Está en la página 1de 19

Algunas anotaciones al Control de Identidad Policial en el Perú1

Carlos Abel Villarroel Quinde2

1. Introducción

El poder de intervenir ciudadanos, identificarlos y registrar sus posesiones es una


capacidad extendida de las organizaciones policiales en todo el mundo. Todos los
días, la gente es intervenida por la policía en diversos ambientes (en la vía pública,
centros comerciales, etc.). Asimismo, todas estas actuaciones, como mínimo, suponen
un interrogatorio verbal, mientras que otras pueden implicar inclusive un registro
corporal de la persona o del vehículo en el que es intervenido (BRADFORD y
LOADER, 2017, pp. 4-5).

En el Perú, de acuerdo al Anuario Estadístico de la Policía Nacional, durante el año


2017 se realizaron 474,645 operativos policiales. 3 En el desarrollo de estos operativos
fueron intervenidas 12’485,854 personas, de las cuales 171,583 fueron detenidas, lo
que representa el (1.374%), respecto del total de intervenidos. 4 Se podría inferir
entonces, al menos de manera preliminar, que el número de personas que si bien
fueron intervenidas pero no fueron detenidas son aquellas a las cuales se les pudo
practicar un control de identidad policial, actuación que permite a los efectivos
policiales retener a una persona para pedirle que se identifique y, en ciertos casos,
trasladarla a la comisaría en caso no se logre la identificación en un primer momento.
Sin duda, es una cantidad considerable, sobre la que, lamentablemente, no tenemos
mayor información (si la persona pudo ser identificada en el lugar donde fue requerida
o tuvo que ser trasladada a una comisaría, o si las acciones destinadas a verificar la
identidad de la persona duraron más de 4 horas, etc.).

Esta actuación, como analizaremos en el presente trabajo, repercute sobre diversos


derechos fundamentales de la persona, lo que ha merecido gran cantidad de estudios
críticos a nivel comparado. Por contraste, llama la atención la poca resonancia que ha
tenido esta institución dentro de nuestro país. Este es, pues, el objetivo de las
presentes líneas: sentar una base mínima para generar debate en nuestro país, que
permita una mayor discusión en la academia. Y es que consideramos que el control de
identidad, tal como está regulado, constituye una figura tan polémica que, en nuestra
opinión y a modo de adelanto, requiere de modificaciones normativas urgentes.

Para tal efecto, el presente trabajo se desarrollará de la siguiente manera: en primer


lugar, se abordarán conceptos preliminares para luego de ello pasar a definir lo que se
entiende por control de identidad policial de acuerdo a nuestra legislación.
Posteriormente, se analizarán algunas objeciones que hemos identificado sobre dicha
potestad, lo que constituye la parte central de este trabajo. Finalmente, se expondrán
las conclusiones respectivas.

2. Algunas cuestiones previas

2.1. El derecho fundamental a la libertad personal: definición y necesaria


limitación mediante norma con rango de ley
1
A Karla, por todo el amor, la paciencia y la comprensión.
2
Abogado y Magíster en Derecho Penal por la PUCP. Asesor jurisdiccional del Tribunal Constitucional. Agradezco las
observaciones y comentarios del asesor jurisdiccional Camilo Suárez López de Castilla a una versión preliminar de este trabajo. Sin
embargo, las afirmaciones y errores que puede presentar el mismo son de mi exclusiva responsabilidad.
3
Los Operativos Policiales son acciones planificadas que realiza la Policía Nacional a través de las Comisarías y las Unidades
Especializadas con la finalidad de prevenir y combatir la delincuencia común y organizada, priorizando el respeto de los derechos de
la persona, la estabilidad del estado y sus instituciones. Ver en: POLICÍA NACIONAL DE PERU. Anuario Estadístico 2017. p. 195.
4
POLICÍA NACIONAL DE PERU. Anuario Estadístico 2017. p. 195.
El inciso 1 del artículo 7 de la Convención Americana de Derechos Humanos afirma
que toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales. Similar
redacción presenta el artículo 9 inciso 1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos, a través de su jurisprudencia, ha


entendido que el derecho a la libertad personal alude a la libertad física y cubre los
comportamientos corporales que presuponen la presencia física del titular del derecho
y que se expresan normalmente en el movimiento físico5. En la misma línea, el Comité
de Derechos Humanos de Naciones Unidas ha manifestado que el derecho a la
libertad personal se refiere básicamente a la ausencia de confinamiento físico y no a
una libertad general de acción.6 Señala además que la privación de libertad implica
una restricción de movimientos más estricta en un espacio más limitado que la mera
interferencia con la libertad de circulación.7

Mientras que, a nivel interno, el Tribunal Constitucional del Perú ha manifestado que la
libertad personal, en cuanto derecho subjetivo, garantiza que no se afecte
indebidamente la libertad física de las personas, esto es, su libertad locomotora, "ya
sea mediante detenciones, internamientos o condenas arbitrarias".8

Queda claro entonces que el derecho fundamental a la libertad personal tutela la


libertad física o ambulatoria, que garantiza a su titular que pueda desplazarse
libremente, sin otras limitaciones que las impuestas por el medio en que se pretende
actuar y las establecidas por las normas constitucionales para preservar otros
derechos o valores igualmente relevantes (EGUIGUREN, 2002, p. 28).

De otro lado, los incisos 2 al 7 del artículo 7 de la Convención Americana de Derechos


Humanos consagran derechos y garantías específicas derivadas del derecho a la
libertad personal. Concretamente, el inciso 2 establece que "nadie puede ser privado
de su libertad física, salvo por las causas y en las condiciones fijadas de antemano por
las Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las leyes dictadas conforme a
ellas". Igualmente, el artículo 9 inciso 1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos garantiza que: i) nadie sea sometido a detención o prisión arbitrarias; y ii)
nadie sea privado de su libertad, salvo por las causas fijadas por ley y con arreglo al
procedimiento establecido en ésta.

Mientras que el artículo 2, inciso 24, literal b), de la Constitución Política del Perú
declara que "no se permite forma alguna de restricción de la libertad personal, salvo
en los casos previstos por la ley". Para el Tribunal Constitucional la libertad personal,
si bien es un derecho fundamental y un valor superior del ordenamiento jurídico, su
ejercicio no es absoluto e ilimitado dado que puede ser restringido mediante ley.9

5
Corte IDH. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez. Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Párrafo 53
6
COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS DE NACIONES UNIDAS. Observación General N° 35. Artículo 9 (Libertad y seguridad
personales), 2014. Fundamento 3.
7
Algunos ejemplos de privación de libertad, a decir de dicho Comité, serían la detención en dependencias de la policía, el "arraigo",
la reclusión preventiva, la prisión tras una condena, el arresto domiciliario, la detención administrativa, la hospitalización
involuntaria, el internamiento de niños en instituciones y el confinamiento en una zona restringida de un aeropuerto, así como el
traslado contra la propia voluntad. También se cuentan ciertas restricciones adicionales impuestas a personas ya recluidas, como la
reclusión en régimen de aislamiento o la utilización de dispositivos de reducción de la movilidad. Ver en: COMITÉ DE
DERECHOS HUMANOS DE NACIONES UNIDAS. Observación General N° 35. Artículo 9 (Libertad y seguridad personales),
2014. Fundamento 5.
8
STC. Expediente 02715-2013-PHC/TC (fundamento 4).
9
STC. Expediente 2516-2005-PHC/TC, fundamento 5).
A partir de lo expuesto, se advierte entonces que la limitación del derecho a la libertad
personal puede llevarse a cabo mediante una norma con rango de ley, la que deberá
además consagrar las causas, casos o circunstancias expresamente tipificadas para
su procedencia (aspecto material), así como los procedimientos objetivamente
definidos para ello (aspecto formal).10

De allí se infiere también que el legislador, al momento de limitar el derecho a la


libertad personal debe tomar en cuenta que el ejercicio de la misma es siempre la
regla, y su restricción, la excepción. 11 Igualmente, en la fase de aplicación de la norma,
los operadores jurídicos están obligados a interpretar restrictivamente cualquier
excepción a la regla general de libertad (FERNÁNDEZ, 2000, p. 56).

2.2. Actos de privación de la libertad personal y actos de restricción de la


libertad personal

Otro aspecto que debemos definir previamente son los tipos de intervención que se
pueden presentar respecto del derecho a la libertad personal:

 Los actos de privación de la libertad personal: aluden a toda aquella


situación fáctica en la que el derecho a la libertad personal se ve limitado de
manera intensa o grave, impidiendo que la persona pueda autodeterminarse de
manera lícita (NOGUEIRA, 1999, p. 297).

Casos de privación de libertad son la detención preliminar, ya sea policial por


flagrancia delictiva o judicial, la prisión preventiva dictada durante la tramitación
de un proceso judicial, y la condena impuesta mediante sentencia al finalizar el
mismo. Pero debemos recordar, tal como lo indicó el Comité de Derechos
Humanos de Naciones Unidas, que también existen otros supuestos de
privación de la libertad no vinculados o relacionados con hechos de carácter
criminal, como ocurre con la hospitalización involuntaria o impedimentos de
salida de centros de salud, así como con el internamiento de niños en
instituciones de protección, en aquellos casos en los que se determina una
situación de abandono.

