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~ EDllORIAL BETANIA

Fe Creativa·
FE CREATNA es un libro que revela los secretos
de la fe que asombran a lo$ hombres y glorifican
a Dios.

'
En un tiempo en que la iglesia, y los cristianos en
general, han apartado su fe del mismo Dios
hacia objetivos secundarios, este libro se
presenta como una guía' práctica para la
renovación. A aquellos cuya vida espiritual está
asfixiada por cuanto.han relegado al Espíritu
Santo a una posición servil en sus existencias,
este libro les mostrará cómo derribar sus pardos
muros de incredulidad y florecer en el potencial
ilimitado de lo "imposiQle".

Aquí tenemos principios prácticos y realistas


sobre cómo llevar una .vida cr;istiana con poder, y
aun con éxito. Este no es un libro de "fórmulas",
sino un libro b~do en la experiencia. Lo que él
dice acerca de vivir por fe suena con credibilidad.
LA FE
CREATIVA
T.A.HEGRE
Versión castellana:
M. Francisco Liévano R.

©1981 por Editorial Betania


824 Calle 13 S.O., Caparra Terrace
Puerto Rico 00921

Todos los derechos reservados

Publicado originalmente en inglés bajo el título


CREATIVE FAITH
©1980 por Bethany Fellowship, Inc.
6820 Auto Club Road, Minneapolis, Minnesota 55438
DEDICATORIA

A todos aquellos que están aprendiendo lo que quiso


decir Jesús cuando expresó: “Si permanecéis en mí, y
mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo
que queréis, y os será hecho [creado]” (Juan 15:7).
INFORMACION ACERCA DEL AUTOR

T. A. Hegre es el fundador y director de la Confra­


ternidad Betania. En respuesta al llamamiento de
Dios, el señor Hegre unió sus fuerzas con un puñado
de laicos que pensaban de la misma manera, dispues­
tos a hacer su parte en la evangelización del mundo, y
formaron un grupo que llamaron Confraternidad
Betania. Con el objeto de comprender la provisión de
Dios para una vida victoriosa y enviar creyentes victo­
riosos hasta los fines de la tierra, establecieron una
meta aparentemente imposible: la de orar a Dios para
que enviara un centenar de misioneros a la mies por
medio de los esfuerzos de ellos. A partir de sus modes­
tos comienzos se ha desarrollado un establecimiento
que actualmente se dedica a preparar, enviar y soste­
ner candidatos a misioneros procedentes de todas las
partes de la tierra. Además, se han establecido otros
centros en ambos hemisferios. En el momento de
escribir esta información, hay unos 257 misioneros en
diversos campos como resultado de la obra comenzada
por T. A. Hegre y sus asociados.
PREFACIO

Cuando por primera vez visité la Confraternidad


Betania en Minneápolis, al principio de la década que
comenzó en 1970, mis sentimientos se reunieron en
tomo a una palabra: “imposible”. Y yo tenía razón,
por lo menos desde el punto de vista humano. Cómo
hubieran podido tantísimas familias abandonar sus
negocios, bajo una convicción dada por Dios, para
vivir y trabajar juntas en favor de la evangelización
del mundo, era algo inconcebible para mí. Yo había
dicho muchas veces con respecto a tal vida cristiana
comunitaria: “Nunca funcionará”.
Ted Hegre, el autor de este libro, fundó esa obra que
ha tenido un impacto mundial. El enfrentó todos los
“imposibles”, y Dios hizo que Betania llegara a ser
una realidad.
La fe creativa es el título de este libro escrito por el
hombre que fue el instrumento de Dios para que la
Confraternidad Betania fuera una realidad. Ted
Hegre, tan frágil en la fe como cualquiera otra perso­
na, probó a Dios con respecto a sus promesas, y halló
que El es fiel.
Este libro revela los secretos de la fe que asombran a
los hombres y glorifican a Dios. Cada página revela la
personalidad de Ted Hegre, su fe y su carácter: un
hombre como cualquier otro, que obedece a Dios
implícitamente. Eso es lo que hace genuino este libro.
En un tiempo en que la iglesia, y los creyentes en
general, han apartado su fe del mismo Dios hacia
objetivos secundarios, este libro se presenta como una
guía práctica para la renovación. A aquellos cuya vida
espiritual está asfixiada por cuanto han relegado al
Espíritu Santo a una posición servil en sus existen­
cias, este libro les mostrará cómo derribar sus oscuras
murallas de incredulidad y florecer en el potencial ili­
mitado de lo “imposible”.
Durante los 35 años de existencia de Betania, Ted
Hegre ha visto expandirse su programa mundial a
medida que aplicó la fe creativa en Dios, y continua­
mente “arremetió” contra las imposibilidades. Yo he
visto cómo la obediencia y la fe sencilla de este
hombre mueven montañas; y he visto su fe encenderse
en la vida de muchas otras personas. Y todo esto
porque Ted Hegre se negó vehementemente a admitir
que para Dios hay algo imposible.
Por cuanto el autor ha obedecido en forma conse­
cuente a Dios, puede dar principios prácticos y realis­
tas sobre cómo vivir una vida cristiana con poder, y
con é x i t o . Este no es un libro de “fórmulas”, sino un
libro basado en la experiencia. Lo que él dice acerca
de vivir por fe es real.
Thoreau dijo una vez: “Por cada cien individuos
que están mutilando las ramas del mal hay uno que lo
está golpeando en la raíz”.
Ted Hegre ha desenterrado la “raíz” del significado
total de la vida cristiana, en esta oportuna obra.
Mientras muchísimos otros se preocupan por lo super­
ficial, él ha llegado al mismo corazón del asunto. Se
necesita vivir mucho para llegar a ser sabio, pero para
Ted Hegre, como su libro lo manifiesta, Dios pasa por
alto el tiempo para la persona que salta hacia el calor
fulgurante de una vida llena de fe.
La simplicidad de todo esto es bella; sólo Dios pudo
hacerlo de esta manera. El autor ha demostrado que la
fe creativa funciona. Ahora le corresponde al lector
aferrarse a la maravilla y la realidad de ella. Es un
viaje que vale la pena realizar; de hecho, es un viaje
que debe realizarse.
James L. Johnson, Escritor,
Director del Evangelical Literature Overseas, y
Coordinador del Departamento de Periodismo de la
Escuela Graduada de la Universidad de Wheaton;
Wheaton Illinois, Estados Unidos de América.
CONTENIDO
1. La fe creativa: ¿Qué es?........................................... 11
2. La fe creativa: Hay que colocar el fundamento . .....19
3. La fe creativa: Desarrollo de la relación ................. 35
4. La fe creativa: Remodelación de la mente .............. 51
5. La fe creativa: Reorientación de las emociones . ....71
6. La fe creativa: Descubrimiento de los
propósitos de Dios................................................ 89
7. La fe creativa: Participación en el
programa de Dios ...............................................109
1 / LA FE CREATIVA:
¿Qué es?
Un diccionario define la palabra “cachivache”
como “cualquier utensilio u objeto pequeño, especial­
mente algo relativamente inútil, superfluo”. Habiendo
viajado alrededor del mundo en varias ocasiones como
director de una gran empresa misionera, he tenido la
oportunidad de investigar algunos cachivaches, es
decir, cosas de poco valor cuyo nombre no se recuerda
o no se conoce, en bazares, desde Africa hasta—las
Filipinas, y desde Europa hasta la India.
A menudo, al ir de compras en busca de ese “algo”
especial para llevar a mi familia o a mis amigos, he
encontrado algún artículo de nombre extraño. El sólo
nombre no me permite saber si el cachivache es apro­
piado. Como resultado, he tenido que hacer preguntas
como las siguientes: “¿Qué es esto?” “¿De qué está
hecho?” “¿Para qué sirve?” “¿Cómo se usa?”
Me parece que los creyentes también pasan mucho
tiempo de compras en los bazares “espirituales”, tra­
tando de descubrir algún nuevo cachivache o alguna
fórmula que automáticamente les resuelva sus proble-

11
12 / La fe creativa

mas. Infortunadamente, sin embargo, la mayoría de


los creyentes regresan al fin desilusionados, por haber
comprado un “cachivache espiritual”, sin realmente
saber de qué está hecho, cómo se usa, y cuáles son los
resultados que deben esperarse. En caso de que usted
quede posteriormente desilusionado, quiero advertirle
desde el comienzo de este libro que la fe creativa
puede llegar a ser sólo otro “cachivache espiritual”
para el individuo que no comprende que básicamente
la fe es un modo de vida, una continua relación con
Dios por medio de su Hijo, Jesucristo. Sin embargo,
podemos explorar y entender mejor esta relación al
formularnos ciertas preguntas.
En Mateo 13:52 se nos dice que “. . . todo escriba
docto en el reino de los cielos es semejante a un padre
de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas
viejas”. La fe creativa es uno de aquellos tesoros que,
para mí, es viejo, tanto doctrinal como prácticamente,
porque ha operado en mi vida durante muchísimos
años. Y sin embargo, diariamente continúa siendo
nuevo, a medida que el Espíritu Santo me señala ulte­
riores maneras en las cuales puedo cooperar con El en
el desarrollo de los propósitos de Dios para mí y para
el cuerpo de creyentes que El me ha encomendado.
Algunas veces los tesoros son enterrados porque son
muy valiosos. La fe creativa es uno de aquellos tesoros
que están enterrados en las Escrituras, esperando que
lleguen aquellos que se preocupen lo suficiente para
excavar profundamente y poner al descubierto esta
verdad.
Si usted les preguntara a sus amigos qué es la fe
creativa, probablemente recibiría tantas respuestas
diferentes como el número de personas a las cuales les
haga la pregunta. Sin duda, ha oído la clásica fábula
La fe creativa: ¿Qué es? / 13

hindú que se refiere a tres hombres ciegos que querían


saber cómo era un elefante. El primero fue conducido
hacia un lado del enorme animal y, luego de pasar la
mano sobre la inmensa superficie del cuerpo del ele­
fante, dijo: “Un elefante es como una pared”.
El segundo hombre le colocó la mano sobre una pata
y, después de palpar su curvatura y abrazarla, expresó
la siguiente conclusión: “Un elefante es como un
árbol”.
El tercero le agarró la cola y rápidamente afirmó:
“Un elefante es como una cuerda”.
¿Cuál de los tres tenía razón? Obviamente cada
hombre tenía razón sólo hasta el punto en que podía
“ver” al animal con los ojos de su mente, y más especí­
ficamente a través del sentido del tacto.
Afortunadamente, sin embargo, no tenemos que
depender de la compresión de hombres ciegos para
explicar la fe creativa. En Deuteronomio 29:29 lee­
mos: “Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro
Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nues­
tros hijos para siempre”. Gracias a Dios que todo lo
que alguna vez necesitemos saber está revelado en su
Palabra. Aunque nosotros, como los hombres ciegos,
no siempre comprendamos las profundas verdades de
la fe creativa, sin embargo, estas verdades existen
ciertamente en la Escritura; y con la ayuda del más
apto de todos los maestros, a saber, el Espíritu Santo,
también podemos aprenderlas.
El capítulo 11 de Hebreos contiene la definición
más clásica de la fe que se halla en todas las Escritu­
ras. A fin de comprender más de inmediato lo que es la
fe creativa me gustaría aplicar brevemente a los
versículos 1-3 de Hebreos 11, las preguntas que he uti­
lizado para comprender lo relativo a los cachivaches.
14 / La fe creativa

Posteriormente haremos un estudio de estas pregun­


tas en forma más completa, en relación con lo que
Dios quiere hacer a favor de nosotros y por medio de
nosotros.
Hebreos 11:1 dice: “Es, pues, la fe la certeza de lo
que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Al ir
de compras en los bazares extranjeros de varios conti­
nentes, los cachivaches que tienen nombres extraños
para mí representan lo desconocido, de la misma
manera como la “fe” pudiera considerarse desconoci­
da o intangible en las vidas de muchas personas.
Comienzo a descubrir el valor de estos cachivaches,
sin embargo, cuando hago preguntas relacionadas con
sus propiedades físicas. De la misma manera,
podemos hacer preguntas acerca de las propiedades
espirituales o cualidades de la fe.
Hebreos 11:1 dice que las cualidades espirituales de
la fe son la certeza y la convicción, o sea la condición
en que uno está convencido. Estas son dos cualidades
que pueden demostrarse y ser percibidas por medio de
la personalidad humana. Puedo recordar cuando la
Iglesia Misionera Betania comenzó sólo con 16 miem­
bros. Cinco familias habían decidido unirse y aportar
sus recursos a fin de sostener a una de las familias en
el campo misionero. Yo había estado pastoreando la
iglesia durante casi dos años cuando el Señor me
habló en la hora de mis devociones, y me dijo que
nuestra iglesia debía confiar en El para llegar a tener
un centenar de misioneros y el dinero suficiente para
enviarlos a algún lugar del extranjero y mantenerlos
allí.
Desde el punto de vista natural, tal vez los recursos
unidos de cinco familias podrían sostener a una fami­
lia en el campo misionero; ¡pero cien misioneros era
La fe creativa: ¿Qué es? / 15

un número fantástico! Casi no pude creerlo. Sin


embargo, en lo profundo de mi ser sentía que era
verdaderamente Dios quien me estaba hablando; así
que presenté la idea a nuestro grupo de oración para
saber la opinión de ellos. Ellos también pensaron que
ése era el deseo de Dios para nuestra iglesia. Así que,
aunque eramos menos de 20 miembros, comenzamos a
orar. El misionero número cien fue comisionado 30
años después.
Al mirar retrospectivamente, comprendo que la fe
creativa es la suma de muchas partes, pero nunca
puede comenzar sin certeza ni convicción. En Roma­
nos 8:14-16 leemos: “Porque todos los que son guiados
por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues
no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar
otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu
de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El
Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de
que somos hijos de Dios”.
Esa misma certeza, la misma condición de estar
convencido con respecto a algo que experimentamos
cuando llegamos a ser hijos de Dios por medio del
arrepentimiento y la fe en Jesucristo, continuará ope­
rando en nuestra vida mientras permitamos que nos
dirija el Espíritu de Dios.
Además de investigar las propiedades físicas de un
cachivache, pienso que una de las preguntas más
importantes que alguna vez haya hecho es la siguien­
te: “¿Para qué sirve?” Podemos hacer la misma
pregunta con respecto a la fe creativa.
Leemos en Hebreos 11:3: “Por la fe entendemos
haber sido constituido el universo por la palabra de
Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no
se veía”. Dicho esto en otros términos equivalentes, la
16 / La fe creativa

fe nos capacita para entender los procesos creadores


de Dios, cómo El saca sustancia de lo que no era sus­
tancia y, más específicamente, cómo libra El a los
hombres de la culpa y del poder del pecado, cambian­
do a los individuos a la imagen de Cristo, para que
puedan cumplir los propósitos de El aquí en la tierra.
La Biblia nos dice que Israel conocía las obras de Dios,
pero Moisés conocía los caminos de El. La mayoría de
los creyentes también pueden reconocer una obra de
Dios: lo que El ha hecho; pero sólo unos pocos de sus
hijos conocen los caminos de El: cómo hace El estas
obras y cómo se hacen reales en la vida de ellos.
Luego de averiguar para qué sirve un cachivache,
obviamente tenemos que comprender cómo funciona.
En el reino de la fe creativa, esto puede entenderse
más fácilmente si dividimos la fe en tres partes: com­
prensión (percepción), decisión (compromiso) y
acción (práctica). La expresión latina trie juncta in
uno, tres juntos en uno, describe los principios opera­
tivos de la fe. La comprensión, la decisión y la acción
juntas son los medios en que opera la fe creativa.
Cuando el Señor implantó en nosotros su deseo de
que la Iglesia Misionera Betania enviara y sostuviera
a cien misioneros, estuvimos convencidos de que
entendíamos lo que Dios quería. Sin embargo, el solo
entendimiento no hubiera producido los resultados.
Luego tuvimos que comprometemos con esta idea.
Todas nuestras energías mentales, emocionales y espi-
rituales se dedicaron a averiguar cómo podíamos
cooperar con el Espíritu Santo para que eso sucediera.
Y finalmente tuvimos que participar en la acción
apropiada. En este caso fue el desarrollo de un centro
misionero de preparación que se sostuviera por sí
mismo, capaz de preparar y sostener al primer grupo
de cien misioneros.
La fe creativa: ¿Qué es? / 17

La última pregunta a la que necesitamos responder


es éste: “¿Cuál será el resultado de este tipo de fe?”
Muy simple, y sin embargo, muy enérgicamente,
Hebreos 11:2 dice: “Porque por ella [la fe] alcanzaron
buen testimonio los antiguos”.
Nosotros también, si abrazamos la fe creativa,
experimentaremos la aprobación divina. Si la abraza­
mos tanto para obtener la liberación (es decir, libera­
ción del castigo y del poder del pecado) como para
lograr la realización, o sea la capacidad para vivir
victoriosamente, realizando todo lo que Dios quiere
que hagamos.
A medida que continúe leyendo y estudiando este
material, recuerde que la comprensión no es suficien­
te. A fin de hacer que la fe creativa opere en su propia
vida, también tiene que hacer un compromiso con
aquello que el Espíritu Santo le señale, y cooperar con
El, según su dirección hacia las “. . . buenas obras, las
cuales Dios preparó de antemano para que anduviése­
mos [usted y yo] en ellas” (Efesios 2:10).
Después de cada capítulo, se presentan preguntas
para el estudio, que le ayudarán a aplicar la informa­
ción presentada a su propia vida; así como también
incluimos una oración. Quiero animarlo para que
repita esa oración en voz alta.
Recuerde que Hebreos 11:3 declara que los procesos
creadores de Dios se operaron mediante su Palabra.
De igual modo, la palabra que usted exprese será útil
para sellar el compromiso entre usted y Dios.

ORACION
Padre, te doy gracias porque has provisto
todo lo que necesito para la vida y la santidad
por medio de tu Hijo, Jesucristo. Te pido que
18 / La fe creativa

me des entendimiento de acuerdo a tu Palabra,


y me ayudes a cooperar con tu Santo Espíritu,
a medida que El me señala lo que tú quieres
hacer por mí y a través de mí. Te pido esto en el
nombre de Jesús. Amén.

PREGUNTAS Y APLICACIONES
1. Las cuatro preguntas que se aplican a la fe creativa
en este capítulo son:
---------------- , ----------------- ,
-----------------------------y----------------------------------
2. El individuo llega a ser hijo de Dios por medio del
___________ y de_____________ en Jesucristo.
3. Hebreos 11:1 dice que las________ cualidades de la
fe son:________________ y_________________
4. La fe nos capacita para_______________ los proce­
sos creativos de Dios. Israel conoció las___________
de Dios, pero Moisés conoció sus______________
5. Los principios operativos de la fe son tres:
-------------------- ,------------------ y--------------------
6. El resultado de la fe creativa será________________
2/LA FE CREATIVA
Hay que colocar
el fundamento
A fines del otoño de 1947, comenzamos la construc­
ción de un edificio de residencia en el sitio que actual­
mente ocupamos en Betania. Era importante que este
edificio se completara en unos pocos meses, pues nece­
sitábamos urgentemente más espacio, y ya habíamos
vendido el lugar donde funcionaban nuestras antiguas
oficinas principales.
La obra de preparación de la base de este edificio de
vivienda múltiple ya se había terminado y se habían
instalado los moldes para el vaciado, pero todavía no
habíamos puesto los cimientos cuando el tiempo se
volvió extremadamente frío. Además, el informe
meteorológico predecía una tempestad de nieve para
esa noche.
Por ser nativos del medio oeste de los Estados
Unidos, comprendimos que no tendríamos una opor­
tunidad posterior para colocar el fundamento de este
edificio, a menos que Dios interviniera a nuestro
favor. Así que los hombres de la Fraternidad nos reu-

