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UNIVERSIDAD DE ORIENTE

NÚCLEO BOLÍVAR
ESCUELA DE CIENCIAS DE LA SALUD
“Dr. Francisco Battistini Casalta”
DEPARTAMENTO DE SALUD MENTAL

PREVALENCIA DE LOS PRINCIPALES MOTIVOS DE


CONSULTA PSIQUIÁTRICA EN NIÑOS MENORES DE 12 AÑOS.
CONSULTA CRÍTICA. SERVICIO DE PSIQUIATRÍA. COMPLEJO
HOSPITALARIO UNIVERSITARIO “RUIZ Y PÁEZ”. CIUDAD
BOLÍVAR - ESTADO BOLÍVAR. ENERO 2015 - ENERO 2018.

Tutor: Trabajo de Grado presentado por:


Dra. Domenica Muselli Br. Ingrid Josefina Figuera Aular.
C.I. 19.561.983

Como requisito parcial para optar por el título de Médico Cirujano.

Ciudad Bolívar, abril de 2018.


ÍNDICE

ÍNDICE ........................................................................................................................ ii
RESUMEN ................................................................................................................. iii
INTRODUCCIÓN ...................................................................................................... 1
JUSTIFICACIÓN ..................................................................................................... 10
OBJETIVOS.............................................................................................................. 11
METODOLOGÍA ..................................................................................................... 12
RESULTADOS ......................................................................................................... 14
DISCUSIÓN .............................................................................................................. 21
CONCLUSIONES .................................................................................................... 23
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .................................................................... 24
APÉNDICES

ii
PREVALENCIA DE LOS PRINCIPALES MOTIVOS DE CONSULTA
PSIQUIÁTRICA EN NIÑOS MENORES DE 12 AÑOS. CONSULTA CRÍTICA.
SERVICIO DE PSIQUIATRÍA. COMPLEJO HOSPITALARIO
UNIVERSITARIO “RUIZ Y PÁEZ”. CIUDAD BOLÍVAR - ESTADO BOLÍVAR.
ENERO 2015 - ENERO 2018.

Tutora: Dra. Domenica Muselli. Autora: Figuera Ingrid.


2018
RESUMEN

Los problemas psiquiátricos en la infancia constituyen una patología emergente en


Pediatría, y aunque las urgencias psiquiátricas verdaderas son poco usuales, un número
significativo de niños consultan en los servicios de urgencias pediátricos por presentar
síntomas o signos atribuibles a patologías de la esfera psicológica. Por lo tanto, los
departamentos de emergencia pediátricos se han convertido en el principal punto de
detección y/o evaluación de problemas de salud mental, independientemente de si los
problemas se consideran verdaderas emergencias de salud mental. Objetivo: Evaluar los
principales motivos de consulta psiquiátrica en niños menores de 12 años del servicio de
Psiquiatría del Complejo Hospitalario Universitario “Ruiz y Páez” de Ciudad Bolívar -
Estado Bolívar, durante el periodo enero 2015 - enero 2018. Metodología: Estudio de
tipo descriptivo, retrospectivo, transversal, de campo, no experimental. La muestra
estuvo conformada por 384 pacientes menores de 12 años que asistieron al centro de
salud mencionado. Resultados: El grupo de edad donde hubo mayor prevalencia de
consulta fue el rango de 9-10 años en un 25,9%. Los pacientes de género masculino
fueron los que mayormente consultaron en un 63,2%. En el 89,4% de los pacientes no
se vio reflejado un motivo de consulta claro. Los motivos de consulta más frecuentes
fueron los relacionados con los trastornos del estado de ánimo en un 29,7%. El lugar de
procedencia de más frecuente consulta fue del estado Bolívar en un 89,2%.
Conclusiones: En la gran mayoría de los pacientes no pudo ser determinado un motivo
de consulta preciso.

Palabras clave: Psiquiatría infantil, motivo de consulta, niños menores de 12


años.

iii
INTRODUCCIÓN

Los problemas psiquiátricos en la infancia constituyen una patología emergente en


Pediatría (Sánchez y González, 2014). Aunque las urgencias psiquiátricas verdaderas
son poco usuales, un número significativo de niños consultan en los servicios de
urgencias pediátricos por presentar síntomas o signos atribuibles a patologías de la
esfera psicológica (Benito, 2005). Los trastornos de salud mental que se inician en la
infancia o la adolescencia, además del sufrimiento que presentan para el menor y su
familia, conllevan consecuencias personales que se extienden hasta la edad adulta, así
como consecuencias sociales en cuanto al costo económico y productivo para la
sociedad (Benjet, 2009).

Los jóvenes menores de 15 años representan 30% de la población de América


Latina y el Caribe y más del 40% en algunos países como Guatemala y Bélice. Sin
embargo, el rezago de los datos epidemiológicos para conocer las necesidades de
atención, la disponibilidad de servicios, los recursos humanos especializados y las
políticas de salud mental para la población joven en América Latina y el Caribe, es
considerable (Benjet, 2009). La prevalencia de trastornos psiquiátricos en el rango de
edad de la infancia es alrededor del 10-15%, siendo los diagnósticos más frecuentes, el
trastorno de la conducta de oposición desafiante (7,0%) y trastornos de ansiedad (5,2%)
(Scivoletto et al., 2010).

