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Editorial La Estrella Roja Los Kariña PDF
Editorial La Estrella Roja Los Kariña PDF
Francisco tiapa
los kariña
poder popular, industria y autonomía cultural
del estado colonizado al estado por la descolonización
ISBN 978-980-7671-06-4
Depósito Legal lf48620143201722
© Francisco Tiapa
© Editorial La Estrella Roja
EMAIL: editorialestrellaroja@gmail.com
TWITTER: @LaEstrellaRoja5
FACEBOOK: facebook.com/EditorialLaEstrellaRoja
EDICIÓN
Alfredo Canale
CORRECCIÓN
María Virginia Guevara
Vanesa González
DIAGRAMACIÓN
Omar García
DISEÑO DE LA COLECCIÓN
Editorial La Estrella Roja
DISEÑO DE LA PORTADA
Omar García
Kashaama 25
La figura del gobernador / Reproducción de la cultura propia por medio de
la conservación del idioma / Circuito de los consejos comunales / Acciones
del consejo comunal / Fricción entre estructuras de toma de decisiones /
Sala de Batalla de Kashaama / Médicos y cambio cultural / Apropiaciones
de infraestructuras / Relaciones con las estructuras hegemónicas
Los Mangos 45
Vista de Los Mangos / Historia local / Proyectos del consejo comunal /
Relaciones con comunidades vecinas / Idea general de la representatividad
Macapaima 53
Entorno de la comunidad
Conclusiones 63
Bibliografía 69
(*) La minúscula se debe a que no decimos, por ejemplo, los Venezolanos, los Bolivia-
nos, etc.; pues si se hace un uso de la mayúscula en los gentilicios con la intención de
«reivindicar» genera, desde la semántica, una contradicción ya que se estaría asumien-
do posturas condescendientes.
represeNtaCiÓN hegemÓNiCa
de los sistemas polítiCos No oCCideNtales
En el marco del proceso de transformación política desarrollado
a lo largo de la última década en Venezuela, la construcción del Poder
Popular ha sido uno de los principales proyectos de allanamiento de
las estructuras del Estado por parte de los sectores históricamente
excluidos por los sistemas hegemónicos. Este proceso ha impulsado
constantes reformulaciones en la idea que tienen sobre sí mismos
los actores sociales en los ámbitos comunitarios. Gracias a la cons-
trucción de nuevas esferas de toma de decisiones, como los consejos
comunales, y nuevos espacios de cohesión local, como las comunas,
se han creado nuevos sentidos de pertenencia y nuevas proyecciones
de futuro, según perspectivas acordes con los intereses y necesidades
iNtroduCCiÓN
nes estigmatizantes –como los líderes populares urbanos, líderes
campesinos, indígenas y mujeres–, ahora ocupan lugares de diri-
gencia de comunidades enteras. De la misma manera, comunida-
des segregadas de los planes de los proyectos políticos dominantes 17
progresivamente se han cohesionado y articulado con otras comu-
nidades para formar redes de cooperación, como es el caso de los
proyectos de las comunas.
En el contexto global hegemónico, el eurocentrismo es el prin-
cipal marco discursivo que nutre los proyectos de dominación neo-
colonial de las potencias del Atlántico Norte sobre los pueblos del
mundo. Sobre la base de esta metanarrativa de la colonialidad, cir-
cula la idea de que las sociedades europeas industrializadas represen-
tan el centro referencial para las relaciones sociales de los pueblos
del mundo, y de que éstas son el punto más avanzado de la historia.
