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UNIVERSIDAD DEL ZULIA

FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS


ESCUELA DE TRABAJO SOCIAL
ELECTIVA: DERECHOS HUMANOS Y LOS PROBLEMAS
ESPECIFICOS DE LOA PUEBLOS Y COMUNIDADES ETNICAS
PROF: CLOTILDE

LA ETNIA BARÍ

REALIZADO POR:

MARACAIBO, MARZO 2019


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN................................................................................................................3

ORIGENES DEL PUEBLO BARÍ .......................................................................................4

CREACIÓN DEL MUNDO Y LA NATURALEZA ................................................................4

Espíritus del pueblo Barí ................................................................................................6

La muerte para el Barí ...................................................................................................7

CULTURA BARÍ .................................................................................................................8

La Asamblea ...................................................................................................................8

Sistema De Producción ..................................................................................................9

Vida Barí .......................................................................................................................10

Sistema De Parentesco ................................................................................................13

LA EDUCACIÓN PARA EL PUEBLO BARÍ .....................................................................14

LA LENGUA BARÍ ...........................................................................................................16

VIVIENDA BARÍ ...............................................................................................................17

CONCLUSIÓN .................................................................................................................19

BIBLIOGRAFIA ...............................................................................................................20
INTRODUCCIÓN

La historia y el estudio de la comunidad Barí y de sus elementos culturales se


diluyen en los tiempos como futuros profesionales del Trabajo Social debemos
promover la interpretación de una comunidad tan especialmente particular y que se
encuentra en un grave peligro de desaparecimiento cultural.

La población Barí, no obstante, ha hecho presencia notable en la Historia de


nuestro país, dicha presencia que se ha querido de modelar a los estilos occidentales
los cuales son impropios de su esencia. En los actuales tiempos se evidencian los
cambios sociales en sus diferentes entornos y ello propicia reflexiones de comparación
de lo incomparable y nos ha conducido a tratar de alienar aquello que debió
permanecer prístino e inmaculado.

El presente trabajo pretende dar a conocer los rasgos culturales e históricos de la


etnia Barí, a fin de brindar elementos descriptivos que permitan fundamentar la contante
búsqueda de conocimiento sobre las diversas etnias que hacen vida en nuestra región,
tomando en cuenta la realidad de su ecología cultural; con el objeto de evitar la pérdida
cultural, bien por el rompimiento de la tradición oral, bien por la falta de continuidad de
las prácticas sociales.

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ORÍGENES DEL PUEBLO BARÍ.

Establecer el origen del pueblo Barí y su filiación lingüística ha sido el


interrogante que ningún investigador ha podido resolver por la divergencia existente
entre muchos historiadores y las afirmaciones aún no comprobadas. Lo cierto es que a
la llegada de los españoles a territorio americano las tres grandes familias indígenas
que se distinguieron fueron los Arawak en las Antillas y Venezuela, los Chibchas de
procedencia mesoamericana y los Caribes procedentes del Brasil.

Desde tiempos prehispánicos las diferentes tribus que habitaron la zona del
Catatumbo establecieron en mayor o menor grado contacto intercultural entre los
grupos de las regiones circundantes (Andina, cuenca del Orinoco, mar Caribe y valle
del rio Magdalena) permitiendo la circulación de técnicas de subsistencia, de lenguas,
de artes, de razas, convirtiéndose en un complejo étnico con rasgos de diferentes
culturas, de ahí que quizá una de las teorías más aceptadas sea la del poblamiento Barí
de la hoya del Catatumbo como producto de la expansión de los Chibcha y resultado de
su choque y contracción ante la avanzada Caribe.

El pueblo Barí, ocupaba un extenso territorio venezolano desde Los Andes hasta
la Serranía del Perijá. En Colombia, sobre la Cordillera Oriental, límites con Venezuela
zona sur, exactamente en el área del Catatumbo se asentaron los Barí, en lo que hoy
conocemos como los valles de los ríos de Oro, Catatumbo, Caño Tomás, Caño Tigre,
Caño Martillo, Río Suroeste y Río Platanal. Las diferentes tribus que habitaron estos
territorios fueron los Brotarés, los Búrburas, los Turcuramas, los Chitareros, los Boquiní,
los Piritimas, los Aspasicas, los Curasicas, los Aratoques. Etc.

A esta lista de nombres hay que agregar los originados por las diversas
denominaciones dadas a los grupos de poblamiento indígena, tomadas por el uso de
gentilicios derivados de su origen o, por aspectos físicos o culturales causados en los
modos de contacto con los "blancos".

