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Ferdinand Tönnies

Comunidad Vs. Sociedad

Ferdinand Tönnies, fue un sociólogo alemán, miembro fundador de la Asociación


alemana de sociología, y famoso por su distinción entre los conceptos de Comunidad y
Sociedad Gemeinschaft und Gesellschaft, que dan diferentes tipos de relaciones
sociales. Tönnies publicó su obra en 1887, en pleno cambio social a causa de la
Revolución Industrial.

Comunidad es lo antiguo y sociedad lo nuevo, como cosa y nombre. […] comunidad es


la vida en común (Zusammenle-ben) duradera y auténtica; sociedad es sólo una vida en
común pasajera y aparente. Con ello coincide el que la comunidad deba ser entendida a
modo de organismo vivo, y la sociedad como agregado y artefacto mecánico.

(TÖNNIES, Comunidad y sociedad)

Esta distinción recogía, entre otras cosas, algunos de los aspectos más significativos
implícitos en el proceso de transición de la sociedad tradicional a la sociedad industrial.
Es decir, con esta interpretación, dicha transición supondría un ciclo de cambio de un
período de Comunidad a un período de Asociación. En esta diferenciación, Tönnies
reflejó un fuerte contenido de crítica social y un cierto intento de conceptualizar la
superioridad de unas u otras formas de lo social.

De esta manera, Tönnies empleó los conceptos de comunidad y asociación en una


perspectiva analítica e histórica bastante compleja; una lectura un tanto atenta nos
permite situar su dualidad de referencias en los siguientes términos: por una parte, el
concepto de comunidad connota vínculos personales naturales y afectivos,
motivaciones morales, altruistas y cooperativas, consolidándose como un organismo
vivo, cohesionado por el afecto, la simpatía y la voluntad de compartir; por la otra, el
concepto de asociación está ligado a las relaciones impersonales, instrumentales y
tácticas, propias de la sociedad de masas, a motivaciones racionales e interesadas y a
una estructura imaginaria y mecánica de lo social, siendo un artefacto cohesionado por
meros lazos jurídicos o de necesidad interesada. Así, en la asociación las interacciones
sociales no son vistas como fines, sino como medios, prima la competencia, el afán de
lucro y el egoísmo.

En definitiva, el tránsito de la comunidad a la asociación supone la modificación de los


vínculos sociales primarios y las formas de relación directa y su progresiva sustitución
por formas abstractas e instrumentales de relación, marcadas por la lógica del
mercado.
Nisbet Robert
El redescubrimiento de la comunidad

La imagen de la comunidad se ve fortalecida en el siglo XIX por los conservadores de la


época, quienes revocan con nostalgia las formas del Medievo y las virtudes de la
comunidad tradicional. Las nuevas formas de individualismo envueltas en la nueva
economía agrupan los deseos de lucro sin que interese el otro para lograrlo.

Asimismo se critican los nuevos fundamentos de la soberanía, la ciudadanía y la ley


prescriptiva, consecuencia histórica del desvanecimiento de la comunidad y la
corporación medieval; aunado al individualismo protestante.

En este sentido autores conservadores como Coleridge y Hegel apuntan al


racionalismo, al protestantismo y al industrialismo como el nuevo agregado de
individuos que había dejado tras de sí el Iluminismo.

La comunidad moral: Comte

El interés sociológico de Comte nace a partir de la ruptura de las formas sociales de


organización que llevaban a la anarquía, por lo que era necesaria la restauración como
urgencia moral.

Sin embargo para Nisbet, adentrarse al pensamiento de Comte remite a la forma


tradicional medieval, monárquica y católica, donde “no es más que medievalismo sin
cristianismo”.

A pesar de ello, el autor reconoce en su análisis que Comte focaliza a la sociedad como
sustantiva y primaria y con ello lo que hoy conocemos como personalidad, lenguaje,
moralidad, ley y religión. Bajo este precepto, el individuo es impensable y la única
forma de dividir la sociedad es la familia bajo techo positivista o científico: la familia
como relaciones y status.

Para el estudio de la familia puede hacerse desde la moral y la política. La primera


socializa al individuo en su trayecto a algo mayor, favorecido por las relaciones filial
fraternal y conyugal; mientras que la política desde la monogamia y la autoridad del
Padre.
Fromm
La libertad en la época de la reforma

Durante la Edad Media el ser humano está unido al mundo mediante vínculos
primarios. En el renacimiento surge el individualismo, como una forma de
egocentrismo apasionado. Con el luteranismo la improductividad se considera una
inmoralidad, por lo que sienta las bases para el incipiente capitalismo. El capitalismo
libera al ser humano de la sociedad estamental y también para la actividad
individualista, pero le somete a las fuerzas del mercado y el capital y da lugar a
relaciones amenazadoras.

