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Lo Etica en Aristoteles ola Moral de a Virtud _ wi je an cr RCO NRE Endebas.BM, Fanaa por la Universidad de Buenos Aires en 1958 Primera edicién: ctubre, 1997 Disefio de tpa: Luis M. De Riis Disco de interior: Ezequiel A, Bluvstein (©1997 EUDEBA SEM - Editorial Universitaria de Buenos Aires Sociedad de Economia Mixta, Av. Rivadavia 1871/1973 (1033) Buenos Aites, Republica Argentina, Queda hecho el depdsito que marca Ia ley 11.723 Derechos reservados TS.B.N. 950-23-0660-0 Nose permit la repoduccign total o parca de est libro niu lmacena- ‘mieno en un sistema informitico, ni su tansmisén en cualquier Toone 9 Bor cualquier medio, electnico, mecnico,foocopia u otros métode, sin el permiso peevio del editor Pees i ] | ita Setesinge Kenn Cae, | Rodeo Monat Jas Las Romero, magi isin mmanorian aan ten scan RNS on senna ERE EERIE ” Prdlogo [BI present libro es el resultado de un largo y casi siempre amis- {oso rato entre el autor y Ios textos aristotlicos, tanto os especttica ‘mente étcos como los concernientes a a fisia, la metafisica, a ilo sofia de la dialética, de la retrica y de la l6gice, Ia biologi, Ie historia, et., que se incié hace treintay cinco aos, cuando, a ins- tancias de mi maestro, Eilhard Scblesinger, comencé mi investgs i6n sobre Anaximandro de Mfileo, la que culminaria en mi esis de licenciatura dela Universidad de Buenos Aires, Posteriormente, mi Dissertation para obtener Dr Phil, en la Universidad de Tubingen, ‘Alemania, vers6 ya sobre un problema de filosoia de la Logica en, AvisiGteles, a saber: su concepeién de la eorfa de los contrarios, en especial por contraste con la tcorfa platénica de los principios, ta como ésta habfa sido reconstrada por esos alos por mi director, Konrad Gaiser A la problemdtica ligada con este tema se remonta uno de los planteos que se encontrard desarrllado especialmente en Jos primetos capitulas del presente libro, a saber: la concepcién aristoélica de la acei6n y de su conocimiento, el método apropiado para las cuestiones que se relacionan con la prdxis,y el significado {el érmino bueno 0 bondad referido a las acciones. En efecto, al ‘comparar y conteastar Ios textos aristoiélicas con ia metafisiea platénica det perfodo tardfo, tl como ésta aparece esbozada en los Gidlogos apartir dela Repblica, especialmente enel Filebo, y sobre {odo en los Testimonia platonica recopiladios por Geiser, que reco- ‘gen la radici6n doxogréfica sobre Ia. as llamada doctrina no escrita el fildsofoateniense, se me iba haciendo més y més claro el profun- do sentido que la euptura epistemol6gica con el punto de vista de su ‘maestro habia tenido para la maduracin del concepto de acci6n y, ‘en general, para la visiGn de los fenémenos morales y politicos en Avisteles Fltab, sin embargo, otro estimulo, més acuciantey per turbador, para volearme decididamente hacia la 6tca con preferen- ‘ia aos otros temas, igualmente atrayentes, que se ofrecéan dentro de los estudis aristotclicos a principios de los aftos setenta. Bste provino de dos acontecimientos politico-ideol6gicos que dieron un u : fo z a a a é t Tuclcoamisintoresesacadémicos, encamindndolasdefinitivamente hacia Te ticay a flosofiapotica: l golpe mili Laue ‘bia derroca al gobiemo democrica del Presidente Arta ibis on la Argentina, poniendo fin a toa espera de ‘consolidacién de Ie entonesineplente democrats, ensturada en mil novecenios cincuena y ocho, y el movin stugianesalemane¥ ena dima Wada dels sea Ae stb ch ogc cu o ai ali en mil sovesentcs Festa ocho, Por suinlyjo descr primers BsculadeFanctoe '8 Dialéctica de la lustracion, la obra de ‘Exnst Bloch, a cuyos semi- ‘arisen a Universidad de Tbingen ss, decn verdad on, wna enorme concurencia qu los tort casos ecarene sexdEnios, yoda a bibliogaaentomoal joven Hegel ancy Marx Es muy diel recrere lima de a Replies Fseog Alesnia por agulos fos, sb odo cua on ree aa Ge estar yo y mi familia al, eayelgbiema dea pom se Cote democisianesyscistemeratasy Wily Brandssugionc ¢lunfaoren as aris tecons, es por pine see esens, de arent fos, ngianaun socialise como primer inane Cron, gules qu sca, n0 eminencién al esr ne podlons hace sutbiograade mis alos de omacion, sino mis benno bozo de mis variables relaconesconelEstaghitaanecesnego gt tora y ots mds tates, pero siempre intesses y rotary Par dl conocmiento yl apropiacion de a teore crane nse 22s olin dei popiopesancno en estone coer "los précis que end un argo period de aleron a, eras mtd, en i noveiets wenn yooh 1 rinerecald nun ateul atemaico sobre ooo ses ‘efuirés ovo qe culminarn sis alos despuce en Iocan verdad) legtinacicn También con lan ala ea ec, cles xe nuevo enfogue produc un gro imporane eg an de la problema: x pari de enonces me eta inpatient ‘incur as cussion de inerprtcion de acca arsontcg especial du tori de as virus, del oneto soils inden lscida tadconl, gray stoi en aque fa consbidny Ss Lueg demir al pusen mil noecenorseemay ng 2 omens ajar na fice Pola desde ta va ps perv, que ole ngusi unt conta rar donors cna conveaioer perce quate fru el ho frm ce nonce adores do era agua y dea, ue viv nun exo intr edsto nay eas Kone sae acon deanbt en ovens etna ey eet dete eet nets, Aes tp dol wrens wenn y nal ochnny Seay ra poe lesa como Ir cay igen amit dota a gue ye refer, Sin ebugel mel munud sap Inbebin dig ieonmhtoe fa ica pli de Atle dapeaba, menos pbiado taht herein lcd is osm ee henacn dua ca niereit endl gn eve Singur unos dpa ung elaine occa in hn ae aj {etsrnions aac en meaner ono ‘nitquts Enns tos Rite ele gwen Seno Gm psp re eso Rat "me finn mds ss siti pepe ea oe iterelt pragma oa comuncin,Baa stens conto Sin con alge, laser ya pragicn l dacenorm vv como cor lon robes us plane para neva n- ‘eral lpia eau! dl mundo conemportns es son ae sor cree ota in rin urea ot ans ah ee fonann mea prnpeta dla qs niece! neo cena dea ite, tort de viru qc expe por verenan aril sie ae ya dca contempord nex en i movin nove, Een oli ded xe evo B 2c RSME ‘punto de encuentro que he retomado Ia investigacin de Ia ética sistotéica, en paralelo con mi trabajo sistemstico sobre una ética ‘universalsta. Por esta razén decid publicaren mil novecientos noven- {ay dos todos mis trabajos, éitos inéditos, sobre la Etica y Politica avistoélicas, orgaizados y sistematizados de modo tal que se presen taran, sino en una exposicén continua, al menos en una articulacién coherent. Se trats, en realidad, de una especie do Preprint o docu. ‘mento de trabajo tanto por la precatiedad de In edicién como por el estilo dela editorial (Centro Editor de América Latina) y dela cole. 6m (Los fundamentos de las ciencias del hombre) que lo albergaba A pesar de estas caracteristicas, libro tuvo su repercusién, como lo ‘mucsiran Ins dos resefas debidas a dstinguidas colegas, especialists «en filosofia griega: Graciela Marcos y Mara Isabel Santa Cruz, las ‘nurnerosas ita en los trabajos de colegs filsofos/a, La obra que hoy oftezco difiere, pues, de todo lo anterior, yaque strata de una presentacin continua y consistente ds los temas con. tales de la moral arsttéica dela viru, de sus supuestos y puntos e part en la concepci6n de la acciGn, del método de ia flosofia Prdetica, y de tipo de razén epropiada aella, Mi concepcién actus! de la tca aristotlica se distingue notablemente en muchos aspectos de fa que tenfa al comenzar a escribir hace casi veinticinco ates Sobre ella he revalorizado el papel que Aristételes signa ala razén ena ica, y he descubierto que, dentro de la economfa de su obra, ‘xiste al menos una concepeién de la buena vida, la del magndnimo, entrada en la vide de a virtud, que ain hoy, a través de numerosas ‘mediaciones a partir dela étcaestoica en adelante, nos habla de un ‘deal que noses familiar, aunque distante, Par legar estas impor. ‘antes rectificaciones asi como para ofrecer la interpetaciGn ms fon- dada tanto de cada una de las virudes como de su conjunto, me dei ‘Qué intensamente al estudio de la impresionante bibliograffa en len. ‘gun ingles, de orientaciGn analitica, aparecda en la dima década, 4ue ba dado un impulso decisivo alas investigaciones sobre la filo. sofia préctics aristotéiea, a pesar de las frecuentes reteraciones, la ‘excesiva proijidad y las abundants trivialidades que se encuentra «en ella, al menos para alguien que, como yo, ha sido formado en la rigurosa austeridad de la ilologta germénica, ioe: ege den pine Fipln prerelease: sg linac solide Aisles crs dena 8 {nq ts hn io tans cn Cape ertoum Sgvendtncafle 2 ye dticadee as cctones dln Sentara eiscatn Los capt 4 Set ae ten dtaio er enero bss. quprsu important d- tense esnor pr nero sonal lage Frc) lena ben Lacapsn deltas dee Meee vid ex dsl capa sx Cris capo 12 eral ro imu in ea ica ‘Tne deste a pepe de a ica one, yt Seine, dea rear vil gy nurs a co overeat utero cnt, Po io, a argalnen: nome cup celia der tea ea alee Seen que coun sens pn on esto po wine demon rencontre isin! apy decane seine, bio po oi sans gee eo ac one sande’ on Hunted lean Coss NacioaI- “tne hs Te el Aya Ue Sales de La Plan y Buon Ait, Seve 88¢hu soos dei oboe conel agi tode siglo Hurlingham, invierno de 1997, a nest ERR salamat hiieemsaeimanmantssniamnii Nota preliminar Enel ext de lito se utlizan dos manerasdisintas dest A) ls textos clsicos son sitads ene paréntesis en el cuerpo principal por medio de tas abrevisturas suamentewilizadas, qe se tencontearén explicadas ena ita complet en la Biblio raf con la «ques ier libro, por ejemplos (EV 1, 1098 a5) remit ala Ehica Nicomache, iro, ap. 1p. 1094, columnad,ineas 1a 5de la cdicign de I Bebe, qu se encuentra repradcia al margen todas as ediciones ras y des mejores wadacciones 2) faibliografa secundaria se ita en fas naa de sour lsc ssientesquema: 1) aur, fecha de pubicacin y pins, se ata de libros 0 articulos, y 2) autor, sigla del tftulo, tomo y paginas, si se trande historias deals, dedeconaris ode ramatcas. Como nd), ascites complet se encontrarn enn iligrfi fil, ote nada en seis grandes secciones: 1. Historia del sola rigs 2 Monografia antl sobre ilosofa ries especiaiment soe la Aion de Aisttles; 3 Historia de a erate, de a clr y dela religid; 4 Dzconais y gramétias; 5 Histcia poi, social y conse 6. Filosofia en general espovisiment ia. ‘Todas las waducciones de Jos textos citados son mias, a menos «ques indique lo contrat, En las traducciones de los textos se uili- zan os siguientes signos diacriticos: {J indican una interpolacién hecha por mi al texto original, sea para completar el sentido implicito, sea para comentato. ‘<> indican una interpolacién de una o més palabras en el texto _ariego, introducida por medio de una conjetura por el editor, uno de los comentaristas, 0 en casos excepcionales por mt, 1) indican que se dehe suprimir una o més palabras del texto sriego, debidas a una intrpolacién ocurida en la transmisi6n del texto de los manusertos, de acverdo con alguno de los editores 0 ‘comentaristas. EN /streraionaninsisi Capitulo 1 La vida de Arist6teles y la historia de sus tres Bticas 1 Biografia de Avistbteles (384-322 4 C.) CConira lo que generalmente se cree, la biografia como género tuvo un nacimiento relativamente tardio en la Antighedsd. El drama «en sus distintas formas, la prose histérca, la orator forensey poli- tia, los diioga filosicos y aun la rosa cientficahabfan aleanza- do su madurez y en algunos casos inclusive su decadencia, cuando hizo suaparicin, hacia mediados del siglo III 4C., la biografia junto ‘alas narraciones de viajes y fs cronicas entretenidas con colt loca. Por esa causa, la primera biografa de AistGteles, debida a un Cl Hermipo, se escribic més de un siglo después de su muerte, esto es hacia fines de sigio IC. A partir de entonces se multiplicaron las, Vidas de Avistoteles, que mezclaban datos reales y ficticios, desmedidamente encomidsticos los unos y directamente calumnio 03 os otto, A diferencia de Platén, existié ya durante su misma vida una tadicién profundamente host a Aristtees, que fue cre- ciendo con el correr de Ios siglos. Como consecuencia de todo ello, El pasa admite més de una interpretacisn, especialmente a cau- sa de su estilo en extreme conciso, que diffcuta en parte saber a ciencia cierta hacia dénde apunta cada paso. A pesar de ello, la ‘concepeisn central no solamente es clara, sino que constituye uno de los puntos de partida centrales de a filosofiapréctica aistotslica, La afirmacién central, en torn la cual se articula el texto, es a ‘que encontramosen la seccin ()(1222b 21-24): «De entre os prin- Bont, Index p. 416 a5, dala siuinteacnpn para oso uo de hyo: [psa ropiam ac prmeram aul vocab nooner, proprun ac pecs ‘haute notonls nomen scat Asi o ha entndido Ono, EE, p28, {quan Fade: »Urspringe nun ven der Art. dass sie an der Spize von Verandorungevorgangen sehen. halseen Ureprings im stengen Wort. ‘Mas retrtemento Kory, 1978, pp-3-12, ha scat con parte doa tl pase, conrbuyendo sensblomante acu rtrpretacén. Sin embargo, fa ‘nerpretacsn de Keony dere Kndamontamonts con la sostnis eau er [Giterpretacisn dl igticado do hosque Kannyteduce por senting, {modo que arta’ Japa eon scooting prinelple pp. 45). Eero Intepretacon do Kenny se orga, ami mado da er, enol hecho de que ro ‘vet hasta qué punto Ariel lege alos spincpiose matemcos ol ‘arc daprindpioe, Para Kenny estos Uitmos estan engi mismo plano ‘ue algunas caueas fscas, ya que erat all cases of physical causation ae ‘Ghusaton of main lhe. The generation of ene substance by anothers a susaon of sustaneo, ot a causation of mesons. Aqui, ampa, fla ia rucin atotli de Keney, ya que la eemula wun hombre engendia a ‘oo homores a refere justamonl a hombra en tanto ser arial co unt ‘nla qu leva el pnp de! movimionto en si misma, eso es, a capacdad ‘anaver nar fe movieno} oo ee do gu msira aspect: cp. Wieland, 197, pp. 236-258 oe txts all ckados. Pot lo dds, ol psalepaallo de Mit 10, 87a 22°35 pone justamente ol acento en ast aspecto da "eprocuclen natural que pars, come pincp de la misma, do un inéiduo ‘dela mms especie; cp. Dimelr, Ml, pp. 2278. para as relacionas con EE-De este mado, el cusco que Kenny prosenta en 6 no coresponde las letnclonos (no mo alaogara a establecer aqui una cae, como Implctamecta hace Keney) do tot, “a Ge wcausa» (alfa, ation). Al menos éste esl sentido que da todo el pirafo la observacin final (1222 b 38): «Lo que aqut intentamos proba, a saber, que es «necesariamente» as, es evidente a partir de ls Analiticos». La remisign es lo sufcientemente vaga como para ‘que exista una gran discrepancia con respecto al pasae al que Aris- {6telesremite, aunque lo mas probables es que s rate, como sugiere Dirlmetr, de una remisién genera alos Analiticos Segundos. En capitulo 11 del libro II de este tratado, capitulo que ests dedicado al silogismo de Ia causa, aparece justamente una forma de eausalidad caracterizadaas{ (An, Post, 94 a 21-22): «(cuando) habiendo ciertos aniecedentes es necesario que exista el consecuente>. AristGtees se refiere con ello la «nccesidad silogistican esto es, In que une nece- sariamente a conelusién con las dos premisas (94a 24-26), pero el ejemplo queda de este tipo de «necesidad» es de cardeter matemsti- coy muy similaralofrecido aquf. En ambos casos, el consecuente se sigue necesariamente del antecedente, porque segin Aristteles el antecedente («causa») aparece en el t&rmino medio del silogismo y Je jerretacién dl Trneo que coWncie a ‘Segundo fg, 40L) se remerta a una so cous formas s6lo aparentes pero en el fondo no reales det mismo, Este criterio epistemol6gico que instaura la comparuei6n, Ia propor: tas y vetiicacion exacta de las conclusiones en su conftontaci6n con cf objeto (en efecto, Ia defincidn del tingulo dada por Arstételes puede formularse ast sila figuraa-es un idngulo,enroncesla suma deus &ngulos interiors es igual a dos ectos», que permite, hacien- do la medicion de los éngulos, comprober Ia verdad ofalsedad de la conelusién), es lo que Aristteles presenta sucita pero claramente on a seccién 1 del texto de la EE y somete a andlisis mediante la splicacin del silogismo demosiativo™ ‘bora bien la seccign (u) del texto obtiene de este modo toda su significacién: conssteen una confrontacin de ideal matematico de conacimiento esbozado en Ia secci6n (x) con el tipo de hechos que son los que tienen lugar en el mundo de la accién humana (1223a 3- 6): «Y lo que esté en las manos de los propios hombres pertenece en "Paral sland Patén con dascbreiento dl métod ipotico on ‘as matomatens, wase Szabo, 1968, pp. 283s. Paral prosant argmen- {actin oe tclsmenteIndfereie 1 Paton fue quon conei6 a mead © ‘efiyo on su slaborecon tani por pave de sus dcipuoe metemsticos (Tost, Eucoxo, tc) ala nversa, ue benaidario de os: op. pare toda la cuesion Galsr, 1969, pp. 19-420 y on general 296-208 para la skin da Piston ena Pista do las matenatcas, 3 su gran mayorfa a ests iiimos ents, psibles de ser de un modo u ‘otro. De [tods] ellos os horabres son el principio. En consecueneia: todas aquellas aeciones de las que el hombre es l principio y defo absoluto, pueden evidentemente tener ono tener lugar, Se trata, en cl fondo, de la misma alternativa ue Plat6n planteabacn su Fileboy. {gue Aristteles enfrenta con toda seriedad:o los hechos hummanos, sometidos al eterno dorninia de lo ilimitado, quedan para siempre en fs penumbra de fa hz que atoja et canon ideal de conocimiento 0,8 la inversa es steel que debe ser desechado por inapropiado, y es necesaio,entonces,elaborar una forma de conocimiento y de racio- nalidad que dé cuenta de la accidn qua accion sn pretender reducir- laa propiedades o elementos iltimos, invriabes y eternos. Se tata, ‘enel fondo, de la misma alternativa queen nueste siglo enfrent6 en Ta explicacin en historia y ciencias sociales por un lado a fos pati- arios del covering-law-modet de C. Hempel, que postulaba que toda ‘eexplicacin» debfaderivarse de una ley universal, y por el ot fos defensores de la peculiaridad de In acci6n”. Del mismo mado que ‘estos dims, Aristteles debié echar mano a un vasto arsenal de argumentos, que en dllima instanei culminaban con el rechazo del modelo matemético como la forma dnice de racionalidad y cognoscibilidad, con el consecuente rechazo de la wexactitud> {akribefa) como criteria jerdrquico de las ciencias y, por dltimo, con {adistincidn tanto entre distintassignificaciones él téminowciencia» (epistema) como entre distntas formas de razén (didnoia theoreti; iprakike). Con cada uno de estos pasos AristGteles fu echando las bases de la ogica general dela acciény abriendo camino para cl andlisis de formas més adecuadas de argumentacin préctica IV, Exacttud,ciencia y raxén préctica Fl concept de exactitud (atribeia) tiene, como heros visto, un lugar de privilegio en la ilosofiaplatnica. Su frecuente conjunci6n, con ‘verdad! (aleheia) y sus derivados" indiea, por un lado, uno de véase Guat, 1998 cops. 1.9 "Gp. Des Place, Lox. | pp. 2425 sus aspectos bésicos: el de constituirel més alto grado de verdad (ep. Phil. S8e-59b). Por el otro, su relacién inrinseca con la nocién de medida y medicin confiere al concepto a los ojos de Platon un ca- rer normativ, toda Vez que aquello que respondia ala exigencia e exactitud se converta en el canon y metro invariable dentro de Ia permanente vatabilidad de 1o que deviene (cp. Polit, 283-0). Este aspecto narmativo venta a agregarse y era completamente depen- diente de los dos anteriormente sefalados, el metafsico-ontolégico (los enes ideales: principios, ideas y entidades matemticas como ‘ica forma real de existencia) y elepistemoligico (la exacitud como ‘inica forma real de conocimiento). De hecho esta dependencia es inevitable desde el punto de vista légico, ya que toda exactitd en- tendida como concepto ahsoluto supone una nica realidad invari ble y perfectamente conmensurable contra la cual contratar (hoy Airfamos «verificar») nuestro conocimiento, Lajerarqutade las cien- cis que exponen tanto Ia Repblicacomo el Filebo conde necesa- riamente ala afirmacién de que solamente existe una tnicaciencia verdadera, que es la que corresponde con absolutaexactiud at r10- {elo ontol6gico ideal. Un texto de Rep. lo dice expresamente (VIL 533) L.-J nicamente el método diléctico march por ete cma, negan= do las hipdtsis, hasta efrmarel principio mismo, v avrasra el ojo del ‘ana desde el ladaal en que se halla sumergid yo eleva wlzando como ayudantesyacompatanes alas otras arte (eho), a as cus les hemos lamado varias veces por costanbre ciencas pero las queen realidad deberian tener ovo nombre, ms iusre que sop pero ‘mds oscuro que ecencian» De este modo la nocién de conocimiento exacto, de ideas y de Principios dtimos y de ciencia unica y verdadera dal ser estin indisolublemente unidos. 1 postular laexistencia de unanormaasa- <éaen ctima instancia en unaproporcién o medida absolutamente pre- isaobliga a postularconjuntao previamentelos otros dos aspectos de 1a ilosoia platGnica: Ia exstencia independiente de ideas yentida- ddes mateméticas y del conocimiento de las mismas y de sus relacio- nes universeles como cttero nico de eonocimiento exact. ‘Al esablecer una distineién tajante entre principios del movi- rmiento entidades matemétias, por un lado, y entre causas necesa- Fias y contingentes, por el otro, que en cada caso corresponden a entidades invariables e inméviles las matemiticas), méviles pero ‘necesatias (los asros y, de un modo peculiar, los fenémenosfisicos sublunares enre los cuales estén las especies animales) y, por timo, inéviles y s6lo posibles (las acciones de los hombres: 1d prakté), “Aist6teles establece las bases para una concepein no absolua sino relativa de exactitud, De modo general expresa esta conviccién en Met. 3, 995a15-16: «No se puede exigir una deducein de exacti- ‘ud matemética en todos los campos, sino solamente en aquellos ue no tienen materia fy que, por lo tanto, no estin sujetos a cambios). [Nuestra discusion del texto sobre el método de EE 116 ha puesto de manifiesto Tas razones de tal conviecibn: una demostrcign materé- ticamente exact s6lo puede darse st partimos de premisas que con- tengan predicaciones necesarias, en las que, ademis, los conceptos nds elementales, como la definicidn de trfmgulo, etc. intervienen ‘como premisas medias (causas) en la demostracién de as propos clones subsecuentes. Aquino hay cambio sino slo deducei6n a par- tir de proposiciones més universles. Este no es el caso en todo 10 {que est sujetoatransformacién, y menos que ninguno de lo que esté ‘en manos de los hombres el hacer 0 dejar de hacer. Elandisis de BE 116 se corresponde plenamente tanto por el sentido como por la in- ‘encidn con la afitmacin general de EN 11 sobre el método de le Filosofia préctca. BN, 11,1094 12-27, «Pues no se debe buscar dela misma manera la cxacitud (Uh akibés) on todas las argumentacones como trspoco en Todo las objets producidosantecanalmente. La bondady la justia (que es el objeto de reflexion de la [clencio]poliica admitentanas Uiferenciasyvaracones, que se podria creer que exsten sb porcon- sencin yn por natraleza..] Por lo tanto uno debe darse por conten to al argument sobre es temas ya parr de ales premisas con sefalar le veriad de modo aproxinado por medio den bosque pes}, _yse debe extraer apart de esas premsas conclusions wiida lo en Tamayria dele caso [pero no para osos ellos. (bs ep ply). Bs iecesario recibir cada punto de la exposicin del mismo md: e, en ecto, un sia de cultura [pepsideuméno] el exgir de cada género to cqulaexacttud (\Skeb6 que la naualeza de! asewo permite ‘Pues parece tan absurd el pedir aun matemdiico un discurso persuasive como el exigir awn onador una demostacion necesarian BI problema con el que Aristétles lucha tanto aqut como en los passes similares, es andlogo al que veinicuatro siglos después habrit SeenfrentarL. Witgensten en su esfuerzo por escapar a esa forma de platonismo epstemol6gico que representa el atomisino logico. En las \jvestigaciones ligicas (188) Witigensten examing la signitficacién de eexactolexatitud en diversos contexts, para conclu: tneracto> es en realidad una centurayeexacioe wna alabansa. Yeo jor cero significa: lo inexacto alanta su meta de un modo no tan ‘complet como la que es mds exato Pero entonces todo depende dea que nosotros denominaos ela meta. {2B inexaco cuando doy la distancia que nos separa det sol com ta ‘apraximacién de I m? 20 cuando doy al ebanista el ancho dela mesa on una aproxinacin de 0.001 mm? [No hay fad un ideal de exactiul no sabemos qué deberiamosenten- der portal cosas” El postulado que est detrs de un ideal invariable de exactitude dena ombinacién de ides o proporciones vélida de lamisma manc- rapara todas las stuaciones imaginables o, en su versiGnseméntic,e] dena determinacién absoluta del sentido de una proposcién con com. pile prescindencia desu inserein en el diseurso y en las setvidades hhumanas, no s6lo es inadecuado sino que, como intentan mostrar los ' op. Witgerstein, PU, §§ 70-71; véas ambi cher, 1966, pp. 176s. ” ejemplos de Witgensicin, conduce directamente al absurdo, Tal es significado que, a mi modo de ve, tiene la apelacién que Aristteles hace alpaide‘a ala formacisn intelectual general de cada hombre en sucalidad de miembrocompetentede una comunidad humana, afin de ‘ue juzgue cusndo una exigencia que se imponetentoal conocimiento {de determinados hechos como asu valoracién es totalmente inadecua- es decir, ests muy por encima de lo queen cada caso es lameta. Lo {queen el fondo ex aquf en discusin es la diferencia