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Adaptaciones teatrales en el cine de Pedro Almodóvar:

Cocteau, Williams y Lorca.

Theatre Adaptations in the cinema by Pedro


Almodóvar: Cocteau, Williams and Lorca.

De la Torre Espinosa, M.1


Recibido: 26-11-2017 – Aceptado: 14-06-2018
DOI: https://doi.org/10.26441/RC17.2-2018-A4

RESUMEN: El cine de Pedro Almodóvar ha sido considerado reiteradamente como teatral.


El motivo, en muchas ocasiones, ha sido la recurrencia a intertextos teatrales. El objetivo de
este artículo es analizar el modus operandi del director español a la hora de adaptar obras
teatrales en su filmografía. Para ello se analiza la puesta en escena fílmica de las obras La
voz humana de Jean Cocteau, Un tranvía llamado deseo de Tennessee Williams y Bodas de
sangre y Yerma de Federico García Lorca en los filmes La ley del deseo, Mujeres al borde de
un ataque de nervios y Todo sobre mi madre. Siguiendo las clasificaciones de Anxo Abuín y
de José Antonio Pérez Bowie, podemos concluir que el artificio detectable en gran parte de
su cine es derivado a una concepción de theatrum mundi, donde todo queda imbuido de una
performatividad evidente.

Palabras clave: intermedialidad; teatralidad; adaptación cinematográfica; Pedro Almodóvar;


cine español.

ABSTRACT: The cinema by Pedro Almodóvar is considered as theatrical. As main reason, the
continued use of theatre intertexts. The main goal of this article is study the modus operandi
of the Spanish filmmaker in the adaptation of theatre plays in his cinema. We will analyze the
mise-en-scene of the plays La Voix Humaine by Jean Cocteau, A Streetcar Named Desire by
Tennessee Williams, and Bodas de Sangre and Yerma by Federico García Lorca in the films La
ley del deseo, Mujeres al borde de un ataque de nervios and Todo sobre mi madre. According
the classifications by Anxo Abuín and José Antonio Pérez Bowie, we conclude that the artifice
of this cinema is inserted in a theatrum mundi vision, with an evident performativity.

Keywords: intermediality; theatricality; film adaptation; Pedro Almodóvar; spanish cinema.

1
Mario De la Torre Espinosa es Doctor en Teoría de la Literatura y del Arte y Literatura Comparada por la
Universidad de Granada, profesor de la Facultad de Comunicación y Documentación en la misma universidad y
profesor interino de Máster en Nuevos Medios Interactivos y Periodismo Multimedia. mariodelatorre@ugr.es,
http://orcid.org/0000-0002-0027-8745

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1. Introducción sas dentro del edificio se convertirá en el


En la filmografía de Almodóvar obser- motor de numerosos e hilarantes acon-
vamos la presencia del teatro en diversas tecimientos, dándose lugar incluso a la
formas. La más evidente mediante la ci- creación de espectáculos musicales.
tación de otras obras, algo que nos per- La presencia de estas limitaciones
mite identificar directamente el inter- teatralizantes puede estar en la base de
texto y descubrir así la fuente original, que esta película fuera llevada al teatro
especialmente cuando dichas menciones en España en 1992, bajo el título de
se realizan en su versión escenificada, Entre tinieblas, la función, y en una ver-
enmarcadas además casi siempre dentro sión escrita y dirigida por Fermín Cabal
de una sala de teatro convencional a la (Fig. 1). El relativo éxito de esta adapta-
italiana. Pero en otras ocasiones estas ción a las tablas promovería la apari-
alusiones siguen otras estrategias que ción de otros montajes de esta misma
provocan que esta identificación sea más obra. Suponía el de Cabal el primer in-
compleja, dificultando el reconocimien- tento de llevar al escenario el universo
to del producto cultural originario. cinematográfico almodovariano, algo
En parte importante de la filmografía que con posterioridad también sería lle-
almodovariana, de la que aquí daremos vado a cabo en el extranjero, como en
cuenta de varios títulos, hallamos lo que los casos de EE. UU., Reino Unido,
Pérez Bowie (2010) denominó como “la Austria o Alemania, aunque ahora par-
asunción premeditada de las limitacio- tiendo de otras películas que albergan
nes teatrales” -si bien hay que señalar distintas formas de teatralidad.
que esta idea del teatro se corresponde Lo que parece claro es que la poten-
con una visión anacrónica del mismo-. cialidad de la filmografía de Almodóvar
Supone el respeto de las tres unidades para ser llevada a la escena es más que
aristotélicas, aceptando unas férreas li- evidente, y así ha sido percibido desde
mitaciones de espacio y tiempo que con- diferentes sistemas culturales. Revisando
dicionarán tanto la historia como la la producción cinematográfica de los úl-
puesta en escena. En Entre tinieblas timos cincuenta años podemos decir, y
(Pedro Almodóvar, 1983), aunque no en sin miedo a equivocarnos demasiado,
la totalidad de su metraje, sí se puede que pocas trayectorias cinematográficas
observar cómo está presente cierta con- han proporcionado tanto material de
centración espacio-temporal. Partiendo partida para su adaptación a los escena-
del modelo de las películas pop españo- rios como el cine de Almodóvar. Su po-
las de monjas, el convento se convierte tencialidad intermedial es más que evi-
en un microcosmos que acoge las vicisi- dente como analizaremos en sus filmes
tudes de un peculiar grupo de mujeres La ley del deseo (1987), Mujeres al borde de
reunidas por circunstancias diversas, ya un ataque de nervios (1988) y Todo sobre mi
sea por una verdadera vocación religio- madre (1999), tres obras que muestran
sa o bien por otros motivos más munda- diferentes grados y formas de
nos. El enclaustramiento de estas religio- teatralidad.

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Figura 1. Entre tinieblas, la función (1992)

2. Marco referencial y metodología Si este fenómeno ha sido muy analiza-


empleada do, los estudios sobre la presencia del
Almodóvar, en el catálogo del ciclo y teatro en las películas Almodóvar, en
la exposición que organizaría la cambio, han sido bastante más escasos
Cinémathèque Française en su honor, de lo que cabía esperar. A pesar de esto,
explicitaba que sus obras “sont pleins son meritorios algunos intentos de siste-
de films. Il y a toujours un téléviseur matizar este aspecto de su cinematogra-
qui en passe un ou un cinéma où se fía. En este sentido destaca sobremanera
rendent mes personnages” (2006, p. la labor de Anxo Abuín (2011, 2012, pp.
18). Además, manifestaba que la pre- 155-171), quien, bajo la denominación
sencia de estas películas en su filmogra- de almodrama, expande la categoría de lo
fía no era nunca azarosa, ya que todos teatral en su cine hasta configurar un
los fragmentos habían sido meticulosa- theatrum mundi que abarca la realidad
mente seleccionados, jugando asimis- profílmica. Así, para este investigador,
mo un papel activo como parte del esa teatralidad vendrá derivada del
guion. De esta intencionalidad no cabe regusto por lo artificial y lo (neo)ba-
duda, y la crítica cinematográfica, muy rroco, el exceso, la máscara, la ges-
interesada siempre que se trate de ha- tualidad, lo ritual, el protagonismo
blar del cine dentro del cine, ha hecho del decorado y los objetos, el kitsch, lo
múltiples referencias a este respecto camp/queer, el melodrama, la ironía
(véase como ejemplo Holguín, 1994, teatral, la performatividad sexual, el
pp. 118-139; Rodríguez, 2004, pp. 95- cuerpo, el travestismo, la oposición
145). Hablamos así de una metatextua- narración/ mostración, los monólogos,
lidad que añade una indudable comple- lo esperpéntico, las referencias inter-
jidad semiótica al análisis de sus textuales explícitas… (2011, p. 105,
películas, especialmente porque esta- 2012, pp. 156-157)
blece diferentes niveles narrativos en su Metodológicamente, tendremos muy
discurso. en cuenta el tipo de inscripción de lo

