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LA JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA

INTRODUCCIÓN
En el marco del Estado Constitucional de Derecho, la potestad de administrar Justicia
en el ámbito penal, le compete exclusivamente al Poder Judicial, a través De una
delegación soberana del pueblo, basado en el consenso democrático que se renueva
periódicamente con el acto eleccionario. Es entonces, una garantía Fundamental que
los individuos sólo puedan ser objeto de una sanción punitiva, Por aquel órgano estatal
constitucionalmente conferido para dicha función. Ciertamente, el Poder Judicial
administra justicia a nombre de la Nación, el poder penal lo ejerce exclusivamente el
Estado, en la medida que los ciudadanos están vedados de ejercer justicia de propia
mano.
A partir de la creación del Derecho Canónico con el régimen de las Monarquía
Absolutas, se consolidó la idea de que los Jueces y Tribunales ejercen esta función en
Base a un poder público, en tanto, la comisión de un delito genera un legítimo interés
En la persecución. Afianzándose así los principios de oficialidad y legalidad, y siglos
Más tarde, con el nacimiento de las Repúblicas, el principio de la unidad y exclusividad
de la función jurisdiccional. No podemos olvidar que a afectos de perseguir
Arbitrariamente a los opositores o disidentes políticos, se constituían Tribunales de
Excepción a fin de dar mano dura contra estos individuos, contraviniendo todas las
Reglas del Debido Proceso.
La existencia de una Jurisdicción Militar paralela, ajena a los principios y garantías que
sostienen la actuación de la administración de Justicia en nuestro Sistema Jurídico-
Estatal fue blanco de legítimas críticas, en virtud de las infracciones constitucionales
que sus leyes operativas suponían, insostenibles en el marco del Estado Constitucional
de Derecho, que impone categóricamente la unidad y exclusividad de la función
jurisdiccional. Objeciones que se plasmaron finalmente en una acción de
Inconstitucionalidad interpuesta por la Defensoría del Pueblo, en concreto, sobre
diversos artículos de la Ley Orgánica de Justicia Militar, del Código de Justicia Militar
y la Ley del Ministerio de Defensa, en la medida, que esta normatividad era
incompatible con diversos principios consagrados constitucionalmente en los artículos
138° y 139° de la Carta Política. De esta manera, el Tribunal Constitucional dicta su
sentencia con fecha 30/10/2004 (Exp. N° 0023-2003-AI-TC), en la cual se declaran
como "inconstitucionales “una serie de dispositivos legales comprendidos en la
legislación jurídico-militar.
Esta es una máxima fundamental que sostiene la legitimidad de la administración de
justicia ante el colectivo, y que se cohesiona con el basamento humanista que inspira
todo el ordenamiento jurídico en su conjunto. Siendo así, no existe ninguna dificultad e
incompatibilidad con la creación de "fueros especiales", siempre que estén a cargo de
los magistrados nombrados según las disposiciones que emanan de la Constitución y las
leyes; además que sean respetados los principios del juez natural, la independencia
judicial, las garantías procesales, etc.
LA JURISDICCIÓN
La Jurisdicción pude ser definida como el Poder Judicial, integrado por Jueces y
Magistrados, a quienes, por su independencia y sumisión a la Ley y al Derecho. la
soberanía nacional ha otorgado en exclusiva la potestad jurisdiccional y, en
consecuencia, expresamente les ha legitimado para la resolución jurídica, motivada,
definitiva e irrevocable de los conflictos intersubjetivos y sociales, para la protección de
los derechos subjetivos, el control de la legalidad y la complementación del
ordenamiento jurídico.
Qué debemos entender entonces por Jurisdicción Penal, vendría a ser la potestad que
tienen determinados Tribunales de la Nación, para administrar justicia en el ámbito
criminal, esto es, para someter a procesamiento y juzgamiento, a todos aquellos que han
vulnerado supuestamente una norma jurídico-penal. En otras palabras: la Jurisdicción
Penal detenta el monopolio estatal en la función de imponer penas y medidas de
seguridad, a los responsables penalmente de haber vulnerado o puesto en peligro bienes
jurídicos penalmente tutelados. Para CLARIA OLMEDO, la jurisdicción es una función
soberana del Estado que se desenvuelve unitariamente frente a todo derecho actuable;
diremos que lo jurisdiccional es un poder propio del Estado, que se expresa a través de
ciertos funcionarios que tienen el deber de ejercer esa jurisdicción.28 En tanto que para
FLORIAN, la jurisdicción penal es función soberana que el Estado ejercita por medio
de personas físicas, las cuales, en cuanto órganos del Estado, toman el nombre de jueces.
Siendo así las cosas, diremos que la jurisdicción penal es ejercida por aquellos
magistrados investidos de dicho poder, el cual realizan no a nombre propio, sino a
nombre del Estado que le delega dicha facultad poderdante. Y, en el ámbito criminal, la
jurisdicción tiene por principal misión la aplicación de una norma penal material a
efectos de restablecer la paz y seguridad jurídica, y de auto confirmar la vigencia fáctica
del ordenamiento jurídico. La potestad jurisdiccional, entonces, es el poder-deber de
realizar dicha tarea, la de imponer la norma jurídica resolviendo los casos concretos con
el fin de lograr la paz social mediante la imposición del derecho.630 Esta tarea es tal
vez una de las más esenciales del Estado, pues, su activación presupone la afectación de
un interés jurídico superior –declarado insoportable por la sociedad- cuya resolución por
parte de la judicatura importa la expresión más intensa del poder coactivo del Estado,
cuyo interés es de naturaleza pública, pues, no olvidemos que tanto el Derecho Penal
como el Derecho Procesal Penal son instituciones públicas.
La existencia de una Jurisdicción penal implica dejar de lado la barbarie que supone la
realización del derecho de propia mano (ius-talionis), por una respuesta civilizada
basada en la razón y sobre todo en el derecho, de imponer la justicia sí, pero según
determinadas normas y formalidades, especialmente previstas por ley.
La Jurisdicción entonces se encarga de resolver los conflictos sociales más graves que
acontecen en la sociedad, en base a un interés público en la persecución. Como bien
reseña RUBIANES, la idea de conflicto es inseparable de la función jurisdiccional, pues
precisamente la necesidad de resolverlos es lo que ha originado la institución de esa
actividad del Estado. Lo que interesa a la sociedad es que mediante la función
jurisdiccional se resuelvan los choques de intereses, tutelando al que es lesionado,
desconocido, al sancionar el incumplimiento de normas jurídicas."
En un Sistema adversarial-garantista, que supuestamente adopta el nuevo Código
Procesal Penal, el Juez o Magistrado se coloca entre las partes como un Tercero
imparcial, director del debate, que pretende dirimir la controversia mediante la
aplicación del derecho en sujeción a las pruebas aportadas válidamente al proceso penal.
Son cinco los elementos que se reconocen a la Jurisdicción por parte de la doctrina: la
notio, la vocatio, la coertio, el iudicium y la executio, como señala RUBIANES, la notio
es el derecho de conocer una cuestión litigiosa determinada; vocatio, facultad de obligar
a las partes a comparecer; coertio, el empleo legal de la fuerza; iudicium, o decisión de
la sentencia; y executio, ejecución de las resoluciones judiciales.
Según nuestro Sistema Procesal la Jurisdicción Penal se promueve generalmente ne
procedat iure ex offcio, es decir, de oficio, y nemo iudex sine actore, en los casos de
delitos perseguibles a instancia del ofendido.
Siendo así las cosas, conferimos a la Jurisdicción Penal un fin eminentemente
Teleológico, de contribuir eficazmente a la paz social y jurídica, aplicando el derecho
penal material, de conformidad con una interpretación sujeta al marco del Estado de
Derecho y a las libertades y derechos consagrados constitucionalmente.
POTESTAD JURISDICCIONAL (ART. 16°)
La potestad jurisdiccional del Estado se ejerce por:
 La Sala Penal de la Corte Suprema.
