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Clase 2 

Para pensar la retórica particular y compleja de los textos académicos y científicos


resulta necesario revisar el concepto de género discursivo. Según la definición de Bajtín
(1982), los distintos usos de la lengua han elaborado tipos de enunciados relativamente
estables a los que llamamos géneros discursivos. Cada uno de ellos se distingue de los
demás por su contenido (el tema), por su estilo lingüístico (selección de recursos
léxicos) y por su estructura (modo de organización, paratextos, etc.). En consecuencia,
cada género supone objetivos, exigencias y especificidades promovidas desde los
entornos de uso. En este sentido, cuando conocemos los géneros es más sencillo
comprender lo que leemos y escribir textos correctos.

Así como cada esfera de la actividad social requiere un comportamiento


determinado, también supone un modo de utilizar el lenguaje adaptado a esa situación
puntual. En cada ámbito social -ya sea político, religioso, publicitario, científico,
literario, jurídico, para nombrar algunos- encontramos distintas formas de comunicación
que asumen los rasgos específicos de los espacios de los que provienen. En la esfera
académica, se producen géneros diversos como el parcial, el informe de investigación,
el informe de lectura, la monografía, el resumen, la ponencia, el artículo académico y la
tesis, entre otros.

Navarro (2014) plantea que, en el marco de la enseñanza de los textos académicos, es


importante diferenciar los géneros de formación de los géneros expertos. Los primeros
tienen como objetivo la introducción, instrucción y evaluación de los estudiantes que
inician su formación en una disciplina científica. Los segundos, en cambio, deben guiar
la construcción, comunicación y negociación del conocimiento consensuado dentro de
las culturas disciplinares. Veamos, entonces, algunos recursos léxicos característicos de
estos últimos.

En términos generales, podemos afirmar que en los géneros académicos prevalece el


lenguaje especializado, la densidad conceptual es alta y hay un gran nivel de
abstracción. La lengua es estándar, fiel a las normas sintáctico-gramaticales y a las
reglas de ortografía y de puntuación; el registro es formal, generalmente impersonal y
objetivo. En lo que respecta a los géneros expertos, no solo se pretende comunicar la
producción de saberes nuevos sino también que estos sean aceptados por parte de los
colegas. Esta es la causa de que los textos científicos sean generalmente de tipo
argumentativo y que la exposición y explicación de diversas categorías aparezcan
supeditadas a la argumentación. Por argumentación se entiende un proceso de
razonamiento por el cual, a partir de algunos saberes ya aceptados y con el aporte de
resultados de determinadas investigaciones, se llega a ciertas conclusiones, que
constituyen nuevos saberes. En algunas ocasiones, las discusiones entre investigadores
pueden dar lugar a respuestas, y en esos casos, la argumentación adquiere características
de polémica. En la siguiente unidad analizaremos la organización textual de las dos
secuencias privilegiadas en el ámbito científico: la secuencia expositivo-explicativa y la
argumentativa.
Cuando el investigador se propone comunicar los avances realizados en alguna
disciplina, debe manejarse con cautela ya que sabe que las conclusiones a las que arribó
difícilmente sean unívocas y definitivas. Esto lo impulsa a incorporar algunas
estrategias discursivas que lo desliguen de la responsabilidad de afirmaciones rotundas.
Es decir, que la enunciación de un discurso científico exige cierto distanciamiento con
respecto a la situación comunicativa y al texto que se está escribiendo. ¿Cómo se logra
ese distanciamiento? El escritor de un paper o un abstract, por ejemplo, procura borrar
aquellas marcas que indiquen la presencia del emisor, el receptor o la circunstancia.
Elige un estilo lingüístico en el que se percibe una deliberada aspiración de objetividad,
que solo se quiebra cuando se relaciona con otros discursos teóricos con los cuales
acuerda o polemiza. La causa de este distanciamiento es manifestar que el fenómeno
que se quiere explicar es más importante que quien lo explica y, también, que quien lo
produce.

¿Cuáles son las estrategias discursivas que debemos emplear? Las elecciones
sintácticas que contribuyen a otorgar un “efecto de objetividad” al discurso son la
desagentivación (con sus múltiples formas) y la modalización.

La desagentivación

Es una estrategia retórica que evita la identificación de los agentes, es decir, de


quienes realizan las acciones. El sujeto de la oración no es una persona sino un
concepto, un objeto o, simplemente, está ausente. Como consecuencia de lo anterior se
observa una marcada propensión al uso de:

 construcciones impersonales donde no interesa o se desconoce quién es el sujeto


de la acción, o puede tratarse de una opinión general (“puede definirse como…”;
“se piensa...”, “se cree…”; “en este trabajo se analizará…”; “prohibido sacar
fotografías”; “En Argentina se come mucha carne”).

