Está en la página 1de 10

Funcionamiento de la refrigeración de

aire
La función de refrigeración del aire que penetra en el habitáculo no es tan
sencilla como la calefacción, y por ello ha tardado más en aparecer en los
vehículos de serie. El sistema de aire acondicionado requiere unos
componentes específicos más complejos, así como un fluido adecuado
para el intercambio de calor.
A diferencia del sistema de calefacción, en el que el líquido refrigerante
absorbe calor del motor y se lo cede a dos radiadores (refrigeración y
calefacción), en el caso del aire acondicionado, el objetivo consiste en que
el fluido frigorífico absorba el calor del aire que entra al habitáculo
mediante el evaporador. Por lo tanto, deberá cederlo al ambiente
mediante otro intercambiador, el condensador.
El principio de funcionamiento del circuito de aire acondicionado se
puede explicar siguiendo las siguientes etapas:

Etapa 1: Compresión

El fluido en estado gaseoso es aspirado por el compresor a baja presión y


baja temperatura (3 bar, 5ºC) y sale comprimido a alta presión y alta
temperatura (20 bar, 110ºC). La energía necesaria para llevar a cabo este
trabajo de compresión se la aporta la correa del alternador, que también
suele mover la bomba de líquido refrigerante.

Etapa 2: Condensación

El fluido en estado gaseoso entra en el condensador a alta presión y


temperatura. Empieza la cesión de calor del fluido al aire que atraviesa el
intercambiador, produciéndose la condensación del fluido frigorífico,
saliendo del condensador en estado líquido a alta presión y temperatura
media (19 bar, 60ºC)
Etapa 3: Filtrado y desecado

El fluido en estado líquido pasa por el filtro deshidratante, que absorbe la


humedad que pueda contener el fluido. Además, pasa a través de un
elemento filtrante que retiene las impurezas presentes en el líquido. No
debe producirse ningún cambio en el estado termodinámico del fluido.

Etapa 4: Expansión

El fluido en estado líquido a 19 bar y 60ºC penetra en la válvula de


expansión termostática, produciéndose una caída brusca de presión y
temperatura. El fluido sale de la válvula en estado difásico, a una presión
de 3 bar y una temperatura de 0ºC.

Etapa 5: Evaporación

El fluido en estado difásico penetra en el evaporador, donde comienza el


intercambio de calor con el aire exterior que penetra al habitáculo. El
fluido necesita absorber calor para poder evaporarse, y lo toma del aire
que atraviesa el evaporador. A su vez, la humedad presente en este aire se
condensa sobre las aletas (superficie fría) y se acumula en una bandeja
bajo el intercambiador, para después ser evacuada al exterior mediante un
conducto de desagüe.
Etapa 6: Control

El fluido a la salida del evaporador y por lo tanto a la entrada del


compresor debe estar en estado gaseoso, para evitar posibles deterioros
en el compresor. En los circuitos equipados con una válvula de expansión
termostática, el control se realiza a la salida del evaporador, mediante el
recalentamiento, o diferencia entre la temperatura a la salida del
evaporador y la temperatura de evaporación.
Dicho valor debe estar comprendido entre 2 y 10ºC, y en caso de
encontrarse fuera de estos márgenes, la válvula se abre mas o menos para
permitir la entrada de una caudal mayor o menor al evaporador. Es por lo
tanto imprescindible no variar el tarado de dicha válvula.
Una vez garantizada la evaporación de la totalidad del fluido, éste pasa de
nuevo por el compresor, y el ciclo comienza de nuevo.

