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Dieta de 21 Dias PDF
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3. Alimentos termogénicos
La semana pasada me reuní con un viejo amigo al que no veía desde hacía 4 años. Cuando me
preguntó al teléfono si podía echarle una mano para perder peso pensaba que me estaba
tomando el pelo. Martín siempre había tenido un aspecto físico envidiable pese a no ser un
gran aficionado al deporte.
Nos habíamos conocido varios años antes en un partido de fútbol organizado por la asociación
de padres y madres del colegio de nuestros hijos como una iniciativa para fomentar los hábitos
de vida saludable y dar ejemplo nuestros hijos. El control de peso entre la población infantil se ha
convertido en una de esas nuevas realidades impensables hace 20 años. ¿¡Que mi hijo necesita
bajar peso!? ¡Pero si tiene 6 años! Por desgracia, eso es algo que se oye cada vez más a
menudo.
El caso es que cuando vi entrar a mi amigo Martín por la puerta de la cafetería me costó creer lo
que veían mis ojos. Claramente debía de haber ganado 20 kilos. Seguía con esa sonrisa
entrañable pero su mirada no era la misma. Tras mucho hablar y alguna que otra broma
recordando anécdotas con nuestros hijos, me contó que el ascenso que había conseguido hacía
algunos años se había convertido en una pesadilla para él. Estaba estresado 24 horas al día,
comía cualquier porquería que hubiera en la cafetería junto a su oficina y cuando llegaba a su
casa por la noche sólo pensaba en tomarse una cerveza fría y cualquier cosa que hubiera en la
nevera. Sencillamente había perdido el control de lo que comía, había ganado 20 kilos y sentía
que estaba a punto de perder a su mujer. Hacía un año había intentado sin éxito perder peso. La
dieta milagrosa a la que se sometió dio como resultado un brote de ansiedad y 2 kilos más
en la balanza que guardaba en su cuarto de baño.
La dieta milagrosa a la que se sometió dio como resultado un brote de ansiedad y 2 kilos
más en la balanza
Durante años he ayudado a clientes y colegas a perder peso y por desagracia la historia de mi
amigo Martín me era muy familiar. Hombres y mujeres normales que en un momento dado
comienzan a ganar peso sin control. A veces suben progresivamente casi sin darse cuenta;
en otras ocasiones ganan kilos de golpe, lo cual suele estar motivado por algún tipo de
suceso traumático en su vida –dejar de fumar, nuevas responsabilidades profesionales o
familiares, despidos...-. Lo peor de todo es que cuando intentan volver a recuperar el peso
terminan ganándolo. Un desastre que nunca debió ocurrir.
Voy a compartir contigo la información que proporcioné a mi amigo Martín, que no sólo logró
bajar todo el peso que había ganado sino conseguir su mejor estado de forma desde que tenía
20 años.
Uno de los grandes errores cuando se trata de perder peso es reducir drásticamente las calorías
consumidas. Es cierto que la reducción de ingesta de calorías puede propiciar una pérdida de
peso debido a que el déficit calórico es suplido por el consumo de reservas energéticas de
nuestro propio organismo (fundamentalmente grasa y glicógeno). Sin embargo, este efecto
tiene una escasa duración gracias a la capacidad de adaptación de nuestro metabolismo.
Además, una reducción muy agresiva y mal supervisada puede suponer un déficit de nutrientes
fundamentales como los ácidos grasos insaturados, las vitaminas y los minerales.
La verdad no contada: La mayor parte de las dietas están basadas en una reducción de
calorías y por lo tanto su eficacia es muy breve.
Lección 1: La reducción calórica debe ser supervisada, progresiva y cíclica, de lo
contrario no sólo no se perderá peso sino que existirá un grave riesgo de ganarlo.
No voy a extenderme con tecnicismos. Sirva decir que cada individuo tiene cierta predisposición
genética a tolerar unos u otros alimentos y reaccionar de forma distinta antes éstos. No todas las
personas responderán de la misma manera ante una misma dieta y unos mismos alimentos.
Cada individuo reacciona de forma distinta en función de su morfología y otros aspectos
genéticos. Los distintos síntomas de una inadecuada asimilación de alimentos son (por
supuesto) la acumulación de grasa corporal, la sensación de hinchazón en el estómago, la
excesiva mucosidad, la retención de líquidos, la mala digestión y la depresión, entre otros
muchos factores.
La verdad no contada: No es posible utilizar una misma dieta en dos individuos distintos y
esperar los mismos resultados.
Lección 2: Un adecuado proceso de descarte selectivo de alimentos que permita eliminar
aquellos a los que no se reacciona óptimamente permitirá mejorar los resultados de
cualquier dieta.
3. Alimentos termogénicos:
Se trata de la activación del metabolismo por el ejercicio físico, lo que implica consumo de
energía y aumento de la temperatura corporal. De nuevo hay una enorme confusión en torno
al ejercicio físico como mecanismo para perder peso. La mayor parte de la gente se entrega a
interminables sesiones de ejercicio cardiovascular aeróbico (cintas de correr, bicicletas estáticas,
máquinas elípticas, etc.) que no sólo resultan muy ineficientes para la pérdida de peso sino que
generan oxidación y envejecimiento celular, pérdida de masa muscular y pérdida de fuerza. Los
ejercicios físicos que mejor estimulan la pérdida de grasa corporal son aquellos
conocidos como ejercicios con peso corporal como flexiones, dominadas, zancadas,
sentadillas a una pierna o caminada búlgara entre muchos otros. La ventaja de muchos de estos
ejercicios es que no se necesitan aparatos o equipamiento de ningún tipo de manera que
pueden ser realizados en la comodidad del hogar. Además las sesiones que implicanmayor
intensidad en el menor tiempo posible tienen un mayor y más prolongado efecto termogénico.
La verdad no contada: Las sesiones de cardio son una de las peores maneras de perder
peso.
Lección 4: Incorpora en tu rutina diaria o al menos 3 veces por semana 15 minutos de
ejercicios con peso corporal para acelerar tu metabolismo y quemar grasa durante todo
el día.
Estas lecciones son claves para afrontar con garantías cualquier proceso de pérdida de peso.
Incorpora estos nuevos hábitos en tu rutina diaria y rápidamente podrás ver los resultados y
recuperar la confianza y autoestima perdidas.