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¿Enceguecidos

y muertos
de la envidia?

¿Enceguecidos y muertos de la envidia? De la envidia de la mala a la envidia de la buena y a la videncia de la visión


Las preguntas, la teoría y los métodos o caminos
De la envidia
de la mala a la envidia ¿Qué común denominador se puede trazar entre los si-
guientes asuntos: lo que denomino con algo de sorna «de-
de la buena y a la mocratización teológica de las almas», dominante en el

videncia de la visión Derecho de Gentes y en la Controversia de Valladolid de


1551 y 1552; la organización de la estructura de parentesco
en la Colonia signada por lo que he llamado «alquimia
Gabriel Restrepo* del semen» y figurada como pirámide de castas (Restrepo
2000); la relación de Simón Bolívar y de Simón Rodríguez
y por ella del saber del poder y del poder del saber y otro
tanto del estado y de la nación, y si se quiere los arque-
tipos de Viracocha y de Tunupa; la película colombiana
Garras de Oro de 1926; y los melodramas Café con aroma
de mujer1, Betty la fea2 y Sin tetas no hay paraíso3, dra-
matizaciones del complejo problema de la equidad y de
la movilidad social ascendente de Colombia?
La respuesta apuntará a formular una suerte de pau-
ta sexo-eros-tele-teológica derivada de la apropiación del
mito platónico de Pero y Penía, mito del amor, sin la cual
no se explica el acertijo que es Colombia, que alterna por
desgracia con otra del orden del tánatos: pero a diferen-
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*_garestre@gmail. com rio rural sino urbano, pero presenta más tida en más de cien países, ser doblada a la pobreza, aquí fallida, por el amor y
o menos el mismo argumento central del quince idiomas y al contar con al menos por la belleza. Según Wikipedia [http://
1_Una de las más importantes telenovelas melodrama anterior: Betty, una anodina unas veintidós adaptaciones alrededor es.wikipedia.org/wiki/Sin_tetas_no_
y melodramas colombianos que ha dado secretaria de clase media baja, trabaja en del mundo». hay_para%C3%ADso_(Colombia), con-
la vuelta al mundo, producida por Radio una gran empresa de la moda y tras miles sultado el 27 de septiembre de 2012]:
Cadena Nacional (RCN) y difundida 1994 de peripecias une su destino al del dueño 3_Telenovela producida por Caracol Tele- se relata lo vivido por Catalina (María
con libreto de Fernando Gaitán. Gaviota, de la compañía, Armando Mendoza; fue visión y estrenada en agosto de 2006, Adelaida Puerta), una joven de 17 años
una pobre recolectora de café termina estrenada en 1999, logró éxito nacional basada en la novela de Gustavo Bolí- de  edad  de un barrio pobre de la ciu-
elevada al matrimonio, luego de miles de y mundial. Según la Wikipedia (http:// var, no transcurre ya en el campo, como dad de  Pereira,  al cual llegan  traque-
peripecias, con Sebastián, el dueño de es.wikipedia.org/wiki/Yo_soy_Betty,_la_ Café con Aroma de mujer, ni en la ciudad, tos para ofrecer dinero a mujeres a cam-
una gran hacienda cafetera. fea, consultado el 27 de septiembre de como en Betty la Fea, sino en ese limbo bio de favores sexuales. Catalina cree que
2012): «En el 2010 entró al libro de los entre campo y ciudad del mundo del nar- hacerse los senos es prioridad para así
2_Con el mismo libretista, Fernando Gaitán, Guinness World Records como la teleno- cotráfico. Pese a sus diferencias, el melo- poder disfrutar del dinero de los capos
Betty la Fea transcurre ya no en escena- vela más exitosa de la historia, al ser emi- drama sigue la línea de la redención de de la droga, por lo que busca la forma de
cia de la primera, anclada en los mundos de la vida, la y de sujetos, respecto al cual lo demás aparece como una
segunda subyace al mundo del sistema social. multitud de softwares variables, blandos y permutables.
Mi planteamiento es contrario al determinismo eco- Si se requiriera de equivalencias, dicho sistema ope-
nómico, en el sentido de que los intercambios ligüisticos rativo es como el habitus de Bourdieu, un conjunto esta-
y eróticos en la concurrencia social son más decisivos y ble de predisposiciones para la acción, a la vez estructu-
universales que las operaciones numerarias. Pero la res- rado y estructurante o, en otros términos, condicionado
puesta desata más preguntas que soluciones. El camino por la sociedad y condicionante de la conducta futura
del amor está plagado de laberintos: la acción social es (Bourdieu 1988), o como el haz de categorías a priori de
más pasional que racional, incluso si se considera una una sociedad o persona, porque graba los automatismos
racionalidad restringida: la llamada técnica o tecnoló- y el sistema de redundancias desde los cuales se expla-
gica, y con mayor razón una racionalidad expandida: yan y extienden metáforas, metonimias, sinécdoques y
holística, relacionada con la sabiduría y no solo con el en general toda la retórica y la práctica estandarizada de
saber o los saberes. Los desvaríos del amor llevan a lo una sociedad o de un sujeto. Mitos e imaginarios cam-
que Spinoza acuñó como pasiones tristes (Spinoza 1967) bian con tanta parsimonia que parece que no cambiaran
y Hume como pasiones violentas (Hume 1972, tomo se- nunca y por tanto son como la enseña de ese concepto
gundo: 37-38), una gama más multitudinaria que los tan indispensable como problemático que llamamos la
siete pecados capitales canónicos del catolicismo y tan identidad y que interrogamos de modo crítico en este
intercambiable y evanescente como el teatro de la histe- ensayo: uno que demanda la paciencia del lector o de la
ria o la fugacidad y mutabilidad de los electrones. lectora porque en este camino debe hilarse de modo fino.
Cada nación posee sus propios demonios que inten-
ta sublimar, por ejemplo en Estados Unidos la avaricia
Colombia: rompecabezas y ensemble por desarmar
y la codicia transformadas en ahorro y ganancia. ¿Cuál
y por reensamblar
sería la pasión de Colombia es pasión, para hacer la pa-
ráfrasis de la llamada marca país en el gobierno anterior Comprendo el desafío significado por el nombre del pro-
de Colombia? Alguien lo dijo ya y fue el célebre ciclis- yecto de investigación y del libro en el cual se inscribe
ta Cochise Rodríguez: «En Colombia la gente se muere este ensayo: Ensamblado en Colombia. A diferencia del
más de envidia que de cáncer o de infarto». Pero si se hemisferio norte, los países de América Ladina, como la
admite con la sabiduría popular que hay una envidia de llamo por poseer infinitos bordes interculturales y trans-
la buena, es preciso saber qué la diferencia de la envi- culturales, no se caracterizan por un destino manifiesto,
dia de la mala y hacia dónde y cómo puede apuntar la sino por uno laberíntico, tan fantasmal como la Comala
transformación de la envidia de la mala en envidia de la de Rulfo. Y en la mega-complejidad geográfica, bióti-
buena: nuestra respuesta plantea la cosmo-visión de un ca, demográfica, étnica, económica, técnica, económica,
paradigma de eco-bio-sofía (amor a la vida en la casa política, social y cultural se cifra un rompecabezas muy
global), como visión amparada en la sabiduría, una que difícil de ensamblar. Complejo es lo que está plegado
cura la invidencia (envidia como invidere o mal de ojo), juntamente (cum plicare, plegar en conjunto), algo que
supera la evidente envidia de la buena plasmada en la obliga a plegar, replegar y desplegar muchas cartografías,
lucha por el reconocimiento y alcanza la clarividencia lo mismo que a interpretar distintas partituras, cuando
Gabriel Restrepo

como expresión de la visión de lo múltiple y complejo. no a elevar plegarias para salvarse del remolino social.
En el ensayo de resolver estos interrogantes someto En este caso puede decirse que la complejidad de Co-
la teoría dramática de la sociedad a la prueba de reali- lombia es complicada, palabra que proviene de la misma
26 dad, así sea la realidad irreal de los mitos, imaginarios y
creencias. Se trata de una teoría pertinente y relevante
que elaboro paso a paso desde hace muchos años y cuyo conseguir el dinero de la operación, para
tener los senos grandes, sin importarle lo
cuadro conceptual figura como «cuadro número uno», que tuviera que hacer. Con la ganancia de
junto a uno segundo donde trazo a vuelapluma los mo- riqueza y poder, Catalina comienza a pen-
sar que no vale la pena denigrarse a cam-
dos de socialización política de Colombia y que apenas bio de los lujos. Pero cuando lo comprueba
(en el penúltimo capítulo) ya no hay espe-
presento como panorama, porque no es el asunto central ranza, toda su vida está hecha una com-
de este texto. El tema del ensayo concierne a los mitos, pleta basura, debido a todas las controver-
sias que van transcurriendo a lo largo de
como se sitúan en el primer anexo en los mundos de los episodios de la telenovela.
la cultura con las significaciones profundas porque son
como el sistema operativo del disco duro de sociedades
Teoría dramática de la sociedad
La teoría es dramática o teatral, en primer lugar, porque alegres (Spinoza) o en pasiones calmas (Hume), transformación
teoría y teatro provienen de la misma palabra griega que sig- llevada a cabo por los procesos de socialización. Estos se conci-
nifica contemplar a fondo: visión profunda, visión de razón; en ben a partir del intercambio universal en todo lugar y tiempo de
el teatro, intuitiva; en la teoría, razón del entendimiento y de la enseñar (in signum) y aprender (aprehendere, incorporar) en
intuición, síntesis que apunta más que al saber, a la sabiduría. procesos semióticos que traducen el sema en soma y que se or-
En segundo lugar, porque la acción social aparece en el mundo ganizan de modo principal pero no exclusivo en la socialización
como puesta en escena o asume infinitas modalidades del tea- radical o familiar que imprime carácter (Habitus de Bourdieu)
tro: representación, carnaval, tragedia o comedia, espectáculos, por la crianza y por la socialización secundaria formal (educa-
moda, pasarela, vitrina, circo, performance, rituales del poder, ción en todos los niveles), no formal e informal, esta próxima e
juegos de la economía, de la lengua, de la cultura, recreación y inmediata o telemática y mediática.
deporte, belleza. En tercer lugar, porque por ser pueblos mun- La teoría propone tres niveles de interpretación compleja
do miméticos somos histriónicos por excelencia en Colombia. de las sociedades contemporáneas, y entre ellas Colombia. Para
En cuarto lugar, y principal, porque se presta para ordenar de el mundo, la interpretación se centra en el paso de la domes-
modo analítico las dimensiones de la acción social: ticación local del neolítico hace 8.500 años a la domesticación

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Primero: mundos desconocidos, afuera y adentro, que global de la especie en el tránsito contemporáneo en función
obran como Deux ex machina (por ejemplo, 75% de la materia de dos paradigmas, el dominante que se puede describir como
del universo es oscura y no sabemos nada de ella). Segundo: cibernético imperial, cuyo principio es la transformación de
escenarios, que son los mundos de la naturaleza sea inorgánica, energías en información y control, mediante redes, centros
orgánica o «humanizada» (lo que también quiere decir «deshu- que apropian expropiando, lenguaje imperativo, pedagogía y
manizada»). Tercero: Reparto o dramatis personae incluido en administración como amaestramiento, violencias de distinto
los mundos de la vida: sujetos, familias y comunidades. Cuarto: signo: en la época de la soberanía antigua, consistente en el
tramas del drama social, su peripecias, pugnas, enredos o equí- poder de dar muerte; en la era del biopoder, en el dejar vivir
vocos, catarsis, anagnórisis envueltos en el mundo del sistema pero con sujetamiento refinado a través de la producción global
social, organizado en torno a cuatro poderes: político, el que los del deseo siervo. El otro paradigma, marginal en la historia, pero
regula a todos los demás; económico, mediático (imagen y co- con importantes tradiciones, es el eco-bio-sófico, que consiste
municación) y académico (los saberes organizados y escalados en la transformación de energías en sabiduría, mediante tramas,
en la educación formal), que a través de instituciones y campos psicagogia y mistagogía, creatividad y pregunta, solidaridad, éti-
constituye el núcleo central del drama por los conflictos debi- ca de justicia benevolente o del cuidado, devolución y dones.
dos al acceso y apropiación de los actores de la autoridad, la La segunda vertiente de la teoría indaga la formación y trans-
riqueza, la figuración y comunicación; y, por último, los saberes formación de los sujetos en un apareamiento de la ontogenia y la
formalizados. filogenia. Y la tercera interpreta a Colombia como escenario de
Quinto: libretos o guiones o textos: significaciones cultura- pueblos mundos, en función de siete modelos de socialización
les, distinguidas en cuatro órdenes diferenciados de modo ana- de los colombianos según las relaciones entre poder y saber:
lítico, aunque integrados en la acción social: a) significaciones indígena, colonial, señorial, médico-quirúrgico y epidemiológico,
científicas, tecnológicas y técnicas; b) significaciones expresi- tecnocrático, cibernético y democrático. Un tema central en la
vas (lenguajes, estilos de vida) y estéticas (artes, letras, rituales, teoría dramática es la distancia abismal entre el mundo del siste-
juegos y artificios como la fiesta, la moda, la cocina, la belleza, la ma social que es hoy global y los infinitos mundos de la vida, que
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recreación); c) significaciones integrativas que fundan el orden contrastan de muchos modos: el primero es trágico, el segundo
social: ética, moral, derecho y códigos de las relaciones cara a cómico; el primero se rige por el tánatos, el segundo por el eros:
cara, entre ellas las urbanidades; d) significaciones profundas: el primero es monoglósico, imperativo, subordinante, abstracto e
mito, religión, imaginarios, filosofía y sapiencia. impersonal, agregado; en tanto que el segundo es heteroglósico,
La acción social se concibe como juego de pasiones antes con pensamiento en entorno, personal, intuitivo, diferenciador,
que de acciones racionales, siendo estas una pasión desapa- con un lenguaje rico en deícticos, narrativo y audiovisual. El pri-
sionada, o, en otro sentido, una transformación homeopática mero se rige por el ser, el segundo por el estar. El primero es
de pasiones tristes (Spinoza) o violentas (Hume) en pasiones positivista, el segundo romántico e idealista.
raíz latina (cum plicare), aunque lo complejo una vez sean al mismo tiempo mistagogos, que hayan superado
resuelto en pensamiento no ha de ser complicado. el paso por los propios y ajenos infiernos personales y
Pues se trata de traducir la perplejidad (per plectere: sociales.
lo que circunda el plectro, lo que está envuelto a través) Me remito a la etimología francesa de la palabra
en complejidad pensada, es decir, explicar (ex plicare, «ensamblar» como conjunción armónica de partes seme-
desplegar) mediante un texto que despliegue el contexto jantes en un conjunto, aunque el origen común de las
complejo de la sociedad colombiana, así como el sabio lenguas romances se refiera, como en asamblea o en la
filósofo, médico y jurista ladino Maimónides propuso palabra alemana sammel. De hecho la palabra deriva de
en el siglo XII una Guía para Perplejos en esa encruci- simul, de donde viene «simultáneo» y por tanto remite
jada angustiosa del cruce de las culturas árabe, judía y a aquello que se produce cuando las partes se definen
católica, interrogadas entre sí y puestas en cuestión por como un todo que no solo se reduce a la suma, porque
el redescubrimiento de Aristóteles (Maimónides 1956; agrega una propiedad de entrelazamiento (Baumgarter
Kraemer 2010). 1996). El tratamiento de la simultaneidad es correlativo
La alusión a Maimónides no es adventicia, no solo a la condición de multiplicidad que Italo Calvino consi-
porque fuera un prototipo del ladino, el judío sefardita dera como vocación del pensar en este milenio (Calvi-
caracterizado por la metoikesis permanente (Sloterdijk no 1989) y por supuesto entronca con los tópicos de la
2001), el nomadismo y el tránsito de muchísimas fron- contextualidad y de la complejidad y se aproxima a ese
teras físicas, lingüísticas, por tanto culturales, sino por- estado casi angélico del Aleph de Borges que consiste en
que, quizás sin que Gabriel García Márquez lo advirtiera, contemplar lo sucesivo como simultáneo (Borges 1974).
bien podría ser el arquetipo de esa figura liminal que se Teoría de conjuntos, agrupamiento musical, inter-
sitúa entre el adentro y el afuera de Macondo, local y pretación estética: tal vez esas acepciones estéticas, más
global, como se diría hoy, que es el sabio Melquíades. Y que las industriales, sean apropiadas como sugerencias
la clave de Melquíades es como el oráculo de Delfos que de teoría y métodos idóneos para concertar nuestro des-
siempre habla en signos crípticos, como ya lo dijera He- concierto. Y son más apropiadas porque la palabra «en-
ráclito: «el señor cuyo oráculo es el que está en Delfos ni samblar» aplicada a usos industriales quiere decir juntar
habla ni oculta nada, sino que se manifiesta por señales» varias partes o piezas de una máquina o de un dispositi-
(Kirk y Raven 1979: 298). vo o artefacto según un patrón tecnológico creado afuera
Y como Maimónides leyó de lado a lado la cultura y estandarizado, de modo que lo que se realiza con el
de su tiempo, Melquíades leía y escribía al derecho y al ensamblar es una operación mimética sin agregado cog-
revés el destino de Macondo para que la genealogía de nitivo o cultural, en tanto que lo que se quiere ensam-
los Buendía lo descifrara: en vano porque faltaba a la blar en Colombia procede de abajo, de la nacionalidad y
dinastía el saber del amor, que es la otra cara del amor deriva de patrones no tecnológicos que no están escritos
al saber. Lección fundamental para este ensayo, pues si ni patentados.
no se relee a la sociedad colombiana en clave de eros, Y no obstante, la alusión al ensamblaje tecnológico,
como se propone, no se podrá trazar la diferencia entre que es también cultural, puesto que la tecnología es una
lo que los ingleses distinguen como fate y destiny (Bau- dimensión de las significaciones culturales (ver cuadro 1.
man 2000) y en español se puede traducir por destino Teoría dramática de la sociedad), es importante porque la nación
Gabriel Restrepo

fatal contrapuesto a designio o destino libre. Pero esta ta- y el estado han sido hasta cierto punto ensamblados des-
rea religiosa, en el sentido etimológico del relegere que le de afuera. Sin emplear el nombre, es el mismo concepto
asigna el autorizado Benveniste (1983), el acto de releer e idea que el gran Ángel Rama expuso en su magistral
28 el eros implica como lo saben todas las religiones, pero libro La ciudad letrada (1984). La colonial fue una so-
como también lo ha demostrado el psicoanálisis y como ciedad diseñada a distancia y a control remoto, casi por
lo corrobora nuestra dramática existencia, un saber del ello cibernética y virtual. Ahora bien, se trata entonces
polo homeopático antagónico a la eros-bio-sofía, al saber también de des-ensamblar ese montaje para examinar
de la vida a través del amor, por tanto un saber acerca de sus partes y ver de qué modo se han confundido y re-
la muerte que no es otra cosa que la indiferencia de la fundido con aquello que nace y proviene de abajo. Des-
diferencia en un eterno retorno de lo igual, un saber ensamblar es en este caso algo análogo a deconstruir o
tanático, y si se quiere necrofílico y escatológico, pero también a desmontar.
examinado no desde la nigromancia o magia negra, sino Para expresarlo en los términos de otro gran pensador
a partir de la energía creativa del amor al saber y del de América Latina, Rodolfo Kusch, el asunto es explorar
saber del amor. Tarea, pues, propia de chamanes que aquellas zonas de confluencia e interpenetración bastante
complejas entre el ser de Occidente y el estar de la América pues tanto los sujetos jurídicos como la misma ley no
Latina, incluso examinando el tópico que el autor toca de son tan lisos como predica el axioma.
modo magistral de fagocitación del ser por el estar, es decir Asimismo, supone en abstracto que todos podemos
de qué modo la existencia de la nación penetra e inficiona elegir y ser elegidos, pero el principio no es más que un
la «esencia» occidental del estado y de sus formas jurídi- eidos, idealidad simple, dado que en la práctica no su-
cas (Kusch 1999), eso, sin necesidad de apelar a conceptos cede así porque el ejercicio de la política es una especie
como el de lumpen-proletarización de la burguesía, porque de enfermedad que elige a unos para gozar al mandar a
el trueque entre lo de afuera, lo de «arriba» y lo de «abajo» otros y a la mayoría para sufrir el gobierno de ellos.
es más replegado de lo que parece. En cuanto a la igualdad en la teología, Dios se re-
Y esta diferencia, re-ensamblar desde «abajo» como presenta en el Antiguo Testamento como un palíndromo:
algo distinto de ensamblar desde afuera, es crucial, por- «yo soy ese yo soy», con lo cual el omnipotente alcanza
que nuestras claves dominantes de la cultura han sido la condición de todo, pero también y con ello la mise-
de modo predominante durante cinco siglos estéticas y rable estatura de la nada: esto lo sabían muy bien los
religiosas, no científicas, ni tecnológicas, ni éticas, lo místicos pues de Dios sostiene la teología negativa por
que no quiere decir que no lo puedan ser siempre que se vía de apófasis que no se puede saber lo que es, sino
parta de nuestra propia composición, es decir de crear y indicar en cada partícula del mundo que Dios no es lo
afinar nuestros propios instrumentos para un ensamblaje que parece ser, nada de lo que es. Por lo demás, ¿qué