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espectacular en los filmes de Almodóvar, representación. Y por último, con la


recurriendo al análisis de algunos de presencia del referente teatral en pan-
los fragmentos que, a nuestro parecer, talla, se producirá una confluencia meta-
mejor ejemplifican las estrategias de ficcional, resultado de la concurrencia
puesta en escena utilizadas en las pelí- de varios niveles narrativos en pantalla
culas La ley del deseo, Mujeres al borde de que cuestionarán los propios mecanis-
un ataque de nervios y Todo sobre mi madre. mos de construcción de la ficción.
A la hora de establecer una tipología Bien es cierto que esta división fue
clasificatoria de la presencia del teatro, establecida para los “filmes de teatro”,
o lo teatral, en estos filmes debemos entendidos como aquéllos cuyo argu-
acudir de nuevo a los estudios de Abuín, mento gira en torno al trabajo de pro-
en concreto a su artículo “El filme de tea- ducción de una puesta en escena y/o a
tro: arte frente a industria, o totus mun- los protagonistas involucrados en la
dus agit histrionem” (2005), donde intro- misma. Era necesario un análisis más
duce cuatro posibilidades de amplio que transcendiera el ámbito te-
funcionamiento. Según el primero de mático y se adentrara en lo formal, y en
ellos actuaría como desdoblamiento del este sentido actuará Pérez Bowie (2010)
propio séptimo arte, es decir, un reflejo al superar la noción de “filme de tea-
especular en la trama de su propia di- tro” y matizar las categorías establecidas
námica de trabajo, ya sea a través de la por Abuín, intentando así abarcar todos
mostración de la labor de directores o los tipos posibles de teatralidad en la
actores, o bien mediante el registro del pantalla. Para ello establece diez catego-
desarrollo de rodajes u otro tipo de rías, seis de acuerdo a criterios formales
producciones artísticas similares. La se- y cuatro referentes al contenido:
gunda forma de actuación de lo teatral 1. La inevitable teatralidad del Modo de
sería como contrapunto del cine, enten- Representación Primitivo, donde la de-
dido éste en su vertiente más industrial, pendencia del teatro era absoluta en
sometido a fuertes presiones de merca- los inicios del cine, dado que aún no se
do que imposibilitan un desarrollo habían desarrollado conveniente-
completo de todo su potencial artístico mente las capacidades expresivas pro-
al permanecer sujeto a criterios estricta- pias del lenguaje cinematográfico.
mente comerciales. Se parte aquí de la 2. La teatralidad en el periodo silente del
consideración del teatro como forma de Modo de Representación Institucional,
arte prestigiosa y reducto del genio donde recursos como la gesticula-
creativo frente a un séptimo arte prosti- ción teatral, heredera de la panto-
tuido. La tercera supondría una reflexión mima y el melodrama escénicos, in-
filosófica, con el teatro como marco tentaba suplir la ausencia de
“para llegar a alcanzar un planteamien- sonido.
to existencial de calado estético y filosó- 3. La teatralidad «sin complejos» del cine
fico” (ibíd., p. 140) donde todo en la de los años 40-50, donde, a pesar de
vida está sujeto a las convenciones de la una mayor psicologización por la

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llegada del cine sonoro, y la conse- 9. La teatralidad reflexiva: el metadiscurso


cuente presencia de parlamentos paralelo, donde la representación sir-
largos, así como por una planifica- ve como pretexto para realizar una
ción y un montaje más sofisticados, reflexión a un nivel metadiscursivo.
es plena la consciencia de lo teatral, 10. La teatralidad extraescénica, donde el
obligando al espectador a asumir al- teatro sale de sus espacios tradicio-
gunas convenciones propias de la nales de representación a través de
escena, como ocurre con los decora- la performativización de nuevas
dos artificiosos de las películas de identidades, o bien mediante la pre-
Douglas Sirk. sencia de formas teatrales poco con-
4. La reteatralización en algunos filmes vencionales, como pueden ser el
contemporáneos: hacia una estética de la happening o el teatro de calle.
resistencia, donde la teatralidad es Gracias a estas clasificaciones podre-
provocada intencionadamente y mos inferir el tipo de teatralidad pre-
cuya lógica hay que interpretarla sente, y su modo de funcionamiento, en
desde una perspectiva posmoderna. las diferentes escenas de las películas de
5. Teatralidad y convención genérica, don- Almodóvar, para intentar hallar patro-
de lo teatral es derivado de la ads- nes de acción en el uso y adaptación de
cripción de ciertas películas a deter- estos elementos del repertorio. A la
minados géneros cinematográficos hora de abordar estos fragmentos tam-
donde este carácter es inherente, bién tendremos en cuenta el concepto
como ocurre en el caso del musical. de intertextualidad. Si bien comparti-
6. La asunción premeditada de las limita- mos con Pérez Bowie el reconocimiento
ciones teatrales, donde películas, que de la aparición de nuevas “aportaciones
no son adaptaciones de obras teatra- superadoras del marco exclusivamente
les, asumen las tres unidades aristo- intertextual” (2004, p. 281) para el aná-
télicas, concentrando habitualmente lisis de las relaciones entre el cine y sus
su acción en un único espacio y un textos-fuente, entre las que se encuen-
tiempo muy reducidos. tra el análisis polisistémico de Cattrysse
7. La teatralidad como especularidad sim- (1992), por ejemplo, este concepto nos
ple: la inserción de una representación parece de total operatividad para abor-
en la diégesis fílmica, donde la ficción dar el análisis de fragmentos fílmicos
cinematográfica enmarca la teatral, que ponen de manifiesto la voracidad
ya sea con una función tematizado- textual y la asimilación de diversas for-
ra, simbólica, paralelística, constras- mas en la práctica cinematográfica de
tiva o de homenaje. las películas del director español.
8. La teatralidad como especularidad com- Seguimos así la senda de la intertextua-
pleja, donde la puesta en escena de lidad, derivada conceptualmente del
una obra forma parte importante dialogismo bajtinano y acuñada termi-
además del núcleo argumental de la nológicamente por Julia Kristeva, tal
película. como fue recogida -aunque de forma