19
20 / La fe creativa

nimos en el comedor para orar. La mañana siguiente


amaneció brillante y clara, y los titulares de los perió­
dicos decían: “La tormenta se desvía de Minneápo-
lis”. Obviamente Dios había intervenido, y pudimos
echar los cimientos y continuar construyendo durante
los siguientes meses del invierno.
Un pensamiento posterior con respecto a aquel edi­
ficio es el siguiente: De la misma manera como no
pudimos erigir la superestructura de aquel edificio sin
colocar primero un sólido fundamento, tampoco
podemos operar en la superestructura de la fe creativa
hasta que hayamos puesto el fundamento espiritual,
que no se derrumbará bajo las tensiones y presiones
que se ejerzan sobre él.
Según 1 Corintios 3:11, este fundamento es Jesu­
cristo; y cuando entramos en la fe creativa tenemos
que edificar sobre lo que El es, lo que hizo y lo que ha
dicho. El Evangelio según Juan dice: “En el principio
era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era
Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas
por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido
hecho, fue hecho” (1:1-3).
El mismo Verbo, Jesucristo, el Medio o Persona por
la cual todas las cosas fueron creadas, es el fundamen­
to de nuestra fe; y nuestro conocimiento personal de
su carácter, su capacidad y su poder nos capacitarán
para creer que aquello que El ha hecho y dicho no es
sólo historia pasada, sino que puede ser realidad pre­
sente para cualquiera que quiera entrar en la fe crea­
tiva.
Entrar en la fe creativa es entrar en la expresión de
su Ser, de su carácter. En un mundo de creciente
tumulto donde las personas se hunden cada vez más
en la confusión, y le echan a Dios la culpa de la guerra,
el hambre y otras circunstancias inhumanas, la
La fe creativa: Hay que colocar el fundamento / 21

humanidad necesita desesperadamente comprender


quién es Dios y cómo es su carácter.
Cuando no hay evidencias circunstanciales, nuestro
sistema judicial se basa en los testimonios de los testi­
gos para decidir si un individuo es responsable o no de
cierta acción. El Espíritu Santo, hablando a través del
profeta Jeremías, actúa como testigo que da testimo­
nio de la solvencia moral de Dios. Leemos en Jeremías
9:24: “Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar:
en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que
hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque
estas cosas quiero, dice Jehová”. (La misericordia es
el amor.)
Dios da testimonio de su propio carácter con un pro­
pósito específico. Aunque el perfecto amor de Dios
para la humanidad fue demostrado por medio de
Jesucristo, y su carácter eterno es siempre consecuen­
te con este amor de sacrificio y entrega de sí mismo,
sin embargo, la mayoría de las personas, entre las
cuales se incluyen algunos creyentes, aún ponen en
tela de juicio la preocupación de El a favor de la
humanidad, y su capacidad para cumplir con éxito
todo lo que prometió en las Escrituras.
Al considerar a los millones de camboyanos que
mueren de hambre, y a otras múltiples atrocidades
cometidas por algún ser humano contra otro, es
mucho más fácil echarle la culpa a un Dios “invisible”
que aceptar la responsabilidad personal como miem­
bro de una humanidad orgullosa, rebelde y egocéntri­
ca.
A pesar de nuestra tendencia a difamar el carácter
de Dios, El continúa animándonos para que lleguemos
a ser todo lo que originalmente El planeó: “Porque yo
sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice
Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros
22 / La fe creativa

el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis


y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me halla­
réis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón”
(Jeremías 29:11-13).
Los detalles de este plan nos han sido revelados por
medio del Hijo de Dios, Jesucristo, quien cumplió en
la cruz del Calvario de manera completa todos los
requerimientos hace casi dos mil años. Sin embargo,
para apreciar mejor este gran plan de Dios, primero
tenemos que entender el problema del hombre.
Según las Escrituras, cada individuo nace en un
mundo que apoya el yo y se opone a Dios; un mundo
que está dominado por principados y potestades espi­
rituales de maldad. Además, cada individuo nace sin
vida espiritual y está impedido por un cuerpo débil,
una mente deteriorada y unas emociones desequili­
bradas.
Los efectos de la desobediencia original del hombre
hacia Dios son muy complejos y variados, pero obvia­
mente la necesidad más urgente de todo ser humano
es volver a poseer vida espiritual. Originalmente, el
hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios. No
había pecado en él. Dios había soplado su propio
Espíritu en él, y el hombre había llegado a ser un alma
viviente: un alma a la cual Dios encomendó ejercer
responsabilidad y autoridad sobre toda criatura vi­
viente en la tierra.
Para que ejerciera legítimamente este don de auto­
ridad, Dios también le concedió a la humanidad la
gran bendición y el privilegio de tener íntima e inme­
diata comunión personal con El. Esta maravillosa
relación entre Dios y el hombre fue interrumpida, sin
embargo, por la desobediencia. La desobediencia fue a
la comunión lo que el cortaalambres es a la cuerda del
teléfono.
La fe creativa: Hay que colocar el fundamento / 23

Isaías 59:1,2 describe bien esta situación: “He aquí


que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar,
ni se ha agravado su oído para oir; pero vuestras ini­
quidades han hecho división entre vosotros y vuestro
Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros
su rostro para no oir”.
Todos los que son honestos tienen que admitir que
están separados de Dios, o que lo estuvieron en un
tiempo. La personalidad humana reconoce esta sepa­
ración, esta falta de vida espiritual mediante sínto­
mas subjetivos específicos: un sentimiento de culpa e
inseguridad, una conciencia atribulada, temor a la
muerte, falta de motivación y de dirección para la
vida y un temor de poner al descubierto nuestras
obras para que sean vistas tanto por Dios como por el
hombre.
Los hechos objetivos del pecado son dobles y están
claramente expresados en las Escrituras, y también se
pueden reconocer fácilmente en nuestra vida y en las
de otras personas. En primer lugar, todo ser humano
ha cometido hechos pecaminosos; es decir, ha que­
brantado la ley de Dios, bien sea el primer manda­
miento: “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (no
tener otras preferencias supremas), o cualquiera de los
otros mandamientos hasta el número diez: “No codi­
ciarás. . . ” (anhelar aquello que otro tiene, bien sea
su posición, su honor, sus posesiones o cualquiera otra
cosa).
En segundo lugar, todo ser humano ha llegado a
esclavizarse a la disposición o actitud de pecado que
fácilmente se puede resumir en las siguientes pala­
bras: “Quiero actuar a mi manera”. El profeta Isaías
resumió este principio de pecado en forma muy
aguda: “Todos nosotros nos descarriamos como
ovejas, cada cual se apartó por su camino. . . ” (Isaías
24 / La fe creativa

53:6a). Estas dos facetas del pecado: los actos cometi­


dos y la disposición de egoísmo, abarcan todo el alcan­
ce del problema del hombre.
En la misma forma en que el pecado tiene dos face­
tas y sus consecuencias son complejas, lo que Dios
hizo a favor de nosotros por medio de Cristo es
también doble y completo, suficiente para hacer
frente a toda la necesidad del hombre. Cuando Cristo
fue colgado en la cruz del Calvario, no sólo murió por
nosotros (como nuestro Sustituto), sino también como
nosotros (como nuestro Representante). Esto lo facul­
tó para perdonar nuestros pecados, quitarnos la culpa
que nos acompañaba y cambiar el centro de nuestra
existencia, del yo (que fue condenado a muerte y ente­
rrado hace dos mil años) a Cristo. Sólo nos queda
apropiamos por la fe de este completo remedio contra
los resultados y las consecuencias del pecado.
Sin embargo, hay un obstáculo principal en este
proceso de apropiación; es la incredulidad. A menudo
los creyentes confiesan que Dios puede hacer grandes
cosas por medio de ellos, y al mismo tiempo limitan lo
que Dios puede hacer en ellos. Por ejemplo, muchas
personas admiten de inmediato que Dios puede reali­
zar milagros de sanidad física, y que en efecto los
hace, y al mismo tiempo se niegan a creer que la sani­
dad espiritual puede ser completa mientras no llegue­
mos al cielo. En otras palabras, creen que Dios puede
“llevamos al cielo”, pero que no puede “traemos el
cielo”.
Esta idea resulta de una predicación parcial del
Evangelio. La predicación popular de hoy no convierte
a la persona del egoísmo a Cristo. Apela al sentido de
autopreservación, y ofrece un “escape del fuego” del
infierno, y lo deja a uno en un estado de egoísmo refi­
La fe creativa: Hay que colocar el fundamento / 25

nado. Muchos que afirman haber sido perdonados por


la sangre de Jesús, y nacidos de nuevo por la regenera­
ción del Espíritu Santo, aún viven para sí mismos casi
como antes de experimentar lo que ellos pensaron que
era la salvación. Aun peor, sin embargo, es lo siguien­
te: la mayoría de las personas no creen que Dios espe­
ra que ellas vivan en ninguna forma diferente, ni que
El puede darles el poder para hacerlo.
Jesús describió este malestar espiritual en Mateo
6:22,23: “La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu
ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si
tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas.
Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas
no serán las mismas tinieblas?”
En esta alegoría, el ojo representa nuestra actitud o
entendimiento, la manera como vemos las cosas en la
vida. Esta capacidad de percibir influye toda nuestra
vida. Si vemos las cosas desde la perspectiva de Dios,
y reconocemos su maravilloso carácter y su plan, toda
nuestra vida estará llena de luz; pero si nuestro enten­
dimiento está siempre alterado con una deformación
negativa, si realmente no creemos que el que se ofreció
a sí mismo por nosotros y ahora desea morar en noso­
tros es verdaderamente mayor que el que está en el
mundo, a saber, Satanás, entonces aun la poca luz
que tenemos finalmente llegará a ser tinieblas.
Cuando se le dijo por primera vez a la nación de
Israel que entrara en la tierra prometida, falló lasti­
mosamente, porque las personas sentían temor. Insis­
tieron en enviar a 12 espías a la tierra, en vez de obe­
decer el mandamiento de Dios. Aunque dos de los
espías regresaron con informes optimistas, la mayoría
del pueblo creyó en los informes de los otros diez que
dijeron: “No podemos entrar en la tierra, porque
26 / La fe creativa

tienen ciudades fortificadas y los hombres son como


gigantes. Somos como langostas ante los ojos de
ellos”.
Josué y Caleb no fueron pesimistas, al contrario,
fueron positivos y estaban llenos de fe. Ellos sostuvie­
ron: “No, de ninguna manera. Somos muy capaces de
tomar la tierra. Es cierto que las ciudades están forti­
ficadas. Es cierto que son grandes y fuertes, ¡pero
nosotros contamos con el poder de Dios! ¡En El somos
poderosos! ¡Ante el poder de Dios, ellos son como lan­
gostas! No somos pan para ellos, ellos lo son para
nosotros”.
Obviamente, Josué y Caleb tuvieron un punto de
vista diferente. Mientras los otros diez espías pensa­
ban en su propia capacidad y poder, Josué y Caleb
contaban con el poder de Dios. El apóstol Pablo
también contó con el poder de Dios: “Y a Aquel que es
poderoso para hacer todas las cosas mucho más abun­
dantemente de lo que pedimos o entendemos, según el
poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la igle­
sia. . . ” (Efesios 3:20,21). Nosotros también tenemos
que contar con ese mismo poder, el Espíritu Santo,
que hará que todos los beneficios del Calvario sean
reales para nosotros y también nos enseñará cómo
movernos en la fe creativa.
En el capítulo uno de este libro discutimos las cuali­
dades espirituales de la fe creativa, y también su
capacidad para damos comprensión respecto a los
procesos creativos de Dios. Ahora, usted podría pre­
guntar: “¿Por qué es necesario entender los procesos
creativos de Dios?”
En primer lugar, eso nos ayudará a entender más
fácilmente la amplitud del plan redentor de Dios y su
capacidad para hacer que se cumpla. Hebreos 11:3
relaciona los procesos creativos de Dios con la creación
La fe creativa: Hay que colocar el fundamento / 27

de este mundo. En otras palabras, Dios comenzó


con lo más difícil de su obra (esto es, si algo pudiera
considerarse difícil para Dios): El primero sacó la sus­
tancia de la nada, la realidad de lo que no existía.
Después de eso, el resto de sus obras parecen relati­
vamente sencillas, pues aquellas cosas que están rela­
cionadas con la humanidad constituyen una recrea­
ción, rehaciendo o haciendo nuevas las cosas que ya
existen. En 2 Corintios 5:17 leemos: “De modo que si
alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.
En segundo lugar, nos muestra el modus operandi
de la fe creativa. Hebreos 11:3 dice que el universo fue
constituido “por la palabra de Dios”. La Palabra de
Dios es el punto central de la fe creativa, tanto a
través de la manifestación de El en carne humana y
continuamente, como cuando el Espíritu Santo habla
la Palabra eterna por medio de las Escrituras. Con
esta Palabra de Dios tienen que relacionarse las cuali­
dades espirituales de la certeza y la convicción.
Tenemos que estar completamente convencidos de
que lo que dice la Palabra de Dios con respecto a
nuestra condición de perdidos, aparte de Cristo, como
también lo que dice acerca de la abundancia de salva­
ción y liberación que ofreció Jesús en el Calvario, es
absolutamente cierto aun para el más mínimo detalle
de nuestra vida diaria.
La primera reacción de algunas personas sería:
“Pero yo simplemente pienso que no puedo creer
hasta ese punto”. Tal vez ni siquiera piensan como el
padre cuyo hijo necesitaba la sanidad: “Creo; ayuda
mi incredulidad”.
La respuesta de Dios a esto es la siguiente: “Usted
puede creer”. Deuteronomio 30:11-14 dice: “Porque
este mandamiento que yo te ordeno hoy no es dema­
28 / La fe creativa

siado difícil para ti, ni está lejos. No está en el cielo,


para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y
nos lo traerá y nos lo hará oir para que lo cumplamos?
Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién
pasará por nosotros el mar, para que nos lo traiga y
nos lo haga oir, a fin de que lo cumplamos? Porque
muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu
corazón, para que la cumplas”.
Pablo explica esta parte del Antiguo Testamento en
Romanos 10:8: “Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la
palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra
de fe que predicamos”. Podemos obedecer; podemos
creer. ¡Dios lo dice así! Y tenemos que estar de acuer­
do con El.
Pablo dijo: “Sea Dios veraz, y todo hombre menti­
roso”. No importa cuántas veces parezcan contradecir
nuestras experiencias y circunstancias lo que dice la
Palabra de Dios, siempre tenemos que estar de acuer­
do con la verdad. La fe creativa no es un sentimiento,
ni cierto conjunto de emociones. Es una decisión de
nuestra voluntad de estar de acuerdo con lo que dice
Dios, y un compromiso de nuestra persona total: espí­
ritu, alma y cuerpo, para cooperar con el Espíritu
Santo cuando El hace que la Palabra se cumpla en
nuestra vida.
Cuando Abraham ofreció a Isaac, hizo la decisión de
cooperar con Dios, basado en el hecho de que “Dios es
poderoso para levantar aun de entre los muertos”. La
muerte física es el último enemigo que ha de ser venci­
do. Si Dios puede levantar a los hombres de la muerte
física, también los puede levantar espiritualmente.
Esto prueba una vez más la capacidad de Dios en las
circunstancias más difíciles, y nos muestra que no hay
razón para que desesperemos. El puede librarnos com­
pletamente del poder del pecado.
La fe creativa: Hay que colocar el fundamento / 29

Examinemos lo que dice la Palabra de Dios en


cuanto a nuestra parte en esta liberación. Ante todo,
la Escritura dice que tenemos que arrepentimos. Una
definición de un diccionario dice que el arrepenti­
miento es un cambio de pensar con respecto a alguna
cosa y, más específicamente en este caso, con respecto
al pecado; envuelve “tal tristeza por el pecado que
conduzca a enmendar los procederes de uno”.
Aunque cada individuo nace en este mundo en una
condición “caída”, ésta no es la primera preocupación
de Dios. El está más preocupado con respecto al hecho
de que, a pesar de la conciencia y del testimonio de la
naturaleza, cada individuo voluntariosamente se ha
levantado contra la verdad y se ha vuelto a la compla­
cencia de sí mismo, estableciendo en su vida un prin­
cipio que abarca todas las facetas del pecado, desde la
justificación propia hasta las acciones más groseras e
inmorales contra los demás y contra sí mismo.
En Romanos 3:12 se declara esto enfáticamente:
“Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay
quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”. Somos
responsables de nuestros pecados. Hemos decidido
actuar contra la verdad y, por lo tanto, se nos ordena
que nos arrepintamos. Recordemos que Dios no dice
que nos “sintamos” arrepentidos. El dice que nos
arrepintamos.
Leemos en Romanos 6:13: “ni tampoco presentéis
vuestros miembros al pecado como instrumentos de
iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios
como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros
a Dios como instrumentos de justicia”.
En este punto se puede hacer una interesante corre­
lación entre los “miembros” o partes de una planta y
nuestros “miembros”. Según definiciones, los miem­
bros de una planta “se consideran con respecto a su
30 / La fe creativa

estructura o posición, y no con respecto a su función”.


Podemos decir lo mismo con respecto a nuestros
miembros en relación con el mandamiento de Roma­
nos 6:13. Dios considera nuestras facultades físicas y
espirituales como miembros que pueden emplearse ya
sea para el pecado o para la justicia. Y, en ambos
casos, los hacemos funcionar mediante la elección de
nuestra voluntad, bien para rendimos a las tentacio­
nes o para rendimos a Dios.
Puesto que Dios nos hace responsables por haber
decidido pecar, también nos hace responsables de
arrepentimos. Para entender mejor el arrepentimien­
to necesitamos volver al principio operativo de la fe
que discutimos en el primer capítulo: comprensión,
decisión y acción.
Ahora mismo, cualquier lector serio tiene cierto
grado de comprensión. Sin embargo, si hay alguien
que aún piensa que necesita más discernimiento, lo
insto a que ore en conformidad con la Palabra de Dios
en el Salmo 119:169: “Llegue mi clamor delante de ti,
oh Jehová; dame entendimiento conforme a tu pala­
bra”.
Luego, hay que tomar una decisión; su voluntad
elige estar de acuerdo con el mandamiento directo de
Dios de arrepentirse. “Sí, ¡necesito arrepentirme!”
Y finalmente, usted tiene que entrar en acción.
Pídale al Espíritu Santo que le señale las acciones y
actitudes malas que específicamente tiene que confe­
sar, tanto a Dios como a otras personas. Recuerde que
Jesús dijo que es imposible tener una buena relación
con Dios, a menos que hayamos pedido perdón a aque­
llas personas a las cuales hemos ofendido, y que
también hayamos perdonado a los que nos han ofendi­
do.
La fe creativa: Hay que colocar el fundamento / 31

A menudo es útil hacer una lista de los pecados y de


las relaciones quebrantadas, según el Espíritu Santo
nos los vaya recordando. De esta manera podemos
tratar con ellos uno por uno, limpiando así nuestra
conciencia y fortaleciendo nuestro propósito.
En 2 Corintios 7:10,11 se dan algunas evidencias de
la tristeza que es según Dios y que conduce al arrepen­
timiento.
1. Solicitud: una seria intención o convicción con
respecto al arrepentimiento.
2. Ardiente afecto: un agudo deseo de aclarar nues­
tra condición, de estar en buena relación con
Dios y con los demás.
3. Indignación: ira mezclada con desprecio, disgus­
to y aversión hacia los pecados cometidos contra
Dios y los demás.
4. Temor: terror al inminente peligro que hay como
resultado del pecado no confesado.
5. Defensa: un anhelo o fuerte deseo de ser libre del
pecado y ser establecido en una amorosa comu­
nión con Dios.
6. Celo: entusiasmo, empeño ardiente o devoción
hacia aquel que derramó su sangre a favor de
nuestra salvación.
7. Vindicación: corrección o disciplina contra cual­
quier cosa que nos apartaría del cumplimiento
de los propósitos de Dios en nuestra vida.
Todas estas evidencias son “concebidas” mediante
la elección de la voluntad, y autorizadas o “hechas
nacer” mediante el Espíritu Santo que obra en noso­
tros. Esta cooperación entre el individuo y el Espíritu
Santo no producirá pesar. En vez de ello, nos deja
libres para “creer para justicia”, es decir, para creer
que el centro de nuestro ser, que una vez estuvo bajo el
32 / La fe creativa

control total de Satanás, ahora puede ser entregado al


control total de Dios, por medio de la muerte y resu­
rrección de Jesucristo.
Recordemos que Dios perdonará los actos pecami­
nosos y las malas actitudes que hayamos tenido, pero
no puede perdonar, ni perdonaré, la disposición ego­
céntrica que nos domina. ¡Esa tiene que morir!
Tenemos que rendir nuestra voluntad a Dios: un ren­
dimiento tan completo e irrevocable que la única
manera de describirlo es con la palabra muerte,
muerte al deseo de hacer nuestro capricho. Leemos en
Romanos 6:6,7,11: “Sabiendo esto, que nuestro viejo
hombre fue crucificado juntamente con él, para que el
cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirva­
mos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido
justificado del pecado. . . Así también vosotros consi­
deraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en
Cristo Jesús, Señor nuestro”.
Cuando este tipo de arrepentimiento y el “creer
para justicia”, se combinen usted podrá utilizar las
palabras de Pablo en Romanos 6:17,18: “Pero gracias
a Dios, que. . . habéis obedecido de corazón. . . y
libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la
justicia”.
Gracias a Dios, el fundamento ha sido puesto.

