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1. Psicofármacos: Litio, Diacepam y cols.

De 21 a 33% de las embarazadas consumen algún psicofármaco. Aunque muchos de ellos


atraviesan la barrera placentaria, sus estudios científicos hasta la fecha no han sido concluyentes
en relación al desarrollo de malformaciones congénitas, sólo se sabe que el riesgo teratogénico
se aumenta con:

 Valproato/Carbamazepina, que aumentan el riesgo de espina bífida, dismorfología facial,


autismo, comunicación interauricular, paladar hendido, hipospadias, polidactilia,
craneosinostosis y defectos en el tracto urinario.
 Litio, que se relaciona con coartación aórtica, atresia mitral, y de manera muy particular
con la anomalía de Ebstein (afectación de válvula tricúspide y ventrículo derecho). En esta
última, después de la exposición en el primer trimestre, el riesgo aumenta 20 veces más
que en la población normal.
 Haloperidol/Olanzapina/Risperidona, estos ejercen su mayor toxicidad en el producto
durante el tercer trimestre y en etapa neonatal cursando con: sedación, hipotonía muscular,
dificultad respiratoria, hipotensión, entre otras.
 Benzodiazepinas; aunque no está muy clara su participación, se han relacionado con fisura
oral, estenosis pilórica, así como con riesgo elevado de parto prematuro y bajo peso al
nacer.

2. Antibióticos (pero no todos)


Los antibióticos que debes evitar recetar durante el embarazo son:

 Claritromicina, pues se ha relacionado con mayor riesgo de aborto involuntario.


 Doxiciclina/tetraciclina, por su relación con trabajo de parto prematuro.
 Fluoroquinolonas, debido a la relación que tiene con artropatía fetal.
 Trimetroprim, que aunque es común que sea indicado para tratar infecciones del tracto
urinario, se ha relacionado con una mayor incidencia en defectos del tubo neural (medítalo
dos veces).

Como alternativa para tratar procesos infecciosos, procura indicar fármacos de la familia de las
penicilinas, cefalosporinas, azitromicina o gentamicina, los cuales se ha registrado que tienen un
riesgo teratogénico mínimo.

3. IECA’s o ARA II
En el embarazo es importante estar al pendiente de la tensión arterial, pero JAMÁS
utilices IECA ó ARA II, existen riesgos fetales significativos asociados con su uso en todas las
etapas del embarazo. Durante el primer trimestre se relacionan con anomalías tales como defectos
en la aurícula y/o defecto septal ventricular, ductus arterioso permeable, espina bífida, microcefalia
y coloboma.

Y por si fuera poco, durante el segundo/tercer trimestre los problemas más comunes están
relacionados con deterioro de la función renal del producto; lo que resulta en oligohidramnios, así
como anuria e insuficiencia renal después del parto. El oligohidramnios aumenta el riesgo de
compresión del cordón umbilical y muerte fetal; también conduce a hipoplasia pulmonar y al
desarrollo de contracturas de extremidades y deformaciones esqueléticas.
En cambio, existen fármacos antihipertensivos que tienen un buen perfil de seguridad para su uso
en mujeres embarazadas, estos incluyen: metildopa, antagonistas del calcio, hidralazina y
labetalol.

4. AINES
En el embarazo son comunes las molestias que pueden ser tratadas fácilmente con AINE’s, sin
embargo recuerda evitar:

 Durante el primer trimestre: Ibuprofeno, pues su ingesta se relaciona con defectos


cardíacos estructurales detectados durante los primeros 18 meses de vida.
 Durante el tercer trimestre: Ácido acetilsalicílico, Naproxeno, Diclofenaco, Piroxicam,
Indometacina o Ibuprofeno pues se ha demostrado que provocan cierre prematuro del
conducto arterioso. Además, se asocian con aborto espontáneo y, aunque esta relación es
débil, se recomienda evitarlos.

