Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Nathalie Peyrebonne
Université de la Sorbonne Nouvelle-Paris 3 (LECEMO/CRES)
1
Nola, Libro de guisados. Ediciones modernas del libro de Nola (casi todas agotadas): Barcelona,
Panaeuropea de ediciones y Publicaciones, 1972; Madrid, Taurus ediciones, 1882; Huesca, La Val de
Onsera, 1994; Madrid, Guillermo Blázquez, 1982; Madrid, Espasa-Calpe, 1992; Valencia, Librerías
París-Valencia, 1997; Palma de Mallorca, Papeles de Son Armadans, 1973; Barriana [Castellón],
Ediciones Histórico Artísticas, 1988; Madrid, ediciones Magalia, 2000.
2
Así como las tres cuartas partes de la Opera de Scappi, cocinero del papa Pío V [Venecia, 1570].
Cf. Benet i Pinós, «Justificación de la edición», Libro del arte de cocina, Lleida, p. 7-14: «Las recetas
[de Granado] hacen pensar en recetarios más antiguos si cabe, e incluso se ha formulado la duda
de que el texto en cuestión sería poco más o menos que la traducción al castellano inicialmente
hecha en Valencia por Martínez Montillo [sic] en 1611 con el mismo nombre del Arte de cocina
del conocidísimo Libre de doctrina per a ben tallar i servir i del Art del coch de Rupert de Nola…».
3
Cf. Pérez en la introducción de su edición de 1929, reeditada en 1994, p. 22: «Parece, pues
comprobada la existencia de ocho ediciones con las fechas 1525, 1529, 1538, 1543, 1544, 1549, 1566
1557. El bibliófilo y anticuario catalán Antoni Palau, en su Manual del librero hispano-americano,
cita dos ediciones más: Valladolid, 1556, y Zaragoza, 1562». En su introducción (p. 24), Pérez
escribe: «En junto [alude a las ediciones catalanas y españolas], el Libro de guisados de Roberto de
Nola se reimprimió catorce o quince veces en el espacio de un siglo. ¿Qué otra obra, ni el propio
Quijote, alcanzó difusión semejante en su época?»
4
Cf. Laurioux, Le règne de Taillevent, p. 20.
5
Mestre Robert, Lybre de doctrina Pera ben Servir: de Tallar: y del Art de Coch.
6
La biblioteca del Congreso de Washington posee un ejemplar de esa edición, así como la del
British Museum y la Biblioteca de la Universidad de Barcelona.
7
Marañón, «Las ediciones de las Medidas del Romano», pp. 11-41.
8
Hay un ejemplar de esa edición en la Biblioteca Nacional de Francia, otro en la Biblioteca Sainte
Geneviève en París.
9
Bataillon, sólo en la bibliografía de su Erasmo y España, recoge 22 ediciones de obras de
Erasmo impresas por Miguel de Eguía.
10
Cf. Goni Gaztambide, «El impresor Miguel de Eguía procesado por la inquisición (c. 1495-
1546)», pp. 35-54.
11
Cf. Delgado Casado, Diccionario de impresores españoles siglos xv-xvii.
12
La edición moderna de Dionisio Pérez (Huesca, 1994) reproduce esa edición.
el paratexto de los libros de cocina 487
13
Cf. De Courcelles, (dir.), Ouvrages miscellanées et théories de la connaissance à la
Renaissance.
14
Genette, Palimpsestes, p. 9: «[le paratexte] est sans doute un des lieux privilégiés de la dimen-
sion pragmatique de l’œuvre, c’est-à-dire de son action sur le lecteur…».
488 nathalie peyrebonne
El título, primero
El título catalán de la edición de 1520 es Lybre de doctrina Pera ben Servir:
de Tallar: y del Art de Coch Ço es de qualseuol manera de Potatges y salses Com-
post per lo diligent mestre Robert coch del Serenissimo senyor don Ferrando Rey de
Napols.
El título de la primera edición en español de 1525 es: Libro de cocina com-
puesto por maestre Ruberto de Nola cocinero que fue del sereníssimo señor Rey don
Hernando de Nápoles, de muchos potajes y salsas y guisados para el tiempo del
carnal y de la quaresma, y manjares y salsas y caldos para dolientes de muy gran
sustancia. Y frutas de sartén, y marçapanes, y otras cosas muy provechosas. Y del
servicio y oficios de las casas de los reyes y grandes señores y cavalleros, cada uno
como ha de servir su cargo. Y el trinchante como ha de cortar todas maneras de
carnes, y de aves. Y otras muchas cosas en él añadidas muy provechosas.