ORACION
Padre, te pido en el nombre de Jesús que me
señales cualquier actitud o cualesquiera accio­
nes que te estén desagradando a ti. Ayúdame,
por favor, a arrepentirme de estas cosas y a
hacer lo que sea necesario para la restitución y
para restaurar las relaciones rotas con los
demás.
La fe creativa: Hay que colocar el fundamento / 33

Te doy las gracias porque la muerte de Jesús


en el Calvario no sólo provee el perdón y la pu­
rificación de los actos pecaminosos, sino que
también fue el medio para condenar a muerte
mi existencia egocéntrica. Decido creer en tu
poder para librarme del pecado. Te pido a ti,
Espíritu Santo, que tú les des poder a todas las
decisiones que yo haga de cooperar contigo, ya
que tú me haces justicia de Dios en Cristo
Jesús. Amén.
PREGUNTAS Y APLICACIONES
1. __________________es el fundamento de la fe
creativa.
2. La más urgente necesidad de la humanidad es la
restauración de_____________________
3. Además de cometer hechos______________, cada
individuo está esclavizado a una disposición que
se puede resumir en las siguientes palabras:

4. Cristo, siendo nuestro Representante, le faculta a


Dios hacer tres cosas: __________ , _________ y

5. Dios no sólo puede__________ pecados, sino que


también puede cambiar la fuente de nuestra exis­
tencia del___________ a____________
6. El obstáculo principal para disfrutar de todo lo
que Jesús proveyó para nosotros por medio de su
muerte en la cruz, es la_______________
7. El punto central de la fe creativa es____________
8. “_______de ti está la palabra, en tu___________y
en tu_____________ Esta es la palabra de fe que
3/LA FE CREATIVA:
Desarrollo de la relación
Dos años después de haber comenzado a pastorear
la Iglesia Betania, comprendí que me estaba “secan­
do”. La asistencia los domingos por la noche había
llegado hasta siete personas (aunque habíamos tenido
a tres obreros de parroquia recorriendo la zona), y yo
me encontraba muy desanimado. Me preguntaba si
valdría la pena continuar en esta obra. Mi antiguo
patrono me había solicitado que regresara al trabajo, y
yo estaba considerando seriamente esa oferta. A
menos que Dios hiciera algo muy especial, no veía
razón alguna para continuar como pastor.
Hasta ese tiempo, yo había conocido al Espíritu
Santo como mi Guía y mi Maestro, pero parecía que
yo carecía del poder para producir resultados en el
ministerio cristiano. Finalmente, un domingo por la
tarde, yo me sentía desesperado. Mientras clamaba a
Dios, de repente me invadió un conocimiento interno
y una convicción de que Dios había hecho algo nuevo
en mí que quedaría demostrado en el culto de la

35
36 / La fe creativa

noche. Yo no vi nada, ni sentí ninguna emoción en


particular en ese momento, pero los resultados de esa
experiencia cambiaron todo mi ministerio y la vida de
nuestra iglesia.
Desde esa noche en adelante, el número de miem­
bros de nuestra iglesia comenzó a crecer hasta que hoy
suma unas mil personas. Además del crecimiento en
número de miembros, el poder del Espíritu Santo
también se evidenció en sanidades, liberaciones, rela­
ciones más estrechas y una nueva libertad para
enseñar y predicar. El vacío inicial que yo había expe­
rimentado fue llenado por el poder sobreabundante y
por la presencia dé la Persona del Espíritu Santo. En
mi comprensión anterior del plan de Dios, no había
entendido que, aunque había confesado y abandonado
todos los pecados conocidos, había comprendido el
significado más profundo de la cruz, y había rendido
mi vida totalmente a Dios, todavía necesitaba la expe-
riencia de la total plenitud y del bautismo con el
Espíritu Santo.
En el Evangelio según Lucas, Jesús habló acerca del
hombre cuya casa está “barrida y adornada”. Pero
como permanece vacía, los antiguos ocupantes regre­
san con otros peores, “y el postrer estado de aquel
hombre viene a ser peor que el primero” (Lucas
11:24-26). Gracias a Dios que El ha hecho posible que
cada uno de nosotros sea llenado y bautizado con el
Espíritu Santo. No hay excusa, ni necesidad de per­
manecer vacíos, ni de perder nada de lo que habíamos
ganado durante la limpieza de la casa.
En las últimas décadas ha habido un creciente
entendimiento de este maravilloso aspecto del plan de
Dios en la Iglesia de Cristo como un todo. Sin embar­
go, en forma muy parecida a como algunos creyentes
La fe creativa: Desarrollo de la relación / 37

se contentan con pensar que toda la experiencia cris­


tiana comienza y termina con la experiencia del nuevo
nacimiento, así también muchos creyentes piensan
que la plenitud inicial o bautismo con el Espíritu
Santo es un fin en sí mismo. Esta actitud no es sana.
En forma muy parecida a como la ceremonia matri­
monial entre un hombre y una mujer sólo es la puerta
de entrada a una relación continua y profunda entre
dos individuos, así también la plenitud o bautismo
con el Espíritu Santo tiene el propósito de que sea el
comienzo de una relación única y siempre creciente
entre usted y Dios. Leemos en 1 Corintios 2:9,10:
“Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio,
ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son
las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero
Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el
Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”.
Este mismo Espíritu es el que quiere llenarnos y
damos poder. Además, desea revelarnos “aun lo pro­
fundo de Dios”.
Sería pura presunción de nuestra parte el pensar
que esta revelación puede cumplirse exclusivamente a
través de una experiencia que se tiene “una vez por
todas”. En vez de ello, una relación vital y siempre
creciente tiene que continuar hasta la eternidad.
Con esto en mente, obviamente tenemos que llegar
a la conclusión de que nuestra meta en la vida es la de
conocerlo a El. En Efesios, capítulo 1, el apóstol Pablo
oró “que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre
de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en
el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro
entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a
que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria
de su herencia en los santos, y cuál la supereminente
38 / La fe creativa

grandeza de su poder para con nosotros los que cree­


mos”. Este entendimiento y esta relación es con una
Persona: con alguien que piensa, siente, oye, habla y
actúa. Nosotros podemos y tenemos que conocerlo a
El como tal.
En el Salmo 27, el rey David dijo que él buscó y
pidió una cosa del Señor: “Que esté yo en la casa de
Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la
hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo”.
Los tres verbos que se usaron en este pasaje: “estar”,
“contemplar” e “inquirir”, son especialmente impor­
tantes para desarrollar nuestra relación con el Espíri­
tu Santo.
Cuando David habló de estar en la casa del Señor
todos los días de su vida, obviamente no estaba pen­
sando en una estructura física donde deseaba vivir. La
casa del Señor, o tabernáculo, y posteriormente el
templo, fueron todos aquellos lugares en que, en la
administración del Antiguo Testamento, la presencia
de Dios se hizo manifiesta de una manera especial.
David quería morar en la absoluta presencia del
Señor. Este no era un sueño futurista del cielo. David
se refería a “todos los días de mi vida [terrenal]:"
Jesús explicó esto posteriormente en su oración sacer­
dotal. En Juan 17:23 nos dice que El deseaba morar
con cada individuo de igual modo y hasta el mismo
punto como el Padre había estado presente en El.
¡Este tipo de unión éntre Dios y el hombre es la meta
del Evangelio!
Obviamente, David no estaba interesado en una
vez, ni en visitas ocasionales a la presencia de Dios.
Por encima de todo, deseaba la continua realidad de
esta presencia con él día por día, minuto tras minuto,
por dos razones: (1) Quería contemplar la hermosura
La fe creativa: Desarrollo de la relación / 39

del Señor; (2) Quería inquirir en su templo.


¿Qué quiso decir David cuando solicitó “contem­
plar la hermosura de Jehová”, y por qué era esto tan
importante?
David sabía bien cuáles eran los requerimientos de
la ley. En Deuteronomio 6:4,5 leemos: “Oye, Israel:
Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a
Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma,
y con todas tus fuerzas”. David sabía que la fuente de
este tipo de amor absoluto no estaba dentro de él, ni
podía generarse mediante un mandamiento o por el
esfuerzo propio. Sólo podía ser producido como resul­
tado de una real contemplación de la hermosura y de
la gloria del Señor. Esto es lo que tenemos que decidir
hacer. David entró en esta contemplación, una rela­
ción que posteriormente floreció en salmos de amor y
adoración. Nosotros también, por medio de la presen­
cia del Espíritu Santo, podemos contemplar la hermo­
sura de Dios y su glorioso carácter, y como resultado
fluirán de nosotros el amor y la adoración tanto perso­
nal como colectiva a nuestro Salvador.
Por el contrario, si nuestra adoración y nuestra
comunión con Dios están apagadas y sin inspiración,
tal vez se deba a que no hemos decidido hacer que
Dios sea el primero en nuestra vida, y no sabemos
contemplarlo. Para muchos creyentes, la lectura bíbli­
ca y la oración son parte de una rutina que, después de
haberla cumplido, todavía los deja con el sentimiento
de que han perdido algo. Esto puede deberse al hecho
de que no han hecho uso de un don muy sencillo, pero
muy frecuentemente descuidado, un don de la perso­
nalidad: la imaginación. Este es uno de los dones que
más se asemejan a Dios, y que hemos recibido de
nuestro Omnisciente Creador.
40 / La fe creativa

Infortunadamente, muchos de nosotros anterior­


mente habíamos empleado mal el don de la imagina­
ción en los placeres del pecado, y como consecuencia,
vacilamos en asignarle algún valor en la vida cristia­
na. Como resultado de ello, sufrimos de esterilidad y
sequedad en nuestra hora devocional. Esto se puede
remediar, sin embargo, si recordamos que la imagina­
ción es sólo uno de nuestros “miembros” que podemos
dedicar al pecado o a la justicia.
Como creyentes, tenemos que emplear este don
para “contemplar la hermosura del Señor”. En
Hebreos 11:13 se nos dice de los santos del Antiguo
Testamento como aquellos que “mirándolo de lejos, y
creyéndolo”. ¿Qué quiere decir “mirándolo de lejos”?
Esta es sólo otra manera de declarar que los santos del
Antiguo Testamento que vivieron por fe, percibieron
por medio de sus imaginaciones inspiradas por el
Espíritu Santo, aquello que les había prometido la
Palabra de Dios. En otras palabras, ellos se represen­
taron mentalmente las promesas espirituales, y en
consecuencia procedieron como si fueran una realidad
presente.
De igual modo, Moisés, “se sostuvo como viendo al
Invisible”. Sin el uso de la imaginación como un
aspecto de la fe creativa, muchos de los conceptos abs­
tractos de la Escritura no tendrían significado para
nosotros. Nos aferramos a lo invisible por medio de
una imaginación santificada y la elección de nuestra
voluntad, para apropiarnos de la promesa hasta el
tiempo cuando se nos revele su realidad.
Por ejemplo, Jesús dijo que “donde están dos o tres
congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de
ellos”. Pensemos cómo serían revolucionados nuestros
servicios de adoración, si cada individuo presente
La fe creativa: Desarrollo de la relación / 41

creyera honestamente en la realidad literal de esta


promesa y actuara en consecuencia. ¡Qué reverencia y
temor se despertarían dentro de nosotros! ¡Qué total
abandono al amor espiritual y a la adoración se pon­
dría de manifiesto!
Pudiéramos preguntamos qué ocurriría si Jesucris­
to, con toda la gloria de su cuerpo resucitado, real­
mente entrara caminando a nuestra casa durante las
devociones familiares. ¿Cuál sería nuestra reacción?
Podemos imaginar al padre diciendo: “¡Ah, veo que
Jesús se ha reunido con nosotros! ¡Tal vez debiéramos
ponernos de rodillas!” O quizá la madre dijera:
“Bueno, ahora, cuando tenemos un Huésped de honor
aquí, pienso que debiéramos sentarnos tranquilos y
prestar más atención”.
Si realmente pensamos bien en esto, las dos res­
puestas son absolutamente ridiculas. Para la persona
que piensa en el significado de los títulos “Hijo de
Dios”, “Rey de reyes” y “Anciano de días”, es imposi­
ble creer que haya otra manera de responder que no
sea la de Daniel, quien cuando estuvo frente a frente
al varón cuyo rostro parecía un relámpago, y sus ojos
como antorchas de fuego, cayó postrado y no quedó
fuerza en él.
La reacción de Daniel puede parecemos exagerada,
pero se basa en la verdad. La nuestra también debe
ser así. Tal vez no caigamos postrados, pero debe
haber alguna reacción equivalente en nuestro corazón,
y aun en nuestra apariencia. Recordemos lo que Jesús
le dijo a la mujer samaritana: “Mas la hora viene, y
ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán
al Padre en espíritu y en verdad”.
La diferencia entre la persona que ha entrado en la
fe creativa y la que no ha entrado es el asunto de la
42 / La fe creativa

verdad. La persona que no tiene fe piensa que las cir­


cunstancias y los sentimientos son la realidad, y actúa
en consecuencia. Pero la persona espiritual sabe que
aquello de lo cual generalmente se piensa que es abs­
tracto o invisible, como los principios y las promesas
establecidos en la Escritura, y la presencia del Señor
que los hace operantes, es realmente verdadero, y por
tanto, piensa, decide y actúa en conformidad con ello.
Recientemente se unió a nosotros como estudiante
de nuestro instituto bíblico, un joven creyente proce­
dente de Irán. La historia de él ilustra este principio.
Este joven había conocido a algunos de nuestros
misioneros en Irán hace más o menos unos diez años.
Sólo recientemente se había convertido y aún estaba
cursando secundaria. Estaba seguro, sin embargo, de
que Dios lo había llamado para ser misionero, y que su
preparación incluía realizar estudios en el Bethany
Fellowship Missionary Training Center (Centro de
Entrenamiento Misionero de la Confraternidad de
Betania).
En 1975 presentó la solicitud para ingresar en nues­
tro instituto bíblico, y fue aceptado. Sin embargo, aún
le quedaban varias dificultades por las cuales tenía
que atravesar. No había cumplido su servicio militar,
que en ese tiempo era obligatorio en Irán, y tampoco
contaba con el permiso de sus padres no convertidos,
para ir a los Estados Unidos, con lo cual, por supuesto,
quedaba sin dinero para realizar el viaje.
Lo único que tenía a su favor era el hecho de que
estaba convencido de que Dios quería que estudiara
en Betania. Bueno, luego de padecer de fiebre tifoi­
dea, lo cual le impidió graduarse a tiempo, y de varios
intentos inútiles para lograr la exención militar, y de
la revolución iraní de 1979, finalmente logró que sus
La fe creativa: Desarrollo de la relación / 43

padres le concedieran el permiso y el dinero necesario


para el viaje.
El problema final consistió en que unas pocas sema­
nas antes del tiempo en que él quería salir de Irán, la
Embajada de los Estados Unidos fue asaltada, y los
que allí trabajaban fueron tomados como rehenes.
Aun convencido de que Dios quería que él acudiera a
estudiar a Betania, y orando continuamente para que
Dios lo guiara, se marchó de Irán y se fue a Praga,
Checoslovaquia, donde solicitó la visa para entrar en
los Estados Unidos de América. Allí se le dijo que
necesitaría cuatro días o más para obtener la respues­
ta. Puesto que sólo había obtenido una visa de tres
días para estar en Checoslovaquia, fue obligado a
volar a otro país europeo, donde la embajada de los
Estados Unidos le negó la visa en forma absoluta.
Desanimado, pero sin dudar en la promesa de Dios
de traerlo a Betania, el joven informó al personal de la
embajada que, aunque ellos se habían negado a conce­
derle la visa, Dios no lo dejaría desilusionado. Al
regresar a la habitación donde estaba hospedado, oró
y ayunó durante tres días. Al tercer día, el Señor le
indicó que volviera a llamar a la embajada de Praga.
Para gran deleite suyo, ellos habían hecho el contacto
con Washington, y habían conseguido la autorización
para darle una visa de estudiante. Dios había cumpli­
do su promesa.
David fue otro hombre cuya vida estuvo basada en
las promesas de Dios. El vivía en la presencia del
Señor y tenía una comunicación espiritual tan profun­
da con El que, por medio del Espíritu, contempló
cómo era realmente Dios. No debe extrañarnos que
deseara “inquirir” del Señor.
Luego de escudriñar sólo un poco el ilimitado carác­
44 / La fe creativa

ter de Dios, David lo entendió plenamente. Estoy


seguro de que Dios no sólo podía, sino que también
quería, contestar todas sus preguntas. En efecto, él
esperó que Dios le respondiera. Se hubiera sorprendi­
do si Dios no lo hubiera hecho.
Muchos creyentes, sin embargo, se contentan con
pedirle repetidamente a Dios una bendición específi­
ca, o con inquirir acerca de su voluntad en determina­
da circunstancia, sin siquiera esperar una respuesta
específica, ni molestarse en seguir el asunto más que
en forma casual en una oración rutinaria.
Muy pocos aceptaríamos este statu quo en nuestros
asuntos diarios. Si repetidamente hacemos una peti­
ción a nuestro cónyuge, o a nuestro amigo, y ellos sólo
nos pasan por alto, sin responder nunca ni una pala­
bra, sin duda nos sentiríamos heridos, indignados, o
por lo menos nos quedaríamos perplejos. Pero como
creyentes, a menudo livianamente, permitimos ese
statu quo entre Dios y nosotros, con declaraciones
como las siguientes: “Dios tiene que tener en mente
algo que yo no entiendo”; o “Si es la voluntad de
Dios”. Obviamente, éste es un modo fácil de mitigar
las frustraciones al hacer que todo “salga bien” al fin.
Sin embargo, revela que muy pocos creyentes conocen
realmente la voluntad de Dios, hecho que conduce a la
razón y a la necesidad de “inquirir” al Señor.
Una maravillosa promesa que se halla en 1 Juan
5:14,15, nos dice que “esta es la confianza que
tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a
su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en
cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos
las peticiones que le hayamos hecho”.
Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento están
llenos de principios generales que revelan la voluntad
La fe creativa: Desarrollo de la relación / 45

de Dios para toda la humanidad y particularmente


para la iglesia de Jesucristo. Tienen el propósito de
guiamos en nuestras acciones y actitudes hacia Dios,
hacia los demás y hacia nosotros mismos, y hacia todo
lo que está representado por el mundo, el diablo y la
carne. Sin embargo, cada detalle concerniente a
cuándo, dónde y cómo cualquier individuo debe
cumplir la voluntad de Dios para su vida, no está deli­
neado en la Escritura.
Más bien, el individuo tiene que comprender este
plan, discutiéndolo con el Espíritu Santo. A El se le
encomendó guiarnos “a toda la verdad”, y enseñarnos
cuáles son los particulares de la voluntad de Dios,
como también guiarnos a través de las circunstancias
cambiantes que afectan nuestra vida.
Cuando estamos físicamente separados de alguien
que amamos durante algún tiempo, generalmente uti­
lizamos cualquier medio de comunicación que esté
disponible, bien sea el teléfono o el correo. En el
mundo de hoy nos gusta especialmente usar el teléfo­
no porque queremos oír la voz del ser amado, sólo para
estar seguros de que todo está bien. Sin embargo, muy
a menudo los creyentes nos contentamos con llevar
adelante una conversación unilateral por medio de la
oración, y nunca nos detenemos a oír la voz de la Per­
sona a la cual decimos que amamos, y que está tratan­
do desesperadamente de hablamos.
Bien sea esto un resultado de no preocupamos real­
mente lo suficiente por pasar el tiempo necesario para
escuchar y aprender a reconocer la voz del Espíritu
Santo, o la falta de comprensión por parte de nosotros
en lo relativo a los privilegios que se nos ofrecen en
esta relación, sólo el individuo puede decidirlo. Cual­
quiera que sea el caso, un estudio completo de la
46 / La fe creativa

Biblia nos revelará el deseo de Dios de comunicarse


con nosotros, y nos estimulará a participar en todo lo
que se nos ha ofrecido por medio de Jesucristo.
En el capítulo 10 del Evangelio según San Juan,
Jesús dijo que las ovejas oyen la voz del pastor y le
siguen. Cuando Jesús se presentó delante de Poncio
Pilato, dijo: “Todo aquel que es de la verdad, oye mi
voz”. Estas declaraciones no fueron sólo técnicas lite­
rarias que utilizó Jesús para explicar que ciertas per­
sonas estarían de acuerdo con el mensaje del Evange­
lio, sino que fueron dadas para indicar que las perso­
nas que nacen de nuevo, las personas llenas del Espíri­
tu Santo, tendrían una relación única con El, una
capacidad interna para oír y reconocer su voz, cuando
El les impartiera su amor personal, los estimulara, los
consolara, y les diera instrucciones específicas y cono­
cimiento con respecto a la participación de ellas en el
cumplimiento de sus propósitos eternos para sus
vidas.
Para entender mejor estos privilegios, es necesario
aclarar primero lo que se quiere dar a entender con la
declaración que oímos a menudo: “Dios me habló”.
Los que han oído a otros dar este testimonio, a menu­
do preguntan: “¿Quiere decir usted que Dios le habló
en voz audible?”
Obviamente, puesto que todas las cosas son posibles
para Dios, El pudiera hablar a las personas en voz
audible, y sin duda lo ha hecho en alguna ocasión. Sin
embargo, para ser consecuentes con la Escritura y con
los propósitos de Dios para nuestra vida, tenemos que
entender que la intención de Dios es que el Espíritu
Santo more dentro de los seres humanos. De ese modo,
el individuo puede tener una comunión interna con
Dios. Tenemos que aprender a reconocer la “voz inter­
na”. Con esto no negamos el lugar que le corresponde
La fe creativa: Desarrollo de la relación / 47

a la Palabra escrita de Dios; más bien, la sostenemos,


puesto que la voz del Espíritu Santo nunca nos dirá
nada que sea contrario a la verdad y a los principios de
las Escrituras, y en toda situación glorificará a Jesús.
Dice el Salmo 103:20: “Bendecid a Jehová, vosotros
sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis su
palabra, obedeciendo a la voz de su precepto”. Según
esto, son los ángeles los que ejecutan aquello que dice
la Palabra de Dios. En Hebreos 1:14 también leemos
que ellos “son todos espíritus ministradores, enviados
para servicio a favor de los que serán herederos de la
salvación”. Y volviendo al Salmo 103:20, esto lo hacen
“obedeciendo a la voz de su precepto”. Es decir, ellos
reciben sus instrucciones del que habla.
A los creyentes se nos ha dado el mismo privilegio.
No sólo tenemos la Palabra, sino que también
tenemos a Uno que habla, a saber, la voz interna del
Espíritu Santo, que nos aplicará correctamente la
Palabra escrita en toda circunstancia. Lo único que se
requiere de nosotros es que oigamos y obedezcamos.
El oír exige que pasemos tiempo a solas en la pre­
sencia del Señor, junto con la determinación de des­
arrollar nuestras capacidades cognoscitivas con la
ayuda del Espíritu Santo. En Filipenses 2:1 se esta­
blecen varios principios para reconocer la voz o guía
del Espíritu Santo.
1. Estímulo en Cristo: Cuando el Espíritu Santo
habla, no lo hará con dureza, ni con condenación, sino
con estímulo y esperanza. Aunque El señale algún
aspecto de desobediencia, siempre corregirá con amor,
mostrándonos que la situación puede remediarse.
2. El incentivo del amor: Otra palabra que significa
incentivo es “motivación”. ¿No es la motivación que
hay detrás de una actitud o de una acción que se
sugiere un interés de darse uno mismo a favor del bien
48 / La fe creativa

de los demás y del progreso del reino de Dios? Si así es,


no hay duda de que fue iniciada por el Espíritu Santo.
3. Participación en el Espíritu. ¿No es la actividad
en que estamos participando un resultado directo de
nuestro deseo de cooperar con el Espíritu Santo, tanto
personal como colectivamente con el cuerpo de Cristo,
y tenemos aquella convicción y certeza de que la
misma actividad es una obra del Espíritu Santo?
Finalmente, tenemos que decidir obedecer. A
menos que obedezcamos lo que el Espíritu Santo nos
indica hoy, nunca oiremos lo que El tendrá para noso­
tros mañana. Recordemos que el Espíritu Santo es
siempre la voz de hoy, no la de ayer, ni la de mañana.
“Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros cora­
zones”. La obediencia es el catalizador que funde la
Palabra de Dios con el poder del Espíritu Santo en
nuestra vida para producir el cumplimiento de los
propósitos de Dios en nosotros y a través de nosotros.
En conclusión, resumamos los pasos prácticos que
una persona puede dar para aplicarse personalmente
el material de este capítulo.

