramos con u n p a n o r a m a económico que se


presentaba como u n círculo vicioso: u n gobierno interesado en realizar
fuertes gastos con orientación social, que le imponían l a necesidad de
recurrir a l aumento de circulante, esperanzado en que el resto de l a eco-
nomía respondiera a l aliciente; y por otra parte, u n sector p r i v a d o , que
temeroso de lo que podía haber detrás de l a política social cardenista, se
retraía, e n u n a situación de escasez de crédito, frente a u n mercado inter-
no creciente. Así las cosas, e l resultado tenía que ser l a inflación. I n -
flación que se v i o agravada en el periodo que estudiamos por el descenso
de l a producción agrícola en . algunos renglones de alimentos de consumo
interno, c o m o consecuencia de los reajustes naturales producidos p o r u n a
reforma agraria de las proporciones de l a e m p r e n d i d a p o r C á r d e n a s . 18

E l aumento del circulante — q u e entre 1937 y 1940 pasó de 767.8 m i -


llones a 1 297.1 millones de p e s o s — tuvo u n fuerte i m p a c t o sobre los
17

precios: e l índice general acusó u n aumento de 2 6 . 6 % entre 1936 y 1939.


Y desglosado, aparece que el aumento se concentró e n los artículos de
p r i m e r a necesidad: el índice de precios de los alimentos aumentó p a r a
ese mismo periodo 25.4%, el del vestido, 2 8 . 9 % y el de los artículos p a -
r a el hogar, 33.4%, en tanto que el de los llamados artículos de p r o d u c -
ción sólo creció en u n 1 3 . 2 % . 18

Desafortunadamente no contamos c o n datos fidedignos p a r a determi-


nar el ingreso de l a población en los años que nos o c u p a n , pero es posible
a f i r m a r que las masas organizadas —ejidatarios y obreros s i n d i c a l i z a d o s —
fueron los directamente beneficiados p o r l a política cardenista. P a r a el
campesino — q u e entonces t u v o por p r i m e r a vez acceso masivo a l a tierra
a l a que había venido aspirando p o r largos a ñ o s — su cambio de estatus
de peón a propietario o a t i t u l a r de derechos agrarios le otorgó u n factor
de esperanza m u y i m p o r t a n t e p a r a mantener e incluso fomentar su apego
al régimen y a l sistema político. L o s obreros, que según confesión de l a
Confederación de C á m a r a s Nacionales de C o m e r c i o e I n d u s t r i a habían
mejorado sustantivamente su ingreso ( 9 7 % entre 1934 y 1939), también
siguieron apoyando a l régimen. S i n embargo, quedó u n a m p l i o margen
de l a población desprotegida: todos aquellos n o encuadrados en las or-
ganizaciones de masas v p o r lo tanto sin poder alguno de negociación
frente a l gobierno y sin posibilidad de l a a y u d a m u t u a que no sólo no
recibieron los beneficios de las derramas sociales del gobierno cardenista
sino eme se v i e r o n afectados ñor l a inflación E n t r e ellos v sin ánimo de
a-otar l a lista se puede i n c l u i r a los campesinos n o organizados v sin
tierras los empleados e n l a industria p r i v a d a y el c o m e r c i o los oeaueños
inversionistas los rentistas los artesanos los comerciantes en peaueño
etc. casi todos ellos ubicados en los centros urbanos y pequeñas poblá-

is Entre el año de 1936 y el de 1938. el índice de la producción agrícola de-


creció en un 7.19%. Cf. Raúl Salinas Lozano, o p . c i t . , p. 85. (Este porcentaje,
según el autor, es tentativo).
" Virgil M . Bett, o p . c i t . , p . 114.
" Raúl Salinas Lozano, o p . c i t . , p. 81.
E N E - M A R 74 L A IDEA D E UNIDAD N A C I O N A L 273

ciones. Estos grupos se convertirían a fines de los años treinta en el sec-


tor en el c u a l trataría de apoyarse e l almazanismo.

E L A M B I E N T E POLÍTICO

L o s resultados inflacionarios d e l f i n a n c i a m i e n t o de l a actividad d e l


gobierno de Cárdenas fueron, en realidad, sólo u n o de los elementos que
c o n t r i b u y e r o n , desde el p u n t o de vista d e l proselitismo, a los propósitos
de los grupos opuestos a l cardenismo. Paralelamente habrían de hacer
sentir su peso otros temas fuertemente cargados de e m o t i v i d a d en el a m -
biente político de aquellos días, tales como los relacionados c o n el sindi-
calismo, l a r e f o r m a agraria, l a preeminencia d e l p a r t i d o oficial, l a e d u -
cación y l a división internacional en dos bloques antagónicos m i l i t a r e
ideológicamente. Y si bien es cierto que l a inflación creaba u n a masa
disponible, n o organizada, c o n vagos resentimientos c o n t r a l a política ofi-
c i a l , p o r otro lado se irían a r t i c u l a n d o las élites políticas desplazadas a l
c a l o r d e l f u t u r i s m o desatado a fines de 1938, c o n vistas a organizar elec-
toralmente a los enajenados d e l sistema y d e l gobierno sobre l a base de
u n a interpretación m u y suya de aquellos temas. Así, p a r a el año de 1939
puede percibirse c o n c l a r i d a d l a formación en M é x i c o de u n frente de
oposición a Cárdenas, a l P R M y a su candidato oficial, centrando todos
sus reclamos e n una. fórmula: las rectificaciones a l o realizado.
F u e r o n varios los grupos formales y a existentes, además de otros q u e se
o r g a n i z a r o n a l o largo d e l año de 1939, los que c o i n c i d i e r o n p a r a darle
f o r m a a este frente de oposición. E n t r e los existentes se contaban los
Camisas D o r a d a s , l a U n i ó n de Veteranos de l a Revolución y l a C o n f e -
deración N a c i o n a l de Salvación Pública. P o r otro lado, y aprovechándo-
se de l a l a x i t u d de l a L e y F e d e r a l E l e c t o r a l entonces vigente en l o que
t o c a a formación de partidos, éstos p r o l i f e r a r o n a l o largo y a l o ancho
d e l país. E n t r e los más importantes cabe destacar p o r su función aglu-
t i n a d o r a a l Comité R e v o l u c i o n a r i o de Reconstrucción N a c i o n a l , presidi-
d o p o r u n antiguo callista, e l licenciado G i l b e r t o V a l e n z u e l a . Este Comité
orientó sus esfuerzos a tratar de lograr l a unificación d e todos los p a r t i -
dos y grupos independientes tales c o m o e l Frente C o n s t i t u c i o n a l D e m o -
crático F r e n t e de Profesionistas e Intelectuales Acción N a c i o n a l P a r t i d o
de Salvación Pública, Acción D e m o c r á t i c a Institucionalista, P a r t i d o L i ¬
beral Constitucionalista y los diversos Centros p r o A l m a z á n . 19

O t r o p a r t i d o importante que surgió a raíz de l a sucesión fue el P a r t i d o


R e v o l u c i o n a r i o A n t i - C o m u n i s t a , organizado y presidido p o r el general
M a n u e l Pérez Treviño, también antiguo político callista. E l P R A C , a -
su vez, a l i g u a l que el Comité, se convirtió e n polo de adhesión de pe-
queñas agrupaciones políticas como e l P a r t i d o S o c i a l D e m ó c r a t a M e x i c a -
n o el P a r t i d o N a c i o n a l i s t a V a n g u a r d i a N a c i o n a l i s t a y e l P a r t i d o A n t i -
reeleccionista.»

i " Excélsior, 25-IV-1939.