En el terreno religioso, la Iglesia medieval defendía la dignidad humana, el libre


albedrío, a consecución de la salvación y la semejanza de Dios con el ser humano.
El luteranismo y el calvinismo, sientan las bases con principios psicológicos para la
sumisión, pues contemplan la impotencia del ser humano, ensalzan el sacrificio y
equiparan el éxito en la vida terrenal con la salvación.

Para Fromm, la Reforma, fue esencialmente una religión de las clases urbanas medias y
bajas y de los campesinos. El desarrollo capitalista provoca un aumento en la división
entre ricos y pobres y en el descontento que imperaba entre estos últimos. El hombre
se encuentra amenazado por fuerzas poderosas y supra personales, el capital y el
mercado. Sus relaciones con otros hombres son lejanas y hostiles, debido a que ahora
cada uno es un competidor potencial; es libre y solo.

Al no poseer la riqueza o el poder que tenía el capitalista del Renacimiento, y habiendo


perdido también el sentimiento de unidad con los otros hombres y el universo, se
siente abrumado por su nulidad y desamparo individuales. La nueva libertad esta
destinada a crear un sentimiento profundo de inseguridad, de impotencia, de duda, de
soledad y de angustia.

En la Reforma surgió el Luteranismo y el Calvinismo como nuevas religiones, dirigidas a


la clase media urbana, pobres de las ciudades y campesinos. Por medio de sus
enseñanzas aumentaron y, al mismo tiempo, ofrecieron soluciones capaces de permitir
al individuo hacer frente al sentimiento de inseguridad, que de otro modo hubiera sido
insoportable.

Fromm argumenta que antes de la Reforma, existían, como principios, la doctrina


según la cual la naturaleza humana, aunque corrompida por el pecado de Adán, tenía
una tendencia innata hacía lo bueno; la voluntad del hombre es libre para desear lo
bueno; los esfuerzos del hombre son útiles para su salvación, y el pecador puede
salvarse por medio de los sacramentos de la iglesia, fundados en los méritos de la
muerte de cristo.
Nuestro autor refiere que San Agustín y Santo Tomás sustentaban lo anterior, pero
este último nunca dejó de señalar la importancia del libre albedrío como una de sus
ideas fundamentales, pues dice que sería contradictorio con la esencia de dios y la
naturaleza del hombre suponer que éste no sea libre de decidir y hasta de rehusar la
gracia que Dios le ofrece.

La practica de la compra de indulgencias desempeñó un creciente papel en la última


parte de la Edad Media; circunstancia que atacó Lutero; pero esa práctica se inspira en
un cierto espíritu de enseñanza y seguridad. La iglesia medieval insistía sobre la
importancia de la dignidad humana, el libre albedrío y el hecho de la utilidad de los
esfuerzos humanos para obtener la salvación, así como la semejanza entre Dios y el
hombre y el derecho de éste último para confiar en el amor divino.

La teología de Lutero expresó los sentimientos de la clase media que luchaba contra la
autoridad de la iglesia, y se mostraba resentida contra la nueva clase adinerada. Dio al
hombre independencia en cuestiones religiosas, despojo a la iglesia de su autoridad,
otorgándosela al individuo; su concepto de la fe y de la salvación se apoyó en la
experiencia individual subjetiva, según la cual toda la responsabilidad cae sobre el
individuo y ninguna sobre una autoridad susceptible de darle lo que el mismo es
incapaz de obtener. Esto contribuyó al desarrollo de la libertad política y espiritual de
la sociedad moderna.

Lutero presumía la existencia de una maldad innata en la naturaleza humana. Dice que
el hombre puede obtener la certidumbre de su salvación si tiene fe, que es otorgada
por Dios, en la que lograba acallar en cierta medida sus dudas, pero estas nunca
desaparecieron, lo que se lograría hasta que el hombre superara su aislamiento y hasta
que su lugar en el mundo adquiriera un sentido expresado en función de sus humanas
necesidades.

Con Lutero, el hombre era libre de todo vínculo que lo ligaba con las autoridades
espirituales, pero esta libertad lo dejó solo y lleno de angustia; manifestó un
sentimiento de desamparo y de duda, de insignificancia; pero predicaba que el
individuo podía ser aceptado por Dios, si aceptaba su propia insignificancia,
humillándose al extremo, abandonando su voluntad personal. Completa sumisión con
Dios y a las autoridades mundanas y a los príncipes.

