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Los cefalópodos (Cephalopoda, del griego κεφαλή (kephalé), "cabeza" y ποδός

(podós), "pie" → pies en la cabeza) son una clase de invertebrados marinos dentro
del filo de los moluscos. Existen unas 700 especies,1 comúnmente llamados pulpos,
calamares, sepias y nautilos. Todos pertenecen a la subclase coleoidea, a excepción
del nautilos, perteneciente a la subclase Nautilina.

Índice
1 Características
2 Evolución
3 Taxonomía
4 Gastronomía
5 Referencias
6 Enlaces externos
Características
En los cefalópodos el pie característico de los moluscos aparece junto a la cabeza,
diversificado en varios apéndices, desde 8 en los pulpos hasta los 90 que pueden
tener los nautilos. En este último no existen ventosas en los tentáculos. Algunos
de estos apéndices (en coloideos) se han modificado en estructuras reproductivas
llamadas ectocótilos y espádices, que cumplen el rol de introducir espermatóforos
(sacos llenos de esperma) en la cavidad paleal de la hembra.

En la masa bucal cuentan con una estructura propia de este grupo conocida como pico
de loro, que son un par de fuertes mandíbulas con forma de pico que utilizan para
desgarrar las presas para que después sean procesados por la rádula.2 La concha
tiende a reducirse, hacerse interna o desaparecer, según la especie. Cuando tienen
una concha bien desarrollada, está dividida en cámaras separadas por septos y el
animal habita la última cámara (la más reciente). En los coloideos, cuando existe,
es interna y se divide en 3 zonas; desde la región caudal a la cefálica estas son
rostro, fragmocono (tabicado) y proóstraco, cada uno con desarrollo variable en
cada grupo. En nautiloideos es externa, planoespiral y tabicada en su totalidad.

Las jibias o sepias, junto a los nautilos, siguen el mismo sistema natatorio que
sus antepasados, llenando de gas ciertas partes de su concha para flotar. Los
calamares nadan por medio de la flotación dinámica, similar a los tiburones, con
una propulsión a reacción de agua muy afinada. El resto de cefalópodos que viven
alejados de la superficie desarrollaron un sistema químico de flotación, llenando
de compuestos amoniacales o aceites los espacios de su cuerpo; al ser éstas
sustancias menos densas que el agua, flotan.

Los cefalópodos poseen células pigmentarias sobre el manto llamadas cromatóforos.


Dichas células poseen pigmentos que se expanden o condensan a voluntad por medio de
una contracción muscular controlada por el sistema nervioso. De esta manera pueden
cambiar de color en cuestión de segundos para mimetizarse con el espacio
circundante y pasar inadvertidos. También usan esta capacidad para comunicarse
entre ellos por medio de su coloración y gracias a su aguda visión.

Poseen un complejo sistema nervioso, con unos ganglios alrededor del esófago que
forman un auténtico cerebro. El cerebro se encuentra dividido en dos porciones,
llamadas masa supraesofágica y masa subesofágica según su posición respecto al
esófago, aunque ambas partes están unidas por conectivos. Un rasgo particular y
exclusivo de los cefalópodos es que el cerebro se encuentra rodeado por una masa o
caja cartilaginosa en un "intento" evolutivo de formar un cráneo. Muchos
cefalópodos tienen comportamientos de huida rápidos que dependen de un sistema de
fibras nerviosas motoras gigantes que controlan las contracciones potentes y
sincrónicas de los músculos del manto, lo que permite la salida a presión del agua
de la cavidad paleal. El centro de coordinación de este sistema es un par de
neuronas gigantes de primer orden (formadas por la fusión de ganglios viscerales)
que dan a neuronas gigantes de segundo orden, y estas se extienden hasta un par de
grandes ganglios estrellados. De estos ganglios estrellados unas neuronas gigantes
de tercer orden inervan las fibras musculares circulares del manto. Neurólogos de
todo el mundo han experimentado con pulpos a lo largo del siglo XX y se ha
detectado en ellos una inteligencia superior a cualquier otro invertebrado; son
capaces de encontrar la salida de un laberinto, abrir botes e incluso aprender
comportamientos de sus congéneres.

El ojo de los cefalópodos es un órgano análogo al de los vertebrados, de distinto


origen evolutivo y embrionario, pero por convergencia ambos son muy parecidos. Los
cefalópodos poseen el ojo más desarrollado de todos los invertebrados e incluso
rivalizan con el de los vertebrados.

Tienen un cuerpo musculoso y flexible, propiedad que se intensifica en los pulpos,


los cuales son capaces de esconderse en espacios 10 veces más pequeños que su
cuerpo.

Poseen oído a bajas frecuencias, como los mamíferos marinos, que les permite
localizar a sus depredadores más allá de su campo visual.

Segregan un líquido negruzco, la tinta, con la que enturbian el agua con objeto de
ocultarse. La tinta es un pigmento que se almacena en la bolsa de la tinta situada
encima del recto y puede ser expulsado a través del sifón.

Poseen un sistema circulatorio cerrado con una densa red de capilares. Poseen un
corazón sistémico para la sangre que lleva oxígeno de las branquias al resto del
cuerpo y dos corazones branquiales que aportan mayor presión a la circulación, a la
entrada de la sangre en las branquias. Su sangre contiene hemocianina disuelta.3

En el metabolismo de este grupo es destacable la importancia de la obtención de


energía a partir de la metabolización de proteínas, lo que no es una gran ventaja
evolutiva frente a otros grupos de su entorno como los peces, que oxidan las grasas
de su tejido adiposo. Aun así esto parece ser es una de las características que les
ha permitido conquistar hábitats tan exclusivos como son las grandes profundidades,
donde a ejemplares de gran tamaño son predados por calderones, zifios y cachalotes.
También esta característica metabólica está relacionada con las propiedades
nutritivas cuando es de este grupo es utilizado en alimentación humana: bajo
contenido graso, alto contenido proteico, y en ocasiones sabor amoniacal

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