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El Enigma Intraterrestre - ¿La

Tierra Está Hueca?


www.bibliotecapleyades.net

por Silvia Velando

Agosto 2002

del Sitio Web MundoMisterioso

recuperado a treves del Sitio Web WayBackMachine

Civilizaciones intraterrestres

La creencia en civilizaciones intraterrestres muy


evolucionadas espiritualmente forma parte de
muchas tradiciones filosóficas-religiosas del
mundo.

Tampoco es desdeñable el número de personas


que dan testimonio de una "realidad fantástica"
con zonas cálidas, llenas de vida vegetal y valles
perdidos e en lugares inhóspitos de nuestro
subsuelo.

Incluso autores de la talla de,

Julio Verne

James Hilton

C.W. Leadbeater

John G. Fuller

el polémico Raymond Barnard

aventureros como Ferdinand


Ossendowski y Nicholas Roerich,

...han hablado de estos reinos subterráneos a


través de sus novelas.
 

¿Podría estar albergando nuestro planeta


culturas vivas en su interior?

Se han dicho muchas cosas sobre este gran reino


subterráneo, pero, en realidad, todavía no se ha
revelado verdaderamente nada al gran público,
salvo a través de los mitos y de las alegorías
divulgados por algunos iniciados intuitivos.

 
 

Como algunos autores afirman, es posible que la


Tierra este, totalmente hueca y que el pueblo
intraterrestre posea su propio sol central.

Es igualmente posible que el centro de la Tierra


sea tan denso como su corteza y que la
humanidad de la Agharta viva entre los dos polos.
Por otro lado, no hay que excluir la teoría que
afirma que la Tierra es como un buñuelo,
totalmente repleto de inmensas cavernas tan
vastas como nuestras regiones y países, en
comunicación entre sí por medio de gigantescos
túneles construidos.

Por excéntrico que pueda parecer el


planteamiento anterior, no debemos despreciar un
argumento bastante significativo:

en casi toda la Tierra se tienen noticias de


cuevas subterráneas y sistemas de
túneles - como el entramado que se
extiende bajo la superficie del Yucatán,
montañas de Paucartambo en Perú, sierra
del Roncador en Brasil, cuevas de
Afganistán, monte Kailós en el Tíbet... -
que conectan no sólo áreas diferentes
dentro del mismo continente, sino que, en
opinión de algunos investigadores, bien
pudieran "unir" diferentes partes del globo.

En realidad, todas las tradiciones antiguas se


basan en ésta supuesta existencia de ciudades
intraterrenas conectadas mediante una vasta red
de pasadizos, más que en la - no menos fantástica
- creencia de una "tierra hueca" que algunos
autores como Raymond Bernard proponen.
 

Exploradores como Juan Moriaz, y sacerdotes


como Carlos Crespi, habrían encontrado en estos
túneles perdidos del Ecuador ("Cueva de Los
Tayos"), láminas de piedra y oro con signos
ideográficos grabados que describen los orígenes
de la historia humana, según recoge fielmente Erik
Von Däniken en El oro de los dioses.

A este enclave sudamericano, que aún hoy día


constituye un misterio por descifrar, se vincula una
interesante leyenda sobre la mítica Shambalah o
Agharta, y las historias que de ella se desprenden.

Historias sobre una ciudad santa oculta en los


Himalayas…

Incluso en Colombia se conoce de túneles


extensos, en el municipio de Vélez, Santander, por
ejemplo, existe una cueva de dimensiones
desconocidas, llamada, “cueva de los indios”, los
habitantes del pueblo relatan como allí niños
traviesos han terminado desaparecidos y como
algunos sobrevivientes a la aventura después de
varias horas e incluso algunos días en el oscuro
lugar afirman que mide kilómetros y que en un
punto de dicha cueva, hay un abismo del que se
desconoce su fondo…
 

Se ha dicho que el origen de las sociedades


subterráneas podría estar en los continentes
desaparecidos del Atlántico y del Pacífico:

Atlántida

Lemuria o Thule (esta última en la


tradición helénica se corresponde con
el reino de hiperbórea: una tierra
paradisíaca, perdida más allá de la
barrera de los hielos, donde existe una
raza que irradia un poder espiritual
capaz de influir en los sentimientos
colectivos del planeta)
Tanto en oriente como en occidente se suceden
las descripciones sobre los integrantes de estas
enigmáticas sociedades, y no faltan los testigos
que dan crédito a la existencia de seres dorados
de los que emana una intensa luz blanquecina.
 

