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UNA SOLUCIÓN INESPERADA

Era el año 5,713, la humanidad había evolucionado y junto a ella una nueva raza de seres
perfectos, los robots. Un científico llamado Jack, había creado una raza de seres fuertes,
rápidos, eficaces, capaces de realizar cualquier tarea imposible para un ser humano. En
cierta tarde, estos robots se habían vuelto locos, a tal punto de eliminar a su creador. Su
creador, desde luego, trato de solucionar el problema, pero fue imposible, era uno contra
la capacidad de 10 hombres, capaz de leer los pensamientos e incluso controlar
movimientos.

Era un día de Mayo común y corriente, del año del 6,114 David un chico de 17 años, se
levantó por la mañana, tomo un desayuno sencillo el cual había sido preparado por uno
de los robots que el poseía, al cual solía llamar “M3J0R”, fue un código que había
inventado, con letras y números, y decía: MEJOR. –Valla, que rico sazón tienes amigo,
¡paf!... debes enseñarme tus guisos –dijo David –Claro señor, solo se debe leer códigos y
ejecutarlos en movimientos… –Eso lo entiendes mejor tu –interrumpió David- Claro señor
–contesto M3J0R. –Bueno Mejor, me voy, es un poco tarde, te dejo está lista de tareas
que tienes que hacer, las puse en código, como me lo pediste, hasta al rato.

Al llegar a su escuela preparatoria, todo iba normal, un desayuno, una salida rápida, y
demás, pero llegando a su preparatoria noto que estaba cerrada, él se preguntó la causa,
así que busco a uno de sus amigos llamado Jonathan, y al hablar con Jonathan se había
avecinado una gran tormenta de relámpagos. Ambos, sin saber lo que iba a suceder,
fueron a la plaza Mercurio, hecha de restos de planetas combatientes y enemigos.
Recorrieron la plaza, recordando antepasados y héroes galácticos. Uno de ellos, y de los
más importantes, Jack, el creador de los robots. –Mira David, el científico, menos loco que
conozco. –No seas así Jonathan, la mayoría de las cosas que hoy tenemos, se las
debemos a su crecaion –dijo David. –David, algún día, la tercera regla universal robótica,
será rota –dijo Jonathan, con acento sarcástico –Es tu palabra contra la mía.

Pasando por artefactos antiguos en la plaza, vieron una televisora que requería
electricidad, de aquellos años del 2000 – 2200, una noticia impacto su mente, la tormenta
estaba destruyendo hogares e incluso cuadras completas.

David, fue junto con Jonathan a su casa y rápidamente se escondieron pues los
reportajes dijeron que podría ser muy peligrosa e incluso mortal. Después de esconderse,
ambos revisaron entre sus cosas para ver si no olvidaban nada, agua, ropa, papeles,
dinero, etcétera. Al parecer no habían olvidado nada, supuso David, pero en realidad,
olvido algo sumamente importante, su robot. A lo largo de la tormenta, demasiados rayos
habían impactado sobre robots, el robot de David, M3J0R, estaba ordenando las tareas
que le dejo encargadas David, M3J0R fue electrocutado por un rayo, lo que provoco
cortos circuitos e hizo que la memoria se convirtiera en algo maligno, algo que podría
causar el fin de la humanidad, este suceso no solo ocurrió con el robot de David, también
había impactado sobre miles de robots que habitaban en la zona de la tormenta, los
robots, habían formado un gran ejército con electrones y circuitos impresos, cambiando
muchas de las cosas que los robots podían hacer, como usar la fuerza a distancia.

Pasó la tormenta, y en la mañana siguiente se habían reportado múltiples asesinatos


alrededor del estado. Los robots salieron a la intemperie, arrasaron con todo, automóviles,
edificios, naves, todo a su paso, e incluso tenían a su poder la plaza Mercurio, al parecer
no había vida alguna afuera en la calle, todos se escondieron en sus departamentos y
casas, pero esto fue inútil, los robots corrompieron las casas y eliminaron la vida que se
encontraba dentro de ellas. En eso despertaron David y Jonathan del profundo sueño,
rápidamente se asomaron por el balcón para ver si la tormenta se había ido, al momento
de asomarse recibieron una gran sorpresa, todo lo que parecía ser la ciudad en la que
ellos habían nacido y vivido desde niños, había sido destrozada, la ciudad era
irreconocible, nada era como ellos la recordaban, de repente un terrible golpe sonó en la
puerta, rápidamente ellos entraron a la casa y se ocultaron en una compuerta secreta que
daba hacia el subterráneo, un robot entro a la casa y busco alguna señal de vida, pero a
la vista del robot no se encontró nada. David y Jonathan salieron del cuarto y se quedaron
pasmados. Los altos edificios eran solo varillas y concreto sólido, la calle estaba partida
en dos y el cielo era color gris. Parecía que fuese de noche. Paso a paso se escuchaba el
crujido de aquellos recuerdos vagos de un día atrás. Eran ya las 12 de día y lo que
quedaba eran todos desechos y por primera vez, el cielo no era tapado por edificios y
naves. Todo era muy raro… –David ¿qué pasó aquí? –Dijo Jonathan -No se, salgamos
ya, puede que algo nos sorprenda, y no quiero mas sorpresas.