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o un ensamble o asamblea estético e incluso musical, desafía de modo más exótico a la igualdad que el dog-
reconociendo las distintas piezas no solamente las pro- ma de la Trinidad, pues cómo es posible pensar en tres
venientes de un modelo, los pretextos, sino las creadas personas distintas y un solo Dios verdadero, como dice
por lo «bajo», en el humus de la nación, es decir, en la respuesta del inefable Catecismo de Astete?
los nacederos de la nación, los infinitos cronotopos del De modo que lo real —y de lo real aquello más real,
mundo de la vida: en suma, los contextos de las trans- o irreal, según se prefiera, que es la vida— se presenta
fusiones, las con-fusiones o las re-fusiones de los proce- como una sucesión casi infinita de irreductibles diferen-
sos de aculturación o transculturación. cias. Este es el núcleo del giro axiológico realizado desde
Valido con este acento el camino escogido ya hace hace dos o tres décadas del discurso de las igualdades e
mucho tiempo, de modo exacto en 1979, cuando predi- identidades al de las diferencias, aunque deba añadirse
caba la utilidad de no separar la sociología de la ciencia por mesura que lo ideal yace en el vaivén y no en los
de la sociología de la cultura, una apertura que luego se polos opuestos.
demostró crucial en los estudios sociales de la ciencia en El principio de la heterogeneidad radical, como lo
el mundo entero (Restrepo 1981; Restrepo 1993). anunciaba ya el pensador de Königsberg (Kant 1967),
apuntaba a mostrar lo irreductible de lo singular y di-
ferente. Nadie es igual a otro, por mucho que puede ser
Del paradigma de la igualdad al paradigma
semejante, lo que dista de ser igual. Ni los mellizos, ni
de la diferencia
aun los gemelos. Ni mucho menos las medias naranjas,
La igualdad es una indispensable ficción matemática, como se dice de la siempre supuesta y muy problemática
jurídica, política y aun teológica, pero una muy mala complementariedad del amor, ilusión que se presta más
guía cuando se trata de lidiar con la dispareja realidad bien para las constantes riñas y cuitas sentimentales de
del mundo social, e incluso físico, que en su fondo se las parejas siempre disparejas. Cada uno de los seres lla-
comporta más como alocado fermión que como aquie- mados humanos es tan único en soma y sema, y por ello
tado bosón. Que uno sea igual a uno es una tautología, tan solitario e incomparable, que ni siquiera el propio 29
por supuesto nula porque el predicado no añade nada sujeto es igual a sí mismo, ni puede comprender muy
al sujeto, pero los cómputos se vaciarían de sentido sin bien cierto inefable mundo que habita en él como resto
ecuaciones que al partir de esta elemental redundancia de su infancia: en el fondo, de esa abrumadora soledad
de operaciones de sentido nulo asciendan a equivalen- imposible de colmar nacen las ilusiones amorosas hasta
cias más complejas. Admitimos entonces que la igualdad que se llega a la inevitable queja: «es que tú no me com-
es una ficción tan necesaria como el cero, esa tardía y prendes», algo que es imposible según el razonamiento
genial invención de los hindúes, pensadores del vacío. expuesto, o emerge de allí la imperiosa necesidad de su-
Que todos seamos iguales ante la ley es un postula- poner a un ser supremo que alcance a ver lo que nadie
do de la Modernidad, uno indispensable para construir ve o, cuando no, el secular y más bien trivial sucedáneo
democracia liberal, pero no deja de ser un meta-relato, en la figura de un o de una psicoanalista que pretenden
saber lo que el pobre o la pobre paciente se oculta a sí del soma para depender como eros de las fantasmagorías
mismo y entregarle cierta dosis de «autoconocimiento» culturales archivadas en el sema, la infinita enciclopedia
luego de incontables pagos. de las figuraciones imaginarias y aun fetichistas del amor.
Si la creatividad es la potencia de la libertad para Esta naturaleza ambivalente, sinuosa, vaga y nebu-
producir diferencia, por ello es cierto que la diferencia losa del amor fue el objeto de uno de los pasajes más
es la máxima expresión de la vida, así como la supre- bellos y profundos de toda la filosofía, expuestos en el
ma indiferencia de lo diferente significa la muerte. La libro El Banquete (Platón 1969), por lo demás por una
diferencia en la evolución de los organismos vivos es mujer en esa rarísima aparición del «bello» género en
equivalente a lo incompleto y solo por la diferencia se el teatro filosófico: Diotima era de contera extranjera y
producen saltos de la evolución: los organismos primi- sacerdotisa de ritos órficos y pitagóricos y acaso, como
genios, los protistos, se reproducían por partición, de Aspasia, la amante de Pericles, experta en lidias tanto
modo que un protisto de hoy es casi igual a uno de hace de sexo como de amor. Una ardua, intensa y ya muy
miles de miles de años. añosa investigación (seguir los vestigios, dice la etimo-
Del carácter diferenciado e incompleto de cada ser logía) me ha llevado a situar el mito del amor narrado
vivo surgen el imperativo de la sociabilidad y el motor por Diotima como la clave más profunda de nuestros
del deseo, a comenzar por aquel deseo de deseos ex- propios mitos arquetípicos y fundacionales, de nuestros
puesto por Spinoza en su visión panteísta: el conatus, el imaginarios más profundos y de nuestras ideologías y
automatismo de cada ser vivo encaminado a preservarse representaciones.
en su ser o en palabras de Spinoza: «El esfuerzo en vir- A demostrar de modo sintético su verosimilitud y
tud del cual cada cosa se esfuerza en perseverar tal cual su extraordinaria prodigalidad heurística se destinarán
es (en su ser), nada es fuera de la esencia actual de di- las siguientes páginas, y las restantes a seguir esas hue-
cha cosa» (Spinoza 1967: 199), y por tanto el horror ante llas, no sin advertir antes, para seguir el hilo de nuestra
esa certísima incertidumbre que es la muerte. Tanto más madeja argumentativa, que dicho mito se relaciona de
en el mamífero erguido, el más demens que sapiens, el modo muy directo con los temas tratados hasta el mo-
más prematuro y desvalido al nacer debido a la neotenia. mento: la búsqueda de la igualdad y la persistencia de
La palabra «deseo» proviene de las voces latinas de side- la diferencia y, dentro de ese caldo de cultivo del amor,
re, mirar a los astros, ya que sus tenebrosas luces fueron el nacimiento de la envidia que se juega entre los polos de
desde el neolítico el mapa de orientación y porque en igualdad y la diferencia y las metamorfosis de sus moda-
ellos se figuraba el destino de hombres y mujeres. Y de lidades, a tenor del subtítulo de este ensayo.
allí proviene de igual modo la palabra «desastre», des
astra, pérdida de conexión con los astros. A través del
El amor como oxímoron
tiempo las estrellas y los astros del firmamento son casi
El amor como daimon. El mito de Poro y Penía
los mismos por su perdurabilidad milenaria, si dejamos
a un lado la idea de que ellos también mueren y la luz Próximo a la poesía y por tanto al mito, Platón razona
que vemos quizás provenga de un cuerpo extinto, pero a través del oxímoron. La palabra «oxímoron» reúne dos
los deseos desde entonces siguen apuntando a otras es- vocablos opuestos: oxi, agudo y, por extensión, veloz;
trellas y a otros astros, solo que son la transfiguración y moron, romo y, por metáfora, lento. Uno de los miles
Gabriel Restrepo

al cielo de aquellos arquetipos y prototipos sociales que de ejemplos de esa figura tan querida para los poetas
cada sociedad piensa como dioses: reyes, emperadores, (tinieblas luminosísimas; sol negro; silencio sonoro) es
guerreros, sacerdotes, profetas, ricos, divas, actrices, en el dicho latino festina lente: «apresúrate despacio».
30 suma: las encarnaciones mundanas del éxito imaginadas Razonar a través del oxímoron se aproxima a la dia-
«arriba» en la escala de la estratificación social. léctica como argumentación a través de opuestos, pero
El deseo tiende a realizarse en el amor. Pero como lo es mucho más fecundo que el canónico recurso filosó-
dicen las canciones de todos los tiempos, el amor es tan fico, porque esta figura, librada de agonismos y antago-
esquivo y tan caprichoso que siempre aparecerá como nismos, como en la retórica jurídica o en la dialéctica
la zanahoria móvil que lleva a correr como locos a los hegeliana y marxista, consiste en un juego de vaivén
conejos tras ellos en las perversas carreras organizadas gracioso y heurístico entre opuestos. La poesía congra-
para deleite y apuesta de esas bestias del espectáculo cia y suaviza lo que enervan los estrados o las querellas
que son ciertos seres humanos. Porque siempre ancilar filosóficas o políticas.
del sexo y este, en la larga época patriarcal, vicario de Platón se sirvió mucho de la argumentación a tra-
la reproducción, el amor no obstante trasciende el plano vés del oxímoron. El extraordinario texto El Político está
construido con la metáfora del arte de tejer y en particu- colombiano Luis Carlos Restrepo (1995), que ya sabe-
lar con la trama que se urde entre lentos (conservadores) mos dónde comienza y dónde termina, como tampoco
y rápidos (revolucionarios): de nuevo, pues, el festina a ese trueque producido en la transferencia psicoanalí-
lente como máxima de la política (Platón 1967). tica entre amor y saber, porque es demasiado desigual,
Pero aquí nos interesan otros dos oxímoron que in- sino casi diríamos un amor-saber chamánico que se ha
voca Diotima como preámbulo mítico a su argumenta- destilado por el iniciado en el paso por la muerte antes
ción filosófica. El daimon, nos dice, figura que no ha de de la muerte o en cualquier caso por la vita nuova o
confundirse con el demonio católico, es por decirlo así la renacimiento radical del sujeto.
encarnación de la unión de lo «alto» y de lo «bajo»: me-
diador entre hombres y dioses, es un mensajero que lleva
El mito humillado, el trasplante a la tierra
súplicas de unos y réplicas de otros: es un dios hombre y
de los pueblos mundos
es un terrenal celeste. Más adelante veremos la relevancia
de esta figura cuando nos ocupemos de modo breve de Por humillado quiero decir aquí situado en el humus, polo
la película Garras de oro, semejante a Metrópolis de Fritz a tierra. La propiedad simbólica de los mitos permite su
Lang, porque combina los dos mitos platónicos: el del ductilidad y su traslación. ¿Cómo llega el mito platónico
daimon y el de Poro y Penía que examino a continuación. al Nuevo Mundo, al continente de los pueblos mundos,
No contenta con esta figuración del amor como una pueblos de desplazados, descentrados y cuasi virtuales

¿Enceguecidos y muertos de la envidia? De la envidia de la mala a la envidia de la buena y a la videncia de la visión


mediación vertical entre lo «bajo» y lo «alto», Diotima la como somos desde entonces, solitarios, hasta que el mun-
refuerza como en cruz con una dimensión horizontal de do terminó por parecerse a nosotros hoy? La vía es muy
alianza de lo distinto a través de uno de los mitos más sencilla, la filigrana es fina: el neoplatonismo de la famosa
prodigiosos de todos los tiempos, el del nacimiento del academia de Florencia. Marcelo Ficino tradujo el Banquete
amor: Poro, Dios por supuesto, representa el poderío, de Platón en 1484 y luego publicó una obra de mucha in-
la riqueza, el exceso, lo supremo; opuesta en todo a fluencia: Dialogo sopra l’amore. Dicha obra fue replicada
él, humana, miserablemente humana, Penía encarna la muy pronto por el sefaradí portugués León Hebreo, quien
indigencia, la necesidad, el vacío, la nada, la pobreza. escribió Los diálogos del amor ya en 1502, solo publicados
Una noche en el Empíreo se celebra un banquete en en toscano en 1535 (Hebreo 1953): ahora bien, lo crucial en
honor al nacimiento de Afrodita: exceso tras exceso, en nuestro camino es la traducción del toscano al castella-
este caso de belleza, a la fiesta asiste el exceso mismo, no por el Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616), una de
es decir Poro. A las puertas del palacio, Penía aguarda las tantas pero decisivas lecturas de Miguel de Cervantes
migajas; se cuela cuando por el exceso los comensales se para componer El Quijote, como en la obra lo atestigua
han embriagado y dormido; se acuesta junto a Poro, lo Cervantes, traducción publicada en 1590, primer libro
calienta y lo incita y se acopla en acto sexual. del mestizo y primera publicación en la cual el Inca se
¿Resultado? Un hijo raro, un bastardo divino y mun- presenta con ese nombre americano para volver con Los
dano, un engendro casi monstruoso por sus extremos diálogos del amor a la lengua primordial, la lengua de
que desafían la anhelada medianía: ¡el amor! Podero- la madre que es la madre de la lengua, o como lo dice
so por su padre, cuando parece devenir a la plenitud Joyce, citado en Max Hernández refiriéndose a la madre
paterna, el amor que arrastra la condición materna se Inca: «Garcilaso’s indian mouther», significando con el
humilla para empobrecerse. Dialéctica prodigiosa, me- neologismo la boca y la madre (Hernández 1993: 183).
táfora de una permanente transmutación como la del Es decir, para volver como el salmón en su madurez al
Ave Fénix que resurge de sus propias cenizas. El gran lugar del nacedero, la matria indígena.
filósofo Lyotard empleó la metáfora, a tono con la pre- La traducción del Inca Garcilaso es paradigmática 31
dicación de Diotima, para figurar el dinamismo de la porque el bastardo peruano fue uno de los primeros es-
filosofía que, como se sabe, es en su etimología amor al critores mestizos, y ¡qué formidable escritor! De madre
saber (Lyotard 1989), pero que cuando arriesga la hybris noble indígena olvidada en primera etapa de su vida por
o demasía y arrogancia de un saber absoluto se humilla adherirse a la parafernalia del padre español, que ni lo
como Sócrates para decir que solo sabe que no sabe reconoció ni lo repudió, el escritor tratado como pobre
nada. Empero, ningún comentarista que yo sepa ha ex- sudaca en España retornará ya maduro y hasta cierto
traído una lección primaria de la enseñanza de Diotima punto desengañado del mundo del padre para tornar a
en el célebre libro de Platón: que el amor al saber (filo- la lengua y cultura de la madre. Diálogo casi imposible
sofía) se engendra mediante el saber del amor, un saber entre dos mundos, el nuevo desgarrado Telémaco entre
que no se reduce al Derecho a la Ternura del psiquiatra una invadida Ítaca y un lejano mundo mediterráneo, el
español, intentará zurcir el mundo matricial incaico y Pero como la leyenda negra es más popular y di-
el patriarcal español: el punto de inflexión exacto fue fundida en nuestro medio, valga abrazarse un tanto a
su ejercicio de traducción de los Diálogos de amor en la leyenda rosa para validar algunos temas que dicha
el cual el escritor halló el eslabón propio para tejer su leyenda resalta contra la arrogancia inglesa que urdió la
escritura como diálogo de dos mundos, según lo aquilata leyenda negra con los instrumentos mismos de la Coro-
una excelente biografía (Hernández 1993). na al incautar las Noticias Secretas de Jorge Juan y Anto-
El Inca además de servir de primer arquetipo ameri- nio de Ulloa: porque el libro que resumía de modo muy
cano de esa gran figura en la cual nos reconocemos hoy crítico su misión en Iberoamérica, como portavoces es-
todos en el mundo, Telémacos glocales, entre el telar y clarecidos de la Ilustración española demasiado débil en
la economía lugareñas que se deshacen cada noche y las el fondo cansino de una España detenida, y destinado a
nuevas aventuras crematísticas troyanas, es además la describir las fallas del sistema colonial y las debilidades
perfecta reencarnación del mito de Poro, figurado en la de las defensas frente a potencias rivales, fue incautado
potencia del teniente invasor que fue su padre, y de Pe- cuando los ingleses tomaron la nave en la cual retorna-
nía, la pobre aunque noble madre cuzqueña. ¿Qué más ban a España (De Ulloa y De Ulloa 1826). De modo que
queda sino un amor bastardo, inquieto, casi imposible, la crítica de españoles esclarecidos a la España detenida
impar de ese símil tan disímil a sus padres que es un ofició como fuente de la propaganda antiespañola de la
hijo natural hecho casi contra natura, cual náufrago en nueva potencia. Las Leyes de Indias prefiguraron los de-
el vaivén entre aquende y allende? rechos humanos al menos en su idealidad y del mismo
Poro por su padre español invasor y Penía por su modo el sistema de pesos y contrapesos en la distribu-
madre indígena, el Inca revela en su periplo la potencia ción del poder. La América Ladina no es solo «cloaca»
del amor, pero también su impotencia, en suma, la con- del universo, como decía Bolívar en alguna parte, antes
dición humana desde esta América Ladina tan plena de de que se hablara de las venas rotas de este suelo, sino
bordes y de fronteras culturales. incubadora y partera de mundo y de utopías. Y aunque
sea verdad que las leyes fueron más ideales que reales,
como suelen serlo todas, al menos el español a diferen-
La incorporación del mito del amor
cia de antiguos imperios obró con escrúpulo.
en la «democratización de las almas»
En la Controversia de Valladolid, el dominico Fray
y en las Leyes de Indias
Bartolomé de las Casas se enfrentó a los teólogos de la
Pero se pudiera argüir con razón que la obra del Inca guerra justa encabezados por el padre Sepúlveda. No me
por ser literaria pertenece a un mundo casi esotérico interesan tanto los debates como el resultado: gracias a
como para calar en la configuración de nuestra existen- un principio teológico que yo denomino «democratiza-
cia como pueblos mundos. Síntoma o indicio, algo más ción de las almas», es decir, el conceder ese atributo in-
debe operar en el fondo, pues los escritores podemos tangible (pues, ¿qué es el alma?) a «indios» y a «negros»,
figurar en antologías o historias de la literatura, ornato las castas americanas se diferenciaron de modo rotundo
de cultura, pero no regimos el habla y el estar del pueblo de las hindúes, de las que solo tomaron el nombre.
—¡por fortuna!—, antes bien nos servimos de su riqueza A diferencia de la separación rígida entre las castas
como parásitos. Y ese fondo no es otro que el sólido hindúes en tres dimensiones cardinales de los estilos de
Gabriel Restrepo

suelo teológico y jurídico manifiesto en la Controversia vida: comensalidad, cohabitación y copulación4 (Weber
de Valladolid y en las Leyes de Indias, las cuales recogen 1958), el principio teológico mencionado abrió dos vías
las Leyes de Burgos de 1512 y las Leyes Nuevas de 1542, de salvación intramundanas: una sexual y otra educativa
32 más otras posteriores.
Por brevedad no me detengo en las Leyes de Indias.
Baste decir que si se quiere asumir una ética de respon- 4_Una glosa muy extensa sería necesa-
ria para rastrear las fuentes y las conse-
sabilidad con la historia y por tanto con la política y no cuencias de estos conceptos. Digamos
una ética de convicción, es preciso esquivar el Escila de que entre los sociólogos quien más se
aproxima a la antropología en el examen
la leyenda negra y el Caribdis de la leyenda rosa. Ambas de los llamados estilos o modos de vida
es Max Weber, aunque para fines distin-
son tales, leyendas, mejor aún: propagandas de impe- tos a los etnográficos, pues en la arqui-
rios diseñadas para ingenuos. Y el pensador que lo sea tectura general de su obra eran crucia-
les más bien para examinar su relación
de verdad debe desatar ese nudo gordiano donde están con la religión (por ejemplo, el tabú, la
dieta, el prestigio, el carisma), la cultura
atrapados apocalípticos e integrados, para emplear el ra- en general, la estratificación y su relación
zonamiento lúcido de Umberto Eco (Eco 1993). con la economía. La palabra connuvium,
o, mejor, catequística. Y aunque sea verdad que la Co-
rona española o, mejor, castellana, intentó impedir una
fluidez entre las castas, las prohibiciones más tajantes
correspondían a lo que se puede llamar el decoro y el
decorado, atuendos y en suma fetiches indispensables
en una sociedad espectacular como la barroca para ase-
gurar la pureza de la distinción, según el concepto y el
tratado del asunto muy lúcido de Bourdieu (Bourdieu
1990), pero no caló en la sexualidad sino en la aparien-
cia, la misma sociedad ladina o retorcida tipificada por
los encomenderos cuando decían ante la promulgación
de las Leyes Nuevas: «se obedece, pero no se cumple». Imagen 1_Pyramid of Capitalist System [«La pirámide del sistema capitalista»],
Justo esa indiferencia de las diferencias del decoro está una ilustración de la revista sindical Industrial Worker (EE. UU., 1911)

en la base de una mayor laxitud de la dominación portu-


guesa y quizás también explique por qué el rey lusitano
no tuvo el empacho muy castellano de residir en la Co- Solo que en el caso de la imaginaria pirámide de
lonia ante la invasión napoleónica. las castas coloniales el asunto es mucho más serio y

