Está en la página 1de 3

Casuística del aborto en el Perú y Latinoamérica

PERÚ
El aborto representa un dilema ético fronterizo entre el derecho a la vida y el derecho al
libre desarrollo de la personalidad, el cual en nuestro sistema jurídico se sigue
sometiendo a debate respecto a su legalización.
Para el año 2015, la Dirección General de Epidemiología del Perú reportó 414 muertes
maternas, pero no detalla cuántas de estas han sido causadas por abortos clandestinos.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para Sudamérica
el 13% de las muertes maternas en el 2008 fueron causadas por aborto clandestino, y
un análisis realizado por Gerdts et al. estima que para países en los que predomina el
aborto inseguro el 16% de las muertes maternas fueron causadas por aborto clandestino
entre el 2000 y 2011.
De 3.8 millones mujeres sexualmente activas, cerca del 30%, 1.4 millones, están
expuestas al riesgo de embarazos no deseados por falta de acceso a métodos
anticonceptivos
Guzmán 2014 estimó que del total de causas directa, el 17.5% de las muertes maternas
fueron por abortos inseguros, por otro lado Guevara (2015) en el Instituto Nacional
Materno Perinatal en el período 2009-2013 indica que llega a 61 atenciones (0.23%) de
interrupción terapéutica del embarazo de un total de 26,214 casos de abortos atendidos.
Las causas del aborto terapéutico fueron por riesgo de salud materna (87%) y por riesgo
de muerte materna (13%).
En el Perú, el Código Penal de 1991 (Decreto Legislativo Nº 635) considera el aborto
como un delito contra la vida, el cuerpo y la salud, salvo cuando la vida o la salud de la
madre corre peligro. “No es punible el aborto practicado por un médico con el
consentimiento de la mujer embarazada o de su representante legal, si lo tuviera,
cuando es el único medio para salvar la vida de la gestante o para evitar en salud un
mal grave y permanente” (artículo 119).En este sentido, la legislación peruana estipula
que se penaliza todas las formas de aborto con excepción del terapéutico, que está
permitido desde 1924, e incluye como figuras atenuantes el aborto ético o sentimental y
el aborto eugenésico.
Zamberil argumenta que el discurso general del aborto entre la sociedad peruana es
altamente sancionador, visto como un evento indeseable y con un lenguaje marcado por
las connotaciones negativas. La interrupción de un embarazo va en contra de los roles
reproductivos y de cuidados esperados de las mujeres. Por ello, a las mujeres que
abortan se les atribuyen características desvalorizantes como promiscua, pecadora,
egoísta, asesina, etc.
En setiembre 2014, una iniciativa ciudadana que recolectó cerca de 80 mil firmas,
impulsada por el movimiento de mujeres (Manuela Ramos, Promsex, Demus, Flora
Tristán entre otras), presenta al Congreso de la República una propuesta de ley para la
despenalización del aborto por violación sexual y malformaciones congénitas. Esta
propuesta fue archivada por la Comisión de Constitución del Congreso. En el año 2016,
dos Congresistas del Frente Amplio presentaron un proyecto similar apoyado por las
organizaciones feministas y de mujeres y que se espera que entre a debate (sin
posibilidades reales de aprobación) en 2018.}
En conclusión, se confirma que, a pesar de la legalidad del aborto terapéutico y la
disminución del aborto inseguro por el creciente uso del aborto médico, el acceso al
aborto seguro es restringido en el Perú, especialmente para las mujeres con menores
recursos y fuera de la capital. Esto es debido a la desinformación sobre el marco legal
y sobre la norma técnica del aborto terapéutico entre el personal médico, usuarias y la
población en general y un fuerte y generalizado estigma alrededor del aborto. En
consecuencia, prevalece el secretismo y la clandestinidad lo cual lleva a riesgos para la
salud de las mujeres y a una falta de visibilidad de la prevalencia del aborto por la
ausencia de datos y registros.