LA CREACIÓN DEL MUNDO Y LA NATURALEZA

La creación del mundo, de los dioses, el origen del hombre, creando mitos y
leyendas, fue un momento histórico por el cual pasaron todas las comunidades

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humanas, y una de las primeras formas para resolver y comprender los problemas.
Cada pueblo de la antigüedad tiene su sistema de creencias particulares, íntimamente
relacionado con su momento de desarrollo productivo, construyendo así su religión
ancestral. Una de las mejores formas de acercarnos al pensamiento, el espíritu y el
alma del Barí es conociendo su Cosmovisión. Sus mitos y leyendas.

En el comienzo de la existencia de los Barí, todo era oscuro, no había en la tierra


sol, agua, estrellas, comida, pescado, selva, fuego, ni alguna especie, solo existían
piñas y pequeños arbustos donde se encontraban SABASEBA Y SAYMADODJI, el
primero es Dios el segundo su Hijo, de ahí en adelante se puede apreciar mejor cómo
fueron evolucionando los Barí que son conocidos como Los Hijos de la Selva. El Barí no
se pregunta tanto por el origen mismo del mundo sino por quién ordena las cosas, las
gentes y su conducta, con el fin de que cada elemento esté en su sitio.

Sabaseba no es un ser superior ni distinto, es sencillamente el conocedor y


ordenador de los Barí, un ser similar al Barí. Viene con el viento desde el poniente
donde vivía con su familia y llega a la tierra, que encuentra oscura, sin estructura, sin
forma determinada, caótica. Con su trabajo la ordena, la modela, dándole una nueva
forma hasta conseguir su situación actual: llanita y con sentido para poder ser habitada
y disfrutada. A Sabaseba se deben, entonces, los fenómenos naturales como las lluvias,
la Luna, el Sol, las estrellas, los truenos, el arco iris, las nubes, etc.

Según los Barí su creación fue gracias a que Sabaseba trabajó como lo haría
cualquier Barí y cuando tuvo hambre recurrió a cortar piñas; de la primera piña que
parte sale un Barí hombre, de la segunda una mujer Baríra, y de la tercera un niño,
Bakurita, todos alegres. De estas mismas piñas surgen los primeros Ñatubai quienes
aprendieron la construcción del bohío y ocuparon distintos sitios según el territorio que
les fue asignado.

Los primeros Barí fueron llamados Saimadoyi o auxiliares de Sabaseba; Estos


son Kokebadou, Ñandu, Chibaig, Kassoso, Ourundou, Nunschundou, Dababosadou, a
quienes correspondió ser auxiliares de Sabaseba en la reconstrucción del mundo y en
la instrucción de los Barí en diversas actividades. Kokebadou al cortar un gran tronco
del cual salían ruidos brotaron las aguas, posteriormente enseñaría a los Barí a pescar.

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Nandu es el Saimadoyi quien en la prueba hecha por Sabaseba para ver quién lucía
más al colocarse un collar con plumas de tucán, se destacó por ser quien más brillaba.

Así Sabaseba le ordenó cumplir con el papel de sol ocupando el sitio de éste,
colocándose las plumas durante el día y quitándoselas en la noche. Chibaig es una
mujer perteneciente a los Saimadoyi y cumple la función de iluminar como luna por la
noche. Kassoso es quien enseña al Barí a construir el bohío; Ourundou, la caza y el
fuego; Nunschundou, la agricultura y la artesanía. Dabasosa, por último, es quien
enseña los cuidados de la mujer encinta y del recién nacido, así como los "secretos"
(iacucainas) para el uso de la droxara (tabaco).

Sabaseba, además, dispuso de las estaciones de lluvia y de verano, de la


existencia de nubes, del arco iris, de truenos y relámpagos, de terremotos así como de
las estrellas. Estos constituyen los fenómenos naturales que interesan al Barí y para los
que tiene respuesta. Sabaseba también preceptuó sobre el comportamiento que debían
seguir los Barí estableciendo las normas de conducta, en especial con relación al
respeto por la vida y la naturaleza.

Espíritus del pueblo Barí

Sabaseba, él organizó el mundo, estableció unos modelos y los Barí los siguen al
pie de la letra en su vida cotidiana y los otros espíritus, chimBarítas, pecosos, duendes,
etc., son entidades que conversan día a día con los ancianos-caciques, de cada una de
las actividades que desarrollan los Barí, ellos hablan con ellos o más bien le cantan
cada vez que necesitan pedirle permiso para cazar, pescar, sembrar la tierra, arrancar
un fruto, cortar un árbol, bañarse en el río, etc, explicándole además al espíritu las
razones que lo llevan a usar la naturaleza, alimentar la familia, construir un bohío, curar
a un enfermo, etc.

También para los Barí hay duendes, seres pequeñitos que permanecen en el
monte, en las cuevas, no son malos, son espíritus que están por ahí, rondando por el
monte y quieren establecer un buena relación con los Barí, sobre todo con los jóvenes y
los niños para que protejan la naturaleza, son pequeñitos, acuerpaditos y con el rostro
pintado según algunos jóvenes que los han visto y se les ha concedido permiso por
parte de los abuelos de la comunidad para hablar con ellos.

