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TODA RELACIÓN

PUEDE CAMBIAR,
DE ACUERDO A
TU MANERA DE
ACTUAR
El propósito de las relaciones humanas es aprender a convivir
armónicamente con todos los seres vivos, mantener un equili-
brio perfecto que produzca satisfacción individual, mediante la
integración con los demás.

El ser humano por naturaleza es social, desea y necesita la com-


pañía y presencia de otros para sentirse satisfecho, esto se debe
a que en la soledad no podemos desarrollar adecuadamente
nuestra verdadera función humana, no se cumpliría el verdadero
sentido de la vida: aprender.

Las relaciones son un termómetro de medición perfecto de


nuestro nivel interno de paz y armonía, permiten un reconoci-
miento exacto de las limitaciones personales y facilitan el que
podamos trabajar conscientemente para superarlas.

Son un proceso constante de aprendizaje por el que pasamos, la


forma en la que actuamos y vemos la vida, genera como resulta-
do el tipo de relación correspondiente de acuerdo a nuestro
nivel de ignorancia o sabiduría.

Las circunstancias de tu vida y tus


relaciones son un espejo de lo que
sucede en tu interior.
Desarrolla en ti los
siguientes aspectos, entrénate
en ellos, transforma tu manera de actuar y
obtendrás verdaderas
relaciones de amor

AMABILIDAD
La amabilidad es la que le da movimiento al amor, y lo lleva a su
máxima expresión, intensifica las circunstancias positivas y
reduce las negativas.

Es una cualidad interna origen de comportamientos compla-


cientes, afectuosos y generosos hacia los demás.

Un valor fundado en un profundo respeto, amor y benevolencia


a la hora de relacionarnos con el otro causa por la cual es esen-
cial para la convivencia armónica y pacífica, para que se puede
interactuar con distintos tipos de personas con diferentes
creencias, costumbres y credos.

Es un valor indispensable para lograr relacionarnos positiva-


mente y hacer que dichas relaciones sean verdaderamente sa-
tisfactorias, bien sea con la familia, los amigos, en el ámbito per-
sonal o laboral; es una forma de expresar la calidad humana de
quien la otorga a todos aquellos con quienes se relaciona.
Es un valor que se refleja en las acciones cotidianas, permite ex-
presar palabras cálidas que hacen sentir bien a los demás
abriendo su corazón y logrando igualmente su apoyo y generosi-
dad cuando lo necesitamos.

La paciencia evita un problema; la amabilidad crea una bendi-


ción.

RESPETO
Es aceptar las diferencias, es la capacidad de renunciar a impo-
ner mis ideas, comportamientos, creencias y costumbres a los
demás.

El propósito de las relaciones con las demás personas es acep-


tarlas, apoyarlas, valorarlas, respetarlas y servirles con amor, de
esta manera ayudamos a que se sientan mejor y puedan alcanzar
su desarrollo espiritual al igual que nosotros.

Cuando se presentan discusiones en las relaciones, en lugar de


mejorar tus respuestas, mejor detente a ver si hay algo que valga
la pena escuchar.

Lo que nos da libertad total de acción, de movimiento y de poder


entrar en cualquier lugar que queramos es el respeto. Cuando
aprendemos a respetar al ciento por ciento a todas las personas,
las cosas, costumbres y formas de pensamiento, independiente-
mente de lo diferentes que puedan ser de las nuestras, abrimos
puertas que de otra manera no hubiera sido posible abrir. Me-
diante el respeto nos ganamos el derecho a ser admitidos en
cualquier lugar.
Es una ley universal: todo aquel que agrede será agredido, todo
aquel que juzga, critica, ataca y condena será igualmente juzga-
do, criticado, atacado y condenado. Por lo tanto, si tú eliminas
esas acciones y tus comportamientos con las demás personas
son completamente pacíficos y respetuosos, estas acciones tam-
bién desaparecerán totalmente de tu vida y recibirás eso mismo
de las demás personas y del lugar donde te encuentres.

ACEPTACIÓN
Acepta a cada persona tal cual es, renuncia a insistir en cambiar
a los demás para tu ser feliz.

La aceptación es una herramienta que te permite relacionarte


con los demás y con el mundo externo de manera armónica y pa-
cífica, obviamente se logra un alto nivel de aceptación después
de realizar un gran trabajo interno de transformación y supera-
ción del deseo interno de manipular a los demás, de conseguir lo
que queremos a cualquier precio, de satisfacer nuestros capri-
chos aunque tengamos que pasar por encima del otro.

La aceptación es un acto de amor y liberación.

El verdadero y genuino amor no depende de las emociones, pon-


gamos un ejemplo: en el caso de las relaciones pretendemos que
los demás “hagan las cosas en la forma en que nos parece, o se
comporten de acuerdo a nuestras creencias”; si esto sucede nos
sentimos felices y amamos a la persona, pero cuando lo que hace
es contrario a nuestro criterio personal, ya no me siento bien y
dejo de amarte, empiezo a juzgarte y rechazarte.
El sufrimiento es exactamente el resultado de la no aceptación;
no aceptar a las personas como son, pretendiendo cambiarlas y
conseguir que se comporten de acuerdo con nuestros paráme-
tros personales; no aceptar las situaciones o circunstancias y
luchar para cambiarlas nos lleva al sufrimiento, al conflicto y a la
destrucción; nos desgasta físicamente y nos confunde mental-
mente; la no aceptación es uno de los principales problemas hu-
manos y el más grande impedimento para la paz interior.

