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S1tvANo PABóN V1u.

AM1ZAR

HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y


CONSTRUCCIÓN
, DEL ESPACIO
HISPANICO EN PAMPLONA

Este trabajo obtuvo J Primer Premio en J


OmatrSO "Tema Eamomico de Inadenda en la
Historia de Ow:uta y J Departamento Mrte de
Santander", que se realizé en 199.5, am motivo de
la ,d.d»v.d.ón de los 80 años de la Cámaro de
Comerrio de Cúcuta

UNA PUBUCACION DE LA CÁMARA DE COMEROO DE CUUJTA


1996
r

Edil.ido
CÁMARA DE COMERCIO DE CÚCUTA

Corrección I ingübtiGJ de I extos


MARÍA CRISTINA MOGOLLÓN PÉREZ
A/11,q,o/ogaflno/ingifüta

Diseño, Compo..1ción e l~xt">ión


DEPARTAMENTO DE COMUNICACIONES
CÁMARA DE COMERCIO DE CÚCUTA

Porl.ida
ENCABEZADO DE LA NÓMINA DE
ENCOMENDEROS DE PAMPLONA EN 1559

Pc1gs. 168

IBNS

Pamplona, 1996
PRESENTACIÓN

Con ocasión a la celebración de los 80 años de la. fundación de la Cámara de


Comercio de Cúcuta en 1995, la entidad convocó a los historiadores de la
región a participar en un concurso de ensayo sobre las incidencias económicas
en la historia de Cúcuta y el departamento Norte de Santander. A esta
convocatoria se presentaron ocho trabajos investigativos, de los cuales tres
resultaron premiados, entre ellos, la obra: "Historia del Poblamiento y
Construcción del Espacio Hispánico en Pamplona" del historiador Silvano
Pabón Villamizar, que obtuvo el primer premio, y que ahora editamos para la
difusión y conocimiento de la comunidad.

Este trabajo se refiere a todos los aspectos que involucraron el proceso


colonizador de los españoles en lo que se conoció como la "Antigua Provincia
de Pamplona", ciudad y territorio donde se inició la expansión del dominio
imperial español a gran parte de Norte de Santander y de importantes regiones
de Venezuela. '

Estamos seguros que con este aporte investigativo se conocerán elementos


fundamentales que configuraron nuestro carácter regional y nuestra cultura.
Además, con la lectura de éstas páginas el lector encontrará la definición y
explicación de importantes procesos que muestran cómo se configuró nuestro
territorio, qué eventos y faenas llevaron las gentes que constituyeron la
hispanidad en esta región, así como sus ideales, luchas y contradicciones;
elementos que hacen que esta investigación revista un carácter de vital
importancia, pues se divulgan hechos y antecedentes, .y se realiza un análisis
histórico que antes no habían tenido el rigor y la profundidad que ésta obra
presenta.

ALBERTO SANTAELLA AVALA


Director r [erutivo
Cámara de Comercio dE' Cúruta
~ . ... s:",
. .,,. . .

PRÓLOGO

He leído detenidamente este trabajo de SILVANO PABÓN VILLAMIZAR,


historiador nacido en la ciudad de Pamplona de Indias, titulado "HISTORIA
DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCIÓN DEL ESPACIO HISPANO EN EL
ACTUAL TERRITORIO NORTESANTANDEREANO", con el cual el autor
explora y abarca el Siglo XVI y comienzos del Siglo XVII, para analizar el
asentamiento español que con DON PEDRO DE URSÚA y ORTÚN
,VELÁZQUEZ DE VELASCOy sus huestes, en el correr de los tiempos vino a dar
como resultante la configuración de la antigua "Provincia de Pamplona",
territorio que viene a abarcarahora más de la mitad del actual Departamento de
Norte de Santander y buena parte del área noroccidental del actual
Departamento de Santander, extendiéndose también a una buena porción de
los Andes venezolanos.

El mencionado investigador para la realización de este documento tuvo


que escudriñar en una forma pesquisidora para detectar detalles y conjuntos
que le permitieron configurar verdaderos rescates históricos de lo que fueron
espacios progresivamente logrados en la faena de la conquista y colonización
para el establecimiento primigenio de la cultura peninsular en esta zona
concreta de la América Española.

Viene el mencionado trabajo a llenar un verdadero vado historiográfico


que, en realidad, no habí a sido trabajado antes con la visión estructuralista
integradade lo social, lo religioso, lo político, lo familiar y lo económico hasta
llegar a largos perfiles que orientaran hacia sucesivas investigaciones que
lleguen a completar el marco investigativo de todo nuestro período colonial.
Todo lo anterior como resultados de un método perspectivo de construcción
cognoscitiva que rescata y conduce al conocimiento de esas sociedades que
nos. precedieron, con fundamento en el soporte insustituible de la raza indígena
lugareña y también de la foránea, dándosele al autor el encuentro con el
personaje hispano representadoen el conquistador, el encomendero, el cura, el
visitador, el minero, el andariego, el comerciante y el aventurero; con el
cacique y el indio, en un trasegar permanente por todo el territorio de lo que
podría llamarse la Provincia Chitarera, interesado en perseguir inicialmente el
hallazgo de la fuente minera y posteriormente la del comercio, la primigenia
industria, la artesanía y los oficios, con el sometimiento de una mano de obra
indígena al servicio de una economía; todo como 11n fundamento irremplazable
con base al cual se fue dando el asentamiento hispano, el arraigo a la tierra, el
dominio, la sustentación del poder y el manejo a través de las instituciones del
Cabildo, de los cargos de Ayuntamiento, del comienzo de los imaginarios
colectivos y de la medida y al utilización en general de todos los recursos.

En fin, encuentro que Silvano Pabón Villamizar realizó toda una misión
explorativa, especialmente en los archivos de la ciudad de Pamplona de Indias
de los siglos XVI y XVII, que lo llevaron a un conocimiento y a un diagnóstico
con el cual nos viene a clarificar el proceso primigenio, largo y tedioso que se
fue dando desde la fundación de la ciudad de Pamplona en 1549 hasta la
primera década del Siglo XVII. Es como penetrar en la casa misteriosa de los
siglos pasados para encontrarnos con las fuentes tetraseculares de nuestra
existencia, es como escudriñar en la oscuridad de los tiempos con la linterna de
la inteligencia y con la brújula o el astrolabio de la historia desconocida.

Queda el compromiso de los historiadores de escuela para seguir en la


faena de continuar para llevar posteriormente en esa búsqueda consciente y
responsable de la verdad, a rescatar los demás largos tramos de la historia
corridos hasta configurar el fundamento de nuestro devenir hacia una
constitución republicana y democrática para erigirnos como nación autónoma y
como estado supuestamente independiente. En esta tarea seguirán
comprometidos con Silvano Pabón Villamizar todos los verdaderos
historiadores que vayan presentándose entre nosotros con la misma vocación
investigativa, con ese mismo propósito de rescatar la verdadera historia en las
fuentes primigenias para entregársela con un mensaje honrado y verdadero a las
nuevas generaciones, corno quiera que no sólo tenemos el derecho a conocer
y encontrar la verdad histórica, sino la obligación de mostrarla tal cual a los que
nos sucedan.

Finalmente, cabe reconocer que esta investigación es un producto que ha


venido a darse gracias a la estructuración académica de un grupo humano
perfilado para el rescate de la historia desde las aulas de la Universidad
Industrial de Santander, estructuración dada con criterio de escuela,
garantizándose de esta manera una calidad en el producto, como el resultado
de una formación exigida, de una elaboración mental, realizada además gracias
al soporte archivístico de valor incomparable, para presentar resultados
analíticos, críticos, estructurales, ciertos y organizados de la historia, como lo
constituye este breve trabajo de Silvano Pabón Villamizar.
Queda el lector cordialmente invitado a que pase sus ojos y sus demás
sentidos por las páginas de este documento, para que haga un viaje
retrospectivo, como en un retorno a la identificación de nuestro origen
indohispánico que tuvo en estas zonas como matriz y cuna a la centenaria
ciudad de PAMPLONA DE INDIAS.

RAFAEL EDUARDO ÁNGEL MOGOLLÓN


De la Academia de Historia de Colombia
..
CONTENIDO

PAG.

EL PROYECTO POBLADOR DE PAMPLONA DE INDIAS........................ 17


1 . El proyecto poblador de sierras nevadas .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . . .. . 17
2. Expansión HispJnica a partir de Pamplona 23
2.1. El proyecto poblador de Mérida................................................ 32
2.2. El proyecto de la Villa de San Cristóbal 36
2.3. El proyecto poblador de Ocai'la 46
3. La construcción de la empresa económica hispJnica en
la antigua Provincia de Pamplona, Siglo XVI . . .. . . . .. . . . . . . . . . . . . . . .. . 50
3.1. La producción minera y su beneficio 50
3.2. La producción agrícola y su crecimiento 71
3.3. Producción ganadera en la Provincia 67
3.4. Los Oiezmons: Indicador del crecimiento
agropecuario en Pamplona, Siglo XVI .. .. . . . . .. . . . .. .. . .. .. .. .. .. .. .. . . .. . ... 99

CAMINOS, COMERCIO Y MERCADOS DE LA ANTIGUA


PROVINCIA DE PAMPLONA, SIGLO XVI.............................................. 103
1 . Las rutas del comercio pamplonés en el Siglo XVI . . . .. . .. .. . .. . . . . . . .. .. . . . . . . 104
1.1. La ruta o camino a la ciudad de Ocaña , 106
1.2. La ruta de Tunja y Santafé 106
1.3. La ruta a la Villa de San Cristóbal, ciudad
de Mérida y Gobernación de Venezuela 109
1.4. Los frustrados proyectos de navegación por el
río Zulia en el Siglo XVI 11 O
1.5. El camino a la ciudad de Vélez 114
2. Los mercados regionales y el ingreso de mercanda
europea a Pamplona . .. . .. .. . . . . . . . .. . .. .. .. .. . . .. .. . . .. . . .. . .. . . . . . .. . . . . . .. . . .. . . . .. . . .. . . 115
2.1. Los mercados locales 115
2.2. Los mercados externos 117
2.3. El ingreso de mercancías europeas a Pamplona 116
2.4. El mercader y la consignación de los géneros 119
2.5. Sistemas de pago en la consignación de
mercancía europea . . .. . .. . . . . .. .. .. . .. .. . . . .. .. .. .. . . . . . . .. . . . . . . . . .. . .. . . . .. .. . .. . .. 1 20
2.6. Las compañtas mercantiles en el ingreso de
géneros europeos . .. . . . . . . . . . . . . . . . .. . . .. . .. . 123

3. Distribución, consumo y reexportación de mercanc:fa


europea en Pamplona . . . . . . . . . . . . .. .. . . .. . . .. .. .. . . . . .. .. . .. .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . .. 1 31
3.1. Distribución y consumo local 131
3.2. Reexportación de géneros europeos desde Pamplona................... 134
4. Productos europeos de mayor consumo y exclusividad
en Pamplona . . .. . . .. . . . . . . . . . . . . .. . . . .. .. . . . . . . . . . .. .. . .. . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
4 .1 . Paños y terciopelos :. 136
4.2. El mercado de los vinos 137
4.3. El mercado del hierro y el acero 139
5. El comercio de mercenciss de la tierra . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . 141
5.1. Las mercaderías de Tunja 142
5.2. Las mercaderías Mérida y la Gobernación de
Venezuela en Pamplona 144
5.3. La producción local de mercancías de la tierra........................... 146

HISTORIA DEL TRABAJO EN LA PAMPLONA


DEL SIGLO XVI 151
1 . El trabajo indígena en la empresa hispánica pamplonesa .. . . . .. . . . . . . . . . . . . 151
1.1. El trabajo y servicios del indios encomendado .. .. 153
1.2. Los conciertos de servicio de indios foráneos 159
2. El trabajo esclavo 163
3. Maestros, oficiales y aprendices . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 73

APUNTES SOBRE LA ELITE LOCAL, RIQUEZA


Y FUENTES DE CRtDITO . . . .. . . .. .. .. . . .. 187

A MANERA DE CONCLUSIONES. 202

BIBUOGRAFIA 206

ANEXOS............................................................................................... 209
Información de Alonso Rodríguez de Escobar sobre
la Conquista y Poblamiento de Pamplona, 1551 . . . . . .. . . 21 O

Concierto de Servicios de un indio Barquisimeto


con Gabriel González, mercader de Pamplona . . . . . .. 232

Obligación del Capitán Pedro Jurado con Inés Gómez


y Alonso Gago de la Zervela . . .. 233
TABLAS·
PAG.
L SI ANCIAS, SOi ARLS Y CORRALLS PARA GANADO
J>ROVI IDOS POR 11 C.ABILOO DE PAMPLONA 72

PRODUCCIÓN O[ TRIGO, I IARINA Y CONS[RVAS 79

/ONAS OL PRODUCCIÓN DI Mlll[S Y A7lJC.AR r N


PAMPLONA 83

PRODUCCIÓN DE GANADOS LN LA R[GIÓN DI


PAMPI ()NA, SIGL() XVI 89

11 RLMA Ir DL DIUMOS [N PAMPI ONA DL L SIGI O XVI 100

Ml RCADf RIAS Dí I A 111 RRA Dí MAYOR ort RIA


IN PAMPL()NA 117

COMPAÑÍAS MlRCANl ILLS [N (1 COM[RCIO


PAMPI ON(S DI l SIGLO XVI 127

G(Nr ROS r UROP[OS ot MAYOR DI MANDA L N


PAMPI ()NA 136

MfRC.AD[RÍAS I)[ 1 A I ILRRA D[ MAYOR OI LRTA


í N PAMPI ONA 147

CURVA l:STADÍSTIC.A DL CONClfRTOS DI INDIOS


IN PAMPLONA............................................................................................ 161

COMPAÑÍAS PARA OBRAJ[S EN PAMPI ONA 011


SIC I O XVI .. .. . . . . . 1 76

CONCII RTOS O[ APRLNDIZAJ[ 17H

Oíl( IAL[S Y ARTíSANOS I N PAMPLONA Df I SIGl O XVI 179

PROI LSIONAI LS [NOTROS RAMOS......................................................... 184

CABCZAS O[ fAMILIAS MÁS PR[STANffS LN


PAMPI ONA Dfl SIGLO XVI 195
INTRODUCCIÓN

El departamento Norte de Santander, sus provincias, ciudades y pueblos han


carecido de estudios históricos sistemáticos, amplios y juiciosos que den cuenta
rigurosa de su devenir; hecho que nos anima a afrontar trabajos de investigación
conducentes a repensar y recrear los procesos llevados por las sociedades que nos
han precedido, desde sus tiempos más remotos, en este caso, en lo que tiene que
ver con la construcción del mundo hispánico en estas partes.

Así por ejemplo, en la observación y reconstrucción de la empresa hispánica


regional del actual Norte de Santander, tenemos que partir necesariamente de la
Antigua Provincia de Pamplona. La ciudad de Pamplona y su jurisdicción, como
uno de los centros político administrativos más importantes y de mayor
trascendencia a lo largo de la historia colonial del Nuevo Reino, no ha sido objeto
de estudios sistemáticos y analíticos que permitan el conocimiento y explicación
del desarrollo poblacional y construcción de la vida cristiano-europea en los albores
de nuestra historia regional.

Por tal razón pretendemos con este trabajo, concretar la información


historiográfica existente, acerca de los antecedentes de la empresa conquistadora
que ocupó este territorio y de la fundación de la ciudad de Pamplona y las otras
ciudades pobladas a partir de ésta. Propondremos una explicación de los procesos
productivos, del trabajo, y en especial del desarrollo comercial, interno y externo,
de la ciudad de Pamplona y sus mercados en el Siglo XVI.
Reconstruimos el desarrollo de los distintos asentamientos productivos
ubicados en los valles y montañas fértiles de la provincia, basados ·principalmente
en la disposición de la mano de obra nativa. A su vez, observaremos otros procesos
y sus agentes, en distintos frentes productivos, y su papel en el crecimiento
económico de la región.

Explicaremos el desarrollo de la actividad· mercantil por las distintas rutas y


vías, de entrada y salida, a y de la ciudad de Pamplona, con los distintos procesos
empleados en los circuitos comerciales que se formaron; el tráfico de mercaderías
europeas, y su relación con la exportación de la producción agropecuaria y
manufacturera de las zonas de influencia de la ciudad de Pamplona.

Precisaremos las distintas fuentes de riqueza social, y los agentes


comprometidos en los procesos productivos y el consumo de mercaderías
importadas, lujos y gasto social, a fin de determinar los sectores más lucrativos, y
quienes tuvieron las mayores posibilidades de acumulación; y por ende, trataremos
de dar una explicación lógica sobre el origen de las fuentes de crédito en la ciudad
y la provincia de Pamplona para el Siglo XVI.

El objeto de trabajo se suscribe concretamente a la Antigua Provincia de


Pamplona, como territorio constitutivo de patrimonial importancia para el actual
Norte de Santander. Se enfatiza especialmente sobre procesos económicos y
sociales de las tres últimas décadas del Siglo XVI, por ser el período de
consolidación y desarrollo poblacional y económico de la ciudad y la región.

Basamos nuestra tarea investigativa en el Archivo Histórico de Pamplona (AHP-


NS), primeros 15 tomos correspondientes a los años de 1574 a 1603, el Archivo
Arquidiocesano de Nueva Pamplona (AANP-NS), el Archivo Histórico de la
Academia de Historia de Norte de Santander (AAH-NS) y los fondos de Visitas de
Santander, Poblaciones y Empleados Públicos del Archivo General de la Nación
(AGN) en Santafé de Bogotá.

Trabajando sobre los registros de la vida pública de los hombres, asentados en


el protocolo de escrituras y poderes tramitados en esta ciudad, en virtud de la
administración y autorregulación de la sociedad civil pamplonesa, en su período de
gestación y crecimiento, es decir "La Construcción del Espacio Hispánico de
Pamplona en el Siglo XVI".

Hemos revisado trabajos anteriores de la tradición historiográfica de la región


como los de Don Luis Eduardo Páez Courvel, Don Enrique Otero D'Costa y Don
Luis Febres Cordero con el fin de apoyarnos o de reubicar el discurso, de acuerdo a
los análisis obtenidos de la revisión documental de primer orden.
Hemos dejado en el tintero algunos aspectos, como el arte, las obras civiles y
vida cultural. Sin embargo, intentamos desarrollar las variables producción y
comercio bajo la perspectiva regional, observando el carácter universal de la
economía en el marco del Imperio Español. Observamos como los hombres
construyeron la hispanidad en la región, reprodujeron la vida y costumbres de su
madre tierra, europeizaron los naturales y se procuraron comodidades, riqueza y
lujo a costa de la extracción productiva y el trabajo indígena.
1
. •¡,
1'

· . . ·f>-.
....
CAPILLA DEL CONVENTO DE SANTA CLARA DE LA CIUDAD DE PAMPLONA: l loy í'dll-di'dl Pnm.ida de rt'< 1mte
restaura.ción. Su construcción original data de Id úllima dl>cd<l.1 dPI <;iglo XVI, ubicada en Id pld.fd prin<ipal y JJ1'1,f10,
del Capitán Ortún Velásco, lug¡tr dond<- se fundó cl mona!.lf-'l'io para <'I dñ<> de 151:!l. (ANI' • NS Tomo J).
Sllvllno Pllb6n VIIIMnlzar

EL PROYECTO POBLADOR
DE PAMPLONA DE INDIAS

1. EL PROYECTO POBLADOR DE SIERRASNEVADAS

La conquista del Nuevo Reino se realizó con la experiencia, organización y


bajo la legislación alcanzada después de ocupar México y Perú, territorios ocupados
por las sociedades precolombinas más notables de América. A pesar de todos los
vicios de ilegalidad y anarquía que empañaron algunos procesos de conquista y
ocupación de la tierra en nuestros Andes, la mayoría de las empresas de
poblamiento hispánico tuvieron buen término; como ocurriera para el caso de la
empresa conquistadora que ocupó y pobló el nororiente del Nuevo Reino de
Granada, fundando la ciudad de Pamplona, desde donde con la pujanza y acierto
de sus primeros pobladores blancos, logró construir la hispanidad en este gran
territorio que a la postre constituyó la extensa Provincia de Pamplona.

Desde el Altiplano Central y especialmente desde los sectores de Tunja, la


cordillera Oriental se veía majestuosa e imponente con unas cuantas cúspides
cubiertas de nieves perpetuas, razón por la cual la llamaron "Sierras Nevadas", y
con este apelativo los españoles de la época denominaron todo el territorio centro-
oriental andino del Nuevo Reino, parajes aún desconocidos para 1543, salvo por
los relatos de las expediciones de Alfínger y Hemán Pérez, fecha en que el
' procurador de la ciudad de Tunja, Juan lópez, le propuso a su cabildo buscar una
nueva ruta que comunicara al Nuevo Reino con el océano y más concretamente

17
HISTORIA OEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

con la "Laguna de Maracaibo1, obviando el tortuoso camino por el embarcadero del


Opón. El procurador López sustentaba su propuesta haciendo reseña de las grandes
pérdidas y penurias que habían tenido Los Lugo y el Licenciado Gallego para
franquear el río Magdalena en años anteriores.

El proyecto no tuvo mucho eco, pues al parecer afectaba intereses muy


particulares de algunos encomenderos y mercaderes con negocios en la villa de
Mompox, Tenerife y la propia ciudad de Cartagepa, que preferían por conveniencia
la ruta de Honda'.

A mediados de la década del 540 la propuesta de buscar nuevas rutas a la


Costa Norte se ve validada con las ideas que el visitador Miguel Díez de
Armendáriz traía de pacificar los "indios de guerra" que circundaban el Altiplano y
ampliar los territorios ocupados. Así pues, se autorizó al Capitán Ortún Velasco,
Teniente de Gobernador en la ciudad de Tunja en 1547, para que reuniera hombres
e hiciera una entrada en "Sierras Nevadas" al país de "los Chitareros". Con tal fin
éste logró agrupar unos sesenta hombres, y provisto de sus respectivos títulos, salió
en 1549 en procura de ese territorio, de pacificar y repartir sus indios, encontrar y
beneficiar minas de oro y plata y ampliar .. los dominios de Su Majestad en estas
partes ".

Con el auspicio del visitador Arrnendáriz y el marco jurídico de las Leyes


Nuevas del 42, el proyecto de "Sierras Nevadas" empezó a rodar a mediados de
1549, y aunque el abanderado inicial fue el Capitán Ortún Velasco, tuvo que
1,
ponerse bajo las órdenes de Don Pedro de Ursúa pariente de Armendáriz, quien
como Gobernador del Nuevo Reino lo instituyó Capitán General de la expedición.
Ursúa acababa de regresar a Tunja de una campaña por Los Llanos, y se puso al
paso de la hueste de Velasco, alcanzándola en los valles del Zulia con· .unos
cincuenta hombres más e innumerables indios de servicio.

Luego, los dos capitanes y sus soldados recorrieron la tierra "apuntando"


algunos grupos nativos, mientras decidieron poblar la hueste "por el día de Todos

' MELÉNDEZ SÁNCHEZ, Jorge. Por el Río 7ulia: H Valle de Cúcuta en la Frontera Colombo
venezolana. Bogotá: lrnpronta: 1981. P. 26

1
lbfd. Pág. 27

I
DEL CAMPO, Luis. Pedro de Ursúa: Conquistador l vpañol del Siglo XVI. Pamplona-Navarra,
España: La Acción Social, 1970. Págs 11-11. En esta obra se aclara la ortografía del apellido del
ilustre conquistador, aunque el propio Ur~úd firmaba como "Orsúa" y algunos documentos de
aquella época lo escribían de esta última formal.

18
Sllveno f'lftl6n vrr,.,,,1zar

Santos:", en el sitio y valle en que hoy se asienta la ciudad de Pamplona, razón


muy segura por la cual el nombre del valle de esta ciudad en un principio fue "valle
de Todos los Santos" y no valle del Espíritu Santo como hoy se le conoce y lo ha
tratado la historiografía tradicional.

Una vez protocolizada la fundación de la ciudad, trazada su plaza, calles y


repartidos los primeros solares, la hueste conquistadora se corivierte en una
institución corporativa de carácter civil. El Capitán General Pedro de Ursúa se
autodesigna como primer Justicia Mayor, y como tal nombró los alcaldes, regidores
y demás dignatarios del cabildo.

En aquel momento se había realizado una parte importante del proyecto; se


había ganado la tierra y unos cuantos repartimientos de indios, pero venía lo más
arduo de la empresa: levantar el poblado, trazar caminos con los asentamientos ya
consolidados y asegurar los suministros y la solución a necesidades básicas del
nuevo asentamiento hispánico.

El Capitán General Pedro de Ursúa gobernó con mano dura y despótico


carácter durante los primeros dos años de la ciudad, según se deduce de los cargos
y declaraciones levantados en su contra en el Juicio de Residencia que les fue
instaurado junto con su pariente, benefactor y protector Armendáriz. Sin embargo,
otros hombres más civilistas u observadores de la Ley, como el propio Capitán
Ortún Velasco, propendieron y lucharon durante. esos primeros años por la
institución de la justicia y la civilidad en la región, organizaron el cabildo y a través
de él, el bienestar común de la población.

El proyecto poblador de Pamplona aceleró el despoblamiento definitivo de la


ciudad de Málaga, fundada por el Capitán Jerónimo de Aguayo en 1542, parte de su
jurisdicción territorial fue anexada por la recién fundada Pamplona y muchos de sus
pobladores migraron a esta ciudad, como lo sustentó el propio Ursúa ante la Real
Audiencia de Santafé en 1550 al definir los linderos y jurisdicción de su ciudad, y
señalar que incluiría:

"Los pueblos que ~ervfan a la dudad de Málaga, en las provincias de Tequia, desde los
vados y pasos del Chicamocha, corriendo el rfo Sogamoso abajo, hasta la ciénaga que
llaman del Bachiller, atravesando a la~ Sierras del Nacuniste a los brazos del Orma, hasta
la Laguna de Maracaibo, y por Sierras Nevadas cuarenta legue« adelante haqa el pueblo
de Maracaibo y hasta dar con el nacimiento df'I Apure.S

4
AGI, Justicia 561. ff 174-187 Información sobre la Conquista y Poblamiento de la ciudad de
Pamplona en el Nuevo Reino de Granada, hecha por Alonso Rodríguez de Escobar, año de 1551.

5
SIMÓN, Pedro. Noticias Historiales de las Conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales y
del Mar Océano. Bogotá: Banco Popular; 1986. Torno 111. p. 312

19
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

Ursúa y sus hombres invirtieron buena parte de esos primeros años,


explorando los valles aledaños en forma circular, teniendo como centro y punto de
apoyo la ranchería de la ciudad. El Capitán General como Justicia Mayor de la
ciudad, apuntó y repartió los pueblos de naturales que sistemáticamente iban
sometiendo. No obstante, el espíritu conquistador y a.nbicioso de Ursúa no se veía
satisfecho, pues su exigencias a los caciques locales a través de su "lengua" o
interprete era de oro y riquezas, y solo obtenía "sartas de conchas de caracol", las
cuales tenían para estos indios un valor equivalente al del oro para los españoles".

El cronista Fray Pedro de Aguado, refiriéndose a la población chitarera de la


Antigua Provincia de Pamplona anotó: "estos indios son tan pobres que no hacían
por oro teniendo en su provincia tan ricas minas que posteriormente descubrieron
los españoles"7.

Los primeros pobladores se vieron pronto reforzados por una serie de soldados
y unos cuantos hidalgos o "hijosdalgos" transterrados del otro lado del océano -más
aún cuando se difundió la noticia por todo el Nuevo Reino del descubrimiento de
muy buenas minas de oro en los páramos de Pamplona-, quienes arribaron a la
ciudad y engrosaron el grupo inicial de pobladores, en procura de sustento y de
continuar sus andanzas u organizar sus vidas.

En 1551 Ursúa dejó definitivamente la ciudad y por ende sus cargos y


dignidades en el Cabildo, vendió o cedió sus indios y se dirigió a la conquista y
pacificación de los Muzos, y con él unos cuantos conquistadores y primeros
fundadores como su seguidor y amigo, Don Francisco Díaz de Arles, a quien no le
importó dejar sus cerca de mil tributarios de la parcialidad de "Los Silos" que le
encomendara el propio Capitán General. Otros vendieron sus encomiendas e
igualmente se marcharon y la ciudad estuvo a punto de despoblarse, según
afirmaciones hechas por aquellos días en el Cabildo.

Durante las primeras décadas de vida hispánica "en estas partes" -como dice la
Crónica-, la ciudad de Pamplona vivía un doble juego en el actuar y conciencia de
sus primeros pobladores. Un grupo luchaba y propendía por la construcción de su
heredad y la civilidad española en el territorio, mientras otro sector no conformes
con la vida pastoril de colonos, vivía con la ilusión de las viejas glorias de la
conquista armada, y no desaprovechaban cualquier momento oportuno para
emprender otras campañas bajo el estandarte de algún intrépido capitán. Muchos
jugaron los dos papeles, participaban en campañas de pacificación, co iquista y

6
AGI, Justicia 561, ff 174 - 187

7AGUADO, Pedro. Recopilación Historial. Tomo 1. 1 ibro sexto. Bogotá: Biblioteca de la Presidencia
de la República; 1956.

20
Sffvano Pab6n vm"""z•
nuevas fundaciones, y luego regresaban a su vecindario a continuar la
consolidación de sus empresas en Pamplona; tal es el caso del Capitán Nicolás de
Palencia, quien participó en las campañas de Mérida y en la fundación de la villa de
San Cristóbal, para luego regresar a su morada y vecindad en Pamplona, donde de
hecho construyó una importante heredad y prestigio sociopolítico.

En el proceso poblador fue de vital importancia asegurar el mayor número


posible de repartimientos de indios, y el control efectivo en todo el vasto territorio,
asegurar los caminos y vías de comunicación con las ciudades vecinas y con sus
encomiendas y "aposentos". Así, Pamplona se convierte paulatinamente en un
fuerte, base para la expansión hispánica en el territorio nororiental del Nuevo Reino
y en el actual Occidente Venezolano.

Una vez asentada la ciudad el Cabildo se preocupó por la cosa pública, el


orden institucional y social de sus gobernados sin perder de vista sus fronteras y
pueblos marginales no sometidos, más aún cuando cada día se requería de mayor
cantidad de mano de obra nativa para labrar las minas y fomentar las actividades
agrícolas y ganaderas, necesarias para sustentar la población urbana y los distritos
mineros. Elaboró su propias ordenanzas de minas e instituyó alcaldes y visitas
periódicas a las mismas, delimitó sus ejidos, proveyó las huertas, estancias para
ganado y de pan coger, sin descuidar los suministros y servicios básicos de la
población.

El Capitán Ortún Velasco como Maese de Campo y primer lugarteniente de


Ursúa toma las riendas del asentamiento a mediados de 1551, y luego, provisto con
el cargo de Justicia Mayor, al lado de sus regidores y alcaldes, sustentó mejor el
proyecto poblador a la Audiencia y al Consejo de Indias; adujo su buena
disposición de tierras y buen temple, abundante y pacífica población nativa y sobre
todo la existencia de ricas minas en su jurisdicción, con tal elocuencia que para
1555 el poblado recibe del propio Carlos V su título de ciudad.

2. EXPANSIÓN HISPÁNICAA PARTIR DE PAMPLONA

,,,
Pamplona tuvo como base de su economía en sus primeros años, la minería y
en segundo lugar la producción agrícola y ganadera, actividades que atrajeron
mucha gente de todas partes y de todo tipo, que sirvieron de apoyo para las
campañas expansionistas de Mérida, Ocaña y San Cristóbal, entre otras.

Esta expansión hispánica a partir de Pamplona se presenta como resultado de


la vocación aventurera y pobladora de los veteranos conquistadores pamploneses.
Vocación que persistió en el alma de muchos vecinos, y que llegó a plasmarse en
tres proyectos concretos: el del Capitán Juan Rodríguez Juárez, fundador de la

21
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

ciudad de Mérida, el del Capitán Francisco Fernández de Contreras, fundador de la


ciudad de Ocaña y el del Capitán Juan de Maldonado, fundador dela villa de San
Cristóbal. De Pamplona además, recibieron apoyo fundamental los proyectos
poblacionales de la ciudad y gobernación del Espíritu Santo de La Grita, con el
Capitán Francisco de Cáceres y el de Salazar de las Pelmas, con el Capitán Alonso
Rangel; proyectos que contaron con financiación, apoyo político y logístico de
importantes grupos familiares pamploneses corno Los Velasco y los Rangel.

Sin embargo este proceso no fue del todo fácil, puesto que las mismas Leyes de
Indias lo prohibían, mientras que la necesidad de mano de obra indígena y más
minas para labrar, alimentaba el ímpetu conquistador de unos cuantos y promovía
la intromisión en el vasto territorio aún sin explorar.

Descubrir y poblar era una idea muy firme en algunos de los primeros
pobladores de la Antigua Provincia de Pamplona. Su objetivo fue pacificar y sujetar
indios en encomienda, y en el mejor de los casos que fueran de guerra, pues a éstos
estaba permitido someterles al trabajo forzoso en las minas. Se justificó, primero
con el argumento de la supuesta existencia de "ricas minas" y después denunciando
posibles crímenes contra cristianos e indios aliados, apoyándose en informaciones
sobre ataques y muertes en el río Zulia, en el valle del Táchira, en Suratá y en las
cercanías de Chicamocha y camino de Tunja.

En la sesión del Cabildo del primero de Julio de 1553, encabezada por el


Capitán Juan de Pinilla, primer Justicia Mayor proveído directamente por la Real
Audiencia de Santafé, los alcaldes y regidores;

"dijC'ron que por cuanlo ha mucho, dfa, qu<· w ha lratado e concertado dt• que w vaya a la,
provine ie« do Arboh•da, a lraC'r de pa) lo, indio, de elle» y a buscet mina, dP qui• '<' tiotu:
noticia, para lo cual easb« apercibida lexía la g<'nt,, de e~la nudad y para el/o han votndo
para ir a la dicha jornada... y si la dicha jornada ~<' deisre de oiocuserseri« nolabfl, daño e
p<'rdición do esta dicha ciudad por estar t<xía la üeae que no sirve e no lebretso las minas de>
. . . •8
ouo ~e llene nollna,... .

Este fue el primer intento para continuar el proyecto conquistador y poblador


desde Pamplona, porque aunque las apuhtaciones de indios todavía no habían
concluido, sí era evidente que para este cuarto año el territorio conocido y sujeto se
estaba quedando corto y de hecho había que pensar en expandir las conquistas.

La propuesta de Arboledas se volvió a tratar en la sesión de Julio 4 del mismo


año de 1553 y en ella se nombró para dicha jornada al alcalde Andrés de Acevedo,

6
PRIMERlibro de Actas del Cabildo de Id Ciudad de Pamplona en Id Nueva Granada, 1552-156 l.
Bogotá: Pax; 1950. Págs 32-37.
Siivano P•bón Vlllamlzar

a quien asignaron cuarenta hombres y proveyeron de lo necesario, con el expreso


mandato de que:

"d<•\C·ubra le« dicha, mina ... Pn uxies laI pen« .., y comarca de la dicha Arboleda y provincies
comarcana~ porque a\Í nmviPne al serviciu de .\u Majl'~ad y biot» y susl<'nln di• lo« vecinos
11
do <'.,ta dicha ciudad y aum1•nto de su« Quintos Reslc-:"

Simultáneamente, por esos días, en el Cabildo también se trataron algunos


otros asuntos de vital importancia. El 1 ° de Julio de 1553 se resolvió el envío de un
delegado procurador a los Reinos de España en pos eje tratar los muchos negocios
que a la ciudad convenían y proyectos que tenían que sustentarse ante el Consejo
de Indias, y se ordenó que todos los vecinos aportaran una cantidad, y se
"repartiera", de acuerdo ~ su condición, para juntar lo necesario. En dicho reparto
aparecieron 62 vecinos, incluidos los regidores y alcaldes.

En aquel año, en Noviembre, el Cabildo envió a la Real Audiencia de Santafé


al Capitán luan de Maldonado, alcalde ordinario, como Procurador de la ciudad
para que atendiera los negocios de la misma y participara en una junta de
procuradores de todas las ciudades del Nuevo Reino, en la que se elegiría un
representante de todos los cabildos para que viajara a tratar negocios en el Supremo
Consejo de las Indias y Cortes de España.

(1 Procurador de la ciudad, designado por el Cabildo, fue durante toda esa


etapa de asentamiento y desarrollo hispánico una persona clave como jalonador del
progreso y el bien común. Así encontramos a Andrés de Rodas, procurador en el
año de 1554, pidiendo en la sesión del 25 de Junio "que se aderecen los caminos"
hacia las minas y los valles donde se hallaban los repartimientos, aposentos y
estancias en progreso y "que se abran las calles" para el tránsito y para sacar las
bestias y los productos, pues en muchos casos el vecino que recibía un solar
construía su bohío de bahareque y techo de paja en un lado y el resto del lote lo
10.
cubría con maíz y hortalizas, invadiendo incluso las calles

Las Justicias de la ciudad manejaron con mucha celo su jurisdicción y


soberanía, y con un ferviente apego a La Ley, por ello el cabildo de Agosto 23 de
1554 se opuso rotundamente a las intenciones del Capitán General Pedro de Ursúa,
quien llegaba a la ciudad después de sus correrías por Muzo y los Tairona, con el
fin de reunir gente para hacer una nueva población, sin licencia ni autoridad Real

~ lbíd P.íg 19

10
lbíd Pág. 95-97. 11 casco urbano de Id ciudad de Pdmplnnd lo componían unas cuanta, chozas de
bahareque y ¡lcljd, el ladrillo y Id Cdl aún no ,e fabricaban, la, grandes mansiones se vinieron a construir
y,1 finali,ando el Siglo XVI y principio- del XVII.

23
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

para ello. El Cabildo sabía que en las condiciones del momento, poblar otra ciudad
quitaría territorio a Pamplona, mucha gente se iría a la nueva fundación,
tambalearía el proyecto pamplonés, además no estaban muy conformes con Don
Pedro a la cabeza de dicha empresa. La situación jurídica de Ursúa no era muy
buena, el mismo 23 de Agosto de ese año la Real Audiencia comisionó al Capitán
Luis Lanchero para que saliera hacia la Provincia de Pamplona, lo aprehendiera con
su gente y lo hiciera comparecer ante la Real Audiencia, pues tenía sobre sus
hombros unos cuantos cargos y cuentas con la Real Justicia.

En la primera .~esión del Cabildo dPI año de 1555 se trató "que por cuanto en términos de
esta ciudad se tiene noticia de minas muy ricas en los pue.b/os de indios que están repartidos
a vecinos de esta ciudad e conviene que se traigan a la obediencia, e sobre el/o es necesario
ir un caudillo con gente a la buses de las dichas minas, ... •11

Aunque lo relativo a las minas no habría de ser más que el gancho para
obtener licencia para capturar indios de guerra para el laboreo de las ya existentes,
muchos de los repartimientos hechos en Pamplona sólo figuraron en el papel y
pasarían años antes de que se pudiesen sujetar efectivamente todos los pueblos de
la Provincia.

Sin embargo, Nicolás de Palencia, procurador de la ciudad para el año de


1555, era más concreto en su petición y demandaba del cabildo que "se vaya al
descubrimiento a Sierras Nevadas, e para traer de paz a los naturales"!'. El Cabildo
resolvió que Sierras Nevadas estaba muy lejos, a más de 30 leguas de esta ciudad, y
que era más conveniente traer de paz los pueblos más cercanos, sin detrimento de
ellos.

El mismo procurador Palencia presentó en el cabildo de Febrero 26 de mismo


año una Provisión Real en la que se ordenaba a la ciudad que procediera de
inmediato a la búsqueda de nuevas minas y a la pacificación de los naturales
comarcanos no sujetos aún. El Cabildo resolvió encargar de tal misión al capitán y
alcalde Juan de Maldonado, quien iría por los términos de esta ciudad y Sierras
Nevadas a hacer lo por Su Majestad cometido". Esta misión no se llevó a cabo,
excepto algunas salidas muy cortas y particulares sobre repartimientos ya titulados.

Para este año de 1555 ya se habían adjudicado unas cuantas estancias a


vecinos no encomenderos y todo el vecindario cabezas de familia alcanzaban los
75 sin contar estantes, residentes temporales, pasantes ni los indios del servicio, que

11
lbfd Pág. 120

12
lbíd Pág. 121

13
lbíd Pág. 126

24
Silvano Pabón Vlllamlzar

no eran pocos. Se habían fijado las tarifas para los obrajes de herrería y demás
servicios. El Padre Alonso Velasco, primer beneficiado de la Iglesia Mayor, había
puesto a funcionar el primer molino harinero de la ciudad, y el Cabildo había
elevado pliego de peticiones a la Santa Sede y las Cortes de España en procura de
mercedes y concesiones en favor de la ciudad y su Iglesia.

A principios de 1556 el Cabildo sustentó la situación del provecto poblador en


estos términos:

"Lo que pasa es que puede, haber sc,i~ años que e/ Cipit~n Pedro do Ursúa pobló esta
ciudad a costa de sus vecinos que a ella vinieron y on la poblazón e pacificación se pa56
muy gran trabajo y nr•cesidad a causa de la mucha pobreza de ella por que no se halló oro,
ni poca ni mucha cantidad de> sanado c>n la dicha tiorte, lo cual fue causa de que e/ dicho
Capitán Pedro de Ur-ú« e otros muchos se Iueron en muy gran peligro de se despoblar, e ser
muy poros las españoles quo en ella quedaron los cuales con el favor de Dios Nuestro
\C'ñor se esforzaron en buscar minas e les descubrieron muy rices, e acudió mucha genlc del
Nuevo Reino a labrarla., e /as labraron en breve tiempo, y lov vecinos de 1•s1a ciudad no
fut•mn aprovP<·hadm... •

"Lo, vecino» quC' en <',la ciudad han ouededo viven muv dPsnml<mto, por la pobreza que
tienor, •...

"La l~/e_,ia de• e-ra ciudad está muy pobre y tiono mucha mv:esidad"14.

La relación puede haber sido un tanto exagerada en virtud de que su objetivo


era lograr de Su Majestad un préstamo de la Caja Real por 20.000 castellanos para
comprar negros y poder labrar las minas, así como una limosna de tres mil
castellanos para la fábrica y ornamento de la Iglesia.

Mientras se gestionaba la ayuda oficial a la población, el Cabildo seguía


proveyendo estancias de pan y ganado, instituyendo nuevas rancherías para los
indios en el río Suratá y revisando las ordenanzas de minas existentes, lo cual
indica que la minería continuó a pesar de las quejas sucesivas de los mineros, y a
pesar del agotamiento casi inmediato de los veneros de Páramo Rico.

la jornada descubridora del alcalde Andrés de Acevedo por Arboledas había


dado buen fruto, se habían hallado y pacificado grandes grupos de naturales y ahora
se contaba con mano de obra para el laboreo de las minas según lo propuesto, pero
en realidad lo que se hizo fue engrosar el número de encomiendas y abrir otra
importante fuente de colonización desde la actual Cucuti lla hasta el Zulia, cercano
a los llanos de Cúcuta.

14
lbíd Pág~ H,1-H,3

25
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION OE.L ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

Pacificar y sujetar los indígenas, disponer de esta mano de obra indispensable


para la minería y labores agrarias, se convirtió en una prioridad, mayor a partir de
1557 cuando se pregonó el decaimiento y pobreza de la producción minera del
momento, y se empezó a urgir la búsqueda de nuevas minas y la expansión de la
frontera hispanizada, pacificando y sujetando grupos marginales. Con esta idea el
cabildo de Marzo 15 de dicho año:

"Tr..ihí quo por cuanto en 11tnnino\ d1• t•,ta < iudad, ,•n la provinl'ia do \i<•rra, Ncvede-; ,t• ha
informado por /o, neunelo-: lll'nt'n n11,1na~ qui' ha~ mina, mu> ncs« y por lo» ptoc urad11r1•,
dt> <',ta ciudad ,p pido le» vayan a buwet, mucha, VC'CI'\ acordaron que por cuanto al
servick¡ di' Dio» Nul',tro \c•ñor y d1• \u Majp,tad, >' bion di' l',ta rc>púb/,ca convi1•np qu« ,,.
15
fu1•,p a bu-car te« dicha, mina, ... •.

Y para tal misión nombraron y dieron todo su poder al Señor Juan Andrés
Varela, alcalde ordinario de la ciudad. Sin embargo, lo resuelto en este cabildo no
se ejecutó de inmediato y en la junta del 18 de Junio el procurador Alonso Durán,
el mozo, contradijo dicha disposición alegando que si el alcalde Varela se iba a
realizar dicha jornada contra los indios de Suratá y Táchira, como se pretendía, sin
los hombres 111 elementos suficientes, sólo causaría muerte y peligro para los
"cristianos". Luego, ante la insistencia de los alcaldes y el encomendero Pedro
Alonso de los Hoyos, quien había levantado un informe ante la Real Audiencia
donde denunciaba la muerte de algunos cristianos e indios de servicios a manos de
los naturales de las márgenes del río Zulia y el Valle del Táchira, se encargó al
Justicia Mayor, el Capitán Ortún Velasco que se ocupara de estudiar y resolver el
caso".

Ahora, si bien es cierto, para este año de 1557 no se logró la organización de


dicha jornada, sí se generó una profunda división entre los encomenderos y
dignidades del Cabildo; unos abogaban por continuar las campañas de conquista y
otros por la cautela y la investigación de los supuestos crímenes por parte de los
naturales antes de resolver cualquier cosa.

Al margen de los proyectos e intrigas por la expansión hispánica a partir de


Pamplona, el Cabildo intentó consolidar su Iglesia Mayor y otras obras en la ciudad.
La junta del 13 de Abril de 1557 instruyó a Hernán Suárez de Villalobos, quien iría
como procurador de la ciudad a Roma y España, para pedir a Su Majestad una
merced

1~1bídP.íg.
185

lh lbíd l'd~~ 201-20.J y 216

26
SIIVano Pabón Vlll•mlzar

"de tres mil pesos de buen oro para cdific:.ar una iglesia en ella, de piedra e ladrillo,• "mil
pesos de buen oro para ornamentos y cálices, y olras cosas necesarias para la Iglesia,• y
"mande dar salario a dos curas que estén en la Iglesia de esta ciudad, por cuanto uno solo
muy trabaiosamente alcanza a causa de estar muy le;os de pueblos de españoles y tener
necesidad de reconciliarse y el pueblo de españoles que está más cerca estará más de
cincuenta leguas, y hasta allí no hay ningún secenlae"17.

Pediría además, los diezmos de tres vecinos para la Mayordomía de la Iglesia


Mayor, el veinteno del oro de las minas por 20 años, el treinteno de la plata por
treinta años, la marca y fundición para el mejor manejo y recaudo de los Quintos
Reales y de esta manera no tener el riesgo de llevar et oro a fundir a Santafé, que se
le asignen a la ciudad los linderos de una información que había elevado Alonso
Téllez, otro procurador, que prestara del Erario Real treinta mil pesos para el laboreo
de las minas, y de paso las encomiendas que vacaren fueran depositadas en
conquistadores y pobladores de la ciudad y no en foráneos.

A la Santa Sede se le pedirían indulgencias para quien diera limosna a la Iglesia


Mayor y al hospital de la ciudad, así como indulgencias para los cofrades de La
Veracruz y a quienes dieran limosnas a ella. Con esto buscaban obtener
cooperación ciudadana para estas obras de bien común.

En las ciudades sufragáneas como Pamplona era muy común acudir a Santafé,
sede de la Audiencia, <orno hoy lo hace la provincia colombiana- en procura de
obtener del alto gobierno las provisiones que beneficiaran a su comunidad; así, en
Noviembre de 1557 parecía como Procurador de Pamplona ante la Audiencia el
Capitán Juan de Maldonado, quien solicitó entre otras cosas la defensa y legitimidad
de los derechos de la ciudad en el Río del Oro, sus placeres de minas y el
embarcadero de Botijas, en discusión con la ciudad de Vélez. Hasta 1570 no se
conoció el Puerto de Ocaña sobre et Magdalena, y la salida de Péllll>k>na era
entonces necesariamente el Río del Oro o Lebrija y sus embarcaderos de
Cañaverales y el referido Botijas o el camino de Tunja 18.

2.1 EL PROYECTO POBLADOR DE MÉRIDA

En el año de 1558 se insistió en la empresa conquistadora y pacificadora de


indios, con el aliciente de descubrir nuevas minas y tierras para poblar. Afrontó el

17
lb*I Págs 192-194
111
OTERO O'COSTA, Enrique. Cronicón Solariego. Bucaramange: Vanguardia, 1972. Aunque este
ilustre historiador coloca como fechd de inicio del comercio de Pamplona por el Puerto de Ocaña sólo
hasta 1580, según lo veremos más adelante.
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

proyecto el Capitán Juan Rodríguez Juárez, vecino de Pamplona y con gran espíritu
de empresa, quien no sólo procuró la pacificación de los indios y ganar tierras, sino
que terminó fundando un nuevo asentamiento de blancos: la ciudad de Mérida.

En el cabildo del 3 de Enero de este año de 1 SSC el regidor Juan Andrés Varela
dijo:

"quo mucho» indio« dt• <'~la provine ,a <'((án a//ado, y rPbPld<•\ y han muctto y matado
mucho, do lo« indio« quo ~irv1•n a k»: vecinos do .. ,ta ciudad, Jo, cuek« dicbo-. indio«
r<'b<'lde~ e\l.in a soi« fo,;ua~ di' P,ta ciudad y podfa ,1•r que viniown a dar t•n <'\la ciudad
como lo han hC'ího on <>tras a/t,,racione, <'n otra, e iudad<'~ do P,1,, Roino, qu« pid« P
requiere a lo« dicho» wñorC's Justicia e Rc,¡;imic'nl<> /o r<'m<'dic•n mandando tra<'f dt• per lo»
dicho., indio, <' qui• no aguard<'n a quo no lc'nga ronwdio; y w ca~tiguen lo, culpado( que'
han andado <'n <'(la, rPbC'/ionp, juntando a los indk« que• sitvvn rnmo wm lo« indios d1•
Zulia y Cucoit« y Tác hira v otro, a ollo-; rnmarcanm, "... 19.

la junta acordó corrusionar para organizar y ejecutar la mencionada


pacificación de naturales al propio Justicia Mayor, el Capitán Ortún Velasco, quien
por obvias razones (sus múltiples ocupaciones y negocios) se excusó y delegó ese
nombramiento en el Cabildo, el cual designó entonces al mismo promotor de la
propuesta, el regidor Juan Andrés Varela'". Posteriormente en la sesión del 27 de
Febrero el procurador Miguel de Hoyos demandó que se cumpliera una cédula que
al respecto la Audiencia tenía proveída.

Los dignatarios respondieron y consideraron sobre la petición del procurador

"qui• va} ,1n a bu"·ar /a, mina, qu« una y mucha, v1•n•, /11 tiorwn mandado, y ha,ta a¡.:ora
1

no ha habido <'f<><fo por alguna, ,.iu-.1, qui• w han ofrc·c·ido; y por haber viao qu<' hoy "'
hen acab,1do y a, aban y /,, tiorre vionc <'ll muy wan di,minucicín y pobf<•7<1, y lo» v1•c iru»
,•,tán <'11 mucha n<'C"<'(idad y lo, dl'rl'chm Rmf<•, ,on muy mPnm,abadm y 1•11 todo
pordido«, y convi«•n<' ron toda br<'Vl'dad "' busquet» la, mine«, que mandaron y mandarán
qu<' ,,. vayan a bu-cer le« dicha, mina, a la l'rovir« ia d1• T.íchira o dond« lwbiert• noticia
qu« /,1, hay 1•11 t1lrmino, di' t•,ta ciud.1d, para quo ,<' pu<'bh·n }' labn-n , y qui• '<' ,a/~.i a /a,
buwer con toda brl'V<'darl, y <¡U<' "' eporcib« /,1 ~<·n((• ll<'n•,aria, v1•cino~ y 1•,1.11111•\ v p,ira
dio y para qui• vayan con toda bnwoded, ord1•n y recaude: to« dicha, ¡.:<'ni<•.\; mandaron que
vaya por Cspitá» }' Caudillo d,· la dicha w·nt«• ).u,111 Rodrf,;u1•/ \u,ir1•/, akd/cfp ordinario, ,,/
cual /p den pr>d1•r para lo su-odictv¿ "... 21.

l'I PRIMER Libro de Actas... ( )p Cil l'.íg. L 14. 1 ,to, /uli<1, 1 orrr--pondfan ,1 L, p.irl«' <11!.i o nwdi,1 rll•I
rlo, ma-, no" Id parte nJv<'gJlil<' o lldjd, lugJr dl' fro111t•r<1 < 011 lo, grup<,., <'11 guPrr<1

JO lbid Pág. 2·15

n lbid Pág, 242-24 l

28
Siivano Pab6n Vlllamlzar

A pesar del empeño puesto en el cabildo la proyectada empresa no


comenzaba, un poco por lo dispendioso de los preparativos y otro tanto por la
oposición que tenía en algunos cabildantes y vecinos. Afectó especialmente una
fuerte enemistad que había entre los Capitanes Juan de Maldonado y Juan
Rodríguez Juárez, y que tuvo gran trascendencia después de la fundación de Mérida
con las intrigas políticas y persecución que Maldonado le instaura al fundador, el
Capitán Rodríguez Juárez22.