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En general el Barí cree en toda la naturaleza y cada uno de los elementos, el
agua, la tierra, los arboles, los frutos, los animales, la lluvia, el aire, el sol, todo lo que se
mueve y por supuesto en la vida, no hay nada más preciado para los Barí que la vida y
todo lo que la naturaleza brinda para conservarla, porque todo lo que está sobre la
tierra lo hizo Sabaseba y tiene un espíritu, es por eso que todos los animales, objetos y
cosas poseen un alma. Algo así como un encargado de cuidar y conservar ese
elemento.

También hay espíritus malos como el "Dadibdu" quien causa la muerte por
enfermedad. Según la cultura Barí este espíritu toma de la muñeca a los hombres y se
apodera de su alma. Cuando esto sucede es mejor dejar morir en paz al enfermo y
abandonarlo. Pero hay un espíritu del mal más peligroso aún: es el llamado
"Daybagdodjira" encarnado en el hombre blanco. Él va a la Sierra del Barí a matar
hombres y mujeres, a robar sus objetos sagrados y a robar sus tierras. Este espíritu
nació cuando los Barí debieron luchar por su cultura contra los conquistadores
europeos.

La muerte para el Barí

Es por ello que el Barí asume ante la muerte una actitud resignada y estoica ya
que para ellos no es tan doloroso pues representa el reencuentro con Sabaseba: por
ejemplo, el rayo, el ahogamiento, la mordedura de serpiente, la peste, al fin y al cabo es
lo que establece e impone el ordenamiento de Sabaseba. Una vez muerto es
transportado en su hamaca a la selva en donde es consumido por los zamuros que
vienen del barun ashua con esta misión. Al parecer el diagnóstico y el tratamiento con
decisión personal, a partir del auto examen de los motivos que hayan podido causar la
enfermedad y de esta forma considerar la gravedad o no que pueda revestir y, por
tanto, su posible o imposible curación.

Dicho auto análisis se realiza a partir de los elementos de juicio que posea el
individuo por propia experiencia, por el conocimiento y manejo de la mitología y por la
capacidad de diagnóstico de la enfermedad. De aquel derivará su actitud ante ésta: si
es grave o mortal adoptará la extrema resignación ante su destino, aunque la muerte
tampoco es el fin de todas las cosas. Para el Barí, la muerte permite el paso a un

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mundo nuevo lleno también de experiencias, diferentes a las de esta vida, pero rico y
novedoso.

CULTURA BARÍ

El pueblo Barí lleva en sus entrañas la sabiduría y el legado cultural de sus


antepasados con los cuales han pervivido por milenios a pesar de las adversidades.
Esta cultura gira en torno a sus creencias y a su forma de relacionarse con la
naturaleza, al uso del arco y la flecha para la caza, el chuzo para la pesca, y los ritos
que encierran estas actividades, poniendo en contacto al Barí con el espíritu del animal
y con los espíritus de la naturaleza.

La cultura y la tradición para el pueblo Barí, va más allá de sus hábitos


alimenticios, de su forma de vestir, de su producción artesanal, de su quehacer como
cazadores, deportistas y guerreros, para los Barí la cultura y la tradición es algo que
habita en su espíritu y en su sangre, que define las normas morales y prohibiciones que
enmarcan la conducta y el comportamiento del Barí.

Los Barí aún conservan su propio idioma, el Baríara, lo que les permite
diferenciarse mejor de la población vecina de habla español. Son gentes muy
comunicativas entre sí, pasan largas horas de viva camaradería, en especial después
de la comida principal en las primeras horas de la noche, favorecida sobre todo cuando
se vive en comunidad en los bohíos. El interés por el idioma de los "blancos" existe en
la proporción en que se tiene interés en entrar en intercambio con ellos, de aceptar sus
parámetros en el ordenamiento de la vida.

La Asamblea

Los Barí no son muy dados a ritos y ceremonias pero aún en la actualidad
realizan una de las actividades culturales que tiene quizá, el mayor de los significados
para el pueblo Barí y es esperada por toda la comunidad con gran expectativa, LA
ASAMBLEA, vestigio del antiguo canto de la flecha o las fiestas de la flecha. Dos veces
al año se reúnen en una de las 23 comunidades y durante diez días las máximas
autoridades del pueblo Barí, El Concejo Autónomo de Caciques, representado por los
caciques de cada una de las 23 comunidades, representantes de sus diferentes

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instituciones como AsocBarí la entidad encargada de representar a la comunidad Barí
con el exterior.

Algunas comunidades se desplazan enteras caminando por la selva del


Catatumbo durante dos y tres semanas y en los últimos años participan invitados de
fuera de la comunidad, los representantes del gobierno nacional como Parques
Nacionales, ongs nacionales e internacionales que atienden las problemáticas de los
pueblos indígenas, organismos internacionales como ACNUR, OEA, etc., Se organizan
reuniones diarias para compartir, discutir y buscar soluciones a los problemas de la
comunidad, evaluar, rectificar y ratificar sus normas de comportamiento.