1. Pídale a Jesús que lo bautice y lo llene del


Espíritu Santo. Luego reciba esta experien­
cia por la fe. Recuerde que aquello que no es
de fe es pecado (Romanos 14:23). Si ha reci­
bido un regalo, obviamente expresará las
gracias.
2. Dé los pasos para “morar” o permanecer en
esa presencia. Jesús dijo que ese permanecer
es un proceso de dos vías. Según Juan 15:7,
tenemos que permanecer en El, es decir,
depender totalmente de El en todos los
aspectos de nuestra personalidad; y sus
La fe creativa: Desarrollo de la relación / 49

palabras tienen que permanecer en noso­


tros. El mismo Espíritu Santo enseñará a
cada persona cómo permanecer, mientras
el individuo esté determinado a hacerlo.
3. Pase tiempo contemplando al Señor. Duran­
te su tiempo de devoción, pórtese en confor­
midad con la verdad. Responda como si una
Persona estuviera realmente en la habita­
ción con usted, porque El está allí. Esta res­
puesta involucra las condiciones internas de
asombro, reverencia, amor, adoración, etc.,
como también una adecuada respuesta físi­
ca, como, por ejemplo, la alabanza y la ora­
ción en voz audible, acompañadas de las
señales físicas de humildad y adoración,
como ponerse de rodillas, levantar las manos
en señal de adoración, o cualquier cosa que
el Espíritu Santo sugiera en concordancia
con la Escritura.
4. Finalmente, formule peticiones específicas y
espere respuestas definidas. Pase tiempo
oyendo y meditando hasta que reconozca la
voz del Espíritu Santo y entienda lo que El
está diciendo. Luego, obedézcale.

ORACION

Padre, te alabo por haber provisto tan mara­


villosa salvación para mí. Quiero estar conti­
nuamente lleno del Espíritu Santo, contem­
plando tu hermosura y compartiendo contigo el
gozo de la conversación personal e íntima. Te
pido que obres en mi corazón y en mi vida
hasta que todo lo que se me ha prometido por
50 / La fe creativa

medio del Espíritu Santo, llegue a ser realidad


en mi vida. Te pido esto en el nombre de Jesús.
Amén.

PREGUNTAS Y APLICACIONES

1. El Espíritu Santo es una Persona que____________,


----------------,-------------------------------— y----------------
2. Los tres verbos especialmente importantes para
desarrollar nuestra relación con el Espíritu Santo
son:-------------------- ,-------------------- y---------------------
3. La-------------------- es sólo uno de nuestros “miem­
bros” que puede ser usado para “___________la her­
mosura del Señor”.
4. Los santos del Antiguo Testamento representaron
----------------las promesas espirituales y___________
como si fueran una realidad_________________
5. Nuestros servicios de adoración serían revoluciona­
dos, si cada individuo presente_____________ en la
realidad literal de esta promesa.
6. Tenemos que aprender a reconocer la “__________ _

7. Oir exige_________________ y__________________


8. La -------------------- es el catalizador que funde la
---------------------- con el_______________del Espíritu
Santo para producir el cumplimiento de los propó­
sitos de Dios ____________ nosotros y ____________
nosotros.
4/LA FE CREATIVA:
Remodelación de la mente

Durante la Segunda Guerra Mundial y, luego, en la


última parte de la década del cuarenta, hubo una tira
cómica titulada “Educando a papá”, que entretuvo a
millones de personas en los Estados Unidos de Améri­
ca. Los principales personajes de esta tira eran doña
Ramona y don Pancho, que vivían en una continua
lucha por subir la escalera social y mantener el statu
quo. Ya fuera llevándolo a comer algo que no fuera su
comida favorita: torta de maíz cocido con repollo, o
sacándolo a rastras para una fiesta a fin de que cono­
ciera a una prominente figura social, la flacucha doña
Ramona de cabellos crespos permanentemente estaba
tratando de empujar a don Pancho para sacarlo de su
cómodo estilo de vida mediocre.
Por otra parte, el calvo don Pancho, que siempre
estaba fumando tabaco, prefería estar seguro y tran­
quilo, alimentando su concepto pesimista del mundo,
mientras evitaba tomar cualquiera acción. Cada vez

51
52 / La fe creativa

que su esposa trataba de “arrastrarlo cuesta arriba”,


él se afirmaba en sus talones y decía: “Eso no me va a
gustar”. ¡Su mente ya estaba decidida! Cualquier
cosa que estuviera en lo futuro, él sabía que no le iba a
gustar.
Las palabras de don Pancho aún hoy sonarían gra­
ciosas, si no fueran tan trágicamente comunes. Hoy no
es necesario leer la tira cómica para ver este tipo de
pensamiento en función. En todas partes, a nuestro
alrededor, encontramos y hablamos con personas que
automáticamente piensan en función de la derrota, la
insatisfacción, la infelicidad y el aburrimiento.
Cuando se enfrentan con circunstancias difíciles, su
primera respuesta generalmente es: “Eso no dará
resultado”; o “Es demasiado difícil; no puedo acep­
tarlo”. Este tipo de pensamiento tiene que cambiar,
especialmente entre los creyentes.
El apóstol Pablo dice que debemos ser transforma­
dos por la renovación de nuestro entendimiento. El
Espíritu Santo le había mostrado que el entendimien­
to es el miembro clave de nuestra persona total que,
cuando se entrega a la justicia, revolucionará nuestra
vida. También es un miembro sobre el cual tenemos
control. No podemos ejercer control directo sobre
nuestras emociones, ni podemos cambiar nuestros
afectos, simplemente deseándolo. Lo que podemos
hacer, sin embargo, es controlar nuestra mente.
Podemos decidir en qué vamos a pensar. Por esa
razón, Filipenses 4:8 dice: “Por lo demás, hermanos,
todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo
justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de
buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de
alabanza, en esto pensad ”. Como resultado, nuestras
emociones y afectos también se acomodarán y noso­
La fe creativa: Remodelación de la mente / 53

tros, por medio de una mente renovada, seremos per­


sonas transformadas.
Antes de explicar el proceso de renovación, sin
embargo, necesitamos definir lo que queremos dar a
entender con los términos “mente” o “entendimien­
to”, tanto académicamente como bíblicamente.
Según la definición del diccionario, la mente es
“aquello que piensa, percibe, siente, quiere”, etc. Al
leer la Escritura, sin embargo, es más difícil abstraer
una definición concisa, puesto que esta palabra se usa
en diversos contextos con muchos matices de signifi­
cado (en la Versión Reina-Valera de la Biblia en caste­
llano, no se utilizó la palabra “mente”, sino la palabra
“entendimiento” en Romanos 12:2). En Santiago
1:21, sin embargo, se nos ofrece un principio que invo­
lucra la mente: “. . . recibid con mansedumbre la
palabra implantada, la cual puede salvar vuestras
almas”.
Aunque la palabra “alma” es de un significado algo
más amplio, incluye la mente, pues según la defini­
ción del diccionario, al alma “se atribuyen las funcio­
nes de pensar y querer y, por tanto, determina la
conducta”. Santiago está interesado en este aspecto
del pensar y el querer.
Cuando una persona nace de nuevo por medio del
arrepentimiento del pecado y de la fe en Jesús como
Salvador personal, instantáneamente su espíritu se
hace nuevo. En otras palabras, los que entran en la
familia de Dios son transferidos inmediatamente del
reino de las tinieblas al reino de la luz. Esto no signifi­
ca, sin embargo que les son cambiados sus patrones de
pensamiento y conducta en forma automática. Por
supuesto, el que verdaderamente se arrepiente debe
confesar todo pecado conocido y apartarse de él, pero
54 / La fe creativa

podemos tener hábitos y maneras de pensar que aún


se oponen a la voluntad y a los caminos de Dios.
Aunque no estemos directamente opuestos a la
voluntad de Dios, sin embargo, luego de comparar
nuestros compromisos y prioridades con la Biblia, a
menudo hallaremos que no han sido determinados por
la Palabra de Dios. En vez de ello, la mente de muchos
creyentes meramente se mueve por inercia, juntando
“polvo” y tomando el camino de la menor resistencia.
Y, como resultado, sus vidas están llenas de casuales
intentos de complacer a Dios, que tienen muy poca
relación con el plan y el propósito de Dios para ellos.
Este tipo de pasividad y no alineamiento indica la
necesidad de un cambio de pensamiento.
Cuando comenzó la Confraternidad Betania, tuvi­
mos muchas oportunidades para cambiar nuestra
manera de pensar. Cada día parecía que estábamos
confrontando un nuevo conjunto de circunstancias
que necesitaban solución. Algunas veces hubo des­
acuerdos con respecto a cómo debíamos criar a nues­
tros hijos. Otras veces hubo diferencias de opinión en
cuanto a los procedimientos a seguir en la cocina o en
la lavandería. Entretanto, todos los amigos y conoci­
dos nos criticaban a menudo por movemos conjunta­
mente, y claramente afirmaban que la idea no era de
Dios, y que terminaría en el fracaso.
Hablando desde el punto de vista natural, el hecho
de vivir cinco familias juntas bajo un mismo techo fue
un experimento riesgoso, tan riesgoso, en efecto, que
durante algún tiempo pasamos por una fase en que, si
hubiera habido “una puerta de atrás”, se hubiera pro­
ducido la evacuación. Bajo las presiones del ajuste y
del abandono de nuestras propias maneras y derechos,
Satanás continuamente trató de cansarnos. Esto lo
La fe creativa: Remodelación de la mente / 55

hizo a través de la mente. Sus tácticas sé hicieron evi­


dentes en sugerencias que nos susurraba, tales como
las siguientes: “Esto nunca dará resultado”. “¿Estás
seguro? Tal vez cometiste una equivocación”. “Sim­
plemente, ¿por qué no te rindes? Los problemas son
muy grandes”.
Afortunadamente para nosotros, sin embargo, cada
vez que descubríamos que estábamos oyendo tales
sugerencias y que lo que estábamos pensando era con­
trario a la Palabra de Dios, especialmente a la meta y
al propósito que Dios nos había revelado, nos dispusi­
mos a cambiar nuestra manera de pensar. Desde el
comienzo de la obra, algunos misioneros que nos
habían visitado nos habían advertido que, cada vez
que alguien se dispone a participar en los planes de
Dios, el diablo pelea contra eso con toda su fuerza, uti­
lizando sus peores tácticas de división. Si no logra que
los creyentes caigan en gran pecado, por lo menos
tratará de cansarlos molestándolos con insinuaciones.
Cuando esto ocurrió, todos éramos jóvenes creyen­
tes y no estábamos adiestrados en la guerra espiritual,
pero no necesitamos mucho tiempo para descubrir que
la única manera de contraatacar esta confusión y
fatiga de la mente que Satanás trata de promover,
consiste en programar la mente con la Palabra de
Dios. Para entender mejor este proceso de programa­
ción, permítaseme hacer una analogía entre la mente
humana y la computadora del tiempo moderno. Vea
la ilustración No. 1, en las páginas 56 y 57.
Cuando un individuo entra en la vida cristiana, trae
consigo una mente ya programada con ciertos patro­
nes de conducta y procesos de pensamiento. Desde el
momento del nacimiento, la mente humana registra
información del mundo visible y sensual, a través de
56 / La fe creativa

CENTRO DE DECISION
El programa reside aquí. La sali­
da de información hacia el depó­
sito de datos o hacia el dispositivo
externo se puede hacer según lo
requieran las condiciones del pro­
grama. Un programa central de
operación controla todos los
demás programas.

Interpretación de información co­


rriente basada en la experiencia
pasada y en el conocimiento, bien
sea consciente o inconsciente.
La fe creativa: Remodelación de la mente / 57

El hombre espiritual tiene una


fuente adicional de entrada y
ayuda para tomar decisiones. Si
nos rendimos al Espíritu Santo,
éste tomará las decisiones y así
comenzará el proceso de renova­
ción en nosotros.
58 / La fe creativa

los cinco sentidos; luego de clasificar completamente


y categorizar este material, saca conclusiones y toma
decisiones. Infortunadamente, sin embargo, hay muy
poca influencia del Espíritu Santo en la mente natu­
ral, y por tanto, la mayoría de los cálculos y las deci­
siones salen mal. Peor aún, cada individuo comienza a
actuar en conformidad con esa mala información, y a
formarse hábitos que con el tiempo lo controlan.
Isaías describe este proceso con exactitud en el capí­
tulo 64, versículo 7: “Nadie hay que invoque tu
nombre, que se despierte para apoyarse en ti; por lo
cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste
marchitar en poder de nuestras maldades”. Esta insi­
diosa caída en cautividad, fácilmente puede verse en
el nombre natural, pero también se evidencia en los
creyentes descuidados. El primer paso es un descuido
o falta en prestar atención. Como resultado, la presen­
cia de Dios se oscurece; un acto de pecado que se
repita con suficiente frecuencia, con el tiempo se
convierte en un hábito que, si se deja sin freno, llega a
esclavizarnos, y es entonces cuando nos hallamos “en
poder de nuestras maldades”.
Para corregir esta situación, tenemos que suplirle la
verdad a la mente; la puerta de entrada en la persona­
lidad humana. Muchas personas que carecen de infor­
mación saben tan poco acerca de su mente como
acerca de una computadora. Entre la población no
técnica, prevalece la idea equivocada de que una
computadora puede hacer cualquier cosa. ¡Y no es así!
Sólo es capaz de hacer aquello para lo cual está pro­
gramada. De la misma manera, nuestra mente no
podrá recordar nunca datos que no hayan sido “pro­
gramados” con anticipación. Esta es la razón por la
cual a menudo hay una amplia discrepancia entre lo
La fe creativa: Remodelación de la mente / 59

que un creyente profesa y lo que posee.


La mayoría de las personas, después de haber acu­
dido arrepentidas a Cristo por la fe, dan testimonio de
esa experiencia, experiencia que es válida y absoluta­
mente necesaria. Posteriormente, sin embargo,
después que las emociones acompañantes y la nove­
dad de la experiencia comienzan a desvanecerse,
gradualmente llegan a sentir, pensar, y a menudo
hasta actuar como lo hacían antes de la conversión.
Esto se debe a que no han “revisado” su programa
anterior, para corregir las declaraciones incorrectas,
ideas, hábitos, etc., y colocar allí la información
correcta, de tal modo que cada vez que se necesite un
dato, sea procesado en conformidad con los deseos del
programador.
El programador en este caso es el individuo que
actúa en cooperación con el Espíritu Santo. Al Espíri­
tu Santo le corresponde la tarea de decirnos qué es lo
que El persigue, del mismo modo como una compañía
pediría que sus computadoras sean programadas para
realizar ciertas funciones o lograr ciertas metas especí­
ficas. Cuando una persona llega a ser cristiana, el
Espíritu Santo la llama a una nueva meta en su vida.
Esta meta es la de ser como Jesús y cumplir la volun­
tad de El. A fin de lograr esta meta, hay que escribir
un nuevo programa para la computadora o mente de
dicha persona. Este programa es una serie de decisio­
nes hechas por la voluntad, que capacitarán a la
mente para recibir, depositar, recordar y procesar
datos de tal modo que se logre la meta.
Por ejemplo, cuando nos mudamos para vivir juntos
en Betania, cuatro de las cinco familias originales lle­
garon a sentirse muy desanimadas y se manifestaron
negativas con respecto a toda la situación. Estaban
60 / La fe creativa

recibiendo “energía de entrada” de una fuente no con­


fiable. Desde el punto de vista natural, su compren­
sión de las circunstancias parecía indicar que ellos
debían abandonar la confraternidad; y sus emociones
apoyaban esta idea. Sin embargo, el Espíritu Santo
había establecido un principio en la Escritura que les
mostró cuál era el curso adecuado de acción que
debían seguir. Jeremías 31:21 dice: “Establécete seña­
les, ponte majanos altos, nota atentamente la calza­
da; vuélvete por el camino por donde fuiste”. En otras
palabras, si una persona se siente confusa o perdida
con respecto a la dirección de su vida, no puede mirar
hacia dentro de sí misma con el objeto de hallar el
camino recto que ha de seguir, porque obviamente la
computadora ha sido programada con una informa­
ción equivocada. En vez de ello, tiene que aislar el
error, y reprogramar la mente con los datos correctos
basados en la verdad. En el ejemplo que estamos
citando, las familias, una por una, aislaron sus senti­
mientos y el aparente conjunto de circunstancias, y
los consideraron como datos incorrectos; y comenza­
ron a actuar basadas en los nuevos datos que les
fueron suplidos por el principio a que se hace referen­
cia en Jeremías 31:21. Ante todo, con mucha oración,
meditaron en su llamamiento y los eventos que los
habían conducido al lugar en donde se hallaban.
Luego, regresaron a algunos de los antiguos datos que
antes habían escrito en su programa y que sabían que
eran ciertos. Volvieron a leer el versículo bíblico que el
Espíritu Santo les había iluminado cuando original­
mente se habían comprometido a cumplir el plan de
Dios para sus vidas, y se dedicaron a meditar en él.
“Trabajad, no por la comida que perece, sino por la
comida que a vida eterna permanece. . . ” (Juan
La fe creativa: Remodelación de la mente / 61

6:27). Este versículo en particular había servido como


principio guiador para la vida de una pareja en espe­
cial, y puesto que comprendían que los principios de
Dios son eternos, decidieron someter también lo pre­
sente y lo futuro a ese principio. Esta decisión no se
hizo de una vez, sino que también fue un proceso con­
tinuo que comprendía el aislamiento de los datos erra­
dos (identificación del lugar en que una persona se ha
salido del camino), recepción y depósito de los datos
correctos (percepción de la verdad eterna por medio
de los principios bíblicos), recuerdo de dichos datos
(siguiendo al Espíritu Santo para elegir y dirigir la
interpretación y la aplicación de la verdad en relación
con el individuo y sus circunstancias), y el procesa­
miento de información actuando en conformidad con
la verdad).
Cuando el creyente se entrega con oración al estudio
de la Escritura, gradualmente obtendrá la capacidad
para aislar cualquier vestigio de información equivo­
cada que haya que sacar de su programa y reempla­
zarlo por la verdad. Tanto el Antiguo como el Nuevo
Testamento contienen varios términos explícitos que,
además de describir la mente no regenerada, también
ayudan a identificar cualquier información errónea
que permanezca en la mente después de la conversión.
Algunos de tales términos son los siguientes: extraño,
hostil, bajo, ansioso, sutil, fútil y deshonesto. Cual­
quier idea que se tenga como hecho u opinión, o cual­
quier deseo, acción o hábito que haya en nuestra vida
que tenga correlación con el significado de estas pala­
bras, debe considerarse como dato erróneo, algo que
debe erradicarse y reemplazarse. La mente humana
ha sido programada con este tipo de material hasta el
tiempo de la conversión, y puede continuar recibiendo
62 / La fe creativa

informaciones similares luego de la conversión, a


menos que se tomen decisiones específicas y se actúe
para cambiar el contenido del depósito de informa­
ción. Hay un aforismo que usan los técnicos de
computares que establece claramente el principio: “Si
entra basura, sale basura”. Si usted alimenta su
mente con literatura impura y dudosa, con chistes
sugestivos, con películas violentas o programas de
televisión del mismo tipo; entonces puede esperar que
las filosofías de esos diálogos, las peculiaridades des­
critas por los actores y los valores que sostienen los
que producen ese material pronto se hagan evidentes.
No importa cuán inteligente sea una persona, ni
cuán capaz piense que es para discernir entre lo bueno
y lo malo, aquello con lo cual continúa alimentando su
computadora, con el tiempo será lo que recuerde. Aun
lo que decimos en alta voz nos volverá a penetrar por
el sistema auditivo e influirá en nuestra vida. Por
ejemplo, si cada vez que un individuo experimenta
dificultades para realizar cierta tarea, desahoga sus
frustraciones con la impaciente declaración: “¡Ah, me
rindo!”, con el tiempo se rendirá. Sin embargo, si
como ocurre en la historieta infantil titulada La
pequeña máquina que pudo, usted continúa repitien­
do: “Creo que puedo, creo que puedo”, con el tiempo
también podrá repetir: “¡Pensé que podía, pensé que
podía!”
Tomás Edison fue un hombre de similar confesión.
Cuando estaba desarrollando la lámpara incandescen­
te, realizó seis mil experimentos antes de descubrir
que la hebra de lino carbonizado resplandecía en la
bombilla que había preparado. Sin embargo, nunca
confesó que había fracasado. En vez de ello, él había
descubierto seis mil cosas que no servirían para lograr
La fe creativa: Remodelación de la mente / 63

su meta. Cada vez que hizo uno de estos experimentos


fue eliminando algo con lo cual no tendría que volver a
hacer la prueba.
Con este mismo tipo de persistencia y fe creativa,
podemos también descubrir y desarraigar las cosas
que no funcionan para el cumplimiento de la voluntad
de Dios, y experimentar la realidad de la mente de
Cristo. Por ejemplo, utilicemos la palabra “hostil”
para ilustrar la manera de aislar las informaciones
erróneas. Antes de leer la Biblia diariamente, pida
usted al Espíritu Santo que le ayude a renovar su
mente. Esto le concede a El una libertad adicional
para realizar su obra. “Yo Jehová, que escudriño la
mente, que pruebo el corazón” (Jeremías 17:10).
Luego, cuando abra la Biblia, escudríñela completa­
mente y medite en la porción que el Espíritu trae a su
atención.
Por ejemplo, supongamos que lee Colosenses 1:21.
Este versículo nos dice que éramos “enemigos en
vuestra mente, haciendo malas obras”. La palabra
“enemigo” significa que expresa enemistad u oposi­
ción; aquello que es conflictivo o antagónico.
Antes de nuestra conversión, nuestra mente estaba
programada con ideas, opiniones y deseos que expre­
saban oposición a la voluntad de Dios. Como resulta­
do de eso, cometíamos malas obras. Sin embargo,
luego de ser renacidos, las malas obras deben cesar.
No obstante esta verdad, muchos creyentes hallan que
su mente aún está programada con pensamientos e
ideas que están en conflicto con el carácter de Dios,
aun hasta el punto de ser antagónicos.
Todo esto indica que sería conveniente pedirle al
Espíritu Santo que le muestre a usted las áreas especí­
ficas de su mente que es necesario desarraigar. Estas
64 / La fe creativa

pueden identificarse indicando con precisión los senti­


mientos que están en conflicto, o la emoción que
acompaña al antagonismo. Detrás de estos sentimien­
tos, generalmente hallará una idea, una opinión, un
deseo o una acción que contradice la verdad expresada
en la Escritura.
Permítame ilustrarle. Supongamos que el Espíritu
Santo le habla a usted con respecto a participar en la
obra misionera en el extranjero. Usted, sin embargo,
no puede ver lo futuro, ni puede imaginar cómo pudie­
ra Dios hacerse cargo de todas sus necesidades si se
marchara al extranjero. En todo caso, siempre ha
creído que la persona debe estar económicamente
segura, a fin de sostener adecuadamente a la familia.
Además, siempre ha querido tener una hermosa casa
(de tal naturaleza que pudiera ofrecer hospedaje en el
nombre del Señor).
Si usted es un verdadero creyente, y realmente ha
sido llamado por el Espíritu Santo, en caso de que no
resuelva esta situación, le producirá un horrible con­
flicto en la mente, le quitará la paz y le impedirá expe­
rimentar una relación más íntima y creciente con el
Señor.
A fin de resolver esta situación, primero tenemos
que ponerle nombre a la mala información que se ha
metido. En la ilustración que estamos empleando, el
asunto es la incredulidad; al poner en tela de juicio la
capacidad de Dios y el deseo que El tiene de encargar­
se de usted, está atacando el carácter de Dios, llamán­
dolo mentiroso. En Mateo 6:33 leemos: “Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas
estas cosas os serán añadidas”. Dios ha prometido
hacerse cargo de todas nuestras necesidades y aun
más.
La fe creativa: Remodelación de la mente / 65