Huecos polares

La posibilidad de que la tierra sea hueca, y de que


se pueda entrar en ella a través de los polos norte
y sur, ha alimentado la imaginación de la
humanidad desde hace mucho tiempo.

Por si fuera poco, unas supuestas fotografías de


una abertura en el polo norte tomada por los
satélites ESSA-3 el 6 de enero de 1967 y ESSA-7 el
23 de noviembre de 1968, parecen facilitar esta
teoría.
 
 

La primera persona en escribir un trabajo entero


sobre la tierra hueca era el famoso Astrónomo
ingles y el Matemático Edmundo Halley (sí, el
mismo del cometa).

En 1692 él publicó su teoría acerca de una tierra


hueca. Su teoría se evolucionó a partir de trabajar
con en fluctuaciones de magnetismo de tierra y
las causas posibles. Su solución, la tierra era
hueca.

 
El creyó había tres conos concéntricos con un
centro fundido de la lava, que sirvió como un "sol
interior".

Para los partidarios de la tierra hueca, sus


hipótesis no únicamente estriban en estas
controvertidas fotos (reproducidas en 1970 por la
revista Flying Saucers del editor Ray Palmer) sino
que al parecer diferentes exploradores dicen haber
visto cenizas volcánicas donde no hay volcanes,
calor inexplicable donde deberían reinar
temperaturas bajo cero, huellas de animales en
lugares nada accesibles, icebergs de agua dulce
en el océano Ártico.

Leonard Euler, matemático del siglo XVIII, "dedujo"


que la tierra era hueca y contenía un Sol central.

 
 

Claves Symnes (ex-capitán de infantería de Ohio)


se mantenía convencido de que nuestro mundo
consistía en realidad en un sistema de esferas
huecas concéntricas.

El escritor Raymond Bernard (antes mencionado),


en su libro La tierra hueca lanzó la complicada - y
absurda para muchos - teoría de que el centro de
gravedad del planeta no estaría en el núcleo sino
en la corteza terrestre, y que las auroras polares
estarían causadas por los rayos provenientes de
un,
"Sol interior, apareciendo por esos
enormes agujeros polares".

En 1926, Richard Evelyn Byrd, capitán de la marina


americana, navegó en línea recta hacia el polo
norte y continuó viajando unos 2.730 Km. en esa
misma dirección sin alcanzarlo, arribando, por el
contrario, a una costa de aguas templadas llenas
de vegetación. ¿El Reino de Hiperbórea?

Entre 1946-47, Byrd revive una experiencia


semejante, esta vez volando en dirección al polo
sur, en una expedición denominada "High Jump",
patrocinada por los EE.UU.

Se cree que las expediciones del capitán fueron


objeto de desinformación, ya que existe gente que
afirma haber visto imágenes en "noticieros"
narrados por el propio Byrd en el que describía y
mostraba imágenes "de esas tierras más allá del
polo" con sus montañas, árboles, ríos y un gran
animal identificado como un mamut.

 
Estos documentales, de existir, parece que se han
evaporado. Para los defensores de la Tierra hueca,
el capitán habría encontrado la apertura polar y se
habría introducido en ella.

El que fuera operador de radio en las expediciones,


Lloyd K. Grenlie, reafirmó la existencia de una
cinta grabada con todo lo mencionado por Byrd.

Sus detractores insinúan que sus afirmaciones no


son más que recuerdos falsos y sus comentarios
como "una tierra más allá del polo" o "el gran
enigma", eran formas de aludir a regiones aún
inexploradas más que a continentes escondidos
en su interior.

La ciencia tiene la palabra

Según estudios realizados por geofísicos del


Instituto de Tecnología de California (USA) y
través de mediciones indirectas en la frontera
entre las zonas líquidas y sólidas, se estima la
temperatura interior del planeta en 6.300° C y en
principio, en el "centro", alcanzaría los 6.600° C.,
mayor que la reinante en la superficie del Sol.

Con estas cifras, admitir la idea sobre la oquedad


de la tierra parece bastante disparatado.

De todas formas, debemos reconocer que a la


ciencia le queda mucho aún por investigar sobre la
estructura interna del planeta, porque a pesar de
las prospecciones (apenas un 0.2/0.5% del radio
terrestre) y sondeos que los geólogos han
realizado, la composición de su núcleo no ha sido
determinada con total seguridad.