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más restrictiva- por Genette (1982). Si ducir las normas operacionales de este
antes citábamos dos tipologías de lo tea- proceso de translación de modelos de
tral, este enfoque nos permitirá además un medio a otro, para discernir los me-
observar el funcionamiento entre los canismos puestos en funcionamiento
textos puestos en acción, analizando si durante este proceso de transferencia de
el uso que se hace de ellos se realiza en forma y significado entre diferentes
forma de cita, plagio o alusión. prácticas discursivas –teatro y cine– den-
Los intertextos seleccionados se co- tro de la filmografía de Almodóvar.
rresponden con obras que forman par- Para la descripción formal de estos
te de la tradición teatral universal, y fragmentos usaremos como referencia
que además representan diferentes ám- tres obras que se muestran como utilísi-
bitos culturales, dando buena cuenta de mas herramientas para el análisis tex-
la diversidad de intereses culturales en tual: Cómo se comenta un texto fílmico
la filmografía almodovariana. El corpus (Carmona, 1996), El análisis de los espec-
seleccionado se corresponde con La voz táculos: teatro, mimo, danza, cine (Pavis,
humana de Jean Cocteau, Un tranvía lla- 1996) y Análisis del film (Aumont y
mado deseo de Tennessee Williams, y Michel, 1988).
Bodas de sangre y Yerma de Federico
García Lorca (esta última a través de 3. Resultados
una versión realizada por Lluís Pasqual 3.1. La voz humana de Cocteau, dos vi-
en Haciendo Lorca). siones sobre una obra
A priori, podemos decir que el em- La voz humana de Cocteau se ha con-
pleo que se hace de estos textos, más vertido en un intertexto ampliamente
allá de servir de homenaje, sigue la ló- analizado en la filmografía de
gica generalizada de las adaptaciones Almodóvar, especialmente por las dife-
fílmicas, es decir, “como elemento arti- rentes tácticas de adaptación emplea-
culador de la trama y también como es- das y por su presencia en dos de sus
trategia de mise-en abyme” (Pérez Bowie, más exitosas películas. La primera de
2012, p. 432). Si partimos además de la ellas se corresponde con La ley del deseo
idea de que la originalidad del cine “re- (1987), donde se recurre a la inserción
side, paradójicamente, en la audacia de de un fragmento de la representación
su imitación, cita y absorción de otros de esta obra protagonizada por Tina
textos, su hibridación irónica de discur- Quintero bajo la dirección de su her-
sos tradicionalmente opuestos” (Stam, mano Pablo. Se trata de un caso de tea-
Burgoyne, y Flitterman-Lewis, 1992, p. tro enmarcado, a modo de cita, que nos
235), podremos ver cómo la presencia y deja entrever además un llamativo plan
el análisis de lo teatral en el cine de de puesta en escena.
Almodóvar es totalmente lícito. Recordemos que la pieza de Cocteau
Una vez detectados y revelados los in- es un monólogo breve para una sola ac-
tertextos teatrales, y su forma de inser- triz, que vive desconsolada un duro
ción en estas películas, intentaremos de- trance: el hombre al que ama, y que la

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ha abandonado, se va a casar con otra ñando la canción (Fig. 2 y 3). El con-


mujer. En el escenario sólo aparece una traste entre la dulzura de la joven -así
cama y un teléfono que tendrá un papel como su movimiento lento y fluido so-
clave en la obra, ya que la protagonista bre el escenario-, y la actitud agresiva
mantendrá durante toda la representa- de la protagonista refuerza el senti-
ción una conversación con su examante miento de desesperanza que se halla
por teléfono, diálogo interrumpido por en la base de la obra original.
continuos fallos técnicos. Una fuerte En cambio, en el segundo fragmen-
dosis de sentimentalismo inunda la to vemos cómo se reproduce el mismo
propuesta, exigiendo una interpreta- movimiento de la intérprete sobre raí-
ción desgarrada por parte de la intér- les, pero ahora en un sentido inverso.
prete que, según las didascalias del pro- Tina ahora aparece abatida en el sue-
pio autor, tiene que comportarse como lo, y Ada llora (Fig. 4 y 5). Las lágrimas
un animal herido cuya sangre debe de la pequeña son muy significativas.
inundar el escenario. Son consecuencia del encuentro que
La puesta en escena creada para acaba de tener en los camerinos con su
esta película refuerza la desesperación madre (Bibiana Fernández), quien le
presente en la historia, llevándola al ha comunicado que se marcha de nue-
límite mediante el empleo del contras- vo. Tanto la pequeña como su padre/
te. Se muestra sólo un par de interlu- madre -Tina es transexual- han sido
dios de la obra, uno que podría corres- reiteradamente abandonadas por ella.
ponderse con el inicio de la obra de De esta manera, la selección de la pieza
Cocteau y otro con su final. Al comien- de Cocteau, así como su ambientación
zo vemos cómo Tina destroza con un musical en la puesta en escena de la
hacha parte del decorado, que repro- película, provoca la creación de un
duce su desordenado dormitorio. nuevo nivel narrativo metaficcional al
Lleva un camisón de seda y tirantes coincidir estos intertextos con la carac-
blanco, y grita mientras asesta enrabie- terización y las biografías de los
tada golpes a las paredes. Suena una personajes.
versión del Ne me quitte pas de Jacques Se produce así el refuerzo de una
Brel, en la voz de la artista brasileña teatralidad que trasciende la escena
Maysa Matarazzo, que dota de un gran para afectar la vida privada de los
dramatismo melancólico a la propues- personajes que escenifican la obra.
ta. En primer término Ada, la hija de Estaríamos hablando de un ejemplo
Tina, va siendo desplazada sobre una de teatralidad como especularidad
plataforma con ruedas atravesando compleja (Pérez Bowie, 2010, p. 48),
todo el proscenio, de frente al público una ficción en segundo grado que ac-
y de izquierda a derecha, mientras va túa, además de espejo, de refuerzo de
cantando en playback este tema musical lo narrado. Y esto no sólo afecta a
y realiza algunos gestos de mímica, es- Tina y a Ada, sino que es extensible a
casos pero muy expresivos, acompa- toda la película, en cuanto se muestra

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como una sucesión de dolorosos poder ver en plano entero a las actri-
abandonos: Pablo por Juan, Antonio ces, y oírse los gemidos de Tina si-
por Pablo, Tina por su padre y más guiendo la lógica que marca la distan-
tarde por la madre de su hija, y Ada cia de la cámara con el objeto filmado.
por su madre. Una serie de aconteci- Esta sensación también es favorecida
mientos que van marcando el aire de por el hecho de que toda la escena
desamparo que inunda todo el filme, transcurre en un solo plano, una pa-
secundado además, y de forma eficaz, norámica de seguimiento del movi-
por la presencia en la banda sonora miento de Ada sobre el escenario -con
de diferentes temas musicales -como un reencuadre final hacia la izquierda
los boleros o el tema Ne me quitte pas-, para seguir a Tina, que va hacia el telé-
subrayando esta sentimentalidad fono, ubicado en ese lado de la esceno-
doliente. grafía-. Al haberse optado por esto, en
La teatralidad en la película también lugar de recurrir a una planificación
se hace muy significativa a través del más compleja y un montaje más elabo-
modo de mostración del fragmento. rado, se incrementa sin lugar a dudas
La cámara se ubica entre el público, en la sensación de teatro filmado: se pro-
concreto en el patio de butacas, apo- duce una correspondencia en la ocula-
yando la sensación de visionado de un rización y la auricularización
espectáculo teatral al reproducir el (Gaudreault y Jost, 1990) con la que
punto de vista del espectador en un sería propia del espectador en este
teatro a la italiana, especialmente por tipo de espectáculo.

