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{La teoría del consumidor analiza el comportamiento de los agentes económicos como consumidores, por oposición a su

comportamiento como productores. La teoría del consumidor es una perspectiva de la microeconomía. La parte de la
microeconomía que estudia el comportamiento de los productores se llama teoría del productor.

Uno de los conceptos más importantes en economía, específicamente en la microeconomía es la teoría del
consumidor ya que se encarga de analizar el comportamiento de los agentes económicos como
consumidores. Como se acaba de mencionar, la teoría del consumidor es observada bajo la
microeconomíay actualmente el análisis del consumidor es de vital importancia pues a través de él se puede
observar como una persona alcanza su máximo bienestar dado su presupuesto.
Hoy por hoy, la teoría del consumidor más utilizada o estudiada es bajo el paradigma de la economía
neoclásica pues es la que sigue predominando pero podemos verificar cambios en la teoría del consumidor
bajo otras perspectivas, lo que queda claro es que todas esas teorías analizan el comportamiento del
consumidor bajo la premisa de que, si son racionales, entonces siempre van a estar buscando obtener un
mayor bienestar aunque esto no siempre es posible de alcanzar debido a las limitaciones monetarias que
tenemos los individuos, por eso, se trata de encontrar el mayor bienestar dado el presupuesto que tenemos.
Enfocándonos de nuevo en la teoría neoclásica del consumidor, partimos de dos premisas:
 Las preferencias
 La restricción presupuestaria
La teoría neoclásica del consumidor asume que el individuo interactúa en el mercado para aumentar su
bienestar, considerando diversas alternativas de consumo y claro, teniendo en cuenta sus preferencias, que
en la teoría neoclásica ya se consideran como dadas.
La utilidad del consumidor
De lo anterior surge un concepto muy importante en la teoría del consumidor, nos referimos al concepto de
utilidad que se refiere a una medida de la satisfacción que una persona alcanza cuando consume un bien o
servicio.

De la utilidad surge el concepto de utilidad marginal decreciente, es decir, conforme se aumenta el


consumo de un bien, la utilidad otorgada por el consumo de cada bien adicional va disminuyendo. Esto tiene
mucho sentido y lo podemos ver en ejemplos cotidianos, por ejemplo, tienes mucha hambre y paras a un
puesto de tacos, el primer taco te brinda una utilidad alta pues has pasado varias horas sin comer por lo que
el primer taco te sabe a gloria, te comes un segundo y este te sigue dando satisfacción pero menos que el
primero, conforme vas comiendo más tacos tu cuerpo se va saciando, dejas de tener hambre hasta que te
llenas por lo que un taco adicional ya te caería de peso y si siguieras comiendo más tacos podrías vomitar o
enfermarte, de esta forma vemos como por taco adicional tu cuerpo se va saciando y cada vez obtienes una
utilidad menor.
Curvas de indiferencia
Los conceptos derivados de la teoría del consumidor se expresan gráficamente a través de las
denominadas curvas de indiferencia. Es a través de las curvas de indiferencia y la restricción
presupuestaria como se construye las curvas de demanda del consumidor y son de gran utilidad para
la teoría neoclásica de la economía.
Derivado de lo anterior podemos construir la curva de demanda individual que se encarga de relacionar las
cantidades de bienes o servicios, con el monto máximo, en términos monetarios, que el individuo está
dispuesto a pagar por esa cantidad. Cabe destacar que la curva de demanda agregada, también conocida
como la cuerva del mercado se obtiene, vaya la redundancia, agregando las curvas de demanda individuales
de las personas.

Gracias al uso de la curva de demanda, junto con la curva de oferta, se pueden derivar importantes
conclusiones aunque la curva de oferta es un tema que le corresponde a la teoría del productor, sin
embargo, ambas teorías están altamente relacionadas puesto que ambas hacen que las curvas se equilibren
pues por un lado observamos el punto donde los individuos alcanza su máxima utilidad, por tanto, su máximo
bienestar dado su presupuesto y con la curva de oferta observamos el mínimo costo en que la empresa
incurre para producir sus bienes, es aquí, donde se da el famoso problema dual, máximo bienestar, mínimo
costo.
Precursores de la teoría del consumidor
En los años 1871 a 1874 es cuando cobra auge la teoría neoclásica y surge principalmente con la aparición
de grandes obras del marginalismo, aunque ya se tenían avances desde los comienzos del siglo XIX. Cabe
destacar que la aparición de las teorías marginalistas llega a la conclusión de que en sí, la teoría económica
estuvo dominada por la economía clásica, que se enfocaba en grupos o agregados económicos.
Entre los principales autores del marginalismo destacan Menger, Jevons y Walras y Alfred Marshall, el último
autor fue muy importante a la hora de comprender como interactúan la oferta y la demanda.
Racionalidad procedimental