2 0
Excélsior, 7-III-1939.
274 Luis MEDINA Fl XIV—3

L a s líneas de conducta d e l Comité R e v o l u c i o n a r i o de Reconstrucción


N a c i o n a l y d e l P R A C divergieron en u n p r i n c i p i o . E n tanto e l p r i m e r o
buscaba u n i f i c a r a l a oposición sin declararse p o r u n candidato a l a pre-
sidencia, el segundo trató en u n p r i m e r m o m e n t o de e m p u j a r l a c a n d i -
datura d e l general Joaquín A m a r o , aunque a l a l a r g a coincidirían en
2 1

apoyar a Almazán.
E l general A m a r o , p r i m e r a personalidad que saltó a l a palestra políti-
ca c o n claras intenciones de oposición, sentó en u n manifiesto, dado a l a
p u b l i c i d a d en marzo de 1939, los principios básicos sobre los cuales pos-
teriormente se apoyaría e l p r o g r a m a almazanista en particular y de l a
oposición en general. E n este documento A m a r o señalaba que l a disyun-
tiva d e l momento político de l a nación consistía en "continuismo d e l ac-
tual régimen o rectificaciones de los procedimientos d e l gobierno". E n su
condena anatemizaba "los ataques a l a pequeña p r o p i e d a d r u r a l " , " l a
tendencia comunizante en materia e j i d a l " , " l a falsa política obrerista",
" e l despilfarro caprichoso de los dineros de u n a nación p o b r e " y l a " p o -
lítica internacional jactanciosa". Y t e r m i n a b a a f i r m a n d o :

E n u n a palabra, considero que l a meta última que debemos f i -


jarnos, es volver a nuestro país a l a n o r m a l i d a d y a l a sensatez,
y restablecer l a confianza que todos h a n p e r d i d o . 22

U n o de los grandes temas de estrategia política p a r a l a oposición que


se f o r m a b a era e l monolitismo d e l P a r t i d o de l a Revolución M e x i c a n a .
Para los dirigentes de estos pequeños partidos, su oposición se definía e n
tanto q u e habían quedado excluidos, p o r l a organización corporativa d e l
partido oficial, de p a r t i c i p a r t a l y como lo habían hecho anteriormente
en l a l a x a organización d e l P a r t i d o N a c i o n a l R e v o l u c i o n a r i o . N a d i e m e -
jor que Pérez Treviño, ex presidente d e l P N R , p a r a ilustrar l a percep-
ción que l a oposición tenía d e l nuevo p a r t i d o o f i c i a l :

L o básico —declaró el general a u n r e p o r t e r o — para que exista


l a d e m o c r a c i a en México, es que el P a r t i d o de l a Revolución M e -
x i c a n a sea efectivamente demócrata. . : 2 S

Y G i l b e r t o V a l e n z u e l a , enfático, señalaba:

. . . l a existencia d e l P a r t i d o de l a Revolución M e x i c a n a es noto-


riamente anticonstitucional y entraña u n a violación flagrante a
nuestras instituciones. 24

21 E x c e l s i o r , 15-111-1939. E l 14 de marzo, el general Joaquín Amaro fue acep-


tado como miembro del P R A C , detrás de lo cual se adivinaba la clara intención
de postularlo como candidato independiente.
22 E l U n i v e r s a l , 8-III-1939.
'23 José C . Valadés, " ¡ P é r e z Treviño Acusa!" (Entrevista). Revista H o y , sába-
do 9 de marzo de 1940, X I I : 159, p. 21.
a* Excélsior, 22-IV-1939.
ENE-MAR 74 L A IDEA DE UNIDAD N A C I O N A L 275

E r a i n d u d a b l e que l a organización corporativa —sectores militar, obre-


ro, campesino y el exiguo sector p o p u l a r — había d i s m i n u i d o l a posibili-
d a d de i n f l u e n c i a de los desplazados dentro del p a r t i d o o f i c i a l . L a insti-
tucionalización implícita en l a novedosa organización i n t r o d u c i d a por
Cárdenas dentro del p a r t i d o había, repentinamente, trasladado el centro
del equilibrio político de las personas y pequeños grupos a l liderazgo de
las organizaciones de masa adheridas al partido. Así las cosas, y siguiendo
l a tradición d e l grupo regional o del grupo de interés, los excluidos por
el d e r r u m b e del M a x i m a t o , junto a otros desplazados en mutaciones a n -
teriores, c o m o Pablo González, José Vasconcelos y A n t o n i o I. V i l l a r r e a l ,
p r o p i c i a r o n l a formación o resurgimiento de m u l t i t u d de pequeños p a r t i -
dos que p r o n t o se encontraron dedicados a l a búsqueda de plataforma, de
unión y de u n candidato viable que oponer a l que surgiría del partido
oficial.
U n a vez que p o r p r o p i a voluntad el general A m a r o desechó sus aspi-
raciones políticas, l a atención de los oposicionistas se volvió hacia otra
f i g u r a m i l i t a r , el general J u a n A n d r e u Almazán, en u n momento en que
éste realizaba, por conducto de amigos incondicionales, labor de auscul-
tación p a r a su posible lanzamiento como candidato opositor.
E n tanto l a fragmentada oposición buscaba su articulación y su c a n d i -
dato, en el c a m p o oficialista l a izquierda se debatía entre u n a serie de
presiones encontradas. D e n t r o del elemento oficial se hacía patente u n
pequeño sector, encabezado por el general Francisco J . Múgica, precan-
didato de l a p r i m e r a hora, p a r t i d a r i o de dar m a y o r impulso a las reivin-
dicaciones populares. Pero p o r otro lado se p e r f i l a b a otro sector, cuya
cabeza era V i c e n t e L o m b a r d o T o l e d a n o , que a l contemplar el p a n o r a m a
m u n d i a l y el m o m e n t o político interno, se i n c l i n a b a p o r el apaciguamien-
to de los ánimos. Este último sector era consciente de l a existencia de
u n a oposición —cuyos alcances no conocían pero sí a d i v i n a b a n — con-
traria, en lo interno, a l a r e f o r m a agraria y a las reivindicaciones obre-
ras, y en lo externo, con simpatías h a c i a las potencias del Eje.
E l p r o b l e m a agrario, a l i g u a l que l a inflación, había creado u n sustra-
to de descontento, centrado sobre todo entre los campesinos no beneficia-
dos y entre los pequeños propietarios que se consideraban amenazados
por la mUitancia agrarista. 25
E l tema constante del descontento en el

¡* L a inseguridad entre los verdaderos pequeños propietarios en el agro era


auténtica. Encontraba su origen en dos series de dificultades, unas de carácter
técnico, otras de índole política. Entre las primeras sobresalía la incapacidad del
gobierno, frente a la avalancha de demandas de tierra, para realizar con rapidez
y eficacia los deslindes necesarios, lo cual multiplicó los errores y los traslapes de
predios, provocándose así numerosas fricciones entre campesinos peticionarios y pe-
queños propietarios. Pero por otro lado estaba el hecho de que muchos comités
agrarios, movidos por el interés, fuese económico fuese político, de sus dirigentes,
presentaban demandas sobre tierras no afectables legalmente, iniciativas que con-
ducían a una injusticia para el pequeño propietario, o bien, en caso de negativa
por parte de la autoridad, a las acciones de hecho y a la ocupación ilegal de las
tierras. Y todo ello había quedado situado dentro de un marco general caracteri-
zado por una nota especialísima de la reforma agraria cardenista: la entrada en
276 Luis MEDINA FI XIV—3

agro, y que l a oposición u n a vez coaligada en torno de Almazán u t i l i z a -


ría en su provecho, era el de l a inseguridad. Y argumentos p a r a ilustrar
sus efectos no les faltaba, pues se contaba c o n l a escasez de granos que se
p r o d u j o entre 1936 y 1938. a6

E l sector p a t r o n a l , p o r su parte, tal y c o m o se h a ilustrado en líneas


anteriores, había expresado constantemente su desagrado con l a política
que el gobierno de Cárdenas había seguido frente a los obreros, y entre
ellos p a r a con l a C T M . Descontentos con el número de huelgas, con el
número de fallos favorables a los obreros, c o n el rechazo de Cárdenas a l
arbitraje obligatorio por parte del Estado, con los efectos de l a inflación
y l a f a l t a de crédito, los patronos t o m a r o n u n a actitud de alejamiento,
pasividad económica y de espera de clarificación del ambiente político.
O t r o tema que capitalizaría l a oposición sería e l que se derivaba de l a
r e f o r m a en 1934 del artículo 3 ' constitucional, y que había i m p l a n t a d o
l a educación oficial con orientación socialista. E n m a r c a d a l a reforma en
los residuos del conflicto religioso, había despertado ácidos comentarios
en torno a l a naturaleza de l a libertad de pensamiento y de creencias en
relación a l a enseñanza. E l meollo de l a cuestión se presentaba alrededor
de l a i n c o m p a t i b i l i d a d entre las libertades individuales, l a democracia, y
l a intervención m o n o p o l i z a d o r a del E s t a d o sobre el contenido y f i n a l i d a -
des de l a educación p r i m a r i a , secundaria y n o r m a l .
Y , p o r último, p a r a hacer más peligrosa aún l a posibilidad de u n a d i -
visión irreconciliable de fuerzas en el seno de l a sociedad mexicana, a p a -
recía el elemento externo: l a división del m u n d o en dos bloques antagóni-
cos ideológica y militarmente. E l hecho de que surgieran divisiones
internas no h u b i e r a sido tan peligroso bajo u n contexto internacional
diferente, pero l a división entre las potencias democráticas y los totalita-
rismos nazi-fascistas, que hacía pensar en l a posibilidad de l a guerra no
podía dejar de tener sus efectos y significado políticos en l a l u c h a p o r el
poder que se avecinaba en M é x i c o .
L a existencia del nazi-fascismo había venido surtiendo sus efectos i n -
ternos de tiempo atrás. L a C T M , p o r ejemplo, continuamente d e n u n c i a -
ba las labores de los activistas del E j e en nuestro país.f" Pero más grave
aún que las secretas actividades de l a q u i n t a c o l u m n a eran las posibles
simpatías que entre campesinos, obreros y clases medias desafectos — y
permeados aún p o r los ecos del p r o b l e m a r e l i g i o s o — podían despertar las

posesión de los predios distribuidos a n t e s de regularizar la situación legal. Es decir, \