Las adolescentes tienden a presentar mayores tasas de depresión y ansiedad,


mientras que los varones prepúberes tienden a mostrar tasas mayores de trastorno por
déficit de atención que las niñas, y tasas ligeramente mayores de trastorno disocial y
oposicionista desafiante, aunque no de manera consistente. Si se considera que la
prevalencia de los trastornos mentales en jóvenes de América Latina y el Caribe es de
20%, como estimación cruda y conservadora, por lo menos 53 millones de niños, niñas,
adolescentes y jóvenes requieren atención en salud mental en los países de la Región
(Benjet, 2009).
2

Una urgencia psiquiátrica infantil se considera al proceso que genera suficiente


tensión emocional para que el niño o su familia consideren difícil el control de la
situación. El objetivo de la actuación médica es atenuar la sintomatología aguda y la
decisión terapéutica debe ir dirigida, fundamentalmente, a detectar riesgo de auto o
heteroagresividad y la conveniencia o no de un ingreso psiquiátrico, siendo lo más
habitual, la necesidad de tratamiento farmacológico. En muchas ocasiones, esta
intervención urgente es la vía de entrada del niño en la red de Salud Mental (Sánchez y
González, 2014).

Los objetivos básicos de una evaluación urgente deben incluir el obtener


información del mayor número posible de informadores, obtener una historia del
desarrollo del paciente, contemplando el nivel de funcionamiento previo y los posibles
desencadenantes de la crisis actual, e investigar una posible ideación suicida,
agresividad, delirios, alucinaciones y síntomas confusionales, que puedan hacer
sospechar la presencia de organicidad subyacente. La colaboración entre el Pediatra y el
Psiquiatra es fundamental, porque hay que descartar patología orgánica como causa del
cuadro clínico (Benito, 2005).

Antes de la evaluación psiquiátrica, el Pediatra deberá haber valorado los


siguientes aspectos: presencia de enfermedad somática y o efectos secundarios a
medicaciones, antecedentes de traumatismo craneoencefálico, intoxicaciones
accidentales o voluntarias, sobredosis o síndromes de abstinencia, necesidad de
contención mecánica y asegurarse de que no es portador de armas, objetos cortantes o
sustancias (Sánchez y González, 2014).

Conviene hacer alguna referencia respecto a las condiciones físicas que debería
tener el lugar donde se realiza la evaluación. De manera ideal, debe tratarse de una zona
tranquila, con pocas distracciones ambientales, libre de objetos e instrumental médico
peligroso delicado (punzantes, salida de oxígeno u otros gases), muebles inestables o
entorpecedores que impidan la contención o la salida del médico, con un botón de
alarma por si es preciso solicitar ayuda por parte de los profesionales de seguridad del
centro y en un área aislada para no molestar al resto de los pacientes. Estas condiciones
raras veces se dan, motivo por el que la atención psiquiátrica urgente puede generar
3

rechazo por parte del equipo médico y de enfermería, que suele manifestar gran premura
en que se traslade al paciente a la unidad de Psiquiatría (Benito, 2005).

El compromiso de la familia es fundamental desde la evaluación inicial, para la


obtención de datos objetivos sobre la historia y el ambiente del paciente, además de la
evaluación de la situación familiar. La presencia o ausencia de apoyo familiar y social
son factores clave en la evaluación del riesgo del paciente y pueden determinar la
decisión sobre la necesidad de hospitalización. La presentación clínica de cuadros
psiquiátricos en niños tiende a ser distinta de la de los adultos. En una evaluación de
emergencia, debe estar alerta a los síntomas presentados, el impacto de los síntomas del
paciente y su familia, factores de riesgo y recursos para la intervención (Scivoletto et
al., 2010).

Las urgencias en psiquiatría infantil pueden manifestarse como alteraciones de los


sentimientos, de la conducta o del rendimiento escolar. Pueden tener su origen en
tensiones físicas o emocionales provocadas por defectos congénitos, lesiones físicas,
contradicciones en la crianza, conflictos maritales, malos tratos y negligencia. Sin
embargo, no existe una relación causal directa entre factores concretos y síntomas o
trastornos específicos, es decir, son de origen multifactorial y su expresión depende de
muchas variables como: temperamento, nivel de desarrollo, naturaleza y duración del
estrés, experiencias pasadas y capacidad de la familia para superar los problemas y
adaptarse a nuevas situaciones. Los niños pueden reaccionar de forma inmediata a
hechos traumáticos o mantener latentes sus sentimientos hasta períodos de mayor
vulnerabilidad psicológica (Sáez, 2003).

Los lactantes y niños menores de 2 años tienden a reaccionar ante las situaciones
de tensión con trastornos de las funciones fisiológicas, como alteraciones de la
alimentación y el sueño; con expresiones globales de ira y temor, como rabietas o
conductas de retraimiento o evitación. En los escolares estas dificultades se reflejan en
sus relaciones con amigos y familiares; en el rendimiento escolar, que desciende;
mediante el desarrollo de síndromes psicológicos específicos como fobias o trastornos
psicosomáticos o conductas regresivas, o sea formas infantiles de funcionamiento (Sáez,
2003).
4

Algunas acciones sintomáticas de los niños pueden formar parte del desarrollo
normal. Por ejemplo, una rabieta puede representar el negativismo normal de un
preescolar, en cambio, su presentación a raíz de una provocación sin importancia en un
niño de 6 años puede ser signo de trastornos psicosociales. Para juzgar si una conducta
es una variante del desarrollo o un indicio de problemas más graves debe tenerse en
cuenta la edad del niño, la frecuencia, la intensidad y el número de síntomas, y sobre
todo, el grado de afectación funcional (Sáez, 2003).