El ejército intento combatir con robots, activaron y soltaron a los mejores robots de pelea,
pero aun así no lograron nada, fueron destruidos y eliminados instantáneamente, al
parecer no había otra alternativa más que resignarse a la muerte, pero no, los humanos
no se iban a dejar gobernar por unos pedazos de hojalata, así fue como inicio la guerra
robótica.
Todos los hombres fueron reclutados para la guerra, al gobierno no les importo su familia,
únicamente importaba acabar con los robots, a cada uno se les designo un arma, y
armaron varios y diversos grupos de combate. Especialistas en combate mano a mano,
los de combate cercano, los de tiro a larga distancia y hasta el final se encontraban los
médicos y especialistas en bombas.

David y Jonathan, también fueron reclutados, se asignaron al cargo de ataques terrestres,


a ellos correspondían tanques antiguos, naves de motor de magnesio, etcétera.

–Jonathan, tenemos que salir. -¡No! –Gritó Jonathan –Debemos quedarnos, no sabes
cuando nos necesiten o nosotros los necesitemos. –Miren, miren un joven con agallas,
puede servir en casos extremos. -¿Y usted quién es? –preguntó David. –Soy el líder
humano de los reclutas en la zona 28, en la que ustedes están, mi nombre es Mega RAM.
He estado donde ni las arañas van, eh conquistado lugares que ni si quiera conocen, mi
hermano Adreess, lejos de esta zona, lucho con migo en la guerra contra Júpiter, con
cálculos inexplicables, ni planes razonables pero so… -¡Señor!,-lo interrumpió un recluta -
¡Corresponde atacar al enemigo, los robots tienen en su poder plaza Mercurio y hay que
detenerlos a como de lugar!, Señor… -¿Qué? ¿Plaza Mercurio? ¡Vamos ya! Bueno me
voy colegas y cuiden de su zona hábil, fue un placer – decía mientras se retiraba trotando.
El señor se retiro y salió trotando de la zona. – ¡Valla, es un buen señor! Es un buen líder
y tiene carácter -Bueno, bueno, vamos ¿quieres?, ya nos están dejando.

Conforme fue avanzando la guerra, miles de humanos fueron eliminados, al parecer nada
era rival contra los robots, pero una tarde una tormenta cortó paso sobre los robots, en
eso, un relámpago impacto sobre la cabeza de uno de los robots, este fue pulverizado por
tal descarga. Los humanos al ver tal espectáculo obtuvieron la clave de la victoria, las
grandes descargas los aniquilarían.

Durante 10 años lucharon contra ellos sin respuesta alguna. Los humanos crearon todo
tipo de armas que ocupaban una gran descarga de energía, aunque siguieron muriendo,
fueron aniquilando poco a poco a los robots, los humanos, estaban a punto de triunfar,
aun quedaban pocos robots, así que los humanos decidieron acabarlos y así fue, pero
quedaba uno. El líder, el mas fuerte e importante, ninguna de las descargas lidiaba con el,
no le causaba ni el mínimo daño.

Este robot era nada más y nada menos que el robot de David, quien aún seguía con vida,
este robot era especial ya que fue el que más descargas de rayo sufrió, por lo que era
casi inmune a las descargas débiles que les causaban las armas, únicamente este robot,
destruyo a más de la mitad del ejercito de los humanos. A David no le quedaba otra
alternativa más que enfrentarlo el mismo cara a cara, le otorgaron la mejor arma que
habían creado, y lo mandaron solo contra el robot, David no objeto ni se quejo, solo dijo

-Todos tenemos un destino, un fracaso, un argumento, pero yo solo tengo...Una solución


inesperada.

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