Cárdenas, al contrario de lo que harían sus sucesores, primero distribuía la tierra \
y luego atendía a todos los requisitos formales, tales como la expedición y publi-
cación en el Diario Oficial del decreto expropiatorio. Bajo todas estas circunstan- '
cias, no es de sorprenderse frente a los alegatos de falta de seguridad material y
jurídica en el agro.
a
<* Entre 1936 y 1938, a consecuencia de la baja en la producción agrícola, el
gobierno de Cárdenas se vio precisado a importar grandes cantidades de cereales.
E n el lapso mencionado, la importación de maíz pasó de 10 a 22 062 toneladas,
y la de trigo de 95 a 89 683 toneladas. Excélsior, 23-V-1939.
2 7
E l P o p u l a r , 5-IV-1939; 6-IV-1939 y 7-IV-1939.
E N E - M A R 74 LA IDEA DE UNIDAD N A C I O N A L 277

ideologías antidemocráticas. E n este sentido, el nazi-fascismo se p e r f i l a -


b a como " u n disolvente ideológico, creando confusión en el seno de c a d a
u n o de los agrupamientos políticos n a c i o n a l e s " . 28

P a r a el liderazgo de l a C T M , l a p r o b a b i l i d a d d e l conflicto bélico como


factor c o n efectos políticos internos no e r a u n temor vago e impreciso,
sino u n p r o b l e m a real, efectivo e inmediato. Resultaba i n d u d a b l e que los
Estados U n i d o s , en el m u y seguro caso de tomar parte en l a guerra, acu-
diría a l a contienda empujado p o r razones de interés nacional. Y conclui-
do l o anterior, resultaba también incuestionable que México, p o r razones
geográficas y económicas, tendría que soportar l a presión norteamericana
a f i n de que colaborase en el esfuerzo bélico. P o r ello e l problema era
d o b l e : de u n l a d o , evitar cualquier tipo de división interna que pudiera
h a c e r eco a l a contienda ideológica d e l exterior, y, p o r otro, determinar
la f o r m a de evitar que México participase en el c o n f l i c t o . A corto p l a - 29

zo e l p r i m e r p r o b l e m a era, sin d u d a alguna, el más urgente; urgencia


que se veía a u m e n t a d a p o r l a p r o x i m i d a d d e l relevo presidencial.
P o r todas esas razones, y a f i n de i m p e d i r que las fisuras abiertas en l a
sociedad m e x i c a n a se p r o f u n d i z a r a n aún más y condujeran a u n enfren-
tamiento entre dos bandos, c o n las graves consecuencias que p a r a México
se derivarían e n u n momento de peligro internacional, se impuso l a ne-
cesidad, desde u n primer momento, de que l a izquierda más consecuente
y ponderada decidiera despojarse d e l sectarismo ideológico que venía sos-
teniendo desde 1934, y tratara, en consecuencia, de lograr u n espíritu de
conciliación y de tolerancia. E n e l fondo se trataba de permutar l a aboli-
ción de los aspectos más radicales d e l izquierdismo a c a m b i o de evitar

28 Antonio J. Bermúdez y Octavio Vejar Vázquez. N o dejarás crecer l a hier-


b a . . . ( E l g o b i e r n o a v i l a c a r a a c h i s t a ) . México, B. Costa Amic, 1969, p. 13.
2 9
E n la Conferencia del Trabajo de los Países Americanos, que se celebró en
L a Habana, del 21 de noviembre al 2 de dic. de 1939, Lombardo no sólo ponía
de manifiesto la inminencia del conflicto sino que pedía la unidad de los trabaja-
dores de Latinoamérica para evitar que la presión externa obligara a los países
de esta parte del Continente a participar en el conflicto. E n el fondo rechazaba
tanto al Eje como a los Aliados, por considerar que la guerra sería una nueva
güera de mercados. C T M 1 9 3 6 - 1 9 4 1 . México, Talleres Tipográficos Modelo, [s.f.],
pp. 700-705. T a l actitud, dicho sea de paso, coincidía plenamente con la inter-
pretación soviética del conflicto, aunque E l P o p u l a r , órgano de la C T M , al ser
invadida Polonia por los alemanes cambió su posición mucho antes que cambiara
la actitud de Moscú y del movimiento comunista internacional. Para el 2 de sep-
tiembre de 1939, señalaba en su editorial que no se debería asumir una actitud
de hipócrita y cobarde neutralidad. Harvery A . Levenstein, L a b o r O r g a n i z a t i o n s
i n t h e U n i t e d S t a t e s a n d México. A H i s t o r y of T h e i r R e l a t i o n s . Westport, Conn.,
Greenwood Publishing Co., 1971, pp. 171-173. A pesar de ello, la C T M siguió
insinuando la conveniencia de la neutralidad, basándose en la idea de la guerra
interimperialista. Cf. C T M 1 9 3 6 - 1 9 4 1 , pp. 923-924. U n a definición clara surgiría
ya a raíz de la invasión alemana a la U R S S en el verano de 1941. Para entonces,
Lombardo sostendría que la guerra, aunque originada en un conflicto interimpe-
rialista, se convertía en una lucha entre civilización y barbarie en donde definiti-
vamente no cabía la neutralidad. Cf. Robert P. Millón, V i c e n t e L o m b a r d o T o l e -
d a n o . Biografía i n t e l e c t u a l de u n m a r x i s t a m e x i c a n o . México, Librería Madero,
1964, pp. 123-124.
278 Luis MEDINA FI XIV—3

una polarización extrema de l a derecha: el péndulo de l a política me-


x i c a n a empezaba a desplazarse nuevamente, buscando u n precario equi-
l i b r i o en el centro.

LA SELECCIÓN D E L CANDIDATO OFICIAL

Q u i e n habría de i n i c i a r l a p a u t a de conciliación a seguir por l a i z -


q u i e r d a oficial no sería n i Ávila C a m a c h o n i L o m b a r d o T o l e d a n o , sino
el m i s m o presidente Cárdenas. Es conocido que h a c i a finales de su pe-
riodo decrece el número de huelgas y l a c a n t i d a d de hectáreas de tierra
r e p a r t i d a s , situación que bien puede explicarse por l a coyuntura políti-
30

ca que se enfrentaba entonces. Pero Cárdenas no se limitó a disminuir


el r i t m o de las reivindicaciones, sino que acudió a declaraciones en que
explícitamente trataba de hacer comprender l a nueva orientación h a c i a
la conciliación y l a colaboración necesarias en aquellos momentos. A me-
diados de 1939, y en m a r c a d o contraste con l a a c t i t u d que había asumi-
do frente a los patronos de M o n t e r r e y apenas tres años antes, en u n dis-
curso ante l a C á m a r a de C o m e r c i o de SaltiUo, C o a h u i l a , el Presidente
declaraba:

Los considero representantes de u n importante sector social, de u n


poderoso grupo de trabajo; los conceptúo parte constitutiva de res-
petables fuerzas vivas del p a í s . 31

Y más adelante agregaba:

I n v i t o a ustedes, cordialmente, a cooperar en la obra de cons-


trucción nacional. Considero m u y apreciable su cooperación; esti-
m o en l o que v a l e n sus conocimientos, experiencia y espíritu de
empresa; conceptúo a ustedes factores prominentes de progreso y
propulsores de l a c u l t u r a p a t r i a . U n a vez más, me complazco e n
manifestarles que los industriales que hacen escuela de acatamiento
a l a ley, de buena v o l u n t a d , de comprensión y patriotismo, tienen
de parte del G o b i e r n o completas y estimuladoras garantías p a r a
sus inversiones. 32

E s t a p r i m e r a directiva era c l a r a : habría garantías a las inversiones de


todos aquellos patronos que se ajustasen a l a ley. L o m b a r d o T o l e d a n o ,

3 » Los años más movidos por las huelgas obreras fueron 1935 y 1936, con 650
y 675 movimientos huelguísticos respectivamente. A partir d e entonces empezó a
declinar e l número hasta llegar a 325 e n 1938. Cf. Joe C. Ashby, o p . c i t . , Apén-
dice D-II. E l año cúspide del reparto agrario fue 1937 con 5.3 millones d e hec-
táreas; los años siguientes decrece hasta llegar a 1.8 millones e n 1940. Cf. Leo-
D o l d o Solís, L a r e a l i d a d económica m e x i c a n a : retrovisión y p e r s p e c t i v a s . México,
Siglo X X I , 1970, p. 184.
ai Excélsior, 4-V-1939.
* Ibid.
a
ENE-MAR 74 LA IDEA DE UNIDAD NACIONAL 279

al glosar este discurso, llamaría l a atención sobre u n matiz casi i m p e r -


ceptible, pero de gran i m p o r t a n c i a política:

A p a r t e del valor intrínseco —declararía L o m b a r d o — y de l a


trascendencia del discurso [.. .] su i m p o r t a n c i a es m a y o r p o r el
hecho de que fue p r o n u n c i a d o ante los patronos y en las goteras
3 3
mismas de l a c i u d a d de M o n t e r r e y .

