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UN CURSO DE MILAGROS

(Resumen)

Lo opuesto al amor es el miedo.

Nada real puede ser amenazado.

Nada irreal existe.

CAPÍTULO 1. _

¿Qué es un milagro?

Es un servicio, una expresión natural de perdón. Es una especie de intercambio


entre quien temporalmente tiene más y quien temporalmente tiene menos. Y
curan, porque suplen una falta.

La oración es el vehículo de los milagros. Oración = Meditación; Milagros =


Sanación.

Por medio de la oración (meditación) se recibe amor, y por medio de los


milagros (sanación) se expresa amor.

Expiar significa deshacer; deshacer el miedo, borrar el error.

Los milagros (la sanación) son expresiones de amor, pero puede que no
siempre tengan efectos observables.

Un milagro (una sanación) nunca se pierde. Puede afectar a mucha gente que
ni siquiera conoces, y producir cambios inimaginables en situaciones de las
que ni siquiera eres consciente.

(La oración es pedir por algo o alguien, es lanzar una intención, es también
meditación, es decir, entrar en completa relajación y silencio interior para ser
un simple canal al servicio de la Consciencia. Y los efectos de tal oración no
tienen porqué ser los que esperas; pueden ser muy diferentes o no ser visibles
por ti en absoluto. Pero eso no importa; el dar siempre tiene un efecto. Y ese
efecto es lo que se llama sanación, que además se produce también en ti
mism@. Dar es recibir.
La expiación es deshacer el miedo, borrar el error; es todo lo que hacemos
para ello, para crecer, para despertar. Es el sacrificio del ego, la entrega a lo
verdadero, al Ser.)

Lección 1: “Nada de lo que veo en este lugar significa nada”

(Durante unos minutos, piensa que todo lo que observas a tu alrededor, en sí


mismo no tiene ningún significado. Medita en ello…, sin querer entenderlo con
tu mente; se completará con los siguientes ejercicios.)

El milagro es un gesto de amor entre iguales.

Tienes el poder de obrar milagros (de sanar). Las oportunidades se


presentarán, pero tú debes estar list@ y dispuest@. El obrarlos trae consigo
convicción en la capacidad.

“El cielo y la Tierra pasarán” significa que no continuarán existiendo como


estados separados.

El espíritu está eternamente en estado de gracia. Tu realidad es únicamente tu


espíritu. Por lo tanto, estás eternamente en estado de gracia.

La Expiación deshace todos los errores, y de esta forma extirpa las raíces del
temor.

Respondes a lo que percibes, y tal y como percibas, así te comportarás. La


Regla de Oro te pide que te comportes con los demás como tú quisieras que
ellos se comportasen contigo.

El hecho de que el milagro pueda tener efectos en hermanos de los que ni


siquiera eres consciente no debe preocuparte.

Lección 2: “Le he dado a todo lo que veo en este lugar todo el significado
que tiene para mí.”

(Ahora explica parcialmente el primer ejercicio; nada en sí mismo significa


nada, porque el significado de todo lo que nos rodea se lo hemos dado
nosotros mismos a través de nuestras experiencias, educación, etc… Todo lo
que percibimos pasa por nuestros filtros, según sea nuestra forma de pensar,
nuestros intereses, o a lo que estemos condicionados por nuestro entorno,
sociedad… Dedica unos minutos a meditar en esto.)
Tu mente puede estar poseída por ilusiones, pero el espíritu es eternamente
libre. La mente que sirve al espíritu es invulnerable.

La oscuridad es falta de luz, de la misma manera en que el pecado es falta de


amor. No tiene cualidades únicas propias. Es un ejemplo de la creencia en la
“escasez”, de la cual sólo pueden derivar errores. La verdad es siempre
abundante.

Los que perciben y reconocen que lo tienen todo, no tienen necesidades de


ninguna clase.

El vacío que engendra el miedo tiene que ser sustituido por el perdón.

Tú que quieres la paz, sólo la puedes encontrar perdonando completamente.

Nadie aprende a menos que quiera aprender y crea que de alguna manera lo
necesita.

El amor perfecto expulsa el miedo. Si hay miedo, es que no hay amor perfecto.
Mas, sólo el amor perfecto existe; luego si hay miedo, éste produce un estado
que no existe.

Lección 3: “No entiendo nada de lo que veo en este lugar.”

(Si todo lo que percibo no significa nada en sí mismo, sino que yo mismo le he
dado el significado que tiene para mí, llego a la conclusión de que en realidad
no entiendo lo que percibo… De nuevo, dedica unos minutos a esta idea.
Recuerda que en el Manual se recomienda dedicarle a cada ejercicio un día o
más.)

Tus percepciones distorsionadas producen una densa envoltura alrededor de


los impulsos milagrosos, dificultándoles el que lleguen a tu consciencia.

Mientras quede un solo “esclavo” caminando sobre la faz de la Tierra, tu


liberación no será total.

La revelación puede, de vez en cuando, revelarte cuál es el fin, pero para


alcanzarlo, los medios son necesarios.

Lección 4: “Estos pensamientos no significan nada. Son como las cosas


que veo en este lugar.”

(Empieza observando los pensamientos que crucen por tu mente durante un


par de minutos, y luego aplícales esta idea.)
CAPÍTULO 2. _

No hay grados de dificultad en los milagros. Su única finalidad es distinguir


entre la verdad por un lado y el error por otro.

En realidad, eres invulnerable a toda expresión de falta de amor.

La paz es un atributo que se encuentra en ti.

La enfermedad es una forma de búsqueda externa. La salud es paz interior.