Durante estos diez días de Asamblea, se suspenden las actividades cotidianas


de los Barí y en la comunidad donde se realiza se vive un ambiente de fiesta y alegría,
se organiza la distribución de alojamiento y comida para las comunidades invitadas, los
jóvenes aprovechan para conocerse y las familias para pactar matrimonios, se llevan a
cabo juegos tradicionales y campeonatos de fútbol intercomunidades masculino y
femenino, y varias actividades y competencias que integran a la comunidad.

Sistema De Producción Comunitario

El sistema de producción del pueblo Barí se basa en áreas comunales repartidas


a cada hogar, asociaciones de personas basadas en la red de alianzas y de
hermandad, por lo que el término comunal se refiere a la inversión del trabajo de la
comunidad, ligado en su origen en la construcción de una casa utilizando la ancestral
roturación, siembra, mantenimiento y cosecha. La roturación comprende el corte y la
quema de un área de bosque y se realiza generalmente en los meses de enero y
febrero, en abril se procede a sembrar.

El trabajo comunal es dirigido por uno o dos hombres que tienen los
conocimientos necesarios para evitar accidentes ya sea en el corte de los árboles o en
el control del fuego. El trabajo se hace en tiempos escalonados trabajando el pedazo de
bosque que corresponde y tumbando cuando así lo juzguen conveniente, según su
distribución del tiempo. El corte es efectuado por el hogar: y la siembra exclusivamente
por los hombres. Comprende aproximadamente doce a veinte meses, tiempo durante el
cual maduran los vástagos; estos son cuidados por las mujeres. Una vez en

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producción, los campos son cosechados y mantenidos por cada uno de los "hogares"
durante el tiempo de permanencia en la vivienda, de diez a quince años según las
calidades del suelo.

Las normas referentes a la inversión de tiempo en un cultivo de la yuca, así como


las vinculadas a la roturación de los campos y siembra como actividades masculina y,
cosecha y conservación como labores femeninas, hacen que necesariamente subsistan
el hacha, el machete y el cuchillo como elementos imprescindibles para la apertura de
un nuevo asentamiento. La división social del trabajo se hace con base en el sexo: a los
hombres les corresponden las actividades de caza; las mujeres se especializan en el
mantenimiento de los cultivos y en las labores domésticas, ellas asumen la tarea del
cuidado de los campos de cultivo (yuca, ñame, ají, etc.).

En tiempo seco se realizan todas las actividades intercomunales como la caza y


la pesca en tupia ya que la época de lluvias afecta negativamente las poblaciones
acuáticas por el alto nivel de los ríos, las crecientes arrastran materias vegetales y lodo
que enturbian el agua e imposibilitan la práctica de los sistemas tradicionales de pesca
Barí. Las técnicas de arpón y chuzo requieren de una buena visibilidad. La abundancia
de caza teniendo en cuenta los ciclos de apareamiento de las diferentes especies, tiene
mucho que ver con la abundancia de la vegetación necesaria para su subsistencia.

Si los Barí preservan ciertas zonas selváticas lo hacen con la intención de


garantizar la reproducción del ciclo biológico animal o vegetal, más que por la aparente
imposibilidad de acceder a estos lugares. La reunión de individuos en un asentamiento
y la formalización del vínculo social dependen de los elementos de subsistencia
reservados con anterioridad durante todo el año. La pesca vincula ya no solamente un
aspecto doméstico que se pudiera considerar como una división primaria del trabajo
sino que además de esto reúne socialmente (ritual y ceremonialmente) a grupos
amplios, más allá de un territorio local. Manteniendo también una estructura corporativa
se usa principalmente el arpón y el barbasco.

Vida Barí.

La vida diaria en el bohío transcurre entre la conjugación de las diversas tareas y


el consumo de los alimentos en dos momentos principales: en la mañana y al atardecer.

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En efecto, el Barí muy temprano, con la alborada sale del bohío en busca de la presa
en una primera faena corta de caza, el recorrido es breve: dos o tres horas en ir y
volver. Esta incursión responde a comportamientos bien conocidos por los Barí, de los
hábitos diurnos de los pequeños mamíferos que pasan la noche en sus cuevas e inician
el día en búsqueda de agua y hierba fresca que localizan precisamente en sus huertas
o en caños vecinos a donde acuden estos en su espera. Al regresar al bohío con sus
presas, se disponen a la primera comida.