5. Metamizol
Aunque atraviesa la barrera placentaria, no se ha demostrado su efecto teratogénico; sin embargo,
es recomendado no consumirlo durante el primer trimestre. Hacia el tercer trimestre no se
recomienda su administración por las mismas razones que cualquier otro AINE.

6. Warfarina
La exposición temprana durante el embarazo puede causar hipoplasia nasal, epífisis punteada y
restricción del crecimiento intrauterino; también pueden producirse malformaciones del sistema
nervioso central si se consume al final del embarazo, debido a la hemorragia.

7. La infame talidomida
El villano favorito sin lugar a dudas, a este fármaco se le ha achacado el aumento en la incidencia
de sordera, anotia, defectos de reducción pre-axiales de extremidades, focomelia, defectos
septales ventriculares y atresias gastrointestinales. Y todo por no llevar medidas de bioseguridad
antes de aprobarlo durante el siglo pasado (bendita sea la Medicina Basada en Evidencias).

8. Andrógenos
Están contraindicados durante el embarazo debido a que son responsables de producir datos de
virilización en el feto femenino. Durante el primer trimestre producen fusión de los pliegues
labioescrotales con una inadecuada formación de uretra y vagina; su consumo posterior al primer
trimestre produce clitoromegalia.

9. Micofenolato de mofetilo
La exposición durante el primer trimestre se ha visto asociada a abortos espontáneos,
anormalidades del oído, extremidades distales, corazón, esófago, riñón y labio/paladar hendido.
Si quieres que la familia y el pediatra sean felices y tengan un neonato adecuadamente formado,
¡evítalo a toda costa!

Para finalizar, un dato interesante nivel #RetoalNerdo: la Food and Drug Administration (FDA)
anunció que quitará las categorías de embarazo (A, B, C, D y X), que se han utilizado desde hace
40 años para evaluar el potencial de un medicamento para dañar al feto, debido a que a menudo
son confusas, lo que podría dar lugar a la toma de decisiones clínicas mal informadas. A partir del
30 de junio de 2015, se debe agregar en el etiquetado de los medicamentos un resumen de los
riesgos potenciales, tales como anomalías estructurales, alteraciones funcionales, mortalidad
embrión/feto o alteraciones del crecimiento potencialmente causadas por su consumo.

Recuerda lo que dicen: ten a tus amigos cerca, y a tus enemigos aún más cerca. Estos
medicamentos, en estas pacientes, pueden ser tus grandes enemigos, pero si te familiarizas con
ellos podrás evitar cualquier error. Por lo que el conocimiento de los fármacos prohibidos durante
el embarazo será la clave para prescribir con seguridad y, si es el caso, restringir con autoridad.

Referencias Bibliográficas
Bonnie L Bermas, MD (2014). Use of antiinflammatory and immunosuppressive drugs in rheumatic
diseases during pregnancy and lactation. En: UpToDate, Post TW (Ed), UpToDate, Waltham, MA.
(Accessed on March 17, 2015.)

FDA Scraps Pregnancy Labeling Classification System in Favor of New Standard.


http://www.raps.org/Regulatory-Focus/News/2014/12/03/20893/FDA-Scraps-Pregnancy-
Labeling-Classification-System-in-Favor-of-New-Standard/ (Accesed on March 18, 2015)

Lucia Larson, MD, Raymond Powrie, MD (2014). Treatment of respiratory infections in pregnant
women. En: UpToDate, Post TW (Ed), UpToDate, Waltham, MA. (Accessed on March 17, 2015.)

Phyllis August, MD, MPH (2013). Angiotensin converting enzyme inhibitors and receptor blockers
in pregnancy. En: UpToDate, Post TW (Ed), UpToDate, Waltham, MA. (Accessed on March 17,
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Victoria Hendrick, MD (2015). Teratogenic and postnatal risks of antipsychotics, benzodiazepines,


lithium, and electroconvulsive therapy. En: UpToDate, Post TW (Ed), UpToDate, Waltham, MA.
(Accessed on March 17, 2015.)

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