Una hipótesis - aparecida en la revista Science -


del doctor Ronald Cohen llevaría a examinar
algunos planteamientos de ser cierta:

"el corazón terrestre es una inmensa bola


de 2.400 Km. de diámetro, pero no de
hierro sino de cristal, formada por átomos
de hierro con su propio campo
magnético".

Lo que parece fuera de toda duda par la


comunidad científica es que de existir seres
intraterrestres tendrían una estructura física y
atómica diferente, y así podría estar "habitado" el
interior del planeta por criaturas basadas en la
química del silicio en lugar de la del carbono, tal y
como propuso en su día el astrónomo
norteamericano Thomas Gold (profesor emérito
de Astronomía de la Universidad americana de
Cornell).

Evidentemente se tratarían de organismos


microscópicos capaces de desarrollarse a
enormes presiones y temperaturas en el interior de
la corteza terrestre, residiendo en los pequeños
poros que se encuentran en las rocas y
obteniendo la energía necesaria para vivir de
diversos minerales y gases disueltos.

Esta posibilidad se ha considerado prácticamente


inviable por la casi totalidad de los biólogos.
 

Pero según Thomas Gold, en el interior de algunos


laboratorios geológicos se han conseguido
muestras de gran profundidad y se han observado
como diferentes rocas presentaban señales de la
acción de estos organismos basados en el silicio
que habrían pasado inadvertidos hasta ahora.

Lejos de la especulación, las únicas "criaturas" que


desde hace 40 años se sabe llegan a tolerar
condiciones y marcas de 3.500º C. son las
llamados hipertermófilas. Viven alrededor de
chimeneas volcánicas, de fondos oceánicos, o en
el agua que fluye de los géiseres. La mayoría de
estos organismos son bacterias unicelulares que
obtienen la energía al combinar oxígeno con
sulfuro de hidrógeno.

Constituyen auténticos fósiles vivientes, pues han


permanecido casi sin cambios a lo largo de miles
de millones de años.
 

 
Agartha y el mito del Rey del Mundo.
¿Realidad espiritual o material?

Antiguas tradiciones religiosas asiáticas (budistas


tibetanas, enseñanzas hindúes, chamanes de
Mongolia) desde tiempos remotos dan por cierta
la existencia de un reino inmortal "invisible" donde
se escondería un reducido colectivo de personas,
excepcionalmente sabias y poderosas,
procedentes de los continentes hundidos del
Atlántico y del Pacífico.

En Oriente este mundo idílico oculto es conocido


como Agartha o Sambalah y en América del Sur
como la ciudad del Disco Solar. Muchos sitúan
este reino en valles perdidos de las cordilleras al
norte del Himalaya, y otros en cavernas
inaccesibles de los desiertos próximos al Gobi.
Este pueblo subterráneo estaría regido por los
designios de un misterioso personaje: el Rey del
Mundo.

Investigadores de culturas religiosas como


Andrew Tomas han estudiado a fondo este mito
universal aceptando como real su existencia.
Otros estudiosos, como René Guénon, han visto
en la figura del soberano de este mundo
intraterrestre -a caballo entre lo divino y lo
humano- un principio, una dignidad y un estado
espiritual:

"Es la inteligencia cósmica que refleja la


luz espiritual pura".

(R. Guénon, El rey del mundo)

Para otros, este tipo de mito entronca con todas


las historias "fabulosas" que circulaban por
occidente a propósito del reino del Preste Juan,
misterioso soberano de quien según Marco Polo
hablaban todos en el gran imperio y recibía
tributos de la mayor parte de los gobernantes
asiáticos.

Al parecer, en los archivos del Vaticano se


encontraría parte de la correspondencia que
mantuvo el mítico rey-sacerdote de Oriente con
algunos monarcas y prelados de la Iglesia.

Es posible que todas estas narraciones que


hemos rescatado del pasado funcionaran como
un factor sugerente para sacar a las personas de
Europa.

Las salidas del continente ya habían sido


promovidas por el papado en las cruzadas, y el
Preste Juan (o el Rey del Mundo) sería la "idea"
que movilizaría a los hombres. Representaba la
figura de un rey con un enorme imperio, situado
tras las líneas musulmanas en el que abundarían
enormes riquezas.

Para Helena Petrovna Blavatsky, fundadora de la


Sociedad Teosófica, este reino no es ninguna
utopía.