profunda entre as dos maneras de adquitir el conocimiento propugnadas por Plan y ‘por Ariststeles. Como ha sido seRalado en el caso de Platén se trata el problema de Ia transmisiOn del conocimiento sin pérdida de su ‘contenido o sin desfiguracin del mismo al pasar de un hombre #070, un problema especialmente agudo cuando! modelo del conocimiento, cs estrictamenteanaltco, es decir, presupone la descomposicidn de todo conocimiento de un hecho particular en el conocimiento de fos, elementos més simples y universles que entran en su composicisn o construcciGn, hasta lege a fs elementos times. La posiilidad del conjunto del conocimiento depende, pues de la posbilidad de alean- 2ar un conocimniento directo de estos kimos, conocimiento éste que ro puede ser comunicado por ninguna ota cosa sino aleanzado por ‘medio de un sibit salto del esprit (o, como dirfamos ahora, por una evidenciailtima). En este salto aparece dramsticamente formulada i Aificultad bésica de todo «modelo platénico» de conocimiento, a s2- ber: la distancia en realidad insalvable entre el modelo abstract, arificiskmente creado, que gracias aello est libre de ambigdedad tan to en sus términos como en las reglas de transformacién y operacionalizacién de los mismos, ye lenguae ordinario, eon su per sistonte multivacidad, al que, sin embargo, el cientifieo y el filésofo ‘nevitablemente deberdn recurtr tanto para fijar como para transmit, suconocimients® Bata conceplin del canaries dn coro un sto una sbi ui cen esta expuseta, como a edison ainoduccln lfaroso excursus flossica de Ep. VI St tb-, de Pitin conclsclon a sero de Dniso.Lo {ue eld ono ralondo asia ica reconstucién dol stoma qua combina Sl andl det tod y su eductén a elementos fis con au postr 1 foneteion etaten a part ce estos eames. Los elementos utimos ss “Este desajuste entre el modelo abstacto, propuesto como norma, yl nivel de los hechos que pretends expicary alos que se debe aplicar, se toma insalvable evando se tata de caractetizar explicar y evaluat las acciones habitules de los hombres. Tl es el trasfondo polémicode las observaciones eriicas de Aristles sobre la exacti- tud, No se trata, en efecto, solamente de sei completamente desproporcionada com el tipo de hechos @ que est destinada —aunque éste es un punto muy importante en la polémi- casino ademds de oponer a a forma Gnica de conoeimiento que dichaexigencia econcce como vida —ie.laanaltica-geomética— todas las otras, en especial Ia que podemos Yamar performativa y que proviene de la propia acciGn, Es justamente est Itimo lo que ‘Avistteles pretende, al exaltar Ia espacidad de juicio de todo ser Fhumano, que no difiere sino en grado pero no en naturaleza de la del expert. que Ia exigencies ENT, 10949 27-1095 a1. «Cada hombre juga com apacidad y bien To que conocey de esto es wn ben juez (agate rites), En un deter rad campo de conocinianto tiene, por lo tani, eapacided de juzgar aul que ha recibido una educacén yun enurenamient adecuado en exe campo: cuando strata en cambio, de uzgar no sobre un deter: nado campo sino en todo caso que se preseme (haps), quien podré hacerlo es aguél que tne exaformacinycapacidad general que dala es, empero, una forma anal6gica de lengusje, ya que en cada euso, una vez establecida la forma de conosimiento y los eriterios segin los cuales se habré de Juzgar la coreccisn incorreccin de las afirmaciones toda afrma- ‘ign que cumpla con esos criterios tendr, dentro dela disciplina en cuestién, una exactitud absolua, en c sentido en que estan exacta como Io puede ser toda otra afirmacién correcta en otra dseiplina ‘uyoscrterios de correccin o incorrecin sean aparentemente mis precsos (vr. la geomet) En la medida, empero,en que los crite- Tios estableeidos para cada disciplina permitan conocer (gnarizein) con sufciente claridad como para distinguirios unos de otros los hechos que estudia, Ia wexactitud» que dichos criterias establecen seri la adecuada, ‘Laimpugnacin de la exacitud absolute como tnico criterio para Juagar la validez del conocimiento equivaia a rechazar el edificio Jerdrquico de las ciencia que Platdn habia propuesto en la Repabli- ca y el Filebo. Como hemos indicado més arriba esta erarquia de las ciencias se basaba en dltima instancinen laconcepeidn de unaciencia nica, que era la que respondia al ideal de exactitud absoliay de la ‘ual todas las dems eran aproximaciones més menos logradss. Al 6 ~ pandonar el ideal platsnico de exactitud, Aristtees deja al mis- mo tiempo de sostener la existencis de un nico criterio de Tienifcidad, con lo que debia ahora apelar a ottos criterios pars ividr les cienlas, El problema debi6 de haber sido debatido en et meri d I Academia, yaque no sélo poseemos una division de las tencias propueste por PlatGn (Polit. 258-2600), sino otra atribuida fa Xenderates (frgs. 5-6 H.) y por climo la que Aristteles retiene, {quees preseniada por en los Tépicos como un pos ampliamente compartido (Top. VI6, 145 8 14-18). La distincisn platonica no es sn que le exposicion dela jerarquta de las ciencias, ala que ya nos hemos teerido, vita desde otro dngulo. Las ciencias se dividen en teéricas (gndstké), cayametaesexclusivamente el Iogro del conoci- ‘niento puro, sin ninguna contaminacién con el ser sensible, y aque- tas otras que producen, queestin sumergidas en el mundo material y ‘adguieren una «ciencia» acorde con él. Caraceristica de ésas, que Platén llama praktik, es el producirobjetos antes inexistentes: en ‘tras palabras, esas eciencias» tienen su fin no en su cardcter de ) De aguf no hay mis que un paso para Hogar a la tradicionel ivisgn aristotélica, ya que la que en Xendcrates aparece en gene~ ral como ciencia prictica, esto es, que leva a cabo un objeto antes inexistente(apotelestitz), habia sido subdividida, a su vez, ya sea por el mismo Aristteles 0 ya sea como resultado de una discusi6n en comin en el interior de la Academia, en préctice propiamente dicha y en productiva, de modo que la divisién completa podefa reconstruirse del siguiente modo”: * el témina apotelesth, scaustvo, proto, no eta atostigua anos 4 Epiouay los Estolces, si ben, cegin LS), 5, oath vsado on las Deftones pti, Pan uit ver snapoteeinen Pol. 2504 para ‘elaeree a a cracaritea propa do as congas proto. La. Dv Ar 5 8) (ci), Muaschmann al eer a onda peduciva, ie =do la cuales fo Pincipal ser prosuava da una obras, (fg synlestk). SextEmp., Ad Math, 197, rtandoee ala iparicn do las oncin en eins, pct cas yproduenias,utize para estas limas lino apoeesmat No me rece, pues, avefurado coneurar qu ia dfernca comin a as clencias Prdeteasyprodtvas, eto, oslevar a cabo algo, haya slo dencmine- fs pormrso de un dead ol vrbo apa tl como epropuests epiateme theoretite < _— | priike poiatike. ‘Tales, en efecto, la divisin que ofrece las Dix Ar DL. 5, CMS, “Mutschmann especialmente enel texto que ofreceel Codex Marcianus, CComo-es sabido luego del investgacién de Hambruch se suele con. ‘siderar que estas divisionesreflejan la actividad égica ene interior de Ja Academia, Una cert confirmacién de quol desarollo de adiv- sin completa habra seguido el esquema que sntecede, puede encon- ‘narse en a misma obraarsttlica, En efecto, al menos en des passjes Avisteles se reflere a la dvisin en su forma abreviads esto een ciencias tecricas y pragméticas,involucrando entre las dima tanto a las précticas como alas productivas: EI, 12142 10-15, «{Deaa a uliplicidad de as rmasclentficos), existe una dicta que requiee cierto exanen con respect a cada objeto yas naturalez expecta: algunos de exos temas petenden solamente aleancar un into conscimiento, tose cambio se refiren ala adgusicién ye la realizacién de aco “Met. I, 9936 19.33, «Es bien denominar ala floofaclenca de la verdad, Bn efecto, fir del ciencla teria el verdad, el dela prc a 1a obra (gon. Pues las que se ocupan de cuesionespricticas consideran especialmente el estado de cous, de modo que no conten plan aqullo que es etemo sno lo velaivo y actual» Por timo Aristételes presenta la clésica division en tes ciencias| desde distntos éngulos”: 6p, Hambruch, 1004.5 213 diisén de as cencing or parte do Aiettolas ha sido uno de Sos tomas mas intneamonto saoutos ya env eu comentadores afepoe. cp. Zater, Pho, 2, p. 177, 11, Sobe esa Gaaiicasion de as danas hay ‘varias propuestes mis recientes, Joachim, NE, pp. 1-18; Gaubierolf, EN, Isp. 12:25; Kulman, 1974, p, 16856, o=p 201-203; Grangor, 1978, pp. on 1127 y 238:54, Este timo autor toe dost dase os que Arita odo imagnaiva y basin conncene, La Goda pers, sn embargo, cn respect a sabe 1c yuna de cssfeacén de odes scence, Al modo do Ve, 9012 ha, ¥on elo reside a gran clererca can la Academia (pace Kula). 1, Légico- (rad, Zacch retocada: ep. Met X17, 10668 10-18 NII 5, 1124 21-69; «(Qué constinye wn objeto de nuestra deli racién (otleusis)?] Nadie delibera sobre los enes etme, como po lap sobre el wsversofastondnicsT 0 sobre ainconmensurabildad del lado com ta diagonal del cuadrado (es deci, sobre las emidades ‘matematicas, que son, como las anteriores, eterna), Pero tanpoco so- ‘re aqueliosenses qu, si bien son mutables(enkivese,cambian sen rede amisisa manera, sea necsariamente tea por naturleca 0 al guna otra causa, come por ejemplo el gir del sol fal aleonar la ccliptica] o el levantare de las extelas. Pero rampocodelibramos sobre aguelloshechos gue sn siempre de wn modo diferent, como las equi y as lia: tanpaco sobre lo que s produce poreasualided, como ef hallaego de un ero] Deliberamos sobre auellas hechos (qe extn en nuestro poder'y que son elizables(prake) pes eso slo os resta En efete, las casas parecen ser en general as siguentes|: Inaturalec,necesiad,casualidad, y luego el esprit y todo lo gue tee ‘n nvncipia en lambs, Cada eno de ios hombres delibera sobre quello que él puede realizar por si mismo. Tampoco hay deliberaciin cuando se tata de las ciencas exatae¢ independients, del mismo ‘modo que no deliberamos sobre las lates, pues no tenemos dacas so reco deben escribir. Bn cambio deliberamat sobre aguelasco- S55 que se preducen por nesta cause, pero no siempre de la misma :manera, como por ejemplo sobre los fendmenas que estén bajo el domi- rio dela medicina o sobre fo que eae bajo la esfera del arte adauisiiv (cheematsike), Deliberamos mdr en las cussions de nautica que x las de ginndstca en fa misma medida en que es menor el grado de exact de la primera cou respeco ala segutda, 9 del mismo modo en general en las restantes delberamas en mayor medida en las ienicas [clencias productvas] que en las cencias[tedricas), pues dudaron en ‘mayor medida de las pimeras Bn conclusion deliberamos con res: peetoanqullosenies que tienen ugar de un mismo modo en lamayoria 0 des casos (en os hs pit poi), en las cuales no ex evidante qué onsccnencla se slue de ellos ye Tos que no hay una completa deter- minaiéne (ep. BEM 10.1226 220% 9). Ladistincin()difere de la (11), aungue ambos puntos de vista estén sin duda relacionados entre sf. La distincién ()reposa sobre tus diferencias de distntos tips de acividades en su elacién con el. abjto. BI hecho de que Arstieles catalogue estas actividades como «reltivase pone de maniiesto el cardcter semintio de las mismas ‘oo abierto 0 no-saturado: decie solamente «contemplo» no es an indicativo del po de actividad que realiza sino indi al mismo tiem- ‘po «qué cosa» contemplo. La estuctura de la contemplacsa, de la acsién y dela produccin es, en cada caso, similar: dependn, para cad completo, del objeto en que,en cado caso, socjercen. xia dstinci6n que Arisieles establece en el nivel seméntico, consttuye a su vez el rasgo dstintivo de un tipo de acttud con res- pexteal conocimiento que determina un tipo dstinto de cienca, Sila sci es de tipo productivo; ef fin del conocimiento estar puesto ‘en a realizacin de una especie de accidn de un modo adecuado 0 {ogrado, como por ejemplo tocar un determinado instrumento musi- cal de un modo armonioso; ses, por iltimo, de tip tebrico, el fin del ‘conocimiento estaré.en Ia deduccién lo més exacta posible de deter- rminados teoremas més especficos a partir de otros més generals: ‘enla mera acumulacién del mismo y en su organizaciénsistemstica estar concentrada su meta, Ha sido uno de ls rasgos de la moderna ciencia de la naturaleza ladmitircomo eciencia» o conocimiento cientificos6lo aaquel que respondia a una actitd teética esto es, cuyafnalidad era a adguisi cidn de un mero saber desinteresado, «Teoria» seha tomado, en con- secuenca, sinénimo de «conceimientosistemstico», con lo que la istincidnaristotlic entre ls tres tipos de cienciapas6 completa ‘mente al olvido. Tan profundo ha sido este olvido que un conocedar e Arsieles de la tlla de Joachim pone en duda Ia vlidez de la divisi6n de las ciencias aun para Ia misma Atica sobre la base de que estudio y la eflexin sobre la conducta humana deberfan formar :nds bien parte de una subdivisiGn de la ciencia tedrica™. Algo simi lar propone més recientemente Granger cuando intena dividi alas cienciaspricticas en una ciencia erica general dela acci6n, por una parte, y en una doctrina de aplicacién de esa ciencia general alas. cosas particulares, por la otra" No es éste el lugar para discuir qué concepcidn de laciencia es lamés adecuada; nos basta aqui sefilar que, con razén o sin ella la concepciGn de la modernidad se basa en una limitacién del signifi- ado del témino «ciencia» a aquellos conocimientos que cumplan con el requisito de ser eun cuerpo sisteméticamente organizado en tworfas», sin que surja de trmino mismo con suficiente claridad la justficacin de dicho uso limitatvo. Esta justficacin ha sido fe- ticamente dada: reposa sobre Ia autoridad de las ciencias fisico- rmatematicas, que fueron ls primeras y que més completamente se constituyeron en un cuerpo sistematicamente organizado, Pero de hecho no hay en e temino «ciencia» una condicign inefnseca que hace que quede reservado séloa esas disciplinas. Como hemos se- Tialado ms arriba, el primer intento de imponer una limitacin de est tipo ala eeiencia perfecta de las ideas», esto es, a una especie de proto-matemética, fue hecho por Platén, El uso del término = episteme era, sin embargo, mucho més liberal en griego, y coinei- dia mis con nuestro término «eonecimiento» (cognttio). La tesis aristotlica implicita en la division de las tres especies de conoci- mento estéexpuesta claramente en Met, VI2. El capitulo esti des- ‘inado a mostrar que no hay una teorfa de lo que existe par acciden- le «pues ninguna ciencia fie., conocimiento], ni préctica, ni pro- ‘mos conocer de verdad si prescindimos de a eausa [x] La mds vera ero es causa de que lo derivado de él sea verdadero. Por est, lok principio de os sereselemos son sane necesariamente os ms ver: dladeros. Pues no son venladers [abl] en elertasocasiones, mi exste ‘alguna causa [anterior] de sw exitecia sno que aguas on las cau a3 dela existencia de tos tres. As, pues, ena mist reaci6n en que «ida cosa se encuenta con el ser, ha de enontase con fa verdad ‘Como sefiala Bonitz, Arist6telesafirma aqui una gradaciGn de listntas formas de existencia de acuerdo con surelacisn con el tem po y una correlatva gradacin de la verdad, segin se trate de un conocimiento de un ente eterno, que es causa y principio de ls de= ‘mds, ode un ente variable, cuya existencia podr, portato, cesar. El ‘Aproximandonos aun enuncado con smitutes con el do Tar sono dela tornuta aistatca os ef siguiente: samo que p> significa lo mismo ue vaio que ptene gare, equivalent @ wall que pexisen, Oe a ea tai as aoa ar anne o oar i on nifeado tune, os dal, exstencaly no mersmene predicavo, ie v redeat 90 grado dim de la escal, que es empero ain un grado de verdad, es ff que coresponde aa cienciaprctica, Sea cual fuee, sin embargo, tf grado de verded que corresponde at grado de existencia, hay en ‘ada uno de ellos una afirmocién constante de caréterepistemoldgi- fo:el conocimiento de la causnes mds verdadero que el conocimien- ode locausado, Es evidente queen laoracion de EET 6 que estamos ‘analizando, es este segundo criteria de verdad el que Arstelestie- re presente, y To que on otras términosallfafirma es que todo hom- fre est en principio facultado para remontarse de a estipulaciGn de tina determinade ereencia E como verdadera (en sentido l6gico) ala ‘aus o principio mas general que justificasuafirmacién de que E es ‘vendadera. Al hacer eso, todo hombre avanza en el camino del cono- cimiento, dado que ahora puede dar los fundamentos que hacen que E sea verdadera, y reconocer con ello el més alto grado de verdad {cristemogica) de esos fundamentos. ‘Si nuestra iterpretacin de la afirmacisn aristotéica con respec~ to ala relacién de los hombres con la verdad es correcta, en la men ‘dn de la posbilidad de un acceso a Ja verdad ests implicit una rmencién de wn acceso, en principio posible para todos, al cnoci Iniento de la causa, La secei6n (i) del texto de EE 6 que responde ‘ala pregunta (2), aparece asf en otra perspectiva: en realidad se limi- twa formularcon mayor detale y desde un punto de vista mis teni- co lo que ya ba sido afirmado sobre el conocimiento préctico en la secci6n (1, El neo de esta formolacion es el siguiente (12166 35- 40): e1 métodaflossico estédestinado a exponer en qué consiste una eterminada accién oun determinado hecho, de modo tl que no sols mente se tenga un conocimiento de la naturaleza misma del hecho ode Ja accién sino también de la causa que lo motivs. El problema de interpretacia consiste en saber de qué manera Atistteles establece Inrelacin entte el hecho (1) y la causa (did), Este problema esté ‘ratado en An, post, 12, 90a 1-23, yha sido diseutido en relaci¢n con el presente pasaje por Kullmann”. i bien el pasaje de An, post. noes © 1974, pp 224227 o particularmente caro, Arst6telesafirmaria en él siguiente: esta blecerInexistencia factica 10 Adie éti) de unarelaciGn entre suje. toy aributo de una predicacion sea de carter esta (kath haus) © de cardter aocidental (kara symbebelds), equiva aestablece a causa (1 id de que tal relacién tenga lugar Lo que Aristeles consecuenlemente parece afirmar es: () que la proposicin que are bayeun determinadoatributo, siéste es exencial, esmeramente ana. Ica y puede ser entendida a mismo tempo como la causa de que tal aiuto sa siempre el atibuto de tal substan ls steienses son hipedes porque son hombres; (D) que ia proposicién(b) que atibuye una determine propiedad oun deteminado hecho al suje- to, establece una relacionfécticaocontingene que debe ser resp. dada por (una ley razén més general, que constiye lacausa de que (tenga ugar, Ahora bien, el trmino eeausae tiene varias sige niflasiones. Enel caso (se trata, evidentemente, de nesencia. ya ve la relcinsujeto-atributo se manifesta por medio det defn. cin En elcaso(b) puede tratarse sea del causaefciente (como en el ejemplo que da Arstles dl eclipse, ya que exponer «qué ese xe al mismo tempo expicer su cause: eecips’ esl privain de a uzen la superficie dele una por la interposicin deta tera), seade la causa inal, Aas, en efct, son las que aseguran la rela- cin no esencial ene un sujeto y su atribut, si exelumos el azar. Como seta Kullmann, a mi entender eon razén, el e950 (c) pecs estar reservado alas substancias que son as ces que po- seen una defnicinesencal. En el caso e los atrbutos, expecta. ‘mente de as accions de los hombres, lo queda aberta a posible dad (0), exo es ade establecerdefiniciones eausals similares ala el eclipse. La trea dela cenca prictic tend, pr Io tanto, un ‘oble aspect: no so establecrie de qué tipo de acc se trata (1d ‘0, sino que indvara conjumtamsente porgué tal accién se lev a cabo rd did tp, Sigsaes, como creo lana interpretacgn posible de arclacién ent el «qué> yel«porqués en el émbito dela scci6n, ‘entonees, conrariamente a Kullmana, la ceaust» en el campo de la 1974, p22 ‘ica y de las ciencias précticas en general noes, como en el caso d= as teéricas, leficiente, sino a diferencia de éstas, como bien sefiala Gigon”,lafinal. Es esta ihtima, en efecto, aque imperaen el émbito complejo de It aceisn, y la que provee el momento etiogico que hace dela ciencia petica una cenciadistinta de la teGrca, pero una ciencia en tanto conocimiento de lo genera Enel mismo capitulo, BET 6, se offece una confirmacin de esta imterpretacién, Al ecapitular la exposicién anterior, Arstételes afir- mma: «Es aconsejablejuzgar separadamente fa argumentacion que ‘expone la.causay el hecho que es demostredo, por lo dicho anteriot- mente, saber: que no se debe prestaratencinexclusivamente a los rgumentos sno que con frecuencia preferibleatender alos fend- menos», (1217a 10-12). Como muestra el ejemplo dado previamente ‘esta conclusin, la vaclacign se origina por la posbilidad de que quello que se presenta como causa, explicacién o razén de un he= cho, no corresponda en realidad aese hecho, aunque ésteexistaeal- ‘mente, Tal brecha entre explicans y explicandumes, sn duda,impo- sible de imaginar en el caso de una demostracion axiomético- eductiva, en la que I «causa» entra en la definicin. Se trata, por tanto, de establecer una correlacién entre el explicandum, 1 phainémenon, estes, una determinadadéxa moral, y aquellasrazo- nes que Iaustfiean, es decir, que establecen sus motivos, las cuales tratandose de acciones, habrin de tener inevitablemente una estruc- ‘ura eleoldgica. En resumen, existe un completo acuerdo en la concepein de Tos prinepios en lncienciaprcticacn la EN y en laEE*. Las exposicio- nes metédicas de ambas éicas no s6lo se complementan, sino que ofrecen juntas una base suficientemente ampliay sida como para reconstruir a partir de ellas los rasgos epistemolégicos caracterfst cos de las ciencias prcticas segtn Ariswtees, En as secciones yt del presente capttulo hemos tendo frecuentemente oportunidad de sefilar el lado polémico que la elaboracign de este rnétodo ofrecfa tanto con respecto ala filosofia natural tradicional, proveniente de » 1971,p.129; sobre larelacén onto as pregurtas aus as» ywporgubs on las coneias sts en gana, véase igh. 1971, p. 19488. ‘ast también lo enterde Ditnelor, EE pp. 187-188 9 ls jonios y continuada en la sfistica, como con respecto al nuevo, ‘modelo elaborado en la Academia en estrechs relacin con la mate: ‘méica, También en el caso de los principio y del tipo de expla cin eausal emerge este lado polémico en la fundamentacién de la filosoia préctica por parce de AristGteles. Frente ala nociGn unfvoca ‘de causa» exhbida por Platén, que de hecho se resume en Ia subor- summente toda exactitud en las euestiones prcicas (I 1, 1094 b 12- 27; 118, 1108 a 1-5, ee.) debfa ser, por lo tanto, el punto final de la evolucién, En el medio, EE vacilaba aun entre un platonismo agua- ‘do, que ys habia abandonado las ideas pero se aferraba aun ala idea de dios y ala sheorda como conocimiento cientifico de ella del cual ‘emanaba la norma moral, y un vuelco hacia el punto de vista pura- ‘mente empirico y secular de la ética posterior. Seguin Jaeger, la EE «10 contienereflexién alguna sobe la peculiaridad del método ti 0 (1946, . 267), y con ello hacia evidente en su carécter de ética e transicién, La MM, por dltimo, con sus dos claros capitulos ‘etodolégicosT 10-11 y 34, ylaseparacininequivoca de phrénesis ¥ sophia, no entrabaen este cuado y debfa ser, por lo tanto, espuria, ‘Como es sabido, esta construc de Jaeger encontré desde el co- ‘mienzo una fuerte oposicién en von Arnim, cuyos puntos de vista luego de un largo periodo de ovido, fueron en gran medida revindi- ceados desde fines de Ia década de los cincuenta. En esa discusign hay dos aspects intimamente relacionados, que aqut vamos a separar (@) le cuestién del ideal de una norma exactay (b) la cuestin de la Gistineién entre dos capacidades intlectvas, lphrdnésisprécica y 96 1a sophia espectlativa en la EE y la EN. Con respecto al problema (@), del cual nos ocupamos en esta nota, la afirmacién de Jaeger se- ‘génlacual, aparte de ls consideraciones de EE 6, Atist6teles nose ‘ocupa del mstodo en la ZF es en vista de 16, que él simplemente no ‘menciona, insostenible. Ahora bien, la clara dstincién entre entida- es matemétias,entidades fsicasy enidades précticas que Arist6- tole establece en EE I 6 asf como la consiguiente diferenciacion ‘ent el tipo de método que en cada caso le coresponde, y en espe cial el énfasis sobre el carter exclusivamente contingente de los hechos humanos y el correspondiente carfcter contingent de su ex- plicacin (las causas y premisas contingents) implican necesai mentee! rechazo de toda exactitud sea como criteria epistemolégico ‘sea como criterio normativo en el campo de los hechos hummanos. La conclusién que formula In Mi en el corespondiente capitulo, 11, 118 7b 15-16: «El principio de la accién, tanto dela buena como de lamala,¢s laclecin deliberada (prohatresis) la voluntad (bolesis) ‘ytodo e elemento racional id kata ldgon pain)», que antiipala rela- ‘idn entre elecciin(prohatesis]y deliberacién (bodleusis) —que slo tiene ugar con respeco alas cosas posibles, ie, que estd en ef poder el ombre hacer ono hacer (EE 10, 1226b 30-35) es vida para las tes éticas (ep, Dirleies, MM, p.230) Por cierto, toda delibere- «in supone, por principio, una evsluacién de objeto finales de la sccin que no son preexistentes a éta y alos que, por lo tanto, nose puede llegar de otro modo que por medio de cadenas de razonamien- tos. Queda, por slimo, el texto del Protr frag. 13 WIR en el cual Aristteres airmaria que of fil6sofo extrac la norma para juzgar los Iechos humanos de la naturaleza misma y de la verdad, ya que st {area es la de levar a cabo «imitaciones de los primeros elementos, de aguello que es lo exacto en sf» ( p. 54, 12-13 Walzer = B 48 Dittng), During se ha esforzado en proba, contra Jaeger, quea pesat el lenguaje evidentemente plaénico de todo el fragmento de sus imocultables conexiones con la Repilica y el Filebo, el contenido del texto no difiere de Ia doctrna sostenida en los tatedos éticos, dado que Arist6tles no se referirfaaqut alas ideas sino ala physis presocritica,fundamentalmentejonia®, Unalectur sn prevenciones Gp, Dining, 1960, pp. 85-55, especianto pp. dass y Pot, pp 216-222. 