Figuras 2, 3, 4 y 5. Representación de La voz humana en La ley del deseo (Pedro Almodóvar, 1987)

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Dado que durante la representación ne siempre un sentido independiente


no se declama ni una línea de la obra de su función: un teléfono blanco trans-
original, nos parece interesante señalar mite cierta idea de lujo o de feminei-
el modo en el que conocemos la identi- dad” (Barthes, 1985, p. 248). Nos habla
dad de la pieza escenificada: a través de una doble entidad del objeto, una
del diálogo, mediante un plano corto que remite a su propia funcionalidad y
del libreto con el que Pablo prepara la otra que la trasciende con otras signifi-
función (Fig. 6) y gracias al cartel publi- caciones, como sucede aquí, donde el
citario del montaje (Fig. 7), un paratex- teléfono es contemplado como correla-
to epitextual que aparece en las pare- to de la condición femenina al repre-
des de diferentes espacios. Este último sentar el ámbito doméstico donde tra-
elemento, creado por Juan Gatti para el dicionalmente se ha recluido a las
filme, ubica al teléfono como elemento mujeres. Cocteau, consciente de la im-
central del diseño, siguiendo la misma portancia que este medio de comunica-
lógica que Cocteau impusiera en su ción interpersonal estaba alcanzando
obra teatral. Resulta muy curioso obser- en las primeras décadas del siglo XX
var la reflexión que realiza Barthes so- entre ciertos sectores más pudientes de
bre la presencia del teléfono en la lite- la sociedad, y que se convertía en un ar-
ratura -y que hacemos extensible a otro tilugio de gran importancia para la co-
tipo de prácticas significantes-. El pen- municación de las amas de casa, lo ubi-
sador francés, en su conferencia de ca en el centro de su obra. Además
1964 titulada Semántica del objeto, anali- emplea una curiosa paradoja, ya que
za la vinculación de algunos artefactos a este aparato creado para la comunica-
la mujer: “¿Puede imaginarse un objeto ción es usado en cambio para acentuar
más funcional que un teléfono? Sin em- la soledad y el abandono que sufre la
bargo, la apariencia de un teléfono tie- protagonista de La voz humana.

Figuras 6 y 7. Fotograma de La ley del deseo (Pedro Almodóvar, 1987) y cartel de La voz humana
presente en la película

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Figuras 8, 9, 10 y 11. La importancia del teléfono en Mujeres al borde de un ataque de nervios


(Pedro Almodóvar, 1988)

La presencia del teléfono tendrá una cuando oye en el contestador telefónico


importancia capital, también en este la voz de Iván, su examante. Se levanta
sentido paradójico, en el desarrollo de desesperada y va hacia el teléfono. Su
la historia de otra de sus películas más rostro demacrado y su desolación, su
importantes, Mujeres al borde de un ata- actitud ante el aparato, así como que al
que de nervios, producción que en prin- devolver la llamada sea otra persona la
cipio iba a ser una mera adaptación de que hable, en concreto la telefonista de
la obra de Cocteau. De esta idea inicial la sala de doblaje donde trabaja, hacen
quedan numerosos vestigios. Además que la escena remita inexorablemente a
de la presencia del teléfono, de color la obra de Cocteau. Y lo más importan-
rojo al igual que en La ley del deseo y te, el teléfono se convierte en un ele-
muy en consonancia con la escala cro- mento central de la trama (Fig. 8 a 11),
mática dominante en la filmografía del ya que dará pie a numerosos gags, así
autor, persistirá el retrato de una mujer como le ayudará a resolver el misterio
abandonada, en este caso Pepa. En su del motivo de su abandono -Pepa coge
primera aparición en pantalla, está el teléfono en el despacho de Paulina y
boca abajo en la cama, con un pijama descubre así, al final de la película y
de seda fucsia, sin saberse muy bien si atando cabos, que ésta es la nueva
duerme o si está muerta -como la prota- amante de Iván-. La protagonista de la
gonista de la obra de Cocteau cuando película mostrará de esta manera clara
se levanta el telón-. Sólo reacciona una dependencia del artilugio, ya que

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pasará parte importante del metraje la filmografía de Almodóvar, una prefe-


hablando por teléfono. Y esto desem- rencia en ocasiones por la narración
bocará en otra característica altamente oral en lugar de la ilustración mediante
teatralizante, una verbosidad que sin- recursos visuales de los conflictos del
gulariza tanto a la película como a toda argumento.

Figuras 12, 13, 14 y 15. Mujeres al borde de un ataque de nervios (Pedro Almodóvar, 1988)

El teléfono, como elemento icono- película destacará por el empleo del


gráfico y creador de situaciones jocosas, Technicolor y por el uso de la pantalla
también encontrará acomodo median- partida (split screen) para mostrar las
te la integración de otro modelo, en conversaciones. En la película de
este caso la comedia de enredos de Almodóvar vemos cómo también se re-
Hollywood. El filme al que también curre a esos colores intensos, y aunque
hará alusión Mujeres al borde de un ata- no se acuda a la división de la pantalla,
que de nervios es a la película Confidencias mediante la disposición de los actores
a medianoche (Pillow Talk, Michael en el plano y el montaje, se enfrenta a
Gordon, 1959), una comedia de pare- los personajes con un resultado similar.
jas protagonizada por el mítico tándem Este aspecto es evidente en los duelos
compuesto por Doris Day y Rock telefónicos que mantienen Pepa, la he-
Hudson. En este clásico, los líos ven- roína de la historia, con Lucía, la loca
drán derivados del hecho de que am- antagonista que pretende asesinar a
bos tengan que compartir la misma lí- Iván (Fig. 12, 13, 14 y 15). En la prime-
nea telefónica. Y visualmente, la ra ocasión en la que hablan entre ellas