 Las Salas Penales de las Cortes Superiores.
 Los Juzgados Penales, 6 constituidos en órganos colegiados o unipersonales,
según la competencia que le asigna la Ley. En tal sentido, el Juez puede actuar
de forma singular o como integrante de un cuerpo colegiado delimitado en su
unidad por las reglas generales de la competencia.
 Los Juzgados de la Investigación Preparatoria. Esta es una nueva denominación
que adopta el nuevo CPP, en función de delimitar la investigación de los actos
de juzgamiento, concediéndose al Juez de la Investigación Preparatoria
facultades muy precisas: controlar jurídicamente la Investigación Preparatoria y
adoptar las medidas coercitivas de carácter personal y real, así como las medidas
limitativas de derecho, empero, estos jueces no tienen facultad de fallo.
Los Juzgados de Paz Letrados, con las excepciones previstas por la ley para los juzgados
de paz. Los Juzgados de Paz Letrados se encuentran constituidos en mayoría de
Distritos Judiciales, pero, resulta que en algunos lugares recónditos de nuestra vasta
geografía, no se han podido conformar estos juzgados, por lo que se ha optado por la
creación de Juzgados de Paz no letrados, dirigidos por personas de la localidad, que sin
ser Abogados (letrados), administran justicia penal en los hechos punibles de mínima
gravedad antijurídica, en el caso de procesamiento por faltas (artículo 482.2).
IMPRORROGABILIDAD DE LA JURISDICCIÓN
La Jurisdicción penal ordinaria es improrrogable. Se extiende a los delitos y a las faltas.
Tiene lugar según los criterios de aplicación establecidos en el Código Penal y en los
Tratados Internacionales celebrados por cl Estado, debidamente aprobados y ratificados
conforme a la Constitución (Art. 17°). La ley penal peruana se aplica a todo el ámbito
territorial, de conformidad al ejercicio de la soberanía que se plasma en la pretensión
punitiva del Estado. En principio, el Estado Nacional es soberano en aplicar su ius
imperium, según el principio de Representación y de protección real. El principio
territorial es una consecuencia Lógica de la independencia de los Estados y del principio
de soberanía, pero también de garantía de una intervención punitiva abusiva
(incontrolable en cualquier otro caso).
Sin embargo, según el principio de extraterritorialidad, el Estado puede imponer el
derecho positivo nacional bajo los supuestos establecidos en el artículo 2° del Código
Penal (incisosl-4), donde cobra gran relevancia, el principio de Jurisdicción Universal
plasmado en el inciso 5 del mencionado artículo, que señala lo siguiente, la ley penal
peruana se aplica fuera del territorio nacional, cuando el Perú está obligado a reprimir
conforme a tratados internacionales, debidamente aprobados y ratificados de
conformidad a la Constitución.
De esta forma se reconoce el principio de cooperación judicial internacional que se
materializa en Tratados y Convenios Internacionales Bilaterales o Multilaterales, que
permiten a un Estado soberano perseguir penalmente al agente delictivo que se
encuentra en su territorio, sin interesar su nacionalidad y el lugar donde se cometió el
delito. Esta extensión jurisdiccional que relativiza los conceptos de soberanía y
territorio, supone la vigencia del principio de protección universal en jurisdicción en
crímenes internacionales.
Por consiguiente, las partes confrontadas no están en posibilidad de extender la
jurisdicción en el caso de la "ordinaria", y ésta se determina de conformidad con el
principio de ubicuidad, esto es, el lugar de la comisión del delito es aquel donde se
infringió la norma prohibitiva (acción), donde el sujeto obligado omitió realizar su
prestación salvadora (omisión) o donde se producen los efectos perjudiciales del evento
delictivo.
LÍMITES DE LA JURISDICCIÓN PENAL ORDINARIA (ART. 18°)
La jurisdicción penal ordinaria no es competente para conocer:
De los delitos previstos en el artículo 173° de la Constitución, se refiere entonces, a los
delitos de función cuya competencia es el Fuero Castrense, y delito de función es todo
aquel injusto cometido por un agente militar o policial en pleno ejercicio de sus
funciones, que implica una deficitaria ejecución, una extralimitación o una omisión en
las funciones, siempre que afecte bienes jurídicos estrictamente castrenses, 9 en el caso
de afectación de bienes jurídicos fundamentales, la competencia será exclusiva de la
jurisdicción penal ordinaria.
En cuanto al delito de terrorismo, dada su compleja estructura y gravedad de su
manifestación antijurídica, se prevé una regulación especial en el caso de la
competencia, que es en este caso de naturaleza "nacional", tal como se dispone en la
Resolución y Circular que constituye la Sala Nacional de Terrorismo. De conformidad
con este marco regulativo, no interesa el lugar donde se cometió el delito, basta con que
se afecte el bien jurídico tutelado y sea el Perú competente para perseguir estos hechos
punibles. Eso sí, son los Tribunales comunes o dígase civiles para juzgar estos delitos,
si bien la Constitución en este artículo, disponía que las normas del Código de Justicia
Militar eran aplicables a civiles por delitos de terrorismo y de traición a la patria, la
sentencia del Tribunal Constitucional ordenó declarar la nulidad de estos procesos por
haberse vulnerado principios fundamentales: juez natural, jurisdicción predeterminada
por ley, y de ser juzgado por las normas que garantizan el Debido Proceso. Mientras que
el tipo penal de traición a la patria (Decreto Ley N° 25659), fue declarado
inconstitucional por el máximo órgano de la constitucionalidad (Exp. N° 010-2002-
AI/TC), por contener un trasfondo incompatible con el bien jurídico tutelado y la
función político- criminal que éste inspiraba, vulnerándose consiguientemente el
principio de legalidad penal, al confundirse irremediablemente con el tipo penal de
terrorismo tipificado en el artículo 2° del Decreto Ley N° 25475.4I Ante este estado de
cosas, los delitos comprendidos en la llamada "jurisdicción extraordinaria" previstos en
el artículo 173° de la Constitución, son el delito de función y el delito de terrorismo.
De los hechos punibles cometidos por adolescentes, los adolescentes infractores de la
ley penal están sometidos a una jurisdicción penal, los Juzgados de Familia, tal como lo
dispone el Código de los Niños y los Adolescentes (Ley N° 27337),42 pues a pesar de
haber cometido un verdadero injusto penal, la sanción punitiva que recae en el Código
Penal no es la conveniente para poder alcanzar la enmienda, educación y rehabilitación
de estos agentes infractores, no siendo la pena la adecuada por sus efectos retributivos,
se aplican medidas socio-educativas que conllevan una finalidad distinta.
De los hechos punibles en los casos previstos en el artículo 149° de la Constitución. Se
refiere a la denominada Justicia Campesina y Nativa, aquella que se aplica en
determinados ámbitos territoriales (comunidades campesinas y nativas), de
conformidad con el derecho consuetudinario. En la actualidad no existe una ley orgánica
que desarrolle su funcionamiento jurisdiccional, lo cual se precisa con urgencia, a fin de
dotar a esta Justicia de vigencia fáctica, tal como lo reclaman los diversos pueblos y
comunidades, que se extienden a todo lo largo del territorio nacional. De todas formas,
debe precisarse, que dicha Justicia debe adecuarse imperativamente a los cánones del
debido proceso y de la tutela jurisdiccional efectiva.

LA COMPETENCIA
Es harta conocida la definición, de que la Jurisdicción es el género, y la competencia es
la especie.
Todos los jueces y magistrados ejercen Jurisdicción desde que asumen el cargo según
las disposiciones legales vigentes, pero, no todos son competentes para avocarse a
cualquier caso de contenido penal. Como cualquier Institución Pública, el Poder Judicial
asume una estructura organizacional que permite establecer la delimitación de la
competencia en base a una suma de criterios, criterios que en suma, coadyuvan a una
optimización en el ejercicio de la función jurisdiccional. La importancia de las reglas de
competencia se advierte con sólo pensar en la imposibilidad actual de que a un único
tribunal se adjudique el conocimiento y decisión de todas las causas penales, y también
en la necesidad de hacer práctica la división funcional en las diversas fases del proceso.