¿Enceguecidos y muertos de la envidia? De la envidia de la mala a la envidia de la buena y a la videncia de la visión


Pero en toda ladinoamérica (como la llamo), sea complejo, es decir, plegado y replegado a tono con la
con la impronta de Portugal, sea con la de España, la mentalidad barroca, con tantos velos y construcciones
única revolución exitosa y la más duradera y profunda interiores dentro de construcciones interiores como los
de nuestro devenir fue la que constituyó nación, como palacios islámicos para guardar un secreto dentro de una
quien dice, matria, nacederos de la nacionalidad, pues caja de secretos:
esta fue carne y hueso, contante y sonante, antes que la
patria surgiera como estado hechizo: fue la revolución
Metonimia y metáfora epidérmicas
de abajo, de los vientres, del sexo, de las Penías, quienes
para salir de la indigencia se colaban entre las cobijas («No hay nada más profundo que la piel»: Valery)
de los Poros, las más de las veces de modo «natural» y Esta pirámide es imaginaria porque no hay en lo social
no legal o religioso, en no pocas ocasiones compelidas o nada «alto» o «bajo», «superior» o «inferior», ya que estas
forzadas o violadas, pero luego como un impulso «natu- son solo metonimias usadas a partir de los escenarios
ral», algo que pongo entre comillas, porque fue la apro- del teatro social y entrañan violencia simbólica. Ahora
piación de una suerte de fórceps derivado del control bien, la pirámide matriz abre una panoplia de metáfo-
colonial, de modo que las críos o críos, los salto atrás, ras, metonimias y sinécdoques sorprendente a modo de
las quinteronas, los tente en el aire, las coyotes o los al- feroz enciclopedia social destinada a la «domesticación»
barracinos pudieran ascender en la escala «salvífica» del o «doma» de pueblos mundos en ideales castizos y cas-
blanqueamiento. El trasfondo de nuestro Purgatorio, por tellanos de limpieza polisémica. Nótese además la «bes-
lo menos en la Colonia, no fue la Virgen que distribuía tialización» de la población, su reducción a «naturaleza»
mercedes, sino los varones al dispensar hacia «abajo» el que ha de ser gobernada por los dueños del rebaño. No
semen, en una pirámide imaginaria que pudiera imagi- estamos muy lejos del neolítico, situado a cerca de 8.500
narse como anterior a la que en forma de caricatura se años cuando se roturaron el cielo y el suelo y se domesti-
acuñó para el capitalismo: (imagen 1) caron plantas, animales, esclavos, familia y muertos para
el goce del amo. (imagen 2) 33

matrimonio, pero asociada a elemen- copulación, y, por tanto, cómo funda un


tos más discriminados como en gene- eros como motor de las relaciones socia- «Toponimia moral»: Michel Taussig
ral cohabitación y copulación aparece les y de qué modo entonces convergen
en Economía y Sociedad diez veces y la teología, etnicidad, estratificación, sexo y (Taussig 2002)
comensalidad (cum mensa) siete veces, género e imaginarios y mitos en la orga-
pero este es apenas un indicador superfi- nización de esa suerte de sistema opera- Aquí lo crucial es la superposición del imaginario étnico
cial de la importancia concedida a dichos tivo de nuestra existencia como pueblos
factores de los mundos de la vida (Weber mundos. Y si el eros es el centro, la envi- (una construcción cultural al fin y al cabo) con el espacio
1977). Lo que nos parece crucial en este dia es la tangente de la esfera del amor, real e imaginado, un espacio definido con la proximidad
caso es examinar en la Colonia de qué su desviación dolorosa.
modo una definición teológica incide en o lejanía respecto a la metrópoli, lugar de salvación: ya
la configuración de los mundos de la vida
a través del encuadre de la sexualidad,
que una característica de nuestro devenir es que el centro
de la comensalidad, la cohabitación y la siempre está fuera: somos pueblos desplazados, excéntri-
«TOPONIMIA MORAL»: MICHEL TAUSSIG
LO EURO O NOR/AMERICANO (TAUSSIG, 2002)

ALTIPLANICIES O PUERTOS A ULTRAMAR


(Español, europeo, norteamericano)

LO CRIOLLO

LO CRIOLLO

Primerones
Segundones
LO MULATO Tente en el aire LO MESTIZO
Salto atrás
... LO MULATO LO MESTIZO
VERTIENTES
Barcino
Coyote
Lobo
...
LO AFROAMERICANO LLANURAS BAJAS
LO BÁRBARO
INDOAMERICANO
LO ZAMBO LO AFROAMERICANO
LO SINIESTRO-LO UNGEHEIMNIS LO BÁRBARO
STRAMBUS, LO TORCIDO, ZAMBAIGO INDOAMERICANO
LO ZAMBO
LO SINIESTRO-LO UNGEHEIMNIS
STRAMBUS, LO TORCIDO, ZAMBAIGO

Imagen 2_Pirámide 1 Imagen 3_Pirámide 2

METÁFORA RELIGIOSA METÁFORA DE LAS FACULTADES


CIELO , PARAISO RAZÓN
Saber absoluto, verdad, bien, belleza

LO CRIOLLO LO CRIOLLO

LO MULATO LO MESTIZO LO MULATO LO MESTIZO


PURGATORIO ENTENDIMIENTO
Astucia

INFIERNO SENSIBILIDAD
Psiones «bajas»
LO AFROAMERICANO LO AFROAMERICANO
LO BÁRBARO LO BÁRBARO
INDOAMERICANO INDOAMERICANO
LO ZAMBO LO ZAMBO
LO SINIESTRO-LO UNGEHEIMNIS LO SINIESTRO-LO UNGEHEIMNIS
STRAMBUS, LO TORCIDO, ZAMBAIGO STRAMBUS, LO TORCIDO, ZAMBAIGO

Imagen 4_Pirámide 3 Imagen 5_Pirámide 4

cos y virtuales. Por lo mismo no somos donde estamos, ni la propiedad del ladino. Y el pueblo «llano» es pura afe-
estamos donde somos, porque el pensamiento es alquila- rencia, sensibilidad, pasión en el sentido que desdeña
do y el cuerpo es el ventrílocuo del amo. (imagen 3) una razón «elevada». (imagen 5)

Metáfora religiosa Metáfora corporal

Por supuesto, el referente clásico es La Divina Comedia, La metáfora de la política, o mejor, del cuerpo político
de Dante, con toda su codificación simbólica del mundo con el cuerpo humano proviene de La República de Pla-
clásico pagano y hebreo, refundada en el catolicismo tón, en la cual el rey es cabeza, los agricultores tronco y
Gabriel Restrepo

medieval. El entronque con nuestra argumentación cen- los guardianes pies. La cascada de significaciones deri-
tral es por tanto el camino del amor, solo que vale unas vadas de esta matriz es innumerable, por ejemplo cabe-
preguntas: ¿cuál es el amor que ha de curarse y procu- za, capital (alfabeto), capital (ciudad), capital (dinero),
34 rarse para acceder a qué paraíso? ¿Qué alianza de qué capítulo, capitulación, capitel, en tanto que, por ejemplo,
Poro y qué Penía? Y a la vez: ¿por qué la equivalencia de tronco asocia a estómago, gula, lujuria; y pies a rastrero,
zambos, afros e indios con el infierno? (imagen 4) sucio y muchas otras. Como el trabajo manual compone
las artes serviles, las liberales son cabeza y las de pies
esclavas. (imagen 6)
Metáfora de las facultades

El punto de partida es la sagrada trinidad de la Grecia


Metáfora de la cadena trófica
clásica de Verdad, Bien, Belleza, atributos del summun
bonun y por ello de una Razón Absoluta, reciclado en El orden social que es construido mediante complejas
el catolicismo medieval por Santo Tomás como El Sumo elaboraciones simbólicas, entramado como imaginarios,
Bien. El entendimiento es cálculo, pero además astucia, figurado como emblemas (escudo), razonado como
METÁFORA CORPORAL METÁFORA DE LA CADENA TRÓFICA
CABEZA DOMADORES Y PREDADORES
Águila

LO CRIOLLO

LO CRIOLLO
Leones y leopardos

LO MULATO LO MESTIZO
TRONCO LO MULATO LO MESTIZO
FAUNA INDIGENISTA
Coyotes, como los denominan,
monos, parásitos

PIES
PREDADOS, DOMADOS
LO AFROAMERICANO Semejante a bestias de carga: burros, bueyes
LO BÁRBARO
INDOAMERICANO LO AFROAMERICANO
LO ZAMBO LO BÁRBARO
LO SINIESTRO-LO UNGEHEIMNIS INDOAMERICANO
STRAMBUS, LO TORCIDO, ZAMBAIGO LO ZAMBO
LO SINIESTRO-LO UNGEHEIMNIS
STRAMBUS, LO TORCIDO, ZAMBAIGO

Imagen 6_Pirámide 5 Imagen 7_Pirámide 6

METÁFORA ECONÓMICA METÁFORA ALQUÍMICA


Corte, burocracia real RUBEDO

LO CRIOLLO LO CRIOLLO
Encomenderos, tierra

¿Enceguecidos y muertos de la envidia? De la envidia de la mala a la envidia de la buena y a la videncia de la visión


LO MULATO Comerciantes, LO MESTIZO LO MULATO LO MESTIZO
trashumantes,
artesanonos
ALBEDO

Esclavos, siervos NIGREDO


LO AFROAMERICANO LO AFROAMERICANO
LO BÁRBARO LO BÁRBARO
INDOAMERICANO INDOAMERICANO
LO ZAMBO LO ZAMBO
LO SINIESTRO-LO UNGEHEIMNIS LO SINIESTRO-LO UNGEHEIMNIS
STRAMBUS, LO TORCIDO, ZAMBAIGO STRAMBUS, LO TORCIDO, ZAMBAIGO

Imagen 8_Pirámide 7 Imagen 9_Pirámide 8

ideología, reforzado mediante literatura, puesto en esce- venía empero del trabajo o beneficio de la tierra, agrícola
na por pinturas, procesiones, imágenes, tapices, decora- o mineral, por esclavos y esclavas de la diáspora escla-
dos, arquitectura, escultura, se hace pasar como el orden vista africana y por siervos y siervas indígenas. (imagen 8)
natural de un mundo cíclico: una suerte de evolución
hechiza, anterior a la evolución natural de las especies,
Metáfora alquímica
figura al mando como suprema ave rapaz, a los estratos
«medios» como parásitos y a los «bajos» como animales La alquimia ensaya transformar la escoria en oro, lo cual
de carga o suministradores de energía y diversión, casi puede interpretarse de dos modos: la conversión de la
animales bufones, de los situados «arriba». La doma, es materia física en oro y en este sentido cae en la tragedia
decir, la domesticación compone un orden de clasifica- del rey Midas: hacia allí tiende lo que Aristóteles llamó
ción y de limpieza. (imagen 7) «crematística» y es el camino que ha seguido, después
del medioevo, el capitalismo especulativo. El otro modo
encarna el sentido más auténtico y ético de la alquimia 35
Metáfora económica
que significa transformar la escoria personal en el oro de
El trabajo de la cabeza, rey y reina, corte española, era la sabiduría. La nigredo es el estado de la materia «vil», es
figurar. El del virrey y poderes coloniales, cuidar la ha- decir, en su estadio «natural»; la albedo es el blanquea-
cienda en terreno lejano mediante el derecho, como el miento por obra del fuego algo que aplicado al proceso
de la clerecía por el mito y el rito religiosos. Pensar no espiritual significa la enseñanza del dolor como el gran
era su oficio, más bien consistente en ser contemplados maestro interior para alcanzar entendimiento; y una ma-
en el caso del poder y contemplar en la religión. El co- yor energía se requiere para llegar al estado de la rubedo.
mercio interior era ejercido, lo mismo que el cuidado de Dos conclusiones parciales se imponen, antes de
las haciendas, por comerciantes y encomenderos criollos, continuar nuestro camino: la primera, el orden social,
la mayoría blancos, algunos mestizos; toda la riqueza pro- aquello que estimamos como algo tangible, sólido, inclu-
so en ello casi tan firme como la naturaleza, es cuando formal, no formal o informal, poco importa), en el mito
se lo observa a fondo una sutilísima trama de símbolos del amor como hijo de Poro y de Penía, del exceso y del
y creencias, casi del orden de los sueños. La segunda: defecto, traducido en este caso al intercambio de saber
nuestro devenir ha dependido de un primer motor o de y sabiduría (propios, se diría, de los adultos, aunque…)
un primer principio para emplear términos de la metafí- por energía (propia de los jóvenes, aunque…). En otros
sica aristotélica: el sexo. Y luego, esa cosa tan indefinida términos, la educación se regiría, idealmente al menos,
que llamamos amor, que es del mismo orden tan lábil por la frase subyacente a la gran Diotima: el amor al
como los sueños. (imagen 9) saber (philo sophos) como saber del amor: en cualquier
caso, una relación como la que propone el psicoanálisis
en la transferencia analítica de intercambio entre amor
Patria y matria: los dos Simones, Bolívar Viracocha
y saber, algo tan ideal que debemos certificar muchas
y Simón Rodríguez Tunupa
veces que eso no es más que ideal.
Muchas veces he narrado la historia de los tres huerfani- En el acto pedagógico de los dos simones, el vete-
tos y de los cuatro Simones y no me molesta hacerlo una rano joven (adviértase el oxímoron) Simón Rodríguez
vez más para extender y profundizar su sentido (Restrepo asume el papel de Poro, el exceso en el saber, y el infante
2010). Es como un cuento de hadas para examinar de Bolívar la posición de Penía, la carencia. Después del paso
otro modo más encantador el principio de nuestro estado. por París y del juramento del Monte Aventino, a partir de
Érase un primer huerfanito, que lo fue de padre y madre las guerras emprendidas por Simón Bolívar, con todo lo
antes de los siete años. Como poseía patrimonio, los fami- infausto de ellas, como la cobarde entrega de Miranda por
liares lo encomendaron a la guía de otro huerfanito, que parte de Bolívar a los españoles, los papeles se invertirán
le llevaba cerca de catorce años. Y este huerfanito orientó y de un modo trágico, según se verá. Es que la guerra ma-
al primero en términos del libreto de un tercer huerfanito. dura más que el periódico a los aguacates verdes o biches,
Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Jean Jacques como se dice, y muy a menudo los madura tanto que los
Rousseau, los tres huerfanitos, pre-cursaron cinco esta- pierde porque se pudren, como se pudre muchas veces
dos en el acto pedagógico iniciado mucho antes de atis- Colombia en el hedor de guerras y guerritas.
barse la independencia. Decir patria, como lugar de los Para examinar este tremendo cambio de papeles y
padres, es decir estado: y aunque se diga «la» patria, el de hábitos, conviene un breve rodeo. No es un azar que
concepto es tan masculino como el estado, por lo menos Jean Jacques Rousseau vistiera de armenio, traje basto
en la larga tradición patriarcal. que envuelve al cuerpo como ropaje de mujer, ni que
Otra cosa es la matria, neologismo que se impone tejiera, algo que sorprendía en las reuniones sociales o
en el deshielo del patriarcalismo. La matria es igual a la en los salones de nobleza y burguesía. Se sabe desde la
nación. Como se sabe, nación y nacional provienen de Ilíada y la Odisea, con el tejido de la epopeya y con el te-
nacer, así que la matria son los infinitos lugares de un jido de Penélope, pero aun antes con el mito del telar de
territorio acotado por el estado donde nacen los nacede- las Parcas, lo que significa el tejer, oficio por excelencia
ros: del agua, del sol, de la vida vegetal, de la vida ani- de la mujer. El extraordinario libro El Político de Platón
mal, de la vida humana, de la lengua y de la cultura. Son es una pródiga variación de las metáforas que surgen
los lugares que ha cantado el romanticismo, de Novalis del tejer (Platón 1967): no solamente se trata de que el
Gabriel Restrepo

y Rousseau o Coleridge a Hölderlin, a los simbolistas y a texto sea un tejido en su etimología, sino que Platón usa
Yeats y en nuestra nación por el inigualable Aurelio Artu- el arte de tejer para entrelazar otro oxímoron genial: la
ro. Son los topos propios de los mundos de la vida social, lentitud veloz y la celeridad lenta, como el arte supremo
36 tan diferentes a los mundos de los sistemas sociales (ver del político para conciliar los extremos sociales de refor-
cuadro 1). Son los mundos en suma de la sexualidad y del madores y de conservadores. Los latinos llamaron a este
amor. La matria es la madre tierra como lo expresan oxímoron festina lente, apresúrate despacio, y Napoleón
las sabidurías milenarias de todos los tiempos y de las lo vulgarizó con su expresión al edecán: «vístame des-
cuales hay profusión en la bendita Colombia. La matria pacio que estoy de prisa». Ahora bien, no sería una ocu-
elevada a orbe es matria mundo, o como decían los al- rrencia pensar la lentitud como una cualidad femenina
quimistas anima mundi, el alma del mundo, o como que el político, también guerrero y por tanto veloz, ha
dirían los koguis, la aluna universal. de incorporar para evitar precipitaciones.
Cuando Rimbaud expresa en una queja una ver- Pero entre los mitos de los koguis hay un mito y
dad profunda: «ah, si la juventud supiera y si la vejez una práctica que develan muy bien lo que queremos
pudiera», funda el principio de la educación (familiar, significar al ponderar la imagen de Rousseau como te-
jedor o su vestido de armenio (algo semejante ocurrirá con un uso en los modelos culturales indoamericano o
con Tolstoi, vestido de mujik): hombres y mujeres hilan, afroamericanos. Bolívar es la encarnación de Viracocha.
pero lo hacen en forma contraria: las mujeres de adentro Así lo representa por lo demás el poeta J. J. Olmedo en el
hacia afuera, los hombres de afuera hacia dentro. Ahora famoso y polémico Canto a Junín, uno de los primeros
bien, si ambos hilan, solo los hombres tejen. Al analizar poemas épicos de América Latina: Bolívar es el sol, al
este mito (Restrepo 2007), encuentro de una enorme que el poeta ruega que no olvide a los pobres deshereda-
elocuencia simbólica este efecto de hilar de afuera hacia dos incas. Este poema ofuscó a Bolívar quien lo maltrató,
dentro y esta exclusividad del tejer de los hombres: es la a diferencia del gran elogio de Andrés Bello, a mi ver más
ley de la madre que obliga al retorno y a la devolución justo (Olmedo 2010). Es en suma el poder de la guerra
y pagamento, o en otros términos a no apartarse por y del guerrero, que suele ser un poder injusto y despia-
aventuras guerreras de la madre tierra, es decir, de los dado, un poder desalmado en tanto es un poder armado.
nacederos, de los mundos comunitarios de la vida social. Otro asunto muy distinto es el del poder del saber.
Toda la vida y la obra de Rousseau llevan el sello Este es el que han encarnado grandes hombres desarma-
de lo femenino. ¿Qué es El Contrato Social sino un pac- dos, pero con alma monumental: Lao Tse, Sócrates, Cristo,
to donde el poder del estado se acerca y se confunde Buda, Kant y tantos más. Simón Rodríguez lo encarnó a
con el de la comunidad, por lo que se realiza el pacto la perfección. El suyo es un saber ambulante, raizal, un
social bajo un árbol, una encina, a escala local? Es de- saber humillado porque ronda el humus, abreva de los