El título de la segunda edición en español de 1529 es Libro de guisados, man-
jares y potajes intitulado libro de cozina: en el qual esta el regimiento de las casas
de los reyes y grandes señores: y los officiales de las casas dellos cada uno como an
de servir su officio.Y en esta segunda impresión se ha añadido un regimiento delas
casas delos cavalleros y gentiles hombres y religiosos de dignidades y personas de
mediados estados y otros que tienen familia y criados en sus casas: y algunos man-
jares de dolientes y otras cosas en el añadidas: todo nuevamente revisto añadido y
emendado por su mismo autor.
Todos esos títulos subrayan el amplio abanico de materias tratadas en la obra:
se trata de trinchar, de servir, de guisar, de adaptarse al calendario religioso, de
curar, «y otras muchas cosas»…
El título catalán es más exacto: el libro en efecto empieza con recomenda-
ciones acerca del arte de trinchar diferentes tipos de carnes, del arte de servir,
y por fin aparecen las recetas. El título español, ya desde la primera edición,
invierte las proposiciones: gracias a esa inversión, el libro se convierte ante todo
en un «libro de cocina».
Gérard Genette, en su obra titulada Seuils, escribe que «el principal factor de
la deriva de los títulos no es probablemente ni el autor, ni siquiera el editor, sino
verdaderamente el público, y más precisamente el público póstumo, también
15
Todas estas ediciones son volúmenes in-quarto.
el paratexto de los libros de cocina 489
16
Genette, Seuils, pp. 67-68: «… le principal agent de la dérive titulaire n’est probablement ni
l’auteur, ni même l’éditeur, mais bien le public, et plus précisément le public posthume, encore et
fort bien nommé la postérité».
17
Diccionario de Autoridades, tratado, «se llama también el escrito, o discurso, que comprende, o
explica las especies tocantes a alguna materia particular».
18
Martínez Montiño, Arte de cozina, pastelería, vizcochería y conservería [1611].
19
Cf. las reflexiones de Moner, en su artículo, acerca del término «tratado» presente en el
Lazarillo.
20
La característica de los textos prácticos es que se hallan constantemente reestructurados,
aumentados o reducidos, como lo mostró Robert Halleux en sus estudios sobre la alquimia
(Halleux, Les textes alchimiques).
el paratexto de los libros de cocina 491
por cocineros profesionales21. Nola declara ser el cocinero del rey Ferrando
de Nápoles, lo que sugiere que el libro ha sido compuesto entre 1458 y 1494,
fechas del reinado de Ferrando Iº de Nápoles22. Dicho rey hablaba una mezcla
de castellano y napolitano y mantenía una corte cosmopolita, por lo cual Nola
incluye en su libro recetas aragonesas, catalanas, francesas, moriscas, etc…Esta
obra, compuesta en Italia, presenta, pues, un verdadero sincretismo italo-arago-
nés, pero donde conoció un verdadero éxito fue en la península ibérica, ahí fue
donde la obra se reeditó periódicamente y se difundió.
Por consiguiente, Nola es un cocinero profesional.
Veamos ahora los elementos presentes en las diferentes ediciones acerca de
su nombre.
En la edición catalana, el autor es llamado Mestre Rubert. En la edición
española, se transforma en Roberto de Nola. En realidad, encontramos según las
ediciones Robert, Ruberto, Ruperto, acompañado o no por el patronímico Nola,
un apellido que puede ser catalán, aragonés, valenciano o italiano (la ciudad de
Nola se encuentra al este de Nápoles). Según Dionisio Pérez, el autor podría ser
aragonés: «… se puede afirmar que tras este libro hay un cocinero aragonés, no
catalán. Posiblemente este cocinero acompañó a Alfonso V el Sabio o el Magná-
nimo en su expedición a Nápoles y fue su cocinero en aquel palacio […]»23.
Según Néstor Luján, sería «un mediterráneo, un catalán o menos probable-
mente un italiano del que se había traducido la obra al catalán»24. En realidad, el
apellido «Nola» bien podría ser una invención25. El mismo Dionisio Pérez acaba
por afirmar: «Más verosímil es que nos encontramos ante una superchería edi-
torial. Se imprimió en Barcelona un libro de cocina mediterránea, donde se
mezclan recetas de Aragón, de Cataluña, de Valencia, de Provenza y de Italia, y
se imprimió en catalán lógicamente y se atribuyó su paternidad al cocinero de
un rey, muerto, acaso ya […], y que, aún vivo, no había de preocuparse en hacer
rectificar al incógnito recopilador y editor del Libre del Coch»26.
