Está en la página 1de 5

Bar Lozano Pato / Sefarad

LA CONSTRUCCIÓN DEL 
TEMPLO.·. 
La fuerza espiritual
 
Por el Q.H. Bar Lozano Pato 
SEFARAD 
2 de Adar de 5.768 de la V.L. 
 
¿Qué es lo que caracteriza a un Templo
masónico?. ¿Lo que se encuentra dentro?. ¿El
Rito que practican los Hermanos?. ¿O la intención
con la que se construye?.

La construcción del Templo.·. no tiene como fin


último que el G.A.D.U. habite en él. Sino que éste
sea el motivo, para que Él habite entre todos los
obreros del pueblo masónico, cuando somos
capaces de entregarnos a nosotros mismos como
ofrenda en la construcción, dando todo lo sagrado
que llevamos dentro del corazón.
 
 
Dedicado:
A Cadena Fraternal, espacio masónico dirigido
por el M:. R:. H:. José Schlosser.
 
 

Bar Lozano Pato / Sefarad

A:.L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.
S:.F:.U:. L..I:.F:.

V:. M:.
QQ:.HH:. I:. y II:. VV:.
QQ:.HH:. todos:

LA CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO 
(La presente plancha es la segunda parte, de otra anterior sobre la Egrégora Masónica. Con el 
agradecimiento a mi querido Maestro y amigo el Q.V.H. Bernardo Miller, P.·.M.·.I.·. de la Logia La 
Esperanza Nº 72 de los VV.·. de Haifa. Oriente de Israel.) 

Nos encontramos, de forma cotidiana, rodeados de


multitudes, de apariencias, de la opulencia de lo trivial
y ficticio y, sin embargo existe la paradoja de tener
que acudir a nuestro simbólico desierto personal de la
soledad, para aprender a ser libres.

Desde el silencio y la meditación, el masón recobra


una nueva dimensión cuando comprende que
tallamos nuestra piedra bruta desde la individualidad,
con la finalidad de integración, de proyectarnos dentro
de la Orden y pasar a formar parte del todo en la
construcción del Taller.·. para transmutarnos de
piedra bruta a cúbica y, a su vez, en obra sagrada y
templo masónico.

Y, llega el momento de construir el Templo, que es el


santuario masónico en donde confluyen todas las
fuerzas cósmicas del universo, el lugar en el que se
van a posar el V.·. de la L.·.S.·. y las herramientas mágicas de la Escuadra.·. y el
Compás.·. bajo la omnipresencia del G.·.A.·.D.·.U.·.

Con un canto corto al rey David, con el salmo 133, muchos talleres comienzan la
construcción de la fantástica Obra:

Mirad cuan bueno y cuan delicioso es habitar los HH.·. juntos en armonía.
Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba.
La barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras.
Como el rocío del Hermón, que desciende sobre los montes de Sión.
Porque allí envía Jehová, bendición y vida eterna.

‫ שבת אחים גם יחד‬,‫מה טוב ומה נעים‬

Página 2 de 5
 

Bar Lozano Pato / Sefarad

Un solo versículo y, un sin fin de enseñanzas para compartir, todos los Hermanos
juntos en armonía.

Por tanto, el Templo.·. es el santuario que el masón construye cada día, con sus
Hermanos, al Amor y a la fraternidad y, tal tarea la efectuamos con lo que cada uno
aporta. No es una obra de unos pocos, no es un edificio para los dignatarios, ni
para 7 ni para 9 elegidos Maestros, sino es de todos los obreros, porque cada uno
de los Hermanos aporta su ofrenda.

La diferencia, entre la contribución necesaria que se impone y una ofrenda, es el


resultado que deviene de lo que se da. De un impuesto resultan las obras públicas,
edificaciones inertes, sin vibración. De la ofrenda genuina de cada uno, se obtiene
un santuario a la fraternidad y a la Paz.

La pregunta, que podemos hacernos, es: ¿Qué es lo que caracteriza a un Templo


masónico?. ¿Lo que se encuentra dentro?. ¿Lo que hacen allí adentro los
Hermanos?. ¿O la intención con la que se construyó?.