¿Enceguecidos y muertos de la envidia? De la envidia de la mala a la envidia de la buena y a la videncia de la visión


cir, donde la patria o el estado son la misma matria. La nacederos de la vida. Ahora bien, en ello Simón Rodríguez
Revolución Francesa tomará este legado del ginebrino reencarnó el arquetipo de la deidad inca proveniente de
al exaltar la igualdad y la libertad de los nacionales con los vencidos y asimilados aimaras llamada Tunupa, una
el término de fraternidad, algo problemático porque en- deidad, téngase muy en cuenta, que unos consideran
tonces permite acuchillar a los no nacionales, concepto masculina y otros femenina, en suma un ser andrógino
pues biológico que debería sustituirse por uno abstracto como los chamanes: una suerte de divinidad de los na-
como es la solidaridad. cederos y de los caminos, como Elegguá en la religión
Como sea, el huérfano de madre que huye de su yoruba. Tunupa es un dios raizal que sufre, lidia con el
ciudad natal halló refugio donde Madame Warens quien caos, porta una cruz, la del tawansituyo que ha de religar.
lo acogió como a huérfano. Rousseau la llama en Las Con- Es imperdonable el descuido de Simón Bolívar res-
fesiones «la maman» (Rousseau 1963, tomo I). Y no es pecto a su maestro, un ser que debiera merecer la apo-
un accidente raro en uno de los mayores escritores de teosis y no el olvido, porque debiéndole tanto el liber-
ficción del mundo y uno que usó lo ficticio para pensar la tador, jamás, jamás de los ningún jamases pidió ningún
sociedad, que su madre real haya sido para él un fantas- favor, ningún dinero, ninguna posición. Por el contrario
ma, es decir, algo irreal, mientras que su madre putativa, fue vejado por Sucre. Y el mismo Simón Bolívar se dejó
es decir, ficticia, pues putare significa pensar o creer, se obnubilar por Lancaster (esa manía de adoración al
haya transformado para él en lo más real. Y justo por extranjero), a cuyo matrimonio de gala asistió, siendo
ese rasgo, sino fuera ya por muchos otros, Rousseau es el método del cuáquero inglés repetitivo, memorístico,
uno de los pensadores que mayor cala en América Ladina, propio para formar súbditos y vasallos y no ciudadanos,
pues somos pueblos donde lo virtual deviene real y lo real a diferencia del método avanzadísimo de Simón Rodrí-
ficticio. Y poseemos la ventaja de que Simón Rodríguez guez quien se quejaba de que «aquí se han formado re-
lo encarnó y enriqueció de modo original, él que por ello públicas sin ciudadanos», y quien insistía al decir: «más
mismo repetía en vano: «O inventamos o erramos». nos vale entender a un quichua que traducir a Ovidio»,
Pero antes de proseguir la historia de los tres huer- él que debió amar muchísimo a Ovidio y a los poetas 37
fanitos es preciso dar paso a la de los cuatro Simones. latinos. Lo cual devela que en el fondo el proyecto li-
Cuando se unen el saber del poder, en este caso Simón bertario fue diseñado para sustituir unos amos por otros
Bolívar, y el poder del saber, aquí Simón Rodríguez, qué cercanos y no para construir una democracia incluyente.
energía, qué progreso. Pero veamos en qué consiste la De la triste y trágica separación de los dos Simones,
diferencia. El saber del poder es el saber altivo, arrogan- de la imposibilidad de la traducción serena del poder del
te, el saber del estado, el saber que suele olvidar sus saber en el saber del poder, de la falta de congraciar al
raíces humildes y entonces se precipita en la hybris, ca- estado y a la nación, a la patria y a la matria, al mundo
rente de freno, de lo que los griegos llamaban soproshyne, de los sistemas sociales y a los mundos de la vida en el
templanza. Una variante conviene para el caso y es el amor al saber por el saber del amor, de la ausencia de en-
empleo de la idea de arquetipos de Karl Jung, solo que lace entre Poro y Penía, se derivan los otros dos Simones:
Simón el bobito, para significar las patrias bobas por las fatal y destino libre: se pudiera indicar que Melquíades
guerras fratricidas, y Simón simonía, para mentar la co- sabía tal diferencia, no así los otros protagonistas de la
rrupción como robo de dineros sagrados del estado que novela, dado que sus pasiones tristes les impedían mi-
deben revertir al enriquecimiento de la nación. rar y alcanzar visión, pese a que veían: el mismo efecto
Bolívar lo había prefigurado en el soberbio discurso de no mirar viendo que se advierte en Crónica de una
de instalación del Congreso de Angostura el 15 de febrero de muerte anunciada, en la cual el efecto trágico obedece a
1818, a menos de seis meses de la Batalla de Boyacá. Sin la existencia de un saber que no sirve para nada, porque
duda, pese a que en el discurso no se mentara a su maes- es impotente para prevenir una muerte posible. Como
tro, la pieza oratoria parecía permeada por él. El discurso quien dice, para abundar en las metáforas del ojo, una
es lo mejor de Simón Bolívar, menos quejoso y más denso mirada que se hace la de la vista gorda. Y todo ello con-
que la famosa Carta de Jamaica. En suma, Bolívar indica duce a la hecatombe.
con Rousseau que si no se funda la soberanía política Ruptura de amor, como la experimentada en la
en la educación del soberano, acostumbrados a guerras separación de los dos Simones, Simón- Bolívar-Viraco-
largas y cruentas se emprenderían guerras fratricidas. Lla- cha-estado-patria-saber del poder, Poro, y Simón Rodrí-
maba a erigir la educación como un cuarto poder público, guez-Tunupa-nación-matria-poder del saber, Penía, no
al que llamaba poder moral de la nación y que hoy prefe- obstante la vocación por el amor subsiste y persiste y se
riríamos denominar el poder ético de la nación. anuncia y ofrece como cura ante nuevos desgarramien-
La genial idea nunca volvió a mencionarse. Quedó tos. El mito de Poro y Penía, quebrado en la relación
congelada en el paso por Pisba, es decir, entumecida sagrada de la maestría no amaestrada del poder y del
por el automatismo guerrero, el antiguo y los nuevos, da saber, reaparece de modo más directo, aunque no se lo
igual y mermada por la mimesis del amo de los nuevos mencione, en una de las primeras películas colombianas,
mandamases criollos Garras de oro, y como una respuesta a la herida narcisis-
ta que dejara la amputación de Panamá5.(Imagen 10)
No me detengo por razones de espacio y de tiempo
La reconstitución del mito de Poro y Penía tras el tajo
en resúmenes del argumento, ni en los pormenores de
de Panamá en la película Garras de oro
una película cuyo director es incierto todavía, pese a lo
Drama colectivo el de la separación del poder del saber que dice la ficha fílmica, ni siquiera pongo por ahora
y del saber del poder: ¿no radica en ese vacío producido cuidado en los nombres de todos los personajes, ya que
por la no circularidad del amor al saber y del saber del en el instante me importan las funciones tras la masca-
amor el limo donde Gabriel García Márquez erigió su rada. Lo que me interesa subrayar es que en respuesta
obra cumbre: Cien años de soledad, o mejor, dos veces a cierto sentimiento favorable a los Estados Unidos que
Cien años de soledad? Pues lo que la obra denuncia es pudo florecer en especial en el suroccidente colombiano,
la ausencia radical del amor, perdido entre las guerras, y con epicentro en Cali, herido a fondo por el arrebato
las necesidades, las excentricidades y la reducción de la de Panamá, la película se encamina a restaurar algo de
alquimia del amor a la burda materialidad de los espe- confianza con la cara buena del imperio (las palomas),
jismos de los pescaditos de oro. De la merma entrópica justo en la época en la cual Marco Fidel Suárez, el últi-
del amor deriva el estropicio, ya anunciado por las colas mo y extemporáneo presidente gramático, pronuncia su
Gabriel Restrepo

de marrano que designan la fatalidad de copulaciones Respice Polum, frase pragmática, pero muy equívoca (ya
incestuosas. Los personajes de la dinastía, signados por que hay dos polos, no uno), para acomodarse a la inevi-
la reiteración de las dos letras iniciales del alfabeto, Au- table realidad del magnetismo de la potencia meridional.
38 relianos Buendías, es decir, abecedarios, se demuestran
incapaces de proseguir la lectura de su destino hasta el
final del alfabeto. El metro que permite medir la longitud 5_Debo la atención a esta película al amigo durante mucho tiempo, hasta que el his-
Romeo Góngora, artista de origen guate- toriador Jorge Orlando Melo hallara refe-
de la soledad y de la ausencia de amor es Melquíades, malteco radicado en Canadá y quien rea- rencias a ella en los archivos del Depar-
el sabio glocal, siempre ubicado entre adentro y afuera. liza con patrocinio en Berlín una serie de tamento de Estado de Estados Unidos:
performances en América Latina, uno Yamid Galindo Cardona, «Garras de Oro:
Como si desde ese anagrama semejante a un capicúa de ellos en Colombia con el tema de la Un film silente y político sobre la pérdida
película Garras de Oro, otro en Córdoba de Panamá». Colombia Revista Historia
que figura la eme inicial de su nombre leyera al derecho Argentina con la Reforma de Córdoba. y Espacio. Universitat De Valencia. Cali,
y al revés, para adelante en el futuro y para atrás en Tuve el honor de trabajar con él en talle- 2000. Vol. 1, fascículo 20: 119-134. (Archivo
res en la Facultad de Artes de la Universi- en PDF en http://historiayespacio.univalle.
el pasado, el destino de esa región unida a su nombre dad Nacional de Colombia en el segundo edu.co/TEXTOS/20/Articulo6.pdf). Nazly
semestre del 2011. El mismo Romeo llamó Maryith López Díaz. «Miradas esquivas a
por la letra inicial, Macondo. Zygmunt Bauman (2000) la atención en torno a la bibliografía una nación fragmentada. Reflexiones en
ha recordado la diferencia entre fate y destiny, destino sobre esta película que pasó desconocida torno al cine silente de los años veinte y
En segundo lugar, Paterson es Poro: es el exceso
bueno del imperio, su sentido de los derechos humanos,
su vocación por la democracia, pero también su riqueza
y su potencia. Y Berta a la vez personifica, como Penía la
herida, la falta, la orfandad, la impotencia, lo amputado,
lo carente. De la consumación del amor entre el todo
—Poro, Paterson, el Estados Unidos bueno— y la nada
—Penía, Berta, Colombia— resulta el amor, figurado en
la película por los retoños rubicundos (nueva alquimia,
esta vez completa) de la feliz pareja.
Lo más admirable del asunto radica en una cier-
ta mayoría de edad de la conciencia de Colombia y de
Imagen 10_Garras de Oro América Ladina, ya que estos dos mitos platónicos apa-
recerán un año después en todo su esplendor (por su-
puesto, sin referencia explícita al mito) en la célebre
Bajo aquel fin, la película urde las peripecias en película de Fritz Lang, Metrópolis, de 1927. Dejo para
torno al agonismo entre malos (el USA malo —halco- otro escrito la ampliación de este paralelismo sorpren-

¿Enceguecidos y muertos de la envidia? De la envidia de la mala a la envidia de la buena y a la videncia de la visión


nes— encarnado en Roosevelt) y buenos (Paterson, el dente y extraordinario, para apurar el recorrido del pe-
periodista y detective gringo que apoya la denuncia a riplo anunciado.
Roosevelt —palomas— y la hija, Berta, de un funciona-
rio bajo de la Embajada de Colombia en Estados Unidos,
La universalidad de los culebrones y melodramas
por quien suspira el periodista gringo). Por supuesto,
colombianos
no podía faltar la mujer que se interpone con su envidia
para evitar el romance entre el emisario del Norte y la Ahora afrontamos la respuesta a una de las preguntas
beldad más bien pobre y malherida del Sur, huérfana iniciales: ¿qué emparenta a tres telenovelas colombia-
además porque el padre muere agravando la herida por nas de alcance mundial con los temas tratados hasta el
la pérdida del territorio: corte de patria, corte del padre. momento y en particular con el mito platónico de Poro
Adviértase de qué modo en las peripecias del amor suele y Penía?
anidar la envidia de la mala. Café con aroma de mujer: no solo se trata del esce-
Paterson, el protagonista, asume dos figuras de los nario campesino, sino de uno muy especial, el cafetero,
mitos platónicos mencionados por Diotima de Mantinea: que entroncó a Colombia con el mundo, dio el respaldo
primero, es un daimon, el equivalente terrenal del ange- para la precaria modernización y tejió la endeble clase
loi, es decir, mensajero, pues va del norte al sur y del sur media en uno de los países con mayor inequidad en el
al norte para remendar el amor desgarrado que intentará mundo, que a falta de ese escenario hubiera colapsado:
consumar con su Alianza con Berta, alegórica además ¿y quién sabe si para bien6? Cabe recordar en torno a
de una nueva Alianza entre Colombia y Estados Unidos: esta ironía y así sea de paso una expresión pícara y ge-
obsérvese de paso el sentido doble de alianza conyugal nial de Borges cuando a la oferta de que ingresara a la
y alianza política, y también el sentido religioso de la política alguien le indicaba que ya no había espacio para
Alianza, tal como se deriva ya no del mundo griego sino que las cosas empeoraran, a lo que el escritor replicó: el
del hebraico. espacio es infinito.
39

la puesta en escena de la colombianidad», Colombiano: Ficha técnica: Género: Drama 6_La frase puede ser picante, pero me
Primer Premio ensayo histórico, teórico - Histórico. Idioma: Español. Dirección: P.P. refiero por ejemplo al colapso que desde
o crítico sobre cine colombiano, Alcaldía Jambrina. Cámara: Arnaldo Ricotti (Opera- el punto de vista de la variación histórica
Mayor de Bogotá, Instituto Distrital de Cul- dor jefe), Arrigo Cinotti (Operador auxiliar). hubiera representado que tres grandes
tura y Turismo-Cinemateca Distrital. 2006. Producida por: Colombia: Cali Films, 1926. magnicidios no se hubieran consumado:
Publicado como ensayo condensado en Duración: 55 min. 43 seg., a 18 imágenes el de Uribe Uribe en 1914, el de Gaitán en
Historia y sociedad. Medellín, enero-junio por segundo y 41 min. 47 seg. a 24 ips. La 1948 y el de Luis Carlos Galán en 1989.
de 2009, n.º 16: 189-225. No obstante, los película se puede ver en Youtube: http://
temas centrales de mi interpretación, el www.youtube.com/watch?v=2LInJpP4DTk
mito de Poro y Penía y su coincidencia con (2 de abril de 2012).
la obra cumbre del expresionismo fílmico,
Metrópolis, son del todo originales. En el
segundo texto se reproduce la ficha téc-
nica suministrada por Patrimonio Fílmico
Betty la fea se mueve en otro escenario, no solo dramática plantea de frente que la piedra de toque de
urbano sino más aún, posmoderno, pues es el mundo cualquier sistema social, macro o micro, es la produc-
de la moda: mundo vaporoso, signado por la elasticidad ción de afecto o desafecto, algo que, como veremos, está
de la revolución coloidal, sin tiempo como quiere el pos- relacionado con dimensiones de la igualdad y con las
modernismo, cíclico, de eternos retornos. políticas redistributivas de justicia social: en últimas,
Y Sin tetas no hay paraíso se instala en el limbo, una política social que produce afecto es equivalente a
entre lo rural y lo urbano, en los mundos de los núme- lo entrañable, partiendo de que entrañable es una no-
ros (número viene de nomos, distribución) irracionales e ción derivada de interaneo, lo interior y por tanto apela
imaginarios del narcotráfico, en ese inmenso purgatorio a la nutrición y apunta en el cuerpo a las entrañas, es
que es Colombia, en ese horizonte de las pasiones tristes decir, al estómago, donde los asiáticos sitúan la afectivi-
que mencionaba Spinoza o de las pasiones violentas al dad, a diferencia de los occidentales, que la centran en
modo de Hume. el corazón. Y por último, a diferencia de Parsons, quien
Tres telenovelas que le dan la vuelta al mundo y subordina la afectividad a la producción de racionalidad
ello debe radicar en una razón que no sea superficial. como meta máxima de la acción, mi posición como he
Tres mundos diferentes y un solo mito. Porque aquello indicado en la discusión del tema platónico conjunta
que les da su sazón y su profundidad es la recreación racionalidad y afectividad bajo el vaivén que a modo
del mito de Poro y de Penía. de retruécano las enlaza: amor al saber por medio del
Estamos en el mismo ámbito de la pirámide de cas- saber del amor: y más importante aún, considera que no
tas y empero en otro entorno que exigiría la ponderación es la racionalidad la que prima en la acción social, sino
de otra serie de equivalencias metafóricas. Es el mismo la sabiduría, en tanto exista realimentación dinámica y
ámbito, pues de común subyace el mito de Poro y Penía: transferencia entre el amor al saber (racionalidad) y el
la chapolera, la fea secretaria de clase «media media» o saber del amor (afectividad) en clave mayéutica, es decir,
«media baja», la muchachita del barrio de una ciudad saberes transformados en sabiduría que contribuyan a
intermedia, todas aspiran como en los cuentos de hadas potenciar y enriquecer la vida.
a esposarse con el príncipe: cenicientas o alguna condi-
ción semejante que devienen reinas, se diría. Penías casi
¿Y qué de la envidia y de sus mutaciones
indigentes o nulas, se ayuntan con Poro para concebir
y permutaciones?
esos diablillos medio bastardos que llamamos amor. Y
lo logran. El amor, se diría, vence las barreras sociales. Con ello podemos retomar el tema central del ensayo, a
¿Será cierta tanta belleza? saber, la envidia como pasión o pathos nacional. Como
El asunto requiere volver ahora a la discusión en antipatía que es, la envidia cierra los caminos de la em-
torno a dos temas centrales en la elaboración de la Teo- patía, simpatía y compasión y por ello se erige como pa-
ría Dramática de la Sociedad: el primero, el papel de la tología social. La antipatía es lo opuesto a lo entrañable,
afectividad en las relaciones sociales, puesto que hemos en la acepción dada, es una actitud desentrañada, una
tratado del amor. Y el segundo, volver a la discusión visión salida de la madre, la misma que se pone en esce-
en torno a la igualdad, ahora con un flanco nuevo de na en las violencias sociales con los cortes de franela o
argumentación. de barriga: para enlazar con el hilo de la argumentación,
Gabriel Restrepo

Desde el punto de vista analítico, la Teoría Dra- la envidia es un tropiezo mayúsculo en el camino del
mática de la Sociedad coincide con Parsons en el papel amor, se interpone como sombra en la felicidad, tiñe
importante de la racionalidad y de la afectividad como la atmósfera del color bermejo de la sangre derramada.
40 elementos centrales de la acción (medios generalizados Y pese a que se diga que el amor como la justicia
de intercambio, los llama él), pero con más acento que suele ser ciego porque se entrega al amado o a la amada
el puesto por el gran teórico enuncia que la afectividad sin reservas ni contemplaciones, la ceguera de la envidia
es una dimensión más cardinal de la acción social de lo es muy diferente a la del amor puesto que no se dirige a
que concedió Parsons (Restrepo 2009; Restrepo 2012). unir sino a quitar, y es opuesta a la ceguera de la justicia
Reconoce como un aporte extraordinario el realizado por porque no busca la impersonalidad y abstracción de ella,
Parsons cuando indica que el medio simbólico genera- ya que por el contrario, cuando se trata de la envidia de
lizado de un sistema social es la afectividad, tema que la mala, la envidia emponzoñada, quiere el daño del
inquietó a no pocos de sus discípulos que se opusieron otro u otra sin que lo merezcan en absoluto.
a ello por el sesgo demasiado racionalista. Pero yendo En efecto, la envidia proviene en su etimología de
más allá de Parsons, aunque amparada en él, la teoría invidere, de donde deriva invidencia y es más invidente
o ciega cuando se une a la ira y al orgullo. Pero a diferen- nos de agonismos y antagonismos, sino de espectadores
cia de la ceguera total, la envidia es un no mirar viendo, y decorados para encarecer las escenas de celos, envidias,
así como también lo sugiere la etimología cuando la pa- iras, orgullos.
labra latina se descompone en in videre, lo cual significa El deseo, como los sentimientos y las pasiones, son
en una traducción libre «echar un ojito emponzoñado a tan primarios como los de una vulgar rata, pero en ellos
otro u otra», como se dice con el mal de ojo: una mirada también la «civilización» interviene multiplicándolos,
tajante, por tanto, una mirada afilada y recortada que adobándolos, encareciéndolos, transformando los obje-
deja de ser panorámica u holística porque es hiriente, y tos de deseo en marcas sociales de distinción y posi-
a diferencia del amor no se dirige a unir sino a quitar ción social, para lo cual la publicidad y la propaganda
o a separar del otro o de la otra aquello que motiva su se enfilan agazapadas como la auténtica caja negra del
felicidad y con ella la infelicidad propia: aquí nos situa- biopoder: a través de las alternancias de exclusividad e
mos en unos bordes sutiles entre el soma, el cuerpo o los imitación, como en la moda, la envidia, que no el amor
cuerpos, y el sema, las urdimbre de las significaciones ni el simple deseo, se erigen como la sutilísima razón de
culturales (ver cuadro n.° 1). ser del neocapitalismo digital. Ya no se trata tan solo del
La envidia, como todos los llamados pecados capi- elemental fetichismo de la mercancía como una ausen-
tales, halla su manantial en el deseo, pero no se confunde cia de inteligencia o de razón para diferenciar valor de
con él. Deseo y envidia ambos surgen de la carencia y uso y valor de cambio, sino de una auténtica performan-