Miguel de Hoyos como procurador apremió en el cabildo del 14 de Abril de


ese año por la ejecución de la jornada ya dispuesta y ordenada en cabeza del
Capitán Juan Rodríguez Juárez, y el Cabildo estipuló un plazo de 20 días para que
se enrolara la gente necesaria para que de una vez por todas, se pusiera en efecto la
tan proyectada expedición a "Sierras Nevadas"21.

Juan Rodríguez Juárez participó en la sesión del 18 de Junio de 1558, como


alcalde ordinario de la ciudad ese año, en la que fuera su última junta como tal en
Pamplona. Luego, a principios de Julio salió con 56 soldados, el regidor Juan
Andrés Varela y otros partidarios suyos que lo acompañaban. Fray Pedro de
Aguado y Fray Pedro Simón singularizan con detalle las andanzas de la hueste por
los valles de Zulia, Cúcuta y el Táchira, su paso por el valle de Santiago, el
descubrimiento del valle de la Grita24, y la fundación de la ciudad de Mérida.

El objetivo de la expedición no iba más allá de lo dispuesto por la Audiencia y


lo ordenado por el Cabildo: descubrir nuevas minas y pacificar indios rebeldes, pero
una vez ganada la tierra, el Capitán Rodríguez Juárez cedió ante las glorias de un
conquistador y quiso inmortalizar su nombre fundando una ciudad, para lo cual no
estaba autorizado. Esto le acarreó una tenaz oposición por parte del Cabildo de la
ciudad de Pamplona y de sus enemigos, especialmente del Capitán Juan
Maldonado, quien, como ya se anotó, le impulsó un proceso en la Real Audiencia
en su contra, deslegitimando todo lo actuado por él y su hueste y llevándolo preso a
Santafé25•

n AGUADO, Fray Pedro. RNopikidón I Iistorial, Tomo 11. Bogotá: Bibliotec.1 de Li Presidencia de lc:1
República; 1956. Pjg. 1 so.

2l PRIMER Libro de Actas ... Op. Cit. Pág. 246

J4 AGUADO, Op. Cit. lomo 11. P.íg. 115, y SIMÓN, Op. Cit. Tomo 111. LO!, repartimientos y relación
de pueblo-, adjudic .ido-. en lc:1 región Venezolana por la hueste de Rodríguez Suárez se hallan en el
Archivo General de la Nc:1dón, Sección Colonia: visitas de Venezuela, Tomos IV y XI, en Caciques E'
Indios, especialmente en le" Torno- VI y LXVI, y en l li~tori~ Civil.

'5 PRIMER Libro de actas ... ÜJ). Cit. Pág. 251 y AGUADO, Op. Cit. Tomo 11. Pág. 465.
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

Pamplona que había planeado su propio proyecto conquistador y expansionista


del mundo hispánico, se veía ahora frente a un serio problema de intereses
territoriales y de serias disputas, con una ciudad fundada por sus propios vecinos en
su jurisdicción, y frente a la cual perdería no sólo tierras sino numerosos
repartimientos indios, y lo que era peor; pobladores que migrarían al nuevo
asentamiento, corriendo así Pamplona el riesgo de despoblarse, como lo
manifestaban los adversarios más enconados del proyecto.

En el cabildo del 9 de Septiembre de 1558 se trataron las denuncias del


Capitán Juan de Maldonado quien había escrito a la Audiencia diciendo "que había
sido muy gran desvergüenza lo que este Cabildo había hecho en enviar a buscar las
dichas minas, y que andaban haciendo plazas con esto", y amenazando con sendas
sentencias a algunos regidores y hasta cárcel por patrocinar semejante desafuero y
desfachatez en contra de esta ciudad de Pamplona y sus vecinos".

Al conocer el problema, la Audiencia promulgó una Real Provisión (Nov. 23


de 1558) dirigida expresamente al Cabildo y vecinos de Pamplona en virtud de que
habían sido informados

"quo mue ha, p<'r">ll,1' y vccitv» d<' /a, ciudedo-: y ville» d1• 1'\I<• Roino, }' d1,1rilr1 dC' la Rve!
Audi<>ncia, han ~/ido }' '><1/t•n a mnqui,Lar y pobl.ir cnn lo prohibidr, y wdado por <u
Mai1•,1ad, ,o color )' diciPndo que• iban a d1•,1 ubrir mina, por comi,ión y facu/t,1d de p,(;i
Roe! Audionri«, qui• para dio din·n qu« li<·nl'n; qu«• mandaban y mandaron ou« w don
f>rovi,i11n1•, para /el, die he« ciudsdc-. y cobitd:« cfp <'11"' no u,c•n n, con~i<•nlan qui• nadi<• u,<·
ch• Pilas, n, ,a/¡;a n.1di1• por virtud d1• dic·h,1, comiqom•, ao dc>,cubrimi<'nto d<' mina, ,in qw•
.
prurwm . •... 17
vt•n,;an a 1•,1a R ea IA udit<'n< ,a,

En consecuencia, en el cabildo del 30 de marzo de 1559, el procurador de la


ciudad, Alonso Durán, el mozo, pidió que por cuanto Juan Rodríguez Suárez había
ido corno alcalde de Pamplona a buscar minas según una Provisión Real, y había
terminado fundando una ciudad en los términos de ésta, debía "darse por ninguna
la dicha población y que los indios se den a los vecinos de esta ciudad":". El
Cabildo dispuso que se trajera a Juan de Torres, quien había participado en la
misión, para que informara lo que a esta ciudad competía.

La fundación de la ciudad de Mérida provocó un gran conflicto jurídico y


político en el que la Real Audiencia de Santafé fue un tanto parcial a favor de Juan
de Maldonado y sus amigos, y las provisiones que expidió generalmente apoyaron

'6 lbid Pcig. 25 1

sr lbid l'.íg. 270

•. lbid P.íg. 2&h

30
Slfvllflo Peb6n Vlffamlzar

su intromisión en el proyecto, a tal punto que le permitieron apropiárselo y


deshacer lo actuado por el original fundador, el Capitán Juan Rodríguez Juárez.
Maldonado contaba además con el apoyo de un pariente suyo entre los oidores de
la Audiencia, el Doctor Juan Maldonado, hecho que sin duda le reportó grandes
beneficios.

La ciudad de Mérida se mantuvo aunque Maldonado la repoblara y cambiara


de lugar, y a pesar de la rivalidad que se generó con Pamplona. En el cabildo del
10 de Enero de 1559 se ordenó que el alcalde Andrés de Acevedo fuera y
amojonara los linderos entre las dos ciudades, puesto que "el dicho pueblo que
pobló Ouan Rodríguez Juárez) es en término de esta ciudad y ha repartido y
29.
señalado los términos de esta ciudad entre ella y el dicho pueblo", ...

Con conflicto y todo, Pamplona tuvo que reconocer el nuevo proyecto


poblador y se dispuso a definir sus términos, viendo así ampliado el mundo
hispánico a expensas de sí misma.

Los términos que Ursúa había trazado para Pamplona eran muy imprecisos y
vagos, especialmente por "Sierras Nevadas", y se puso en evidencia con el
poblamiento que Rodríguez Juárez hacía. Por ello la comisión que el Cabildo de
Pamplona otorgaba al regidor Acevedo debería frenar las aspiraciones territoriales
de Mérida frente a Pamplona, ya que ésta pretendía extenderse hasta el valle de
Santiago, y los límites se fijaron en el valle de San Bartolomé, unas 1 O leguas
adelante del sitio donde posteriormente se poblara la villa de San Cristóbal 1°.

Por este mismo año de 1559, el Cabildo se preparaba para recibir y atender la
visita de Cristóbal Bueno, enviado por la Audiencia para visitar todos los
repartimientos de la ciudad, poblar los naturales dispersos y ordenar la doctrina.
Para el pago de los honorarios y salario del visitador se "repartieron" 360 pesos
entre los encomenderos de la ciudad, recaudados por los regidores del Cabildo".
Menos de un año después la ciudad volvía a ser visitada por el oidor Tomás López,
año de 1560.

Los esfuerzos de estos primeros pobladores por consolidar la población


pamplonesa se veían avalados por la autoridad Real y Eclesiástica; paralela a la
visita de Cristóbal Bueno a las encomiendas de Pamplona, el prelado Fray Juan de
los Barrios, Obispo de Santa Marta y el Nuevo Reino, asignaba a Bernardo de

19
lbid Pág. 285

JO AGN, [ mpleados Públicos de Venezuela. Torno V. ff 20 • 40

31
PRIMER libro de actas... Op, Cit. Págs 279-282

31
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

Arroyo, clérigo de Santafé, para que practicara visita canónica con investidura de
Juez Eclesiástico en los términos del Río del Oro y río Suratá, coh el objeto de
adelantar diligencias tendientes a la protección de los naturales en los distritos
mineros de Pamplona. Era evidente que el Obispo tenía algunas denuncias al
respecto, y con ello pretendía ejercer su investidura de Protector de Naturales en el
12.
Obispado

Sin embargo estas medidas no siempre eran recibidas con beneplácito por los
vecinos encomenderos y mineros de la ciudad, en este caso las visitas tanto del
Padre Bernardo como la de Tomás López, fueron fuertemente impugnadas ante la
Real Audiencia, se convocó y celebró un cabildo abierto en donde la ciudad en
pleno rechazaba las ordenanzas y autos del oidor López.

Los encomenderos de Pamplona que desde sus inicios ostentaron amplias


libertades en el manejo de sus indios y cuadrillas de minas, verían afectadas sus
empresas e intereses pecuniarios al aplicar la Ley y el control del Estado y la Iglesia
como protectora de naturales.

2.2 EL PROYECTO DE LA VILLA DE SAN CRISTÓBAL

Un segundo proyecto poblador, menos tortuoso y mejor instituido que el de


Mérida, fue sustentado por Juan de Maldonado después de sus andanzas por
"Sierras Nevadas", en el cual pretendía la fundación de una villa entre las ciudades
de Pamplona y Mérida a fin de hacer más expedito el camino entre las dos urbes.
Pero más que eso la idea habría de estar motivada por las nutridas y numerosas
comunidades nativas que observó por esos valles en sus correrías a Mérida. Y
aunque si bien era cierto que muchos de aquellos repartimientos habían sido
otorgados por Ursúa, hasta la fecha solo se tenía referencia de los mismos, y dichas
comunidades nunca habían sido sujetas o encomendadas efectivamente.

Después de fundada Mérida la situación de los indios tachirenses continuó


como hasta esa fecha lo habían estado; sin dominio hispánico alguno, y por el
contrario presentaban hostilidades a los viajeros como lo expresara Aguado en sus
relatos: "Pasábase en este tiempo para ir a Mérida por entre muchos indios de
guerra, como eran el valle de Santiago y el valle de La Grita, y los Bailadores"11.
Rodríguez luárez había descubierto el valle de Santiago, había apuntado y señalado
en repartimiento los indios a soldados suyos, como nos lo señala el mismo cronista:
"Juan Rodríguez Juárez descubrió e/ valle de Santiago, oue en lengua de sus

<L lbid P.:ig~ 287-290

"AGUADO, Op. Cil. lomo 11. Pág.145.

32
Siivano Pab6n Vll/amfzar

propios naturales es llamado Zarca, y los adjudicó por términos de Mérida, ningún
derecho adquirió con esto que le quedare sufragáneo a su pueblo, ni los indios en
las personas a quien los encomendó y serelo'",

Y en efecto los naturales de este sector no quedaron encomendados con la


fundación de la nueva ciudad, y los indios que señaló el alcalde Andrés de Acevedo
a Pamplona se localizaron mucho más allá de este valle. En tanto que poblar una
villa en el valle de Santiago, sujeta a Pamplona, era una necesidad prioritaria para
esta ciudad, y las aspiraciones de Juan de Maldonado sonaban más que apropiadas;
necesarias.

Con esta idea el procurador de la ciudad electo para el año de 1560, Francisco
Sánchez, presentó en la segunda sesión del año una petición para que se nombrase
a una persona para que fuera al valle de Santiago a poblar una villeta, por cuanto
tenía conocimiento de que:

"Camino de M{,rida hay ,;ran cantidad de• indio\ para hacc•r y poblar una vil/C'ta de crisileno«
> para a,l'¡;urar c•I camino di' Mé>rida, y quo lo, dicho~ indios C'\t1tn de Pa1 y vengan al
cononm11·nto dc• la Ft• <.mtiana y al¡;unm c~p,11iule~ lo, < ueles l'.\lán perdido« en c>~las
peru». >' otr,n p<'rscmas, y .tl<'nlo a ,i la did1..1 \ i/1, ·t,1 no ~<· '1,tn•, no w pU<•de, andar el dicho
• amino d,• aqu{ a 1\11\rid,1 sin rie~go, pt» 1 ,w·.. 1 rf,• habc'r tnucho« naturalt·~ c>n el dicho
1amino"1s

Los cabildantes resolvieron estudiar mejor la propuesta e informar a la Real


Audiencia de Santafé sobre lo planteado. Y pocos meses después, Juan del Rincón,
regidor del cabildo acudió ante la Audiencia a sustentar el proyecto y recomendar
para su cometido a Juan de Maldonado; no sin antes advertir que fuese "una villeta
sufragana a su pueblo, que no tuviere más jurisdicción de la que el Cabildo de
Pamplona en ella ousiese''!".

Tanto la Audiencia como el Cabildo de Pamplona se presentaban muy


cautelosos con la proyectada empresa pobladora, y de acuerdo con lo sustentado
por el regidor del Rincón. La Audiencia expidió "Carta y Provisión Real dirigida al
dicho Juan Maldonado para que hiciese la dicha población y poblase una villa e
17.
pueblo sufragana y sujeta a la dicha ciudad de Pamplona," ...

H lbid. Pág. 146

1~
PRIMER Libro de actas ... Op. Cit. P.\g. 294
36
AGUADO, Op. Cit. 1 orno 11, Pág. 149

37
AGN, Lrnpleados Públicos de Venezuela. l orno V. ( 20

33
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

Maldonado una vez dotado de la licencia y provisión de la Audiencia,


comenzó a juntar hombres y vituallas para emprender la promovida fundación en
territorio tachirense. Aguado plantea que alcanzó a juntar unos 35 hombres, entre
los cuales se hallaban unos cuantos encomenderos de Pamplona, pues habida
cuenta la proyectada villeta se poblaría en jurisdicción de la ciudad y quedaría
sufragánea a ella18; hecho que les permitía obtener repartimientos de indios e
iniciar otras actividades económicas allí, como en efecto así ocurrió.

Aparecen en la expedición y fundación de la Villa de San Cristóbal nombres


como: Nicolás de Palencia, regidor, Alonso Durán, el viejo, Antón Esteban,
Francisco Fernández de Rojas, futuro fundador de Ocaña, Pedro Gómez de Orozco,
Alonso Carrillo, Francisco Sánchez, Juan Martín y Nicolás Nieto. Y como soldados
al servicio o patrocinados por los anteriores encontramos a Hemán Martín Peñuelas,
Juan Francisco, Gonzalo de Vega, Juan (arnacho, Sancho de Baracaldo, Luis
Sánchez, Pedro de Angarita y Luis Maldonado, entre otros19. Muchos de ellos
regresaron a Pamplona donde residían y en el mejor de los casos mantuvieron y
atendieron en lo sucesivo negocios en las dos, ciudad y villa respectivamente,
incluidas sus encomiendas de naturales 40.

La Audiencia asentaba en un proceso levantado sobre la proyectada fundación


lo siguiente:

•pf dicho Capitán Juan Maldonado pobló e fundó en nu<•stro Real nombre en PI valle do
.\antiago, lunes treinta y un dfas del mes do Mar/o dPI año pa,ado de 5e(Pnta y uno, un
pueblo que> puso por nombre villa do San Cri,tóbal <~ tomó la po$e~ión d<' él 1•n nuestn¡
nombre, y eligió y nombró elcskie«, tegkkxe« e ouo» o(fr islo« dP luaicie en ella, y le (Cñaló
y amojnnó cieno« tértnino« y d<'·claró los casos quo la luaicis do la dicha Villa debfa
conO<"Pr"41

Evidentemente Maldonado se ciñó a lo dispuesto por la Audiencia para la


fundación que se le encomendaba, realizó las ceremonias de rigor, nombró cabildo
y repartió solares, a la manera de las grandes fundaciones como lo refiriera Aguado:
"los actos y ceremonias de su fundación fueron los que en las ciudades se suelen

18
AGUADO, Op. Cit. f orno 11, Pág. 349

19
AGN, f mpleados Públiro-, de Venezuela. Tomo V. ff U • 1.1
40
Daros biográñro-, sobre lo, fundadore-, de lc1 Villa onrontrarno-, en: ROSALES, Rafael María. Bc1jo PI
Alegre Cielo: Noticias de c1lgunos r undadores. San ( ri-tóhal: Biblioteca de Autores y l cmc1~
Tachirenses. No.18 y en: PAEZ COURVEL, luis Eduardo. l ,ludie¡.. t Ii-tór« <,., sobro Pamplona y 01 c11i,1.
Bogotá; Antares, 1950.
41
AGN, Irnpleados Públicos de Venezuela. Torno V. f 20v

34
Sllv•no P•bón Vlll•mlzer

hacer, excepto que en la elección o nombramiento de regidores aquí no fueran más


de cuatro, y en los otros pueblos o ciudades suelen ser ocho?".

los informes que la audiencia recibió coincidían con lo que plantea Aguado en
cuanto a los indios: "repartió los indios que había visto y descubierto así dentro del
valle como fuera de él, y dio a todos los que con él habían ido según la antigüedad
y merecimiento de cada uno y a lo que en la tierra había, prefiriendo en todo a los
vecinos de Pamplona que le siguieron, de los más soldados que con él fueron"43.

Ya habíamos mencionado que la mayoría de los soldados rasos iban al servicio


o con el patrocinio de viejos encomenderos de Pamplona, quienes regresaron a su
ciudad después de que se les asignaron los mejores repartimientos en el nuevo
territorio. Luego serían estos soldados de menor rango quienes realmente
afrontarían la ejecución del proyecto poblador. Estas notables diferencias
preferenciales fueron justamente las que motivaron futuras disputas entre
pobladores de la Villa y encomenderos de Pamplona.

Maldonado sustentaba ante la Real Audiencia haber amojonado como linderos


para la Villa

"para agora y para siempre jamás, hacia la banda de la dicha ciudad de Pamplona hasta el
rfo que llaman di' Cocuta por lfmite para las Justicias desta dicha Villa y para las de la dicha
ciudad de Pamplona, para evitar escándalos que entre la!> dichas Justicias suelen tener, que
no puedan pasar con vara del dicho rfo de Cocuta a esta parle, ni las Justicias desta dicha
Villa ponen a la o<ra parle, si no fuera la Justicia Mayor que e.~ o fuere de la dicha ciudad; y
que los ejidos y pa5to~ sean comunes, as( para lo« vecinos desta dicha Villa como para los
dP la dicha ciudad de Pamplona, como Villa que e.~lá poblada a pf'dimento de la dicha
ciudad. Y por la banda de Mérida hasta el que los esoeñoies llaman el Pueblo Hondo, y por
l.1 banda dPI Oriente hasta lo5 Llanos de Vme7ucla, y por la banda del Poniente hasta la
44
Laguna de• Maracaibo y Bra1us do Herina;• ...

Nótese que la Villa pretendía la mitad de los "Llanos de Cúcuta", compartiendo


los ejidos de Pamplona y reconocía vara del Justicia Mayor de la ciudad, aunque los
.
demás linderos son un tanto ambiguos por lo amplio y desconocido del territorio .

Al enterarse los pamploneses que la Villa se había fundado con términos y


cabildo propio, las reacciones desfavorables no se hicieron esperar. El procurador
de la ciudad Gutierre de Oruña acusaba a Maldonado de desacato y de incumplir
los objetivos de la proyectada misión en el valle de Santiago y tierras tachirenses, y

41
AGUADO, Op. Cil. 1 orno II Pdg. 354

• 1 lbid. Pág. 461

•• AGN, Empleados Públicos de Venezuela. forno V. f 21 - 21.v

35
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

se opinaba que debían suspenderse las diligencias practicadas allí. El Cabildo pedía
el concepto de cada uno de sus regidores frente al hecho y se· urgía levantar
. formact ºó n a 1 respecto 45 .
rn

Es de suponer que las refriegas en el Cabildo y I;, ciudad de Pamplona contra


Maldonado y su Villa fueran allanadas por el Capitán Velasco, su suegro y Justicia
Mayor de la ciudad, y el Capitán Maldonado continuaría con su proyecto en forma
inmediata, además porque muchos de los pobladores de la Villa eran
encomenderos vecinos de Pamplona.

Una vez poblada la villeta, Maldonado y sus vecinos continuaron la búsqueda


y apuntamiento de naturales, fomentaron la institución de empresas agrícolas y
ganaderas, sin desvincularse plenamente de la ciudad de Pamplona, pues su
dependencia económica y comercial se mantuvo por largo tiempo.

Sin embargo, las rivalidades continuaron y Pamplona pretendía que de ninguna


manera la Villa eligiera sus propias Justicias en forma independiente y en el cabildo
de Diciembre 20 de 1561 resolvieron enviar a Andrés de Acevedo, regidor, para
que con vara de Justicia pareciera en la Villa y sus términos como tal, e impidiera se
eligiera cabildo propio en ella, pues esta villeta debía ser sufragánea plenamente de
Pamplona, como constaba en el proyecto inicial". Maldonado contradijo la
decisión del Cabildo de la ciudad diciendo que

"La Villa l'ra libre y no sufragana a Pamplona, avisándoles que era en vano el trabajo que:
lomaban, por que en la Villa no se habla de cumplir ni ooedece: lo que ellos mandasen, ...
porque Jo, prooio« vecinos de la Villa estaban con propósito de no admitir ninguna elección
que de Pamplona w /e~ enviare, y asf ellos, el dfa propio do Año Nuevo, usando de ~u~
prcemirwnciss y tlbenedes, eligieran ~us etcsidc« y regidort>~ y lo« demá~ oficiales de la
r<>pu'b/",ca cadan<>ros
. .47 .

La Villa eligió su cabildo y pronto el hecho desencadenó un áspero conflicto


con la ciudad madre; acudieron las dos, ciudad y villa, ante la Audiencia teniendo
como punto base del litigio los repartimientos de indios y la jurisdicción judicial,
pues Pamplona reclamaba soberanía sobre todas las tierras tachirenses y dominio
sobre los indios de la zona, que en el mejor de los casos sí estaban encomendados
en vecinos de Pamplona; mientras San Cristóbal litigaba por el derecho a su

4~
PRIMER Libro de Actas, Op. Cit. Pág~ UO - H2

46
lbid. Pág.334
47
AGUADO, Op. Cit. fomo 1, Págs 365 - ]&6

36
Sftveno Pllb6n 'llfltemlzer

autonomía, en todos los aspectos, deshaciéndose de la tutoría y control de la


Justicias de Pamplona 48.

Luego para el año de 1562 la Audiencia envió al Licenciado Angulo de


Cortejón a visitar y tasar tributos de los naturales de las provincias de Tunja y
Pamplona, y de paso para que conociera y resolviera los pleitos donde tuviere
jurisdicción según los poderes que le instituían. Cortejón visitó ra villa de San
Cristóbal y sus repartimientos, conoció su litigio con Pamplona y trató de arreglar
las diferencias: quitó, adjudicó y readjudicó indios, ratificó al Capitán Maldonado
como Justicia Mayor de la Villa, ordenándole que usara de su cargo residiendo con
su mujer en ella, ordenó a los vecinos de Pamplona que tuvieran indios en San
Cristóbal que fueran a hacer vecindad en la Villa y ratificó los términos y
jurisdicción de la misma".

Solucionado transitoriamente el conflicto entre las dos poblaciones, se


continúan algunos conflictos entre encomenderos de la Villa y de Pamplona. El
problema más sonado fue el acaecido entre Alonso Durán, el viejo, encomendero
vecino de Pamplona y a su vez poblador y también encomendero de San Cristóbal,
quien sostuvo un enconado litigio contra Pedro de Anquieta y otros vecinos de la
Villa por unos cuantos repartimientos en el Táchira y valle de Santiago'".

El proceso y legalización definitiva del proyecto poblador de la villa de San


Cristóbal como unidad político-administrativa se tlevaba a término con la sentencia
dictada, por segundo fallo en el proceso, en la Real Audiencia el 20 de Marzo de
1565, en que se confirmaba lo proveído el año anterior por ese tribunal. La
Audiencia confirmaba lo actuado y dispuesto por el Oidor Angulo de Cortejón en
su visita a la Villa51.

Sin embargo, no obstante la supuesta y tan reclamada autonomía de los


villetanos de San Cristóbal para autodeterminarse no iba muy allá de decisiones
menores, pues todos los grandes problemas y asuntos ante la Audiencia se
tramitaban con las Justicias de Pamplona, incluso los problemas con repartimientos
y doctrina. A mediados de 1574 se presentaba en Pamplona Francisco Duarte,

46
AGN, Lmpleados Públicos de Venezuela. lomo V. ff 23r-v

49
lbid. (( 23v - 25. Doña M.irla de Velasco, hija dPI fundador de Pamplona, íue la esposa del Capitán
Maklonado, y de hecho no tenemos evidencia documental de que ella haya residido en San Cristóbal;
por el contrario, manejó en forma directa la encomienda de Chopo y vivió en casa de su padre, donde
20 .iño:,después fundar el el Convento de Santa Clara.

su AGN, Caciques e lndios, Torno 11. ff 1 - 15

51
AGN, Empleados Públicos de Venezuela. Tomo V. ff 30 - 45

3
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

vecino encomendero de la Villa, para pedir que se retitularan sus indios de


Himacara a Hernán Martín Peñuelos, vecino encomendero de San· Cristóbal, para
que los juntara e hiciera doctrinar ya que en el momento estaban "alzados" y no se
habían podido sujetar, desde el tiempo en que el Capitán Maldonado se los había
51.
encomendado

Un poco más adelante, en Febrero de 1590, Juan de Mardonez, Alguacil


Mayor del Corregimiento de Tunja, autorizaba y ordenaba al Cabildo de Pamplona
para que nombrase un teniente de alguacil en la villa de San Cristóbal;
nombramiento que hacen Bartolomé Górnez, alcalde ordinario, y Bernardino
Fernández , escribano, en Pedro de Anquieta, el mozo, quien presentó fianzas para
51.
posesionarse de su oficio Y corno éste, muchos conflictos y procesos de orden
judicial o eclesiástico en la Villa son resueltos en Pamplona.

2.3 EL PROYECTO POBLADOR DE OCAÑA

El poblamiento de Ocaña fue igualmente proyectado por el Cabildo de


Pamplona bajo varias motivaciones, y puesto en cabeza del Capitán Francisco
Fernández de Contreras, vecino de Pamplona. Este Capitán tuvo a su cargo varias
campañas y exploraciones hada el Norte de la ciudad, procurando hallar una vía
acrequible al mar o t aguna de Maracaibo, al tiempo que velaba por la jurisdicción
de la Audiencia de Santafé frente a la Gobernación de Venezuela 54.

Ganar la tierra, sujetar indios y descubrir minas eran proyectos que no


descuidaban estos veteranos conquistadores pamploneses. Las experiencias
obtenidas con las campañas de Mérida y San Cristóbal motivaban aún más esta
idea, a medida en que se consolidaba el poblamiento hispánico de Pamplona. La
población aumentaba tanto a nivel urbano como en los distritos mineros y
aposentos de blancos, se habían conquistado y repartido las parcialidades indias de
"las Arboledas y el Zulia", se afianzaban los caminos a Tunja, Mérida, y las minas,
así como a cada uno de los repartimientos sujetos a la ciudad. Era el momento
propicio para explorar y ganar los territorios del Nor-occidente de la provincia.

Fernández de Contreras, patrocinado por la Audiencia y el Cabildo de


Pamplona, realizó varias incursiones en procura de abrir brecha y penetración

'>J AHP-NS. 1 omo l. ff 78v - 79r.

"1 AHP-NS. 1 orno 'i, (( 51!-(,()v

.,. AGN, l li,1ori.:1 Civil. 1 orno 1 ') ff 7112 - 7')4. ProbJnt.i d1' \prvic io-. del CJpitán I rdn< i-c o I ernández de
C 'ontreras, año de 1 572. Puhlic.ddd en l ld<Jri1.1md, número- 5{, - (,0, año de 1 'l.19.

38
Siivano Pab6n Vlll•mlzar

hispánica por el río Zulia abajo y cuenca del Catatumbo, al tiempo que se pretendía
55.
explorar la zona de los Carates y Orornotos, más hacia la Cuenca del Magdalena

El Cabildo de Pamplona le confió al dicho Capitán el descubrimiento de minas


por las cordilleras que desde Pamplona enrumbaban hacia el Norte, y de paso la
posibilidad de hallar un camino al océano o "Mar del Norte" como se le decía
desde el Reino; minas que desde luego no encontró, pero sí halló entre los naturales
noticia de que el "Río Grande de la Magdalena" estaba cerca, pues en su recorrido
se había desviado hacia el noroccidente, pasándose a la cuenca y llanuras del bajo
Magdalena;

"dond<' ¡,,taba con la gc•nlt• que rnn él c•\taba <'I cual fui• 1•11 dc•<cubrimiento do! dicho río y
amf dio y apownlci 1•11 un pu1•blo de• )llldim d,,f Río ( ;,ande• dP /.1 Ma¡;d..if Pna qu<' <P dice
CHINCALAE qu« c•, y ha11• 1•11 /a provincia d1· Tsmslenwouo, p(J(•b/o d<' espeñoie« d<'~ta
¡;ouPmadón dond,• <'I die ho puc•blo di' Chin¡;.ilal' al c/1• Iomelemoouo hay doco /p¡;ua< t>/
río ..ibajo y d,mdc• e•/ di, ho puc•blo tk: ( "/Jin¡;a/,11• 11,,,ta la , iudad d1• ()caña hay dio» y wi«
%
h•¡;u.i, •..

Acababa de descubrir el futuro "Puerto de Ocaña, por donde Pamplona y la


misma Ocaña realizarían su floreciente comercio, estableciéndose así la ruta
Pamplona-Ocaña- Cartagena y viceversa; corría el año de 1570. El puerto que se
había descubierto y fundado, según lo sustentaba el Cabildo de Ocaria pocos años
después de fundada la ciudad:

"Er« ros;, qu,• on d/m ,,. hsbt« he'< ho notab/C' wrvuio a Dio~ Nuo-tn» \1•ñor > a su Maje<tad
RP.il por que: '<' evitarían mue ha, mu1•rtc•, dP lo-: yndio, natural<', de•/ Río Crend« d1• la
fi.la¡;dal<'lltl de lm de• la bo¡;a, lo cual ,,, ovitette ,¡ '" pobles» l',ta ciudad ao ()caña que
a¡;ora e~tá poblada por que en d dicho pu1•rto ,prfa /a de« ar¡;a de• la ropa ouo sube y va al
57.
Nuevo R< •ino do ( ;,an,1d,1 "...

Una vez asentada provisionalmente la hueste en el Puerto y en la futura ciudad


de Oc afia, el Capitán r emández de Contreras regresó a Pamplona para dar cuenta
de lo actuado a la Audiencia con el objeto de pedir licencia para fundar una ciudad
o pueblo de blancos en aquel territorio que acababa de descubrir, sustentando el

~~ SIMÓN, Pedro. Notic i,1, 1 li,toriJI<."', < )p. Cit. Noli< i,,, í,J y 7 a. 1 orno 111. Citado PAEZ COURVEL, Luis
Cduardo. 1 ,tudio-, 1 li-tóric o-, \ohre P,,mplorM y Oc dl'lc1. 13ogot.l: l\nlJr(",; 1950. P.\g. 277

'·•· RAH, Real Academia de Historia, KdJ< iono-, Geo¡.:r.ífic,h de < k,1ñd. 1 'i7R. 1 egc1jo 9 - 4(,h l.
I xpodionle VI, doc urnonto h. 1 ''"' r<'IJ< 1611 fuf' ord<'t1Jdc1 por 1 )on I OJ><' di• ( )rote o, gobernador de Sc1111d
,\\clrtc1 <'11 15711, n·~1li1.idd por 1•1 < ura lx•,wficiJdo y rq;idor<"' del ( abildo d<' la Ciud.id do Oc<11'1<1.
l'uhlic.id,1 (>Jrc ialmente en ( 1 WI 1)1 CII\ y .ic tualmento inc luida completa y rnrregid.i en Utld
publicdc ión de- lodJ, IJ, r<'IJ1 ion,..., g<'<>Hr.ífic.i, dl'I Nuc'Vo Reino, pn•¡)ar.td.i por C'I Dr. Armando
I\ \clrtíne1 ( ;.imi<d y 1•1 profr--or \ \'illiJm Hw•ndí.i on lc1 l Jnivc•r,idc1d lndu-tnal de 'i.inlc1ndN.

~7 ldem

39
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

proyecto y ventajas que resultarían de abrir esa ruta al tiempo que se sujetarían las
comunidades indígenas allí existentes; ampliando el espacio hispánico en
construcción.

La Audiencia de Santafé, presidida por el Doctor Venero de Leyva, estudió la


propuesta, y observando que dicho territorio estaba adscrito jurisdiccionalmente a la
Gobernación de Santa Marta, remitió el proyecto y gestor del mismo ante Pedro
Femández de Bustos, Gobernador de Santa Marta, quien le otorgó poderes y
comisión a Femández de Contreras

"para podo: poblar en nombre de su Maji>\lad por virtud de la dicha mmi~ión el dicho
Capitán Frencisc« Fernández pobló y conquisto la li<'rra y ciudad, y a pu<'<;lo lo« naturales
de• la provincia <'n los mldadm que IP ~egulan y le ayudaron; a la cual ciudad de> 0,aña w
pobló como e·~ dicho por el dicho Capitán Frandsco ff'fnánde/ y por la orden y ,e>misi6n
d1• Pedm Fernández de Busur: en PI año de• q!(enta, al fin de, a cue S<' pobló ocho año$
~tt • •
poco mas o mt>no~

Parece que el Cabildo de Ocaiia no tenía registro de la fecha exacta en que se


protocolizó la fundación de la ciudad, aunque redactan el informe en cuestión, el
día 25 de Marzo de 1578. A la ciudad se le puso por nombre Ocaña por congraciar
al gobernador Femández de Bustos, que era natural de "Ocaña en 105 Reinos de
España". pero su sucesor en el cargo, don Luis de Rojas Guzmán lc1 hizo llamar
"Nueva Madrid"; luego al dejar éste el mando, se volvió a llamar Ocaña y al
territorio: "Provincia de Santa Ana"59.

Los indios fueron repartidos y encomendados entre los vecinos de la ciudad al


tiempo que se otorgaban estancias y se iniciaba la fundación de cañaduzales y
haciendas para el sustento de la población y el comercio. La ciudad no poseyó
minas y su vocación fue básicamente comercial y agroganadera. Los vecinos y
encomenderos, en su mayoría originarios de Pamplona formaron una estrecha y
próspera alianza comercial con los pamploneses, convirtiendo su ciudad en el
puerto y paso obligado de los cargamentos de mercaderías europeas hacia el
interior y la provincia de Pamplona, al tiempo que ésta sacaba sus productos
agrícolas por Ocaña, actividad mercantil que se comenzó en forma inmediata, pues
en pocos años los encomenderos y comerciantes pamploneses estaban sacando por
Ocaña las harinas, bizcocho, azúcar, mantas y todos los productos de la tierra que
hallaban su mercado en la costa y puertos del "Río Grande de la Magdalena".

\» ldem

\<I klem

40
Siivano Pab6n Vll/amlzar

3. LA CONSTRUCCIÓN DE LA EMPRESA ECONÓMICA HISPÁNICA


/
EN LA ANTIGUA PROVINCIA DE PAMPLONA, SIGLO XVI

Habíamos anotado que una vez ganada la tierra, el proyecto poblador tenía
necesariamente que asegurar los suministros alimenticios y empresas sólidas que
sustentaran y desarrollaran el asentamiento poblacional hispánico en el territorio.
Esto se hace posible gracias al pronto y oportuno descubrimiento y laboreo de
minas, que junto con una intensa actividad agroganadera, proyectaron la
construcción de la sociedad colonial pamplonesa.

3: 1 LA PRODUCCIÓN MINERA Y SU BENEFICIO

La historiografía tradicional pamplonesa adorna sus páginas con un singular


relato de Piedrahita con relación al descubrimiento de las minas de "Páramo Rico",
en el cual se cuenta como habiendo salido el Capitán Ortún Velasco a cazar
venados con un grupo de vecinos y soldados por los páramos del sur de la ciudad,
~ un hombrecillo algo desmejorado, recién venido de España a estos Reinos, les
siguió en sus andanzas, y en momentos en que los cazadores se proponían a
descansar y merendar sus viandas;

"QuPrh-ndo, pues, divvnir PI w,tP<J, le preguntaron quP do dónde C'ra ya que\ había pasado a
la, Indias; a qu<> re.'f)ondió que era de la Extremadura, dond1~ tenla hijos y mujer muy
pobrC's, y había pasado a Indias, donde se decía había tanta cantidad de oro, que con
broveded volvería con p/ baslantP para remcdier las necesidades que padecían, y pensando
que tantos caballero, como salían dC' la ciudad, iban por oro, lo« había sPguido con fin de
saber de dónd<' lo .sacaban. Vista la sc•ncille1 de las palabras de aquel hombre, fo dijo
disimuladam<'nte y con aplauso de los compeñeto«, que no habla sido su trabajo en balde y
sPñalando con la mano prosiguió: Vaya vuPstra merced a la cumbre de aquella colina rasa, y ·
a la raíl de la piedr« grande quo w dP,cubre cabP la tierra rnn la mano y sacará todo el oro
que viene a sarar",

"Obed1>c·ió al punto PI <'Xlremeño y mientras los c.azadores burlaban sesteando de ver cuán
diligente caminaba, a la colina llegó a ella y repc,chando hasta la piedra que le habían
tnosiredo, arrancó de las hierba., que lPnfa al pie, y reconociendo algunas puntas d<> oro que
sallaban con las raíces, se fue ayudando de la~ manos, csvendo cuanto podfa, y
continuando la acción ron otras mata« de yt>rba, que le correspondía de la misma suerte,
h,1,1a que salisf,,cho con p/ pev» dP oro que había dr'f)milado en las alforjilla\ le pareció
ba~tante para temedier su casa, trató de regrc<.ar romo lo hiro a rogrscisr el boneticio quo
habfa rocibidc) de quion IC' mmtró la piedra-''°.

Luego del fortuito hallazgo los ilustres cazadores regresan igualmente cargados
de las doradas pepitas y la grandiosa noticia al recién fundado poblado hispánico de
Pamplona.

60
FERNÁNDEZ DE PIEDRAHITA, lucas. l li-toria General de la Conquista del Nuevo Reino de
Gr,mcldc1. libro VI, Cap VI. Pcig. ]26.

41
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

Sin embargo, al margen de esta historia observamos que la explotación minera


sí se inició en Pamplona para el año de 1551, y el propio Ursúa, como Justicia
Mayor de la Ciudad, redactó las primeras "ordenanzas de minas"; no obstante el
haberse tenido un antecedente proyecto minero impulsado por las autoridades del
Cabildo, quienes una vez fundada la ciudad, enviaron a Juan Andrés Varela como
procurador de Pamplona ante la Real Audiencia para que negociara cosas tocantes
al su poblamiento y para que "trajese un minero para que buscase minas de oro en
esta tierra"?': y en efecto la Audiencia les proporcionó un minero llamado Alvaro de
Villanueva, con salario de 200 pesos.

Villanueva vino a Pamplona haciendo efectiva y fructuosa la búsqueda, en


tanto que para Diciembre de 1552 el Cabi Ido ordenaba se nombrara un Juez
Visitador para las "minas descubiertas que se han descubierto en términos de esta
ciudad, de oro y plata", por cuanto en ellas, "andan y acostumbran a andar por
negros, indios así de los naturales de esta provincia como de otras partes sacando
oro así como para sus encomenderos como para ellos mismos" ... "2•

Aguado equivocó la fecha del arribo de Villanueva y el descubrimiento de


minas en Pamplona al anotar 1561, año en el que ya había muerto el ilustre minero,
al tiempo que exageró un tanto los volúmenes y las cantidades del metal, diciendo
que fue tanta la cantidad de oro extraída en los páramos pamploneses y cercanías
de "Luatá", que alcanzó a un millón de pesos de beneficio, hallando granos de
tamaño tal que alcanzaban un precio de hasta $560 pesos cada uno y da a Don
Alonso Carrillo la autoría del descubrimiento de una gran veta aurífera "de dos
palmos de anchor" en el río Suratá'",

Así como Fray Pedro de Aguado, Lucas Fernández de Piedrahita y Fray Pedro
Simón relataron los hallazgos de oro en las minas de "Páramo Rico", la Montuosa
Alta y Baja, y el río Suratá, llegando a afirmar que toda la Provincia de Suratá "es
una parte de oro, plata y otros metales" y que el Páramo Rico era "toda la colina,
hasta un palmo de profundidad, tenía derramadas las puntas de oro que formaban
aquel prodigioso tesoro" ... y continuaba diciendo Piedrahita que "fue tan grande la
suma de oro que se sacó, que por la riqueza que adquirieron los vecinos de
Pamplona en aquel corto tiempo, y los crecidos gastos y vanidades en que la
consumieron en los años siguientes", que la ciudad se ganó el apelativo de
"Pamplonilla la Loca"?".

61
PRIMER Libro de Actas, Op. Cit. Pág. 257.

6i
lbid, Pág. 2-J.
63
AGUADO, Op. Cit. Tomo 1, libro Sexto Pág. 478.

64
PAEZ COURVEL, luis Eduardo. Estudios l Iisrórico, Sobre Pdmplon,i y Oraña. Bogotá: Aníares:
1950. Cita No 83 Pág. 192.
42
• SINWlo ,W,6n vr,,-1z.,

En realidad toda esa majestuosidad es poco probable, o si lo fue, debió ser muy
efímera, dado que no se corresponde en nada con la forma constante en que se
oyeron quejas sobre las dificultades y pobreza de los mineros; y éstos anduvieron
todo el tiempo endeudados y en contadas excepciones pudieron acumular su
riqueza en metálico, como de hecho puede demostrarse documentalmente más
adelante; y la leyenda de la famosa "Pamplonilla la Loca", tan célebremente
acuñada por los cronistas, Ancízar, Bousingault, Rochereau y un catálogo de
historiadores más, no ha de ser más que eso, una leyenda.

Sin embargo, no ha de negarse, por pesimista que se pretenda, como la


producción aurífera y argentífera sí fue un motor indispensable para el desarrollo del
proyecto poblador hispánico pamplonés; pues de entrada, se le puede identificar
como un gran imán atractor de oleadas sucesivas de población de toda condición a
estas partes.

En los primeros diez años de vida hispánica, respecto a la explotación y


producción minera, pueden seguirse muy de cerca sus avatares y procesos llevados
en los registros de las sesiones del Cabildo de la ciudad. La junta de Marzo 6 de
1553 diputó y señaló a Juan de Maldonado, alcalde ordinario, como Juez Visitador
de las minas de la ciudad65; por cuanto era necesario que a los negros e indios que
labraban dichas minas se les diera buen tratamiento y

•sean administrados en las cosas de Nuestra Santa Fe Católica y no se /es haga apremio ni
fuerza ni robo en sus personas y haciendas, por tanto, para remedio de todo ello mandaron
que cada cuatro meses del a~o este cabildo dipute y sena/e una persona hábil y suficiente y
de confianza para que vaya a las dichas minas y las visite y a los indios y negros que en ella
e!tuvieren preguntándole si les hacen buen tratamiento y les dan todo lo que hubieren
menester de comer y de vestir por manera que no les falte cosa de lo necesario, y castigue a
66.
los encomenderos que no hicieren lo que son ob/igados: ...

Puede pensarse que la actividad minera y el usufructo de la misma, en estos


primeros años, estuvo efectivamente en manos de unos pocos vecinos y
encomenderos, ciertamente privilegiados, cuando se observa que el propio Capitán
General Don Pedro de Ursúa, fundador y poblador, abandonó la ciudad con un
buen grupo de sus hombres más cercanos, como si previeran de hecho el poco
potencial o posibilidades de enriquecimiento que la minería podría traer. Y por otro
lado, puede notarse también que los primeros yacimientos auríferos pronto se
agotaron, y el Cabildo de la ciudad de Pamplona se vio obligado a promover
nuevas búsquedas y descubrimientos del metal precioso, como consta en la sesión
de Mayo 25 de 1553, donde se trató

65
PRIMER Libro de Actas, Op. Cit. Pág. 7-8.
66
lbid, Pág. 3.

43
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

"que por ruante, de<.pué~ qui• le« mina~ del Río d1• Oro e Río .\uralá P l'áramo Rim ,1•
d<'scubrieron y labran, se han hecho en <'Ita~ CÍ<•rl,H ord<'nan1a, a,f por <'~le rabi/do romo
por el Cenore! />edro de Ursús, Juqicia Mayor QUI' fw• d1• <·~ta , iudad, en la, cual!.., ha
habido algunas cosas que añadir e quitar que cumple: w enmiendot: para bion 1• ~mi<•go d1•
. L-
dw,"'~ minas, ... .
• • (,7

El Cabildo planteaba esta reforma a las Ordenanzas de Minas por él


promulgadas, básicamente para incentivar la producción minera, dando grandes
privilegios a los mineros que descubriesen nuevos yacimientos, como que gozaría

"la tal per,<ina "min<Yo dP~cubridorde quarenta e nnco varas en largo do madre en el rio
con cuatro varas en cada banda para edilicio«, y ,i dC'scubriere qu<~rada puedo go1ar d<•
vekv» <' dm vara, en cuadro y pf qu« d1•,rubrh•rc• rk) o laguna puf"da gonr lo mivn,/"".

Que cada minero podría tener dos minas juntas y otras salteadas. Gozaría de
suficiente espacio y aguas para su beneficio. Tendría privilegio y oportuna
protección de las Justicias de la ciudad de Pamplona como tal descubridor. El
minero descubridor de minas de peña o veta tendría el privilegio de hasta 40 varas
de superficie e introducir libremente hasta cinco piezas de esclavos por cada mina,
pues podría poseer dos contiguas y otras salteadas. Y si fuese vecino de Pamplona
gozaría con mayor razón y facilidad de todos los privilegios que este Cabildo le
,,•¡
otorgaba .

De igual modo se estipulaba que "el alcalde de las dichas minas tenga cuidado
de ver por el buen tratamiento de los naturales" que se llevasen a ellas para su
70 I
laboreo y beneficio .

En virtud del mismo propósito, descubrir minas, el Cabildo ordenaba que "se
vaya a las Provincias de Arboledas a traer de paz a los indios de ella y a buscar
minas de que se tiene norícía?", siendo esta una razón fundamental para proyectar
nuevas campañas de pacificación y conquista, e incluso nuevas fundaciones. En lo
sucesivo, todos los proyectos de conquista y poblamiento hispánico se sustentaron
con la sentida necesidad de buscar nuevas minas y traer indios de paz; minas que
en el mejor de los casos, nunca se descubrieron, pues no dejó de ser un pretexto
67
lbid, Pág. 24.

b8 ldem.

69
lbid, P.íg, 25 2(,

70
lbid, P,ig. 7<J.

71
lbid, P.íx 32.

44
'
Silvano Pabón Vll/amlzar

más para justificar la ampliación de los derechos de fundación, jurisdicción y


reparto de naturales, al tiempo que se impulsaba la creación de nuevos derechos
con nuevas fundaciones.

Así, en Julio de 1553, el Cabildo platicaba "que por cuanto esta dicha ciudad
tiene muy gran necesidad que en ella se descubran las minas de que en Arboledas
se tiene noticia están en dicha comarca y para ello está la gente junta", para lo cual
era necesario nombrar un caudillo, y se eligió y nombró al Señor Andrés de
Acevedo, alcalde".

En este año había llegado a la ciudad de Pamplona (enero 7) el primer Justicia


Mayor proveído por la Real Audiencia para reemplazar al ausente General Pedro de
Ursúa, a quien habían comisionado para una misión en la Gobernación de Santa
Marta después de su campaña por el territorio y provincia de los Muzos; se trataba
del Capitán Juan de Pinilla, quien además traía el nombramiento de Alcalde Mayor
de Minas y como tal, podría nombrar un teniente o ejercer por sí mismo sus
funciones". Luego, en ausencia de Pinilla, el Cabildo nombró como alcalde de
minas en Suratá y Páramo Rico a uno de sus regidores, Juan Díaz". Y en
Noviembre 20 del mismo año de 1553, la Real Audiencia nombró al Capitán Ortún
Velasco como Justicia Mayor y Alcalde Mayor de Minas de la ciudad de Pamplona
y su jurisdicción, encomendándole amplia y efectiva administración de justicia y
"buen recaudo" en las minas75.

Para estos primeros años y de todo el Siglo XVI no tenemos estadísticas


concretas de producción aurífera o argentífera, salvo algunas referencias como
diezmos, registro de minas, registro de oro en Pamplona y metal fundido en
Santafé. El diezmo de 1553, repartido y pagado en cantidad de "279 e medio pesos
e dos tomines", todos de oro del Páramo y recaudos por Alonso de Ávila y Andrés
de Acevedo". En marzo del año siguiente de 1554 el Cabildo hizo "repartir" entre
los vecinos y mineros de la ciudad la suma de 800 pesos de buen oro para gastos de
recaudo y un procurador de la ciudad que iría a los Reinos de España para tratar
asuntos en bien de la ciudad. Los mineros del Río del Oro pagaron $300 pesos, en

71
lbid, Págs 18-39 .

• \ lbid, l'.:íg~ 11-11

H lbid, f'Jg. 5()

75
lbid, Pág~ Sú-511.

76
lbid, Págs 61-65.

45
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

tanto que los del Páramo y Suratá aportaron $200 pesos, y los encomenderos no
mineros de la ciudad aportaron los $300 pesos restantes"

Estas cifras o cantidades recaudadas vía tributación o repartimiento obligatorio


de cuotas espaciales son un reflejo del potencial productivo o rendimiento
manejado. Pues en el acta se ordenaba que "se repartan entre los señores de
cuadrillas y mineros que están en Río de Oro e minas de él, atento a las muchas
cuadrillas que en él están e muchas baterías que traen mayor provecho que tiene en
ello,"711 nombrando para la ejecución de dicho repartimiento y recaudo de los
trescientos pesos en el Río del Oro a Miguel de Trujillo y a Juan Rodríguez Suárez.

En razón a esta proporción en los aportes se observa que la producción aurífera


era mayor en el Río del Oro. Además, el mineral era allí de mayor kilataje, el cual
se llegó a catar o puntuar hasta en 23 quilates, mientras el oro del Páramo Rico
presentó registros entre los 13 y 20 quilates".

l:n este mismo ario de 1 554, el 1 O de Enero, la Real Audiencia proveyó como
Alcalde de Minas a Juan Rodríguez Suárez, y ordenó al Cabildo de la ciudad de
Pamplona que le recibieran y tuvieran como tal, para el orden y justicia entre
negros, blancos e indios que habitaban y residían en dichas minas del Río del Oro,
debiendo residir y ejercer alltº. El Cabildo le recibió e instituyó y le ordenó de
inmediato que "visite las minas de dicho Río del Oro, e vea como son tratados e
instruidos los indios que en las dichas minas estuvieren"?', en tanto que para los
Páramos y río de Suratá el Cabildo nombró como Alcalde de Minas a Nicolás de
Palencia, dotándole de todas las facultades y poderes para un eficiente desempeño
de su cargo'".