Desde esta perspectiva, se ha construido la imagen de que las orga-
nizaciones políticas no europeas son representaciones del atraso de
la humanidad y se piensa en ellas como formas de organización que
inevitablemente tienden a desaparecer, bien sea por su propia iner-
cia, o bien sea por su fragilidad e incapacidad para responder acti-
vamente ante el avance de la modernidad. Sin embargo, tal imagen
ficcional choca con las abundantes historias de continuidades de las
iNtroduCCiÓN
las variadas formas de reafirmación de espacios de autonomía cul-
tural, al margen de la percepción de los agentes foráneos. A lo largo
del siglo XIX, sus patrones de organización social, derivados de una
historia de más de tres siglos de resistencia activa, condicionaron la 19
articulación de unidades políticas que les permitieron confrontar
a las agencias del Estado neocolonial republicano, representadas
por los grupos terratenientes, tanto por medio de acciones de sub-
versión como por medio de su incorporación en diferentes bandos
de las guerras civiles de esa época3. El siglo XX se caracterizó por la
articulación de la acción de estos sectores terratenientes con la lle-
gada de la industria petrolera norteamericana. Esta última impulsó
la creación de nuevos asentamientos criollos dentro del territorio
kariña, que en un principio fueron campamentos petroleros y que
finalmente llevaron a la consolidación de grandes centros poblacio-
nales como El Tigre, El Tigrito (San José de Guanipa) y San Tomé4.
Estas poblaciones, ubicadas en el corazón del territorio ancestral de
este pueblo indígena, han sido los principales frentes de expansión
(1) Cfr. Whitehead, 1988; Morales Méndez, 1990; Tiapa, 2004, 2007, 2010.
(2) Tiapa, 2010.
(3) Amodio, 1994.
(4) Morales Méndez, 1989.
iNtroduCCiÓN
21
ESTADO
ANZOÁTEGUI
LOS MANGOS
KASHAAMA
MACAPAIMA
(6) Cfr. Caulín II, 1966, p. 229; Civrieux, 1976, p. 134; Gómez Parente, 1979, p. 289.
(7) Cfr. Morales Méndez, 1989; Amodio, 1991.
kashaama
propias, pero en muchos otros, ésta fue apropiada por las comuni-
dades indígenas, a fin de adaptarse y lograr autonomía política den-
tro del nuevo escenario político. 27
A lo largo del siglo XX, el cacique pasó a ser llamado «gobernador»
y sus funciones y forma de asignación de autoridad fueron acoplán-
dose a los nuevos escenarios. En el presente, el gobernador es electo de
la misma forma en que se hace con los representantes políticos en la
sociedad criolla, y las relaciones en torno a su figura están permeadas
por las relaciones políticas de la sociedad nacional. Por ejemplo, en la
comunidad de Kashaama, a mediados del año 2011 hubo elecciones
de gobernador, con un candidato que apoya al «gobierno» y otro que
apoya a la «oposición». Según el testimonio del actual gobernador,
su antecesor había sido electo por la mayor parte de la comunidad
porque se había presentado como alguien que apoyaba al gobierno,
pero luego éste cambió de bando al pactar con los sectores represen-
tantes de la oposición. Este traslado de las contradicciones de la polí-
tica nacional se evidenció en el contexto local cuando en las últimas
elecciones, el candidato que apoya a la oposición, no quiso reconocer
kashaama
los cuatro y los diez años. La forma en que se enseña la lengua es por
medio de la transmisión de los significados de expresiones, nombres
cotidianos en el idioma kariña. También, los maestros se ayudan con 29
figuras, como una anaconda de madera, que muestran a los niños para
que ellos digan cuál es la traducción al kariña. En la visita realizada a
Kashaama a finales de agosto de 2011, había tres maestros, un hombre
y dos mujeres, de edades que superaban los setenta años y que esta-
ban en pleno trabajo con este grupo de niños. Aunque eran vacaciones
escolares en los espacios educativos del estado Anzoátegui, los niños
debían seguir asistiendo a las clases de su idioma, todos los días, en
horarios comprendidos entre las tres y las cinco de la tarde. La casa
donde se impartían las clases pertenecía al hombre, y la logística nece-
saria para ellas, como las sillas, fue provista por la empleada pagada
por la gobernación del estado Anzoátegui. De este modo, la goberna-
ción, en otro momento civilizador y homogeneizador cultural, delega
sólo los recursos básicos para que los propios integrantes de la comu-
nidad sean los encargados de gestionarlos, según las prioridades que
ellos mismos establecen.
kashaama
CirCuito de los CoNsejos ComuNales
31
En el presente, la organización política orientada a garantizar las
relaciones horizontales entre comunidades se mantiene presente
por medio del allanamiento de la figura de los consejos comunales.