H. Blavatsky declararía en más de una ocasión


estar en contacto con los Mahatmas (misteriosos
personajes del Asia Central que detentaban
poderes sobrenaturales) que le transmitían a
menudo mensajes de fraternidad y misteriosas
profecías destinadas a aviso y cuidado de un
mundo en eminente peligro de autodestrucción.
Según ella, Moisés, Platón, San Pablo... habrían
sido teósofos iniciados por miembros de este
Gobierno oculto.

No fue hasta 1933 cuando James Hilton


popularizó en Occidente la leyenda de Sambalah
en su novela Horizontes Perdidos, donde narra
como una comunidad de grandes sabios,
llamados Rishis o Mahatmas (grandes almas)
viven en un paraíso de ciencia mística, oculto en
algún lugar al norte del Tíbet, entre los macizos de
Altin-Tag y Kum-Lum, Altai en Mongolia, Tsaidan y
China.

Habitantes de estas regiones atestiguaron la


presencia de seres luminosos vestidos con
simples túnicas blancas en medio del duro
invierno tibetano.

El marqués Alejandro Saint-Yves d´Alvèdre


mantuvo haber sido visitado en 1885 por dos
misteriosos personajes, enviados por el gobierno
universal oculto de la presente humanidad, los
cuales le revelaron la existencia de Agharta y su
organización espiritual y política.
 

Con estas revelaciones, Saint-Yves escribió un


libro de 200 páginas que mandó editar; pero
apenas había salido la obra de la imprenta, el
marqués ordenó su destrucción, ya que al parecer
"contenía terribles secretos".

Un solo ejemplar se escapó a la destrucción del


que se haría una reedición fotomecánica, y que
según cuentan, los nazis, durante la ocupación
alemana, acabarían por destruir.
 

Los aventureros Nicholas Roerich y


Ferdinand Ossendowski

Viajeros occidentales como el científico polaco


Ossendowski y el pintor ruso Roerich, escucharon
contar a los lamas y nativos relatos sobre túneles
que convergían a un fabuloso país subterráneo
donde habitaba una poderosa raza de seres que
se daría a conocer cuando la humanidad hubiera
llegado a unas condiciones en que pudiera recibir
los conocimientos necesarios, y saldrían a la
superficie para crear una nueva civilización de paz
(Nostradamus anunció en sus Centurias que
habría de llegar algún día el Gran Rey) ¿Quién
sabe?

Ossendowski fue el primero en recoger el testigo


de Agartha.

Durante su huída por Siberia y Mongolia,


perseguido por el ejército rojo, alcanzó tierras casi
desconocidas en torno al desierto de Gobi,
Manchuria y las inmediaciones del Tíbet -
supuesto enclave del reino perdido.

Contactó en sus investigaciones con privilegiadas


fuentes de información:

aristócratas y lamas mongoles y el


bibliotecario del propio Buda viviente.

Dejó memoria de todo en el último capítulo del


libro Bestias, hombres, Dioses.
 

El libro daría cierto cariz de credibilidad a la


existencia de Agartha, aunque muchos lo
tacharían de sensacionalista y muy poco o nada
riguroso.

Roerich también sintió la llamada del Himalaya y


abandonó la fama para dedicarse a luchar en pro
de la paz, desde su refugio en el valle de Kulu, en
las montañas de Cachemira (1917). Recién
muerto Lenin, en 1924, Roerich llegaría a Rusia
como portador de un mensaje que le había sido
transmitido por los Mahatmas (nuevamente) que
habitaban en algún lugar ignorado dentro del
paralelo 42.

Juan Parellada de Cardellac cuenta en su libro


Reinos perdidos y claves secretas que el
explorador ruso habría dejado constancia en sus
escritos del avistamiento de un OVNI - lo definiría
como un ingenio metálico - que vio elevarse de un
valle del Gobi en dirección al Tíbet.
 

 
El Dorado y el Coronel Fawcett

Por muchos definida como "la ciudad subterránea


post-Amazónica, ubicada en la cordillera central y
oriental del Perú que ha despertado innumerables
sueños", el mito de El Dorado tomó el nombre de,

Paititi en Perú

Omagua en Venezuela

Manoa en la Guayana

Shangri-la de los Andes

Ligado a la leyenda de El Dorado aflora la historia


del coronel Fawcett, viajero inglés que descubrió
en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro una
carta (enviada por el bandeirante Francisco
Raposo al vicerrey, 1754) en la que se describía el
hallazgo un año antes de una extraña ciudad de
piedra en el noroeste del estado de Bahía,
mientras Raposo buscaba las minas de plata de
Muribeca.

