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Temáticas
GRADIVA
VIII
Número 1 - 2019
Revista de la Sociedad Chilena de Psicoanálisis
ICHPA
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Andrés Albornoz B.
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Temáticas
Indice
Editorial
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Temáticas
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El dolor y el silencio del abuso sexual infantil
en los/ as niños /as de clase alta
Andrés Albornoz
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Furor protegendi: las contradicciones
del exceso de protección en Chile
Andrés Beytía R.
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El secuestro de la consciencia
en el abuso sexual
Natalia Roa V.
27
Desalucinación y replegamiento digital:
puntualizaciones sobre los videojuegos en la sesión analítica
Lucio Gutiérrez
37
Convergencia
49
Notas sobre la histórica violencia hacia la niñez
mapuche y la re(in)sistencia de la memoria
Claudia Curimil Hernández
51
Apuntes de Memoria
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Nenas de papá. La relación
de los varones con sus hijas
Juan Carlos Volnovich
65
4
Andrés Albornoz B.
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Temáticas
Editorial
– de oídas
de oídas
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Andrés Albornoz B.
mente se ha dirigido a esa niñez, niñez que hoy, entre juegos y balas,
intenta hacerse un lugar entre perseguidores y perseguidos.
Carolina Pezoa C.
Directora, Revista Gradiva
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Temáticas
TEMÁTICAS
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Andrés Albornoz B.
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Temáticas
Palabras clave: violencia – maltrato Infantil – abuso sexual infantil – clase alta.
E
l psicoanálisis infantil, y particularmente la terapia en niños/as que
han sufrido abuso sexual, ha estado llena de controversias que pro-
vienen del entrecruzamiento de distintos discursos que se superpo-
nen a esta práctica clínica, tales como: el discurso jurídico, el médico, el
social y también los discursos psi (psiquiatría, psicología y psicoanálisis).
Así, como nos recuerda Jorge Volnovich (2002), “el abuso sexual infantil,
revela la conflictiva de las instituciones de las relaciones de parentesco, de
la justicia y de la psicología, permitiéndonos a la vez comprender los mo-
dos de subjetivación que, a partir de sus prácticas, legalizan y naturalizan
la condición humana” (p. 145).
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Andrés Albornoz B.
ya que los años han demostrado que la realidad del incesto, de los abusos
sexuales a temprana edad al interior del seno familiar, lamentablemente
son más frecuentes de lo que originalmente se pensaba. En la actualidad,
estamos conscientes de cómo la problemática del abuso sexual infantil se
diferencia en un punto central del cuerpo teórico clásico del psicoanálisis,
ya que responde a concebir y relevar la función de la realidad misma como
productora de patología, exigiendo con ello poder construir teoría sobre lo
anterior.
Numerosos son los autores/as que abordan el tema del abuso sexual in-
fantil desde una perspectiva psicoanalítica, teniendo todos/as como punto
de convergencia cómo en el abuso sexual infantil ocurre la instalación del
trauma en el psiquismo del sujeto vulnerado. Así, el abuso sexual infantil
representa una forma de violencia física, moral y psicológica y, por tanto,
una vulneración a los “derechos fundamentales” como la vida, la integri-
dad personal y el libre desarrollo de la personalidad del sujeto transgredi-
do (Pérez y Polo, 2009). Es un fenómeno complejo que se inserta dentro de
la tipología del maltrato infantil, que se relaciona con el abuso de poder y
las diferencias que existen entre un individuo adulto y un infante. Donde
el adulto tiene más poder que el/la niño/a y que, en uso de tal desigual-
dad, usa tal poder para ocasionar su control y goce sexual a través del ava-
sallamiento y el sometimiento de este, pudiendo ocasionar un severo daño.
Así, nos encontramos con el abuso sexual infantil, como una violenta
intromisión que irrumpe sorpresivamente sobre el cuerpo y la subjetividad
del niño/a. Tal violencia sexual, nos exige poder pensar las vicisitudes del
poder y la desigualdad en que se encuentran los/as niños/as en nuestra
cultura, siendo necesario considerar no solo a los actores que están in-
volucrados en el problema sino también al contexto socialcultural en que
esto ocurre. En tal problemática existe una importante desigualdad para
la protección de los niños/as de clase alta que releva no la mayor o menor
emergencia del fenómeno, sino más bien la posibilidad de poder brindar
la protección necesaria que permita romper con tales dinámicas e instalar
posteriormente un proceso de restitución y superación del daño asociado.
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Temáticas
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Andrés Albornoz B.
Ahora, no hay duda de que son los/as niños/as de las segmentos menos
privilegiados los que se encuentran más desprovistos/as para acceder a
distintos bienes y servicios, a diferencia de los/as niños/as comúnmente
llamados de clase alta. Sin embargo, la desigualdad es completamente in-
versa en lo que se refiere a la protección del abuso sexual infantil cuando
es al interior de la familia. Lo anterior es debido a que los/as niños/as pro-
venientes de familias pobres, al estar siendo objeto del control del estado,
tienen garantizados determinados derechos que los protegen de posibles
vulneraciones cuando estas provienen del interior de su familia; no así
con los/as niños/as que viven en familias ricas y poderosas, donde tales
derechos quedan fácilmente privatizados al arbitrio y responsabilidad de
los cuidados de sus padres.
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Temáticas
del/la agresor/a con sus recursos e influencias, sino también por nuestra
sujeción a determinantes culturales que se encuentran presentes no solo
en nuestro ambiente, sino también en nuestra subjetividad.
Es así como los niños/as que llegan a los Centros de Evaluación para
la Protección de la Infancia (OPD), Programas de Reparación en Maltra-
to Grave y Abuso Sexual Infantil (PRM) y a sus distintas instituciones
especializadas en la evaluación y reparación de posibles vulneraciones,
ingresan a estos centros habiendo sido derivados por otras instituciones
de la red de atención, como son los consultorios u hospitales. Aquí nue-
vamente somos testigos de la desigualdad que deja más desprotegidos a
los niños de clase alta, ya que el estado brinda como primera línea una
red de atención para la protección de la infancia vulnerada a través de sus
centros de evaluación para la protección de la infancia y centros especiali-
zados instalados en distintas comunas del territorio nacional.
Ahora, más allá de conocer las enormes dificultades que presentan tales
instituciones para poder realizar esta difícil labor, no deja de ser curioso
cómo estas instituciones no existen en algunas comunas del sector orien-
te de nuestra capital, entre ellas, Vitacura, Las Condes y Lo Barnechea,
según el catastro del Sename en su pagina web (Sename, Julio, 2018).
Ahora, sabemos que existe una normativa vigente que determina la obli-
gación de denunciar para los funcionarios/as de todas las instituciones
públicas y privadas de salud que pudieran tener conocimiento de una
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Andrés Albornoz B.
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Temáticas
para que frente al riesgo de que el niño/a pudiera estar siendo vulnerado
gravemente en sus derechos, se realicen las acciones que aseguren su
protección.
De igual manera, otro de los temores y dificultades que suele aparecer, co-
rresponde a cómo en algunas instituciones no es el director de esta quien
realiza la denuncia, sino que se incita a que sea el mismo profesional quien
la realice, existiendo una clara negligencia en la protección y garantía que
las instituciones pudieran prestar para con sus profesionales trabajado-
res. Se trata entonces de abusos de poder y vulneraciones que pudieran
dejar no solo/a al/la niño/a vulnerado/a en la soledad y en silencio frente
al abuso, sino también frente a los mismos profesionales que no encuen-
tran en sus instituciones el apoyo que exige la ley.
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Andrés Albornoz B.
pacientes, ser parte de una red de cuidado hacia los niños/as junto a la
políticas públicas, donde no sean solo los padres, sino todos/as los/as
adultos que estamos alrededor de él/ella, los garantes de protección para
su desarrollo suficientemente bueno.
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Temáticas
Referencias
Núñez, J. y Pérez, G. (2007) “Dime cómo te llamas y te diré quién eres”: la Ascen-
dencia como mecanismo de diferenciación social en Chile. Publicación Académica,
Facultad de Economía y Negocios, Universidad de Chile.
Rozitchner, L. (1972) Freud y los límites del individualismo burgués. México: Siglo
XXI.
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Andrés Albornoz B.
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Andrés Albornoz B.
Resumen
En las páginas que siguen intentaré evocar algunas reflexiones en torno a dos problemáticas
culturales que han agudizado su presencia en Chile: la migración, la violencia intrafamiliar y
las llamadas medidas de protección de derechos. Se presentará una viñeta clínica que puede
ser abordada desde ambas perspectivas, aunque hoy la abordaremos casi exclusivamente
por el lado de las medidas de protección.