21
«On sait qu’une des spécificités de la littérature culinaire de l’Occident médiéval est que les recueils
de recettes y sont présentés comme l’œuvre de cuisiniers professionnels. Sans chercher ici à savoir si
ce type d’attribution correspond à une réalité, contentons-nous de noter que la gamme des patrons
revendiqués par les cuisiniers-auteurs s’élargit progressivement: des rois (de France ou d’Angleterre) on
passe dans la première moitié du xve siècle aux princes territoriaux (comme le duc de Savoie) puis, après
1450, aux seigneurs plus modestes — tel le seigneur de Roubaix. Lorsque la maison à laquelle appartient
l’auteur est de taille suffisante, celui-ci est directement rattaché au prince, à sa bouche — à la notable
exception de Jean de Bockenheim, cuisinier du commun à la curie de Martin V: mais nous ne le savons
grâce aux pièces d’archives et le début du Registrum coquine le présente (de manière ambiguë) comme
cuisinier du pape», Laurioux et Ory, Séminaire Patrimoines européens de l’alimentation.
22
Cf. Laurioux, Le règne de Taillevent. Livres et pratiques culinaires à la fin du Moyen Âge, p. 209:
«Leimgruber (p. 15) suppose, à la suite de Wiswe, que le Libre del Coch dut être composé avant
1491, car il comporte des recettes de carême, pour lequel les souverains d’Espagne obtinrent à cette
date une dispense générale».
23
Pérez, introducción de su edición de 1929, p. 26.
24
Luján y Perucho, Historia de la Gastronomía Española.
25
Cf. Leimgruber, Mestre Robert, Libre del coch. Tractat de cuina medieval, p.14.
26
Pérez en la introducción de su edición, p. 26.
492 nathalie peyrebonne
Según los usos de la época, el libro de cocina tiene que haber sido escrito por
el cocinero de un personaje ilustre. Éste iba entonces a ser el caso de la obra
que estamos presentando. La edición española reproduce aquí lo que ya había
afirmado e impuesto la catalana. La diferencia es que, en la edición española,
se añade un apellido para el autor. Es de saber al respecto que las más veces, los
tratados medievales se atribuían a cocineros a los que sólo se designaba por un
nombre o un seudónimo y en algunos casos no se especificaba ningún nombre
para el autor del tratado27. Después de Nola, vendrá el nombre del autor en
todos los libros de cocina que serán publicados en España.
Con la edición de 1525, se impone pues la figura del autor en el libro de
cocina en España. Este autor puede ser ficticio o no, poco importa, el hecho es
que desde entonces el libro de cocina es sistemáticamente atribuido a alguien
identificado precisamente con nombre y apellido.
Antes del Renacimiento, ya sabemos que no era usual inscribir el nombre
del autor de una obra28. A partir de los siglos xv-xvi, al reivindicar identidad y
originalidad propia, los autores empiezan a firmar sus obras. El libro de cocina
se beneficia pues de la misma evolución, al mismo ritmo, digamos que las obras
llamadas de «literatura general».
27
«Si l’on observe les traités médiévaux, ils sont le plus souvent attribués à des queux désignés par un
prénom ou un pseudonyme, quand ils ne sont pas tous simplement anonymes : l’auteur du Sent soví
serait, dit son prologue, un bon cuisinier du roi d’Angleterre ; le cuisinier du patriarche d’Aquilée est
maître Martino, celui du roi de Naples, maître Robert ; Taillevent désigne l’auteur du Viandier ; quant au
rédacteur du Ménagier de Paris, c’est un bourgeois de Paris. Après Nola, les ouvrages qui paraîtront en
Espagne seront tous signés d’un nom, même si, comme c’est le cas pour Granado Maldonado, on n’en
retrouve aucune trace dans les archives», Allard, «Nola: rupture ou continuité ?», p. 150.
28
Cf. Pernoud, Poètes et romanciers du Moyen Âge, p. 19: «Or le poète, aux xie et xiie siècles,
est plus intimement rattaché à la société de son temps qu’en aucune autre époque ; il ignore
l’individualisme, tout comme l’artiste qui est son contemporain ; et c’est bien pourquoi il demeure
anonyme: parce qu’il est enraciné dans un groupe, et que ses poèmes ne font que traduire les sen-
timents de ce groupe».