 Los actos de restricción de la libertad personal: la restricción de la libertad


personal es un concepto genérico que admite diversas modalidades que
obstaculizan la autodeterminación de la conducta libre y lícita de las personas
en forma breve (NOGUEIRA, 1999, p.303). En ese sentido, no sería un acto de
restricción de la libertad las limitaciones que conlleven una duración excesiva o
el traslado forzoso a un lugar distinto de donde se produce la afectación del
derecho (EGUIGUREN, 2002, p. 29).

Evidentemente, esta clasificación propuesta es meramente indicativa, por cuanto en la


realidad no siempre se presentan casos nítidos que permitan distinguir supuestos de
privación de libertad de supuestos de restricción de la misma. Ello dependerá más
bien de la situación específica, teniendo en consideración la naturaleza de la medida,
su duración, sus efectos y cómo dicha medida se concreta (NOGUEIRA, 1999, p. 297).
Asimismo, es posible también que un acto calificado inicialmente como restrictivo de la
libertad personal se desnaturalice y se convierta posteriormente en un auténtico acto
de privación de la libertad (EGUIGUREN, 2002, pp. 30-31).

10
Corte IDH. Caso Gangaram Panday Vs. Surinam. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de enero de 1994. Párrafo 47.
11
Corte IDH. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez. Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Párrafo 53
Luego de desarrollar estas definiciones preliminares, a continuación procederemos a
analizar el tema principal de este trabajo: el control de identidad policial en el Perú.

3. El control de identidad policial en el Perú

3.1. Regulación normativa y definición

El artículo 205 del vigente Código Procesal Penal de 200412 señala lo siguiente:

1. La Policía, en el marco de sus funciones, sin necesidad de orden del Fiscal o del Juez, podrá
requerir la identificación de cualquier persona y realizar las comprobaciones pertinentes en la
vía pública o en el lugar donde se hubiere hecho el requerimiento, cuando considere que
resulta necesario para prevenir un delito u obtener información útil para la averiguación de un
hecho punible. El intervenido tiene derecho a exigir al Policía le proporcione su identidad y la
dependencia a la que está asignado.
2. La identificación se realizará en el lugar en que la persona se encontrare, por medio del
correspondiente documento de identidad. Se deberá proporcionar al intervenido las facilidades
necesarias para encontrarlo y exhibirlo. Si en ese acto se constata que su documentación está
en orden, se le devolverá el documento y autorizará su alejamiento del lugar.
3. Si existiere fundado motivo que el intervenido pueda estar vinculado a la comisión de un
hecho delictuoso, la Policía podrá registrarle sus vestimentas; equipaje o vehículo. De esta
diligencia específica, en caso resulte positiva, se levantará un acta, indicándose lo encontrado,
dando cuenta inmediatamente al Ministerio Público.
4. En caso no sea posible la exhibición del documento de identidad, según la gravedad del
hecho investigado o del ámbito de la operación policial practicada, se conducirá al intervenido a
la Dependencia Policial más cercana para exclusivos fines de identificación. Se podrá tomar las
huellas digitales del intervenido y constatar si registra alguna requisitoria. Este procedimiento,
contado desde el momento de la intervención policial, no puede exceder de cuatro horas, luego
de las cuales se le permitirá retirarse. En estos casos, el intervenido no podrá ser ingresado a
celdas o calabozos ni mantenido en contacto con personas detenidas, y tendrá derecho a
comunicarse con un familiar o con la persona que indique. La Policía deberá llevar, para estos
casos, un Libro-Registro en el que se harán constar las diligencias de identificación realizadas
en las personas, así como los motivos y duración de las mismas.
5. Siempre que sea necesario para las finalidades del juicio o para las finalidades del servicio
de identificación, se pueden tomar fotografías del imputado, sin perjuicio de sus huellas
digitales, incluso contra su voluntad -en cuyo caso se requiere la expresa orden del Ministerio
Público-, y efectuar en él mediciones y medidas semejantes. De este hecho se levantará un
acta.

Esta potestad ha sido denominada en nuestra norma procesal penal como “control de
identidad policial” y básicamente se refiere a aquellas actuaciones que realiza la
Policía para verificar la identidad de una persona. El fundamento constitucional de
dicho control lo constituye el artículo 166 de la Constitución, 13 toda vez que autoriza a
la Policía a adoptar acciones de prevención frente de la delincuencia. Sin embargo,
estos actos se basarían en juicios de probabilidad y sospecha por cuanto se adoptan
para prevenir justamente la comisión de un delito. Ello, a decir de ZÚÑIGA
RODRÍGUEZ, se vincula más a un Derecho Penal de Autor que a un Derecho Penal
democrático erigido sobre el principio de Lesividad (p. 6).

Respecto a su naturaleza, el control de identidad policial, como hemos advertido, está


recogido en el citado artículo 205 del Código Procesal Penal, que se ubica dentro del
Capítulo I del Título III (referido a la "búsqueda de pruebas y restricción de derechos"),
de la Sección II ("La Prueba") del Libro Segundo ("La Actividad Procesal") del Código
Procesal Penal de 2004. A partir de su ubicación sistemática, podemos afirmar que
dicha actuación tendría la calidad de una diligencia.

12
Decreto Legislativo 957.
13
Artículo 166.- La Policía Nacional tiene por finalidad fundamental garantizar, mantener y restablecer el orden interno. Presta
protección y ayuda a las personas y a la comunidad. Garantiza el cumplimiento de las leyes y la seguridad del patrimonio público y
del privado. Previene, investiga y combate la delincuencia. Vigila y controla las fronteras.
Y de manera paralela, el control de identidad policial también se encuentra previsto en
la Ley de la Policía Nacional del Perú, aprobada por Decreto Legislativo 1267. En
efecto, los incisos 2 y 3 del artículo 3 de la citada norma señalan que los efectivos
policiales tendrán la "atribución" de “(...) requerir la identificación de cualquier persona,
a fin de realizar la comprobación correspondiente, con fines de prevención del delito o
para obtener información útil en la averiguación de un hecho punible”; e inclusive, “(...)
de ser necesario, las personas y vehículos automotores podrán ser conducidos a la
unidad policial para su plena identificación”.

Entonces, debe quedar claro que el control de identidad policial no constituye


únicamente una diligencia que forma parte del elenco de mecanismos previstos en el
Código Procesal Penal, sino que va más allá para configurar una atribución de la
Policía Nacional del Perú, que se sustenta en la función de prevención del delito
prevista en la Constitución para dicha entidad. Cabe precisar además que, de acuerdo
a las normas con rango de ley citadas, el control de identidad policial puede operar
básicamente ante dos supuestos: a) la prevención de un delito y, b) la obtención de
información útil para la averiguación de un hecho punible.

A continuación, abordaremos las principales observaciones que, a nuestra


consideración, presenta el control de identidad policial en el Perú.

3.2. Observaciones al control de identidad policial en el Perú

3.2.1. ¿Constituye un acto de privación o de restricción de la libertad?

No cabe duda que el control de identidad policial, en la medida que está previsto en
normas con rango de ley (Código Procesal Penal y Ley de la Policía Nacional del
Perú), válidamente puede limitar el derecho a la libertad personal, de conformidad con
lo señalado en la Constitución y en instrumentos internacionales. Lo que analizaremos
a continuación es qué tipo de limitación de la libertad configura: si es un acto
restrictivo o privativo de la libertad.

De manera preliminar se puede afirmar que el control de identidad policial constituye


un acto de restricción de la libertad. Ello, debido a que se realiza en el lugar donde se
hace el requerimiento de identidad a la persona (que puede ser inclusive en la vía
pública) por un lapso breve, que es el tiempo que demora el intervenido en poder
ubicar su documento e identificarse con la autoridad policial, en el ejercicio de sus
labores preventivas (EGUIGUREN, 2002, p. 30; NOGUEIRA, 1999, p. 298).

No obstante, debemos recordar que, conforme lo establece expresamente el artículo


205 del CPP, en caso no sea posible la exhibición del documento de identidad, según
la gravedad del hecho investigado o del ámbito de la operación policial practicada, se
conducirá al intervenido a la dependencia policial más cercana para exclusivos fines
de identificación. Por ende, este desplazamiento a la dependencia policial no supone
únicamente una restricción a la libertad personal, dado que la intervención y la
intensidad de la afectación en dicho derecho es notoriamente mayor. Y es que ya no
solo se interrumpe el tránsito de la persona, sino que se la traslada, aun en contra de
su voluntad, a una comisaría.

De dicha opinión es el Tribunal Constitucional español. En efecto, en la STC 341/1993,


durante el análisis de constitucionalidad del artículo 20.2 de la Ley Orgánica 1/1992
sobre Protección de la Seguridad Ciudadana,14 señaló lo siguiente:

14
Dicha norma actualmente ya no se encuentra vigente. Ahora es la Ley Orgánica 4/2015 del 30 de marzo, de Protección de la
Seguridad Ciudadana, la que recoge el control de identidad policial en su artículo 16.
4. (…) La medida de identificación en dependencias policiales prevista en el art. 20.2 de la
L.O.P.S.C. supone por las circunstancias de tiempo y lugar (desplazamiento del requerido hasta
dependencias policiales próximas en las que habrá de permanecer por el tiempo imprescindible),
una situación que va más allá de una mera inmovilización de la persona, instrumental de
prevención o de indagación, y por ello ha de ser considerada como una modalidad de privación de
libertad (...).