M
uy tempranamente los psicoanalistas fuimos advertidos de lo im-
procedente del furor sanandi como actitud frente a nuestro que-
hacer clínico (Freud, 1915[1914]). Hoy quisiera referir otro tipo de
fanatismo al que, si me permiten la expresión, llamaré furor protegendi.
Esta nueva expresión del furor estaría impregnando la intervención judi-
cial de las familias en Chile y además la práctica psicoterapéutica en ins-
tituciones de salud pública. No se trata de poner en entredicho la impor-
tancia de la protección, sino de cuestionar sus formas exaltadas, fanáticas
y vehementes que, paradójicamente, arrojan a los sujetos a situaciones de
desamparo psíquico, retiro brusco de montos de investiduras y, en su pa-
roxismo, desinvestidura libidinal. Me parece que el tema es especialmente
pertinente para pensar ciertas formas extremas de la violencia asociada al
furor protegendi, tales como la crisis develada en relación a los centros del
SENAME2 o ciertas prácticas asociadas que Matías Marchant (2014) ha
denominado secuestro filantrópico no deseado. Sin embargo, hoy quisiera
apuntar hacia aquellas formas más extendidas y normalizadas de este fu-
ror, bajo la forma de institucionalizaciones ambulatorias que pueden estar
teniendo un importante impacto social en la configuración de las familias
y en la constitución psíquica.
velarla nuevamente.
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Temáticas
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Andrés Albornoz
Andrés Beytía B.
R.
Susana fue derivada por una orden judicial debido a una denuncia por
violencia intrafamiliar tras haberle dado una cachetada a la menor de sus
hijas, de cuatro años de edad. La denuncia fue realizada por el padre de
tres de sus hijos, de siete, seis y cuatro años (un hijo mayor, de 19 años,
vivía con la mamá de Susana en Colombia, su país de origen). Mi primer
encuentro con ella fue francamente sorprendente: resulta que cursaba 22
semanas de un embarazo de alto riesgo, elemento no consignado ni consi-
derado durante el juicio. Me relató –con la presencia de elementos culpo-
sos sádicos y persecutorios– que vino a Chile escapando de una relación
de pareja violenta, en búsqueda de mejores alternativas laborales y que
acá conoció al padre de sus hijos menores. Vivió con él durante los cuatro
primeros años que estuvo en Chile, pero mientras estaba embarazada de
su hija menor (la de la cachetada) él se habría ido a vivir con otra mujer.
Desde ese momento, él continuó frecuentando libremente la casa de Susa-
na (de la que tenía llaves), se quedaba a dormir con ella algunos días a la
semana, la celaba con los vecinos y aportaba algo a la economía del hogar;
todo esto mientras vivía “oficialmente” y tenía hijos con su otra mujer. Al
respecto, Susana señaló en la segunda entrevista: “no sé cómo he aguan-
tado todo esto, pero no hay nadie más, sin él me quedo sola con los niños
y no podría”. Me contó que cuando se enteró de su último embarazo quiso
tomarse vacaciones y viajar a Colombia con sus tres hijos menores con la
intención de poder realizarse un aborto y pasar las vacaciones de verano
con su propia madre. El padre de los niños puso en duda su paternidad
con respecto al nonato y, además, no autorizó el viaje de sus hijos. Por
este motivo, Susana decidió renunciar a su trabajo, dejar a sus hijos pro-
visionalmente con el padre y viajar sola, permaneciendo un mes y medio
en la casa de su madre. Sin embargo, en su país natal se encontró con
dos situaciones: su hijo mayor le contó que iba a ser padre y su propia
madre se esforzó intensamente por convencerla de no abortar. Susana
señaló que estos dos motivos la llevaron a cambiar de decisión, continuar
con el embarazo y proyectar hacerse cargo del bebé. Al retornar a Chile se
encontró con presiones económicas por parte del padre de sus hijos (dejó
de aportarle económicamente) y comenzó una infructuosa búsqueda de
trabajo estando embarazada, sintiéndose cada vez más presionada. Fue en
este período que, durante una situación cotidiana en que su hija menor no
quería comer, ella le dio la cachetada (conducta que reporta como extraor-
3Los COSAM (Centro de Salud Mental) son consultorios especializados en atenciones am-
bulatorias del nivel secundario (de mediana y alta complejidad) que forman parte del siste-
ma público de salud en Chile.
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Temáticas
4 Estas dos últimas citas corresponden al informe judicial con el que se presentó al COSAM.
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Andrés
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Albornoz R.
de cuatro años (la única hija mujer), de su amor y odio en relación a ella.
Esta viñeta clínica nos servirá para interrogarnos en torno a los efectos de
la regulación de la familia y la infancia por parte del Estado en la constitu-
ción psíquica de los niños que habitan el territorio chileno, centrándonos
en el uso que se está haciendo de las llamadas medidas de protección y
medidas cautelares.
Ahora, aun con el riesgo de resultar muy esquemático, valdría la pena es-
bozar tres situaciones frecuentes que se dan en el ámbito de las institucio-
nalizaciones ambulatorias: 1) Alguno de los progenitores o cuidadores es
alejado; 2) Los padres, o alguno de ellos, son derivados a una institución
para trabajar sus “habilidades parentales” o su “descontrol de impulsos”;
3) Los padres son obligados a llevar a sus hijos a programas de reparación.
Desde luego, estas tres situaciones no son excluyentes y habitualmente se
observan una junto a las otras.
Volvamos al caso: una niña de cuatro años está en conflicto con su ma-
dre embarazada, no quiere recibir comida por parte de ella, recibe una
agresión por parte de la madre y la acusa con el padre. Esto, con algunas
modificaciones, es más o menos lo que ocurre en muchas familias y forma
parte de lo más cotidiano de nuestro trabajo con las tramas edípicas. Lo
insólito es que el Estado considere que lo más acertado sería apartar a la
madre de la hija y dejarla con el padre, cosa que, aun sin haber conoci-
do directamente a la niña, parece una intervención brusca y violenta en
la trama edípica, en tanto puede aportar la sensación de omnipotencia,
cristalizar ciertas formas patológicas de las identificaciones y también de
la culpa, o confundir perjudicialmente el ámbito del deseo inconsciente
con el de la realidad. No sabemos mucho del padre de los hijos de Susana,
quien, hasta lo que pude saber, no era violento físicamente, pero pareciera
que no vacilaba en desplegar su violencia particularmente cuando Susana
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Temáticas
estaba embarazada e iba a tener una hija, o si pensaba que el padre era
otro. También tenemos a Susana, ligada masoquistamente al hombre, el
padre de su hija, que se debate entre la sexualidad y la autoconservación
al momento de estar embarazada, que busca viajar a Colombia para estar
cerca de su propia madre y su primer hijo –podríamos pensar acerca de los
orígenes del deseo– e intentar así resolver qué hacer ahora con su deseo de
hijo. Y están los otros personajes, los menos considerados, los dos niños
de siete y seis años, participantes invisibilizados y olvidados de la trama,
y, finalmente, un ser humano en gestación.
Con respecto a este último, el bebé en gestación, me interesa traer algu-
nos planteamientos de Piera Aulagnier (1977) que permiten imaginar el
impacto que pueden tener el furor protegendi en quienes están formando
las bases para el advenimiento del yo. Para esta autora es central que se
produzca cierto “hábitat” dado por un microambiente psíquico –el medio
familiar o algún sustituto de él– que constituiría un eslabón intermedio
entre el “ambiente psíquico” (el campo social) y la psique individual en
constitución. En este microambiente el bebé sería posicionado en un de-
licado campo de fuerzas, descrito como un espacio organizado tanto por
los discursos como por los deseos de la pareja paterna hacia el bebé y el
deseo entre los mismos padres; el bebé ocuparía un lugar paradojal para
el deseo de los progenitores, siendo la muestra del triunfo de su propia
represión (del asesinato y del incesto) y, al mismo tiempo, lo más cercano
a un objeto del deseo inconsciente. Sin embargo, lo anterior, no alcanzó a
ser el caso de Susana.