La explotación aurífera la inician los pamploneses con mucho empeño en el


Río del Oro a pesar de las disputas con el cabildo y encomenderos de Vélez,

71
lbid, P..lg, 70-71.

78
ldem

¡q AHP-NP I n l<h m-gc>< io., del pmlc><olo nol,in,,I do l',,mplond ,e <">fX'< ific,,hct < uiddd<h<lmmf<• d
kilc11c1jP y valore-, dt>I nw1,1I, 1r,m,c1do, y< onvirnendo .. u valor c1 una 1,hd r<'Ít'rPrKiJI h,1-,.1do <'11 un peso d<'
20 quil.ilL"' y 8 tornino- oro fundido o pe-o de 20 quil,,1"" dl' oro en polvo d<' f O tominr-, el JK'"º
Mhmo que vc1trc1 <'11 Pamplona 450 m.ir,1v1,df~.

NO lbid, l'c\gs 711-8(}

NI lbid, P.lg 82

KJ lbid, f'.\g. 81.

46
Siivano Pab6n Vlll•mlzar

quienes también se habían asentado en sus placeres y tenían sus cuadrillas de


indios guanes y de negros en la ribera opuesta al sector de Pamplona.

Los vecinos de Pamplona encabezados por el propio Justicia Mayor, el Capitán


Don Ortún Velasco, tenían sus rancherías en la margen izquierda del Río del Oro,
en Río Frío y las quebradas tributarias del río minero; constituyendo desde aquellos
primeros tiempos una serie de rancherías itinerantes, entre las que sobresalió
Bucaramanga como la más próspera, merced a que en ella residían los mineros e.
indios del Capitán Velasco. No muy lejos de ésta, y como despliegue del
establecimiento multiempresarial de los Velasco, se levantaban la muy próspera y
versátil hacienda de Bucarica y hatos de ganado en el valle de Guatiguará":
unidades agroganaderas que proveían de mieles, carne y conservas a las distintas
cuadrillas y mercado del distrito minero.

Es posible que el Cabildo de Pamplona en su litigio jurisdiccional con la


ciudad de Vélez haya querido ejercer en forma más efectiva su soberanía en sus
"términos" con la misma, otorgando algunas estancias para ganado en "la Mesa de
Gerira", donde recibieron merced de tierras el Capitán Ortún Velasco, Miguel de
Trujillo y Juan Rarnírez, vecinos mineros que igualmente tenían sus cuadrillas de
indios o negros en las minas del Río del OroM.

Velerios y pamploneses se disputaban acaloradamente los dominios


territoriales o derechos de jurisdicción sobre las riberas del río minero, pleito que
sus procuradores llevaron hasta los tribunales de Santafé. Ahora, una vez
establecidas estas lides jurídicas entre las dos ciudades, y después de haberse
fallado a favor de Vélez un alegato contra Juan Antero, vecino de la misma, a quien
Pamplona pretendía obligar a que se avecindara en esta ciudad por tener sus indios
en su jurisdicción'", el Capitán Velasco y sus mineros informaban a su Cabildo
desde el mismo Río del Oro como los veleños usurpaban tierras de la jurisdicción
de Pamplona. El Cabildo les expresaba su complacencia por lo que el Capitán hacía
en defensa de los intereses de la ciudad y le proveía las estancias que había pedido
en el sector para evitar el asedio de los mineros y vecinos de Vélez en términos de
esta ciudad.

La Audiencia de Santafé había instituido a Juan Rodríguez Juárez como alcalde


de minas en el Río del Oro, pero como éste era vecino de Pamplona, los

83 Bucarica comprendía los valles féniles del actual municipio de r loridablanca y los hatos se
localizaban en la cabecera del valle de Guatiguaré, en Piedecuesta, c1< tualmente se le rnnoce como
Riol.rto, en alusión al Río del l lato, su nombre original.

64
PRIMER Libro de Actas, Op. Cit. Págs 99-100.

85
lbid, Págs 87-94.

47
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

encomenderos y mineros veleños no lo aceptaron y el Cabildo de la ciudad de


Vélez nombró su propio alcalde para sus minas y cuadrillas en el Río del Oro. En
tanto que el Cabildo de Pamplona, en Noviembre de 1557, instruía a Juan de
Maldonado como procurador de la ciudad ante la Real Audiencia para que
continuara el proceso contra Vélez, especialmente por nombrar alcalde en el Río
del Oro, siendo jurisdicción de Pamplona y estando ya provisto por un tribunal
superior'".

Pamplona querellaba con Vélez por el Río del Oro, no solo como centro
minero, sino por su embarcadero de "Botijas", el cual cuidaban con celo los
mineros y encomenderos de Pamplona, por tratarse de su puerto de entrada de
mercancías europeas, especialmente vinos, ropas, hierro y azogue, hasta que se
descubriera el puerto y ruta de Ocaña, ya entrada la década del 1570, pues en los
primeros veinte años de actividad colonial y aurífera, los vecinos de Pamplona solo
contaban con lbs ríos Lebrija y Sogamoso para hallar el Magdalena y su salida al
117
mar .

En Enero de 1555 el cabildo insistía en que se saliera a buscar más minas y se


"traigan de paz los naturales", "porque las minas que había se acaban"118; lo cual
indica que la producción minera era inestable, por una parte, y por otra, que este
fue un importante pretexto para proponer la búsqueda de nuevas minas, instando de
paso la pacificación de indios aún no sujetos para traerlos ~I servicio y laboreo de
las ya existentes.

En este mismo año, Fray Juan de los Barrios, Obispo de Santa Marta y del
Nuevo Reino, enviaba a Fray Agustín de Santa María como Visitador Eclesiástico de
las minas del Río del Oro, río de Suratá y Páramos. Simultáneamente el Cabildo de
la ciudad de Pamplona mandaba se aderezaran los caminos a las minas y
repartimientos de la ciudad, así como la construcción de unos bohíos en el camino
a las minas de los Páramos para refugio de los viajeros69.

Los regidores y alcaldes del Cabildo se preocupaban por las mejoras públicas,
caminos y obras civiles, al tiempo que intentaban la organización y optimización

a& lbid, Pág. 224.

81
PAEZ COURVEL, Luis Eduardo. Fstudios t li-tóricos, Op. Cit. Pág. 190. Nota 82. Cita a Don E. Otero
D'Costa, quien plantea lc1 iniciación del comercio de Pamplona por Ocaña c1 partir de 1580, Id verdad t.>:<
que ya en 1574 lc1 ruta de Ocaña y su puerto eran una víc1 muy transitada y lc1 mercancía europea
estaban entrando a Pamplona por esta vía, AHP-NS Torno l.
88
PRIMER Libro de Actas, Op, Cit. Pág. 120.

89
lbid, Págs 124 y 129.

48
suvm« Pab6n Vl/lamlz11r

del rendimiento en la producción minera. Así, en las instrucciones que le hacían a


Pedro Escudero, procurador que representaría la ciudad en la Cortes Españolas y en
la Santa Sede, se le indicaba que pidiera un préstamo para la ciudad de Pamplona
por 10.000 pesos de los fondos de la Corona, para comprar esclavos "para echar a
las minas", pagaderos en los 10 primeros años siguientes. Igualmente que pidiera la
presencia de un fundidor o Caja Real en esta cíudad'".

Hasta Enero de 1556 la explotación aurífera se regía de acuerdo a las


ordenanzas del Cabildo y las leyes que buenamente se acataran. En esta fecha se
hace necesario diferenciar el sistema administrativo y laboral para las minas
argentíferas recientemente descubiertas y para dicho efecto se redactaron
ordenanzas exclusivas para el beneficio de la plata.

En estas ordenantas, similares a las redactadas para las minas de oro en 1553,
se estimulaba altamente la búsqueda de nuevas minas y otorgaban privilegios para
los descubridores del rnineral'". Ajustándose a las normas vigentes se propendía
constantemente por que se visitaran las rancherías, así como por el buen trato a los
naturales.

En la primera década de vida de la ciudad, y por ende de la minería


pamplonesa, pues ésta se inicia a los dos años de fundada la misma, se tomaron
toda suerte de provisiones por parte del Cabildo de la ciudad, especialmente en lo
que concernía a nuevos hallazgos de minas, el nombramiento de alcaldes y visitas a
los distritos mineros, y de hecho, en todo lo tocante a la vida pública y social de las
minas. Así pues, en la sesión de Junio 14 de 1557 se comisionó a Juan Andrés
Varela, alcalde ordinario,

para que pesere a visitar "la tiotre desde la Matanza para abajo ha5la el Río del Oro, todo el
término d<• esta ciudad y tome la posesión del desembarcaderode ella... , y le daban poder
para que df";pué~ de la dicha visita deje una persona en el dicho Río d<'I Oro por alcalde,
para que lenga uxiss les cuadrillas que hay en el dicho Rfo.,'}2.

El desembarcadero no es otro que el puerto de Botijas en el río Lebrija, abajo


de Cañaverales, y la toma de posesión sobre el mismo asícomo la vigilancia de los
términos de la ciudad, fueron una respuesta y mecanismo de defensa frente a las
pretensiones de Vélez sobre espacios jurisdiccionales de la ciudad de Pamplona en
el sector del Río del Oro, como ya se había anotado.

qo lbid, l'ág~ B6-14 l.

I
q lbid, pcig. 1 58-160.

9i
lbid, Pág. 200.

49
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

En el año de 1559 se iniciaron para el territorio y sociedad pamplonesa las


visitas de la Autoridad Soberana y eclesiástica a alto nivel. En Marz·o se recibió la
visita del Licenciado Cristóbal Bueno, quien venía a tasar tributos y censar la
población indígena, así como a levantar información sobre la población y
autoridades de la Ciudad de Pamplona. En Noviembre recibió Provisión Real de la
Audiencia el oidor Tomás López para que actuara a derecho como "visitador
general con vara de nuestra justicia", en las ciudades de Mariquita, lbagué, Tocaima
y Pamplona" y todas las demás ciudades, asientos, pueblos y rancherías de minas
del dicho Nuevo Reino"; siendo recibido en Pamplona en Mayo de 1560"1.

La visita del Licenciado Tomás López se efectuó ocho meses después de


finalizada la de Cristóbal Bueno, un tanto más drástica, procurando el cumplimiento
de los mandamientos y autos de la anterior. En el Río del Oro, en Junio 9 de 1560,
el Licenciado Tomás López ordenó a los vecinos y encomenderos de Pamplona
que:

"Agora, n, di' aquí ad<•lante, ninguno de> vos o<;áis de !raer ni !raigáis ni enviéis nin~unm d,·
to« dichm indio« d<' lo« die/Jo( VUP\lfO( "'Partimiento, a eqe dicho Rfo del Oro a ha,w
Jabran/a, n, ntra, rn-.a,, "º p,•na d,• la privación do /o, dichm indio«: ... En virtud dt• qut•
habla (ido informado de quo "algunm dt• vosolro, uaéi, algunos indio« tk: vue.'>tra,
oncomiends« a p,1<• Río dt•I Oro a hacC'f semt>ntera.s ~· labran/a~ de maíz, lo cual "' gran
perdinón de /a (a/ud y vidas de> los dichos natura/e,, por Sl'f esta tierra c:álida y mfcrma y
contraria dt•I natural de lo« dicbo« indio, •94•

Este mandamiento estaba basado en las Leyes Nuevas de 1542 que prohibían
el cambio de "temple" o natural para los indios. De su cumplimiento no tenemos
evidencia aunque sí sabemos que indios de todas condiciones continuaron yendo
allí, y las minas se seguían labrando, independiente del origen de las cuadrillas.

Pero volviendo un poco al factor de la producción, vemos como el Cabildo


insistía en velar por los privilegios de los mineros que descubriesen minas, y fue
muy cuidadoso de reformar sus ordenanzas a medida que aumentaba la población
minera y los registros del metal en Pamplona. Así pues, en ordenanzas para las
minas de plata, se estipulaba que quien descubriere una mina de plata, oro o
cualquier otro metal, se le reconocerían hasta 80 varas de largo por 40 de ancho de
superficie para su beneficio, ampliando substancialmente los espacios otorgados por
ordenanzas anteriores. Y algo muy interesante, se manifestaba que quien
descubriere minas y las denunciare, fuere o no conquistador, vecino o poblador de

91
lbid, P.ág,. 301·!04.

q~ lbid, Pág. 316.

50
la ciudad, tendría las misma preeminencias que éstos, siempre y cuando estuviere
presente y residiera en la ciudad'".

f I registro de las minas se convirtió en un requisito de inminente prioridad,


pues además de obtener reconocimiento oficial sobre las mismas, traía otros
beneficios corno las preeminencias que otorgaban las ordenanzas a los mineros y
cierto prestigio y solvencia crediucia en la ciudad; pues era evidE>nte que los
mineros y encomenderos mineros gozaban de buen crédíto en el comercio local
que para estos días se hallaba en plena gestación. En aquel tiempo, Pamplona
como centro urbano y politicoadrninistrativo del territorio, comienza a convertirse
paulatinamente en una ciudad mercantil por excelencia, y de hecho lo fue,
especialmente para las últimas tres décadas del Siglo XVI y buena parte del XVII,
período objeto de nuestro estudio.

1 )el primer doc c•1110 solo tenemos una vaga referencia de registro de minas, no
a'ií de• datos rererentes a la administración de la actividad extractiva [I cabildo del
30 de' Julio de 1 ,W w11c1laba romo ciertos vecinos y otras personas habían
registrado 111in.:is d(• plata, entre los que SC' contaban Pc>dro Garcic1 de Matamoros,
e lérigo maestro de escuela, y Pedro de Arévalo. quic>nPs habían descubierto y ahora
registraban PI metal l uego, acatando las perspectivas dc>I desarrollo minero, el
Cabildo proveyó y mandó al Capitán Ortún Velasco que romo Justicia Mayor y
Ak alde Mayor de Minas, fuera a donde "estuvieran tales minas y diera posesión a
sus descubridores y dueños, para que hubiera iusuoa en ello" y los nuevos mineros
recibieran las preeminencias que la Ley les otorgaba".

De estos mineros que acababan de denunciar sus minas de plata, pedía Pedro
de Arévalo se le diera ayuda para herramientas y tiempo para revelar "la caja" o
punto fijo para la saca del mineral".

I a actividad minera se veía entonces realizada por mineros encomenderos,


mineros no encomenderos y sociedades o compañías extractivas de dos o más
mineros que en el mejor de los casos las tomaban en arriendo o en concesión
temporal. Entre todos ellos se destacaron los famosos "señores de cuadrilla"
quienes ejecutaban de su mano la explotación del mineral, con cuadrillas de negros
o indios, siendo suyas o al servicio de> su verdadero dueño.

"'• lbid l',íg, 110-112 .

... lbid, l'.'ig 117.

'' ídem. l d e ,1¡,1 o punto fi¡o c>td el lugJr ox,« lo do (,.¡ VPl,1, Pn< ontrarlo Ptd ('( hecho clave para ini< iar la
1'11.lr,u eron dc>l nwldl en una mina.

51
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

A este respecto, se encuentran casos como el de Don Juan de Tolosa, minero


vecino de Pamplona, quien otorgó plenos poderes a Juan Bautista del Copo y a
Lorenzo de Pedemonte, plateros residentes en la ciudad, para que por él
denunciaran y registraran las minas de oro y plata que acababa de descubrir, (julio
de 1577), e iniciaran conjuntamente su laboreo y beneficio, previa tasación de sus
posibles utllidades'".

En las Vetas y Páramos se habían levantado algunas rancherías más o menos


estables en sus primeros años, cuya ubicación generalmente servía de referencia
para localizar y registrar nuevas minas. Las más notables fueron las rancherías de
"Corpus Cristi", localizada junto a la quebrada y sitio donde se asienta el actual
municipio de Vetas, y la de "Ascensión" en el camino a la Montuosa, no muy lejos
de la anterior. Entre estas dos rancherías registraba en Agosto de 1582 el Capitán
Juan del Rincón "una laguna, yendo del camyno de las Betas de Corpus Xpi a la
Montuosa para sacar oro", al tiempo que pedía se le asignara su demarcación y
librara su título de posesión, pues hacía muchos días que estaba trabajando en su
descubrimiento y había invertido grandes sumas en ello; añadiendo de paso que él
era "Señor de su propia cuadrilla" de indios en las minas de los Párarnos'".

También era común registrar ciertas cantidades de oro por los mineros,
manifestando casi siempre su imposibilidad para mandarlo fundir y marcar. Tal es
el caso de Francisco Fernández, vecino encomendero y minero, quien declaró y
registró en Diciembre de 1587, $320 pesos de buen oro en polvo del Río del Oro y
$700 pesos sacado de Vetas, manifestando que gozaba de una Merced Real para no
pagar el diezmo de ese año, y esa era su producción anual 100.

Este señor explotaba oro en los dos distritos mineros, como lo hacían los
Velasco y otros mineros, declaraba esas cantidades como producción de un año,
aunque en realidad ésta debía ser mucho mayor; en tanto que los mineros pocas
veces manifestaban su verdadera saca para evadir gravámenes. Ahora, al margen
de lo anterior, resulta interesante observar como mientras se intentaba evadir cargas
tributarias, fundir y registrar efectivamente la producción, el comercio y
transacciones cambiarias en el campo minero se realizaba con oro en polvo, y la
misma ciudad de Pamplona realizaba sus operaciones mercantiles y financieras con
oro en polvo, tasado y convertido a una rata de 1 O tomines el peso, oro de 20
quilates, y 12 granos el tomín.

98
AHP-NS í orno 2 f "30.

,¡,¡ AHP·NS. 1 orno ºJ f 25(,.

100
AHP-NS. Tomo4 ( 19.

52
SllvVIO Pabón Vfllamlzar

En esa misma fecha, Miguel Martínez, vecino de Pamplona, registró $250


pesos de oro de las Vetas y $74 pesos de la Montuosa, como producción del año de
1587, manifestando no haberlo podido hacer fundir su mineral por "no haber
persona de recaudo que lo llevase a Santafé", y por tal razón tampoco había pagado
101.
los Quintos Reales Igual situación expresó Manuel Toro, minero de Vetas, quien
registró ante la Escribanía Pública de la ciudad $550 pesos de su producción anual.

Obsérvese que al margen de estimular la producción y el descubrimiento de


minas, las autoridades reales y el Cabildo también compelían a los mineros para
que declararan su producción e hicieran fundir el metal para que se pagaran los
Quintos del Rey.

El año de 1589 parece haber sido un período de excelente producción y


buenos hallazgos mineros, especialmente de plata. Sólo en un mes registraron
minas de plata, Nicolás de Palencia, el mozo, Juan Velázquez, Juan de Ortegón,
Diego Jovel, Nicolás Jovel, el Capitán Cristóbal Jovel, el Capitán Antonio Jovel y el
Capitán Juan Velasco de Montalvo, minas recientemente descubiertas

º«'n p/ C<'"º <'ntr<' las do» ranch<'ffas de la A~n·mión y Corpus Xpti, yendo por 1•/ camino do
la una ranchPrfa a /a olla, yendo por <'I d<vPCho camino do la A~ccn.~ión a /a mano izquiNda
entre /a mina de Juan VP/ázquc•7 que l'Slá a /a pen« do ª"iba y la mina de Pedro
•... 102 .
Rod r(gucL

Minas que habrían de beneficiarse de acuerdo a las ordenanzas y leyes


vigentes, sin perjuicio de terceros.

De estos mineros, Nicolás de Palencia, el mozo, Juan Velázquez y el Capitán


Juan Velasco de Montalvo, tenían sus cuadrillas desde tiempo atrás. Pedro
Rodríguez era cuñado de Nicolás de Palencia y labraba sus minas con indios de
mita o alquilados por otros encomenderos, mientras los Hermanos Jovel eran
nuevos en el negocio, habían llegado con el Capitán Cristóbal Jovel quien había
venido a Pamplona como Teniente de Corregidor hacía unos pocos años y para el
momento gozaba de todos los privilegios de la élite pamplonesa con toda su
familia.

En lo sucesivo se continuaron registrando algunas minas que habían sido


descubiertas, merced a la inversión y el empuje de mineros solventes; tal es el caso
del Capitán Hernando de la Parra, quien descubrió minas en el sector de las Vetas,
comisionando a su hermano Francisco de la Parra, para que pidiera estacas, sitio

1111
AHP-NS. 1 orno 4 f 1 ?v.

ioi AHP-NS. lomo 4 ( 29-30.

53
HISTORIA DEL P08LAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

101.
para asiento y estancias para sustentar dichas minas Estos eran hijos del Capitán
Francisco de la Parra, antiguo conquistador y poblador de 'ta ciudad, se
desempeñaban como encomenderos y tenían cuadrillas en Vetas y Río del Oro
simultáneamente.

Este mismo año de 1589 denunciaron y registraron minas descubiertas en los


Páramos: Pedro Quintero Príncipe, el viejo, Juan de Tolosa, Lorenzo Esteban, Juan
Beltrán Pinzón y Alonso Carrillo; diligencia que se adelantaba en la Escribanía
Pública de la ciudad, generalmente a través de un apoderado, al tiempo que se
pedía sitio para asentamiento y beneficio o "ingenio" para moler la piedra y obtener
el metal'?',

Para 1590 con la proliferación de las minas de plata se pusieron muy en boga
los "ingenios" y molinos para la piedra y el metal. Aparecieron las concesiones de
aguas y compañías mineras formadas entre mineros de profesión y dueños de minas
o encomenderos mineros. Así, Don Cristóbal de Araque, encomendero minero
vecino de Pamplona, registró en Octubre de ese año una "toma de agua" que sacó
de "la quebrada que va de la ranchería de la Ascensión a juntarse con la quebrada
que va a la ranchería de Corpus Crispi" la cual conducía el agua para mover el
molino de un ingenio que había montado para moler el metal de plata, localizado
cerca del que poseía allí el Capitán Juan Velasco de Montalvo, "ques entre ambas
las dichas quebradas"; y así se lo proveyó el alcalde Bartolomé Gómez, en 16 de
Octubre de 1590105.

El laboreo de la plata requería de grandes inversiones que sólo podían asumir


los mineros más solventes como el Capitán Juan Velasco de Montalvo, quien para
labrar sus minas de plata descubiertas en 1590, celebró un contrato con Alonso
Martín de las Cañas, carpintero de profesión, el cual se obligaba con Juan Velasco a
construirle

"un ingenio para moler piPdra~ }' mc'la 11•, dt> plata y oro dt> d<J/l' maU)\ por l'I modok»,
forma y orden qui• por 1•1 dicho Capitán Juan Ve/a$m de Montalvo le e~tá pedido y
moldeado mn su rut>da e bmtina con \U\ molinillo, comn 1t, fueren peodidm•1 °''.

'º1AHP-NS. Torno 4 ( IOB.

'º~ AHP-NS. Torno 5 (( B:l-89. l Ch encomenderos minero- generalmente residtan en Id., ranchcrlas o en
aposentos cerc..mos a .,u, rrunas, di tiempo que de !>lh hdc iendJ, -e proveían de mJlt, harinas y carne
para el sostenimiento de lJ, cuadrilla- minera-,

ros AHP-NS. Tomo 6 f:l:l5v

'06 Al tP-NS lomo 5 ( <J.

54
Silvano Pab6n Vlllamlzar

El molino sería construido en las quebradas de las rancherías de Corpus Cristi y


la Ascensión en los Páramos, y lo entregaría "moliente y corriente" por $160 pesos
de oro como paga, dándole la madera, peones e indios y todo lo necesario para la
obra.

Una vez construido el ingenio el Capitán Velasco celebró un contrato de


asociación para el beneficio de sus minas con Gaspar de Rebolledo, minero y
dueño de minas en distintos puntos del distrito. Rebolledo administraba y
explotaba en conjunto sus minas con las del Capitán Velasco, incluyendo minas en
sociedad con otros mineros como Pedro de Torres,· quien beneficiaba minas de
plata.

Juan Velasco proporcionaba los indios para las cuadrillas, las herramientas para
el ingenio y la molienda del metal, los suministros de maíz y carne para los
labradores del asentamiento minero; es decir, aportaba el grueso de la inversión, al
tiempo que de las utilidades le correspondían tres cuartas partes, y el otro 25% para
el minero Rebolledo, quien ejecutaba las obras 1°7.

Otros casos de consorcios mineros se presentaron motivados por transacciones


varias entre mineros y encomenderos, e incluso con presencia de comerciantes e
inversionistas de todo género en la actividad minera. Pedro de Arévalo, minero,
entregó por seis meses su mina y cuadrilla de indios a Martín de Hernández, en
108;
Enero de 1582, para que la usufructuara y se pagara una suma que le debía
proceso que se detecta desde la década anterior. Los mineros menos solventes se
endeudaban a tal punto que se veían obligados a ceder temporalmente sus minas
para el cubrimiento de obligaciones vencidas, aunque en algunos casos figuran
como contratos de sesión por arrendamiento.

En 1582, el escribano Bernardino Fernández compró en Pamplona al cura


beneficiado de la ciudad de Vélez una mina y cuadrilla de negros con sus
herramientas, bateas y molino en el Río del Oro, sitio de Cañaverales, y se la
entregó a Miguel Sánchez, alcalde de minas en el Río del Oro ese año, para que la
explotara bajo la administración y control de Hernando Díaz, mercader de
Pamplona en el Río y Diego Martín como minero que residía en Cañaverales. Los
tres explotarían y administrarían la mina y cuadrilla rindiendo cuentas a medida que
su dueño lo demandara '09.

H>7 AHP-NS. 1 orno 5 íf 10-J2v.

106
AHP-NS. 1 orno] f 20v.

109
AHP-NS. 1 orno 1 f '!66

55
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

Como los anteriores son variados los ejemplos que se pueden hallar sobre la
administración y beneficio de minas y cuadrillas en los distritos mineros de
Pamplona, durante estos 50 primeros arios de minería en el territorio.

En términos generales, es posible inferir que la mayoría de los mineros


sufrieron grandes calamidades económicas y hasta los más prestantes corno el
Capitán Juan Velasco de Montalvo padecieron penurias económicas, a tal punto de
tener que entregar sus cuadrillas y minas a sus tantos acreedores como prenda para
cubrir sus deudas. Uno de los casos más connotados es de el propio Capitán
Velasco de Montalvo, quien por deudas varias en cantidad $1.727 pesos de buen
oro se vio obligado a entregar a sus acreedores su cuadrilla y minas del Río del Oro,
cuya producción ascendía a los $100 pesos mensuales, por tal razón sus minas y
cuadrilla fueron enajenadas por algo más de un año, hasta cubrir el monto de su
o bli1gac1on.
·, 110 .

Así pues, importantes eventos alrededor del comercio, las finanzas y la minería
evidencian PI hecho de que Pamplona era en aquellos tiempos una ciudad de
mineros y encomenderos mineros muy prestigiosos pero pobres, puesto que
quienes en realidad tuvieron posibilidad de acumular en metálico grandes fortunas
fueron los mercaderes y en especial aquellos que desarrollaron empresas mixtas,
inclinando sus actividades financieras más hacia el comercio que hacia la misma
minería; caso típico del capitán Juan Ramírez de Andrada y Bartolomé Córnez.
hombres que amasaron grandes fortunas, a tal punto de convertirse en importantes
fuentes de crédito para los demás mineros y encomenderos en la Pamplona de
finales del Siglo XVl111.

3.2 LA PRODUCCIÓN AGRfCOLA Y SU CRECIMIENTO

Paralelamente con el descubrimiento y explotación aurífera y argentífera se


dio, paulatino pero progresivo, el proceso de apropiación, ocupación y explotación
de la tierra. Se inició en el valle de la ciudad con una agricultura de subsistencia, y
luego, con la mayor distribución de tierras y el crecimiento de las actividades
agrícolas se intensificó y especializó, surgiendo además una agricultura dirigida a
los distintos mercados.

La agricultura de subsistencia se inició en forma inmediata en solares e


innumerables huertas en el valle de la ciudad. Allí se adjudicaron las primeras
huertas de granos, legumbres y hortalizas, que proporcionaban el sustento agrícola

110
AHP • NS. Torno 5 f 2 l4v.
111
Algo asf como: Pamplona, ciudad de prC',tigio~o,, mineros empobrecidos y prósperos comerciantes.

56
snveno P•b6n Vll/amlzar

sustituyendo el consumo obligado de maíz y raíces nativas, sustento de los primeros


pobladores hispánicos. Diez años después de la ocupación española los cultivos
europeos habían modificado significativamente las actividades y la economía de los
indígenas, a punto de que un 34% de la población nativa (46 pueblos) hacía
labranzas de trigo para el consumo de sus encomenderos. "Cincuenta y seis
pueblos (el 50% de la población) cultivaban cebada y 38 caña de azúcar"112.

El Cabildo de la ciudad de Pamplona controló directamente el acceso a las


tierras de labranza y ganados y como se encontraba integrado en buena parte por
encomenderos, fueron éstos, en el mejor de los casos-siendo regidores, alguaciles o
alcaldes, los más beneficiados. Según consta en las actas del Cabildo en los
primeros diez años, así fueron otorgados: 50 estancias, 40 solares, 30 huertas, 1 O
111.
corrales para ganado, 4 molinos, 6 pedazos de tierra y otras mercedes

Los encomenderos establecieron sus aposentos y estancias en los


repartimientos indios de su encomienda, tomando las mejores tierras, aprovechando
que la población indígena se encontraba aún dispersa, sin contar con un
asentamiento definido ni tierras de resguardo exclusivas para la comunidad. Y es
aquí justamente donde se inicia en la Provincia de Pamplona la empresa agrícola
para el mercado.

Los aposentos y estancias de los encomenderos sirvieron como base para


establecer importantes asentamientos productivos agroganaderos en los fértiles
valles de la región, con mano de obra nativa. Razón por la cual los de mayor
empuje se encontraron en los sectores de más concentración indígena; en: Servitá el
de los Basto, Suratá el de los Páez de Sotomayor, Labateca el de los Serrano,
Chinácota en de los Ramírez de Andrada, y Matanza en de los Jurado, entre
114.
otros

111COLMENARES, Germán. 1 ne omiencl.i y Pohld< ión en Id Provincia de Pamplona, 1549 • 1650.


BogolJ: l Jniversidad de lo, Ande-: 1 %9 P..íg. 1).1

111
PRIMER LIBRO DE ACTAS del ( abiklo de la Ciudad do Pamplona en el NuC'Vo Reino de Granada,
1552 -15<, 1. BogolA: Pax: 1950.

11•
AHP-NS, Iomo- 001 c1l 015, años de 1574 a 1603.

57
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

ESTANCIAS, SOLARES Y CORRALESPARA GANADO PROVEÍDOS POR El


CABILDO DE PAMPLONA, DE 1552 A 1560 .

MERCED A FAVOR DE: LUGAR TIPO MERCED FECHA


Juan de Torres Ciudad Solar Obre de 1552
Diego Maldonado Ciudad Solar Obre de 1552
Francisco de la Parra P. Cuita Estancia Obre de 1552
Juan Lorena Cúcuta Estancia gando Obre de 1552
Sebastián Lorenzo Valle de Estancia de Nbre de 1553
Alisares ganado mayor
Juan Rodríguez Suárez Bucarica Estancia ganado Enerde 1554
Martín Romero Páramos Estancia ganad Marz de 1554
Ortún Velasco Bucarica Estancias varias Ener de 1554
Pedro García Matamoros Páramos Estancia Marz de 1554
Gaspar Moros Ciudad Solar Marz de 1554
Alonso Puelles de Esp Ciudad Solar Juni de 1554 ·
García Mora Ciudad Solar Juni de 1554
Juan Ramfrez Ciudad Solar Juni de 1554
Ortún Velasco M. Gérira Estancia ganad Julio de 1554
Miguel de Trujrllo M. Gérira Estancia ganad Julio de 1554
Juan Ramírez M. Gérira Estancia ganad Julio de 1554
Hernán Vásquez P.Menaca Estancia ganad Agot de 1554
Pedro Alonso Ciudad Solar y tierra Agot de 1554
Juan Ramírez Hontibón Estancia Agot de 1554
Pedro Quintero Chitagá Estancia y solar Obre de 1554
Juan de Tolosa Matanza Estancia ganad Obre de 1554
Nicolás de Palencia ? Estancia ganad Obre de 1554
Juan Rodríguez Suárez Opagá Estancia ganad Obre de 1554

Hernán Muñoz Ciudad Solar Marz de 1555


Juan Montañez Tequesqui Estancia Marz de 1555
Juan Montañez Topeta un pedazo tierra Marz de 1555
Miguel Lorenzo Ciudad un solar Nov. de 1555
Sebastián de Acosta Ciudad un solar Nov. de 1555
Pedro López de García Ciudad Solar Nov. de 1555
Juan de Torres Ciudad Solar Nov. de 1555
Alonso Velázquez Ciudad Solar Nov. de 1555
Francisco Hernández Labateca Estancia Nov. de 1555
Nicolás de Palencia Labateca Estancia Enero de 1556
Nicolás Nieto Ciudad Solar - tejar Ener de 1556
Miguel Lorenzo Ciudad Solar Ener de 1556
Juan de Cuellar Ciudad Huertas Ener de 1556
Alonso Velasco Ciudad Solares, varios Ener de 1556
Juan Rodríguez Suárz La Laja Estancia Ener de 1556
Francisco Hemández Rábicha Estancia Ener de 1556
Antón Esteban Tópaga Estancia Ener de 1556
Hernando Morquech Páramo Estancia Ener de 1556

58
Siivano P•b6n Vlll.,,,/zar

Nicolás de Palencia Tópaga Estancia Ener de 1556


Juan Ramírez Tópaga Estancia Ener de 1556
Francisco Hernández Chítaga Estancia Ener de 1556
Diego de Luna Chitagá Estancia Ener de 1556
Gutierre de Oruña La Sierra Estancia Octu de 1556
Francisco Hernández C. Rábicha Estancia Octu de 1556
Francisco Castro Mecana Estancia Dbr de 1556

Francisco de Mora Buc.aric.a Estancia pan Abril de 1557


Francisco de Mora Suratá Estancia pan Abril de 1557
Juan Andrés Varela Alisares Estancia Abril de 1557
Ji ménez Romero Alisares Estancia Abril de 1557
Nicolás de Palencia Alisares Estancia Abril de 1557
Juan de Torres Alisares Estancia Abril de 1557
Juan de Torres Ciudad Solar Abril de 1557
Juan Ramírez Ciudad Solar Juni de 1557
Juan Ramírez Tequia Estancia Juni de 1557
Pedro de Arévalo Ciudad Pedazo tierra Juni de 1557
Pedro Quintero, regidor Ciudad Solar Juni de 1557
Juan de Torres Ciudad Corral Juni de 1557
Andrés (albillo Ciudad Corral Juni de 1557
Gil Peralbán Ciudad Pedazo tierra Juni de 1557
Miguel de Trujillo Caldera Aposentos Juni de 1557
Miguel de Trujillo Ciudad Pedazo de tierra Juni de 1557
Alonso Puelles de Esp 7 Estancia ganad Juni de 1557
Alonso Puelles de Esp Ciudad Solar Juni de 1557
Martín Jiménez Romer Ciudad Corral Juni de 1557
Juan Montañez Ciudad Corral Juni de 1557
San Francisco Ciudad Corral Juni de 1557
Nicolás de Palencia Ciudad Corral Juni de 1557
Juan Andrés Varela Ciudad Corral Juni de 1557
Luis Jurado Ciudad Corral Juni de 1557
Francisco Hemández Ciudad Corral Juni de 1557
Diego Sánchez Caball Ciudad Calera Juni de 1557
Pedro Quintero Ciudad Calera Juni de 1557
Nicolás de Palencia Ciudad Tejar de adobes, Juni de 1557
Gil López Albán Ciudad Pedazo de tierra Juni de 1557
Gonzalo de Castañeda Ciudad Solar Juni de 1557
Rodrigo Alonso Ciudad Solar Juni de 1557
Francisco de la Parra ChitagJ Estancia Sept de 1557
Pedro Quintero Ciudad Solar Sept de 1557
Francisco Hernández Guayabas Estancia Nov. de 1557
Francisco Hernández Ciudad Corral ovejas Nov. de 1557
Pedro de Arévalo Ciudad Huerta Nov. de 1557
Pedro Díaz Ciudad Molino Obre de 1557
Gutierre de Oruña Ciudad Corral Obre de 1557
Juan Ramírez Ciudad Molino Obre de 1557

59
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

Sebastián Lorenzo Ciudad Solar Ener de 1558


Sebastián Lorenzo Leuta Estancia Ener de 1558
Nicolás Nieto Ciudad Solar Ener de 1558
San Roque Ciudad Solar Ener de 1558
Hernán Vásquez Ciudad Molino Ener de 1558
Pedro de Arévalo Ciudad Huerta Febr de 1558
Nicolás de Palencia Ciudad Isleta, tierra Febr de 1558
Gonzalo de Castañeda Ciudad Solar Abril de 1558
Benito de Castro Ciudad Solar Abril de 1558
Juan de Cuellar Ciudad Solar Abril de 1558
Alonso Durán, el viejo Ciudad Dos solares Abril de 1558
Ortún Velasco V. Ciudad Estancia Abril de 1558
Alonso Durán Ciudad Tejas ladrillo Abril de 1558
Juan Rodríguez Suárez Ciudad Solar Abril de 1558
Alonso Durán, mozo Ciudad Solar Abril de 1558
Alonso Puelles de Esp 7 Estancia Abril de 1558·
Juan Rodríguez Suárz 7 Estancia Abril de 1558
Nicolás de Palencia V. Ciudad Huerta Abril de 1558
El padre Alonso Velase V. Ciudad Huerta Abril de 1558
Alonso Durán V. Ciudad Huerta Abril de 1558
Juan de Sosa V. Ciudad Huerta Abril de 1558
Juan de Pinilla V. Ciudad Pedazo tierra Abril de 1558
Melchor de Per'la V. Ciudad Huerta Abril de 1558
Melchor Lorenzo V. Ciudad Huerta de trigo Abril de 1558
Juan Ramírez, escrib V. Ciudad 2 huertas Juni de 1558
Juan Ramírez, escrib Ciudad Corral ganado Juni de 1558
Bartolomé Maldonado V. Ciudad 2 huertas Agot de 1558
Diego Sánchez Caball Ciudad Solar Agot de 1558
Nicolás Nieto Ciudad Solar Agot de 1558
Luis Malina Ciudad Solar Agot de 1558
Juan de Tolosa V. Ciudad Huerta Agot de 1558
Juan de Tolosa V. Ciudad Huerta Agot de 1558
Juan de Pinilla V. Ciudad Huerta Agot de 1558
Andrés de Acevedo Ciudad Solar Agot de 1558
Juan Sánchez Gálvez V. Ciudad 2 huertas Agot de 1558
Nicolás de Palencia V. Ciudad 2 huertas Agot de 1558
Miguel Lorenzo V. Ciudad Huerta Agot de 1558
Juan de Torres V. Ciudad Huerta Nov. de 1558
Juan Sánchez V. Ciudad Huerta Nov. de 1558
Francisco Sánchez V. Ciudad Huerta Obre de 1558
Pedro Quintero Chitagá Estancia Obre de 1558
Pedro Alonso de los H. Ciudad Solar Obre de 1558

Juan de Torres V. Cúcuta Estancia ganad Febr de 1559


Luis Jurado V. Cúcuta Estancia ganad Febr de 1559
Diego Páez de Sotom V. Páramo Estancia ganad Febr de 1559
Juan de Torres Ciudad Solar Febr de 1559
Francisco Hernández Táchira Estancia Marz de 1559
60
SIIV•no Pab6n Vfll11mlzar

Pedro Quintero V. Ciudad Pedazo de tierra Marz de 1559


Andrés de Acevedo Hontibón Pedazo de tierra Marz de 1559
Francisco García de M. Ciudad Solar Marzde 1559
Alonso de Parada V. Ciudad Huerta Marz de 1559
Alonso Esteban V. Ciudad Huerta Marz de 1559
Pedro Quintero V. Ciudad Huerta Marz de 1559
Francisco García de M. Ciudad Solar Marz de 1559
Alonso Durán, mozo V. Ciudad Pedazo tierra Abril de 1559

Juan de Pinilla V. Ciudad Tierras Febrde 1560


Alonso de Esperanza V. Ciudad Tierras Febrde 1560
Juan Sánchez v. Ciudad Tierras Febr de 1560
Padre Alonso Velasco río Pamp. Estancia Agotde 1560
Antón Esteban . río Pena Estancia Agotde 1560
Nicolás de Palencia Táchira Estancia Agotde 1560
......... Camero Táchira Estancia Agotde 1560
Andrés de Acevedo Táchira Estancia Spti de 1560
Pedro Gómez, regidor Chopo Estancia Dbr de 1560
Juan Sánchez Chopo Estancia Dbr de 1560

Fueme: PRIMER LIBRO DE ACTAS del Cabildo de la Ciudad de Pamplona en el Nuevo Reino de
Granada. Bogolá: Pax; 1950. Fallan los legajos correspondienlesa 1550, 1551 y buena parte de 1552,
époc.adondelas mercf'des debieron ser numerose». por lratarse de los primeros dos años de ocupación
de la tierm.

Ahora, si bien es cierto que esta actividad agrícola inicial se encaminó a


garantizar los suministros tanto en la ciudad como en los distritos mineros, en poco
tiempo al implementarse la ruta de Ocaña a partir de los setenta, la producción
agrícola tomó otra iniciativa: el mercado de larga distancia, la plaza de Cartagena y
el Río Grande de la Magdalena con puertos como Tamalameque, Tenerife y
Mompox. La apertura y el buen mantenimiento de caminos hacia los valles más
productivos y los mercados externos de la ciudad, fueron preocupaciones
constantes del Cabildo pamplonés, que dieron gran impulso al desarrollo agrícola
d e 1 a reg1ió n 115 . •

Posteriormente influyó otra circunstancia. La producción aurífera y argentífera,


y las altas posibilidades agrícolas, atrajeron hacia Pamplona un gran número de
migrantes europeos y nativos de toda clase y orígenes posibles. Así, al crecer
aceleradamente la población, especialmente a partir de la década de 1580, el
acceso a la tierra dejó de ser patrimonio exclusivo de los encomenderos y antiguos
conquistadores, para convertirse en un importante factor de riqueza social,

115
AHP-NS, klem.

61
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

transferible en un activo mercado de estancias y solares entre quienes, en condición


de residentes o estantes, empezaron a poblar los términos de ésta ciudad' '".

En el mercado de los distritos mineros, el producto de mayor demanda fue el


maíz. En el mejor de los casos las cuadrillas eran abastecidas. desde sus aposentos,
por los mineros también encomenderos; en caso de que éstos o los "Señores de las
Cuadrilla" no dispusieran de indios de repartimiento ni estancias, y sus lavadores
fueran de alquiler, tenían que comprar a los estancieros proveedores el grano y los
matalotajes para sostener su cuadrilla.

Así, encontramos al Capitán Alonso Puelles de Esperanza, con una cuadrilla de


17 lavadores en el Río del Oro, cuyos suministros de maíz y carne eran propiciados
por su yerno Don Ortún Velasco, quien estaba obligado con él por muchos pesos.
Al morir el Capitán Puelles, Don Ortún Velasco interpuso largas cuentas de
suministro de grano hasta descontar de su deuda $900 pesos117. Encontramos
también, muchos mineros veleños fuertemente endeudados por mercaderes y
estancieros de Pamplona, no sólo por suministro de mercancías europeas sino por
.
grano y b asnmento
1111
para sus cua d'IIn as .

En los mejores años de explotación aurífera y argentífera en Vetas, Suratá y


Montuosa, se llegaron a concentrar unas 30 cuadrillas indias que con sus familias
llegaron a superar las 1600 personas, sin contar los mineros blancos o mestizos; esta
importante concentración humana demandaba todo tipo de suministros,
especialmente de granos y carnes, así corno de mercancías de la tierra: mantas y
alpargatas.

Independiente de las distintas modalidades de administración laboral y el


crecimiento o deterioro de la producción minera, los asentamientos mineros fueron
siempre un importante mercado para la producción agrícola de las prósperas
haciendas desarrollada'> a expensas de las tierras y mano de obra de las
comunidades indígenas.

Indudablemente las bases para la agricultura europea se establecieron en


solares y huertas de la misma ciudad de Pamplona y su valle. En los primeros 1 O
años el Cabildo otorgó no menos de 30 huertas y sitio para 4 molinos de trigo, el

l H, AHP-NS, ldem

11 •
AHP-NS, 1 omo 00 l f( 1 (,7-1 <,Br.

nu AHP-NS, 1 omo O I O f OOB André- dPI BJ,lo ello poder JI ( dpi1.jn luan Vela« o d<> 1\\onlc1lvo J><1rc1
que cobrara d I ranc i-« o 1\ l<1IPlh, minoro VP< ino dP \'{•le, en 1•1 Río dPI ( )ro, '\plpnlc1 arroba- de harina
que el su-odirho me> debe y di<'/ arroba- dP ~1 y de" quintale- dP bi1< ocho", suministrado pdrJ el
sostenirnieruo de su cuadrilla.

62
Sltv.no Pab6n Vll/amfzar

primero de los cuales en esta ciudad lo fundó el padre Alonso Velasco en 1553,
quien durante varios años tuvo el monopolio de este beneficio, hasta que el mismo
Cabildo otorgó otras mercedes para tal empresa 119.

En los años noventa de finales de Siglo XVI y principios del XVII se hizo
evidente un crecimiento agrícola de significativa importancia. Cuando la minería
entró en crisis fue esta producción agrícola, especialmente el trigo y las harinas, la
que salió al rescate de la economía regional; proliferaron los molinos para trigo y
frecuentemente se pagaron mercanáas europeas con harinas y conservas de la
tierra: Quesos, bizcocho y jamones.

PRODUCCIÓN DE TRIGO, HARINA Y CONSERVAS

VALLE O ™PRES Y/O ENCOMENDR COSECHAY PROOUC


SECTOR MAS NOTABLES DE MAYOR VOLUMEN
Cáchira Pedro Gómez de Orozco Trigos y harinas
Suratá Diego Páez de Sotomayor Harinas, queso y
y Hnos. bizcocho
Matanza El Capitán Pedro Jurado Harinas, quesos y
bizcocho
Servitá Andrés del Basto y Hnos Harinas, quesos y
bizcocho
Chopo Maria de Velasco Trigos y harinas
Cáraba Pedro Quintero Prlncipe Trigo y harinas
Chíchira luan Ramírez de Andrada Trigo y harinas
Chitag.1 Bartolomé Sánchez C. Trigo y cebada
Tapaguá El Capitán Alonso Rangel Trigo y harinas
Ulag.1 Gonzalo Serrano e Hijos Harinas, quesos y
bizcocho
Cácota Juan Velasco de Montalvo Trigo y harinas
Cachirl Juan Rarnírez de Andrada Trigo, harina y quesos
Bábega Juan del Rincón Trigo y harinas
Tutepa Cristóbal de Araque Trigos y mafz
Mogotocoro Juan Jaimes 'Trigo y harinas

FUENTE:AHP·NS Tomos 1-15. Ai'los 1574a 1603.

Muchos mercaderes acostumbraban a cobrar los embarques de mercancía


europea con harinas, quesos y bizcochos puestos en Ocaña. Uno de ellos, Andrea
Márquez, mercader de Ocaña, contrató con Diego Jóvel, vecino de Pamplona, el
transporte de un cargamento consistente en 250 cargas (unas 30 toneladas) de
harinas, bizcocho, quesos y otras especies que había recibido en Pamplona en pago
119
PRIMER Libro de Actas... Op. Cit.

63
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

de las ropas de Europa que había introducido a esta ciudad':". En anterior


oportunidad, él mismo, dejó en solo cuatro negocios cerca de $1.500 pesos de
buen oro en ropas y distintas mercaderías de Europa, para ser cobradas en harinas
puestas en Ocaña a razón de 4 tomines arroba, esto es, unas 1.000 arrobas de
111.
harina "buena y enmochilada" que harían alrededor de 40 toneladas

A medida que se iba intensificando el cultivo del cereal, se iban fabricando en


las propias estancias y aposentos, molinos para el trigo que se producía, de tal
manera que para la última década de este siglo en cuestión, los enclaves
productivos contaban con excelentes molinos para el amplio beneficio y
exportación de harinas hacia los mercados de Ocaña y Cartagena.

En aquella época cobró singular importancia el llamado "maestro de harinas"


quien era el encargado de construir y reparar molinos. En 1590, Juan Polanco
Maldonado, carpintero de profesión, se obligó contractualmente con el Capitán
Alonso Rangel, para hacerle un molino de trigo en su repartimiento y aposentos de
Tapaguá (actual territorio de Mutiscua); y en ese mismo año Bartolomé Navarro se
obligó a hacer "un rodezno de molino" y a tallar una piedra para poner "moliente y
corriente" el molino de Pedro Quintero, el viejo, en Cáraba 121.

I a industria harinera involucraba mucha mano de obra en sus distintas etapas


de producción. Desde la siembra y la cosecha, en las que se requerían no pocos
bueyes y gañanes, así como numerosasbestias de carga con sus respectivos arrieros,
hasta el empaque de la harina en PI que había un amplio consumo de lienzos que.
en el caso de Pamplona, provenían de la Gobernación de Venezuela, de ciudades
como Trujillo y El Tocuyo orincípahnente':".

Entre los exportadores más notables tenemos a Simón y Andrés del Basto,
hermanos y socios, quienes habían montado una compañía para transporte de carga
con una arria de 50 mulas y machos para llevar harinas y conservas a Ocaña y de
regreso introducir mercaderías de Europa a la ciudad114. Transportaban su propia
producción de sus estancias de Servitá, y la cosecha que compraban a los demás
productores en Matanza, Suratá, Silos, Cáraba y Pamplona.

1211
AHP-NS, 1 orno 012 ( 094

121
AHP-NS, Tomo O 12 (( 0'5-060.

122
AHP-NS, lomo OO'i ( O l <,hv y lomo 00(, f 004v

>JJ AHP-NS, T omo-, 00 l JI O l 5, año- de 1 'i74" 160 l

m AHP-NS, 1 omo 015 ( l07v.

64
SI/Vano Pallón Vlllamlzer

Otro de los grandes exportadores de harinas y conservas de Pamplona fue Don


Juan Ramírez de Andrada, el viejo, encomendero de Chíchira, Cachirí y Chinácota;
lugares de donde sacaba importantes cantidades del cereal. Ramírez de Andrada
compraba la cosecha de muchos de sus vecinos y tuvo innumerables negocios
como mercader, minero y estanciero, con socios en Ocaña, a donde enviaba sus
recuas de mulas para llevar sus productos y de regreso traer mercaderías de Europa,
las cuales vendía en los mercados de la ciudad, en tiendas, haciendas y los distritos
mineros 115.

Así pues, podernos afirmar que la agricultura y básicamente la producción de


trigo y harinas, hacen de Pamplona una sociedad productora y consumidora de
cereales. Una cultura del pan, el bizcocho y los amasijos. Un paisaje cubierto de
maduros trigales y humeantes hornos que exhalaban el delicioso aroma del pan
recién salido del horno.

Al mismo tiempo y gracias a ello, se sustituye la decadente minería por una


floreciente producción agrícola y un rápido poblamiento rural que en poco más de
cien años daban origen a las futuras parroquias y asentamientos urbanos del Siglo
XVIII.

Otro ramo agroindustrial muy importante fue el cultivo de la caña de azúcar, la


producción de mieles y panes de azúcar en los valles cálidos de la jurisdicción,
como los del río Táchira, río Zulia, Labateca, Cúcuta y río Bochagá entre otros.
Fueron muchos los encomenderos, de mayor o menor importancia que
paulatinamente tomaron 'las mejores tierras y el mayor número de indios útiles
disponibles en sus repartimientos, para esta actividad.

Don Antonio Beltrán de Guevara, Corregidor y Visitador General de la


Provincia, durante las diligencias de su visita realizada al pueblo de Mónoga,
encomienda del Capitán Gonzalo Salcedo, comprobó que éste había tomado las
mejores tierras para sus plantaciones de caña y labranzas de maíz, sirviéndose de
todos los hombres y mujeres hábiles para el trabajo: cinco arrieros, tres cavadores,
cuatro gañanes, tres trabajadores, dos yegüeros y un azucarero, y la mayorf a de sus
mujeres, "chinas" y muchachos para cargar el maíz, leña y para el servicio
doméstico en los aposentos y en su casa en Pamplona126• Por otra parte el
historiador Germán Colmenares, después de escudriñar las extensas visitas de

11~
AHP-NS, 10010', 001 di 012. Años de 1570 a 1598 en que Don juan l{amíre.1 de Andrada dtja ,u,
negocios en manos de ,u primogénito y homónimo ,uyo. 1 ue d(' I<,-, pocos encomenderos que
acumuló una gr,m íortufld que repre.enl.k.ld en U',J'-, solares, tiendas, e,-tdnda~ y ganado; gracias a
haber ',dbido r ombmar ma.gi,tralmenle ~u, a<.tivi<l<1<I~ económicas <.0010 encomendero, minero,
estane iero y -oore todo e orno comerciante y transportsdor

116
AGN, Colonia: Vi~,ld~ de Santander, tomo 005 ff 178-777.

65
HISTORIA DEL P09LAMIENTO Y CONSTftUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PA~ONA

Cristóbal Bueno y Tomás López, de 1559 y 1560 respectivamente, observó que


para estas fechas 38 pueblos de repartimiento beneficiaban para sus 'encomenderos
caria de az(rcar127.