Asimismo, el Tribunal Constitucional español determinó que la calificación de acto


privativo de la libertad al control de identidad policial conlleva que ciertas garantías
reconocidas en la Constitución española, vinculadas con el supuesto típico de
privación de la libertad, puedan ser extensibles al referido control de identidad, como
es la exigencia de un "tiempo imprescindible" para la identificación en sede policial, 15 o
la información al requerido de las razones para su conducción a la dependencia
policial.16 Por el contrario, para dicho organismo constitucional, las garantías referidas
a no declarar y a contar con un abogado defensor no son extensibles al control de
identidad policial por la propia naturaleza del mismo.17

Recientemente, MARTÍN RÍOS (2018, pp. 93-94) ha propuesto una clasificación


alternativa. Así, en su entendimiento, la restricción de la libertad (o también
denominada retención) puede subdividirse en dos tipos:

 Retención "simple": referida a la inmovilización momentánea de la persona,


de carácter instrumental de prevención o de indagación, que únicamente
durará el tiempo imprescindible -que se presume breve- para proceder al
registro de la persona, a su identificación o a la práctica de un test de
alcoholemia o de estupefacientes. Por ende, supone una restricción mínima de
la libertad ambulatoria.

 Retención "con traslado": cuando la verificación de la identificación del


intervenido exige un traslado a la una dependencia policial en las que se
disponga de los medios adecuados para ello. Además, este traslado será
siempre subsidiario, cuando se hayan agotado todos los medios para lograr
una identificación in situ.

En nuestra opinión consideramos que, en efecto, se debe distinguir el control de


identidad policial realizado en el lugar donde se encuentre el requerido, de aquel
control que exige el traslado del intervenido a la dependencia policial. Ello, por cuanto
la privación de la libertad en ambos casos es distinta y diferenciada, a saber:

 En el primer supuesto, la afectación a la libertad personal es mínima por cuanto


el control policial se realiza en el lugar donde se encuentra el afectado. Se
evidencia entonces que existe una interrupción en el ejercicio de la libertad
personal, cuya duración está directamente supeditada a que el intervenido
logre identificarse ante la autoridad. Por ende, en este supuesto no hay duda
que nos encontramos ante un supuesto de restricción de la libertad. En todo
caso, si la persona intervenida es detenida por existir alguna requisitoria en su
contra, la privación de libertad se realizaría en virtud a un acto distinto al control
de identidad policial.

 En el segundo supuesto, por el contrario, la afectación a la libertad personal es


sustancialmente mayor, dado que el intervenido, con o sin su anuencia, es
trasladado a una dependencia policial exclusivamente para su identificación, en

15
STC 341/1993, fundamento 6A.
16
STC 341/1993, fundamento 6B.
17
STC 341/1993, fundamento 6C.
cuyo caso estará por un máximo de 4 horas luego de lo cual deberá ser
liberado.

Al respecto, en este último caso, el hecho que realice el desplazamiento del


intervenido, aun sin contar con su voluntad, y por un tiempo máximo, evidentemente
supone la configuración de un auténtico acto de privación de libertad. Preferimos esta
denominación y no la de retención o restricción con traslado, porque esta última
desconoce la gravedad de la medida y la intensidad con que se restringe a la libertad
personal.

3.2.2. ¿En estos casos solo se ve involucrado el derecho a la libertad personal o


pueden concurrir otros derechos fundamentales?

Del apartado anterior queda claro que el derecho fundamental afectado en un control
de identidad policial, por excelencia, es la libertad personal. Sin embargo, existen otros
derechos fundamentales involucrados durante la realización de este control y que no
son debidamente visibilizados.

Para tal efecto, en lo que sea oportuno, recurriré a información y documentación


referida a otros países sobre el control de identidad, que guarden semejanzas con
nuestra legislación.

a. El derecho a la igualdad y a la no discriminación

El control de identidad, más allá de la libertad personal, también puede intervenir sobre
el derecho fundamental a la igualdad y no discriminación, reconocido en el artículo 2.2
de la Constitución.18 Ello, por cuanto, la práctica del control de identidad policial
repercute especialmente en determinados grupos étnicos en la sociedad, toda vez que
sobre ellos es que se realiza el control de identidad de manera más acentuada.

Tal como lo afirma IRARRÁZABAL respecto de la realidad chilena:

(…) hay ciertos antecedentes para sostener que la mayoría de las personas controladas en Chile,
de los casi dos millones de controles de identidad al año, han atraído la atención de la policía no
por haber cometido algún crimen sino que por su pertenencia a grupos desaventajados o
discriminados y por su disponibilidad en el espacio público. De esta forma, las condiciones
estructurales de desigualdad y segregación en Chile son factores habilitantes para un ejercicio
discriminatorio de las funciones policiales. En este contexto, el igual respeto y consideración que
toda persona merece resulta amenazado (2015, p. 259).

Igualmente, en otros países el control de identidad por las fuerzas policiales se


identifica con la potestad denominada "Stop and Search" (SAS). Una evaluación sobre
la utilización de dicha potestad en dichos países evidencia que ciertos grupos de la
sociedad se ven más afectados en el ejercicio de este poder policial, que responderían
a una situación de discriminación.

Por ejemplo, en el Reino Unido reportes oficiales e investigaciones indican que la


policía se dedica de una forma desproporcionada a la vigilancia y control de hombres
jóvenes pertenecientes a grupos minoritarios. Así, las minorías étnicas son
irrazonablemente sometidas a SAS en comparación con la “población general” o la
“población residente” en una determinada zona. Las Estadísticas sobre Raza y
Sistema Penal publicada en conformidad a la Ley de Justicia Criminal muestran como
en 2011/12 la probabilidad de ser sometida a SAS de una persona que se identificara
a sí misma como perteneciente a la comunidad negra era seis veces más que una
18
Artículo 2. Toda persona tiene derecho (…) 2. A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza,
sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole.
persona de raza blanca. Por su parte, la probabilidad de que una persona
perteneciente a grupos asiáticos o mixtos fuera sometida a control era dos veces
mayor que una persona blanca (IRARRÁZABAL, 2015, p. 249).

Esta situación, presentada en diversos países, generó que el Relator Especial de


Naciones Unidas sobre las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial,
xenofobia y formas conexas de intolerancia, Mutuma Ruteere, en su informe del 20 de
abril de 2015, cuestionara la utilización de perfiles raciales y étnicos en la labor de los
organismos encargados de hacer cumplir la ley, como la Policía.19

Lamentablemente, no se puede determinar en nuestro país cuáles son los grupos


vulnerables ante el ejercicio del control de identidad, como lo que ocurre en Chile o en
otros países, debido a que no existe información exacta sobre la cantidad de controles
policiales que realiza la Policía Nacional del Perú, ni la población afectada con los
mismos. Constituye pues, una tarea pendiente el hacer cumplir lo dispuesto en el
artículo 205 inciso 4 del Código Procesal Penal, que establece la obligación de la
Policía de llevar, para estos casos, un Libro-Registro en el que se harán constar las
diligencias de identificación realizadas en el control de identidad policial, así como los
motivos y duración de las mismas.

Sin perjuicio de lo señalado, podemos afirmar que en nuestro país existen evidencias
de maltratos por parte de la PNP que califican como actos de discriminación; lo que
permitiría inferir válidamente que, en el ejercicio del control de identidad también se
producirían vulneraciones del derecho a la igualdad. Ese fue el caso de Craig Martin,
miembro del Cuerpo de Paz de los Estados Unidos, que fue discriminado en varias
ocasiones por integrantes de la Policía Nacional del Perú, únicamente por su color de
piel. Dicha discriminación se produjo mediante reiteradas intervenciones sin razón
alguna, lo que generó que la Oficina Defensorial de Piura interviniera en su caso.20

En conclusión, es posible afirmar que el control de identidad policial en nuestro país


también puede evidenciar situaciones de discriminación contra determinados grupos
vulnerables de nuestra sociedad. Esta situación cobra notoriedad por el hecho de que,
durante un tiempo a esta parte, un sector de nuestra sociedad está presentando
actitudes xenófobas contra los ciudadanos venezolanos que han llegado a nuestro