La mujer arregla la "mesa". En una esterilla puesta sobre el suelo, en el ámbito


de los dormitorios, junto a la "ventanilla", sentados en forma circular se consume la
primera comida que consiste básicamente en carne y pescado, yuca y plátanos.
Después de comer el indígena sale de nuevo a continuar sus actividades hasta la caída
del sol, entonces regresará de la cacería o de la pesca o de las faenas agrícolas y será
el momento para la comida principal. La mujer Barí ahumará las carnes o el pescado,
hierve las raíces y tallos. Hacen muy poco uso de sal, azúcar y aceite. A la hora de
comer toda la familia disfruta del calor del fuego alrededor del "hogar" situado en el
centro del bohío.

La dieta del Barí está compuesta de raíces y distintas frutas o cosechas de


cultivos como el plátano, la yuca, la piña, la caña de azúcar, papa, el ñame, el platanillo,
la auyama. Los productos de origen animal son: piojos, larvas, coleópteros, miel, loros,
pavas, pajuiles, guácharos, tucanes, palomas, monos, lapas, chigüiros, váquiros, etc.
En algunas comunidades, sobre todo las que están ubicadas al interior de la selva del
Catatumbo, las necesidades de consumo y comercio son menores así como las
presiones con este fin, seguramente por gozar de un mayor número de supervivencias
culturales determinadas ante todo por la existencia del bohío y, sobre todo, por la
posibilidad de desarrollar sus actividades cotidianas en su hábitat tradicional de selva.

Los centros de comercio y acopio están situados a más de dos días de camino,
la escasa y pobre vida campesina de sus alrededores aún no está totalmente en
contradicción con la vida tradicional de los Barí. No obstante, poco a poco se han ido
interesando por el cultivo comercial o la cría de animales. Es usual que los más jóvenes
las hayan asimilado en sus idas y venidas de una finca a otra donde eventualmente se
alquilan por un salario y van a repetirlo en sus zonas de selva, lo cual conlleva el

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inconveniente de permitir el acercamiento de la vida campesina y el asentamiento de
colonos en sus cercanías, con la consiguiente pérdida de territorios de caza.

Es de gran interés observar cómo algunos indígenas, sobre todo en los de mayor
edad, pero también algunos jóvenes prefieren continuar su vida tradicional sin mostrar
interés por el circulante, ni por el tipo de trabajo que ofrece paga. El “blanco” juzga esta
actitud como resultado de la pereza, máxime si permanece en el bohío elaborando
flechas o descansando de sus faenas de caza. En estas condiciones el indígena
desarrolla su vida tradicional de auto-subsistencia, privándose de artículos de consumo
como pilas, ropas, aceite o sal, continuando sus hábitos ancestrales.

Los Barí mantienen entre sí relaciones cordiales y un trato afable y cariñoso. La


vida se desarrolla al interior de las familias, en íntimo intercambio de padres e hijos, y
entre los grupos de parientes y de aliados que se ubican en un bohío. Cuando las
familias se aíslan en casas unifamiliares agrupadas o dispersas, la vida social del Barí
se empobrece y es posible que su actitud de alegría espontánea o extrovertida se
convierta en melancólica y solitaria, similar a la del “blanco”.

En el contexto de su vida social cada niño Barí es recibido al nacer por la abuela,
por la madre de la madre o una "hermana" de ella, generalmente ya de edad. El parto
se produce en cuclillas, junto a una fuente de agua muy cerca del asentamiento. Una
vez culminado el nacimiento la madre regresa a la casa y se acuesta en la hamaca.
Hasta los cinco años el individuo puede o no poseer nombre o este puede o no ser
extensivo hasta la iniciación como adulto. Este nombre es transitorio y tiene extensivo
hasta la iniciación como adulto.

Este nombre es transitorio y tiene su significación muy a menudo en parte de


algún animal o planta, por ejemplo, cabeza, oreja, nariz, ano, etc. Quizá provenga esta
costumbre para identificar un comportamiento curioso en el niño; hasta la edad que
conservan este nombre los individuos varones no tienen derecho de elaborar flechas. El
rito de iniciación básico a la edad adulta consiste en la entrega del taparrabo y la
facultad de confeccionar flechas para realizar pactos.

La socialización del individuo en conclusión tiene tres fases fundamentales, a


saber: pertenencia al hogar de orientación; durante dicha pertenencia en el tiempo de la

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niñez, existan o no sus padres, el individuo 55 varón o hembra es asumido como hijo de
todos los adultos, "hermanos" de éstos o sus aliados en el caso de las mujeres. Este
fenómeno garantiza la supervivencia de los menores.

Cuando llega a adulto, el joven viaja a donde algún familiar en un bohío lejano
donde algún pariente o "hermano", en caso de no existir una relación directa y clara con
algún miembro de la casa mencionada se realiza un pacto de hermandad. Una vez allí
debe probar su habilidad ya sea como cazador o pescador y si tiene perspectivas de
recibir mujer en edad púber, accede a ella mediante un pacto de flecha llamado
okyibara, cuya ritual es desconocido por ser secreto. Una vez formado su propio hogar
este individuo proveniente de un bohío lejano puede pactar con otros de la misma
manera como lo hizo con quien le entregó su mujer.