Luego de localizar la incredulidad en su vida, escri­


ba ese nombre bajo el encabezamiento “Información
errada”. Vea la Ilustración No. 2, página 66. Luego, en
otra columna titulada “Información correcta”, escriba
la antítesis o cualidad opuesta del carácter que usted
necesita reprogramar en su mente. En este caso sería
creer, específicamente en la capacidad de Dios para
suplir todas sus necesidades, y el deseo que tiene de
hacerlo.
Luego, busque pasajes bíblicos que describan el cui­
dado de Dios y la naturaleza generosa de su capacidad
para proveer todo lo que usted necesite en toda cir­
cunstancia. Escriba esas referencias bíblicas en la
columna intitulada “Verdad”. Luego comience dia­
riamente a introducir esta información en su mente.
Vuelva a leer, varias veces cada día, esos pasajes bíbli­
cos, y pronuncielos en voz alta cada vez que le venga
un pensamiento contrario a la verdad que trata de
aflorar en su mente. Este tipo de repetición tiene que
continuar en cualquier asunto, hasta que tanto usted
como Satanás estén convencidos de que su mente está
cambiada y establecida sobre ese asunto en particu­
lar. La clave para el éxito en el programa de renova­
ción está en la determinación y en la persistencia.
Hebreos 5:14 nos dice que los que han alcanzado la
madurez son “los que por el uso tienen los sentidos
ejercitados”.
Además de estudiar y meditar en la verdad, a fin de
reemplazar la información errónea por la correcta,
usted también tiene que aprender a rechazar el error
cuando trate de metérsele por primera vez en la
mente. Eso fue lo que el apóstol Pablo quiso decir
cuando manifestó que debemos llevar “cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo”. Un cautivo
ILUSTRACION No. 2
___________ REMODELACION DE MI MENTE________________________

Fecha
66 / La fe creativa

Información
errada

Información
correcta

Verdad

Aplicación
La fe creativa: Remodelación de la mente / 67

tiene que hacer lo que se le diga que haga. Y un pensa­


miento que ha sido tomado cautivo también tiene que
hacer lo que se le ordene.
Por ejemplo, si luego de ver las noticias del mundo
por televisión, usted comienza a experimentar ansie­
dad por los prospectos que ofrece la crisis económica
mundial, y estos pensamientos de desesperación y
ruina siguen en su mente, tiene que contraatacar esta
manera de pensar con una buena dosis de verdad. Con
este propósito, puede decir algo como lo que sigue:
“En el nombre de Jesús, rechazo estos pensamientos
negativos de ansiedad. La Palabra de Dios dice que el
justo no será abandonado, ni su descendencia mendi­
gará pan. Gracias a ti, Jesús, por haber prometido que
suplirás todo lo que necesito, ahora y en el futuro”.
Por supuesto, si no dedica tiempo a estudiar la Pala­
bra de Dios, para “presentarse a Dios aprobado”, no
va a tener la experiencia de ver cuál es la pequeña
parte de verdad que contraatacará y desplazará a la
información errónea, ni cómo tomar cautivos los pen­
samientos.
Otra palabra que describe a la mente y a la manera
como está naturalmente programada es el verbo
“envanecer”. Romanos 1:21 dice: “Pues habiendo
conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le
dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razo­
namientos. . . ”.
Si alguna vez hubo una abundancia de pensamien­
tos vanos, inútiles e ineficaces, es ahora cuando algu­
nos creyentes lo demuestran con ese trastorno que se
llama autoconmiseración que, incidentalmente es la
fuente principal de la depresión. El sentir lástima de
sí mismo es la manera más ineficaz e inútil de pensar
que existe. La autoconmiseración nunca cambia las
circunstancias para mejorarlas. En vez de ello, las
68 / La fe creativa

exagera y las empeora. Tampoco logra con ella el indi­


viduo las metas que desea, como felicidad, seguridad
y paz mental. Más bien se lanza a sí mismo hacia uno
de aquellos “huecos oscuros” recientemente hallados
por los científicos espaciales, mientras todo lo bueno
de la vida queda fuera de su alcance.
Según Romanos 1:21, el envanecimiento o pensa­
miento fútil es resultado de la falta de gratitud.
También es resultado de la desobediencia directa.
Leemos en 1 Tesalonicenses 5:18: “Dad gracias en
todo, porque esta es la voluntad de Dios para con
vosotros en Cristo Jesús”, Este es un mandamiento
directo que es fácil de entender y posible de llevar a la
práctica. Si no fuera posible obedecerlo, Dios nunca
nos lo hubiera dado.
La autoconmiseración debe ser considerada como
desobediencia y, por tanto, debe ser rechazada, pues
la desobediencia es pecado. La mente del individuo
debe ser reprogramada con la cualidad de carácter
opuesta: la gratitud. Aunque los síntomas de la auto-
conmiseración y la depresión resultante son senti­
mientos abrumadoramente negativos, el antídoto no
tiene ninguna relación con los sentimientos. Es pura
acción: es la decisión que hace la voluntad de obede­
cer a Dios. La gratitud no es una emoción, sino un
modo de vida: una decisión de pensar, hablar y actuar
basado en la Palabra de Dios. “Porque no nos ha dado
Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de
dominio propio” (2 Timoteo 1:7).
En este punto es donde usted necesita utilizar la
última columna de la ilustración de la página 66,
llamada “Aplicación”. Escriba cada día por lo menos
una manera en que puede hacer práctica la informa­
ción que aparece en la columna denominada
“Verdad”. Luego, asegúrese de ponerla en práctica.
La fe creativa: Remodelación de la mente / 69

No se excuse. Dios lo capacitará para ello, pero usted


tiene que tomar la decisión. El apóstol Pablo dijo en
Romanos 7: “el querer el bien está en mí”; aunque por
su propia capacidad no podía realizarlo. Esa era fun­
ción del Espíritu Santo que estaba dentro de él.
Aunque el comentario de Elifaz que se halla en Job
22:28 era horriblemente inadecuado para la situación
de Job, aun así apoya este mismo principio del Nuevo
Testamento. El pasaje de Job dice: “Determinarás
asimismo una cosa, y te será firme, y sobre tus cami­
nos resplandecerá luz”. Dios siempre está dispuesto a
sostener cualquier decisión que usted haga en confor­
midad con la Palabra de El. Sin embargo, el problema
está en que muchas personas no llegan al punto de
tomar la decisión. Siguen en una condición que la
Biblia califica de doble ánimo, es decir, una condición
de inestabilidad. En otras palabras, no se han formu­
lado una meta para la vida, ni un plan de acción para
lograr dicha meta.
Jesús habló muy directa y severamente a los que
continúan andando a tientas en esta condición: “O
haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el
árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se
conoce el árbol” (Mateo 12:33). En términos simples,
tome una decisión y viva en conformidad con ella.
Usted puede hacerlo.
Permítame concluir con las siguientes palabras del
Espíritu Santo que se hallan en Proverbios 22:17:
“Inclina tu oído y oye las palabras de los sabios, y
aplica tu corazón a mi sabiduría”.

ORACION
Padre, te pido en el nombre de Jesús que me
ayudes a aplicar mi mente a tu conocimiento.
70 / La fe creativa

Te ruego que me indiques cualesquiera patro­


nes de conducta o hábitos que sean contrarios a
tu Palabra, como también las verdades que
debo reprogramar en mi mente.
Creo que tú eres capaz de perfeccionar lo que
has comenzado en mi vida y estás dispuesto a
ello. Así que someto mi mente a ti, con gratitud
por todas las circunstancias que tú has permiti­
do que se me presenten. Creo que tú utilizarás
estas circunstancias para conformarme a la
imagen de tu Hijo Jesús. Amén.

PREGUNTAS Y APLICACIONES
1. Lo que podemos controlar en esta vida es nuestra

2. El primer paso para entrar en cualquier aspecto de


esclavitud es un ___________ o falta de prestar

3. Tenemos que suplirle la__________ a la mente.


4. El primer paso en este programa de renovación
consiste en aislar el_________________________
5. La clave para el éxito en la renovación de su mente
está en_____________ y______________ .
5/LA FE CREATIVA:
Reorientación de las emociones
En 1839, Phillip James Bailey, notable poeta inglés,
completó una de sus obras literarias más controversia-
les, titulada Festo. Habiendo sido grandemente influi­
do por el alquimista alemán, Fausto, Bailey relata su
lucha contra Satanás y sus huestes, utilizando ideas y
lenguaje que los críticos literarios modernos conside­
ran casi ininteligibles. Aunque Festo tenga poco valor
literario en el día de hoy, la persona que sepa algo de
la biografía de Phillip Bailey, y también acerca del
mensaje de la Biblia, fácilmente comprenderá la terri­
ble desesperación y el horrible conflicto del alma de la
cual procedió este escrito. He aquí un breve extracto
de Festo:
No puedo amar como he amado,
Y sin embargo, no sé por qué;
El gran ¡ay! de la vida
Es sentir que muere todo sentimiento.
Phillip James Bailey había estudiado para ser
71
72 / La fe creativa

pastor presbiteriano, pero abandonó esos estudios


para convertirse en abogado. Lo que nos interesa aquí
no es lo bueno o lo malo de su cambio de carrera, sino
más bien su cambio de corazón. Obviamente Bailey,
en algún punto de su vida, tuvo cierta relación con
Dios. Sin duda alguna, había disfrutado de algún
grado del amor de Dios, y lo había amado a su vez.
Pero en el tiempo en que escribió Festo se hallaba en
la misma condición que se describe en Apocalipsis 2:4:
El había abandonado su primer amor. (“No puedo
amar como he amado”.)
Hay muchos creyentes hoy que están plagados por
la misma falta de sentimiento y entusiasmo por las
cosas espirituales. Su doctrina es correcta y no hay
aparente evidencia de mala moral en su vida. Sin
embargo, si han de ser honestos con ellos mismos,
tienen que confesar que prefieren ver televisión los
domingos por la noche que ir a otro culto de la iglesia.
Y cuando se les presenta la oportunidad de escoger
entre pasar el tiempo a solas en oración y ver el último
evento deportivo, generalmente este último sale
ganando.
Muchos creyentes, precisamente como Phillip
Bailey, están experimentando la muerte de sus senti­
mientos, y no saben por qué. A muchos les gustaría
“volver a su primer amor”, pero no saben cómo.
Tengo la esperanza de que este capítulo nos ayudará a
entender el significado y el propósito de la emoción en
relación con la experiencia espiritual, y que también
nos enseñe a reorientar nuestras emociones en confor­
midad con las metas bíblicas.
En primer lugar, sin embargo, tenemos que definir
lo que queremos significar cuando hablamos de emo­
ción. Según la definición del diccionario, emoción es
La fe creativa: Reorientación de las emociones / 73

cualquier “ f u e r te sentimiento generalizado o excita­


ción física (aparente sensibilidad ante fuerzas que
están fuera del mundo físico)”. La palabra emoción
nos viene de un vocablo del latín que quiere decir
“mudarse, agitarse”. Implica que la emoción es una
entidad que involucra una acción dentro de la perso­
nalidad, un cambio de un estado del ser a otro. La
Biblia va más adelante, sin embargo, y sugiere que
somos responsables de tomar las acciones necesarias
en relación con nuestras emociones. Varias veces dice
que debemos derramar el corazón delante del Señor.
Se nos insta a despertamos, a ser celosos de buenas
obras.
Nuestra mente razonadora siempre ha tenido más
bien algo de dificultad para manejar esta dimensión
espiritual; así que, a sabiendas o sin saberlo, a la
mayoría de los individuos se les ha desarrollado el
hábito de cambiar la responsabilidad que está involu­
crada en el reino emocional (bien esté relacionada con
emociones positivas o negativas) hacia las causas
orgánicas reales o circunstancias físicas. Cuando se les
dice a los individuos que sean fervorosos, a menudo
responden como si estuvieran esperando que una
fuerza externa los hiciera fervorosos. En relación con
las emociones negativas, generalmente echamos la
culpa a alguna otra persona o cosa que esté fuera de
nosotros. Sin duda alguna, ha oído la siguiente queja:
“Yo no me disgustaría si él no actuara siempre de ese
modo”. O tal vez ha oído la siguiente excusa: “El mal
tiempo me deprime”.
Ya sea porque experimentan emociones exageradas,
o por falta de suficiente emoción, muchos creyentes
dan testimonio de que, desde hace mucho tiempo, sus
sentimientos han sido una fuente real de frustración
74 / La fe creativa

para ellos. Las emociones que quisieran experimentar


a menudo se les escapan, y aquellos sentimientos que
parecen ser contrarios a la vida cristiana frecuente­
mente plagan su progreso en la imagen de Cristo. Y,
como no saben qué hacer con respecto a sus emocio­
nes, a menudo se retiran de la búsqueda activa de pos­
teriores experiencias espirituales, y resbalan hacia la
apatía y el aburrimiento espiritual.
La misma reacción se puede ver en mayor grado
dentro de la misma iglesia. Las organizaciones ecle­
siásticas de corte antiguo, al destacar la salvación por
la fe, casi han desterrado por completo los sentimien­
tos. Estoy seguro de que la mayoría de los creyentes
han oído de labios de su pastor o de algún otro maestro
bíblico el siguiente corolario con respecto a los hechos,
la fe y el sentimiento: “Los hechos dan origen a la fe
que luego produce el sentimiento”. Esto es realmente
cierto.
Desafortunadamente, sin embargo, la mayoría nos
hemos detenido en el punto de la fe, sin continuar
adelante para entender y disfrutar del valor de las
emociones en nuestro andar cristiano. Para algunos,
esto puede ser el resultado de haber visto alguna
demostración de emociones que consideraron extre­
mista. A otros, puede venirles por el hecho de conocer
a alguna persona que es muy emotiva, pero que no res­
palda su emoción con acciones.
Sin embargo, no podemos defender nuestra falta de
participación emotiva con Dios, basados en el fracaso
de otra persona. Nosotros mismos somos responsables,
no sólo de actuar en conformidad con la verdad, sino
también de guiar nuestros sentimientos en conformi­
dad con la verdad. Por esta razón, la fe creativa trata
de incorporar la emoción y hacer uso de ella hasta el
La fe creativa: Reorientación de las emociones / 75

punto en que Dios lo quiera. Jesús es un buen ejemplo


con respecto al uso adecuado de la emoción.
Leemos en Hebreos 5:7: “Y Cristo, en los días de su
carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y
lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a
causa de su temor reverente”.
Jesús no tuvo vergüenza de derramar sus emociones
delante de su Padre celestial. No se avergonzó de ser
emocional. El se entristeció y lloró por Lázaro. Se dis­
gustó porque los mercaderes tenían unas condiciones
como de bazar en el templo, y se llenó de celo por la
casa de su Padre.
Jesús fue un ciudadano del Medio Oriente, un
judío, una persona que respondía profundamente. El
sentía con todo su ser; fuera alegría o dolor. Fue dife­
rente de la mayoría de nosotros, sin embargo, por
cuanto confiaba en sus emociones porque sabía que su
corazón estaba fijo en la voluntad de su Padre. Ya se
había entregado al eterno principio de la muerte a su
propio modo de pensar. “Porque ni aun Cristo se
agradó a sí mismo. . .” (Romanos 15:3). Por tanto, no
tenía razón para temer a sus propias reacciones.
Es posible que nosotros también experimentemos
este mismo grado de entrega. Como resultado, queda­
remos en libertad para emplear todas nuestras emo­
ciones en la búsqueda del conocimiento de Dios y de
llegar a ser como El.
Dios hizo que fuéramos seres emocionales por varias
razones. Ante todo, nuestras emociones pueden servir
como un catalizador para nuestro crecimiento espiri­
tual. La mayoría de las emociones no son buenas ni
malas en sí, pero su carácter moral depende de lo que
el individuo decida hacer con ellas.
Generalmente, las emociones positivas como el
76 / La fe creativa

gozo, el amor o el deleite ocupan nuestra vida sin que


les prestemos mucha atención. Las emociones negati­
vas, como la ira, la amargura o el dolor, son las que
parecen causar estrago en nuestra personalidad y rela­
ciones. Job fue un hombre abrumado por estas emo­
ciones. El formuló la misma clase de pregunta que se
hace hoy: “¿Por qué yo, Señor?” “¿Cómo puedo conti­
nuar así?” “¿Cuál es el propósito de todo esto?”
Cuando Job comenzó a lamentarse por su desgracia
y desesperación, hizo dos preguntas pertinentes,
cuyas respuestas revelan uno de los usos que Dios da a
las emociones negativas en nuestras vidas. “¿Por qué
se da luz al trabajado, y vida a los de ánimo amarga­
do. . . ? ¿Por qué se da vida al hombre que no sabe por
donde ha de ir, y a quien Dios ha encerrado?” (Job
3:20,23).
En otras palabras, ¿por qué Dios simplemente no se
rinde, y permite que el alma abrumada por la amargu­
ra siga hacia la tumba sin ningún desafío? Si Dios ha
encerrado a una persona con increíbles circunstancias
y la dejó aparentemente sin las respuestas para solu­
cionar la situación, ¿por qué continúa aguijoneándole
con la luz y la verdad?
Jesús respondió a estas preguntas en Marcos 4:22:
“Porque no hay nada oculto que no haya de ser mani­
festado; ni escondido, que no haya de salir a la luz”.
Cuando Dios nos confina, lo hace con propósitos crea­
dores. El desea que seamos un pueblo descubridor.
Quiere que seamos investigadores y halladores. A
propósito esconde las cosas de nosotros para que poda­
mos descubrirlas. Dios desea aumentar nuestra capa­
cidad de entendimiento y creación espirituales, y nos
estimula para que lleguemos a ser vencedores.
Recientemente, uno de nuestros misioneros que
La fe creativa: Reorientación de las emociones / 77

había pasado varios años difíciles en el campo de


labor, compartió el siguiente testimonio conmigo.
Mientras estaba trabajando en el extranjero había lle­
gado a sentirse muy amargado con sus compañeros de
labor y con las circunstancias en que estaba viviendo.
Como resultado de eso, pasó varios años infructuosos,
tanto en lo personal como en el servicio cristiano. En
vez de ver las circunstancias amargas como una opor­
tunidad para hallar y aprender las lecciones de Dios,
él había echado la culpa a otros, albergando continua­
mente las emociones que lo mantuvieron cautivo
después que las circunstancias habían desaparecido.
Finalmente, sin embargo, respondió a la luz que
Dios le había dado y comenzó a rechazar la amargura
como un ataque infamatorio contra el carácter de
Dios. Decidió pensar en conformidad con la verdad,
creer que Dios realmente lo amaba y que tenía el
mejor interés en su corazón, aun durante los años de
amargas circunstancias. A través de la disciplina y de
la preparación para aceptar la verdad y aplicársela,
junto con el rechazo de cada reflejo de amargura e ira
emocional que regresaba, se movió hacia una relación
más profunda con el Señor, y una vez más llegó a ser
un creyente productivo, capaz de ayudar a otros que
estaban librando el mismo tipo de batalla que él había
librado.
Además de promover el crecimiento personal, la
emoción también tiene el propósito de servir como un
barómetro espiritual para advertirnos sobre la aproxi­
mación de tormentas o problemas. En Isaías 38, el rey
Ezequías de Judá describió las abrumadoras emocio­
nes que acompañaron su amargura de alma. En los
versículos 16 y 17 resume el propósito que había detrás
de todo: “Oh Señor, por todas estas cosas fes decir los
78 / La fe creativa