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son filmadas de perfil. En la segunda, y muestra en plano entero a los actores en


la más significativa, están de frente y tomas de larga duración, sigue esta línea
mirando directamente a cámara. La de mostración de la realidad profílmica
violencia de la propuesta visual ayuda a de un modo artificioso, como se puede
incrementar la brusquedad del enfren- observar en las escenas que transcurren
tamiento entre estas dos mujeres. La en la entrada del dormitorio de Pepa,
teatralidad, por su parte, surge en el cuya puerta viene enmarcada por dos
momento en el que el espectador es in- repisas que sostienen jarrones con flo-
terpelado directamente por la mirada res, y donde la geometría en la composi-
de estas dos actrices, desvaneciéndose ción y la mostración del suelo convierte
el efecto de la cuarta pared propia del en una suerte de escenario todo el espa-
cine clásico hollywoodiense. Se rompe cio representado (Fig. 16). Si a esto su-
así con la verosimilitud al evidenciarse mamos que Pepa tiene que actuar ante
la técnica y el lenguaje cinematográfico, los policías que llegan a su ático para si-
beneficiándose de este modo el tono mular y hacerles creer que no ocurre
farsesco que adquiere toda la película. nada, podemos ver cómo nos encontra-
Este tono disparatado nos recuerda al mos ante otra muestra de teatralidad, la
teatro de vodevil de Feydeau, y a su vez que Pérez Bowie denominó “represen-
nos remite a la screwball comedy, género al tación como ficción de la cotidianeidad”
que se podría adscribir esta película. En (2010, pp. 59-60).
este tipo de obras, teatrales y cinemato- Este carácter teatral será reforzado
gráficas, el uso del espacio es fundamen- además por el uso de los decorados que
tal. Si bien en Mujeres al borde de un ataque simulan las vistas panorámicas del ático
de nervios no se lleva a cabo la filmación de la protagonista (Fig. 17), que no es-
de una puesta en escena de la obra de conden su condición de trompe l’oeil y
Cocteau como vimos en el caso de La ley que provocan una reteatralización in-
del deseo, son observables una serie de tencionada que homenajea a los decora-
rasgos que incrementan la sensación de dos artificiosos del cine de Hollywood de
teatralidad. El primero de ellos viene de- los años cincuenta. Este uso del decora-
rivado del uso de un espacio muy limita- do sigue así la lógica presente en el cine
do en la planificación cinematográfica -y de Almodóvar, según la cual “settings
que al mismo tiempo favorecerá el tra- frequently have much the same function
bajo con los actores-. El piso de Pepa se as they have in theatre of a symbolic or
convierte en una suerte de escenario con expressionistic nature” (Edwards, 2005,
diferentes alturas, donde la entrada y sa- p. 95). Se produce así una expansión del
lida de personajes, en un modo teatral, mundo de la escena hasta inundar toda
dota de cierto aire vodevilesco a lo la película, una especie de theatrus mundi
Feydeau a la película, un modelo por que difumina las fronteras entre lo cine-
otra parte reconocido por el director matográfico y lo teatral, donde las pasio-
manchego. En este sentido una planifi- nes son fingidas e incluso los sueños
cación predominantemente frontal, que pueden hacerse realidad -como en el

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Adaptaciones teatrales en el cine de Pedro Almodóvar: Cocteau, Williams y Lorca (101-124)

final de la película, cuando se despierta Igual que en un escenario / finges tu


Marisa diciendo que cree haber perdido dolor barato. / Tu drama no es nece-
la virginidad mientras dormía y que es sario / ya conozco ese teatro. /
una alusión a El sueño de una noche de ve- Mintiendo, que bien te queda el pa-
rano de William Shakespeare-. pel. / Después de todo parece / que
Esta idea de expansión de lo teatral esa es tu forma de ser. / Yo confiaba
como artificio será ratificada con la in- ciegamente / en la fiebre de tus besos.
clusión del tema musical que cierra la / Mentiste serenamente / y el telón
película, Puro teatro, compuesta por cayó por eso. / Teatro, lo tuyo es puro
Curet Alonso e interpretada, con su ca- teatro, / falsedad bien ensayada, / es-
racterístico histrionismo, por La Lupe: tudiado simulacro.

Figuras 16 y 17. Representación teatral del espacio en Mujeres al borde de un ataque de nervios
(Pedro Almodóvar, 1988)

3.2. Un tranvía llamado deseo, entre la 1951. Supondría una traslación a la


puesta en escena y la metaficción pantalla muy fiel del universo de
Han sido varios los intentos de adap- Williams, con Vivien Leigh en el papel
tar al cine la obra teatral de Tennessee de Blanche Dubois, que además supon-
Williams. Entre sus piezas llevadas a la dría el descubrimiento de una estrella
gran pantalla destacan Cat on a Hot Tin del celuloide, Marlon Brando.
Roof (Richard Brooks, 1958), Sweet Bird Esta película se constituirá en todo
of Youth (Richard Brooks, 1962), un referente a la hora de llevar a la esce-
Suddenly, Last Summer (Joseph Leo na este mismo texto en Todo sobre mi ma-
Mankiewicz, 1959) y The Night of the dre, donde se realiza un trabajo de
Iguana (John Huston, 1964), todas ellas adaptación con unos objetivos y técnicas
bajo el paradigma del modelo del cine muy diferentes, actuando Almodóvar
clásico hollywoodiense. Pero sin lugar a como dramaturgo al “ubicar los mate-
dudas, una de las adaptaciones más cé- riales textuales y escénicos, extraer las
lebre se corresponde con el film Un significaciones complejas del texto esco-
tranvía llamado deseo (A Streetcar Named giendo una interpretación particular, y
Desire), dirigido por Elia Kazan en orientar el espectáculo en el sentido

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elegido” (Pavis, 2002, p. 157). Además Un tranvía llamado deseo, en el texto


de los mecanismos metaficcionales (si- teatral original, acaba cuando Stella es
guiendo la definición de metaficción de apaciguada, una vez más, por su mari-
Patricia Waugh, 1995) que comentare- do, mientras que su hermana mayor,
mos a continuación, Almodóvar opta Blanche, es internada en un hospital
por representar y filmar sobre el esce- psiquiátrico. En la película de
nario algunos fragmentos de Un tranvía Almodóvar, en cambio, se propone una
llamado deseo, que tendrán gran impor- nueva visión del personaje de Stella
tancia a su vez tanto para el desarrollo para hacerlo coincidir con el propio ca-
de los personajes y sus acciones como rácter de Manuela, con el de una mujer
para la configuración del sentido final valiente que no se achanta y se enfrenta
del film. a los infortunios de la vida: tanto
Son varias las formas en las que esta Manuela como Stella Dubois abando-
obra de Williams aparece en la película. nan a sus esposos, teniendo ambas mu-
Manuela, la protagonista, ha perdido a jeres al hijo como resorte para tomar
su hijo atropellado cuando corría tras el semejante decisión. Es por ello que la
coche en el que viajaba Huma Rojo, la Stella de Almodóvar, lejos de ser un
actriz que está encarnando a Blanche personaje pasivo, opone resistencia a su
en el teatro y a la que quería pedir un marido. Se implementa una visión no-
autógrafo. En su juventud, Manuela vedosa de esta mujer, con la iniciativa y
había protagonizado el papel de Stella el arrojo necesarios para decidir por sí
Dubois-Kowalski, y volverá a interpre- misma, como se vislumbra en el guion
tarlo cuando se convierta en la asistenta de la película:
de Huma y su pareja Nina, la actriz que Sólo oímos la voz de Kowalski
encarna ese papel en la obra, caiga in- (“Vamos, nena. Ya pasó lo peor”) y la de
dispuesta. Además, en diversas escenas Stella (“No me toques, no vuelvas a tocar-
de la película se hace presente la repre- me, hijo de puta”). Stella se mueve ha-
sentación de la obra, ya sea sobre el es- cia la derecha del escenario, parece
cenario u oyéndose sus diálogos entre que saliera de la cabeza de Manuela,
bambalinas. Kowalski también, como si Manuela
Como hemos comentado, la selección los imaginara y proyectara sobre su
y modificación de los fragmentos de escenario.
esta obra se realizan con el objetivo de KOWALSKI: ¡Cuidado
actuar como duplicación de lo que ocu- con lo que dices!... Stella, ven aquí.
rre en el guion, integrándose dentro de Stella lleva a su hijo pequeño en los
lo que Pérez Bowie (ibíd.) denomina brazos. Vuelve la cabeza, con una mi-
como especularidad compleja, ya que rada triste se despide de la casa.
no sólo se incluyen escenas de la repre- Estrecha al niño contra su pecho en
sentación teatral, sino que la obra influ- busca de apoyo. Murmura, decidida:
ye en la trama, ya sea comentándola o -No volveré a esta casa nunca más.
incluso condicionándola. ¡Nunca! (Almodóvar, 1999:59-60)