Y a no se trataba, pues, de seguir sosteniendo que los patronos eran u n


elemento social a l que podría sustituir el gobierno en caso de cansancio
de su parte, c o m o lo había asentado Cárdenas en M o n t e r r e y el once de
febrero de 1936, sino de hacerles saber que su colaboración con éste y
con otros sectores de l a producción era necesaria y deseable.
E l l l a m a m i e n t o lo repetiría, posteriormente, ante l a C á m a r a de C o -
m e r c i o de C i u d a d Juárez, C h i h u a h u a . E n esa ocasión, luego de insistir
en el apego a l a ley p a r a l a solución de los conflictos laborales y de hacer
saber que se proponía extender el mecanismo del Comité de Subsisten-
cias, órgano encargado de controlar los precios, tocó el p r o b l e m a de l a
b a j a producción p a r a proponerles

. . . u n a cooperación de ustedes con las instituciones de crédito p r i -


vadas y con las instituciones de crédito oficiales auxiliadas por el
B a n c o de M é x i c o y con el respaldo de l a Secretaría de H a c i e n d a
y de l a Economía N a c i o n a l , [. . .] y mientras esto no suceda, ten-
drá que seguir desarrollándose el país lentamente, c o n medidas
que p u d i e r a n afectar los intereses creados [. . .]
S u m a n d o los esfuerzos de todos los sectores que p u e b l a n nues-
tro territorio, tendremos como resultado en los periodos venideros
inmediatos, u n más intenso aprovechamiento de sus recursos y u n
mayor desenvolvimiento de nuestras facultades y posibilidades
en todos los ó r d e n e s . 34

A p a r e c e n aquí elementos que, a l a postre, serán cotidianos en las rela-


ciones del gobierno con l a empresa p r i v a d a . E n p r i m e r lugar, l a coope-
ración en m a t e r i a crediticia de parte del gobierno. S i antes el grueso del
crédito oficial se había d i r i g i d o a los sectores sociales de l a economía, a
p a r t i r de entonces puede y a pensarse en u n a canalización h a c i a el sector
p r i v a d o . E n segundo l u g a r , subrayar que l a tarea económica del empre-
sario no se agota en el provecho personal, sino que tiene efectos sociales
que pueden ser negativos, incluso p a r a l a economía p r i v a d a , en caso de
t o m a r el camino de p a s i v i d a d económica. F i n a l m e n t e , l a idea de que
concertando esfuerzos de todos los sectores hay mayores posibilidades de
u n mejor y más a m p l i o desarrollo económico benéfico p a r a todos.
Y cinco meses después, el presidente Cárdenas ofrecía u n a c o m i d a a
u n grupo de empresarios en l a que E d u a r d o Suárez, Secretario de H a -

1 3 3
Excelsior, 5-V-1939. E l cursivo es nuestro.
3
* Excelsior, 19-V-1939.
280 Luis MEDINA FI XIV—3

rienda, insinuaba que los hombres de negocios podrían participar e n los


proyectos industriales d e l g o b i e r n o .
35

P a r a completar el cuadro, e l presidente Cárdenas, y a en vísperas de


c o n c l u i r su periodo, presentaría argumentos similares a l a contraparte
más peligrosa a los ojos de los empresarios, l a Confederación de T r a b a j a -
dores de México. E n su alocución, después de poner de manifiesto q u e en
nuestro país existen abundantes recursos a ser explotados, c o n l o c u a l
podría evitarse l a miseria de grandes grupos, agregaría u n tanto críptico:

. . . p a r a ello necesitamos estimular l a confianza en el país y e n su


Gobierno, y reconocer en consecuencia, que el destino d e l proleta-
riado de M é x i c o se h a l l a indisolublemente ligado a l prestigio y a
l a fuerza m o r a l de nuestro régimen. . . s e

L a s propuestas de Cárdenas se dirigían a los sectores más delicados, a


los únicos, dentro d e l enfrentamiento general de fuerzas, a los que él p o -
día conciliar. Y cabe hacer notar que no estaba en e l papel de u n presi-
dente que terminaba su periodo pedir l a cooperación a l a oposición que
se i b a f o r m a n d o . A más de ser ésta u n a cuestión que, en caso necesario,
cabría en los lineamientos de l a política d e l próximo Jefe d e l E j e c u t i v o ,
Cárdenas sólo podía — y l o h i z o — a f i r m a r el respeto de su gobierno a l a
l u c h a cívica que se a v e c i n a b a .
37
S i n embargo, en el fondo de las a l o c u -
ciones citadas, así como e n e l hecho de que en su último año de gobierno
h u b i e r a p r o m u l g a d o u n nuevo Código A g r a r i o que incorporaba salvaguar-
dias a l a pequeña p r o p i e d a d r u r a l y reglamentado — c o n claras intenciones
de l i m i t a r su g e n e r a l i d a d — el artículo tercero constitucional, se encuen-
tra e l espíritu conciliador que empezaba a permear a los círculos oficiales
a fines de los años treinta.
P a r a los primeros meses de 1939 habían surgido dentro de l a esfera
o f i c i a l varios personajes q u e buscaban obtener l a c a n d i d a t u r a en el seno
del P a r t i d o de l a Revolución M e x i c a n a . Además d e l general _ M a n u e l

pTesidenSerios ^S°F^^cTj^ú^ WtS^e^SSS


™ Revista H o y , sábado 7 de octubre de 1939, X I : 137, pp. 12-13.
»« Revista H o y , sábado 3 de agosto de 1940, X I I : 180, p. 6.
™ Sin embargo, Almazán daría a entender en un "informe al pueblo" a fines
del año de 1940, que Cárdenas, por medio del licenciado Luis I. Rodríguez, pre-
sidente del P R M , le había propuesto en abril de 1939 que no se lanzara como
candidato independiente, sino que buscara su postulación en el seno del partido
oficial. Cf. Bernardino Mena Brito. E l P R U N , Almazán y e l d e s a s t r e Vinal. Méxi-
co, Ediciones Botas, 1941, p. 233. Desde marzo de 1939, el Presidente Cárdenas
había venido insistiendo en el respeto de su gobierno a los derechos cívicos. E n
Guanajuato, Cárdenas puso en claro que " . . .el Poder Público vigilará por que los
derechos cívicos, las libertades políticas, sean un hecho. E l Gobierno de mi cargo
jamás se ha preocupado en dar consignas para el ejercicio electoral; ni las per-
mite. Quiero expresar con toda claridad que el Gobierno Federal no se ha cons-
tituido, ni se constituirá en director político ni de asuntos municipales, ni del
Estado, ni nacionales. Queremos que los pifebios hagan realidad permanente del
libre uso de sus derechos ciudadanos". E l U n i v e r s a l , 9-III-1939.
ENE-MAR 74 LA IDEA D E UNIDAD N A C I O N A L 281

ciones y O b r a s Públicas y R a f a e l Sánchez T a p i a , C o m a n d a n t e de l a P r i m e -


r a Z o n a M i l i t a r . A u n nivel m e n o r por l a limitación regional de su i n f l u e n -
cia, e l ex general zapatista y gobernador de Michoacán, G i l d a r d o M a g a ñ a ,
también buscaba el apoyo de los sectores d e l p a r t i d o oficial c o n miras a
c o m p e t i r c o n los anteriores.
L a p o s i b i l i d a d de l a c a n d i d a t u r a de M ú g i c a f u e planteada en p r i m e r
t é r m i n o p o r e l que se d i o en l l a m a r el " G r u p o M i n o r i t a r i o " d e l Senado,
encabezado p o r el senador Ernesto Soto Reyes. Y fue este grupo e l que
a fines de enero de 1939, adelantándose incluso a l propio Múgica, l o
presentó c o m o el continuador de l a o b r a de Cárdenas:

. . .hemos llegado — a f i r m a r o n después de u n a sesión— a l a con-


clusión de que q u i e n mejores garantías puede ofrecer a l a p a t r i a
p a r a llevar a feliz término los reajustes económicos y sociales e m -
prendidos por l a o b r a firme, patriótica y genuinamente revolucio-
n a r i a de nuestro Presidente, lider y g r a n estadista Lázaro Cárde-
nas, así como l a a m p l i t u d p a r a emprender nuevas soluciones en
b i e n de las clases proletarias sin r o m p e r el equilibrio económico
de M é x i c o es el señor general de división Francisco J . M ú g i c a . . . 3 8