En efecto, esta forma de organizar el avocamiento de los Tribunales permite solucionar
los conflictos que pueden acontecer cuando más de un juez se dicen competentes para
conocer un determinado caso de contenido penal, por lo que se establece una serie de
criterios (territoriales, jerárquicos, objetivos y materiales), destinados a solucionar dicha
problemática. Sería imaginable que todos los jueces sean competentes para ventilar
todos los casos que se presentan ante la Jurisdicción Penal, una organización de justicia
necesita en definitiva una división de funciones en base a criterios específicos.
La persecución penal estatal se encuentra sometida a una serie de presupuestos
procesales, en este sentido, la iniciación de un proceso necesita irremediablemente que
el Juez Penal sea competente para avocarse jurisdiccionalmente a un caso concreto, por
lo que la competencia es un presupuesto procesal que incide directamente sobre la
formación misma del proceso. La falta de competencia de un Juez no supone un ejercicio
inválido en la promoción de la acción penal, esto es, la idoneidad del juez por este
concepto no implica el cierre del proceso, sino su remisión al juzgador realmente
competente; mas sí sería un presupuesto formal de iniciación del proceso, que puede
anular todo lo actuado, la admisibilidad de una cuestión previa (artículo 4.1) u otro
medio de defensa técnica.
La competencia se traduce en la facultad de que se halla investido un funcionario público
para aplicar justicia en un caso concreto. La forma de limitar la jurisdicción es lo que se
denomina "competencia". La competencia puede también concebirse como capacidad
objetiva del juez, o sea, su capacidad considerada en relación al objeto del proceso y su
desenvolvimiento, y por eso los dos conceptos de competencia y capacidad objetiva del
juez coinciden. En tal sentido, la competencia determina la capacidad funcional de un
juez para avocarse a una determinada causa penal. Desde el punto de vista del tribunal,
se trata de un enfoque externo de la competencia, del cual -como señala CLARIA
OLMEDO- podemos dar un concepto objetivo y otro subjetivo. Objetivamente, es una
órbita jurídico-penal dentro de la cual el tribunal ejerce la jurisdicción. Subjetivamente,
es la aptitud que tiene un tribunal penal para entender en un determinado proceso o
momento por razones territoriales, materiales y funcionales. A partir de esta
delimitación conceptual, podemos decir que la Jurisdicción es el poder con el cual se
encuentran revestidos todos los jueces y magistrados para administrar justicia en el
ámbito criminal, y la competencia es el poder para avocarse a una determinada causa
penal que se reparte en virtud de una serie de criterios. Por consiguiente, la competencia
es la porción o parte de la jurisdicción de los diversos órganos jurisdiccionales y, a la
vez, la aptitud de ellos para juzgar determinados asuntos,651 en este caso, asuntos
estrictamente de contenido penal.
CARACTERES DE LA COMPETENCIA
1. 1 Improrrogabilidad, esto es, la competencia no puede ser trasladada a
Distrito Judicial ajeno al lugar donde se cometió el delito (forum commissi
delicti) por la voluntad de las partes involucradas, la excepción la constituye el
principio de extraterritorialidad y el principio de Justicia Universal, Es un tema
que se incluye en el apartado de la Jurisdicción Penal, en la medida que tiene
que ver con la soberanía del Estado de aplicar las leyes penales.
1.2 De legalidad, las reglas de competencia se determinan y modifican de acuerdo
a ley de la materia, esto es, en las normas del Código Procesal Penal, y
excepcionalmente en los dispositivos legales internos expedidos por el órgano
de gobierno del Poder Judicial.

1.3 Indelegabilidad, quiere decir, que la competencia no puede ser abdicada y


delegada por aquel que por ley está obligado a avocarse a un determinado asunto
penal, únicamente razones que puedan afectar la imparcialidad del
procesamiento (recusación e inhibición), pueden suponer el apartamiento del
juzgador del caso sub judice, mas no la posibilidad de delegarlo a otro juzgador.
La indelegabilidad se sustenta en razones de orden público.
DETERMINACIÓN DE LA COMPETENCIA (ART. 19°)
La competencia es objetiva, funcional, territorial y por conexión.
Objetiva, es el ámbito en el cual legalmente se puede ejercer la jurisdicción.
Territorial, es el ámbito geográfico donde al Juez le está permitido aplicar la ley penal
sustantiva;
Y. por conexión, cuando existe relación o conexidad entre dos o más procesos.
Por la competencia se precisa e identifica a los órganos jurisdiccionales que deben
conocer un proceso, se determina entonces, a qué Juez o Sala le corresponde asumir el
conocimiento de una determinada causa penal.
INCIDENTES O CUESTIONES DE COMPETENCIA (ART. 20°)
Los incidentes de competencia son ciertos mecanismos procesales, que ocurren dentro
de una causa, pero no tienen que ver con la resolución del conflicto base, sino que
influyen de un modo tangencial; en otras palabras, una cuestión de competencia se
presenta cuando surgen conflictos al momento de determinarla, porque en apariencia,
más de un juez dice ser competente para avocarse al asunto penal. Las cuestiones de
competencia no suspenderán el procedimiento. No obstante, si se producen antes de
dictarse el auto de citación a juicio, se suspenderá la audiencia hasta la decisión del
conflicto. Tal como lo sostuvimos en líneas anteriores, la competencia es un presupuesto
procesal que no tiene por qué afectar la iniciación misma del procedimiento, pues, no
versa sobre el fondo del asunto, por lo que su tramitación supone únicamente la remisión
de la causa al juez que se reconoce como competente por ley

LA COMPETENCIA POR EL TERRITORIO


COMPETENCIA TERRITORIAL (ART. 21)
Por la competencia territorial un Juez se avoca a una causa de contenido penal en razón
de un ámbito geográfico determinado, y según nuestras leyes nacionales. la carga
procesal se distribuye a través de los 26 Distritos Judiciales que comprenden la
competencia del Poder Judicial. Territorial, según la cual el juez puede ejercer su
jurisdicción sobre los litigios ocurridos en determinado territorio.54 En efecto, la
administración de justicia se organiza en base a una distribución de la carga procesal,
que encuentra en el territorio un criterio que permite una inmediatez en el ejercicio de
las funcione persecutorias o investigatorias del Estado.
La competencia por razón del territorio se establece en el siguiente orden:
I.I Por el lugar donde se cometió el hecho delictuoso o se realizó el último acto en
el caso de tentativa, o cesó la continuidad o la permanencia del delito (Art. 21° num.
I)
Es el fórum delicti comissi, recogido en el artículo 5° del Código Penal y titulado como
el principio de ubicuidad, según el cual el lugar de comisión de un delito es aquel en el
cual el autor o el partícipe ha actuado u omitido la obligación de actuar o en el que se
producen sus efectos. Según la constitución de la norma jurídico-penal, esta se compone
de una norma de conducta y de una norma de sanción. La norma de conducta prescribe
una conducta a fin de que los ciudadanos adecúen su comportamiento de acuerdo a
derecho, fijando determinados modelos valiosos; y, según su estructura, ésta puede
adquirir dos variantes: norma prohibitiva, la cual implica un hacer, es decir, una acción
que se dirige a la causación de un resultado lesivo o a la creación de un riesgo no
permitido; la primera supone la realización típica de un resultado que se materializa en
el exterior, mientras que la segunda, implica la creación de un peligro concreto para un
determinado bien jurídico, el cual no ha llegado a su realización plena (consumación),
es pues, una forma de imperfecta ejecución. La segunda variante, se constituye a partir
de una norma de mandato, aquella que se dirige a prescribir una determinada conducta
exigible a quien es "Garante" de un bien jurídico, que implica el deber de realizar una
conducta salvadora a fin de que no se lesione dicho interés jurídico.