Fromm sostiene que la teoría de Calvino, mostró el mismo espíritu que la de Lutero,
tanto teológico como psicológico. Enseñó que el hombre debería humillarse y esta
autohumillación es el medio para obtener la seguridad de la fuerza divina. Que el
individuo no debería sentirse dueño de si mismo. Niega que las buenas obras puedan
conducir a la salvación. Expresó sentimiento de libertad pero también de
insignificancia e impotencia individuales; y enseño que la completa sumisión y
autohumillación podría el hombre tener la esperanza de hallar una nueva forma de
seguridad. Alude a la predestinación, en la que supone que Dios no solamente
predestina a algunos hombres como objetos de la gracia, sino que también decide la
condenación eterna de otros. Él y sus seguidores se consideraban de los elegidos
desde su nacimiento. Niega la igualdad humana y la solidaridad entre los hombres y
expresó odio profundo hacia el resto de los hombres, el cual habían atribuido a Dios.
Experimenta su resurgimiento más vigoroso en la ideología nazi: el principio de la
desigualdad básica de los hombres.

En esta época el hombre desarrollo una tendencia compulsiva hacia el trabajo, en el


calvinismo, debido a su angustia. Todo ello produjo el desarrollo del capitalismo, pues
hubo tendencia compulsiva hacia el trabajo, pasión por el ahorro, sentido compulsivo
del deber.

El Calvinismo y el Luteranismo se dirigieron a la clase media, la cual se sentía


amenazada y frustrada, lo que produjo su hostilidad; ello atento al lujo y poder que
podía permitirse y ostentar el pequeño grupo de capitalistas, incluso los altos
dignatarios de la iglesia.
David Riesman
La muchedumbre solitaria

Concepto de Carácter: es la organización más o menos permanente, social e


históricamente condicionada, de los impulsos y satisfacciones de la personalidad, la
clase de disposiciones con que los individuos enfrentan al mundo y a la gente.

El Carácter Social:
 “Características” que comparten los grupos sociales significativos y que
constituyen el producto de la experiencia de esos grupos.

 Carácter social también se refiere al carácter de clases, de grupos, de regiones y


de “sociedades nacionales”

Función del Carácter Social:


 La sociedad como sistema de relaciones entre individuos requiere que estos
desarrollen cierta disposición, actitud, tendencia comportamental para actuar de
cierta manera esperada.

 Tienen que desear lo que objetivamente es necesario que hagan. La fuerza


externa queda reemplazada por la compulsión interna , y por esa clase particular
de energía humana que se canaliza en los rasgos caracterológicos.

Evolución del Carácter Social:


 Asegurar cierto grado de conformidad entre los individuos exige cierta
evolución, a lo largo del tiempo.

 Los tres tipos fundamentales de carácter social son ideales y no categorías


empíricas.

Tipos ideales de carácter social:


 Sociedad de Alto Potencial de crecimiento
 Sociedad de Crecimiento Transicional
 Sociedad de Declinación demográfica Incipiente

Sociedad de Alto Potencial de crecimiento:


 La conformidad se asegura por una tendencia a seguir costumbres que no se
discuten.
 Los Individuos son dirigidos por los mayores o por la tradición.
 La estructura del poder social depende de las tradiciones, autoridades y creencias
arcaicas.
 La población aumenta con lentitud (el número de nacimientos es equivalente al
de muertes, ambos son muy altos).
 La población joven (inexperta) ocupa una proporción elevada; y las expectativas
de vida son bajas
 Predomina la producción primaria (agricultura, caza, pesca y minería)
 la obediencia y el respeto a las tradiciones es la brújula que orienta la actividad
de los individuos.
 No está claro para el individuo que su vida sea producto de sus ambiciones; el
destino o la autoridad las rigen.
 La conducta es objeto de prescripciones y no de opciones.

Sociedad de Crecimiento Transicional:


 La conformidad se asegura por un conjunto de metas “prestigiosas” que los
individuos internalizan.
 La sociedad depende de la Dirección interna
 Mayor movilidad personal - Rápida acumulación de capital - cambios
tecnológicos
 Expansión intensiva en la producción de bienes y seres humanos.
 Afán por la exploración, la colonización y el imperialismo.
 Los individuos tienen posibilidades de proyectarse sin dirección tradicional
estricta y autoevidente.
 La sociedad depende de la dirección interna.
 La tasa de natalidad es creciente y la de mortalidad tiende a no ser declinante.
 Predominio de la Esfera Secundaria de producción (industria manufacturera).
 El Giroscopio es el mecanismo psicológico que reemplaza al grupo primario.
 Mantiene el “rumbo” de la persona de dirección interna, aunque la tradición no
dicte ya sus movimientos.
 Carácter típico de la vieja clase media (banquero, comerciante, pequeño
empresario, ingeniero, etc.).