La paz te permite mantenerte ecuánime ante cualquier falta de amor


procedente de afuera, y te capacita, mediante tu aceptación de los milagros,
para corregir las condiciones que resultan de la falta de amor en los demás.

(Ante cualquier “ataque” exterior, si mantienes tu equilibrio, tu paz interior, no


sólo no te llegará tal “ataque”, sino que tu vibración de conocimiento, de amor,
de serenidad, puede transformar y sanar al origen de ese “ataque”.)

Cuando tienes miedo de algo, estás admitiendo que ello tiene el poder de
hacerte daño.

Puedes y debes negar toda creencia de que el error puede hacerte daño. La
auténtica negación es un poderoso mecanismo protector.

Los medios están a tu disposición siempre que los pidas.

Lección 5: “Nunca estoy disgustado por la razón que creo.”

(Recuerda, no más de un ejercicio o lección al día, y dedícale unos minutos,


una o más veces a lo largo del día. Irás comprendiendo cada vez más…)

Tanto la separación como el miedo son creaciones falsas que tienen que
deshacerse a fin de que se pueda restaurar el templo y abrir el altar para que
reciba la Expiación. (La clave aquí es recordar que en realidad no hay
separación y que el miedo es ilusión.)

La Expiación es la única ofrenda digna de ser ofrecida en el altar de Dios,


debido al valor que el altar en sí tiene. (Es decir, deshacer el miedo, despertar,
alcanzar el verdadero conocimiento, esa es la única ofrenda real; lo demás es
un ritual simbólico. La ofrenda que se ofrece en el altar a Dios, ya es Dios
mismo: eso es lo que hay que llegar a ver…)

Hay que aprender a ver el mundo como un medio para poner fin a la
separación. (Aquí venimos a aprender, y todo puede ser utilizado para ser más
conscientes y llegar a alcanzar el verdadero conocimiento.)

Toda curación es esencialmente una liberación del miedo.


Un milagro tiene que ser expresado en un idioma (en una forma) que el que lo
va a recibir pueda entender sin miedo. Eso no significa que ése sea
necesariamente el más alto nivel de comunicación de que dicha persona es
capaz; significa, no obstante, que ése es el más alto nivel de comunicación de
que es capaz ahora.

Sólo la mente puede crear y la corrección sólo puede tener lugar en el nivel del
pensamiento. El espíritu ya es perfecto, y, por lo tanto, no requiere corrección.
El cuerpo no existe, excepto como un recurso de aprendizaje al servicio de la
mente. Este recurso de aprendizaje, de por sí, no comete errores porque no
puede crear. Es obvio, pues, que inducir a la mente a que renuncie a sus
creencias falsas es la única aplicación de la capacidad creativa que realmente
tiene sentido.

Los medicamentos físicos son una forma de “hechizo”, pero si tienes miedo de
usar la mente para curar, no debes intentar hacerlo. El hecho mismo de que
tengas miedo hace que tu mente sea vulnerable a crear falsamente. Es
probable por lo tanto, que no entiendas correctamente cualquier curación que
pudiera producirse, y puesto que el egocentrismo va normalmente acompañado
de miedo, tal vez no puedas aceptar la verdadera Fuente de la curación.
Mientras tu sensación de vulnerabilidad persista, no debes intentar obrar
milagros.

Los milagros son expresiones de una orientación milagrosa, y una orientación


milagrosa no es otra cosa que una mentalidad recta. Los que poseen una
mentalidad recta no exaltan ni menosprecian la mente del que obra milagros ni
la del que los recibe. En cuanto que medio de corrección, sin embargo, el
milagro no tiene que esperar a que el que los ha de recibir goce de una
mentalidad recta. De hecho, su propósito es restituirle su mente recta. Es
esencial, no obstante, que el obrador de milagros esté en su mente recta,
aunque sea brevemente, o de lo contrario, será incapaz de re-establecer la
mentalidad recta en otros.

Los que tienen necesidad de curación son simplemente aquellos que aún no se
han dado cuenta de que la mentalidad recta es en sí la curación.

La única responsabilidad del obrador de milagros es aceptar la Expiación para


sí mismo.

Sólo la mente es capaz de iluminación. El espíritu ya está iluminado, y el


cuerpo, de por sí, es demasiado denso. La mente, sin embargo, puede hacer
llegar su iluminación hasta el cuerpo. Es muy fácil poner al cuerpo en armonía
con la mente una vez que ésta ha aprendido a mirar más allá de él hacia la luz.

El aprendizaje que verdaderamente corrige comienza siempre con el despertar


del espíritu y con el rechazo de la fe en la visión física.
La incomodidad se manifiesta únicamente para traer a la consciencia la
necesidad de corrección.

Mientras creas en lo que tu visión física te muestra, tus intentos de corregir


procederán de un falso asesoramiento.

La curación se basa en la caridad, y la caridad es una forma de percibir la


perfección en otro aun cuando no puedas percibirla en ti mismo. La caridad es
esencial para la mentalidad recta aun en la pequeña medida en que ahora
puedas alcanzarla. La caridad, en realidad, no es más que un pálido reflejo de
un amor mucho más poderoso y todo-abarcador, el cual está mucho más allá
de cualquier forma de caridad que te hayas podido imaginar hasta ahora.

La caridad es una manera de ver a otro como si ya hubiese llegado mucho más
allá de lo que en realidad ha logrado en el tiempo hasta ahora.

Cuando le ofreces un milagro a otro estás acortando su sufrimiento y el tuyo.


Esto corrige tanto retroactivamente como progresivamente.

Lección 6: “Estoy disgustado porque veo algo que no está ahí.”

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