El retiro de la madre puede implicar el alejamiento para el niño o la niña
de quien podría estar cumpliendo una importante función de portavoz, de
prótesis psíquica, de transmitir la represión, y una interrupción del deseo
de la madre de ser ese portavoz. Cuando esta decisión es tomada rápida-
mente, lo que sucede más frecuentemente de lo esperable, la sintomato-
logía que aparece tanto en las madres como en sus hijos da cuenta de la
gravedad que cobra la situación. En cuanto al padre, su alejamiento es
mucho más frecuente que el de la madre y está judicialmente muy facili-
tado por la ley de Violencia Intrafamiliar. La presencia del padre es impor-
tante debido, entre otras cosas, a que para el niño podrá ser el primer re-
presentante del Otro –excéntrico a la relación madre-hijo– en tanto objeto
del deseo de la madre que el hijo no puede ser ni tener. Es una presencia
que también puede aportar a la represión del deseo materno con ese hijo.
En esta línea, cabe señalar también que cuando se impide prejuiciosamen-
tre el ejercicio cabal de la paternidad a un padre supuestamente violento
(como el de la horda primordial), con el argumento de que estaba realizan-
do su rol identificado con la figura de un “legislador omnipotente de ese
orden” (Aulagnier, 1977, p. 117), esta misma figura reaparece encarnada
en el lugar del juez o de los otros profesionales que deciden omnipotente-
mente los destinos de la familia.
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Andrés
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Albornoz R.
Como palabras finales, me gustaría señalar que desde mi lugar, como psi-
coanalista de adultos, me es difícil apreciar directamente los efectos de
este tipo de violencia de la protección en la constitución psíquica de los
niños, sin embargo, también los escucho en colegas que trabajan con in-
fancia, en diversas instituciones y ahora último, con lamentable frecuen-
cia, lo leemos en la prensa. Estamos en presencia del despliegue de otras
modalidades de la violencia secundaria, cuyos efectos iremos apreciando
con el paso de los años. Es más, es posible pensar que los psicólogos,
psiquiatras, abogados, educadores y trabajadores sociales que interveni-
5 Esta mujer fue criminalizada y detenida por un supuesto abandono de su hija en la Ofici-
na de Protección de Derechos de la comuna de Lo Prado. Su hija fue entregada al SENAME
e internada en la Casa Nacional del Niño. Al día siguiente a la detención fue internada en
la ex posta central por problemas graves de salud, donde falleció cerca de treinta días des-
pués por una falla hepática. Nunca volvió a ver a su hija.
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Referencias
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Andrés Albornoz B.
El secuestro de la consciencia en el
abuso sexual
Natalia Roa V.
Resumen
Tras el abuso sexual una parte de la consciencia de la víctima se disoció para sobrevivir, rele-
gando a un espacio recóndito de la psiquis las vivencias traumáticas. Por lo mismo, no puede
ser rescatada automáticamente con el paso del tiempo o con el término del abuso, sino que se
requiere de un trabajo particular para lograrlo y la especial dificultad que ello entraña –pro-
ponemos– se debe a que dicha consciencia suele ser secuestrada por el abusador. Es crucial
para la víctima, sacar de sí el relato y ponerlo en manos de un otro. Así, ya no será “algo que
hicimos los dos o que hubo entre nosotros”, sino un “hecho abusivo que tú me hiciste a mí sin
mi consentimiento”.
S
abemos que el abuso sexual es uno de los traumas más graves que
un niño puede experimentar, que incide en la formación de la per-
sonalidad y que genera daños, dependiendo de factores como: la fre-
cuencia y magnitud del abuso, la relación entre la víctima y el abusador
y, especialmente, la reacción del entorno en caso de que la víctima logre
develarlo.
Diversos autores coinciden en señalar que una reacción favorable del en-
torno que valida la denuncia del niño, evita su retraumatización y lo cuida
para que no vuelva a ser dañado. Sin embargo, por desgracia, no es lo
que siempre sucede. Y por eso, parece interesante preguntarse por qué
resulta tan compleja la develación para las víctimas. Con esta interrogan-
te, nos proponemos pensar desde una perspectiva esencialmente clínica,
basada en nuestra experiencia, tanto en en la consulta privada como en
los pacientes atendidos a través de redes de derivación de organizaciones
sociales.
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Natalia
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Albornoz B.
Por lo mismo, se hace urgente intentar comprender las dinámicas que ope-
ran a la base de los abusos.
A la víctima le suele ser difícil reconocer y recordar el periplo de seducción
en que el abusador fue reduciendo las barreras de su confianza hasta po-
der transgredirlas. Eso si es que ha necesitado hacerlo, porque si es un
familiar directo, probablemente el acceso fue más expedito. Lo que sí debió
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Temáticas
Pero volvamos atrás para intentar comprender por qué se vuelve tan difícil
la develación. El espacio terapéutico debiera ser un espacio privilegiado
para ello, pero para que eso ocurra, suele ser puesto a prueba. Cuando
quien consulta se siente suficientemente acogido y confiado, recién puede
comenzar a hablar de esto sin nombre cuya existencia a veces se duda,
de esta sombra que puede haber ocurrido o no y que vuelve por oleadas,
como un fantasma, repentinamente, sin que el paciente sepa “si existió o
lo imagina”2, si fue “real o producto de mi confusión”, “si estoy culpando a
alguien que es inocente”, si él o ella lo provocaron.
nuestra práctica privada como del trabajo que se realiza en la Fundación para la Confianza.
Algunas pertenecen a un solo paciente, otras han sido combinadas y pertenecen a varios.
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Albornoz V.
vés del mecanismo del abuso, del silencio impuesto, de la confusión que se
genera en torno al abuso mismo, al vínculo que se tergiversa, el abusador
secuestra la consciencia y no le permite a la víctima diferenciarse de él,
odiarlo, reconocerse como víctima, llamar a ese hecho oscuro abuso, con-
notarlo con claridad y poder defenderse de él; considerarse una víctima y
no un cómplice.
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Temáticas
Así, cada vez va siendo menos posible para la víctima, pensar sobre lo que
realmente sucedió. De hecho, al llegar al espacio terapéutico o a la Fun-
dación que lo acoge, ya han pasado demasiados años. ¿Cómo explicarse
a esas alturas lo ocurrido y cómo explicar a otros si calló durante tanto
tiempo? Peor aún, cómo sobrellevar el miedo que implica hablar, recobrar
un relato, reunir los retazos en un todo que sea coherente y recuperar esa
consciencia que ha quedado fragmentada: una parte es suya y la otra ha
quedado en manos del abusador.
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Andrés Albornoz
Natalia Roa B.
V.
De no ser así, en esa suerte de silencio informe, puede permaner años en-
quistado y aparecer de pronto, bajo una forma cualquiera, asaltando a tra-
vés de los espejos, como magistralmente mostrara Virginia Woolf (1976):
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Temáticas
Y es que tras este proceso la víctima puede reconocerse como tal, sepa-
rarse emocionalmente del abusador y reconstruir su mundo vincular sin
espacios de vacío. ¿Por qué se recupera? Porque la consciencia que es el
órgano encargado de la percepción de la realidad, de la calificación de los
hechos, va diferenciando, connotando, calificando; sale de lo indiferen-
ciado para diferenciar de la confusión a la claridad. Y esa es la principal
defensa contra lo perverso, que tiende a homologarlo todo4. Así, de a poco,
lenta y suavemente, el tejido psíquico comienza a repararse, al modo de un
delicado telar que podrá resistir mejor las pisadas de la vida.
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Referencias
Steiner, J. (1985) “Turning a Blind Eye: The Cover Up for Oedipus”. International
Review of Psychoanalysis, n. 12.
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Resumen
Se plantea una reflexión sobre modos en que los pacientes traen consigo la experiencia de
videojuegos a la sesión analítica, distinguiéndose entre un uso en relación con la dimensión
de regresión terapéutica y otro uso en relación con la dimensión del replegamiento. Ambas
formas involucrarían variantes del fenómeno de inmersión digital y con ello un funciona-
miento que desestima/negativiza la percepción del entorno. No obstante, se plantea que el
elemento central que distinguiría entre formas ordinarias (en lo progrediente/regrediente) y
formas complicadas de inmersión digital (en replegamiento) residiría en que estas últimas
están al servicio de la desalucinación de la alteridad viviente y convocante, en miras a la
transformación de un mundo impredecible, a un mundo predecible.
E
n un texto muy breve llamado “Alucinación y Desalucinación”, Win-
nicott (1957) planteaba una interrogante: asumiendo que muchos
niños alucinan sin que ello sea signo alguno de patología, ¿cómo
diferenciar entre alucinaciones ordinarias de las que merecen preocupar-
nos? Hoy quisiera presentar una posible respuesta a esa pregunta, a la que
he arribado del encuentro entre intereses muy diversos: la metapsicología
del juego, los problemas derivados de la técnica de replegamiento y la ex-
periencia en lo digital. Me acercaré también a una cuestión derivada y que
refiere a pensar el ingreso de los videojuegos a una sesión de psicoterapia.