La agitación psicomotriz consiste en una actividad motora y cognitiva excesiva,


que surge en respuesta a una tensión interna y que se traduce en: inquietud psicomotriz,
irritabilidad, mayor reacción ante estímulos y conductas inapropiadas sin finalidad
coherente, que pueden traducirse en actividades destructivas y violentas. Ante un
paciente agitado, lo primero que debe descartarse es que sufra un problema orgánico no
psiquiátrico. Por ello, siempre es necesaria una evaluación previa por el Pediatra
(Sánchez y González, 2014).

El comportamiento agresivo es la principal causa de atención psiquiátrica de


emergencia en la infancia, sin embargo, se trata de una señal poco específica. Los
comportamientos auto-heteroagresivos y cuadros de agitación pueden ser
manifestaciones de prácticamente todos los diagnósticos psiquiátricos: trastornos de
conducta y opositor-desafiante, trastorno de déficit de atención e hiperactividad,
autismo, retraso mental, psicosis, trastornos del humor (TH), abuso o la intoxicación por
drogas y los trastornos conversivos/disociativos. Lo que va a determinar el diagnóstico
serán los síntomas asociados y una historia de niños, que deben ser vigilados después el
control del comportamiento (Fleitlich y Goodman, 2004; Dolan y Mace, 2006).

La alteración aguda de comportamiento generalmente manifiesta por auto o


heteroagresividad y puede ser el resultado de la reagudización de trastorno preexistente
o la primera crisis que determina el inicio de un cuadro psiquiátrico. La mayoría de las
veces, estos cuadros presentan factores desencadenantes que deben ser investigados
tanto con el paciente como con la familia. Incluso sin la presencia de trastorno
psiquiátrico, el niño puede presentar un comportamiento agresivo reactivo a situaciones
de crisis familiar, social o personal. En estos casos generalmente son crisis aisladas,
poco frecuentes y menos intensos (Dolan y Mace, 2006).
5

Ante un paciente con agitación psicomotriz se le realizará una historia clínica con
búsqueda activa de datos en relación a: conductas violentas, conductas previas, a quién
va dirigida la violencia, factores que precipitan la crisis actual y presencia o ausencia de
una relación que permita la contención. Posteriormente, se realizará una exploración
física general neurológica y búsqueda de signos de intoxicación y abstinencia y, por
último, la exploración psicopatológica (Sánchez y González, 2014).

En niños, las intoxicaciones agudas generalmente resultan de accidentes


domésticos. Entre adolescentes, es más probable la ingestión voluntaria, incluso de
productos no considerados drogas de abuso, como productos de limpieza, solventes o
insecticidas. En estos casos, es fundamental la diferenciación con intento de suicidio,
discutida. Independientemente si la ingestión fue accidental o intencional, durante la
atención de emergencia la prioridad es garantizar la estabilidad clínica del paciente
(Scivoletto et al., 2010).

Los cuadros de intoxicación aguda en jóvenes pueden manifestarse con agitación


psicomotora, agresividad, psicosis aguda y, en los casos más graves, confusión mental,
coma y alteraciones cardiocirculatorias. Estas situaciones requieren una evaluación
inmediata y detallada. Algunos de los signos clínicos pueden indicar una probabilidad
más alta de uso de un tipo de sustancia en relación a otros. Sólo después de la
estabilización de las condiciones clínicas del paciente se realizará la evaluación
psiquiátrica detallada (Scivoletto et al., 2010).

Los intentos de suicidio en la infancia no deben banalizarse y la entrevista ha de


centrarse en el riesgo suicida. Bajo este epígrafe, se engloba un espectro que abarca,
desde el pensamiento sobre la muerte, hasta el suicidio consumado. Suicidio y
comportamiento suicida (CS) están asociados a trastornos psiquiátricos como TH,
trastornos alimentarios (TA), psicosis y trastorno de conducta (TC). También pueden
estar relacionados con situaciones de disfunción familiar y las condiciones físicas
crónicas (Barnes et al., 2010).

Además de tratarse de un motivo frecuente de consulta de urgencia en la atención


infantojuvenil, el suicidio es la tercera causa de muerte en niños y adolescentes en
EE.UU. Supuso el 14% de las muertes en adolescentes (15-19 años) y el 8% en niños de
6

10 a 14 años. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las tasas
de suicidio entre 5-14 años son de 1,5: 100.000 en niños y 0,4: 100.000 en niñas y en el
rango de 15-24 años, 22: 100.000 para el sexo masculino y 4,9: 100.000 para el
femenino. Las mujeres realizan más intentos autolíticos; mientras que, los varones los
consuman más, frecuentemente en familias desestructuradas y con antecedentes
familiares psiquiátricos y de suicidio. En niños con antecedentes de abuso crónico,
también aumenta la prevalencia (Pelkonen y Marttunen, 2003; Scivoletto et al., 2010;
Sánchez y González, 2014).

En los últimos 50 años, estas tasas han aumentado entre los más jóvenes con los
mayores. Estos valores no contabilizan intentos de suicidio, sólo las muertes
reportadas. Se estima que el impacto de los actos suicidas, especialmente en
adolescentes, es considerablemente más alta que las cifras reportadas. Para la
evaluación del riesgo de suicidio en el niño es necesario considerar que el concepto de
muerte y de autoexterminación se modifica de acuerdo con el desarrollo. En general, los
niños no entienden la muerte como algo definitivo, sería como dormir y despertar. Así,
ella puede estar triste por la muerte de un ser querido y desear morir sólo para
"reencontrarlo y luego volver" (Goldstein et al., 2009).