ZONAS DE PRODUCCIÓN DE MIELES


Y AZÚCAR EN PAMPLONA

SECTOR EMPRESARIOS Y/O ENCOMENDEROS

V. de Chopo Juan Ramfrez de A. y Nicolás de Palencia


Labateca Diego de Mora, Gonzalo Serrano y Gómez Hernández,
entre otros
Bocha lema Juan Martín Carrillo
lrna y Balsa Gonzalo Serrano
Táchira Nicolás de Palencia, Juan Francisco y Bernardino de Torres,
entre otros
Zulia Bernardino de Torres, Juan Sánchez, Sebastián García y
Alonso Rangel.
Cúcuta Pedro de Arévalo, Alonso Carrillo y Sebastián Lorenzo,
entre otros
Arboledas Juan Mui'ioz Barrientos, Juan de Cuellar y francisco de Castro
Chinácota Juan Ramírez de Andrada
Arcabuz aso Juan Velasco de Montalvo, capitán
Támara Francisco de la Parra
Móluga Juan de Tolosa
Bochagá Juan Duran
Mónog<1 El Capitán Gonzalo de Salcedo
Chona Pedro Cómez de Orozco
Chucarima Nicolás de Palencia y herederos
Los Locos Francisco de Palazuelos y sus herederos

FUENTE:AHP-NS, Tomos00/-015. Anos 1574il /603.

Similar al beneficio de las harinas, la producción de azúcar y mieles, requería


también de un ingenio para molienda, extensos cañaduzales y buenas instalaciones
en los aposentos del empresario; y sobre todo abundante mano de obra indígena o
esclava. Esta actividad implicaba un sin número de faenas que involucraban
pueblos enteros: gañanes, trapicheros, cortadores y cargueros, leñateros, labradores
y un azucarero calificado entre otras (unciones, sin contar las mujeres y chinas que
interveruan en el proceso.

117
COLMENARES, Op (i1, Pág. <J'I

66
Siivano Pab6n Vlllamlzar

En los primeros años la industria fue muy incipiente, limitándose a la


producción de mieles y azúcar morena que tuvo su mercado en las ciudad y los
distritos mineros; sólo hasta 1577 se registraron, proveniente de los valles del
128,
Táchira importantes embarques de "azúcar blanco y bueno" hacia Ocaña para el
mercado de Cartagena.

De los empresarios más notables en la industria azucarera de. Pamplona del


Siglo XVI encontrarnos a:

- Don Diego de Mora en el valle de Labateca, en los predios y estancias


heredados por su esposa Doña Catalina de Acevedo, de su padre Don Andrés de
Acevedo. Desde los primeros años los indios de Labateca beneficiaban caña de
azúcar para su encomendero, y en los años noventa, Don Diego había establecido
una red comercial entre Ocaña, Cartagena y Pamplona, exportando su azúcar e
importando mercancías de Europa 129.

- Bernardino de Torres, encomendero de los Chicaguaos en el valle del Zulia y


los Muchibila en el Táchira, donde beneficiaba importantes ingenios azucareros e
involucraba la totalidad de sus pueblos en dicha actividad, inclusive sacando los
lavadores que tenía en el Río del Oro. El Señor Torres era continuo exportador de
azúcar blanco que producía en consorcio con Diego Rodríguez, "maestro de hacer
1
azúcar" '".

El azúcar era en aquella época un producto de exquisito consumo, más de lujo


que de uso general -el pueblo raso consumía mieles ordinarias- destinada a las
mesas más holgadas de la ciudad y a los mercados de Ocaña y Cartagena. Al
azúcar se le dio el mismo tratamiento que a las harinas y a las conservas; se vendió
directamente en el Puerto de Ocaña o se entregó en pago de las mercaderías
europeas que se introducían a la ciudad.

La región de Pamplona dispone de excelentes tierras en todos los pisos


térmicos que hicieron posible una variedad y fructífera agricultura, no sólo del trigo,
la caña de azúcar y el maíz, sino también de indispensables productos como la
papa. Mientras los dos primeros tuvieron un gran valor comercial y representaron
un alto nivel de ingresos, el maíz fue insubstituible para el abastecimiento de los
distritos mineros y la papa fue un tubérculo nativo de amplísimo consumo en la
ciudad. En ésta aún hoy existe el llamado comúnmente "almotacén", lugar de

128
AHP-NS, 1 orno 002 ( 007

ii9 AHP-NS, Torno 002 ( 073, tomo 005 ( 257 y tomos slguientes.

130
AHP-NS, Torno 003 ( 296, tomo 004 ( 012v y tomo 005 ff 262v-264

67
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

acopio de las "turmas de la tierra" corno decían los españoles y almotacenazgo o


despacho del inspector de pesas, almotacén.

A medida que la minería se hacía más difícil y los costos e inversiones para la
saca, se hacían imposibles para mineros poco solv entes, vecinos, residentes y
encomenderos empobrecidos ponían entonces sus ojos en las tierras que
paulatinamente iban dejando las decadentes comunidades indígenas; no obstante>
los poblamientos indios hechos en la región de Pamplona desde 1583 por el Jue7
de Comisión Melchor Vásquez Campuzano y en 1586 por el Capitán Alonso de>
Montalvo en los pueblos del norte de la ciudad, continuados por el Corregidor de
Tunja, Don Antonio Beltrán de Guevara, en su visita a esta provincia en 1602, y
que a la postre condujeron a la institución de los resguardos en Pamplona 111.

Tocios los pueblos indios, con resguardo o no, iban siendo asediados por
cientos de estancieros que de hecho o por derecho paulatinamente ocupaban sus
tierras; situación que detectó claramente la visita de Beltrán de Curvara en 1602' 11.

la población que poco a poco dejó de ser sostenida económicamente por la


producción minera se enrumbó por las faenas clel agro. En sólo tres años se
hicieron más de 40 solicitudes de merced de tierras, entre las que se contaban
notables mineros empobrecidos como Don Pedro Jurado y el propio Juan Velasco
de Montalvo, y empresarios ascendentes como Pedro Alonso Tercero, yerno de
Gonzalo Serrano, encomendero de Ulagá y Balsa entre otros pueblos' 11.

las solicitudes y ocupación de tierras se hicieron tan frecuentes, así corno las
quejas de los caciques indios por la usurpación que se hacía de sus tierras de
comunidad, a tal punto que fue necesario que a la ciudad viniera un Juez
Componedor de Tierras, quien pondría orden y justicia en la problemática agraria
local. En una de estas composiciones, de las más notorias que se vieron, Francisco
de Anguieta, Escribano Público y del Número, actuando corno apoderado de los
herederos de Juan Ramírez de Andrada, el vicio, su suegro, del Convento de Sa11
111
AGN, C olorua: PohlJ< iom'-. Varia-, 1 001 1 ff h4 1 y "· 1 e,., prim(•rc,-, pul'l>lo-. dP indio, d'<'lll,1de,., .,
IJ U'<lll/d hi,1láni< ,1 en l'Jn1plo11.1 y qui,j on lcxlo PI Nuovo Ke>ino, le,-, 11d( t' pohlJr y le"- "cid 11.11..1 1>.1r,1
h<H er pldtJ y < alk-." en 1 'i86, PI < ,1pit.\11 Alonvo ele> i\ lont.ilvo, «1111i,irn1Jclo por Id l\ucl1l'll( ÍJ p,tr,1
< orrt,gir o .:un•gl,lr un prinwr poblJmÍ<>nlo he'< ho por Mc>le hor V.\,qul'/ ( ,Hllflll/dllo <'11 lt,-,
íl'I klrtimic>nte)', ele> Be>< h.ile>m,1, C hinc\c otJ y /uli,,, PlllrC' olrc"

'" COLMENARES, Op. ( 11. l'Jg 114. 1 n l'Í<><lo uno cfp le,., CdrHf,-, quv c>I ,i,il<1cl01 IP formul.tll..l .,1
< .ipilán Con1.1lo de> <,,,le e><lo, C'fl< omPncl1•ro clP /\ 1onog,i, C'rJ c>I dP halx-rk-. e>< up,ulo d le,-, mdio-, l,h
mc>jcm•, lierrd, ¡1c1r.i <u-, e dl"i<1du1dl1" y n1<1i1,,l1"-, ,111 clPj.trlP," lo, 111d10, l.t ,ufit il'nlc> lldíd ,1,., IJhr,uv,h
(Vi,il,1, clt> ~dnldlldl'r. 101110 OO'i ff 741)

"' AHP-NS, 1 omo-, 00(,, 012, O 1 1 y O 14 C.,oh< ituclc'-. qur- ,p h11 ir-ron JI < ahiklo dc- l.i ciucl,ul o
clirrx l,1nwnl<' a la Audiene Íd.

68
SI/Vano Pllbón Vt/111111/z•r

Agustín y de Pedro Alonso Tercero, prometía dar al Capitán Pedro de Sande, Juez
Componedor de Tierras, $320 pesos de buen oro como pago de dichas
composiciones; las que se habían tasado a razón de $1 O pesos por estancia
titulada134.

La agricultura fue el segundo renglón de la actividad económica, que jalonó el


lento pero seguro proceso de poblamiento hispánico en el Oriente· Colombiano a
partir de la encomienda pamplonesa. El establecimiento de grandes unidades
agroganaderas en los fértiles valles del territorio pamplonés, hizo que el descenso
minero no trajera mayores consecuencias en la economía y que esta sociedad
colonial, primitivamente minera, se volviera una sociedad agrícola, con una urbe
comercial y cosmopolita en esas últimas décadas del Siglo XVI y principios del
XVII.

3.3 PRODUCCIÓN GANADERA EN LA PROVINCIA

La cría de ganado mayor y menor fue fundamental en la vida de los primeros


pobladores hispánicos, para asegurar el sustento de los núcleos de colonización, y
garantizar la continuidad de su provecto fundacional. Quienes decidieron asentarse
en las tierras de la recién fundada Pamplona emprendieron, a la par, la actividad
agrícola y ganadera en el mismo valle de la ciudad y sus ejidos. Inicialmente
levantaron pequeños criaderos de vacas, ovejas y puercos para el consumo de los
locales y para sustentar el trabajo en las minas. Pero a medida que la empresa
minera tomaba fuerza y aumentaba la demanda de comestibles y el maíz iba siendo
reemplazado por los cereales europeos en la dieta de la creciente población
hispánica; la ganadería como empresa igualmente tomó fuerza y pronto los
encomenderos mejor favorecidos habían logrado levantar y producir ganado para
los mercados mineros, local y externo.

Fn sólo cinco años los encomenderos y pobladores, que pensaron en la crianza


a alto nivel, tuvieron que separar la empresa ganadera de la agrícola. Los ejidos del
valle de la ciudad no fueron suficientes para los semovientes de la misma, viéndose
precisado el Cabildo a hacer sacar el ganado de la ciudad a los valles de Cúcuta y
Tonchalán\ habilitando de paso las mejores tierras en sus repartimientos y pueblos
de naturales, utilizando desde luego la mano de obra indígena para el pastoreo.

En un principio la ausencia de cercas y corrales permitía la crianza de reses


deambulando por cuanta labranza hallaban a su paso, originándose serios

114
AHP·NS, l orno 014 ff. 307 · J 12.

1
ss PRIMER libro de Actas. .. Op. Cit. Págs 84, 98, 116, 179 y 212.

69
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

problemas con los agricultores que sufrían daños en sus huertas. Por ésto, el
Cabildo tuvo que legislar al respecto, mandando hacer corrales ú ordenando la
institución de un "guarda" que vigilara el ganado del valle de la ciudadm, como se
hizo en los casos de las huertas de trigo locales y las de los indios del pueblo de
Chíchira, a quienes además se les autorizó flechar el ganado que les dañara sus
117.
labranzas

Se encargó también el Cabildo de normatizar la distribución de carne en el


mercado local y los distritos mineros, y sobre todo, permitir la ocupación de tierras
en los repartimientos indios para la institución de grandes hatos y criaderos de
yeguas y mulas de carga y cabalgadura, ganado vacuno, así como de ovejas y otras
especies menores.

En los primeros veinte años de ocupación hispánica en Pamplona, la actividad


pecuaria tuvo dos finalidades primordiales: Criar ganado vacuno y ovejuno para
producir lanas, carnes y derivados de la leche, y criar yeguas y mulas para el
transporte y las cabalgaduras. En particular estos últimos fueron aspectos que
exigieron pronta solución, dadas sus implicaciones en el desarrollo poblacional y
económico de la ciudad; por ello, en juicioso empeño, los primeros estancieros y
más acomodados encomenderos, propendieron por la crianza de yeguas y mulas
para la carga; inrroduieron "burros garañones" como reproductores y buenas
"yeguas de bientre" para implementar estos hatos.

El progresivo crecimiento en la actividad ganadera, así como el rendimiento en


las crías, tuvieron como factores determinantes, la buena disposición de tierras y
pastos, y la demanda segura y creciente del producto pecuario. Sin embargo, sin
duda, este desarrollo arremetió indrscrirnmadamente contra las tierras de las
comunidades nativas, que poco a poco iban pasando a manos del encomendero y
estanciero nR. Estos, en muchos casos. ocuparon la mayoría del pueblo en sus
distintas actividades productivas y aprovecharon las circunstancias que de esto se
derivaban, para beneficiarse con las tierras indígenas.

i u, lbíd. P.íg,. 284 - 2%

1 17
lbíd. I'.íg !00

118
1 ,¡p fenórnono fu¡, arnpliamenrc denunr iado y vr-to por 1 )on Anioruo Bl'hr,\n do Cuevdrd,
corrt'gidor di' J unja, en -u vi,ild .i lo, reparnnuento- dt> l.i l'rovm<i.i de l'.implon.i PO 1 (,02. AGN,
Vi,itc1, de Santander.

70
Siivano Pab6n Vlllamlzar

PRODUCCIÓN DE GANADOS EN LA REGION DE PAMPLONA, SIGLO XVI

Zona de Criadotts o &tancierol Veguat• V.cu .. Ovejas "'-<:OI


Hat<>1 de Ganado Mayor vMulas vcamer01

flValley -Dionisiu Velasco y herede-, X X X X

llanos de ros, vecino de San Cristóbal


Cúcuta. -Alonso Rangel y herederos X X X X

-Miguel de los Hoyos y Alarcón X X X

El Padre Juan Burgueño del C. X X

Juan de Tolosa y hermanos X X X

.(1 Padre Pedro Esteban Rangel X X

-Alonso Carrillo y herederos X X X

-Hernán Pérez de Pineda X X X

-Juan de Figueroa X

-Juan Ramfre, de Andrada X X X

-Nicolás de Palencia y
herederos X X X X

-Sebastián Lorenzo y herederos X X X X

-francisco de Anguieta X X

-Alon-o de Montalvo, capitán X X X X

Valle del -Alonso Carrillo y herederos X X X X

río Bocha -Miguel de los I loyos y Alarcón X

gá,Móluga -Nicolás de Palencia y heredero, X

l euta, So- -Alonso R,mgel y herederos X X

potá, Cho- -Martfn y Juan de 1 olosa,


X X X
na yMó- hermano- X

nega -Irancisco de Palatuel°" y


hered X X X X

-luan Durán y hr-redero-, X X

-1 lernán PPre., de Pineda X

-Conzalo de Salcedo X X X X

-Pedro C6nw, de Oro,« o


y hereder. X X X

-Juan de Rincón X X
-1 lernán PNP1 de l'int><IJ X X

Vallcl.i -Diogo de Mora y C11.ilinc1


I c1b,Ue<d, de Ac ev. X X X X

lllagá, Bal -Alon-o Martín de 1 a, C c1ña-. X

'el, Mari, -Gonzalo Serrano y Pedro


c.c1I, Cul.i- Alon-o lorero, su yerno X X X X

g.i -Alonso Carrillo y horederos X X X X

-Seba-tián García del l spinc X X

-Gonzalo de Orozco X X X X

-Alonso Rangel y herederos X X X X

-Hemán Pérez de Pineda X X

-Juan de Tolosa y herederos X X X

71
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

Valle de -1 lernán Vá~JUt'I X X X


lma, l lonti -Blá, dP Orellana X X X X
bón, r áma- -Gon,c1lo Serrc1110 y herodoro-, X X X X
r a y Vall« -Cónuv l iernández X X X
de' lo-, 1 o- -1 ranri-ro de lc1 l'c1rrc1 X X
( º' -Bcrnardino I Prnándp;( 1 c11w) X X
..f rc1n< i-ro de 1'..ila,uelo, y
herederos X X X X
-Don Andrés de Villarroo],
con heredero, X X
-Don Juan te Cucllc1r y
heredero-, X X
-André- M.trtín Calbillr: X X X
Valle do -Simón del Bc1,10 y hPrC'<lero, X X X X
Servitá y -Migul'I de lo, l loyo, y Ala« ón X X X
río Vc1IP- -Cri,t6bc1I laime- X X X
grci -luan laimr-, X X X
-luan Cc1ldcr<'>11 de, l..i lic1r< J X X X X

Vallo dol -1'(~ lro C )uinf Pro l'rlnc ip<· y.


río I cÍ< hi- lwn'<I. X x
ra -l l l'c1drP l\lon,o ( Juinlno X X
-1 )ioni,10 VPlc1,c o X X X X
-Nir ol,í, l'.il<>ncic1 y h1•1PdPro, X x
-l rc1n< i-« o do l\11g<1rifc1 X X X

<iurc1f,Í, f\ \,1 -1 )jpgo l',ÍP/ d<' ',oforn.1\111



lclll/d, ( y hm'< 1
0

\ x X
e hirl y Ca- -11 ( "c1pi1:111 l'l'<lio lur,1do}
< hirc1 honxl. x x X
-luan K,1111írt>1 d<• l\11drc1d.i X X X x
-luan Alon-«» /,1h..illo, X X X
-fu.111 1 Prrer dPl lun< o '( X X x

V,1llc·,dP -Prxlro Quinn-m l'n111 1p<' X X


lo, río, ..( ri,1«'ib,1I rh- Araqu« X X X
( ·:irc1llJ y -Convento d<' ',,111fc1 ( l,11.1 X X '(
Chil.igci. -11 Cc1pil..ín B,1rtolon11' X X
<,iln~, 1 u- <iclnc h<'I Cc1,tl'll,m<,., x X X
IPlkl y Bá- -1 oren/o Í ,f Pl>.111 y hPrt'<I. X X X
ll<' gd -DiPgo y l'Nlro Guli1;rrP1,
hNrnc1110, X X X
-Conzalo de Salcedo X x X

72
S/lveno Pllbón Vlllemlar

Guaca, -Juan Velasco de Montalvo X X X


Mogo -Cristóbal Jaim~ X X
tocoroy -luan )dime. X X
Cámara -l uis Jurado X X X

Boc l1a lema, -Nkolás Palencia y herederos X X


Chinácota -juan RJmírez de Andrada X X X X
y Valle -judn Sánc hez Caballero X X X X
del río -Don Alonso Carrillo y herod. X X X X
Pamplona. ~I Padre Iuan Bergueño ck•I
(Incluido Casll. X X X X
Chopo) -Doña Mirla de Velasco X X
-Cristóbal de t,raque X X

l as Arbole -luan Velasco de Montdlvo X X X X


dc1,,SulJ, -[ l Cc1pitán Alonso Pul'lll",
quilla y de 1 ~p<.•rc1n1J X X
Ar<c1bu1 ,N> -luan de Cuollar y herederos X X

Fuente: Archivo Histórico de Pamplona (AHP-NS), Tomos 01-15.

* Se conocían corno estancias yegueras a los criaderos de mulas y caballos de


carga, y se componían de extensas zonas en las que pastaban de 300 a 1200 yeguas
con unos cuantos "burros garañones" como reproductores, de donde se obtenían
anualmente hasta 150 mulares para una sola feria o venta.

* * Al ganado vacuno se le asignaba el genérico de "vacas", así como a los


hatos de caballares y mulares se les asignaba simplemente con el de "yeguas".

* ** Los individuos analizados y anotados son aquellos que registraron


negocios y transacciones con diferentes especies pecuarias por más de SO y hasta
2000 semovientes, sin contar las ventas de uno o pequeñas recuas para el caso de
las mulas y caballos. Resaltando además, que las estancias de ganado mayor
tuvieron mucha movilidad en el mercado de tierras y con mucha frecuencia los
hatos cambiaban de dueño, especialmente para el caso de los "ganaderos" no
encomenderos.

**** los estancieros daban mayor o menor importancia a una u otra especie
de ganado, según los pastos disponibles o el piso térmico, ya que el rendimiento
productivo depende de ello. Excluimos el valle de la ciudad que aunque era más

73
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

agrícola que ganadero había buena cantidad de vacas, ovejas y puercos, pues
básicamente acá se inició la ganadería de la provincia.

Los valles más fértiles aledaños a los mejores repartimientos indios fueron IJs
zonas de desarrollo productivo rnás intenso en rnatena pecuaria. En las vertientes
frías, de los 2000 metros hacia arriba, se desarrollaron hatos de vacas lecheras y
ganado ovino de gran importancia. Zonas como las de Servirá, Mogotocoro y
Guaca, Matanza, Suratá, Cachirí, Ulagá y el mismo valle de la ciudad, donde se
producían buenas cantidades de quesos, lana y carne, que tuvieron gran demanda
en el mercado de Ocaña.

Los valles bajos y cálidos fueron más propicios para los criaderos de mulas y
puercos, sin descontar desde luego la producción de vacas y carneros. De estas
zonas podemos resaltar el valle y llanos de Cúcuta, que iniciaron su poblamiento y
economía agroganadera como ejidos de la ciudad de Pamplona y posteriormente se
convirtieron, junto con los pueblos de Tonchalá y Zulia, en importantes enclaves
ganaderos. De allí fueron muy numerosas y de fama, las mulas y caballos. Otros
criaderos de gran importancia, en donde los hatos superaron los mil y dos mil
ejemplares, fueron los de los valles de lma. Bochagá, Labateca y el valle del
Táchira, entre otros.

La mano de obra empleada para la producción ganadera fue relativamente


menor con respecto al crecido número de hombres empleados en la minería y las
faenas del agro. Pues para un hato de 150 yeguas parideras, 200 vacas y una 3000
ovejas, con 6 vaqueros y unos dos pastores bastaba. mientras que una cuadrilla
involucraba unos 15 a 25 hombres y 11H1jert-'S, y una siembra o cosecha de trigo
podía involucrar todos los hombres y muieres útiles de un pueblo y en ocasiones no
eran suficientes.

La ganadería fue una importante fuente de riqueza social. Yd desde Id dér ada
del 570 los hatos o estancias de ganado mayor, fueron manifestaciones de solvenc id
económica y respaldaron negociaciones y obligaciones crediticias. Así, Don Simón
del Basto, vecino fundador y encomendero del valle de Servirá. hipotecó su hato
para garantizar un crédito a censo que le otorgara Domingo Hernández, minero de
Vetasm; y Don Alonso Carrillo, heredero de Alonso Martín Carrillo, fundador y
primer encomendero de Bochalerna y Ocarena, dio a su yerno Juan de Ortega,
yeguas, vacas y puercos de sus hatos de Cúcuta y Bochagá, corno parte de la dote
de su hija Beatriz Carrillo, que con ajuar y ropas IIPgó a los $1.047 pesos de buen
oro en Julio de 1574140. A la postre, el Señor Ortega se convertiría en uno de los

, ,~ AHP-NS, l orno 001 ( 064.

1411
AHP-NS, 1 orno 001 í 069.

74
SI/VMIO Pab6n Vlllamlzar

más aventajados criadores de ganado en las estancias de su suegro y las suyas


propias.

La ganadería además dinamizó el mercado de las tierras. Una estancia para


ganado mayor, sin cercas ni corrales podía costar unos $40 o $50 pesos, según la
calidad de las tierras o lo distante que se localizaran de las rutas; si estaba dotada de
cercas y corrales, y con unas 200 vacas y unas cuantas yeguas, podría venderse
hasta en $1. 000 pesos.

Martín de Toro y Catalina Cano, su mujer, vendieron el 30 de Diciembre de


1587 a Gonzalo de Orozco una estancia de ganado mayor con 180 cabezas de
ganado vacuno y 55 yeguas, ubicada en el valle de Culagá, por $570 pesos de buen
oro, la que años antes, sin mayor detalle y sin animales, sólo les había costado $40
.
pesos d e 1 mismo oro 141 .

Establecer una cría de yeguas y mulas requería de una buena inversión y ante
todo de buenas tierras. Empero la demanda del ganado lanar y caballar para carga y
silla, propició la proliferación de estos criaderos. Su implementación a más de
costosa era muy dispendiosa, pues la gestación en estos animales tiene una
duración de 13 a 14 meses y el período de crecimiento de muletos y potrancas
demora de tres a cuatro años.

En Pamplona se negociaron lotes hasta de 200 ejemplares de yeguas para


montar criaderos. Sin embargo, aunque estas hembras no eran muy costosas, unos
tres pesos por unidad, no' así los reproductores, pues un "burro garañón" llegaba a
valer hasta $100 pesos de buen oro, y para unas 250 yeguas en un hato se requería
de por lo menos tres de éstos 142•

En Enero de 1582, el Capitán Don Alonso Rangel vendió a Don Domingo de


Tolosa en el repartimiento de Móluga, 210 yeguas y dos burros garañones por la
módica suma de $776 pesos y 2 tomines de buen oro en polvo de las Vetas de 20
quilates a razón de 10 tomines el peso 141.

De igual forma se negociaron muy frecuentemente, grandes partidas de mulas


sin domar y recuas ya aperadas para el transporte de mercaderías. Una mula de
arria domada y aperada costaba unos $25 pesos de buen oro y un caballo de carga
también aperado de $15 a $20 pesos del mismo oro. Un caballo fino de silla llegó

141
AHP-NS, Tomo 004 fOl 5.
1
•i AHP-NS, Torno 003 f 262 y Torno 006 ( 147.
143
AHP-NS, Torno 003 f 033.

75
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

a venderse hasta en $80 pesos, pues para el encomendero, estanciero y hombre de


negocios gustaban presumir de un buen caballo de montura era un 'lujo y muestra
de prestigio de la época 144•

En Enero 3 de 1590, 0011 Juan de Figueroa vendió a Pedro Sánchez de


Casasola 200 muletos para domar, procedentes de su hato en los Llanos de Cúcuta,
por $3.325 pesos de buen oro, prestándole seis indios arrieros para sacarlos al
mercado del Reino14''.

Para la producción ganadera se instituyeron algunas sociedades o compañías


productivas, romo la registrada por el Capitán Nicolás de Palencia y Juan de Tolosa
en 1590, la cual consistía en lo siguiente: cada uno de ellos aportaría 100 yeguas,
100 vacas y dos burros garañones: Juan de Tolosa pondría a disposición sus
estancias de Móluga y Leuta y administraría la empresa; Nicolás de Palencia
proporcionaría los indios vaqueros y arrieros, sacados de sus repartimientos de
Sopotá; y las ganancias y aumento de crías se repartirían por partes iguales 14''.

Entre los grupos familiares, criadores de ganado, más notables en el Siglo XVI
estuvieron los Serrano. Gonzalo Serrano declaraba en su testamento, redactado en
Julio 31 de 1590, poseer en los repartimientos de Balsa, Ulagá, Mariscal, Labateca y
otros potreros, 011cP estancias de ganarlo y do pan, alrededor de 1000 yeguas, unos
cuantos burros reproductores, 200 mulas cerreras, 18 caballos de arria, 18 yuntas de
bueyes, 800 ovejas, 120 potros y 300 vacas; esto sin contar su excelente
147.
produce ión agrícola de trigo y rnaí,

Fn loo; valles de C1º1c uta, Culagá y Boc hagá so destacaron: ontre otros el Capitán
Alonso Rangel, Dionisio Velasco. Don Alonso Carrillo y el Padre Juan Burgueño del
Castillo, Beneficiado de la lglesia Mt1yor de la ciudad. [ste último inclusive logró
mandar lotes de 100 y 150 muletos para los mercados dC'I Reino y Santafé de
1411;
Antioqula semovientes sacados de sus estancias en el valle de Cúcuta. Don
Bernardino Fernández, vecino y I srribano Público y del Cabildo, en una ocasión

••• AHP-NS, 1 omo 005 ( 2117

, • ., AHP-NS, 101110 005 (() t O.

14"
AHP-NS, 1 orno OO'i ( 2'IO

'47 AIIP-NS, 1 orno 00(, (( 1O.lv-108 )<'>\Úll IJ Jgrinwn,l1r<1 1 klmplonL•,,1 de Id 0p<>< .i, un,1 t"-l<111c i., dP
gJnado mayor 1•quiv<.11fJ d una-, 1.500 lwc t.írt-.1,, lo < uJI incli< c1 que lc1, liNrd, d1• lo, \Nr<1no no t•r,1n
pocav, Ver P.íe, Courvol, l ui-, 1 duardo l li,1oric1 <I<• l<.1, M<>clid<.1, Agr<1ri<1., Antiguas,

148
AHP-NS, Tomo 011 ( 224 y 101110 012 (() 1 1·014.

76
entregó a Domingo Caballero $2.650 pesos de buen oro en mulas y esclavos negros
para que los llevara y vendiera en los "Reinos del Perú"149.

la Provincia de Pamplona mostró en aquella época una productividad


ganadera y una buena capacidad mercantil para varios productos de este renglón de
la economía. Los centros mineros y la misma ciudad fueron el mejqr mercado para
la carne de consumo, pues la carne fresca o salada era la ración fundamental para
todo peón o esclavo, sin sustituir desde luego el maíz. El Reino y, principalmente,
Ocaña fueron mercados para la producción pecuaria de la Provincia y para la
producción proveniente de la Gobernación de Venezuela, así como de villa de San
Cristóbal, las ciudades de La Grita, Mérida, Trujillo y El Tocuyo. De Pamplona a
Ocaña no sólo se embarcaban semovientes en pie, sino queso de los hatos lecheros
y carne de res y camero procesadas en jamones o salada.

Gonzalo Serrano se obligó el 30 de Julio de 1590 a traer a esta ciudad $1.100


pesos de buen oro en mulas de la Gobernación de Venezuela, para Doña Mariana
de Cuellar, su hija y mujer de Pedro Alonso Tercero, ganadero de la región150; las
mulas irían a ser feriadas y tendrían distintos destinos.

Dionisia Velasco, vecino de San Cristóbal, con estancias en el valle de Cúcuta


y numerosos negocios e intereses en Pamplona, introdujo lotes de mulas, vacas y
cameros desde San Cristóbal y la Gobernación de Venezuela; para surtir los distritos
mineros de la ciudad y reexportar a las ciudades de Tunja u Ocaña.

Antonio López, mercader de Ocaña y socio de Juan Ramírez de Andrada,


compró a los herederos de Dionisia Velasco un lote de "cien cameros cojudos y
capados" a razón de 5 tomines y medio cada uno (5 tomines y 6 gramos de oro en
polvo) para ser vendidos en el puerto de Ocaña y enviados a Cartagena 151•

La ganadería trajo consigo el comercio de las pieles y la industria de los cueros.


Curtir pieles, incluyendo las de camero, era indudablemente un buen negocio para
la época, puesto que un buen número de productos u obrajes se confeccionaba con
este material. En Pamplona la población aumentaba vertiginosamente y con ella el
consumo de calzado, muebles, monturas y toda clase de aperos y objetos de cuero
o con cuero, necesarios para la producción y vida cotidiana de los hombres 152• Sin
149
AHP-NS, Torno 013 ( 296
150
AHP-NS, Torno 006 ( 101.
151
AHP-NS, Torno 004 ( 046v.

m En Pamplona eocoouamos para las últimas tres décadas del Siglo XVI, silleros, wrtidores, talabarteros
y zapateros, que entre toda la gama de oficiales ocupaban un importante papel en el gremio de
artesanos de que disponld la ciudad.
77
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

embargo, no sólo para estos fines se utilizaban las pieles de la ganadería local,
donde muebles y camas involucraban los cueros de carnero, sino que se curtían y
enviaban a los mercados de Ocaña y Cartagena; pues en contadas ocasiones
hicieron parte de los embarques de mantas, lienzos y otras mercancías de la tierra,
151.
que se exportaban

La combinación de estos renglones productivos, hicieron del comercio


pamplonés un mercado muy ágil y dinámico e impulsaron la introducción de
mercancías de Europa y el consumo de las mismas. Todos estos productos de la
tierra, exportables y medianamente perecederos, se convirtieron en medios de pago
para la importación del lujo europeo a Pamplona. No era necesario ser minero o
encomendero; si se tenía acceso a la tierra, para producir harinas, quesos, bizcocho
y engordar unos cuantos cerdos, borregos o novillos y ponerlos en el mercado, y así
podía tener acceso a los paños y terciopelos costosos de Europa.

Sin lugar a dudas en la ciudad de Pamplona y su provincia se dio una


verdadera concatenación entre las tres empresas económicas que
complementándose levantaron la hispanidad en esta región: La minería, la
agricultura y la ganadería.

3.4. LOS DIEZMOS: INDICADOR DEL CRECIMIENTO AGROPECUARIO


EN PAMPLONA, SIGLO XVI.

Aunque los registros de diezmos no son una fuente altamente confiable para
los cálculos de la producción, y menos aún, cuando no se encuentran todos los
documentos respectivos, sí nos pueden mostrar la importancia de los sectores
productivos y de alguna manera reafirmar la trascendencia de la agricultura y la
ganadería como actividades claves en la consolidación y desarrollo de la hispanidad
en Pamplona; a tal punto de sustituir la minería como motor en dicho proceso.

En Pamplona se organizó el recaudo de los diezmos de la ciudad y su


jurisdicción, a partir de la llegada del Padre Juan Burgueño del Castillo, Beneficiado
de la Iglesia Mayor, desde 1581 hasta 1603, año de su muerte. El Padre Burgueño
del Castillo fue un hombre de gran espíritu emprendedor y actuó como
representante directo de la Sede Vacante del Arzobispado de Santafé, y contó con el
apoyo del vicario de la ciudad, el Padre Pedro Esteban Rangel.

1~ 1
lru luso < ueros de venado ..e vendieron por < iento-, put..., fJdrd e-ta <\><>< c1 fue muy fruc lífera IJ < J/J
dc1 este nativo cuadrúpedo, muchos hombre, ,e dedicaron J ello, y dur.tnl<' todo .. lo-, tiempo, se le.. dio
<JZJ, d 1.11 punto de haberles exterminado y hoy dld difl< ilrncnte ,C' podrá ver uno,< uando I~ hubo por
manadas, según nos lo informa Id crónica y tradición en la región.

78
SI/Vllno P•bón Vlll•mlz•r

La producción de ganado fue elemento importantísimo de recaudo de


diezmos, ligeramente por encima de la producción agrícola; y fue un renglón de
innegable importancia en la acumulación de cierta riqueza social e implantación de
unidades agropecuarias en la Provincia. Así, en los valles en donde se halla el
mayor número de criaderos de ganado, el valor de los remates era también mayor:
En el valle de Cúcuta $700 pesos de buen oro y el valle de Bochagá_$400 pesos del
mismo oro. En Agosto 20 de 1596, el Capitán Alonso de Montalvo remató el
15
diezmo del valle de Cúcuta por $728 pesos , incluidos los derechos de alcabala.

Teniendo en cuenta el precio de los semovientes: de $15 a $20 pesos las


mulas cerreras, $3 pesos cabeza los vacunos, de $3 a $5 pesos las yeguas, 4
tomines los puercos y 3 tomines las ovejas, se debe calcular una producción
pecuaria considerable en esta región, cuya producción agrícola, según el diezmo
correspondiente, por el contrario era relativamente pequeña; solo un par de
cañaduzales y las labranzas de los indios 155•

Un valle agrícola como el de Suratá, productor de trigo por excelencia,


remataba su diezmo en $300 pesos promedio anual, generalmente en un
hacendado del lugar corno Don Juan Ramírez de Andrada. A juzgar por el precio
del trigo en la época: 4 tomines fanega, y teniendo en cuenta las utilidades del
rematador, así como la evasión en el pago del tributo, podríamos pretender, para
esta zona, una producción anual de 10.000 fanegas del grano, equivalente a 40.000
arrobas, unas 500 toneladas.

EL REMATE DE DIEZMOS EN PAMPLONA DEL SIGLO XVI

AÑO SECTOR REMATADOR VALOR

1574 La Ciudad y su Juris El Cap Ortún Velasco $500


1577 La Ciudad y su Juris Juan R.amírez de Andrada $540
1590 El Valle de lma Gonzalo de Salcedo $270
1590 El Valle de Chitagá Rodrigo Jovel $179
1590 El Valle de Cúcuta Gonzalo de Orozco $385,21
1590 El Valle Todos Sants Juan R.amfrez de Andrada $135,21
1590 El Valle de Rábicha Juan R.amírez de Andrada $137,21
1590 El Valle de Suratá El Padre Pedro Pellón,O.P $364
1590 El Valle de La Ciudad Juan Velasco de Monlalvo $100

1~4
AHP • NS, lomo 010 fOl 82.

155
la ílorecienle eOlPfeY clgl'írnld del c.ac.ao en los valle- de (ú<Ul.l y Táchira inició a mediados del
Siglo XVII y fue fundamentalmente fuerte en el Siglo XVIII

79
HISTORIA OEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION OEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

1592 El Valle de Rábicha Juan Ramírez de Andrada $162


1595 El Valle de La Ciudad El Cap.Baltazar de Utrera $180
1595 El Valle Rábicha Juan Becerra $141
1595 El Valle de Suratá Juan Ramírez de Andrada $312
1596 El Valle de Chitagá Antonio Jovel $228.o
1596 El Valle de Cúcuta Alonso de Montéllvo $728.o
1596 El Valle de Rábicha El Cap.Baltazar de Utrera $134.oo
1596 El Valle de La Ciudad El Cap.Baltazar de Utrera $135.o
1596 El Valle de Suratá Diego Caballero $312
1596 El Valle del Cáraba Cristóbal de Araque $124
1597 El Valle de Cúcuta Alonso Rozo $348,41
1597 El Valle de Cúcuta El Cap.Baltazar de Utrera $360.oo
1597 El Valle de La Ciudad Diego Alonso Lancharro $175,71
1598 El Valle de Rábicha Mateo de Salinas $173.oo
1598 El Valle de Suratá Juan Ramírez de Andrada $312.oo
1598 El Valle de Chitagá Cristóbal Quintero $208.oo
1598 El Valle de Bochagá El Cap.Baltazar de Utrera $405.oo
1598 El Valle de Cúcuta l.l Cap.Baltazar de Utrera $700.oo
1598 El Valle de Suratá Juan Ramírez de Andrada $296,31
1598 El Valle de Rábicha Diego Alonso Lancharro $130.oo
1598 El Valle de La Ciudad Cristóbal Pérez $158.oo

Fuente: AHP • NS, Tomos 001 - 013. Arios 1574 a 1598

Este cálculo se hace considerando que en los recaudos del valle de Suratá se
incluían las estancias de Cachirí y Matanza, e igualmente considerando que los
$300 pesos de buen oro promedio en que se remataba el diezmo de dicha zona, se
pagaban sólo en trigo, aunque la producción de maíz no era despreciable, pues de
ella se surtían los distritos mineros de La Vetas, Montuosa y las minas del mismo río
Suratá. De una u otra forma, lo cierto es que la producción de trigo anual de la
región de Suratá, no podría de ser inferior a 400 toneladas, y bien podría haber
llegado a las 600 toneladas por año.

80
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

CAPILLA DE SAN JUAN DE DIOS. 1 t•mplo rnn,tru1do m ,ol.u y , .i,1 rl,·I ll<>'f>tt.11 di•I C.1b1ldo d,• IJ <iU<l1d ele•
P.implona,, uya in,lituci6n se remonld .i lo, .iñ<" c;o t.l<'I ~iglo XVI. tl'rinwr I ihm d1• A, 111, ºI' 1 il).

82
Silvano Pab6n Vll/amlzar

CAMINOS, COMERCIO Y MERCADOS


DE LA ANTIGUA PROVINCIA DE PAMPLONA,
SIGLO XVI

Resuelto el problema de los suministros locales y abiertas las vías con los
centros productivos y los asentamientos castellanos inmediatos se consolidó la
fundación de la nueva ciudad de Pamplona de Indias. La población blanca y
mestiza en la ciudad aumentó paulatinamente, en parte, gracias a la continua
inmigración recibida en estos primeros años, y las empresas productivas, mineras o
agroganaderas, se fueron fortaleciendo; al tiempo que se estableció una extensa red
de circuitos comerciales de todo orden que involucró distintos géneros de
mercaderías.

Sin embargo, es necesario anotar que en sus primeras dos décadas de existencia
jurídica la situación mercantil de los pamploneses fue un tanto precaria. La ciudad se
vio sometida a profundas limitaciones y abuso con los precios por parte de los pocos
mercaderes que por el camino de Tunja o por los desembarcaderos de Botijas y
Cañaverales, osaban introducir unos cuantos géneros europeos, vinos y artículos
imprescindibles como el hierro'. Influyó en ésto la falta de caballos y bestias de
carga, pues debieron transcurrir unos 1 O ó 20 años hasta lograr establecer la crianza
de estos semovientes en Pamplona; donde, las mulas, caballos y yeguas resultaban
indispensables para el transporte y el comercio.
1
MH-NS, Lega]o No. 009 ff 001-004. El Cabildo de Pamplona en su junta del 20 de Septiembre de
1552, se vio precisado d legislar contra el acaparamiento y abuso con los precios de las mercaderías de
consumo indispensable como los vinos, hierro, ropas y especias, entre otros.

83
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

Posteriormente, tres factores impulsaron el desarrollo mercantil en Pamplona: la


relativa prosperidad minera de la época, el descubrimiento y apertura de la ruta
hacia Ocaña y Cartagena, y el amplio crecimiento productivo en los sectores
agrícola y ganadero. Además, estos tres factores permitieron un acelerado
crecimiento en la población blanca y consolidació.i de la vida hispánica en la
región.

1. LAS RUTAS DEL COMERCIO PAMPLONES EN EL SIGLO XVI

Pamplona ocupó un punto estratégico entre Santafé y los asentamientos


novohispanos del nororiente del Nuevo Reino y la Gobernación de Venezuela. Se
constituyó en la ciudad base para la proyección del poblamiento europeo en el
Nororiente Andino, jugando un papel de doble importancia. De una parte, por
contar con una salida al mar mucho más expedita por el Puerto de Ocaña, con
considerables ventajas sobre la vía que tenían Santafé y Tunja para acceder al río
Magdalena. Y de otra parte, garantizaba la gobernabilidad de la Audiencia sobre las
regiones más apartadas del Reino.

Así las cosas, para su consolidación politicoadministrativa y su desarrollo


comercial durante las tres últimas décadas del Siglo XVI, la ciudad contó con cuatro
rutas mercantiles e igual número de mercados para sus productos, tanto de
importación como de exportación; a saber: la ruta de Ocaña y el Río Grande de la
Magdalena para los mercados de Cartagena y la Costa, la ruta de Tunja y Santafé
para los mercados del Reino, la ruta de las minas y ciudad de Vélez para los
mercados mineros, y la ruta de San Cristóbal y Mérida hacia la Gobernación de
Venezuela.

1.1. LA RUTA O CAMINO A LA CIUDAD DE OCAÑA

Con la campaña de conquista y fundación de la ciudad de Ocaña realizada por


el Capitán Francisco Fernández de Contreras, y auspiciada por el Cabildo de la
ciudad de Pamplona, se acondiciona el llamado Puerto de Ocaña, que sería la
puerta de entrada y salida de mercancías de la Provincia de Pamplona hacia
Cartagena y demás puertos del Magdalena y Costa Norte.

El Puerto de Ocaña se establece en 1569, la ciudad de Ocaña fue fundada en


1570, y en 1574 el camino entre Pamplona y Ocaña, con su Puerto, ya era una vía
expedita para el ingreso de mercancías de Europa y la exportación de productos de
la tierra como harinas, bizcocho y queso hacia los mercados de Mompox,
Tamalameque, Cartagena, el Río de la Hacha y el Puerto Nombre de Dios; lugares
hasta donde llegaron los productos de los valles pamploneses. En Ocaña se
almacenaban y negociaban todo tipo de mercancías, convirtiéndose esta ciudad en

84
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

RUTAS DEL POBLAMIENTO HISPANICO A PARTIR DE PAMPLONA


EN El SIGLO XVI

¡r:_
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RUTAS DEL POBLAMIENTO


HISPANICO
A PARTIR DE PAMPLONA EN EL S. XVI

Ruta hueste de VELASCO Y ORSUA


Ruta hueste de JUAN RODRIGUEZ SUAREZ
Ruta hueste de JUAN DE MALOONAOO
Ruta hueste de FRANCISCO ROORIGUEZ
de CONTRERAS
RAhzecoón SILVANO PABON y JAIRO A JAIMES e
Oobu¡o J AJ C

85
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

la plaza de mejor y mayor mercado para las transacciones comerciales de los


mercaderes pamploneses.

La ruta al Puerto y ciudad de Ocaña tenía varias posibilidades de acceso: una,


el camino desde los Distritos Mineros, los pueblos y asentamientos agroganaderos
de Suratá, Charta y La Matanza por "Los Cachiríes" y Cáchira; otra, el camino que
salía de Pamplona, pasaba por los pueblos de Chopo, Tonchalá, Arboledas, la
ciudad de Salazar de las Palmas y posteriormente por inmediaciones de los
Cáchiras, y una tercera, el camino por el valle de Cúcuta, que empalmaba con este
segundo cerca de la ciudad de Salazar. Este camino era sin duda el más transitado
de toda la Provincia. Sendas recuas que constituían en algunos casos verdaderas
empresas de transporte, enfilaban por decenas grandes cargamentos de harinas y
conservas en su viaje de ida, y abundantes géneros europeos de regreso. El viaje
promedio de una recua de sesenta u ochenta mulas, con unos diez arrieros podría
emplear en su recorrido unas siete u ocho jornadas de ida y otras tantas de regreso,
pero en oportunidades podrían demorar un mes, mientras conseguían los fletes de
vuelta a la ciudad de Pamplona.

El mercado de Ocaña y su Puerto demandaba grandes volúmenes de


mercaderías de la tierra, y la ciudad de Pamplona hacía lo propio con respecto a la
mercancía europea; por tal razón el transporte era una industria de considerables
proporciones. Varias de estas empresas se consolidaron con base en el comercio y
tráfico de mercaderías por la ruta de Ocaña. Algunos encomenderos corno Doña
María del Basto, Juan Ramírez de Andrada, Nicolás de Palencia y Pedro Górnez de
Orozco entregaron sus recuas de mulas a un mayordomo o socio para que se
ocupara de fletarlas y administrarlas como unidades de transporte".

Entre los transportadores más notables encontrarnos a: Don Andrés del Basto,
quien realizaba unos cinco o seis viajes desde Servitá, Matanza, Suratá, Cáchira y la
propia ciudad de Pamplona hasta Ocaña, con unos diez o doce arrieros y sesenta o
setenta mulas, transportaba, de ida, básicamente harinas y conservas y de regreso,
1;
mercancías europeas, como era lo acostumbrado Bartolomé Gómez quien con
una recua con seis arrieros y un mayordomo, transportaba mercaderías, ya fuese a
Ocaña, Tunja, los distritos mineros, la ciudad de Mérida y la Gobernación de
Venezuela; y otros como Antonio Fernández y el padre Juan Burgueño del Castillo,
beneficiado de la Iglesia Mayor de la ciudad de Pamplona 4.

1
Archivo Histórico de Pamplona (Al IP~S) 101110-. O l I y O 1 "l.

1
AHP~S í omo O I O, ff 1 ·¡4 • 180v.

4
AHP~S Tomo O 1 "l. f l4v

86
Siivano Pabón Vi/lamlzar

Podemos pues afirmar que en los últimos treinta años del Siglo XVI la ruta de
Ocaña fue la principal arteria de circulación mercantil para la Provincia de
Pamplona. los mayores volúmenes de mercaderías, tanto de salida como de
ingreso transitaron por esta vía, y fueron precisamente los mercaderes ocañeros
quienes impulsaron y protagonizaron significativamente la empresa comercial de la
Provincia y ciudad de Pamplona, así como del crecimiento económico y pujanza
comercial de la misma en aquellos tiempos.

1.2. LA RUTA DE TUNJA Y SANTAFE

Si bien es cierto que el camino de Tunja fue la primera vía de comunicación


que tuvo la ciudad, pues por allí entró la hueste conquistadora, esta ruta fue
desplazada notablemente por la ruta de Ocaña en cuanto a su tráfico y a la
trascendencia económica. la ciudad de Pamplona, sufragánea de la Audiencia de
Santafé y el Corregimiento de Tunja, más que una relación mercantil con estas
poblaciones tuvo una obligada dependencia política y judicial, de tal manera que
este camino fue muy transitado por viajeros ocupados en este tipo de asuntos.

El camino salía de Pamplona, pasaba por cercanías de los pueblos de Cácota de


Velasco y Chitagá, franqueaba el páramo del Almorzadero y descendía hacia Tunja
por Capitaneja y Chita, pasando por los actuales términos de la provincia de Málaga
y el pueblo de Tequia. En la actualidad el trazo de la Carretera Transversal del
Oriente sigue en términos generales el de este camino, del cual aún se conservan
muchos tramos transitados por los campesinos del lugar.

Por esta ruta se transportaban las discretas cantidades de oro que buenamente
los mineros mandaban fundir en Santafé ', y se despachaban algunas mercancías
europeas a Tunja y sus términos; de Tunja se traía ganado y cargamentos de sal y,
especialmente del Rincón de Chita, mercancías de la tierra como mantas, petacas,
alpargates, lienzos, cordobanes, maíz y quesos".

Podemos decir, que este camino fue la ruta de las mercaderías de la tierra y las
comunicaciones de tipo político y administrativo. Mientras que la ruta de Ocaña fue
la vía mercantil por excelencia. Su importancia fue trascendental para Pamplona, por
cuanto la sociedad y élite pamplonesa guardó y mantuvo estrechos vínculos con la
élite y sociedad tunjana, y en muchos aspectos Pamplona dependió de Tunja, como
en el plano político y religioso, o simplemente como apoyo y punto de enlace con
Santafé y la Real Audiencia.

"AHP-NS I orno 002 ff 044v y 094. Poder dP mineros de Pamplona para recuperar oro perdido.

"AHP-NS I orno 006 f 182. Remate de lo:, diezmos del Rincón de Chita por Diego Caballero, vecino.

87
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

1.3. LA RUTA A LA VILLA DE SAN CRISTOBAL, CIUDAD DE MÉRIDA Y


GOBERNACION DE VENUUELA

El proyecto poblador original de "Sierras Nevadas" pretendía ocupar los Andes


Orientales, en su parte norte; así, una vez fundada la ciudad de Pamplona, las
campañas de conquista se dirigieron a culminar el provecto poblador por los
actuales Andes Venezolanos, lo cual permitió la consolidación de las rutas de
comercio de ganado y géneros de la tierra producidos en El Tocuyo, Mérida, Trujillo
y La Grita con Pamplona y el centro del Nuevo Reino.

El camino de Pamplona a Mérida salía de la ciudad hacia el Norte por Chopo,


seguía río Pamplona abajo hasta el valle de Cúcuta, cruzaba el Táchira, y se
enrumbaba a Mérida pasando por La Grita; ahora, si se quería pasar por San
Cristóbal había que tomar un desvío. Precisamente éste aspecto fue discutido por el
Cabildo y vecinos de la villa de San Cristóbal al fundarse la ciudad del Espíritu·Santo
de La Grita en 1576, pues la Villa se vería afectada al marginársele de la ruta
principal de Pamplona a Mérida. Este camino se caracterizó por ser la ruta del
ganado o comercio pecuario, puesto que las mulas cerreras, los ganados vacuno,
porcino y bovino que por allí entraron a Pamplona no fueron pocos; semovientes
que en el mejor de los casos, eran reexportados a otras poblaciones.