A principios de febrero el general Sánchez T a p i a manifestaba su deseo


de ser precandidato pero, a diferencia de Múgica, ponía de entrada en
c l a r o personalmente sus principios. P a r a est< precandidato los puntos f u n -
damentales q u e l o guiarían e r a l a esencia a. -arista y obrerista de l a R e -
volución m e x i c a n a , pero teniendo e n cuenta que l a Constitución de 1917
señalaba los métodos a seguir y las limitaciones en los derechos a ejerci-
tarse. Prometía resolver e l p r o b l e m a d e l mejoramiento nacional sin uto-
pías y aferrado a l a r e a l i d a d m e x i c a n a . Pero p a r a él n o hubo bloques
39

en e l Congreso, apenas algunos diputados y aún menos senadores deci-


d i e r o n apoyar y llevar adelante sus aspiraciones presidenciales.
C o n a n t e r i o r i d a d , a principios de enero, e l gobernador M a g a ñ a había
aceptado de buena gana las incitaciones de que e r a objeto p a r a que pos-
tulase su p r e c a n d i d a t u r a . Pero si a M ú g i c a l o declaraban continuador de
l a o b r a de Cárdenas, y si Sánchez T a p i a trataba de trazar u n ambiguo
c a m i n o m e d i o , e l gobernador de M i c h o a c á n pisó l a palestra de l a polí-
t i c a n a c i o n a l c o n el pie i z q u i e r d o : se declaró p a r t i d a r i o de l a pequeña
p r o p i e d a d r u r a l . Y ahí no p a r a b a n sus peculiaridades, pues era e l p r i -
4 0

m e r gobernador que hasta entonces, y a todo l o largo de l a posrevolución,


se decidía disputar l a presidencia, l o c u a l , n o sólo l o perfilaba como f i -
g u r a política c o n i n f l u e n c i a l i m i t a d a a M i c h o a c á n y Morelos, sino que
le valió, a l n o renunciar a su cargo, u n a serie de ataques en e l sentido
de que trataba de aprovecharlo p a r a su campaña personal como presi-
denciable. 41

Excélsior, 20-1-1939.
™ E l U n i v e r s a l , 12-11-1939.
4 ° Revista H o y , sábado 14 de enero de 1939, V I I I : 99, p. 3.
«• Agustín O . Márquez, A v i l a C a m a c h o el p r e s i d e n t e c a b a l l e r o . México [s.e.],
1942, p. 31.
282 Luis MEDINA FI XIV—3

Pero el que se llevó l a parte d e l león en l o que se refiere a apoyos en


el Senado y en l a C á m a r a de D i p u t a d o s fue el general Ávila C a m a c h o .
N o obstante el l l a m a d o que, en su I n f o r m e d e l primero de septiembre de
1938, había hecho Cárdenas a l p e d i r a los representantes federales y l o -
cales, así como a las agrupaciones sociales c o n distintas tendencias, e n el
sentido de que no i n i c i a r a n actividades políticas en torno a las personas,
ya p a r a enero de 1939 se había constituido u n grupo en el Congreso, que
bajo el nombre de G r u p o de Acción Política de D i p u t a d o s y Senadores
hacía saber a l a nación q u e lucharían p o r l a c a n d i d a t u r a avilacamachis-
ta y anunciaba su disposición a recibir adhesiones.* 2

Así, p a r a fines de enero, Ávila C a m a c h o — q u e se había d e c i d i d o p o r


el m u t i s m o absoluto, n o en cuanto a sus intenciones, que eran claras des-
de que había renunciado a su cartera m i n i s t e r i a l , sino sobre su p r o g r a -
43

m a — , i b a ganando l a p a r t i d a frente a los demás precandidatos pues con-


taba c o n u n mecanismo m u y i m p o r t a n t e : l a mayoría de los diputados y
los senadores; importante en cuanto los representantes tenían ligas políti-
cas c o n organizaciones sindicales y campesinas en los Estados. P o r esta
razón, l a única posibilidad que tenían los demás precandidatos era l a de
r e u n i r suficiente apoyo entre las agrupaciones antes de que se realizase
l a convención d e l P R M , p a r a l o c u a l precisaban de tiempo. Pero, repen-
tinamente, los altos círculos d e l p a r t i d o decidieron no adelantar, como
se había rumorado, l a celebración de l a convención, bajo el pretexto de
p e r m i t i r primero que e n convenciones parciales los sectores que l o c o m -
ponían manifestasen sus preferencias. 44

Pero si l o que Múgica y Sánchez T a p i a necesitaban era tiempo, l a de-


cisión d e l P R M no los beneficiaba ya que l a ventaja que podía derivarse

*2 Excélsior, 7-1-1939 y Agustín O . Márquez, o p . c i t . . p . 27. *.


« E l presidente Lázaro Cárdenas convocó a mediados de enero a los generales
Ávila Camacho, Múgica y Sánchez Tapia, y les solicitó sus renuncias en virtud de
ser mencionados como posibles precandidatos. Excélsior, 18-1-1939.
« E l veintidós de enero, Luis I. Rodríguez, presidente del P R M dio a conocer
las siguientes declaraciones:
" D e acuerdo con los estatutos del Partido de la Revolución Mexicana, la con-
vocatoria a elecciones internas para Presidente de la República debe ser acordada
por el Consejo Nacional del P R M . Por virtud de las circunstancias políticas que
prevalecen en la actualidad, el Comité Central Ejecutivo, en sesión del viernes
[20 de enero], determinó no hacer uso de la facultad que los mismos estatutos le
otorgan, para convocar al Consejo Nacional a sesiones extraordinarias con tal
objeto.
"Ahora bien, iniciándose el 15 de junio próximo el periodo de sesiones ordi-
narias del Consejo Nacional, el Comité Central Ejecutivo estimó que sería preferi-
ble reservar para él la convocatoria para elecciones internas para Presidente de
la República. De esta manera, el Partido cree contribuir a la consecución de una
doble finalidad: permitir que la administración pública continúe desarrollando su
programa sin estar embargada su atención por preocupaciones de orden político
electoral y pulsar cuidadosamente el sentir de las masas organizadas que consti-
tuyen el P R M , en relación con las precandidaturas que surjan." Excélsior, 22¬
1-1939
L a convención del partido se celebró, finalmente, en noviembre de 1939.
ENE-MAR 74 L A IDEA DE UNIDAD N A C I O N A L 283

de l a postergación del acto quedaba a n u l a d a a l p e r m i t i r a los sectores


celebrar convenciones parciales. D e hecho l a decisión les restaba a estos
precandidatos l a posibilidad de m a n i o b r a r en el seno de las organizacio-
nes sindicales y de l a C N C . Y aunque p r o t e s t a r o n , las convenciones se
45

r e a l i z a r o n comprometiendo desde febrero e l apoyo de l a C T M y de l a


C N C a f a v o r de Ávila C a m a c h o , circunstancia que condujo a l a renuncia
a sus pretensiones de parte de Múgica y a l a salida d e l partido y postu-
lación c o m o independiente de Sánchez T a p i a .
E l liderazgo de l a C T M , que en aquellos años e r a el sector organizado
de Ja i z q u i e r d a oficial c o n mayor independencia, comprendió perfecta-
mente n o sólo l a disyuntiva que enfrentaba el país, sino también l a ne-
cesidad de apresurar el paso y sacar adelante a l precandidato que mejor
se ajustaba a l momento político. Y en u n a rápida acción, que n o dejó
de acarrearle problemas c o n algunos g r e m i o s , 46
procedió a citar a u n
Consejo N a c i o n a l E x t r a o r d i n a r i o a f i n de designar a l precandidato a l a
Presidencia que l a organización sostendría e n l a convención d e l P R M .
A n t e el Consejo, que sesionó d e l 20 a l 23 de febrero de 1939, V i c e n t e
L o m b a r d o T o l e d a n o explicó l a situación política de m a n e r a por demás
c l a r a . Empezó p o r definir a l régimen cardenista como el periodo de nues-
t r a historia e n el c u a l se había l i q u i d a d o a l feudalismo mexicano, se h a -
bía i n i c i a d o l a independencia económica d e l país, mejorado el nivel de
v i d a y el espíritu cívico de las masas, y creado lazos fraternales c o n otras
naciones, características que l a oposición, despertada p o r esos mismos pro-
cesos, deseaba que se rectificaran. P a r a L o m b a r d o los elementos consti-
tutivos de esa oposición eran los intereses creados, los políticos despecha-
dos de ayer y desplazados de l a dirección de las cosas de México, los
nazis y los fascistas, y los regímenes totalitarios, c u y a táctica en México
e r a l a de d i v i d i r a los obreros de los campesinos, y a los miembros d e l
ejército de los dos anteriores. P o r esta razón L o m b a r d o consideraba que
41

era necesario hacer causa común c o n los otros sectores revolucionarios.