Y bien podemos pensar que esa estructura, con sus dos


simbólicas columnas a la entrada, con un Ara, con el Delta
flanqueado por el Sol y La Luna, el candelabro con otras luces
estratégicamente plantadas, así como el perfume del sándalo
encendido o las herramientas propias de cada grado… no tienen santidad por sí
mismos: Pues no es el material, ni la magnitud ni las dimensiones(1), ni siquiera la
función de todas esas herramientas, es la que los hace mágicos o sagrados para el
masón, sino que es la egrégora(2) o fuerza espiritual que emana al unísono de
todos los Hermanos la que “consagra” la obra iniciada, y la transforma en santuario
y Templo.·.

El Templo masónico es santuario, cuando hay masones que deciden ofrendar, no lo


que se les impone, sino lo que “su corazón los motiva”, lo que su conciencia les
dicta, lo que su alma percibe que debe ser entregado. Y no es obligatorio, no se les
quita, sino que se les pide ofrenda -trumá- que en ivrit, tiene la raíz de la palabra

1
Nuestro simbólico Templo, es un cuadrilongo, largo de Oriente a Occidente, ancho de Norte a Sur,
que se eleva desde el centro de la Tierra hasta el Cielo; diseño que lo hace único, sin igual entre
todos los templos construidos por el hombre a lo largo de su existencia, en los que ejercita el
engrandecimiento espiritual, el respeto al Gran Arquitecto del Universo, el estudio de las filosofías, el
desarrollo de la ciencias, el cultivo de las virtudes, entre ellas la Verdad y la Justicia, así como la
lucha contra la ignorancia y la superchería.

2
El Egregor (del griego ἐγρήγοροι (egrḗgoroi), significa velar) o Egrégora Masónica como
percepción etérea, es real y debe ser comprendida como el resultante de la magia espiritual, la
emocionalidad y mentalidad humanas guiadas por el ritual, que se genera a partir del momento en
que el V.M. declara que la logia está debidamente constituida y comienza la emanación de la
energía colectiva de todos los HH.·. Una vez formada y, hasta que se deshaga por el cierre del
templo, actuará como ente recepcionador de energías espirituales, supliendo los desgastes físicos y
mentales de los presentes y transmutando a todos los que participan de la apertura de los trabajos,
en órganos luminosos de recepción y transmisión armoniosa de amor, verdad, paz y justicia en
todos los planos en que actuará ese "cuerpo místico".

Página 3 de 5
 

Bar Lozano Pato / Sefarad

“leharim”, elevarse. Es una ofrenda que aporta a la construcción pero que


fundamentalmente hace crecer a quien la entrega y lo hace mirar desde una altura
diferente, ayudándolo al crecimiento interior que pule la piedra bruta.

Por eso no es casual que ni el trazado ni el diseño de nuestro Templo, que lo hace
tan excepcional porque no es inerte con sus muros y cubierta, puertas y divisiones,
sino que tiene la vida y el movimiento del cosmos, cambiante día a día, y
configurado para captar la ofrenda que el Universo nos da por medio de la Luz.

Y quizás, así se define el concepto de Trumá -ofrenda-. Es algo que se da, de


acuerdo con lo que dicta el corazón, que cuando uno lo entrega, lo recibe para sí, lo
cosecha, en el mismo instante que entregó la semilla… El donante se hace receptor
de su propia acción. La capacidad de dar nos hace crecer. La voluntad de ofrendar
hace que lo que sale de nuestros corazones se convierta en santuario, por el
espíritu del que provinieron los recursos para poder hacerlo.

Pensemos ahora en nuestra propia piedra bruta y


en nuestras limitadas construcciones en soledad.
Y revisemos si aportamos obligaciones o si
ofrendamos de nuestro corazón. Pensemos qué
lugar le damos a lo más sagrado de nuestras
vidas y cuánto alimentamos y cuidamos ese
lugar. Volvamos a nosotros mismos para
descubrir si cuando damos nos quedamos vacíos
o percibimos en ese instante que se nos duplican
nuestros haberes. ¿En qué moneda de cambio
pensamos? ¿Somos de los que construimos en
soledad o de los que se enriquecen con el aporte
de otros?.