Por esta misma vía también entraban algodón en rama y lienzos elaborados en
el Tocuyo, condobanes y algunos ruanes y obrajes de la ciudad de Mérida; y, de
regreso, los merideños y trujillanos llevaban hierro, vinos y demás géneros de
mercaderías europeas.

1.4. LOS FRUSTRADOS PROYECTOS DE NA VEGACION POR EL RÍO ZULIA EN


EL SIGLO XVI

Con la fundación de la ciudad de La Grita en 1576 por el Capitán Francisco de


Cáceres, instituida bajo el título de Gobernación del Espíritu Santo de La Grita, y la
fundación de la ciudad de Salazar de las Palmas, por el Capitán Alonso Rangol.
vecino de Pamplona, en 1583, en inmediaciones del camino Pamplona - Ocaña, se
pretendía ampliar el dominio español sobre la franja izquierda de la "Laguna de
Maracaibo" y las cuencas del Catatumbo y río Zulia especialmente. Se pretendía
que estas ciudades sirvieran de punta de lanza para lograr el control hispánico sobre
estos territorios, y que el camino de la "Laguna de Maracaibo" con el interior fuera
una realidad; es decir, con Pamplona y el centro del Nuevo Reino, así como con la
villa de San Cristóbal y Mérida.

El río Zulia servía de término territorial de la jurisdicción de la ciudades de


Pamplona y Salazar de las Palmas, así corno con la villa de San Cristóbal, y en su
tramo navegable en la parte baja del valle de Cúcuta pertenecía a la jurisdicción de

88
Silvano Pabón Vlllamfnr

esta Villa. El objetivo primordial de las últimas fundaciones hispánicas, atrás


mencionadas, fue el de construir puertos y astilleros cerca del valle de Cúcuta y
ampliar la navegación río abajo, con el fin de introducir las mercancías europeas a
Pamplona, San Cristóbal y Mérida y exportar harinas y conservas producidas en esta
provincia. Pero este proyecto tuvo un serio obstáculo; el curso del río atravesaba
una región considerada frontera de guerra por las continuas hostilidades de los
indios no reducidos que la habitaban.

El Capitán Francisco de Cáceres, Gobernador y Capitán General de las ciudades


del Espíritu Santo de La Grita y Mérida, quería por. todos los medios imponer el
control militar sobre las riberas del río Zulia7. Justamente con esta idea, uno de sus
más cercanos lugartenientes, el Capitán Alonso Rangel, vecino de Pamplona, pidió
el siete de Enero de 1583. a la Real Audiencia licencia para descubrir y poblar ciertos
territorios a partir de Pamplona y la ciudad de La Grita8. En efecto esta campaña fue
autorizada y terminó con la fundación de la ciudad de San Pablo de Salazar,
conocida oficialmente corno Salazar de las Palmas.

los esfuerzos de La Grita y luego de Salazar no surtieron el efecto deseado, y la


navegación por el Zulia, excepto unos cuantos viajes, en realidad no se dio, no
obstante los también ingentes esfuerzos y el apoyo dados por los habitantes hispanos
de la propia "laguna de Maracaibo", y por los vecinos de las ciudades de "La Nueva
Zamora de Maracaibo", desde donde se proyectó y concretó la fundación del puerto
de San Antonio de Gibraltar, hecho efectuado por el Capitán Gonzalo Piña Ludueña
en el año de 156ii.

A propósito de la navegación por la "Laguna de Maracaibo" y por el "Río de la


Magdalena", el mismo capitán Gonzalo de Piña Ludueña, en una relación al Real
Consejo de las Indias, en 1567, decía:

'! os navíos que entran en la laguna toman puerto en la Nueva Zamora y de allí
van a Sancto Antonio de Gibraltar, donde hacen su descarga y las canoas de
aquella laguna toman allí la ropa y la suben e/ rfo arriba y la desembarcan en el
puerto del Zulia que está quarenta /eguas de la Laguna y t,es jornadas de arrias a
la ciudad de Pamplona· ... "Las ciudades que se podrán aprovechar del trato de la
Laguna, ansf por las mercaderías de Espafla como para llevar a la laguna harina y
bizcocho en /as propias cabalgaduras que fuesen por la ropa al puerto, con que
estará muy bien provefda la ciudad de Cartagena y las armadas y flotas y toda la

7
AHP • NS Tomo 002f0051. C.1pi1uldl ión del C1pit.ín I ranc i~< o de C:1ecre:. pdrd realizar poblamientos
en la Cohl'rnatié>n de Vcn<'IUPIJ.

II
AHP • NS lomo 003 f 428v.

9
MELÉNDEZ SÁNCHEZ, Jorge. Por el río de 7ulia. Bogotá: Impronta; 1983. P. 41.

89
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPt.ONA

costa y la isla de Santo Domingo y Puerto Rico, porque las canoas que subieren
10
la ropa bajarán la harina· ...

En el informe se hizo mención además, de la producción de trigo y de las


facilidades de su transporte en mulas con que contaban la ciudades de Pamplona,
Mérida, Tunja, y la villa de San Cristóbal, y de las facilidades para la
implementación definitiva de la navegación por el río Zulia; por las buenas playas,
un buen puerto y gran número de bogas existentes en la "Laguna de Maracaibo".

En Pamplona sólo registramos el ingreso de mercancías europeas y exportación


de harinas por el río Zulia desde el año de 1 594. En este año Cristóbal de Araque,
Regidor y Depositario General de la ciudad de Pamplona, propuso revivir la
navegación que desde hacía años se estaba intentando por el Zulia, con el propósito
de minimizar costos de transporte, puesto que el viaje a Ocaña por el camino Real
era largo y costoso. la iniciativa fue apoyada por Nicolás de Palencia, entonces
procurador, quien solicitó que se autorizara el empleo de esa ruta y pidió que la
flota desviara a Maracaibo dos o tres embarcaciones pequeñas para que entraran en
11
el Zulia cada ario

En Noviembre de 1595 el capitán Lorenzo Fernández de Rojas, vecino de


Pamplona, y Cristóbal Nieto, vecino de la villa de San Antonio de Gibraltar,
celebraron un contrato para fabricar dos barcos para la navegación desde "las
Juntas" de los ríos Zulia y Cúcuta hasta Maracaibo con el propósito de encargarse él
mismo del transporte de su producción de harinas a Gibraltar y la propia ciudad de
Maracaibo o la Nueva Zamora como se le denominó inicialmente.

"Por quanto para la navegación del río del Zulia y Cúcuta, que es en términos de
la villa de San Xpoval y la auoed de Salazar de las Palmas, en las juntas de los
dichos tios conviene para el comercio y trato de todo el Reino y que no cese la
navegación del, ansf para el aumento de los derechos e Quintos Reales como para
que en todo este Reino se trate las mercaderfas y haya el vastimento nezesario;
12"
conviene se hagan barcos para la navegación del dicho rlo...

10
AGI, lndiferente CenNcll 1528. Navegación y descri¡x ión de la laguna de Marc1t.1ibo y río de l,1
Magdal0nc1, por el capitán Gonzalo do Piñc1 l uducña, 1%7.

11
COLMENARES, Germán. 1 ncomienda y Población de la ciudad de Pamplona. Bogotá: l Jniver-idad
de los Ande">, 1969 Pág. 7l

u AHP - NS I orno 009 (( 9lv-94. 11 río Cúruta c1llí referido es el hoy río Iáchira, má, concretamente al
tramo posterior a l.i actual localidad de Ureña, pues .i pesar de las imprecisiones geográficas de aquella
época y los artificios fronterizos posteriores, el actual Parnplonita tenla definición clara, era conocido
como el río Pamplona.

90
Siivano Pab6n V,1/amlzar

Como es de apreciar, la idea era sustituir los altos costos de la boga por el
Magdalena desde Cartagena hasta el Puerto de Ocaña y el extenso camino de la
ciudad de Ocaña al valle de Cúcuta, lo cual beneficiaría no sólo a Pamplona sino
con mayor efectividad a San Cristóbal y Mérida, y de éstas, a las ciudades y pueblos
de la Gobernación de Venezuela.

Una vez instituida en forma más o menos estable la navegación por el río Zulia,
algunos mercaderes y vecinos de la ciudad de Maracaibo y de otras poblaciones
costeras de la "laguna de Maracaibo" empezaron a viajar a Pamplona con
cargamentos de sal y de regreso llevando harinas, bizcocho, quesos y lienzos. Sin
embargo, esta pequeña bonanza comercial del río Zulia duró poco, pues los indios
Quiriquires, Chinatos y Lobateras hostigaron seriamente las poblaciones ribereñas y
la navegación por dicho río, a tal punto que el puerto de San Antonio de Gibraltar
fue destruido en el año de 1600. Así se hizo casi imposible el tráfico por esta arteria
fluvial.

En 1601 el Capitán Juan Fernández de Chazarreta, residente en Pamplona,


insistió ante la Real Audiencia de Santafé, sustentando el proyecto de reabrir la
navegación por el río Zulia. Su objetivo era obtener una capitulación a su favor en
la que se le encomendara el apaciguamiento de los indios de guerra de la cuenca
del Zulia, y emprender la reconstrucción del puerto de San Antonio de Gibraltar,
destruido el año anterior. Y en efecto, Chazarreta capituló con el Doctor Don
Francisco de Sande, Presidente y Gobernador General en el Nuevo Reino, Hla
paciguamiento de los indios de Zulia y allanamiento del, y reedificación de la villa
11•
de San Antonio de Cibralta/ .. De esta manera llegó el proyecto de la navegación
por el río Zulia al Siglo XVII, sin que la ruta hubiera representado una verdadera
alternativa para el comercio exterior de la ciudad de Pamplona y su provincia.

1.5. EL CAMINO A LA CIUDAD DE VELEZ

El comercio de la ciudad de Pamplona con Vélez no fue muy significativo,


excepto por las relaciones entre los mineros de una y otra ciudad en el distrito
minero del Río del Oro. Vélez y Pamplona fueron durante el Siglo XVI dos ciudades
rivales y los encomenderos mineros de uno y otro lado sostuvieron continuas
querellas, e incluso entre los dos cabildos se dio un largo y tedioso conflicto
jurisdiccional por las riberas y placeres auríferos del Río del Oro. Sin embargo, si
hemos de hablar de un camino o ruta entre las dos ciudades, hablamos entonces del
camino de Pamplona al Río del Oro. Camino que salía del valle de la ciudad hacia
el sur, pasando por la Caldera, valle de Tapaguá, páramo de Cuesta Boba, valle de
los Ucataes y descendía al valle del Pie de la Cuesta, llegando a los aposentos de

" AHP • NS Tomo 0013 fí 0213 y 0300. Poderes y Capitulación del Capitán Juan Fernández de
Chazarreta para repoblar la villa de San Antonio de Gibraltar, destruida por indios de guerra en 1600.

91
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

Bucarica y Bucaramanga, base administrativa del distrito minero del Río del Oro y
desde donde se enrumbaba hacia la ciudad de Vélez. Parte de este recorrido era
empleado como camino hacia las Vetas y Suratá, y en sus márgenes se desarrollaron
importantes asentamientos agrícolas como Rábicha, Tapaguá, La Caldera y valle de
Tona. El mayor tráfico de la ruta lo ocupaban las recuas que abastecían el distrito
minero del Río del Oro y los encomenderos y estancieros de todo el sector sur de la
ciudad y términos con Vélez.

2. LOS MERCADOS REGIONALES Y EL INGRESO DE


MERCANCÍA EUROPEA A PAMPLONA

La Provincia de Pamplona fue una región de creciente concentración


poblacional y por consiguiente un lugar de gran demanda y consumo de todo
género de mercaderías, tanto de producción interna como de manufactura europea.
Las distintas ramas de la producción, los centros de consumo y las operaciones de
comercio, conformaron un complejo sistema mercantil, con mercados internos y
externos bien definidos, para colocar y distribuir la producción interna y las
importaciones.

2.1. LOS MERCADOS LOCALES

El crecimiento económico y demográfico de la provincia, particularmente en


cuanto a la población blanca se refiere, permitió la paulatina consolidación de un
excelente mercado para manufacturas europeas, en especial paños y ropas de alto
valor, artículos de lujo y aquellos bienes insustituibles para el español como el vino,
el papel, y materias primas como el hierro y el acero. En los primeros años todos
estos elementos tuvieron que importarse de Europa, luego con el desarrollo de los
obrajes algunos se fabricaron en la ciudad, aunque materias primas y elementos
suntuarios tuvieron que seguirse trayendo del exterior.

Al margen del desarrollo del mercado en la propia ciudad, se generaron otros


dos mercados de gran importancia para el comercio: los centros mineros y los
asentamientos de blancos y mestizos en· progreso para finales del Siglo XVI y
principios del XVII, formados alrededor o a expensas de los pueblos de indios. En la
ciudad, por ser un centro de recepción, distribución y consumo, se demandaba todo
tipo de suministros: carnes, verduras, granos o cereales, comestibles varios, vinos,
paño y mercancías europeas, mantas y demás obrajes de la tierra. En los centros
mineros, además de abastos, víveres, mantas y vinos, la demanda era de hierro y sal,
producto éste indispensable en la ración de todo indio, negro o peón. Las haciendas
y aposentos eran autosuficientes, en buena parte, en cuanto a la producción de sus
alimentos, por ésto, la demanda de víveres, en muchos casos, era sólo de sal y

92
Siivano ,.abón Vlllamlzar

mieles. Se pedía también hierro y obrajes, y para los "blancos", vinos, ropas finas y
artículos de lujo, fundamentalmente de origen europeo.

Con el paulatino poblamiento de los valles fértiles de la Provincia por parte de


los encomenderos españoles y sus descendientes, se instalaron allí importantes
complejos agroganaderos, para garantizar los suministros de la ciudad y los campos
mineros, así como para satisfacer la demanda externa de productos de la tierra.

Simultáneamente con la importancia de la producción minera, la producción


agrícola y ganadera tuvo una gran trascendencia al contribuir con la consolidación y
ampliación del poblamiento hispánico pamplonés, porque si bien es cierto que el
metálico producido en las minas de Pamplona movió el mercado de ropas e
importación de mercaderías, las harinas, las conservas y los ganados dinamizaron
los mercados locales y externos, sustituyendo en gran medida el oro o la plata como
patrón para las transacciones comerciales. Esto significó que en Pamplona no se
tenía que ser minero para tener acceso al crédito y consignación de mercancías
europeas, si se contaba con el respaldo de la producción agropecuaria de trigo,
azúcar o ganado, entre otros productos de la tierra.

MERCADERÍAS DE LA TIERRA DE MAYOR OFERTA EN PAMPLONA

PRODUCTOS UNIDAD PRECIO UNIDAD


-Mantas de lana o algodón Docena o unidad De $1 d $3 pesos
-Cordobanes (mero, cunido-] Docena o unidad De $1 a $3 pesos
-1 ienzos de algodón vara De 2 a J tomines
-1 ra/adas de la tierra unidad f1e $1 a $5 peso-
-Sombreros de 1<1 tierra unidad De $ Yi a $3 pesos
-Bayeta del Reino vara De $ !.7 a $ 1 peso
-Camísetas y rhumlx-, unidad Oe $'/., a $1 peso
-Sc1I de I unja arroba Oc $1 a $2 pesos
-Quesos arroba De 4 a 6 tomines
-Bizcocho empetacado quintal De $6 a $8 pesos
-1 latina de trigo empacada arroba De 4 tomines a $1

FUENTE:AHP-NS TomosOOl-013. Años 1574a 1600.

2.2. LOS MERCADOS EXTERNOS

Las rutas comerciales de Pamplona durante el Siglo XVI indican bien los
mercados externos básicos de la Provincia. El primero, la ciudad de Ocaña y su
puerto, por donde salían gran parte de los productos regionales y el ingreso de las
mercaderías europeas. las harinas y conservas de Pamplona surtieron las plazas de
Mompox, Tamalameque, Tenerife, la Armada Real y plaza de Cartagena, los viajeros
y bogas del río Grande de la Magdalena, y en ocasiones alcanzaron los puertos

93
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

Nombre de Dios y el Río de la Hacha, y desde luego la ciudad de Santa Marta. Así
mismo, los mercaderes pamploneses tomaron los géneros y mercancía europea de
los galeones de la propia flota en el puerto de Cartagena, para introducirlos por el río
Magdalena y Puerto de Ocaña hasta la ciudad y ponerlos a disposición de la
creciente sociedad hispánica en estos valles andinos.

Un segundo mercado para los productos y comercio pamploneses lo


constituyeron las ciudades de Tunja y Santafé, especialmente para el tráfico de
bestias y ganados; de allí llegaron mantas y obrajes de la tierra. El tercer mercado
externo lo constituyeron las ciudades del extremo nororiental del Nuevo Reino (la
Grita, Mérida y San Cristóbal) y la Gobernación de Venezuela como Maracaibo y las
ciudades de Trujillo y El Tocuyo entre otras, a donde se reexportaban algunas
mercancías europeas y de donde llegaban partidas de ganado vacuno y mular, y
como ya se anotara, algodón en rama, lienzos y cordobanes.

2.3. EL INGRESO DE MERCANCÍAS EUROPEAS A PAMPLONA

En el Siglo XVI, en Pamplona, se dieron dos etapas en el ingreso de mercadería


europea a la ciudad y la Provincia. la primera, de 1550 a 1570, época de conquista
y bajo número de pobladores blancos. Fue éste un período difícil y de grandes
limitaciones, sin embargo, la ciudad se proveyó de las ropas, vinos, hierro, especias,
sal y demás productos foráneos que ingresaron transportados por los caminos de
Tunja y los desembarcaderos de Botijas y Cañaverales en el río lebrija. la segunda
etapa correspondió al auge del comercio regional con la apertura de la ruta de
Ocaña, una vez fue fundada esta ciudad y adecuado su puerto sobre el Magdalena,
a partir de 1570.

El desvío de las rutas de acceso de mercancía europea hacia Ocaña significó un


desarrollo inusitado en el comercio regional. los productos llegaban a esta ciudad
mucho más rápido, más económicos y en mayor volumen. Esto coincide justamente
con un progresivo desarrollo agrícola y una optimización en la saca minera. En
consecuencia se estableció una red de comerciantes del Puerto de Ocaña hacia
Cartagena, y de Ocaña hacia Pamplona y viceversa. los mercaderes pamploneses
establecieron por lo tanto compañías y relaciones comerciales con mercaderes de
Ocaña y Cartagena, que permitieron que la ciudad de Pamplona y su provincia se
abastecieran de mercaderías europeas durante todo el año 14.

2.4. EL MERCADER Y LA CONSIGNAC/ON DE LOS GÉNEROS

Una vez establecida la ruta de Ocaña, organizada la administración y seguridad


en el Puerto, y un transporte más o menos seguro hacia la ciudad de Pamplona,

1~
AHP-NS Tomo 0001. Año de 1574

94
Siivano Pabón Vlllamlzar

mercaderes solitarios se aventuraron con sus pequeños embarques desde Cartagena,


Mompox y la propia ciudad de Ocaña, transportando los géneros europeos.

En Pamplona se colocaban pequeños toldos donde se feriaban los productos


importados, en pequeños pedidos, por unidades o bajo el sistema de consignación a
crédito, cuyo plazo oscilaba entre los seis y veinte meses para el reembolso. El
mercader dejaba sus mercaderías en la ciudad y regresaba a Ocaña Cartagena por o
un nuevo embarque, llevando todo lo que le fuera posible y tuviese mercado en el
río Grande de la Magdalena o la propia plaza de Cartagena.

En Cartagena existía un importante y muy solvente círculo de comerciantes que


controlaban financieramente el ingreso y salida de mercaderías de esa plaza,
quienes cuando empezaron a llegar tratantes del interior con oro o plata en
metálico, demandando telas, vinos y especias de las mejores, decidieron ellos
mismos enviar los embarques directamente a Ocaña e incluso hasta Pamplona,
donde se depositaban en consignación en un comerciante local, que sería quien la
distribuiría en su tienda.

El circuito mercantil de las ropas y demás géneros de mercancías europeas se


organizó plenamente al implementarse en Pamplona un comercio local bien
estructurado. La recepción y distribución la hacían los comerciantes que habían
montado sus tiendas en la ciudad, y quienes a su vez establecían negociaciones
directas con los comerciantes viajeros y con los de Ocaña y Cartagena. Así se
realizaba un intenso tráfico mercantil basado en el crédito y los títulos valores
notariados en una u otra ciudad.

En Pamplona, estos importantes y acaudalados comerciantes también


financiaban el ingreso de la mercancía desde Cartagena yendo personalmente o
enviando cantidades importantes de oro en polvo o plata a la Costa, para comprar
los embarques directamente en la Flota que llegaba de España.

Fue muy usual que mineros y encomenderos financiaran el ingreso de ropas


europeas a la ciudad de Pamplona. Su compra y consumó era una forma de ostentar
riqueza, por ésto, en épocas del auge minero se invirtieron en ellas grandes fortunas
y se otorgaron suntuosas dotes matrimoniales cargadas de ajuares y preseas
1 5•
europeas

Durante el año de 1574 la mercancía europea consignada en Pamplona superó


los $8.000 pesos de buen oro, sin contar aquellos embarques que eran introducidos
por el mismo consumidor, o comprados directamente por los encomenderos o

15
AHP-NS Tomo 001 ff <>9·70v. Dote de Don Alonso Carrillo a favor de Juan de Ortega, su yerno.

95
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

estancieros a los mercaderes, y que en el mejor de los casos se pagaban en oro en


polvo de las minas o en especies de la tierra H,.

2.5. SISTEMAS OE PAGO EN LA CONSIGNACIÓN OE MERCANCÍA EUROPEA

El comerciante local o tendero tenía como práctica infalible registrar en un libro


de cuentas todos sus deudores. Con las cuentas pequeñas que otorgaba respaldadas
por un vale o simplemente de palabra, no tenía mayor dificultad, pero con las
cuentas grandes, tenfa que recurrir en la mayoría de los casos a las "cartas de
obligación o conocimientos" para asegurar el pago.

El mayorista o importador directo colocaba la mercancía en Pamplona, donde


recibía una "carta de obligación" en la cual se detallaba el valor, especies compradas
y plazo para pagar. La "carta de obligación" constituía un título ejecutivo queen el
mejor de los casos llevaba consigo la firma de un codeudor, una lista de bienes
como respaldo y siempre dos o más testigos. Era un documento negociable o
transferible y de efectiva ejecución en caso de moratoria o no pago del mismo.

En 1590 se registraron en la Escribanía Pública de la ciudad de Pamplona


alrededor de 200 "cartas de obligación" por un monto aproximado a los $40.000
pesos de buen oro, que involucraban pedidos de mercancías europeas otorgadas a
crédito o en consignación para remate. Fue éste quizá uno de los años de mayor
volumen de importación de géneros de Europa y coincide con la proliferación de
sastres y oficiales manufactureros más copiosa que haya tenido la ciudad en aquellos
tiempos.

Sin embargo, este sistema no fue el único. Con el incremento de las


"mercancías de la tierra" como el lienzo, los cordobanes y otros productos agrícolas
y ganaderos, se inició una modalidad de intercambio o trueque, dependiente de la
producción y los mercados.

Así pues, si bien es cierto que en la ciudad de Pamplona y su jurisdicción se


tenía el oro como sistema de cambio básico, tasado a razón de diez tomines el peso
si era en polvo y a ocho tomines si era fundido, con un kilataje referencial de veinte,
se optó en muchos casos el pago de las mercancías que se importaban de Europa
con lienzos o harinas que se producían en la tierra y tenían su mercado en
Cartagena y la Costa Atlántica.

Este proceso se generalizó en las últimas décadas del Siglo XVI, en virtud de la
excelente producción de trigo, harinas y conserva en la región. A partir de 1582 y

16
AHP-NS, Tomo 001. Pamplona, 1570.

96
Sllv11no,.11b6n Vlll•mlar

especialmente en 1589 los embarques de ropa europea se empezaron a pagar en


productos de la tierra puestos en Ocaña, y tanto mercaderes foráneos como locales
se vieron precisados a· aceptar un pago en especie, ya fuera en harinas, conserva,
trigo en grano o en obrajes de la tierra.

Los comerciantes y tenderos en Pamplona recurrieron al mismo sistema,


convirtiéndose entonces no sólo en importadores de ropa europea, sino en
exportadores de la producción agrícola y manufacturera de "la tierra". Algunos
mercaderes de larga distancia compraban cosechas enteras en Pamplona, a fin de
dejar consignadas sus mercancías de Europa en la ciudad. Este tipo de negocios
eran además de rentables, muy seguros. la plaza de Cartagena, con su Armada Real
y flotas, se constituyó cada año en un formidable mercado para la producción de la
provincia, y simultáneamente la élite y la creciente población pamplonesa conformó
un excelente mercado para los géneros europeos.

En los mercados locales o regionales este sistema no difiere mucho.


Mercaderes de la villa de San Cristóbal, las ciudades de Mérida, El Tocuyo y La
Grita, traían a Pamplona o directamente a Ocaña sus obrajes, harinas, y
particulannente los lienzos y cordobanes, para proveerse de mercancías finas de
Europa en las tiendas de esta ciudad o de los mercaderes de larga distancia 17.

El crédito en la ciudad de Pamplona en el Siglo XVI estuvo a cargo de los


comerciantes básicamente. Los pedidos de paños, sedas y demás mercancías
europeas, generalrnente se hacían acompañar de pequeños pagos a terceros,
registrándose en la lista de ropas corno si fueran una prenda más. Los préstamos en
pequeña escala y pagos a terceros se convirtieron paulatinamente en una forma más
de impulsar el consumo de ropa y objetos importados.

Un encomendero, por ejemplo, podía acudir o enviar un simple vale con un


arriero y lograr que en la ciudad, el comerciante le librara efectivo o ropas para
cubrir pequeñas y medianas deudas. Luego, cuando el deudor o solicitante bajaba a
la plaza de la ciudad, firmaba una "carta de obligación" por el saldo de su deuda.
Los tenderos o comerciantes pagaban las deudas a terceros con vales para suministro
de rnerradertas. transacción que terminaba convirtiendo al comerciante en banquero
y en el mejor de los casos en la fuente de crédito más inmediata posible.

2.6. LAS COMPAÑÍAS MERCANTIL[S EN EL INGRESO DE GÉNEROS EUROPEOS

A pesar del gran movimiento comercial que existía en toda la provincia de


Pamplona, con varios e importantes mercados, grandes volúmenes de mercancías

17
AHP-NS l orno 001 ff v y OlO(Hl.l 1 O.

97
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

extranjeras y productos de "la tierra", así como un considerable movimiento de


valores, esta actividad mercantil continuó siendo muy riesgosa. Por una parte, las
grandes dificultades durante el transporte de la carga por el río Magdalena en las
fragatas, champanes o canoas ligeras hacían más costosas las mercancías, y por otra,
durante el largo trecho desde el Puerto de Ocaña a la ciudad de Pamplona se> sufrían
no pocas penurias por lo fragoso del camino y la inseguridad en su tránsito.

Por estas razones o por simple solidaridad y apoyo mutuo, los mercaderes se
asociaban en compariías bimembres para la importación y distribución de
mercancías de Europa en Pamplona. Se juntaban dos comerciantes y montaban una
compañía para traer la ropa directamente desde Cartagena, o se asociaba un
comerciante con un inversionista local, que podía ser minero o encomendero
minero. En este caso, el primero se obligaba a llevar el oro a Cartagena para traerlo
invertido en mercaderías de Europa, mientras el segundo, finanrista de la empresa,
esperaba que se cumpliera el e iclo mercantil (ingreso, distribución y recaudol para
liquidar la compañía y recuperar la inversión, más un 50% producto de> las
utilidades en el negocio

Este tipo de compañía fue la más usual en aquellos uempos, Juan del Rincón,
vecino encomendero y minero de la oudad de Pamplona, se asoció con Juan de
Ortega, mercader vecino de Ocana y residente en Pamplona, con c>I objeto de>
introducir a esta ciudad men adorías europeas. Para tal efecto, Juan del Rincón
aportó $700 pesos de buen oro, los cuales Juan de Ortega invirtió en ropas y otras
mercancías; una vec hecho C'I remate de> la<, mismac; <'11 Pamplona, PI Señor del
Rincón como inversionista, roe ibió c>I pnnopal. fllác; el 50% del mismo. es dec ir
unos .$1.050111•

En lo sucesivo, todos los años, por loe, nwse<, de fobrero y marzo, se armaban en
Pamplona las compañías y soc iedadcs que traían a la ciudad sendos cargamentos de
mercaderías extranjeras.

También existieron algunas sociedades mercantiles especializadas en la


exportación de harina, azúcar y conserva de Pamplona hacia Ocaria, los mercados
de Cartagena, río Magdalena y la Costa Norte.

Bernardino de Torres, encomendero y productor de azúcar en el valle de


Cúcuta, se asoció con el mere ader Juan Becerra en Octubre de 1582, con el
propósito de poner en Ocaña 100 fanegas de trigo y 100 arrobas de azúcar por viaje
en una arria de 25 caballos'".

18
AHP-NS Torno 001 (( 0(,0V-061R P.implorld, Junio 7 dP 1 574

·~ AHP-NS, Noklrial de Pdmplont:1. 1 orno 00 l í 2'J5

98
Siivano P•b6n Vlll•mlzar

En contadas ocasiones se hicieron negocios directos con comerciantes


residentes en España. Un mercader español venía directamente desde Cádiz con un
gran embarque de mercaderías, el cual iba consignando desde Cartagena hasta dejar
el cargamento final en Pamplona; el itinerario que se repetía en un lapso de dos
años, tiempo que emplearía en ir a España por otra remesa igual. Por su parte,
mercaderes pamploneses u ocañeros enviaban oro o plata en metálico a España,
amparados en una sociedad, con el fin de importar los géneros· a Cartagena y
Pamplona sin intermediario.

El sistema de compañías bimembres para el tráfico y distribución de los géneros


europeos en Pamplona dio buenos resultados prácticos y fue muy rentable, como se
evidenció en la liquidación que de su compañía hicieron Pedro García Román y el
Capitán Juan del Rincón.ien septiembre de 1590. García Román había entregado al
Capitán del Rincón $1.594 pesos con tres tomines y cinco granos de oro por
concepto de los $1.000 que de él había recibido el ario anterior para introducir
mercancia. s europeas por e artagena 20 .

Otro sistema de singular importancia empleado en el comercio de larga


distancia, especialmente para la introducción de la mercancía europea, fue la
transacción de títulos valores y cartas de poder. Mercaderes de Cartagena u Ocaña
enviaban por encargo los embarques de ropas a Pamplona, donde un comerciante
local las recibía y remataba; luego en un tiempo prudencial, mandaban una carta
poder para que un tercero le cobrara el valor de las mismas más su ganancia".
Puede decirse que existió una especie de consulado de Pamplona en Cartagena y
otro en Ocaña, y viceversa, los mercaderes tanto de Cartagena como de Ocaña
tuvieron fuerte y amplia representación en Pamplona.

En este continuo ir y venir de cartas y títulos valores entre Pamplona y


Cartagena, figuraban unos poderes de singular importancia: Se trataba o usaba que
un comerciante pamplonés, generalmente de los más solventes y con buen respaldo
crediticio, daba poder a un mercader o viajero que fuera a la plaza y muelle de
Cartagena, y con dicho poder se obligaba hasta por cierta cantidad de pesos (podrían
ser de unos $3.000 a $5.000) con un comerciante cartagenero o con los mercantes
de la misma flota de España. El apoderado tomaba la mercancía quedando obligado
el poderdante en Pamplona, luego la enviaba o traía él mismo a esta ciudad para
entregarla al verdadero comprador, quien la remataba entre su clientela regional.

El sistema requería que se tuviera una gran confianza y buen respaldo para el
crédito, sin embargo el proceso funcionó constantemente, en especial durante los

Jo AHP-NS I orno 000<> r 0206. ComJ>JMa del Capitán luan del Rincón y Pedro Garda Román.

J• AHP-NS I orno- 1 JI 15 Ar'\~ de 1574 a 1 (,03.

99
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

meses en que llegaba la flota de Ispaña al muelle de la ciudad de C artagena. Ln


ocasiones no se cumplía el tope de lo dispuesto en el poder, pero sí el carácter de la
transacción; las responsabilidades del poderdante como obligado y los plazos que se
convenían para el pago de la mercancía y obligación.

Ahora bien, al margen de la institución de sociedades o compañías entre dos o


mas individuos para introducir mercancía extranjera a Pamplona, el círculo y
proceso mercantil requirió siempre de uno o rnás contratos y poderes para la
intermediación y distribución de> las mercaderías. Se registraban contratos de
transporte por el río Magdalena, fletes del puerto y ciudad de Ocaña a Pamplona, así
como de recepción y entrega de embarques en uno u otro extremo de la ruta.

Todo el proceso mercantil se realizaba contractualmente, todo se cobraba y se


pagaba, y los ciclos mercantiles tuvieron una gran lógica, enmarcada en una aguda y
estrecha correspondencia y confianza con <:>I consumo, la producción local de
bienes de la tierra y la misma oferta.

COMPAÑÍAS MCRCANTllES CN [l COMfRCIO


PAMPLONES DEL SIGLO XVI

AÑO i\\ERCADERES ASOCIADOS OBJCTO DE LA SOCIEDAD


l'i74 111,m dP ( Jr1<-g,1, dP ( )e ,1f1.i, I r,u•r nH'rc .icl(•rí,1, ,.urop<•a, d,•
y h1.i11 d,.I Kin< ón d,· l'/11.1 ( .1rt.1gPn.1

l '>74 I P111,111do K, H lrigU<'/ y


e '"'I "-" ,.,,,,1, ·n 1'
< .. ,r< í.1, 11.i

1 'i74 C 1i,l<Jh.1I ,\l.1r,l\·,.r) h1,111


.,,,, i,:111( < 111, d, • 1'/11,,

1 'i74 luan ,lp ( )rlP):.t \ !\1011,0


( .un llo, -u ,u,,gro

1574 ( ri,11'1l1,1I ~ l,1r,1v1•r y !\lon,o


1 )111 án, 111< )/< J,1 '/rM

1 'i77 l'"lr" dP ( "' <''"' v ( ri,1ol1JI


l,tÍlllP,, dP f'llJ

1577 Anlon11, dP l 1m.1) ( ri,1<',b.11


lc1inu-s, d,. P/nJ I r.u-r rno« ,me íJ, d" ( Jrt,1gP11.i

1577 l ui, 1 {•ll,•1 y ( ri,1c'il MI


dr1d8('1M
J,1im(•,,d,. I'.implon.i I r,u•r mere dn< Id, de- <
0

1577 B,trtolom{> c;c'mw; y e ,0111.ilo l',,rd rwgcx iar e on nu-rcanr Id, y


'H'rrdno, dP P/nd \ c1lort>,<'ti l,1 < iudc1<I

100
1577 1 )j('gO dP f\ tora, dP 1'/11.1 y Introducir y distribuir rne« ,lnCÍJ
l lern<111do I óp<'I, v1•< ino dP europea <'11 I'.implon.i
( díl,l)V'll,1

1 5112 l'<'<lr<> de• C ,í< <'rP, \ C rbtóh,11 lntrrxlu: rr rnen Jnrí.i dP,dc•
l,1inu•,, dl' l'nJ < ·,,r1,1w•nJ

15112 luan K<1mÍrP1 dP Andr.1d.1 y


( ri,1e'ili<1I J,t1ml',, dP l',1111plonJ

l'ill2 lu.m K.1111írP1 di' Andr.1d<1 y


Pedro d1• C.í< orr-- PJmplrnM

1.'ill2 l'1'<lro CJrnJ Román y PI


c,1pi1:111 llt,m d1•I Rin«111,
l',1111plo11J

1 'i!I:.! I lornán Kodríglll'/ y BJrtolomi•


(;{mwt, d!' l'/nJ

1 'i/12 1\ 1.111uPI I 1•rn,lml<'t y Alon-«


l'(•rc•t ck- l'.ir,tdJ, di' l'.implon,1

l'ill:.! l','<lm d1• C .le PrL"' y BPrn,mlino


I Pfl)Jllcf P/, 1'/11.1

1 'ill:.! Alon-» l'í•rP/ dP l'.11,td,1 )


BP111,mhno 11•m.í11dPt,
l'.11n11l,,11.1

1 'ill:.! Alon,o l'i'•r .. , dP l',11Jd,1 y


Kndngo ( )1111, de• l'Jtnplon,1

1 'ill2 Alon,o l'c'r<'/ rfp l',11,111.1 y


Anlo1110 di' 1 i111<1,l'.implont1

1 'ill2 AlrnN> l'i•rc•t dP l'.:ir<1ct1 y l\\rguPI


dP { ,,11nho,1, en l'.:1mplon,1

1 'il!2 Alon,o l'(•n•, dP l'Jr,1cl,1 y Alon,o


l,time..,, di' l'Jmplonc1

1 'ill2 Alon-«: l't'íl'/ cli· l'.tr.td.i y I raer y di,lrihuir nl<'r< anc í,1 <'Ur<>pt•.i
liPrn,mhno l emándrv. l'.implrn1c1 <'11 P.implon,,

l'il\2 Alon-«: l'c'r<'t de• 1'<1r<1d.i y


Alonso [aimo-, dt• l'.implnn..i

1 'ill:.! Alon-«) l'<"rl'/ de l'.ir.idc1 y


( ..1hri1•I Grnv.llPt

101
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

l 'i82 11 e .11 ,itJn luan del Rmcón y I r,u•r y di-tribuir lllf'r< ,111< í,1 ,•uro1><',l
luan Br'< erra, de l',1mplon.1 on 1'.implon,1

l'i82 1 )ir'>\O th• Mord y c;,,hriPI


Con1,ilP1, dP P/11<1

1 'i112 Hc•m<1rdino I orrr-, y


Iuan Be'< erra, l'Jmplon.i

151l2 HJrlolrnné CómPt y Antonio


di' 1 irna, Je l'/nJ

1582 BJrtolrnn<' Cúnw, y Alnn,o


l,1irrn", l'Jrn¡ 11011,1

1 'ill2 l'c'<lro 1\ \,tgJIIJnf',, dP 1'/11.1, y l nvío di' h.rrina-, dP l'Jmplo11,1 ,1

Antonio I Úf ><'/ df'l 1\10, < ·.irt.igc•n,1 ( º.irt.ig<'n.t

lu.111 K.imÍrf'/ dP Andr.ut1, I xporr,« ión di' h.irin,1, y produ, 111, d"
1'/11.i, y Antonio 1 <>p<•t d" < >, .iñ.t ti ti,•rrJ, ,, i11trod11c ir mPr< ,llH Í<1
l'llíl >f )l'J

l'i')() 11 < .1pi1jn luan d<'I R111c <>11, d" lntroduc < 1<'>11 di' llH'r< .tlll í.i, <'ttropc•,1,
1'/11,1 y \.in< ho 1\ 1,-.11d<'1 d<' dt"d" ( .irt.tgi•n,t
< .i-rn llc'.11, \.l'C ino d<' ( )e .in.t

1 'i',0 ( ri,túl~il l,11111<',) 1 )1,.go di' ,\\CJr.t, I r.11•1 mort ,111< í,t diw< l.inwnl<' dP,clt•
f',111111lc>11.1 1 ,¡ 1,111,1

1 ', ~ 1111 < .. 11, í.1 K"111.'111 v , ·I , .1¡ 111.111 lnlr< ~ lur tr nw11 ,111< í.1, <•uro¡ u•.i, d.,,, I,•
Ju.111 d .. l 1{1111 <'111 e ,11t,1gPn,1

1 'i'l() Ju,111 Brng11t•110 dPI < .i,l!lln,, ur.i, 1 )1,lrthuir rop.t ('llí<>IK'cl 1'11 \t'lll'/lfl'l,1
y 1 )1Pg<> d" ,\r,111d.1 \ ,1r,•l,1

1 'i'IO Ju.011 Ko1111irr•1 d" ,\111 lr.1, l.1, lnr« K IU< ÍI 1111 'I< ,111< Í, t C'llí<l¡><',l dP,d<'
1 >il'go [ovo], 1'/n,1 < .111.,gc•n.1

1 'i<)(l i\ ligu<'I t\ \Jrlfnc•,, lwrr,u lrn d .. lnlrr><htc rr n11•rc .in< í.i <'ntf1<',t dt"<I"
1'/11<1 Y \,11)( ho ¡\ \<'•11dP/ di' ( ,Jfl.t)..tf'rld
( ,1,1tillú11, VP< ino el,• ( )1 .111.i

l'i'JO 1 )ipgo d<' Ar.111d.i V.iwl.1 y <'I 1 )1-1ribu1r nwr< ,td<'rí<,, c•uro¡><•,1, on
l',ulr" Ju.111 Hurgu,•nc, d,·I ( .1,11110 I', 1mplnn.1
hPl1PÍIC Íddo

15')() H.irtolom<' ( ;,·,nw1 v d, 111.i 1\ l.triJ


dP < uPIIJr

1 'i'J() Andrr, dPI BJ~lo y 1 )jpgc I l11lr<Khtc < iún dP rnr-« ,111< ÍJ, <'llí<>I tt•.-t,
Gutiénez, P/nJ por ( )< JñJ

102
Sffw,no ,.•bón Vfl/amlzar

1595 Diego Jovel y el capitán Ixportar hcirind, y rnerranctas de la


r rancisco I emández de Roj,h tierra

1596 Alonso Cago de la C ervcla y lntroducrión de mercanrtas europeas


Pedro I ÓJx>Z 1 riviño, V('( ino de Canagena d Pamplona
de (drtdget1d

15')7 Pedro Rubio - Cri!>tóbdl lrnponarión y distribución de


Mdldonado, de San Cristóbal rnerc..ancla eurc>J>ed
y Alonso Gago de la Cervcla,
P/nd

1598 Juan del Campo Montalvo y Montar una tienda y panaderla en


Alonso Pére,,P/nd Mompox

1598 Sebasuán de Lsplugas y Manuel Introducir ropa de Europa desde


rn.u, vecino de Cartageo» Cartagena

1597 Diego lovel, Pina y el upilán Ixportar harinas y lienzos por la rula
I nrique Rodrlguez T ovc1r, del Zulia a tv\drc1caibo
vecino de la Nueva ldmord

1597 C ristóbal de Areque y l nrique


Rodrigue, T ovar, de Nueva
Zamora

1597 Migu<'I de Oldnuín y Cri,tólMI Montc1r y administrar una tiend.t en


l ópcz, P/nc1 l•c1mplo,1c1

1597 Melc hor Sierra Bc1rrionuevo y t lnd tiendc1 <-'fl Pc1mplot1c1 de


Alonso tv\.u1Ín!'7 R1c o morr c1derld~ de la tierra

H,01 luan PdchL--co Vela-co y Pedro Introducir mercancías europeas desde


de Cár eres Cc1rldg<'nd

1601 Bernardino 1 ernáodez y Cd,J)dr


M<1ntdno, P/nd

1(,01 Bernardioo I emández y


Rartolomé Góm<'z,P/11c1

1(,0] Benito 1 ópct de Ld Mddncl y Di,tribuir me« .ind<1s importadas en


Iranri-« o de l una Pamplona

1601 Pedro ele Cá< err--, de P/nc1 y Juc1n ele lntrcxlurir merc.indc1!> de r uropa
Simanra-, vecino de Cartagena de--de Cartagena

160] Mckhor Sierra Barrionueva y t\\ontdn una tienda en Pamplona


Sebasíián Sánchez de San Juan,
Pamplona
FUENTE: AHP·NS Tomos 1 al 15. Registradas las compañías más duraderas y estables,
con capitales superiores a los $600,oo pesos por socio.
103
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

3. DISTRIBUCIÓN, CONSUMO Y REEXPORTACIÓNDE


MERCANCÍA EUROPEA EN PAMPLONA

No tenemos que ir muy lejos para saber que el consumo de mercancía fina e
importada desde Europa estaba a cargo de la élite y sociedad pudiente en la
Provincia. Como también es bien sabido que el pueblo raso vestía con manta,
lienzo o sayal, y a lo sumo con paños de Quito y obrajes de la tierra.

3.1. DISTRIBUCIÓN Y CONSUMO LOCAL

Las tiendas en la plaza y casco urbano de la ciudad eran los principales medios
de distribución de los géneros de Castilla y Europa, aunque como ya se dijera, unos
cuantos encomenderos y mineros se proveyeron continuamente de sus mercancías
directamente desde Cartagena u Ocaria, como de hecho lo hicieron el Capitán
Ortún Velasco y el Capitán Alonso Rangel, el clan de Los Basto y muchos otros
importantes hacendados y empresarios de la región.

También se puede reafirmar que al margen de los dos procesos llevados para la
adquisición, distribución y consumo de mercaderías europeas en Pamplona,
anteriormente descritos, hubo una continua gama de tratantes y mercaderes
ambulantes que recorrían los caminos en solitario con sus cargamentos y chucherías
a cuestas para distribuirlos, tanto en la ciudad corno en los demás centros de
consumo: minas y haciendas de los ene omenderos y estancieros en los valles
agrícolas de la Provincia.

I os parios, los terciopelos, lac; sedas. los ruanes. el tafetán, y demás géneros
importados componían los ajuares y suntuosas dotes en loe, matrimonios dP las
familias prestantes de la ciudad. Fn Id dote que recibió Pedro Jurado de su suegro
Don Diego Páez de Sotomayor, al casarse con Doria Francisca Páez de Sotomayor pi
4 de Enero de 1577, figuraban "una saya de damazco fravlezco guarnecida do
terciopelo, espiguilla de plata y un jubón dP raza pardo con cadenilla de plata",
valorada en $60 pesos de buen oro; "una sobrerropa de tamenete guarnezida de
terciopelo carmesí" valorada en $40 pesos; y una "saya de tamenente guarnecida en
terciopelo" valorada en $30 pesos de bum oro. la dote ascendía a los $1.029 f}<'SO'>
en ajuar para la novia, ropas y joyas, lo e ual representa indudablemente que> el lujo
. JI
y el louen vestir erel muy costoso ·.

s: AHP-NS I omo 2 (( 4 {v · 4'i Id IJ1111li,1 1':1,•1 cf,. '-,111omJvur '" h.1hi.1 .i,<'nl,ufo •'11 1111rn~ft.1c toneo, tfp
-u om 011111•1"1<1.1 dl' '-,pí\:tlct, dt,nd<' h.ihí.in d,..,,urollJdo gr.md,.., < n.icl"r<" d<' g.in,tdo .¡,. loct1, C"-1)1'< ¡,., y
una pr<'i,f>1'rd pmdu< c_1é111 di' tngo, harma- y< on,c'f\'d

104
Siivano Pab6n Vll/amlzar

Para la misma fecha declaraba Guillermo Arias, vecino de la ciudad, que se


había casado el año anterior de 1576 con Doña María de Carvajal, también hija de
Don Diego Páez de Sotomayor y Doña Beatriz de Vargas, de quienes recibió una
dote de $834 pesos, de los cuales $600 pesos estaban representados en ajuar y ropas
finas de Castilla y Europa21.

Don Diego de Mora declaró en marzo 2 de 1577 haber recibido $1.400 pesos
de dote al casarse con Doña Catalina de Acevedo, hija de Don Andrés de Acevedo,
vecino fundador y encomendero del pueblo de Labateca, en la cual figuraba "un
vestido de terciopelo verde nuevo" con todos sus· aderezos: capa, pasamanos,
botones y demás, valorado en $100 pesos de buen oro, además de una cama y
paños en $35 pesos, entre otras preseas24.

Ahora bien, si se observa la presencia de ropas finas de Europa en las dotes de


los matrimonios más célebres de la élite pamplonesa25, éstas son una muestra del
creciente consumo de dichas mercaderías; observable también en los testamentos,
donde se declaraban las prendas más costosas que tenía el moribundo. El Padre
Juan de Amaya, doctrinero de la Orden de Santo Domingo y encargado de los
pueblos de Labateca, Mariscal, Balsa y Bochagá, entre otros, declaró
testamentariamente que poseía "un manto y una sotana nueva de paño
veyntedozeno, una sobrepelliz nueva, dos espadas y una silla de Sevilla", entre otras
ropas y ornamentos suyos que mandaba se inventariaran dentro de sus bienes"'.

El consumo de mercancía europea se registraba realmente en los despachos y


pedidos que se notariaban en la Escribanía Pública como cartas de obligación, o
cuando los tenderos relacionaban todos sus deudores en su contabilidad, a la que
solían llamar "memoria". Allí figuraban sastres, encomenderos y todo tipo de gentes
que adquirían sus ropas y telas a crédito.

13
lbid. (( 4 lv • 4Jr.

2•
lbid. ( 72. Sin embargo, lo más importante en e-ita dote lo e onstituían las estancias, canaduzales,
ganado, trapi< he y paila, para la fabricación de azúcar, y de pchO la -ucr--ión en la encomienda del
pueblo de I ahateca.

15
AHP-NS I orno 6 (( 87 - 90. Cuando Nicol,h de Palencia, el moto, ra-ó ron Doña M.iría del Rincón,
hija del capitán Juan del Rincón; recibió $4.220 I~º" como dote, de lo,, cuales $ l.700 pesos iban
representado- en ajuar y ropas europeas. Boda celebrada en Julio 20 de 1 590.

26
lbid. ff 185v - 189. Como dato curioso de éste clérigo, vemos que nombró como sus legítimos y
universales herederos a "Miguel my hijo natural e de Juana tucas, y a Diego, niño guerfano"; a quienes
se les repartirla el remanente de sus bienes en partes iguales.

105
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

3.2. REEXPORTACIÓN DE GÉNEROS EUROPEOS DESDE PAMPLONA

Los mercados externos de las ropas europeas en Pamplona fueron básicamente


la villa de San Cristóbal, las ciudades de La Grita y Mérida y la ciudad de Tunja y sus
términos. Vecinos de San Cristóbal se proveían en Pamplona de todo género de
mercaderías, al tiempo que a ésta traían lienzos, algodón, trigo, mieles y azúcar, lo
mismo que ganado de sus hatos.

Las ciudades de la Gobernación de Venezuela vendían en esta ciudad los


lienzos y cordobanes, a su vez, desde Pamplona se proveían o se les suministraban
ropas finas de Europa, vinos y especias. En abril 30 de 1590, el padre Juan
Burgueño del Castillo, beneficiado de la ciudad de Pamplona, entregó a Diego de
Aranda Varela un cargamento de algo más de $6.000 pesos de buen oro en cuya
"memoria" se contaban: 200 varas de distintos parios, 47 varas de terciopelo, 152
varas de tafetán, 300 varas de ruán, 73 onzas de pasamanos de seda y una extensa
gamas de "menudencias de mercaderías" como solía decirse en aquella época para
referirse a cosas pequeñas como agujas, alfileres y botones. El seriar Aranda vareta
beneficiaría esta mercancía en las ( iudades y pueblos novohispanos del nororicnte
del Nuevo Reino y la Gobernación de Venezuela, dando estricta cuenta a su
propietario, el padre Burgueño del Castillo, quien había decidido no feriar su
mercancía en Pamplona sino surtir estos mercados":

Los vecinos de estas ciudades se presentaban en Pamplona y hacían sus


pedidos ofreciendo pagar en lienzo o crías de ganado vacuno o caballar. br cierta
ocasión, Diego Martín<:>z, vecino de la villa de San Cristóbal, prometió pagar a
Bernardino Fernández, escribano y mercader de Pamplona, $187 pesos y 5 tomines
en lienzo de algodón bueno, a razón de> cinco varas por peso, por unas cuantas
mercaderías que de su tienda sc1có211. Y como este '>Pr1or, gentes de> La Grita,
M(:>rida, T ruj i llo y ll r ocuyo uti lizaban este proc eso para vender sus lienzos y
proveerse de los lujos europeos en Pamplona.

Otro mercado externo para las ropas de Castilla y Europa que llegaban a
Pamplona, lo constituyó la ciudad de Tunja y su jurisdicción. De Pamplona se
llevaban vinos, hierro, parios y chucherías menores, especialmente para ser
distribuidas en el "Rincón de Chita" y cercanías del río Clurarnocha. en los enclaves
agrícolas de blancos y en la propia ciudad de T unja. Sin embargo, la balanza
comercial de Pamplona respecto a T1111jJ, siempre estuvo a favor de los tunianos,

r AHP-NS I orno 4 ff .l'J4 - 2'J(, l',lf<I Jqw•IIJ Í<'< h,1 y ocJ,1ú11, Id e iud,ul tic> l',1111plon.i r<')l1,trJli..i una
e on-iderablo ~obrpof<'rt..t d<' pr<w lw lo, <'Urop<•ci-, lw1 ho quo olihgc'1 di l'.ulrc• Hurgur•ño " r<'<''<l'ort,u -u
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111
AHP-NS I orno 14 f 212.