Entonces, el lugar donde se cometió el delito es aquel donde se alcanzó la realización
típica (consumación), donde la victima del asesinato finalmente muere (cesa la actividad
cerebral), o donde se realizó el último acto en el caso de la tentativa, en este caso, la
tentativa acabada, el lugar donde el agente vertió la última dosis de veneno para matar
a la víctima. En los delitos de omisión (propia e impropia), donde el autor obligado,
omitió realizar la conducta controladora del riesgo prohibido. O también, donde cesó la
continuidad delictiva, es decir, en el caso del delito continuado, cuando cesa la actividad
criminal, de conformidad con el plan del autor, con el último acto ejecutivo de la
resolución criminal, y, en el caso del delito permanente, cuando cesa el estado
antijurídico, en este caso, cuando el rehén de un secuestro es finalmente liberado por sus
captores.
1.2 Por el lugar donde se produjeron los efectos del delito (Art. 21° num. 2)
Cabe decir, en el ámbito geográfico donde se materializaron los efectos per- judiciales,
donde el bien jurídico sufrió una transformación o una disminución de su entidad
material. En concreto, esta previsión sólo es reconducible en la esfera de los delitos de
resultado y otros que por diversas circunstancias provocan un estado de cosas
desvalorado en un lugar ajeno al donde se cometió la actividad antijurídica, esto es, en
aquellos donde existe una delimitación temporal entre la acción o la omisión y la
producción de un resultado lesivo, que en términos acabados de la moderna teoría de la
Imputación Objetiva supone la imputación de un resultado como consecuencia de la
creación de un riesgo no permitido creado por el agente que se ha concretizado en el
mismo. Puede que la carta Injuriosa se haya elaborado en Lima, pues, al ser su destino
la ciudad de Piura, este distrito judicial podrá ser el competente para ventilar el caso
penal. En el caso de la producción de unas lesiones seguidas de muerte, donde los actos
lesivos a la dimensión fisiológica de la víctima se realizaron en Tumbes, pero a efectos
de Ser intervenido quirúrgicamente la victima es trasladada a Trujillo, lugar donde
finalmente se produce el deceso de la víctima.
1,3 Por el lugar donde se descubrieron las pruebas materiales del delito(Art. 21°
num. 3)
Las pruebas son los efectos o instrumentos que permiten reconstruir históricamente el
delito, a partir de la fuente de cognición que éstas proporcionan para dilucidar el thema
probandi. Como sabemos, la primera actividad de investigación, a efectos de realizar la
actividad persecutoria, es el recojo y adquisición de pruebas, como primer paso que da
inicio a toda la actividad probatoria del Proceso Penal.
En tal sentido, puede que el crimen se haya cometido en un lugar, por ejemplo en Puno,
en este caso el delito de homicidio y que el cadáver haya sido descubierto en una fosa
clandestina ubicada en la circunscripción territorial de Cuzco.
1.4 Por el lugar donde fue detenido el imputado (Art. 21° num. 4)
La posibilidad de asegurar el éxito del procedimiento penal, depende en gran medida,
de la adopción de una serie de mandatos a efectos de garantizar la punibilidad de la
condena. En efecto, la comparecencia del imputado al proceso es fundamental para que
se pueda descubrir la verdad, y asi concretizar el objeto del procedimiento. En tales
casos, puede que la noticia criminal ya haya llegado a conocimiento de las agencias de
persecución, pero, el agente no se halla habido o en su defecto existe pendiente una
orden de detención judicial de naturaleza preventiva, ante este hecho, se cursa una orden
de requisitoria, que se efectiviza en un lugar ajeno al del hecho punible. Siendo asi las
cosas, será competente el juez donde se detuvo al imputado, en otras palabras, donde se
produjo la privación de libertad del imputado.
1.5 Por el lugar donde domicilia el imputado (Art. 21° num. 5)
En esta hipótesis la determinación de la competencia penal se rige por el domicilio real
del imputado, el lugar de su residencia actual, de esta forma se garantiza que el imputado
no sea desarraigado de su ambiente familiar y laboral (en el caso de comparecencia), y
de cierta forma, se evita la onerosidad que significa el costo de un traslado de un lugar
a otro para el imputado y la justicia penal.
DELITOS COMETIDOS EN UN MEDIO DE TRANSPORTE
Si el delito es cometido en un medio de transporte sin que sea posible determinar con
precisión la competencia territorial, corresponde conocer al Juez del lugar de llegada
más próximo. En este caso el conductor del medio de transporte pondrá el hecho en
conocimiento de la autoridad policial del lugar indicado
(Art. 22°). Primero, el hecho delictuoso acontece en un tramo de tránsito de un lugar a
otro; segundo no es posible determinar con precisión la competencia territorial pues, no
existe una demarcación territorial que permita determinar la competencia, v.gr., un lugar
desértico carente de descripción geográfica. Ante esta hipótesis, corresponderá la
competencia al Juez cuyo ámbito de función esté más próximo al lugar de los hechos,
por lo que el conductor deberá poner en conocimiento el hecho a la autoridad policial
del lugar indicado, quien a su vez pondrá en conocimiento al Fiscal Provincial para que
se realicen las diligencias que dieran lugar; así se pronuncia el precepto en referencia,
al señalar que "la autoridad policial informará de inmediato al Fiscal Provincial para que
proceda con arreglo a sus atribuciones".
DELITO COMETIDO EN EL EXTRANJERO (ART. 23°)
Si el delito es cometido fuera del territorio nacional y deba ser juzgado en el Perú
conforme al Código Penal, la competencia del Jucz se establece en el siguiente orden,
en este caso, se trata de la aplicabilidad del principio de extraterritorialidad, según las
causales previstas en el artículo 2° del Código Penal, el cual adopta un criterio del estatus
funcional (autor es funcionario o servidor público); en razón a la naturaleza del bien
jurídico tutelado (atenta contra la seguridad o tranquilidad pública, siempre que los
efectos perjudiciales de la conducta criminal se produzcan en el territorio de la
República); en razón a la institucionalidad democrática, al orden jurídico-constitucional
y al orden monetario, que deben ser tutelados como una máxima expresión del concepto
de soberanía estatal; cuando el injusto es perpetrado contra peruano o por peruano y el
delito está previsto como susceptible de extradición según la Ley peruana, siempre que
se preserve el principio de la doble incriminación y el agente ingrese al territorio
nacional; esta previsión hace referencia al principio de nacionalidad; y, finalmente el
inciso 5, hace alusión al principio de Justicia Universal, el cual adquiere una gran
relevancia a efectos de perseguir eficazmente los crímenes internacionales, aquellos que
ofenden a toda la Comunidad Internacional en su conjunto, los cuales se someten a las
normas comprendidas en los Tratados Internacionales suscritos y ratificados por el Perú.
1. Por el lugar donde el imputado tuvo su último domicilio en el país.
2. Por el lugar de llegada del extranjero.
3. Por el lugar donde se encuentra el imputado al momento de promoverse la acción
penal.
DELITOS GRAVES Y DE TRASCENDENCIA NACIONAL
Los delitos especialmente graves, o los que produzcan repercusión nacional cuyos
efectos superen el ámbito de un Distrito Judicial, o los cometidos por organizaciones
delictivas, que la Ley establezca, podrán ser conocidos por determinados jueces de la
jurisdicción penal ordinaria, bajo un sistema específico de organización territorial y
funcional, que determine el Órgano de Gobierno del Poder Judicial. Los delitos de
tráfico ilícito de drogas y lavado de activos; y, los delitos de secuestro y extorsión que
afecten a funcionarios del Estado, podrán ser de conocimiento de los Jueces de la Capital
de la República, con prescindencia del lugar en el que hayan sido perpetrados (Art. 24°).