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Adaptaciones teatrales en el cine de Pedro Almodóvar: Cocteau, Williams y Lorca (101-124)

Es con este personaje con quien minando los límites entre el código ci-
Manuela se identifica, con una Stella nematográfico y el teatral. Nos parece
que, motivada por proteger a su hijo, oportuno convocar aquí la idea de
decide buscar una nueva vida para am- puesta en escena de Ramón Carmona,
bos. De este modo, Manuela se inserta en cuanto destaca el vínculo que se esta-
en una larga lista de personajes almo- blece entre ambos medios:
dovarianos cuya identidad es definida El término puesta en escena viene del
gracias a la recurrencia de intertextos, teatro y significa montar un espectá-
produciendo una ficcionalización en se- culo sobre el escenario. Aplicado al
gundo grado de los avatares de los pro- trabajo fílmico, describe la forma y
tagonistas. Con Huma Rojo nos encon- composición de los elementos que
tramos con otro caso de este mismo aparecen en el encuadre. El desplaza-
método de construcción de personajes. miento metafórico del término tea-
Si Manuela es una Stella remodelada, tral hacia el discurso fílmico tiene, sin
ella es una nueva Blanche. Manuela, en embargo, cierta lógica. En efecto, el
el viaje a Barcelona para reencontrarse texto del guion, como el texto dra-
con el padre de su hijo, acude a una mático, es montado espectacular-
función de Un tranvía llamado deseo, el mente para ser captado por la cáma-
mismo montaje que vio con su hijo la ra. (1996, p. 127)
noche que este murió atropellado. Al En Todo sobre mi madre se representan
finalizar, va a visitar a Huma a su came- varias escenas de Un tranvía llamado de-
rino. La actriz espera a Nina, pero ésta seo, en concreto en el Teatro de Bellas
se ha marchado en busca de drogas, y le Artes de Madrid y en el Teatro Tívoli
pide a Manuela que le ayude a encon- de Barcelona, para luego filmarlas.
trar a su amante. En este contexto la Asistimos en ambos casos a una repre-
diva se adueña de la personalidad de sentación en un teatro convencional,
Blanche Dubois con una frase célebre, donde se intenta respetar la distribu-
enunciada además en el primer frag- ción del espacio escenográfico de la
mento de la obra que vemos al comien- obra de Williams. Éste concebía en pri-
zo de la película: “Gracias; quien quiera mer término el apartamento de los
que seas, siempre he confiado en la Kowalski, dividido en dos habitaciones
bondad de los desconocidos”. Se pro- por una pared inexistente, una puerta
duce así, mediante este parlamento, y un arco. En la habitación de la iz-
una indiferenciación entre el teatro y la quierda un par de escalones precedían
vida real de la estrella de la escena, una la puerta del baño, y a su lado las cor-
confusión de identidades que prolonga tinas de un armario. La pared derecha
el hecho teatral en el filme más allá del del apartamento comunica con un
escenario. porche sin techo, y a su derecha una
Como vemos, Almodóvar pone en es- escalera de caracol lleva al piso de arri-
cena algunos fragmentos de Un tranvía ba, en el que viven Eunice y Steve. A la
llamado deseo de diferentes formas, difu- derecha de la escalera y del porche un

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pasillo sube hasta el nivel de la calle, Almodóvar de las últimas tendencias


atravesando el escenario detrás de las escénicas tal y como se puede compro-
dos habitaciones de los Kowalski, y que bar en el guion:
puede verse cuando está iluminado La acción transcurre en el espacio
porque las paredes posteriores del que representa la habitación de
apartamento son de gasa donde están Blanche. Una cortina la separa del
aplicados los contornos de las venta- comedor. No hay muebles. También
nas. Más allá del telón, que cae inme- el cuarto de baño está separado de la
diatamente detrás de la calle (y que habitación por una cortina. La casa
también es de gasa), puede verse un de los Dubois (incluso en su versión
telón de fondo que representa las vías más abstracta) respira precariedad.
del elevado, que pasa cerca (Williams, El decorado puede recordar la des-
1962, pp. 9-10). En Todo sobre mi madre, nudez esencial de Bob Wilson, pero
en cambio, se huye de este realismo la interpretación es de un naturalis-
buscado por Williams y se opta por mo hardcore. En lo que se supone es
una depuración formal, donde el uni- el comedor, bajo una bombilla desnu-
verso visual pregnante de Bob Wilson da, Kowalski juega al póker con un
inspira la escenografía y la ilumina- grupo de sudorosos amigos.
ción, demostrando el conocimiento de (Almodóvar, 1999, p. 26)

Figura 18. Representación de Un tranvía llamado deseo en Todo sobre mi madre (Pedro Almodóvar, 1999)

La película respeta el espacio del de- una función escénica muy importante.
partamento de los Kowalski, pero eli- Podríamos colegir que esta decisión es
mina tanto la calle como el porche y la motivada por el hecho de que en las
escalera, que en la obra original tienen escenas seleccionadas no se da la

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Adaptaciones teatrales en el cine de Pedro Almodóvar: Cocteau, Williams y Lorca (101-124)