Las tomas de decisiones que en el pasado permitieron la autonomía
interna en momentos de paz y la obediencia a un único liderazgo
en situaciones históricas coyunturales se reproduce por medio de
la alternabilidad entre comunidades de la posición central de los
consejos comunales. Así, existe una integración entre tres consejos
comunales indígenas de la zona central del estado Anzoátegui, crea-
dos entre los años 2009 y 2011, que se reúnen en una de las localida-
des de la Mesa de Guanipa para tomar decisiones que conciernen a
cada una de ellas. Estas reuniones cambian de lugar cada semana,
con la asistencia de los representantes de todas las comunidades que
integran el circuito. Para consolidar y llevar a la práctica una rela-
ción horizontal e igualitaria entre comunidades, se hacen reuniones
kashaama
civil fue la forma en la cual las estructuras políticas kariña pudieron
insertarse en la estructura del Estado, en el marco histórico de las
figuras políticas de los gobiernos liberales. Éstos, al reconocer como 33
la única vía posible de representación a las alcaldías, restringían la
capacidad de participación de las comunidades indígenas. Además,
la forma en la cual las alcaldías reconocen una representación pasa
por otorgar un exceso de centralidad a la figura del individuo, según
el esquema liberal, de modo que se invisibiliza y se segrega cualquier
otra forma de construcción de subjetividad política.
kashaama
forman parte del patrimonio identitario, como es el caso del conoci-
miento médico indígena, la presencia de los médicos provenientes de
los ámbitos industriales ha sido necesaria. Esto ha tenido como con- 35
texto el crecimiento demográfico, el contacto cotidiano con la indus-
tria petrolera, las redes de comunicación y el cambio de estilos de vida
derivados de los cambios generacionales. La tendencia al cambio de
prioridades en este ámbito no necesariamente implica una tendencia
unidireccional hacia un tipo de asimilación de los kariña, que inevi-
tablemente los lleve a la desaparición como una organización social
formada por contenidos culturales que los diferencian de la socie-
dad criolla que les rodea. Por el contrario, el aumento de actividad en
cuanto a los cambios de infraestructura son mecanismos de respuesta
ante los cambios materiales y sociales del entorno más amplio.
De esa manera, el cambio infraestructural no implica un cam-
bio de perspectivas de la realidad, suficientemente diferenciadas
de la sociedad criolla, como para permitir la conservación de una
identidad autónoma. Es cierto que es posible hablar de casos de
paso de bordes culturales y conservación de identidades étnicas13.
kashaama
fue introducido en diciembre del 2010, y para agosto del 2011 aún
no se había aprobado, en contraste con comunidades como Tasca-
baña, donde ya se atendió esta petición. El proyecto se introdujo 37
por más de 500.000 Bs. y contempla la adquisición de dos fumiga-
doras y dos rastras. De este modo, tanto la búsqueda de un médico,
con sus insumos, la ambulancia y la construcción de un nuevo
pozo de agua, como la búsqueda de recursos económicos para
poner en marcha un proyecto agroproductivo están orientados
hacia la búsqueda de autonomía por parte de la comunidad y no de
una mayor dependencia por las estructuras externas. La necesidad
de producción da cuenta de que, en las proyecciones locales, tener
una cierta autonomía alimentaria potencialmente podría llevar a
una mayor autonomía en términos de la adquisición de mayores
recursos derivados de la producción en la comunidad.