altibajos y todas las circunstancias que producen


estas fluctuaciones en la emoción] los hombres vivi­
rán, y en todas ellas está la vida de mi espíritu; pues
tú me restablecerás, y harás que viva. He aquí, amar­
gura grande me sobrevino en la paz, mas a ti agradó
librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste
tras tus espaldas todos mis pecados”.
Por medio de la gran amargura del alma de
Ezequías, Dios pudo revelarle su propio ser y también
las condiciones de su alma, de tal modo que el rey pre­
sentó su pecado delante del Señor y fue perdonado.
Finalmente, la emoción es el vehículo creador que
existe dentro de la personalidad humana. Thomas
Shaw, el arqueólogo y escritor británico, ofreció un
buen consejo: “Al suprimir las emociones, tenga cui­
dado de no ahogar el alma”. Cuando Dios dijo:
“Hagamos al hombre a nuestra imagen”, estaba
declarando que quería que la humanidad fuera crea­
dora, artística, que tuviera inclinaciones estéticas y
que fuera capaz de participar de toda la creatividad
de la naturaleza y de las metas de Dios, y disfrutar de
ellas. Aunque mucho de esto se perdió en la caída, aún
quedan muchas huellas creadoras de Dios en la huma­
nidad como un todo; y a los que han nacido de nuevo
por medio de Jesucristo, se les ha dado de nuevo toda
la potencialidad de la fe creativa por medio del Espíri­
tu de Dios.
Sin embargo, este potencial no obra automática­
mente en nuestra vida, sino que tiene que ser alimen­
tado y estimulado. Supongamos que a un artista o a
un músico se le prohibiera expresar cualquier tipo de
emoción, positiva o negativa. En poco tiempo, no sólo
la demostración externa de la emoción estaría inhibi­
da, sino que también moriría el sentimiento interno
La fe creativa: Reorientación de las emociones / 79

junto con la capacidad creativa del artista. De la


misma manera, la capacidad espiritual creativa
también es obstaculizada al suprimir la emoción. Sin
la adecuada participación de la emoción, perdemos la
motivación y el sentido de dirección en nuestra vida
espiritual. Para contraatacar esta declinación espiri­
tual, esta tibieza, tenemos que aprender a recanalizar
nuestras emociones en vez de reprimirlas.
Utilicemos la ira como ejemplo. La ira es una
emoción que está destruyendo a muchos individuos y
también a muchas familias. La ira es sinónimo de
indignación, resentimiento, cólera y furia, y se man­
tiene firme en la personalidad humana por el deseo de
venganza. Comienza como una pequeña semilla
dentro del corazón humano, y si no se erradica inme­
diatamente, pronto borrará los goces normales de la
vida, y se convertirá en una fuerza destructiva que no
se contentará nunca con una sola víctima, sino que
golpeará a todos los que encuentre a su paso.
Nuestra palabra “ira” viene de un término griego
que significa “estrangular”. Y ciertamente, cualquie­
ra que haya estado habitualmente entregado a lo
impulsos de la ira comprende que a menudo la acom­
paña una sensación de estrangulamiento. Esta
emoción puede realmente cambiar la química del
cuerpo. Puede dar como resultado un mal funciona­
miento, interferir en la digestión, cambiar el promedio
de latidos del corazón, poner tensos los músculos,
impedir que los órganos funcionen adecuadamente e
interferir en el funcionamiento adecuado de ciertas
glándulas. Hasta puede conducir a enfermedades físi­
cas del corazón.
Es muy importante que como creyentes aprenda­
mos a hacer frente a la ira tan pronto como la reconoz­
80 / La fe creativa

camos, cuando aún esté en las etapas de enfermedad


“espiritual” del corazón. La Biblia dice mucho acerca
de la ira, tanto en lo concerniente a sus efectos como
en lo referente al legítimo lugar que le corresponde en
la personalidad humana. Leemos en Job 36:13: “Mas
los hipócritas de corazón atesoran para sí la ira, y no
clamarán cuando él los atare”. Este versículo describe
una condición del corazón que prevalece, aun entre
creyentes. Al aconsejar a numerosos individuos he
notado que la ira es la causa raigal de muchos proble­
mas, bien sea la pobre imagen que uno tenga de sí
mismo (ira por el hecho de que Dios hizo a la persona
tal como es), la inmoralidad o alguna otra dificultad.
Cuando la ira ha llegado a ser la respuesta habitual
hacia otra persona o hacia cierta circunstancia de la
vida, siempre es seguro suponer que la persona airada
ha hecho dos decisiones. Ante todo, ha abrigado la ira.
La emoción de la ira ha sido complacida y estimulada
en la mente y tenida como si fuera algo altamente
valioso. Proverbios 14:10 describe este mismo acto o
estado de abrigar en relación con la amargura: “El
corazón conoce la amargura de su alma; y extraño no
se entremeterá en su alegría”. Esta satisfacción secre­
ta, o sentido de alegría, también acompaña a la ira.
En efecto, en su comienzo, la ira incluso hace que el
individuo se sienta bien. Le da cierto sentido de justi­
cia y justificación. También le eleva el yo a expensas
de alguna otra persona. Sin embargo, cuando la perso­
na llega al punto de reconocer su problema y de querer
ayuda, la ira se ha convertido en una esclavitud, un
señor cruel que sistemáticamente destruye a su propio
anfitrión.
San Crisóstomo describió los efectos de la ira muy
bien, junto con su fin engañoso: “El fuego de la ira es
cierta clase de placer, y gobierna al alma más severa-
La fe creativa: Reorientación de las emociones / 81

mente que el placer, pero trastornando absolutamente


su condición de salud”.
La segunda decisión que involucra la ira habitual es
el hecho de no prestar atención: “Y no clamarán
cuando él los atare”. Vez tras vez, el Espíritu Santo
habla a través de la conciencia y de la Escritura:
“Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre
vuestro enojo” (Efesios 4:26). Pero vez tras vez, la
verdad es rechazada y la mentira es abrazada y ali­
mentada. En vez de humillarse delante de Dios y de
los demás confesando el pecado y pidiendo perdón, el
individuo da un permiso pasivo para que el orgullo sea
la fuerza dominante en su vida. El orgullo siempre se
edifica sobre una mentira, pues nunca está de acuerdo
con la opinión de Dios con respecto a una situación o
evaluación de la gente. La humildad siempre actúa
para colocarse al lado de la Palabra de Dios, mientras
que el orgullo siempre evita la acción directa basada
en el principio bíblico.
Algunas veces, sin embargo, hay razón válida para
la ira. Cuando éste sea el caso, lo correcto es que pri­
mero usted le diga al Señor cuán airado se siente.
Cuando uno habla las cosas con Dios, eso a menudo
impide que las lance sobre otros. Luego, si el Espíritu
Santo le dice que exprese su ira a la otra persona que
está involucrada en el caso, puede hablar de una
manera controlada y con amor, tratando de resolver la
situación y de perdonar al ofensor.
En la mayoría de los casos, la ira no es del tipo
“válido”, sin embargo, y pronto se convierte en algo
que es más de lo que puede manejar la persona involu­
crada. La experiencia en la labor de aconsejar
demuestra que Dios usa la misma emoción para
mostrarle a alguien que necesita ayuda. Sin embargo,
cuando el individuo busca ayuda, algunas veces
82 / La fe creativa

pueden haber cambiado ya las circunstancias o las


personas que constituyen el objeto de la ira, y la perso­
na airada tal vez sólo esté luchando contra reflejos
emocionales de ira que le vuelven, estimulados por el
recuerdo o por sugerencia satánica. Si la persona
busca ayuda en esta etapa o antes, hay ciertas cosas
específicas que debe hacer.
Lo primero que hay que hacer es someterse a Dios.
Esto implica humillarse “bajo la poderosa mano” de
Dios, aceptar las circunstancias, a la persona que nos
irrita, etc., como parte del plan de Dios para la vida de
uno. Esto también incluirá pedir perdón a aquellas
personas a las cuales hemos ofendido, o que se han
ofendido, y también confesar la ira a Dios.
Luego, hay que resistir al diablo. Esto significa
negarse uno a dar lugar a la ira en los pensamientos.
Cada vez que sienta ira, necesita decir en voz alta:
“Rechazo la ira en el nombre de Jesús”. Y luego debe
comenzar a actuar basado en la Palabra de Dios tal
como se halla en Lucas 6:27,28: “Pero a vosotros los
que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced
bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os mal­
dicen, y orad por los que os calumnian”.
Comience a orar a favor del individuo hacia el cual
siente ira. Haga una oración en alta voz similar a la
que sigue: “Padre, decido amar a___________ con todo
mi corazón. Te pido que lo bendigas con toda bendi­
ción espiritual en Cristo Jesús. Bendice su trabajo y
concédele favor con su jefe. Bendice a su familia, a su
esposa y a sus hijos. Protégelo y dale éxito. Bendigo a
________ en el nombre de Jesús. Enséñame la manera
en que puedo demostrarle mi amor y ayúdame a obe­
decer”.
Quiero volver a recordarle que no le estoy pidiendo
La fe creativa: Reorientación de las emociones / 83

que espere hasta sentir el deseo de bendecir a su ene­


migo. ¡Simplemente, hágalo! La Palabra de Dios
tiene el poder para cambiar sus sentimientos.
Cada vez que sea tentado a dar lugar a la ira, tiene
que negarse a darle acceso a su personalidad, e inme­
diatamente comenzar a orar por la otra persona que
está involucrada en el problema y a bendecirla.
Cuando Satanás comprende que usted toma esto en
serio, y que intenta continuar bendiciendo a sus ene­
migos, rápidamente se retirará, ya que le tiene temor
a cualquiera que esté determinado a vivir en confor­
midad con la Palabra de Dios.
Además de mencionar los efectos negativos de la
ira, la Escritura parece indicar también un uso legíti­
mo de ella. Pablo dice en Efesios 4:26: “Airaos, pero
no pequéis”. A fin de entender mejor y emplear esta
capacidad del fuerte disgusto o ira, necesitamos escu­
driñar las Escrituras en busca de las maneras de utili­
zarla en forma correcta. No basta con sólo reprimir o
resistir el uso malo de la ira; tiene que haber una ave­
nida válida de expresión de esta emoción a través de la
personalidad humana.
La ira implica odio, palabra fuerte que generalmen­
te lleva consigo una connotación negativa. Sin embar­
go, cuando esta emoción es dirigida correctamente,
cumplirá el propósito de Dios dentro de nosotros y en
el mundo. Dice Eclesiastés 3:8: “[Hay] tiempo de
amar, y tiempo de aborrecer”. El tiempo de aborrecer,
o de estar uno airado, sólo puede ser determinado en
relación con el objeto de nuestro odio.
Dice el Salmo 97:10: “Los que amáis a Jehová,
aborreced el mal. . . Puesto que el mal está siempre
presente en este mundo, y la emoción indiscriminada­
mente estimulada puede ser peligrosa, tenemos que
84 / La fe creativa

emplear nuestras emociones como armas para hacer


que ciertos blancos se vuelvan ineficaces, y luego, sólo
hasta el punto en que podamos cumplir los propósitos
de Dios.
Por ejemplo, en el Salmo 101:3, David dice:
. . Aborrezco la obra de los que se desvían; ninguno
de ellos se acercará a mí”. En este caso, el aborreci­
miento y la ira están dirigidos, no contra ciertos indi­
viduos, sino contra sus obras: sus caminos, sus hábitos
y pensamientos que hacen que se aparten de la verdad
y de una correcta relación con Dios. La ira que se diri­
ge contra estas obras tiene dos propósitos. No sólo
tiene el propósito de destruir tales obras por medio de
la guerra espiritual, sino que también actúa como
medio de autoprotección. Ninguna de las obras de
ellos se acercará a mí. ¿Ha tratado usted alguna vez
de pasar tiempo amoroso e íntimo con alguna persona
que lo odia a usted? Es casi imposible. De igual modo,
no habrá afinidad entre usted y alguna “obra” que
usted honestamente odia.
Leemos en el Salmo 119:163: “La mentira aborrezco
y abomino; tu ley amo”. ¿Conoce usted a alguien que
tenga el problema de mentir? Cuando ese individuo
comience a odiar la falsedad con cada gramo de ener­
gía espiritual y emocional que posea, y a amar al
mismo tiempo la ley de Dios, dejará de mentir.
Estas y muchas otras porciones bíblicas relaciona­
das con nuestras emociones se hallan esparcidas por
toda la Biblia. Lo animo a usted para que las escu­
driñe y, con la ayuda del Espíritu Santo, se dedique a
reorientar sus emociones.
Los pasos que aquí esbozamos para hacer frente a la
ira pueden aplicarse a cualquier uso incorrecto de las
emociones.
La fe creativa: Reorientación de las emociones / 85

1. Sométase usted, y someta la emoción, a Dios. La


emoción no es necesariamente realidad. Lo que
usted hace con la emoción determina la realidad.
Entregue toda su capacidad emocional a Dios,
para que El haga lo que le plazca. Esto incluye
tanto los aspectos negativos como los positivos
de cada emoción.
2. Resista al diablo. Resista el uso incorrecto de la
emoción en toda situación. En el nombre de
Jesús, rechace en voz alta las reacciones emocio­
nales, y aplíquese el principio bíblico que
contraataque la emoción.
3. Anímese a sí mismo. Ponga en práctica cada
mandamiento bíblico que se refiera a emociones
positivas, para alabar y dar gracias a Dios y rego­
cijarse en el Señor. Estas son las cualidades que
tienen influencia especial en nuestro crecimiento
espiritual y a las cuales se opone Satanás con
toda su fuerza.

En conclusión, disfrute del hecho de ser hijo de


Dios. No le tenga miedo a ninguna faceta de su perso­
nalidad; más bien, entréguesela completamente a
Dios, para que el Espíritu Santo pueda enseñarle cuál
es la medida de estabilidad y equilibrio emocionales
que Dios tiene para usted como individuo en confor­
midad con su Palabra.
El Salmo 62:8 nos manda: “Esperad en él en todo
tiempo, oh pueblos; derramad delante de él vuestro
corazón; Dios es nuestro refugio”.

ORACION

Padre, te doy las gracias porque no necesito


86 / La fe creativa

depender del entendimiento que yo mismo tengo de


mis emociones. Al reconocer que tú me creaste con la
capacidad de experimentar una amplia variedad de
emociones, quiero confiar en ti. Someto estas emocio­
nes a ti, Señor, y te pido que me enseñes a emplearlas
para dar gloria a tu santo nombre. Amén.

PREGUNTAS Y APLICACIONES

1. La palabra emoción viene de un vocablo del latín


que significa “___________ o__________________ ”.
2. Jesús pudo confiar en sus emociones porque sabía
que su corazón estaba__________________ en hacer
la_______________ de su_________________
3. Dios nos hizo seres emocionales por varias razones.
Son las siguientes:
(a) las emociones pueden servir como un
_________________________________para nuestro

_________________________________
(b) las emociones tienen el propósito de servir
como un____________________para advertir­
nos sobre la aproximación de_____________ o
(c) la emoción es el__________________________
que existe dentro de la personalidad huma­
na.
4. Sin la adecuada participación de la emoción, per­
demos la_____________ y el sentido de____________
en nuestra___________________________
5. La persona que está esclavizada a la ira ha hecho
dos cosas:
(a) Ha_________________ la ira.
(b) El individuo no le ha _____________________
La fe creativa: Reorientación de las emociones / 87

6. El_____________________ tiene el poder para cam­


biar sus____________________
7. La ira contra las malas obras tiene dos propósitos:
(a) Ayuda a _________________ _______________
estas “obras” por medio de la______________
(b) Actúa como un medio para________________
8. “Esperad en_______ en todo tiempo, oh pueblos;
______________ delante de él vuestro corazón; Dios
es nuestro_________________
6/LA FE CREATIVA:
Descubrimiento de los
propósitos de Dios
\

Belo Horizonte es la tercera ciudad del Brasil en


cuanto a tamaño. Es el sitio donde tenemos nuestra
casa de publicaciones, Editora Betania, y también
nuestro grupo que promueve el programa de libros,
denominado Right Time International. Todos los años
hago por lo menos un viaje al Brasil para visitar a
varios de nuestros centros misioneros. Una vez cuando
me preparaba para salir del oeste del Brasil hacia Belo
Horizonte, llegué al despacho del aeropuerto sólo unos
pocos minutos antes de la salida del avión. Cuando le
dije al que recibía los boletos a donde quería ir, de
manera inflexible me insistió en que no había tiempo
para escribir el boleto antes de que saliera el avión.
Aunque yo sabía que había lugar en ese avión y que
yo debía estar en él, a fin de llegar a donde me lleva­
ban los negocios del Señor, con renuencia me aparté
del despacho de boletos y me senté a cierta distancia.
Antes de que tuviera tiempo para orar sobre el

89
90 / La fe creativa

asunto, se hizo un anuncio en portugués. Volviéndome


hacia uno de nuestros misioneros que estaba cerca, le
rogué que me lo tradujera.
“El aeropuerto está cubierto de neblina”, me dijo.
“Así que el avión que usted quería abordar no ha
salido”.
Inmediatamente comprendía que Dios había inter­
venido como me lo ha prometido en Isaías 65:24: “Y
antes que clamen, responderé yo; mientras aún
hablan, yo habré oído”. Tomé, pues, mis maletas, me
apresuré de nuevo hacia el mostrador donde se ven­
dían los boletos, y le dije al vendedor que, puesto que
ahora había suficiente tiempo para abordar el avión,
me escribiera el boleto. Lo hizo de mala gana y, tan
pronto como recibí el boleto, la neblina se levantó y se
dio el permiso para que el avión partiera.
Yo había tenido la convicción y la seguridad de que
Dios quería que yo volara en ese avión. Al fin y al
cabo, yo estaba en los negocios de El. Sus planes y el
avance de su reino eran supremos en mi mente. Pero
de repente me había enfrentado con circunstancias
adversas.
¿Qué hace un individuo cuando se enfrenta a la
oposición? Generalmente hace una de dos cosas. O
bien comenzará a dudar del entendimiento que tenía
de la voluntad de Dios, lo cual a su vez forma un corto
circuito que vence la fe; o le pedirá al Señor que lo
ayude y lo dirija para vencer cualquier inconveniente
u oposición del enemigo. Operará basado en la premi­
sa de que los obstáculos son sólo escalones para
demostrar el más grande poder de Dios.
Obviamente, en esa situación, Dios intervino antes
que yo tuviera la oportunidad de hacer algo. 2 Cróni­
cas 16:9 nos dice que Dios siempre está buscando
La fé creativa: Descubrimiento de los propósitos. . . / 91 .

maneras para ayudamos: “Porque los ojos de Jehová


contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a
favor de los que tienen corazón perfecto para con
él. . . Este es el mismo Dios que nos está cuidando a
usted y a mí, el Dios que está interesado en ayudamos
a establecer ciertas metas y lograrlas. El quiere que
tengamos éxito, pero de acuerdo con sus normas de
éxito; quiere que tengamos éxito sólo en cooperación
con El.
En lo que se refiere al mundo, el éxito es más bien
un término nebuloso, puesto que sólo puede determi­
narse en relación con la meta o con las metas que la
persona desea lograr. Como resultado, hay por lo
menos tantas metas como el número de personas que
tratan de alcanzarlas. Aun así, las metas similares
variarán, dependiendo del individuo, de su condición
social y de la filosofía total que tenga de la vida. El
creyente puede también tener una variedad de metas
en la vida, pero sólo hay una norma de éxito que se
aplica a cada uno de nosotros. Esa norma la consti­
tuyen la voluntad y el propósito de Dios tal como se
nos revelan en su Palabra.
El apóstol Pedro dijo que nosotros somos “linaje
escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adqui­
rido por Dios, para que anunciéis [nosotros] las virtu­
des de aquel que os llamó [a nosotros] de las tinieblas
a su luz admirable” (1 Pedro 2:9). Este es nuestro pro­
pósito, es nuestra asignación. Y para cumplir esta
asignación, tenemos que entender las instrucciones y
tener la meta clara en nuestra mente.
Arthur E. Bloomfield, escritor y conferenciante pro­
fético, quien fuera durante mucho tiempo mi amigo
personal, a menudo usó la siguiente ilustración duran­
te los 33 años en que fue conferenciante invitado a
92 / La fe creativa

nuestras conferencias proféticas de primavera. Cada


año él conducía su automóvil desde Florida hasta
Minnesota. Después de 33 años de manejar a lo largo
de esta distancia en tiempo de primavera, sin duda
hubiera podido hacerlo con los ojos vendados, pero él
siempre manifestaba el siguiente punto obvio:
“Cuando usted va de viaje, tiene que saber a dónde va
antes de salir. De otro modo se encontrará manejando
en círculos, perdiendo el tiempo, y sin llegar nunca a
su destino”.
El mismo principio se aplica al éxito espiritual y al
cumplimiento de los planes de Dios para su vida. La fe
nunca puede crecer basada en incertidumbres. Tiene
que tener dirección y metas específicas. Cada uno de
nosotros es personalmente responsable de estar dis­
puesto a aplicarse el plan de Dios para su vida, y de
escudriñarlo hasta en sus más mínimos detalles.
La Biblia incluye cuatro niveles de guía que pueden
ayudamos a discernir la voluntad de Dios para
nuestra vida. El primer nivel es el de las respuestas
negativas absolutas, aquellas cosas acerca de las
cuales no hay discusión. Dios habla en voz muy alta y
clara contra cualquier forma de pecado, mundanali-
dad o desobediencia. El odia cualquier cosa que nos
destruya, cualquier cosa que nos aparte de su camino.
El segundo nivel de guía involucra las respuestas
positivas que Dios da de todo corazón. En éstas está
incluida la santidad del corazón, la obediencia a El y
la participación total en la gran comisión de evangeli­
zar el mundo.
El tercer nivel es el de la preferencia. Dice el Salmo
119:45: “Y andaré en libertad, porque busqué tus
mandamientos”. La persona que ha dedicado su cora­
zón a entender las normas de Dios para la conducta
La fe creativa: Descubrimiento de los propósitos. . . / 93