presencia de estos elementos del deco- brillante que contrasta sobre el fondo
rado. Eso sí, se enmarca el escenario -un diaporama de azul intenso donde
con una marquesina de tres columnas se puede ver la influencia de Bob
que recuerdan a los porches de la ar- Wilson, como ya comentamos-, y con
quitectura popular de Nueva Orleans. las humildes vestimentas de Stella y
Las gasas, por su parte, también están Eunice, que sí visten acordes a su condi-
presentes, una separando la habitación ción social. Blanche, además, usa pelu-
de Blanche del comedor y otra más tu- cas, marcando ese carácter de artificio
pida en forma de cortina separando que tiene su personaje, capaz de inven-
otro espacio. Todo el decorado está im- tarse su vida o rehacerla a su antojo.
buido de una gran humildad, como lo Sobre la planificación cinematográfi-
sugiere la presencia de una bombilla ca, observamos cómo el “modo de reali-
desnuda bajo la que los hombres jue- zación de la imagen” (Carmona, 1996,
gan a las cartas (Fig. 18). p. 94) es mucho más sofisticado que en
El vestuario y el maquillaje, por su La ley del deseo, otra de las películas de
parte, buscan un efecto de estilización Almodóvar donde hallamos ejemplos
que, sin ser del todo realista, remita a de teatro enmarcado como cita dentro
una tipología de personaje concreto. Es de la diégesis fílmica como ya analiza-
un vestuario contemporáneo –con la mos. A pesar de que se repite la presen-
misma intención que tenía Williams–, cia de planos que filman casi toda la
sin buscar distanciamientos ni en el lu- embocadura del teatro, pudiendo ver a
gar ni en el tiempo, intentando acercar los actores en plano entero y con la cá-
así la vida de los personajes de la obra mara ubicada en el patio de butacas -lo
teatral a la de los personajes de la pelí- que se correspondería con un punto de
cula que los interpretan, es decir, los vista más próximo al teatral-, percibi-
actores de teatro. En la escena en la que mos también cierta preocupación por
se llevan a Blanche al psiquiátrico, el explotar mediante el cine todo el po-
vestuario de la enfermera denota su tencial cinematográfico de estos frag-
profesión: un traje blanco corto, con co- mentos teatrales al variar la escala de
fia y medias blancas. El vestuario del los planos, conscientes de su “impor-
doctor es el propio de un hombre adus- tante papel a la hora de indicar el cam-
to y serio, con un traje de chaqueta os- bio de régimen ficcional y de variar la
curo que marca el carácter trágico que distancia emocional del espectador en
su presencia tendrá sobre la historia. relación con la acción” (Pavis, 2000, p.
En cambio, el vestuario de Blanche es 122). En este sentido debemos inter-
muy llamativo. Lleva una bata muy ele- pretar también la alternancia del punto
gante y un gorro hecho con una media. de vista, como en las secuencias 74 y 75,
Queda claro que su ropa es demasiado donde se asimila con el de Manuela,
ostentosa para su condición económica, quien contempla entre bambalinas el
especialmente por su color vivo, con transcurrir de la función mientras repi-
motivos damasquinados de un dorado te con amargura el texto de Stella que

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aún recuerda de cuando lo representó nos, los pasillos de los teatros, el trabajo
en su juventud haciendo teatro aficio- con el vestuario, la peluquería o el ma-
nado. Desde su punto de vista descu- quillaje... son sólo algunos de los aspec-
brimos todo el dispositivo teatral, que- tos de la escena que quedan ocultos al
dando toda la tramoya a la vista, espectador habitualmente y que aquí
aunque enseguida la cámara vuelve a son revelados. El hecho de que Manuela
adoptar un posicionamiento frontal a trabaje como asistente de Huma, y que
la escena. En otras secuencias, en cam- más tarde la sustituya Agrado, permite
bio, la cámara comienza mostrando el desarrollo de diferentes subtramas
una total frontalidad, pero se van intro- dentro de estos espacios teatrales. Los
duciendo movimientos que evitan un espejos presentes en los camerinos (Fig.
excesivo estatismo en la puesta en esce- 19), y mostrados frecuentemente, se
na y disminuye así la sensación de tea- convierten así en metáfora de la función
tro filmado. especular del teatro en la película, refle-
Aun así, la teatralidad está presente jando rasgos de la propia vida de las
en el hecho de que nos hallamos ante un protagonistas, mujeres que tienen que
filme de teatro en el modo enunciado interpretar -dentro y fuera de la escena-
por Anxo Abuín. La vida en los cameri- para sobrevivir.

Figuras 19 y 20. Todo sobre mi madre (Pedro Almodóvar, 1999)

Junto a esto, paratextos como los de Bette Davis, Gena Rowlands, Romy
los carteles de la obra (Fig. 20), fotogra- Schneider... A todas las actrices que han
fías de otras representaciones teatrales hecho de actrices, a todas las mujeres
de Huma Rojo -o mejor dicho, de la ac- que actúan, a los hombres que actúan y
triz que la interpreta, Marisa Paredes-, se convierten en mujeres, a todas las
así como la visualización del público personas que quieren ser madres. A mi
que asiste a la representación, dotan de madre”. Se produce así, con esta dedi-
un grado extra de teatralidad a la pelí- catoria, una expansión del hecho tea-
cula. No es casualidad que la película tral más allá de las tablas, donde el con-
acabe con la caída del telón teatral y con cepto de representación alcanza no sólo
la sobreimpresión de un rótulo con una el medio cinematográfico o teatral, sino
peculiar y aclaradora dedicatoria: “A que afecta además a categorías como la

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Adaptaciones teatrales en el cine de Pedro Almodóvar: Cocteau, Williams y Lorca (101-124)

de género, al dedicársela también a los calle. / Me mojé las manos de sangre


hombres que se convierten en mujeres. y me las lamí con la lengua, / porque
Una declaración de principios explícita era mía. / Los animales los lamen,
que sirve para apoyar todo lo percibido ¿verdad? / A mí no me da asco de mi
durante el visionado: un homenaje a las hijo. / Tú no sabes lo que es eso. / En
madres y también al cine, pero al una custodia de cristal y topacio /ten-
teatralizado. dría yo la tierra empapada por su
sangre.
3.3. Bodas de sangre y Yerma, de García Con este parlamento sobre la sangre,
Lorca usándola en un sentido metaficcional al
El último intertexto teatral que va- vincularla al VIH que afecta a Rosa y a
mos a analizar se encuentra también en Lola (Navarro Daniels, 2002), y la ma-
Todo sobre mi madre, en concreto en la ternidad asistimos al ensayo de la nueva
parte final de la película. Se correspon- obra que está preparando la diva de la
de con un fragmento de Haciendo Lorca, escena. De esta forma conocemos más
obra de Lluís Pasqual estrenada origi- información acerca de la trayectoria ar-
nariamente el 18 de abril de 1996 en el tística de la actriz, otorgando una ma-
Teatro Lope de Vega de Sevilla, prota- yor consistencia a la construcción de su
gonizada por Alfredo Alcón y Nuria personaje. Pero lo que nos resulta más
Espert. Escrita a partir de los textos del interesante es que en este momento se
escritor granadino, se transformaría recurre a la figura del director de esce-
durante los ensayos, en palabras de na, que es filmado no sólo como obser-
María Delgado, en una meditación so- vador del ensayo, sino también ejer-
bre la tragedia que “pondría el acento ciendo su trabajo mientras observa e
en la discontinuidad narrativa y en el imparte directrices. La secuencia arran-
conflicto de significados simbólicos” ca con un plano medio de Lluís Pasqual
(2001, p. 402). que fuma sentado mientras vigila aten-
Huma Rojo recita durante un ensayo to la interpretación de Huma. La cáma-
un texto de la obra, donde se mezcla ra inicia un travelling de retroceso y
Yerma con Bodas de sangre. Lleva su pelo semicircular donde vamos descubrien-
recogido tersamente, una falda estam- do a Huma de perfil (Fig. 21 a 24). Al
pada, camisa blanca y un mantoncillo finalizar el movimiento de 270 grados,
rojo, y declama plena de angustia: vemos que el patio de butacas está casi
Hay quienes piensan que los hijos son vacío, con sólo dos trabajadoras de la
cosa de un día. / Pero se tarda mucho, compañía en la sala. En el siguiente pla-
mucho, por eso es tan terrible ver la no descubrimos, de frente y en plano
sangre de un hijo derramada por el entero, a Huma arrodillándose para
suelo. / Una fuente que corre durante concluir su monólogo, retornándose así
un minuto y a nosotras nos ha costa- a una planificación teatralizante cómo
do años. / Cuando yo descubrí a mi ya habíamos notado en otros ejemplos
hijo estaba tumbado en mitad de la anteriores.