Sociedad de Declinación demográfica Incipiente:


 La conformidad se asegura por la sensibilidad frente a las expectativas y
preferencias de los otros.
 La Sociedad depende de la dirección de los otros.
 Carácter típico de la nueva clase media (burócrata, empleado de empresas, etc.)
crecimiento lento: porque hay pocos nacimientos y las expectativas de vida son
prolongadas
 Predomina la Esfera Terciaria de producción (comercio, comunicaciones y
servicios) Amplios sectores de la población pueden acceder a cierta abundancia
material y al ocio. Pero la sociedad está centralizada y la autoridad burocrática
acelera la industrialización y la homogeneidad de estilos entre razas, naciones y
culturas.
 Este tipo surgió durante la posguerra en la clase media alta de las grandes
ciudades del hemisferio norte
El consumismo y la necesidad de consumir
 La gente debe aprender a disfrutar y consumir los servicios. Sin consumo, el
relativo equilibrio social se desbarata.
 Las presiones de la escuela y del grupo de pares se ven reforzadas y continuadas
por los medios masivos y la cultura popular en general.

Rasgos más sobresalientes de la dirección por los otros


 Conducta conformista.
 Necesidad de aprobación por parte de los otros.
 Son resistidos por los bastiones de individuos dirigidos internamente que
subsisten, y son agredidos por los bastiones de dirección tradicional.
Weber- LA ETICA PROTESTANTE (pp. 103 a130)
Karl Marx
Trabajo enajenado
El hombre es un ser genérico, es decir universal, y por tanto libre, en tanto que se
apropia de la naturaleza a través del trabajo.
A través de la naturaleza trabaja porque se sirve de ella, pero necesita de ella y la
transforma al trabajar.

El trabajo enajenado consiste así en separar al hombre de la naturaleza y, por otra


parte, en cuanto su trabajo —la actividad vital— lo enajena de sí mismo como hombre,
lo aleja por tanto de su ser genérico.
Si el trabajo es lo que nos hace humanos, cuando este es enajenado, dejamos de serlo,
esto es, nos alejamos de nuestra naturaleza productiva, de la actividad de la vida
porque la vida es actividad: es enajenante cuando sólo se transforma en medio de
vida, y no la vida misma.

Los animales no se separan de su actividad vital, son ella misma. El gato, el ave son lo
que hacen; el hombre además de ser lo que hace, decide lo que hace y piensa lo que
hace, desarrolla “una actividad vital consciente”.
Cuando la actividad es consciente, el hombre es genérico y por tanto libre. El hombre
produce también sin coacción de la necesidad física. Cuando se libera de ella es cuando
verdaderamente produce.

“El animal produce solamente a tono y con arreglo a la necesidad de la especie a la que
pertenece, mientras que el hombre sabe producir a tono de toda la especie”.
El hombre también crea belleza, al trabajar, el trabajo es una actividad creadora,
creativa.
El trabajo enajenado le arranca al hombre su vida genérica y la vida la transforma en
un medio. Su existencia genérica —universal— lo convierte en un existencia individual
enajenándolo a su cuerpo, como su ser espiritual humano.

De aquí se desprende que la enajenación sólo es el resultado de la enajenación del


hombre por otro hombre: “La enajenación del hombre y en general toda relación del
hombre consigo mismo, sólo se realiza y expresa en su relación con los demás
hombres”.
El trabajo enajenado le pertenece entonces a otro hombre, que goza del trabajo que
para el otro es una tortura. Esto muestra que la relación del trabajo enajenado y el
obrero es una relación entre el obrero y el capitalista o patrón. El producto/mercancía
es reflejo del trabajo enajenado y también lo es la propiedad privada, como
consecuencia y no como causa del trabajo enajenado.
La propiedad privada es a la vez consecuencia de un medio a través del cual se enajena
el trabajo y donde se lleva a cabo la enajenación. Asimismo el salario es un reflejo del
trabajo enajenado. El salario del trabajo es un instrumento del salario, y elevarlo
llevaría solamente a una mayor remuneración de los esclavos porque no restituye ni la
dignidad, ni la vida del obrero.
Durkheim
El Suicidio Amonico

Es sabido que cuando se producen crisis económicas la cifra de suicidios


aumenta de forma vertiginosa, pero cuando se produce lo contrario la cifra de
suicidios no disminuye en la misma proporción.

Tras numerosos estudios se ha llegado a la conclusión que no es por que la


crisis en sí empobrezcan a la población, sino porque son perturbaciones del
orden colectivo.