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Temáticas
Desde el punto de vista del sentido común estos juegos son considerados
una distracción, y el foco queda puesto en la atención. El niño pone su
atención en el videojuego y se encuentra menos involucrado con el mun-
do circundante. En esto se justifica el pedagogo para vetarlos en la sala
de clases o el uso que hacen los padres como un respiro a sus tareas de
paternidad, en ocasiones, incluso como una suplencia con los problemas
que ello puede acarrear.
Preguntémonos por qué los videojuegos tienen esa capacidad para atrapar
la atención por sobre otras actividades, tanto o más que la televisión, en
una cualidad cercana o propia de trance hipnótico. Este fenómeno se ha
estudiado bien en las investigaciones en virtualidad y se conoce como ‘in-
mersión’. El chico, por ejemplo, responde a la tercera o cuarta vez porque
ha oído la pregunta, pero no ha logrado vencer el interés puesto sobre la
actividad en el videojuego. En cierto sentido ha oído pero no escuchado2.
La inmersión tiene diversos gradientes, desde la desestimación parcial de
la percepción hasta momentos de inmersión total, donde se instala una
‘ilusión de no-mediación’ entre el medio digital y el entorno físico (Lombard
y Ditton, 1997). Un joven está ‘en’ el juego, por momentos ‘es’ el personaje:
en estos extremos el fenómeno adquiere cualidad alucinatoria.
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Esta cualidad dialógica no debe confundirse con ‘lo dialogal’: estamos ha-
blando de la alteridad que no se articula como voz dialogante necesaria-
mente. Será evidentemente dialogante en una dramatización compartida,
en una competencia con otro. Pero hay formas más rústicas, si se quiere,
de relación dialógica y presencia de la alteridad7. El dominio inespecífico
del otro-como-destino, la diosa fortuna, al lanzar al aire un puñado de
piedras y ver si caen en una forma esperada. O más aún, el refuerzo de la
marca primaria de la alteridad en el apoderamiento del cuerpo a través del
refuerzo de su límite mí / no-mí: columpiarse enérgicamente, lanzarse por
un resbalín, o dar vueltas y vueltas hasta caer rendidos en el suelo.
instintual no quiere decir, por otro lado, que lo pulsional no esté presente. Diría que no se
reduce a lo pulsional, pero lo pulsional es central. Involucra el cuerpo y los procesos de
integración a través de la actividad más o menos excitada.
5 Sólo pensemos la experiencia inmersiva asociada a un buen juego o una partida de ajedrez.
6 La terminología de Caillois: Ilinx, Agon, Mimicry, Alea.
7 Asimismo, debiésemos reconocer que todo pensamiento e incluso toda forma de organi-
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Temáticas
Hemos hablado del primer vértice, del jugar. Ahora mencionaremos la par-
ticularidad de los video-juegos. Los videojuegos contemporáneos producen
una experiencia lúdica nunca antes vista en la historia de la humanidad.
Pueden ser, al mismo tiempo, tablero, ficha y jugador. A diferencia de los
juegos tradicionales, son un ambiente para el jugar, un conjunto normado
de condiciones para el jugar, proveen de un conjunto de contrapartes y
son un hábitat para la socialización con otros humanos. Son un terreno
abierto que se acomoda a las necesidades y disposiciones afectivas más
diversas, pues en ellos:
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Temáticas
En ese sentido, los videojuegos son una actividad que puede estar al ser-
vicio, tanto del replegamiento como de la regresión. En el campo de lo
regrediente-progrediente, pueden ser espacios de apercepción, de fantasía.
El uso regrediente supone la potencialidad identificatoria (Klein, 1929), la
puesta en juego de muchas voces en la trama que entusiasma al chico (ver
imagen 1). El terapeuta puede que sea uno más, pero uno más viviente,
partícipe, aunque sea como espectador, de la experiencia. Diríamos, allí,
nada dista mucho de lo que vemos en la experiencia de juego dada por
el setting analítico. A veces observador, a veces interventor, interlocutor,
par, contraparte, el analista forma parte del teatro de personificación pre-
cursora y fundamento dialógico de transferencia (Gutiérrez, 2010, 2014,
2015). El jugar así nada tiene que envidiarle a otras formas del trabajo de
subjetivación. Y es en la infancia la forma primaria. Conocer las particu-
laridades de los personajes, la tensión en respuesta a los otros jugadores
presentes en la red social, la trama identificatoria y conflictual que ofrece
el guión, el impacto estético, el desafío intelectual o psicomotriz, todo ello
constituye un complejo de actividad sumamente interesante donde pode-
mos, cómodamente, situar los postulados de Winnicott sobre la constitu-
ción de un área intermedia de la experiencia y la dimensión paradojal de
la experiencia.
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Referencias
Caillois, R. (1958) Man, Play and Games. Illinois: The University of Illinois Press,
2001.
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Temáticas
- (2009) “De máquinas panaderas y juegos remotos: tres implicaciones del Self
como respuesta a las tecnologías contemporáneas” (y notas adicionales). Gradiva,
10(2): 233-243.
Lombard, M. & Ditton, T. (1997) “At the heart of it all: The concept of presence”.
Journal of Computer-Mediated Communication, 3(2). Recuperado el 10 August
2008 de: http://jcmc.indiana.edu/vol3/issue2/lombard.html.
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Andrés Albornoz B.
CONVERGENCIA
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Temáticas
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Andrés Albornoz B.
niña mapuche
A
llanar: convertir algo –un territorio– en llano, es decir, acabar con
las desigualdades, con lo irregular. Acabar con las diferencias.
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Convergencia
Temáticas
El Art.30 señala que en los estados en que existan minorías étnicas, re-
ligiosas o lingüísticas o personas de origen indígena, no se negará a un
niño que pertenezca a tales minorías, o que sea indígena, el derecho que le
corresponde, en común con los demás miembros de su grupo, a tener su
propia vida cultural, a profesar y practicar su propia religión, o a emplear
su propio idioma (ONU, 1989).
¿Qué ha ocurrido en los años posteriores? Son las redes sociales las que
han permitido hacer circular audios, videos y fotografías, que en algún
momento han logrado hacerse lugar en medios de mayor cobertura. Nos
seguimos enterando, entonces, del llanto de un niño llamando a su madre
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Claudia Andrés
Curimil Albornoz
HernándezB.
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Convergencia
Temáticas
dad y progreso, ello sería a costa de los derechos de los pueblos indígenas,
quienes podían ser trasladados, sus tierras permutadas y sus cementerios
y casas inundadas si el Estado y los privados así lo necesitaban” (Pairican,
2015, p. 308).
La cita anterior tiene plena vigencia, pues en marzo de 2018 surgió pre-
ocupación entre comunidades por la circulación de voces pidiendo la de-
nuncia (renuncia) de Chile al convenio 169 del OIT sobre pueblos origi-
narios, único documento para el Estado de Chile que establece cuidado
y protección de derechos de pueblos indígenas en relación al ejercicio de
consulta de medidas legislativas, así como uso, tenencia y transferencia
de tierras. Este convenio fue ratificado por nuestro país en el año 2008. Y
la OIT entrega la posibilidad de renunciarlos, lo cierto es que ningún país
que ha ratificado se ha retirado de este convenio.
1 La Tercera: “Eventual retiro de Chile del Convenio 169 inquieta a pueblos originarios”,19
de enero de 2018.
2 Economía y Negocios online: “Permanencia de Chile en Convenio 169, sobre pueblos indí-
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CurimilAlbornoz
HernándezB.
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Convergencia
Temáticas
****
Los seres humanos, de modo constitutivo, migramos. Es decir, nacemos y
llegamos –la mayoría de las veces– a lo que llamamos nuestra familia, en
donde recibimos, además de cuidados básicos para sobrevivir, un nombre,
que siempre tiene relación a un pedacito de historia de nuestros padres;
adquirimos una lengua y la transmisión de cómo se piensan, se sienten y
se hacen las cosas en la vida, lo que es valioso y lo que es deshonra, reci-
bimos encargos del tipo serás esto o esto otro, y con todo aquello, de modo
paralelo vamos ingresando al espacio social para ubicarnos en algún lugar
que nos espera. De eso se trata el contrato social.