19
En ese sentido, señaló lo siguiente:
(...) 16. Los agentes de policía y de inmigración y los funcionarios de prisiones a menudo actúan basándose en perfiles
raciales y étnicos, en muchas formas distintas y perniciosas. También puede suceder que las políticas oficiales faciliten
prácticas discrecionales que permiten que las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley dirijan selectivamente sus
actuaciones hacia grupos o personas basándose en el color de su piel, en su vestimenta, en su vello facial o en el idioma
que hablan. A veces también existe un sesgo implícito que motiva la utilización de criterios raciales y étnicos en la
actuación de las fuerzas del orden. Aunque algunos estudios han demostrado la ineficacia de la utilización de perfiles
raciales y étnica, los funcionarios siguen recurriendo a esa práctica. Una de sus manifestaciones es la práctica de la
interceptación y cacheo o la interceptación e identificación especialmente dirigidas contra minorías. Esta práctica tiene
como resultado un número desproporcionadamente alto de actuaciones contra esas poblaciones a menudo vulnerables.
Por ejemplo, en un Estado del Pacífico Meridional, los varones negros eran objeto de contactos sobre el terreno por
agentes de policía con una frecuencia 2,4 veces superior a la que correspondería con arreglo a su representación en la
población en general. En Europa, las comunidades romaníes son víctimas de niveles desiguales de controles de identidad;
en algunos casos, la policía intercepta por la calle a viandantes romaníes con una frecuencia 3 veces mayor que a los
viandantes no romaníes. En un estado de los Estados Unidos de América, a pesar de constituir apenas el 24% de la
población, las personas afrodescendientes eran objeto del 63,3% de las interceptaciones de civiles por la policía.
20
ARDITO VEGA, Wilfredo. El racismo y la policía nacional. Disponible en: https://revistaideele.com/ideele/content/el-racismo-y-
la-polic%C3%ADa-nacional (consultado el 2 de setiembre de 2018). Otra situación lamentable que evidenció una situación de
discriminación fue el caso denominado “Los Malditos de Larcomar”. En junio de 2008, un grupo de ciclistas de alta competencia,
de rasgos andinos, fue detenido por personal de Serenazgo y de la PNP en Miraflores, cerca de Larcomar. Posteriormente, fueron
presentados ante los medios de comunicación, con la presencia del entonces alcalde del distrito, como miembros de una peligrosa
banda de asaltantes denominada “Los malditos de Larcomar”. Sin embargo, las investigaciones posteriores dieron cuenta, como era
de esperarse, que todo se trató de un terrible error. Inclusive, por denuncia de algunos de los afectados, se supo que algunos
efectivos policiales les trataron de “sembrar droga”, a fin de justificar su detención. Finalmente, se liberaron a los detenidos y se
inició una investigación disciplinaria contra los policías que participaron en la intervención, la misma que concluyó con sanciones
diversas. Ver en: http://archivo.peru21.pe/noticia/295594/sancionan-policias-que-detuvieron-sin-pruebas-cuatro-ciclistas-miraflores
(consultado el 6 de setiembre de 2018).
país recientemente, tal como lo ha señalado la Defensoría del Pueblo 21 lo que también
se puede presentar en el ejercicio de la función policial, tal como ha ocurrido en otros
países.

b. El derecho a la reunión y a la manifestación pacífica

Otro atributo fundamental que puede ser afectado mediante el control de identidad
policial es el derecho a la reunión. 22 Al respecto, el Relator Especial sobre los derechos
a la libertad de reunión pacífica y de asociación de Naciones Unidas, entre el 2016 y
2017 ha publicado diversos informes donde aborda el impacto que tienen los controles
de identidad policiales sobre las manifestaciones realizadas por la población.

Por ejemplo, en Chile,23 el Relator Especial recibió informes de que las autoridades
realizaron controles preventivos de identidad durante las manifestaciones, en los
cuales interceptaron a personas al azar pidiéndoles que acreditaran su identidad, sin
pruebas concretas de que hubiesen cometido un delito o se dispusieran a cometerlo,
deteniendo a todos aquellos que no podían presentar la documentación requerida.
Sobre el particular, el Relator Especial opinó que este tipo de controles de identidad
equivalen a un control policial selectivo y a una vigilancia que pueden menoscabar el
ejercicio del derecho a la libertad de reunión pacífica.24

Cabe precisar que el artículo 85 del Código Procesal Penal de dicho país, 25 que
reconoce el control de identidad policial, ha sido modificado en reiteradas ocasiones, lo
21
Pronunciamiento N° 021DP/2018. Defensoría del pueblo demanda una política integral migratoria que respete los derechos
humanos en el contexto de la migración internacional. Disponible en: https://www.defensoria.gob.pe/wp-
content/uploads/2018/08/Pronunciamiento-N%C2%B021-DP.pdf (consultado el 2 de setiembre de 2018).
22
Artículo 2. Toda persona tiene derecho: (…) 12. A reunirse pacíficamente sin armas. Las reuniones en locales privados o abiertos
al público no requieren aviso previo. Las que se convocan en plazas y vías públicas exigen anuncio anticipado a la autoridad, la que
puede prohibirlas solamente por motivos probados de seguridad o de sanidad públicas.
23
Informe del 24 de octubre de 2016.
24
Párrafo 75
25
Art. 85 del Código Procesal Penal.
Artículo 85.- Control de identidad. Los funcionarios policiales señalados en el artículo 83 deberán, además, sin orden previa de los
fiscales, solicitar la identificación de cualquier persona en los casos fundados, en que, según las circunstancias, estimaren que exista
algún indicio de que ella hubiere cometido o intentado cometer un crimen, simple delito o falta; de que se dispusiere a cometerlo; de
que pudiere suministrar informaciones útiles para la indagación de un crimen, simple delito o falta; o en el caso de la persona que se
encapuche o emboce para ocultar, dificultar o disimular su identidad. El funcionario policial deberá otorgar a la persona facilidades
para encontrar y exhibir estos instrumentos.
Procederá también tal solicitud cuando los funcionarios policiales tengan algún antecedente que les permita inferir que una
determinada persona tiene alguna orden de detención pendiente.
La identificación se realizará en el lugar en que la persona se encontrare, por medio de documentos de identificación expedidos
por la autoridad pública, como cédula de identidad, licencia de conducir o pasaporte. El funcionario policial deberá otorgar a la
persona facilidades para encontrar y exhibir estos instrumentos.
Durante este procedimiento, sin necesidad de nuevo indicio, la policía podrá proceder al registro de las vestimentas, equipaje o
vehículo de la persona cuya identidad se controla, y cotejar la existencia de las órdenes de detención que pudieren afectarle. La
policía procederá a la detención, sin necesidad de orden judicial y en conformidad a lo dispuesto en el artículo 129, de quienes se
sorprenda, a propósito del registro, en alguna de las hipótesis del artículo 130, así como de quienes al momento del cotejo registren
orden de detención pendiente.
En caso de negativa de una persona a acreditar su identidad, o si habiendo recibido las facilidades del caso no le fuere posible
hacerlo, la policía la conducirá a la unidad policial más cercana para fines de identificación. En dicha unidad se le darán facilidades
para procurar una identificación satisfactoria por otros medios distintos de los ya mencionados, dejándola en libertad en caso de
obtenerse dicho resultado, previo cotejo de la existencia de órdenes de detención que pudieren afectarle. Si no resultare posible
acreditar su identidad, se le tomarán huellas digitales, las que sólo podrán ser usadas para fines de identificación y, cumplido dicho
propósito, serán destruidas.
El conjunto de procedimientos detallados en los incisos precedentes no deberá extenderse por un plazo superior a ocho horas,
transcurridas las cuales la persona que ha estado sujeta a ellos deberá ser puesta en libertad, salvo que existan indicios de que ha
ocultado su verdadera identidad o ha proporcionado una falsa, caso en el cual se estará a lo dispuesto en el inciso siguiente.
Si la persona se niega a acreditar su identidad o se encuentra en la situación indicada en el inciso anterior, se procederá a su
detención como autora de la falta prevista y sancionada en el Nº 5 del artículo 496 del Código Penal. El agente policial deberá
informar, de inmediato, de la detención al fiscal, quien podrá dejarla sin efecto u ordenar que el detenido sea conducido ante el juez
dentro de un plazo máximo de veinticuatro horas, contado desde que la detención se hubiere practicado. Si el fiscal nada
manifestare, la policía deberá presentar al detenido ante la autoridad judicial en el plazo indicado.
Los procedimientos dirigidos a obtener la identidad de una persona en conformidad a los incisos precedentes, deberán realizarse
en la forma más expedita posible, y el abuso en su ejercicio podrá ser constitutivo del delito previsto y sancionado en el artículo 255
del Código Penal.
que ha determinado que en su redacción actual se permita realizar el control de
identidad “(…) en el caso de la persona que se encapuche o emboce para ocultar,
dificultar o disimular su identidad”; supuesto que, por cierto, también se prevé en la
legislación española.26 En nuestra opinión, el control de identidad en estos casos
constituye un exceso que repercute directamente en el derecho a la libertad de
reunión, así como en la participación en manifestaciones. Y es que el hecho que una
persona oculte su identidad en una manifestación pública no necesariamente implica
que pretenda cometer un delito o alterar el orden público. Básicamente, se trata de
una restricción de la libertad personal -que pueda tornarse en una detención- por la
mera sospecha, lo que es incompatible en un Estado democrático de derecho.

c. El derecho a la integridad personal

El ejercicio del control de identidad también implica una afectación del derecho a la
integridad personal27 del sujeto intervenido. Ello naturalmente se explica por el hecho
que el intervenido puede negarse a mostrar su identificación e inclusive, negarse a ser
trasladado a la dependencia policial para su identificación; lo que exigiría, por
contraparte, que las fuerzas policiales tengan la capacidad necesaria para reducir al
intervenido y llevarlo a las instalaciones policiales, aun contra su voluntad.

