Está en la página 1de 2

El caudillismo es un fenómeno político y social surgido durante el siglo XIX en Latinoamérica.

Consiste en la
llegada de líderes carismáticos a cada país cuya forma de acceder al poder y llegar al gobierno estaba basada en
mecanismos informales y difusos de reconocimiento del liderazgo por parte de las multitudes, que depositaban en
"el caudillo" la expresión de los intereses del conjunto y la capacidad para resolver los problemas comunes.

Venezuela

(1830-1846)

Al establecerse la República, luego de la disolución de la Gran Colombia, se erige un sistema político donde, si
bien José Antonio Páez surge como el individuo capaz de conciliar los intereses de las élites, la base efectiva de
poder que sostiene la hegemonía paecista no es una red de alianzas caudillistas sino el consenso entre los
notables, comerciantes, hacendados e intelectuales, por adelantar un proyecto que permita la estructuración de un
Estado liberal basado en un sistema censitario capaz de contener los factores de disolución social heredados de la
contienda emancipadora.

(1847-1859):

Durante el período que se inicia con el ascenso de José Tadeo Monagas al poder apoyado por los sectores
asociados al Partido Liberal y que culmina con la alianza entre liberales y conservadores para derrocar a Monagas
en la Revolución de Marzo en 1858, se modifican los términos mediante los cuales se había erigido el clima de
consenso político capaz de favorecer un período de relativa estabilidad y se produce un proceso de expansión del
caudillismo como elemento predominante del sistema político.

(1859-1870):

El clima de agitación e intranquilidad que acompaña al triunfo de la Revolución de Marzo no desaparece sino que,
por el contrario, se sostiene y amplía en la mayor parte del territorio. La abierta conspiración contra el régimen por
parte de los sectores ligados al Partido Liberal y las numerosas facciones armadas que se encontraban
diseminadas por el país dan lugar a la Guerra Federal, la cual se prolongará por espacio de 5 años, exacerbando la
proliferación y consolidación de los más disímiles liderazgos caudillistas.

(1870-1898):

Con el ascenso al poder de Guzmán Blanco se erige un sistema político que se caracteriza, primero, por la
presencia de un número significativo de importantes caudillos como factor fundamental de la alianza que sostiene a
Guzmán Blanco en la primera magistratura, y luego, comienzan a formalizarse una serie de transformaciones que
tienden a consolidar la estructuración de un Estado Nacional lo cual, progresivamente, afectará la beligerancia
caudillista como factor de poder. Cuando Guzmán Blanco triunfa sobre los hombres de la Revolución Azul su
victoria es posible gracias al apoyo que le prestan diversos caudillos de distintas regiones del país, quienes se
constituyen en factor clave de la toma del poder y en elemento fundamental de su permanencia a la cabeza del
Estado. Se establece una fórmula de reparto del poder mediante la cual los caudillos conservan un importante
margen de acción local al mantener sus esferas de influencia mientras que Guzmán Blanco es reconocido como
jefe del poder central.

(1899-1903):

En 1899, el general Cipriano Castro, a la cabeza de una pequeña hueste andina, invade el país y en una rápida y
exitosa marcha hacia el centro asume la primera magistratura. Con el triunfo de la Revolución Liberal Restauradora
comienza el fin del sistema caudillista en Venezuela. Las medidas de centralización política y militar que adelanta el
nuevo mandatario y que logra ejecutar de manera exitosa, dislocan de manera irreversible los fundamentos de
poder de los caudillos, determinando su extinción como factor predominante del sistema político y dando lugar al
surgimiento de un nuevo sistema político erigido sobre la estructuración de una autoridad central y la formación de
una fuerza militar permanente que obedece a los designios de un solo jefe. Esta modificación de la estructura de
poder es posible, en parte, como resultado del descalabro del sistema de alianzas del liberalismo amarillo, en
franca decadencia desde la salida del poder de Guzmán Blanco. Pero, por otra parte, se sustenta en las acciones
que adelanta Castro para estabilizarse en el poder. Su presencia en la primera magistratura, a diferencia de
Guzmán Blanco, no va a estar determinada por una alianza de caudillos cuyo fundamento sea el respeto a sus
cuotas de poder local, sino que, por el contrario, Castro erige una nueva red de poder donde la designación de
cada uno de los colaboradores del régimen va a estar motivada por el vínculo que los une con el jefe del poder
central y no como consecuencia de la ascendencia política que ellos posean local o regionalmente. Para alcanzar
esta nueva modalidad de poder Castro impone a los andinos en distintas partes del territorio, muda liberales de un
sitio a otro o neutraliza caudillos mediante la designación de un emisario leal a su autoridad.

También podría gustarte