Tengan en cuenta que si pueden rastrear el sujeto en el interior del texto, entonces
no se trata de una construcción impersonal. Por ejemplo, el pronombre ‘se’ no
implica necesariamente una construcción impersonal. Veamos: “El modelo de
dos derechos (público y privado) se encuentra principalmente en Europa
continental y América Latina”. Aquí sí se puede identificar el sujeto (El modelo
de dos derechos…) por lo que no estamos frente a una construcción impersonal.

 oraciones en voz pasiva donde lo que se enfatiza es la acción ejecutada por un


complemento y no el agente que la realiza ya sea porque no se conoce, porque es
conocido por todos o porque no tiene relevancia (recuerden que la voz pasiva
siempre se forma con el verbo SER + PARTICIPIO):

“Esa postura es planteada permanentemente durante los congresos”. Acá el


sujeto de la oración es “esa postura” pero desconocemos quién es el agente que
plantea eso.
“Los restos arqueológicos fueron desenterrados”. En esta ocasión, lo que
importa señalar es la acción (el desentierro de los restos) no quiénes lo hicieron.

 los sujetos no humanos (“la premisa fundamental es”, “las encuestas establecen
que”, “el informe transmite lo siguiente”, “los números demuestran”; “los
resultados refuerzan”). Para identificar los sujetos no humanos, deben encontrar
el verbo principal de la oración y observar con quién concuerda en número para
reconocer cuál es el sujeto. Finalmente, analizar si el sujeto al que refiere es una
persona u organismo o, por el contrario, es un sujeto no humano como los
expresados en el ejemplo.

 los gerundios (“Entonces, asumiendo que esa hipótesis sea válida,…” en lugar
de “Asumamos que esa hipótesis sea válida,…”). Los verboides gerundios se
reconocen por su terminación en -ando y -endo.

 las nominalizaciones: que implican la transformación de un verbo en un


sustantivo; esto pone de relieve un determinado proceso y es eso lo que señala la
nominalización, justamente, el proceso. La nominalización no tiene que estar
necesariamente al principio, aunque suele aparecer al iniciar la oración porque
generalmente tiene la función de sujeto. Además de enfocar la atención en el
proceso, la nominalización pretende generar un tono de objetividad y
distanciamiento. Veamos:

La plaga llega a la ciudad. (Construcción con sujeto agente activo “la plaga” y verbo
conjugado “llega”).

La llegada de la plaga a la ciudad. (Construcción sin agente y con proceso


nominalizado, el verbo “llegar” se transforma en “la llegada”).

Algunos de los verbos más comunes transformados en sustantivos son: discutir


 la discusión, cuestionar  el cuestionamiento, señalar  la señal, decidir  la
decisión y perder  la pérdida, entre otros.

Sin embargo, no todos los verbos transformados en sustantivos implican


nominalizaciones. Por ejemplo, en la frase Este estudio empieza con una descripción
del caso la palabra "descripción" no es una nominalización ya que refiere a una
secuencia textual (descripción, narración, argumentación, etc.). Por lo tanto, recuerden
que deben analizar el contexto para decidir si esa transformación pretende funcionar
como nominalización.

La modalización

Bally (citado por Balmayor, 1998) define a la modalidad como la forma lingüística
de un juicio intelectual, de un juicio afectivo o de una voluntad que un sujeto enuncia a
partir de su propia percepción y representación. Observamos marcas textuales de
subjetividad fundamentalmente en los discursos argumentativos. Estas marcas aparecen
en la elección de determinados sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios y locuciones.
Por ejemplo: tapera, pueblucho, extraordinario, limitado (sustantivos y adjetivos
peyorativos o elogiosos), pretender, errar, excederse, probablemente, notoriamente,
apenas.

En el ámbito académico, el enunciador puede asumir explícitamente su punto de


vista (“Considero falsas las conclusiones a las que arribó Fulano”), o bien, su opinión
se reconoce implícitamente a través del uso de determinadas palabras (“Posiblemente,
las conclusiones de Fulano sean falsas”). La modalización en los textos científicos se
manifiesta por:

- la atenuación: si el que escribe no se atreve a afirmar con firmeza o no desea ser


impositivo. Suele expresarse con adverbios como posiblemente, quizá, difícilmente; con
verbos como sugerir, procurar, o conjugados en modo condicional parecería, habría;
con indefinidos como casi, un poco.

- la asertividad: si no hay rastros de duda. Generalmente, con adverbios como


evidentemente, sin duda, ciertamente, por supuesto; con verbos en modo indicativo,
sobre todo: ser, saber, afirmar, demostrar.

A modo de conclusión, podemos decir que la cuestión de la desagentivación y la


modalidad son importantes dado que provocan efectos de sentido en el lector.

Bibliografía

Bajtín, M. (1982). Estética de la creación verbal. México D.F., México: Siglo XXI.

Balmayor, E. (1998). Segunda Parte. La enunciación del discurso. En R. Marafioti.


(Comp.), Recorridos semiológicos. Signos, enunciación y argumentación, pp.
111-178. Buenos Aires, Argentina: Eudeba.

Moyano, E. I. Deconstrucción y Edición conjuntas en la enseñanza de la escritura: La


reflexión sobre género y discurso en la formación académica y profesional.  En Anais
VI Simpósio Internacional de Estudos de Géneros Textuais (VI SIGET), Universidade
Federal do Rio Grande do Norte, Lagoa Nova, Natal. Versión disponible aquí

Navarro, F. (Ed.). (2014) Manual de escritura para carreras de humanidades. Recuperado de


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Fnavarro_2014_manual-de-escritura-para-carreras-de-humanidades.pdf&ei=SdrHVJ-
UMcXasATen4LIBA&usg=AFQjCNFJEEkJRbp2k4a7s601KcinoijnrA&sig2=O-
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Ramírez Gelbes, S. (2013). Cómo redactar un paper. La escritura de artículos científicos.
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