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CurimilAlbornoz
HernándezB.
psíquico. Sin embargo, puede ocurrir que la pareja de los padres rechace
las cláusulas esenciales del contrato narcisista5, o “igualmente importan-
te, pero más difícil de delimitar” puede suceder que el medio extrafamiliar
imponga un contrato viciado al no reconocer en la pareja parental elemen-
tos que le permitan incluirse en el conjunto social (diferentes formas de
discriminación y exclusión), lo cual determina que la pareja de los padres
se sienta maltratada o victimizada por parte del conjunto. La realidad de
la opresión social sobre la pareja, o de la posición dominante que ocupa,
desempeña un papel no menor en el modo en que el niño elabora sus
enunciados identificatorios, es decir, aquellos significantes que le permi-
ten hablar de sí.
mariano-me-contrataron-jardinero-ahora-profesor-mapudungun/
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Convergencia
Temáticas
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HernándezB.
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Convergencia
Temáticas
Un niño viene de las generaciones al mundo social que le toca vivir. Impor-
tante es prestar atención a las condiciones que atraviesan y tocan esta tra-
yectoria. Y, si bien, es sumamente necesario atender el impacto individual
de niños y niñas, también es necesario que se asuma que hay temblores
que no se acogen con fármacos ni con diagnósticos psicológicos, sino con
los trabajos de la memoria, con la escritura de la historia. Posiblemente,
algo de esto hace la poesía mapuche.
Las preguntas sobre qué decir a la hija de Camilo Catrillanca, o a los hijos
de Macarena Valdés, no son de orden retórico, sino de responsabilidad
social. Quizás se trata de insistir en la pregunta: ¿Dónde está José Hue-
nante?7
7José Huenante Huenante, fue el primer desaparecido en Democracia. Era mapuche y te-
nía 16 años. La última vez que fue visto, el 3 de septiembre de 2003, lo estaban subiendo
a una patrulla de carabineros.
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Andrés Albornoz B.
Referencias
Alarcón, A. (2018) “La paradoja entre cultura y realidad: el esfuerzo de criar ni-
ños y niñas mapuche en comunidades indígenas de Chile”, Chungará Revista de
Antropología Chilena, Santiago de Chile.
ONU, Organización de las Naciones Unidas (1989). Convención sobre los De-
rechos del Niño.
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Temáticas
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Andrés Albornoz B.
APUNTES DE MEMORIA
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Temáticas
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Andrés Albornoz B.
Resumen
La relación de los varones con sus hijas mujeres –de Freud con Anna, de Lacan con Judith–
analizada desde la intersección del psicoanálisis con los estudios de género, constituye el
nudo central del presente trabajo. Adicionalmente, surge el interrogante acerca de los modos
en los que el feminismo circula por las instituciones psicoanalíticas.
Q
uien se acerque hoy en día al universo del psicoanálisis se
encontrará con un campo dominado por la Asociación Psicoanalítica
Internacional y la Asociación Mundial de Psicoanálisis (la IPA
y la AMP), las dos grandes transnacionales que administran el poder y
monopolizan el saber psicoanalítico.
Ahora, cómo fue que estas hijas lograron apropiarse y continuar con la
empresa de sus padres y de qué manera llevaron adelante esa iniciativa.
Esto es: ¿hasta dónde completaron el proyecto interrumpido, hasta dónde
lo traicionaron? Tal el tema del presente texto. Entonces, para aludir a la
parentalidad, la filiación y las generaciones, hablaré de la relación de los
varones con sus hijas: de Freud y Anna, de Lacan y Judith. Hablaré de las
“nenas de papá”. Para eso haré un rodeo por la narrativa clásica.
65
Apuntes de memoria
Temáticas
de aquel en que el papá la reciba con mirada feminista. Quiero decir: una
cosa es que esa niña se instale en el lugar de “nena de papá”, “cosita linda”,
“muñeca graciosa”, objeto digno de ser cuidado y protegido, “chancleta”
a quien deberá dotar para que tome la comunión con un vestido blanco,
para que al cumplir los quince se luzca con un vestido luminoso, para
que, finalmente, se case “bien casada”; y otra cosa muy distinta tendrá
lugar si el papá logra inscribirla como “nena de papá”, compinche de
aventuras intelectuales, compañera para la práctica de deportes, cómplice
en sus propias iniciativas empresariales, destinataria de un proyecto de
desempeño laboral que le permita ganarse la vida de manera independiente
y autónoma1.
Anna
Freud tuvo seis hijos: Mathilde (1887), Jean Martin (1889), Olivier (1891),
Ernst (1892), Sophie (1893) y Anna (1895). La hija favorita, la preferida de
Freud no fue ni Mathilde ni Anna. Fue, sin lugar a dudas, Sophie. Pero
Sophie falleció prematuramente a los 26 años a partir de la complicación
de un aborto. Pocos años antes, Freud había descubierto a Anna2 –por
entonces de 18 años– cuando Sophie lo “abandonó” por el fotógrafo Max
Halberstadt, que se la llevó a Hamburgo para casarse con ella.
“Anna es mi Cordelia, la devota hija menor de King Lear”3. “Anna es la
más talentosa y la más completa de mis hijos”4. “Anna es mi único hijo
verdadero”5. “Anna es mi Antígona, la que en Edipo en Colono guía al padre
ciego de la mano”6. “Anna es más fuerte que yo”7. Todas estas, expresiones
sacadas del vasto epistolario de Freud; y ya viejo y enfermo, en carta a
Arnold Zweig del 13 de febrero de 1935: “El único punto luminoso de mi
vida se debe a los descubrimientos psicoanalíticos que está haciendo mi
hija Anna”8.
1 Gay, P. (1989): Freud, una vida de nuestro tiempo. Buenos Aires: Paidós, p. 494. Cuando
Freud murió, se encontró entre sus papeles, un sobre vacío que alguna vez contuvo dinero
y que data, aproximadamente de 1920. En el frente se lee: “Para Anna. Contribución para
su dote o para su independencia”.
2 Freud, S.: Carta a Anna del 22 de julio de 1914. “Tu has resultado un poco diferente a
vol.6, p. 52.
5 Ibíd.
6 Gay, P., op. cit., p. 493. Afirmación compartida por Uwe Henrik Peters.
7 Carta de Jones a Anna Freud del 26 de octubre de 1952. “¡Qué padres tuvo usted! Ahora
Press.
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Juan Carlos
Andrés Volnovich
Albornoz B.
Decía antes que Freud descubrió a Anna cuando tenía 18 años. Y, a los
19 (1914), la envió a Londres donde se encontraría con Ernest Jones, su
discípulo que a la sazón, tenía 35 años. La envió con una carta –protectora
y desconcertante– dirigida a Jones, que decía:
Ella es la más dotada de mis hijos y, además, tiene un carácter
precioso, lleno de interés en aprender, ver cosas y llegar a comprender
el mundo. Ella no pretende ser tratada como mujer, está muy lejos de
cobijar anhelos sexuales...Existe un acuerdo expreso entre nosotros.
Anna no pensará en el casamiento o en sus preliminares antes de
que pasen dos o tres años por lo menos. Y yo no creo que ella vaya a
romper ese pacto9.
Al citar este comentario acerca de una señorita de 18 años que “no alberga
interés sexual alguno”, Peter Gay afirma que parece escrito por un burgués
convencional de fin de siglo que jamás leyó a Freud.
Freud descubrió a Anna cuando tenía 18 años, pero la devoción de Anna por
su padre se remonta a la primera infancia. Desde muy pequeña, desde su
lugar de “patito feo” Anna admiró incondicionalmente a su padre: escuchaba,
devoraba todo lo que Freud decía y lo que Freud escribía. Llegado el momento
quiso estudiar medicina para formarse como psicoanalista, pero Freud la
disuadió y durante 6 años estudió el Profesorado en Educación del Liceo
Cottage.
Siguiendo con la narrativa clásica, si la niña acude al padre en búsqueda
de la ecuación pene, bebé, Anna encontró su lugar en el psicoanálisis a
partir de los niños. Sus primeros “pacientes” fueron sus sobrinos, Ernst (el
niño del fort-da) y Heinele, los hijos huérfanos de Sophie.
La hija, la más fiel discípula del maestro, la alumna más entusiasta, inició
un análisis con Freud en 1918, a los 23 años; análisis que se prolongó
hasta 1921. Este análisis fue retomado, después, en 1924. Lo que quiere
decir que Freud analizó simultáneamente a Anna y a la paciente que dio
pie a la publicación de 1920, que lleva como título: “Sobre la psicogénesis
de un caso de homosexualidad femenina”. Lo que quiere decir, también,
que Freud analizó a Anna después de publicar sus taxativos “Consejos al
médico en la iniciación del tratamiento analítico” (1912).
La resolución de la transferencia –una de las principales finalidades
de nuestro tratamiento– se ve dificultada por una actitud íntima del
médico, de modo que cualquier ventaja conseguida en el inicio se
ve perjudicada al final. El médico debe ser opaco para el paciente y,
como un espejo, no debe mostrar nada más que lo que es mostrado...