P e r o p a r a ello

. . .debemos deshacernos, en consecuencia, de dos actitudes de ex-


travío igualmente falsas y peligrosas: l a de l a extrema derecha y

45 El general Múgica protestó sobre todo contra la celebración de las conven-


ciones parciales, sosteniendo que de esta manera el partido se debilitaría en su
autoridad. Sánchez Tapia esperaría algún tiempo para expresar su inconformidad.
Pasadas las convenciones parciales, y cuando era indudable que el que resultaría
afortunado con la candidatura del partido sería Ávila Camacho, Sánchez Tapia
se desligó del P R M acusándolo de "debilitar a la familia revolucionaria y de mix-
tificar y corromper nuestras instituciones democráticas". Excélsior, 1-II-1939 y
28-V-1939.
* 6 Entre otros, la F R O C de Puebla y el Sindicato Nacional Ferrocarrilero deci-
dieron declararse apolíticos. E n el fondo, tal actitud se debía a fuertes simpatías
almazanistas entre sus miembros. Excélsior, 15-IV-1939 y E l U n i v e r s a l , 28-11-1939.
4? Discurso de Vicente Lombardo Toledano ante el Consejo Nacional Extraor-
dinario de la C T M que, bajo el título " E l Proletariado de México y la sucesión
presidencial", aparece en C T M 1 9 3 6 - 1 9 4 ! . México, Talleres Tipográficos Modelo,
[si.], pp. 683-692.
284 Luis MEDINA FI XIV—3

l a de l a extrema i z q u i e r d a q u e como siempre, se tocan. {De la]


teoría de l a fuerza irresistible y d e l poder autosuficiente d e l pro-
letariado, y [de] l a teoría de que es preciso que l a clase trabajado-
ra se convierta en p o r r a de carácter electoral a l servicio de intere-
ses individuales espúreos o inconfesables. 48

L o que L o m b a r d o pedía a los representantes de las bases de l a o r g a n i -


zación, antes de q u e se abocaran a elegir precandidato, era que tomasen
en cuenta que u n a actitud intransigente y de autosuficiencia, que n o i n -
cluyera de alguna m a n e r a los intereses de otros grupos y las modalidades
políticas derivadas de los peligros internos y externos, podía desembocar
en u n enfrentamiento, y a no c o n l a oposición, sino c o n otros sectores del
P a r t i d o que, como el ejército, eran menos radicales. E n otras palabras,
los obreros de l a C T M n o debían hacer el juego a l a oposición. Y por
si a l g u n a d u d a cupiere, L o m b a r d o terminaba su discurso aclarando l a
línea política d e l liderazgo de l a organización:

Algunos compañeros nos h a n expresado c o n l a m a y o r sinceridad


del m u n d o l a opinión de que, p a r a poder decidirse en favor o e n
contra de u n a persona determinada como candidato, es preciso
primero que las personas ofrezcan, p a r a que el proletariado se
decida p o r el que ofrezca mejor o más. E n esta materia sí el C o -
mité N a c i o n a l tiene u n a opinión que externar a l C o n s e j o : , [ . . . ]
N o vamos a elegir a u n hombre p o r l o que más ofrezca, sino p o r
lo que más represente e n l a u n i d a d d e l pueblo mexicano y p a r t i -
cularmente en el sector r e v o l u c i o n a r i o , pero a l a vez vamos a decir
cómo quedemos que gobierne, no vamos a esperar que nos diga
. cómo v a a g o b e r n a r .49

De las sesiones d e l Consejo salió agraciado, el veintidós de febrero d e l


año 39, el general M a n u e l Ávila C a m a c h o , que a p a r t i r de ese día se
convertía en el p r e c a n d i d a t o de l a organización más importante d e l sector
obrero d e l partido o f i c i a l . Y fue escogido n o por sus dotes revolucionarias,
sino p o r ser e n c r u c i j a d a y p u n t o de encuentro — y de eventual u n i ó n -
de todas las tendencias de aquel "sector r e v o l u c i o n a r i o " a que hacía re-
ferencia L o m b a r d o en su discurso. E r a soldado, c o n hechos de armas
poco significativos pero c o n muchos amigos e n el Ejército, político a p a -
gado, católico, l e a l a Cárdenas, s i n antecedentes anti-agraristas n i a n t i -
obreristas y, sobre todo, conciliador. S u tibieza no preocupaba m u c h o a l
liderazgo de l a C T M , pues contaba c o n el Segundo P l a n Sexenal, en
el c u a l introducirían sus condiciones p a r a orientar el gobierno de Ávila
C a m a c h o , mecanismo que, a l a larga, n o funcionaría como hubiera de-
seado debido a l a guerra y a los intereses que habría que c o n c i l i a r . 50

I b i d . , p. 690.
«> I b i d . , p. 691. E l ciírsivo es nuestro.
5 0
E l anteproyecto del Plan Sexenal, presentado por la C T M al P R M fue du-
ramente atacado por la prensa capitalina que no simpatizaba, en general, con el
cardenismo. Véase, por ejemplo, el editorial de Excélsior, 25-11-1939, que bajo el
ENE-MAR 74 LA IDEA DE UNIDAD N A C I O N A L 285

El c a m p e s i n a d o organizado no era p r o b l e m a . P o r su posición a p e n d i c u -


lar d e l p o d e r público, l a Confederación N a c i o n a l C a m p e s i n a podía ser
fácilmente m a n i p u l a b l e a f i n de lograr el consenso e n f a v o r de d e t e r m i -
nado c a n d i d a t o . O r i g i n a l m e n t e , l a ofensiva a v i l a c a m a c h i s t a habíase ini-
ciado e n l a C á m a r a de D i p u t a d o s , donde el bloque m a y o r i t a r i o prevale-
ciente — c o m p u e s t o de diputados de los sectores m i l i t a r y p o p u l a r — se
deshizo e n l a p r i m e r a semana de enero de 1939. Y d i o l u g a r a u n o nue-
vo, integrado p o r los diputados que representaban los liderazgos de l a
CTM y l a C N C , c o n algunas adhesiones de diputados miembros de los
sectores m i l i t a r y p o p u l a r ; n u e v a composición de fuerzas que tenía en co-
mún sus simpatías avilacamachistas. 51
A l frente de esta coalición se
encontraba e l d i p u t a d o León García, u n o de los principales líderes de l a
CNC, q u i e n junto c o n los demás diputados agraristas, y contando c o n
el concurso de E m i l i o Portes G i l , se dedicó a construir e l consenso a
favor de Ávila C a m a c h o entre los principales grupos campesinos organiza-
dos en los E s t a d o s . - E l 27 de enero se había lanzado l a convocatoria
p a r a l a g r a n convención de l a C N C que se realizaría e l 23 d e l mes s i -
o-uiente v eme preveía l a celebración de convenciones regionales N o obs-
tante algunas adhesiones a otras p r e c a n d i d a t u r a s , 53
se impuso el liderazgo,

título "Las Elecciones y los Enemigos de la Democracia", señala al anteproyecto


como " u n programa perfectamente adverso a la Democracia". Sin embargo, una
vez que el anteproyecto hubo pasado por la comisión encargada por el partido
oficial para estudiarlo, éste salió de tal manera modificado que el mismo diario
Excélsior, 2-II-1940, alborozado, daba la noticia bajo el encabezado: " E l Defini-
tivo Plan Sexenal Atempera los Radicalismos del Primer Proyecto. Respeta la For-
ma Constitucional de Nuestro País." E l espíritu de conciliación ya vigente funcionó,
incluso, al integrar la comisión dictaminadora del Plan Sexenal. L a componían
J. Jesús González Gallo, Octavio Véjar Vázquez, Vicente Aguirre, Víctor Manuel
Villaseñor, Ricardo J. Zevada y Antonio Vargas Mac-Donald; la mitad moderados
y la mitad marxistas. Cf. Moisés González Navarro. L a C o n f ere deración N a c i o n a l
C a m p e s i n a , B. Costa-Amic, 1968, p. 161.
s i Véase la noticia que sobre el reordenamiento de fuerzas realizado en la C á -
mara de Diputados da Excélsior, 7-1-1939.
52 U n comentario sobre este particular de un observador político, en José C .
Valadés. " L a Campaña Presidencial". Revista H o y , sábado 11 de febrero de 1939,
V I I I : 103, p. 15.
53 L a Liga Nacional Campesina Ürsulo Galván rechazó, tan luego se supo de la
convención que celebraría la C N C , la pretensión de ésta de representar a todos
los campesinos. Excélsior, 14-11-1939. E n Michoacán, los campesinos se declararon
a favor del general Rafael Sánchez Tapia; Excélsior, 1-II-1939. E n Querétaro se
reportó una mayoría en el seno de la convención regional que favorecía al general
Francisco J. M ú g i c a ; Excélsior. 20-11-1939. E incluso, en el resto de los Estados,
donde la mayoría campesina se resolvió en favor de Manuel Ávila Camacho, me-
nudearon los votos para Múgica, Sánchez Tapia y Almazán; Excélsior, 21-11-1939.
L a militancia a favor de otros precandidatos, aparte de Ávila Camacho alcanzó
incluso al Comité Central Ejecutivo de la C N C , pues los Secretarios de Prensa
y Propaganda, y de Acción Educativa, Salubridad y Asuntos Agrarios, Jesús María
Rosales y Pablo Rangel, con el apoyo de varias ligas campesinas estatales, atacaron
lo intempestivo de la convocatoria a la convención nacional y buscaron aplazarla
—quizá en beneficio de Múgica o de Sánchez T a p i a — hasta el 20 de noviembre
de ese a ñ o ; Excélsior, 21-11-1939 y 24-11-1939.
286 Luis MEDINA FI XIV—3