1946, pp. 1Olss). Esta unidad de ambas, razin te6ricay préctica, se conservaba ain en (EE: spor phrdnasisentiende la BE, como Platén yel Protr la faculut los6fica que se aduetia del sumo valor real, ena contemplacin tascendental y hace de esta contempla- cin ol ideal dela voluntad y de Ia accin; la phrénesis es todavia ‘onceimiento teorético del ser suprasensible y prudencia moral préc- del texto en cuesti6n no encontrarden él, sin embargo, mis que una” ‘sucinta versin de un modelo invariable y exacto de verdad del cual fl filésofo extrae los crterios némos kallstos, que Dring se afana, sin fundamento, por ei separa el platonismo del arstoelismo. Contra los que recogen este texto como un testimonio auténtico de! didlogo perdido de Arist tes, esneceseri, sin embargo, preguntr:sielfamoso frag. 13 Walzen/ Ross para limitamos s6loa él contene una tora difcilmente com- patible con los otros textos del Corpus Aristoelicum (os paralelos | foftecidos tanto por Walzer como por Diring o son incomparable, dado que se trata de contextos y problemas distintos al que est& en {juego, 0 dicen exactamente lo contrario que el texto de Jémblico) {gqué razones hay para considerarlo como una exposicin del autént co pensamiento de Arstcles aun en su etapa uvenil,y no mas bien Cloqucen teaidad pareeria ser) como un pastiche hecho por Jémblico. a pattr de diversos textos plat6nicosy aristoélics, tal como To sugi- ‘iG avertadamente Kapp” y sostuvo convincentemente Miller? De hecho, Gigon en su reciente edicién de los Fragmentos, conservalos texts principles de Himblico, pro fos reine en una nueva sect, ‘16poi protreptikos, supuestamente recopilados de distntos dislogos, (Frag, 73, 66-69, pp. 310. 29-311 a 18, 103). En ese obra posterior, la phrdnesis significa ahora una dispo- sicidn habitual del espfrta a deliberar préticamente sobre cuanto concieme al bien y al mal humanos, Aristteles insite en que no es ‘una especulacisn, sino deliberacin; en que no se refiere 0 univer- sal, sing los fuctuantes detalles de la vida; y en que, por cot ‘uiente, no tiene por objeto las cosas mas altas y mas valiosas del ‘universe y de hecho no es en absoluto una ciencia» (946, p, 102), nla exposicionjaegeriana del problema hay por lo menos tres nive- les distintos que él confunde permanentemente, razén por Ie cual | cxtuvieon también confundidos en Ia discusion posterior hasta que, ‘ami modo de vee, Dirlmeier en sus comentarios ala BE (pp. 177-179) 214-215) ya la MM (pp. 334-8) comenz a introduc certo orden, Hay, en efecto, () un nivel hermenéutico, (que se elaciona con la historia conceptual del término}, (1) un nivel semntico (en sentido ‘stricto y (a) un nivel étco. Aqut nos vamos a refer alos niveles (Oy Gin: al tata espectficamente del conocimiento moral (capitulo 10) tendremos ocasin de teferimos al nivel (1). Antes de entrar en 1a discusi6n propiamente dicha del significado de la phrénesisen la BE, sefialaremos una debilidad general que mina toda la construc- ‘inde Jaeger: se basa, como punto de parti, en a signficacién ‘ phrénesis en el Prose de Hémblico, que, como hemos visto, es ‘uy euestionable como testimonio de Aristételes, ya que, como se- fala con acierto Muller, Hmblico presenta sobre esta feculted una salvaje contaminaci6n de puntos de vista plat6nicos y aistotlicos, ‘0sa por lo demds hbitual en la escuela neoplaténica, que simple | mente toma insalvablemente sospechasos todos aquellos pasajes en _ los que aparece de pronto un Arist6teles platonizante, [Nota complementaria 2, La signiticaci6n deta phrénesis en i EE ba consttuido uno de los puntos ms controvertidos en a filelo- ‘ia arstotélica durante el medio siglo transcurido desde la apaticién el libro de Jaeger. Este habfa basado su cronologfa relative de las ‘obras éticas de Arstételes de acuerdo con el esquema Protr-EE-EN ‘ev as semejanzas y diferencias del uso del término «phréntsis» con respecio a Plan, especialmente enelFilebo. Ene Prov, sein Iaege, cl término mantenfa su significado scadémico de «conocimiento er co de lasidease, que unificabaen sa sabiduria tesrica, emanada den contemplaidn, y la norma prictica que emergts de ella op. Jaeeh 0p. Kapp, 1938, p. 184 © Op, Mle, 1960, pp 121-148. 98 99 inva det een hres ens iveros matics se ota duane tos dos silos que van desde primeos wos “rementadosen los prsocrcos (x Dic-Kra, FVSTIS) has tants Evident queesins aie et centadosen oma sean nicce genet de sigofacén qos se puede describ coma “ead de porary tambien evident ue apna de 8 mo Troe estoions como termina ecnicut en Pats y Arse ve ln lbra mtea perdi ese endo general de epesamieaton, Reson sgnifncign gone la qu Arntles ene presen ‘Mind define la phrngss como una spoon lo mismo que Ia aret# (ep. Top. IV 2, 121 b 38). No resulta, pues, sorprendente el «pao de qu en detrminados pst del EE, en especial cumndo abla del tp dvd del so, el émino press eed cu | irambos campos del pesamientoexpecslstivoy pdt sini. = | gn desiz signifcaivo en susignfiadon. Rowe, 19714, 90-6667, | ToT pp. 82-85), Tel como loa sefaldoespecnimete Cai (ent iopn 5152) a tlzacin dling con a acpeién gene fae involurando tiga else especlatv, no conse Stott algno prague Ariss vce tambicnen fa EE el teaming cn su aepcidniistEcnic, Dado ge susigiicaién gene fa hsido y ona sindoeacltad de pensefeonoces, ise Iesnonecsia comoafima Rowe (171b, p80) estabecerexpic- tuete que tia el trmino una vezen un sentido y ver en vi eatin nents cuando hablancs de as» ena gino sas maeomcsy do oraz ens asones, estaes wlizando amin teming sia espeicren adn cat se a misma fel radar ata de do artes dina. Desde el punto de ist ‘Shite, enconecvencia la utlzain elena presi ‘con una acepci6n general que involucra tanto su aspecto especulat- ‘0 como prdtico en algunos paajes dl Iibo I de la EE, especial =A RE TOTD 3-5 1216a 19-2, no constiuye un argumento niet rn contra de la existencisen la EE de una concepeién de lt énsicom nara Rowe, 1971; phrndsis como facultad deliberativa prctica (contra Rowe, = ‘pp. 83-84), Con ello la discusisn pase al nivel (), seméntico. Age no os podemos dar por satisfechos con usos ms o menos ambi ‘uos y contingentes de un término, sino que debemos establece 8 100 enistencaoineistencia de una determinadanocio, que voy de- ‘nominat|Facultad Deliberatid(= FD), para lo cual se requierecom- probar de modo fehacient a exitencia de una descripeincample- tad la misma, desriein que ext baad su yer sobveun conn. toclaroy permanente de ota nociones clmentaes, XYZ Pues bien, {hay agin psajeoconjunto de pases en a Een os ques ge explitamente que «FD es XYZ La dseripcin aD es XYZ se rmantiene invariable al nego de a BE? Como arms hasta cl can sancio von Amin (1927 pp 29-40, especialmente 38-40; 929, pp. 3s) y como sostienen shor ast undnimemente los comeniadres tis recientes (Dreier, EE pp. 177-198, p. 214-215; Gaur, NL p. SIS: y mis ocientemeate Kenny. 1978, p163-171) hay una muliplicidad de pases en Ia EE, en fs que los rasgos mis consicus dela FD, a como lls se welven a encontrar cn ls crs dos ica, y especialmente en EN VI (suponienéo que libro ‘Vi haya petenecid orginamente ala EN), estin explictamene sefalaos, Ami mode devel com lo ndico en mi exposicion, ests earacteres permnenes dela PD etn unos ala dsincion entre ciencia tea yprétcay relacionados con l tipo de objeto de conocimiento a que ex dea, asi como con la especiiiad | del método que debe tratar con éstos. Indico a continuacién los pasa-! jes. ademas el atadacn dalle n mi expos ens que alg to deesoscaracieres0 todos ellos estinexpresimente sefaldos PEIS, 121603725; 6, 12166261217 a 1858, 12180822: 111, 1219 b 26-1220 a 4:16 completo; 10, 1225 6 19-1227 a 31, 1, 1227 625-1228 a5. A és se puede aati todavia quelos tres, notenidos ago‘ en cuenta, enlos que Arxtele se refiere al aspecto normative del conocimieato moral, Ademds de todos estos psajes existe uno que dice ieralmente fo siguiente: BETS, 1218 b 10-14, «fPero el objeto que buscamos} ex aguello en viru de o cual fnasons actus}, el que en tata fn (Sos eset ‘mds eto bien (ston y la causa de todos los otras bienes que venen ego de que es elprimere. De modo que te serial Ben enfin edo o que et hombre puede levara cabo. Este ee fn que cae bajo ef ébito dela ciencia suprema enre todas las cieniasIprdeicasl 01 cesta es la politic, a economia y fen general] la sabidurta pritca (phrdnsiss Como sefala Dirlmeier en su comentario, este pasaje no citado ‘por Rowe no deja lugar a dudas sobre Ia identiicacin tanto de! ém- bito cubierto por la ciencia préctica en general como de la facultad | espectfca que le es propia: Ia didnoia prakiké, conocimientoy ra- | clocinio con respecto al fin, ala que Aristteles ha reservado el ' nombre de phrénesis en sentido estrcto 0 tenieo 02 Capitulo 3 Paideia y dialéctica 1: Cardcteryfuncién de la paideta Un texto de EN, 1, 1094 275., que ya hemos tenido oportuni- dad de discutir en el capftulo 21v,afiema que «..cuando se trata de juagar no sobre un determinado [campo] del saber sino en tadocaso ‘que se presenta (hapids), quien podré hacerlo es aquél que tiene esa formacién y capacidad general que da la cultura (ho peri pan pepaideuménos)». Esta afirmacién no osté aislada en la obra, aristotélica, sino que aparece en trminos semejantes en otros das pasajesfrecuentementecitados, Met. 113, 95 a 10-16; De part, an. 11, 689 a I-15. Tales pasajes asf como algunos otros estrechamente conectados (HE 16, 1217 a 6-10; Met. IV 3, 1005 b 2-5, etc.) han sido objeto de una viva discusién, centrada fundamentalmente en ‘orn al contenido y Ia funcién dela disciplina.a la que Aristteles aqut se reflee con el titulo de «cultura» y a su identificacién con alguna de las técnicas argumentativas expuestas en otto sitio por Aristieles. ‘Como era previsible, existe sobre el primer punto del que habre- mos de trata en el presente pardgrafo, un consenso mayor entre los ‘especialstas que con respecto al segundo, que tratarerios en la see~ id it En efecto, de los passes citados surge con claridad que Aris: \Gueles atribuye ala formaciOn general, anterior todo conocimiento ‘specifico -seacientifico 0 técnico- la eapacidad de juzgar euestio- nes de método, en especial: (a) evil es Ia estructura general y los limites de 1a demostracién exacts; (b) en qué matetias, por Io tanto, se puede exigir una demostracin y en cues no; (c) qué releva poses elexplanans propuesio con relacién con el explanandum par- ticular que tenemos frente al vista; (d) cues son, en consecuen~ cia, las premisas y definiciones especificas a partir de las cuales se ‘be realizar una explicacin o demostrai6n, para que la conch 0s ‘en mejores condiciones de dilucidar la segunda cuesti6n, a saber: la de Ia disciplina (0 disciplinas) referida con el témino «cultura» (paideta), (A) Una de las mas frecuentes faltas de formacién general (apaideusia) ain ene quienes se dedican a cuestiones lossficas es aque se manifesta cuando se exige una demostraciGn de todo cono- cimiento, incluyendo los axiomas. Esta ignorancia de la estructura ‘general de toda demostracin se evidencia de dos maneras: (1) me- lante la creencia de que le incumbe a cada ciencia espectfica el ‘examinar sus propios axiomas y el ipo de demostracién que requie- ren, Met. IV 3, 1005 b 2-5 (2) mediante la (ingenua o consciente) suposiién de que puede aber demostracién de los mismos princi- pics de los que parte la demostraci6n, Met IV 4, 1006 a 5-11; An. ‘post 13, 72 Sés, Si bien Aristtcles habla de una «ignoranciam de las Analiticos, la tess general que estédetrs de (1) es formulada de ‘modo preciso en Top. 12 al exponer la competencia de la daléctica: 101 037-62, «(En efecto x imposible decir alg sobre ls principios {de wa ciencia} a partir de los propos princpios de la cencia en cues, por a navn de que ls princes sono primero con relaciéin ‘todo lo demas de dicha cenca]; por lo tant, es recesario tratar os rincpiosrecurriendoca las opiniones que exsten en relacin con ello» ‘Conia el mismo Aristételes ha sefialado en ENI2, 1095. 32-b1, se trata de un doble movimiento: uno que parte deste fos principios yy otro que conduce a ellos. El camino de la cencia proviene de los principios, de modo gue no es la ciencia Ia que puede conducir a cllos. En efecto, es necesario para tal fin une capacidad discursiva ‘que pueda argumentar no s6lo deductivamente sino también ‘erticamente, «partir de la admisin de proposicfones sostenidas por ‘un hombre cualquiera, pues aquelfoa que se tiende, esa pasarde logue ‘a cada uno Te parece necesaro alo que es absolulamente necesario" ‘cp. dont, AM, p. 185 y Rss, ad Mot, 10050 25, |p. 260, 0p. Wistar, 1870, pp. 20 -24; Evans, 1977, pp. 81-8. toe Dichoen ors términs, l eonocimieno general dos Analticos con el que se debe previamente conar, es necesario para ener una clara conciencia del limite que separa I teofa de la demostracién de los Cros campos del conccimiento discursive. Tal requisites indispensable a Tos efecto de decid 2) qué roposiciones son factbles de ser demostadasy cules no. Toda emostrcign, en efecto, debe panir de primeros principios indemostrabes, ue s6lo on conocidos de modo directo, como un hecho, No hay demostacin posible de ellos, sino slo un acceso mediante a ransicin de To ques ineligible para nosotros a lo que ¢s tigi en st Pero és noe una demostracién, sino el paso de Jopariculara lo general qu Aristétcles denomina epagoge (cp.An. post 13,72. 18-30). Tanto en uno (2) como en 0 caso (2) no Solamente e indispensable contar com el conocimiento de I tcoria general de a demastracidn que proveen los Anaticos sino también conla facltad de mavers tanto en el campo dscursivo dela demos- tracién rigurosa como en el de aqualla que toma como punto de partis la admis de un par de premisas geeraes por parte de un interlocutor cualquiera. Es justamente la posesin de este facultad Lo que carctesiza la aide, (@) El toxo central para establecer la posicin de Aisles a respecte el siguiente: EN 11, 10949 20:25, «Por lo tao uno debe darse por contento al argumentar sobre esos temas ya partir de tales premisas con seficlar la verdad de modo aproximado ypor meio de un bosqueo (P08) y¢ debe extraer a parts de estas premivasconcusiones vidas séoen lx ‘mayoria de los caso [pero no pa toes ellos, (bos ep 19 pol). Es necesario recibir eada panto de la exposicidn del mismo med: es en fect, un sign de ultra (pepaideuménou) el exigir de cada pénero slo quella exacttud (kb) que la naraleza del asunto permite ‘Pues parece an absurdo el pedira wa matematico un dscurso persua vo como el exigra wx orador una demostracién necesara» Hemos tratado extensamente tanto el pasaje como la actitud teé- rca mds general que expresa, en el capitulo 2,1, de modo que aqui tos nos limiteremos a una breve observacin, En el caso anterior era propio de Ta cultura tener no slo el conocimiento de la estruct ‘general de In demostracin sino la facultad de maverse tanto dentro ‘como fuera de ella. En este segundo caso, evidentemente la cultura es a capacitacion general y la experiencia que cada uno tiene de los distnts tipos de entes que pueblan el mundo, Tal onocimiento, en efecto, positilta el discerir cufl es la forma de razonamiento ade~ ‘cuada a cada tipo de ent. Se rata, por tanto, de una pre-compren- sidn tanto en relacin con las cosas como enrelaciin con las exigen- cia discursivas que emergen de los distntos tipos de conocimiento, pre-comprensién anterior a todo conocimientocientfico, que cons- tituye mas bien el marco que rodeay staal mismo. De acuerdo con, «illo, a paideia es aqut una especie de pragmticaen un doble senti- do: tanto por su relacién eon el Lenguaje ordinario, que provee el ‘marco original de orientacién en el mundo, como por su relacin a través de esta mediacion pragmalingbistic con las cosas. Se podrd ‘objetar que esta caracterizacién va mas al de la intencién de Ais ‘Gieles hay, sin embargo, unaclara indicacién de que, alainversaes en su obra en Ia que podemos encontrar los primeros trazas de una pragmética tal como hoy se la pretende consttuir El hecho, en efec- to, de que Aristételes hable de un proceso de educacisn (repaideastha), es decit, de un aprendizaje por medio del uso y de la experiencia guiada mediante reglas, indica claramente su inten- cin de situaren una actividad précticaladecisién de establecet los criteros para atribuirdeterminadas téenicas deductivas a determina: os tpos de enes (C) Esen la versién Eudemia en donde encontramos Ia formula- cin mis adecuada de esta cuesti6n, [BE 6, 12178 1-9, xExistenalgunor que, dado que se tiene por carae- veristica del fésofo no afar Falgo] al azar sno basado ew ra onamient,suelenexpaner argumentosajenas al asunto y carentes de contenido (enots) [..] Sule uceder que mediante exe iruco se dejen engafas ain hombres experimentadotycapaces de actuaren la ide préctca por aguéllos que no tienen ni pueden tener un pensa- _miento prictce ycapazde determina os ies @oiaachiektonike 10 pakke). Tl cos lex ocwe por falta de culture apuieust) pues es falta de cultura no poder juzgar com rlacén cada cosa determinada (per ékaston pga) os arpunentos que son pertinenes ala cosa y {os que son ajenos a ella ‘Mis que ningin otro pasaje indica éste con clridad los errores & que se ve expuesto quien padece de incultura (apaideusia). No se trata de na ignorancia del silogiticaen general, como sugieen la mayoria de los comentadores, sino de la carencia de una expacidad ‘nds universal y més flexible a mismo tiempo, que conssteen saber ‘a ciencia cieta cules son las respuestas que satisfacen las expectati- ‘vas ahierta por Ia pregunta eporguée, No se trata agus tampoco de tun conocimiento precisa de la teori aisttéica de las causas, sino de modo més general de la capacidad «prefilossficas de poder deci- dir qué respuesta son satisfactorias cuando se pregunta por as cau- ‘isd certs fenémenos preentes, Los argumentos vacios ocarentes de contenido son, en efecto, aquéllos que exponen afitmaciones de- ‘masiado generales 0 drectamentetriviale, a partir de las cuales se puede deducir la existencia le esos fenémenos, yasea falsamente, ya sea corestamente pero por azar E16, 1217 15-19, «pone fecntemente lo demestrado por a ag ‘mertacn parece ser verdader, pero no a causa del acd gue expec clargunente; x poibe en fet, deducir wa conlusin verdaderapor ned de premises alas, come es evidente en las Araltios» tipode equivoce que Arsttelestiene en mente est ejemplificado cn una especie de razonamientoeristico que expone en las Refara- ciones sofisticas, cuando intentaestablecer ls diferencias entre el reaonamiento dialéctco y el eristico. El erstco utiliza los mismos smedios que el dialéctico, estos, los lugares comunes, pero los apli- ca perversament afin de exttaer consecuencias que no se siguen 0 ‘que, sisesiguen, lo hacen slo sccidentalmente. Ejemplodeelloesel ‘que afitma que no es conveniente dar un paseo luego de! almuerao y ‘ofrece como raz Tos argumentos de-Zen6n conta! movimiento (SE 111, 1721-9), cuyo.carapo de aplicacién —independientemente de su verdad falsedad—es infinitamente desproporcionado cont caso 17 para el que se aplica. Podemos establecer un paralelo tomado de la Ciencia actual si imaginamos un didlogo entre A y B, en el'cual A pregunta «por qué el gato ha dado un gran salto desde el tronco ala rama lateral del érbolen donde estaba, y B da como respuesta una cexposicin de a ley de gravedad de Newion en cambio de una frase como «porque habla un pajaro» Generalizando podemos decir que laconcepein que Aristteles presupone es la siguiente: todo endmeno particular que requiee una cexplicacién (el explanandum), lo hace siempre en cicunstancias va- riables que se precisan slo en relacién con el hecho particular. Para [jar Tos sentidos en que en cada caso se pregunta por la causa de los enémenos p, qy r que tienen lugar en un determinado contexto, es necesario estalecet las expectatvas abiertas por ls pregunts afin de satisfacerlas con ol explanans. Toda explicacién envuelve, por lo taato, unafinalidad o respectivamente, una relevancia) que estiimm- pliita como interogacién en el explanandum y que el explanans, para ser tal, debe hacer explcia (cp. BE 18, 1217 a 10-15). La cal- ura (paideia) consist, seg esto, en la capacidad de disponer de los medios, puntos de vista, etc. para poder decidir en cada caso undo el explanans propuesto para un determinado explanadum ‘cumple efectivamente con aquellaexpectativa (que Io convierte jus: tamente en suexplanans) y cusado no (D) Todas estas caracteristicas que aparecen reunidas en torno de la nocish aristotélica de paidefa se presentan aplicadas & una ciencia especifica en el primer libro de Las partes de los animales. ‘Se trata aqu de establecer, previamente al desarrollo de la diseipi- ha cientifica misma, cusles son (J) los criterios que se habrén de tener como especificos de esa dsciplina para doterminar si un ar- gumentoes propio de ella o no (De part. an. 11, 639.4 12-15) y (2) {tipo de causs corresponde al tipo de fenémeno propio de la biologie (Le, 639° 10ss). Ambas cuestiones han sido ampliamente (lo! ‘orhmaros) aungue eon un mats peeve dl quo ee dabe hacer abstrac- (on ena teducion, m formados con proposiciones endoxdsticas esto es: aquellas que par- tend las opiniones generalmente admitidas 0, en especial, dela opi- nig sostenida en cada caso epecifico por el interlocutor. Toda cien- cia se mueve, en consecuencia, dentro del campo delimitado en uno e sus extremos por principios vldos absolutamente ¢ inteligibles en sf mismos (phycei) y en el oto por conclusiones deducides de estas proposiciones primeras mediante la regla de inferencia pro- vistas por la silogstica (An. post. 12, 71 b 16-72 a 9). La téenica siscursiva queen tanto ciencia le correspond es la analitica, mis precisamente, la teorfe de la demostracién. Como hemos vist, el conocimiento de la misma era imprescindibe justamente para saber qué puede ser demostrado y qué no, es decir, para tener un conoci- mento seguro de los limites de la demostraci6n asf como de Ios ob- {etosaque se aplica(véase, supra, cap. 2, 1v-¥). Es precisamente este ‘eonccimiento el que permite al mismo tiempo tener clara iden de cules son las materias a Is cuales es imposible acceder por medio de Ia demostracién. De estas materias, de las que no puede habor conocimiento preciso, justamente porque es imposible fijarls por anticipado, es de lo que trata la dialécica ‘Top 13, 1015-10, eBsaremasen completa poseséndelmétdo cuando tengamos wn dominio dela dalcica similar al que podamos tener de [a retérica, dela medicina y de lar otras faculader semejantes (dyndmes); ex deci, cuando podamos realizar lo que nas proponemes ‘partir de las posibiidades qu e nos ofecen. Bn efecto, el retirico no persuade de cualquier modo nel médic cura en culguiercircunstan a, sino que diremas que mio otro poscen su ciencia en wn grado sufciene, si solamente no deja de lado ninguna de las posibldades que se le ofvecens La relacign entre dialéctica y ciencia en Arstételes noes, como ‘s¢ habia supuesto, una rlacién de mutua exclusin, pero tampoco, ‘como en el caso de Platén, una elacin de identidad. Se trata de una relaci6n extemadamente flexible y sui, cuya elaboracién constitu- y6una de les rasgos dstintivos dela flosofi aristotlic EI mayor Feproche que se puede hacer la inerpretacién evolutista (Maier, SIacges, Solmsen) es justamente el de haber oscurecido esa relacién, ‘opacando de este modo uno de fos rasgos miss originales (sino el ‘nds original) del pensamientoarstotélico, A Tainversa, ha sido uno de los méritos més sobresalientes dela nterpetecinarstotélica ins- pirada tanto en la hermenéutiea como en la flosofiaanaltica det Jenguaje ordinario (Wieland, Owen, Ryle, Evans) el haber logrado sacar mievamente & la Tuz.con toda su riqueza de matices la relacion indicada, Agu nos limitaremos a exponersucintamente lo que para nosotros constituye el rasgo més earacteristco y al mismo tiempo nds relevante de Ia dialética en relacién con el problema del méto- do de a filosofia préctia. En el libro Ul de los Analficas Segundos, Aristteles examina detenidamente la relacién entre demostracion y defini asf como Ja funcisn que esta thtima desempeta en la eoria cientfiea, Los ea- pitlos 3-7 estén dedicados a un examen aporético de la cuestion, ceuyo aspecto positivo se expone en 1s capttulos 8-10. El resultado mpliamente negativo al que Aristteles llega en Ia parte aporética ccontnda vigente en Ia segunda parte con respecto a las cuestiones fundamentals: (a) la definicién y la demostracin son dos formas, , provista por la cienca", Para Aristtces tal definicién contiene Ios os elementos indispensables para expresar la esencia de la cosa la cxistencia del hecho ola cosay su constitucicn esencial. La elacién centre A (tveno) y BC (extncin del fuego en la nube) es necesaria pero no analitiea®. La dfinicin BC expresa la esencia real de A, 2 1a ual