moral, y a mantenerse apegada a ellas, se hallará en


libertad para hacer cualquier elección personal en su
vida, decisiones dentro de la estructura de la ley de
Dios y de la conciencia ungida por el Espíritu. En esta
categoría entran cosas tales como la ropa que se ha de
usar, los alimentos que se han de comer, los tipos de
recreación y de entretenimiento que se han de preferir.
El cuarto nivel de guía abarca aspectos en los cuales
la Escritura no es explícita, y para los cuales necesita­
mos guía en particular. Estos aspectos pueden incluir
tales cosas como la universidad en la cual debemos
estudiar, la carrera que debemos proseguir, cuál es la
persona que se debe escoger como cónyuge, en qué
parte se debe residir y a qué iglesia o comunidad cris­
tiana debemos pertenecer.
Tenga usted en mente que la comprensión de los
detalles específicos del plan de Dios para nuestra
vida, no sólo es responsabilidad nuestra, sino también
nuestro privilegio. Los creyentes no tienen que ser
presa de la desesperanza ni de la desesperación que
están encerrando al mundo. No hay necesidad de que
ningún creyente se pregunte nunca por qué está aquí
en la tierra, o qué valor tiene su vida. Dios está espe­
rando, listo para revelar su plan personal a los que se
lo pidan.
Esto presenta un problema. Obviamente hay algu­
nos que le han pedido a Dios que les revele tal plan,
pero aún no saben lo que Dios tiene para ellos. Gene­
ralmente hay dos obstáculos que se interponen en el
camino en que se conoce la voluntad de Dios para
nuestra vida. El primero es la falta de obediencia. Un
principio espiritual que declara tal verdad es el
siguiente: “La obediencia precede a la revelación”.
La voluntad específica de Dios para cualquier indi-
94 / La fe creativa

viduo no se discierne examinando las circunstancias a


través de los sentidos naturales. La voluntad de Dios
se nos da por revelación. Por ejemplo, cuando comen­
zó la Confraternidad Betania, la hermana de nuestro
primer misionero se hallaba desesperadamente enfer­
ma de leucemia. Ella había estado en el hospital
durante algún tiempo. El bazo se le había inflamado,
tenía el color del azafrán y el médico le había dicho a
su marido que a ella sólo le quedaban unos pocos
meses de vida. En vez de fijarse en las circunstancias
naturales, decidieron creer lo que se les había dado
por medio de la revelación, es decir, por medio de la
Palabra de Dios. “¿Está alguno enfermo entre voso­
tros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él,
ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la
oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levanta­
rá; y si hubiere cometido pecados, le serán perdona­
dos” (Santiago 5:14,15).
Con esto en mente, fue presentada para la oración.
Fue sanada inmediatamente, y volvió a consulta con
el médico, quien también confirmó que ella tenía
buena salud. Poco después, aunque ella ya tenía más
de 35 años de edad y también era incapaz de concebir,
nos preguntó si podíamos orar por ella con respecto al
asunto de tener un hijo. Un año después dio a luz un
varoncito lleno de salud.
La vida de esta mujer hubiera sido drásticamente
diferente, si hubiera puesto los ojos en las circunstan­
cias, y no en la Palabra de Dios. Antes de poder enten­
der el plan de Dios para su vida de ahí en adelante,
tuvo que obedecer primero lo que Dios le estaba
diciendo en ese momento. Luego pudo dar el siguiente
paso, que en su caso fue el de lograr la buena salud, y
hasta un hijo. Si tenemos dificultad para entrar en lo
La fe creativa: Descubrimiento de los propósitos. . . / 95

que pensamos que Dios tiene para nosotros, si anda­


mos torpemente por ahí, preguntándonos si siquiera
Dios tiene algo especial para nosotros, eso se debe
generalmente a que no hemos obedecido al Espíritu
Santo en algún asunto anterior.
Otra razón por la cual algunos creyentes no discier­
nen el plan de Dios para su vida es que no han deter­
minado lo relativo a las ganancias materiales. Están
tratando de servir a dos señores: a Dios y a Mamón
(Mamón es el nombre semita del dinero o riqueza). La
Escritura contiene dos principios importantes: el prin­
cipio de la prosperidad y el principio del sacrificio. No
estoy diciendo que es malo que un creyente sea prós­
pero, pero la prosperidad sin la disposición al sacrifi­
cio conducirá a prioridades incorrectas y a la falta de
participación en el cumplimiento de los propósitos de
Dios.
Hoy, parece haber un mal entendimiento entre los
creyentes así como lo hubo cuando Pablo le escribió a
Timoteo diciéndole que algunos hombres son “corrup­
tos de entendimiento y privados de la verdad, que
toman la piedad como fuente de ganancia”. Obvia­
mente, algunos individuos en los días de Pablo no se
habían molestado en tomar en serio lo que Jesús dijo
en Mateo 6:33: “Mas buscad primeramente el reino de
Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadi­
das”.
Muchos de los creyentes de hoy están cometiendo el
mismo error. En vez de buscar primero el reino de
Dios, la venida del reino de Dios a la tierra y todo lo
que esto implica, sólo han perseguido la idea de llegar
ellos mismos al cielo. Su piedad sólo va hasta donde
les asegure que no se van a condenar. En segundo
lugar, han interpretado que la expresión “todas estas
96 / La fe creativa

cosas” significa mucho más que aquello de lo cual


estaba hablando Jesús.
Tal expresión de Mateo 6:33 se refiere a lo que dice
el versículo 31: “¿Qué comeremos, o qué beberemos, o
qué vestiremos?” Esto se correlaciona bellamente con
el posterior consejo de Pablo a Timoteo de que halla­
mos en 1 Timoteo 6:6-9: “Pero gran ganancia es la
piedad acompañada de contentamiento; porque nada
hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos
sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos
contentos con esto”.
¿Ha imaginado usted alguna vez lo que sería vivir
en este mundo sin las cosas esenciales? ¿Estaría usted
contento tan sólo con la comida y la ropa? Lo dudo.
Temo que la mayoría de los creyentes consideraría eso
como una abrumadora penuria. Pablo no mencionó la
palabra “penuria”, sin embargo. Por el contrario, dijo
que estaba contento, no deseaba nada más, ni algo
diferente.
¿Qué fue lo que hizo que Pablo fuera tan diferente
del promedio de los creyentes de hoy? ¿No tenía él
ningún deseo de “ser alguien” en el mundo? ¿No
quería “hacer cosas” y “lograr cosas”?
Pablo fue diferente del promedio de los creyentes
por cuanto estaba cautivo de la Palabra de Dios, la
Palabra escrita y viviente. Cuando Pablo sentía la
necesidad de “ser alguien” en este mundo, recordaba
lo que ya era. El había sido escogido; era un sacerdote
real. Si alguna vez hubiera sentido la necesidad de
“hacer cosas”, lo único que hubiera tenido que hacer
hubiera sido abrir los ojos para ver las necesidades que
lo rodeaban. El mundo estaba lleno de individuos que
andaban a tientas en la tenebrosidad espiritual. Y en
cuanto al asunto de “lograr cosas”, Pablo no estaba
interesado en galardones efímeros, en cosas que no
La fe creativa: Descubrimiento de los propósitos. . . / 97

fueran eternas; más bien buscaba “ganar una plena


recompensa”, depositando sus tesoros en el cielo.
Ante los ojos de Dios, la falta de obediencia y de
perseverancia son los principales obstáculos para el
éxito espiritual; y cuando estos asuntos están estable­
cidos, se abre el camino para la plena y suprema
voluntad de Dios para nuestra vida. Sin embargo,
como de costumbre, los hombres y las mujeres piensan
que los obstáculos para el éxito son más complicados.
Como Naamán, el leproso, a quien se le dijo que para
que fuera sanado de la lepra, se lavara en el río
Jordán, muchas personas se indignan cuando se les
dice que el éxito puede ser tan simple como la obe­
diencia. En vez de aceptar eso, inventan, como
Naamán, su propio conjunto de valores y sus propias
normas. “. . . He aquí yo decía para mí: Saldrá él
luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová
su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la
lepra. Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejo­
res que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos,
¿no seré también limpio?. . . ” (2 Reyes 5:11,12).
Ante todo, está el asunto del valor y de la dignidad
personales. A menudo, cuando los individuos no
logran obtener cierto tratamiento preferido de parte
de los demás, que corresponda con el valor que ellos
han establecido para sí mismos, se sienten frustrados
y al fin se convierten en los peores críticos de sí
mismos. Realmente son perfeccionistas, que nunca
están satisfechos con sus propios logros ni con ellos
mismos. En su propia opinión, el aplauso es una indi­
cación de valor. Y puesto que tienen una necesidad
muy fuerte y un deseo de realización, la falta de
aplauso o de aprecio los deja con el sentimiento de que
no tienen ningún valor.
Según los siquiatras Frank Minirth y Paul Meir,
98 / La fe creativa

autores de la obra Happiness Is a Choice (La felicidad


es una elección), “el tipo de individuo que es más pro­
bable que intente suicidarse es la persona que tiene un
intenso deseo de realización”.
Este deseo no es malo en sí. Es una capacidad dada
por Dios. El problema está en que, combinado con el
deseo de realización, generalmente existe la tendencia
de compararse a sí mismo con una norma que Dios no
utiliza. Esta norma a menudo involucra las capacida­
des y las expectaciones de los demás. En vez de acep­
tarse como únicos y valiosos, continuamente están
buscando ganar valor fuera de sí mismos. El apóstol
Pablo habló de unos individuos de los cuales dijo:
“pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y
comparándose consigo mismos, no son juiciosos” (2
Corintios 10:12). Eso era lo que Dios quería que
Naamán entendiera. El asunto no era cuál río era más
valioso o bello, ni si el río Jordán poseía más propieda­
des curativas. El asunto era la obediencia. Naamán
hubiera podido ser sanado en cualquier parte que Dios
eligiera. Lo que Dios estaba buscando era la obedien­
cia.
Dios no evalúa el éxito como lo evalúa el mundo;
Pablo tampoco lo evaluó como el mundo. Si echára­
mos una mirada a cualquiera de los apóstoles para
determinar cuál de ellos tuvo más éxito, estoy conven­
cido de que Pablo sería el principal contendor. Y sin
embargo, fue Pablo el que escribió: “Conociendo,
pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres;
pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que
también lo sea a vuestras conciencias. No nos reco­
mendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos
ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis con
qué responder a los que se glorían en las apariencias y
La fe creativa: Descubrimiento de los propósitos. . . / 99

no en el corazón” (2 Corintios 5:11,12).


Pablo no estaba interesado con respecto a posición,
prestigio o capacidad natural, ni siquiera en el minis­
terio del Evangelio. Para él, el éxito era asunto de
agradar a Dios. Leemos en 1 Timoteo 6:11: “Mas tú,
oh hombre de Dios, huye de estas cosas [es decir, de la
búsqueda de la ganancia material y social que condu­
ce al prestigio y al éxito en conformidad con las
normas del mundo], y sigue [que sean tu blanco, tu
meta] la justicia, la piedad, la fe, el amor, la pacien­
cia, la mansedumbre”. Estas metas no tienen ninguna
relación con el talento ni con la capacidad. Usted no
necesita ser rico para proseguirlas. Ninguna persona
puede quejarse ante Dios de que fue estafada al com­
pararse con otra persona en lo que respecta a cualida­
des; estas no son cualidades naturales. Están igual­
mente disponibles para todos nosotros en Cristo.
Dios está personalmente interesado en el éxito espi­
ritual de cada uno de nosotros, y nos ha presentado
como ilustración metas de fe creativas, a través de las
vidas de famosos personajes bíblicos. Sus vidas nos
demuestran varias maneras de lograr y expresar las
cualidades de las cuales se nos dice que sigamos
tomándolas como meta.
Examinemos varios de estos personajes en Hebreos
11, para ver qué pasos prácticos se aplican a nosotros.
Hebreos 11:7 dice: “Por la fe Noé, cuando fue adverti­
do por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con
temor preparó el arca en que su casa se salvase”.
Nunca ha existido un tiempo en que haya habido
una necesidad tan grande de salvar a las familias. Uno
de cada dos matrimonios termina ahora en divorcio, y
a la mayoría de los niños se los deja que crezcan por su
propia cuenta. Aunque la estructura de nuestra socie-
100 / La fe creativa

dad parece estar desintegrándose rápidamente, aun


más seria es la pavorosa degeneración espiritual.
Muchos creyentes lamentan estos problemas cre­
cientes, pero no reconocen que ellos son responsables
de hacer algo al respecto. Muchos de ellos quieren par­
ticipar en la obra del Señor, pero no ven que la obra de
Dios está directamente delante de ellos.
Noé fue un hombre que tenía los ojos completamen­
te abiertos. Vio las condiciones que lo rodeaban, oyó la
advertencia de Dios, e hizo algo al respecto. Por la fe
construyó el arca para la salvación de su familia.
Casado o soltero, padre o hijo, usted puede partici­
par en la obra de Dios, construyendo un “arca”, o una
estructura para la salvación de su propia familia.
Cuando Noé hizo el arca, no siguió su propio plan bien
elaborado; él obedeció el plan de Dios. El arca no se
hizo a lo loco. Tenía dimensiones específicas, y estaba
construida con materiales especiales.
Del mismo modo, Dios tiene un plan particular para
la salvación de su familia. El Espíritu Santo se lo
revelará, si usted se lo pide. Luego, escríbale, y
comience a ponerlo en práctica. Ese plan abarcará la
oración, por supuesto, y también exigirá acción y
tiempo. Pero más que eso, requerirá fe creativa, fe que
no se rendirá, sino que persistirá, confiando en la pro­
mesa de Dios. “Cree en el Señor Jesucristo, y serás
salvo, tú y tu casa” (Hechos 16:31).
Desafío a cada creyente para que participe en el
plan de Dios para su vida: la salvación de su familia.
En Hebreos 11:8,9 se nos dan algunos principios
adicionales que entran en la formación de una estruc­
tura para la salvación de la familia. El versículo 8
dice: “Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció
para salir al lugar que había de recibir como herencia;
y salió sin saber a dónde iba”.
La fe creativa: Descubrimiento de los propósitos. . . / 101

Muchos de los padres de hoy se preocupan por la


falta de obediencia de parte de sus hijos. Sin embargo,
el problema reside en que los hijos aprenden más rápi­
do del ejemplo que de la admonición. ¿Ha tratado
usted alguna vez de decirles a sus hijos por qué deben
ir a la Escuela Dominical y al culto de adoración,
mientras usted se queda en casa? O tal vez ha tratado
de formar cierta disciplina y control propio en sus
hijos, mientras usted continúa comiendo y durmiendo
exageradamente. La obediencia de un hijo, no sólo
depende de su carácter y disposición para obedecer,
sino que también está directamente relacionada con
la obediencia de los padres a Dios.
El escritor de Hebreos sin duda escogió a Abraham
como ejemplo, porque el mismo Señor lo había escogi­
do para ser un modelo de lo que El quería de nosotros.
Génesis 18:19 dice: “Porque yo sé que mandará a sus
hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino
de Jehová, haciendo justicia y juicio. . .
En la construcción de su “arca”, asegúrese de no
sólo decirles a sus hijos lo importante que es obedecer
al Señor, sino que también les demuestre, mediante el
ejemplo, que usted mismo está dispuesto a obedecer a
Dios, en lo que El le pida que haga.
El versículo 9 de Hebreos 11 dice que Abraham
“habitó como extranjero en la tierra prometida como
en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob,
coherederos de la misma promesa”. Este versículo
contiene dos principios. Ante todo, tenemos que
demostrar una actitud de “extranjeros” ante nuestros
hijos. (Habitar como extranjero significa ser un visi­
tante temporal, una persona que no planea permane­
cer para siempre.)
Para enseñar a nuestros hijos las prioridades correc­
tas, tenemos que demostrarles cuáles son las priorida-
102 / La fe creativa

des correctas. ¿Somos flexibles, o somos rígidos,


atados a ciertos modos de hacer las cosas, a ciertos
programas que no pueden interrumpirse para los
gozos espontáneos y las experiencias de la vida?
¿Estamos tan ocupados con la “obra” que nos corres­
ponde hacer que no tenemos tiempo para ayudar a
otras personas en sus necesidades? Los hijos notan
estas cosas.
La seguridad de “uno que habita en tierra extraña”
no está tampoco en el sistema del mundo. Las cosas
que los padres frecuentemente piensan que forman el
sentido de seguridad en el hijo, algunas veces impiden
que ellos obedezcan a Dios. Son cosas tales como el
trabajo, la casa, la posición, el salario, etc. En reali­
dad, éstas no son las bases de la seguridad para el hijo.
En vez de ello, el niño se siente seguro cuando vive en
la presencia del amor obvio y del respeto entre la
madre y el padre. Además, necesita experimentar el
amor paternal: un amor suficientemente fuerte para
establecer controles y límites de carácter obligatorio.
El segundo principio inherente en el versículo 9 de
Hebreos 11, involucra el establecimiento de una rela­
ción eterna. Abraham consideró a su hijo Isaac y a su
nieto Jacob como “coherederos de la misma prome­
sa”. En otras palabras, Isaac y Jacob no fueron ante
todo y en primer lugar hijos de Abraham, sino hijos de
Dios. Según el programa de Dios, Abraham consideró
a Isaac y a Jacob como coherederos y. participantes.
Nosotros también tenemos que considerar a nuestros
hijos como hermanos y hermanas en Cristo. Esto afec­
tará grandemente nuestra actitud y nuestras acciones
para con ellos.
Recuerdo la historia de una niñita cuyos padres
siempre tenían la última palabra. Finalmente, un día
La fe creativa: Descubrimiento de los propósitos. . . / 103

les dijo frustrada a sus padres: “Ustedes ni una vez me


permiten terminar lo que estoy diciendo”. Nosotros
también tenemos que tener el cuidado de no sólo res­
petar el espíritu del niño mismo, sino también al
Espíritu de Dios que obra en el infante y a través de él.
Necesitamos hacemos preguntas como las que
siguen: “¿Hablaría yo a mi pastor, a mi hermano en
Cristo, de la misma manera como les hablo a mis
hijos? ¿Pasaría yo por alto las preguntas y las peticio­
nes de una hermana adulta en Cristo, como a menudo
lo hago con mis hijos?”
La respuesta a estas preguntas es negativa. ¿Por
qué? Porque tenemos temor de ofender al pastor o a
otros creyentes adultos. Sin embargo, Jesús dijo que
debemos tener temor especialmente de ofender a los
pequeñitos. Leemos en Lucas 17:1,2: “. . . Imposible
es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por
quien vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello
una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer
tropezar a uno de estos pequeñitos”.
Cuando respetamos a nuestros hijos, ellos aprenden
a respetar. Cuando somos pacientes con ellos, ellos
también aprenden la paciencia. Cuando los tratamos
como a hermanos y hermanas en Cristo, no sólo
estamos demostrándoles cuán valiosos son, sino que
también estamos construyendo una atmósfera para el
crecimiento espiritual y para compartir con ellos como
“coherederos”.
Examinemos a otro personaje creativo. Dice
Hebreos 11:11: “Por la fe también la misma Sara,
siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz
aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era
fiel quien lo había prometido”. .
Cada uno de nosotros necesita participar en la
104 / La fe creativa

reproducción espiritual. Y cada uno de nosotros tiene


el poder para esta tarea, si hemos sido bautizados con
el Espíritu Santo. Este ministerio, por supuesto,
comienza por nuestra propia casa, pero no tiene que
detenerse allí. Cada uno de nosotros es responsable de
alcanzar a nuestras vecindades y comunidades en la
forma en que el Espíritu Santo nos dirija. Recordemos
que se animó a Abraham y a Sara para que creyeran
en el poder de Dios para producir sólo un hijo, pero el
versículo 12 dice que “de uno, y ése ya casi muerto,
salieron como las estrellas del cielo en multitud, y
como la arena innumerable que está a la orilla del
mar”. La cooperación con Dios para producir un hijo,
fue el comienzo de resultados ilimitados. Esto debiera
inspiramos a contar con las promesas de Dios para
alcanzar las grandes metas de la fe creativa. La Biblia
dice: “Sin profecía el pueblo se desenfrena. . . ” (Pro­
verbios 29:18). Si no miramos las cosas como Dios las
mira, nos desenfrenaremos, y muchos otros junto con
nosotros. Hagamos que sea nuestra la ilimitada visión
de Dios.
Hebreos 11 nos muestra muchos otros modos por los
cuales podemos realizamos espiritualmente:
1. Declarando y asegurando las futuras bendiciones
para nuestros hijos físicos y espirituales.
2. Declarando la palabra profética.
3. Conquistando reinos (guerra espiritual).
4. Haciendo justicia.
5. Recibiendo promesas (es decir, convirtiéndolas
en realidad en nuestra vida).
6. Sufriendo creativamente por amor a Cristo.
7. Haciendo milagros por medio del poder de Dios.
Todos éstos se mencionan con el fin de estimulamos
La fe creativa: Descubrimiento de los propósitos. . . / 105

a pensar creativamente. Esto no puede desarrollarse,


sin embargo, a menos que desarrollemos un funda­
mento de deseo profundo, básico y sincero.
Permítaseme concluir con el relato de un hombre
que aprendió a desear con todo su corazón. S. B.
Fuller fue uno de siete hijos de un agricultor arrenda­
tario del estado de Louisiana, perteneciente a la raza
negra. Este comenzó a trabajar en los campos a los
cinco años de edad, y cuando tenía nueve, ya estaba
conduciendo un tiro de muías, práctica que no era
desusual entre los hijos de los agricultores arrendata­
rios. Todos ellos comenzaban a trabajar alrededor de
los ocho años de edad, pero la mayoría aceptaba la
suerte que le correspondía en la vida, sin pedir nada
mejor.
El joven Fuller fue diferente en un respecto: tenía
una madre extraordinaria que, aunque lo único que
sabía era vivir día por día sin preocuparse del
mañana, se negó a aceptar esa condición para sus
hijos. De algún modo entendió que el hecho de que su
familia apenas podía subsistir en una tierra de abun­
dancia indicaba que algo andaba mal.
“Nosotros no deberíamos ser pobres, hijo”, le solía
decir. “Y no permitas que alguna vez te oiga decir que
es la voluntad de Dios que seamos pobres. Dios no nos
hizo pobres. Somos pobres porque tu padre nunca ha
tenido el deseo de ser algo más”.
Este conocimiento se alojó en la mente de Fuller, y
cambió toda su vida. Comenzó a tener el deseo de ser
diferente. Puso su mente en las cosas que quería, y no
en las que no quería. Gradualmente le creció un deseo
de escapar de la pobreza y de llegar a una situación
económica bien sólida.
Estaba convencido de que no había ninguna virtud
106 / La fe creativa

en la pobreza, de que Mateo 5 no dice: “Bienaventura­


dos los pobres”, sino “Bienaventurados los pobres en
espíritu’’.
Fuller aprendió a orarle a Dios pidiéndole que lo
guiara, y Dios en realidad lo dirigió. Finalmente llegó
a ser rico: obtuvo la mayoría de las acciones en ocho
compañías.
Posteriormente, cuando se le preguntó cuál había
sido el secreto de su éxito, la respuesta que dio reflejó
la declaración que la madre había hecho muchos años
atrás: “Nosotros éramos tan pobres que lo único que
yo quería era escapar de la pobreza. Yo sabía lo que
quería, pero no sabía cómo obtenerlo. Así que leí la
Biblia y otros libros de inspiración que me ayudaron a
establecer mis metas. Luego le pedí al Señor el conoci­
miento para lograr esos objetivos, y puse en práctica
las respuestas que recibía”.
La Biblia indica claramente el camino de la realiza­
ción. No se logra por medio de desear en nuestros pen­
samientos o de súplicas lastimosas. Se logra por medio
de la oración de fe, y la oración de fe comienza con un
sincero deseo que mueve, que arde, que cautiva nues­
tras emociones mientras continuamos avanzando
hacia la meta, conscientes de que “mayor es el que
está en vosotros, que el que está en el mundo”.