El tratamiento tiene que ser conducido en abstinencia10.
9 Freud, S.; Jones, E. (1993): The complete correspondence of S. Freud and E. Jones, 1908-
1939. Londres: Harvard University Press. Citado por Gay, P., op. cit. p. 487
10 Freud, S. (1948) Obras Completas. Madrid: Editorial Biblioteca Nueva. Tomo 1, p. 330.
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Apuntes de memoria
Temáticas
Pues bien, nada menos opaco, nada más íntimo, que un padre frente al amor
de una hija devota a la que se le ha dado la consigna de la confidencialidad
y la entrega total de su privacidad. Nada más íntimo que una hija incitada
a contarlo todo, libre de censuras y pudores.
Del análisis de Anna con Freud surgieron dos trabajos. Uno de Freud, “Pegan
a un niño” (1919)11. El otro de Anna: “Fantasías de flagelación y ensueños
diurnos” (1922), este último texto le sirvió como carta de presentación para
ser aceptada en la Sociedad Psicoanalítica de Viena (31 de mayo de 1922).
La idea central de ambos ensayos está basada en el “material” analítico de
Anna12.
Por su parte, Anna afirma que las fantasías de flagelación nacen como
sustituto de una escena incestuosa con el padre que fue distorsionada por
la represión. Pero este tipo de perversión sadomasoquista infantil no persiste
para siempre, puede transformarse y sublimarse.
11 Rodrigué E. (1996) Sigmund Freud. El siglo del psicoanálisis. Buenos Aires: Editorial
Sudamericana: “El perfil de la quinta paciente incluida en “Pegan a un niño” hace pensar
en Anna. Por otro lado, no quedan dudas de que la paciente de “Fantasías de flagelación
y ensueños diurnos es la propia Anna, hasta en los detalles mínimos”, tal cual lo refiere
Elizabeth Young-Bruehl. Tomo 1, p. 323.
12 En esto coinciden casi todos los biógrafos de Freud. Ernest Jones, Peter Gay, Emilio
Rodrigué. Person Ethel Spector. (Compiladora) En torno a Freud “pegan a un niño” (2000),
Madrid: Biblioteca Nueva. El caso clínico de “Fantasías de flagelación...” es la propia Anna.
La joven a quien hace referencia no podría haber sido, por otra parte, paciente suya. Anna
comenzó a tomar pacientes recién después del Congreso de Berlín. En esto coinciden,
también, los biógrafos de Anna Freud: Elizabeth Young-Bruehl (2001): Anna Freud. Emecé
Editores. Hèléne Trivouss-Widlöcher: Anna Freud ou la transmission saisie par le transfert.
Revue Internationale de Psychopathologie, n°6/1992, pp. 315-330. (disponible en el
sitio www.seances21siecle.com).
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Juan Carlos
Andrés Volnovich
Albornoz B.
Judith
Lacan tuvo 4 hijos. Tres de ellos, Caroline (1936), Thibaut (1938), Sibylle
(1940) con Marie-Louise “Malou” Blondin y Judith (1941) con una
judía, Sylvia Maklés. En realidad, 1940 fue el año en que dos mujeres,
simultáneamente, quedaron embarazadas de Lacan. Sibylle –la hija de
Lacan con “Malou” Blondin– nació pocos meses antes que Judith. Judith
Sophie, la hija de Lacan con Sylvia fue registrada en la alcaldía de Antibes el
3 de julio de 1941, durante los peores momentos de la ocupación alemana,
bajo el nombre de Judith Bataille ya que su madre estaba todavía casada
con George Bataille. Judith, impedida de usar el Lacan de su padre (la ley
francesa prohibe reconocer a un hijo nacido de otra mujer) llevó el nombre de
un padre que no era el suyo. El apellido judío de la madre, Maklés, hubiera
sido un trastorno en épocas de antisemitismo militante.
Lacan mantuvo separada a sus dos familias de manera tal que Caroline,
Thibaut y Sibylle ignoraron durante muchos años la existencia de Judith,
su media hermana. Pero el caso es que, a pesar de usar su apellido, ni
Caroline, ni Sibylle, fueron sus preferidas. Judith lo fue. Era con ella con
quien Lacan convivía y revivía ante los ojos de quien quisiera verlo, un
idilio intenso y, tal vez, un tanto exageradamente edípico. Y el caso es que,
a pesar del ateísmo militante de Lacan y el judaísmo de su madre, Judith
tomó la comunión y fue inscrita en un colegio católico.
13
Elizabeth Young-Bruehl (1988) en su Anna Freud, a Biography. Londres: Summit Books,
opina que el amor de Anna con Dorothy Burlingham jamás se concretó, pero Michael John
Burlingham, el nieto de Dorothy, se refiere a una carta de Anna a Edith Jackson donde
escribe sentirse muy avergonzada por estas cosas, especialmente ante papá: “no se las
cuento”.
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Apuntes de memoria
Temáticas
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Juan Carlos
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Albornoz B.
Dije también que el poder de la IPA, la asociación que Freud fundó, fue
la herencia que recibió Anna, su hija menor y que el poder de la AMP fue
construido con la herencia que Lacan le legó también a su hija menor,
Judith, y a su esposo, Jacques Alain Miller.
Pues bien: guiado por el interés en las teorías del género que desafían
al psicoanálisis, quise reparar en las semejanzas y las diferencias que
mantuvieron Freud y Lacan, los dos grandes padres del psicoanálisis, con
sus hijas convertidas en herederas. Claro está que cuando aludo a las “nenas
de papá” lo hago en el sentido ambiguo que tienen tanto Anna y Judith
como la IPA y la AMP, instituciones que bien podrían ser consideradas las
“nenas de papá”.
¿Cómo circulan las teorías del género por estas instituciones? ¿Cuál
es la apertura de la IPA al feminismo contemporáneo desde que ambos
(IPA y teorías de género) son productos dominantemente anglosajones?
¿Cómo incorpora la AMP la tarea de revisar críticamente los estereotipos
patriarcales de los que quedó tributaria la teoría lacaniana? ¿Qué política
feminista pudiera darse para/con la IPA y la AMP? ¿Quién se ha puesto
a reflexionar sobre la manera particular que adquiere el sexismo en las
instituciones psicoanalíticas, instituciones que han sido fundadas para
guardar celosamente y enaltecer la producción del “padre” y que, a la muerte
de ellos, pasó a manos de sus hijas?
Estas y otras interrogantes nos van acercando a una sospecha crucial: ¿no
será que el edificio conceptual psicoanalítico, reactualizado por el sofisticado
discurso lacaniano, no es otra cosa que un intento de restituir al padre el
71
Apuntes de memoria
Temáticas
Para instalar esta cuestión habría que comenzar recordando que Lacan
sostiene –con Freud y Levy-Strauss– que la interiorización del tabú al incesto
es el acto fundacional de la cultura. De ahí que reclame la intervención de
una fuerza externa para intentar desgarrar la poderosa relación que une al
niño con su madre. Esa fuerza, claro está, es el padre (“padre” como operador
estructural). Dicho de esta manera, se supone que nada interno en la madre
o en el hijo puede garantizar que se separen. Así, la Ley Paterna es concebida
como un dispositivo que viene de afuera, viene del exterior y, al forzar al
niño a romper con la simbiosis primordial materna, lo habilita, en Nombre
del Padre, a inscribirse en el universo simbólico. Solo que el giro lingüístico
de Lacan, hace a las culturas equivalentes de La Cultura y encubre, con
la estructura y los efectos supuestamente universales y a-históricos de la
lógica del lenguaje, la posibilidad de deconstrucción de la cultura y de las
relaciones sociales de poder y de dominio que la determinan.
Decía que, para Lacan, esa Ley Paterna es una intervención que viene de
afuera, viene del exterior. Es, si se quiere, “real”. Y eso real está ligado al
hecho –para nada intrascendente– de ser cultura masculina, no como efecto
del lenguaje, sino como consecuencia de las relaciones del poder ejercido
por los hombres sobre las mujeres. De ahí que Freud aparezca mucho más
“realista” que Lacan, porque Freud no nos pide aceptar que nuestros hijos
y nuestras hijas están castrados del mismo modo o en el mismo grado;
Freud no sugiere que la lucha edípica y la iniciación en la cultura tienen
las mismas consecuencias para niñas y varones.
1. que los hombres tienen privilegios que les son quitados a las mujeres
–que solo las mujeres están castradas– y
2. que esa diferencia genera un cierto Malestar en la Cultura.