106
Siivano Peón Wlamlz•

pues de allá se traía gran cantidad de mantas, petacas, artesanía de barro y todo
género de productos de la tierra, mismos que a su vez eran reexportados por los
comerciantes pamploneses.

4. PRODUCTOS EUROPEOS DE MAYOR CONSUMO Y


EXCLUSIVIDAD EN PAMPLONA

No hubo embarques que se especializaran en uno u otro renglón de los


productos europeos en Pamplona. Los surtidos eran más o menos variados. Sin
embargo, son de notoria presencia los pafios y terciopelos por su costo, los vinos por
lo indispensables en la mesa castellana, el hierro por su insustituible papel en la
producción y vida diaria, las especias por su necesidad en la preparación y
conservación de la carne y otras comidss. Muchos de los demás productos
europeos, más como lujo que como necesidad, eran adquiridos de acuerdo a la
solvencia o capacidad económica del consumidor.

4.1. PAÑOS Y TERCIOPELOS

tstas eran las telas más costosas que se vendían en el mercado pamplonés, su
precio osci laba entre los $7 y $12 pesos vara Se> vendió pafio veintedoceno, paño
veiutecuatrono, pario de Segovia, paño de Flandos, pario de Sevilla, y hasta pario de
Quito a razón de $6 y $8 pesos vara

GÍNl ROS EUROPEOS DE MAYOR DEMANDA 1:N PAMPLONA


ESPECIC O GENERO UNIDAO VALOR UNITARIO VARIEDADES

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107
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

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AgujJ, y alñleres paño; S 1 "SI rx..,.,.. 1

FUENTE:AHP·NS Tomos 1-13. Af!os 1574a 1600

El terciopelo podría ser de Milán, de Damasco, de Francia, Flandes o la propia


España. Su precio osci 16 entre los $9 y los $12 pesos vara. Un vestido para dama
confeccionado en terciopelo podría superar, con adornos y aderezos, los. $100
pesos. Una capa o capote de pario o 'terciopelo llegaba a costar entre $30 y $40
pesos de buen oro.

Una compra normal de telas en una tienda de la ciudad, con el objeto de


confeccionar el traje para una dama podría costar entre los $250 y los $900 pesos.
Sin embargo, puede observarse que los altos costos solían ser incrementados al
anexar a los artículos principales cierta cantidad de "menudencias de mercaderías"
como botones, broches, hilos, agujas, alfileres, cintas, y hasta herraduras y clavos
para herrar.

4.2. EL MERCADO DE LOS VINOS

Generalmente el vino hizo parte de los principales embarques de mercancía de


Castilla a Pamplona. Llegaba el precioso líquido en botijas y su precio oscilaba
entre los $6 y $9 pesos botija, dependiendo de la clase y calidad del mismo.

A Pamplona llegaron y se vendieron algunos lotes o embarques de vino en


forma exclusiva. Juan Díaz, tratante y viajero de profesión, compró en diciembre de
1589 a Don Andrés del Basto 16 botijas de vino blanco que éste acababa de
descargar de su arria proveniente de Ocaña. Su precio de consignación fue de $112
pesos, $7 pesos por unidad. El seriar Díaz lo detalló y en poco menos de un año
2•1
reintegró su valor al proveedor .

En otra ocasión Gómez de Aguilera, mercader vecino de Ocaña, entregó a


Sancho Méndez de Castrillón, también ocañero, 40 botijas de vino que tenían un
valor de $300 pesos de plata corriente de 1 S reales el peso. El señor Méndez de

iq AHP-NS Torno 4 f 140

108
Sllv•no Pabón Vll/am/zar

Castrillón los trajo y distribuyó en Pamplona a razón de $8Yi pesos de buen oro la
unidad'?

En Junio de 1595, Don Diego Jovel hizo una importación de vinos de Castilla
comprados directamente en el muelle de Cartagena, al arribo de la Flota de España;
vinos que vendió en Pamplona al señor Alonso Gago de la Zervela, acaudalado
comerciante de la ciudad. El embarque constaba de cien botijas de vino blanco que
fueron distribuidas en su tienda de la plaza. Las cien unidades le costaron $775, a
11.
razón de $7 pesos y ducado botija Gago de la Zervela los detalló a precios que
oscilaban entre los $81/2 y $9Yi pesos, aunque el precio promedio del vino en
Pamplona durante estos años fue de $8 pesos de buen oro botija.

Ese mismo año Alonso Gago de la Zervela recibió otras 50 botijas de vino del
señor Pedro Delgado, vecino de Pamplona, quien las había traído de Cartagena con
11.
el fin de consignarlas en su tienda A su vez, el señor Diego Jovel vendió doce
botijas del preciado licor al Capitán Juan Calderón Torrellas, vecino y regidor de la
villa de San Cristóbal, a razón de $8 pesos y 4 tomines botija, vino que tuvo como
11.
destino la mencionada villa Luego, el mismo Señor Jovel vendió a Juan Velasco
de Montalvo 26 botijas de vino más, del mismo embarque que había traído de
Cartagena, a razón de $8Yi pesos unidad". Juan Velasco distribuiría este vino en las
minas de Vetas y el Río del Oro como era su costumbre, pues los centros mineros
fueron la base de la actividad comercial de los Velasco durante todos los tiempos.

Pero sin lugar a dudas, uno de los cargamentos de vino más voluminosos
traídos a la ciudad de Pamplona en una sola remesa, lo integraban las 300 botijas
juntas que trajo a esta plaza el señor Esteban Ventura, genovés de nacimiento y
mercader de ultramar. Junto al vino venían 790 varas de ruán de fardo, 24 pares de

'° AHP- NS lomo 5 ( !41. 1 n ÜCAña corría e orno moneda el peso de plakl corriente, dividido en 1 S
roales, mientras que la unidad monetaria de Pamplona era el peso de buen oro de 20 quilates, el cual se
dividía en 8 tomine- ~i ora fundido y en 1 O tomines si era en polvo. A su vez un tomín eran 12 granos
ele oro, y on cavo dt• tran'-<IN' e on oro de distinto kilataje ,e hacía la conversión al patrón de 20 quitates.

11
AHP-NS Tomo 9 f l.l.l. lJn cluc ado do buen oro i•quivalía a (, tomines, de lo-; que a su vez se
nec o-itaban 8 ¡.klra formar un peso.

li lbid. ( 140

"lbid. f 180

34
lbid. f 208. Sumando las transacciones que el señor Diego Jovel hizo, encontramos que en ese viaje
de la ñota, compró en un solo embarque 250 botijas de vino, las que fácilmente distribuyó en Pamplona.

109
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

15.
medias, 30 jubones de telilla, y 16 quintales de hierro entre otras cosas La
mercancía fue dejada en consignación en el comercio local.

El mercado de vinos era indudablemente muy activo y rentable. Se consumían


grandes cantidades del licor, pues a los hogares llegaba por botijas. El vino europeo
era un elemento de gran consumo en las mesas y tabernas de la región, pues hasta
los indios lo tomaban, según denuncias frecuentes que se dieron al respecto por
parte de los clérigos y funcionarios interesadosen el orden social y público.

4.3. EL MERCADO DEL HIERRO Y EL ACERO.

El herrero era un oficial de obrajes indispensable en aquellos tiempos. En las


huestes y grandes campañas de conquista se registraban como tal, pues su trabajo
era más que necesario para levantar un pueblo e iniciar labores productivas.

El hierro empleado en las fraguas y yunques de los talleres de herrería en


Pamplona llegaba por Ocaña con el grueso de las mercaderías europeas, y su precio
oscilaba entre los $20 y $30 pesos el quintal, esto es de $5 a $8 pesos arroba. El
acero toledano se cotizaba en Pamplona a $20 pesos promedio la arroba,
dependiendo del cliente o forma de pago.

Con acero se elaboraron espadas y otros elementos de uso exclusivo, como


puntillones y puntales para tapíal". Pero en su conjunto, hierro, acero y cobre, eran
materias primas de compra obligada en la ciudad. Los obrajes se hacían a pedido
del interesado y se pagaban en efectivo o en especie, y en el mejor de los casos, en
vales para sacar mercancía de las tiendas.

A este respecto, se creaba un círculo muy interesante entre hacendado o


encomendero, herrero y comerciante local. En ocasiones el mercader o comerciante
proveía de la materia prima al herrero (hierro y acero), el encomendero - minero o
estanciero pedía la obra, luego el pago se efectuaba con vales que el herrero
utilizaba para pagar sus deudas en la tienda del comerciante.

Ahora, con respecto al mismo hierro, una fragua con todos sus aderezos: fuelle,
yunque, tenazas, limas, martillos, etc., podía valer de $250 a $300 pesos de buen
oro, y con ella se fabricaban las herraduras para mulas y caballos, medio de trabajo

'5 AHP-NS Tomo 2 f 18. fl herrero [uan de Artr<1g<1, rt,.,,idmlr en P<1mplc.>nJ, reobió una írJg11<1 < orno
dote al casarse con 1-rJnci~c..a tvl.irtín, hijJ de Don Diego ~ll< hPt Calvillo, en Julio dl' 1577

Jb Tapial es l.i formaleta de madera con 1<1 cual se construyen lo-. mure" de uerra pi,ddJ o pared.
Elemento europeo por excelencia que IX>C'O d JXX o vino reempldlJndo el IMh,!r('(JUP indígen<1 en las
formas arquilectónicas en la América novohi,p,md.

110
Siivano Pabón Vlllaml~ar

del herrador, aunque en la mayoría de los casos el herrador fabricaba sus propias
herraduras.

Herrador y herrero tuvieron buenas diferencias. El herrador era un hombre


involucrado en el herraje de las bestias, las cabalgaduras y los aperos empleados en
la arriería y el caballo como medio de transporte, puesto que ni mula ni caballo
pueden trabajar sin herraduras. Mientras que el herrero era un fundidor del metal,
forjaba y elaboraba las herramientas para el agro y las mismas herraduras del
herrador.

5. EL COMERCIO DE MERCANCÍASDE LA TIERRA

Entiéndase por mercancías de la tierra: los lienzos, sayales, mantas, cordobanes,


petacas, alpargatas y sombreros de la tierra, y aquellas de origen agrícola como las
harinas, el bizcocho, quesos y jamones, azúcar, mieles, maíz y el ramo de las
conservas en general.

Todos estos productos tenían su mercado en la plaza y tiendas de la ciudad. En


Pamplona se compraba el algodón, los lienzos y cordobanes de las ciudades de la
Gobernación de Venezuela, Mérida, La Grita y la villa de San Cristóbal. Se traía en
cantidades considerables maíz, mantas, queso y petacas de Chita y ciudad de Tunja.

En las tiendas y pulperías de Pamplona se compraba la producción de los pocos


pueblos nativos que tributaban con mantas y mochilas como Chopo, Servitá, Guaca,
Ulagá, lma, Tangachá y Bochagá entre otros, aunque las manufacturas indígenas en
esta Provincia poco a poco fueron desapareciendo, excepto la cerámica y las
mantas.

Ahora, en el ramo del comercio de obrajes las mantas de algodón y de lana


tuvieron una destacadísima participación con un precio promedio de $2 pesos
unidad. Las frazadas de la tierra que eran un tipo de manta grande especial para
cama llegaban a valer hasta 4 pesos. La frisa o frisas que eran un especie de lienzo
más fino se comerciaba a razón de 1 O tomines la vara, mientras el lienzo común se
vendía a razón de 4 varas por peso. Los cordobanes o "chivatos" curtidos eran
pieles procesadas utilizadas para trabajos de zapatería y talabartería, de alta
demanda en todos los mercados, se producían tanto en Pamplona como en las
demás ciudades proveedoras del entorno regional, especialmente en Mérida y la
Gobernación de Venezuela.

Un poco más exclusivos y costosos fueron los paños fabricados en Quito y unos
ruanes hechos en Mérida, los cuales se vendieron en Pamplona al lado de las

111
HISTORIA DEL POBLAPMENTO Y COHSTRUCCION DEl. ESPACIO HISPAHICO EH PAMPLONA

mercancías europeas. El paño de Quito se vendía a razón de $6 y_ hasta $8 pesos


vara, mientras que los ruanes de Mérida se vendieron a $2~ pesos vara37•

5.1. LAS MERCADERÍAS DE TUNJA.

El llamado "Rincón de Chita" era un valle de excelente producción agrícola y


manufacturera. los cargamentos de mantas llegaban a Pamplona por cientos.
Andrés Pérez, vecino de esta ciudad, recibió 118 mantas de algodón de Hemán
Rodríguez, mercader de Tunja, por $280 pesos, cotizadas a razón de $2 y $3 pesos
cada una38. Juan Velasco de Montalvo compró en cierta ocasión 164 mantas de
algodón a razón de $14 pesos docena, 108 mantas de lana a $1 peso la unidad,
complementando su cargamento con unos cuantos ~os más en petacas, mochilas
y otros obrajes, todo de Tunja y en especial de Chita 9.

Pamplona se había convertido en el mercado predilecto para los obrájes o


manufacturas de Chita y Tunja. Los cargamentos de mantas y demás ropas llegaban
en arrias a esta ciudad, donde eran distribuidas en los centros mineros y
reexportadas hacia el mercado de Ocaña. En Mayo 11 de 1582 el señor Alonso
Jorge, residente en Chita, demandaba en Pamplona el pago de ciertos embarques de
ropas del Reino y del propio repartimiento de Chita que había recibido en esta
ciudad el señor Miguel Martínez, vecino y tendero4°.

Los mercaderes de Tunja dejaban su mercancía a consignación en los


comerciantes de Pamplona, a la usanza de las mercancías europeas que llegé!!?an de
Cartagena. Así, Bartolomé Gómez, comerciante vecino de Pamplona, recibió el 21
de Noviembre de 1582 $1.412 pesos y tres tomines en mercaderías traídas de Tunja
por Pedro Núñez Cabrera y Bartolomé Sánchez Marmolejo, mercaderes vecinos de
esa ciudad. En ese embarque figuraban 550 varas de bayeta a razón de 5 tomines
vara, 123 mantas a $15 pesos docena, 62 "quinas" de sombreros a razón de 4
tomines cada uno, 400 varas de sayal común a 4 tomines vara, 89 camisetas a 5
tomines, 70 chumbes a 3 tomines y 6 gramos de oro cada uno, 1.550 pares de
alpargates a razón de 11 pares por peso, elementos elaborados en cuero como
aperos y botines. Todo lo cual se pagarla en año y medio".

37
AHP-NS Torno 1 f 1 5 y lomo 12 (( 25v · 11.

~ AHP-NS I omo 2 f 31

39
AHP-NS I orno 3 f 4 lv Pamplona, Febrero 7 de 1582.

40
lbid ( 98

41
lbid. ff 322 • 323v

112
Ahora bien, de Tunja, Chita y El Cocuy llegaban continuos cargamentos no sólo
de mantas y obrajes, sino también de bizcocho, harina de trigo y quesos. Juan
Becerra, mercader vecino de Pamplona, recibió de Juan Herrezuelo, vecino de
Tunja y residente en El Cocuy, $160 pesos representados en 100 arrobas de
bizcocho, 100 de harina de trigo, 40 mantas, 24 petacas y 13 arrobas de queso".
mismos que debían ser reexportados al mercado de la ciudad de Ocaña y su puerto.

Tocio indica pues que el tráfico de procluctos de la tierra y obrajes criollos o


nativos entre Tunja y Pamplona como mercado y centro de consumo fueron
notables. Sin embargo, es de resaltar que Pamplona más que consumir estos
productos, los reexportaba a los mercados de la Costa y los distritos mineros.

5.2. LAS MERCADERIAS MCRIOA Y lA GOBERNACION DE VENíZUELA CN


PAMPLONA

Ya se había expuesto que de las ciudades La Grita, El Tocuyo y Mérida llegaban


constantemente lienzos, algodón y cordobanes a esta plaza. Como también se hacía
notar como la ciudad y provincia de Pamplona se había constituido en un excelente
mercado para el ganado vacuno y mular producido en las ciudades del extremo
nororiental granadino y en la Gobernación de Venezuela, y así mismo como ésta
región y ciudades venezolanas recibían mercancías europeas enviadas desde
Pamplona.

Sin embargo, arnpliando un tanto esta información, puede evidenciarse como


desde 1574 ya se consignaban embarques de cordobanes de Mérida en esta ciudad
de Pamplona. Así, en la referida fecha Cristóbal Maraver, mercader residente en
esta ciudad, prometía pagar en unos meses la suma de $26 pesos de buen oro a dos
vecinos de Mérida por doce docenas de cordobanes negros, a razón de $22 pesos
docena 41.

Vecinos de ciudades y villas de ese territorio (actual occidente de Venezuela)


venían a Pamplona y pedían prendas finas y sedas provenientes de los mercados
europeos ofreciendo su pago en lienzo de algodón. El 24 de Enero de 1598, el
Capitán Juan Guerrero Enríquez, vecino de la ciudad del Espíritu Santo de La Grita,
compró a Don Diego de Mora, comerciante pamplonés, un "manto de lustre fino"
en $34 pesos, unas "medias de seda" en $12 pesos y dos varas de "tafetán morado"
en $4 pesos, un "cojín de figuras" y "unos cañones para escribir"; todo por $56

., lbid f \4(,

••Al IP-NS I omo 1 f úOv.

113
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

pesos y dos tomines, los cuales pagaría en "lienzo de algodón bueno y curado de
una vara de ancho y a razón de cinco varas el peso:". ·

Tomé Ruiz de Saavedra, portugués residente en la ciudad de Trujillo, compró


ciertas mercaderías finas de Europa en la tienda de Bernardino Fernández, mercader
y escribano vecino de Pamplona, por valor de $228 pesos y dos tomines, que
prometió pagar en "lienzos de algodón de Trujillo a razón de quatro varas el peso",
enviados a esta ciudad en un lapso no superior a seis meses".

La ciudad de Mérida empezó a producir para las últimas dos décadas de Siglo
XVI ciertos obrajes de singular interés en Pamplona. Acá se vendieron "ruanes de
Mérida", lienzos, cojines y cordobanes elaborados en esa ciudad, aquellos ~ue sin
duda, tuvieron buena acogida y mercado seguro en esta ciudad de Pamplona" '.

la ciudad de Pamplona no era un mercado consumidor propiamente dicho.


Más que consumir, la plaza de Pamplona reexportaba los productos que aquí se
compraban de los distintos centros de producción, pues en ocasiones se vio como
los mismos comerciantes de Mérida y la Gobernación de Venezuela enviaron
directamente sus productos a Ocaña o Santafé; mercancías que sólo hicieron tránsito
por esta ciudad sin entrar en su mercado.

De este anterior modo, en Noviembre 21 de 1582, Cristóbal Jovel, Teniente de


Corregidor en Pamplona, se obligó a cobrar $1.682 pesos a Juan Barrientos,
mercader de Santafé, por unos obrajes y mercaderías de la tierra que desde Mérida
le había enviado Tristán Morales, mercader y vecino de esa ciudad". El dinero se
cobró y fue enviado a su dueño en Mérida, cumpliendo el circuito mercantil
propuesto, al tiempo que muestra el papel intermediador de la ciudad de Pamplona
entre Santafé y las ciudades extremas del Nuevo Reino y la Gobernación de
Venezuela.

Con la ciudad de Ocaña ocurría el mismo fenómeno, Pamplona resultaba


siendo un punto intermedio entre el comercio merideño y el puerto ocañero en el
río de la Magdalena. En Pamplona se notariaban las cartas de obligación o pagarés
(llamados en aquella época "conocimientos") de las mercaderías que de Mérida
pasaban a Ocaña. En Junio de 1590, Francisco Picón, mercader ocañero, prometió
pagar $128 pesos de buen oro de las minas de Pamplona al señor Diego Jovel,
44
AHP-NS Tomo 11 ( 15v
45
AHP-NS Torno 3 í 24 lv.

46
AHP-NS Tomo 1 f 15. Afio de 1590.
47
AHP-NS Tomo 3 f 320v.

114
Silvano Pabón Vlllamlzar

vecino de esta ciudad, J)Or 503 varas de "lienzo de algodón de Mérida" a razón de
411
cuatro varas por peso '

Con respecto a los lienzos, cordobanes y cueros sin curtir, sí era innegable que
Pamplona se había constituido en su principal centro de consumo, en virtud a su
creciente demanda en esta ciudad, pues se constituían en elementos de uso
obligado para el empaque de las harinas y las conservas que esta Provincia producía
y enviaba a los mercados de Ocaña y la Costa Norte

Los lienzos del T ocuyo y La Grita llegaban a· Pamplona JJOr cientos, pero
igualmente por cientos eran empleados en el acondicionamiento de los crecidos y
continuos cargamentos de harina que esta ciudad enviaba a Ocaña.

5.3. LA PRODUCCION LOCAL DE MERCANCÍAS DE LA TIERRA

Pamplona con su vocación minera y agroganadera, no fue para nada un fuerte


en el rampo de las manufacturas. rue esta ciudad ante todo mercantil y agrícola;
claro, sin descartar la tradición minera.

Sin embargo, algunos pueblos, corno ya se anotara, fabricaban mantas de


algodén y de lana, torcían fique y hacían hamacas, mochilas y alpargates". Los
pueblos de Guacora y Cúnuba hacían ollas de barro y loza, y algunos incluso
tributaron con sus obrajes; pero la verdad sea dicha, su nativa industria se fue
desvaneciendo poco a poco por dos razones básicas. de un lado, la excesiva
demanda de mano de obra indígena hacia la minerta, la agricultura y los servicios
personales, al tiempo que descendía la población, y de otra parte, el creciente
comerr io de los obrajes producidos en sectores o pueblos especializados en la
materia. como los repartimientos de Chita, rl Cocuv y el propio Tunja; así como los
sec rores de La Grita, J\. lérida y e I Tonryo, asentamiemos de poco desarrollo agrícola
y ausente de complejos mineros.

~" Al IP-N!, lomo!, f 141

4° COLM[NARES. Op. Cit. l'.í~, 111-..U. H<1,.ido Pll IJ \i,it<1 d(• C rb1úh,1l Bueno, hc1lk'1 qui! pc1rc1 1554, 21
< rn11unidt1de-. ht1cít111 m,mtc1,, < u.ilro IPjí,111 rnrx hal.i, y h,tnld< ""' y do, torr íc1n hilo de algodón. l ntre ollo-,
clc•,lc1< amo-: ( hoJK1, B.il..,,, 'lt>rvilá, 1 PUl,1, 1 c1l1<1tl'< d, l ,lnldr.i, V. de lo- 1 ex os, 1 c111gc1<"ha, l ll<1gc\, Guaca,
kol.1 y l.:Ím.irc1 <'nin• otros.

115
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

MERCADERÍAS DE LA TIERRA DE MAYOR


OFERTA EN PAMPLONA

PRODUCTOS UNIDAD PRECIO UNIDAD


------·-----------------
-Mantas de lana o algodón Docena o unidad De $1 a $3 pesos
-Cordobanes (cuero curtido) Docena o unidad De $1 a $3 pesos
-Lienzos de algodón vara De 2 a 3 tommes
-Frazadas de la tierra unidad De $3 a $5 pesos
-Sombreros de la tierra unidad De$~ a $3 pesos
-Bayeta del Reino vara De$~ a $1 peso
-Camisetas y chumbes unidad De$~ a $1 peso
-Sal de Tunja arroba De $1 a $2 pesos
-Quesos arroba De 4 a 6 tomines
-Blzcocho empetacado quintal De $6 a $8 pesos
-Harina de trigo buena y empac. arroba De 4 tomines·a $1

Sin embargo, dada la creciente producción de lanas, merced al proliferante


número de rebaños ovejunos, en muchos hogares indios y luego mestizos, e incluso
entre los blancos labradores, se tejieron mantas, ruanas, capotes y cobijas de lana,
en telares indios, adaptados o de origen europeo. Hoy día los hogares campesinos
de nuestra provincia siguen hilando y tejiendo sus cobijas y ruanas de la lana de sus
ovejas. Pamplona tenía su fuerte en la elaboración de cordobanes y curtiembre de
pieles como elementos o materias primas de la industria del cuero": Los obrajes en
esta ciudad eran de carácter transformador ante todo. Un buen número de sastres
cortaba los paños y telas finas o de la tierra para confeccionar el vestido de la
sociedad pamplonesa. Zapateros y talabarteros cortaban los cordobanes o cueros
curtidos para confeccionar los zapatos, botas y aperos ecuestres.

En Pamplona se fabricaba todo tipo de bienes de consumo, y todo lo que la


sociedad necesitaba era confeccionado por sus artesanos II oficiales, desde la joya
más costosa hasta las alpargatas más humildes o las correas de una silla de montar;
todo se conseguía en las variadas tiendas de esta ciudad".

~0AHP-NS. Torno 14 í 285 ln 2 de /vl.lrw de 1 li02, Pedro Rodrigue,, Merl<lo, < urtidor, el<'< laró haber
recibido de Benito Rico, ve< ino di' e-.ld < iuddd, "r ien < hivatos JMrd <e lo- curtir y ,1dPrc1.ir y < ort.\r-,<•lo-,
que queden íecho.. r ordobane-, bien Íf"< ho-, y ,1derPti1do-, .. ." por lo rual le p,1g,1rld S 100 ,x....,,h do buPn
oro.

31
AHP-NS. Tomo 15 ff b 1 - 78. 1 n m.irto do 1 (,tn, Mt>lc hor Sicrrd Barrionuovo y SPl>.i,tián Sánc lw, dt•
San Júan, mercaderes vecinos de Pamplona, di,olvic>ron una ,oc i<'d.id que lc>nl,m en una tienda, on ,u
inventario se relacionan 69 productos distintos Ú<' Id liPrrd y de Luropa, donde se cuontan: mantas,
chumbes, enjalmas, reatas, sombreros, peW<ds, hamaca-, mochila«, Cdbuya, totumas, ollas de> barro,
cueros de chivo, de venado y de tigre, pailas, lienl(h, y dlpdrg.it<"i entre olrd, cosas. f ra una tienda
dedicada en su m.iyO((.i a productos de Id tierra y consumo popular, lo que comunmente se conoció
como una "pulperl.i".

116
Siivano Pabón Vll/amlzar

Las listas de mercancía o inventarios de tiendas reflejan como en un


establecimiento comercial pamplonés de aquella época, se podía conseguir desde
una enjalma, una manta, y un chumbe indígena hasta un sombrero segoviano con
toquilla de seda, cuyo precio podría ascender hasta los $8 pesos de buen oro. Pero
en todo caso, muchos de estos objetos, en especial los de consumo popular, eran de
origen local, aunque no se contara con centros productivos de mayoreo como si los
tenía Tunja, el centro del Nuevo Reino, Mérida y el mismo Quito, de donde
llegaban a esta ciudad sus paños o otros obrajes de buena factura.

Ahora bien, con respecto a la producción agrícola, se ha hecho notar


suficientemente como las harinas, bizcocho, queso y jamones fueron el fuerte del
comercio pamplonés de exportación, y tenían su mercado en Ocaña y la Costa
Caribe básicamente.

117
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

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CASA MUSEO RAMIREZ VILLAMIZAR o de ARTE MODERNO. Con,1ruíclo en !'I rnarr o dt- Id plaZil por PI l',ulrP luan
Burguel'lo del Ca~tillo, c.ura beneficiado de Id lgle~id M.lyor ele l'dmplOOd. Su obra oreiginal w l'j('{ utó mire 1595 y
1598, y ~rvló wmo mor.ida del vicario y bmefKi.idode la ( iudad por largo liempo.

118
Siivano P11bón Vill11m/z11r

HISTORIA DEL TRABAJO EN LA


PAMPLONA DEL SIGLO XVI

1. EL TRABAJO INDÍGENA EN LA EMPRESA HISPÁNICA


PAMPLONESA

Desde los primeros tiempos, en la misma campaña de conquista, llegaron no


menos de mil "piezas" de indios del Reino' y otras partes; unos aportados por
encomenderos tunjanos para la jornada y otros capturados en los caminos y traídos
para la carga. Muchos de los indios capturados no lograron llegar y murieron en los
páramos de Pamplona. Alonso Rodríguez de Escobar, soldado de Ursúa y primer
alcalde ordinario en la ciudad, declaraba en el Juicio de Residencia practicado por el
oidor de la Real Audiencia de Santo Domingo, Alonso de Zorita, al Licenciado
Miguel Díez de Armendáriz, en Mompox, en Junio de 1551, que todos los capitanes
y soldados habían traído indios del Reino, tomados a lo largo de la jornada, ·unos
de a quince, otros de a diez o doze y hasta diez y ocho o vevnre piezas de servicio":
y que los traían encadenados y en la noche dejaban con "cedeoss y cepos para que
no se huyesen •1.

I El Reino, así era como se conocía y referenciabu el territorio del actual altiplano cundiboyacense,
antiguas jurisdicciones de las ciudades de Santafé y Tunja.

2
A G I. J usticia 561 ff 174-187. Información de Alonso Rodríguez de Escobar sobre la conquista y
poblamiento de Pamplona en el Nuevo Reino di! Granada, 1551.

119
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

Capturar indios para prestar el servicio a los encomenderos era una actividad
normal en aquellos días de "La Conquista de las Indias"; como decfa Rodríguez de
Escobar: "era uso y costumbre en estas partes". Por esta razón, al margen de la
población indígena encomendada, se concentró en Pamplona un grueso número de
vanaconas' e indios "moscas" de servicio, ladinos la mayoría de ellos, que jugaron
un papel muy importante como mano de obra en la "Empresa Hispánica
Pamplonesa".

Sin embargo, la mayoría y mayor peso de las cargas laborales en Pamplona


recayó sobre los hombros de la población nativa recién encomendada. Así, en la
visita de Cristóbal Bueno, se registraron "1.535 indios en las minas", representando
un 16% del total de la población masculina laboralmente activa y un 10% de todos
los hombres, sin contar que los pueblos de Arboledas y Táchira no estaban aún
sometidos para 1559, año en que se verifica la mencionada visita 4.

1.1. EL TRABAJO Y SERVICIOS DEL INDIO ENCOMENDADO

La mano de obra indígena era imprescindible, tanto en las minas como en el


laboreo de las tierras y la ganadería, por tal razón, el Cabildo y los vecinos
propendieron por la ampliación de las campañas de conquista en esa primera
década de vida hispánica en Pamplona. Se adujo primero, hostigamiento por parte
de los indios de guerra no sometidos, luego se planteó la existencia de minas en
Arboledas y otras partes, y se pidió vehementemente que se ordenaran nuevas
salidas a "traer indios de paz para que sirvieran a los cristianos". Con estos fines se
cristalizaron las campañas pobladoras dP la e iudad de Mérida y la villa de San
Cristóbal, y la reducción de los naturales del valle de "las Arboledas",

El Cabildo de la ciudad promulgó en 1553 una reforma a las Primeras


Ordenanzas que para la explotación y el trabajo en las minas había expedido el
propio Capitán General Pedro de Ursúa. En ella se prohibía y penalizaba la captura
y el sonsacamiento de indios ajenos; igualmente se normauzaba el trabajo dP los
negros y control sobre su comportamiento frente a los indios 5.

3
Y ANACONAS, palabra 4w..chua 411c usignuba al servientc. pura el 1.aso al 111Jin encomendado o
sujeto u servidumbre De hecho. parte del conungcntc Je ..Yunacouas .. rucas que trajo Sehastní11 de
Balcazar al Nuevo Reino vinieron u parar 11 111 ciudad de l'am¡,101111 como indios de servicio en las
huestes di: Ursúa y Velasco.

4
COLMENARES. Op. Cit l'ag. IB.

5
PRIMER Ubro de Adn Op. Cit. PIÍg. 29.

120
Silvano Pabón V1/lamlzllT

En Pamplona el laboreo de las minas, por lo menos en los páramos, estuvo a


cargo de los indios; pocos mineros tuvieron durante los primeros años la suficiente
solvencia económica para llevar negros a las minas, por lo cual el Cabildo pretendió
la obtención de crédito de la Caja Real, primero por $10.000 pesos de buen oro y
luego de $30.000 pesos para comprar negros para "echar a las minas". Sin embargo,
fueron realmente pocos los esclavos negros que se lograron traer y los indios
siguieron siendo llevados a las minas para adelantar la mayor parte de las
explotaciones auríferas y argentíferas. Algunos fueron llevados a las zonas mineras
para labores de labranza y de carga de maíz.

Los mineros pamploneses, y particularmente los situados en el área y distrito


del Río del Oro, tuvieron serios problemas a raíz de la prohibición que el Licenciado
Tomás López les impuso, de no llevar indios allí para hacer labranzas, por
considerar que los indios que se llevaban al Río del Oro se les cambiaba de
"temple" (clima) y eso los traía en gran perdición. En consecuencia se vieron
obligados a enviar procuradores a la ciudad de Santafé y a España para negociar,
entre otros, este asunto.

En 1560, el visitador tópez verificó que los encomenderos cargaban sus indios
con maíz de sus repartimientos para las minas, pero a su vez, consideró
medianamente aceptable el tratamiento que se les daba. Así mismo lo declaró
Batecabala, cacique de la Labateca de la encomienda de Andrés de Acevedo, quien
al ser interrogado sobre sus servicios personales:

"Dijo que antes de la viruela traya el dicho Andrés de Acevedo veynte yndios del
dicho pueblo a las mynas, e que no se murió en ellas nyngún yndio porque
andaban en el páramo, e que sabfa que llevaban a las mynas cargas de mafz los
dichos yndios, e que de ello ny de otro nyngún trabajo ny servicio personal sabfa
que se haya muerto nyngún vnaio",

Colmenares opina respecto de las informaciones obtenidas por Tomás López en


el Río del Oro que: #Sin duda los indios habían sido aleccionados por los
encomenderos, los cuales tuvieron conocimiento de las instrucciones del visitsdor"
desde el año anterior, según se observa en acta del cabildo de Diciembre de 15597•

El "boom" minero de Páramo Rico, muy efímero por cierto, involucró cuadrillas
hasta de 50 hombres, pero pronto con la primera epidemia de viruelas que se
presentó para 1559 la población indígena sufrió un gran bajón demográfico, pues a

6
AGN, Colonia: Visitas de Santander Tomo()()')f945.

7
COLMENARES,Op, Cit. Págs 84 - 85.

121
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

medida que las cuadrillas se diezmaban, los encomenderos las iban reforzando con
indios nuevos de sus repartimientos".

Debido al fuerte descenso demográfico que se venía presentando en la


población indígena a consecuencia de las epidemias de viruela y tifo, así como por
efectos del trabajo forzoso en las minas, se dictaron Las Ordenanzas de 1570, que>
intentaron ser aplicadas en el Río del Oro por el visitador Bartolorné González de la
Peña. En ellas se pretendía que los indios no se "echaran" contra su voluntad a las
minas, al tiempo que se daban privilegios a los encomenderos para alquilar sus
indios". Se insistía en la prohibición de no llevar indios de clima frío al caluroso Río
del Oro, haciendo saber que si aquellos querían devolverse a su natural lo podían
hacer como hombres libres que eran según precepto Real. Se estipulaba una
jornada de trabajo solo de siete horas y por cada día un pago de seis granos de oro
como salario. Y, se prohibía que se les cargara con maíz u otra cosa, y que se les
obligara hacer labranzas en términos del Río del Oro.

Evidentemente la producción de oro y plata venía sufriendo ciertos altibajos, y


los mineros de Pamplona acusaban pobreza y penurias financieras. Sin embargo, en
los años 1600 y 1601 se produjeron importantes hallazgos de plata en los páramos,
lo que demandó la necesidad de poblar más indios en las minas. Cristóbal de
Araque, Juan del Rincón, Pedro Alonso Tercero, Diego de Parada, Juan Ferrer del
Junco, Nicolás de Palencia, Andrés del Basto, Francisco Palentinos, Gonzalo
Sánchez. Juan Ramírez de Andrada, Doña Beatriz de Vargas y Andrés Páez de
Sotomayor, su hijo, Antonio de l terrera y Juan Pacheco Velasco, todos vecinos de
Pamplona, denunciaron minas y pidieron autorización para poblarlas, o en su
defecto, registraron contratos de asociar ión para la explotación minera con
encomenderos que ya poseían sus indios allí 111•

Según, el padrón levantado en los asentamientos mineros registrados entre


1600 y 1602, y los centros que tradicionalmente se habían venido trabajando hasta
la fecha, Vetas, Montuosa y Suratá, el Capitán Don Antonio Beltrán de Cuevara.
Corregidor de Tunja, encontró y registró 66 indios mineros que con sus mujeres e
hijos juntaban 142 personas; indios de luan Velasco, Pedro lbáñe1, Pedro González

8
AGN, Colonia: Visitas de Santander. T lX>9 ff 944r-947v

II
AGN, Visitas de: Santander, Tomo 2 ff?l 8-177. Visita ul Río del Oro y sus cuadrillas h ex.ha por Hartolomé
Gonzálcz di: la Peña en 1570. y ordenanzas pm-<1 el trnhujo de indios en las minas de ese distrito.

ro AHP-NS Tomos 010 y 013. Los contratos de asociación se huelan orientados hacia 111 admimstración de
indios y el suministro de: víveres para I~ minas. o hacia el beneficio de lus minas descubiertas.

122
II
Mendoza y Juan del Rincón No se contabi [izaron las cuadrillas de Pedro Jurado
(14 indios), la de los Del Basto (17 indios), la de la viuda de Juan Páez de Sotomayor
(indios de Suratá) y la de Juan Ramírez (14 indios), al parecer porque se hicieron
apuntar, o se dio visita de ellos, en sus pueblos de origen.

En la última década del Siglo XVI y primera del XVII, se hizo notoria una
relativa recuperación en la saca, molienda y beneficio del metal, especialmente por
la proliferación de ingenios y mineros profesionales para dirigirlos. Estos molinos o
ingenios demandaron mayor mano de obra, la cual fue atendida bajo la modalidad
de #jornales" e "indios de alquiler", tanto para acarrear el material a los molinos,
como para extraerlo del socavón.

Además del trabajo en las minas, los indios de encomienda prestaron servicios
personales, hicieron labores de labranzas, se alquilaron a los estancieros no
encomenderos y atendieron los hatos y ganados de sus amos. Los indios de
repartimiento figuraban como pieza fundamental en los contratos de asociación
entre encomenderos y estancieros no encomenderos llevados a cabo en Pamplona
para producir y desarrollar empresas agroganaderas.

Algunas de estas sociedades fueron, la de Nicolás de Palencia y Juan de Tolosa


para producir azúcar y criar ganado, involucrando sus indios de Sopatá y Móluga; y
la de Andrés de Basto y Juan Ferrer del Junco para producir y comerciar
"mercaderías de la tierra", involucrando los indios de Servirá. Como éstos, otros
encomenderos dieron sus indios en administración a terceros, que bajo la modalidad
de mayordomía explotaban inmisericordemente la población nativa, llegando a
involucrar todo el repartimiento en faenas del agro, los servicios personales o como
- . 1.l
gananes, arrieros, vaqueros o pastores .

Del tamaño e importancia de la empresa agrícola dependía el empleo de los


indios de repartimiento por parte del encomendero. Gonzalo Serrano involucraba
todos sus indios de Balsa para atender en sus once estancias, sus cientos de vacas y
yeguas, sus miles de ovejas y la amplia producción agrícola. Bernardino Fernández,
Escribano Público y del Cabildo, empleó todo el pueblo de su encomienda con 40
indios carpinteros para beneficiar maderas en Tane y 26 hombres útiles con sus
mujeres y "chusma" en su cuadrilla de lavadores en el Río del Oro. Lo irónicamente
visto en este caso, fue que en su testamento, el Señor Fernández, refiriéndose
básicamente a los lavadores y carpinteros de Tane, autorizó para ellos 20 arrobas de

11
COLMENARES,(~). Cit. Pág. K6 Nótese que esta cantidad n..-gi:-1n1cla por Beltrán de Gw."VUJ"'J es muy
inferior u los 1.515 que registró Cristóbal Bueno \.'11 ·I 559, hecho que refleja un importante descenso en la
población mi11<.TJ de los páramos, ) de hecho l!I1 la producción del metal,

12
AHP-NS Tomos 001 - O 15. años de 1574 a 1603. Protocolo de escrituras públicas.

123
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

sal y pidió a sus albaceas que los reunieran y les pidieran perdón por él, por haberles
apremiado a servirle y no haberles pagado lo que merecían, para que su alma
11.
descansara en paz
Beltrán de Guevara recibió innumerables quejas acerca del abuso de los
mayordomos con los indios. Los doctrineros denunciaban que se hacía trabajar a los
indios en las estancias y aposentos del encomendero hasta los días domingo y fiestas
de guardar.

•E/ doctrinero de Lavengua, por ejemplo, contó a Beltrán de Guevara que había
visto a un indio ladino mosca apremiar a to: indios y que les daba azotes y palos
para obligarlos a trabajar. A causa de estos malos tratamientos los indios se
hablan acabado en las sementeras y sacando maderas de arcabucos desde donde
debla transportarse hasta el cargadero·14.

Este mismo doctrinero afirmaba que el cacique de dicho pueblo había muerto
en sus brazos, quejándose que el mayordomo, un indio mosca del Reino, los
acosaba a tal punto que "no nos dejan resollar y nos tienen muy fatigados a mí y a
mi gente". El relato del doctrinero fue corroborado por Juan de Tolosa,
encomendero vecino del mencionado pueblo, quien dijo que dicho indio mosca era
enemigo de los indios naturales.

En los pueblos más pequeños fue mayor el impacto de este tratamiento; el


mismo encomendero o su mayordomo, los explotaban laboralmente a todos:
hombres, mujeres y jóvenes, sin darles tiempo ni para la doctrina, tornaban sus
mujeres para el servicio doméstico, acelerando la descomposición de la unidad
familiar y social de los nativos, y por ende el exterminio de los pueblos. De esta
manera ocurrió en el pueblo de Mónega, encomienda del Capitán Gonzalo de
Salcedo, quien tomó para su servicio algunas mujeres, separándolas de sus maridos
y sirviéndose de sus hombres todo el tiempo, sin darles lugar para sus propias
labranzas ni para asistir a mísa'".

13 AHP-NS Tomo 0021 O!!Jv Bcrnanhuo h.'rt1íuida 1..'rJ hombre de gran trayectoria empresarial y excelente
mercader. fue Je los pocos que logró acumular alguna importante fortuna. Mucha de la madera que :-e
empleó en las obrasde construcción y en l;L,; carpinterías de la ciudad era beneficiada y traída por los indios
de Tane. Este testamento se redactó y notanó en 1577. sin embargo Don lkmanhno Fcmán<lC'l. falleció de
muerte natural ya entrado el Siglo XVIll. ,.,1 1603

14
COLMENARES, Op. Cit. Pág. 106.

15
AGN, Colonia. Visi!Hs de Santander ·1 orno 005 11 711! - m. Al capitán Salcedo se le: imputaron cargos
por abuso y exceso de trabajo a sus encomendados, Se le tasó una paga para cada iridio y Se! le ordenó dchla
darles tiempo para la doctrina ) puro que hicieran SlL, labrunzas, después de poblarlos e instituir ~1Jresguardo
a orillas cid rio Bochagá

1 4
Siivano Pabón V1//11mlzar

1.2 LOS CONCIERTOS DE SERVICIO DE INDIOS FORÁNEOS

Es evidente> que hasta 1602 y más aún hasta 1623, los encomenderos gozaron
de una relativa libertad que permitía el abuso indiscriminado del trabajo indígena.
Pf'ro una vez organizados los resguardos, "poblados los pueblos .. "' y erigidas las
doctrinas, la situación cambió favorablemente para la población indígena. Sin
embargo, continuaron srendo los brazos de indios nativos los que pusieron la mayor
parte dC:'I trabajo para la construcción de la hispanidad en Pamplona, con el aporte
laboral de los indios foráneos que llegaron en cantidades importantes a la ciudad y
sirvieron a sus amos bajo diferentes modalidades de rnncierto'7.

La presencia de estos indios, sin lugar a dudas, fue un fenómeno muy


interesante en Pamplona. La ciudad se convirtió en un centro de inmigrantes
muiscas e indios de todas direcciones, que como vagabundos o transterrados
llegaban en grupos o individualmente, a tal punto de generar la necesidad de crear
un cargo especial en el Cabildo de la ciudad llamado: "administrador de indios
ladinos foráneos, forajidos, negros, zambahigos o vagabundos", con la
responsabilidad de asentar en concierto frente al Teniente de Corregidor o un
alcalde ordinario, los referidos administrados.

El mayor número de indios foráneos en Pamplona provenía de Tunja o Santafé


y eran asentados en concierto como indios "moscas". Esto se puede constatar
observando el registro de conciertos por décadas: mientras en la década de los
setenta se asentaron 1 O muiscas por dos foráneos no muiscas, en la década de los
ochenta se asentaron 40 muiscas por 25 foráneos, en la de los noventa se asentaron
120 muiscas por 40 foráneos y, en los tres primeros años de la década inicial del
Siglo XVII, se tendrían unos 130 muiscas por unos 70 no muiscas. En Segundo lugar
llegaban de la Gobernación de Venezuela y de las ciudades granadinas de Mérida,
La Grita y la villa de San Cristóbal, y por último indios provenientes de la ciudad de
Muzo, Los Llanos, Guanes, Chita y Cocuy (laches), Ocaña, Salazar y hasta del Perú y
. lll
Q uito .
16
Y no es una redundancia. los "pueblos" se pueblan, El pueblo son las personas, no la unidad
urbuuisticu

17
El cunciert« es esa rcahd.ul un contrato <le uubaio En él M.: expresaban las obligaciones di! las
partes.
18
AHP-NS lomos 001 ,ti 015. Social ) lubonrlmcntc estus uxlios tonineos, especialmente los muiscus o
"moscas". ostc111uhan un mejor nivel o ~1attL~ frente a los naturales encomendados. Eran empleados, en el
inci111 de los c.:,L-.;(IS. c.:01110 c.:apawc.:es o "culpizques .. 1!11 l.t'I minas, las hw.:11..m.is ) de los ¡m~s de arrieros.
I os muiscas 1..,1 Pamplona fueron relativamente hombres libres. tanto o mejor que un mestizo, tuvieron sus
propu», negocios, e incluso l10...1TJ y semov ientes, Otrn veniaJU del iJ1<l10 foráneo frente al natural era su
canicter de concertado temporal. pues por un lado lu figura contractual 11! garantizaba un salario y por otro.
podía cambiar Je w110 al cumplir el concierto

125
HISTORIA DEL POBLl'MIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

CURVA ESTADISTICA DE CONCIERTOS DE INDIOS EN PAMPLONA


,.•
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Número de 90 ,,

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Indios
asentados 80
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Fuente: AHP-NS Tomo~OOI a/015, años 1577-1603

Estos indios foráneos, muiscas o no, algunos con sus mujeres, fueron sin duda
una importante fuente de mano de obra barata en esta ciudad. Se asentaron en
soldada'? o •concierto de servicios .. 'º en la zona urbana, en las haciendas y
estancias y en las minas, trabajando en la construcción, la arriería, el pastoreo, como
alfareros en los tejares para hacer ladrillo, teja y demás obrajes de barro, con los
comerciantes, como molineros, como mineros o como •calpixques"21 de los nativos

19
El término "Soldada" designa. en este cuso, la asignación "salarial .. o paga por sus servicios,
aunque incluía la figura de estipendio ) munutcncrón, consrderando que lu comida. los alpargates ) el
sombrero que recibía el indio de su ..amo .. contratante hacían parte de su remuneración.

20
Contrato de prestación de servicios.

21
El Calpixque, término mexicano náhuat, era un especie de caparás cuya misión era hacer rendir al
máximo el trabajo de los indios de servicio. alquilados o mitayos.
126
SllvMIO P•bón VIIJMnJz.-

en las minas, en los conventos de la ciudad en el servicio doméstico, y con los


oficiales o artesanos que requerían de sus servicios en los talleres, ya fuera como
zapateros, curtidores, carpinteros e incluso como sastres.

Los salarios oscilaban entre dos mantas y $40 pesos al año, dándoles además de
comer, techo y "vida razonable" durante su servicio. La paga dependía del trabajo o
profesión del indio si tenía oficio definido, y como tal se concertaba. Así, un arriero
ganaba unos $16 pesos al año en promedio, aunque hubo quien se concertó hasta
por $25 para este oficio, un vaquero o gañan se concertaba por unos $1 O o $15
pesos, una india para servicio doméstico se concertaba por dos o tres mantas y un
churnbe". y un indio sastre o zapatero se concertaba hasta por $60 pesos al ario, si
era experto en el oficio.

Los indios eran verdaderos trashumantes, y en Pamplona hubo muiscas e indios


foráneos desde la conquista y ocupación hispánica que fundó la ciudad, pero este
proceso de migración indígena también se dio a la inversa, aunque en menor
proporción. Muchos viajeros especialmente arrieros y mercaderes, se sonsacaban
los indios y "chinas" de los repartimientos de la ciudad o del servicio de los
encomenderos y los llevaban a Ocaña. Mérida e incluso hasta Cartagena. Francisco
de la Parra tuvo que dar poder a Santos Pérez, residente en Ocaña, y a Juan de Ávila,
vecino de aquella ciudad, para que le recuperaran unos indios de sus repartimientos
de Hontibón y Tencalá que se hallaban en términos de Ocaña, los cuales habían
sido sonsacados de sus pueblos y debían ser tornados a su natura!". Juan Durán,
encomendero del pueblo de Bochagá, tuvo que recurrir al mismo proceso para
recuperar una india que> le habían hurtado y se hallaba en Mérida, en poder de "un
fulano Carrazco'r".

El espacio ocupado social y laboral ocupado por los indios foráneos en la


ciudad de Pamplona no fue ciertamente insignificante. El 1582, el padre Pedro
Esteban Rangel, vicario. les hizo fundar una cofradía exclusiva para indios, a través
de la cual se juntarían y administrarían su propia doctrina. Así se instituyó en esta
ciudad uno de los gremios indígenas más tempranos de todo el Nuevo Reino, la
cofradía de Santa Lucía de la ciudad de Pamplona. Santa Lucía, como fenómeno
cofradial novohispano de composición indígena, garantizaba a sus cofrades muiscas

']
· 1 alJa de manta usac.la por l..1s 111J1as l'alo1h1o1 Je 011ge11 quechua. asignaba una luju ceñida u la
cmtura

21
AHP-NS lomo 1.11.14 t 12<, Pamplon«. Mario de I S'XI

2~
AHP-NS Tomo 006 f073

127
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

y demás foráneos un ahorro social colectivo y un espacio en la vida social y religiosa


de la urbe y su provincia25• •

2. EL TRABAJO ESCLAVO

Pamplona a pesar de todo lo progresista, minera y cosmopolita que haya


podido ser en sus primeros 50 años, no fue un centro negrero, y la mano de obra
esclava no fue determinante en los procesos económicos de esta ciudad. los negros
estuvieron presentes en el trabajo productivo de la regiórl6, pero la carga laboral en
la empresa minera y agroganadera de los pobladores pamploneses del siglo XVI
recayó fundamentalmente sobre la población indígena, tanto natural como foránea.

Desde la misma campaña de conquista, se reportaron algunas piezas de negros,


e incluso su actuación en la misma, buscando comida y demás faenas para su
amo27. Sin embargo, los esclavos en Pamplona siempre fueron más un artículo de
lujo que una solución o alternativa laboral para la producción; excepto, en la
explotación minera en el Río del Oro, lugar donde laboraron algunas cuadrillas de
negros.

Los esclavos negros introducidos en esta región, ya fuera para las minas o para
el servicio doméstico u otras faenas, entraron básicamente por la ruta de Ocaña y
por la Gobernación de Venezuela, salvo esporádicos casos en que se trajeron por los
caminos del Reino y de Vélez. El origen o nación de estos africanos en orden,
según el número de ellos era: Angola, Biafra, Zape, Mandinga, Brian, Congo y
criollos de Santo Domingo u otros lugares de América los demás".