se lega por medio del conocimiento cientifico. Ahora bien, _" octvna seritica de qu fs fltas morales son debidas solamente a taignoracia posiblemente con razén.Arsttles recoge ambas Po~ Ticiones y Has integra en su clasficacion de las aeciones,dndale Faxén a Sécrates al extender el Ambito de [a voluntad también 2 lo Tetuado por el influjo dela pas, pero reservando tambign, por el tio lado, un lugar a To irracional, la ray el deseo, en fa determina ign de nuestros actos. La phrdness, precisamente en tanto capac ‘dad dianoética prctica, no es ajena nial shymds ni a ta epithymia, sino que comprende a ambos en ejerccio desu faculad de dlibe- avin, Desde esta perspectiva se hace més claro y més profundos & fa vez lo que Aristeles queria decir al afirmar que la sephrosyn preserva a prudencia IV. Accidn y razdn: el silogismo prdctico ‘Més adelante, ene! eaptule 6, examinaremos las elaciones entre ‘aciones voluntrias, deliberacion y elec, que constituyen uno de os aspects ms interesante de la teora ea aristolica, Pro- viamente es necesariotratar un dtimo punto de la concepcién de Ia ocidn voluntaria,en sentido amplio, (es decir, comprendendotam- bin las mixtas) que nos ofrece Arsttcles: Ia relacién ene aeeién 1 ravi prtia. Par excarecer esta conenin os necesari past de qn explicaién en general que Aistteles propone de las faculiades psiqicas mediante as cuales ponemos en movimiento nuestro cue po. Ea efecto, 1a accidn, desde el punto de vista psiquios ser el peealtado de la combinacién de dos facultades distntas dl alma, cada ‘unade las cuales conribuye con un factor propio: el deseo (resis) tein prctco (nots ho héncka tou logizdmenos ka ho préiks) {ep De an lk 10, 433 10s) En realidad, solamente con la apari- tién del component intelectivo, que aporta el ello y ta delibers- ‘ign como partes integrantes de ella, podemos hablar de una acci6n, fin un pasje bastante diffi! de intenpretar, Arstteles se refer) @ niimodode vercon una analogia que no deja dudas,aesta diferencia decisiva que existe entre las aciones sin la facultad deliberative y Conelta, «Cuando el deseo acta careciendo de facultad deliberative ence algunas veces un desco a oro otras éte segundo al primero, is de misma manea que una boll «a la chose un Seve cnt ou, anda evs asin (De oI, 84 1214) Bead que esrb Astle on rime lag cl fos rials ayes sins etn onset pods por tails singular, qs coca ye eneezian ces con tis irae as ide il lsd een realiad, un flujo constnte de movimients en el interior de cual i pl ig we En ers tvs como a cari eliniss csi an 9 ‘ioc emanates roc ls om bre ler humane tng en cambios por fon Gi que deemphasis con- Shen fein deanna iad xo 6, Ps er eto toler uaa meta, aq el efel nc lr lo que ema Jor De exe neo spat emacs imines els ets ‘etn ren om ns (Dean, 342710) fn el tlement dele en pit deer nan eps, ea penta in oi iy emote inclcvanen gs gu? Senta ciga alumeaogume pein De motu animalivm, 7,701 27-25. «Pero cémo es qu, cuando uno end penvando, unas veces acti y otras no, nas veces se muevey otras no? Paveceocurir algo semejante alo que ocurre cuando pensames razonanas sobre os objets invariables; con la diferencia de que aqul elf es una especulaciin—en efecto, cuando se piensa las ds prente sas, sepiensainmediaanenteyseinfiere la conclusion all, en cam bio, a parr de las dos premizas la conclu que seiner se convier~ te en a ace, como por ejemplo euando une piensa que todo hombre debe caminar,y que uno x wn hombre, inmediatamente camina, 0 st Pensa que en una determinadasituacidn ning hombre debe caminay, 1 aue so es un hombre, lumedizamente permanece en reposo; ye ‘ambos casos reais la acc, a menos que algo lo inpidaolo fuer Otro ejemplo es el siguiente), debo produir un bien, wna casa es wn bien, banedizamene produce la casa. [Otro:] necesito wn vestido, tua inca es ws vestido, necesito una tinic, Lo qu necesito, tengo ss EE que hacer neces nate, tengo qe hacer wanes Ya com ‘lain, stengo que hacer wna vaca, ; Spt dwn pn de pride ey gue hacer wa ie tendr aber primero esto, ys ene que aber exo, enonces tambien és vate imo to hace de inmedito. Que la acc ex una conclusion, lta evident: las prmisas que condscen ata accién son de dos vrpecies, por medio de bien (100 agus) y por medio de lo ave fs posible (i to yao ‘es una acd, Uno acta a Enel pasje correspondiente de Dean I 11, Aristteles presen- ta dl siguienle mado las dos premisas a las que se refiereen la. cOn- fio de qu pate a sms por To cul se 1 enneia de an modo ener como aun len. Se tata de un seni dgamos pasion ae termino agathdn, que no involucra neceseriamente un contenido ‘poral, aunque tampoco To excuye. Este tipo caso es al que Arist wre debe refers en el aso dl incontinent, aunque wice La tin ejemplos pragmaticos, como ase debe probar 140 10 diss (ENVIS, 1147 229). Tales premisas proveen ambien el punto de por de un rzonaientotscn come dun men: Suaibles, Como hemos visio To largo det presente caput, es arte del signtieado del ring caccin para Asses 6 Poses aa determinada espcificidad que delimit, a su ver, su comienzo nel Gempo y sv identificaci6n como ana accign, Lo que él nos propone —-y yo creo que con oda razén— es que consieremos a “eoeoporel fin expresedocen Ta premisa del bien, yl las opiniones Sobre los intogrants de Ia serie causal que conduse a ese fin, como arte fundamental el signed del erin que identifica a8 6 Bigmeneuestion como una nica yams acién. De ab qe s'8- seen cuando sistem ambos constituyentes, estamos en congilo- rede iniiar I aceién como agentes y de comprender a ots CUBR” do llevan a cabo tal accion. bien, ¢s posible que Aristtel 160 (Cuadro de las acciones segiin EN II, 1-3 i i : i i clegidas y decididas (EN 1105181) (A) Voutnrancas (De grado) (A2) Realizadas por ia 0 por apetito sexual (EN 1111224) (AB, T1) Para evi ables, ni siquira -(AB, 12) Por temor & males iresistibles (perdn: EN 1110325) (AB, 13) Noe is tenes EN an (BA, II,1) Ignorando las circunstancias, . pero sn pesar (EN 1110618) E i z i i Z g s i i g i i é (AB) Mocs 161 (BA, 11) Por ignorancia (BA) No Vountanuas (BA, 11.2) Encolerizado, embriagado (vicio: EN (BA, IL.2) En estado de ignorancia 10625) -{B, 1) Sin contibucién del agente (B,1) Por fuerza EN 111083) By Lwvouuntasias “(B, I) Ignorando las citcunstancias (B, 1 Por ignorancia particulars: qué, quién, con qué, ete, ‘ycon pesar (EN IIa) Capitulo 5 El concepto del bien 1. Imtroduccidn: la semdntica de «buena» La importancia del esclarecimiento del significado de agathon cn a ética aristotlica difciimente pueda ser exagerada. La EN se bre, expresamente, con esta declaracisn: «Toda arte y toda invest- gacidn, y del mismo modo toda acci6n y eleccin,parecen tender a ‘lgin bien; poreso se ha dicho con razéa que el bien es aguelloaque ‘odas las cosas tenden» (1094 2 1-3). Las tes Bticas dedican un capitulo especial ala discusion de la semantic del érmino, en abier- ‘a polémica con Platén y los Académicos: EN 4, E18, MM 1 (Como espero mastrar en el curso de éste y ls pr6ximos capitulos, tuna precisa comprensiGn del concepto semintico de «bueno/bien» que Avist6teles desarrolla es dcisiva para decidir ol cardcte timo desu ética, En efecto, si como sostienen algunos autores, Aristételes ‘mite un concepto del bien reductible en itima instanciaa a uni- dad entonces, pese a todas los desvios temdticos al ratar la Virtu- des particulares, su éica sera cabalmente eudemonista, dado que el logro de este fin dkimo, la felicidad, subordinara todos los demés Fines intermedios, en especial ls virtues y los bienes de fortuna, su obtenci6n. Si, por el contrario, como otros autores, entre los que me encuentro, sostienen, Arstéeles deja abierto el significado det Diem prético y admite que se tata de un término poisénrico,enton- ‘eesexisten de acuerdo con ébienesen sf mismos de distina naturaleza ‘no reductibles a una unidad, en especial: la felicidad, poruna parte, y las vinudes, por la otra. De este modo, la moral de la virtud que é en EN wm [BN 109822227: eunos tama elesuno bien a alg eden y oie, camo el pacer ariguez ofa honra, oro aera cosa y muchas veces ma misma persona algo distin, de acuerdo con i casi en fete, nando et nfermo, piensa gu ek salud, cand ext pobre, ques la Figueras [J Aguas oes creer gue el sano bien es algo que até al Jado porencimade, os miltples bens. algo queer ensimismo y que es la causa de que ods fs més ean wn bens Sila primera parte del pasajees clara, la segunda es en principio cefptia y, realmente, esté lejos de ser evidente. Los comentaristas, desde la Antigdedad han indicado que se trata de una referencia a Platén y los Académicos, referencia que serdretomada en el capitulo 4, que luego analizaremos. indiquemos aqut, brevemente, la inter- pretacién de la torfa general de las Tdeas de Platén que el pasaje supone y su aplicacién al caso espectfico del bien. La primera interpretacidn se sigue de los argumentos sobre las pruebas de 1a cexistencia de las Tdeas que el mismo Aristseles habla recoplado en suobra perdida, De ides, de donde los exrajo Alejandro de Afrdisia, largumentoes simplemente denominado «lo una sobre la mukipli- ida y consiste en sefalar que las cosas homénimas, esto es, las cosas que eciben un mismo nombre entre sy la Mea designada tr bién por ese mismo nambre —Ia chomenimia» de acuerdo con Plan xyadiferencia de Aristételes era entre ls cosas y la Idea— tienen un, ‘niemo nombre precismente porque las cosas soncopias de laldea y ‘porque sobre este hecho de ser copia de una misma Idea se basa 1a ientidad dela predicaciGn (véase la exposicién del argumento dada por Vlasts en la scccidn If de este capitulo). El uso platénico del ‘érmino «homonimia» indica que para Platonlosindividuos y laldea reciben el mismo predicado, los primeros de modo deficientey la segunda de modo pleno. Esto implica que todos los individuos deno- tados por la misme Idea son homogéneos entee si. A fortiori, esta hhomogeneidad entre los individuos F y la Fidad es la garantia de ‘que exista una dea F, que es, como dice Aristteles, Incausa de que. Tos individuos sean F. De acuerdo con esta interpretacion,Platénentenderfa el signifi- ‘ado de «bueno/bien» de la siguiente manera: existe una Tdea del 19 Bien, que es la causa de que otras instancias (1 placer, 1a fortuna, le salud et.) sean bienes, es decir que de ellos se predique que «Son un bien, de modo tal que tanto la Idea-Bien como las instancias-Bien cconstituyen un género. [La refutacin de Aristeles en a EN seguir los lineamientos trazados en BET 8, que ya hemos visto, y se concentraré en (0) la refutacin de las Ideas en general, aun cuando aqu Aristteles pole- ‘mice exclusivamente conta a existenciade ia Tdeadel Bien, (b)en demostrar que, aunque ésta existiera,no seria de uilidad ni de api- cacign en las eciones. En EN 14 Arst6teles desarolla varios argu- Imenios, que se pueden agrupar en tres objeciones centrales:() ade lo anterior y posterior, (a) Ia de la homonimia, y (w) lade lo ques por s{ mismo y fo que es a través de otro. 4) El desarrollo de este argumento sigue ls siguientes pasos 1. Quienes sostienen que existen las Ideas, no admiten que haya una misma Idea de aquello que es, ontoldgicamente, primero y de lo que es derivado. ‘2. Quienes sostienen la existencia de las Ideas, admiten que hay dos grandes eategorfas de ellas: las que existen por sf mismas 4 las que existen sélo con relaci6n a otra cosa. Ejemplos de la primera serfan; hombte, caballo, piedra, etc; ejemplos de la se- ‘gunds, mayor (que), hermano (de), amo (de), ete. (Cp. Plats, Sof 25Se-d; Xenécrates, Fr. 12 Heinze) '3 Pero el wbien» se predica tanto en lacategorfa de lo que es por sfmismo (hombre), como cn lacualidad o en larelaci6n (amc). Conclusién: Por le tanto, no habré una Idea comin a todas es-| tas categoris (a la sustancia, a la cualidad y ala relacién) (EN 1096 a 2123). [Es evidente que de 1-3 n0 se sigue de modo directo la conclusion, sino que falta una sltima premisa, que es necesariosuplit. Esta pre- ‘misa e, en realidad, una regla como la siguiente: 4. Si predico «buenola» de x y si predico «buenofan de y, x6 bern tenet el mismo status ontoldgico. Ahora bien, si x ¢8 una substancia e y una relacin (<= eesptitun; y= ait»), estas dos instancias no tienen el mismo status ontolégico, porque la elacién como un accidente que le sobreviene a la substancia y no puede ‘existe sin Esta 180 La importancia de la regla 4 reside en el hecho de que el argu- ‘mento tequiere, explicitamente, que las proposiciones que se. com- paran tengan la siguiente forma: (a) l espiriu es bueno»; (b) «Lo tiles bueno»; (c) «Lo juso es bueno» en las que indiscutiblemente bueno» es el predicado, El supuesto que Ariststeles deja implicito scl siguiente: sel predicado se predica de modo esencial del sujto (Coque necesariamente debe ser as{por ser x ey kienes» po hipéte- sis) entonces ambos tienen que pertenocer a la misma categoria. Existe una razSn por Ia cual este supuesto que nosotros hemos hecho explicito ene presente argumento, cobra una especial impor- tancia en el siguiente (1): el hecho de que tanto Kosta” como Ackril™ insistan en que suponer un principio como ese —como ocu- se en los comentarios de Joachim y Dirlmeier— es introdueir un supuestono autorizado porel texto, Pero veamos emo formula Aris: ‘tees el debatido argumento (). EN 1096 a 23.29, «Passio que el «bien ze dice de taas maneras como eleser» pues se dice en la quidide, como Dios yelinteleco, en la ewalidad, como ls wires, en la cantidad, como lo medio, en La relaciéo, como oil enelempo, como lo porno, ene lugar, como (a resdenciaadecuada, yen ls otras de modo temejante es evdente que no hab un géero inc, comin a todos, pues (lo bubieral, no se predicara en todas las eategoras sino en wna sola». ‘Tanto en el pasaje paalelo, ZET8, como en éte, el griego pecmi- te construiren cada caso las proposiciones de los ejemplos de dos ‘modes posibles: (11) «Dios, el esptitu es.» Las vitudes son.» ‘Lo modido es...» Louies.» «Lo oportno es.» Kosa, 1971, 9p. 1728, * 1977 pp. 192%, ve (42) «08 Diss ‘son as virtudes» «<.98 0 medido» 168 0 itil» «88 fo oportuno». ‘Kosinan, Ackrily Berti sean inclinado por (.2) contra (11) que cralainterpretaciGn tradicional, Mis razones parasostener que (r.1)es la correcta pueden resumise at: (2) en el argumento anterior (), la forma de laproposicisn requerida es Ia expuesta cn.) sin ocual es imposible llegar a una conclusién logicamente constringente;(b) el pasa paralelo de Tep 115, citado en la seecin anterior, construye cexplicitamente la proposicién como en el esquema (1.1); (©) todo el frgumento de Aristteles gira en tomo a su nocién de homdnymon, {quees un thiconombre que tienedistntas signiieaciones, por lo cual ‘ese dice de muchos maneras».En resumen, lo que Aristtelesafirma es que, sin predicado es un hommymion, tiene sigificacions distn- tas pus predierse no accidental sino esencialmente de syjetos que pevtenecen a géneros supremos o categoria distintas dado que cbue- hor se comporta de esta manera, ebuenow tiene significados categorialmente dstints, imposibls de reducir «un nico género. ¥ tesesto todo lo que Arstteles necesita pararefutarlaexistencia de una ‘Wea del Bien o de un género nico del ben, pues, iste fueracl caso, todas lasinstancias que caen bajo su extenssn, debenpertenecet aun misma categorf, es decir, 2 uno solo de los diez géneros en que se ‘agrupan todos los signficados posible de los términos del enguaje ‘con sentido, Con ello sin tener necesidad de apetar ato que es la connotacin de ebuenofa», Aristtclesrefuta no solamente la exsten- cia de la Idea del Bien, sino todo otro intento de reducr el significado ‘del érmino aun dico denominador. Pues lo que con esto queda de sostrad esque el témino central de adic, «bueno, es un temino sisterdticamente equtvoco. +" Paral sgnifcacion de hombrymaen Asses, remo Gua, 198, cspecianenta pp. 18-20 na BI timo argumento que vatnos a considerar, EN 1096 b 8-25, cs, también, bastante elaborado. Agu bastard con dar un resumen el mismo. (i) Hlay dos clases de bienes, (1) los que se buscan por sf mismos, ‘y@ylosque se buscan como medios paralegals primeros, Dejan- do de lado Tos segundes, veamos silos primeros son denominados tienes» sogn una Sola idea. Siobservamos aquellos bienes que son ‘buscados por s{mismos, como el pensamiento la vista, cirtosplace- resy honares te, comprobamos que ésos no pueden ser bienes por pertenecer a una soa idea y a causa de ella. En efecto, si asf fuera, es evidente que todos deberian tener la misma definicin de lo quees ser, bueno, dela misina manera que hay una misma definicién de lo quees bianco en la nieve y ene! papel. Pero las definiciones del honor, del pensamigntoy del placer, en tanto biznes, son, sin embargo, diferen- 1es,Porlo tanto, no hab un bien comtin a todos ellos de acuerdo con, wna ica idea De esta larga discus de la Idea del Bien se pueden extaer no solamente las conclusiones negativas con relacin a Esa, sno también algunas caracterisicas propia que Aristtelesaribuye al trmino xbue- snofbien>, En primer lugar, su multvocidad que impide reduc su sig- nifcado a un dnico género. Luego, una diferencia importante en el modo de predicars, ya que «bueno/bien» se dice tanto deaquello que se busca por s{misma como de lo que produce 0 conduce alo que se ‘busca. por sf mismo, De por sf, bueno» parece predicarse de mado plono exclusivamente de los fines y s6lo a causa de Estos de los me- ios que conducen aellos, Pero un mismo sueto puede recibir ambas ‘modalidades de predicaciGn, esto es, puede ser un bien por sf mismo {como por ejemplo el penssmiento) y serun medio para otrabien ult rior (pore) la felicidad), Por otro lado, de los mismos bienes por sf ‘nisms la definicién de ebien» difiere, por lo que también dfiee en ‘cada uno de ellos el significado de «buenovbien». En conclusién, el ‘término buenafbien» tiene un significado no s6lo multvoco sino tam ign abierto, Acstteles deja ambigua la respuesta kima a esta pre- ‘Bunta, al concluir la indagacidn de esta manera: EEN, 1096 626-29, sPeroentonces, de qué manera se dice sbwenof iene? Ex efecto, no parece que se mata de uno de los téeminos homéninos por azar {como por ejemplo eel bancos para el asentoy 1a insttucin baxcavial. £0 acaso por proceder todos de wn mismo significado o por eoinldir todasen un sentido central omés bien por analogia? En efecto, como la funcion de (a vista eal cuerpo, ax la del intlecto a a del ela, y asf sucestvamente, Como sefialé antes, Owen ha bautizado este procedimiento atistotcico de agrupar los diversossignificados de un término ho- énimo en torno a uno cental «focal meaning», cuyo ejemplo mas cevidente es el término «médico». Este se utiliza tanto de un indi ‘duo humana como de fos objetos que él usa («instrumental méi 0»), dol producto de su actividad («preseripeién médica») 0 del resultado de ésta (adieta médica», en el sentido de «régimen de vida») Bn todos estos casos, a pesar de que se predica de sujetos pertenecientes a dstintas categorias, no se tata de homéimos por ‘azar, sino que suponen una priaridad ligica de uno de los signfi- ceados, el que se aplica al individyo humano, al cual remiten impll- citamenie los demas", La otra posibilidad mencionada es la de la analogia, es deci: asf como la visin es un bien para el cuerpo, el intelecto es un bien para el slma. En todos los casos, empero, Ia ‘conexin con un significado central debe salvaguardar los dos ras- 0s centrals: su significacin abierta y su aptitud sintética, que lo hace apto para introducir siempre un nuevo conocimiento. La propuesta que desarrollé en la seceidn anterior, en la que comparo al tmino bueno» con el tino «elemento» en lafisica aristoté- lica,satisface ambas caracterfstcas™. Por ultimo, lo que antecede no impide que Aristtcles concbie~ 1, por otto lado, el conjunta de las instancas capaces de ser fines de la aceidn humana y, ms alld do éta, fines del universo entero, como * Gp. Owen, 1950, pp 67 » Ente carter dnd y shen dal tino sbuenor como acevo 0 prodlead, peo, or supvete,nocuand lo lizaros can seid oar, Eomo por eeio vo que 6 buonos 0 los Bienes) uo redescubiar por (GEE Moorea cemerzos de este siglo, cp. Moor, 1903, pp. 7-10. ‘un conjunto cerrado que se podfa ordenar jerdrquicamente. En la préxima seccign recogeremos algunos de los pasajes de los propios textos de AristGtelesy de los fragmentos de obras perdidas ransmni- {igos por otros autores, que exponen Ia clasficacin de los bienes en ‘una erarqufa natural, que ess implicita tanto en las obras éticas como ct as biol6gicas. A su vez, como veremos en capitulo posteriores, cesta erarquia de fos bienes est una a una cesta concepci6n de la sociedad arcaica como una comunidad jerérquice. IV. Divisién y jerarquia de los bienes ‘Tanto en os eseritos metodoldgicos (Top, Rher, Diaireseis) como cen las tres Bricas, se encuentran diversas clasificaciones de ls bie. nes ealizadas mediante el m6todo académico delaivision (diatesis) Sin duda, muchas de estas clasificaciones reflejanejercicios logicos Tievadosa cabo en la misma Academia, Otra provienen de Iainicia- tiva de Aristételes, quien desde joven habefainiciado su reflexion sobre la ética valiéndose de distinciones seménticas y conceptuales para ir mis tarde, en las redacciones posteriores, suavizando la rigi- dex de estos esquemas". Por otra parte, a diversidad de estas clasifi- caciones prueba la difcultad de abarcar desde un solo punto de vista y {de un modo coherent Ia (otaldad de Tos bienes Se tratabs, ms bien, {de una forma de recopilacin de material ordenado por ainidadeste- tndticas similar al que encontramos en los Tépicos, en especial en It 1-3,en donde se reinen a la manerade un acatilogos, como acertada- ‘mente lo denominé Gigon, ls pies de lo wprefrible»(hairetdtern). ‘Vamos a seit ls clasifcaciones mds generals, que son lasque, dems, tienen un papel importante en los argumentos morales desa- ‘rollados por Aristétles. La primera, heedada de Plat6n, divide a fos biones en iret clases, los del alma, fos del cuerpo y lo exteriores: Fig 82, Gigon,p 318 33 ss (Ross, Diareses fag. 2, p. 101, «Ars téveles dice que él [e, Pata) divide las corat de este manera. Una % Gp, bite aus, pp. 188-187 las de Bienes son os que esti en el alma, otros ene cuertoy otros, {os exteriors. Como por ejemplo, la justi, la sabiduria prio, ka valenta, ta contnenca y las demas Jvetudes] similares est en ek, tna; a belea, a buena consitucén, a sald yl fuera extn ene everpo; los amigos, a flicidad de ta patria y la riqueza son exterio- ‘esx. (Cp. Plato, Gorg. 511d; Phuc. 2384-240a: Legos 697). AvistGteles adopts esta divisi6n, como fo testimonian maltiples pasajes: MMT, 1184 b 1-6, EET 1, 1218 b 30-35; ENT8, 1098 b 12:16, Ladivisin incluye un orden jerdrquico, que va desde lo més superior, el alma, al cuerpo y de éstea los bienes externas o de Fortx na. A su vez, dentro del alma, existe nuevamente una divisin entre elect, deseo y placer, con sus respecivas capacidades: phrdnési, viewed y placer [BEM 1, 1218 32-37, Todos los bienes esa en elena o fuera de ella, 1 de sas son ms prefevibles los que estén ene ana, seg a dvsion ‘qe hemes hecho en neste bros exstricos. Bn efecto, a sabidurta rictica, ta vind yet placer estén en el alma, de esas tres cosas alga aso odes, juntas oseparadament,parecen sr ena opinion cot, el {fin dela vida. De a faediaes} del ana, unas son capacidades¥po- tencilidadesy otras actividades» movinionose. (Cp. MMI, 11840 1 6 ENI, 1088 13-16; Pol VIL 1, 1323 224.27, ee). ‘A su vez, los bienes exteriores son incluidos en otra division de suma importancia paral ica, ENV 3, 11296 1-6, «Como el injusto es también codicios, se prec ani de los benes, pero node odes sino de aquellos que estén ibrados 11a buena 0 mala suerte: sos, omados en sentido absolut (haps), so siempre benes, pero para un indvldo deternado (il) no son siempre. Los hombres ruegan por ells y los persiguen pero no debe- ian, sino debertan mds bien rogar que los bienes que lo son absoluamente sean también benes par ellos leg aquellos que Son bienes para elles. (Cp. EN VIL 13,1152 25.28; EB VIL2, 1236.6 32 = 1237 a Ly el comentario de Ditmeler, EE, 391). Las dos divisiones que citaremos.acontinuscisn, provenients de la BE y de la MM, remiten a una anterior, més amplia, que podria haber estado contenida en la Diafesis ram agathdr, como lo contr- ‘ma el ico fragmento directo que tenemos de este eserito por una cit de Alejandro de Afrodisas. Como veremos, esa iltima permite arresgar una reconstruccin mis extensa de toda la divisign BE MI 5, 1232 6 27.31, «Como enve lo biener hay algunas que son venerabies ni) ytrorque , como ha sido dtnguido ants, de los bienes de esta especie hay tos verdaderamente grandes y ors pe: ‘ues, y puesto que entre lor hombres uso on digns de ellos otros se tienen por tales, entre esos esnecesaro busearal magni» MM12, 1183 b 20:30, «De ls bienes, egos son venerables (tia, otras eloiables epee) yrs, que son Bienes povencale (dynes) amo evenerablers a lt siguentet: lo dvino y lo ms at, tales ef alin, el intcleeo, os entgno, el principio otros pore esta, Ex ect, evenerabler» son todos aquellos sobre las que rece la venera= cin, ya todos los citads le tribuinos veneracidn. Ahora bien tam- in a vir es venerable, cuando su posesién convene a alguien en tn hombre honeso, pues aleanza de exe modo la figura de le virtud Por oto lado, me refer a cuaidedeselogables como las virades, pues el elogio nace a partir de las aciones que te levan a cabo de ‘acuerdo con éstas. En cuanto