En cambio, Lacan nos propone aceptar que tanto hombres como mujeres
estamos castrados y así circulamos, no por la cultura sino por el lenguaje.
La clave lingüística del psicoanálisis lacaniano puede que permita concebir
un avance en la decontrucción cultural de la diferencia entre los géneros,
pero, en realidad, al reemplazar a la cultura, a su historia, a las relaciones
de dominio que en su seno producen malestar, por la lógica universal del
lenguaje, impide avanzar en la comprensión de las determinaciones que
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Albornoz B.
Referencias
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Temáticas
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Andrés Albornoz B.
ESPACIO INSTITUCIONAL
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Temáticas
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Andrés Albornoz B.
Resumen
El presente artículo pretende dar cuenta de una experiencia clínica institucional, que se plan-
tea como un dispositivo psicoanalítico para el tratamiento de las psicosis en la infancia. Para
ello, revisaremos los conceptos fundamentales mediante los cuales se ha definido la psicosis
en la infancia y, posteriormente, hablaremos de la experiencia institucional y su relevancia
para la construcción de discursos.
C
Cuando Leo Kanner (1943) hace la diferenciación clínica entre autis-
mo y psicosis, definiendo así esta última:
77
Espacio Institucional
Temáticas
Aperturas Clínicas
El interés por la integración del niño a la institución tiene que ver con que
se incorpora a un espacio extrafamiliar que lo recibe y corta la repetición
de las experiencias de exclusión vividas anteriormente, así como también
el niño se integra y co-construye el espacio que habita, lo valida y reconoce
como otro legítimo.
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JoséAndrés
IgnacioAlbornoz
Schilling B.
R.
Así, nuestra institución ofrece a los niños abordar la vida cotidiana con
todas sus dificultades de planificación, organización, puesta en práctica
y comunicación con los otros. Es por ello que los niños deben hacer vida
cotidiana en la institución, donde junto con participar de sesiones indivi-
duales, talleres de intervención grupal, también preparan y comparten el
alimento y el libre desplazamiento por la casa, que con el tiempo se tra-
ducirá en la posibilidad de elegir y enunciar una elección respecto de su
participación dentro de la institución.
79
Temáticas
Espacio Institucional
La Alternancia
La Síntesis
La Asamblea
Una vez por semana, niños, terapeutas, pasantes y todos los que confor-
man la institución se reúnen para hablar de la casa. Se habla acerca de lo
que ocurre en los talleres, los niños plantean quejas, se proponen nuevos
proyectos y se discute sobre la factibilidad de su aplicación, se discuten
problemas, resuelven conflictos, se trata de conversar sobre los asuntos
comunes, actividades y vida de la institución. Por su naturaleza la asam-
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JoséAndrés
IgnacioAlbornoz
Schilling B.
R.
blea es uno de los espacios que define y a la vez crea la identidad de la ins-
titución terapéutica. Esta instancia se fundamenta en la construcción de
un lugar en el lazo social y sentimiento de pertenencia a una comunidad
para los participantes, como una tentativa de inserción en las relaciones
sociales para niños psicóticos que por estructura están fuera de los lazos
ya establecidos por la sociedad en que vivimos.
Porque estos niños suelen quedar excluidos de los sistemas sociales ha-
bituales, en la institución se trabaja en los ámbitos cotidianos como un
modo de aproximarse al mundo y sus leyes, a través de los talleres, tran-
sitando por la calle, la plaza y los museos, rompiendo el aislamiento en
que se encuentran, donde posteriormente las palabras de los analistas, así
como también la estructura institucional hacen de este un espacio transi-
cional que permite el encuentro progresivo con la realidad. Y así, construir
discursos que ofrezcan al niño una tentativa de lazo social como un modo
de disponer el goce con el lenguaje, en la medida en que para permitir el
establecimiento de las relaciones entre personas, el proceso civilizatorio
implica una renuncia a la tendencia pulsional de tratar al otro como un
objeto a ser consumido. Es decir, el trabajo de construcción de discursos
con y para la locura es darle un marco a la pulsión que resulte en una
pérdida real de goce para el sujeto psicótico.
81
Temáticas
Referencias
Golini, J., Steffen, G., Volnovich, J. (1999) Prácticas institucionales con niños
psicóticos. Buenos Aires: Editorial Nueva Generación.
Küpfer, C., Voltoline, R., De Sousa, F. (2010) “Qué es lo que puede hacer un niño
por otro? Sobre la diversidad en los grupos terapéuticos de niños”. Revista Casta-
lia, Volumen Nº 17, pp. 29 – 38.
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Andrés Albornoz B.
DE LIBROS
83
Temáticas
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Andrés Albornoz B.
Karen Bascuñán P.
C
oincidente con la conme- incluso en nuestra propia niñez y
moración de los 40 años en la vigencia de las preguntas que
del golpe de Estado, el año abre.
2013 se publicó el libro niños (Gra-
fito ediciones), de la escritora María Entre estos poemas y sus ilustra-
José Ferrada y el ilustrador Jorge ciones, que circulan como un cú-
Quien. En este libro nos encon- mulo de susurros, podemos invo-
tramos con 34 poemas ilustrados, lucrarnos en el espacio en que se
donde cada uno tiene el nombre vivió esa niñez, escuchamos diva-
de una niña o un niño. Con una gaciones silenciosas, aperturas de
sensibilidad delicada, los autores mundos a través de encuentros ini-
nos acercan a imágenes y situa- ciáticos con las texturas, los soni-
ciones que refieren a la intimidad dos, decenas de gestos del mundo
del mundo que se construye –como adquieren un significado especial:
podríamos recordar– en la niñez. las alas de los pájaros, un vidrio
Estos 34 niños y niñas nos convo- empañado, tesoros que descubri-
can, también, a recordar a quienes mos y que luego nos acompañan
escasamente han sido nombrados: silenciosamente.
niños y niñas ejecutadas o deteni-
das desaparecidas por la dictadura
cívico militar en Chile.
85
De libros
Temáticas
intimidad que genera. Cada ilus- sentarnos en una obra las vidas de
tración de Jorge Quien abre otras estos niños y niñas? Nunca lo sa-
aristas del imaginario que María bremos desde sus palabras.
José Ferrada nos entrega en los
poemas, imágenes de zonas tras-
lúcidas, con azules y grises que
parecen venir de otro tiempo, nos
sitúan con un guiño retrofuturista
un par de décadas atrás; una at-
mósfera que nos señala una coor-
denada temporal de esos 34 niños
y niñas que estamos descubriendo.
86
Karen Bascuñán
Andrés P.
Albornoz B.
Referencias
Ferrada, M.J.; Quien, J. (2013) niños. Santiago: Grafito Ediciones.
87
Temáticas
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Andrés Albornoz B.
E
l encuentro con este libro es vas, creativas y refrescantes. En
un encuentro con el cuerpo este sentido, no encontraremos
y el psicoanálisis, pero no repeticiones teóricas innecesarias,
solo con el cuerpo de la represen- más bien nos compartirá genero-
tación sino también con el cuerpo samente su versión personal de la
real-material. En él la autora, psi- psicoanalista que ha emergido de
coanalista Argentina de gran tra- su encuentro con sus pacientes,
yectoria clínica y teórica, una de “sus” autores –digo “sus” porque se
las iniciadoras de los “Encuentros apropia de ellos y los usa– y de su
Latinoamericanos Sobre el Pensa- vida.
miento de Winnicott”, realizados en
Latinoamérica y México desde hace Así, lo que va mostrando en el libro
27 años, habla desde el psicoanáli- es un tema al que le ha dedicado
sis, desde su formación y su clíni- mucho trabajo y estudio durante
ca para internarnos en sus ideas, todos estos años, lo psicosomático,
todas ellas, el resultado de su ex- desarrollado y mirado a la luz de
periencia desarrollada durante sus estos tres autores, Freud, Lacan y
años de carrera, donde muestra Winnicott, quienes hacen propues-
una curiosidad siempre viva, una tas metapsicológicas muy diferen-
inquietud permanente, que se tra- tes; sin embargo y de manera crea-
duce en los estudios y lecturas de tiva, este libro intenta hacer nexos
los distintos autores que le han ido entre estas propuestas, nexos que
ofreciendo miradas, que perma- son personales, pero que no ceden
nentemente va interrogando y mo- a la tentación tan recurrente en
dificando de acuerdo a sus propios algunos autores de forzar y homo-
pensamientos surgidos del estudio geneizar los conceptos e ideas de
y su propia experiencia clínica. manera de dar una sensación de
cohesión que altera la riqueza de lo
Nos ofrece generosamente la opor- diverso, empobreciendo los aportes
tunidad de ir siguiendo con ella su de los distintos autores, incluidas
desarrollo y la historia de las dis- sus propias propuestas respecto
tintas ideas que nos plantea des- de la clínica y de la teoría. En este
de los inicios de su práctica hasta libro encontraremos una clínica
plasmarlos en la actualidad. Los profusamente desarrollada y gene-
distintos momentos de su clínica rosamente expuesta. A través de
y de sus inquietudes se suman en viñetas, la autora nos habla acer-
un resultado sorprendente y esti- ca de los cuerpos y su integración
mulante, ideas y propuestas nue- al psicoanálisis, cuerpos que en el
89
De libros
Temáticas
Referencias
90
Andrés Albornoz B.