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De la Torre Espinosa, M.

Como hemos dicho, lo que sí supone juego especular complejo, donde la me-
una gran novedad es la inclusión del taficción irrumpe al enmarcarse un nivel
proceso de ensayo y, sobre todo, en la narrativo en otro que actúa de comenta-
importancia que se le da a Pasqual, fi- rio de la propia película. La pérdida del
gura capital del teatro contemporáneo hijo de Manuela encuentra así una im-
español, al mostrarlo en acción diri- portante resonancia en esta secuencia,
giendo a Huma. El valor otorgado a que hace de lo materno una perfor-
este trabajo de dramaturgia escénica mance abierta al público, de tal ma-
nos parece esencial. En el siguiente pla- nera que dicho final invita a todo/as
no, y tras una breve elipsis temporal, lo/as espectadoras a buscar una auto-
Huma trabaja junto a Pasqual, quien, identidad aproximante en lo mater-
detrás de ella, le indica cómo debe rea- nal y, al mismo tiempo, a identificarse
lizar la acción. Hay un acompañamien- con la posición no-hegemónica de
to cercano, incluso con contacto físico, otros sujetos en relación a lo mater-
que se aleja de la visión dada por algu- nal (Gabilondo, 2005, p. 303).
nos otros filmes de la figura del director Esta visión es compartida, entre
de escena como un tirano despótico otros, por Lourdes Estrada, quien hace
con sus actores. Se percibe, en cambio, referencia a este fragmento como un
decisión y mimo en las instrucciones ejemplo de espectacularidad narrativa
dadas a la actriz, dando una visión alta- (Edwards, 2008, p. 293), interesándose
mente positiva de este trabajo de crea- en el doble rol de personaje/actriz de
ción escénica. Huma Rojo, y generando “un espacio
A través de este fragmento, que pone donde ‘la potencia de lo falso’ se mues-
de relevancia lo maternal de un modo tra a través del devenir de los persona-
muy terrenal, asistimos a un interesante jes en otros” (2014, p. 537).

Figuras 21, 22, 23 y 24. Ensayo de Haciendo Lorca en Todo sobre mi madre (Pedro Almodóvar, 1999)

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Adaptaciones teatrales en el cine de Pedro Almodóvar: Cocteau, Williams y Lorca (101-124)

4. Conclusiones ciertos elementos del teatro. Esto se


Tras revisar estas escenas podemos puede advertir en la importancia otor-
advertir cómo en las adaptaciones efec- gada al actor, con interpretaciones que
tuadas se ha producido una asimilación se constituyen en el centro de las pro-
del código teatral al código cinemato- puestas. Y también en la mostración del
gráfico aunque sin borrar las costuras espectador desde sus butacas en el cine,
que delimitan un medio del otro, es de- reflejando el estatuto espectatorial del
cir, evidenciando la intermedialidad. público en un teatro a la italiana, al fin y
Esto es constatable en la presentación al cabo el modelo de la sala de cine con-
de los intertextos a modo de cita, donde vencional. Estos filmes, al romper con la
el hipotexto es evidente, rehuyendo así invisibilidad enunciativa del modo clási-
de un discurso naturalista o naturali- co mediante la mostración del artificio
zante (el modo propio del modelo ho- cinematográfico (al develar identidades
llywoodiense) para desembocar en un construidas o espacios recreados), ins-
refuerzo de la ficción. taura al espectador en un nuevo marco
También es posible observar en la fil- de recepción donde, al igual que el pú-
mografía de Almodóvar una evolución blico teatral, debe proceder a una espe-
en los modos de inserción de la teatrali- cie de denegación teatral, fenómeno se-
dad en su cine, que va de la cita explíci- gún el cual se asume un pacto de ficción
ta (La voz humana en La ley del deseo, por sabiendo que lo mostrado en el escena-
ejemplo) al empleo de estrategias meta- rio no tiene continuidad fuera de la sala.
ficcionales que conllevan una compleji- El espacio cinematográfico adquiere así
dad mayor al indiferenciar los planos un nuevo significado metafórico (Urios-
narrativos (la metadiscursividad a tra- Aparisi, 2010), en cuanto todo forma
vés de Un tranvía llamado deseo en Todo parte del fenómeno espectatorial
sobre mi madre). La estilización de su cine cinematográfico-teatral.
se hace patente también en el trata- No sólo asistimos a ejemplos claros
miento de lo teatral, donde la asunción de intermedialidad a través de estos in-
plena de los presupuestos del melodra- tertextos, sino que además estos tienen
ma clásico le hace evolucionar hacia una importancia fundamental en la dié-
una teatralidad más autoconsciente, de gesis fílmica en cuanto insertan una tea-
igual manera a lo acontecido en el desa- tralidad muy compleja. A partir de las
rrollo de la filmografía de Rainer tipologías señaladas en el análisis, se
Werner Fassbinder (Chappuzeau, puede deducir que estamos ante ejem-
2005), tal y como reconoce el propio di- plos de teatralidad reflexiva (Bowie,
rector español (en Strauss, 2001, p. 2010, p. 56-57), en cuanto la presencia
127). de la vida teatral en las tramas, y la for-
La puesta en escena juega en un te- ma de mostración del mundo escénico,
rreno liminal, en cuanto sin dejar de imbuye de una gran metadiscursividad
usar la potencialidad de la gramática al relato, añadiendo artificiosidad al
audiovisual, no renuncia a la fuerza de discurso fílmico y contribuyendo de

Revista de Comunicación 17 (2), 2018 121


De la Torre Espinosa, M.

forma decisiva a reforzar la teatralidad visibilidad enunciativa, donde la tea-


de su obra. La indiferenciación entre la tralidad no consiste solo en la inser-
vida real de los personajes en la diégesis ción de las representaciones en la
y la que representan en las obras contri- diégesis fílmica con funciones temati-
buyen así a que se produzca una confu- zadoras, sino que sirven para elaborar
sión que, lejos de minar la expresividad un metadiscurso sobre la situación de
de la propuesta, resemantiza lo visuali- unos personajes que recurren a la
zado añadiendo un nuevo sentido: todo performativización de sus identidades
es una performativización de la vida ex- como estrategia vital. Sin lugar a du-
puesta ante los ojos del espectador. das, todo, una vez más, ejemplo de la
Concluyendo, y siguiendo la termi- producción cinematográfica de corte
nología de Pérez Bowie (2010), vemos posmoderno de Pedro Almodóvar, en
cómo estos filmes forman parte de cuanto sus películas configuran una
una estética de resistencia frente a la visión de la realidad como theatrum
representación del cine clásico y su in- mundi.

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