Extraviado en el Matto Grosso, el aventurero


portugués y sus compañeros divisaron en la
montaña una escalera monumental tallada en la
roca que conducía a un impresionante pórtico que
se abría a una fantástica ciudad. Al manuscrito
(conocido como el nº 512), le acompañaba un
mapa que situaba esta ciudad en los alrededores
del río Xingu -afluente del amazonas.

Fawcett, acompañado de su hijo Jack, penetró en


la selva amazónica en busca de la ciudad perdida.
Nunca volvieron.

Se da la circunstancia de que tanto en la región


sudamericana, como en las áreas que englobaría
la leyenda de Agartha, han sido escenario de
frecuentes apariciones OVNI. Esto ha llevado a
algunos ufólogos a creer que los OVNIs podrían
ser vehículos de una civilización pasada,
altamente desarrollada, que permanece oculta, y
sus contactos con el exterior se establecen a
través del Triángulo de las Bermudas, las islas
Canarias, los polos o el Tíbet.

 
Contados como Eugenio Siragusa afirman que
hoy día, en el subsuelo, existen bases de
"hermanos del cielo" construidas con inmensas
placas de cristal, supuestamente guiadas por
maestros interplanetarios de la 4ª y 5ª dimensión.

La aventura nazi también tuvo este mito en


consideración, pues como se ha comentado ya
hasta la saciedad, Hitler y su círculo íntimo
llegaron a estar persuadidos de la realidad de este
mundo oculto tras la lectura de The Coming Race
(La Raza Que Vendrá) de Bulwer-Lytton.

¿Envió el führer expediciones especiales en busca


de la entrada a... con la intención de aliarse con
civilizaciones internas?

Rigurosamente hablando, por las investigaciones


llegadas a cabo hasta el momento, podríamos
concretar que si alguien o algo se moviera allí
abajo, lo sabríamos. Puede que todos estos
relatos - parafraseando a Serge Hutin - no sean
más que símbolos de la perpetua nostalgia
humana de un paraíso terrestre que sólo existe en
el universo de la leyenda.
 

Sin embargo, debemos admitir un


desconocimiento importante de los lugares donde
se centran estas tradiciones, pues en territorios
tan vastos e inhóspitos, TODO parece ser posible.

Actualización

Hasta se dice que Hitler escapó por


el Polo Sur
Muchos en el principio del siglo XIX
habían popularizado una tierra hueca. Esta
idea se tomó gravemente en historia de
América.

John Simms un Capitán anterior y héroe


decorado en los EE.UU. El ejército dedicó
su vida a emprender la teoría de una tierra
hueca. El creyó había una civilización que
existió allí también, con aperturas en
ambas astas. El murió en 1829 con su
sueño no realizado pero sus ideas eran
responsables del gobierno infortunado - la
Expedición apoyada de 1838-1840 al
Antártico dirigió por Charles Wilkes...

Dicen algunos que Hitler y muchos de sus


acólitos nazi escaparon Alemania en los
días finales de la segunda Guerra mundial
y huyeron a la Antártida donde en el Polo
Sur ellos habían descubierto una entrada
al interior de la Tierra.

Según la Sociedad de Investigación de la


Tierra Hueca en Ontario, Canadá, ellos
están todavía allí.

Después de la guerra y los reclamos de la


organización, los Aliados descubrieran
que más de 2.000 científicos de Alemania
e Italia se habían desaparecido, junto con
casi un millón de personas, a la tierra más
allá del Polo Sur por medio de naves súper
desarrolladas.
 

La leyenda en el Oriente
En India hay una creencia antigua, todavía
tenido por algunos, en una carrera
subterránea de personas de serpiente que
moran en las ciudades Patala y Bhogavati.

Según la leyenda, ellos luchan contra el


reino de Agharta.

"Los Nagas," según "Los


Habitantes Profundos," "son
descritos como una especie muy
avanzada, con una tecnología
sumamente desarrollada. Ellos
abrigan también un desdén para
seres humanos, quien ellos son
dichos secuestrar, atormentar,
cruzar con e incluso comer".
 
 

En Tibet, hay un relicario místico


mayor llamado también 'Patala,'
que es dicho por las personas
para allí sentarse encima de un
sistema antiguo de caverna y
túnel, que alcanza a través del
continente asiático y
posiblemente más allá.

Los Nagas tiene también una


afinidad con el agua, y las
entradas a sus palacios

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