29
«Dirigido al serenísimo rey don Hernando de Nápoles».
el paratexto de los libros de cocina 493
30
«Si la quisieres correjir, digo que mejor se castiga con risa que con palo, que si está endurecida,
el castigo pienso la hará peor».
31
«Las vestiduras ricas declaran la pobreza del seso…».
494 nathalie peyrebonne
32
Onfray, La raison gourmande, p. 182.
33
Fruta : masa preparada para freír.
el paratexto de los libros de cocina 495
34
«Les plus anciens à apparaître sont incontestablement les manuels d’écuyers-tranchants, dès
le xve siècle. La palme de l’ancienneté revient sans doute à l’Arte cisoria (titre apocryphe créé par
son premier éditeur au xviiie siècle, le titre d’origine étant Arte de cortar ou Arte de trinchar) écrit
en 1423 par un noble castillan, Enrique de Villena, qui a exercé les fonctions de cortador lors du
banquet de couronnement à Saragosse de Fernando de Antequera (1414) et qui adresse son traité à
Sancho de Jarava, cortador mayor de Juan II. Cette précocité — la date ne fait aucun doute, comme
l’a démontré son dernier éditeur (Brown, 1984) — est d’autant plus étonnante que, par ailleurs, la
Castille n’a produit aucun autre manuel professionnel durant le Moyen Âge, ni du reste aucun livre
de cuisine. La seconde grande originalité de l’Arte cisoria réside dans ses dessins: les différents types
de couteaux sont représentés avec une grande précision — au moins dans le meilleur manuscrit. Il
faudra attendre la fin du xvie siècle pour retrouver ce type d’illustrations techniques dans la littéra-
ture culinaire — avec les Opera de Bartolomeo Scappi.», Laurioux et Ory, Séminaire Patrimoines
européens de l’alimentation. A propósito de Enrique de Villena, cf. Gascón Vera, «La ceremonia
como ciencia: el Arte cisoria de Enrique de Villena».
496 nathalie peyrebonne
camente en la corte. Tal pudo ser, quizás, la ambición del Libro de guisados…:
llegar a formar parte de esa biblioteca ideal del español de alto o mediano rango,
porque el libro de cocina no sirve únicamente para la cocina, tanto en el siglo
xvi como hoy día.
«Dime lo que comes, te diré lo que eres»: la famosa fórmula enunciada por
Brillat-Savarin a principios del siglo xix35 bien podría haberse cristalizado en el
siglo xvi: la cocina dejó entonces de ser un arte destinado a algunos profesio-
nales, se difundió en una sociedad cada vez más urbana y en la que se estaban
reorganizando los saberes tradicionales, reorganización que permitió la difu-
sión de conocimientos que hasta entonces gozaban más bien muy poco o nada
del soporte libresco: los humanistas, entonces, publicaron libros de cocina, y
éstos se difundieron entre las categorías sociales altas o que empezaban a desem-
peñar un papel relevante en la escena social de la época. Y es que, como pudo
escribirlo Norbert Elias: «el problema del comportamiento en la sociedad se
había ido definiendo de manera tan precisa que incluso hombres de gran talento
y fama universal no consideraban indigno de su categoría ocuparse de ello»36:
comer, así como vestirse o dominar el arte de la conversación forman parte de
ese código de los modales, de las buenas maneras que se está afirmando e impo-
niendo para formar une nueva red de sociabilidades.
Por fin, según los humanistas, el comer influye considerablemente en el
espíritu humano. De ahí un interés marcado por los libros de cocina, interés que
se afirma ya en Italia a partir del siglo xv con una figura como la del humanista
Bartolomeo Sacchi, conocido por Platina (1421-1481), quien publica, al lado de
sus estudios históricos, en 1475 su famosa obra dedicada a la gastronomía: De
honesta voluptate et valetudine37.
El estudio del paratexto del único libro conocido de cocina español del
siglo xvi permite ilustrar de modo significativo esta evolución.
35
«Dis-moi ce que tu manges, je te dirai ce que tu es», Brillat-Savarin: Physiologie du goût
[1826], p. 19.
36
Elias, La civilisation des mœurs, p. 105: «… le problème du comportement dans la société
s’était précisé en ce temps à tel point que même des hommes de grand talent et de renommée
universelle ne méprisaient pas de s’en occuper».
37
La primera edición fechada es de 1475, pero existió otra, realizada probablemente a principios
de los años 1470.