Como se ha señalado, la relación con las estructuras externas a los
kariña es una continuidad de más de cinco siglos de contacto directo e
intenso con la sociedad colonial y poscolonial, desde las guerras escla-
vistas, pasando por las misiones, la expansión de los terratenientes,
las petroleras norteamericanas y ahora la petrolera nacional. En tal
sentido, la organización social y los contenidos culturales kariña son
kashaama
ellas. La industria petrolera nacional, al pertenecer al Estado, desde el
año 2003, ha pasado por drásticas transformaciones, entre las que se
cuentan la construcción de un discurso reivindicativo de relaciones 39
más armónicas con las comunidades vecinas a sus áreas de acción.
Sin embargo, la sustancia misma de una corporación petrolera tiene
como objeto la maximización de la producción, un tipo de actividad
que es constitutiva de la formación de sujetos que gestionan la indus-
tria y que se corresponden con el ideal del gerente tecnócrata.
En el territorio de la comunidad Kashaama hay 112 pozos petro-
leros de Pdvsa, por medio de un contrato de servidumbre que lleva
10 años vencidos. Paradójicamente, Pdvsa pide que la autodemarca-
ción de tierras y hábitats se demarque dentro de la comunidad. Sin
embargo, el pago por estos pozos se hace a la alcaldía de Cantaura,
que no ha retribuido a la comunidad este ingreso que, a fin de cuen-
tas, está generando deterioros ambientales a sus habitantes. Así, los
recursos provenientes del pago de los derechos por la presencia de
los pozos petroleros en tierras kariña, en vez de llegar a las manos
de los propios indígenas llegan a la alcaldía de Cantaura (muni-
cipio Freites), siendo esta instancia la que decide su gestión. Esta
kashaama
«tradicional» pueda tener mayor papel protagónico. Aunque efec-
tivamente lo ha tenido, ejemplos como la mediación de la alcaldía
dan cuenta de que las estructuras del Estado liberal tienden a ser 41
más prescriptivas en cuanto a la imposición de la lógica neocolonial
sobre los kariña.
kashaama
empresas petroleras estadounidenses, contrasta con las continuas
estrategias de los kariña por mantenerse como una unidad cultural
autónoma. La continuidad histórica de esta autonomía interna debe 43
ser vista como el resultado de una identidad de resistencia que en
el presente se mantiene vigente y se reactualiza constantemente. La
forma en la cual esta identidad se hace evidente es por medio de la
apropiación de elementos culturales, que en una primera instancia
pueden ser percibidos como ajenos, pero gracias a su continuidad,
permiten el fortalecimiento de otros propios.
Estos otros sólo son patrimonio exclusivo del colectivo kariña,
como la enseñanza del idioma, el consejo de ancianos, las bibliote-
cas vivientes y la rotación de los sitios de reunión de los trece con-
sejos comunales. Entre ellos, es fundamental la perspectiva de una
organización que tiene como vector de cohesión al sentido de la
etnia. Este vector encuentra en la estructura de los consejos comu-
nales el espacio de poder para allanar las instituciones de la socie-
dad envolvente, sin que esto lleve a una fragmentación de las uni-
dades locales. Por esta razón, en Kashaama, aunque hay una historia
44
Francisco Tiapa los kariña
historia loCal
La comunidad fue fundada por medio de una división de otro
46 pueblo kariña, llamado Santa Rosa de las Magnolias, ubicado entre
Los Mangos y El Tigre. Esta división se dio por la migración de
Francisco Tiapa LOS KARIÑA
unas pocas familias desde allí a lo que para ese momento se con-
sideraba un sector de Bajo Hondo. Esta movilidad se corresponde
con un patrón repetido, a lo largo de la historia, por comunidades
de filiación lingüística Caribe21, que aunque tradicionalmente no
fueron nómadas, sí tienen un gran dinamismo, según las contin-
gencias externas. Después de una fundación con pocos habitantes,
Los Mangos fue creciendo, aunque todavía mantienen los vínculos
familiares con Las Magnolias.