LIBERTAD

Es un estado interno. es la capacidad de permitirle a cada perso-


na ser, actuar y pensar por sí mismo, brindarle la posibilidad a
cada quien de tomar sus decisiones sin interferencia, indepen-
dientemente del resultado que obtenga aunque se equivoque,
reconociéndole el derecho que tiene a sus propias creencias,
sentimientos y emociones.

Es la facultad que tiene toda persona de tomar sus propias deci-


siones y asumir sus resultados. La libertad existe solamente en
el interior de cada persona. Puesto que, en el mundo no existe
independencia, sino un proceso de dar y recibir, que encadena
todas las cosas, relaciones y situaciones a través de compartir in-
formación, servicios, funciones, relaciones y productos, que in-
tegran todas las cosas y se expresan respetando los derechos
que tienen la totalidad de los seres vivientes.

Cuando los resultados le muestran a una persona escasez y sole-


dad, es porque, libremente decidió no comprometerse con nada
ni con nadie, si por el contrario, sus resultados le muestran abun-
dancia y relaciones de alto nivel de satisfacción, es porque, libre-
mente decidió comprometerse con sus funciones y relaciones y
ser totalmente confiable para los demás.

Somos libres, sin embargo, debemos vivir experiencias y siempre


tendremos las necesarias para aprender de la vida, somos libres
de equivocarnos y libres de aprender del error.

El libre albedrío del que tanto se habla se trata precisamente de


eso, de la facultad que tenemos todos los seres humanos para
cometer errores y aprender de ellos. Es específicamente la liber-
tad que tienes para equivocarte, pero nada más.

CONFIANZA
La confianza es esencial en todo tipo de relación, es imposible
construir una relación armónica, respetuosa y estable, que ali-
mente al espíritu brindándole satisfacción y felicidad, sustenta-
da en la desconfianza, la deslealtad, el engaño y la hipocresía.

Es el fundamento de toda relación humana, es la herramienta


que da acceso a una vida plena y satisfactoria, abre todas las
puertas, permitiendo el ingreso a cualquier lugar.

La confianza forma parte de la esencia de la vida, pues cuando la


perdemos experimentamos una existencia vacía, es decir, mori-
mos en vida, ya que la confianza sofoca el miedo y la inseguridad,
nutriendo los frutos del amor y la lealtad.
No hay puertas que la confianza no pueda abrir, porque es la per-
sonificación de la pureza y la franca expresión de los valores.

La persona confiable goza de un gran valor interno, puesto que


posee el imborrable conocimiento de la verdadera naturaleza
espiritual que abre los corazones, da acceso a las puertas univer-
sales de la abundancia y la prosperidad, permite gozar de mucho
éxito y satisfacción en todas las áreas de la vida.

La confianza no necesita saber todo del otro, se trata justamente


de no necesitar saber nada, para esto asegúrate tú de confiar y
ser confiable para los demás y para el universo.

TERNURA
La ternura es un elemento que da belleza y sentido a la vida, es la
capacidad de agradecer y valorar a las personas con quienes
compartimos la vida y expresarlo de manera abierta, suave y es-
pecial.

Es una manifestación serena, bella y firme, una manera de mani-


festar el amor espontáneamente sin engaños ni pretensiones.

Es el cariño y el respeto revelados en la caricia, en un detalle


sutil, en el regalo inesperado, el detalle delicado, la mirada cóm-
plice o el abrazo sincero.

Es la expresión constante de detalles de amor, no físicos ni mate-


riales exclusivamente, en este caso hacemos referencia, a
entregar cariño, caricias, juegos, y detalles tiernos que hagan
sentir amado y valorado al otro independientemente si es la
pareja, los hijos, padres, amigos o mascotas.

La ternura hace que las relaciones afectivas creen raíces y cons-


truyan vínculos sólidos que perduran en el tiempo, sin ternura es
difícil que una relación de pareja prospere. La ternura brinda al
niño un sostén emocional que lo acompañará siempre.

La ternura graba en la memoria instantes que cada vez que se re-


cuerdan nos llenan de una especie de alegría revuelta con nos-
talgia, pero que alimentan el corazón y revelan la calidad del ser
humano.

SERVICIO
Cada ser humano posee unos valores incalculables; es como una
mina de piedras preciosas, donde cada una de ellas representa
una capacidad, un valor o un talento. Lamentablemente, en
muchos casos ni siquiera el dueño de la mina reconoce la exis-
tencia de estos valores.

La finalidad de la vida consiste en desarrollar este torrente de


capacidades en beneficio propio, para luego entregarlas sin con-
diciones al servicio de la humanidad.

Aprender a servir es una técnica de sabiduría, ya que es la


manera que existe para desarrollar y ejercitar el potencial de
destrezas y talentos con que hemos sido dotados.
Al compartir las aptitudes, fortalezas, virtudes y conocimientos
con los demás podrán crecer y convertirse en los baluartes de
nuestra evolución y crecimiento espiritual.

La disposición abierta y sincera a servir en todo momento brinda


la posibilidad de descubrir nuevas técnicas, destrezas y faculta-
des que poco a poco se irán fortaleciendo, lo que incuestionable-
mente aporta un gran beneficio a la persona que sirve, o sea que
cuando enseñamos a otros lo que sabemos se aprende mucho
más.

El servicio está sustentado en un principio muy sencillo:

“Dar siempre lo mejor que tenemos, en


pensamiento, palabra y obra”

Cada persona tiene aptitudes y destrezas diferentes, cada ser


desarrolla sus fortalezas a su propio ritmo y de acuerdo con sus
preferencias, sin embargo ellas reflejan las múltiples facetas del
verdadero conocimiento.

Todos los derechos reservados, prohibida la copia o reproducción de este manual.


© Toda relación puede cambiar de acuerdo a tu manera de actuar | Nueva Humanidad

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