25
AANP-NS Cofradías y I lerrnandades Constituciones } Fundación de la Cofradía de Santa Lucía,
1582. Aunque a esta cofradía ingresaron posteriormente todo tipo de lides. Como esta cofradía. las
doctrinas indígenas del Siglo XVII instituyeron sus propias cofradías como la de Nuestra Señora de
La." Angustias del pueblo de indios de Labateca, fundada en 1633, gremio que significó y materilizó
una importante cohesión social } política en estas comumdades del antiguo "Valle de los Locos", hoy
Labateca y Toledo.
16
El trabajo primordial de los negros en h1 Antigua Provincia de Pamplona se suscribió u tus
haciendas y estancias donde :,e producía caña, mieles y azúcar, así como en el distrito minero del Rio
del Oro, y desde luego, en el servicio doméstico.

71
AGI, Justicia 561 IT 174 - 189 lnformución de Alonso Rodrígues'de Escobar sobre la Conquista y
poblamiento de Pamplona, ano de 1551.
28
AHP-NS. Tomos 001-015. Años de 1574 a 1603.

128
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

En un principio se pensó en el empleo masivo de esclavos negros en la minería.


En las Ordenanzas que redactó el Cabildo en 155329, se legisló clara y ampliamente
sobre la introducción y administración de negros en el centro minero y su relación
con la población indígena. En esta primera década de vida hispánica en la ciudad,
el Cabi Ido también intentó obtener crédito de los fondos de la Corona para comprar
esclavos negros".

La intención de incrementar la compra de esclavos negros, más que responder a


la problemática de la fuerte disminución de la población indígena -aunque en
aquellos días aún no había llegado la viruela y buéna parte de las comunidades
indígenas todavía no estaban sujetas-, seguramente obedeció al deseo de intensificar
la producción, especialmente en el distrito minero del Río del Oro. Influyeron así
mismo serios problemas· que a los encomenderos mineros se les presentaron por
factores climáticos; a los mineros del Río del Oro les estaba prohibido llevar indios
de temple frío o medio.

Los centros mineros de la Provincia de Pamplona estaban ubicados en puntos


climáticos extremos; las Vetas, Montuosa, Suratá y Páramo Rico, se localizan a unos
3.000 metros sobre el nivel del mar y por encima de ellos, mientras el Río del Oro
se encuentra por debajo de los 800 m.s.n.m. En estas últimas minas el personal
esclavo era indispensable debido a la prohibición que se había promulgado de llevar
indios de otros climas allí, pero además, era más rentable y productivo; y, por el
contrario en las minas de las tierras altas y de los páramos, los esclavos negros no
daban mayor rendimiento y enfermaban, pues venían del clima tropical húmedo de
las costas de África Ecuatorial, el Congo, Angola y Biafra.

En la visita del oidor Juan de Villabona y Zubiaurre en 1623 no se mencionan


negros en Vetas y Montuosa, mientras que en el Río del Oro cuenta 64 esclavos, y
no todos propiedad de vecinos de Pamplona; pues también se habían asentado allí
algunos mineros vecinos de Vélez, puesto que el referido río y centro minero servía
de "término" jurisdiccional entre las dos ciudades".

En los comienzos de la minería pamplonesa en el Río del Oro, sólo pudieron


llevar esclavos a sus veneros, los mineros y empresarios más solventes: el Capitán
Ortún Velasco, el Capitán Alonso Puelles de Esperanza, y posteriormente Juan

29
PRIMER LIBRO DE ACTAS... Op. Cit. Págs 24-32. Cabildo del 25 de Mayo de 1553, mediante las
cuales se reformaban y ampliaban las ordenanzas hechas por Pedro de Ursúa dos años antes, en el tiempo en
se
que descubrieron las minas de la ciudad.

30
Thid Pág. 139.

31
COLMENA.RES, Op. Cit. Pág. 88.

129
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

Ramírez de Andrada, Bernardino Fernández, el Capitán Juan Velasco de Montalvo,


el Padre Juan Burgueño del Castillo, Don Diego Páez de Sotornavor y sus hijos
Andrés y Diego, Lorenzo Femández de Rojas y Lorenzo Esteban entre otros. En los
primeros 50 años, pocas personas compraron más de tres o cuatro esclavos juntos,
pocas veces se registraron adquisiciones de cuadrillas enteras u, y si se ofrecía
vender una cuadrilla había que detallarla, pues difícilmente se le hallaba comprador
a un grupo grande.

Una de las escasas transacciones que de este tipo se pudieron realizar, fue la de
Bernardino Fernández, vecino encomendero y Escribano Público y del Cabildo en la
ciudad, tenía su cuadrilla de indios de Tane lavando en los placeres del Río del Oro
desde 1555, y sólo hasta 1582 compró una cuadrilla de doce "piezas" de negros -
hombres y mujeres- al cura Beneficiado de la ciudad de Vélez, Juan Ruiz de Aguilar,
por $1.600 pesos de buen oro, incluyendo el molino, bateas y herramientas con que
éstos laboraban en un sitio conocido como "Paso Volador y Río del Oro y
cañaveralesv'". En Septiembre 30 de 1582, el Señor Fernández entregó esta
cuadrilla a Miguel Sánchez, alcalde de minas en el Río del Oro y Cañaverales por la
ciudad de Vélez, y a Diego Martín, minero residente en el sitio de Cañaverales del
Río del Oro, para que con la administración o control de Hernando Díaz, mercader
vecino de Pamplona que surtía de abastos el centro minero, explotaran su nueva
14.
mina y cuadrilla en los mencionados sitios

Posteriormente, el escribano Femández compró a Juan de Arciniegas dos


"piezas" más de los negros huidos que redujo y sacó de "Los Oromotos" el capitán
15.
Francisco de Cáceres Con otras adquisiciones y las "crías" de todos, completó en
1596 una cuadrilla de 27 "piezas" de esclavos entre hombres, mujeres y niños,
evaluados en $5. 100 pesos de buen oro; los cuales entregó con sus minas, molinos
y herramientas a Juan Pacheco Velasco para que los explotara y trabajara,
repartiendo equitativamente su producido H,_

'2 lJna Cuadrilla estaba integrada por unos 14 y hasta 24 indios varones. dirigidos por un .. Señor de
Cuadrilla" o un Calpixque. Las cuadrillas de negros se integraban por unas 12 a 18 piezas, incluidas
sus mujeres, los dirigía un caputás

33
AHP-NS. Tomo 003 ll 281 v-28-iv

3-4 1 híd. f 366.

35
AHP-NS, Tomo 004 tr 146-147v El capitán Francisco de Cáceres. fundador de la ciudad del Espíritu
Santo de La Grita, en sus campañas por la cuenca de Maracaibo } Gobernación de Vcne-ucla había sometido
indios rebeldes y negros cimarrones.

311
AHP-NS. TomoOIOffOXlv-082.

130
Siivano Pab6n VfHllfflfzar

Dos meses más tarde, el 16 de junio de 1596, Bernardino Fernández compró


una cuadrilla de "17 piezas de esclavos, doze machos y las cinco hembras" a Juan
de Fonseca, fulano recién llegado de España, quien los había introducido por la
ciudad de Coro en la Gobernación de Venezuela, y los vendió por $3.570 pesos de
buen oro en polvo de 20 quilates y 10 tomines el peso17. Esta cuadrilla fue puesta a
trabajar en una ranchería del Río del Oro, del lado de los vecinos de Pamplona.

La agricultura y la ganadería pamplonesa del Siglo XVI no involucró negros


esclavos como fuerza de trabajo importante. Para las .faenas agroganaderas primó la
mano de obra indígena, aunque paulatinamente los mestizos y pardos como
jornaleros y concertados les iban sustituyendo, sin desconocer la presencia de
algunas piezas de esclavos empleadas en los trapiches y cañaduzales de los valles
cálidos; lugares donde posteriormente se vería a sus descendientes en las haciendas
cacaoteras del Siglo XVIII, especialmente al norte de la ciudad de Pamplona, en los
valles de Cúcuta y de los ríos Zulia, Pamplona y Táchira.

Sin embargo, los africanos sí estuvieron presentes en el servicio doméstico de


las familias más prestantes de la ciudad, y de algunos clérigos que incluso
18.
negociaron con ellos Aún cuando tampoco en algún momento, en estas
actividades, la fuerza de trabajo esclava logró desplazar la mano de obra y los
servicios personales de los indios nativos y foráneos. En proporción, mientras se
encuentran cien y mas indios concertados y decenas de ellos sacados de los
repartimientos para el servicio personal y otros trabajos, sólo se encuentra un
número muy reducido de negros esclavos desempeñando estas labores; no menos
de 40, pero con seguridad no más de cien. Y es obvio, porque en Pamplona era
más económico y rentable concertar un indio muisca, que los había por cientos en
esta región, por una pequeña suma de $8 a $15 pesos o cuatro mantas de algodón al
año, que hacer una inversión de $250 a $300 de buen oro por un esclavo negro 19•

Los clérigos en Pamplona tenían por costumbre hacerse acompañar de uno o


dos esclavos, o en su defecto de indios concertados. Los conventos poseían unos

37
[bid. ff 129-1 J3v.

36 AHP-NS, Tomos 001-015. Aparecen ~'11 las dotes matrimoniales, 111 servicio de mercaderes, de oficiales y
de clérigos, como el Padre Juan Burgueño del Castillo que compraba y vendía piezas de esclavos a viajeros
y mineros.

39
1 lasta $300 pesos de buen oro podía costar "una pieza de indias", es decir un esclavo joven, fuerte, sano y
"sin tachas".

131
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

cuantos esclavos a su servicio y en la élite, las familias prestantes o las que querían
aparentarlo, declaraban siempre entre sus pertenencias, algunos esclavos negros".

Como signo de prestigio y riqueza social, aparecieron esclavos negros en las


dotes y testamentarias de las grandes familias, cuando su monto superaba los $2.000
o más pesos de buen oro. Así, el 16 de Julio de 1574, Don Rodrigo de Cifuentes,
vecino de Tunja, declaró haber recibido del Capitán Ortún Velasco cuatro piezas de
esclavos negros, valorados en $1.125 pesos de buen oro, como parte de la dote al
casarse con su hija Doña María Magdalena de velasco'".

En 1582, Doña María de Velasco vendió una cuadrilla de doce piezas de


esclavos negros en el Río del Oro, como parte de la herencia que le quedara al
morir su segundo esposo, el Capitán Alonso Puelles de Esperanza 41.

En Mayo de 1590, Juan Jaimes declaró haber recibido un negro de servicio,


como parte de la dote al casarse con Doña Elvira de Herrera, nieta de Don Simón
del Basto, viejo conquistador y fundador de esta ciudad".

En abril 26 de 1601, Diego Ortiz de Parada, hijo de Alonso Ortiz de Parada y


Doña Mariana de Cuellar, declaró haber recibido de sus suegros un esclavo criollo
valorado en $200 pesos de buen oro, como parte de la dote de $5.200 pesos del
mismo oro que le habían prometido, al casarse con Doña Teresa de Mora, hija de
Don Diego de Mora y Doña Catalina de Acevedo'".

Igual información encontramos en muchos otros testamentos, en los cuales se


declaran una o dos piezas de esclavos como parte de los bienes testados, y en el
mejor de los casos bajo cargas hipotecarias, en virtud de que los negros eran un

40
En los testamentos y elotes. tanto matrimoniales como religiosas o ele ingreso al Convento, usualmente
aparecen algunas piezas ele negros o mulatos esclavos. En el Convento de Santa Clara de esta dudad llego u
haber en cierta época, más esclava. .. y esclavos que monjas, pues l.11 el patrimonio dotal gcnerulmente iba uno
o más esclavos.

41
AHP-NS, Tomo I tr 80-83.
42
AHP-N~ Tomo UOJ ff250 y 278.

43
[bid rr 12-15.
« AHP-NS, Tomo IJ ff IJ3- l 34v. Don Diego ele Mora era efecto uno ele los encomenderos y
l.11
mercaderes más acaudalados de le ciudad de Pamplona, había sucedido la encomienda <le la Labateea y
heredado todos sus trapiches y aposentos al casarse con Doña Catalina de Acevedo. hija de Don Andrés de
Acevedo, conquistador y fundador de esta ciudad. Tenia en su trapiche una pareja de negros. de quienes
nació un negrito llamado Andrés, el cual le dio en dote u su hija

132
Silvano P-"ón Wlemlz•

artículo costoso y comerciable que efectivamente sirvió durante todos los tiempos
como medio gravable para tener acceso al crédito.

En esta ciudad fue uso y costumbre ir en los meses de abril a junio a la ciudad
de Cartagena, a esperar la flota de España y comprar los embarques de mercaderías
europeas directamente en el muelle, esto permitió que se introdujeran junto a los
géneros y demás objetos importados, una que otra pieza de esclavos: Fueron traídos
a Pamplona en un máximo de seis por grupo para ser distribuidos en la misma
ciudad o reexportados a Tunja, Santafé, Antioquia, e incluso a los reinos del Perú;
lugares a donde en cierta ocasión envió Bernardino F.ernández una partida de ellos
con un lote de mulas por un valor de más de $5.000 pesos 45.

Los sacerdotes, diocesanos (seculares) o regulares (conventuales) , participaron


activamente en el comercio y labores económicas de la región, y llegaron a amasar
grandes fortunas y comerciaron en diversas oportunidades con esclavos. El padre
Juan Burgueño del Castillo, Beneficiado de la Iglesia Mayor de la ciudad,
comerciaba con toda clase de mercaderías y esclavos. El padre Pedro Esteban
Rangel, cura y Vicario de la ciudad, controló buena parte de los bienes de su familia
como albacea y testamentario del Capitán Alonso Rangel, en cuyos haberes se
hallaban ciertos negros de servicio y lavadores en las minas.

El padre Sebastián de Rivera, durante 18 años doctrinero de las Vetas y


Páramos, desarrolló actividades mercantiles enviando cargamentos de harinas y
productos de la tierra a Ocaña, e involucró en sus negocios uno que otro esclavo. El
padre Bemabé Celi, por algún tiempo Capellán del Convento de Santa Clara de
Pamplona, tuvo su propio esclavo y en ocasiones negoció con ellos. El padre Tomás
Polentinos, vecino de Pamplona y vicario de la ciudad de Salazar, se dio el lujo de
darle carta de libertad a su esclavo Mateo por unos cuantos pesos que éste le
consiguió".

A pesar de lo poco significativa que haya podido ser la presencia del negro en
el campo productivo en Pamplona, no hemos de desconocer su participación en la
sociedad, por lo menos en la composición de los grupos de la masa poblacional
servil en esta sociedad estratificada y medievalesco del Siglo XVI pamplonés. Más
aún, cuando la presencia de negros en el servicio doméstico y en algunas faenas
productivas, permitió la institución de parejas estables con posibilidades de
procreación, al punto de haberse registrado entre 1588 y 1603 en la Iglesia
parroquial de la ciudad, 26 nacimientos de negros, bautizados con el auspicio y

45
AANP-NS. Bautismal Iglesia Mayor. Tomo 1. y AHP-NS, citado supra,

46
AHP-NS Tomo 14 f293.

133
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

padrinazgo de sus amos. E igualmente se bautizaron 12 negros y una morisca recién


llegados, aún no cristianizados".

A nivel social se lleva una relación muy estrecha entre negros e indios en
Pamplona. Los indios en la ciudad tienen su arrabal e igual los negros, arrabal de
alguna significación para el Siglo XVIII y principios del XIX, vestigio de lo cual
subsiste hoy día un sitio en Pamplona denominado "El Chorro de los Negros". Los
negros aparecen apadrinando indios en la pila bautismal y viceversa, los indios
apadrinaron negros.

En términos raciales y sociales no podemos desconocer un reducido número de


mulatos y zambahigos que estuvieron presentes en la Provincia, interactuando y
como producto de los elementos raciales introducidos en la formación de la
hispanidad pamplonesa del Siglo XVI. Así, registramos el asiento de unos cuantos
conciertos de servicio anual en soldada de estos mulatos libres, o temporalmente sin
amo, los cuales recibían en Pamplona el mismo tratamiento de los tantos indios
muiscas y foráneos que llegaban a esta jurisdicción; cuyo destino era ser reducidos y
puestos al servicio de un vecino de la ciudad, bajo la modalidad de un concierto de
uno o más años de servicio. Esto con el fin de que no anduviesen vagando y se les
hiciera pagar su requinto.

De estos mulatos encontramos algunos que a la postre se ocuparon como


mayordomos en las haciendas de sus amos. Francisco Vicente, mulato criollo, se
concertó con el Capitán Pedro de Orozco para servir de arriero en Abril de 1597,
con una paga de $50 pesos al año, y al cabo de cinco años se hallaba de
mayordomo en la hacienda de su patrón en el valle de Bochagá'". Juan Maraver,
vecino, asentó para su servicio un pequeño "zambahrgo"?" huérfano de una india de
Batatas, con el compromiso de tenerlo en su casa y servicio por toda su vida hasta
50.
que se hiciera hombre Y como estos casos, otros esporádicos nos evidencian la
presencia y el papel de estos mestizos en Pamplona. ·

En Pamplona del Siglo XVI no fueron extraños los negros esclavos, se negoció
con ellos, participaron de múltiples actividades laborales y en el servicio doméstico,
aunque como hasta ahora se ha insistido: río ocuparon un lugar determinante en el

•7 AANP-NS. Bautismal de la Iglesia Mayor de la Ciudad de Pamplona, Tomo 1. ff 1 - 124.

•a AHP-NS, Tomo 6 41 r y AGN. Visitas de Santander Tomo 5

49
! lijo de negro e india

50
AHP-NS, Tomo 6 f 41

134
campo productivo, pues la mano de obra serví I la aportaron en su mayoría los
pueblos de indios regionales y los indios foráneos que llegaban a la ciudad.

3. MAESTROS, OFICIALES Y APRENDICES

Los obrajes o elaboración de los elementos necesarios de consumo para el


trabajo y transcurrir cotidiano de la nueva y floreciente sociedad fueron unas de las
actividades fundamentales en el proyecto poblador de esta ciudad. Pamplona contó
desde los primeros años con maestros, oficiales y aprendices; personajes claves para
asentar, organizar y desarrollar la sociedad civil y las empresas económicas de la
minería y la agroganadería.

Por aquellos años se presentó una relación muy estrecha entre el crecimiento
de la producción y el crecimiento poblacional. A medida que la población
aumentaba, la producción minera y agroganadera impulsaban oleadas sucesivas de
nuevos pobladores, y la ciudad se hacía más mercantil y cosmopolita. Entre el
sinnúmero de inmigrantes y pasantes que arribaron a esta ciudad se hallan muchos
oficiales, maestros y artesanos, especialistas en todo tipo de obrajes, altamente
necesarios en la construcción y consolidación de la hispanidad en estas partes.

Para poder ejercer su oficio o profesión y ser aceptado como residente o vecino
en la ciudad, estos recién llegados, necesitaron registrarse en la Escribanía del
Cabildo con un fiador de buen recaudo, prometiendo públicamente ante las Justicias
de la ciudad que sus obrajes serían de buena calidad y a precio razonable. Así, Juan
de Carmona, sastre, para poner su sastrería y pulpería en la plaza de la ciudad
recibió fianza de Bemardino Femández, Escribano Público y del Cabildo,
obligándose los dos, fiado y fiador, a dar y entregar en lo sucesivo todas las obras
que le mandaren hacer, sin faltar en nada y utilizando debidamente los paños y telas
que se le diesen, poniendo buenos precios en su tienda51.

El Cabildo se preocupó constantemente a través de sús regidores y funcionarios


especializados, por velar por la prestación de los servicios que demandaba la
población. El Fiel Ejecutor verificaba las tarifas y precios que el mismo Cabildo
estipulaba para los obrajes, y controlaba la calidad de los productos, así como el
cumplimiento de los contratos de obra celebrados entre los vecinos y el maestro u
oficial fabricante.

51
AHP-NS, Tomo 005 f280. Pamplona. Enero 10 de 1591.

135
HISTORIA OE.L POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

En 1556 el Cabildo de la ciudad de Pamplona promulgó la primera tabla de


precios para los obrajes en hierro. Señaló valores fijos para las herraduras, herrajes,
calzas y demás herramientas necesarias en la producción y vida diaria 52, elaboradas
por los herreros de esta urbe. Legisló y controló el trabajo de los molinos, las
maquilas y calidad de servicio de molienda, aunque hs grandes productores de trigo
y harina, fabricaron sus propios molinos en sus haciendas o aposentos.

El amplio comercio, la solvencia económica de una parte de la población y el


elevado consumo de mercancías de (uropa, ocasionaron la proliferación de un buen
número de sastres y tiendas de ropa en Pamplona. La producción agrícola y minera,
con amplia diversidad de mercaderías y productos de la tierra, jalonaron la aparición
de buen número de herreros y herradores. De esta manera, a medida que la
sociedad se iba complejizando, se iban abriendo nuevos frentes de trabajo, nuevas
necesidades y nuevos problemas que resolver; nuevos individuos entraron en
escena: curtidores, maestros en harinas, azúcar y sedas, maestros de niños, talladores
y escultores, médicos y escribanos, y toda suerte de servicios que una pujante
ciudad colonial corno Pamplona podía demandar.

Los sastres, los herreros, los herradores y los zapateros fueron los oficiales más
solicitados, y muchos de ellos lograron gran prestigio y solvencia económica en
Pamplona, como Don Miguel Martínez, el viejo, quien llegó y se ocupó corno
herrador en los primeros años de la ciudad, y terminó su vida a finales de Siglo
corno un potentado mercader y negociante de bestias mulares y caballares en toda
la provincia.

Con respecto a la consecución de las materias primas para los distintos obrajes,
en Pamplona no hubo mayor dificultad. Los sastres recibían telas y paños de Europa
por la ruta de Ocaña, mantas y sayales por la ruta de Tunja y lienzos de las ciudades
nororientales del Nuevo Reino y de la Gobernación de Venezuela.

Los herreros y herradores recibían el hierro, cobre y acero de España,


especialmente de Toledo, de donde llegaban, también por la ruta de Ocaña,
cantidades del metal cotizado en Pamplona por quintales y por arrobas. Los plateros
y joyeros tenían su materia prima en las mirias de la provincia, y las maderas, cueros
y rocas eran proveídos por los valles comarcanos de la ciudad.

No hay evidencias de que se haya conformado en aquella época algún gremio


de oficiales o maestros en obrajes, al estilo de las agremiaciones de artesanos
europeos, sólo se registraron unas cuantas sociedades productivas, de trabajo o
simplemente de ayuda mutua, celebradas entre parejas de individuos.

52
PRIMER Uhro de Actas. .. Op. Cit.

136
Siivano Pabón Villamlz.r

En 1574 se asociaron Pedro Rodríguez y Sebastián Hemández, plateros, con el


objeto de proporcionarse apoyo y ayuda mutua". Diego Bautista y Gaspar
Rodríguez, sastres, se asociaron en 1590 para montar una tienda de telas y ropas
confeccionadas por ellos". Juan del Campo y Alonso Pérez, carpinteros, firmaron
en 1597 un contrato de compañía para montar un taller de carpintería y producir y
controlar obras en sociedad". .

COMPAÑÍAS PARA OBRAJES EN PAMPLONA


DEL SIGLO XVI .

OFICIALES ASOCIADOS PROFESION FIN AÑO


Rodrigo Pérez y Sebastián Hernandez Plateros Ayuda 1574
Juan Bautista y Lorenzo de Pedemonte Plateros Producción 1577
Diego Bautista y Gaspar Rodríguez Sastres Producción 1590
Miguel de Hoyos y Pedro Laguna Zapateros Trabajo 1590
Juan del Campo y Alonso Pérez Carpinters Producción 1597
Gregorio Roldán y Benito Núñez Sastres Producción 1602
Francisco Cortés y Agustín de Espinoza Albañiles Construicc 1602

Fuente: Archivo Histórico de Pamplona (AHP-NS), Tomos 01 al 013.

En mayor proporción que los conciertos de· cornpañía'" o sociedad, se


celebraron en Pamplona un buen número de conciertos de aprendizaje, con un
patrón casi único para las condiciones y relación del aprendiz con su maestro.

El maestro aceptaba o recibía en concierto un mozo de mediana edad, a través


de las Justicias de la ciudad, de manos del Padrino de Huérfanos o del administrador
de indios y pardos vagabundos sin amo, o de sus mismos padres. Lo asentaban en
"concierto de aprendizaje" por unos cuatro, seis o más años, bajo condiciones bien
claras: el aprendiz se obligaba a servir a su maestro en todo lo que éste le mandara,
en tareas relacionadas con las labores de su oficio y lo demás que en su casa o taller
le tocare realizar; el maestro se obligaba a tenerle en su casa, dándole de comer,
atendiéndole en enfermedad y velando por su formación cristiana y buenas
costumbres, hasta hacer del aprendiz un hombre de bien en la sociedad y en la

53
AHP - NS, Tomo 001 f 095.

54
AHP - NS, Tomo 005.

55
AHP- NS, Tomo 011.

'6 Contrato de Compañía. La palabra concierto se empleaba para definir un contrato de cualquier
índole, pues encamaba la figura de: .. hemos concertado" o "tenemos concertado ...".
137
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

profesión en que se empezaba a formar. Además, su maestro se comprometía a


enseñarle todo lo que sabía de su arte y oficio, y al final del concierto a darle un
vestido completo de paño europeo o de la tierra, según lo pactado, y en el mejor de
los casos, hasta las herramientas para que emprendiera el ejercicio de la profesión
que acababa de aprender.

En estos términos, Gonzalo García, herrero vecino de Pamplona, aceptó como


su aprendiz a Francisco Femández, mozo residente en la ciudad, para que en un
tiempo de cuatro años a partir de 1577, le sirviera en todo lo que necesitara.
mientras le enseñaba lo necesario para desempeñarse en el oñcio ". Y como éste
hubo muchos, y en todos los ramos posibles, incluidos indios y mulatos.

Pamplona contaba a finales del Siglo XVI con un extenso grupo de oficiales,
que residían en el plano de la ciudad y unos cuantos al servicio de los hacendados
en los asentamientos agrícolas, donde se montaba un molino, una herrería, un
banco de carpintería y talabartería, y en ocasiones hasta su propio sastre tenían '11•

Así pues, los maestros y oficiales participaron activamente en la construcción de


la vida hispánica pamplonesa. Con su trabajo se impulsó la empresa productiva y la
consolidación del pueblo español y de la cultura europea en la extensa provincia de
Pamplona. Sastres, carpinteros y talladores, a~í como plateros y escultores
proporcionaron lujo y esplendor a la élite social en formación, hicieron posible el
despilfarro y la cultura, de lo cual hoy se tiene alguna evidencia material
representada en arte religioso, platería y arquitectura de aquella época presente en
esta ciudad.

CONCIERTOS DE APRENDIZAJE

OFICIAL MAESTRO PROFESION APRENDIZ AÑO


Francisco Fernández Herrero Gonzalo García 1574
Alonso Ruiz Zapatero Miguel Martínez, mzo 1577
Alonso Ruíz Zapatero Diego Manzo 1577
Duarte Domínguez Herrero Alonso Vásquez 1577
Juan Becerra Sastre Diego, indio criollo 1582
Diego Alonso Carpintero Diego Alonso, mozo 1582

57
AHP-NS, Tomo 002 f' !Xl2 Se registraron en Pamploua en sólo 25 años no 111c11os di: 1 OCl conciertos de
aprendizaje, de los cuales extractamos unos 40 y el registro de los maestros u oficiales más notables de
diversos obrajes, durante el mismo lapso de tiempo: viéndose su acentuado crecimiento o proliferación ~11las
últimas dos décadas del Siglo XVI.

58
Don Ortún Velasco tuvo su propio sastre en la ()1-'TSOrul del indio Diego. u quien él mi:,1110 ptL,;o en
concierto de aprendizaje para que luego le sirviera corno tal Igual lo hizo Don Simón del Basto y otrns
encomenderos. cuyo objeto ero hacer de sus haciendas unidades productivas lo más autárquicas posible.

138
SIIV•no P•bón Vlll•mlzar

Diego Cornejo Zapatero Alonso Durán, mestz 1582


Francisco Beltrán Zapatero Diego, mestizo 1582
Pedro Maldonado Platero Alonso, huérfano 1582
Pedro Hernández Sastre Claudio Guión 1590
Alonso Rodríguez Sastre Juan Rodríguez 1590
Pedro Laguna Zapatero Pedro, indio mosca 1590
Pedro Hemández Sastre Miguel, indio 1590
Gaspar Rodríguez Sastre Andrés Zurbarán 1590
García de Trujillo Herrero Antonio topez 1590
Pedro Laguna Zapatero Sebastián Lorenzo 1590
Juan de Castro Sastre Pedro, indio de Sora 1592
Bernardino Fernández Escribano Andrés de Pineda 1595
Juan Rodríguez Herrero Miguel, mestizo 1595
Gabriel Vásquez Zapatero Marcos, mestizo 1590
Pedro Rodríguez Mendo Zapatero Antonico, mulato 1590
Pedro Hemández Sastre Hernando, indio 1590
Martín de Amezguita Espadero Juan Báez 1595
Diego Lorenzo Sastre Juan, mestizo 1595
Pedro Mendoza Zapatero Claudio, mestizo 1596
García de Trujillo Herrero Miguel, indio muisca 1596
Pedro Sánchez Triguero Sastre Sebastián Durán 1596
Domingo Rodríguez Sillero Sebastián, muisca 1596
Juan de Salazar Armero Juan de Tolosa 1596
Pedro Méndez Zapatero Luis Ramfrez 1597
Pedro Menda Zapatero Pedro de Rincón 1597
Francisco de Pantaleón Sastre Francisco, indio 1597
Gonzalo de Trujillo Herrero Luis, mulato 1597
Felipe González Platero Martín, mulato 1597
Luis Marcos, armador Tallador Andrés Carrillo 1598
Francisco Sánchez de O Sedero y Pedro de Robles 1598
Gaspar Rodríguez Sastre Sebastián, indio 1598
Alonso Gómez Leal Carpintero Juan, indio mosca 1602
Andrés Alonso Sillero Miguel de Molina 1602
Sebastián Gómez Zapatero Miguel, mulato 1602

FUENTE: Archivo Histórico de Pamplona (AHP-NS), Tomos 01-13.

OFICIALES Y ARTESANOS EN PAMPLONA DEL SIGLO XVI

OFICIALES PROFESION AÑO

Rodrigo Pérez Platero 1574


Alonso Rodríguez Sastre 1574
Gaspar Martínez Sastre 1574
Miguel Martínez, el viejo Herrador 1574

139
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

Juan Velázquez de Sahagún Herrador 1574


Juan de Arteaga Herrero 1574
Diego de Toledo Platero 1574
Francisco Quintero Platero 1574
Alonso Ruíz Zapatero y sillero 1574
Juan Suárez Herrero 1574
Luis de Castro Molinero 1574
Sebastián Hernández Platero 1574
Gonzalo García de la Parra Herrero cerrajero 1574
Juan de Arciruegas l terrero 1574
Francisco Rodríguez Zapatero 1574

Juan Fernández Herrero 1577


Juan Bautista del Copo Platero 1577
Lorenzo de Pedemonte Platero 1577
Miguel Martínez, el mozo aprendiz Zapatero 1577
Diego Manzo, aprendi( Zapatero 1577
Duarte Domínguez t terrero 1577
Alonso Vásquez, aprendiz l terrero 1577
Hernandico, indio Carpmtero 1577
Juan Delgado /apate10 1577
Juan Durán Carpmtero 1577
Franrnco Rodríguez Zapatero 1577
Juan Rodríguez Castrille¡o ),lSt1e 1577
Benito Sánchez Calcetero 1577
Juan Bautista Casullero Sastre 1577
Pedro Martín de Lores ! terrero 1577

Martín Navarro Herrero 1582


Pedro Cordero Sombrerero 1582
Gaspar Munoz Sastre 1582
Diego Moraver Espadero 1582
Juan Becerra Sastre 1582
Diego, indio criollo aprendiz Sastre 1582
Diego Alonso, viejo Carpintero 1582
Diego Alonso, el mozo aprendiz Carpintero 1582
Diego Cornejo Zapatero 1582
Alonso Durán, mestizo aprendiz Zapatero 1582
Pedro Vásquez Sastre 1582
Francisco Beltrán Zapatero 1582
Diego, mestizo aprendiz Zapatero 1582
Pedro Maldonado Platero 1582
Alonso, huérfano aprendiz Platero 1582
Pedro Hernández Sastre 1582
140
Silvano Pabón Vlllamlzar

Gaspar Nuñez Sastre 1582


Andrés Camacho Sastre 1582
Cristóbal Luis, portugués Espadero 1582
Diego, indio de Ortún Velasco Sastre 1582
Bartolomé Rodríguez Natera Platero 1582
Luis Sánchez Carpintero 1582
Miguel Celf Cerrajero 1582
Alonso Sánchez Marmolejo Batanero 1582
Bartolomé Sánchez Marmolejo Batanero 1582
Pedro Díaz Carpintero 1582
Pedro Martín Sastre 1582

Pedro Rodríguez Mendo Zapatero 1590


Claudio Guión, aprendiz Sastre 1590
Alonso Rodríguez, aprendiz Sastre 1590
Pedro Laguna Zapatero 1590
Pedro, indio aprendiz Zapatero 1590
Francisco Lorenzo Platero 1590
Miguel, indio aprendiz Sastre 1590
Gaspar Rodríguez Sastre 1590
Andrés Zurburán, aprendiz Sastre 1590
Juan de Carmona Sastre 1590
Diego Huertas Cobretero 1590
Diego Cordero Sombrerero 1590
Garcfa de Trujillo Herrero 1590
Antonio López, aprendiz Herrero 1590
Sebastián Lorenzo, aprendiz Zapatero 1590
Antonio, mulato aprendiz Zapatero 1590
Gabriel Vásquez Zapatero 1590
Marcos Durán, mestizo aprendiz Zapatero 1590
Hernando, indio de Cámara apredz Sastre 1590
Gaspar Ortiz Sillero 1590
Juan del Hoyo Cantero 1590
Juan Bautista de Guzmán Escultor 1590
Cristóbal Nieto Carpintero 1590
Diego Sánchez Herrero 1590
Manuel Delgado Zapatero 1590
Juan Polanco Maldonado Carpintero 1590
Bartolomé Navarro Cantero tallador 1590
Diego Rodríguez Maestro de Azúcar 1590
Gonzalo Gutiérrez Herrero 1590
Gonzalo Hernández Sastre 1590
Esteban Celi Herrero 1590
Hernán Pérez de Carmona, mulato Sastre 1590
Andrés Rubio Espadero 1590
Pedro Gutiérrez Sillero 1590
141
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

Juan Rodríguez Maldonado Zapatero sillero 1590


Diego Bautista Sastre 1590
Diego Lozano Sastre 1590
Miguel Delgado Zapatero 1590
Pedro Fernández Sastre 1590
Andrés Carrillo Albañil 1590
Esteban de Monzón Barbero y cirujano 1590
Juan de Campos Zapatero 1590
Cristóbal Daza Albañil 1590
Hernán Martín Zapatero 1590
Juan Pérez Sillero 1590
Pedro Gutiérrez Herrero 1590
Juan Tomás Maestro de Azúcar 1590
Juan Dfaz Sastre y pulpero 1590
Andrés Ruiz Espadero 1590
Miguel de Hoyos Zapatero 1590
Diego Gutiérrez Sillero 1590
Pedro Ortiz Sastre 1590
Alonso Martín de las Cañas Carpintero armador 1590
Juan de Castro Sastre 1590
Pedro, indio aprendiz Sastre 1590
Apolonio Maldonado Maestro de harmas 1590
Bartolomé Bravo Zapatero 1590
Pedro Pérez Sastre 1590
L-
- -----
Juan Rodrlguez Herrero 1595
Miguel, mestizo aprendiz Herrero 1595
Martín de Amezquita Espadero y barbero 1595
Juan Báez, mestizo aprendiz Espadero y barbero 1595
Diego Lorenzo Sastre 1595
Juan, mestizo aprendiz Sastre 1595
Juan Fernández Platero 1595
Bartolomé Dfaz Carpintero 1595
Antonio Díaz Cantero 1595
Juan García Ladrlllero 1595
Andrés Alonso Sillero 1595
Gaspar Díaz Zapatero 1595
Alonso Pérez Gavilán Carpintero 1595

Juan García Ladrillero 1596


Diego García Herrador 1596
Pedro Mendoza Zapatero 1596
Claudia, mestizo aprendiz Zapatero 1596
Miguel, indio aprendiz Herrero 1596
142
Siivano Pabón Vlllamtzar

Sebastián Durán, aprendiz Sastre 1596


Pedro Sánchez Trigueros Sastre 1596
Domingo Rodríguez Sillero 1596
Sebastián, indio aprendiz Sillero 1596
Juan de Salazar Maestro de armas 1596
Juan de Tolosa Garza, aprendiz Maestro de armas 1596
Bartolomé Rodríguez, indio Herrero 1596
Juan Rodríguez Mendo Sillero 1596
Gerónimo de Aguilar Carpintero 1596

Francisco Lorenzo Platero 1597


Cristóbal Daza Albañil 1597
Luis Marcos Carpintero ensambla 1597
Francisco Montes Sastre 1597
Juan Rodríguez Herrero 1597
Andrés Criollo, indio Molinero 1597
Pedro Méndez Zapatero 1597
Luis Ramírez, aprendiz Zapatero 1597
Pedro de Rincón Zapatero 1597
Francisco de Pantaleón Sastre 1597
Francisco, indio aprendiz Sastre 1597
Gonzalo de Trujillo Herrero 1597
Luis, mulato aprendiz Herrero 1597
Felipe González Platero 1597
Martín, mulato aprendiz Platero 1597
Francisco de Medina Curtidor de pieles 1597
Andrés Carrillo . Tallador ensamblado 1597
Francisco Sánchez de Oliva Sedero cordelero 1597
Pedro de Robles, aprendiz Sedero cordelero 1597
Juan del Campo Carpintero 1597
Alonso Pérez Carpintero 1597

Alonso Gómez Carpintero 1602


Juan, indio mosca aprendiz Carpintero 1602
Miguel de Molina, aprendiz Sillero 1602
Gregorio Roldón Sastre 1602
Benito Núñez Sastre 1602
Sebastián Gómez Zapatero 1602
Miguel, mestizo aprendiz Zapatero 1602
Tenorio Bacca Platero 1602
Bartolomé de Alcántara Albañil 1602
Miguel Báez Sombrerero 1602
Alonso, indio Albaütl 1602
Francisco Cortés Albafül 1602
Agustín de Espinosa Albañil 1602
FUENTE: Archivo Histórico de Pamplona. Tomos O 1-15.
143
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

PROFESIONALES EN OTROS RAMOS


OTROS SERVICIOS PROFESION AÑO
Miguel (avalista Médico hospital 1590
Francisco de Anguieta Escribano del ,,Júmero 1590
Francisco de Alba Escribano del Rey 1574
Bernardino Fernández Escribano Público y Cabildo 1555
Gaspar Fernández de Sierra Abogado 1596
Cristóbal Rodríguez Preceptor de Grama. 1590
Cristóbal de (ayas Escribano 1582
Manuel Freyle Médico Hospital 1587
Juan Serrano Notario 1590
Bernardino Díaz Maestro de ruñes 1590
Diego de Bravo Escribano 1582
Juan de Ortegón Escribano 1590
Francisco Martínez Pulpero 1590
Diego Alonso Lancharro Boticario 1600
Cristóbal Santillán Escribano 1590
Juan de Ortiz Maestro de niños 1590
Esteban de Monzón Barbero y cirujano 1590

FU[NTE: Archivo His16rico de Pamf)lona (I\HP-NS), Tomos 01-13.

144
suvsno Pab6n Vlllem/za,

145
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

Hennita drl Señor drl Humilladero en la ciudad de Pamplona, c.onSlrukla por la Cofradía de la Veraauz y Humilladero
entre 1582 y 1605. V~: PABON VILLAMIZAR, Silvano. El Crislo del Humilladero de Pamplona de Indias. San José de
Cúa.lta: Hergora, 1994.

146
APUNTES SOBRE LA ELITE LOCAL, RIQUEZA
Y FUENTES DE CRÉDITO

De los primeros fundadores y pobladores de la ciudad de Pamplona, solo


un 30% o 40% lograron asentarse con buenas perspectivas de desarrollo
económico y social. Es posible que no más de 60 familias del total de la
población española que ocupó la Provincia hayan forjado una significativa
riqueza social, con participación en el comercio y los asuntos del Cabildo. En
los primeros 25 años la ciudad aún vivía un ambiente de conquistas y campañas
pobladoras; pues la pacificación de los indios, la apertura de nuevas rutas, la
fundación de villas y nuevas ciudades, y sobre todo, la consolidación efectiva
del dominio español en el amplio territorio jurisdiccional de la ciudad de
Pamplona, cuyo asentamiento había sido tomado como base para la expansión
hispánica en el nororiente del Nuevo Reino y Occidente del actual territorio
venezolano.

Es evidente que sólo podemos hablar de élite social en Pamplona a partir


de 1570, basados en el desarrollo productivo agropecuario, la estabilidad
relativa de la producción minera, pero en especial con la consolidación de los
mercados de la ciudad y la Provincia, merced a la apertura de la ruta de Ocaña
y su mercado directo con Cartagena.

En los primeros años de institución de los espacios hispánicos y vida


cristiana en el territorio, el Cabildo de la ciudad de Pamplona apenas si
registraba unos 70 u 80 vecinos cabezas de familia; buena parte de ellos no
habían participado en la hueste pobladora, aúnque esta la integraban algo más

147
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

de 100 soldados. De hecho, la ciudad de Pamplona y su provincia fue repoblada


con oleadas sucesivas de inmigrantes de otros territorios, tanto blancos como
indígenas, e incluso negros africanos y colonos venidos directamente de España.
A Pamplona venían a parar hombres de huestes fracasadas o ciudades que se
despoblaban como el caso de los pobladores de la primera fundación de
Málaga', o el caso del capitán Francisco de Cáceres, quien hada parte de la
fracasada hueste de Diego Fernández de Serpa por el Este de la Gobernación de
Venezuela y Guayana en 1569i; o los hombres que dejó por todo Venezuela y
el Nuevo Reino de frustrada expedición de Pedro Maraver y Silva, realizada en
estos mismos años por las riberas del Orinoco.

las primeras muestras de una buena solvencia econorrnca entre ciertos


pobladores y familias pamplonesas, el establecimiento de importantes alianzas
familiares y la consolidación de una primigenia élite criolla, pueden ser vistas la
la luz de las dotes matrimoniales ofrecidas a partir de la década de los setenta
hacia arriba y en los testamentos redactados por los primeros pobladores que
encuentran su vejez con una heredad que declarar, allá por las últimas décadas
del mismo Siglo XVI.

Un indic ador importante que refleja los altos niveles de acumulación y


fortalecimiento económico familiar y a nivel de empresa, es la creciente
demanda y consumo de mercancías europeas. La mayor o menor participación
que tenían las fami lías de encomenderos, estancieros o mineros en la compra de
mercancías finas de Europa, o en la exportación directa o indirecta de sus
productos agrícolas o pecuarios, refleja sin duda corno se integra
paulatinamente una élite social definitivamente diferenciada del grueso de la
población.

Un tercer evento que permite reconocer la paulatina pero efectiva


consolidación de los grupos familiares elitistas en la sociedad pamplonesa es la
participación de ciertos personajes en los cargos concejiles y demas dignidades
del Cabildo de la ciudad. Pues de hecho, y sin ir muy lejos, se observa como los
hijos de aquellos conquistadores y primeros pobladores eran quienes se
disputaban el poder político local. Se presentaron variadas situaciones, de una
parte, ciertas familias como los Basto y Basto Avellaneda o Carvajal, Los Jurado,
Los Iaimes, Los Fernández de Rojas, Los Jovel y Los Palencia entre otras, fueron

1
1 a ciudad de Málaga habla sido fundada en 1542 por la hueste de Jerónimo de Aguayo, su cabildo
repartió indios )' solares e instituyó su derecho fundacional ) terntoriul. sólo que lus luchas o
conflictos [urídico-politicns cstre luguistas ) quesadistas dieron ul traste con la fundación La ciudad
fue demolida y su tcrritoria asumido corno jurisdicciones <le Pamplona y Tunju,

2
MELENDEZ SÁNCHEZ. Op. Cit. Pág. 37.

148
Silvano P•b6n V/1/amlzar

modelo de consolidación socioeconom,ca a la luz de esfuerzos individuales


pero fundamentalmente de la celebración de alianzas familiares ví~
matrimonial; mientras que de otro lado, se observa como ciertas familias
rivalizaban constantemente, incluso en los estrados judiciales, por el poder
político y usufructo de preeminencias sociales, caso típico los litis que por largo
tiempo llevaron entre sí Los Velasco y Los Gómez de Guzmán 1.

Sin embargo, dada la versalitidad, amplia dinámica, su complejización


comercial y económica que se instituyó y desarrolló en esta ciudad y su
jurisdicción, el ascenso social no resultaba muy difícil, como lo demostraron
algunos comercialtes foraneos asentados en Pamplona. En ciertos casos, pudo
observarse como no necesariamente se tenía que ser un gran terrateniente o
encomendero para ascendera los cargos de justicia o cualquier dignidad en el
Cabildo, si se tenía prestigio de honradez y apoyo de personas influventes".

Decir que había una correspondencia directa entre ser encomendero,


estanciero o minero vecino de la ciudad y ser regidor, alcalde o miembro del
Cabildo no es nada nuevo; pues es apenas lógico que los pobladores originales,
encomenderos y constructores de la empresa productiva en la ciudad, serían
quienes dirigirían los destinos de la sociedad y la política local. Y de hecho los
herederos y los propios conquistadores y antiguos pobladores sustentaban en sus
relaciones de méritos y servicios ese evento, en procura de que la Autoridad
Soberana les otorgara regimientos vitalicios o cualquier otra merced por los
"grandes servicios prestados a Dios y a Su Majestad".

Ahora bien, la presencia o establecimiento de diligentes comerciantes,


quienes como artíñces de boyantes empresas, de suma importancia en la
ciudad, con extraordinaria rapidez lograron amasar grandes fortunas con el
producto de sus negocios, al tiempo que se abrían espacio entre la élite
encomendera y terrateniente, a través del estableciendo de relaciones o alianzas
familiares con encomenderos, estancieros o mineros.

Comerciantes de profesión se establecieron en' la ciudad con grandes


posibilidades, tanto en los negocios y las finanzas como en la obtención de
bienes raíces. Bartolomé Gómez, mercader vecino, abrió una tienda en la plaza

J GAMBOA MENDOZA, Jorge Augusto. Cabildo y Elites Locales en la Ciudad de Pamplona, 1590-
1650. Investigación inédita, parte de su tesis de grado como antropólogo de la Universidad Nacional
de Colombia. Ponencia presentada en el Vlll Congreso de Historia de Colombia en 111 Universidad
Industrial de Santander, 1992.

4 En ocasiones encontramos sastres u otros residentes ocupando dignidades del Cabildo, por ausencia

de los notables, por capacidades administrativas o simplemente por contar con el apoyo de los viejos
regidores.

149
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

de la ciudad, donde distribuía grandes volúmenes de mercancía importada


desde Europea y a su vez exportaba y reexportaba hacia Ocaña grandes
cargamentos de productos de la tierra. Gómez participó activamente en la vida
pública y política en la ciudad de Pamplona y en ciertas ocasiones ostentó los
cargos de alcalde y Justicia Mayor en este cabildo y su jurisdicción.

El señor Pedro García Román, comerciante y vecino de la ciudad, fue


durante muchos años regidor y alcalde ordinario. Su negocio eran las ropas y
mercadería europea, acumuló gran fortuna y terminó sus días como regidor
perpetuo en el Cabildo. Bernardino Fernández, escribano público y del
Cabildo, mercader de profesión y encomendero al mismo tiempo, construyó
merced a sus actividades económicas una gran fortuna, fundamentada
especialmente en el comercio, sus minas y cuadrillas de lavadores, la empresa
agroganadera en termines de su repartimiento de> Tane, así corno en la cornprav
venta de> esclavos, hecho que le llevó incluso a hacer fuertes inversiones en la
minería.

Bc>rnardino r ernández ostentó el oficio y cargo de Escribano Público y del


Cabildo de la ciudad de Pamplona desde 1555 hasta 1602, posición que le
benefició ampliamente a la hora de jalonar proyectos administrativos que
viabilizaran el desarrollo de sus múltiples empresas. El señor Fernández estaba
empatentado ron Los Rangel, Doria Envira de Cuellar, su mujer, era hija del
Capitán Alonso Rangel. Luego, ya en su vejez, Don Bernardino vendió la
Escribanía por la suma de $1.500 pesos de buen oro a un amigo y pariente suyo,
Don Juan Cómez d(:' Guzmán, hijo del Capitán Bartolomé Cómez, otro
prominente comercialte de la ciudad.

Las alianzas matrlrnoniales fueron el mecanismo más práctico que


tuvieron los comerciantes advenedizos para acceder al reconocimiento social en
la élite lugareña, al tiempo que recibían a través de sucesiones buenas
encomiendas. Así, e omercialtes como Pedro de Arévalo, quien sucedió la
encomienda del pueblo de Culagá en 1592 al casarse' con Catalina López, hija
del Capitán Francisco Femández de Contreras. Juan Maraver sucedió la
encomienda del pueblo de Batatas en 1583 al casarse con Doña María de
Gálvez, hija de Juan Sánchez de Calvez".

Ahora bien, al observar los procesos productivos y consolidación


empresarial en la Antigua Provincia de Pamplona del Siglo XVI, se puen definir
claramente tres fuentes principales de riqueza social y medios de acumulación;
a saber: la minería, la agroganadería y el comercio. Al mismo tiempo, este
examen también termite establecer como quienes en realidad acumularon

\ COLMENARES. Op. Cit. Pág. l l.

150
Sltv•no P•b6n Vlll•mlz•r

grandes fortunas y luego se convirtieron en importantes proveedores de crédito,


fueron los comerciantes, y en el mejor de los casos, aquellos encomenderos
mineros que intercalaron su actividad extractiva y pastoril con el comercio.

De hecho, algunos empresarios, notables familias de antiguos


conquistadores y pobladores lograron buenos montos de acumulación, tanto en
metálico como en bienes rafees, llegando a convertirse en proveedores o fuentes
de crédito en la ciudad y su Provincia.

El caso de Don Juan Ramírez de Andrada, encomendero minero, fue un


próspero productor de trigo, queso y conservas en sus repartimientos y tierras de
Chíchira, Cáchira, Cachiri, Surata y Chinácota. Este Señor supo combinar muy
bien sus empresas productivas con actividades de exportación e importación de
mercaderías por la ruta de Ocaña. Ramírez de Andrada instituyó una fructífera y
muy activa compañía mercante con Antonio López, comerciante ocañero, y a
través de esta empresa enviaba grandes cargamentos de productos agrícolas y
pecuarios a Ocaña para el abastecimiento de los mercados del rf o Magdalena y
la Costa Norte en Cartagena y los demás puertos, y de regreso, introducían a los
comercios de la ciudad ropa y géneros europeos.

Así pues, para la última década del Siglo XVI, Juan Rarnírez de Andrada se
convirtió en una fuente sólida de crédito, aparte de ser reconocido como una
"persona de fiar y buen recaudo", depositario de un gran prestigio social y
político al ocupar importantes dignidades en el Cabildo, especialmente el de
Alférez Real. Su primogénito y homonimo continuo la administración del
patrimonio familiar y sosteniendo lo logrado por su padre.

Resulta interesante notar como de Los Ramírez de Andrada obtenían


crédito, sumas en efectivo o en especie, los encomenderos, estancieros y todo
aquel que solicitase y tuviese una prenda o bien que hipotecar, puesto que la
modalidad que más se utilizó para proveer dinero fue el censo o "carta de
censo" como se le solía llamar.

Hay en Don Juan Ramírez de Andrada una doble y hasta triple figura de
prestigio social. Por una parte, el haberse convertido por un buen tiempo un
prestamista reconocido hasta su muerte acaecida en el año de 1601, esto es,
guardadas las proporciones, en un banco privado de la epoca", Un segundo
atributo, el encarnar ciertamente una gran prestancia y honorabilidad, pues
desde los primeros años ocupó diversos oficios públicos y de bien común, como

6
Don Juan Rarnín ..sz de Andrada no sólo prestaba dinero en efectivo, mismo que había logrado
acumular en sus faenas mercantiles, sino que entregaba bienes ralees a crédito, especialmente cosas y
solares en la ciudad, empicando las distintas modalidades del "censo".

151
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

escribano, visitador, procurador, alcalde, alférez y hasta padrino de huérfanos


entre otros. La tercera figura muestra el típico empresario ascendente,
multifacético, emprendedor y calculador, y en especial, "sin pendencias, devoto
y adepto a la Ley y al servicio de Dios y de Su Magestad" como le calificaban
sus amigos. Evento que en realidad podría o eerse sin mayor reparo, al
encontrar que entre sus hujos había precisamente un sacerdote y una monja en
el convento de Santa Clara de Tunja, del cual era su benefactor'.