Puesto que se consideran un sector de Bajo Hondo, en la comu-
nidad no hay consejo de ancianos. La única figura jerárquica
correspondiente con la cultura local es la presencia de un chamán
(Puddäi), llamado Miguel Tamanaico, proveniente de la comunidad
de Tabaro, ubicada en la carretera que comunica a El Tigre con Ciu-
dad Bolívar. Según el comentario de otros kariña, como los de Bajo
los maNgos
Caber Kariña, creada para promover el uso de recursos informáticos
y gestionar una página web, donde los propios kariñas divulgan el
conocimiento preservado por las bibliotecas vivientes. Por su parte,
el consejo comunal de Los Mangos dispone de diez mesas técnicas, 47
diez suplentes, cinco en unidad financiera, tres en contraloría y tres
suplentes en cada uno.
tria petrolera, sino lograr su propia dinámica, por medio de los pro-
yectos agroproductivos. Para llevar esto a la práctica, se consideraba
necesario un pozo de agua de mayores dimensiones, de modo que
más que abastecer las necesidades de los hogares, también pueda
servir para regar las siembras. Para la comunidad, éste debe ser el
primer proyecto, pues, como ocurre con las comunidades vecinas,
la tierra es demasiado seca para las exigencias derivadas del creci-
miento demográfico y de los cambios en la morfología de la región.
Estos cambios han llevado a que el acceso al agua sea cada vez más
limitado, que algunos ríos se contaminen, como ocurre en Tasca-
baña, y a que las vías y los terrenos cercados impidan el paso hacia
los ríos. A esto se suma el hecho de que en esta comunidad no hay
un río, sino que desde su fundación se abastece con agua subte-
rránea. Por otra parte, se considera que los conucos que hay en la
comunidad son demasiado pequeños, porque hacen falta máquinas.
Así, además del acceso al agua, para el trabajo agrícola, se proyecta
los maNgos
culación con las comunidades vecinas. Con Fundacomunal se han
realizado reuniones con funcionarios que también son kariña, pero
que trabajan en Cantaura. Con Pdvsa la relación se encuentra en
estado de fricción por causa de la creación de una figura de media- 49
ción entre la corporación y la comunidad. Desde el punto de vista
de la lógica tecnócrata, las comunidades sólo acceden a los recur-
sos materiales y simbólicos por medio de intermediarios, que se
consideran representantes de las comunidades ante la industria y
viceversa. Esto se corresponde con el patrón liberal según el cual
los colectivos no participan directamente de las toma de decisiones,
sino que tienen que ser representados por individuos específicos.
los maNgos
tran estructuralmente entrelazadas. El sentido de la identidad
kariña se reafirma por las reuniones de los consejos comunales y
por la reproducción de los lazos cotidianos. Por ejemplo, al no tener
escuelas propias, los niños de Los Mangos van a las escuelas veci- 51
nas, como la de La Florida, Santa Rosa de las Magnolias, Kashaama
y Bajo Hondo. En tal sentido, en el ámbito de los niños y los jóve-
nes no existe la construcción de linderos imaginarios que hay en el
nivel de reafirmación de la idea de comunidad. Aun así, la búsqueda
de autonomía por medio de la creación de condiciones infraestruc-
turales es una de las prioridades para los dirigentes de Los Mangos.
En sus relaciones con el Estado, el tópico de la vivienda también
ha ocupado un lugar central en las prioridades locales. Éste fue un
tema que se quiso resolver por medio de las instancias del Poder
Popular, pero los representantes de Fundacomunal establecieron
que esto debía hacerse por medio de la Misión Vivienda Venezuela,
la cual aún no había llegado. Tampoco se había hecho el censo, y
según los testimonios locales había que ir a censarse a El Tigre,
sin manejar mayor información. Esta situación contrasta con los
logros, en términos de allanamiento de las estructuras de poder,
por parte de los dirigentes de Kashaama. Aun así, ha sido posible
allanar espacios de reproducción de conocimiento proveniente
52
Francisco Tiapa los kariña
eNtorNo de la ComuNidad
La comunidad kariña de Macapaima se encuentra en el munici-
pio Independencia del estado Anzoátegui y está cercana a Ciudad 53
Guayana. Antes de la construcción del puente Orinoquia, la comu-
nicación entre esta comunidad y la ciudad se hacía por medio del
transporte fluvial de las chalanas que comunicaban a San Félix con
los Barrancos de Fajardo, desde donde había comunicación a través de
los transportes rurales que circulan por la carretera que conecta esta
población con Soledad. A lo largo de este eje carretero, se encuentra
una serie de comunidades, además de Macapaima, como Bañador,
Palital, Mamo Arriba y Mamo Abajo. Bañador y Mamo Arriba también
son comunidades kariña, y entre los habitantes de Palital existe una
porción de familias de esta etnia.