Nuestro sistema de codificación penal incluye algunos injustos que revelan una alta
intensidad antijurídica, esto es, criminológicamente hablando son tipologías delictivas
que suponen una grave ofensa al bien jurídico, ora por la relevancia del bien objeto de
afectación, ora por la magnitud de los efectos perjudiciales producidos, ora por la
extensión del alcance criminal. Son pues, delitos que producen una grave alarma social,
donde el interés social en la persecución en una necesidad impostergable, v.gr.
terrorismo, narcotráfico, delitos ecológico prostitución infantil, son injustos que
merecen un tratamiento procesal especial que viabilice una persecución efectiva. Esta
disposición es también extensible a las organizaciones delictivas, aquellas agrupaciones
criminales que cuentan con una estructura organizacional muy compleja, en virtud de
los alcances geográficos de la organización, en razón de la calidad de los autores o de la
pluralidad de delitos que se dedican a perpetrar. En este caso, el órgano de gobierno del
Poder Judicial a través de normas específicas, podrá establecer un sistema específico de
competencia territorial y funcional.
La competencia como se ha sostenido en líneas anteriores, constituye la potestad de la
judicatura para avocarse a un caso concreto, de dirimir la materia de controversia
conforme las versiones alegadas por las partes, según el modelo procesal penal
acusatorio; en dicho alud, el lugar donde se comete el delito, constituye el dato a saber
para que un juez penal se haga competente, para conocer la causa, en el marco de un
injusto material, que puede venir definido por el comienzo de los actos ejecutivos
(tentativa) o por su perfección delictiva (consumación), concordante con el artículo 5
del CP. Empero, determinados hechos punibles –en vista de su naturaleza particular-,
pueden propiciar una configuración de la competencia penal, que en este caso da lugar
a una «competencia nacional», es decir, los jueces de Lima, son competentes para
conocer, los hechos punibles, que se detalla en la redacción normativa del articulado in
examine, con prescindencia del lugar donde fueron cometidos, en el entendido de la
perpetración de los delitos de acción y/o de omisión.
Por otro lado, se incluyen a los delitos de secuestro y extorsión, cuando afecten a
funcionarios públicos. Dichos injustos han adquirido una alta tasa de incidencia en el
Perú, bandas sumamente peligrosas que han puesto en estado de zozobra a la sociedad
peruana en su conjunto, que no dudan en cegar vidas humanas, con tal de alcanzar sus
objetivos. Mas lo que no llegamos a comprender, el por qué se haya limitado la previsión
legal, cuando la víctima sea un funcionario público, pues la alarma social ha de verse en
cualquier caso, sea el rehén un particular o un intraneus.
VALOR DE LOS ACTOS PROCESALES YA REALIZADOS
La incompetencia territorial no acarrea la nulidad de los actos procesales ya realizados
(Art. 25°), como apuntamos en líneas precedentes, la asunción de competencia de un
Juez que no le correspondía no puede afectar la validez de los actos procesales ya
ejecutados, en la medida, que la competencia es un presupuesto formal mas no de fondo,
pues, su activación por parte de los órganos predispuestos no tiene relación con la
validez de la acción penal. La incompetencia por cuestión de territorio sólo implica la
remisión del expediente a aquel juzgador que la ley lo determina como competente.
LA COMPETENCIA OBJETIVA Y FUNCIONAL
La competencia objetiva es aquella que se determina según la naturaleza del Injusto, es
decir, se toma en consideración la gravedad del delito, en razón del impacto social o la
repercusión que éste pueda generar en el åmbito de la colectividad. Es en realidad una
competencia material que permite al Juzgador avocarse a determinada clase de delitos
en función de la norma de sanción, tomando en referencia el marco penal previsto, según
la escala penal (de acuerdo a los extremos minimo y máximo). En tanto, que la
competencia funcional se determina según el grado jerárquico del magistrado. Como
sabemos, la Ley Orgánica del Poder Judicial reconoce varios grados funcionales de
forma ascendente, que se inician con los Juzgados de Paz Letrados hasta llegar a la
máxima instancia jurisdiccional que es la Corte Suprema de Justicia.
El nuevo Código Procesal Penal estructura un proceso común, el cual se encuentra
dividido en tres etapas: Investigación Preparatoria, etapa Intermedia y Juzgamiento, que
sometido a los principios del Debido Proceso presupone el derecho a la doble instancia.
La doble instancia supone una división entre dos tribunales que estudian sucesivamente
el litigio: el de segunda para revisar la decisión (o el procedimiento todo) del de primera.
5 No hay duda que la etapa impugnativa debe tener un tribunal especifico cuando se la
instituye como con- tralor de la sentencia de mérito.57 Es importante entonces, que se
instituya un Tribunal Superior con facultades discrecionales para revisar la sentencia –
tanto sobre el fondo como en la forma- a efectos de ejercer un control de la legalidad de
las resoluciones judiciales.
La competencia objetiva y funcional es asumida por todos los órganos jurisdiccionales
en razón al orden jerárquico, esto es, la Sala Penal de la Corte Suprema, las Salas Penales
de las Cortes Superiores, los Juzgados Penales, los Juzgados de la Investigación
Preparatoria (éstos no se encuentran contemplados en la LOPJ) y los Juzgados de Paz
Letrados.
I.COMPETE A LA SALA PENAL DE LA CORTE SUPREMA
a) Conocer del recurso de casación interpuesto contra las sentencias y autos
expedidos en segunda instancia por las Salas Penales de las Cortes Superiores,
en los casos previstos por la ley. La Casación es un medio de impugnación que
únicamente es conocido por la Sala Penal Suprema, cuyo objetivo es la revisión
jurídica de las sentencias.
b) Conocer del recurso de queja por denegatoria de apelación, la queja se interpone
ante la denegatoria de un recurso impugnatorio, que a diferencia de éste se
presenta directamente ante el órgano jerárquico superior.
c) Transferir la competencia en los casos previstos por la ley, sólo la Sala Penal de
la Corte Suprema está facultada por ley a transferir la competencia ante casos
excepcionales.
d) Conocer de la acción de revisión, la revisión es un recurso extraordinario y
excepcional a la intangibilidad de la cosa juzgada.
e) Resolver las cuestiones de competencia previstas en la Ley, y entre la
jurisdicción ordinaria y la militar. En efecto, categorizar la unidad de la función
jurisdiccional significa que la Corte Suprema es el órgano jerárquico de todas
las instancias jurisdiccionales que imparten justicia en nuestro país, incluidos los
Tribunales Militares.
f) Pedir al Poder Ejecutivo que acceda a la extradición activa y emitir re-solución
consultiva respecto a la procedencia o improcedencia de la extradición pasiva.
Resolver la recusación planteada contra sus Magistrados.
g) Juzgar en los casos de delito de función que señala la Constitución. El delito de
función es todo aquel injusto que se perpetra en el interior de una instancia
pública, esto es, su contenido material se determina a partir de los concretos
deberes que son lesionados por el agente infractor. De tal forma, que estos delitos
son considerados por la dogmática jurídico-penal, como "especiales propios", en
la medida, que el tipo penal se construye con un elemento normativo a saber: la
calidad de funcionario o servidor público al momento de cometer el hecho
punible.
Por consiguiente, sólo el intraneus puede ser considerado autor de estos injustos,
mientras que los extraneus sólo pueden incurrir en figuras de participación según las
reglas de la Parte General del C.P.
En todo caso, la Ley Fundamental ha establecido normativamente una serie de
prerrogativas a los altos funcionarios públicos del Estado, que según el artículo 99°
gozan del Antejuicio político, quiere decir, que para que puedan ser sometidos a la
persecución penal de la justicia ordinaria, previamente deben pasar por una instancia
política, que se constituye en realidad como una especie de prejudicial dad
administrativa. En efecto, las Salas Penales de la Corte Suprema, han conformado en la
actualidad Salas Penales Especiales (compuestas por tres vocales), a fin de realizar el
juzgamiento de aquellos ex altos funcionarios públicos, que prevaliéndose del cargo
público, cometieron una serie de delitos, que en suma conjugaron una organización
delictiva paraestatal.
i)Entender de los demás casos que el Código y las Leyes determinen, es una cláusula
abierta que puede cobijar previsiones de leyes específicas (dictadas por el órgano de
gobierno del PJ).