Se ha comprobado empíricamente que la gran mayoría de decisiones de los consumidores son espontáneas y se basan
en rutinas o procedimientos que no atiende a más de uno o dos criterios. Los consumidores no examinan
sistemáticamente todas las opciones posibles, salvo para ciertos bienes. Los procedimientos dependen mucho más de la
costumbre previa que del análisis racional de todas las posibilidades. Ese medio para decidir, llamado racionalidad
procedimental, proporciona un medio rápido y sencillo de tomar decisiones, un procedimiento de optimización riguroso
entre todas las posibilidades podría ser inadecuado. Por tanto, podemos decir, que un consumidor con información
limitada y conocimientos limitados está siendo racional al escoger métodos procedimentales de elección, pero este tipo
de racionalidad no es la racionalidad optimizadora que presupone la teoría neoclásica.

Saciedad o saturación

Más allá de cierto umbral finito consumido, una necesidad queda satisfecha y consumir más unidades asociadas a esa
necesidad no aporta ninguna satisfacción adicional. Eso implica matemáticamente que a partir de cierto valor finito de la
cantidad consumida la derivada de la utilidad marginal se anula idénticamente. Las consecuencias de este principio han
sido analizadas por Georgescu-Roegen.

Separación

De acuerdo con este principio introducido por Lancaster, el consumidor subdivide sus elecciones y necesidades en
diversas categorías, débilmente relacionadas unas con otras. Eso implica que los cambios en los índices de precios de un
tipo de productos asociados a determinadas necesidades, no afecta prácticamente a las cantidades consumidas de otras
categorías, ya que las categorías son básicamente independientes. Así difícilmente una cantidad insuficiente de alimento
puede ser compensada por una mayor cantidad de oferta cultural, dado que probablemente el alimento y el deseo de
ocio pertenecen a categorías diferentes de deseos y necesidades.

Este principio postkeynesiano contrasta con las hipótesis típicas de la teoría neoclásica donde cualquier disminuición en
la cantidad proveída para una necesidad puede ser compensada por una cantidad superior de otro producto.

Subordinación

Artículo principal: Pirámide de Maslow

Las necesidades son a menudo jerarquizadas, subordinadas unas a otras. Este principio se asocia a menudo a la pirámide
de necesidades de Abraham Maslow. Según el principio de subordinación la distribución del presupuesto no consiste en
maximizar una utilidad entre bienes disponibles, sino que los bienes situados en un nivel jerárquico no son consumidos a
menos que estén mínimamente satisfechas las necesidades de bienes de los niveles jerárquicos inferiores. Esto puede
implicar en algunos casos que orden de preferencias de combinaciones de bienes siga un orden lexicográfico. Si eso
sucede entonces la función de utilidad asociada a la utilidad marginal tiene que estar representada por un vector cada
una de cuyas componentes estaría asociada a un determinado nivel jerárquico de necesidades.

Crecimiento

Este principio tratado por Georgescu-Roegen y Pasinetti establece, que el tiempo y el crecimiento de la renta disponible
para un consumidor hacen que sus preferencias evolucionen escalonadamente y el acceder a niveles de renta superiores
hace que se consideren necesidades que previamente no habían sido consideradas.

Dependencia

El principio de dependencia es el reconocimiento de que los gustos dependen de la publicidad, las modas, el grupo social
al que pertenece el agente económico, y no simplemente de unos gustos autónomos objetivos. Este principio fue
señalado inicialmente por John Kenneth Galbraith.

Herencia

El principio de herencia establece que las preferencias actuales de un consumidor dependen de su historia pasada de
consumo. Es decir, las elecciones de hoy están condicionadas por las elecciones de ayer. Esto hace que la dinámica de
consumo a lo largo del tiempo, no depende de maximizar una función de utilidad objetiva e inmutable, sino que nuestra
historia de elecciones pasadas puede ser lo más determinante en la configuración de nuestros gustos actuales. Esto hace
que las preferencias de los agentes económicos sean altamente dependientes de su historia vital.