En efecto, el Reglamento del Decreto Legislativo Nº 1186, que regula el uso de la


fuerza por parte del personal de la Policía Nacional del Perú (aprobado por Decreto
Supremo 012-2016-IN) señala expresamente en su artículo 10.3. que el personal de la
Policía Nacional del Perú puede usar la fuerza, de conformidad con los artículos 4, 6 y
el numeral 7.2 del Decreto Legislativo, en las siguientes circunstancias: “(…) c. Para
prevenir la comisión de delitos y faltas cuando se realice una intervención, retención o
arresto al presunto infractor, así como para el control de identidad, realizar una
pesquisa o un acto de investigación”.

Lo preocupante en este caso es que la Policía tiene una discrecionalidad amplia para
recurrir al uso de la fuerza. Y es que la remisión al numeral 7.2 del Decreto Legislativo
1186, alude a los niveles de uso de la fuerza por el personal de la Policía Nacional,
que pueden ser preventivos (presencia policial, verbalización, control de contacto) o
reactivos (control físico, tácticas defensivas no letales y fuerza letal).

d. El derecho a la intimidad

Finalmente, consideramos que el control de identidad policial también interviene


respecto del derecho fundamental a la intimidad.28 Ello, por cuanto, el propio artículo
205 inciso 3 del Código Procesal Penal establece que “(…) si existiere fundado motivo
que el intervenido pueda estar vinculado a la comisión de un hecho delictuoso, la
Policía podrá registrarle sus vestimentas; equipaje o vehículo”. Si esta requisa resulta
positiva, la norma citada señala además que se levantará un acta, indicándose lo
encontrado, dando cuenta inmediatamente al Ministerio Público.

De lo expuesto, se advierte entonces que el control de identidad policial no constituye


únicamente un acto de restricción de la libertad personal, entendido como una

Si no pudiere lograrse la identificación por los documentos expedidos por la autoridad pública, las policías podrán utilizar
medios tecnológicos de identificación para concluir con el procedimiento de identificación de que se trata.
26
El artículo 16.1 de la Ley Orgánica 4/2015 establece la posibilidad de realizar controles de identificación "(...) de las personas
cuyo rostro no sea visible total o parcialmente por utilizar cualquier tipo de prenda u objeto que lo cubra, impidiendo o dificultando
la identificación, cuando fuere preciso a los efectos indicados".
27
Artículo 2.- Toda persona tiene derecho: 1. A la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física y a su libre
desarrollo y bienestar.
28
Artículo 2. Toda persona tiene derecho: (…)7. Al honor y a la buena reputación, a la intimidad personal y familiar así como a la
voz y a la imagen propias.
intervención de carácter leve sobre dicho derecho fundamental. Antes bien, hemos
demostrado que tras dicha potestad de la PNP existen diversos atributos de primer
orden que se ven afectados, como son el derecho a la igualdad, el derecho a la
libertad de reunión, el derecho a la integridad personal así como el derecho a la
intimidad.

3.2.3. La protección de la seguridad ciudadana como justificación del control de


identidad policial: la necesidad de indicios que permitan recurrir a dicha
potestad

Otro tema que exige análisis es la justificación del control de identidad policial. Al
respecto, la doctrina considera que el mismo, sin lugar a duda, tiene como sustento la
protección de la seguridad ciudadana, garantizando la tranquilidad de la población
(IRARRÁZABAL, 2015, p. 257). Así también se declara en la exposición de motivos de
la vigente Ley Orgánica 4/2015 española.29

Cabe precisar que la seguridad ciudadana, de acuerdo al Tribunal Constitucional,


constituye un bien jurídico que se define como una situación de protección que brinda
el Estado y en cuya consolidación colabora la sociedad, a fin de que determinados
derechos pertenecientes a los ciudadanos puedan ser preservados frente a
situaciones de peligro o amenaza o reparados en caso de vulneración o
desconocimiento.30

Sin embargo, advertimos un conflicto: si bien el control de identidad pretende


garantizar el bien jurídico seguridad ciudadana, la realización de dicha potestad no
solo restringe el derecho a la libertad personal del sujeto intervenido, sino que también
puede afectar otros derechos de carácter fundamental, desarrollados en el punto
precedente (igualdad, reunión, integridad personal e intimidad). En esa medida, es
indispensable recurrir al principio de proporcionalidad, a fin de garantizar un equilibrio
entre el control de identidad realizado por la policía y los derechos fundamentales de la
persona intervenida, para así evitar cualquier exceso.

En esa lógica, dada la implicancia de los derechos fundamentales que pueden verse
afectados en la persona intervenida para garantizar la protección del bien jurídico
seguridad ciudadana, consideramos que los supuestos de procedencia del control de
identidad policial (para prevenir un delito u obtener información útil para la
averiguación de un hecho punible) exigen necesariamente la existencia de indicios
mínimos y suficientes o de una sospecha razonable de manera objetiva que permitan
acreditar su viabilidad. Esto ocurre especialmente en el caso del control de identidad
policial preventivo, ya que se trata de una facultad bastante amplia y cubre casos en
donde las personas no han cometido delito alguno e incluso situaciones en las que no
hay una imputación en contra de ellas (DUCE, 2016, pp. 69-70).

En otros términos, para que proceda de manera legítima el control de identidad policial
se requiere de la existencia de indicios mínimos o de una sospecha razonable de
manera objetiva que permitan acreditar: i) que el sujeto intervenido cometerá un hecho
delictivo (por lo que el control de identidad actúa de manera preventiva); o ii) que tiene

29
"(…) esta Ley tiene por objeto la protección de personas y bienes y el mantenimiento de la tranquilidad ciudadana, e incluye un
conjunto plural y diversificado de actuaciones, de distinta naturaleza y contenido, orientadas a una misma finalidad tuitiva del bien
jurídico protegido. Una parte significativa de su contenido se refiere a la regulación de las intervenciones de la policía de seguridad,
funciones propias de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, aunque con ello no se agota el ámbito material de lo que hay que entender
por seguridad pública, en el que se incluyen otras materias, entre las que la Ley aborda las obligaciones de registro documental o de
adopción de medidas de seguridad por las personas físicas o jurídicas que realicen actividades relevantes para la seguridad
ciudadana, o el control administrativo sobre armas y explosivos, entre otras.”
30
STC. Exp. 03482-2005-HC/TC, fundamento 13.
información útil para la averiguación de un hecho punible (escenario en el que el
control de identidad actúa como mecanismo de indagación).

Así, MAURICIO DUCE, a partir de un análisis de las legislaciones de Alemania y de


Estados Unidos sobre el control de identidad ha afirmado que en tales países las
facultades policiales de este tipo operan en la lógica de que un supuesto básico para
la autorización del control está en la existencia de una sospecha basada en algún
elemento objetivo (2016, p. 81). Lo mismo ocurre en la legislación chilena 31 y
española32.

Lamentablemente, nada de ello se presenta en la norma peruana. En efecto, el


artículo 205 del CPP señala que La Policía, en el marco de sus funciones, sin
necesidad de orden del Fiscal o del Juez, podrá requerir la identificación de cualquier
persona y realizar las comprobaciones pertinentes en la vía pública o en el lugar
donde se hubiere hecho el requerimiento, cuando considere que resulta necesario
para prevenir un delito u obtener información útil para la averiguación de un hecho
punible. Es decir, la norma otorga amplia discrecionalidad al agente policial ya que el
control de identidad se realizará siempre que “considere que resulta necesario”, esto
es, a partir de una evaluación eminentemente subjetiva. Esta discrecionalidad amplia
puede devenir, finalmente, en arbitrariedad. Es indispensable entonces que se
modifique la norma procesal, a fin de que se exijan indicios o circunstancias objetivas,
según el caso, para que proceda el control de identidad policial.