El desierto, de nuestra simbólica soledad de


conciencia individual, no es el lugar más propicio
para levantar el Templo.·. Sin embargo no es la
ubicación geográfica, temporal o psicológica lo
que hace más o menos viable la construcción de un santuario. Sino la voluntad y la
fe de querer hacer algo con el aporte de cada uno.

También podríamos decir lo mismo, cambiando la palabra Templo.·., por la palabra


“comunidad” como el conjunto y la totalidad de los Obreros de un Taller.

¿Acaso no es la comunidad masónica, una oportunidad para volver a construir lo


sagrado entre todos? Cada uno, con lo que tiene para ofrendar de corazón. Sin
reparar si es el mejor momento o el mejor lugar, sino dejando fluir las ganas de ser,
de crecer, de participar y de crear el Arte Real.

La construcción del Templo.·. no tiene como fin último que el G.A.D.U. habite en él.
Sino que éste sea el motivo, para que D’s habite entre todos los obreros del pueblo
masónico, cuando se traen a sí mismos como ofrenda en la construcción de lo que

Página 4 de 5
 

Bar Lozano Pato / Sefarad

los hace sagrados a ellos mismos: La entrega del corazón, el dar entre todos. La
Luz habitará entre nosotros cuando estemos juntos en armonía, como el buen
óleo(3) sobre la cabeza, como el rocío del Hermón(4), cuando demos de nosotros
mismos lo mejor, cuando lo hagamos con el alma, cuando nos enfrentemos a las
dificultades y seamos capaces de construir incluso, a pesar de los obstáculos, en
mitad del desierto.

Gracias, por vuestra atención. Salud, Fuerza y Unión.


Bar Lozano Pato
Murcia, a 2 de Adar de 5.768 de la V.L.
i

Notas bibliográficas: Eliphas Lévi, en Le Grand Arcane ("The Great Mystery", 1868) identifica 
"egregors"  (sic)  con  la  tradición  acerca  de  los  padres  de  los  Nephilim,  describiéndolos  como 
"seres terribles" que "nos aplastan sin la compasión porque ellos son inconscientes de nuestra 
existencia. Los  Nefilim  (en  hebreo  ‫הנּפלים‬,  "los  caídos")  o  Nephilim  son,  en  la  Biblia  y  otros 
escritos religiosos, un pueblo de gigantes o titanes hijos de los "hijos de Dios" (‫ינב‬ ‫םיהלאה‬, bnei 
ha'elohim) y las "hijas del hombre" (banot ha'adam) (Génesis 6:1‐4). 

3
El aceite de la unción, era derramado sobre la cabeza del sumo sacerdote (Ex. 29:7) y bajaba por
las patillas hasta la barba –larga-, que era una señal de gran dignidad en el Oriente. Como la barba
llegaba hasta la escotadura de sus vestiduras sacerdotales, el óleo impregnaba la barba y
alcanzaba las doce piedras, símbolo de las doce tribus de Israel, del pectoral del sumo sacerdote.
De manera semejante, las bendiciones de toda clase, resultantes de la centralidad de Sión como
morada especial del Señor, sólo podían extenderse a quienes viviesen en unidad y armonía
fraternas.
4
El rocío es emblema de bendiciones divinas por bajar del cielo sin ruido alguno. Aquí, el pueblo
de Israel, venido de todas las tribus y reunido densamente en torno al templo de Sión, es como las
innumerables gotas de rocío que cubre los montes, y su concordia en la multiforme cantidad es
condición y causa de prosperidades materiales, nacionales y religiosas, como don del cielo. El
Monte Hermón (‫ןומרח רה‬, Har Hermon en las coordenadas 33°24′N, 35°51′E) es una montaña que se
yergue hasta los 2.814 m (9.230 pies) sobre el nivel del mar y se halla a unos 300 kms de
Jerusalén, por lo que el descenso de su rocío sobre las alturas de Sión es una imagen poética para
designar los beneficios del rocío sobre el suelo de Israel.

Página 5 de 5

También podría gustarte