Terminado el ciclo largo de un asentamiento se construye una nueva vivienda


con la participación de gente del antiguo bohío y de otras casas, formándose un nuevo
hogar totalmente independiente cuyo dueño es el mismo y sus aliados.

Sistema De Parentesco

Para la comprensión del sistema de parentesco de los Barí se hace necesario


precisar el carácter de sus relaciones sociales. En efecto, el sistema de parentesco se
sustenta ante todo en el reconocimiento interior de las relaciones de consanguinidad /
afinidad, fundamentalmente. La filiación tiene un alcance limitado a solo tres
generaciones, mientras que la descendencia es inexistente por carecer de un sistema
de linajes o clanes en cuyo interior, fuese necesario hacer referencia a un antepasado
común.

Los Barí se organizan como comunidades locales que desarrollan relaciones de


parentesco referidas al grupo residencial. Los individuos se reconocen a través de dos
categorías referidas a relaciones de consanguinidad (SAGDOYIRA) y de afinidad o
intercambio de mujeres (OBYIBARA) Al interior de estos grupos locales hay también
relaciones ficticias de parentesco o de hermandad fundadas en los pactos entre
guerreros o cazadores, cuyo efecto es la creación de vínculos equivalentes a los de
consanguinidad.

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Existe además una extensión de la categoría de hermandad a los individuos que
por alguna circunstancia pierden a sus padres y por ende su referente de parentesco,
circunstancia que obliga a ser adoptados sin mediar lazos de sangre. A partir de estas
características, los miembros de una comunidad local se dividen en dos categorías: los
SAGDOYIRA, quienes son asimilados a hermanos en cuyo interior es prohibida la
cohabitación sexual y comprende los consanguíneos inmediatos (padre, madre,
hermanos, 98 hermanas e hijos).

Los OBYIBARA, comprende los afines, esto es, aquellos entre quienes se han
cedido o recibido mujeres. De esta manera se reconocen entre sí como aliados. Si dos
grupos cambian mujeres, el aliado de un aliado es un pariente, así como el pariente de
un pariente; el pariente de un aliado es un aliado, lo mismo que el aliado de un pariente.

De lo anterior se deduce que la función de las categorías está encaminada a


intercambiar individuos que permitan reproducir un grupo local, más que a especificar
su descendencia. De esta manera la utilización de esas categorías entre los individuos
puede circunscribirse al tiempo en que las personas constituyen un grupo local.

LA EDUCACIÓN PARA EL PUEBLO BARÍ

Sabaseba entregó la sabiduría a los Saddou, los ancianos, por eso ellos
transmiten oralmente el pensamiento propio de la cultura Barí, de generación en
generación, a hijos, nietos y en general a la comunidad. Este proceso es la columna
vertebral de la educación Barí. Por ello, para el pueblo Barí los primeros y más
venerados maestros son los ancianos, más que los padres y los profesores son los
verdaderos guías que les trasmiten a las nuevas generaciones, la sabiduría ancestral
de la cultura Barí.

Se sientan en el bohío durante horas los Saddou o se los llevan en largas


caminatas a sitios sagrados durante la noche y les hablan de Sabaseba, del Espíritu de
los Ojos limpios, del encuentro con los seres del más allá, sus historias, su cultura. Son
ellos, los ancianos, los que les enseñan el manejo del arco y la flecha, las estrategias
de caza y peca, para que sirven las plantas y los secretos que encierra la naturaleza,
los que se comunican con los espíritus y saben cuándo es el momento preciso para
sembrar, cazar y realizar las distintas actividades de la vida Barí.

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Las ancianas se llevan a las niñas a las chagras, los lugares de cultivo, y
mientras arrancan la yuca o bajan el plátano les enseñan a través de historias normas
de comportamiento y el mundo de la mujer Barí. También son los encargados de
inculcarles el respeto entre ellos mismos, a la familia, a sus tradiciones, a la mujer, a los
animales, a los ríos y a la naturaleza. Dicen los ancianos Barí que: para conocerse
verdaderamente como persona lo primero que hay que reconocer son los errores, es
por eso que ellos en su ancestral sabiduría le muestran a niños y jóvenes los errores
que cometen sin juzgarlos porque no se consideran las personas indicadas para eso si
no para guiarlos a ser mejores.

El pueblo Barí sabe que debe prepararse, que debe seguir aprendiendo y
capacitándose, para poder, no solo vivir en armonía con el mundo occidental, sino para
mejorar la calidad de vida de su gente. Desde una educación cultural de característica
oral, donde los padres, caciques y sadojis instruyen a los niños y jóvenes en el arte de
sobrevivir y convivir en y con la selva, enriquecida por normas y principios morales de
respeto, destreza competitiva, compromiso con la naturaleza y prohibiciones, donde no
hay juez ni castigo, donde la naturaleza y sus espíritus son los encargados de
sancionar al Barí que obre mal.