2. COMPETE A LAS SALAS PENALES DE LAS CORTES SUPERIORES (ART. 27°)
a) Conocer del recurso de apelación contra los autos y las sentencias en los casos
previstos por la Ley, expedidos por los Jueces de la Investigación Pre- paratoria
y los Jueces Penales -colegiados o unipersonales-.
b) Dirimir las contiendas de competencia de los Jueces de la Investigación
Preparatoria y los Jueces Penales -colegiados o unipersonales- del mismo o
distinto Distrito Judicial, correspondiendo conocer y decidir, en este último caso,
a la Sala Penal del Distrito Judicial al que pertenezca el Juez que previno.
c) Resolver los incidentes que se promuevan en su instancia.
d) Dictar, a pedido del Fiscal Superior, las medidas limitativas de derecho a que
hubiera lugar.
e) Conocer del recurso de queja en los casos previstos por la ley, ante la denegatoria
del recurso de apelación por parte de los Juzgados Penales.
f) Designar al Vocal menos antiguo de la Sala para que actúe como Juez de la
Investigación Preparatoria en los casos previstos por la Ley, y realizar el
Juzgamiento de dichos casos.64
g) Resolver la recusación planteada contra sus Magistrados.
h) Conocer de los demás casos que el Código y las Leyes determinen.
3.COMPETENCIA MATERIAL45 Y FUNCIONAL DE LOS JUZGADOS PENALES
(ART. 28°)
a) Los Juzgados Penales o Colegiados, integrados por tres jueces, conocerán
materialmente de los delitos que tengan señalado en la Ley, en su extremo
mínimo, una pena privativa de libertad mayor de seis años.
b) Los Juzgados Penales Unipersonales conocerán materialmente de aquellos Cuyo
conocimiento no se atribuya a los Juzgados Penales Colegiados, es decir, en
razón de una interpretación por exclusión, todos aquellos delitos que tengan
como pena máxima una pena no mayor a los seis años de pena Privativa de
libertad.
c) Compete funcionalmente a los Juzgados Penales, Unipersonales o Colegiados,
lo siguiente:
 Dirigir la etapa de juzgamiento en los procesos que conforme a Ley deban
Conocer.
 -Resolver los incidentes que se promuevan durante el curso del juzgamiento.
 -Conocer de los demás casos que este Código y las leyes determinen.
d) Los Juzgados Penales Colegiados, funcionalmente, también conocerán de las
Solicitudes de refundición o acumulación de penas.
e) Los Juzgados Penales Unipersonales, funcionalmente, también conocerán:
 De los incidentes sobre beneficios penitenciarios conforme a lo dispuesto en el
Código de Ejecución Penal (Capítulo IV- artículos 42°-59°).
 Del recurso de apelación interpuesto contra las sentencias expedidas por el Juez
de Paz Letrado.
 Del recurso de queja en los casos previstos por la Ley.
 De la dirimencia de las cuestiones de competencia entre los Jueces de Paz
Letrados.
4.COMPETEA LOSJUZGADOS DE LA INVESTIGACIÓN PREPARATORIA (ART
29)
a) Conocer de las cuestiones derivadas de la constitución de las partes duran la
Investigación Preparatoria.
b) Imponer, modificar o hacer cesar las medidas limitativas de derecho durante la
Investigación Preparatoria.
c) Realizar el procedimiento para la actuación de la prueba anticipada.
d) Conducir la Etapa Intermedia y la ejecución de la sentencia.
e) Ejercer los actos de control que estipula el Código.
f) Ordenar, en caso de delito con resultado de muerte, si no se hubiera inscrito la
defunción, y siempre que se hubiera identificado el cadáver, la correspondiente
inscripción en el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil
g) Conocer de los demás casos que este Código y las leyes determinen.
Podemos decir entonces, que los Juzgados de Investigación Preparatoria no tienen
facultad de fallo, únicamente se encargan de controlar jurídicamente la etapa de
Investigación Preparatoria -dirigida por el Fiscal- y de ejercitar medidas limitativas de
derecho, así como la conducción de otras diligencias procesales.
5. COMPETE A LOS JUZGADOS DE PAZ LETRADOS CONOCER DE LOS
PROCESOS POR FALTAS (ART. 30°)
(Artículos 482° y ss.), sin embargo, se establece que excepcionalmente, en los lugares
donde no exista Juez de Paz Letrado, conocerán de estos procesos los Juzgados de Paz
(482.2).
LA COMPETENCIA POR CONEXIÓN (FORUM CONEXITATIS)
En este caso la competencia está relacionada con hechos punibles, que en razón de su
conexividad, ameritan ser sustanciados en un único proceso penal, ora por cuestiones de
economía procesal, ora por asuntos de seguridad jurídica.
Una conexión que puede recorrer una relación subjetiva (comprendidos en una unidad
de resolución criminal, una relación puramente objetiva (hechos punibles que fueron
cometidos en las formas concursales previstas en el Código Penal) o por una identidad
personal o asociación de personas (cuando a una persona se le imputa la comisión de
varios delitos, o se trata de la intervención delictiva de un grupo de personas de forma
espontánea o asociativa).
Si se da conexidad, la misma es preferente y no es posible proceder a enjuiciar conductas
o sujetos de modo separado.
Por lo tanto, existe conexión de procesos en los siguientes casos:
a. Cuando se imputa a una persona la comisión de varios delitos, en este
caso puede que sea un autor o interviniente a partir de cualquiera de las
formar de participación, lo que interesa es que esté ligado materialmente
con una pluralidad de delitos, que pueden haberse cometido mediante la
misma acción u omisión (concurso ideal de delitos - art. 48° C.P.) o
mediante la infracción de varias normas o la misma norma jurídico-penal
en tiempos distintos, pero unido por la identidad personal (concurso real
de delitos - art. 50° C.P.). Puede también que se trate de un delito
continuado, habiéndose lesionado el mismo bien jurídico, en tiempos
distintos, pero, unidos bajo una misma resolución criminal (art. 49°
C.P.).
b. Cuando varias personas aparezcan como autores o participes del mismo
hecho. No siempre un injusto penal es cometido por la persona del autor,
en muchas otras ocasiones éste comete el delito en conjunción de
voluntades criminales bajo un condominio del hecho (coautores),
sirviéndose de la colaboración de otros -que sin tener el dominio
normativo del hecho- prestan una aportación imprescindible para la
realización típica (cómplice) o finalmente, quien desde atrás hace surgir
en el influjo psíquico del autor la voluntad de realización típica
(instigador). Entonces, resulta coherente que todos aquellos que estén
relacionados con la unidad del injusto típico, deban ser sometidos a un
proceso penal, por una razón fundamental: de preservar la seguridad
jurídica, imprescindible en el marco del Estado de Derecho.
c. Cuando varias personas vinculadas por una misma voluntad criminal
hayan cometido diversos hechos punibles en tiempo y lugares diferentes,
se la denomina "conexidad ideológica". A diferencia de la hipótesis
anterior, nos encontramos ante una pluralidad de delitos cometidos por
una agrupación de personas unidas bajo una unidad de voluntad criminal.