El riesgo de suicidio debe considerarse inminente en pacientes con un plan activo


o intencionalidad, sobretodo en contextos de desinhibición (impulsividad o
intoxicación) y con acceso a medios letales. Los niños pueden ser incapaces de evaluar
con precisión la letalidad; por lo que, la evaluación del riesgo ha de basarse en su
percepción de la misma (Sánchez y González, 2014).

En la infancia, los factores relacionados con la influencia del desarrollo cognitivo


y emocional de la presentación clínica de los síntomas psicóticos. Los síntomas
posiblemente presentes en este grupo de edad son: ideas delirantes, alucinaciones,
síntomas negativos, discurso y comportamiento desorganizado o catatónico. Los
síntomas psicóticos suponen una pérdida de contacto con la realidad, habitualmente en
forma de alteraciones del pensamiento, la percepción y la relación. Típicamente
clasificados en alucinaciones (fenómenos perceptivos sin objeto) y delirios (alteraciones
del contenido del pensamiento) (Castro et al., 2007; Sánchez y González, 2014).
7

Dichos síntomas pueden corresponder a cuadros orgánicos (intoxicaciones o


abstinencia) o a trastornos psiquiátricos (esquizofrenia, trastorno bipolar). Estos
pacientes pueden acudir a urgencias con síntomas de agitación o agresividad, de
inhibición o catatonía, angustia, conductas bizarras o aislamiento. Tras una evaluación
médica, en la que se ha debido descartar la presencia de indicadores de organicidad, la
exploración debe centrarse en la psicopatología del paciente, con especial atención a:
alucinaciones, tipo (auditivas más frecuentes en cuadros psiquiátricos; visuales apunta a
organicidad), frecuencia, contenido (imperativas, insultantes), impacto emocional
(angustia) o conductual; a los delirios: contenido (persecutorios, de perjuicio,
megalomaníacas), vivencias de robo o control del pensamiento; y a los síntomas
psicomotrices: agitación, inquietud, síntomas catatónicos (típicamente con gran
inhibición psicomotriz, estupor, mutismo, negativismo, oposicionismo y flexibilidad
cérea) (Sánchez y González, 2014).

Aunque es bastante común en los niños, los trastornos de ansiedad son con
frecuencia no reconocidos, y en cuanto a los trastornos somatomorfos, los trastornos
disociativos y conversivos, existe una fuerte asociación con la TH o trauma sufrido por
los niños o adolescentes. A menudo, estas condiciones generan solicitudes de
evaluación con el objetivo de explicar síntomas orgánicos que no presentan hallazgos
físicos compatibles (Beesdo et al., 2009; Sar et al., 2009).

Las crisis típicas de ansiedad son inusuales en los niños y suelen manifestarse con
síntomas somáticos (cefalea o dolor abdominal). Sin embargo, los cuadros de
presentación atípica pueden ser erróneamente diagnosticados como ansiosos o
conversivos. La falta de evidencia de etiología orgánica en un momento dado no
excluye esta posibilidad. Se debe estar especialmente atento a signos como la larga
duración del cuadro y los síntomas neurológicos duraderos. Además, los cuadros
conversivos y ansiosos pueden superponerse a las patologías clínicas. (Scivoletto et al,
2010).

El abuso y maltrato infanto-juvenil es un problema con implicaciones médicas,


sociales y legales. Se definen por violencia física, crueldad mental, abuso sexual, o
negligencia grave, lo que lleva a consecuencias para su desarrollo físico y
psicológico. Los casos de abuso físico son, la mayoría de las veces, observados por
8

Pediatras y el Psiquiatra puede ser llamado para evaluar el estado emocional del niño y
de la familia. Por su prevalencia y consecuencias, obliga a una adecuada identificación,
gestión y tratamiento desde un punto de vista multidisciplinar (sanitario, social y
jurídico). Los objetivos de la intervención en Urgencias de los casos de maltrato infantil
son: establecer el diagnóstico, o la sospecha diagnóstica de maltrato, instaurar el
tratamiento necesario y asegurar la protección del pequeño para que no vuelva a ser
agredido (Scivoletto et al, 2010; Sánchez y González, 2014).

Clínicamente, el niño victimizado puede presentarse temeroso, agresivo y


adoptando posiciones de defensa. También puede manifestar apatía, somnolencia y
tristeza. En la evaluación, la información debe ser registrada de la forma más fidedigna
posible, evitando resúmenes, síntesis o abreviaturas. Se debe informar a quien presta la
información y mantener el vocabulario utilizado por el informante. El abuso crónico, en
cambio, puede llevar a una serie de manifestaciones psicopatológicas, como depresión,
trastorno de estrés postraumático, síntomas disociativos y somatomorfos, dificultades en
la modulación de la rabia y el control del impulso, dificultades en la participación
sexual, autoestimulación y abuso de sustancias (Scivoletto et al, 2010).

Durante los últimos años se ha observado un notable incremento en el número de


urgencias psiquiátricas atendidas en los servicios de urgencias de pediatría. Sin
embargo, son escasos los trabajos publicados al respecto, por lo que no son bien
conocidos el perfil y las características epidemiológicas de este tipo de pacientes
(Crespo et al., 2006).