Los procesos pedagógicos de la población Barí se basan en la educación propia,


la cual es permanente y evidencia un aprendizaje directo y natural porque construyen
conocimientos gracias a las experiencias del día a día, las que se dan dentro de su
propia cultura y de manera comunitaria. Sin embargo, aspiran a desarrollar modelos
educativos que puedan equipararse al del mundo occidental pero dentro de su sentir y
pensar, de su visión del mundo y a la vista de sus propias necesidades y
fundamentalmente para recuperar y defender su cultura, poniendo siempre por delante
sus valores, sus creencias, su forma de pensar y de vivir, la conciencia de su territorio y
su historia.

Hoy, el reto para los Barí, es encontrar el equilibrio entre un mundo globalizado,
occidentalizado y el Barí. Las nuevas generaciones de los Barí tiene alguna formación
en el sistema de educación formal de la sociedad blanca, además, los procesos
misioneros están acompañados de su amplio espacio para la labor de enseñanza en las
nuevas creencias y valores, cambiando los antiguos collares de caninos silvestres que

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portan los niños para llegar a ser buenos cazadores, por medallas de la virgen, realizan
oficios religiosos, disponen casamientos y catequizan en especial a los niños. En
Catalaura tienen escuela diurna con cartillas bilingües y salones de clase, así como
instrucción para adultos.

LA LENGUA BARÍ

El pueblo Barí es consciente de su deber de prepararse para poder afrontar los


cambios y los retos que cada día le propone la sociedad y sobre todo para defender su
cultura, es por eso que intentan traspasar la frontera de la transmisión de conocimientos
de manera oral a la lectoescritura, donde no solo hablen, escriban y lean en español
sino también en Baríara, su lengua materna, gracias a ella su cultura ha sido
transmitida por sus ancestros y las generaciones actuales la podrán seguir
transmitiendo.

El Baríara existe de forma oral pues hasta ahora se están realizando los estudios
para poder identificar con claridad las vocales y consonantes propias para su adecuada
escritura. En este momento se está tratando de escribir como se pronuncia. Por ello, el
eje transversal de la educación Barí es el territorio y el lenguaje, ellos saben que sin
territorio y sin su lengua materna, el Baríara, no son nada, la tierra es la que les da todo
y su lengua les permite ser Barí.

De éste eje transversal se derivan todos los otros, cultura, autonomía,


espiritualidad, interculturalidad, habilidades comunicativas y gobernabilidad. Respecto
al manejo del español podemos observar tres niveles en el manejo del idioma: primero
el de las gentes de más edad, quienes utilizan menos el español, algunos lo
desconocen por completo; siguen los jóvenes quienes en permanente contacto con
colonos y comerciantes han logrado una jerga sui generis gracias a la cual mantienen
una conversación más o menos ágil. Un tercer grupo está constituido por los niños y
adolescentes o jóvenes que han recibido educación formal; muchos de ellos han
adquirido un nivel de comprensión mucho mayor conceptualmente, mayor facilidad de
expresión dado el manejo del léxico y de la sintaxis del idioma español; son, por lo
mismo, los más aculturados del grupo.

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VIVIENDA BARÍ

Su cultura es una de las más organizadas. Esto se puede apreciar hasta en la


organización de su vivienda o bohío, como le llaman. Generalmente es un sitio de unos
nueve metros cuadrados sobre el cual colocan esteras. Luego, en sentido vertical
ascendente, colocan las hamacas o chinchorros, siendo la más cercana al suelo la del
jefe del hogar, y hacia arriba las hamacas de los hijos solteros, dando la apariencia de
un camarote de varios pisos.

El área central del bohío está ocupada por los fogones y es el principal centro de
reunión de las mujeres, vedado para los hombres. Ellos solo pueden circular en donde
se encuentran las hamacas y las flechas. La distribución interior del bohío, que es
núcleo sociopolítico, responde a las reglas de organización social. El jefe del bohío es el
ñatubai, el segundo es el abyiyibai, el tercero el ibaibaibai y ocupan en orden el bohío a
partir de la izquierda de la puerta de entrada. Para cada Barí, los otros Barí conocidos
son parientes o aliados. Los matrimonios se establecen entre aliados y son prohibidos
entre parientes.

En el bohío se busca que cada familia se ubique de manera que los vecinos sean
aliados del hombre y parientes de la mujer. Los extranjeros son recibidos como
parientes. Tendencias en sus viviendas: son variadas, se distinguen las nucleadas,
donde una familia vive su mundo como que estuviera con todos pero igualmente solos;
técnicas artesanales en sus construcciones con utilización de palma en sus cubiertas y
rodeadas en madera en formas aserradas sobre piso en tierra regularmente. Las hay
con piso en cemento requemado, con cerramiento en tabla y cubierta en zinc; dos
espacios la conforman y uno de ellos para la pareja con sus hijos si los tienen.