Los Fluidos para refrigeracion


Se sabe que la función principal del dispositivo de climatización es
producir frío, captando el calor del aire ambiente. Todo fluido absorbe
calor. Los fluidos frigoríficos se utilizan en climatización por su gran
capacidad de absorción de calor. Estos fluidos deben reunir una serie de
características para que su efectividad sea óptima:
• Características favorables de presión y temperatura para conseguir que
las presiones no sean demasiado elevadas en el condensador ni
demasiado bajas en el evaporador

• Valor de calor latente de evaporación elevado para poder conseguir un


mayor efecto frigorífico

• Valor de la temperatura crítica lo suficientemente elevado para evitar


que el compresor comprima el fluido hasta una presión por encima de la
presión crítica, en cuyo caso no se produciría cambio de estado en el
condensador

• Temperatura de evaporación inferior a la temperatura ambiente

• Seguridad contra el peligro de incendio y de explosión

• Estabilidad química y compatibilidad con los materiales que componen


el circuito • Baja toxicidad para evitar daños a las personas que los
manipulan

• Miscibilidad con el aceite lubricante empleado

Tipos de fluidos:
 CFC: CLOROFLUOROCARBUROS (Ejemplo R12, R11, R502): Están
compuestos de cloro, de flúor y de carbono. Contribuyen fuertemente
a la destrucción de la capa de ozono
 HCFC: HIDROCLOROFLUOROCARBUROS (Ejemplo R22, D124):
Están compuestos de cloro, flúor, carbono e hidrógeno. Contribuyen a
la destrucción de la capa de ozono y al recalentamiento del planeta
por el efecto invernadero
 HFC: HIDROFLUOROCARBUROS (Ejemplo R134a, ISCEON 49):
Está compuestos de flúor, carbono e hidrógeno. Contribuyen al
recalentamiento del planeta por el efecto invernadero

El R12 (Freon 12)

El diclorodifluormetano (C Cl2 F2) denominado R-12 o Freón 12 es un


fluido caracterizado por un alto calor de evaporación. Pertenece a la
familia de los Clorofluorocarbonos, CFC. Su punto de ebullición se
encuentra a –29.4 ºC a presión atmosférica. Presenta una elevada
estabilidad a altas temperaturas y no reacciona con la mayor parte de los
metales (excepto el zinc y el magnesio). Además no deteriora la goma de
las tuberías. Sin embargo, en presencia de agua es altamente corrosivo, ya
que la reacción produce ácido clorhídrico.
Cl + H2O => HCl
En condiciones normales es un gas incoloro, con un ligero olor y no
produce manchas. Es miscible con los aceites lubricantes minerales,
tomando las precauciones necesarias en el dimensionamiento de las
tuberías con el fin de asegurar el retorno del aceite al compresor.
En condiciones normales no es inflamable ni explosivo, tanto en estado
líquido como gaseoso, sin embargo si se pone en contacto con una llama o
con un metal muy caliente se descompone en gas fosgeno (gas mostaza)
que es un gas muy venenoso. Además no se debe poner en contacto este
fluido con los ojos, ya que se pueden producir congelación.
Desgraciadamente este compuesto alcanza rápidamente las capas altas de
la atmósfera, donde se encuentra el ozono, O3. Se sitúan a una altura
aproximada de 15 km. Y pueden permanecer durante 120 años.
Debido al efecto de los rayos ultravioletas, se produce la degradación
química del R-12, liberándose las moléculas de cloro, que reaccionan con
el ozono capturando un átomo de oxígeno, disminuyendo la
concentración de ozono en esa zona. Una molécula de cloro puede
destruir entre 50000 y 100000 moléculas de ozono.

La capa de ozono que rodea la tierra a nivel de la estratosfera asegura la


protección contra los rayos ultravioletas, que atacan al organismo
humano y a la vida vegetal y animal. Además, esta capa limita el efecto
invernadero, manteniendo el equilibrio térmico del planeta mediante la
reflexión de los rayos infrarrojos hacia la tierra. Así pues, la destrucción
de esta capa de ozono provocaría la penetración de los rayos UV, con el
consiguiente riesgo para la salud, así como el recalentamiento del planeta.

El R134a:

La alternativa al R-12 es el tetrafluoroetano (CH2F-CF3), que pertenece a


la familia de los Hidrogenofluorocarbonos (HFC). Su punto de ebullición
es de –26.3 ºC a presión atmosférica. Presenta así mismo una baja
toxicidad.
De la misma forma que el R-12, no es inflamable en condiciones
normales, pero sin embargo es corrosivo en presencia de agua, ya que se
produce ácido fluorhídrico, a través de la reacción:
F + H2O => HF
No es miscible con aceites minerales, sino con aceites sintéticos PAG
(glicol polialcalino). El tamaño de sus moléculas es inferior a las del R-12,
por lo que la posibilidad de fugas es mayor.