El estado de irregularidad o de anomalía está, pues, reforzado por el hecho de


que las pasiones se encuentran menos disciplinadas en el preciso momento en
que tendrían necesidad de una disciplina mucho más fuerte.

Esto hace que las ambiciones sobreexcitadas vayan siempre más allá de los
resultados obtenidos, cualquiera que sean, porque no se les advierte que no
deben ir más lejos. Nada pues les contenta y todo la agitación se gasta sobre sí
misma sin llegar a saciarse.

Entonces si la pobreza protege contra el suicidio es porque por si misma, es un


freno. Cuanto menos posee uno, menos intenta extender el círculo de sus
necesidades. La riqueza al contrario por los poderes que confiere, nos da la
ilusión de que nos engrandecemos por nosotros mismos. Al disminuir la
resistencia que nos oponen las cosas, nos induce a creer que pueden ser
indefinidamente vencidas, ahora bien, cuanto menos limitado se siente uno,
más insoportable le parece toda limitación.

En épocas pasadas la religión servia de consuelo tanto para ricos como para
pobres pero hoy en día la religión ha perdido toda su fuerza, esto ha llevado a
la consagración del materialismo, que el desarrollo económico se sitúe en
primer lugar, nos lleva a considerar si no será esto el causante de que en crisis
económicas se dispare el numero de suicidios.

La anomia es en las sociedades modernas un factor regular y especifico de


suicidios, el suicidio anómico proviene de que la actividad de estas personas
está desorganizada y esta es la razón de su sufrimiento.

Comparando este tipo de suicidio con el suicidio egoísta podemos decir que
aunque guardan cierta relación ocupan parcelas sociales diferentes: el primero
se ocupa del mundo empresarial mientras que el segundo se centra en
carreras intelectuales.

Hay otros tipos de anomia como la que se da en el enviudamiento y en la que


nos vamos a detener a continuación que es la referente a los divorcios; M.
Bertillon establece que el número de suicidios varía con el de divorcios, en todo
Europa, y este autor dice que esto depende de un mismo factor que es el
numero de personas equilibradas, este tipo de suicidio no deriva del hecho del
divorcio, sino que ambos juntos derivan de la misma causa.

Tras descartar varias hipótesis Durkheim establece que sólo queda una
posibilidad y es que la institución misma del divorcio por la acción que ejerce
sobre el matrimonio predisponga al suicidio.

El debilitamiento de la disciplina matrimonial agrava la tendencia ala suicidio de


los hombres y disminuye el de las mujeres
Merton
Estructura social y anomia:
La estructura social y cultural consiste en los fines, propósitos e intereses
culturalmente definidos, propuestos como objetivos legítimos a todo o algunos
miembros diversamente situados en la sociedad.
Los fines prevalecientes comprenden un marco de referencia “aspiracional”. Son las
cosas “dignas de luchar por ellas”. Un segundo elemento de la estructura cultural,
define regula y controla los modos aceptables de alcanza esos fines.
Cada grupo social relaciona invariablemente sus objetivos culturales con regulaciones,
enraizadas en las costumbres o instituciones, respecto a los procedimientos permitidos
para dirigirse hacia aquellos objetivos. La elección de expedientes para lograr los fines
culturales es limitada por las normas institucionalizadas.

El énfasis cultural otorgado a ciertos fines varía independientemente del grado de


énfasis otorgados a los medios institucionalizados. El caso límite de este tipo se alcanza
cuando la serie de procedimientos alternativos es gobernada sólo por normas técnicas
y no por normas institucionales.
Es este caso polar hipotético, cualquiera y todos los procedimientos que prometan el
logro del finmuy importante serán permitidos. Un segundo tipo polar puede verse en
grupos en donde las actividades concebidas originariamente como instrumentales se
transforman en prácticas cerradas en sí mismas y carentes de objetivos adicionales.

Entre estas dos fases de la estructura social se mantiene un equilibrio efectivo


mientras existen satisfacciones para los individuos que se conforman a ambas
coacciones culturales, es decir, satisfacciones por el logro de fines y satisfacciones que
emergen directamente de los modos canalizados de actuar para alcanzarlos. Si el
orden mismo ha de mantenerse, deben obtenerse satisfacciones continuas. Si el
interés se desvía, aquellos que sufren derrotas en forma permanente pueden luchar
por un cambio en las reglas del juego.

Merton, intenta realizar una teoría general del comportamiento desviado en su obra
“Teoría y estructura social” (1938). Este propone el concepto de anomia como
discrepancia entre metas o fines prescritos culturalmente y los medios legítimos para
alcanzarlos. Opina que la cultura determina que cosas debe desear la gente, lo mismo
que la manera legítima de lograrlas.