Pero también se construyen viviendas como si estuviéramos en un poblado en


forma de medianeras y con materiales diferentes que necesitan cemento para su
armazón; cuando existen los poblados, referidos estos al pensamiento de los blancos,
ya encontramos estos mismos significados de la influencia, espacios cerrados, sin
posibilidad de ventilación y adiciones de otras áreas que desdicen de sus costumbres
ancestrales. La construcción con características simbólicas va desapareciendo, el tejido

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de la hoja de palma, la hechura de nudos para el amarre de las vigas, asimismo la
colocación de los maderos iníciales con sus respectivos significantes se desvanece.

Algo sumamente importante, la necesidad de sus baterías sanitarias muy cerca


de sus viviendas o dentro de ellas, se viene presentando; pensar en construir nuevas
formas de casas debe tener claro este fundamento de su aseo, pues involucra sus
creencias y su respeto por sus principios simbólicos. No va a ser fácil acometer una
nueva propuesta hasta que no esté claro lo de su cosmogonía y su persistencia
ancestral. Las comunidades donde se utiliza el espacio abierto de la espesura del
bosque para realizar sus necesidades Familia Barí dentro del Bohío 89 higiénicas o la
cercanía del rio para manifestar su relación directa con el agua posibilitan continuación
con sus ritos y no ruptura.

Los Barí han desarrollado un comportamiento adecuado a esta condición que les
permite vivir entre sí, hombres, mujeres y niños con total respeto a su status y con la
independencia a que cada familia tiene derecho. La ubicación dentro de la casa
responde al siguiente orden: el Ñatubai con su familia ocupa el primer sitio, a la
izquierda de la puerta de entrada; el segundo, ibaibaibai, se sitúa de primero a la
derecha; el tercero, abyiyibai, al lado del ñatubai, seguidamente las demás familias,
según la distribución ordenada por el Ñatubai.

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CONCLUSIÓN

La población Barí a lo largo de la presencia ancestral en nuestra geografía


venezolana, han fundamentado su sustento económico primordial sobre la base de la
Familia- Tierra- Trabajo, lo que han sabida aplicar y dinamizar en el tiempo y espacio
sin producir daños sustanciales de los recursos de los medios ambientales del territorio
nacional que ocupan, dentro de este contexto tenemos como caso representativo, y a la
vez preocupante, a la comunidad indígena Barí que se ubica en la Sierra de Perijá en el
estado de Zulia.

En la actualidad la etnia Barí se ha visto obligada a cambiar los patrones en su


dinámica socioeconómica y política lo que podría traer como consecuencia la pérdida
definitiva de una cultura o idiosincrasia por que el indígena al ser atraído por nuestra
sociedad no trata de desarraigar de su modo de vida imponiéndoles sus patrones
culturales; esto se visualiza al hacerlo dejar sus bohíos por viviendas unifamiliares
originando cambios en la forma comunal de realizar el trabajo, en el sistema de
subsistencia que pasa a ser de tipo comercial, en la pérdida de las figuras políticas del
Ñatobay y Duashina, y en toda la estructura social al transformarse en el grupo del
fogón en familias nucleares.

Los Barí son un pueblo con una cultura en la que las relaciones interpersonales
alcanzaron un equilibrio excepcional entre lo individual y lo comunitario. Son el pueblo
de la rectitud ética, la armonía con a madre tierra y las sonrisas. Este pueblo
excepcional está amenazado.

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BIBLIOGRAFÍA

PÁEZ, DAVID Y COL. 2009. “MUNDO BARÍ Un pueblo que se niega a desaparecer”.
Colección particular de Escena Cero Televisión. www.escenacerotv.com

HERNÁNDEZ JOSÉ, 2011. “La familia Barí”. Tesis doctoral. UNIVERSIDAD DE


SALAMANCA. Programa de Doctorado Interuniversitario en Antropología de
Iberoamérica. España.

PLAN BASICO DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL. MUNICIPIO DE TIBU. LA ETNIA


BARI DENTRO DE EL CONTEXTO DEL PLAN BASICO DEL ORDENAMIENTO
TERRITORIAL. Disponible en http://cdim.esap.edu.co/bancomedios/documentos
%20pdf/medio_ambiente_tib%C3%BA_(77_pag_225_kb).pdf. Consultado el
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VELÁSQUEZ, RONNY. 2014 “Literatura Barí, Una Lengua De Origen Chibcha”..


Universidad Central de Venezuela. Caracas, Venezuela.

ASOCBARI – CECOIN – OXFAM. 2009. “Informe final sobre territorio tradicional del
Pueblo Indígena Bari, Región del Catatumbo, Norte de Santander”. Colombia.

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