El equilibrio del consumidor

El primer intento teórico encaminado a proporcionar una explicación válida de la formación de la demanda del
consumidor es la teoría de la utilidad. Su fundamento básico se encuentra en el concepto de utilidad, entendiendo por
ésta la capacidad de un bien para satisfacer una necesidad humana.

La utilidad tiene, pues, un carácter objetivo en cuanto es una cualidad que reside en los bienes, y un carácter subjetivo
porque al poseer cada individuo gustos y apetencias diferentes, la utilidad que reporta un bien a diversas personas
también es diferente.2

La forma de medir las preferencias de una persona sería a través de las funciones de utilidad. Si consideramos un
individuo que se ve en la necesidad de elegir entre una serie de bienes disponibles (a, b, c, d,.... z), podemos definir una
función de utilidad del tipo:

El resultado es el índice de utilidad que produce una determinada combinación o cesta de los bienes a los que el
consumidor se enfrenta.
Enfoque cardinalista

Desde un enfoque cardinalista podemos entender que las combinaciones de bienes elegidos reportan al individuo una
utilidad que puede ser medida y que atribuye significado a la cuantía de la diferencia entre los valores numéricos que
adopte el índice de utilidad.

Esta teoría es la más antigua, de las que estudian el comportamiento de la economía doméstica, es importante por el
significado de la distinción que hace entre utilidad marginal y utilidad total.

La utilidad de un bien varia a medida que lo hace la cantidad consumida del mismo. Se denomina utilidad total a la
proporcionada por el conjunto de las unidades consumidas del bien considerado, es decir, a la suma de las utilidades
que reportan las diversas unidades consumidas. La utilidad total se comporta de manera que va creciendo a medida que
aumenta el consumo de un producto, hasta un punto máximo a partir del cual empieza a disminuir. A partir de la
utilidad total se define el concepto de utilidad marginal como la variación (incremento o disminución) de la utilidad total
que resulta de la variación de una unidad en el consumo del bien en cuestión.

La utilidad marginal tiene carácter decreciente para todos los niveles de consumo. En efecto el valor que confiere
cualquier consumidor individual a las sucesivas unidades de un determinado bien, disminuirá de modo sostenido a
medida que aumente su consumo total de ese bien, manteniéndose constante el consumo de todos los demás bienes.

Así con una determinada renta y dados los precios, el equilibrio del consumidor se produce cuando se da:

El significado económico de esta igualdad supone que la utilidad adicional proporcionada por la última unidad monetaria
invertida en la compra y consumo de un determinado bien debe ser igual para todos los bienes. En efecto si esto no se
produjese la elección habría sido otra.

La deducción de la curva de demanda a partir de la citada igualdad, supone que si el consumidor ante una subida de
precio permanece en la misma combinación de bienes que antes de la subida quedará fuera del equilibrio. El
consumidor para alcanzar su nuevo equilibrio tendrá que incrementar la utilidad marginal obtenida de ese producto, lo
que dado el carácter decreciente de la misma supone disminuir el consumo del bien. Por tanto, de esta manera se han
obtenido dos puntos de la curva de demanda de esta persona para el bien A, el resto de los puntos se obtendrían con la
misma mecánica aplicada.

El comportamiento del consumidor bajo la perspectiva ordinalista

El enfoque ordinal sólo da importancia a la ordenación de las preferencias. Desde este punto de vista no es necesario
que los individuos asignen un valor numérico a sus preferencias. Lo importante es que una combinación de bienes
proporciona la misma o menos utilidad que otra. Por este motivo, el concepto de utilidad aparece ligado a la visión
cardinalista de las preferencias. Según este enfoque la función de utilidad (U) no ha de representar necesariamente una
magnitud ordinal o medible. Es claro que a lo largo del proceso que se expone, el valor numérico de U no se ha utilizado
en absoluto. Esto es así porque lo único relevante es que curvas de indiferencia que representan mayores niveles de
satisfacción deben corresponder a mayores valores de U. Pero toda la teoría expuesta sería igualmente válida si los
valores numéricos de U1, U2, y U3 hubiesen sido 2, 3 y 4 que si hubiesen sido 4, 6 y 8 o 4, 9, y 16 respectivamente. Esto
es así porque lo único importante de la función (1) es que es capaz de ordenar las combinaciones de bienes adquiribles
por el consumidor de forma que arroje valores más altos para las combinaciones preferidas a otras.

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