Las características termodinámicas de este compuesto son similares a las


del R-12. Posee un elevado calor latente de vaporización, cambia de
estado a presiones poco elevadas y su temperatura de evaporación es
apropiada para los sistemas de climatización.
En cuanto a los efectos medio ambientales, al no tener cloro en su
composición, el R134a es inocuo para la capa de ozono, sin embargo
también contribuye al efecto invernadero, aunque en menor medida que
el R-12. Su tiempo de permanencia en la atmósfera también es mas
reducido, en torno a 15 años.

Comparativa entre ambos fluidos:

En la tabla siguiente se pueden observar algunas características físicas


para ambos fluidos:

El ODP representa las iniciales de Ozone Depleting Potential, potencial de


destrucción del ozono. Se le ha atribuido arbitrariamente al R11 un ODP
de 1 y se indican valores relativos a este para los demás refrigerantes. Por
otro lado el HGWP representa las iniciales de Global Warming Potential o
potencial de recalentamiento global de la atmósfera. Se le asigna un valor
de 1 al CO2, principal contribuyente al efecto invernadero y se indican
valores relativos para cada refrigerante.
Se enumeran a continuación las diferencias y similitudes entre estos dos
fluidos desde el punto de vista técnico.

En cuanto al aspecto técnico: Primeramente, se puede ver en la siguiente


gráfica como para una misma presión de alta, el R12 tiene una
temperatura mayor, por lo que puede ceder mayor calor al ambiente,
mientras que para una misma presión de baja, la temperatura que puede
alcanzar el R12 es menor, por lo que puede absorber mayor calor al aire
entrante.

Así pues, utilizando el R12 se obtienen unas prestaciones superiores para


un mismo circuito. Otra forma de confirmar esta observación es mediante
el siguiente razonamiento. Suponiendo que se dispone de un circuito
dimensionado para R12 en el que se introduce R134a, para unas
temperaturas de condensación y de evaporación idénticas, si se observa la
gráfica la presión en el condensador aumenta y la presión en el
evaporador disminuye. Como consecuencia de esto, se observa para esas
condiciones un aumento de la presión de descarga del compresor y sin
embargo una disminución de la temperatura de descarga del circuito.
Además se observa un aumento del volumen específico. Todo esto
demuestra que el intercambio térmico en el condensador no es tan bueno
para el R134a como lo es para el R12. Habrá que modificar por lo tanto la
capacidad de disipación de calor del condensador y la cilindrada del
compresor para obtener unas prestaciones análogas. Además, el menor
tamaño de las moléculas del R134a incrementa la posibilidad de fugas en
las juntas de las canalizaciones y puede atacar a diversos tipos de gomas,
por lo que las canalizaciones deben ser de material compatible.
El filtro deshidratante también ha de ser sustituido, ya que el R134a
puede atacar a las zeolitas y descomponerlas debido al tamaño menor de
sus moléculas. Finalmente, y debido a la variación del volumen específico
y del calor específico, las secciones de paso de la válvula de expansión son
más pequeñas que en el caso del R12.

Origen y tratamiento de los malos olores


La aparición de olores nauseabundos y persistentes es una disfunción
seria del sistema de climatización, pudiendo estos olores volverse
insoportables y llevar a unos costes de intervención importantes para ser
resuelto este problema.
Estos olores que aparecen ocasionalmente en los sistemas de
climatización tienen tres posibles causas:

• El filtro habitáculo

• El evaporador

• El conducto de evacuación de los condensados

1.- El filtro habitáculo

La función del filtro habitáculo es retener el polen, el polvo y otras


partículas nocivas para la salud. El tamaño de estas partículas es de
aproximadamente 0.5 micras. Cuando el filtro se satura, retiene partículas
incluso más pequeñas. Está constituido de fibras sintéticas (tejidas o no).
Si el agua llega a mojar este filtro, las fibras absorben esta agua, creando
de esta forma un medio propicio al desarrollo de bacterias y otros
microorganismos. Este medio de cultivo es la primera fuente posible de
olores desagradables que pueden producirse en el habitáculo. Además,
estas baterías, transportadas por el aire impulsado hacia el interior del
habitáculo, pueden engendrar enfermedades respiratorias como por
ejemplo bronquitis, anginas, rinofaringitis, etc…
La presencia de agua en el filtro tiene dos posibles causas:

• una concepción errónea de la entrada de aire del vehículo

• una tasa de humedad muy elevada (países tropicales, lluvia)

2.- El evaporador

El evaporador es un intercambiador de calor que juega dos papeles


fundamentales: enfriar el aire que penetra en el habitáculo y
deshumidificarlo. La aparición de agua en la superficie del evaporador es
un fenómeno físico normal. Cuando el aire cargado de humedad se pone
en contacto con una superficie fría, se produce una condensación de agua.
Ejemplo: el aire a 30 ºC y 50 % de humedad relativa, enfriado hasta 10 ºC
al pasar a través del evaporador, produce 5.7 gramos de agua por cada kg.
de aire. Con un caudal de aire impulsado de 400 kg./h (caudal medio de
una instalación), la cantidad de agua que se condensa sobre el evaporador
en una hora es de 2.3 kg. Hay por lo tanto un caudal de 2.3 l de agua por
hora que debe ser evacuado.
La superficie del evaporador está tratada para facilitar la evacuación del
agua. El revestimiento externo del evaporador es hidrófilo. Genera una
fina película de agua que actúa como una película protectora e impide a
las gotas de agua estancarse sobre la superficie de las aletas del
evaporador Un evaporador envejecido tiene su superficie corroída, ya que
ha perdido su revestimiento hidrófilo. Es también el caso de evaporadores
que han recibido un tratamiento de superficie inadecuado. Este hecho
lleva a una acumulación de agua en las aletas. Si el funcionamiento de la
climatización no es regular, al menos cada 15 días, esta agua se pudre.
Esta es la segunda causa de aparición de errores desagradables en el
habitáculo. De nuevo en este caso se desarrollan bacterias, que
transportadas dentro del habitáculo, pueden acarrear problemas o
enfermedades respiratorias.
Se encuentran en los comercios productos que permiten limpiar el
evaporador y que se jactan de sus propiedades fungicidas y
antibacterianas. Estos productos tienen un efecto mas bien nefasto sobre
el revestimiento del evaporador. En efecto, el elemento limpiador cumple
bien su función (es un jabón), pero el elemento antibacteriano se
comporta como un limpiador del revestimiento del evaporador. Este
hecho engendra averías en el evaporador e incluso en el impulsor.

3.- El conducto de evacuación de los condensados

Este conducto sirve para evacuar el agua que se condensa sobre el


evaporador y que fluye por gravedad hacia la parte baja del bloque frío
(carcasa de plástico que contiene el evaporador). Este conducto puede
taponarse debido a los restos vegetales y al polvo. El agua no se drena ni
se evacua en este caso, sino que se acumula en la parte baja del bloque
frío, se estanca y se pudre. La obstrucción de este conducto es la tercera
causa de aparición de malos olores en el habitáculo con el riesgo asociado
de problemas respiratorios.

Consejos para evitar la aparición de MALOS olores


• Sustituir de forma regular el filtro habitáculo para evitar la aparición de
olores y problemas respiratorios

• Los únicos productos de limpieza que se deben utilizar son aquellos que
no agreden al revestimiento del evaporador

• En cada intervención sobre el vehículo hay que verificar y limpiar el


orificio de evacuación de condensados

• Si después de la limpieza del evaporador y del orificio de evacuación


persiste el olor, hay que proceder imperativamente al desmontaje y
sustitución del evaporador

Eso es todo por ahora.

También podría gustarte