y el 23 de febrero de 1939 l a Confederación N a c i o n a l C a m p e s i n a elegía


como su precandidato a Ávila C a m a c h o .
U n g i d o c o n e l asentimiento de l a C T M el día anterior, y ahora c o n
el de l a C N C , Ávila C a m a c h o procedió a abandonar l a a c t i t u d de " m e r o
observador de los acontecimientos", p a r a aceptar su postulación como pre-
candidato a l a Presidencia de l a R e p ú b l i c a . Seguro de contar c o n el apoyo
54

de las dos principales organizaciones de masas dentro d e l m u n d o oficial


que, junto c o n l a adhesión incuestionable d e l Ejército, le garantizaban su
postulación como candidato en l a convención que el P R M tenía prevista
para fines de año, Ávila C a m a c h o procedió a iniciar su campaña política.

L A CONFIGURACIÓN DE L A IDEA DE UNIDAD N A C I O N A L

E l p r i m e r acto público en el c u a l Ávila C a m a c h o , abandonando l a re-


serva que había venido guardando, puso de manifiesto los principios
de su pensamiento político fue el acto de masas organizado en l a P l a z a
E l T o r e o el 16 de a b r i l de 1939. E n esencia, Ávila C a m a c h o afirmó ahí
que l o logrado hasta entonces p o r las masas campesinas y obreras debería
constituir las bases de l a organización económica de M é x i c o . Pero l a nor-
ma central p a r a asegurar l a m a r c h a ascendente de l a Revolución tendría
que ser el " c u m p l i m i e n t o estricto de l a ley y el esfuerzo p o r fortalecer y
dignificar las instituciones n a c i o n a l e s . . . " Y señalaba, en tono de a d -
5 5

vertencia:

Puesto que las masas trabajadoras h a n a f i r m a d o sus garantías,


deben abrirse los grandes recursos d e l país a las inversiones legí-
• timas y a l estímulo de l a i n i c i a t i v a p r i v a d a , rodeándolas de u n a
justa seguridad, siempre que garantice el respeto a l a libertad
económica de M é x i c o y a las conquistas d e l proletariado. * 6

L u e g o de asegurar su respeto a l ejido y a l a auténtica pequeña propie-


dad, a l Estatuto Jurídico, v de depositar su confianza en l a educación,
Ávila C a m a c h o agregaba:

L a Nación r e c l a m a de todos nosotros el d e c i d i d o propósito de


hacerla fuerte, porque sólo así puede mantener su d i g n i d a d , c u m -
p l i r sus destinos y combatir l a opresión, l a i g n o r a n c i a y l a pobreza.
P a r a realizarlo es indispensable continuar l a tarea de u n i f i c a r y
organizar a las masas trabajadoras de l a República, dignificándola
con l a p l e n a conciencia de sus derechos a l i g u a l que c o n el pro-
f u n d o sentimiento de sus deberes y de su responsabilidad ante l a
patria. 57

« Excelsior, 25-11-1939.
5 5
Excelsior, 17-IV-1939.
5
« Ibid
5 7
Ibid.
ENE-MAR 74 LA IDEA DE UNIDAD N A C I O N A L 287

Y p a r a rematar, l a idea de l a unión:

H a y algo que está más alto que nuestras luchas transitorias y es


el sentimiento de l a p a t r i a mexicana. T o d o u n pasado cargado
de sacrificios y todo u n porvenir de legítimas esperanzas, debe
elevar, en u n m o v i m i e n t o de unión, el sentimiento genuino de l a
p a t r i a . Q u e nuestro patriotismo prepondere ante todo. Inspirándo-
se e n estas ideas todos los mexicanos unidos, f o r m a n d o u n solo
frente, consolidando nuestras riquezas materiales y espirituales que
la Revolución nos h a entregado, debemos imponernos el m a y o r
esfuerzo por engrandecer; a l país, acallando en nuestro espíritu to-
do sentimiento contrario a l a verdadera justicia s o c i a l . 58

Para l a i z q u i e r d a o f i c i a l , el discurso tuvo u n sentido claro, y se apre-


suró a aceptar que el siguiente régimen debería a f i r m a r las conquistas
obtenidas, pero ahora c o n sentido de l a r e a l i d a d . E l P o p u l a r , órgano de
59

la G T M , ilustró estas ideas y l a nueva directiva política a l sostener:

L a reacción quiere rectificar a C á r d e n a s ; l a Revolución desea


c o n t i n u a r l o . Pero es indispensable aclarar que l a continuación de
la tarea cardenista debe estar guiada p o r u n a visión exacta de l a
dinámica m i s m a del movimiento revolucionario y p o r u n conoci-
m i e n t o verdadero de los cambios que se operan en l a estructura
social del p a í s .60

Por esta razón:

L o importante es p r o c l a m a r que las rectificaciones no h a n de


ser de n i n g u n a manera, rectificaciones a l a esencia y l a dirección
de l a política cardenista, sino, en todo caso, a su aplicación y aco-
1
plamiento a l a realidad.*

A p a r t i r de entonces, y a lo largo de t o d a su c a m p a ñ a , Ávila Cama¬


cho empezaría a tejer s u concepción sobre l a u n i d a d n a c i o n a l e n torno
a los siguientes grandes temas: postergación de las disputas intergremia-
les; relaciones entre el c a p i t a l y el trabajo; el respeto a l a auténtica pe-
queña p r o p i e d a d y a l ejido, c o n modificaciones pragmáticas en cuanto a
la f o r m a colectiva o i n d i v i d u a l de explotación de este último, y, f i n a l -
mente, pero n o menos importante, el papel de l a f a m i l i a en l a educación.
E n A t l i x c o , Puebla, escenario de grandes enfrentamientos entre l a
C R O M y l a C T M , Ávila C a m a c h o , hizo u n l l a m a m i e n t o a l a cordura
a los obreros y a los líderes, p a r a que c o n generosidad tratasen de con-
j u r a r los choques entre los proletarios, a f i n de que las masas obreras
pudiesen " a p r e c i a r a los enemigos de l a emancipación h u m a n a , que se

ss ibid.
5» Editorial de E l P o p u l a r , 18-IV-1939.
so Ibid.
6i I b i d . E l cursivo es nuestro.
288 Luis MEDINA FI XIV—3

organizan p a r a combatir f r a n c a o encubiertamente las reivindicaciones


del P u e b l o . . . " A l a larga, esta línea de pensamiento terminaría e n el
6 2

Pacto de U n i d a d obrera que se firmaría entre l a G T M , l a G G T , l a


C R O M , l a Confederación de Obreros y Campesinos de México, l a C o n -
federación Proletaria N a c i o n a l y el Sindicato M e x i c a n o de Electricistas,
el 8 de j u n i o de 1942. D e este pacto surgiría u n a institución, encargada
de articular las demandas y puntos de vista de las diferentes organiza-
ciones, con el nombre de Consejo O b r e r o N a c i o n a l .
E n T l a x c a l a y M o n t e r r e y , Ávila C a m a c h o volvió a insistir en l a nece-
sidad de p r o p i c i a r el espíritu de empresa nacional, así como las inversio-
nes nacionales y extranjeras, a las cuales ofrecería su gobierno garantías
apegadas a l a ley, porque estas garantías

. . . h a r á n de l a i n i c i a t i v a p a r t i c u l a r v del espíritu de empresa a l i a -


dos entusiastas de l a política constructiva de México que continua-
rá abriendo escuelas, construyendo obras de enorme u t i l i d a d colec-
tiva, fortaleciendo el cuerpo y el espíritu de l a raza y vigilando
por que l a distribución de l a riqueza siga los cauces de l a justi-
cia que son los únicos que pueden dar a u n a nación el inmenso
beneficio de l a f r a t e r n i d a d y l a seguridad permanentes. 63

A p u n t a b a el candidato h a c i a objetivos bien claros: crear u n ambiente


propicio a las inversiones nacionales y extranjeras, otorgándoles las garan-
tías necesarias, a f i n de que el sector p r i v a d o , mediante u n a mayor acti-
v i d a d económica, se convirtiese en aliado de l a función que en ese terre-
no tiene que realizar el Estado. E n el f o n d o latía l a i d e a de que sólo con
una acrecentada a c t i v i d a d económica podría pensarse en acabar defini-
tivamente c o n las fricciones sociales.
Tales ideas q u e d a r o n redondeadas en el m i t i n que se efectuó en el
M o n u m e n t o a l a Revolución, ante cuarenta m i l trabajadores, el 23 de
j u l i o de 1939. E n esa ocasión, Ávila C a m a c h o luego de defender a los
líderes de las organizaciones obreras de las críticas de que eran objeto
por parte de l a oposición, terminó su discurso a f i r m a n d o categóricamente

. . . a l a nación entera, c o n toda m i convicción, emanada del co-


nocimiento obrero, que m e hago responsable, si m i c a n d i d a t u r a
t r i u n f a , de que l a c o n d u c t a y los propósitos de las organizaciones
sindicales serán u n factor de confianza p a r a todas las fuerzas crea-
doras de l a n a c i ó n . 64

Y p a r a ello, Ávila C a m a c h o tenía u n a carta escondida que posterior-


mente dio a conocer: el retiro de l a dirección de l a C T M de V i c e n t e

«2 Discurso en Atlixco, Puebla, Excélsior, 24-IV-1939.