LATINOAMÉRICA
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para Sudamérica el 13% de las
muertes maternas en el 2008 fueron causadas por aborto clandestino, y un análisis
realizado por Gerdts et al. estima que para países en los que predomina el aborto
inseguro el 16% de las muertes maternas fueron causadas por aborto clandestino entre
el 2000 y 2011.
Las tramas del aborto en América Latina son complejas. Mientras en algunos países
esas tramas avanzan hacia la liberalización con ritmos y éxitos dispares, como ocurrió
en los últimos años en Uruguay o en Chile, en otras naciones tramas más oscuras
refuerzan restricciones conservadoras, según sucede en El Salvador o en Nicaragua.
Incluso allí donde la liberalización progresa lentamente, como en la Argentina, Bolivia,
Colombia, México o Perú, las tramas del aborto suelen combinar en dosis variadas
espacios de legalidad e ilegalidad, de oferta de servicios seguros y de ausencia absoluta
de ellos. Las tramas del aborto en América Latina son pues contradictorias y diversas,
tan contradictorias y diversas como nuestras sociedades.
Alrededor del 90% de las mujeres en edad reproductiva en América Latina y el Caribe
vive en países con leyes de aborto restrictivas.
De acuerdo con las estadísticas del estudio “Aborto clandestino: una realidad
latinoamericana” llevado a cabo en 1994 también por parte de este Instituto, el aborto
es una realidad ampliamente extendida en la región. El aborto realizado por personas
no idóneas y en condiciones no asépticas es una de las primeras causas de mortalidad
materna en los países de América Latina donde 800.000 mujeres son hospitalizadas
cada año por complicaciones inmediatas del aborto inducido.
Espinoza y López-Carrillo en el 2003 al analizar algunos estudios sobre aborto inducido
realizados en la región, establecen que “algunas mujeres deciden interrumpir un
embarazo por la necesidad de no procrear más en forma temporal o definitiva o bien por
dificultades económicas asociadas a conservar un empleo, continuar con un programa
de educación o por la actitud negativa de la pareja y/o de la familia hacia el embarazo”.
Estos autores concluyen, también, que por falta de un marco legal que los soporte, se
dan carencias en los sistemas de salud que impiden la atención en forma segura de los
embarazos no deseados.
En síntesis, apenas seis países y territorios de Latinoamérica consideran el aborto como
'legal' o permitido sin restricción, lo que supone menos del 5 % de la población de las
mujeres entre 15 y 44 años.
En conclusión, es necesario contribuir al diseño de medidas viables en los ámbitos de
la educación, la salud y el derecho que contribuyan a la prevención de ese tipo de
embarazos. América Latina está urgida de políticas públicas y acciones de la sociedad
en favor de una educación sexual focalizada hacia los sectores que muestran la mayor
propensión a mantener relaciones sexuales sin protección: los más jóvenes; los
habitantes de zonas rurales; los pueblos indígenas; los residentes de asentamientos
irregulares en la periferia de las grandes urbes. Las parejas deben tener acceso a
información objetiva, oportuna y suficiente sobre planificación familiar, a anticonceptivos
modernos y a orientaciones sobre su uso apropiado.

BIBLIOGlRAFÍA
Ramírez L. Entre el Derecho a la vida y las acciones por wrongful birth y wrongful life.
Gaceta Civil y Procesal Civil. 2018, 61. pp. 185-198
Gomez, M. El Aborto Terapéutico En América Latina. Especial Mención A Perú. Revista
Gobierno Y Gestión Pública, 20163(1).
Vitaliano A. ¿Por qué se debe despenalizar el aborto eugenésico en la legislación
peruana?. Revista de Investigación Jurídica de Estudiantes, 2016; 7(9): 85-103
Távara L. Contribución de la Revista Peruana de Ginecología y Obstetricia al desarrolo
de los derechos sexuales y reproductivos en Perú. Rev. peru. ginecol. obstet. 2016 ; 62(
1 ): 31-57.

También podría gustarte