3.2.4. Necesidad de abogado defensor en la verificación del control de identidad


en la dependencia policial

El artículo 205 inciso 4 del CPP establece la posibilidad de que la persona intervenida,
al ser trasladado a la dependencia policial respectiva para su identificación "(...) tendrá
derecho a comunicarse con un familiar o con la persona que indique". Al respecto, a
partir de dicha disposición es posible que el intervenido pueda comunicarse con un
abogado que le brinde oportuna asesoría durante la realización del control de
identidad en la dependencia policial

El problema radica en si la presencia de un letrado es obligatoria durante la realización


del control de identidad policial y no facultativa como sugiere la norma citada. Ello, en
razón que es claro que no todos los intervenidos tienen la posibilidad de contar con un
abogado defensor. Por lo que nuestra interrogante apunta más bien a analizar si es
31
El artículo 85 del Código Procesal Penal chileno, que regula el control de identidad en dicho país, establece en su parte pertinente
lo siguiente: "Los funcionarios policiales señalados en el artículo 83 deberán, además, sin orden previa de los fiscales, solicitar la
identificación de cualquier persona en los casos fundados, en que, según las circunstancias, estimaren que exista algún indicio de
que ella hubiere cometido o intentado cometer un crimen, simple delito o falta; de que se dispusiere a cometerlo; de que pudiere
suministrar informaciones útiles para la indagación de un crimen, simple delito o falta; o en el caso de la persona que se encapuche
o emboce para ocultar, dificultar o disimular su identidad (resaltado nuestro)."
Nótese cómo claramente la legislación chilena exige la existencia de algún indicio respecto de algún presupuesto que habilite el
ejercicio del control de identidad en dicho país.
32
El artículo 16 de la Ley Orgánica 4/2015 española, señala en su parte pertinente lo siguiente:
1. En el cumplimiento de sus funciones de indagación y prevención delictiva, así como para la sanción de infracciones penales y
administrativas, los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad podrán requerir la identificación de las personas en los
siguientes supuestos:
a) Cuando existan indicios de que han podido participar en la comisión de una infracción.
b) Cuando, en atención a las circunstancias concurrentes, se considere razonablemente necesario que acrediten su identidad para
prevenir la comisión de un delito.
En este caso se diferencian dos supuestos que establecen dos niveles de rigor probatorio diferentes. En primer lugar se exige la
existencia de indicios de que el sujeto intervenido por el control policial ha podido participar en la comisión de una infracción. Y, en
segundo lugar, se exige que, de acuerdo a las circunstancias concurrentes, se considere razonablemente necesario que el intervenido
acredite su identidad para prevenir la comisión de un delito.
Nótese que en este segundo caso no se exigen indicios, evidentemente por la dificultad de acreditar los mismos, dado que
entendemos que nos encontramos ante una etapa preparatoria a la comisión de un delito. Pero la norma española sí exige que, en
atención a las circunstancias concurrentes se considere razonablemente necesario realizar el control de identidad. Es decir, se hace
una evaluación objetiva del caso, atendiendo a las circunstancias concomitantes que se presenten.
factible la obligatoriedad de contar con un abogado (que puede ser de oficio) durante
el desarrollo de dicha actuación.

Por un lado, se puede afirmar que el control de identidad policial no exige contar con
un abogado defensor, dado que dicha actuación tiene como exclusivo fin la
identificación del intervenido, sin que exista la posibilidad de que sea interrogado. Así
lo señaló el Tribunal Constitucional español en la STC. 341/1993.33

Pero, por otro lado, se considera que sí es necesaria la presencia de un abogado


defensor que asista al intervenido, dado que durante dicha actuación pueden
producirse diversas irregularidades. Sobre este punto, el mismo Tribunal
Constitucional español en la STC 196/1987 expresó que en el supuesto de detención
en las primeras diligencias policiales, la asistencia letrada responde a la finalidad de
"(...) asegurar, con su presencia personal, que los derechos constitucionales del
detenido sean respetados, que no sufra coacción o trato incompatible con su dignidad
y libertad de declaración y que tendrá el debido asesoramiento técnico sobre la
conducta a observar en los interrogatorios, incluida la de guardar silencio, así como
sobre su derecho a comprobar, una vez realizados y concluidos con la presencia
activa del Letrado, la fidelidad de lo transcrito en el acta de declaración que se le
presenta a la firma".34

En esa medida, a partir de la sentencia citada sí cabe sostener la presencia obligatoria


de un abogado, toda vez que: i) partimos de asimilar el control de identidad policial con
traslado a una dependencia policial como un auténtico acto de privación de la libertad
y no un mero acto de restricción; ii) tal como lo hemos fundamentado
precedentemente, existen diversos derechos fundamentales involucrados en el
ejercicio del control de identidad policial, más allá de la libertad personal (igualdad,
reunión, integridad personal, intimidad), que también deben ser respetados.

Adicionalmente, el propio artículo 205 inciso 4 del Código Procesal Penal establece
una serie de garantías que deben respetarse en el ejercicio del control de identidad
policial. Así, por ejemplo, se señala que dicha actuación no durará más allá de 4 horas
como máximo, o que el intervenido no puede ser ingresado a celdas o calabozos ni
mantener en contacto con personas detenidas. Ante un caso en el que
lamentablemente no se cumpla con estas garantías, es indispensable que la persona
intervenida cuente con una defensa técnica que tutele sus derechos de manera
inmediata.

Consideramos entonces conveniente que el ejercicio del control de identidad policial


cuando el intervenido es trasladado a una comisaría exige obligatoriamente la
presencia de un abogado defensor, que puede ser de oficio, a fin de que se garanticen
los derechos fundamentales del intervenido ante cualquier irregularidad en la
tramitación y desarrollo del control de identidad policial.

3.2.5. ¿Plazo estrictamente necesario del control de identidad policial?

Otro aspecto que amerita discusión respecto al control de identidad policial lo


constituye el referido al plazo de duración de dicha diligencia.

33
(...) No resulta inexcusable, en el mismo sentido, que la identificación misma haya de llevarse a cabo necesariamente en presencia
o con la asistencia de Abogado, garantía ésta cuya razón de ser está en la protección del detenido y en el aseguramiento de la
corrección de los interrogatorios a que pueda ser sometido (...). Ninguna de estas garantías constitucionales -recordatorio del
derecho a no declarar y asistencia obligatoria de Abogado- son indispensables para la verificación de unas diligencias de
identificación que, vale reiterar, no permiten interrogatorio alguno que vaya más allá de la obtención de los «datos personales» a los
que se refiere el repetido art. 9.3 de la L.O.P.S.C [fundamento 6C].
34
STC 196/1987, fundamento 5.
En efecto, nuestro artículo 205 del CPP establece que el traslado de la persona
intervenida para realizarle el control de identidad en una dependencia policial durará
no más de 4 horas, luego de lo cual se debe dejar ir al intervenido. La pregunta que
surge a continuación es si dicho tiempo no es excesivo para una diligencia de
identificación, máxime si en la actualidad existen sistemas de bases de datos
modernos que permitirían identificar a un sujeto en el menor tiempo posible.

Si bien es cierto que en otros países el tiempo de duración del control de identidad es
mucho mayor (en Chile puede llegar a las 8 horas, mientras que en España, a 6 horas
como máximo), ello no quita que, en nuestra realidad, 4 horas puedan resultar un
exceso para identificar a una persona, que es el objetivo principal del control de
identidad. Y es que lo que está en juego es el derecho fundamental a la libertad
personal.

Esta problemática ya ha sido abordada en otras experiencias. En España, por ejemplo,


el inciso 2 del artículo 16 de la Ley Orgánica 4/2015, sobre Protección de la Seguridad
Ciudadana, señala que el control de identidad en dependencias policiales se realizará
“(…) por el tiempo estrictamente necesario, que en ningún caso podrá superar las seis
horas”.35

En nuestro país, el artículo 2 inciso 24 literal f expresamente señala que “(…) la


detención no durará más del tiempo estrictamente necesario para la realización de las
investigaciones y, en todo caso, el detenido debe ser puesto a disposición del juzgado
correspondiente, dentro del plazo máximo de cuarenta y ocho horas o en el término de
la distancia”. Por ende, se reconoce el plazo estrictamente necesario del mandato de
detención. Ello es producto de la Ley 30558, que reformó a la Constitución en dicho
apartado, y que tuvo como antecedente el precedente del Tribunal Constitucional
emitido en la sentencia recaída en el Exp. 06423-2007-PHC/TC (caso Ruiz
Dianderas).

En dicho precedente, el Tribunal Constitucional señaló que el plazo de detención que


reconoce la Norma Fundamental, que a la fecha es de 48 horas, “(…) actúa solamente
como un plazo máximo y de carácter absoluto, pero no impide que puedan calificarse
como arbitrarias aquellas privaciones de la libertad que, aún sin rebasar dicho plazo,
sobrepasan el plazo estrictamente necesario o límite máximo para realizar
determinadas actuaciones o diligencias”,36 lo que implica una restricción a la libertad
personal que la norma constitucional no permite.37

Similar razonamiento se puede aplicar, sin duda alguna, a la actuación del control de
identidad policial, en el sentido siguiente: i) el plazo máximo para el ejercicio del
control de identidad policial es de 4 horas, que no debe ser rebasado bajo ningún
motivo; ii) el plazo estrictamente necesario del control de identidad policial será aquel
necesario para lograr identificar al intervenido, que dependerá del caso concreto y
puede ser mucho menor a las 4 horas señaladas como plazo máximo. Consideramos,
pues, a partir de lo expuesto, que es factible modificar este extremo del Código
Procesal Penal, a fin de incorporar un plazo estrictamente necesario para la actuación
del control de identidad policial.