A diferencia de lo que ocurre con las comunidades ubicadas en
las inmediaciones de El Tigre, las que se encuentran sobre este eje
carretero son menos numerosas en contraste con la expansión del
perímetro urbano y desarrollista de Ciudad Guayana. Hasta hace
pocos años, antes de la construcción del puente, esta vía era de poco
tránsito y de importancia periférica para las grandes corporacio-
nes asentadas en esta ciudad. La excepción la hacían las grandes
maCapaima
limitando la reproducción de especies en su interior. Como conse-
cuencia para los habitantes de Macapaima, estas aguas ya no son
óptimas ni para el abastecimiento de la comunidad ni para la pesca.
El acceso a los terrenos que integran el territorio comprendido den- 55
tro de la autodemarcación de tierras y hábitat también se ha visto
limitado, pues las grandes empresas asentadas dentro de esta área
han hecho cercas, por lo que los habitantes de Macapaima no tienen
permitido cazar en los sitios donde lo hacían sus antecesores.
Masisa fue una de las primeras en llegar y, a diferencia de la otra
empresa privada, en hacer cambios grandes en el entorno, sin permi-
tir que Macapaima recibiese alguna retribución por eso. Esta empresa
transnacional, de origen chileno, se dedica al procesamiento de la
madera extraída de las plantaciones de pino, para su distribución
dentro y, sobre todo, fuera de Venezuela. Esta empresa llegó en 1999
y para legitimar su presencia hizo una consulta con la comunidad
según sus propios términos. En principio, se dio una información
ambigua y se hizo una consulta por medio de una encuesta para ser
introducida en un buzón. Luego de eso, se estableció allí la planta, con
promesas de contribuir con la creación de una mayor infraestructura
para la localidad. Como parte del cumplimiento de este compromiso
y después de muchas presiones por parte de los kariña, la corporación
maCapaima
y práctica hegemónica se cubre de la forma de una corporación
del Estado, que siendo multiétnico y pluricultural, debería tener
como prioridad acciones orientadas al reconocimiento del derecho
de reproducción cultural de las poblaciones indígenas. Esta repro- 57
ducción sólo es posible con una plataforma infraestructural clara,
como es el caso de la tierra.
También dentro del territorio de la comunidad se encuentra
una planta de Pdvsa-Gas. Con todos los recursos tecnológicos que
posee esta corporación, esta planta extrae su energía eléctrica de
las instalaciones de la comunidad. Según los testimonios locales,
este beneficio obtenido por esta empresa contrasta con su actitud
pasiva en los momentos en que la provisión de energía tiene fallas
en la comunidad. Para los habitantes de Macapaima, estas empresas
están haciendo trancas para que ellos puedan obtener sus reivindi-
caciones. Según ellos, no se está cumpliendo con la Ley Indígena.
Desde que están allí, han convivido, pero a lo mejor a ellos no les
conviene. Como un recurso para liberarse de responsabilidades, las
empresas plantearon que los dejaran fuera de la demarcación. De
ese modo, ellos ya no estarían legalmente en tierras indígenas, lo
que les daría una libertad de acción sin restricciones.