^ Ideas extractadas de los discursos pronunciados por Ávila Camacho en Tlax-
cala, Tlax., el 4 de junio de 1939, y en Monterrey. N . L . , el 3 de septiembre del
mismo año. E n : J. Gómez Esparza, G r a n d e s p e r f i l e s d e l G r a l . M a n u e l Ávila C a -
m a c h o . Monterrey, ;[s.e.], 1939, p p . 57 y 91.
®* Revista H o y , sábado 29 de julio de 1939, X : 1 2 7 , p . 101.
ENE-MAR 74 LA IDEA DE UNIDAD NACIONAL 289

Lombardo Toledano, 65
y su relevo por u n liderazgo menos preocupado
por asuntos de política militante tanto nacional como internacional, y
m á s orientado h a c i a las reivindicaciones económicas p o r m e d i o del sin-
dicalismo y l a negociación. D e esta m a n e r a se acabaría c o n u n tema cen-
t r a l a los argumentos de l a oposición: l a agitación política de los líderes
entre los obreros que, de m a n e r a obvia, se había d i r i g i d o en contra de
Lombardo Toledano.
E l campesinado, p a r a Ávila C a m a c h o , era u n a r a m a más de los tra-
bajadores," y por lo tanto debía ser situado en u n a relación más estrecha
con los esfuerzos de los demás sectores de l a producción. P o r su i m p o r -
tancia económica, Ávila C a m a c h o consideraba que el Estado tenía u n de-
b e r que c u m p l i r con ellos y era el de seguir capacitándolos c o n el cré-
d i t o , con l a dotación de a g u a y l a educación. Pero además de estas
66

intenciones, Ávila C a m a c h o expresaba otras que se relacionaban con los


temas p o r demás candentes que se habían suscitado en torno a l campo.
A n t e todo, su deseo de extender garantías a l a pequeña p r o p i e d a d y a las
inversiones en el agro, con el f i n de fomentar l a seguridad y l a p r o d u c -
c i ó n . Pero no p a r a b a n ahí sus intenciones, sino que las hacía extensivas
67

a " u n a exigencia que p r o c l a m o como parte f u n d a m e n t a l de m i p l a t a -


f o r m a de G o b i e r n o en esta campaña presidencial; l a titulación d e f i n i t i v a
d e ¡[la] parcela a favor de c a d a ejidatario, como p a t r i m o n i o f a m i l i a r " .
6 8

Posteriormente, sin embargo, matizaría esta delicada cuestión, sobre todo


por haber personalidades y grupos que seguían defendiendo l a explotación
colectiva de l a tierra. E n O a x a c a señaló:

Allí donde l a explotación integral colectiva sea ventajosa por-


que l a tierra constituye u n a u n i d a d agrícola o p o r las condiciones
favorables de l a producción y el mercado, l a fórmula será pro-
p i e d a d p a t r i m o n i a l y explotación colectiva.
Allá donde se reclame o ü p sistema de explotación, las distintas
formas de cooperativa y mutualismo responderán a l a exigencia
de l a s o l i d a r i d a d ejidataria.
Pero el campesino no quedará solo. N o lo permitirá l a R e v o l u -
ción, que h a a p r e n d i d o de l a historia que e l pequeño propietario
de l a tierra n o puede quedar entregado a l a amenaza del i n d i -
vidualismo clásico. 69

es E n una entrevista concedida a Regino Hernández Llergo, director de H o y ,


Avila Camacho le confió que Vicente Lombardo Toledano no sólo "es un conven-
cido de que la violencia debe terminar", sino que además no colaboraría en su
gobierno por tener la intención de "dedicarse a la organización de los trabajadores,
en el aspecto internacional". Es decir, se desplazaba a Lombardo hacia tareas me-
nos importantes, más inocuas, en la Confederación de Trabajadores de América
Latina. Revista H o y . sábado 9 de diciembre de 1939, X I : 146, p . 7-A.
«o Discurso de Ávila Camacho en Pachuca, Hgo., del 7 de mayo de 1939. E n :
J. Gómez Esparza, o p . c i t . , p . 47.
6? Discurso de Ávila Camacho en Oaxaca, Oax., del 25 de junio de 1939. I b i d . ,
p . 66.
*ä I b i d . , p . 64.
69 I b i d . , p. 65. Posteriormente, Ávila Camacho reincidiría sobre estas ideas en una
290 Luis MEDINA Fl XIV—3

D e esta manera, el candidato oficial robaba las banderas sobre las cua-
les l a oposición podría capitalizar apoyo en el campo. P o r u n lado, garan-
tías a l a pequeña p r o p i e d a d y a las inversiones privadas, y por otro, res-
peto a l a colectivización cuando lo exigieran las circunstancias, pero donde
no sucediera así, se planteaba como política oficial el repartimiento de l a
tierra e j i d a l en parcelas individuales. Y sobre todo ello, colocaba el can-
didato l a promesa de a c u d i r con el apoyo financiero oficial en favor del
campesino.
P o r último, el gran tema p a r a los sectores católicos, urbanos y de clase
m e d i a : l a educación. E n aquellos días l a aplicación del artículo tercero,
que preveía u n a educación socialista, había p r o h i j a d o quejas y ataques
numerosos en contra del magisterio, del p a r t i d o o f i c i a l y del gobierno.
E r a , pues, u n tema sobre el c u a l Ávila C a m a c h o se veía obligado a de-
clararse en f o r m a abierta. Pero a d m i t i r ser católico no bastaba. Por esta
razón fue en Occidente, reducto de los grupos católicos más fuertes, en
donde manifestó en f o r m a más c l a r a su afán conciliador. E n G u a d a l a j a -
ra, luego de poner de manifiesto su respeto por l a f a m i l i a y "los grandes
valores de l a v i d a m e x i c a n a " , tocó el p u n t o directamente:

Se h a intentado d i f u n d i r l a idea de que se perseguirán las creen-


cias religiosas. N a d a más insensato. Somos respetuosos de las con-
ciencias (...] L a educación del Estado debe, p o r tanto, concre-
tarse a l a enseñanza de las ciencias y de las artes que capaciten al
i n d i v i d u o a v i v i r u n a v i d a de preparación, de solidaridad social
y de l i b e r t a d ; pero queda, naturalmente, el recinto del hogar p a r a
l a libre enseñanza de l a familia...7»

Espíritu de tolerancia, conciliación, u n i d a d y acercamiento entre los


grupos, elevar l a m i r a y trascender las disputas que se heredaban fueron
los puntos centrales de l a ofensiva conciliatoria y, a lo lejos, l a utopía:
u n M é x i c o desarrollado, rico, boyante, producto de ese esfuerzo m a n c o -
m u n a d o ; p r e m i o a las concesiones partidistas, de clase y de grupo. E n
el transcurso del sexenio se haría énfasis aún más en estas ideas enmar-
cadas ya dentro de u n estado de guerra con el Eje, se llevarían adelante
los afanes de conciliación, y muchas de las promesas del Ávila C a m a c h o
candidato encontrarían realización en l a práctica presidencial. Y si bien
es cierto que todo ello era necesario, imperceptible pero seguramente M é -
xico accedía a otra etapa, cuyas notas características serían el inicio de
l a decadencia ideológica, el embelesamiento en l a n u e v a utopía, y el
paso Si l a historia de aquel M é x i c o donde a l g u n a vez fue posible postular
como l e m a del p a r t i d o oficial " P o r u n a democracia de los trabajadores".

entrevista realizada en Teziutlán. Puebla, el 21 de septiembre de 1940. Entrevista


reproducida en Bernardino Mena Brito, o p . c i t . , p. 145.
io Discurso de Ávila Camacho en Guadalajara, Jal., E x c e l s i o r , 18-1-1940.

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