35
Artículo 16. Identificación de personas
(…) 2. Cuando no fuera posible la identificación por cualquier medio, incluida la vía telemática o telefónica, o si la persona se
negase a identificarse, los agentes, para impedir la comisión de un delito o al objeto de sancionar una infracción, podrán requerir a
quienes no pudieran ser identificados a que les acompañen a las dependencias policiales más próximas en las que se disponga de los
medios adecuados para la práctica de esta diligencia, a los solos efectos de su identificación y por el tiempo estrictamente necesario,
que en ningún caso podrá superar las seis horas.
36
STC. Exp. 06423-2007-PHC/TC, fundamento 8.
37
STC. Exp. 06423-2007-PHC/TC, fundamento 8.
3.2.6. Falta de pronunciamientos jurisdiccionales críticos respecto del control de
identidad

Otro aspecto que amerita un análisis lo constituyen los pocos pronunciamientos


jurisdiccionales que analizan en el aspecto práctico el control de identidad policial. En
ese sentido, a nivel del Tribunal Constitucional, hemos podido ubicar la sentencia
recaída en el Expediente 01924-2010-PHC/TC en la que se declaró fundada la
demanda por considerar que se vulneraron los derechos del recurrente durante un
control de identidad policial.38

En este caso, donde no existen muchos comentarios por parte del máximo intérprete
de la Constitución sobre la naturaleza del control de identidad policial, se advirtió que:
i) el recurrente fue trasladado a la dependencia policial para ser identificado de
posibles antecedentes policiales y judiciales; ii) el recurrente no contaba con su
documento de identidad; iii) existían sospechas de que el recurrente había participado
en un asalto. No obstante, claramente se advirtió un exceso en el hecho que: i) las
diligencias para identificarlo se realizaron después de más de 4 horas de su
intervención, que es el límite máximo establecido en el Código Procesal Penal y ii)
estuvo enmarrocado, recibiendo el trato de una persona peligrosa, lo que
desnaturaliza por completo el control policial de identidad.39

Sin embargo, existen otros casos en los que, si bien se cuestionó el control de
identidad policial, se declaró improcedente la demanda. Así, en el Expediente 04951-
2012-PHC/TC, a través de un auto se desestimó la pretensión al considerar que el
cuestionamiento referido al control de identidad policial cesó o devino en irreparable,
dado que el afectado ya se encontraba con una medida de prisión preventiva dictada
por el órgano jurisdiccional competente. Mientras que en el Expediente 04895-2016-
PHC/TC, se declaró improcedente el recurso de agravio constitucional mediante una
sentencia interlocutoria, en virtud de considerar que el cuestionamiento al control de
identidad policial por el recurrente, al igual que otros argumentos, se referían a temas
de valoración probatoria, propios de la justicia ordinaria.

38
Los hechos del caso son los siguientes:
 Con fecha 22 de marzo de 2010, don Luis Agustín Mechan Quezada interpone demanda de hábeas corpus contra la
División de Investigación Criminal de Tambopata y contra el Fiscal Provincial James Díaz Collazos.
 Refiere que el día 22 de marzo del 2010 fue detenido a la 1.15 de la madrugada en circunstancias en que se encontraba en
una reunión en el local público La Choza y que fue trasladado al local de la DIVINCRI, donde fue enmarrocado, sin ser
notificado ni informado de los motivos de su detención. En ese sentido, en su demanda de habeas corpus solicitó que se
constituya inmediatamente el Juez de la Investigación Preparatoria de Tambopata ante la División de Investigación
Criminal a fin de que se constate su detención arbitraria y se disponga su inmediata libertad.
 Posteriormente, se verificó que el favorecido se encontraba en las instalaciones de la División de Investigación Criminal
sin marrocas, pese a que el abogado del recurrente manifiesta que se encontraba con marrocas a las 6 de la mañana,
conforme a las fotos que muestra de su celular. El jefe de la División de Investigación Criminal manifiesta que al existir
indicios razonables de la presunción de la comisión de un ilícito, sin necesidad de que se requiera de la orden fiscal se ha
conducido al beneficiario a la dependencia policial para los fines de identificación plena.
39
Las razones exactas que determinaron que se declarara fundada la demanda son las siguientes:
 La detención estuvo sustentada en la intervención que se hace al beneficiario el 22 de marzo del 2010 a las 2 de la
mañana en circunstancias en que se encontraba en una reunión en el local denominado La Choza, en actitud sospechosa,
desde donde fue trasladado hasta la DIVINCRI, para ser identificado de posibles antecedentes policiales o judiciales, lo
que es corroborado con el acta de intervención.
 Se verificó que el beneficiario no contaba con su documento de identidad, según acta de constatación.
 Por otro lado, se tiene que la diligencia de constatación se realizó a las 7.30 de la mañana y que las diligencias para la
identificación de la persona que asaltó a mano armada y agredió al propietario del centro comercial, donde el beneficiario
tuvo que estar presente, se llevaron a cabo a las 7.35 de la mañana del día 22 de marzo del 2010; esto es, después de más
de 4 horas de su intervención.
 En la misma acta de constatación se consigna que, según la manifestación del abogado del beneficiario, este estuvo
enmarrocado, para lo cual muestra fotografías tomadas desde su celular.
Por su parte, en la Casación 321-2011-AMAZONAS40, la Sala Penal Permanente de la
Corte Suprema de Justicia confirmó la absolución realizada a los imputados en un
proceso penal por robo agravado, al determinar que las actuaciones realizadas contra
los investigados, incluyendo el control de identidad policial, fueron irregulares. En este
último caso, debido a que no se cumplió el procedimiento previsto en el artículo 205
del Código Procesal Penal. Se advierte entonces que en esta sentencia la Corte
Suprema determinó que existieron irregularidades en el control de identidad policial
realizado a los imputados, lo que finalmente conllevó a la anulación de dicha diligencia
y, posteriormente, a su absolución.

Sin embargo, de los pronunciamientos reseñados, no se aprecia un análisis crítico del


control de identidad policial, a pesar de las diversas deficiencias que presenta dicho
instituto y que han sido evidenciadas. Es necesario entonces que los órganos
jurisdiccionales emitan más pronunciamientos referidos al control de identidad policial.

3.2.7. ¿Aplicación del control de identidad en adolescentes infractores?

De lo expuesto hasta ahora advertimos que el control de identidad policial constituye


una atribución que interviene sobre diversos derechos fundamentales, a fin de
garantizar el bien jurídico seguridad ciudadana. En ese sentido, al estar previsto
expresamente en el artículo 205 del Código Procesal Penal, se infiere que su
aplicación estaría restringida únicamente para el caso de personas adultas. Sin
embargo ¿dicha actuación también podría darse en casos de infractores a la ley
penal?

Al respecto, el artículo 21.2 del Decreto Legislativo 1348, que aprueba el Código de
Responsabilidad Penal del Adolescente, señala lo siguiente: “(…) el adolescente debe
suministrar los datos que permitan su identificación. Si se abstiene de proporcionar
esos datos o lo hace falsamente, se le identifica por testigos o por otros medios útiles.
Son aplicables las disposiciones establecidas en el numeral 205.5 del artículo 205 y
en el artículo 211 del Código Procesal Penal u otra norma que la sustituya”.

El artículo 205.5 del CPP, cuya remisión expresa realiza el Código de Responsabilidad
Penal del Adolescente, se refiere únicamente a la posibilidad de toma de fotografías al
imputado y de sus huellas digitales, siempre que sea necesario para las finalidades del
juicio o para las finalidades del servicio de identificación, incluso contra su voluntad. En
este último caso se requiere la expresa orden del Ministerio Público.

A partir de dicha remisión y de acuerdo a una interpretación literal, se entendería que


el control de identidad policial no sería aplicable para adolescentes infractores -a
excepción del inciso 5 del artículo 205 del CPP- dado que no está contemplado
expresamente en el Código de Responsabilidad Penal del Adolescente, como sí ocurre
en el Código Procesal Penal de 2004.

Sin embargo, se olvida que el control de identidad policial está previsto como una
atribución de la PNP en el artículo 3.2. del Decreto Legislativo 1267, Ley de la Policía

40
En dicho caso, la Fiscalía Superior Mixta de Utcubamba cuestionó la sentencia de vista expedida por la Sala Mixta y Penal de
Apelaciones de Utcubamba de la Corte Superior de Justicia de Amazonas, por la que se confirmó la sentencia que absolvió a Jairo
Soplín Fernández y a Jeyner Santa Cruz Torres del delito de robo agravado, en agravio de Rodolfo Villanueva Díaz, además de
confirmar la sentencia integrada que absolvió a José Quiroz Huamán de los mismos cargos.
Los argumentos de la Sala Superior para absolver a los procesados se refirieron, entre otros aspectos, a las irregularidades cometidas
en el control de identidad policial realizado a Jairo Soplín Fernández, que permitieron realizarle una requisa y encontrar el
documento nacional de identidad del agraviado Rodolfo Villanueva Díaz.
En este caso, la Sala Penal Permanente resolvió declarar infundado el recurso de casación interpuesto, al considerar que, en efecto,
se realizaron de manera irregular diversas diligencias que implicaron la vulneración de los derechos fundamentales de los
imputados, incluyendo el control de identidad policial.
Nacional del Perú,41 y en el artículo 5.3. de su reglamento, aprobado por Decreto
Supremo 026-2017-IN.42 En estas normas se declara que el personal policial podrá
requerir la identificación de cualquier persona, sin hacer precisión alguna sobre si no
procede contra menores de edad, por lo que también se podrían entender incluidos
como sujetos pasivos del control de identidad.