¿Enceguecidos y muertos de la envidia? De la envidia de la mala a la envidia de la buena y a la videncia de la visión


de la diferencia. En tanto somos finitos, limitados, impo- ce masiva y delicada mediante la cual se «humanizan»
sibles de colmar y necesitados (la premisa de cualquier los productos: cada uno de ellos canta, se colorea y se
evolución es acentuar la diferencia radical en el manto contonea, se pavonea y se atavía de distintos trajes, ac-
de la especie), el deseo y la envidia, en formas dife- túa y sobreactúa en el plasma gracias al encantamiento
rentes, ansían lo que falta y como lo que falta siempre de los llamados «creativos» ante la mirada pasmada e
será infinito, el deseo jamás se extingue al consumarse hipnotizada de un espectador o espectadora hechizados
en algo, antes bien brota y rebrota. El deseo casi nunca y casi en condición de esos «dormidos despiertos» de los
se halla saciado: desvive en estado de pre-ocupación que hablara Lugones en El Payador refiriéndose a una
como en la adicción a la nicotina, en la cual el cigarrillo de las narraciones de Las Mil y Una Noches.
fumado no es la satisfacción de la ausencia relativa de Se puede encomiar como se quiera a la inteligencia
nicotina, sino la promesa de que habrá que fumar una o a la razón como poderes del mundo. Pero la inteligen-
vez más, otra vez más. cia es como una insuflada babosa, lenta y perezosa ante
El deseo se dirige a infinidad de objetos del mun- la velocidad e imperio de los deseos, los sentimientos
do, pero cuando distingue de los objetos a un sujeto, y las pasiones; y la razón demuestra ser muchas veces
hombre o mujer, se transforma en pasión de amor. La una tardía y más bien nocturno melancólico mochuelo
envidia, como el amor, siempre devela una relación en- o lechuza o cuando más búho que, como indica Hegel,
tre sujetos, pero en la envidia no obra como alianza o «solo levanta vuelo al atardecer», es decir, cuando todo
símbolo, reunión de dos seres diferentes, sino como se- casi se ha consumado en la vida de los sujetos.
gregación y ejercicio de lo diabólico, en el sentido del Uno puede predicar con Federico Schiller que gra-
término, dia-bolein, opuesto a símbolo, sim-bolein, es cias a la mediación del arte, la imaginación, el amor
decir separar lo que está unido. Por supuesto el amor y el humor, sería posible que los sentimientos pueden
se sublima y trasciende «como amor cortado en su fin» ser razonables y la razón sensible (Schiller 1952). Bonito
(sexual) hacia lo impersonal, como libido amandi, libido ideal, pero difícil conjunción, ya que deseos, sentimien-
possidendi o libido dominandi o libido sciendi. Y sin tos y pasiones son torvos, casi automáticos, imperativos, 41
recaer en el determinismo de Freud, se puede indicar oscuros, ladinos, ciegos, resistentes a cualquier prédica
que por muy lejos que se tornen estos amores asexuados, que no sea la del dolor, el supremo maestro de cada vida
el demonio del sexo acuciará de raíz y desde todos los y sin embargo un maestro tan inefectivo que muchas
costados, pues no somos ángeles. veces necesita potenciar sus lecciones hasta el extremo
Ni se envidia ni se ama a una manzana, se desea una y ni aun así consigue a menudo el efecto deseado de co-
manzana. En ello la envidia se distingue de una pasión rregir el defecto que de ello encarga a la señora muerte.
como la gula, pues el deseo se vuelca en el objeto de Y en sentido inverso, ¿creer que la razón sea sensible?
comida. La envidia como la ira o la soberbia y con mayor Este ideal solo lo tragan sin digestión los posmodernos y
razón los celos son pasiones que solo se encienden entre los incautos: como ideal no estaría mal, pero qué lucha
sujetos: es como si necesitaran el teatro, no solo en térmi- más épica que cualquier epopeya del mundo es sofrenar
el orgullo enceguecedor de «la razón», siempre tan apa- para decir algo importante sobre él» (Sloterdijk 2001). Y
rejada al poder, para que tenga la bondad de humillarse, la segunda, la lúcida reflexión de Igor Caruso en su libro
es decir, situarse a ras de humus, a escala del humus La separación de los amantes: «el psicoanálisis —y yo
erectus demens que somos. diría más, el pensamiento lúcido y por tanto trágico—,
¡De qué bella manera sosiega al alma turbada la re- es la enfermedad que cura» (Caruso 1989).
citación de un retruécano sabio: luchar porque el resen- Reservo para mi novela, ya concluida, Anima Ex-
timiento se transforme en reconocimiento! Pero mientras cripta, confesiones entre veraces y ficticias pero hondas
no se desgaje el sujeto como árbol partido por fulminantes en torno a este tema. Por ahora prefiero sonreírme del
rayos, mientras no se aprenda a desaprender como desa- crítico peregrino porque parece tan ingenuo que no re-
prenderse por completo, cada sujeto, en tanto lleva el Gift, conoce una verdad de a puño. Nadie está exento de la
el veneno de la especie, en la acepción alemana, no podrá envidia. Es bien cierto que hay que insistir en que no
encontrar su Gift, su don o regalo en el sentido inglés. todo deseo es envidia, pero es imposible que ningún ser
En el catolicismo siempre se controvirtió la prima- esté exento de dosis de envidia, aunque por norma esta
cía de la envidia, postulada por algunos padres de la sea más inconsciente que consciente: y no por fuerza
Iglesia. Quizás en esa salida del primer lugar se pudiera esta envidia asumirá la forma negativa de la envidia de
sospechar el juego de la misma envidia, siempre tan la mala, como argumentaré adelante. Todos los presu-
ladina. Porque al lado de la creación y del génesis, la puestos de comparaciones personales y sociales han de
presencia inocultable y patente de la envidia obra ya rozar por fuerza el tema de la envidia, y ni el grande ni
como destrucción y apocalipsis. Pues lo que hunde a el chico, ni la anciana ni la joven se libran de ella: todo
Lucifer no es tanto la arrogancia, como la envidia: mejor lo que puede hacer es sublimarla, lo cual es por cierto
dicho, la unión de la envidia con la arrogancia. Y esta posible, como se verá adelante.
dupla es la que el negador emplea de modo sutil para El hecho es que la envidia es una de las más «demo-
separar o tajar al hombre y a la mujer de Dios. Y ¿qué cráticas» pasiones, la mejor repartida en todo el mundo.
es entonces el primer crimen, el de Abel consumado Y no obstante su ubicuidad, la envidia no suele recono-
por Caín, si no la aleación de la envidia con la ira? Por cerse porque implica admitir que uno no es un entero
envidia se enfrentaron Jacob y Esaú. Por envidia casi sino un quebrado, siempre un quebrado, es decir, un
matan los hermanos a José. En dos preciosos pasajes de sujeto carente. Y ocurre además que los motivos de la
los evangelios de Mateos y Lucas se afirma que Cristo envidia son infinitos: la belleza, la riqueza, la fortaleza,
fue crucificado por envidia. la afabilidad, el vestuario, la sonrisa, tal gesto, la sere-
En la película Seven, traducida como Los pecados nidad, la genialidad, y por ello siempre habrá muchos
capitales, la astucia perversa del antihéroe gradúa los que ostenten o posean lo que me falta. Y porque como
asesinatos pecado a pecado, pero de tal modo que reser- hemos argumentado al inicio de este ensayo, cada ser
va para el final, lo que se puede describir del siguiente es irreductible a cualquiera de los ocho mil millones de
modo: cuando la estopa de la envidia se une al com- sujetos existentes o a los cerca de cien mil millones que
bustible del orgullo y una y otra se juntan con la chispa han deambulado por esta tierra desde su emergencia
de la ira, la triple pasión es devastadora. Por expresarlo como sapiens y demens, por ello mismo, los motivos
de modo elocuente, la envidia ha urdido la secuencia y de envidia anidan en la diferencia y se potencian con la
Gabriel Restrepo

elaborado el guión. multiplicidad.


Reflexionar en torno a este tema implica atreverse No suele admitirse la envidia, pues parece como si la
a no ser solo objetivo, sino a calar en su propia subje- envidia siempre fuera de otros y es esa la lógica que sub-
42 tividad. Quizás la palabra y el concepto de reflexividad yacía en el comentario malintencionado del intelectual.
no halle mayor prueba de fuego que ese imperativo de Es muy común escuchar que «yo no tengo envidia», cuan-
poner la inteligencia en el horizonte de su raíz latina: do alguien se refiere a un envidioso. Además, la envidia
intus legere, leer dentro de sí, que es un acto entrañable, es una pasión que se enciende entre muchos y en forma
insisto en la acepción de la palabra como lo interaneo, correlativa, porque como el sadomasoquismo, donde se
lo interior. Algún intelectual de esos suspicaces quizás precisa alguien que haga sufrir y alguien que goce su-
quiso provocar mi sonrojo al indicarme, pícaro, que uno friendo, en la envidia hay muchos y mucho más muchas
no investiga temas que no le conciernan. Por supuesto y que actúan, como dice la propaganda colombiana: «es
aquí valen dos reflexiones en torno al carácter terapéu- mejor provocar la envidia que sufrirla». La frase no es
tico del pensamiento: la primera, la de Peter Sloterdijk para nada trivial ya que, repito, la estratificación social
cuando indica: «Uno ha de estar enfermo de su tiempo está montada precisamente en los juegos de la envidia.
Cuando quise hallar algunas metáforas de la envi- El precioso regalo conceptual del colega Eliseo Ave-
dia en la naturaleza que me permitieran superar la envi- lla sirve para introducir el núcleo central de nuestra ar-
dia suscitada por el extraordinario título de uno de sus gumentación. Desde una perspectiva nominalista, no de-
mayores estudiosos, René Girard, Shakespeare. Los fue- bería hablarse de La Envidia. Permanecer en el plano del
gos de la envidia (1995), solicité al profesor de química realismo medieval o del mundo platónico con el eidos o
de la Universidad Nacional de Colombia, Eliseo Abella idea de La Envidia, como por lo demás suele hacerse, no
Moreno —a quien conocía por sus agudísimas reflexio- nos llevaría muy lejos. Sus mutaciones, permutaciones,
nes en el colectivo de colegas profesores vinculado a la variedades y mezclas son asombrosas: configuran una
División de Admisiones— algunas anotaciones, pues yo suerte de teatro o de mascarada prodigioso.
partía de sugerirla como mercurio por su volatilidad. En Digamos que hay una envidia de base, muy próxi-
inigualable comentario, el profesor Avella escribió: ma al deseo y cercana al amor solo que en clave de
desamor, pero diferenciándose más o menos de ellos
En cuanto se refiere a la analogía de la envidia con el y siempre presente allí donde hay concurrencia y son
mercurio que quiere hacer en su escrito, pienso que pue- limitadas las oportunidades de realizar los deseos, cua-
de ser más apropiado hacerla con el manganeso. Este lesquiera que fueren. Pero además, desde un enfoque so-
elemento, como la envidia, se presenta con múltiples ciológico y antropológico, las modalidades de la envidia
apariencias, según sea su estado de oxidación, cambia se diferencian según edades, sexo (es conocida la tesis

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fácilmente su apariencia porque, como la envidia, está demasiado gruesa de Freud sobre la condición envidiosa
presto a reaccionar mientras esté en alguno de sus es- de la mujer, uno de esos meta-relatos del fundador del
tados con número de oxidación mayor y en todo caso psicoanálisis, semejante a la imputación de la histeria
siempre ataca a otras sustancias oxidándolas, es suficien- solo a la mujer), situación ecológica en la sociedad, cla-
temente dañino por su toxicidad, aun en pequeñas dosis. se y estrato, amén de la definición cultural de ella y de
Solo en su más bajo estado de oxidación no deja man- los controles o permisividades sociales para su expre-
cha delatora de su presencia y es fácilmente reconocible sión, por ejemplo la presencia de la religión, que como
a primera vista como tal por la apariencia que adopta organización social de la esperanza es la institución que
en sus demás estados de oxidación. Como aquella, está más lidia con el problema de la envidia, pues esta se
bastante bien distribuido en todo el mundo y a cada anuda a un yo egoísta.
terrícola siempre le alcanza un poquito de este elemento Por lo demás, como veremos al encaminarnos a la
en alguna de sus apariencias para tenerlo a su alcance gradación que más nos importa, la envidia o mejor las
y disposición. Aunque sea en muy pequeña dosis, como envidias pueden mantenerse lábiles y atomizadas, en
elemento traza, está presente en la composición de los especial en los mundos de la vida, siendo en muchos
seres vivos. Por otro lado, el cobre tiene fama de alear- casos funcional para la estabilidad de familias o grupos,
se con otros metales y, como la envidia, de ese modo, a costa de sufrimiento individual, o pueden organizarse
puede ocultar su normal apariencia; como esta, aunque en el mundo de los sistemas y allí adquieren millones
aliado con otros metales más o menos nobles propicia de ropajes ideológicos y políticos, como se examinará.
características especiales a la aleación que produce, sin Adelantamos mucho si al descomponer la envidia
embargo, generalmente no es difícil descubrir su presen- en muchas de sus manifestaciones no la reducimos a la
cia en esas aleaciones y reconocer su carácter poco no- clásica definición que indica que es un mal de alguien
ble. Como de la envidia, el hombre saca provecho de su que se duele por la felicidad y la posesión de los otros u
ductilidad y maleabilidad para mimetizar su apariencia otras y busca de modo activo el daño de ellos o de ellas.
haciéndolo participar hábilmente de combinaciones con Pues para ello debe aliarse la envidia no solo con la ira, 43
otros metales para fines tales como mejorar la conduc- sino con los medios para realizar el mal de otros u otras.
tividad del calor o de la electricidad; pero con todo eso La envidia puede consumirse y consumarse en el solo
no consigue mejorar la resistencia química del material sufrimiento y este no siempre ocurre porque los otros u
resultante y a la postre se obtiene algo que no sirve para otras tengan algo que yo no tengo, sino porque como
causar tanto daño como el que sí puede infringírsele en en el sufrimiento de los celos el sujeto envidioso se cree
un medio de reacción adecuado. Es decir, posee virtudes privado de un bien o de una condición a la que tendría
que bien exhibe en el campo de la apariencia; pero que derecho según sus imaginaciones.
desluce mejor en el de la esencia. (Comentario enviado
por mensaje electrónico el 5 de diciembre de 2011).
La envidia de la mala como la pasión social por excelencia san los defectos y en el colectivo emparejan las posibi-
lidades de vencer en la lucha social. Una corta estatura
Un objetor, que nunca falta por fortuna, y que el buen será suplida por una mayor dosis de astucia. La debilidad
investigador encarna en la dialéctica de su pensar, argu- física se compensará por cierta fuerza de la perfidia o el
mentaría que hasta el momento no llevamos la envidia engaño. Dado que en tal condición imaginaria ni existen
más allá de un razonamiento propio de un ensayo litera- bienes incrementales ni cooperación que los aumente, la
rio de carácter «humanista», al molde de quien elaborara existencia se libra a la pura competencia por los bienes
el género del ensayo, el insigne Montaigne. No sería un escasos. La lucha es a muerte. Y si yo quiero conseguir
mal principio, por supuesto, pero es preciso pasar de esa algo, riqueza, mujer, fama, he de sustraerlo por fuerza a
bella condición de la reflexión a una empoderada por otro u otra. Al final de la guerra de todos contra todos se
siglos de pensar en las ciencias sociales. muestra una sociedad en ruinas, desolada, triste.
En suma, la envidia de la mala, que definimos en La solución de Hobbes no interesa tanto como su
este caso sí como una condición en la cual el sufrimien- diagnóstico, aunque su solución forma parte de un pro-
to propio por la felicidad ajena conduce al empleo de blema que requiere diagnóstico mayor. La salvación de
medios de distinto tipo, desde la magia a la violencia, esta condición primitiva es a la vista de Hobbes el sur-
para privar a quien posee el bien que lo enoja de su gimiento del estado debido a un pacto colectivo para
posesión para transferirla a quien la envidia. delegar la furia y la violencia individuales a una entidad
Desde este preciso y precioso punto de partida las que es bestial, el Leviatán, porque encarna la potencia
exploraciones de la envidia de la mala forman montañas de todos los males individuales y es tan fuerte y feroz
de libros en las ciencias sociales, para sosiego de mis como la suma de todos los demonios. Digo que esta
escrúpulos turbados al principio de este viaje porque solución es ella misma un motivo de diagnóstico, por-
el asunto parecía un tema de la vida cotidiana transfor- que si se mira bien la filosofía de Hegel, se verá en el
mada en melodrama, algo así como el club de las feas trasfondo de ella tanto el diagnóstico de Hobbes como
en la telenovela Betty la Fea, y no un problema crucial de su solución, si lo es: la confianza en el estado se trans-
la sociedad. vasará al pensador teutón que la cubrirá del encanto
El primero de ellos es el Leviatán de Thomas de de su dialéctica. Nuevamente inspirado por una guerra
Hobbes (1989). No sería descabellado indicar que si la civil y por un esplendor del terror, el propio de la Revo-
crucifixión de Cristo fue producto de la envidia y qui- lución Francesa, y por una admiración inocultable por
zás la máxima enseñanza de su doctrina se erigió para el emperador Napoleón, de este teatro derivará Hegel la
revelar a la «humanidad» alguna claves para purificar y dialéctica del amo y del esclavo, su fascinación por el
lidiar la envidia, para el máximo pensador del terror el estado y su idea de pensarlo como la encarnación de la
estado se erige como un poderoso monstruo para tratar ética universal. Menudo error que llevará a los grandes
de hallar sosiego social ante la proliferación ponzoñosa errores y horrores de Marx y, peor, de los marxistas.
de la envidia de la mala. Tanto que un escéptico estaría Pero no se crea que el problema se resuelve en el
tentado a indicar que el carácter absoluto del estado ángulo de la ciencia política instituido por Hobbes. El
resultante de una revolución marxista no es otra cosa asunto de las transmutaciones de la envidia es tan pro-
que un mal remedo del Leviatán para curar la envidia digioso que encontramos versiones antiguas y nuevas en
Gabriel Restrepo

social alimentada y organizada y aun potenciada por la las distintas ciencias sociales y ello en sus mismos fun-
revolución. No olvidemos que el pensamiento de Hobbes damentos. En economía, por ejemplo, el modelo clásico
se erige ante el espectáculo de la cruenta guerra civil in- y neoclásico de la competencia perfecta es en el fondo
44 glesa y ante el inédito escenario de la decapitación de un y con miles de encantamientos y refinamientos una pro-
rey, a más de un siglo anterior a la Revolución Francesa. longación del estado natural de Hobbes, solo que en este
En efecto, en su famoso capítulo trece, cuando tra- caso se tuerce de modo ingenuo la lógica perfecta para
za la condición supuestamente natural de los seres hu- acordar, por medio de la vía eudemonista de Spinoza
manos, como si descendiera en el tiempo al tiempo del (¡quién lo creyera¡) la ficción de una sociedad que supera
génesis católico, el autor inglés describe una sociedad sus fricciones porque la búsqueda individual de la felici-
desolada por «los fuegos de la envidia». Hobbes parte dad, el egoísmo natural, satisface las exigencias comunes
de unos supuestos: todos los hombres son relativamente mediante una suerte de armonía pre-establecida. La frase
iguales (aquí encontramos más allá del cristianismo la de Spinoza es la siguiente: «Ahora bien, es cuando los
ficción de la igualdad), y aunque difieran en dimensio- hombres viven bajo la conducta de la razón cuando mejor
nes físicas o psíquicas, las ventajas individuales compen- concuerdan por naturaleza. Luego los hombres son más
útiles unos a otros, cuando cada uno busca ante todo lo motivados solo por el interés personal y actuando in-
útil que le es propio» (Spinoza 1967: 295). dependiente pero racionalmente, terminan por destruir
Esta visión aparecerá como premisa de Adam Smith un recurso compartido limitado (el común) aunque a
en su economía, sin olvidar que el famoso pensador es- ninguno de ellos, ya sea como individuos o en conjunto,
cocés fue un filósofo moral antes que un economista. les convenga que tal destrucción suceda.
Porque hay que insistir en una tesis que ya he expuesto: (http://es.wikipedia.org/wiki/Tragedia_de_los_comunes:
los intercambios eróticos, afectivos y morales de los su- consultado 2012-05-07).
jetos humanos son anteriores y más basales y comunes
que los intercambios de dinero y mercancías. El problema formulado por Hardin es más impor-
El axioma de Hobbes y de Smith reaparecerá exami- tante que su superficial solución, puesta por él en el
nado con ejemplar claridad en el pensamiento matemático control de la población, y no en las reglas de juego, algo
y económico del juego suma cero. Se trata de la misma que por supuesto ha llevado a la refutación, por ejem-
condición del estado natural de Hobbes elevada a puro plo por la ganadora del premio nóbel de economía de
razonamiento matemático: si los bienes no son incre- 2009, Elinor Olstrom, así como John Nash mereció el
mentales y si no hay cooperación que los aumente y premio nóbel de 1994 por refutar los supuestos de Adam
por tanto no existen lógicas de redistribución justa de Smith. He bautizado la tragedia de los comunes como
los excedentes, lo que alguien gana por fuerza de un el «síndrome de muera Sansón con todos los filisteos»,