En la sociedad occidental es una meta importante el éxito y las posiciones materiales


son símbolos de ese éxito. Esas metas materiales se convierten en símbolos de la
propia valía y del éxito, por lo tanto son muy estimadas, pero, si bien a todos los
miembros de la sociedad se les enseña a valorar el éxito material, hay miembros que
tienen negado el acceso a los medios culturalmente aprobados para lograr ese éxito.

De tal manera que, esas personas a quienes se les tiene negado el acceso a los medios
culturalmente prescritos como “legítimos”, tienen más probabilidades de acudir a los
medios “ilegítimos” para lograr las metas. La mayor presión conducente al desvío se da
entre los grupos socioeconómicos más bajos y las conductas desviadas son: el crimen,
el suicidio, los desórdenes mentales, el alcoholismo,etc.
En ese proceso de disciplinar a la gente para que mantenga sus aspiraciones no
cumplidas resultan fundamentales los propósitos culturales del éxito, los documentos
vivientes que atestiguan que el Sueño Norteamericano puede hacerse realidad con
solo poseer la habilidad requerida.
Junto con este énfasis positivo en la obligación de mantener objetivos elevados
aparece en énfasis correlativo en las penalidades para aquellos que bajan el nivel de
sus ambiciones. Para los norteamericano el manifiesto cultural es claro: no hay que
renunciar, no hay que cesar en la lucha, no hay que disminuir las metas, puesto que “el
crimen no está en el fracaso, sino en apuntar bajo”.

El individuo, ante este medio cultural, responde con cinco formas de alcanzar las
metas: la adaptación es la única aprobada, las otras cuatro son desviadas. La teoría de
la anomia se refiere sólo a aquellas personas que no han tenido acceso a los medios
aceptados para lograr el éxito:

Conformidad: Si no existe la conformidad tanto con los fines culturales como con los
medios institucionalizados, la estabilidad y continuidad de la sociedad no podría
mantenerse. La red de expectativas que constituye todo orden social está sustentada
por la conducta moral de sus miembros que representa conformidad con las pautas
culturales establecidas, aunque quizá secularmente cambiantes.

Innovación: El gran énfasis cultural n el fin-éxito estimula este tipo de adaptación


mediante el uso de medios institucionalmente proscriptos pero a menudo efectivos
para alcanza por lo menos el simulacro del éxito: riqueza y poder.
Esta respuesta aparece cuando el individuo ha asimilado el énfasis cultural en el
objetivo sin alternalizar igualmente las normas institucionales que rigen las vías y los
medios para su logro.
En los niveles económicos más altos, la presión hacia la innovación borra con
frecuencia la distinción entre los esfuerzos formales aceptados por las costumbres y las
prácticas astutas situadas más allá de las costumbres.
Las presiones mayores para la desviación son ejercidas sobre las clases bajas.
Numerosas investigaciones han demostrado que las áreas especializadas del vicio y del
crimen constituyen una respuesta “normal” a una situación en que se ha absorbido el
énfasis cultural en el éxito pecuniario, pero en que existe poco acceso a los medios
convencionales y legítimos para lograr tal éxito.
Los incentivos para el éxito son provistos por los valores establecidos de la cultura y
segundo, los caminos disponibles para distinguirse hacia esos objetivos están
ampliamente limitados, por la estructura de clases, a los correspondientes a la
conducta desviada.
La combinación del énfasis cultural y de la estructura social es la que produce una
presión intensa hacia la desviación. La presión dominante conduce a la atenuación
gradual de los esfuerzos legítimos pero absolutamente inefectivos, al creciente uso de
expediente ilegítimos, pero más o menos efectivos.
La consecuencia de esta inconsistencia estructural es un alto porcentaje de conducta
desviada.
Un buen ejemplo de esto es “Al Capone”, quien representa el triunfo de la inteligencia
amoral sobre el “fracaso” moralmente prescrito, cuando los caminos de la movilidad
vertical están cerrados o reducidos en una sociedad que otorga una enorme
importancia a la abundancia económica y al ascenso para todos sus miembros.

La conducta desviada se desarrolla en gran escala solo cuando un sistema de valores


culturales ensalza, virtualmente por encima de todas las cosas, ciertos fines comunes
para el total de la población, mientras que la estructura social restringe de modo
riguroso o cierra por completo el acceso a los medios aprobados para alcanzar aquellos
fines a una parte considerable de la misma población.