AUTORES
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Temáticas
Andrés Albornoz B.
Psicólogo Clínico, Universidad de Santiago de Chile; Magíster en Psicología Clíni-
ca, mención psicoanálsis ICHPA-UAI; Psicoanalista en Formación Ichpa; Psicote-
rapeuta de adultos, adolescentes y niños; Docente y Supervisor Clínico, Escuela
de Psicología, USACH, Co-fundador Consultora Travesía.
Karen Bascuñán
Psicóloga, Universidad de Chile; Magíster © en Literatura, Universidad de Santia-
go. Coordinadora del Área Educación de Parque por la Paz Villa Grimaldi, Sitio
de memoria. Dedicada a la investigación, al trabajo con archivos testimoniales y
propuestas de arte sonoro, video y literatura; actualmente, enfoca su trabajo en
el análisis generacional de propuestas que analizan el vínculo entre estética y
política.
Andrés Beytía R.
Psicoanalista y Miembro Asociado de la Sociedad Chilena de Psicoanálisis-Ichpa;
Psicólogo Clínico, Pontificia Universidad Católica de Chile; Magíster (c) en Psicolo-
gía Clínica, mención Psicoanálisis ICHPA-UAI. Docente del Instituto de Formación
de la Sociedad Chilena de Psicoanálisis-Ichpa. Email: andresbeytia@gmail.com
Claudia Curimil
Psicóloga Clínica. Postítulo en clínica psicoanalítica con niños y adolescentes,
Universidad de Chile. Miembro del Equipo de Acogida en Casa del Encuentro.
Lucio Gutiérrez
Psicólogo, Magíster y Doctor en Psicoterapia de la Pontificia Universidad Católica
de Chile; Psicoanalista, miembro titular y docente supervisor de la Sociedad Chi-
lena de Psicoanálisis-Ichpa; Miembro cofundador de Asociación Winnicott Chile.
Actualmente, Director del Instituto de Formación Ichpa. Sus líneas de investiga-
ción incluyen temas de subjetividad y vida digital, futurismo, metapsicología y
clinica psicoanalítica contemporánea.
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Andrés Albornoz B.
José Ignacio Schilling Richaud
Psicólogo, Universidad Andrés Bello. Magíster © en Psicología Clínica mención
Psicoanálisis ICHPA-UAI. Psicoanalista en formación ICHPA. Postítulo de especia-
lización en Psicología clínica infanto-juvenil UDP. Director Clínico en Aperturas
Clínicas, Centro de Estudios y Tratamiento de la Infancia con Problemas. Ex Do-
cente UDD y UAHC.
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Temáticas
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Andrés Albornoz B.
DIFUSIÓN
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Temáticas
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Alberto Eiguer
Formación de Psiconálisis 2019
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Temáticas
Malla de la Formación en Psicoanálisis
Sociedad Chilena de Psicoanálisis ICHPA - 2019
Filosofía y epistemología
Hermenéutica y Psicoanálisis: la cuestión del sujeto
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Magíster en Psicología Clínica
Mención Psicoanálisis
Especialización:
Adultos /Infanto-Juvenil
CONSEJO ACADÉMICO
REQUISITOS:
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MALLA CURRICULAR
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Grupo de investigación: Psicosomática
Coordinación: Liliana Messina
Objetivos:
Estudiar los aportes psicoanalíticos de las principales escuelas y autores que han profundizado en
las problemáticas del cuerpo. Diseñar un marco referencial teórico-clínico en el campo de las pro-
blemáticas del cuerpo y lo psicosomático. Participar de las actividades académicas convocadas por
Instituciones Psicoanalíticas chilenas e internacionales. Participar en congresos nacionales e interna-
cionales. Organizar cursos de extensión y jornadas en Ichpa. Presentación de trabajos de investigación
y publicaciones en diversas revistas psicoanalíticas.
Dirigido a:
Miembros Ichpa, colegas y analistas en formación.
Información y contacto:
l-messina@hotmail.com
Objetivo:
Transmitir nuestro pensar-hacer del psicoanálisis con perspectiva vincular a través del trabajo teórico-
clínico con parejas, familias y grupos.
Dirigido a:
Miembros Ichpa, colegas y analistas en formación.
Información y contacto:
unidadvincular@gmail.com
Objetivo:
Este grupo pretende estudiar, a partir de inserciones clínicas, el impacto en lo psíquico de diversas
formas de violencia a las cuales los sujetos, en nuestro país, se ven actualmente sometidos. Como
se trata de una afectación que se evidencia tanto en la clínica pública o institucional como privada,
consideramos que es relevante generar espacios que permitan abrir los posibles cuestionamientos que
introduzca al trabajo analítico y su devenir en diversos dispositivos. Proponemos pensar la escucha
y sus herramientas considerando esta implicación.
Dirigido a:
Analistas en formación, estudiantes y ex-estudiantes de Magíster y clínicos insertos en instituciones
públicas.
Información y contacto:
felipematamalasandoval@gmail.com
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Grupo de investigación: Género y Psicoanálisis
Coordinación: Martha Elva López Guzmán
Objetivos:
Estudiar los procesos de intersección entre Psicoanálisis y Género, tanto teórica como metodoló-
gicamente. Investigar los aspectos involucrados en la construcción de géneros sexuales y su jerar-
quización; la construcción de subjetividad en su dimensión histórica y su expresión desde la clínica
a través del sufrimiento, dolor psíquico y subjetivo. Participar en actividades de extensión, tareas
académicas, congresos, presentación de trabajos de investigación y los nexos con redes nacionales e
internacionales que trabajen con la temática.
Dirigido a:
Miembros y analistas en formación de la Sociedad Chilena de Psicoanálisis – Ichpa.
Información y contacto:
marthalopez2006@gmail.com
Objetivos:
Profundizar los tópicos de relación del psicoanálisis con la cultura, abordando sus implicancias
sociales y políticas. Reflexionar la práctica clínica y la construcción teórica a partir de estas mismas
implicancias. Abordar los nexos del psicoanálisis y el impacto de las condiciones sociales en la
construcción subjetiva. Participar en congresos nacionales e internacionales. Participar en jornadas
en Ichpa y del amplio espectro del psicoanálisis.
Dirigido a:
Miembros Ichpa, colegas y analistas en formación.
Información y contacto:
juanflores@yahoo.com
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Revista Gradiva
Normas de Publicación
En hoja aparte enviar breve presentación del autor (máximo cuatro líneas).
Notas al pie de página: con números crecientes deben incluirse al final de cada página.
En caso de que el trabajo haya sido presentado en Jornadas o Congresos, o haya sido
publicado anteriormente, deberá figurar detalladamente la ocasión o el medio, con asterisco
a pie de página.
Cita bibliográfica: cita directa al interior del texto. Ejemplo: (Freud, 1915, p. 92). Cita
dentro de una cita, también al interior del texto. Ejemplo: (Portillos citado en Rodríguez p. 3).
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A. En línea: Apellido, Nombre. Año de publicación. “Título del artículo”. Fecha de
recuperación del documento. Web. Fecha. http://....
Ejemplo: Meschonnic, H. (2016). “Manifiesto por un partido del ritmo”. Revista Crítica.
Universidad Autónoma de Puebla. 20 de enero, 2017, Recuperado en: http://revistacrítica.
com/contenidos-impresos/ensayo-literario/manifiesto-por-un-partido-del-ritmo-henri-
mesconnic
5.
1. Gradiva se reserva el derecho de seleccionar los artículos recibidos, determinar el número
y sección de la revista en que pueden ser incluidos, así como también de hacer los cambios
y modificaciones formales, de redacción y referencias que estime necesarios para adaptar
el texto a las presentes normas de publicación.
No se devolverán los originales ni se considerarán los trabajos que no cumplan con las
normas precedentes.
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