alos bones poenciales, seal, por jen plo el poder: argues, la fuerza, la bllesa em efct, hombre hor esto puede hacer un buen uso de ellos, vel deshonerto wn mal ws, Por 0 5 os lama a estos bienesspotencilesss™ Prag. 622 Gigon, Tén agathn dass, p, 723, (Ross, Dares, frag, 1. p. 10), Alejandro de Aftoisia, Commentatium in Top. p. 242,19 ‘Bn la Division de ls bieoes, dice ue lng ude aloe de los bienes son ls venerabes, com ls dices, los progenitors, la ‘udensone: bello yelogiable aon la vinudesylas eto que se * op. Dimer, EE pp. 942-043, 187 \ ' | : ‘realian de acuerdo con énas;benespotncilesaguellas que Son pase Des de seruilizadosbiew 0 mal; ls ities son ls que produce éstos ,wexeelencian. J Senza mostra de qué manera la teora plaice a ideas pura considerarse como comprenida en gemen en una palabra {reg areé". En efecto, cl rminoevolcion desde significado fréximo ina eualiddéice» ens dislogos socio al ebon- {ads propia de cada ser. También en Arittlesencotraos este Significado general, de severdo con el cual se puede hablar de la free del oj, del caballo, de cuerpo. En Met V 16, 1021 820, ‘rites daa siguiente defini: elaareté es una civtaprfec- cin pues toda cosa es pvc (..] cuando, teniendo en event fa forma de su excelencia_ propa, no carece de ninguna d as pares he completan natrlmens su. magritde, Ya en el campo dela ica, Aisttles a a siguiente carctrizacign: «con respecto ala rete [quede extablecio] que esa mor disposi, el mejor esta fo ola mejor potencia de todas las cosas que tinea alg uso © algin producton (EE, 1218637 12194 1). Tanbignen EVT6 ncontramos una version abreviaa de esta sgifesién genera: EN 1098 8-12, cafirmamos quees genéricament idético el producto dlewn artesano cualgiera y de w:buen artesano, como por ejemplo de av ciarsta y de wn buen ciara y on general en todas las dems actividades, fadiéndse la superioridad en acalidad (re ) siempre en rlacén con el producto: aetvidad especfica del charisa es, en ‘fect, tocar la etara, del buen ctarsta, cara bien» La wexcelencia»,ecalidad» 0 «vstud> es, por lo tanto, un predi- ‘eado que en principio se apica a determinadas acciones 0 productos ‘en tango que son resultados de aeciones entre los cuales se establece una relacgn de grado, sea entre dos actividades del mismo género, sea entte el resultado de des actividades del mismo género. En am- bos casos se supone implicito un fin espectfio de cada actividad que * stonze, 1931p 8 ws cconstituye su funcién. Es en este punto en el que se tes]uce Ia eo: nexidn, sefalada por Stenzel entre aretzeidea, la que es Vida tan bign para Aristteles, pues para éte la funcion de un producto esté Fijada de un modo natural por su efdas; esto es, por la forma natural _y espectfica que constituye suesencia, Dejemos por ahora este senti- {do general dela eviruds,reteniendo de ella que estdimplicitamente ‘eferda aun ednon que en cada caso es, de acuerdo con Aristcls, ‘provisto por Ia enaturaleza» espectfica de una accin 0 de un ente natural (cl ojo) o hecho por la mano del hombre (artefact), y pase- ‘mos la wvirtud> 0 wexcelencia» en sentido moral ENII2, 104 9-28 cL vtud moral ene que ver com los placerety dolores, porque por causa del placer hacemos lo malo y nos lgiamas de To bueno a caus del dolor De ahi lanecesidadde aber sido edven- do de cierto modo ya dtde jovene, como dice Pla, de modo que not regocionos y nas dolanos como se debe: ésta es la correcta educa: cin. Por lo dem, la virtules denen exrecha rlacén con las acco es (bie ya afeciones (pth, pues toda acc yoda afecién 0 sequde de placer y dolor; por ello tended la vrtd esa estecha ‘elacén con os placeres y dolores. Ade, toda habildad (his) del alma nuestra su dspascin natural con relacin alas mismas co- sas yore feu de las msmas esas, de las euaesvecibe el inpulso para ser mejor peor Los hombre, por su parte, se converten en des- hhonestos a eausn de los placeresy de los dolores, por perseguir los rineros yIuir de oe segundos o por persegu aguellosplacers y Inde de quelle dolores que nose deben (3 del cuando no te deben como nose debe o de cuanas otras maneras en que eté definido por la raz, Por eso se define tambicn ls vires como una especie de ‘npasibilidady erenided: pero no exactamente ponue se habla de un ‘modo absolud, sin adr wcomo es debido», econo no es debido», ‘cuando, y todas las dems determinaciones. Queda, pues, establect do que ext clase de vrtd et8referida a placer yal door y pane on récticn los acta superiors ments ue ef vcio hace lo cntvrion Aristételes presenta la virtud como una cierta propiedad de 1a psique, qu 4 define como una héxis. El término est uni al verbo 94 ego que sigifca tener, de misma manera ques traduco~ slates, «habitu» y whabilitas» de donde provienen en espa “hubitony ebtildads, estén emparentadas con el verbo «haber». Eta hablidad 0 capacidad puede ser corporal, como la vision, © intelectual, como i posesin de una lengua, y Se opone, igieamen tea as respectvas «prvacioness: wceguera>, eafasian, Podemos pues asimilar a virtud, en tanto shabilidad», aun tipo de propieds- des dispsiconaes del ser humano que van uidas, sobre la base de certs capacidadesinnatas, al ejercicio de las actividades prtnen- tes La capacidad de tectua, por ejemplo, presupone una propiedad innata, a vst, peo exige a adquisici y desarrollo de una hab dad ieletual ropa, lade descifar y componer signs. El wletra- dor es aquél que tiene la capacidad activa de wleer» un texto en condiciones normales, mientras que el eanalfabeto» es el privado de este habilidad, aunque no earezca de las condiciones inatas aque, ila bubiera pod ejrcer, fe habrfan permitdo alenzar la hubilidad pertinene. Al definirAristtles la vrtad como una especie de propiedad isposicional humana, la conecta desde un principio con el dmbito dela accidn. En efecto, cl pesupuest bisico de toa propiedad Aisposicional el ejecicoefectivo de una dsposicign que se reali za por medio y en la ai, Ahora ben, como hemos visto los capitlos 2y 4joda acid es, como tal, voluntriay onsite en usin de un desea por alpin objeto o cto y del correspondiente dbfinicién conceptual de que una acién deta ipo constivuye una instancia de adgusicién del objeto o de producién del acto que se desea, Esjustament este aspect desiderativ el que Aristeles des toca cna intradueién dela viru moral, ya que el deseo va acom- pafiad de las corespondientessensaciones de placer o dolor que nos hacen prsepuir determinados objeoso estadosy evitar oto. Lis afeccionesopasiones (phe) perenecen ala parte apettiva él alma, la que, segin Aristételes, «participa de algin modo de fa r- 260, en cuanto d6cily obediente de ela, dela misma manera que 1s xdamos la raz6nw 8 nucszo padre 0a nvestos amigos fevando cbedecemos sus consejos» (ENT 13, 1102 b 30s). Aristteles de- nomina scarier (Ethos) ala deteminacién moral con Ta que 195 cfentamos nuesras pasions, es dei, aquellos estos de him acompatiados de placer o dolor. La(frtud es la capacidad de domi nig, emarada de Ia part sacinal ps desarllad por medio del ‘etic hasta lgrarsuplenapossién que nos pei refrenar aves twos deseosy lemores,nuesras emociones ysensaciones interna, a fin de adeeuae nuestra conduct a un enon de comporamiento im puso wansmitdo por aii. Comes pose avers, Arstteles no nos ha dicho hasta ahora ‘questo que convient en moral ala vista sino cules son susearac- terfstcasantropoldpcasy psicolégcas- Este modo de encaer Ia cutestin prosigue en la stein destinada a definirexpictament a svitud mora ENII 4, 11055 20s. «Puesto que los fenémenos que ene lugar en el ala son ders clases: pasines,facltadesy habits, urd ‘ue pertenecer una de lls, Denonino spaoness al desea lair, el nied, ta osedi, la envi, ln legra, la amistad, lod, ta nova ia, lr coos, a compasin yen general los afecas que van acompa Fades de placer o dolor Por facutadereniendo aguélas en virtud de las cuales se dice que nor afctan esas pasones, por ejemplo, aguelo por lo que somos capacesdeairarnos, de enristecernos ode compade- cero. enoming hibitos aguellaseualidades por medio de as cuales rs comportamos bien 0 mal con relacan a las pasiones, como por lemplo, on relacin a a ira nae comportanos inal ano si nes dejo ‘mos amebatarvolentamente por ela como si permanecemes impast- bles miniras que nor consportans bien si adoptamos una acti ‘meturada,ylomiaro ocure con las demés.Porlo tanto, no son paslo~ esnilasvirades nos vcios, porque no sens llama buenos © mals ‘por nuesras pastene ..} ni senor elogia 0 censura por ells, pro sf se nas elogiay conura por nuesrasvirudes y vicias. [.] Por estas ezones, tanpoco rn fculades: nse nos lama buenos 0 malos por poder sentir las posiones, ni se no elogiao censura. fu] En conse- ‘vencia sae virudes no son ni pasones ni faculades, s6lo queda que se ib = Coincido on este punto con a exposcén do Engberg Pedersen, 1983, cap. 5, pp 120s, 96 Las facultades comprenden tanto el aspecto puramente afectivo de poder sentir una determinada emociéa como el cognitive de per- cibir por medio de los sentidos las cortespondientes propiedades visuals, auditivas, tiles, ec. que despicran una determinada sen- sacin de deseo, dc aversiGn, de odio, et. (cp. De all 3, 414629 ss). Es por ello que toda pasién involucra un elemento cognitive «ue est contenido en lo que podemos definir como el contenido propasicional pore que nos apasionamos. Este puede ser tan sen- cillo, como la mera afirmacién que va unida a nuesta sed: «agut hay un vaso de agua», 0 tan. complicado como la trama que des- pierta los celos de Otelo, El ibito que capacita para comportarse del par ode los amigos, y eto nada tiene que ver con el modo de razonar en las matemdtcas. De ‘qu a parte ieracional del alma es persuadidade alguna manera por la razéo, hay un clevo inicio en el hecho de la amonestcién la ex hortacn ye reproce. Yi hay que dele gue este elemento también posee razén,entonces lo que posee un principio ractonal es dob: § La cussion ha sis dscutda por Engberg-Pedersen, 1989, caps. 7. compreneén aciual ea cussen se aoorca ala do este aut, aunque die Fe bastanta en os atces,especaimonte onl importanca que él toga a fo snoracioal 200 raxén lo siguiente: «Para la conducciGn del comportamiento moral ‘queda, de todas las actividades cognosetivas, slo la comprensién (Einsioht) Pero ésta no determina con respesto a todo, Sobre tos, fines ulimos de nuestra accién no decide, sean Aristteles, Ia ro- ‘lexién, sino la conformacién de la voluntad (..] La comprensiéa se ‘cupa solamente de Ia reflexin préctican’.En un breve nota al pe, ‘Zeller informa parcamente de su cambio de opinin, por influjo de a ‘obra de J. Walter, con respecto ala edicion anterior de su obra. DJ, Allan en un aticulo que mare el comienzo de una rectficacin de esta opinign, sostenida a ia zaga de Zeller por Burnet y Jaeger entre ‘otros, mostté el origen de este cambio de opini6n que fue tan infty ‘yeate™. Mientras que Zeller en las dos primeras ediciones de su obra ‘sostenfa la creencia, corriente entre Ios estudiosos del siglo XIX, de {ue Ia funcién de la razén prictica consistfa en formular el timo bien para el hombre, adem de descubrir los medios a través de a ; (b) ax lleva a y, sila existencia de x por si misma ‘contribuye a0 es parte de la existencia dey». En este sogundo caso, larelacign «concernientea un fin» se apica también a aquello cuya mera existoncia cuenta ya como una realizacin parcial o total del fin'!, Como se ha sefalado, Aristteles suele utilizar ejemplos téeni- cos fin de aclarar su andlsis de las préeis, con la consecuencia de que s tiende a asimilar estas timas alas producciones. Sin embar- 0, en este caso las ejemplos offecidos son bastateilustrtivos: los fines generals del médico, del orador y del polio estan implicitos cn la propia dfinicign de su tara: «médico» es el profesional expe- , por el oto, es, entonces, clara, La voluntad posee una cxtensién mayor que la electiGn, ya que podemos «querer» cosas, fuera de nuestro aleance o imposbles; la eleccién, en cambio, es una | voluntad determinada yrestringida por laraz6n, que limita el campo 4c os objetos posibes abiertos al deseo, Gauthier-olfsefalan, acer- tadamente, que la distinciGn es entre un adeseo eficsz», lacleccién,y tun adeseo ineficaz», Ia voluntad”, Ahora bien, Ia eleccién es una forma de razén, pero se distingue de la opini6n (déxa) por las, avaloraciones entre las que se mueve: In que afeeta als opinin es, centre «verdadetor y «falsow; la que afetaa la eleccign, entre «bue- ‘now yemalos (EN 1111 b 32-34) Hay, en consecuencia, una relacin cin final apuntada, ec. enconces la voluntad se convierte en elec- cin, y nos decidimos a actur. La pregunta que inmediatumente se plantea, dentro dela estruc- ‘ura dela ica arsttstca, esa siguiente: de qué manera distingue In cleccién dentro de los fines propuestos aquellos que son buenos? De esta cuestion trata expresamente EN IL 6. ° cp, Gautirlt, EN, Hp. 195 11134 15-1113 b 1, sHemor dicho que la volunad tiene como objeto el {fin Alora bien, nascreen que éte es efbien por antonomasia, tres, (que exelbien apacene (1 phalnémenon again). Quienesafrman que ct objeto de a volunad er el bien, deben admit que noe el objeto de la yolunta lo que quiere aguél que no elige correctamente —puts, sien fect es objeto de la volusad, debe ser también algo bueno sn em ‘argo pudient darte el caso de que sea malo. Quienes, por ova par- te ftrman que el ebjto de le volauad es el bien sparen, [deben ait] que no exit aguel objeto de la volunad que es por naturaleza {el mimo para oder, sno slo lo que acada uno le pareeca [que etd bien). Pero a cada ux le parece, de hecho, una cosa distin y puede ocurrir que ésas sean hata contaras entre i. Si, empero, ninguna de testes dos soluciones nos saisfce,cdbe decirse que, por una parte, objeto dela volutad en verdad y de modo absolut ese bin, per ue, or fa ora, para cada uno [es objet de la volutad] fo que a le parece (que ext bien]? En resumen, para elombre honest spouses) 125 [objeo dela volund] el ben verdadero, para el deshonesto, en cmbio,eualguler objeto casual, dela misma manera queen el caso de los cuerpo, para los bien constiuides es sano lo que en verdad lo es ‘pon los enfermas, en cambio, cosas dstias, lo mismo acurne con las cosas amargas y duos, caliente y pesos, y cada una de las de- nd, El honetojucga, en efecto, cada cosa covrectamente la verdad se le muestra en coda coma particular: Para cada dispsicon del caré- ter esiste una fora aproplada de lo noble yo placentro (kal és. quads, ef hone dfere de oto en mayor medida por la copacidad de vero verdadero en cada cosa, send, comoes,lanorma y lamin (ante, mézon) de elas. En cambio, en la mayor de los casos se produce el engi sein parece por causa del place, el cul no siendo bien gparece com tl En efecto, la mayoriaelige el placer como wt bien y he del dolor como de wn mals “Teniendo presente las diferencias que establecimos previamente centre voluntad yeleccin, es claro que en este capitulo «voluntad» ‘htento que raduzeo es ele Bekker, igeramenta teront dl de Bywater Una dtonsa oon comentarie do txt wad se encontrar en Guarig, 1973, 99.499, 22 qu Arisiteles estéanalizando, es la voluntad determinada por la ran, es devr, equivalente en dima instancia a la proairess®, La posicion de Arstéeles se define por oposiidn ados tess extremas, contrarias entre sf, La primera () sostiene que todo aquello que es objeto dela voluntad es el bien en sila segunda (r), quetodoaquello ‘que es objeto de la voluntad es el bien aparente. Cada una de las dos tesiscoinciden en no dejar abieria la posibilidad de que algo pueda ser objeto dela voluntad sin sero (1) el bien en sy solamente és, 0 (i) el bien aparente y solamente éste.() 65 Ia tesis defendida por Plain en los dilogos medios (Gorg. 468 3-49, Men. 78 98-08); (1) ‘esa esis defendida por Protagoras l menas segdn el testimonio del mismo Aristtcles, de acuerdo con el cual aquél inclufaen suafirma- ign de que el hombre es la medida de todas las cosas también afos valores (Mer X16, 1062 b 13-19), Contra () Arstotles argumenta que quienes asf opinan, «leben admitie que no os el objeto dela voluntad lo que quiere aquél que na lige correctamente —pues, sien efecto es objeto de la volunta, debe ser también algo bueno; sin embargo podiera darse el caso de {que sea malo», Dicho en ots tminos, si es imposible elegic y eciditse por un fn incorrect, entonces desaparece una de ls notas istinivas de lo wbuenos, a saber, su cardcter selectivo y normativo, pues en caso de que alguien quisiera algo malo, no estarfarealizando ‘un acto de su voluntad. Contea i), Atstéelesobjeta que quionesidentifican al objeto de Ja voluntad con el bien aparente (y sélo con éste), «(eben admit] que no existe aquel objeto de la voluntad que es por naturaleza (el :nismo pata todos], sino sto lo que a cada uno le parezca [que est bien]. Pero a cada uno le parece, de hecho, una cosa distintay puede ‘cuir que éstas sean hasta contrarias entre sv. La esis protagorica inoduce, de hecho, el relativism moral: desapatece, junto con la nocidn de un sbien vido para todos» (lo que AristGteles Hama aqui «por naturalezas), Ia nociéa normativa de bondad, puesto que es su- ficiente que a alguien le aparezca algo como bueno para que es0 sea © hal ambién lo entinde Dieter, EN, p. 982 a3 bueno, En un mismo momento y con respecto alo mismo, sinembar- 0, un individuo puedo parecerle bueno ry aun individuo B, no {fr, Dado que se puede predicar con igual vaidez de instancias con- twadictoias,ebueno» eareceria de sentido. Lasolucién que Aristétles propone, paradigmética pare toda su ‘ica, es lamisma que ya hemos encontrado al tratar la cuestiGn ene dialética y verdad en el capftlo 3, y se apoya en la distineién entre la posesién de una determinada propiedad de dos maneras distnta, pero con transiciones entre ellas:absoluiamente(haplds) y con rela cidn a alguien (tin), Come vimos, Arist6teles alica esta dstinei6n, alas relaciones denteligibilidad en Top y Met, commparsndolasen un, pasaje de esa dltima expresamente con la comprensin de Io bueno. [Met VIL 3, 1029.8 38, «Bs convenient pasar defo menasiligible a os intligiles es as, em efecto, como todos aprenden, pasando de lo menos ineligible ala mas ineligible por nauraleza. Yes por ello ve, deta msna manera que en las aciones se pasa de hacer quello qe es bueno pare uno hacer coincidi lo que es bueno para uno (td kdsti again) lo que es bueno en si ast también fen ef conoci imieno]partendo defo que es ms itligible para uno pasaremas @ ‘hacer coincide que es ineligible pornauraeza can o que es intl sible para unoe™ De este modo, se delinea el eamine intermedia trazado por Aris- totes entre elextremo realismoplatGnico de las ideas ye eativismo de a Sofstica. EI hombre sensato tanto en el campo del conocimien- to como en el dela aceign se encuentra en medio de los fendmenos, ‘con su aspeeto eambiante y con sus particularidades.Ejecer su jui- cio equivale« pasat de aquello que nos resulta més conocido en las citcunstancias dadas a lo que es mds general y absracto y, por ello, mds inteligibleensf, porque explica de modo universal lo particular. ‘De la misma manera que un hombre sano juzga adecuadamente los alimentos que son apropiados para todos, mientras que el enfermo Sobral intelgila para uno y ons, . Evans, 1977, pp. 69. 28 slo puede elegir aquelios que su cuerpo soporta, de modo que care- ce de un gusto generalizable, asf también el hombre sensato tiene s0ces0 2 lo mds inteligible en general, es deci, universalmente vai- ‘do porque es verdadero, y el hombre honesto a lo que es bueno para, todos, es decir, también universalmente vdlido, El universalismo arsttélico, diferencia de plato, nose ige por un inicoesque- 1a inflexible de verdad y de bondad,e deal matemstico de lacien- ciay da téehne, sino que admitevariaciones y matics de acuerdo con la varisbitidad intrinseca de ls fendmenos, tanto los naturales como, en mayor medida an, los humanos. Sin embargo, consttuye a i juicio un error considerar por ello que Aristteles renuncia dentro de as acciones a aceptaruncriterio de bondad que vaya mds allé del prticularismo de cada situacién” Los textos coincidentes de EN, ‘Met y op V14, 142.22-15, demuestra que la capacidad argumenta- tiva se aplica de acuerdo con Avistételes por igual dentro del mito dela diseusi6n, del conoeimiento y de la acién. Como expusimas en el captulo 3, el métodoal que ape a ciencia prctica es esta capaci ‘ad aryumentativa, a dialética, que consttuye el necesario entrena- rmiento para que el spoudaios, et hombre de juici sensato y honesto, pueda deliberar de scuerdo con las exigenciasdecada cas, teniendo a su disposicién la oferta de lugares bajo los cuales subsumir el caso, Particular que se le presenta. Escoger a descripeién de una determina- 4a situacién, constiuye el primer paso de una deliberacin correcta ‘que culmine con la eleci6n justa. El entrenamiento intelectual debe ‘estar acompaiado para ello de la disposicign de carter necesaria paraenfrentar Is incinaciones(placeres y dolores) que podefan indu- cir al hombre vituoso a torcr su juicio y err su dessin, VI. Laaccién noble: un fn en sf misma ‘Podemossintetizarshora los aspectosdefintorios dela viru moral de acuerdo con Aristételes. Al poner el acento sobre su peculisridad ‘moral, queremosdistingur claramente este Indo dela cuestin de los "Tales, sllahe entendo ten la posotn de Nussbaum, 1985, pp. 290-306. tr requsitos psicolégicos, antropoldgicos, sociales, ec, que tam- bign discute Arsteles,induciendo frecuentementeasusintpretes ‘una notable confusién, Luego de haber tratado la detiberacin, la clecein y Ia voluntad, estamos en condiciones de entender en toda ‘su amplitud la afirmacién de acuerdo con la cual «las virtudes son en ciertomodo clecciones» (EN 1106a 3-4). Bn efecto, son formas efec- tivas de actuar, mediante la eleccién cuidadosamentedeliberada det fin de nestras acciones, un fin que noes externo aellas — yaque no se trata, como en el easo de las producciones, de medirlas por sus resultados exteriores—, y enya realizacin constituye en sl logro ddealgo nable (kan). [EN m1, 113 B 6-13, «De modo gue, s est en muesto poder actuar cuando esto es algo ble, también esti en nuesro poder no aetuar ‘euando eso es algo Vl ya no actuar cuando esto es algo noble, est ‘ennuesto poder también actu, cuando exo es ago vil st en nue tio poder Ahora bien, ext en nuesvo poder Ilevar a cabo actos no- bes acts viles,efguabnente en nvesro poder no recizarts,y sien to consist er buenas o corps enfonces st en nuestro pode ser vintuoso8 0 vilosos» Este pasaje que cierala discusin dela vttud en general pone en claro en qué consiste actuar de acverdo con ta virtud: en realizar actos nobles y evitar actos viles*. Tal es el sentido de ls expresio- nes que Aristtees utiliza constantemente refiriéndose a las vrtu- des: «Las acciones de acuerdo con la vid son nobles yen vista de lo noble (kala kai roa katoi héneka)» (EN TV 2, 1120. 