Sills y Bland, en al año 2002, publicaron un estudio retrospectivo que tuvo por
objetivo describir las características de los encuentros en el departamento de
emergencias para pacientes pediátricos entre 1993-1999; encontrándose que la tasa
anual promedio fue de 326,8 visitas por cada 10.000 personas. Las tasas de visita
variaron según la región, la edad, la raza y el sexo del paciente. La psicosis fue el
diagnóstico en el 10,8% de estos pacientes, y el intento de suicidio lo fue en el
13,6%. Las visitas pediátricas de salud mental representaron el 1,6% de todas las visitas
a la emergencia en este grupo de edad.
9

En el 2006, Crespo et al., realizó un estudio descriptivo, prospectivo y transversal


que incluía a todos aquellos niños que, tras haber acudido al servicio de urgencias de
Pediatría de un hospital de Madrid, precisaron asistencia por el especialista en
Psiquiatría, siendo remitidos a consultas externas de dicho servicio o bien diagnosticado
de patología psiquiátrica por el propio Pediatra. En dicho estudio fueron registradas 79
urgencias psiquiátricas sobre 36.449 urgencias totales (0,21 %). El 48,1 % eran niños y
el 51,9% niñas. Los principales diagnósticos fueron: trastorno de conducta (36,76 %),
trastorno de ansiedad (20,58 %) e ideación o intento autolítico (13,23 %). Se observó un
claro predominio de niños en el trastorno de conducta (67,85 %) y de niñas en el
trastorno de ansiedad (71,42 %) y en la ideación o intento autolítico (76,92 %) (Crespo
et al., 2006).

De igual manera, durante el 2015, Mutlu et al decidieron reflejar las


características de los niños y adolescentes que se presentaron en el servicio de
emergencia psiquiátrica de un hospital de salud mental. Arrojando como resultados, que
los síntomas más frecuentes fueron ideación suicida (21% niñas) y violencia hacia los
demás (20,7%, para la mayoría de los niños). Los diagnósticos más comunes fueron:
trastorno de la conducta (16,7% para la mayoría de los niños) y trastorno conversivo
(15,5%, para la mayoría de las niñas).

En Venezuela, se tienen datos acerca de los motivos de consulta psiquiátricos en


la población adulta, sin embargo, en cuanto a la población pediátrica y, específicamente
en niños menores de 12 años, no se encuentra suficiente información en la literatura. De
igual manera, diversos estudios inciden en que en numerosas ocasiones los trastornos
psiquiátricos no son bien reconocidos o adecuadamente orientados en las consultas
realizadas en los servicios de urgencias de Pediatría (Crespo et al., 2006). Por tal
motivo, y en base a lo antes mencionado, se consideró de gran interés desarrollar el
presente estudio para evaluar los principales motivos de consulta en la población
descrita que acudieron a la consulta crítica del servicio de Psiquiatría del Complejo
Hospitalario Universitario “Ruiz y Páez” de Ciudad Bolívar – Estado Bolívar, durante el
periodo de enero de 2015 a enero de 2018.
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JUSTIFICACIÓN

La prevalencia en aumento de las urgencias psiquiátricas como la ideación y


tentativas autolíticas, los episodios de agitación psicomotriz, los episodios psicóticos y
los cuadros de manifestación somática, obliga a que los hospitales infantiles dispongan
de zonas preparadas para este tipo de asistencia, que puede precisar inmovilización
terapéutica y horas en observación, ante la posibilidad de agitación o de fuga, y justifica
esta revisión para garantizar la mejor atención a los niños por parte del personal médico
(Sánchez y González, 2014).

En Venezuela, la información sobre los motivos de consulta psiquiátrica en niños


menores de 12 años, es escasa, por lo tanto, el presente estudio intenta revisar los puntos
de relevancia sobre el tema para la evaluación psiquiátrica de emergencia en niños,
presentar los principales diagnósticos a ser considerados en estas situaciones y orientar
la conducta inicial recomendada por la medicina basada en evidencias para cada una de
las situaciones.
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OBJETIVOS

Objetivo general

Evaluar los principales motivos de consulta psiquiátrica en niños menores de 12


años de la consulta crítica del servicio de Psiquiatría del Complejo Hospitalario
Universitario “Ruiz y Páez” de Ciudad Bolívar - Estado Bolívar, durante el periodo
enero 2015 - enero 2018.

Objetivos específicos

1. Distribuir a los niños menores de 12 años según edad y género.

2. Identificar la incidencia de los motivos de consulta psiquiátrica en niños menores


de 12 años.

3. Determinar los motivos de consulta psiquiátrica en niños menores de 12 años


según el género.

4. Precisar los motivos de consulta psiquiátrica en niños menores de 12 años según


la edad.

5. Establecer los motivos de consulta psiquiátrica en niños menores de 12 años


según la procedencia.
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METODOLOGÍA

Tipo de estudio

Este estudio es de tipo descriptivo, retrospectivo, transversal, de campo, no


experimental.

Universo

Conformado por todos aquellos pacientes menores de 12 años que asistieron a la


consulta crítica del servicio de Psiquiatría del Complejo Universitario Hospitalario
“Ruiz y Páez” de Ciudad Bolívar – Estado Bolívar, entre enero de 2015 a enero de
2018.

Muestra

Conformada por 384 pacientes menores de 12 años que asistieron a la consulta


crítica del servicio de Psiquiatría del Complejo Universitario Hospitalario “Ruiz y Páez”
de Ciudad Bolívar – Estado Bolívar, entre enero de 2015 a enero de 2018 que cumplan
con los criterios de inclusión.

Criterios de inclusión

 Pacientes menores de 12 años.


 Primera consulta en el área de Emergencia.

Criterios de exclusión

 Pacientes con consultas sucesivas.