Se trata realmente de agrupaciones delictivas, que conforman bandas que
operan en un tiempo determinable y cometen una serie de delitos, puede
que sea una asociación ilícita (artículo 317° del CP), la cual está
compuesta por una pluralidad de personas, cuyas operaciones se han
extendido en el tiempo, a partir de una división del trabajo y se dedican
a cometer una serie de ilicitudes penales. Bajo esta nomenclatura
podemos ubicar asociaciones delictivas muy significativas, como son las
agrupaciones subversivas, cárteles del narcotráfico, criminalidad
paraestatal, etc. Es decir, en este caso no se unen esporádicamente a
cometer un delito, sino que se articulan estructuralmente para hacer de la
criminalidad un modus operandi permanente.
d. Cuando el hecho delictuoso ha sido cometido para facilitar otro delito o
para asegurar la impunidad. Bajo esta hipótesis se describe una relación
medio-fin o medial como se denomina en otras configuraciones
normativas, el agente o los agentes cometen un delito que se
instrumentaliza para cometer uno que es realmente el que se pretende
alcanzar, en este caso, el dolo debe abarcar ambas configuraciones
delictivas, de dirigir la conducta hac fin. Muy por lo general se falsifican
documentos a efectos de hacerlos valer en un procedimiento judicial o
administrativo, se comete falsedad material (delito medio) y fraude
procesal. Puede también que sea necesario cometer un delito para poder
facilitar la comisión del delito ulterior, los hampones que ingresan a una
tienda que no dudan en matar al vigilante, a quien consideran un escollo
para poder sustraer los bienes que se encuentran en sus recintos. De otro
lado, asegurar la impunidad, significa cometer el delito posterior para
evitar ser capturado o puesto en evidencia, al revés de la hipótesis
anterior, el agente luego de sustraer los bienes de la tienda es descubierto
por el vigilante, quien al evitar ser capturado procede a eliminarlo. Los
ejemplos citados se adecúan a los alcances del inciso 2 del artículo 108°
del Código Penal (para facilitar o ocultar otro delito).
e. Cuando se trate de imputaciones recíprocas, en esta causal, subyacen dos
procesos en los cuales los sujetos inculpados se profieren recíprocas
imputaciones por un mismo delito o por varios delitos conexos entre
ellos. Sin embargo, no consideramos correcto que basten las
imputaciones recíprocas para que proceda la conexión, sino que se
necesitará de ciertos medios probatorios que presuman una participación
de ambos en el evento criminal, a efectos de unificar ambas causas
penales. Son en suma, estas causales las cuales deberán ser tomadas en
consideración a efectos de determinar la competencia por conexión.
CONCURSO PROCESAL DE DELITOS
Bajo esta causal encontramos una pluralidad de delitos sujetos a tramitaciones
procesales distintas, es decir, son injustos conectados por una identidad subjetiva o
asociativa, pero, que la codificación procesal les ha atribuido a cada uno ellos una
tramitación procesal particularizada.
En caso de concurso de delitos sujetos a distintos trámites procesales, el procedimiento
se seguirá de acuerdo al que corresponde al delito con pena más grave (Art. 33.1). En
efecto, el procedimiento que substancia el injusto más grave prima ante los
procedimientos de injustos menos graves, v.gr., en el caso de un proceso común por
delito de secuestro y un proceso por faltas, prevalece el proceso común.
Los procesos por delitos de acción privada seguirán las mismas reglas, pero la
acumulación sólo procederá entre ellas (Art. 33.2). En este caso, la acumulación o mejor
dicho la unificación procesal sólo es admisible tratándose de varias acciones penales
sujetas a acción, mas no entre procesos sujetos a trámite común u otros especiales.
En este apartado podría muy bien constituir una tercera variante de legeferenda en
concordancia con la competencia por conexión, prevista en el apartado 3.2, aquélla
determinada por un concurso de delitos que comprende varios estatus funcionales de los
sujetos comprometidos, figuran como autores o participes agentes que ostentan la
prerrogativa del antejuicio (procesos por delito de función, atribuidos a altos
funcionarios del Estado) y otros que deben ser sometidos a un proceso común. Como
consecuencia de las múltiples causas abiertas por personajes involucrados por la mafia
que gobernó nuestro país el decenio pasado, muchas causas son disgregadas según el
estatus funcional del autor, es decir, un hecho o varios hechos punibles conectados entre
sí, son investigados y procesados en forma paralela por dos instancias distintas, lo cual
resulta muchas veces peligroso para la seguridad jurídica y para la unidad de criterio
que debe primar en las decisiones jurisdiccionales. Por ejemplo, un mismo hecho
imputado a varios sujetos que son, por tal imputados, no puede enjuiciarse en procesos
separados, ya que en los distintos procesos los coimputados podrían pasar a ser
considerados testigos y con ello cambiar su propio estatus jurídico y su derecho de
defensa.
Esta problemática es también extensible en el Ministerio Público, donde los altos
funcionarios del Estado son investigados a nivel preprocesal por el Fiscal de la Nación,
mientras que los otros involucrados (sea cuales fuera su nivel de participación delictiva),
son investigados por las Fiscalías Anticorrupción. Esta situación afecta de forma
considerable el principio de la unidad en la investigación, y la predictibilidad de las
resoluciones fiscales como soporte de seguridad jurídica, pues, puede y ha sucedido en
algunos casos, que en cierto nivel la investigación es archivada, mientras que en el otro
nivel funcional la causa es formalmente denunciada ante el Poder Judicial; claro está,
que la coordinación que pueda realizarse entre ambos niveles podría en cierta medida
salvar la situación, en tal medida, no debe confundirse coordinación interinstitucional
con interferencia de los poderes autonómicos de la función fiscal. Con todo, cs
prioritario que se subsane esta problemática, estableciéndose una suerte de conexidad
funcional, donde los altos funcionarios arrastren competencialmente a los de menor
rango.
Ciertamente, un Estado de Derecho que prioriza la seguridad jurídica debe hacer todo
lo posible para que las resoluciones judiciales generen un clima de estabilidad y de
confianza social.
CUESTIONES DE COMPETENCIA
Cuestiones de competencia son aquellos conflictos que pueden producirse en el interior
del fuero jurisdiccional, entre dos jueces que se declaran en simultáneas competentes
para avocarse a un determinado caso penal. En palabras de CLARIÁ OLMEDO, se
llama cuestión de competencia, en materia penal, al planteamiento surgido entre dos
tribunales cuando ambos se declaran contradictoriamente competentes, los
incompetentes para entender en una causa penal en trámite. Los conflictos de
competencia no representan otra cosa que un conflicto de poder entre dos o más
autoridades, conflicto en el cual cada una de las autoridades sostiene una versión distinta
acerca del límite del poder. En suma, el poder jurisdiccional no es ilimitado, éste se
ejerce de conformidad con la ley, y la ley establece ciertos criterios a fin de delimitarla,
y evitar así un uso arbitrario de aquélla.
Los incidentes de competencia son ciertos mecanismos procesales, que ocurren dentro
de una causa, pero no tienen que ver con la resolución del conflicto base, sino que
influyen de un modo tangencial. Por lo tanto, son asuntos que implican un conflicto de
competencia y nada tienen que ver con el fondo de la acción o con alguno de sus
presupuestos básicos, en tal sentido, su promoción no implica la nulidad de lo actuado.
DECLINATORIA DE COMPETENCIA
La declinatoria de competencia procede cuando el Juez debe apartarse de seguir
conociendo el caso, en razón de que los criterios que determinan la competencia lo
declaran "incompetente", siendo otro el Juez el llamado por ley para avocarse a la causa
penal. En otras palabras: la declinatoria es el incidente que se plantea ante el juez
incompetente; se le está diciendo al juez: "usted no debería tener esta causa".
Durante la Investigación Preparatoria, el imputado, el actor civil o el tercero civil podrán
pedir la declinatoria de competencia (Art. 34.1). Según las aristas del Sistema Adversa
rial, son las partes en el proceso quienes tienen la facultad de cuestionar la competencia
del juzgador, pues, son ellos los primeros interesados en que el procedimiento no sea
viciado con causales que perturben su normal desarrollo. Es una facultad discrecional,
más no de carácter imperativa.
La petición procede cuando el Juez se avoca al conocimiento de un delito que no le
corresponde por razón de la materia, de jerarquía o de territorio. El Juez la resolverá, de
conformidad con el trámite previsto -en lo pertinente- en el artículo 8° in fine, mediante
resolución fundamentada (Art. 34.2). El trámite de este incidente seguirá el
procedimiento de los medios de defensa (cuestión previa, cuestión prejudicial y las
excepciones), solicitud" que deberá estar debidamente fundamentada con los elementos
de convicción que correspondan.