23-24, et.) En ots téminos, las acciones morales deben ser realizadas volun taria y deliberadamente, ueriendo el fin propuestoy eligiéndolo ‘como et fin que se pretende aleanzar através ée la acci6n misma, ‘euya descripcién como una accién virmasa decierta clase debe estar previamente a la disposicin del agente. Este fin en sf mismo lo noble que est insertoy es inherente a la accidn moral misma = Gp. Manan, 1968, pp. 101-108 Cooper, 1975, pp, 78-02 6 NIL, 105 026-33, «caso de las anes ye de as virudes no son _somejoes Los productos de as rts tener su banda en ells miss, de modo que es sficiente que tengan cera caractersicas, per lor ‘cts relidos de aero com la vir tenen cients caractracas, ho se eta [necesariamente por eso] de modo justo o temperance, sno solamente el agente ata también estado con wna cera dispose ‘enprime ig ssene conocimeatodelo que hace, en segundo ga, 41 elig ns aclones y sila eige prs misma, yen tere ugar, s acta ‘on una disposi [el earicter] me einamovibes. Las acciones virtuosas se adquieren por la préctica, pero ésta no puede ser una simple repeticin externa de lo que todos hacen, sino aque el agente debe actuar voluntariamente (hetotsion) de acuerdo con ta virlud, habiendo deliberado y decidido consciente & imtencionalmente realizar el acto que a virtud correspondiente exige en las cicunstancias propicias como un fin en sf mismo. Toda otra ior de la accién noble que el agente pudiera espe- ‘ar, no puede contar como un fin sino de modo accidental, pues en ‘otro caso, fe qutarfa ala acci6n virtuosa el cardcter de noble, es decir, de ser un bien en simisma y no en virtud de oto bien. Nada en ln exposicidn arstotlica de la virtd contradice esta sis general, ‘que serd luego confirmada, caso por cas, en el tratamiento de cada, tuna de las virtudes especificas. Dado que éstas son miltiples, las istintas formas de realizar cada uno de sus fines ser otros tantos ald, ras tantas formas distintas de realizar bieneselogiables por sf -nismos. Eta pluralidad de bienesespetficos como bienes en simis- ‘mos que se deben escoger sn otras considracionesulteriores, es pro- pio de la moral dela virtudy de su peculiar estructura teleoligica, ‘Quieres sostienen que lac aristotlicaes una ica con un fn incla sivo,laeudemonia, alexa estn subordinados todos los demas fines, ro solamente fuerza el sentido de todos los textos en os que Arist6te- les expone su concepcién de la virtud sino que aruinan también la moral arstoélica de la virtud como un modelo de mora auténoma. consecuencia ul a7 Capitulo 7 Las virudes sociales y la sociedad jerérquica I. Inwroduccién: ta sociedad griega en loss. VV aC. La cxposicign de las virtudes que se suele denominar «sociales cen la 6tica aristotéica, ales como la temiperancia, la iberalidad. le ‘magnificencia y la magnanimidad, debe ser precedida, a mi jucio, de una breve caracterizacion de los grandes rasgos de Ia sociedad grioga de Ia épocaclisica para que su misma inclusiGn en un tatado fe etica sea inteligible, Quienes, en efecto, pretenden interpretar el texto dosnudo sin relacionatlo con su teasfonda social bajo pretexto 4e fidelidad al autor cometen en realidad toda suerte de anacronis- ‘mos, rasladando sin mediscién ninguna concepciones y rlaciones. propias de I sociedad moderna a una sociedad tradicional y jerdr- quiet, como era Ia griega. Es, por cierto, imposible dar aqui algo mds que una somera caracterizacin general afin de poder ampliar Iuego las conesiones entre los aspectos sociales, sus correlatos y presupuestos, por un lado, y las eustro virtudescitadas que exsmi rnaré con més detalle, por el otro. Remito, pues, a quien desee am- pliat su informacién histirica sobre Ie economia y Ia sociedad gric- 12 aa bibliografiareunide bajo ese titulo al final de libro. ‘La ctitud de los historiadares de I filosoffa con relacin a las realidades que estaban derés de los textos flossficos aristotéicos @ la que me he referido, no tes es peculiar, Se trata, més bien, de la continuacin en la forma de concebir yenfrentar Ia sociedad griega propia de Tos grandes historiadores de siglo XIX, cuyo més conspi ‘uo representante fue Eduard Meyer. Su mado de concebir yexpo- historia social y econémica de Grecia como si desde entonces. no hubiera habido saltos y transformaciones profundas fue objeto 4ée un amplio debate a fines det siglo pasado y principio de este con, leconomistaehistoriador de la economia K. Bucher, el cual vers6 sobre el carécter emoderos (Meyer) 0 xprimitivo» (Bucher) dela, economia y de la sociedad antigua. A partir de Ia masiva interven- "Cp. Mayer, 180, pp. 61-160; Boch, 1001, pp. 103-254. Lahiri dela poms ete expuesia por Wil, 1864 pp. 7-22; Humphreys, 1978 pp. 1-26, 29 cin de Max Weber en su contibucin af Sociologia de la Anigedad clsia” al lado de Bucher y dels primitvistas, a dscusiGn qued defi ritivamentecerada, apes de que algunos histriadoes posteiores de la economia grieg prosiguieron trabajando come sila polémica no hue biera munca existido’ ‘Como sefala Finley, Weber y su seguidor, Hasebrocck, demostra. ron que la tipca ciudad-estado griega era fundamentalmente, no una ciudad de productores, como la ciudad medieval o moderna, sina fundamentalmente deconsumidores, de modo tal que la intervencién el estado antiguo en la economia, si se podia lamar asf a la activi- dad de subsistencia dela poblacidn, se limits exclusivamente a ase- ‘gurarlaimportacin de cereales,en especial de tigo, para alimentar ‘asus habitantes. El carécte de la ciudad antigua, frmada por tere {enientes o campesinos que posefan una porein del campo citcun- dante de lacual vivian sea wabajndola ellos mismos o por medio de dministradores,cobré ast una categoria especial, que se profundizé ‘a medida que se fue incorporanco el otto rasgo caracteristico de Ia ciudad antigua, su composicién por ciudadanos guerreros. Tales el lipo ideal de la ciudad estado de los hoplitas. ‘UQUE caracteristicatenfa la ciudad de los hoplitas? En primer lugar, como setialamos antes, no era una ciudad comparable a las ‘surgidas en laalta Edad Media, ue constituyeron el punto de patida «de lamodetna economia, Sus hebitantes no tenfan un ipo de produc- cin distinta.a la del campo que Ia rodeaba, de modo que ders lugar ‘una divisién de trabajo ya un intercambio entre ciudad y campo. ‘Todo al contraio,existfa no slo una continuidad sin interrupcién alguna entre la ciudad y su trritoro (Ia chdra), sino que ademés el titulo de pertenencia al conjunto de los ciudadanos (polta) estaba cexpresamente restingido a aquellos que poseyeran un fundo (léros) {yds y Vial Naqut, 10 Ko, 1952, 9p. 25 0. op. weber, i824 p. 1-288, ospoo. pp. 7 ss "Gp. lascbservacones Ge Foley 8 respecte, 1973a pp. 17-95 con nolasy 1977 pp. 805 + Sobre la dentiad dal cudadano y del guerero nla ciudad antigua, cp. ‘Visa Naquot, 198, pp 161-181; y Gran, 1972, espe. pp. 62s. ‘ap, 1. Para una bibloprafia actatznda v6a- 20 nel teitrio dela ciudad. BI ciudsdano antiguo es un civdadano sobre abs d un fund, se ste provisto diretamente porelese- o,junto alos siervosyesclavos necesaros pra cultverlo, como en cl caso de Espa, sea en base ala posesin individual hereitaria po pare del paterfanilias, como encl aso de Atenas. De un modo ‘sou la poses de un Aras era, eriginalment, la base indispen- sable para formar parte del grupo privlegado de ciudadanosguere- ros que se provetan a s{ mismos de sus propia armas y combatin como infantes pesadamente armados en formacién eerrada: los oplas. BL hopia es, por lo tanto, un propiearo mediano, cuyo campo proveiabsicamente para susubsistenciay la desu Familia mpliad, que pod legar a albergar tes generaciones bajo unm ro echo, El, unque se ocuparapersonalmente de sus asunts, tenia ‘ue disponer de gran parts de su tempo para dedicarl a su cjerctacin Fisica y mtr, esto es, «sus deberes poticesprimor- dials. Para ello, debia, pues, contar con la disponibilidad de mano de obra esclava que lo descargara de las tres agrcolas La bas dela economia falar ea, pues, otos, un téanino pli que comprendfa no slo as partes inmobilirias, como el car- pola casa, et sino tambien el eonjnto de los valores mobili, desde moblae,utensiios de labranza, metals atesorados,vajil, cle hasta los eslavosy los reba", Pero el ofkas es fundamental monte también una istiucién socal que comprende tes especies isis deselaiones «ls pats primera ymfnimas de lacasa son el amo y el esclavo, el mado y la mujer yel pare y los hijs: es necesaio considera, pues, respecto de estas tes relaciones cémo son cada una de ella, a saber, la despéica, Ia conyuga (1 y la parentab (Pol 13, 12536 S-10). Laestructara de ts relacones den trode a sociedad domestica e, por cen, completamente jerérqu- et: eel padre y el mario gobierna a su mujer ya sus hijos como a libres en ambos csos, pero no con la misma clas de atorida: sino 2 la myer polticamente, als hijos, mondrquicamenc. En efecto, salvo excepciones fuera de To natural, el vara es mds apo para la *p. Brunner, 1856, pp.99-61; Austin VidabNaquo, 1972, pp. 54-58 Fey 19738, pp. 20-34, mu direccn que fa hembra, y el de mis edad y hombre ya hecho, mis, ‘que el mas oven y todavia inmaduros (Po! 1 12, 1259 @ 36-1259 5 4). Esta jerarquia, como veremos, tiene sus conseeuencis importan- tes con respecto a a étca, Enel siglo V, 2 partir de Ia instalacién de la democracia, el acceso «la ciudadanfa fue severamenteresringido. En Atenas, eran consi- ‘derados ciudadanos solamente aquellos que provinieran de padre y made atenienses. De ah que las costumbres y la legislacién con tespecto al matrimonio y a los hijos legitimos haya sido particu larment rigid existiend inclusive ls obligaciGn de contracr matr- ‘monio para fos ciudadanos tanto en Atenas como en Espartay seve- ‘as penas para los delitos de adulterio™, El estado tenfa, en efecto, un particular interés en que no disminuyera el nimero de su familias y 4e sus ciudadanos, porque en ellos se spoyuba toda su existencia, ‘material y legal: no haba pues diferencia enre el estado y Ia soci dad, sino que ésta se idemtiticaba con aquel”. Frente al ciudadano de plene derecho aparece el no-ciudadano, ‘cuya caracterizacin no es unfvoca. En el limite se encventra aquel habitant libre, originario del mismo teritorio pero desposeido de toda propiedad territorial, un indigent (1hés) que se ve compelido a procurar su sustento con su propio trabajo, cuyainclusién ono en el ‘cuerpo de ciudadanos depend de la amplitud oestictez dela cons- ltucidn, Entre los no ciudadanos est la gran cantidad de extranje- +s, griegos y no-eriegos, que afluan a una ciudad como Atenas ‘mayor puerto comercial de la antiguedad elisica, en cuyas manos, estin los negocios, inclusive el comercio martimo, indispensable para 1 mentenimientoalimentaio dela ciudad; por iltimo, los esclavos,, ‘bérbaros en su gran mayorf, que en el caso de Atenas pertenecen, casi exclusivamentealaespeciedelesclavo-mercancia(chatel slave), cuyautlizacién como mano de obra es no s6lo indispensable para a ciudad-estad sino también universalmenteexpandida, Lasoviedad de laciudad-estado presenta as/ una doble configura- in: (9 por una parte, exhibe una clara jerarqua estamental, con dos * op. Busot, 19201 pp. 221-284, 299247 " Op. Ehrenberg, 1965, pp 108 es _grupos etos: 1") uno que posee todos los derechos y privilegios so- bredeterminadas formas de propiedad y ocupacién, basados a su vez cen una unin guerrers fundamental; y () otro, excluide del prime- ro, quea su vez presenta una gradacin segin su condicign de libre, meteco (métoikes) 0 esclavo (dotios; (i) por otra parte, existe una lara estratificacin en el interior del cuerpo mismo de ciudadanos, ‘estos, de aquellos ques bien pertenecen al mismo estamento.en la ,|, «Et ropos se encuentra aestiquado en dvorsos autores antes de tua ona tominclogiapatélen-arstatlea, cp. Dover, 1974, pp. 124-126 208, et. a7 Con eta oma, eos comer cn ni fondo tua lsenperne roa ruben 0) Ino deget par ear ind sua sur ise Sse (ay 8 Ani qu Roos ido més ies snio ma decoen er motes Seen rps ‘il roc eis pc ona pins ware plage Carmenel ee ue find faa guest ress Aone. se htc, endl uel ect pence cfs ree mis oenl err yeaheah icin omg remand e™ Ene de culprits dr pr {eae clus ne nec que tensor ‘or sn son de enuresis el sesame sda pr State, gun cme a toms toad enspecl ets empr soe beni ue xt ata inte gu ap coe rede cond Gon a ome roe eos ad ‘soa Mata dl ely be os epee fo ‘cnconinfimlnd dese cers ross in tr om de nee vie cab Sime nln cos vite caps por pce Inspr dlrs oor reer es mayor ros we recom rar mone Phe et aa eae te coni en colo ei prs cone Pans nc eneltone feite cx faye reson oem vw op 1 2S) apm See Cand Pde urs vies oso |e come serra orion err econ 2 Asi tambien Que, HOP pp. 258-260 Gute, HGR Il pp. 48258. GémezLobo, 1989, pp. 196s Gp. inn, 1977, pp. 180-168. ae de-una forma de dominio des, io lugar a una concepin del ser humano qu, s bien refiguada en ls ormasimplicts de a com ida grieg, no haba tomado ain el carter deunesquema io de lapsiue det hombre. stac vida cn bésicamente dos partes: rocional ya no-Tacional, cada un de cules puede as ver rei- birsubdvisiones Pat, Rep, IV 440 a Bl I; Ar, ENT 13,1102 4125-1103 a3), Dentro de In noracioal quedaninclidos todos fos deseose impulsos naturales, en especial auellos que remiten a Ia tempeancia, como os de comida, bebid ysexo®. De este modo a ientidad dt agente moral depende de maneradecisivade su cap cided para adoptar las normas prescriptas por las buenas costum-| tres con elacin al us de os pacees en su propia conduct, pues) actuar de acuerdo con ellas se convertiré en la marca par antono-| Ina dl temperate en uien predtina el dominio del zn] por sobre los apetios. [BN II 14, 119 a 11-20, ef temperance es el término medio entre ‘estar exiemos, pues no se complace en lo que mas se complace ef inemperante sno que més bien le disgusa nl [se complace] en gene- 1a en lo que no debe, nie naa con exces, cuando estas cosas le alin nose alge ni as aperece,osélo moderademente,y no tis de lo que debe o cuando no debe, nen general ninguna de estas cosas; lo ‘qu e agradable y conduce ala sala oa benesar, lo deseand mode radar y em es bide lo mismo las dems cosas agradables {que no son obscula pave ellos, ono van contra I noble o por encima de su propiedad, porgue el que aise conduce ama més esos placenes que la dignidad, y ef temperante no es de tl indole, sno la clase de persona que esd deterninada por la ata ea26n (ots 16908) Es evidente que siguiendo este esquema del ser humano se abren os posibilidades para la integracién de la parte emocional y \esiderativacon la parte intelectual. Una, de acuerdo con el tipo de , de donde proviene nuestro término siturgian}".Asu vez, la prtenencia a un demos (es decir. tuna de las grandes secciones en que electoral y miltarmente se divi- dia el pucblo ateniense)y, dentro de éste, a una fafa imponta la cbligecisn de celebrar agasajos periddicos, que eran solventados ‘mediante expensas comunes (Teoft, Char., XXX, 15). A estos gas tos regulares se aadian otros imprevistos, como préstamos, donaciones, reuniones privadas, etc. Se tata de un ipo de sociedad que no admite la imposicidn de impuestos directs a los ciudadanos, por una parte - peo sfa los extranjeros, el méioikon, que todo aquél ‘que superara un tiempo minimo éebia oblar ala ciudad - y que, por Ta ota, tiene un sentido muy restringido de los «bienes pablicos», ‘aun po la cual depende en una dimensiGn impensada para noso- {ros dela beneficencia privada Encontramos una ciertadefinicién de eledtheras, libre» ensen- {ido estricto pero can una nota mucho mas restrctiva en Rhet 19. Ret 19, 1367 228-33, «Bellas som también ls posesomesinproduce- os, por ser ms preps del hombre libre, .] Entre os lacedemonio 5 belo tevar el pelo larg, pong ex sgn de ser hare libre (let), dado queen eft, noes fel uc ning abajo seri sis ene ob ela arg, Ylo mismo el no ccyparse en ning arte manual inas08), presto propio de un hombre bre eso vivir para ons Er claro que no se trata, pues, solamente del hombre libre por ‘oposicidn al esclavo, sno también del que posefa al menos ls sui cientes recursos como para vivir sin abajar, lo que To diferenciaba el «pobren,pénes op. Finley, 1979, p. 151. Las prnclpalag tugs estn deszrotas on ‘et, 1997, pp. 878-265 in exslota ani do lea ltupjas como Un ‘sktmn do franaas pubicas dela democraca ateniense es bindado por (ue, 1974 | pp 147-188. Gp. Frey, 10730 p41 El pobre, 2 su ve, possla una propiedad pron la suctanta como para poder vive de aa; geo le dsingula de pcos, et rmandigo que ra, eaten, un ceso da extrema poorea. 241 EN IV 1, 1119 B 22-2, 120 b 14, Hablemos « cominuacién de la lineralided cleuterites. Panececonsstren la mesura con respecioa las rquezat. El liberal en efecto, no alabado con relacin a los hechos guerrero ni en aquellaseuestiones [en las que se alabal al temperante nt ela decisions juliciale, sno con relacén ta dona clin ya la recep de riguecas, en especial ala donacién. Por eri- quate entendemos todo aquello iyo valor se mide en dinero. También se efieren alas riguezas la prodigalidad y la avarice, exceso 1 eect reapectivamente. Atribuimes siempre a avaricla alos que se ‘fanan parla riquesas mas del debide, pero la prodigalided laine anos a veces en wn sentido compe, pore llamernoseprédigors a {os incontnentes(akateisy alos dspendisas hasta laincemperancia (akolasta). Por eso nos parecen ser ms viles, porque tienen a la vex ‘muchos vcios,Por lo tanta, nos los desgna con propedad porque el réigo axel que tiene wr viclo concrete, el de malgastar su hacienda L-Tyle desiuccn de su propiedad (ous) parece sr ta ruina de st mismo, ya qu la vida depende dela posesin dela propiedad £s posible wilioar las cazas que sn necesaras, bien o mal argues pertenece lat cosas tiles Quin pose la vrtd de ello, utlza cade ‘coxa del mejor moda posible y wizard la rlquea del major modo po- sible quen pose a virtud con respec alos bienes materiales (chr®- sata). Ente eel liberal Se considera que el gasto ya danacién son las sos de los benes materiales, la obtencfn y la conseroaci constine yen nds bien la adausicén, Por eso es més propio del liberal dar @ auien se debe que tomar de dande se debe y o tomar de donde no se debe, En efecto, ex més propio dela vivtd actar bien gue recibir un bien, ascomo realizar actos nobles es ms propio que no realizar actos vies, Es evldente que dare corresponde com actuae bien y realizar ‘actor nobles, mientras que recibir se conespende con ser benefiiado 0 ‘on no realizar actor vile, La grattudcorresponde al que da ¥ no al ‘que toma, ypor ello tabign en mayor mela el elogi. f.] Se llama Uiberates a los que dan ro los quo tran no son alabades por su iberalidod sna més bien por au justia (kaos) (1 2. Las accnes conform ala wind son nobles (kala) y se hacen en visa de Yo noble (kalo héneka). 1 iberal dav con ta finaidad de realiar una aceién noble eta, a agullos que debe dar en la medida on gue debe dar ent oparunidad debe, ytd lo demas que cores: pone a una correcta donacin, de modo placnteroo sn ningin dolor os) El que da quienes no debe 0 n0 por nobeza sino po alu otra causa, no es liberal (J, tampoco et que da con dolor. pues. [quien hiciera una donacién con dolor estar prefirend los biener materia les ala acciénnabl, esto no ex propo del liberal, Tanpoco tomar de donde no debe. Noes propio de quien desde los bienes materiales acto semejante. Mi sera tampoco propo de que pidiere: en efecto, ien esd acosumbrado a ser benefecior no adnite fcilmente er él el benfiiado. Tomar empero de all de donde debe, es decir de sus propia riquezas, no porque sea algo noble, sno simplemente porque es necesario para poder dar Nitampaco descuidard eu propledades, con la intencin de ass a otras con ela [.-] Sobre todo es propio det ‘bert sobresalir por rw afin de dar, de modo que le quede menos para no firs on uno mismo es, en efecto, ura caracterstiea del Uber. 1a liberalidad se dice, adends, con relacn a la propedad de cada ‘wo, pues no reside en el monto de lo dado el ser liberal sino ela ct del que da, yétaestaré de acuerdo, al dar, con la propiedad det qe da, Noa pie por tam, que sea mds Uber el que da menos, da de ana fortuna menor Pero parecen ser ms iberales ls que no has squid ells mismos su fortuna, sino qu ls han heredado, porque por wa lado no tienen experiencia dela neces, spor oto, todos ‘aman mis ss propia obras, com los padres lox posta De esta larga cita se pueden extraer algunas consecuencias rele- vvantes para el carder general de la moral aristoiéica de Ia vietud, En primer lugar, es imposible no sorprenderse de la incidencia que tienen fos bienes de fortuna para el desempefio de una conducta de acuerdo con la virtd®. Una de las claves para apreciar en qué grado determina la posesin de riquezas el ejercicia de la virtua, reside en cl siguiente pasaje: «es mis propio dela virud actuar bien que reci- bir un bien, asf como realizar actos nobles es més propio que no realizar actos vies. Es evidente que dar se corresponde con actuar * Cooper, 1885, pp. 17 23 bien y realizar actos nobles, mientras que recibir se corresponde con ser beneficiado 0 con no realizar actos viles» (1120 a 11-15). La distincién que Arissteles lleva a cabo es dobe: por un lado, es claro {que la virtud es una actividad, una enérgeia, que tiene, portant, que desplegarse en actos efectivos, que tienen al agente como punto de partda, Ahora bien, para que la virtud de la liberalidad pueda ejer- certe, no solamente se requiere poseer Ia correspondiente disposi- cic de dnimo proclive a realizarla, sino ademds la ci apropiadasy los medios adecuados, provisos previamente también ‘de un mado honorable, es decir, no por el ejerccio de un oficio 0 profesin despreciable, sino por bendicién dela buena fortuna, La aceplacidn o recepeién de un bien (épsis) no constituye en sf una virtud, aun cuando en sentido puramenteI6gico podria decrse que es tambign una endrgela, a saber, la de recibit™. Arstételes no la considera un ejercicio activo, de la misma manera que no considera cl acto de recibir algo elogiable (1120 a 21), evidentemente porque ™ a a obra, De manera tal que la obra debe ser digna del fast, ye gato, as vex, digna de a obra oexcedera. EI magnifico hard ales gastos en vista de Yo noble (00 kalo nck, pues esto es comin todas las virtudes, Ademdsloharcon gusto y desprendinien- tose eeu exato es, en efecto, meaquino». 5.1122 19.33, «De los gastos que larsanos honrose (ci) forman parte, por ej lo quetlenen relacién con ls doses, ofrendas constrc- ions ysarificios, y odo lo que se relaciona con tas cosas dvinas y cdemés clos. Luego aquellos gue se reaizan en benef de la come ridad y que deben ser buscados como wt justo medio de adguirirhon- 1a, como por eh juzga que debe omarse wn coro de modo brilante, 0 mandary sostener wn treme. dar banque aa ciudad. Como se Ina dicho, en cada cas se renitiré al agente, teviendo en ewenta quién es yqué estén au dsposicin, pone el fsto debe ser digno de ellos syalecuade no slo la obra, sino aque la hace. Por exo un pobre (péo- {no puede ser magnifico, porue no cuenta com reewsas para hacer vandesgestos de wna manera adecuada. El quel intent sun insensa- to, pus va mas al de to que se expera de dy de lo que ex debido, La constura de Rassow, <0 prépon>celante do tl drt, adoptac por Gacthio ih: me parece inproscibie para el sonido. 248 Inientras que la acc de acuerdo con la vrtd esto correcta. [Ls inagnificencia} es eprpiada para aquellos gue dsponen de antemano de ales recersos,yapor st mismos ya por us antepasados 0 por sus ‘relaciones, ya fos de familia de alesnia (eugeneis) ode gran reputa- in, ete: Bn fete todos estos [Bienes de fortuna traenconsigo gan- decay preg, EExisten pocos textos aistotéicos entre los dedicados al filoso- fia prctica que resulten tan extrafios a las concepciones modernas como el que antecede. Yaen épaca medieval, como seialan Gauthier Jif, resullaba chocante para la sensibilidaderistiana que la pobreza, consituyera un obstéculo insalvable para el ejercicio de una vitud, como fue expresamente sefialado en la condena piblica del axistoteismo por el obispo de Pars en 1277”. Luego de la revolu- cin puritana que ha dado origen al wespisitu del capitalism» ala ‘sociedad industrial moderna, lamentalidad que se expresab a través dela sistematizaciGn arstotélica se ha vuelto directamente ajena a ‘nosotros. Forman parte consustacial de la ascesis puritan las no- ciones de trabajo, profesisn, ahorro y ganancia, de modo que la os- tentacin aristocrética, el luo, el dispendio a propdsito de ceremo- nas tanto piblcas como privadas se sitdan en los extremos opues- 10s, os vicios que un cristiano puro debe evitar como a as tentaci nes del demonio™, AGn tras la desacralizacin de las ereencias rei- siosas que dieron forma a a sociedad contemporsnea ests convi cones junto con lade ln igualdad de principio entre las personas, independientemente de su origen, instalan un abismo entee la socie dad jerirquica y ln actual. Tanto mds necesario se hace, entonces, eponer la concepcisn de Ia magnificencia en su contexts hist6ico, ‘Como vimos, su ndcleo gira en tomo de ls lturgias que Ia pois exigia alos ciudadanos ricos como servicios pablicos, algo que no «ra sobrellevado con entusiasmo por muchos de ellos, os que vefan ‘ste sistema como una estrategia democritica para provocar su rui- ‘na, Se trata, en realidad, de una herencia de a polis aristocrdtica, en % Op, Gautier Selt, EN, 1, p. 270 % Cp, Wb 1961, pp. 172-173. * Op. Ps.enet, Ath esp, 8; Late, 1974, p, 150152, Ja que los representantes de las familias paricias competian por et prestigio en las liturgas, que la ciudad democritica convitis luego ‘en una prestacin forzada. Adn afl procedimiento continu sien. 4o ulilizado por los nuevos lideres democriticos para gener fama e influencia en la nueva coyuntura, de lo cusl Aristeles mismo nos , ya que lo apropiado lo es en relacién con elmo, unbitn n relacin con el objet [1 y cone agentes asta hasta wna cera cantidadocualidad, come lo mues- tnaet ejemplo dela embod sacra que Temistocles ho a Olimpia a ‘queen Ia opnién de muchos no era aproplada para él, debido su Iumide situa anterior, sno mds bien para Cindne™ En la bibliogratia de Ia Gltima década, especialmente en Ia anglosajona, existe una clara tendencia a aislar el texto arstotélica {be su contextoistéico, lo que ds por resultado una tergiversacién ‘delos problemas que su obra ofece, al transformarlos en merascues- ‘iones conceptuals. En un texto como el presente, sin embargo, que no ha merecido ninguna atencién por parte de los estudiosos en el Ailtimo tiempo, se nos hace claro hasta qué punto la cuesién de la ‘posesin de los bienes de fortuna para la eudemonf, entendida ésta, ‘como kalokagathia 0 como vida segin la vrtud, se torna crucial. El cjercicio de la magnificencia, una virtud que Hleva a cabo los actos ‘ds grandes y mas honrosos» (1122 b 35), depende hasta tal grado de las contingencias dela fortuna que la realizacién del mismo acto en las mismas circunstancias posee una cualidad distinta si éste es realizado por A (Temistocles) 0 porB (Cimén). Se trata, posiblemen- ‘te, del Gnico caso en que no se aplica dentro de la moral de la virtud "= Etna dl pasle est on pat comypo, Ml aden sigue a enna ‘ropuesta por Oe, EE, 348-34. ase cl principio de generalidad de Ios actos, que normalmente todas las ‘dems virtues Fespotan que encuentra su culminacién en Ia justi- ‘ia, Poreso mismo, el liberal y fundamentalmentee] magnifico mar- ‘can un limite dento de Ia sistematizacién que Aristteles hace del ‘digo de conducta de fa sociedad griega, ya que ambos casos se bstinan en mostar ls limites inflexibles que restringen la eleccisn: “las causts parecen ser la natualeza, la necesidad y el azar, y ade~ ns el intelectoy todo lo que depende del hombre. Cada uno de los sores hunanos delibera sobre aquello que es pasible de ser realizado porellos mismos» (EWIII 5, 1112431-35). La disposicién previa de fosbienes de fortuna ea debida una de las causas 0, més bien, una ‘combinacién de