maCapaima
sados, se presume que duplica a la cantidad de personas que habi-
tan Macapaima. Los habitantes de Macapaima no están en contra
de que estas personas estén allí, sólo que consideran que, por venir
de contextos urbanos, tienen diferentes costumbres y que están allí 59
por razones diferentes a las de ellos, pues están exclusivamente para
trabajar. Los criollos ubicados en este asentamiento han pedido ser
asimilados a la comunidad, pero los de Macapaima se han opuesto
a esto. Incluso, frente a las autoridades encargadas de llevar a cabo
el censo nacional, se han presentado como Macapaima II. Ante esto,
los habitantes de Macapaima consideran que, por estar dentro de
las tierras demarcadas como indígenas, la presencia de esta nueva
comunidad llevaría a que la condición de indígena de este espacio
poblado eventualmente pueda desaparecer. Esto no es contradicto-
rio con otros sitios, donde el mestizaje llegó a un punto en el que,
al cabo de una o dos generaciones, ya las comunidades que alguna
vez fueron indígenas dejan de reconocerse como tales. A todo esto
se suma una denuncia de un propietario privado no identificado
que estuvo poniendo cercas dentro de la comunidad, violentando el
derecho que tienen los habitantes de Macapaima al acceso a terre-
nos colectivos.
maCapaima
ner de la organización del Poder Popular. La necesidad de este cam-
bio en el tejido de las relaciones de poder radica en el compromiso
de garantizar la continuidad histórica de los colectivos que trabajan
activamente por el reconocimiento como pueblos indígenas. 61
CoNClusioNes
A estas imágenes basadas en el individualismo posesivo, se suman
las representaciones esencialistas de las sociedades indígenas. Sobre
la base de esquemas racistas, la lógica eurocéntrica capitalista piensa
a las sociedades indígenas como entidades petrificadas, como poca o 65
ninguna capacidad creativa ante los nuevos contextos. En relación
con las interpretaciones dominantes sobre las poblaciones indíge-
nas, esta lógica las percibe como remanente arcaicos y, por lo tanto,
como sobrevivencias representativas de un pasado remoto previo al
contacto colonial. Se crea así la imagen errada de que las socieda-
des indígenas, al ser incapaces de cambiar, son incapaces de resistir
y de dar continuidad a sus singularidades identitarias frente a las
nuevas condiciones.
De una manera contradictoria con este esquema racista, los
kariña demuestran cómo los pueblos indígenas tienen capacidad de
transformación según sus propios términos. La creación de las nue-
vas condiciones no es un fenómeno histórico reciente, sino que data
de los comienzos mismos de la colonización. Los cuatro siglos que
antecedieron a la explotación petrolera ya habían estado cargados
de cambios en las grandes estructuras geopolíticas que enmarcaron
al territorio del pueblo kariña. Desde el siglo XVI, este pueblo mos-
tró sus capacidades de reorganización y de apropiación de la cultura
CoNClusioNes
dentro de los márgenes del sistema neocolonial.
Para los kariña, como para otros pueblos indígenas de Venezuela,
aún queda mucho por reivindicar. La contaminación ambiental, deri-
vada de la actividad petrolera, debe ser tratada en unos términos en 67
que se parta del principio de que las relaciones que nuestros pueblos
indígenas han establecido con el entorno, más que ser arcaísmos, son
referentes de imitación para el resto de la sociedad nacional. Por otra
parte, la autodeterminación política debe estar acompañada por la
autodeterminación territorial, por lo que es fundamental cumplir
con la reivindicación histórica de la legitimación de la propiedad de
los kariña sobre sus territorios. La contradicción, en ambos casos del
medioambiente y del territorio, se encuentra en los esquemas produc-
tivos y las exigencias energéticas de la sociedad industrial. La estruc-
tura del Poder Popular ha posibilitado que los kariña tomen ámbitos
de organización política que, al mismo tiempo que han cobrado cada
vez mayor validez frente a la sociedad nacional, también han posibi-
litado su continuidad como unidad étnica y cultural. En este sentido,
esta nueva estructura ha puesto a los excluidos e invisibilizados en
una posición en la que pueden hablar en condiciones de igualdad
frente a las estructuras de poder subsumidas a la dinámica del sistema
industrial. En definitiva, el fortalecimiento del Poder Popular, como
BIBLIOGRAFÍA
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