Ritualismo: Implica el abandono o la reducción de los objetivos culturales muy altos,


referidos al éxito pecuniario y a la movilidad social rápida, hasta el punto en que
pueden ser satisfechas las propias aspiraciones.
Puesto que la adaptación constituye, en efecto, una decisión interna y puesto que la
conducta pública es institucionalmente permitida, aunque no culturalmente preferida,
no se considera por lo general un problema social. Se la describa o no como conducta
desviada, ella representa claramente un apartamiento del modelo cultural en el cual
los hombres están obligados a competir activamente de preferencia mediante
procedimientos institucionalizados, a moverse hacia delante y hacia arriba en la
jerarquía social.

Retraimiento: El retraimiento, o sea, el rechazo de los fines culturales y de los medios


institucionales, es probablemente la menos común. Las personas que se adaptan (o se
mal-adaptan) de esta manera están, estrictamente hablando, en la sociedad pero no
forman parte de ella. Sociológicamente constituyen los extranjeros. Como no
comparten la estructura común de valores, solo pueden ser incluidos como miembros
de la sociedad en un sentido ficticio. En esta categoría entran algunas de las
actividades adaptativas de lo psicóticos, autistas, vagabundos, borrachos, drogadictos,
etc. Estos han renunciado a los fines culturalmente proscriptos y su conducta no se
adapta alas normas institucionales.
En la vida pública y ceremonial, este tipo de conducta desviada es el más condenado
por los representantes convencionales de la sociedad. La sociedad no acepta
fácilmente tal repudio de sus valores.
Hacerlo significa ponerlos en duda. Aquellos que han abandonado la búsqueda del
éxito son implacablemente perseguidos en sus refugios por una sociedad que insiste
en que todos sus miembros se orientan hacia el esfuerzo por el éxito.

Este cuarto modo de “adaptación” es pues el de los socialmente desheredados.


Constituye un modo de adaptación privado, más que colectivo. Aunque las personas
que exhiben esta conducta desviada pueden inclinarse hacia centros en donde se
ponen en contacto con otros desviados y aunque pueden llegar a compartir la sub-
cultura de esos grandes desviados, sus adaptaciones son ampliamente privadas y
aisladas.

Rebelión: Esta adaptación lleva a los hombres colocados fuera de la estructura social
ambiente a contempla y a buscar el surgimiento de una nueva- es decir una muy
modificada- estructura social. En nuestra sociedad, los movimientos organizados de
rebelón apuntar aparentemente a introducir una estructura social en la que las pautas
culturales de éxito serían profundamente modificadas y se procuraría una
correspondencia más estrecha entre mérito, esfuerzo y recompensa.

Debemos diferenciar el concepto de rebelón con el de resentimiento. El resentimiento


tiene tres elementos engendrados entre sí: sentimientos difusos de odio, envidia y
hostilidad; de ser impotente para expresar activamente esos sentimientos contra la
persona o contra el estrato social que los provoca y por último, una continua re-
experiencia de esta hostilidad importante.

El punto esencial que distingue al resentimiento de la rebelión es que el primero no


involucra un cambio genuino en los valores. El resentimiento implica un patrón;
sostiene simplemente que los objetivos deseados pero inalcanzables no representan
realmente los valores estimados. La rebelión por otra parte, implica una
transvaloración genuina, en la que la experiencia directa o sustitutiva de la frustración
conduce a la denuncia completa de los valores previamente estimados.

Resulta típico que los que organizan a los resentidos y rebeldes en grupo
revolucionario sean de una clase social en ascenso.
La tensión hacia la anomia La estructura social que hemos examinado produce una
tensión conducente a la anomia y a la conducta desviada. Cuando el énfasis cultural se
traslada de las satisfacciones que derivan de la competencia en si a un interés casi
exclusivo en el resultado, el esfuerzo consiguiente contribuye al derrumbe de la
estructura regulatoria.

Esta tensión conducente a la anomia no actúa igualmente en toda la sociedad, el éxito


monetario se consideró como el principal objeto cultural, aunque existen por
supuesto, objetivos alternativos en el repertorio de los valores comunes.

En tanto la estructura cultural atribuya prestigio a esas alternativas y la estructura


social permita el acceso a ellas, el sistema estará un tanto estabilizado. Pero la
tendencias centrales hacia la anomia persisten.
Marx
Infraestructura y Superestructura

La infraestructura o base es un concepto marxista que hace referencia a la estructura


económica de la sociedad que influye sobre la superestructura.

Para entender la definición, conviene en primer lugar explicar qué entendemos como
estructura económica de la sociedad para luego pasar a explicar la superestructura así
como su interrelación con la infraestructura.

La estructura económica de la sociedad, concepto acuñado por Karl Marx en su obra


«Contribución a la crítica de la economía política» publicada en 1859.