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cómputo elemental, otro u otra lo pierde: no por azar puesto que en la tragedia todos los competidores son
el modelo teórico del juego del suma cero se pensó en agonistas y todos pierden, parábola del conflicto armado
1944 por John von Neumann y Oskar Morgenstern en el colombiano.
contexto de la guerra fría, es decir, en una situación de Una cuarta modalidad del pensamiento de la cien-
antagonismo radical que siempre implica que solo podrá cia social acerca de la envidia, siguiente a la de Hobbes,
haber un ganador y un perdedor. enunciada en el juego de suma cero de modo más re-
Y no se piense que se trata solo de un juego especu- ciente en la tragedia de los comunes, la encontramos
lativo de matemáticas: hoy el gran problema de la «eco- en la antropología cultural aplicada al desarrollo, en la
nomía» mundial, es decir, de una economía expandida, formulación de Forster de su teoría del bien limitado
se enfrenta al hecho de que la relación entre la multitud (Forster 1967), que no es otra cosa distinta a la trans-
humana con la naturaleza podría ser un juego de suma posición del principio hobbesiano al pensamiento de
cero. Si ese gran parásito que es la población mundial no comunidades que saliendo de su condición tradición
restituye a la naturaleza lo que le quita, el resultado será afrontan el riesgo y el carácter «oxidante» y corruptor
la catástrofe. Porque si hasta el momento la evolución de una envidia mefítica.
que yo llamo cibernética imperial que deriva en el bio- Ahora bien, la teoría de Forster se amplifica en nu-
poder contemporáneo ha subsistido pese a tantos males merosos estudios etnográficos y antropológicos que sitúan
y a tantas injusticias de esos leviatanes, fue porque pro- la envidia como fuente de prácticas de magia y hechicería
ducía neguentropías parciales: estas ya no son posibles en comunidades campesinas sujetas a rápida y deletérea
cuando el medio se ha tornado finito y la explotación de modernización: en Colombia, quienes han examinado ese
la tierra y de la población no aguanta más de lo mismo, fenómeno con particular agudeza han sido Carlos Pinzón
a riesgo de una entropía global. y Rosa Suárez (1992), cuando describen a las «mujeres
Otra expresión sofisticada de los juegos de la envi- lechuza» que practican la magia negra.
dia se ha centrado en la famosa «tragedia de los comu- La teoría del bien limitado del antropólogo Forster
nes» en economía (Garret 1968). El asunto es de nuevo la ya había sido dibujada en contornos muy precisos e iró- 45
condición del estado natural de Hobbes. Si hay compe- nicos por el gran escritor Robert Musil en sus Diarios, en
tencia, el resultado será la destrucción del sistema defi- esa sorprendente enciclopedia mundial encarnada en la
nido por la competencia perfecta, pues las ganancias de literatura:
unos significarán la pérdida de otros. Tal como lo define
la infaltable Wikipedia, la tragedia de los comunes con- Esta reflexión debería partir del punto de vista práctico.
siste en lo siguiente: Todas mis ocurrencias son ideológicas. Así pues: el ele-
mento básico de cualquier política alemana (europea oc-
La tragedia de los comunes es un dilema descrito por Ga- cidental) es el pequeñoburgués. El obrero es, por su na-
rrett Hardin en 1968, y publicado en la revista Scien- turaleza, un pequeñoburgués o una variante de este. La
ce. Describe una situación en la cual varios individuos, población rural está en camino de serlo. ¿Qué pretende
(necesita) el pequeño burgués? Salir adelante. Una activi- ejemplo en la en apariencia paradoja de la coincidentia
dad soportable. Un poco de distracción y de variación. In oppositorum, coincidencia de los opuestos, esa feliz y fe-
summa, la libertad de envidiar. In summa, la posibilidad cunda gestación del gran pensador del oxímoron, Nico-
de sentirse satisfecho. Un cierto equilibro afectivo bajo la lás de Cusa, una que le permite al intelectual o pensador
dirección de una idea cualquiera, como todos los seres que duda de los pastiches sumergirse en los fondos de la
humanos (honor). Pero tal vez aquí esté implícita una envidia social recubiertos de mentiras políticas.
cuestión general, ¿qué pretende el ser humano? (Musil
2006: 323, cursivas mías).
De la envidia de la mala a la envidia de la buena a través
de las luchas democráticas por el reconocimiento
Quien estime que la envidia de la mala se limita a
unas pocas ciencias y ejemplos estaría equivocado de Nuestro sosiego y gozo intelectual alcanza empero su
parte a parte. Una de las fuentes más impactantes del es- cumbre con el reavivamiento del gran teórico de la cien-
tudio de la envidia ha sido el gran pensador francés René cia social, Alexis de Tocqueville, por parte de Jon Elster,
Girard: de hecho, el autor galo trasladado a la Universi- reputado como uno de los pensadores clásicos de la so-
dad de Stanford ha convertido el estudio de la envidia ciología actual. Y ello, pese a que en mi opinión Elster
en su gran obsesión intelectual y los frutos de ella son se sitúe en un polo muy distante de mi teoría debido a
prodigiosos (Girard 1975), tanto que es de extrañar por su obsesión por los actos racionales, lo que hace aún
qué este autor no ha sido más estimado en Colombia, más feliz este descubrimiento. En uno de los libros más
donde la envidia pulula, salvo honrosas y muy agudas recientes y con motivo de distintos homenajes transcon-
excepciones, como la del gran escritor Fernando Cruz tinentales al gran aristócrata y pensador francés, Alexis
Kronfly, quien le dedicó al tema y al autor extensos pa- de Tocqueville, Elster lo ubicó como el primer pensador
sajes admirables en uno de sus libros de ensayos (Cruz social (Elster 2009).
2007: 1-48). A los franceses por lo general la propaganda les viene
Antropólogo de formación y oficio, Girard muestra bien y están hechos para ello, de Comte con la propa-
también dos flancos preciosos. Estudioso de la gran lite- ganda de la sociología a modo de un nuevo testamento,
ratura universal, como lo demuestra en sus libros, y gran o Zolá con su famoso Yo acuso, pero antes y más allá
conocedor del alma humana, es decir, psicólogo si que- de la propaganda comteana, la sociología fue fundada
remos reducirlo a lo pequeño. En su libro clásico La vio- por Alexis de Tocqueville con un extraordinario arsenal
lencia y lo sagrado desarrolla dos conceptos preciosos: la comparativo, muy anterior al que realizara el genial Max
rivalidad mimética, que es la polaridad producida por la en- Weber, como el que trazó en su Ancien Régime y en La de-
vidia, y la crisis sacrificial, es decir la situación social en mocracia en América (Tocqueville 1850; Tocqueville 1852).
la cual la lógica del sacrificio ritual deja de funcionar y la Todo el problema que a continuación trazo se en-
envidia se despliega con tal fuerza que conduce a la lucha marca en los términos de la siguiente pregunta de pre-
fratricida y a la multiplicación de los chivos expiatorios. guntas suscitada por el tema de la envidia relacionada
René Girard disputa con Freud y gana la partida. con las luchas por la igualdad a tenor de la reflexión de
Una fuente adicional para el estudio de la envidia y ob- Tocqueville, rescatada por Jon Elster: ¿cómo trascender
jeto de disputa por parte de Girard es por fuerza Freud, de la envidia de la mala en el nivel político a la envidia de
Gabriel Restrepo

quien acuñó la expresión pennisneid, envidia del pene, la buena, es decir, del terror, sea inglés o francés, trans-
para focalizar la envidia en las mujeres y en particular mutándola en envidia de la buena que se enmarca en
en el duelo por el pene masculino, limitación bastante una lucha abierta pero pacífica por el reconocimiento
46 arbitraria y sesgada. René Girard se aparta en igual senti- (Annerkennen) en un marco democrático, es decir en
do del mito universal del Edipo y al examinar los proce- un estado que controle la violencia en un territorio (el
sos de alteridad e identificación en la infancia descubre legado del Leviatán), pero que controle al mismo levia-
que una lógica menos simple que la del Edipo organiza tán, es decir al estado mediante una división de poderes
los juegos de rivalidad e imitación de la infancia, guiada fundada a su vez en la sacralización de la vida (el lega-
por ese mal de extrema ductilidad y elasticidad que es do de René Girard, por ejemplo, tal cual lo ha predicado
la envidia. con mucha razón Antanas Mockus) y en general en un
Pero el estudio de la envidia no se limita a este marco ético y jurídico de tolerancia como respeto por
período de la vida. La tesis de René Girard es de extraor- las diferencias y de efectividad de los derechos humanos
dinario potencial para examinar la guerra que se libra en y sociales, esto es en el legado de la monarquía cons-
Colombia en los términos de la rivalidad mimética, por titucional inglesa y de la revolución francesa dejando
aparte su terror, lo que se puede validar como cultura clases de supervivientes, el guerrero, que lo es por el
ciudadana, en una sociedad proclive a la justicia social poder de dar muerte a otros, y el artista o escritor, aquel
mediante políticas de redistribución que favorezcan la que se opone a la mortandad desatada por el guerrero
equidad, es decir con una cultura democrática como in- con un espíritu creador: en otros términos, la disyuntiva
dispensable complemento de la cultura ciudadana? entre las armas y las letras que abordara Cervantes en El
Aunque la pregunta de preguntas sea extensa y por Quijote. El gran error de Hegel y de sus continuadores,
ello algo barroca, su formulación es indispensable entre incluido Marx, fue no haber visto esta lógica perversa
otras razones porque permite comprender qué cantidad del guerrero y no admitir que la guerra no es partera del
de condiciones son necesarias para superar una condi- mundo sino que llevada a los extremos podría ser la
ción de horror y terror. sepulturera de la historia. Ya veremos a dónde conduce
En el libro El Antiguo Régimen, Tocqueville por esta interpretación en el diagnóstico del mayor de los
fortuna como pensador situado entre la tradición hu- males de Colombia.
manista y la ciencia social no tiene pelos en la lengua Para retomar el argumento de Hegel, el esclavo es
para describir las luchas sociales como motivadas por la esclavo porque en la guerra temió a la muerte y se do-
envidia social organizada. ¡Eureka, formidable, estupen- blegó ante ella. En lugar de una sola muerte, vivirá el
do, clásico! Pero lo más grandioso consiste en considerar resto de su vida como un muerto en vida, porque su vo-
la envidia, así, nombrada a secas, en el marco de dos luntad estará doblegada a la voluntad del amo. El proble-

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puntales teóricos: el primero, no ajeno a Tocqueville, es ma del reconocimiento (Annerkennen) se sitúa pues en
el problema de la relación entre la igualdad, la libertad esta pareja enfermiza, sadomasoquista si se quiere: el amo
y la fraternidad. obliga al esclavo a reconocerlo como amo. En adelante,
Lidia entonces el pensador francés con tópicos agu- todas las luchas sociales se inscribirán en este campo de
dos de la Revolución Francesa, pero no puede menos batalla: cómo los subordinados pueden empero obtener
que apoyarse en ese exquisito e inigualable conservador, el reconocimiento y mediante qué luchas podrán hacerlo.
Edmund Burke, quien ya se había atrevido a disentir de Aquí encontramos dos formas de la lucha por el
una forma elegante y profunda del credo revolucionario reconocimiento: una basada en la resistencia y otra en la
y a dibujar cualquier sociedad desde la perspectiva, que disidencia, y es en este paso donde se puede transformar
no menciona, pero presente en el fondo de su razona- la envidia de la buena en visión de sabiduría.
miento de nuestro pensador ya citado, el gran Platón,
cuando en El Político juzga que la sociedad es la disyun-
La transformación homeopática de la envidia hacia
ción y conjunción de ritmos opuestos, conservación y
el polo de la videncia y clarividencia
transformación, lentitud y cambio (Burke 1970). La en-
vidia social se manifiesta desde la modernidad media Una visión homeopática de la violencia y de la envidia
como lucha por la igualdad y, por supuesto, la aspira- parte del principio tradicional de la homepatía: similia
ción a la igualdad parte de la constatación de la dife- similibus curantur, lo semejante cura lo semejante. Se
rencia percibida en primera instancia con el ingrediente trata entonces de un asunto de dosis que regula las pro-
de la envida. De nuevo, pues, recurre el tópico en torno porciones de mal y de bien, como en la palabra de ori-
al cual discurrimos un tanto de manera abstracta en la gen indoeuropeo Gift, que significa en alemán veneno y
apertura del ensayo: igualdad y diferencia. en inglés, regalo o don, o como en el término hostis-spes
El segundo plano de razonamiento entroncaría con indoeuropeo que puede designar hospitalidad, pero tam-
uno de los temas centrales y más espinosos y agudos de bién hostilidad, dependiendo del encuadre de la relación,
la sociología y de la ciencia política contemporáneas: el si el extranjero admite convivencia o no, polaridad que se 47
del reconocimiento, cuyo punto de partida se sitúa de un desdobla en las palabras Gast, en alemán invitado, y en
modo muy preciso en la dialéctica del amo y del esclavo el inglés Ghost, fantasma, al que no se suele invitar por-
en Hegel. Recordemos de modo breve el argumento: el que no es domesticable (Benveniste 1983: 237).
amo es amo porque demostró arrojo en la guerra y ven- De modo posible, y esta es en el momento una hi-
ció, enfrentó a la muerte y salió indemne (Hegel 1966). pótesis, las palabras Geist y Gheis que designan la pri-
La mayor parte de los comentaristas y continuadores de mera el espíritu o, en una acepción más originaria, el
Hegel por la vía de Marx se curarían de muchos defectos fuego votivo o el fuego controlado, la segunda el fuego
si accedieran a la letra y al espíritu de los pasajes lumi- abrazador o el fuego que expulsa podrían representar
nosos de Elías Canetti en Masa y poder cuando traza la también la polaridad en un continuo. Por lo pronto, De-
fenomenología del Superviviente (Canetti 1981): hay dos rrida menciona, siguiendo a Heidegger, en cuatro ocasio-
nes la palabra Gheis como remitiéndola a la fuente del quien detenta el poder de dar muerte hasta la llegada
alemán antiguo al estudiar a Heidegger y como acepción del biopoder.
de donde vendría la palabra Geist, pese a que la primera La misma física o mecánica clásica pone en aprietos
sea «salir fuera de sí» con alguna violencia y la segunda el concepto de resistencia social, porque la coloca en el
el estar dentro sí con sosiego (Derrida 1987: 69-72). La plano de la inmediatez entre acción-reacción. Con ello
raíz indoeuropea parece asegurada, como lo atestigua el concepto no solo devela su carácter reaccionario (lo
un libro de etimología de alemán (Duden 1997: 227) y digo en parte en broma, en parte en serio), sino su plano
con mayor autoridad The American heritage dictionary mecánico y externo. Pero lo más grave es que la resis-
of indo-european roots (Watkins 2000: 28). Lo que no sa- tencia en tanto es mimética suele arrostrar la violencia
bemos con certeza es si la palabra designa la polaridad que instila el poder contra el cual en apariencia se lucha.
homeopática semejante a la que ocurre con Gast y Ghost. En cambio, disidencia proviene de di sedere, que es
Pero aunque la polaridad homeopática indoeuropea cambiar de lugar. Esto no se refiere de modo único al
no esté probada, poco atentaría contra nuestro argumen- lugar o al topos de la lucha que propone el poder, cual-
to. Al criticar la visión utópica de Lévinas en torno a una quiera que sea, sino además al lugar retórico, es decir
posible extirpación de toda violencia, Derrida indica en al tropos empleado contra el poder. Cambio de lugar de
otro ensayo (1967) que lo máximo que se puede hacer la lucha y de lugares comunes de la retórica: tal es el
con la violencia es dosificarla: y este es el sentido del camino sinuoso de la disidencia.
carácter homeopático de nuestra concepción tanto sobre Este giro, aunque se inspire en sabidurías milena-
la violencia, como en torno a la envidia, que es el que rias, ha sido elevado en la modernidad a un plano del
también subyace a René Girard: lo sagrado, el espíritu, todo inédito por el camino, quién lo creyera, que va del
es lo que permite controlar la violencia y también la en- romanticismo de Rousseau (de nuevo el gran pensador)
vidia, por ejemplo en el caso de Abraham al negar el sa- al pacifismo de Tolstói, a la desobediencia civil de Tho-
crificio humano como elemento de cohesión ritual de la reau, y lo más importante, nutrido de la asimilación del
comunidad, tal como se realizaba entre los fenicios, para espíritu de resiliencia africano, aprendido por Gandhi en
transferirlo a un chivo expiatorio (esta es una excelente su largo periplo en Suráfrica, deriva en su visión de una
tesis de Balmary 1986), y aún más con el cristianismo muy activa lucha disidente signada por la no violencia
cuando Jesús se refiere a un grado más alto de control que será refinada hasta la máxima cumbre en Martin
de la violencia, sometiéndose a la mayor violencia posi- Luther King y practicada en parte al menos por Nelson
ble de la crucifixión (y obsérvese el elemento de la dosis Mandela en su lucha contra el Apartheid, aunque en
y del exceso): «misericordia traigo, que no sacrificio»: este caso se usó un grado dosificado y medido de vio-
dos evangelios, el de Mateo y Marcos, reproducen esta lencia colectiva (Mandela 2010).
sentencia de Cristo, que a la vez remite a la profecía de Para mí, el texto magistral de la disidencia como
Oseas: una concepción más sublimada y elaborada que visión de sabiduría está contenido en Carta desde la pri-
abre paso a todas las formas de caridad y de justicia sión de Birminghan de Martin Luther King (1963). No
(Mateo 12: 6-8). es adventicio que la disidencia sea practicada por este
En este sentido, y para el pasaje de la envidia de líder carismático en clave de un cristianismo sofisticado,
la buena como lucha social por el reconocimiento a la inmanente, casi propio de una teología de la liberación.
Gabriel Restrepo

videncia de la sabiduría, sirve de medio una distinción La no violencia no significa la renuncia a la acción direc-
que he elaborado desde hace algunos años: resistencia ta. Solo que la acción directa debe ser precedida por un
y disidencia. La resistencia pertenece a la lógica de las momento de meditación y de cura del movimiento para
48 luchas por el reconocimiento, pero a mi modo de ver está evitar el contagio del mal que destila el poder y de su
teñida por la rivalidad mimética, es decir, por la igualdad convocatoria a lugares y formas de lucha que son de su
envidiosa de los opuestos que describe René Girard y que absoluto domino: esta es la razón por la cual cualquie-
hemos resumido. Y ello a partir incluso de la etimología ra podría pedir cuentas a los movimientos insurgentes
de la palabra, que en latín es re sistere, volver a ocupar colombianos, ya que sobre estimaron de medio a medio
la misma plaza o el mismo asiento: en alemán el verbo sus fuerzas y con ello engendraron una situación de po-
sitzen, que a la vez deriva del indoeuropeo sed (Duden breza y de violencia crecientes.
1997: 678), de donde viene «sede», proporciona una ima- Esta cura se encauza en nuestra argumentación por
gen muy gráfica y hasta cómica de lo que es el poder homeopatía, palabra que deriva de homeios y pathos,
desde el neolítico como un asentarse o un aposentarse pasión similar, pues se trata de examinar en sus propias
o un sentarse en el trono del rey o del soberano, que es entrañas, de nuevo en lo interanea y a modo de intus
legere, casi al modo de los agoreros latinos que exami- taño, quien a la vez sucumbiría víctima de otras ven-
naban en las entrañas de las aves el curso del porvenir, ganzas. En suma, como en la película Seven (Los siete
solo que en este caso se trata de la lectura de las propias pecados capitales) se trata de una envidia de la mala que
entrañas para desentrañar la dosis de veneno destilado aliada con la ira y más aún con ese ritornelo perverso de
por el poder y transformado en soma propio para eva- la venganza traza un contorno trágico que dejaría como
dir el curso de la acción directa inmediata, es decir, de juego de niños lo que ocurre en la tragedia de Hamlet. Y
la reacción, y promover en su lugar una acción directa porque la envidia, la rivalidad mimética y la crisis sacri-
reflexiva, por designar el asunto con la palabra «reflexi- ficial se condensan en su relación directa con la lucha
vidad» que no vale solo para la epistemología o metodo- por el máximo poder en un país. El pasaje debe citarse
logía de las ciencia sociales, sino que ha de proponerse aunque sea extenso, y de hecho seleccionar apenas unas
como un axioma o principio de la lucha social. líneas significa ya sacrificar la potencia del drama:

Una confesión que, según alias ‘Ernesto Báez’, se dio en


La envidia de la mala como juego suma cero
la finca ‘La 33’, en medio de una noche de whiskys con
en su máxima intensidad
el jefe paramilitar Carlos Castaño, daría nuevos elemen-
Con estos avíos intelectuales puedo ocuparme ahora de la tos para la reconstrucción del crimen de Carlos Pizarro.
envidia en su expresión más negativa, la envidia de la mala, Castaño admitió el crimen en el libro Mi confesión, y la

¿Enceguecidos y muertos de la envidia? De la envidia de la mala a la envidia de la buena y a la videncia de la visión


como el libreto más recurrente del pathos o de la patología justicia determinó que él mismo entrenó al sicario en
nacional. Dentro de la teoría dramática de la sociedad y su mansión de Medellín, Montecasino. En declaraciones
debido a sus referentes teatrales se plantea que las pasio- ante Justicia y Paz, a comienzos de marzo, ‘Báez’ aseguró
nes y en este caso la pasión de la envidia configuran una que Castaño estaba “enceguecido por la envidia” contra
situación de tragedia. Conviene entonces indicar qué sea Pizarro, porque cuestionaba cómo el jefe del grupo que
tragedia y para ello nos servimos de una frase del filósofo se tomó el Palacio de Justicia terminaba de candidato
Whitehead, citada por el autor de la tragedia de los co- presidencial. “’Ernesto’ yo fui el autor de la muerte de
munes: Pizarro, o vivía Pizarro o vivía yo, así de fácil y senci-
llo”, relató ‘Báez’. Y agregó que para el momento del
La esencia de la tragedia no es la tristeza. Reside en la crimen, Castaño todavía andaba en buenos términos
solemnidad despiadada del desarrollo de las cosas… Esta con el capo Pablo Escobar y compartían la idea de que
inevitabilidad del destino solamente puede ser ilustrada no era posible que “sólo por obra y gracia de un proceso
en términos de la vida humana por los incidentes que, de paz con el M-19, Pizarro se pudiera bajar del monte y
de hecho, involucran infelicidad, pues es solamente a fuera candidato presidencial”. En un momento dado se
través de ellos que la futilidad de la huida puede hacerse le vienen las lágrimas y llora pero no de remordimiento,
evidente en el drama (Hardin 1968). de la obsesión y la angustia de recordar los discursos de
Pizarro en su campaña política. Era un tormento para
Aunque estamos en la órbita de Spinoza con el su vida. Había sido premiado mientras al resto los per-
tema de pasiones que producen tristeza, lo clave en la seguían”, dijo ‘Báez’. Y entregó un elemento novedoso
expresión de Whitehead no es la ausencia temporal de en la investigación. Según dijo, Castaño no solo previó
felicidad o la tristeza pasajera sino el tema de la «inevi- cada detalle del crimen sino que viajó, con una identidad
tabilidad», es decir: la fuerza imperativa de una destino falsa, en el fatal vuelo entre Bogotá y Barranquilla. “Cas-
fatal; en suma: lo que Zygmunt Bauman, según he men- taño convenció al muchacho de que la mejor manera de
cionado atrás, denominaba como fate, fatalidad, para que saliera con vida era que él fuera en el avión”, dijo el 49
diferenciarlo del destino asumido de modo libre, una ‘ex-para’. Supuestamente, Castaño le dijo que en realidad
situación en la cual la posibilidad de elección libre se iba en el vuelo por si la muerte de Pizarro o la muerte
agota y los personajes están atrapados por la fuerza de del sicario, salían mal. «Murió ficha clave en caso de
un imperativo destructor. crimen de Carlos Pizarro». El Tiempo, 22 de abril de 2012,
Podrían tomarse muchos ejemplos de aquí y de allá p. 14, cursivas mías.
para ilustrar esta pauta. Selecciono empero uno porque
es de una claridad meridiana para expresar el juego y Aunque toda la narración abunda en elementos
fuego de la envidia en su expresión más dramática, por- preciosos para multiplicar las significaciones del deco-
que se trata de un victimario, Carlos Castaño, que a la rado y condensar la semántica de la atmósfera de la
vez sería víctima de su propio hermano, Vicente Cas- escena (finca retirada, confesiones, whiskies, cálculo de
acciones, emociones, formas de tuteo), el foco central en las raíces o rizomas de un territorio. Gesto viene de
del asunto se frasea en dos expresiones: «Castaño estaba gerire, mover, remover y conmover, de donde provienen
[enceguecido de la envidia]» y «o vivía Pizarro o vivía gesta y gestación: es la configuración de la nacionalidad
yo, así de fácil y sencillo». La primera expresión, como desde la mezcla, aunque dicha mezcla sea imperfecta y
advertirá el lector o la lectora, es la que proporciona el obedezca a una lógica de dominación, como he señala-
título de este ensayo: ciegos de la envidia. Doble ceguera, do en la serie de metáforas de la pirámide de castas. En
porque la sentencia es tanto como decir enceguecido por tanto que el tanatos se encuadrará, como se verá, en el
la invidencia. Ahora bien, lo más importante es la de- mundo de los sistemas sociales, es decir en relación con
ducción que surge de esa invidencia: «O vivía Pizarro o el poder organizado. Si se quiere, es la antigua distinción
vivía yo, así de fácil y sencillo». Lógica elemental, regla que trazara Diego Montaña Cuéllar entre el «país formal
de tres simple, matemática para principiantes incautos, y el país real», aunque la distinción, intuitivamente rica,
agonismo y antagonismo elevados a la máxima poten- haya sido imperfecta, porque al fin y al cabo lo formal
cia: todo ello conduce al más puro ejercicio del juego es real y lo real es formal, tanto más en un país de feti-
de suma cero. ches, es decir, ficticio, donde lo real deviene virtual y lo
virtual pasa por ser real, ambigüedad que es el sustento
del llamado realismo mágico.
Genealogía y arqueología de los juegos de suma cero
Me basta señalar dos hechos cruciales en esta ge-
Lo que resta es interpretar de dónde proviene este ma- nealogía y arqueología: el primero, el arquetipo y pro-
cabro cómputo de vida o muerte. Y aquí se impone en- totipo del Catecismo de Astete como principio de una
tonces una interpretación compleja que retoma todos los mentalidad agónica, antagónica y binaria. El segundo,
hilos del ensayo. ¿Cómo fue posible que el eros expuesto las guerras de emancipación como camino de recono-
como fundante de la nacionalidad, o en otro términos, de cimiento social (Annerkennen) para los varones prove-
qué modo la pauta de sexo-eros-tele-teología visible como nientes del pueblo y, en contrario sentido, el cierre de
hilo conductor de la nación en las variaciones del mito otras opciones de reconocimiento y en especial la clau-
platónico del amor en sus dos expresiones, el daimon sura de la educación como medio de salvación personal
como aquel que religa las diferencias sociales y la alianza y social.
de Poro y de Penía, deriven en el tanatos de la guerra El Catecismo de Astete, editado por vez primer en
agónica y antagónica? 1599 (Recines 1987), escrito por el celoso sacerdote je-
El camino sería muy largo de recorrer y por supues- suita, fue una poderosa máquina (dispositivo como lo
to debería partir de la violencia de la Conquista, quizás llamarían hoy los post-estructuralistas) de catequesis
puesta en escena a través de un solo acontecimiento: la compulsiva y masiva. Tierra de la fe, Colombia potenció
rebelión de la Gaitana y la serie de venganzas resultan- el catecismo, lo recicló y lo imprimó más que en papel,
tes de actos de suma crueldad; en la misma línea de lo en el soma o cuerpo de millones de habitantes, con esa
expuesto por Ángela Uribe Botero en un excelente libro, particular repetición de la propaganda imperativa, de
Perfiles del mal en la historia de Colombia, debería figu- generación en generación, aun hasta el presente, como
rar el Requerimiento, con la ambigüedad entre violencia quiera que aún se lo estudia, si ante ese manual cabe
y derecho, una ambigüedad propia de un imperio con estudiar. Es uno de libros no solo más editados y reedi-
Gabriel Restrepo

escrúpulo moral y que por tanto y en forma paradójica tados, sino incorporado en las mentalidades de los ha-
valida flancos de la leyenda negra y de la leyenda rosa bitantes de Colombia, que recibieron con esa insignia o
entre los cuales ha de moverse con un apasionamiento enseñanza su pase de los mundos de la vida al mundo
50 desapasionado el historiador de las mentalidades (Uribe de los sistemas.
2009, ella escogió como trasfondo los avatares del últi- El catecismo está motivado por la cruzada de la
mo zipa). fe siguiente al Concilio de Trento. Y por tanto se enfo-
Ante todo, advierto una diferencia: el eros se refie- ca de modo agónico y antagónico contra tres enemigos:
re a la constitución de los mundos de la vida (ver cuadro protestantes, turcos o mahometanos e indígenas remi-
1), puesto que nacionalidad, nación y nacional, como sos. Por tanto, su molde es dogmático y cancela todo el
hemos insistido, se refieren a los nacederos polisémicos humanismo español erasmista para cerrar las milicias
de un territorio: nacedero de aguas, de vida vegetal, de contra los múltiples enemigos. Casi psicótico, pues, por
vida animal, de vida humana, de lengua y de cultura: la multiplicidad de frentes de batalla, el catecismo se
son el gesto, la gesta y la gestación de la vida del demos, escribió con la modalidad de pregunta y respuesta. Hoy
de «abajo», en el humus, radicales en tanto se asientan se critica mucho y con razón la estructura de las prue-
bas masivas porque contienen cuatro respuestas de las paradojas, ironías, humores. Una mentalidad que por
cuales una sola es verdadera y las otras son engañosas: desgracia fue acentuada en el pasado decenio casi al
buenas trampas para atraer a incautos o ignorantes y modo psicótico y esquizofrénico.
mantener una tendencia estadística de distribución de Y justo allí se enlaza la mentalidad del Catecismo
respuestas, pero esta lógica que cierra el paso a la crea- con la segunda fuente de la organización de la envidia
tividad que por oposición se funda en encontrar muchas social como juego de suma cero en la mentalidad de
respuestas para una pregunta o, aún de modo más crea- los colombianos. Se alaban mucho las guerras de Inde-
tivo, muchas preguntas para una pregunta, ya estaba pendencia. Yo, ajeno a los juegos de las armas, aunque
prefigurada en otro tono por el Catecismo de Astete. comprenda el papel de la fuerza y de la violencia en la
Me he tomado el cuidado de contar las preguntas génesis y sostenimiento de los estados, vacilo y dudo. Al
contenidas en el Catecismo en su versión original: cerca cabo, ¿no hubiera sido posible un camino como el de
de 350, pero ninguna de ellas es una auténtica pregun- Brasil ante Portugal si el hosco y fosco rey Fernando y la
ta, pues el interrogatorio no está dispuesto para indagar deteriorada corte española de Godoy hubieran imitado
por un conocimiento nuevo sino como una suerte de al rey portugués?
velada inquisición antes de la Inquisición para indagar Independiente de este juicio de valor, sesgado por
por la pureza de la fe y del dogma, es decir, para ratifi- lo que a la postre estoy considerando como una consti-
car la fidelidad al conocimiento recibido de la tradición. tución del estado en tanto explosión de envidia nacional,

¿Enceguecidos y muertos de la envidia? De la envidia de la mala a la envidia de la buena y a la videncia de la visión


Al tiempo que en Francia Montaigne y luego Descartes rivalidad mimética y juego de suma cero de las élites
fundaban el saber humanista y la filosofía y la ciencia criollas (Restrepo 2010a), presente por ejemplo en el Bo-
en la duda y en la pregunta genuina, en los términos de lívar posterior a su paso mareante por el Perú cuando
Descartes para «leer el libro abierto de la naturaleza», al aspira a refundar una monarquía en suelo americano,
tiempo que la pregunta volvía a aflorar como cuando independiente repito de estas heterodoxas y herejes me-
fundara la filosofía y la democracia en el Siglo de Oro ditaciones carentes de ninguna nostalgia por la realeza
de Atenas como una interrogatividad permanente, en el o por el retorno a tiempos antiguos, el asunto se con-
caso de la mentalidad antagonista de España, patente densa en la reflexión que creo inédita: las guerras de
en el Catecismo, disfraza o camufla el imperativo bajo Independencia ofrecieron la oportunidad al «esclavo» o
la apariencia de la pregunta. al «siervo», que lo fueron según la dialéctica del amo y
El Catecismo de Astete se ha reeditado o imitado del esclavo de Hegel, porque temieron a la muerte en el
a lo largo de la historia colombiana de muchas formas. combate y fueron vencidos por el amo, la extraordina-
Para adoctrinar a los nuevos ciudadanos, el molde del ria oportunidad de obtener su «carta de ciudadanía», el
jesuita se usó en tanto catecismos republicanos luego de reconocimiento (Annerkennen) que no lograrían nunca
la Independencia con una mimesis bastarda: ¿qué es el como esclavos o siervos.
estado? Tres poderes distintos y un solo poder verdade- Entrecomillo el concepto de «carta de ciudadanía»
ro. En nuestros tiempos, Martha Harnecker editaría un no solo porque, como se sabe, las democracias cen-
catecismo marxista. Pero no hay necesidad de catecis- satarias hasta la mitad del siglo XIX solo incluía a los
mos explícitos. Nuestra tesis indica que la mentalidad hombres de «bien» (cuadratura del «bien», como la he
dogmática del catecismo se transvasa a los más distintos llamado, bien económico: tierras o educación como po-
pliegues ideológicos, desde los catecismos neoliberales sibilidad de adquirirlas; bien político, elegir y ser elegi-
no escritos, hasta los catecismos neo-keynesianos im- do: bien social: bien casado y relacionado: bien cultural,
plícitos en los aburridísimos y tediosos debates de café. los modos de distinción señorial o estamental) y por tan-
En todos ellos campea lo que he denominado el maxi- to no había lugar para indios, negros, zambos, mestizos 51
malismo de las creencias: una hinchazón o inflación y mulatos (que luchaban por el reconocimiento en los
de ideologías y de las creencias, un absolutismo de la ejércitos radicales y eran por ello llamados «los iguala-
fe como modo y medio de salvación personal y nacio- dos» por los conservadores), sino porque la adhesión (y
nal, sostenidas en forma agónica, antagónica y binaria nunca cabe mejor término) a las soldadas (como se las
semejante al paradigma del Catecismo de Astete. Y lo llamaba), fueran libertarias o fueran realistas (y nótese
peor, esta mentalidad es la misma que retomó el teórico la indiferencia de la diferencia) se inscribió dentro de
del nacionalsocialismo y en general de la dogmática de lo que por aquella época el poeta Vigny acuñó como
la soberanía del Estado, Carl Schmitt, con la polaridad «servidumbre voluntaria». En otros términos las guerras,
y disyuntiva amigo/enemigo, en la cual no caben tér- más irregulares que regulares, abrieron el camino del re-
minos medios, claroscuros, ambigüedades, retruécanos, conocimiento de la llamada gleba (Annerkennen), fuera
en las soldadescas de Boves o Agualongo o en las de al mundo. Pero más importante aún: las guerras, cua-
Bolívar y Santander. Bochinches, llamaba Miranda a las lesquiera fueran, encarnaban el botín más preciado de
escaramuzas y trapisondas criollas, y él lo sabía porque todos, más allá de los saqueos y el medrar con picardía
formó parte de los ejércitos de Francia. en las victorias: el reconocimiento (Annerkennen) que
Pero estos «bochinches» no son menospreciables no pudieran obtener de otra forma.
desde una perspectiva sociológica. El asunto crucial en ¿Las razones? Primero, el despliegue del saber lo-
este caso es que en Colombia al parecer no se ha puesto cal. Cualquiera sabe sin necesidad de ser geógrafo o es-
la atención debida al significado de la socialización del tratega militar que «el mapa no es el territorio». Víctor
pueblo en los ejércitos, sean regulares o irregulares y de Hugo dice en Los miserables en el capítulo dedicado a
cualquier signo. Ello debido a que no se ha examinado Waterloo que parte de la derrota comenzó porque los ba-
el concepto sociológico de socialización como incorpo- quianos no habían reconocido una pequeña hondonada
ración del sema (significados culturales) en el soma (el situada justo antes de la colina donde se resguardaba
cuerpo individual): aquí la entrada magistral consiste Wellington, ante la cual se anegó en pantanos de sangre
en saber de qué modo los cuerpos colectivos moldean lo mejor de la caballería francesa.
los cuerpos individuales en lo que Vigny denominó la Pero en Colombia hay un ejemplo más iluminante
«servidumbre voluntaria», concepto muy precioso, como del significado del saber local: entrevistado por Arturo
los de todo poeta, para explorar vías inéditas de análisis. Alape, Marulanda corrige la visión retrospectiva del ge-
Y si no se ha prestado atención a este tipo de sociali- neral Matallana, encargado de la operación militar del
zación es porque se reduce y se simplifica demasiado ejército colombiano con 10.000 soldados y 30 aviones
la socialización al limitarla a la estrecha mirada de la contra medio centenar de campesinos armados en la
educación formal. toma de Marquetalia en 1964, donde comenzó el des-
Consideremos el tópico del siguiente modo: en un peñadero de la Colombia contemporánea (Alape 1984).
estado nacional donde la oportunidad de que dos per- Matallana indicaba que no había previsto que los emer-
sonas provenientes de distintas regiones eco-culturales gentes guerrilleros escaparan por una trocha indígena que
se encuentren en un tercer lugar es hoy la antepenúl- no había sido detectada por el reconocimiento geográfico
tima del mundo según estadísticas internacionales de previo a la toma. La respuesta de Marulanda es de una
la Universidad de Harvard, citadas en el Plan Visión astucia inédita: no fue una trocha, fue una trama de trochas.
Colombia 2019 (Presidencia de la República 2009), las Lo que despierta esta confrontación es colosal: heteroge-
soldadescas constituyen no solo un elemento de relati- neidad contra homogeneidad, nominalismo contra rea-
va conformación del estado a través de este mecanismo lismo medievales, poder del pensamiento de los rizomas
compulsivo del mundo de los sistemas más allá de los contra las estructuras arborescentes y piramidales, dife-
infinitos mundos de la vida, sino que para los habitan- rentes ópticas del estado y de la nación, pensamiento
tes masculinos (la lógica de género es aquí «bestial») de abstracto contra pensamiento intuitivo y concreto.
los infinitos cronotopos, la posibilidad de reconocimien- Quien quiera validar estas aproximaciones haría
to es tan valiosa como la socialización extendida más bien en leer o releer uno de los mayores clásicos de la
allá de los marcos familiares: incluso se puede proponer literatura de América Latina, El Facundo, civilización y
una hipótesis fecunda, a saber que las formas de clien- barbarie de Faustino Sarmiento (1977). El autor, de con-
Gabriel Restrepo