naturaleza, necesidad y azar, que estaban fuera del dominio del hombre y que éste,en consecuencia, no pod cambiar y op. Engerg Pederson, 1988p. 74 a9 Leneas, dentro de las cuales se desarollaban las competencias de lragedia y de comedia respectivamente®. En cuanto a equipar y ar ‘mar un ireme, la mds costasa de ls liturgies, es imposible deseo. noceren una sociedad guerrera como la griegalaimportancia pare el ‘beneficio dela comunidad de este gasto. No hay duda, pues, de que se trata de bienes poblicos dela ciudad, ya sea de orden ritual ya del Smmbito militar, que competen en uno y oto caso Ia salvaciGn dela repiblica. Estos bienesdelimitan una esfera propia y reglassui generis ‘para su adquisiciGn, las evales si fuesen transgredidas tergiversando su fin propio, darfan origen a una sancién moral. Aqui podemos ver hhasa qué punto la realidad del éthos se hace presente en Ia vide co- ‘munitria,rigiendo estictamente [a vigencia de les bienes interiones, ensuesferaespectfca yl consiguinterespetopor os procedimientos propios a cada eculo de bienes". La lucha por el reconocimiento ‘decada agente en la constitu de su identidad como hombre fibre, como ciudadano y, por timo, como kalds kagarids, de la cual la liberalidad y la magnificencia son dos expresiones sumamentesigni- ficativas, debfa datse tespetando estrictaments las reglas interns de distibucin de los bienes, en este caso el honor (tion), pata poder ser admitida como teniendo en vista, solamente, Ia nobleza del acto, Veremos de qué modo este aspecto agénico encuentra su culm nacién en la magnanimidad, “Gp. Les, 1968, pp, 259 a; Unestainet, 1955, pp 9. «Eni los autoros comunitanasa sido M. Walzer sun, am jo, melor reinterpret esta vision arstotae del pluraiad defies infos y sus feslras de dstioucen, peritando simutsneamante una melor compren- ‘on east aspecto do la dca dala vu, cp. 1963, pp. 6 s8y passin, aso Capitulo 8 La magnanimidad 1. Presentacién de la magnanimidad (megalopsychia) ENIV 7-8, 11242 1.29, «La magnanimidad, pues resulta ser como na especie de omamenta de las vides, ya que las enrandec. por otra parte, no exist sin aguélas. Por estos difel ser ventade ramente magnénine, porgue es inposibe six poseer nobleza y bon: dad del cactr(lokagsthias). El magrdnima se demuesira por sobre ‘oda as cosas en la relacign con los honorery lon deshonores: y se ‘hace com el ener ques eda el major calead posible, yde fa mma ‘manera todas tos demas arteano. ¥ xi esto ex at, el hombre folic (adam) no puede volverse metca ux desgraciado, aunque tampoco ser wn bienaventurado(maksrios) sire los ingortunio de Priam,» Lacxposicin del presente capitulo recoge todos aquellos aspec- tos que tigan estrechamente las virudes euya competencia son los bienes externos, como el placer, la iqueza, el honor y la fortuna, con 1 uso comunitario de ellos, a partir de la estructura jecrquica, ‘estamental de la sociedad antigua, carente de un estado buroerdtico ‘ene! sentido en el que entendemos la administra centralizada de un estado moderno. El tejido entre determinadas necesidades de bie- ‘es pdblicos, como la seguridad, la roligién de fa pols y sus eorres- pondientes festivals, asf como I asistencia y el mutuorespeto entre los miembros del mismo club, esto es, os ciudadanos libres, mues- tran el anverso y el reverso de una misma medulla: aéstas neceside es plblicasy privadas corresponden otras tantas virtudes sociales la temperancia, fa liberalidad, la magnificencia y, como veremos en el proximo capitulo, Ia justicia, Como sefalé antes con relacién a ‘cada una de las virtudes, la condicidn que se pone para todas ellas sin diseriminacin es que ls aceiones pertinentes se realicen por sf mis ‘mas y en vista de lo noble, esto es, sn consideracin por las posibles, consecuenciasfavorables odesfavorables que la realizacién del acto ‘moral puede traer para el agente. pesar dela estructura teleol6gt- «a del razonamiento moral, la éicaaristotlica esté tan alejada de tun posible céleulo hedénico o utilitarista como una ética eontol6gica. El cumplimientoestscto de esta condicién es lo que distingue al kalds kagaths, es decir, al ideal del hombre virtuoso 258 en una sociedad arstocritica (ep. BE VII 3, 1248 b 26-37), porque esestateticencia y dominio desfel que lo faculty al mismo tiempo Ip jusifion en el ejrcicio det poder que posee como dominador y gobernante tanto en la esfera privada, la sociedad doméstica piramidalmente organizada, omoen apiblia. Pero del mismo modo que el kalds kagathds de EE VII 3, 1 magnénimo no leva a cabo ‘inguno de sus nobles actos en vista de ls bienes mismos, sino ex- ™ dela vinud mds perfect. > texto de atinea 16 que eige Bywater debe sor modieado, igen feesin doT co siguenta modo: 0% arias) Wis yrs hat aretén kat elon tna pen tide, Er testo dela linass 20°31 debe ser enmendago de slguna manera: La nas spies la propuesta de Stewart do aad fleia a csi: nets Toei ares cde ctloa> est. 20 Con ello Aristételes ha tomado partido por esa coriente relatvista « ilustrada det pensamiento ético y juridieo griego del siglo V adelante, cuyos representantes mis eonspicuos parecen haber sido Antifén y Protégoras, corrionte que se complacia en subrayar el ca- eterno solo cambiante sino relaivo de las leyes y dela concepciGn de justci, ya que lo que en un estado era considerado justo y legs xa considerado injusto y contraro alas Ieyes en otro. Al respecto el rmismo Aristtels afirma lo siguiente: «Algunos opinan que todas las leyes son de tal tipo, porque aquello que es por naturaleza, es Jnmutabley tiene en todos lads ef mismo poder, como el fuego que {gual arde aqur queen Persia, en cambio observan que las leyescam- bian, Si bien esto no es completamente as, io ex en eieta manera (ENV 10, 1134 24-28). Noes, por lo tanto, sorprendente que Aris- {Gioles se dedicara a estudiar y ecopilar as leyes fundamentales de las distintas ciudades-estados. Junto con sus disefpulos reunié un cverpo de cientocincuenta y ocho consituciones de los distntoses- tados eriegos, de las cuales solamente una ha sido preservada por una singular fortuna ene los papiros desenterados de las arenas de Egipto a famosa Consttucién de los Atenienses, presuntamente re dactada por el mismo Avistdteles. Tl trabajo emprico esté en la base de su clasificacién y estudio de tos distntosregimenes polt- 05, que leva a cabo en los libros It a VI de la. Pol, clasificacicn que, ami jicio, std tenida en cuenta en este capitulo dedicado ala justici, Pero esta misma actividad cientifica de ArisGteles ests indi cand los limites de su coincidencia con los sofistas. En efecto, si bien concede que hay una variedad de sistemas legalesdistintos,nin- ‘uno de los cuales, por fo tanto, es absolutamente coineidente con ‘otro, tambign demuestra que muchos de ellos arrojan grandes simi tudes entre sal punto de configurar un mismo tipo. De este modo Hlegamos a un concept ceniralen la concepci6n aristoelica de las ciencias préticas: la nacién de tipo (11291: en sypai)En efecto, allf donde las entidades que se esudian las acciones, estin carcteri- ‘aa por sinrinseca posibildad de ser de otra manera, nose puede aleanzar una certidumbre mayor que la del tipo que caracteriza con ‘asgosnitidos una acién por oposicién aoa u otras. ¥agufencontrae ‘mosel limite ala variedad y contingencalidad infinitas propuests por 2s Jos sofistas. Pues postlar la existencia de un tipo de aceién 0, para ruesiro caso, un tipo de constitucién y, por consiguiente, un tipo de Justicia, equivale apostular la permanencia de una idetidad por enci- ma y a despecho dela variedad de sus instancas, Enesiadefinicisn de I justcia como concepto universal que nos brinda Arist6teles, exsten dos propiedades fuertementesubrayadas por él que distinguen su concepcidn de Ia justia de Ia formulacién propuesta por Plan: westa forma dejusticia es una vit perfecta [pero no en sentido absoluto sino con relacién a otro»: wellaes una Virtudl completa en el mas amplio sentido, porque consiste en el eer- cicio de la virtud ms peefecta», Cental, pues, para Ia Aefinicidn dela justiciaen Aristteles es su aspecto exterior, estes, el tratarse de una relacién entre dos miembros cualesquiera, A y B, ‘deuna misma comunidad. Ya hemos visto de qué manera est aspec- to dela justicia esté presente en todas las especies de l justiciapar- ticular; aguf se fo extiende a toda la concepeign de Ia justicia, de mado que éstainvoluera_a todas as relaciones entre fos miembros de ‘una misma comunidad, y, por lo tanto, comprende también todos aguelos aspectos extrinsecoseinterpersonales de las otras virtues sociales. Sin este carter interpersonal, con las restrcsiones propias 4e os diferentes status que veremos luego, no hay una vttud cores- pondiente, Esta vrtud, mo consecuenci de lrelacin interpersonal ‘que la define, pasa ase «la virtud perfecta o completa», con lo que Atisttees establece implicitamente una erarquta entre as virtues, del carfctr, similar ala dstinein que posteriormente hard Kant en- {te adeberes perfectos» y «meritoios», Ami juici, estes el sentido del prrafo siguiente con el que AristGtlesciera esta seccidn, ENVS, 129631-11302 13, «fla vad ex perfect» (tlt) porque et que la poses puede eercera no solamente paras mimo sno tabi en relacién con otro, En efecto, muchos pueden hacer so dela viva en st = E comentario d Dialer, EN, p. 40 402, pone coectamante ol acento on eats pinta propiosasunos, pero son incapaces de ejrctara en relacén cor los ‘tes ¥por eso parece estar bien el dicho de Bias, el pader muesra at hombres, porque quien gobiema esténecesciamente en reac con ott y nel eno dela comuesidad, Por estan ray austin es Ia ‘iia ente las vides cas que esconsideada un bien para oo, por ue existe en relacin con os otros [miembros dela comunidad}. Ela, eco, eliza lo que convene als dems, yaa gobemant, yal ler ‘yo de la comunidad. El peor de fos hombres ese que usa a malded ‘ato para consigo mismo como para sus amigas, ef mejor, en cambio, sere que utiliza la viru no para consigo miso sino en la rlacfn con lie, porque est es difcl d reaiar «Justicia» en et sentido fni- versal noes, por lo tant, una parte dela virtd dca sno la views [etic] completa, nis contaria la insti, es solamente parte del vie io sino el io completo. En gules lavirtud|éiea} dea jusicia en sentido universal es evdente por lo que hemes dicho. Bx efecto, por wna are, a justici ya viral ica som dna, pero por se forma de ser son coneepualnenc distnas fy hay qu dsinguilas por sus propieda des cifeentes en cuanto consse en a relaci cot ls ono, const tye la justice en cuanto ex wna cera dsposicin del agentes ot. dexerminacin, conse a evrtud ican ‘Tanto los dos comentaristas mas completes de IsEN, Ditlmeier y Gauthier-Jolif, como autores habitualmente atentos, pore. Har ppasan por alto el sentido principal dl pasaje, que, sin embargo, es central para la comprensiGn de la ica aristotlica,o, ms precise mente, de su aspecto estrictamente moral, Esto ha sido puesto de rolieve; scertadamente, por Enghery-Pedersen, con euya interpreta ign coincido en lineas generales™, La esis que AristGteles sostiene con especto ala justcia universal, concluye affrmando que €sta esta ‘en juego en el trasfondo de la préctica de todas las virtudes, en la ‘media en que cada una de elas se ejrce en relacién con los otros miembros de la comunidad y es una forma de regulaciGn de estas interrelaciones, eayo contenido es publico y adopta la forma de una % Op. Had, 1968, pp. 185-108. Gp. EnghsigPedersen, 1983, pp. 5257 23 norma legal, cuando la legislacionestd orientada hacia el bien dela ‘comunidad, con las diferencias propias de los distintos regimenes. Los aludidos aqu (1129 b 15-I7)—es decir, implicitamente consi- algo que no {ueseel bien en sf sino so el bien aparente; por el otro, seetiminaba le nocin mismade bien en sfy, consecuentemente, todo aquelio que craquerido, porel mero hecho ée ser quero, se convertia ene bien pera quien lo quisiera, el bien relativo a esa persona, con lo que Se liminaba toda posbilidad de una caificacin objetiva de ulgo como 2s universalmente bueno. En ambos casos se eliminabs un aspect im- portante de la semintica del témino bien: su carécter restrietivo y selective. O porque todo objeto dela voluntad era una especie del ‘bien o ponque ningtin objeto de la voluntad como tal era mas bueno {que otro. En ambos casos la predicacisn «x es bueno» pierde una de sus connotaciones inmediatas, cuales wexistenrazones fundadas para preferirxy desecher su contrarioy». El final del capitulo (1113.a25- 29) da la solucidn desde el punto de vista de Aristteles: fa compare: cin entre 1a que quiere el hombre honestoy lo que quiere wn sujeto Adesprovisto de ese cardctercon lo que le resuliasaludable y agrada- ble o dulce, a quien ests sano y a quien ests enfermo, Bambrough” ha puesto en coneniGn esta clase de razonamientoen Aristteles con aquellos estuerzos realizados poreliltimo Wittgenstein por tata Ia semantice de los términos equtvecos, que se refieren a fenémencs ‘que tienen manifestaciones centrales y manifestaciones pesifricas (como seste rojo» y «tojo»). Dich de otro modo, sso la existencia ‘de un significado central del término, en est caso «buenos 0 «justo», ‘que sea plicarenteidentifcable y cuya identificacién suponga la tarea de un expeto, que distingue esa manifestacin central de otras patente, garantiza en hima instancia que el témino tenga en ge- eral significado, Es algo parecido lo que, a mi modo de ver, Arstétles quiere decircon su caraterizacin de o justo natural como algo mutable y sin embargo permanente, Constituye el significado central de aque- Io que llamamas «justia» y «derecho» par oposicién a todas sus sigiticaciones periféricas, ue pueden hacer referencia a instancias ccontradictorias entre s. De ai su calificacin de este significado de Jo justo natural, por oposicién a lo justo por convencién, como «lo primero» (1 prdfon dfkafon, 1136 b 35) 0 aa justo en sentido abso- Ito» (18 haplds dikaion, 1137 b 25)..Es aquola significacion ala {que hacemos referencia implicita cuando usamos el temino justi cia» 0 sus derivados, por medio de la eual pademes reconocer las otras manifestaciones positives de justia como una manifestacién Gp. 1965, pp. 180-174 y mds ano, también vane, 1977, pp. $2.68. 286 pesifrica dela misma 0 como, en muchos casos, directamente su ontario, pesarde tener valiez legal Y esa prioidad de lasga- ficacidn central no es merament initia, dependiene de nuestro lengua ordinario sno justamente por ello consttye un clara eem- po de prioridad lgicn que como suele ocuriren oes fensmenos del campo pritico, no adimite su avers (B) La otra pespectiva que, como die, est sempre presente a to argo del libro V, pero especialmente en los captulos 9-15, con ‘excepen del capitulo 10, seecidn (i), dedieada, como vimos, sla justia potia y natural, es a del agente moral, es decir el hombre Justo. Del conjunto de temas que tiene qu veron lajusticiacomo ispsicida del hombre para actuarjustamente(y su contrari, la injustcia como disposcién para actus njutamente), voy a es20- get tes que considera especialmente relevantes para la discusion tno s6lode a justicia sino en general del vetud moral en Aristéte- les: (9 el acto de justicia como expresin de la eeceidn y de la voluntad del agente moral; (los gradosdeinjustica de acuerdo a la responsabifdad dt agente (a) a equidad. (o)Los textos relevantesparaeste primer tema son losingicados nla nota 25: el cap. 9 y el 10, excluyendo la segunda seccin de te qu trata de a justiciapostiva y naturel, No voy a transri los pasaes en cuestidn, sno que haré una parsfrasis de los puntos principales. La justicia es una virud distinta de ls demas, porque es, como és, un mei, ariuméticooproporcional pero se opone 21.un Gnico vcio, la injusticia, que es propio de ambos extrem E} ejemplo que Ariséeles toma es el dela justia distbutive en ef ela acc jsta consist ano en no aiburse a sf mismo mds de aguello que es itil como en no tomar sobre sf menos de Io que es nocivo 0 molesto (1134 a 2-6), de modo que la injustcia consis tang en un exceso (de Tol) como en un defect (e lo novo}. ‘Ahora bien Ta vine del juticiaes aguella que le permit al hom- bre justo atu eligiendo deliberadamente hacer de acuerdo en cada caso aun erterio de justia, sea de Ia particular como dela usiversal. De la misma manera, cl injusto no es aquél que comete un scto aslo contro aa ey, como por ejemplo un robo o un aul- terio~alos que pudohaber sido arasado pra necesidado por la aw pasién-—, sino quien leva a cabo esas acciones eon pleno conoc- miiento de que son acciones contraras la justicia, habiendo deli bberado previamente y habiendo resuelto la comisiGn de es0s actos con plena adhesin de su votuntad (1134 a 17-23; 1135 b 19-25), «De los actos voluntarios, unos los realizamos habiéndotos elegido previamente, otros, sin baberlos elegido; han sido elegidos todos aquellos actos que han sido objeto de un deliberacisn previa (Le. los actos premeditades); no han sido elegidos, cuando no han sido objeto de una deliberacin anterior [sin pemeditacign}.» (1135 b¥-10). (i) Los dafos, en consecuencia, que se producen en las interacciones que tienen por marco la comunidad son de tes clases (11S b 11-27): (1) eacciones infortunadas» (anfehéma), que som las que eausan un dafio contrariamente a lo que podrfa razonable- mente esperarse; (2) xerrores de eéleulo» (hanvdrtémia), que son los ‘que producen daft que no son contrarios alo que razonablemente podia esperarse, pero que el agente no ha tenido en cuenta en el momento, aetuando eon deseuido pero sin malicia. Tanto las pri ‘meras como las segundas tienen en comdn que el agente acta i rnorando los resultados de su acci6n, en el primer caso, porque era imposible preverlos y, en el segundo, por una fala en su previ ‘si6n, 3) «acciones injustas» (adikema), que se dviden, a su vez, ‘en dos clases: (3) la accign que el agente lleva a cabo con conaci ‘miento de o que esté haciendo pero sin premeditaci6n, como cuan- ddo uno acta arrasirado por la pasién o la e6lera; y (#) la accida Ievada a cabo pot el agente con conocimiento y con premedita- ign, habiendo deliberado previamente y habigndose decidido areas lizar la injustcia, Bste es el hombre verdaderamente iusto y el ‘que muestra una disposicién auténticamente contraria a adel hom bre justo, que es, por oposicidn, el que lleva a cabo acciones justas «con pleno conocimiento de lo que hace, habiendo deiberado pre- viamente sabe la situacién y babiéndo resuelto actuar de esa ma- era (1136 a I-5). Coinido en eta interpreta con Gautle-Joi, Np 0% ae {) Bl captulo 14 (1137 b 31-1138 a2) esté dedicado en toda su cextensin al tema de la equidad (epiefeia, latin aequitas). Hay una «asi unanimidad entre los comentaristas, con laexcepeign de Dirimeie, «en consderarto desplazado de su sito, aunque la unanimidad sedisipa cuando se rata de escogere lugar donde insetarlo, Jackson y Gauthier Jolifproponen situarlo luego del 15, es decir, como capitulo final, so- Juin que esa mi modo de ver la més acetada, porque con la discue sin de la dsposicién del hombre justo por antonomasia, que es el ‘equitativo, se cierran las eonsieraciones en torn a la jsticia como virtud del agente moral. Arstteles comienzael capitulo con una de sus habitualesdistineiones semantcas: si justo» y wequitaivon ‘ean ono fo mismo, para concluir qu, sibien tienen el mismo signifi «ado, «equitativon es superior a «justo». La cuestin reside, pues, en eterminaren qué sentido es mejor, Para ell, es neceari tener pré- sente tanto la estructura liga de la norma como la de las acciones hhumanas: en efecto, mientras que éias son de una materia contingen- te, variable e imprevisble, la norma posee por su estructura Iégica un ‘arfcte universal (katkélou), dado que prescribe en general para to- as ns aeciones que satisfacen una ciertadescripcisn genérica (hos pid pléon), Dell ls dificultades que se presentan cuando es necé- sario establecer criterios de juticia en los casos particulares, en los «que eparecencircunstancias ingulares que nunca hubiran podido ser ntcipacas en el nivel de las normas. Es, en consecuencia, en el mo- mento de laqplicacién de las normasaleaso paricularcuando ce mucs- lua que la equidel es superior al simple sentido de justcia, puesto que es capaz de enmendar Ia norma, supliendo sus naturales defciencis, precisamente porque no se atienesélo a lt norma escrta sina que puc- de recur aos prncipiosuniversales que son previos y presiden oda norma escrita: «Por esto, lo equitativo es justo, y mejor que una just- cia que se atene a fo normado, aunque no mejor que Ia justicia en sentido absoluto [esto es, la jusicia que es por naturaleza, sno de ‘quella que por su formulacin general permite el error» (1137 b 24 26), Lo que distingue al hombre equitativo, en consecuencia es su ‘apacidad ineletual para poder juzgar de acuerdo con princiios ge neraes también en los cases particulares, es deci all donde es nece- satio descubrir los criterios generales que se deben apicar mediante 299 una itu directa que retina lo universal (las normas)y fo paticu- fares deci, os datos de fa circunstancia que constituyenel contenido de lapremisa menor de un silogismo prctico. Tales lcaracterizaci¢n {que Arst6eles da de la equidad como virtud intelectual en EN VI 12, 1143 a25-35,endonde ét,juntoconlacomprensién ye buen juicio, pertenece a la pradencia oes, mis bien, una de sus cars, aquella que preside ef crterio en la relacién en general con los otros. VI. Conclusion Con ia exposicién de la justicia concluimos nuestro examen de las virtudes ticas, es deci, propias del carter, de modo que €s posible extraer de lo expuesto una conelusicn que sex valida para todas ella, Enel cap, 6, vt, examinamos las vinculaciones entre virtua moral, razén,deliberacién, elecisn y voluntad, y concluimos {que por la naturaleza dela accién propia de la vrtud, és debe ser razonable, deliberada y tener come fin fa ralizacién de un acto no- ble comoet bien més alto que reside performativamente en l propia accién. A suver, del andisis de las Virudes sociales que levamnos a ceaho en el cap. 7, se desprende con claridad la intrinsees conexin aque éstastenian con la compleja esructura de la sociedad traicio- ‘al, en la que se superpontan los distinos estamentos de ciudadanos libres, metecos y esclavos, y se entretejfan con las exigencias de la sociedad doméstica, por un ldo, y la comunidad politica, pore! otro De este modo, trperancia, iberalidad, magnificencia y, como c0- ronacién y paradigma de una buena vida, magnanimidad, corespon- den a as formas de condcta que lanobleza exigia mediante las e- gla estipuladas en eléthasarstocriticn para presdir la acttud de un ciuidadano libre y poderaso con respecto a los bienes externas, que inclufan ls relaciones sexuales, Enel presente capitulo, por tito, ‘aprendimos de qué manera todas estas inteclaciones en el interior de la comnidad constituyen otras tantas formas de manifestacin de Ja justi, de la particular, en Ia distribucin de fa riqueza y los ho- noes (es dev en lo que tiene que vercon la liberalidad, la magni ‘eenca y la magnanimidad), oen lacorreccién de los das provoca- ‘dos por I injusticia, 0, por itimo, en fos intercambios de Bienes: ¥, 290 deta gtr on a ohetini ona y dived de gue denise ints och que tonalecndn eres ue tls d rae A ade verlag et ome cata eerespnde cna gb ans etn en delle eneleaplo 84 nal complemen adel magn, Ea oon Genin, elaine Home viuoo, que aca de mata ‘uta ono un i en mis, dleradaent por cleionet desc como relia a fon de ena vi Al wt je modes cit een gine dest asp a rp dl Inagrina xg tie sl em de gid pos ana det, or unter dena en os tenesexr, gna deacon vita sen tba dss ats solanen te camo fom de Neva ean lo cos hows gue son propio del expt po Ia tic, Como seh pops de uta coma ii dea vid pert Aisles esteem do ag un din sean ln qu hace Kat ee dobre pets y mann Amen el cunpliminta, pues de eal Sido prs ors vitesse tendrfame do ls deel rac elconesponde elution qu sae Sccatstcn igor y sleorspontene aes nvm vad, ni por hp el agit megan, gos ‘ea como un aanerionagegno aes ct rte, Pe Imows ncn deuce ets gue sles poneen lege. ci deanna peri sity is preorors, as oa he stains parla, propia ara una sscusén tanto dala espctietdad dela dia soctea como de ‘aueomtnuldady de sus aterencias conlaplatica remo arin 1977.9. 