Componentes de la infraestructura económica de la sociedad


La infraestructura, como apunta la definición, es la estructura económica de la
sociedad y está formada por dos componentes principales:

 Relaciones de producción: Es el término utilizado por Marx para explicar cómo


afectan los distintos tipos de relaciones en función de cómo se trabaja
(técnicas) o de las personas con las que se trabaja (sociales).
o Técnicas: Las relaciones técnicas de producción explican la influencia los
trabajadores sobre los procesos y tipos de trabajo.
o Sociales: Por su parte, las relaciones sociales de producción hacen
referencia a la relación existente entre los propietarios de los medios de
producción y de los productores reales.

 Fuerzas productivas: Es el segundo concepto con el que Karl Marx completa los
componentes generales de la infraestructura económica. Son también dos.
o Mano de obra: Se refiere al trabajo que aportan los trabajadores.
o Medio de producción: Es el lugar de trabajo o la fábrica en la que estos
operan.

En resumen, las relaciones de producción son las relaciones que se crean entre los
agentes productores. Estos agentes productores pueden ser trabajadores o
propietarios. Cuando se da entre trabajadores, dependiendo del proceso o del tipo de
trabajo se trata de relaciones técnicas. Por ejemplo, el hecho de que alguien ponga
una suela al zapato y otro ponga los cordones. Por su parte, cuando la relación se da
entre trabajadores y propietarios estamos hablando de relaciones sociales de
producción y de cómo la interacción entre ellos afecta a la realidad social.

En cuanto a las fuerzas productivas, se entienden forma mucho más simple. Por un
lado se encuentra la mano de obra (trabajadores) que trabajan en un lugar (medios de
producción). Estos medios de producción pueden ser fábricas, tierras, etc.
Conexión entre fuerzas productivas y relaciones de producción
Para Marx, fuerzas productivas y relaciones de producción están interconectadas.
Ahora bien, no de forma bidireccional. En palabras de Karl Marx, las fuerzas
productivas afectan sobre las relaciones de producción. Esto es, el afán de lucro
privado por la presencia de los propietarios como uno de los agentes en las fuerzas
productivas, frena el avance de las relaciones de producción.

Dicho de otro modo, según la obra de Marx los propietarios permiten que crezcan las
fuerzas productivas, pero no dejan avanzar a las relaciones que se crean en la
producción.

Algunas de las críticas que ha recibido este postulado marxista es el rechazo a la


imagen del propietario de los medios de producción. Según otros autores el
empresario no tiene por qué ser un explotador. Cualquiera de nosotros puede ser un
empresario y no por ello seremos explotadores o esclavizadores.

La superestructura es un concepto marxista que hace referencia al conjunto de


elementos jurídicos, políticos e ideológicos provocados por la infraestructura o base.

Del mismo modo que en la infraestructura o base, Marx indica que existe una
influencia clara de las fuerzas productivas sobre las relaciones de producción, en el
caso de la infraestructura y la superestructura ocurre lo mismo.

Para Karl Marx, la infraestructura influye sobre la superestructura. Es decir,


dependiendo de cómo se organice la sociedad para producir los bienes que necesita
para vivir, entonces así se construirá su marco jurídico, político e ideológico.

De ahí que Marx, haga tanto hincapié en derrocar al capitalismo. De lo contrario,


piensa que es imposible cambiar la realidad ideológica, jurídica o política.
Ya que, según este autor, el capitalismo reproduce métodos de producción que vician
la ideología.

Componentes de la superestructura
Aunque bien podrían ser tres componentes diferenciados, para Marx la estructura
jurídica y política forma una sola. Por tanto, tenemos dos componentes principales de
la superestructura:
 Estructura ideológica: La estructura ideológica está compuesta por las distintas
formas de conciencia social.
 Estructura jurídico-política: Está formada por el Estado y el Derecho. Es decir,
en la organización política y las leyes que rigen el país.
Karl Marx no desarrolló mucho este concepto y gran parte cuánto sabemos de él, se
debe a las interpretaciones de los estudiosos de su obra.
Relación entre infraestructura y superestructura
El vínculo entre infraestructura y superestructura va de izquierda a derecha. Es decir, la
infraestructura influye sobre la superestructura. Para Marx, cuyo discurso era un tanto
radical, todo dependía de la infraestructura de la sociedad. Dicho de otro modo, la
infraestructura de la sociedad influía sobre todo lo demás.

Por lo anterior ha recibido críticas, ya que algunos autores han puesto ejemplos de
partes de la sociedad que no necesariamente son infraestructura o superestructura.
Por ejemplo, la ciencia o el lenguaje. Sin embargo, seguidores del marxismo han
apoyado a Marx alegando que en la época en que escribió aquello la explotación era
muy grande.

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