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Procedimientos

Se acudió al archivo de historias médicas del servicio de Psiquiatría del Complejo


Hospitalario Universitario “Ruiz y Páez” donde se hizo uso de las historias clínicas de
cada paciente participante en la investigación para recoger datos como: número de
historia, sexo, edad, procedencia, año de consulta, motivos de consulta y antecedentes
personales. Los datos fueron vaciados en una ficha de control diseñada para tal fin
(Apéndice A).

Análisis Estadístico

Los resultados fueron presentados mediante tablas de distribución de frecuencias


y tablas de contingencia utilizando valores absolutos; realizados con el programa
Microsoft Excel® 2010 para la elaboración de la base de datos y el paquete estadístico
IBM SPSS Windows versión 23 para el análisis de los mismos. Se hizo uso del
porcentaje como medida de resumen.
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RESULTADOS

Tabla Nº 1
Distribución de pacientes según edad y género. Consulta crítica. Servicio de
Psiquiatría. Complejo Hospitalario Universitario “Ruiz y Páez”. Ciudad Bolívar -
Estado Bolívar. Enero 2015 - enero 2018.

Género
Total
Masculino Femenino
Edad (años) nº % nº % nº %

1–2 1 0,4 3 2,3 4 1,2

3–4 17 7,7 12 9,8 29 8,3

5–6 51 23,2 28 21,5 79 22,7

7–8 45 20,5 33 25,7 78 22,4

9 – 10 67 30,5 23 18 90 25,9

11 - 12 39 17,7 29 22,7 68 19,5

Total 220 100 128 100 348 100

De la muestra conformada por 348 pacientes menores de 12 años que asistieron al


Servicio de Psiquiatría Infantil, el 25,9% (n=90) tenían edades comprendidas entre 9 y
10 años, seguidos por aquellos con 5 o 6 años y edades entre los 7 y 8 años, donde se
encontró al 22,7% (n=79) y 22,4% (n=78) de la muestra, respectivamente. Por otra
parte, el 63,2% (n=220) eran de sexo masculino y el otro 36,8% (n=128) restante de
sexo femenino. Para los pacientes del sexo masculino, la mayoría tenían entre 9 y 10
años (30,5%; n=67) y en el caso de los pacientes del sexo femenino la mayoría tenían
entre 7 y 8 años (25,7%; n=33).
15

Tabla Nº 2A
Distribución de pacientes según la presencia del motivo de consulta en la historia
clínica. Consulta crítica. Servicio de Psiquiatría. Complejo Hospitalario
Universitario “Ruiz y Páez”. Ciudad Bolívar - Estado Bolívar. Enero 2015 - enero
2018.

Motivo de consulta Pacientes


presente en la historia nº %

Si 37 10,6
No 311 89,4
Total 348 100

De la muestra conformada por 348 pacientes menores de 12 años que asistieron al


servicio de Psiquiatría, el 89,4% (n=311) no tenían reflejado en la historia un motivo de
consulta claro, mientras que en el 10,6% (n=37) de los casos si tenían el motivo de
consulta presente en la historia.
16

Tabla Nº 2B
Distribución de pacientes según el motivo de consulta. Consulta crítica. Servicio de
Psiquiatría. Complejo Hospitalario Universitario “Ruiz y Páez”. Ciudad Bolívar -
Estado Bolívar. Enero 2015 - enero 2018.

Pacientes
Motivo de consulta nº %

Abuso sexual 1 2,7

Convulsiones 6 16,2

Delirium 1 2,7

Estrés Postraumático 5 13,5

Psicosis 1 2,7

TDAH 8 21,6

Trastornos del comportamiento 4 10,8

Trastornos del estado de ánimo 11 29,7

Total 37 100

De las 37 historias de los pacientes analizados que presentaron motivos de


consulta, los Trastornos del estado de ánimo ocuparon el primer lugar afectando al
29,7% (n=11), en segundo lugar se encontraron los pacientes afectados por TDAH
quieren representaron un 21,6% (n=8), le siguieron los pacientes que acudieron a
consulta con Convulsiones con un 16,2% (n=6), el Estrés Postraumático ocupó el cuarto
lugar con el 13,5% (n=5), con el 10,8% (n=4) se encontraron los pacientes con
Trastornos del comportamiento, el último lugar lo compartieron el Abuso sexual, el
Delirium y la Psicosis, cada una con el 2,7% (n=1).
17

Tabla Nº 3
Distribución de pacientes según el motivo de consulta y el género. Consulta crítica.
Servicio de Psiquiatría. Complejo Hospitalario Universitario “Ruiz y Páez”.
Ciudad Bolívar - Estado Bolívar. Enero 2015 - enero 2018.

Género
Total
Masculino Femenino
Motivo de consulta nº % nº % nº %

Abuso sexual – – 1 100 1 100

Convulsiones 2 33,3 4 66,7 6 100

Delirium – – 1 100 1 100

Estrés Postraumático 1 20,0 4 80,0 5 100

Psicosis 1 100 – – 1 100

TDAH 6 75,0 2 25,0 8 100

Trastornos del comportamiento 4 100 – – 4 100

Trastornos del estado de ánimo 5 45,5 6 54,5 11 100

Total 19 51,4 18 48,6 37 100

En esta tabla, que muestra la relación entre el motivo de consulta y el género de


los pacientes, se observa que, proporcionalmente, los motivos con mayor presencia en
los pacientes del sexo femenino fueron el Abuso sexual y el Delirium con el 100% cada
uno, en segundo lugar, se encontró el Estrés Postraumático con el 80%, le siguieron las
Convulsiones que afectaron al 66,7% y los Trastornos del estado del ánimo con el
54,5%. En el caso de los pacientes masculinos, los motivos con mayor presencia fueron
la Psicosis y los Trastornos del comportamiento con 1l, 100% cada uno, le siguieron los
TDAH con el 75% y los Trastornos del estado de ánimo con el 45,5%. La aplicación de
la prueba Chi cuadrado de la razón de verosimilitudes reveló que existe una relación de
dependencia estadísticamente significativa entre el motivo de consulta y el género de los
pacientes. (Valor del estadístico: 14,4681. Valor crítico: 14,0671. p valor: 0,0435
(significativo). Grados de libertad: 7. Nivel de confianza: 95%).
18

Tabla Nº 4

Distribución de pacientes según el motivo de consulta y la edad. Consulta crítica.