ORACION

Padre, te pido que me abras los ojos para ver


las posibilidades que me rodean. Indícame, por
favor, tu plan para mi vida. Si en mi vida hay
cosas que son contrarias a tus propósitos, te
pido que me las reveles y me ayudes a hacer los
ajustes necesarios. Creo que soy importante
La fe creativa: Descubrimiento de los propósitos. . . / 107

para ti, así que una vez más me encomiendo a


la búsqueda de cualesquiera metas creativas
que tú me indiques. Amén.

PREGUNTAS Y APLICACIONES

1. La norma del éxito para el creyente es la---------------


y el_____________ de______________tal como se nos
revelan en su------------------------------ .
2. Dos obstáculos para conocer la voluntad de Dios
para su vida son la----------------- de------------------y el
asunto de las---------------------------------------------------
3. Una meta que cada uno de nosotros debe perseguir
es la_________________ de su-------------------------------
4. La Biblia dice: “Sin__________________ el pueblo se

5. Enumere varias metas que usted piensa que el


Espíritu Santo le ha mencionado.

6. Ore y pregúntele al Señor si hay pasos ulteriores


que El quiere revelarle para que usted logre sus
metas. Escríbalos en esta misma página para pos­
terior referencia. Lleve un registro de sus acciones
específicas de obediencia en relación con estos
pasos y de los resultados que vea. (Tenga pacien­
cia. Recuerde que a menudo no entendemos los
tiempos de Dios.)
-------------------------------------------------------------------------------- ------------------------------------------------
7/LA FE CREATIVA:
Participación en el
programa de Dios
Durante la Primera Guerra Mundial, un regimiento
recibió órdenes de colocar algunas armas pesadas en
la cima de un empinado cerro. Despúes de un gran
esfuerzo, los soldados arrastraron las armas hasta la
base de la colina, pero no pudieron llevarlas más ade­
lante. De repente, un oficial, al observar el estado de
las cosas, gritó: “¡Hombres, eso tiene que hacerse!
¡Tengo las órdenes en mi bolsillo!”
Los creyentes necesitamos revisar nuestros bolsi­
llos. No deben estar vacíos. También se nos han dado
órdenes: “. . . id, y haced discípulos a todas las nacio­
nes, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo,
y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas
las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.
¡Qué promesa! ¿Qué creyente vacilaría en afirmar
que cuenta con la presencia de Jesús para siempre? Su
presencia es nuestra fortaleza y nuestro privilegio. Sin

109
110 / La fe creativa

embargo, muchos creyentes no reconocen que la pro­


mesa de su presencia está atada al cumplimiento de
un mandamiento, un mandamiento que debe estar en
el mismo centro de nuestra existencia. El deseo más
grande de Dios hoy, y a través de los siglos, ha sido el
de liberar a las personas del pecado, cambiándolas en
individuos abnegados, productivos y de éxito.
Cuando las tribus de Rubén y Gad quisieron esta­
blecerse en el lado oriental del río Jordán, antes que el
resto de Israel hubiera entrado en la Tierra Prometi­
da, Moisés se disgustó mucho. Era inconcebible que
un israelita disfrutara de todos los beneficios del
hogar, la familia y la economía, mientras los demás
aún tenían que reclamar sus posesiones. En lo que res­
pecta a Dios, eso aún es inconcebible en el día de hoy.
Ningún creyente tiene el derecho de la complacencia y
la comodidad, de sentarse tranquilo y disfrutar de las
bendiciones físicas, materiales y espirituales, mien­
tras la mayoría de la raza humana no ha tenido nunca
la oportunidad de entrar en la vida de Jesucristo. Los
creyentes tenemos que prestar atención a la adverten­
cia que dio Moisés a aquellos que pensaron que no
tenían que ayudar a sus hermanos a entrar en la pose­
sión de ellos: “Mas si así no lo hacéis, he aquí habréis
pecado ante Jehová; y sabed que vuestro pecado os
alcanzará” (Números 32:23).
No importa quiénes seamos, dónde vivamos, ni
cuáles sean nuestras capacidades, se nos ha ofrecido el
privilegio de trabajar con Dios. Somos llamados a ser
trabajadores juntamente con Dios en su gran progra­
ma de rescate y recuperación: la evangelización del
mundo entero.
Infortunadamente, sin embargo, hay muchas barre­
ras que se oponen a la evangelización del mundo. Por
La fe creativa: Participación en el programa. . . / 111

ejemplo, el letargo de la iglesia, la autosatisfacción de


sus miembros y la falta de un real desafío con respecto
a nuestra responsabilidad. Martín Lutero contó la
siguiente historia para ilustrar el peligro muy real con
que se enfrenta cada creyente. El diablo tuvo una gran
fiesta de aniversario a la cual fueron convocados sus
emisarios para informar sobre los resultados de sus
diversas misiones.
“Yo solté las bestias salvajes del desierto contra una
caravana de creyentes”, dijo uno, “y sus huesos ahora
están blanqueando las arenas”.
“¿Y qué ganaste con eso?” le preguntó el diablo.
“Las almas de todos ellos se salvaron”.
“Yo dirigí el viento del este contra un barco que
llevaba creyentes”, dijo otro, “y todos se ahogaron”.
“¿Y qué lograste con eso?”, le dijo el diablo. “Las
almas de todos ellos se salvaron”.
“Durante diez años traté de que un solo creyente se
quedara dormido”, dijo un tercer emisario, “y final­
mente tuve éxito. Lo dejé en esa condición”.
Entonces el diablo vociferó y todas las estrellas de la
noche del infierno gritaron de alegría.
Obviamente, Satanás tiene un gran temor: le tiene
temor a un creyente despierto que se mueva amplia­
mente hacia adelante, a un creyente que se compro­
meta con Dios en la transformación del mundo.
Cuando hablo de cambiar el mundo o de la evangeli-
zación del mundo, no me refiero solamente a la procla­
mación del Evangelio, aunque ésta ciertamente tiene
que hacerse en toda nación, tribu, lengua y pueblo.
Pero aun más, me refiero a que el Evangelio tiene que
ser proclamado con fe, con una fe creativa que haga
uso de "la ilimitada potencialidad que se halla en la
Palabra de Dios, que espere ver resultados y los vea.
112 / La fe creativa

En 1943, cuando por primera vez Dios habló a


nuestra iglesia con respecto a enviar y mantener 100
misioneros, eso pareció completamente imposible.
Pero al obedecer, el Espíritu Santo arregló la estrate­
gia y gradualmente ganamos más fe y se nos desarrolló
una mayor comprensión sobre los caminos de El para
lograr esta meta.
En 1962, varios de nuestros misioneros que se halla­
ban en el Brasil sintieron la necesidad de vivir juntos,
para compartir la visión y el compromiso que se había
destacado en la Confraternidad Betania desde el
comienzo. Como resultado de eso, formamos nuestra
propia junta misionera en el Brasil y abrimos nuestro
primer centro de misiones allí en el extranjero.
Betania do Brasil en el estado Paraná, literalmente
nació en la selva. Hoy, aquella misma zona selvosa se
ha convertido en una de las regiones de más rápido
desarrollo en el Brasil. El personal de Betania do
Brasil incluye ahora a más de 20 misioneros que parti­
cipan en la plantación de iglesias, en la educación en
institutos bíblicos y en la preparación vocacional.
Durante muchos años operaron un hospital y una clí­
nica de maternidad que actualmente se hallan cerra­
dos temporalmente en espera del personal necesario.
El nuevo programa que se está desarrollando allí es
una activa extensión hacia la juventud creciente y
activa de una ciudad vecina.
Los demás misioneros nuestros en el Brasil no nece­
sitaron mucho tiempo para comprender que los
esfuerzos de evangelización eran altamente exitosos,
pero que la educación cristiana no estaba mantenien­
do el paso con el número de nuevos convertidos. Des­
afiados por este problema, aprovecharon la oportuni­
dad de ser parte de la solución. Como resultado de ello
La fe creativa: Participación en el programa. . . / 113

se estableció en Belo Horizonte nuestra imprenta y


nuestra casa de publicaciones. Allí trabajan 18 misio­
neros y entre 40 y 50 creyentes brasileños, para produ­
cir la literatura que ayuda a los pastores, a los obreros
cristianos, y también a los nuevos convertidos para
que maduren en su semejanza a Cristo.
Cuando se produce literatura cristiana, obviamente
se necesitan librerías para la distribución. La primera
se fundó en Belo Horizonte, la segunda y la tercera, en
Sao Paulo, y la cuarta, en Río de Janeiro.
Finalmente, cada misionero sabe que, no importa a
dónde lo haya llamado a servir Dios, en ese país, los
creyentes brasileños tienen que tomar la mayor res­
ponsabilidad para alcanzar con la salvación a su
propio pueblo. Por esta razón, nuestra obra en el
Brasil incluye un seminario evangélico que se encuen­
tra en Coronel Fabriciano. Situado en el corazón de la
zona minera del Brasil; este centro participa con los
pastores en el establecimiento y el desarrollo de igle­
sias y en las campañas de evangelización. Ya se han
comenzado varias iglesias, y nuevos pastores y obreros
laicos están tomando responsabilidades significativas
en ellas.
Sin embargo, esto es sólo el comienzo. Los misione­
ros de Betania han comenzado obras similares en
varias islas del Caribe, en las Bahamas, en América
Central, Haití, México, Indonesia y las Filipinas. La
pequeña librería que junto con el ministerio de venta
de libros casa por casa que comenzó en Puerto Rico
hace unos cuantos años, ha crecido hasta el punto
en que ahora distribuye más literatura cristiana que
cualquiera otra organización de su género en todo el
mundo de habla hispana. Otros misioneros compren­
dieron la necesidad de una literatura que ayuda a una
114 / La fe creativa

vida sólida y más profunda; como resultado de eso, se


ha desarrollado una casa editorial en español que
tiene una alta producción.
Recientemente, el Congreso Mundial de Evangeli-
zación descubrió, por medio de amplios estudios, que
el 85 por ciento de todos los latinoamericanos que han
acudido a Cristo, han sido ganados por un libro, un
folleto, un panfleto, o por alguna forma de literatura
evangélica. Por esta razón se ha hecho hincapié en la
distribución de literatura, lograda eficazmente
mediante métodos altamente desarrollados para hacer
que la misma llegue al pueblo. El distribuidor perso­
nal va de puerta en puerta con la literatura cristiana y
con su propio testimonio de fe en Cristo. Se colocan
exhibiciones de libros en algunos comercios, en bases
militares y en otros lugares. Se llevan mesas de libros
a las ferias, a los mercados, a las escuelas y a las con­
venciones de iglesias. El tener una reunión en un
hogar con el motivo de vender libros, está teniendo
resultados siempre crecientes. Estos y otros métodos
proveen muchas oportunidades para aconsejar,
enseñar y predicar la Palabra de Dios.
Estos son sólo algunos de los resultados que obtie­
nen las personas que están dispuestas a creer en la
Palabra de Dios. “Porque todas las promesas de Dios
son en él Sí, y en él Amén. . . ” (2 Corintios 1:20).
Estas no son todas personas excepcionales. Simple­
mente son personas obedientes que han entrado en la
fe creativa al colocarse a la disposición del Espíritu
Santo. Estos individuos creen que Dios tiene un plan
especial y personal para sus vidas, y se han dedicado a
averiguar cuál es ese plan y a ponerlo en práctica.
Dentro del plan de Dios a largo plazo para la evan-
gélización del mundo, cada uno de nosotros puede
hallar logros significativos, al comenzar a funcionar
La fe creativa: Participación en el programa. . . / 115

por medio del plan personal diseñado por Dios. En


Romanos 12:6-8, Pablo explica las tendencias internas
básicas que Dios ha colocado en los creyentes a fin de
que puedan expresar la presencia y el amor de Dios.
“De manera que, teniendo diferentes dones, según la
gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese confor­
me a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el
que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la
exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que
preside, con solicitud; el que hace misericordia, con
alegría”.
Cuando cada creyente entienda adecuadamente su
motivación espiritual interna, eso no sólo lo inspirará
para una mayor dedicación y un mejor servicio, sino
que también traerá un completo y nuevo entusiasmo
al cuerpo de Cristo. Cada uno de nosotros necesita
hallar el lugar que le corresponde en el cumplimiento
del gran plan de Dios para alcanzar a los inconversos,
y también para la edificación de la iglesia. Y cuando
descubramos cuál es nuestra parte, también experi­
mentaremos un nuevo gozo y reposo.
Según lo que Pablo dice en Romanos 12, parece
haber siete motivaciones espirituales básicas que
pueden dividirse en dos categorías: hablar y servir.
Las motivaciones que se incluyen en la categoría del
hablar son la profecía, la enseñanza y la exhortación.
Cuatro de ellas pueden clasificarse como servicio:
servir, repartir, presidir y hacer misericordia.
Para entender mejor estas motivaciones internas,
necesitamos definir brevemente su significado bíblico.
En este contexto, la profecía no es el arte de decir lo
que ha de suceder en lo futuro. Más bien involucra la
proclamación de la verdad. El individuo cuya motiva­
ción es la profecía desea mostrar a los demás lo que es
bueno y malo, según la Palabra de Dios. Su propósito
116 / La fe creativa

es el de producir arrepentimiento y establecer una


correcta relación con Dios.
La persona que está motivada a enseñar desea acla­
rar la verdad. Esto no significa que tiene que ser un
maestro de profesión, sino que tiene el don en el área
del estudio bíblico, para estudiar y preparar materia­
les que beneficien a otros. Esta persona generalmente
parece sentir más regocijo en la investigación de la
verdad que en la predicación como tal.
La tercera motivación en la categoría de hablar es la
exhortación. La persona que exhorta busca estimular
la fe en otros, moverlos hacia la acción.
Tal vez la mayoría de los creyentes hallarán su
lugar en la segunda categoría: la de servir. La persona
que está motivada a servir generalmente es muy prác­
tica. Busca satisfacer necesidades prácticas, ayudan­
do y apoyando a los líderes para hacer que la visión
espiritual llegue a ser una realidad. El don del servicio
es absolutamente necesario en cualquier iglesia o
misión para que tenga éxito.
Repartir es otro servicio. La persona que da, enco­
mienda sus bienes personales a otros para la promo­
ción del ministerio de ellos bajo la dirección del Señor.
Cada uno de nosotros puede participar de este modo,
pero algunos en particular tienen especial éxito en
obtener riquezas que pueden utilizar para ganar a los
perdidos y para la edificación del Cuerpo de Cristo.
La tercera motivación que entra en la categoría del
servicio es la de presidir. La persona que preside busca
coordinar las actividades de otros para el logro de
metas comunes, teniendo el cuidado de que cada
aspecto del ministerio se desarrolle efectivamente, con
eficiencia, decencia y orden.
Finalmente, aunque no es lo último en orden de
La fe creativa: Participación en el programa. . . / 117

importancia, está la motivación a hacer misericordia.


El individuo que está guiado por la misericordia se
identifica con los que están en aflicción y los consuela.
Como está en condiciones de simpatizar tanto emocio­
nal como mentalmente con las necesidades de ellos,
Dios usa a este tipo de creyente para ayudar a los
afligidos.
Aunque sólo se nos dé una motivación básica a cada
uno de nosotros, eso no significa que la expresión del
Espíritu Santo a través de nosotros esté limitada sólo
a una avenida. Cada individuo participará hasta
cierto punto en cada una de las siete actividades, si es
obediente a la Escritura. Por ejemplo:

1. Profecía: “Seguid el amor; y procurad los dones


espirituales, pero sobre todo que profeticéis”
(1 Corintios 14:1).
2. Enseñanza: “La palabra de Cristo more en abun­
dancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos
unos a otros en toda sabiduría, cantando con
gracia en vuestros corazones al Señor con salmos
e himnos y cánticos espirituales (Colosenses
3:16).
3. Exhortación: “Antes exhortaos los unos a los
otros cada día. . . ” (Hebreos 3:13).
4. Servicio: “. . . Servios por amor los unos a los
otros” (Gálatas 5:13).
5. Distribución: “Compartiendo para las necesida­
des de los santos. . . ” (Romanos 12:13).
6. Gobierno: “Que gobierne bien su casa. . .”
(1 Timoteo 3:4).
7. Misericordia: “Sobrellevad los unos las cargas de
los otros, y cumplid así la ley de Cristo” (Gálatas
6: 2) .
118 / La fe creativa

Recordemos que habrá un mínimo de lasitud y un


máximo de eficacia, en todas nuestras actividades,
cuando nos acercamos a ellas a través de nuestra
motivación espiritual básica.
Debemos formularnos la siguiente pregunta:
“¿Cómo puede la persona determinar cuál es su moti­
vación espiritual?”
Si uno, habiendo confesado y abandonado todo
pecado conocido, y habiéndose dedicado al plan de
Dios, anda en correcta relación con el Señor, sin
importar lo que pueda implicar, puede dar varios
pasos que le ayudarán a hallar el lugar específico que
le corresponde tanto en la iglesia local como en el plan
general de Dios.
Ante todo, cada creyente necesita involucrarse en
las necesidades de los demás. La motivación espiri­
tual es estimulada y descubierta cuando la persona se
concentra en las necesidades de otros, y no en lo que
ha de ser su ministerio. Tener corazón de siervo, lo
cual es esencial para todo en el reino de Dios, es un
requisito previo para descubrir el lugar que le corres­
ponde a uno en el cuerpo.
Luego, tenemos que recordar que cada persona es
única, tanto en lo individual como dentro del Cuerpo
de Cristo. Ninguna otra persona puede llenar el lugar
que Dios tiene para usted, y usted no puede llenar el
lugar que le corresponde a otra persona. Por tanto, no
trate de imitar el ministerio de alguna otra persona.
Una persona que imita a otra se vuelve una nulidad,
¡pues no es ella misma ni la persona que trata de
imitar! En vez de eso, busque, mediante la gracia de
Dios, ser el mejor usted posible.
Además, analice sus actividades presentes. ¿Qué es
lo que le da mayor satisfacción como así también con­
tribuye más al progreso de la evangelización del
mundo?
La fe creativa: Participación en el programa. . . / 119

Y, finalmente, pregúntele al Señor a dónde quiere


El que usted vaya y qué es lo que quiere que haga.
Cada vez que Jesús llamó a alguna persona, no sólo
trató sus problemas y su pecado, sino que también le
dijo lo que debía hacer o a dónde debía ir después. Y
El está dispuesto a hacer lo mismo con cada uno de
nosotros hoy.
Podemos preparamos más rápidamente para recibir
las directivas que El nos dé, familiarizándonos con las
necesidades del mundo, con las estrategias misioneras
y con las promesas de la fe creativa. Tal vez usted
haya sido conmovido por las condiciones horribles de
algún país o de algún pueblo que se mencionan en las
noticias mundiales. No se quede ahí simplemente sus­
pirando y diciendo: “¡Ay! ¡Pobre gente!” Más bien,
comience a orar por esas personas. Continúe leyendo
sobre las condiciones que prevalecen en ese lugar. Si
quiere un desafío, lea la biografía C. T. Studd, por
Norman Grubb. Consiga un buen libro de alguna
agencia misionera como Mission Handbook: North
American Protestant Ministries Overseas (Manual de
misiones: ministerios protestantes norteamericanos
en el extranjero). Allí puede averiguar cuáles son las
organizaciones misioneras, en caso de que haya
algunas, que estén trabajando en ese país, qué tipo de
trabajo están realizando y cómo puede ponerse en con­
tacto con ellos para recibir más información, en caso
de que el Señor le hable para que participe en ese
lugar.
Además, también hallará una lista de escuelas
misioneras que pueden ofrecerle preparación especial
o consejos con respecto a sus intereses particulares y a
su situación.
Es tiempo de involucrarse. Ahora cuando la situa­
ción del mundo se acerca a su nivel de crisis, no debe­
mos retroceder ante el claro mandamiento de Dios:
120 / La fe creativa

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las nacio­


nes. . . ” “Porque os es necesaria la paciencia, para
que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la
promesa. Porque aún un poquito, y el que ha de venir
vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe; y si
retrocediere, no agradará a mi alma” (Hebreos
10:36-38).

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