Adicionalmente, desde una interpretación teleológica sí se podrían entender


comprendidas las infracciones a la ley penal para el ejercicio del control de identidad.
Ello, debido a que, si la justificación de dicha potestad radica en tutelar la seguridad
ciudadana de manera preventiva, no cabe duda que las infracciones cometidas por
adolescentes infractores sí pueden lesionar gravemente dicho bien jurídico, en
atención a los tipos de infracción que comete el adolescente infractor (en especial,
contra el patrimonio y la libertad sexual). 43 Queda analizar, en un posterior trabajo, si
esta atribución policial es compatible con los instrumentos internacionales sobre niñez
y adolescencia que les garantizan a los adolescentes infractores un tratamiento
especial, dada su situación de vulnerabilidad.

4. Conclusiones

1. El derecho fundamental a la libertad personal tutela la liberta física o


ambulatoria. De acuerdo a instrumentos internacionales y a nuestra
Constitución, las limitaciones a este derecho deben adoptarse mediante una
norma con rango de ley. Igualmente, en la fase de aplicación de la norma, los
operadores jurídicos están obligados a interpretar restrictivamente cualquier
excepción a la regla general de libertad.

2. El derecho a la libertad personal puede ser intervenido mediante actos


restrictivos de la libertad, que suponen una limitación a dicho derecho de
carácter breve, y por actos privativos de la libertad que, en oposición a los
anteriores, sí suponen una limitación de gran intensidad sobre la libertad
personal. En la práctica, no siempre se presentan casos nítidos que permitan
distinguir ambos supuestos, lo que dependerá más bien de la situación
específica. Es posible también que un acto calificado inicialmente como
restrictivo se desnaturalice y se convierta en un auténtico acto de privación de
la libertad.

3. El control de identidad policial es una diligencia que forma parte del elenco de
mecanismos previstos en el Código Procesal Penal y, a su vez, constituye una
atribución de la Policía Nacional del Perú prevista en su propia ley. Además, el
control de identidad policial opera básicamente ante dos supuestos: a) la
prevención de un delito y, b) la obtención de información útil para la
averiguación de un hecho punible.

41
Artículo 3.- Atribuciones: son atribuciones del Personal Policial las siguientes: (...) 2) requerir la identificación de cualquier
persona, a fin de realizar la comprobación correspondiente, con fines de prevención del delito o para obtener información útil en la
averiguación de un hecho punible;
42
Artículo 5.- Atribuciones: son atribuciones del Personal Policial las siguientes: (...) 3. Requerir la identificación de cualquier
persona, a fin de realizar la comprobación correspondiente, con fines de prevención del delito o para obtener información útil en la
averiguación de un hecho punible;
43
Al respecto, de acuerdo a información de la Gerencia de Centros Juveniles del Poder Judicial, a agosto de 2017, la población total
de adolescentes infractores en medio abierto y cerrado era de 3807. De esta cifra, el 42% había cometido como infracción robo y
robo agravado, mientras que a un 15 % de la población total se le atribuye la comisión de infracciones de violación sexual y hurto.
Ver en: GERENCIA DE CENTROS JUVENILES DEL PODER JUDICIAL. Informe Estadístico (agosto 2017). p. 11. Disponible
en:
https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/Centros+Juveniles/s_centros_juveniles_nuevo/as_servicios/as_servicios_ciudadano/as_bol
etin/ (consultado el 4 de setiembre de 2018).
4. El control de identidad policial realizado en el lugar donde se encuentre el
requerido configura un acto de restricción de la libertad por su carácter breve.
Mientras que aquel control de identidad que exige el traslado del intervenido a
la dependencia policial, aún en contra de su voluntad, constituye un auténtico
acto de privación de la libertad.

5. El control de identidad, más allá de la libertad personal, también puede


intervenir sobre otros derechos fundamentales, como son: i) el derecho a la
igualdad y no discriminación debido a que, en la práctica, repercute
especialmente en determinados grupos minoritarios de la sociedad; ii) el
derecho a la libertad de reunión y a la participación en manifestaciones
pacíficas; iii) el derecho a la integridad personal de la persona intervenida,
dado que se puede recurrir al uso de la fuerza en caso sea necesario reducir al
intervenido para llevarlo a las instalaciones policiales; iv) el derecho a la
intimidad, toda vez que se le puede realizar un registro al intervenido si
existiere fundado motivo de que pueda estar vinculado a la comisión de un
hecho delictivo.

6. El ejercicio del control de identidad supone un conflicto entre la seguridad


ciudadana, que es el bien jurídico que busca proteger, y los derechos
fundamentales de la persona intervenida. En razón a ello, y sobre la base del
principio de proporcionalidad, es necesario que la procedencia del control de
identidad policial se supedite a la existencia de indicios mínimos y suficientes o
de una sospecha razonable de manera objetiva que permitan acreditar: i) que
el sujeto intervenido cometerá un hecho delictivo; o ii) que tiene información útil
para la averiguación de un hecho punible. Por el contrario, el artículo 205 del
CPP establece que el efectivo policial podrá recurrir al control de identidad
policial "cuando considere que resulta necesario". Es decir, la norma otorga
amplia discrecionalidad al agente policial, a partir de una evaluación
eminentemente subjetiva.

7. En control de identidad policial, cuando exige el traslado de la persona a una


comisaría, interviene sobre diversos derechos fundamentales. Además, el
artículo 205 del Código Procesal Penal establece además un procedimiento de
identificación con garantías para la persona intervenida en la dependencia
policial (duración no mayor a 4 horas, prohibición de tener contacto con
detenidos). Por tanto, consideramos que debe ser obligatoria la presencia de
un abogado defensor, que puede ser de oficio, a fin de que se garanticen los
derechos fundamentales del intervenido ante cualquier irregularidad.

8. Si bien el plazo para realizar la identificación en la dependencia policial debe


ser no mayor a 4 horas, entendido como plazo máximo, consideramos que
debe incorporarse un plazo estrictamente necesario del control de identidad
policial, que será el requerido para lograr identificar al intervenido en el caso
concreto, y que puede ser mucho menor a las 4 horas señaladas como plazo
máximo.

9. No existen muchos pronunciamientos por parte del Tribunal Constitucional y del


Poder Judicial sobre el control de identidad policial. Y en aquellos pocos casos
identificados, no se aprecia un análisis crítico del control de identidad policial, a
pesar de las diversas deficiencias que presenta dicho instituto.

10. El control de identidad policial está contemplado como una atribución de la


PNP en el Decreto Legislativo 1267, Ley de la Policía Nacional del Perú, y su
reglamento. En estas normas se declara que el personal policial podrá requerir
la identificación de cualquier persona, sin hacer precisión alguna, por lo que
también se podrían entender incluidos como sujetos pasivos del control de
identidad a los adolescentes infractores. Otro argumento que refuerza lo
expuesto es el hecho de que, si la justificación de dicha potestad radica en
tutelar la seguridad ciudadana de manera preventiva, no cabe duda que las
infracciones cometidas por adolescentes infractores sí pueden lesionar
gravemente dicho bien jurídico. Sin embargo, queda pendiente de analizar si el
control de identidad policial es compatible con los instrumentos internacionales
sobre niñez y adolescencia que les garantizan a los adolescentes infractores
un tratamiento especial, dada su situación de vulnerabilidad.

5. Bibliografía

 ARDITO VEGA, Wilfredo. El racismo y la policía nacional. Disponible en:


https://revistaideele.com/ideele/content/el-racismo-y-la-polic%C3%ADa-
nacional (consultado el 2 de setiembre de 2018).

 BRADFORD, Ben y LOADER, Ian. Policía, delincuencia y orden: el caso de la


parada y cacheo policial. En: Indret 4/2017. Disponible en:
http://www.indret.com/pdf/1331.pdf (consultado el 2 de setiembre de 2018).

 DUCE, Mauricio. Legislando en la oscuridad. El caso del control de identidad


preventivo y su debate en la Cámara de Diputados. En: Estudios Públicos, 141
(verano 2016). pp. 59-99.

 EGUIGUREN PRAELI, Francisco. El derecho a la libertad personal: contenido,


restricciones y protección frente a detenciones arbitrarias. pp. 25-92. En:
Estudios Constitucionales. Ara editores. Lima, 2002.

 FERNÁNDEZ SEGADO, Francisco. El derecho a la libertad y a la seguridad


personal. Su construcción jurisprudencial. pp.53-97 En: Asamblea: revista
parlamentaria de la Asamblea de Madrid. N° 4, diciembre de 2000.

 IRARRÁZABAL GONZÁLEZ, Paz. Igualdad en las calles en Chile: el caso del


control de identidad. pp. 234-265. En: Política Criminal Vol. 10, Nº 19 (Julio
2015)

 MARTÍN RÍOS, Pilar. El derecho a la libertad personal frente a la “retención”


policial con fines de identificación. pp. 87-113. En: Revista Española de
Derecho Constitucional, 112, enero-abril 2018. Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales.

 NOGUEIRA ALCALÁ, Humberto. El derecho a la libertad personal en el


ordenamiento jurídico chileno. pp. 289-337. En: Ius et Praxis, vol. 5, núm. 1,
1999

 ZÚÑIGA RODRIGUEZ, Laura. Libertad personal, seguridad pública y sistema


penal en la Constitución de 1993. p. 6. Disponible en:
https://www.unifr.ch/ddp1/derechopenal/anuario/an_1994_02.pdf (consultado el
5 de setiembre de 2018).

También podría gustarte