telismo y de servidumbre de la relación patrón/siervo vicción positivista, con todo su empeño puesto en redu-
provenientes de la hacienda hallen una matriz preciosa cir a la nación al estado con mano de hierro al liquidar
en las formas piramidales pero laxas del compadrazgo resguardos indígenas y al iniciar el proyecto de urdir el
52 de los ejércitos. En otros términos, las guerras como las estado con el ferrocarril, no deja de experimentar un
alianzas matrimoniales y luego el poder legislativo junto embeleso por el conocimiento local, como Odiseo atado
al servicio exterior fueron los medios privilegiados para al mástil ante las sirenas. Nunca en América Latina, por
«soldar» las débiles relaciones entre el estado y la nación. fortuna, el positivismo fue puro: la mano derecha lo ex-
Para un sujeto de la gleba, como se decía, es decir hibe, pero la izquierda piensa en clave romántica. Es, si
del pueblo llano, circunscrita su vida al horizonte del se quiere, un modo muy ladinoamericano de ensamblar
panorama atisbado desde lo alto del campanario de la el pensamiento europeo.Y así aparece en la descripción
iglesia parroquial, la oportunidad de ampliar su expe- arrobada del «rastreador» y del «cantor» y del gaucho,
riencia con la aventura por otros territorios y la cama- aquella que retornará como épica en la obra del Martín
radería y el compadrazgo con inferiores, iguales o supe- Fierro y que perseverará hasta en Borges imantado por
riores representaba una oportunidad única de hacerse el gaucho malo, el orillero y el compadrito.
Justamente por esa fascinación por el camino tor- para refererirse a la tradición como la adicción a las taras
cido expresada en el Martín Fierro y en las luchas mon- o las dicciones o retóricas de la tara, y demoncracy, para
toneras, Borges escribió uno de los mejores tratados de mentar la democracia como la locura de los demonios,
ciencia política de América Ladina en Historia del tango, esto es por la irrupción de la multiplicidad no regulable
esa pendenciera alegría, como la llama (Borges 1974). Y de la multitud (Joyce 1967: 151, 167).
allí llega a unas reflexiones hondas en torno a América Cuando el pensamiento llega al estadio de la razón,
Latina que validan la expresión quejosa de Simón Rodrí- más allá de la intuición y del entendimiento, el mundo
guez: «aquí se han formado repúblicas sin ciudadanos», de las significaciones de la cultura se revela con una eco-
porque Borges considera que el argentino no es un ciu- nomía prodigiosa, pues cada símbolo remite a otros en
dadano, no abstrae como para pensar el estado como un una correspondencia graciosa. Los dilemas entre libertad y
entidad compleja, se limita a ser un habitante y como orden, cuando no se resuelven con equivalencia y propor-
el horizonte de su vida está representado en familia y ción, decaen en los polos de un autoritarismo a rajatabla
en amigos, el poder se reduce a ese rasero y por ello no o en una anarquía indomable. Y esta polaridad malévola
tiene escrúpulos en usarlo en su beneficio. y tan frecuente en América Latina y en Colombia fue el
objeto de una disquisición de filigrana inédita en América
Latina por el mexicano Jorge Portilla en el libro Fenome-
Póngame a bailar ese trompo en la uña:
nología del relajo (1966). Para Portilla, que indagaba el
entre tenidos y relajientos. ¿Libertad y orden?

¿Enceguecidos y muertos de la envidia? De la envidia de la mala a la envidia de la buena y a la videncia de la visión


alma nacional de Méjico en la escena de la calle, tal po-
Este ensayo se llamaba al principio «Póngame a bailar laridad cobraba la forma de la oposición del tenido y del
ese trompo en la uña: entre tenidos y relajientos». Para relajiento, polaridad como la del sadismo y el masoquis-
honrar la intención, este apartado previo al final preserva mo, pues la existencia del uno propone la del otro en un
el título. La expresión es un dicho popular extraído de la círculo vicioso que se muerde y remuerde la cola.
prestidigitaciones geniales del jugador de trompo cuando Ya hemos expuesto la mentalidad obsesiva por el or-
es capaz de llevar el juguete bailador a la uña del dedo den del tenido, en el arquetipo del catecismo. Es uno de
gordo de la mano, una proeza extrema. los cuernos del dilema que no se resuelve en oxímoron
Los lemas de los escudos o banderas de los países en Colombia. La otra es la del relajo, relajo de montone-
o de las instituciones no suelen ser gratuitos: encierran ras, relajo de los bochinches, relajo del relajo, corrupción,
ciertas claves del tejido profundo de los símbolos de un social bacanería como se dice, corrosión, negación no
estado nacional: tres ejemplos sirven al argumento. El creadora, resistencia como rivalidad mimética, joder, jo-
lema del escudo de la Universidad Nacional de Colom- der, irritar lo que se crea, burlar las gestiones y las gesta-
bia es Inter aulas academiae quaere verum. Es, diría- ciones, impedir, cagarse en la creación cualquiera que sea.
mos, un lema post-estructuralista y posmodernista: no La contrahechura que devela el alocado vaivén co-
se busca La Verdad (Veritas), sino lo verdadero (verum): lombiano entre la taradiction y la demoncracy y la au-
y se indaga por un camino o método (camino hacia una sencia de sosiego y correspondencia en la ecuación entre
meta) sinuoso y laberíntico, complejo en suma: quaere la libertad y el orden halla el remate con el significado
es a la vez preguntar y buscar, porque la universidad del Manual de urbanidad y buenas costumbres del cara-
si lo es de veras posee más preguntas que respuestas. queño Manuel Antonio Carreño. Escrita en una Caracas
Y esta indagación se realiza entre las aulas y no en las más rural que urbana como era la de 1850, entonces con
aulas, es decir a modo de nomadismo intelectual. El se- apenas 50.000 habitantes, con el encanto de su envol-
gundo ejemplo: Brasil ostenta el lema positivista por ex- tura estética y musical, pautada como una coreografía
celencia: Orden y progreso, su pauta derivada del imperio de cuño estamental, la urbanidad transforma como por 53
para seguir la vocación por el dominio tecnológico, razón encanto la ética en etiqueta y la moral en moralina. No
de ser de todo poder. Y el tercer ejemplo: los avatares de es una urbanidad de burgueses, como muy mal se ha
Chile validan lo tremendo del lema de su escudo: por dicho, pésimas recitaciones clonadas de refritos euro-
la razón o la fuerza. Y, en fin, el lema del escudo de peos: es un remedo de urbanidad sin urbe, pues es una
Colombia no es menos enigmático. Formulado como un urbanidad encogida y recogida en salas y comedores, sin
oxímoron o unión de contrarios, libertad y orden, ya que cocinas, sin calles, sin plaza, sin alcobas, sin burdeles,
es difícil asegurar el orden cuando hay libertad y ampliar sin mendigos, sin campesinos, sin pueblo.
la libertad cuando se insiste en el orden, el lema recuer- La Urbanidad de Carreño condensa el analfabetis-
da dos neologismos expuestos en distintas páginas del mo ético de un pueblo, necesario para la aleación tan
inextricable libro de Joyce, Finnegans Wake: taradiction, difícil del estado y de la nación, del mundo del sistema
social y de los infinitos mundos de la vida, la patria y Se dirá que es peregrina e ilusa esta idea. Pero bas-
la matria, el poder y el amor. Agorafóbica, es decir, con ten algunas indicaciones: nuestras características como
horror por la plaza, y asexuada por horror semejante a pueblos mundos fueron desde hace cinco siglos el des-
la cama, la urbanidad de títeres fóbicos y de caballeritos plazamiento constante y polisémico, el descentramiento
timoratos y encogidos por las obsesiones por la limpieza y la confusión entre lo virtual y lo real. Hemos vivido
y de mujeres delicadas y pálidas, hacendosas y recogidas a punta de paradojas: estamos donde no somos y no
en el seno del hogar, como se decía, la Urbanidad de Ca- somos donde estamos; pertenecemos a lo que no perte-
rreño se instituyó como el segundo pase del habitante de necemos y no pertenecemos a lo que pertenecemos; lo
América Latina de los mundos de la vida al mundo del real deviene virtual y lo hechizo se transforma en real.
sistema social estamental y hacendatario: opereta de la Estas fueron causas y motivos de no Cien Años de Sole-
distinción, diría con Bourdieu, corresponde a la menta- dad sino de cinco veces Cien Años de Soledad. Pueblos
lidad barroca y neobarroca de los gestos, maneras y em- enteros debieron aprenderlo todo desde el principio y
blemas ornamentales y de los códigos de un honor casi muchas veces duplicar el génesis y recorrer en segun-
medieval: es el anacronismo del decoro de la España dos los tiempos hacia los apocalipsis: nuestro sedimento
barroca, cortesana y ceremonial, el estuco que oculta la bien pudiera enunciarse con el nombre de la canción
vulgar piedra, el bañito de barniz simulador del oro para Beguin the beguine, comenzar a comenzar. La resiliencia,
ocultar el tosco leño. Es después del Catecismo de Astete esa propiedad de ciertos metales para volver a tomar la
el libro más editado y más leído y más incorporado en forma luego de haber sido sometidos a intensa presión,
América Latina y aún se lo vende en las calles céntricas es nuestro modo de aprender a aprender, que es también
de Bogotá, pues para los pobres inmigrantes es como aprender a desaprender, recomenzar siempre desde los
un pasaporte para el paraíso urbano y global. ¡Horror! escombros y tragedias. La misma intensidad del mal es
El resultado de los dos cuernos de los grandes ar- un indicio de una transformación potencial homeopática.
quetipos de las mentalidades colombianas, Catecismo Y el punto crucial es que hoy por fin podemos ser
de Astete y Urbanidad de Carreño es nada menos que contemporáneos del mundo, porque si antes queríamos
una contrahechura: maximalismo de las creencias e parecernos al mundo, hoy el mundo nos imita: pues es
ideologías, minimalismo de una ética reducida a etique- en efecto un universo descentrado, desplazado y virtual.
ta y una moral a moralina. Sin los frenos racionales y Estamos en condiciones de habitar con propiedad y de
consensuados de una ética pública (la plaza) y de una enseñar al mundo lo que es vivir en la complejidad.
ética privada (la cama), el maximalismo de las creen-
cias, grandes y pequeñas, tiñe de negro y de bermejo
Una peregrinación por la utopía
las relaciones íntimas en los mundos de la vida y los
intercambios públicos de la plaza. La corrosión de la ¿Qué falta? ¿Qué nos falta? Construir la educación, la
envidia de la mala pinta con sus juegos de suma cero ciencia y la cultura como el tejido de tejidos para idear
y con la tragedia de los comunes donde todos perde- una ética pública y una ética privada que nos aproximen
mos los espacios recogidos y abiertos de la sociedad. La al oxímoron de nuestro escudo: libertad y orden.
lucha por el reconocimiento apenas ha comenzado a Nada de esto es nuevo. Es tan viejo como la repú-
transformar la envidia de la mala en envidia de la bue- blica. Todo, males y bienes, están allí en el limbo de
Gabriel Restrepo

na con la Constitución de 1991. Pero en el fondo de la nuestras ideas como el padre desaparecido de la Coma-
sociedad colombiana se erige desde hace cinco siglos el la de Rulfo. Porque si descubriéramos la inteligencia en
paso de la envidia de la mala a la envidia de la buena su etimología como el intus legere, el leer bien adentro,
54 y, con gran esperanza, hacia la visión de un paradigma hallaríamos la razón de la clave homeopática de la que
universal de sabiduría: es la promesa que se deriva de hablaba el poeta Hölderlin: «allí donde está el peligro
uno de los grandes descubrimientos del telar de nuestra está la salvación». Vivimos en un pretérito perfecto en
cultura realizado por el gran historiador Jaime Jaramillo donde todo pasa sin pasar, en un tiempo que por ello
Uribe: el aura mediocritas, que no ha de traducirse como es cíclico, donde renacen con los Aurelianos Buendías
dorada mediocridad, sino como la misma…¡proporción las colas de marrano y las plagas del apocalipsis, donde
áurea!, el ideal de toda estética, de toda ética y de toda todos los días se repite la tragedia de crónicas de las
razón: el equilibrio, la mesura, la medida. Colombia pa- muertes anunciadas.
rece templar el idealismo de Platón con el naturalismo Solo es cuestión de recordar el sueño y aún la pesa-
de Aristóteles, en el pentagrama del sentido de historici- dilla. Volver a los tres huerfanitos y a los cuatro Simones.
dad hebreo (Jaramillo 1979). Despertar a los fundadores para que el saber del poder
se articule con el poder del saber; realizar la alianza son el Icfes, el Ministerio de Educación, el de Cultura y
entre el estado y la nación; consumar el matrimonio de Colciencias mediante acciones bicentenarias por la paz
Viracocha y de Tunupa; entrelazar el mundo del sistema a través de la educación. Retornaré, Dios mediante, el 15
social con los mundos de la vida; domar la homogenei- de febrero de 2019 para entregar las firmas de un plebis-
dad para casarla con la heterogeneidad; urdir el amor cito que en mi idea debe ser votado de modo masivo el
al saber con el saber del amor; tornar al mito de Pero y 7 de agosto de 2019, cuando se cumplan 200 años de la
Penía para hacer de la educación, la ciencia y la cultura Batalla de Boyacá. Yo lo votaré en Tame, lugar donde se
la riqueza social que salva a la pobreza si logra la «devo- reunieron los ejércitos de Bolívar y de Santander, previo
lución» que predica la Investigación Acción Participativa paso al revés por Pisba, para significar la resurrección
o el «pagamento» a la madre tierra de los Koguis. de una idea que quedó congelada por el automatismo de
En suma, descongelar la genial idea de Simón Bo- los ejércitos y que por tanto ha privilegiado el reconoci-
lívar de erigir la educación como cuarto poder público; miento (Annerkennen) por medio de la guerra, además
establecer el aerópago que sirva como poder ético de la de la otra forma de reconocimiento por vía del eros, en
nación; desandar el camino que del Puente de Boyacá desmedro de la educación, la ciencia y la cultura como
conduce al revés al Pantano de Vargas, a Pisba, a Tame caminos áureos para la inclusión democrática.
y al Orinoco donde Bolívar, con la mente puesta en su ¿Qué necesito para ello? Basta un bastón aparejado
maestro, trazara una de las ideas más geniales del mundo. con unas buenas sandalias, salud y ánimo que no falten.

¿Enceguecidos y muertos de la envidia? De la envidia de la mala a la envidia de la buena y a la videncia de la visión


Yo, pobre diablo, pobre pecador, yo, miserable su- ¡Que mi Dios me ampare, pues la carga que llevo es mu-
jeto, si la vida, el Dios de esta tierra, el espíritu santo chas veces insoportable! Y si yo no llego a la meta, al me-
ayudan, iré de escuela en escuela y de pueblo en pueblo nos he trazado el camino desde hace ya más de tres lus-
desde el 23 de septiembre del 2017 partiendo de la Uni- tros, en realidad pobre de mí imitador, pues ya la senda
versidad Nacional a realizar una vuelta educativa a Co- se había esbozado nítida hace cerca de doscientos años,
lombia. Recabaré las firmas para un plebiscito que funde y no soy nada más que alguien que exhuma un gran se-
la educación, la ciencia y la cultura como cuarto poder creto de la oquedades hondas del alma nacional. Porque
público, no del gobierno central, sino uno que reúna a como dice Morfeo a Neo, el iniciado en la película Matrix,
todo el estado, de arriba abajo y de abajo a arriba, con una cosa es conocer el camino y otra recorrerlo. La Gran
todos sus poderes, con la sociedad civil, desde la barren- Colombia conocía el camino, pero ha tardado dos siglos
dera hasta el gerente, de las monjitas a los sindicalis- en recorrerlo, si se atreve, como decía Simón Rodríguez,
tas, en un poder auto-instituyente y auto-constituyente a tomar en serio el lema: «O inventamos o erramos», ya
centrado en la capitalización masiva de lo que ahora que el paso propuesto es inédito en el mundo.

55
MUNDOS DESCONOCIDOS. SUPRAMUNDO
Profundas: Mitología, religión, PROCESOS DE SIGNIFICACIÓN,
imaginarios, filosofía y sapiencia FORMACIÓN Y CONFIGURACIÓN

Integradoras
Ética y moral; ideología;
MUNDOS DE LA CULTURA.
Derecho 0
Códigos de costumbres
SIGNIFICACIONES:
Expresivas
Lenguajes, semántica 0
(GUIONES O LIBRETOS
Estéticas
DEL DRAMA)
Artes y letras, rituales,estilos de vida, artificios ,

Científicas
Tecnológicas 0
Técnicas

Población compuesta por actores sociales, ya no


MUNDOS DE LOS SISTEMAS sujetos, en posiciones (status) y papeles (roles)
SOCIALES sociales, estratificados en función de su acceso al 0
poder económico (dinero), político (autoridad),
mediático (imagen) y educativo (saber):

(Tramas: peripecias,
catarsis, anagnórisis) 0

COMUNIDADES
MUNDOS DE LA VIDA
SOCIAL
FAMILIAS
(Dramatis personae, reparto)
SUJETOS 0

«HUMANIZADOS»
MUNDOS DE LA NATURALEZA
ORGÁNICOS
(Escenarios de los dramas sociales: cronotopos)
INORGÁNICOS

PROCESOS DE CONDICIONAMIENTO,
PREFIGURACIÓN E INFORMACIÓN

MUNDOS DESCONOCIDO: INFRAMUNDO


Cuadro 1_Teoría Dramática de la Sociedad
Nota: Se sugiere leer este cuadro junto con la visión del cuadro conceptual n.º 2
Gabriel Restrepo

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MODELO PODER SABER/METÁFORA PROFESIÓN EXPRESIÓN
1. Indígena Cacicazgo Mítico Chamán Rito– Oralidad-

Ciudad letrada colonial-dominación estamental

2. Colonial Virreinato Religioso-legal pero con puesta Notario-clérigo Escrituras-ciudad-


Teo-estético-sexual en escena neobarroca. castas
Ciudad letrada
Sermón-Catecismo
Procesiones. Fiestas

Ciudad letrada señorial y presidentes gramáticos-explotación y efectos de la primera revolución tecnológica-

3. Señorial Monismos centro/región Códigos culturales: derecho, Gramático-ideológico Manual de urbanidad


Cuadratura del «bien». Jacobinismo hispano-católico ética, etiqueta, ideologías, Civil/confesional Atenas Suramericana
1810-1880 religión Abogados.

Ciudad letrada del biopoder (explotación y sujetamiento social), efectos de la segunda revolución tecnológica

4. Salud pública: Corporativo: Regeneración Paradigma médico Médicos y sacerdotes, cura de De prensa a radio.
1880-1948 Discurso fisiológico cuerpos y de almas. Balcón, púlpito, confesionario
Modelo Epidemio-teológico Discurso higiénico y consultorio.
Discurso de salvación

Ciudad letrada tecnocrática. Biopoder telemático. Efecto de globalización bajo tercera revolución tecnológica

¿Enceguecidos y muertos de la envidia? De la envidia de la mala a la envidia de la buena y a la videncia de la visión


5. Tecnocrático: Presidencialismo Cálculo Ingenieros, arquitectos, Planes de desarrollo,
1948-1968 Telemático Técnica economistas, estadísticos urbanismo.

6. Cibernético Dirección a distancia Sistemas control remoto Administradores, publicistas, Televisión,


1969-1989 High command Globalización redes, psicólogos conductistas, computador, video
Renovación curricular científicos naturales programadores, publicidad,
espectáculo.

De la ciudad letrada a la ciudad democrática: construcción glocal de una cultura de transducciones múltiples

7. Democrático: Democracia de Saber sociocultural. El afecto Creadores e intelectuales Mediaciones culturales.


1990-2052 representación y de como piedra de toque del «tramáticos». Tramas.
participación sistema social.

Cuadro 2_Modelos de cultura, socialización y formación del sujeto

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