Servicio de Psiquiatría. Complejo Hospitalario Universitario “Ruiz y Páez”.
Ciudad Bolívar - Estado Bolívar. Enero 2015 - enero 2018

Edad Total
Motivo de 1–2 3–4 5– 6 7–8 9 – 10 11 – 12
consulta n % n % n % n % n % n % n %

Abuso sexual – – – – – – – – 1 100 – – 1 100

Convulsiones 2 33,3 – – 2 33,3 1 16,7 – – 1 16,7 6 100

Delirium – – 1 100 – – – – – – – – 1 100

Estrés Postraumático – – 1 20,0 1 20,0 1 20,0 1 20,0 1 20,0 5 100

Psicosis – – – – – – – – – – 1 100 1 100

TDAH – – – – 3 37,5 1 12,5 3 37,5 1 12,5 8 100


Trastornos del
– – 1 25,0 1 25,0 – – – – 2 50,0 4 100
comportamiento
Trastornos del estado
– – – – 1 9,1 2 18,2 1 9,1 7 63,6 11 100
de ánimo
Total 2 5,4 3 8,1 8 21,6 5 13,5 6 16,2 13 35,1 37 100

En relación a la edad y los motivos de consulta se observa que, para el paciente


que acudió por Abuso sexual tenía entre 9 y 10 años. Para los pacientes que acudieron
por Convulsiones, la mayoría tenían entre 1 y 2 años y entre 5 y 6 años, cada grupo con
el 33,3%. En el caso del Delirium, el paciente tenía entre 3 y 4 años. Para el Estrés
Postraumático, los pacientes se distribuyeron uniformemente entre los 3–4 años y los
11–12 años, cada grupo con el 20%. El paciente que acudió por Psicosis tenía entre 11 y
12 años. Para el TDAH, la mayoría tenía entre 5–6 años y entre 9–10 años, cada grupo
con el 37,5%. En el caso del Trastornos del comportamiento y Trastornos del estado de
ánimo la mayoría de los pacientes tenían entre 11 y 12 años con un 50% y un 63,6%
respectivamente.
19

A través de prueba Chi cuadrado se determinó que no existe una relación de


dependencia estadísticamente significativa entre estas variables. (Valor del estadístico:
37,0943. Valor crítico: 49,8018. p valor: 0,3726 (no significativo). Grados de libertad:
35. Nivel de confianza: 95%).
20

Tabla Nº 5

Distribución de pacientes según el motivo de consulta y la procedencia. Consulta


crítica. Servicio de Psiquiatría. Complejo Hospitalario Universitario “Ruiz y
Páez”. Ciudad Bolívar - Estado Bolívar. Enero 2015 - enero 2018.

Procedencia
Total
Anzoátegui Bolívar
Motivo de consulta nº % nº % nº %

Abuso sexual – – 1 3,0 1 2,7

Convulsiones 1 25,0 5 15,2 6 16,2

Delirium – – 1 3,0 1 2,7

Estrés Postraumático – – 5 15,2 5 13,5

Psicosis – – 1 3,0 1 2,7

TDAH – – 8 24,2 8 21,6

Trastornos del comportamiento – – 4 12,1 4 10,8

Trastornos del estado de ánimo 3 75,0 8 24,2 11 29,7

Total 4 100 33 100 37 100

En relación a la procedencia de los pacientes se observa que el 89,2% (33/37)


consultó desde el estado Bolívar mientras que el 10,8% (4/37) lo hicieron desde el
estado Anzoátegui. En el caso de los pacientes que consultaron desde el estado Bolívar,
el primer lugar lo compartieron el Trastornos del estado de ánimo y el TDAH, cada uno
presentes en el 24,2% (n=8) de los casos, en segundo lugar, se encontraron las
Convulsiones y el Estrés Postraumático, cada una con el 15,2% (n=5). Para los
pacientes procedentes del estado Anzoátegui, el 75% (n=3) acudió por Trastornos del
estado de ánimo y el 25% (n=1) por Convulsiones. Al aplicar la prueba Chi cuadrado de
la razón de verosimilitud se determinó que no existe una relación de dependencia
estadísticamente significativa entre el motivo de consulta y la procedencia de los
pacientes. (Valor del estadístico: 7,0504. Valor crítico: 14,0671. p valor: 0,4237 (no
significativo). Grados de libertad: 7. Nivel de confianza: 95%).
21

DISCUSIÓN

Los departamentos de emergencia pediátrica cada vez son más y constituyen una
parte importante de los servicios de salud para niños y adolescentes con problemas de
salud mental. Varios estudios han informado un marcado aumento en el número de
niños y adolescentes que buscan atención para problemas de salud mental en situaciones
de emergencia. Por lo tanto, los departamentos de emergencia pediátricos se han
convertido en el principal punto de detección y/o evaluación de problemas de salud
mental, independientemente de si los problemas se consideran verdaderas emergencias
de salud mental (Mutlu et al., 2015).

