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ASIGNATURA:
CICLO: IV
DOCENTE TUTOR:
ALUMNA:
TUMBES – 2015
I. HIPOTESIS
1.1. JUSTIFICACIÓN
Una buena prueba de ello son, por ejemplo, las limitaciones a un sector de los
derechos económicos, sociales y culturales y cuyo influjo de la Constitución de
México de 1917, es difícil obviar.
2. CONSTITUCIÓN DEL SIGLO XX
El mundo del siglo XXI requiere un constitucionalismo que haga respetar los
derechos humanos a escala universal; que proteja el equilibrio ecológico del
planeta y que garantice la vigencia de un sistema democrático mundial
estandarizado.
4. REFORMA CONSTITUCIONAL
En agosto del 2006 se inició un proceso de Reforma Constitucional en el Perú
promovido por la actual fuerza política en el gobierno, el APRA. Entre los
principales puntos de análisis y debate por la sociedad civil, la reforma del
sistema de justicia ha sido uno de los puntos críticos que requieren una urgente
atención.
Hacer del Estado una verdadera entidad de servicios para todos los peruanos.
Avanzar de la democracia formal a la democracia real.
Articulación constitucional del proyecto de desarrollo integral de la nación
Constitución e integración interestatal.
Constitución y globalización
Fomento de una cultura constitucional generalizada.
Los estados son como los seres vivos; más aún, como los propios hombres.
No pueden estar solos, carecen de capacidad para realizar sus destinos en
forma aislada. Por eso tienen la imperiosa necesidad de formar familias,
uniéndose con otros de su mismo nivel y condición.
Juntos, se trazan objetivos comunes, se organizan de modo conveniente, se
distribuyen responsabilidades según sus singulares capacidades y, sumando
sus disminuidas fuerzas, potencializan su vigor, trabajando de común
acuerdo.
A esta forma de encarar los problemas que les afecta en forma colectiva,
estructurando una especie de asociaciones de estados, como por ejemplo la
Comunidad Andina, el MERCOSUR, el Pacto Amazónico, etc. se
denomina integración multiestatal o multinacional.
Los países subdesarrollados, como el nuestro, le temen a los procesos de
integración multiestatal. Por eso no la impulsan de manera sincera y
decidida.
Creen que sus debilidades internas se manifestarán con mayor claridad en
el contexto internacional, y que los estados más fuertes se aprovecharán de
ellas para causarles perjuicios irreparables.
El constitucionalismo de hoy debe terminar con esta prejuiciosa
concepción.
Cada constitucionalista tiene que ser integracionista por esencia. La tarea
número uno de los estado es consolidar su estructura interna, afirmar su
nacionalidad y forjar una férrea identidad de la gente para con su terruño,
su macro región continental y su continente mismo.
En la integración radica el futuro de las etnias, culturas y nacionalidades.
En la integración se aloja la esperanza de hallar solución a los problemas
que nos han afectado desde tiempos inmemoriales.
Los incas tuvieron que integrar a los pueblos andinos prehispánicos, para
constituir la nación más poderosa de América. Los patriotas de todo el
Continente americano necesitaron integrarse, para hacer causa común
contra sus opresores y lograr la independencia de sus países.
Solo en la integración encontrará la generación del presente siglo, la
energía suficiente para salir de la pobreza, el atraso, la marginación y el
subdesarrollo.
Integrarse o morir, esa es la disyuntiva de los estados pobres hoy en día.
El constitucionalismo de hoy es el llamado a allanar el camino de la
integración multinacional plena y cabal.
III. CONCLUSIONES