TRANSFERENCIA DE COMPETENCIA
Sin duda, la realización de la justicia es un valor supremo del orden jurídico: en este
orden de ideas, la ley debe viabilizar el ejercicio de la competencia penal ante causas
excepcionales o circunstancias sobrevinientes. Diremos entonces, que la transferencia
de competencia procede ante circunstancias excepcionales que lo hacen inevitable, ante
una causal que obstaculice el normal desarrollo del procedimiento penal; ante esta
circunstancia se solicita que un Juez, distinto al llamado por ley, se avoque a una
determinada causa, donde surgen pues razones superiores que permiten dejar de lado
los criterios formales que rigen la determinación de la competencia en materia penal, a
fin procurar una efectiva persecución penal. Con todo, se advierten ciertos hechos que
ponen en peligro el normal desarrollo del procedimiento, con el consiguiente riesgo de
que se frustre el objeto del proceso. Por consiguiente, la transferencia de competencia
se determina a fin de procurar una efectiva persecución penal.
La transferencia de competencia se dispone únicamente cuando circunstancias
insalvables impidan o perturban gravemente el normal desarrollo de la investigación o
del juzgamiento, o cuando sea real o inminente el peligro incontrolable contra la
seguridad del procesado o su salud, o cuando sea afectado gravemente el orden público
(Art. 39°). La transferencia de competencia implica una excepción a las reglas que rigen
la competencia por motivos de orden superior, esto es, la indemnidad del procesado en
cuanto a su salud o su seguridad, y, el orden público, exteriorizado en la perturbación y
caos colectivo que pueden generar el juzgamiento de ciertos delitos (terrorismo,
narcotráfico, violación a la libertad sexual, etc.). Estas circunstancias deben ser
objetivamente comprobables. y, en efecto, deben detentar la suficiente potencialidad
como para poder perturbar el normal desarrollo de la investigación o del juzgamiento.
CONTIENDA DE COMPETENCIA
La contienda de competencia de produce cuando dos jueces de igual jerarquía funcional,
deciden avocarse a una misma causa penal, es decir, ambos se consideran competentes
para conocer el hecho. Esta contienda como señalamos en líneas precedentes, puede ser
positiva, cuando ambos magistrados se declaran competentes, o negativa, cuando ambos
magistrados se niegan a conocer la causa." En suma, la contienda de competencia
implica en realidad un conflicto competicional entre dos jueces que se reclaman para si
el avocamiento de una misma causa penal.
Cuando el Juez toma conocimiento que otro de igual jerarquía también conoce del
mismo caso sin que le corresponda, de oficio o a petición de las partes, solicitará la
remisión del proceso. Además de la copia de la resolución, adjuntará los elementos de
juicio pertinentes (Art. 42.1). De tal forma, que cuando un juez conoce que otro juez de
igual jerarquía conoce la misma causa que su juzgado también viene procesando, podrá
de oficio o a solicitud de las partes, oficiar inmediatamente al otro Juez a fin de que le
remita el proceso,
El Juez requerido resolverá en el término de dos días hábiles. Si acepta, remitirá lo
actuado, con conocimiento de las partes, Si declara improcedente la remisión, formará
el cuaderno respectivo y lo elevará en el término de tres días a la Sala Penal Superior,
para que resuelva en última instancia dentro del quinto día de recibidas los autos (Art.
42.2).
1. CONTIENDA DE COMPETENCIA POR INHIBICIÓN
Una de las vías que se utiliza para declarar la incompetencia es la Inhibitoria, la cual
implica en la práctica la declinatoria de motu proprio del juez declarado incompetente.
La inhibitoria es el incidente que se plantea ante el juez que es competente pero no tiene
la causa; se le dice al juez: "usted debería hacerse cargo de este asunto"; mande un oficio
al juez que lo tiene actualmente para que se inhiba y le mande la causa a usted". De tal
modo, mediante el recurso de la Inhibitoria, el Juez declarado incompetente por ley
remite el caso penal al Juez que según ley debe asumir competencia.
Cuando el Juez se inhibe, de oficio o a instancia de las partes, remitirá copia de las piezas
pertinentes a otro Juez si hubiera detenido; en caso contrario remitirá el proceso (Art.
43.1). En consecuencia, la inhibición puede producirse de oficio a solicitud de las partes
siguiendo los lineamientos del sistema adversarial debiendo remitir las piezas procesales
pertinentes en caso de que el imputado se encuentra privado de su libertad.
Si el segundo Juez también se inhibe elevará las copias en el plazo de un dia hábil, o el
principal, para que la Sala Penal Superior resuelva (Art. 43.2). En este caso, siendo dos
los jueces que se inhiben para conocer la causa penal, es el órgano superior jerárquico
el encargado de decidir a cuál de los dos casos le compete conocer la causa.
2. INHIBICIÓN DEL JUEZ EN LA ETAPA ACUSATORIA
Cuando el Juzgado Penal que ha recibido la acusación conoce que otro de igual jerarquía
tiene otro proceso para audiencia sobre el mismo caso, podrá solicitarle se inhiba, para
lo cual le enviará copia de las piezas pertinentes. Si el Juzgado penal requerido acepta,
expedirá resolución y remitirá lo actuado, con conocimiento de la Sala Penal Superior y
de las partes. Si por el contrario, afirma su competencia, elevará el cuaderno respectivo
a la Sala Penal Superior (Art. 45.1). Si el Juez requerido acepta la inhibición dispondrá
la remisión de lo actuado, pero en caso, éste se negase a ratificar su competencia, será
el órgano superior jerárquico quien finalmente dirimirá la controversia.
LA ACUMULACIÓN
La acumulación procede cuando coexisten varios procesos independientes, que por
motivos de conexión deben ser acumulados en un solo proceso, es decir, se realiza una
unificación procesal a efectos de preservar la seguridad jurídica y de dar paso al
principio de economía procesal. Este fenómeno procesal se manifiesta, cuando iniciados
dos o más procesos por diferentes delitos es posible reunirlos en uno solo para su
juzgamiento.
La acumulación según las disposiciones de este Código, no sólo proceden en la etapa de
juzgamiento, sino también en la etapa de investigación, esto es, en la Investigación
Preparatoria, lo cual va a priorizar la unidad en la investigación como un criterio de
seguridad jurídica. Así el artículo 46°, al establecer que, cuando en los casos de conexión
hubiera procesos independientes, la acumulación tendrá lugar observando las reglas de
la competencia, esto es, tomando en consideración los criterios (territorial, objetiva,
material, funcional, etc.), que determinan la actuación de los jueces penales en los casos
que se someten a la jurisdicción de la Justicia Penal.
Por otro lado, la acumulación sólo procede ante procesos perseguibles por acción penal
pública y que se tramitan ante el mismo fuero competicional, pues, como advierte el
artículo 50°, la acumulación es improcedente, cuando uno de los procesos es por acción
pública y el otro por acción privada, o, cuando uno de ellos se tramita en la jurisdicción
ordinaria y el otro en la militar.
De modo contrario (artículo 51"), se podrá, excepcionalmente, para simplificar el
procedimiento y decidir con prontitud, siempre que existan elementos suficientes para
conocer con independencia, es procedente la separación de procesos acumulados o de
imputaciones o delitos conexos que requieran de diligencias especiales o plazos más
dilatados para su sustanciación, salvo que se considere que la unidad es necesaria para
acreditar los hechos. A estos efectos se dispondrá la formación de cuadernos separados.
Si bien es cierto, que la acumulación es necesaria a fin de preservar la unidad de criterio,
también se debe garantizar un proceso sin dilaciones indebidas, un proceso que se
desarrolle en un plazo razonable. En tal virtud, podrán separarse los procesos
acumulados cuando uno

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