Esta investigación se llevó a cabo con una muestra total de 348 pacientes menores
de 12 años que acudieron a la consulta crítica del servicio de Psiquiatría, de los cuales el
63,2% (n=220) eran de sexo masculino y el otro 36,8% (n=128) restante de sexo
femenino. El 25,9% (n=90) tenían edades comprendidas entre 9-10 años, seguidos por
aquellos con 5-6 años y 7-8 años, donde se encontró al 22,7% (n=79) y 22,4% (n=78)
de la muestra, respectivamente. Crespo et al (2006) encontró en su estudio que el 48,1
% eran niños y el 51,9% niñas. Sin embargo, no se encontraron datos acerca de la edad
media de los infantes debido a que dicho estudio abarcó a la población adolescente con
una media de edad de 13,73 ± 2,5 años. Porter et al., (2016) analizaron 328 episodios,
para un total de 179 pacientes, de los cuales la edad media fue de 14,48 años, para un
rango de edad de consulta de 5-17 años. La mayoría de ellos acudieron en una única
visita durante los dos años de estudio, pero un 32,9% fueron frecuentadores y un 6,8%
hiperfrecuentadores.

Con respecto a los principales motivos de consulta que impulsaron a los pacientes
y sus familias a acudir a la emergencia del servicio de Psiquiatría, en el 89,4% (n=311)
no quedó asentado un motivo de consulta claro, debido a que en todos los casos
solamente fue señalada una referencia al servicio de Psiquiatría infantil, y solo el 10,6%
(n=37) de los casos tuvieron el motivo de consulta presente en la historia clínica,
impidiendo de ésta manera, el aporte fidedigno de los datos y el correcto análisis de los
mismos. No obstante, siguiendo la misma línea investigativa, y en orden de frecuencia,
22

los siguientes motivos de consulta fueron: trastornos relacionados con el estado de


ánimo (n=11), trastornos de déficit de atención e hiperactividad (n=8), convulsiones
(n=6) y trastornos de comportamiento (n=4).

En el caso de los pacientes masculinos, el motivo de consulta más común fue el


trastorno de déficit de atención e hiperactividad (n=6), y en las niñas fueron los
trastornos relacionados con estado de ánimo (n=6). Estos resultados son diferentes a los
encontrados por Crespo et al (2006), en cuyo estudio los principales diagnósticos
fueron: trastorno de conducta (36,76 %), trastorno de ansiedad (20,58 %) e ideación o
intento autolítico (13,23 %). Observándose un claro predominio de niños en el trastorno
de conducta (67,85 %) y de niñas en el trastorno de ansiedad (71,42 %) y en la ideación
o intento autolítico (76,92 %).

Porter et al., (2016) determinó que la distribución de diagnósticos por género


muestra una asociación significativa de la alteración conductual con el masculino
(52,4%) y de las conductas autolesivas (29,1%) y los trastornos alimentarios (13%) con
el femenino. Por otra parte, Mutlu et al (2015), encontró que los síntomas más
frecuentes fueron ideación suicida (21% en niñas) y violencia hacia los demás (20,7%,
en niños), siendo los diagnósticos más comunes el trastorno de la conducta en un
16,7%, para la mayoría para niños y el trastorno de conversión en un 15.5%, para la
mayoría para niñas. De igual manera, de toda la población estudiada, el 51,7% acudió al
servicio de salud mental por primera vez.

En relación a la procedencia de los pacientes se observa que el 89,2% (33/37)


consultó desde el estado Bolívar mientras que el 10,8% (4/37) lo hicieron desde el
estado Anzoátegui. En el caso de los pacientes que consultaron desde el estado Bolívar,
el primer lugar lo compartieron el Trastornos del estado de ánimo y el TDAH, cada uno
presentes en el 24,2% (n=8) de los casos, en segundo lugar, se encontraron las
Convulsiones y el Estrés Postraumático, cada una con el 15,2% (n=5). Para los
pacientes procedentes del estado Anzoátegui, el 75% (n=3) acudió por Trastornos del
estado de ánimo y el 25% (n=1) por Convulsiones. En Ciudad Bolívar, en sus
adyacencias o en el resto del país, no se cuentan con trabajos publicados que hagan
referencia a motivos de consulta psiquiátrica relacionada con la procedencia de los
pacientes.
23

CONCLUSIONES

1. El rango de edad de consulta psiquiátrica más frecuente fue el grupo de 9-10


años de edad.

2. Las consultas psiquiátricas fueron predominantemente mayores en el género


masculino.

3. La mayoría de los pacientes no tuvieron un motivo de consulta claro.

4. El motivo de consulta psiquiátrica más frecuente para el género masculino fue


el trastorno de déficit de atención e hiperactividad, y en el femenino los
trastornos relacionados con el estado de ánimo.

5. Los pacientes que más consultaron al servicio de Psiquiatría procedieron del


estado Bolívar.
24

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APÉNDICES
APÉNDICE A

UNIVERSIDAD DE ORIENTE
NÚCLEO BOLÍVAR
ESCUELA DE CIENCIAS DE LA SALUD
“Dr. Francisco BattistiniCasalta”
DEPARTAMENTO DE SALUD MENTAL

RECOLECCIÓN DE DATOS

Nº Antecedentes Motivo de
Edad Sexo Año Procedencia
Historia Personales Consulta

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