719s, Gémaz-Labo, 1988, pp. 11055. ‘concordancia ent el contenido proposicional yel ser de las cosas sobre este cimiento se basa en definitiva toda posible objetividad ¥ todo posible «conocimiento». Bl interés dima, en cambio, que {gala ala razon pretica en su determinaciGn de los fines, es la bon- dad, la que como tal confiere a la prudencia su peculiar forma de ‘objtividad, paralela aunque dlstnta lade la raza térica, Existe ‘aqui una gran similitd entre la concepciéa aristoxéica y la kantiana dela raz6n prctica, ue pocas veces ha sido subrayada, En efecto, para ambos ef conocimiento moral es posible, porque es posible el ‘conocimiento del bien como algo en sicon independencia de todo ‘iro conocimiento empitico 0 e6rico. Esto ya estaba presente en la ‘exposicién dl silogismo préctico, ya que al presentar un fin como ur biew en la premisa mayor, el intelecto aad al conocimiento det ‘objeto o fin particular de la acci6n, que se obtiene por los sentidos y cLeatendimiento, ot conocimiento: que éstoes un bien. Al aspecto, Puramente pragmétic del silogismo préctco se afade ahora elas pecto moral: dent de ls fines come bienes el inteleto prictico, os decir la phréndsis mis el deseo recto, distingue ahora el bien apse rente del bien en s{(ep. EN Il 6, 1113 a 15 s).Estaes propiamente fa funcid de la phdnési en tanto facultad intelectual moral por antonomasia, Veamos eémo larealiza IL Los aspectos principales dela prudencia EN VI5, 1140324 b 21, «fn cuanto ala prudencia(phénesis), pode ‘nos considerar su naturalexaconsidrando a qué hambreslamamas radentes{phuGninei), Pues bier, parece propio de! hombre prudent | 1 pader discwsirapropiadament sobre lo gue e bueno yconveniente | ‘par élny en un semi parcial, como por ejemplo para su saludo. | Jonata fea sino en su conjunc para vive bien (0 28). Seal de ‘elo es que incluso en wr sentido deterinado los llamamos prudentes cuando razonan bien con vista « alin fin bueno de los que no son objeto de ningion ate. En conseeuenciaen sentido amplio aquél que Aelbera [se ater de acter} es también prudent. [Por tant, la prux slenciainpicaconceptunene la delberacién, po Jo cual la pruden- ela no puede ear eferida lo que es etermamente ni ser una ciencla 300 demosmativa,Adends, dado que el arte y la accin son distntas tam- poco pdr ser un arte (1140 a 30 4). (b5 ss) [La prudencia ene (que sen, pues, una copacidad vacional, munida de ws conociiento verdadero pero refeida excluivamente la acc, de deterinar ‘que es bueno y malo para el ser humana. En efecto, fin dele produc- cin es wx objet, el produto, exterior a ela fin, en cambio de ta ‘acciénesinerior ella misma, puesta realizcién dela accin coree- a misma consi su propio fi, Por eso pensamas que Pericles los ‘que sn como él on prudentes porque son capaces de comprender no solamente to que es tiene para ellos sino también para cualquier ser romano (haute agatha is antSpols) Eta comprensin es avibuide nomalmente @ quien preside la casa y la ciudad. De aht también ef uso de nuestra palabra [griega} séphrossné {ctenperancian), porque salvaguardalapradenca, Lo que alvaguar- ta ela capacidad de uzgara la que nas hemos reerido. Kn efecto, el placer yet dolor no dezinjen ni perturb toda capacidad dejuco, como por ejemplo ios dngulas del ringulovalen 0 no dos recos, sine a de los juicios pricicos. Pues los prncipias de cada accién ‘esti consttuidos por los fines que con cada actin se pretende evar ‘a cabo, AU hombre corrompido porel placer o el dolor diectamente no se le muestra el principio’ porgudse debe decidir yacuaren busca de {al fino por esta rain, pues la corrupcin moral destaye el principio de a acc. Laprudencia, pues, debe ser una disposicin rida aw nzonamieno verdadero para actuar en el dibito de los bienes reac bes por los seres humana. De la extensa cita anterior quiero destacar solamente aquellos aspectos que a mi juicio son los principales en Ia concepcisa, arstotlica de la prodencia como raz6n préctca, En primer lugar, hay una clara gradacién en la definiién del eprudente», ya que den- trode la caraceriaacin general de «aque! que sabe juzgar fo que es bueno» aparece una dobe distincin; (?)noen parte, como con rela- cin ala salud, que serfa propio de! médico, oa la fortaleza fisica, «que corresponderfa al entrenador gimnéstico, sino teniendo en vista «el conjunto de una vidans(i)el que sabe juzgar no solamente lo que «es bueno para é sino también para todo ser humano. 201 (0) Si bien en este cas0 no abandonamnos ain el &mbito de lo que hoy lamarfamos mecamente «prudencials, porque afecta exclusiv ‘mente al bien del agente, se introduce dentro de estaesfera una i= Portante dstincin: dentro del ebion» como objeto dela deliberacidn yddola voluntad es necesario distinguir aquél que involuera un estae ‘do parcial del conjunto de los_propios estados del agente, Expan- diendo ef mismo ejemplo de Aristéeles, podemos ejemplificar ciendo que es posible ue Ia concentracién en product un bien par- cial, como es un cierto desarrollo muscular y un estado alec, lleve 1 descuidar otras actividades, sea profesionales, familiares, ete. La prudencia supone la capacidad de sopesar lo bienes parciales unos. ‘con ottos y de establecer una posible armonta entre ellos en su con- unto. A pesar de estar formulado en elacién cone bien como un fin convenient, el argumento tiene también su peso en elacién con el aspecto propiamente moral de la prudencia, porque estdrespondien- 440 por anticipado a una objecién que el mismo Aristétles formula ‘como una aporia con respecto a la prudencia on el eap. 13. All! se pregunta cudl es en definitive In contribueida de Ia prudencia a la conducta moral, ya que nada aflade al honesto, que ya lo es por poseer las correspondientes virtues, y umpoco puede convertiren moral aquien no las tiene (1143 6 20-30).Lo que en este argumen- toestéen discusién, es un grave problema, que amenaza seriamen= te la consistencia misma de toda moral de la virtud: su unidad. En efecto, cada vind es una disposicién para actuar parcialmente den- tro de un émbito muy acotado de acciones, de modo que la pose sin de todas ellas no equivale, 0 ipso, a poseer un citerio tnico, ‘emergente de todas y cada una de elas; sino que bien podrfa darse, ‘como de hecho se dio histricamente, que exis‘an cédigos opuestos de virtudes. Un texto de la MiMf expone el problema de un modo claro y directo, [MMI 3, 1199 b 35-1200 810, «Hay también na difculiad como la siguiente: eu de les dos accione se debe realizar cuando no e po sible tar a cabo al mismo tiempo un act de valenia y un acto de *jabeia? Dinos que en las vides naturales existe solamente elim ‘so. hacia to noble sin la razén. Quien, en cambio, tiene eleccén, 302 jee jonrelea ah nde he i sik sa reside en la rexdny en la parte raional del ca, de modo que estar presentes a mismo tempo la deciln ya vrtad perfect, dela ual dlijimas que se daconjuntamente con la prdencia pero no existe sine inpulso natural hacia la nobleza. Tampocohabré posi entre ana viru y otra, puesta viru cede por natwraleta a la raxén, de modo que ela se dirie ll adonde éta prescribe. En efeto, a raxén es aque eige lo que es mejor, porque nt las otras vrwies existe in a prudenca, mila prudenciaes perfect sin las tras virtdes, sin que (tas colaboran unas con otras mientras acompatian a la prudencia ‘como primera en I filam Como sefala Dimer, se rata dele misma respuesta que se da en BN 1144 30-45 a5, en donde aparece més elaborada la solucién cofecida por Aristteles:podemos tener la capacidad natural para obrarseyin cada una de las vinudes, pro solamente poseemos la cepacidad efetiva para actuar de acuerdo con ells cuando hemas desarollado la vet completa, yésta nose da sin la prudencia!. En ‘ros témines, solamente la prodenca iene a faculad de sopesir unas con otras las bondades parcales del carécteryhomogeneizaras e.un ideal de conduct, por lo que solamente aguela garatia que cista una unidad y consstencia en el conjunta de las acciones del prudente. No esextrafo, por lo tanto, que Aristtlesincuya le pri dencia como unade las partes de avr cuya stvidd consttye | Jneudemonta, siendo In ora la sabidura soph). La func dela prdencia no se ego, en efecto, indicando en cada caso el justo odio paral eercico de cada viru, sno que e balance que nece- sia hacer entre las distntas vires, requiore que dina su mirada haciaun fin més ditante, a cuyarealizcién est ido e conjunto delosactos nobles de muestra vida Este, ami jucio, el significado deltextoenel que Aristtelesresponde alas objecions relatives ala uildad dela pradencia yl sabidurla. *-0p.Dimalar, ,p 966-967, 303 EN VE 13, 1144 1-9, eB primer lugar: digamos qu elles mismas, la sabiduriay la prudencia, deben ser elegibles por si mismas, porque da usa de ells esta virud de cada una de las partes de alma (sophta de a especulaiva,t epstroniksn, y phon de la deliberative, t) logis, aun cuando no produccan nada ninguna de ells, En see ‘und lugar elas también producen alg, no como la medina prod ela sald, sin, acon la salud produce la salud, de la misma mane. 1a feualgiera de ellas pero en especial la sabidura produce la eis ded, pues, siendo coda wa deellas pate dela virtd complet, hacen al hombre feliz por el hecho de ser poseldasy de ser puestas en acto Por imo, et agente leva a cabo su obra de acuerdo con la prudenca fa virwd moral pues la vrtad hace que el fin sea et correct y la rdenciaesablece los pases que ns evan a lo Este pasaje y especialmente las Iineas 3-6, («En segundo lugar. puesta en acton), han sido motivo de una viva discusién entre Jos comentaristas, especialmente por parte de Ios que postlan una Jmerpretacién comprensiva de Ia EN con fa contemplaciGn como fin inclusivo al que todo debe subordinarse’. En mi traduecién indica cudl es mi propia comprensisn del texto, en el cual desde el comien- 20 dol captuloesté en cvestiGn la wilidad de ambas facultades, sabi ‘ura y pradenca, en especial de esta tims. El sentido mds direc ‘o del pasaje, por tanto, estéreferido en todos los casos « ambas, salvo all donde se menciona expresamente la funcin especfica de ‘una sla, laprudencia,ensutarea comin con la vrtud moral. Kenny ha mosirado, por dtimo, que éste es también el sentido de los dos capitulo finales de EE, en los que a felicidad esté compuesta por la sctividad tanto de la prudencia como de la sabiduria,e incluye, por ‘anto, Ta vida virtosa y fa contemplaiva", Siendo ésta Ia posicién *.Cp. GaulerJtt, EN, 2. pp. 542-547 "As lo enlende, por ojepo,el comentario do Holodore, CAG, XIX, 2p. 181, 20.28; Coop, 1978 pp. 112-113, 23, outa en detlelo én contra tec por Gauther Jl, a ecu "op Kenny, 7982, pp. 88-102, 308 exgresa dese tate qu conieme a fli 06, pu, decuraarqu en esti que perteesis my proablemente en sesado aga ase alia clade dun cotextoene gue roestspeiament encusinia een nal ela activ dad ue cosine la mejor Vda. En efecto, a entender og Aisles agus deacando2sacontibucn indaponabl ge tanta prenei como stirs cen laperectn dele a vida recvamente pe el hecho de qu dspongams de és feats sins cules no podramasconebi ment vid m3 | conju ls Son pares dla vit comps, epee a rec, orue sn lls no podemos evar un vida morale leno semio del pla, en cuando pds ear con ls precicionesexemas de avr, dad que para pode att roranen es necro hace eon fied decomp lgo noble por sf mismo, litera y concememente (1144 13-20. Astle haciendo aga un din sil a ue hrs Kant nr orld y lege do a ci, solamente que ints xs resvinge a pocamaren fa mortal ufo dl gvnmo de der amt leas ca expesaa Seiler yen despavorids las Gracias, gu inlye dent de a ba apa dena ambi a coordina das vrs on vst ei dad del gem om fin tio, augue no ext a lreaizacion desta misma vidas, Lands gras quchemos exis, a del mapnimo ya dl egutatvo son un ao elemp de lo. La ‘sida, or ane, aparece sg, ari entner eu mado sin tara come aparece en a dicsin dl fn de laconsiucién n Pot VIT2.3 es decir eamoun empl de vdaqu puede cones ens nis y ede gor ois neces sola cn at vides como ls suerrs pare umentar su prsie sin de ter por lla, nn forma de ten vida en reason co acl 36 vet conju di seve vious Cr) Al rata esta sepa cuifieain del prudent, saber: cue sae jugs nslanent logue es bet psn parca ur ser man, pens de no en mbit ra en seatco cso, Ene, ya noes en discs exlusvamet ses , 4e cardcter neuro («si el fin es noble, os elogiable; si es malo, es ‘mera hubilidad», 1144 a 26-27). La prudencia supone el dominio de| «esta racionalidad pero no se agota en ela, sino que alae al cono-| cimiento exclusivamente calculatorio aque otro conocimiento que| se adquiere «mediante ese ojo del lma que no exist sin virtud del cardcter» (a 30). En qué consiste este conocimiento es expuesto de inmediato. EN 1144 31-36, Lor silogimos que ratan de acciones a realizar en ect, son deal manera que tienen un puto de paride general, como or ejemplo: smuesto queef que es el mejor ten tal caracerstica, cnalguera que ta seas (expongamaswno cualquiera para los efectos del argument: pues ben est fin con tales agpectos no x le aparece como tala quien no expreviamente wn ser humana honest, En efeto, ‘a deshonestided pervert fluc de los hombres] yhace que étos cengaften al eapar lo puntos de patda generale de fa aciénn {._ Todorazonamiento pectic parte dun prema univers, apre- smisa cel bien», ue expone un determinado fin como algo digno de |kerllevado a cabo mediante Is accién. Tal premisa es el punto de partda de fa accidn ala que se refiere aqui Aristétles, Ia que, por consiguiente, no puede ser reconocida sino por una seleccin directa Ge la raz6n, ya que no podemos deducrla de ninguna otra. La pru- , si: (a) ehay ms condiciones necesaria para la exstencia de ‘xquepara aexistencia de yy (b) «buscamos xen vista de algo mis pero no buscamos y en vista de algtin otro fin. Cuando Aristteles aplicaen los pasajes que hemos citado de EN X Testas dos condicio- nes alas dnicas cos candidatas que han quedado, lacontemplacin y la vida dela virtud, es claro que (a) existen més condiciones necesa- jas para la vida virtuosa que para la contemplativa,y (b) buseamos Ja accién moral en vista de otro fin mientras que buscamos la con: templacinen vista de sf misma. De este mado, tmpoce lacombina- cidn de la vida virtuasa y la vida contemplativa podré ser més aulosuficente que la mera vida contemplativa, por Ia razén de que Jas mayores condiciones necesaras para la existencia dela vida vit- twosaalectarn también ala combinacién de ambas", En consecuen- cia, la compronsiGn adecuada del criterio de la mayor autarqutaa las dos posible candidatas a constitu la felicidad mas perfecta no deja op. Witgertein, Wau p83. Aneconbe, 1963, pp.t71 ss “Cp. Wien, 1972, pp 12328 ae Pensamiento que nos conduce, através de C.EM. Anscombe y A. Kenny, hasta Arstéeles, Un pardgrafode la Investigaciones resume Ie posicién que adopta finalmente Witgensiein con respecto a la acci6n, la que a su vez. constituird cl centro de la reflexin de sus discipulos: 615, «La. vo- Junta, sino fuera una especie de deseo, debe ser Ia accién misma, ‘No puede quedar detenida antes de a aci6n, Sis laaccién, loes en, sentido habitual del tino, es decir: hablar, escribir, caminar, levantar algo, representarse algo, Pera también, imenta, procurar, preocuparse por —hablar, escribir. levantar algo, representarse algo, te, El misterio que ahora se devela ese de Inexistencia separada ‘dela voluntad como una enidad «mental» situad en ninguna parte, ‘que precede 0 «causa» la accin. La voluntad se funde en adelante «on la accn misma y através de ésa se relaciona con el mundo?. El problema que se presenta, entonces, es el de dilucidar esta relacin, ‘Anscombe nos revel las dificultades que tuvo que superar antes de ITegara su propuestadefiitivaen los siguientes téminos: ‘Yo misma, al considerar estos problemas, busquéanterionment la sal- (EE 1223 a 15-18), En consecuencia si entendemos por ‘ (EN V12, 1139 a 21-26), ‘Lasolucin propoesta por Arsteles al problema dela riz préc- {ica asombra por su profundidad y seneiller, «Bueno» y «milo», air ‘a en De an IN7, 431 b 10-11, estén en el misino género que «verda- ero» y falso», con Ia diferencia do que éstosdifieren de modo abso- to y aquellos siempre desde la perspectiva de un agente. En ambos casos, sin embargo, e ata de aquellasavaloraciones tascendeniales, respecto de las cuales se define una forma de raz6n. Y asi como pat tener acceso a la raz6nteGrica necesitamos un sistema de signos que Pdamos conectar deductivamente mediante precisa regls de infe- ‘encia, del mismo modo para tener acceso a la rain prctiea se re- ‘uiere no solamente Ia capacidad de actuar, sino también lade actuar ‘bien (cupraxéa). Porque deliberamos sobre lo que consideramos un bien, nuestras acciones, en tanto buenas, no solamente tienen sentido en f mismas, como la ealizaci6n de una determinada accién vituost, sino también como parte de un todo que es Ia propia vida. En otros 'érminos, la dliberaciGn est esuechamente ligada, en dltima instan- ia, 8 un ideal de vida queen cada caso se ha elegido como aquella vida que unofuna desea levar como forma espectfca de realizacién de si mismota (profesional, artistica, deportva, et.) Deesta manerael desarrollo del problema del conocimiento préc> tico nos ha conducido, a través dl concepta de accisn, al concept de avirtud» en su acepeién més especifica: como posesién de una sapacidad para desarollar una especie de tecn en las circunstan- ins apropiada!. Se puede, entonces, decir que hemos obtonido una concepeién «formal» dela virtud a través. de su conexidn analftica con el concepto de accién, de bien, de deliberacisn y de cleccién, ‘que culminan en la prudencia, Es necesario destacar que este con- ‘epcisn «formal» puede ser correcta independientemente de los * Gp. Cooper, 1975, pp, 62,78 28 * 0p. Cooper, 1975 pp. 7785; wkase supa, cp. 6, Me tipos especificos de acciones que en cada circunstancia se consideran jgtuosas En efecto, en cada caso, el cargeter de evirtuosa» 0 «icio- sa» de una accién depende de los erterios sociales y cultuales, hist ricamente vigentes su vez, el hecho de que una determined ac- ign sea considerada en una deterinada circunstanci social, cultural < histrica como «viruosa» (o«viciosa»), puede constituir un funda mento suficiente (0 no) para. sostener que, efectivamente, tal acién esté moralmentejusfieada En la ética catemporénes han cobrado fuerza en el itimo cuarto de siglo versiones rejuveneciéas de este realizmo eneoaristotlismo moral, tanto latredicién alemanacomo nla anglosajona ligadas en cada caso a probleméticas y corientes filo6fieas iiosinersicas, que vale la pena reexaminar. IL, La filosofia moral ‘Asfcomo la problemtica contempornea dentro de la que habta surgido ol interés filosdfio por Ia teoria aristotlica dela acciGn, ‘estaba unida a las aporfas a que habla conducido la concepci6n pic {6rieade a proposicién en su relacién con el mundo, fundamental- ‘mente cuando se trataba de dar cuenta de hechos ales como el deseo, la voluntad y la accin, dela misma manera la problemitica filos6- fica dentro de la que surge el nuevo interés por la ticaarstoetica ‘como fuente de una corientecontemporinea,e! «ncoarstotelismon" est estrechamente conectada alas dificultades en que se vioenvuel- tala tradicional ora de a subjetividad trascendental hacia comien- 208 de este siglo para dar cuenta do} correlato entre los contenidos {njencionales do la consciencia y la consttucin de los objetosen el, ‘mundo, La forma més avanzads de esta teoria a fenomenologta de -lussel, habia conducido a la mas radical reduceiGn del Yo trascen- dental det idealismo alemén a la mera unidad de ta conscienci tencional ya en la V nvestigacin légica, peroel resto solipssta que desde el comienzo de la flosofia moderna habfa afectado perma- nentemente al paradigma de la consciencia, soportaba tenazmente "cp. ven Wight, 19690, pp 137-140. "Op. Serdelboch, 1086, pp. 88 58. 9 Jos embates del maesto". Es precisamente en esa coyuntura en la que le categortaflossfica de la «vida», que haba dominado laesce- na desde fines del siglo diecinueve en adelante, se abre camino a través de ls andlisis fenomenolégicos de Husser y, especialmente, 4c su joven disefpulo, M. Heidegger. No se trata, sin embargo, de a ‘mera adopcidn del méltiple concepto, sino ya, desde el comienzo,, de una elaboracién que —sin duda a través de la mediaciGn de la Fenomenologta de espiritu—se remonta a mismo Aistételes®, En cfecto, vida es el modo de ser del sujeto en el mundo, y su exstencia, se da exclusivamente bajo la forma dela vida, que se encwentra asf ‘misma en ef mundo entregada a la faticidad de una existencia que debe ser vivida. De ah que la vida se desdobe en la vida activa que tiene que ser viva y el mundo del que se nutre esa vida, abriéndose en su objetivided. Para el joven Heidegger, Ia categoria de Ia vida tiene un punto central de referencia, ue est constitido por la pre~ ‘cupacidn (Sorge),justemente por el mundo al que estéarrojada® Los modos de esta referencia central son varios, y no vamos aperse- Buirios en detalle Lo decisivo es el violento gio que introduce en la propia consideracin de Ia existencia humana. Esa, en efecto, se convierte en un tipo de existenciacaracterizada porlaposibilidad de «comprender» al mundo y as{ misma en el mundo, comprensién que seextiende alas diversas posibilidades tanto de dspasicign pragma ticade las cosas como de proyectos dela propiaexistencia, lo queen su conjunto abarca esa forma propia de autointerpretacién que Heidegger denomina «hermenéutica de la facticidad», Gadamer ha puesto el acento sobre el decidido eardcter de historicidad que toma "Gp Husser Wer, a, XX 1.99. 955 58.10. VI. pp. 168-170. La eonexs6o intra ante prcblamaa fnamenolée, a loots lava de Othe, Yorck, el idealiemo aleman y el joven Heldagger ha sido expuesta exravstvamenta por Gada, 1960, pp. 229-250 Gp. Deans, 4518-15 a conestn entre ol concept de vid, a losfia _aisttdca yo puro de parca dela Festoricad del Dash en Heidogger, fst clararante exouesto por Tugonthat, 1072, pp. 164-244, Paral con {acl ents Sery Tempo In EN vénee Vol, 1580, pp. 225-240 Gadamer, 1991. 625, "Cp. Heidegger, 1988, p84 ss. as0 sora toda comprensin del sujeto humano. No so tata, ya, de un recurso metodol6gico propio de las ciencias dl esprit, como en Dilthey y el historicismo, sino de algo ms radical: Ia pertenencia, el intérprete al propio objeto de su intepretacién no procede de tuna deficiencia estructural de las ciencias histéricas, sino que es parte de la constiucién de nuestra propia comprensin, de nuestra propia existencia, . No resulta, pues, orprendente que uno de lo primeros trabajos fen el que se anuncia Ia nueva tendencia que propugnard tender un puente entre la situacin tco-poitica de la Alemania de postguerra, y la filosoffa préctica aristtélica, eve precisamente como ttulo: ‘Le vida ciudadana (burgerlich): sobre la teorfa aristtélica de la % Gp, Lowith, 1869 pp. 142 ss; Tugondhat, 1978 pp. 230-1. "Gp, Tugendhs. 1870, p. 230; Habermas, 1985 pp, 1602, cp. Franzen, 1208p. 85 felicidad», En 61 Heidegger noes siquiera nombrado, «pesar de que Ia proveniencia conceptual y el clima en que se mueve estén prede- terminados por la problemética de Ser y Tiempo, como algunos ps rrafos lo muestran casi textualmente: «praxis pertenece, de acuerdo ‘con Aristteles, ala esencia de todo lo viviente y no solamente del hombre, porque todo lo vivienterealiza su naturaleza y aquello que Pr naturaleza puede ser, en la realizaciGn activa desu vids», Ast '¢inicia ese movimiento de rehablitacién de la filosofia prctca, {que desde los comienzos dela década de los cincuentaintenta soldat rnuevamente Ia factura, inttoducida por Heidegger, entre lo publica, Jo comin, y el lenguaje, as costumbres, el éhos. La punta polémica, ‘se muestra sin ambages, por ejemplo, en una nota, en la que al resal- tara valdez de las opiniones communes, Riter arma: «para ambos, para Aristteles como para Hegel, vale la misma afirmaciGn del set ‘en los ents, de modo que la inclinacién de rechzar el «uno» (das ‘Marycomo eneubrimento del se «auténtic» por antonomasia apa rece desde la vsiGn de ambos como el abandono de la pesitividad de Toque es y de lo que aconteces™ “También en el caso del més reciente scomunitarismo» dentro del ‘Ambito de l filosofia moral anglosajona se partir de un expreso rechazo a dos sctitudes centrales de la filosoffa moderna desde Des- cartes on adelante pata retomat algunos de los temas centrales dela 6tica aristotélica. En primer lugar, la psicologta especulativa cartesiana,continuada po a tradicin empirista inglesa, con su des- ticaintroduecin de una diferencia categorial entre «mente» y «cuer- Po», que toma inintligibe Ia comprension de la acci6n, Luego, la ‘oposici6n 2 una moral basada, al modo de lade Kant, en la nocién formal de «abligacién» y desprovista de apoyaturas en la descrip- cig de Tas acciones morales como formas de ejercicio de la virtua. En efecto la intsinseca conexién ene la noci6n atistotlica de la praxis y el significado de los téeminos éticos, mediado por os jue- {0s de lenguaje, conduc en primer lugar 2 Anscombe y luego a Gp, Rte, 1960, pp. 67 ss. Parana presentacén genera de lacortionte, hae dinar, 1978 po. Yas. Cp. Rito. 1062.65, 12 28 | Mactntyre a la reivindicacién del arstotelismo ético. Ya en el § 77 Ge las Investigaciones flaséficas Witgenstein compara alos tm nos de la ética con conceptos diss, que earecen de limites preci ‘0s y agrege:«Pregsitate siempre en esta dficultad: ,Cémo hemos. aprendido el significado de esa palabra, por e. «bueno»? (En qué clase de ejemplos, en qué juegos de lenguaje?. Por certo, entre el prendizaje del significado de ls téeminosétcos por medio de ejem- plosy juegos de lenguaje y el retorno a una moral aristotéica de la virtud media la reactualizaciéa de ta toorfa dela acci6n de Aristte- les, levada a cabo especialmente por Elizabeth Anscombe, que he- ‘os expuesto més arriba (véase cap. 12,1). En un antfeuto redactado, hacia la misma 6poca que Intencién sobre Ia filosofia moderna dela, ‘moral, Anscombe confronta Ta ética de la Tlustracin, basada funda ‘mentalmente en la nocidn de la wobligacin» y el adeber ser», con ‘una étca que se contente con describir determinadas especies de acciones justamente como instancias de acciones de un cierto tipo. En efecto, airma, Ia nocign de «deber ser moral» carece de sentido fuera de una concepciGn de Ia ética basada en Ia ley divin, y se puede hacer étca sin ella, como lo muesira Arist6teles: wserfa un ran progreso sien cambio de emoralmente incorecto» uno nom brara siempre un géner, tal como «mendez»,

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