El censo era un sistema que permitía obtener dinero o comprar un


inmueble, basado en el reconocimiento de unos réditos anuales del 7% sobre
un principal otorgado o un inmueble cedido. Para el caso de suministro de
dinero por parte del acreedor, el solicitante hipotecaba sus bienes, y para el
caso de un inmueble, se consideraba una compra a "censo", hipotencándose
entonces el mismo inmueble",

Otros destacados comerciantes que en Pamplona proveyeron de crédito,


no sólo de mercancía sino de dinero en efectivo. fueron don Bartolomé Gómez,
quien empleaba el mismo sistema de Juan Rarnírez de Andrada, el "crédito a
censo"; e igual lo hacía Pedro de Cáceres, Pedro García Román, Diego Jovel,
Diego de Mora y Bernardino Fernández entre otros.

CABEZAS DE r AMILIAS MAS PRESTANTCS


EN PAMPLONA DEL SIGLO xvi"

NOMBRES ACflVIDAO PRINCIPAL NOTAS


l'rod agrí< ol,, y f>I'< uana l lijm di' '>imém del
11,"'º· f unda,

Alon,o Rang,•I, e apil.ln l'rod. ,1grí1 ol.t y pP< uaria l lijo de Anión
[ ,11•wn, pobl.idur

Alon,o l'uc•ll1•, ri<' f ,p,•r,m/.i, I n< omondr-ro minero I undador Y<'rno do


capitán Orlún V.

Alonso Dur.ln, vi,•¡o y PI I ne omPndt•rq 1•,l<1m irro I undadorr-, y


mozo pohl.idor1•,

Alomo Carrillo y hN1•dno~ I undador y poblador

7
Rlco Villamlzar, José de Jesús. América Dolor Inédito. Santaté de Bogotá: Amares, 1992.
8
ANP - NS. Protocolo notarial de escrituras públicas, Tomos 1-15 correspondiente II los años 1574
a 1603.

9
Solo 35 familias de las más prósperas económicamente y que más alternaron en cargos de Cabildo.
I lay desde luego otros grupos familiares de singular importancia.

152
Siivano Pab6n \llllllmlzar

Alon-o ( ,a¡:o de l,1 Cervela Comerciante Ocupó cargos en <'I


Cabildo

Alon,o di' MonlJlvo, eJpit.ín [rxomendero Importantes cc1rgos •


visitador

8Jrlolom<' C,ome,, cc1p1t.ln Comerciante Oc.upó cargos en el


Cabildo

Bc·m.irdino I em.índe,, Comerciante y minero Acumuló una


l'"-ribJno importante fortuna

Cri,tóhal íovol, hijo, y Ofici.il~ del Rey Minero, y


,obrino, comerciantes

Cri,tbh,11 d,· Araque I ncomendero -e-tanciero Yerno del capitán


Ortún V.

Cri,tób.il Jdim1•, y l n< ornenderos ruerte pmducclón


horedero-, agrícola

Di<,go de Mora y C.il.ilin.i lncomrndero-(')lancirro Sucedió a Don Andr~,


do Acevodo di' Acevedo

DI<,;<> l'ár/ de ',olom.iyor r ncomenderos y mrneros r uerte prod. Agrlcol.i


y heredero-, en Surat.i

I r,m, Í"-o ele• l.i i>Jrra y


lwr<'<l,•ru, l rxornendero l:xporlador di' harina,

I r.inc i-co 1 <'m.indc•L d,• [ ncomendero Gran prestigio y


RojJ, '°lvencia

<,onnlo '>errJn<> y herederos Cn<.omendc•ro y e,tanclero r uerte prdoucclón


agropecuaria

Cuillc•rmo Aria, rncomrndero Ocupó cargos en el


Cabíldo

( .onzalo ',.ilcc'<lo, e .ipit.ln [ncomendrro y estanciero Buena producción


agrícola

luan ele· Vc•l.i..co Moltdlvo lncomendero y minero Controló negocios de


los Velasco

luan R,1mírr1 di' Andr<1dJ I ncomendcrn -comerciante Exportador de harinas


,. hijo, y conserva.

luan di' 1 nlon l ncomrndrro Buena producción


agrícola

luan drl Basto l ncomendero-minero Comerciante y


transportador

JuJn S,lnc.he/ Caballero I ncomrndero Criador de ganados

L orenzo de lc1 Parra L ncornendero Productor de azúcar y


ganados

153
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

t orenzo r ernández de Rojd~ [ ne ornendero


< ornen ianle

Migurl MJrlínez, viPjo Pr6,pc'l'o, negoc 10,


< on gdn,1do

M .. khor Sierra Barrionuevo Comen ianto l imdd en Id < iucl,ul

MiguC'I Gamboa y lwrrdC'ro, Producción


.igrope<udria

f n, onu-ndero rmnoro

Pedro C",ardJ Rom.\n Corno« tJnh• Oc upó e argo, 1•n ,•I


r abildo
Podro Quintero Prfm ipe y fdmilta I nc ornendero-rmnero Produc tor de• trigo

Pedro Iurado, r <1pitJn I ne onwnd,·ro mmoro R<~idor pr-rpetuo

Pc•dro di' C.I< Pre•, < .ran ,olvl'll< ,,,


('( onómk a

l'C'dro (,ómC'J' dl' Oro,« o I n< orru-nde-ro l'rodU< tor d1• dJ'Ú< ar y
g.in.ick>

FUENTE: Are bivr. Notarial d1• l'amplona. Tomo-. 1 ,1/ 1 1

La minería, por rentable que fuese, siempre demandó de grandes


inversiones, ya fuera para esclavos, herramientas y molinos o simplemente para
el sostenimiento de las cuadrillas. La producción de una cuadrilla en el Río del
Oro pocas veces superaba los $1.000 o $1.500 pesos anuales, y en las Vetas
apenas si llegaba a los $800 o $1.000 pesos en un año'°.

Hubo casos en que un encomendero minero de gran prestigio, como el


Capitán Pedro Jurado, encomendero y estanciero de Suratá, poseedor de una
cuadrilla en las Vetas, tuvo que ceder no sólo sus minas y cuadrilla sino su
hacienda productora de trigo, ganado y quesos, para pagar una lista de
acreencias que superaban los $8.000 pesos. El Capitán Jurado, regidor perpetuo
en el Cabi Ido, fue puesto preso en cierta ocasión por sólo unos cuantos pesos,
por los cuales lo habían ejecutados, y tuvo que acudir a su ayuda don Andrés
del Basto, a quien tuvo que ceder todos sus bienes temporalmente mientras se
cubrían sus deudas. Sin embargo el Capitán Pedro Jurado no dejó de ser un
prestigioso descendiente de pobladores antiguos y regidor en el Cabildo.

Como el Señor Jurado muchos otros encomenderos y mineros no tenían


más que prestigio, porque metálico no acumulaban, mientras sí los vemos

III
Muchos mineros ternunaron entregando sus uunas y cuadrilla en forma temporal pam cubrir deudas
adquiridas. y su producción se tasaba alrededor de estas cantidades.

154
Siivano Pabón VI/tamizar

realizando sendas compras de paños y ropas finas de Europa. Juan Velasco de


Montalvo, sucesor y heredero de Don Ortún Velasco, más que fortuna heredó
del ilustre fundador de la ciudad de Pamplona, deudas; por las cuales fue
ejecutado inclementemente por sus acreedores, especialmente Bartolomé
Gómez, a quien el Capitán Velasco llegó a deber sumas cercanas a los $10.000
pesos.

Juan Velasco participó en la política local durante largo tiempo, al fin de


cuentas era hijo del Justicia Mayor de la Ciudad, y heredó el control de todos
los negocios de su familia, dentro de los que se contaba la Gobernación de La
Grita entre otras cosas; pues al morir el Capitán Francisco de Cáceres, casado
con su hija Doña María Magdalena de Velasco Silva. Y don Juan tuvo que
tomar el cargo mientras el primogénito del Capitán Cáceres lo podía asumir
según la capitulación que para dicha gobernación se había dado.

El prestigio de los Velasco se suscribía a su apellido, el control sobre


buenas extensiones de terreno que desde los primeros tiempos de la ciudad se
supieron proveer, al haber desempeñadolos mejores cargos del Cabildo y sobre
todo a la intriga política, relaciones de compadrazgo con descendientes de
antiguos pobladores, y en último por la multiplicidad de sus actividades
económicas. Pero en el fondo su opulencia se veía opacada con el sinnúmero
de querellas y causas ejecutivas en las que don Juan Velasco se veía envuelto.
Pareciera que a pesarde sus empresasy variados negocios, pocas veces podía, o
era amante de cumplir sus compromisos financieros.

Doña María de Velasco, hija del fundador y casada en tres ocasiones con
célebres capitanes fundadores o pobladores de la ciudad, debe su prestigio e
inmortalización de su nombre al haber fundado junto con la también viuda y
hermana suya, Doña María Magdalena de Velasco, el convento de Santa Clara
de esta ciudad, en 158211.

Doña María se casó por primera vez con el Capitán Juan de Maldonado,
quien falleció en 1572, casó por segunda vez con el Capitán Alonso Puelles de
Esperanza en 1576 y enviudó en 1582, año en el que dispuso donar gran parte
de su fortuna en la fundación del convento. Y antes de terminar esa década,
contrae terceras nupcias con Don Cristóbal de Araque, viejo poblador y también
viudo u.
11
A~P - NS Tomo 1 f 'i5-57 Fundación que hizo doña Muria de Vclusco del Monasterio de Santa
Claru de Pamplona. 1582.

12
AANP - NS. Bautismal de la Iglesia Mayor de Ju ciudad de Pamplona. años de 1576 a 1606. En
ninguno de los tres matrimonios que contrajo Doña Muria de Velasco se habló de hijos, razón por la
cual era oh, 10 que su fortuna se destinara a obras sacros.

155
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

Paralela a la actividad extractiva en las minas de oro y plata de la ciudad,


observamos como las empresas agrícolas y pecuarias fueron una importante
fuente de riqueza y prestigio. La posesión de grandes extensiones de tierra con
cientos de yeguas, vacas y ovejas, a su vez cubier.as con unas cuantas hanegas
de trigo, caña, maíz o lo que mejor produjesen; indudablemente eran un
importante respaldo económico y financiero.

Los testamentos del capitán Alonso Rangel, Gonzalo Serrano, Cristóbal


11,
Jaimes y Francisco de Palazuelos entre otros nos muestran como: diez o más
estancias, unos 4.000 semovientes de todas especies, aposentos y herramientas,
recuas de mulas y extensas zonas de labranza; constituían sin lugar a dudas una
prestigiosa riqueza social para una familia. Pero lo cierto es que estos mismos
testamentos nos relacionan una extensa lista de acreedores muy costosos que en
el mejor de los rasos tenían titulo'> valores o hipotecas a su favor, impuestas
sobre estas haciendas.

Los encomenderos, mineros y E'st.inrir>ros por grande> que fuera su riqueza


material, representada como ya se dijera. on tierra. ganado, minas y sementeras,
no acumulaban efectivo; al c ontrano, acumulaban deudas por múltiples
factores, en especial por suministros de mercancía y objetos de lujo para las
damas de sus familias.
Los conventos de la ciudad, en aquellos años aún no se habían constituido
corno fuentes de crédito en Pamplona. ll número de religiosos era poco y la
mayoría se ocupaba de la doctrina indígena, y sus casas apenas se empezaban a
construir. El convento de Santa Clara prestaba pequeñas cantidades, y sólo
hasta 1590 se vio que otorgó un crédito por $600 pesos a Diego de Mora,
pagando un tributo anual de $43 pesos y un tomín 14•

Indudablemente que las rentas de Santa Clara eran muy buenas, pues
Doña María de Velasco y su madre abadesa, Doria Magdalena de Jesús (también
hija de Ortún Velasco y viuda del Capitán Rodrigo Cifuentes}, habían provisto la
institución de suficientes bienes en su fundación. Además, la dote para ingreso
de una novicia era de $5.000 pesos, y ef Convento recibía buenas limosnas en
los testamentos de los notables de la ciudad que iban falleciendo, pues para tal
efecto se habían concedido indulgencias pontificias en favor de las almas
cristianas que testaran limosnas para la obra del templo y rentas del Monasterio.

'' ANP - NS Tomos 4,5 )' 6 año de 1590.

u ANP - NS. Tomo 5 r 226 v. Diego de Moru redimió ese mismo año el principal, pues en realidad
este señor era muy solvente lJna ve-, regresó el oro a las ureas del Convento. lo tomó Juan Vclasco,
síndico del Monasterio ) fácilmente podía autoprestarse las rentas de las monjas.

156
Siivano Pabón Vlllamlzar

Ahora bien, las principales transacciones crediticias en aquellos años


estuvieron a cargo de los comerciantes quienes tenían una capacidad
sorprendente para endeudar encomenderos mineros y a todo el mundo. En la
tienda del comerciante se proveían los hacendados del lujo y mercaderías de
Europa, así como de efectivo para el pago de servicios de transporte de carga,
salarios o jornales para los peones y pagaba las pequeñas cuentas del solicitante
con el sistema de vales. Luego, al cabo de cierto tiempo, cuando el minero y
estanciero venía a la ciudad desde su asentamiento agrícola o aposentos,
encontraba en el libro del tendero una extensa cuenta que tenía que pagar con
la cosecha del año o la producción de su cuadrilla si era minero. Este proceso se
repetía casi con todo el círculo de encomenderos mineros y estancieros, quienes
se endeudaban a tal punto que sus cuentas se hadan impagables, teniendo que
recurrir a alianzas familiares o cesión temporal de sus bienes al comerciante
para pagar dichas deudas.

l lasta acá todo parece indicar, y lo podemos afirmar categóricamente, que


dentro de las actividades económicas en Pamplona del Siglo XVI, salvo contadas
excepciones, fueron las actividades mercantiles y de hecho fueron los
comerciantes quienes en realidad pudieron acumular oro en efectivo, pues a los
sectores productivos rápidamente se les escapaba de sus manos, para ir a caer a
las arcas de tenderos y tratantes. Ahora bien, los encomenderos mineros que
fueron solventes en metálico, fueron aquellos que sabiamente mezclaron las tres
actividades económicas en forma ordenada y estable, caso Juan Ramírez de
Andrada, Bernardino Fernández y Diego de Mora.

157
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

A MANERA DE CONCLUSIONES

1. El proyecto poblador de "Sierras Nevadas" tenía como objetivo


principal la búsqueda y apertura de una nueva ruta del Altiplano con la
Costa Norte a través de "la laguna de Maracaibo". Su ejecución terminó
con el poblamiento de la ciudad de Pamplona y a partir de ésta, todo el
territorio nororiental del Nuevo Reino, incluidas las ciudades occidentales
de la actual República de Venezuela.

2. La ciudad de Pamplona gestionó su desarrollo original con base


en la economía extractiva del oro y la plata de sus minas, pues los naturales
de esta tierra no lo poseyeron, sus tributos y demoras se suscribían a la
prestación de su mano de obra en las diferentes actividades económicas
emprendidas por los primeros pobladores castellanos; es decir, los servicios
personales, el alquiler y el trabajo mitayo.

3. A pesar de la vocación minera, los encomenderos y pobladores


europeos primigenios de esta región encaminaron su economía hacia las
actividades agrícolas y pecuarias, convirtiendo la ciudad y provincia de
Pamplona en un verdadero emporio agroganadero de grandes dimensiones
y prósperos mercados.

4. Contrario a lo expuesto por la historiografía tradicional, la


crónica y leyendas locales; la fantástica, majestuosa y desproporcionada
producción aurífera y argentífera de la famosa "Pamplonilla la Loca", no se
corresponde con la cruda realidad plagada de altibajos en la "saca" minera,
continua pobreza y penurias afrontadas por los mineros de aquella época
en esta ciudad. Los modestos volúmenes de producción, así como la poca
solvencia económica que registraron buena parte de los mineros de la
ciudad de Pamplona, y la mediana participación de la minería como medio
de acumulación de riqueza, hacen que la realidad vivida no se compadezca
con la famosa leyenda que muestra "aceitunas de oro en los banquetes" o
"herraduras argentadas en los caballos" de los acaudalados pamploneses de
aquella primera centuria.

5. Sin embargo, la anterior premisa no pretende hacer desconocer


el papel que la minería tuvo en auqellos primeros anos de construcciones
hispánicas, como motor del desarrollo mercantil y poblacional de esta
ciudad y su jurisdicción. Al mismo tiempo, pretendemos hacer valorar y
reconocer en forma cierta la importancia y peso específico que la
agricultura y ganadería tuvieron en la construcción económica y social de la
Provincia, actividades éstas que pueden considerarse como las verdaderas
fuentes de riqueza patrimonial; pues era la tierra con su producción agrícola

158
Silvano Pabón V/1/amfzar

Y pecuaria, factor determinante para la construcción de una heredad, y más


aún, cuando estos renglones de la producción se complementaron con la
muy solvente y lucrativa actividad mercantil pamplonesa de aquellos
tiempos.

6. la apertura del camino hacia el río Magdalena, posible con la


fundación de la ciudad de Ocaña y su puerto, significó para Pamplona la
consolidación de un mercado seguro y de creciente demanda para sus
productos, al tiempo que le permitió el ingreso masivo de mercancía
europea; lo cual hizo que esta ciudad se convirtiera en un gran centro
comercial tanto de productos externos como de la tierra.

7. El vertiginoso crecimiento productivo, en los renglones de la


agricultura y la ganadería, se basó en la ocupación de los valles fértiles de
la región, al tiempo que se involucraba la población indígena como fuente
primordial de mano de obra barata, o para ser más exactos, gratuita para los
distintos campos de la empresa productiva espanola primigenia.

8. El trabajo en la producción minera, las faenas agropecuarias y los


servicios personales, recayó básicamente sobre los hombros de la población
indígena encomendada. En segundo lugar, participaron en buena medida
como dispensa de mano de obra barata, los indios trashumantes, naturales
de la región central del Nuevo Reino y territorios aledaños a la jurisdicción
y Provincia de la ciudad de Pamplona, quienes llegaban a esta ciudad por
las distintas vías, y eran vinculados en múltiples labores a través del
tradicional "concierto de servicios" con un vecino, un oficial, un
comercialte, un convento, o con quien demandara sus servicios.

9. De otro lado, con respecto al trabajo, los esclavos en la ciudad


de Pamplona no estuvieron ausentes como mano de obra en los distintos
frentes productivos, aunque no ocuparon un papel preponderante como tal,
pues tanto el trabajo en las minas como en los faenas agropecuarias estuvo
primordialmente, como ya se anotara, a cargo de la población indígena.
Los pobladores y vecinos de Pamplona, en aquellos primeros tiempos,
dispusieron de buena y abundante mano de obra aborigen, tanto de indios
nativos como foráneos, de fácil acceso y muy económica por cierto;
mientras que para introducir negros esclavos se requería de grandes
inversiones.

1 O. La ciudad de Pamplona fue asiento y tránsito de oleadas


sucesivas de indios muiscas que abandonaban su "natural.. asiento para
migrar a esta Provincia. En Pamplona se concertaban en múltiples faenas al
servicio de quien los necesitase; factor que explica en parte el bajo número

159
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

de n=gros esclavos introducidos en esta ciudad para aquellos primeros


tiempos, y de paso también explica una importante causal' del paulatino
despoblamiento indígena acaecido en los repartimientos de Tunja y el
interior del Nuevo Reino, lugares de origen de la mayoría de estos
inmigrantes en Pamplona.

11. En esta región, un poco al margen de lo que tradicionalmente se


ha dicho, fue la producción agrícola y pecuaria la que jalonó el proceso de
ocupación de la tierra, la hispanización del territorio y la consolidación de
la riqueza social en la élite pamplonesa. Desde luego sin desconocer el
papel que la producción aurífera y argenrítera jugó en el proceso
hispanizador de este teritorio.

12. La sociedad agroindustrial y pecuaria de la Provincia de


Pamplona, terrateniente y rural por excelencia, se> elitiza P incrusta en una
vida pastoril de opulencia y prestigio, apoyada en las viejas glorias de la
tradición nominal de apellidos y títulos de conquista; guardando
apariencias de prestigio y poder político local, aunque en .,uc; arcas hubiese
más deudas que metálico. Esto significa pues que quienes tuvieron
capacidad objetiva de acumular dinero en efectivo fueron los comerciantes
o aquelos que emprendieron empresas mixtas, dando énfasis en el
comercio, y quienes a la postre se convirtieron en fuente primordial del
crédito en esta sociedad de opulentos pero empobrecidos encomenderos y
mineros.

160
Silvano P,J,6n v,¡,-/Hr

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162
SilvanoPabón ~'

ANEXOS

163
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

INFORMACIÓN DE ALONSO RODRÍGUEZ DE


ESCOBAR SOBRE LA CONQUISTA Y POBLAMIENTO
DE PAMPLONA, 1551

PRESENTACIÓN

A partir de las capitulaciones de Colón, en todos los procesos de


descubrimiento y conquista, la Corona Española trató de hacer presencia y ejNcC'r
su soberanía en los territorios de Indias, así corno también sobre s us l111Pst(-"> Para
tal fin se implantaron procedimientos e instituciones que a pesar de lo remoto de> sus
dominios, lograron mantener la autoridad del Real Gobierno.

Es así corno la Real Audiencia, institución colegiada con func iones judiciales,
legislativas y ejecutivas. autoriza, legisla y controla los procesos de conquista y
ocupación del territorio de la Nueva Granada a partir de 1550, fecha en que fue
erigirla la Real Audiencia do Santa fe. Y en ejercicio de sus funciones, ésta
prauicaba los juicios de> residenc ic1 a las autoridades locales. en la dejación del
cargo, o en ejercicio del mismo. Dicho proceso se' desarrollaba mediante una serie
de averiguaciones a terreros sobre PI acatamiento u omisión de las leyes o Reales
Provisiones de la Corona, y principalmente sobre su conducta como ejecutores de
la autoridad soberana en nombre de> su Majestad.

Gracias a dichos procesos, encontramos hoy abundante documentación en


relación con el ejercicio de la administración hispánica y los procedimientos de
conquista y ocupación del territorio americano, ejemplo de ello son: Las diligencias
practicadas en razón del juicio de residencia seguido a Don Ortún Velasco de
Velázquez y las autoridades de la Ciudad de Pamplona, que fue publicado en el
Boletín de Historia y Antigüedades de Bogotá por Don Belisario Matos Hurtado. La
probanza de servicios del Capitán Francisco Fernández de Contreras, fundador de>
Ocaña, incorporado al expediente levantado por Alonso Castillo de Cuellar,
descendiente del anterior'. fl expediente levantado contra Juan Rodríguez Suárez y
sus consortes por haber ido a la conquista de Sierras Nevadas en el año de 1558, sin
licencia de su Majestad, y otra causa que se le siguió por la fundación de la ciudad
de Mérida en las Sierras Nevadas en el mismo año".

I
t\GN. Sección I listoria Civil. Tomo XIX. ff 782-89-l. Publicudo por Don Luis Eduardo P:íl.!7 Courvel en
l Iacaritama. 1919.

1
!\UN. Sección l listoria Civil. Tomos XVII ~ XXIl

164
Siivano Pab6n VJ#Mmlzar

Respecto a la legalidad o ilegalidad de los procesos de conquista y ocupación


hispánica en el oriente del territorio, encontramos una amplia gama de expedientes
Y probanzas, juicios y visitas; entre los que se destaca el proceso seguido contra
Miguel Diez de Armendaris y Pedro de Orsúa, por malos tratamientos y desmanes
en el ejercicio de la autoridad y campañas de pacificación en el Nuevo Reino y
Sierras Nevadas.

La Causa es seguida por el Oidor Alonso de Zorita, desde la Villa de


Mompóx, en los años 1550 y 1551; estableciendo un juicio de residencia con todo
el rigor y disposiciones Reales pertinentes para el buen Gobierno.

A Diez de Arrnendaris se le acusaba de mal trato a los indios, de parcialidad


en sus fallos y de rudeza en los modales. Se decía que era negligente en el
cumplimiento de los Mandatos Reales y que no castigaba los pecados públicos, que
era amigo de acumular dinero y de ser parcial fallando a favor de quienes le
adulaban con dádivas, banquetes y comidas; se le acusaba además, de indecente y
mancillador de hogares ajenos. Nada había hecho en favor de la conversión de los
indios, a quienes trataba como esclavos; su única preocupación era el poder y la
acumulación de dinero a costa de los demás; robaba a los indios y metía la mano en
las cajas del Rey, violaba la correspondencia y comerciaba con la justicia,
desdeñaba la religión y trataba mal a los clérigos, estimulaba el juego y los malos
vicios hasta en su propio palacio y, en otras palabras, arrastraba el decoro de su
Majestad, al ejercer en nombre suyo tan pésimo gobierno.

En virtud de semejantes cargos y muchos otros, Zorita ordenó su captura y


prisión, mientras se efectuaban las informaciones y probanzas para tan delicado
caso.

De Pedro de Orsúa se tienen no menos graves acusaciones, pues éste Capitán


General si ejecutó de su mano grandes crueldades y atropellos contra la población
nativa y sus gobernados. Fueron muchos los horripilantes detalles narrados por
numerosos testigos, quienes declaraban acerca de las crueldades con que se trataba
d los indios por mandato de Armendariz y por ejecución del propio Orsúa.
Centenares de ellos murieron a causa del trato que les dieron, aparte de los que
perecieron torturados por no poder dar el oro que les pedían

En la investigación secreta levantada contra Orsúa por el Oidor Zorita en 1550


y 1551, para indagar sus responsabilidades como teniente de Armendariz en las
jornadas de Sierras Nevadas, se denunciaba que dicho Capitán General llevó gran
cantidad de indios, se cree que de 2.000 a 4.000, algunos fueron capturados en la
pacificación de los Guanes y otros, en el propio Reno de Granada. De este grupo
solo regresó un centenar y los demás fallecieron por los malos tratos recibidos, " y
por sacarlos de su naturaleza"; convirtiéndolos en indios de servicio o yanaconas

165
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

tratados y llevados como prisioneros para transportar sus haberes. No se ha


determinado el número de nativos muertos en los contactos violentos de la guerra
de conquista contra los pueblos chitareros en las Sierras Nevadas (nombre que se le
daba al sector nororiental de la Cordillera Oriental).

Presentamos en este trabajo, la información de un soldado, quien a órdenes


de Orsúa, participó en las campañas militares de pacificación y sometiendo de los
pueblos chitareros de la Provincia de Pamplona. Alonso Rodríguez de Escobar,
subalterno de Orsúa, fue nombrado por éste, alcaldes del primer cabildo de la
ciudad de Pamplona en el momento de su fundación. rue llamado ante el Oidor
Alonso de Zorita en Junio de 1551, con orden de declarar en forma extensa y clara
sobre los hechos acaecidos en dichas conquistas. Este escrito fue insertado a los
otros autos del expediente de la causa mencionada contra Orsúa.

rl interrogatorio es muy amplio,


contiene 27 preguntas que cubren varios
aspectos, no sólo en relación ron el son 1Pti1 niento do la población nativa sino
también, con aspectos propios de la admiuistracion entre los blancos y la manera
cómo se hicieron los repartimientos y encomiendas en pueblos de naturales. Por el
momento, querernos resaltar la informacion de carácter etnohistórico que el
documento proporciona, pues más que hacer leyenda negra alrededor de la
conquista, pretendemos resaltar y poner a disposición de los lectores e
investigadores los detalles regionales, que desde el punto de vista etnográfico y
antropológico se pueden extraer de este valiosos documento.

En dicha información se plantean igualmente intrigas y rivalidades entre los


españoles, en detrimento de la población indígena y del buen gobierno. Por ello,
instamos a leer este documento con agudeza y persprcacia, para que puedas inferir
su propia historia de la ocupación hispánica de la provincia de Pamplona, o por lo
menos a ganar una aproximación documental en procura de mayor claridad en la
historiografía local del siglo XVI.

AGI, JUSTICIA 561, ff 174 - 187

Este es un traslado bien y fielmente sacado de una carta receptoría, firmada


del muy magnífico Señor Licenciado Alonso de Zorita, oidor y juez de residencia
por Su Majestad, y una probanza e información que por virtud de ella se hizo por la
justicia de la Villa de Mompóx; su tenor de la cual dice en esta manera:

El Licenciado de Zorita, oidor de la Audiencia Real que reside en la ciudad de


Santo Domingo en la Isla Española, y Juez de Residencia de esta Gobernación de
Cartagena y sus provincias, hago saber al Magnífico Señor Teniente de Gobernador
de La Villa de Mompóx y a los muy Nobles Señores Alcaldes Ordinarios de la dicha

166
Villa, y a cada uno de ellos que a mi noticia es vendido que en la dicha Villa está
Alonso Rodríguez de Escobar, el cual se halló presente en la conquista que se hizo
en el Nuevo Reino de Granada en las Provincias de Pamplona por Pedro de Orsúa,
Capitán General donde hubo y se hicieron muchas muertes y robos a indios;
robándole sus haciendas y matándoles y haciéndoles otros malos tratamientos y
porque conviene al servicio de su Majestad que se haga información de la manera
que se hizo la dicha conquista y lo que en ella pasó y que en ella diga el dicho
Alonso Rodríguez de Escobar, mande dar esta mi carta (Receptoría) por la cual les
requiero de parte de su Majestad y de la mía; ruego que siendo requeridos y
siéndoles entregada esta mi carta, luego manden parecer ante ello o cualquiera de
ellos al dicho Alonso Rodríguez de Escobar, y pareciendo, reciban de él juramento y
le pregunten que diga y declare de qué manera se hizo la dicha conquista y qué
gente fue a ella y cuánto tiempo se tardó en conquistar y qué muertes y cuántos
indios murieron y cuántos pesos de oro ranchearon y robaron a los dichos indios y
qué indios hirieron y cuántos indios llevaron del dicho Reino a la dicha conquista y
cuántos murieron, y si repartió la tierra el dicho Pedro de Orsúa, conforme a lo que
Su Majestad manda y que diga y declare todo lo que pasó desde el día que se
comenzó la dicha conquista hasta que él salió de la dicha Provincia de Pamplona, lo
cual diga y declare muy por extenso a cada cosa particularmente y lo que dijere y
depusiere ante escribano, que de ello de fe; signado y cerrado en pública forma me
lo mande enviar lo más brevemente que pudiere, porque lo tengo de enviar ante Su
Majestad y darle noticia de ello.

Hecho en Cartagena a Cuatro de Junio de Mil Quinientos Cincuenta y un


Años.

El Licenciado de Zorita por mandato del dicho Señor Oidor y Juez de


Residencia Bartolomé de la Peña.

En la villa de Mompóx, a veinte y dos del mes de Junio de mil quinientos


cincuenta y un años, ante los muy Nobles Señores: El Capitán Alonso de Carvajal y
Gabriel de Cogollos, alcaldes ordinarios de esta villa por su Majestad, y en presencia
cJ2 rní, Francisco Flórez, escribano; pareció presente Pedro Chamoso y presentó la
carta Receptoría de suso y pidió a sus Mercedes la guardasen y cumpliesen como en
ella se contenía. Testigos Gaspar del Aguila y Don Luis Bravo y Diego de Verroel,
estantes en esta Villa, y yo el dicho escribano presente.

Y así, presentada la dicha carta en la manera que dicho es, en esta parte, Sus
Me~cedes dijeron que la obedecían y obedecieron como el Señor Juez lo manda y
que en cumplimiento de ella mandaban y mandaron al dicho Alonso Rodríguez de
Escobar, que declare por la dicha carta, como su Majestad lo manda, so pena de
quinientos pesos de oro de pena para la cámara de su Majestad, lo cual se proveyó y
mandó presente al dicho Alonso Rodríguez de Escobar; el cual dijo que estaba

167
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

presto de lo cumplir, y lo firmaron de sus nombres, testigos los dichos Alonso


Gabriel de Cogollos, pasó ante mí. Francisco Flórez.

En la villa de Mompóx, a veinte y seis días del mes de junio de mil y


quinientos cincuenta y un años, ante los magníficos Señores Alcaldes Ordinarios: El
Capitán Carvajal y Gaspar de Heredia y en presencia de mí, Francisco Flórez,
escribano de la gobernación y del cabildo de esta Villa; pareció Alonso Rodríguez
de Escobar y presentó el escrito siguiente, testigos lñigo de Rentaría y Diego Rincón
vecinos de esta villa.

Muy nobles señores: Alonso Rodríguez de Escobar vecino de la ciudad de


Pamplona, que es en Sierras Nevadas, provincia del Nuevo Reino de Granada, y
estante al presente en esta Villa de Mompóx, parezco ante Vuestras Mercedes, en
aquella vía y forma que más a mí derecho convenga y digo que a mi noticia es
venido que Vuestras Mercedes tienen en poder un mandamiento del Señor
Licenciado Alonso de Zorita, juez de residencias, en que por él manda que diga y
declare todo lo que pasó en la conquista de Pamplona; asi de los indios t> indias que
se llevaron de este reino, corno de los que se mataron en la conquista y así nusmo
me manda que diga y declare como se repartió la tierra, y si es conforme a lo que su
Majestad manda y otras cosas de que yo no puedo dejar de saberlo, por tanto pido y
suplico a Vuestras Mercedes y si necesario es requiero no me lo manden porque en
decirlo pierdo lo que tengo en el Reino, porque no iré diciendo lo que por Vuestras
Mercedes me es mandado, porque mi persona corre mucho riesgo, por las causas
siguientes: Lo primero que en el dicho pueblo de Pamplona, me quisieron matar
dichos criados y allegados de Pedro de Orsúa, Capitán General que en aquel tiempo
era, y esto porque había hablado de ciertos indios que habían muerto por una
ballesta, y lo otro porque Pedro de Orsúa manda más el día de hoy que antes que
fuese General, porque se tiene por deudo del Señor Licenciado Góngora, oidor de la
Real Audiencia del Nuevo Reino y por tales se tratan y porque en el tiempo que se
tomaba la residencia allá manda Miguel Diez Armendariz, oidor, a muchos que
aunque el Juez de residencia les ahorcase no jurarían contra el Licenciado Miguel
Diez Armendariz ni contra Pedro de Orsúa porque les afrontaban de palabra, y por
cierto en los estrados ante los presentes oidores y porque están mal conmigo porque
vine con Montalvo de Lugo y con Bartolomé González de la Peña escribano de la
Residencia y así me ha enviado a amenazar el Licenciado Miguel Diez desde Santa
Marta, diciendo que acá queda quien me demande la venida con Montalvo de Lugo
por todas estas cosas y otras muchas más muy evidentes que pudiesen después, y
suplico a Vuestras Mercedes como suplicado tengo no me lo mande a decir, porque
diciéndolo como tengo dicho, yo me tengo que ir de la tierra y perder lo que tengo
y pretendo y deudo y esto pido al presente Escribano me lo de por testimonio y
contando el muy noble oficio de Vuestras Mercedes, imploro; Alonso Rodríguez de
Escobar.

168
Silvano Pabón Vtll.mlz11r

Y así presentado el dicho escrito; en la manera que dicha es, y visto por los
Señores Alcaldes, Sus Mercedes dijeron que lo han por presentado, cuanto a lugar
de derecho y no más de hecho, y que mandaban y mandaron poner este escrito con
los otros autos y mandaban y mandaron al dicho Alonso Rodríguez de Escobar que
no envargante lo por él dicho y alegado, que diga y declare lo que supiere y le fuere
preguntado, so pena de los dichos quinientos pesos de pena porque así conviene al
servicio de Su Majestad y ejecución de su Real Justicia y que si testimonio quisiere,
se le dé con la Carta del Señor licenciado Alonso de Zorita, Juez de suso dicho, y
con los demás autos hasta éste, y no lo uno sin lo otro, lo otro sin lo otro, en lo otro
sin lo otro, so pena de treinta pesos para la cámara de Su Majestad.

GASPAR DE HEREDIA

En este dicho día se lo notifique al dicho Alonso Rodríguez de Escobar, el cual


dijo que vista la provisión que le es puesta y por no incurrir en ella, que está presto a
declarar y decir lo que supiere. Testigos: Diego Rincón. Pasó ante mí, Francisco
Flórez.

Y después de lo susodicho en la Villa de Mompóx, a veinte y seis días del


mes de Junio de mil quinientos y cincuenta y un años; los muy Nobles Señores
Gaspar de Heredia y el dicho Capitán Alonso de Carvaial, Alcaldes ordinarios en la
dicha Villa, en presencia de mí, el dicho escribano "e de yuso escritos", hizo parecer
ante sí al dicho Alonso Rodríguez de Escobar y. de él tomaron y recibieron
juramento en forma debida de derecho, por Dios y por Santa María por una señal
de la Cruz a tal como ésta +, en que su mano derecha tocó corporalmente, so cargo
de lo cual prometió decir verdad de lo que supiere y le fuese preguntado a la
conclusión del cual dicho juramento dijo que sí juraba y amén. Testigos: Diego
Rincón y Juan Santos, estantes en esta villa.

El dicho Alonso Rodríguez de Escobar, después de haber jurado y siendo


preguntado por el tenor de la dicha receptoría dijo lo siguiente:

1. r uelepreguntado que si ha estado en el nuevo reino de Granada y qué


tiempoi. Dijo que si, y estuvo dos años poco más o menos tiempo.

2. Fuele preguntado que si conocía a Pedro de Orsúa Capitán General que


fue en el Nuevo Reino, por el Licenciado Miguel Diez Armendariz, juez de
residencia que fue en dicho Reino? Dijo que sí lo conoció todo el tiempo que este
testigo estuvo en el Nuevo Reino.

3. Preguntado por las preguntas generales de la Ley; dijo que será de edad
este testigo de treinta y cinco años poco más o menos, y que no es pariente ni
enemigo del dicho Pedro de Orsúa y que lo demás no le tocan las preguntas

169
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

generales de la Ley que por dichos Señores Alcaldes le fueron hechas y que vencía
quien tuviere justicia.

4. Fue preguntado si fue este testigo con el dicho Pedro de Orsúa a las
provincias de Pamplona, a la conquista de ella? Dijo que este testigo fue con el
dicho Pedro de Orsúa a las dichas Provincias de las Sierra Nevadas y Pamplona a la
conquista y pacificación de la dicha provincia e indios de ella.

S. Fuele preguntado qué gente fue en la dicha conquista de españoles a la


conquistar y pacificar? Dijo que iría a lo que se acuerda cien hombres poco más o
menos.

6. Fuele preguntado qué piezas de servioos llevaron y de dónde eran


naturales y que si los llevaron aprisionados en cadenas, cepos y sogas, collares y de
herraduras y otras prisiones, y cómo las tomaron? Dijo que no puede contar cuantas
piezas de servicios llevaron porque los soldados llevaban muchas en gran cantidad;
unos a veinte y otros a quince, y otros doce, y otros más y otros menos, y en lo que
le es preguntado de dónde eran naturales, dijo que todas eran del Nuevo Reino, las
unas del servicio de los españoles y otras tornadas de los pueblos de paz, repartidos
en el dicho Nuevo Reino, tomados en caminos Reales cargados yendo a servir a sus
amos y a sus mercados y contrataciones, y que este testigo llevó a la dicha conquista
algunas de ellas, porque así se usaba y el dicho General lo veía de sus propios
criados del dicho Capitán General y del Licenciado Miguel Diez; las llevaban así
mismo aprisionadas en sogas, atadas de día y otras con cadenas, y de noche las
aprisionaban en cepos, y que ésto es público y notorio, y uso y costumbre en el
Nuevo Reino.

7. ruele preguntado qué de estas piezas que llevaron los españoles de


servicio, que cuántas de ellas murieron por el camino, yendo y viniendo y estando
en la dicha conquista y qué tantos quedaron vivos? Dijo este testigo que lo que de
ello sabe este testigo que algunos de ellos se huyeron del camino y otros murieron
puyados de puyas que los indios les ponían, y otros que yendo a buscar comida los
mataban los indios de guerra. Otros murieron de trabajo y que los que se huían
también los mataban los indios de guerra, por los caminos; y otros que murieron de
frf o por el páramo de Hontibón, que serían cincuenta o sesenta piezas y que estos
los más eran de la dicha provincia de Pamplona, y esto fue cuando Pedro de Orsúa
fue a la Provincia de lma, yendo a descubrir las sierras Nevadas.

8. Fuele preguntado que si de las piezas que de éstas que quedaron vivas, si
tomaron a su natural o que si se quedaron en la provincia? Dijo que algunos
Españoles venían al dicho Nuevo Reino a negocios y tomaban algunas de las piezas
que habf an llevado y otros se venían sin ellas, por dejarlas allá, para cuando

170
Siivano Pab6n Vlll11tnlzar

volviesen, porque no se les huyesen por el camino; y que todos los demás quedaron
con los españoles, que en la dicha pacificación quedaron poblados.

9. Fuele preguntado que en qué tiempo entraron en la tierra y qué tanto


tiempo se tardó en conquistar la dicha provincia? Dijo que en la dicha provincia
entraron en el año de cuarenta y nueve, por el mes de Octubre, primero día de él y
día de todos los Santos se fundó el pueblo llamado la ciudad de Pamplona en el
Valle de Todos Santos; y que este testigo se halló presente al fundamiento de él y
fue alcaldes de él, el dicho como primero y dijo este testigo que en la entrada de la
tierra antes hallaron comida en abundancia y que luego vinieron algunos de los
indios a servir a los españoles.

1 O. Fuele preguntado qué tantos pesos de oro ranchearon y tomaron a los


dichos indios naturales de las dichas provincias? Dijo este testigo que se hubo muy
poco oro en la tierra porque los indios no lo tienen, que se hubo en todo el campo
cincuenta pesos de buen oro a lo cual este testigo le parece.

11. Fuele preguntado qué tantos indios e indias de los naturales de la dicha
provincia murieron a las manos de los españoles, como del trabajo durante el
tiempo que estuvieron en las dichas provincias y tierras, los dichos Capitán y
españoles? Dijo que no lo sabe, excepto que este testigo salió con el General a
correr la tierra y a visitarla, vio que en la provincia de lma un día a hora de las diez
del día llegó el dicho General con sesenta o setenta .hombres y los indios andaban
por los cerros que ni se sabía si eran de paz o si eran de guerra, al parecer por que
ellos tenían a todas sus mujeres e hijos y haciendas en sus casas y los más de ellos
no trafan armas sino garrotes; se les dio una guazavara por los españoles en que le
parece a este testigo que murieron aquel día con lanzas y espadas y perros, treinta o
cuarenta piezas, pocas más o menos; sin los niños que desempeñaban los indios de
servicio que los tomaban de los brazos de sus madres y tomaban las indias para
servirse de ellas, y que estos indios que ésto hacían eran indios ladinos criados de
tiempo de los españoles, y mataban los dichos niños por tener mejor servicio de las
madres, porque este testigo vio algunos de los dichos niños llorar, y los veía en las
peñas muertos y despeñados.

12. Fuele preguntado que estas muertes de los indios e indias naturales y
criaturas pequeñas que así murieron, si lo supo o vino a su noticia del dicho Capitán
General Pedro de Orsúa? Dijo que en el dicho campo fue público a todos y cree
este testigo que lo sabría así mismo el dicho Capitán General y no le sería oculto, y
que este testigo vio que la dicha gente estuvo alojada en este dicho pueblo, ocho
días· pocos más o menos y en éste dicho tiempo los. naturales no sabían huirse ni
esconderse en el monte como lo acostumbran hacer todos; y se ponían de tres en
tres y de cuatro, al rededor del campo en los cerrillos, dando voces y a manera de
hacer sentimiento y lloran de noche y de día; y preguntábales el Capitán General

171
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

por la lengua, que es un Antonillo, indio ladino, que qué querían o qué decían; y
que la dicha lengua decía que decían los indios que se fuesen los dichos españoles
de sus casas y maizales y sementeras, y que veía este testigo que el dicho General
les respondía con la dicha lengua, que no había lugar que se fuesen de allí, si no
que les echaría los perros, y que dijesen al cacique que viniesen de paz y trajesen
mucho oro, y que si no se iban de allí, que se enojaban mucho los perros y los
caballos y que los comerían; y que los dichos indios no se les daba nada de todo
ésto y se estaban quedos porque había quince días que no comían ni bebían si no
era tabaco y de ésto estaban todos borrachos y sin sentido, porque es una hierba que
los emborrachaba mucho comiéndola a la continua y que esto sabe este testigo,
porque algunos de estos indios venían al campo de los españoles y hacían cosas y
entraban en los bohíos y toldos de los soldados, quebrando ollas y vasijas y echar
tierra y lodo en el pan que se hada para los cristianos y así se soltaban muchos
perros del campo y los mordían y los arrastraban y no hacían ningún sentimiento, y
esto de estar borrachos lo decía la misma lengua que la causa era del poco comer y
beber de aquella hierba que así comían.

Y que en este tiempo que así estuvieron aposentados, un día por la mañana
amanecieron tres o cuatro indios junto al campo de los españoles en un cerro,
dando voces como los demás días habían hecho, y el dicho General Pedro de Orsúa
cabalgó a caballo, y así hicieron los demás que había juntamente con él, y gente de
a pie con perros; y este testigo fue con él de a caballo, y llegados a donde estaban
los indios, los dichos indios no hicieron sentimientos de huir ni de otra cosa, y que
el dicho General les preguntó con la lengua por qué eran tan bellacos y no tenían
miedo de los perros, pues sabían que los comían; y no que se ponían de noche y día
por los cerros a dar voces y que el dicho Antonillo, lengua, respondía que dónde se
habrían de ir, teniendo allí sus casas y comida y sembrados; y así este testigo corno
todos los demás, veían andar muchos escuadrones de indios e indias cargados con
sus haciendas, niños y niñas, por los maizales sin ninguna manera de guerra y
estando el dicho Pedro de Orsúa, General, con todos los demás españoles armados,
pensando que estaban de guerra, decía el general a estos indios, con la lengua, que
llamasen al cacique y que trajesen mucho oro y así se iban de estos uno o dos indios
con esta demanda y volvían y traían cuatro o cinco zartas de cuentas de caracoles de
la mar, y decía la dicha lengua que decían que aquel era su oro; y el General
mandaba la dicha lengua que lo arrojase por las peñas abajo, y mandaba que ningún
indio de los de servicio de los españoles lo tomase, por que los dichos indios viesen
que tenían en poco aquello, y luego el dicho General mandó a Andrés Jorge, que
tenía un perro allí, que lo echase a un indio que andaba allí cerca y así lo hechó y el
perro no tardó mucho en llegar a él y lo arrastró por una cuesta bajo asido de un
brazo del dicho indio, y luego de ahí a poco, el dicho General mandó que
arremetiesen contra los indios que había en aquella tierra que se presumía que
habría boscajes y celadas de indios, porque la tierra era fragosa y no se aparecían
todos y en este encuentro murieron muchos indios que este testigo no se acuerda

172
cuantos serían, y que también mataban y mataron indias, y los dichos indios
yanaconas ladinos de los españoles, despeñaron muchos niños y criaturas pequeñas;
y visto este testigo la gran perdición que había, él y un Toloza Vizcaíno, andaban en
sus caballos dando voces a los soldados de a pie e indios de servicio, que no
matasen a aquellos indios, pues no se defendían ni tenían armas con que, y así fue
en parte para que no muriesen más de los muertos, aunque en otras partes donde no
alcanzaron evitar lo suso dicho, se hizo gran muerte y daño, porque este testigo lo
vio cuando se volvían al Real, muchos indios e indias muertos, de diez en diez y de
veinte en veinte y otras mujeres y muchachas y niños escondidos entre las hiervas,
vivos, y los que quedaron vivos no se podían llevar ·al Real, ni había hombre que
pudiese llevar una pieza al campo, de miedo, y mas se llevaron muchos cargados en
indios al campo y después por halagos tornaban en sí y servían, y de estas se
llevaron muchos niños y-niñas a Pamplona, y se murieron algunos de ellos, y este
testigo fue en enterrar por sus manos algunos de ellos; y en este reencuentro hirieron
a un cristiano que se decía Juan Rodríguez, y que esto lo dio todo y se halló presente
a todo con sus armas y caballo, este testigo; y que luego se partieron a Pamplona y
taban ahí la Pascua Florida.

Y pasada la pascua salió el dicho general con otra tanta gente como la pasada,
en descubrimiento del Valle de Condarnenda y que este testigo fue allá con su
caballo y armas, fueron por La Caldera y el Valle de Rábicha y el pueblo que dicen
de Maso y destos pueblos se llevaron muchos indios de servicio y pasaron un
páramos de dos leguas y dieron en una población donde hallaron los indios alzados
y muchas sementeras y comida, aunque algunos venían de paz, y de ahí fueron y
este testigo con ellos un río abajo todo por poblado de bohíos en bohíos y de ahí
atravesaron otras cordilleras, tierras muy pobladas, e iban dando catas en algunos
ríos y fueron a un páramo despoblado a donde no hallaron lo que buscaban, por
donde el Capitán General y gentes se iban devolver por otro camino no sabido a los
pueblos repartidos a Pamplona, donde fueron a salir cerca del valle que se dice el
Arcabuzazo, repartimiento de Ortún Velazco, donde un día llegados se fueron a un
Valle donde habían muchos aguacates; salió un negro del General que se decía
Sebastianico, solo, a buscar de comer, cosa que se acostumbraba en las entradas
para comer, y yendo por unas laderas abajo fue c1 dar donde estaban unos indios en
unas cuevas, con sus hijos y mujeres y hacienda y desde las cuevas le tiraron un
flechazo al negro en los lomos, y así flechado vino al campo de los españoles y dio
nueva de donde los indios estaban en las cuevas, y luego el General mandó
apercibir gente de a pie y de a caballo, con perros, y así fue el dicho General y llevó
una ballesta y en la primera cueva luego de desbaratar a los indios, según dijeron los
que allá habían ido, porque este testigo no fue allá.

De ahí fueron a otra cueva, donde estaban los indios hechos fuertes con sus
hijos y mujeres y haciendas, que los españoles no les podían entrar porque allá
hirieron los dichos indios a Juan López en la cara con una lanza, y visto que no les

173
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

podían entrar, dicen que tomó el dicho General una ballesta suya, con jaras, los
tiraba de afuera y los echaba peñas abajo y que el dicho General le dijo a éste
testigo había derribado siete y ocho indios, y luego los soldados de a pie que
estaban junto a la peña entraron y les tomaron sus haciendas y mantas y otras cosas
que tenían, y este testigo vio que los restantes que tomaron de aquellas cuevas los
llevaron al Real, entre los cuales había algunos heridos y estos en poder de Juan
Díaz y Juan Pérez, y vio este testigo los casquillos de las jaras que no dieron en los
indios sino en la peña, se torcieron y los enderezaba Duarte el herrador en su
vigornia, porque eran de matar venados, y los traía el dicho General para ese efecto
y vio que volvía el dicho General a sacar las otras que quedaron en los cuerpos de
los indios para las guardar para su caza.

Así mismo los soldados iban a ver alguna pieza viva para traerla para servicio,
y que esto lo oyó decir a todos los que de allá venían, y al dicho General. Y el
dicho negro que he dicho arriba murió del flechazo, y por decir este testigo en
algunas partes del campo lo quisieron matar como dicho tener por un escrito e
intentaron de hacer informaciones contra este testigo y como no hallaron testigos de
secreto lo dejaron porque en este tiempo hicieron otra información contra un
Valermoso criado que fue del Licenciado Miguel Diez, estante en aquel tiempo en
aquel pueblo, porque fue llamado por parte del Licenciado Alonso de Zorita, para
testigo.

13. Fuele preguntado que en esta jornada, que hicieron para descubrir el
Valle de Condamenda, qué indios de servicio murieron y de la tierra, fuera de éstos
que asaetearon en las cuevas? Dijo este testigo que los indios del servicio del Reino
que se llevaron, murieron algunos en empuyados y otros muertos que les mataban
los indios de guerra, entre los cuales se acuerda de uno de un Cornejo que vino al
campo flechado en un tobillo y murió de ello, de ahí a quince días más o menos, y
otro de un fulano Serrano también murió empuyado; y de los demás que murieron
no se acuerda más de que a sus amos oyó decir este testigo que le faltaban indios, y
que de los que iban por comida no volvían todos.

14. Fuele preguntado que de los naturales de la tierra de aquel valle, indios
de guerra, y en aquella jornada de Condernenda, qué indios murieron así con
perros como de otra manera? Dijo este testigo que vio venir muchos soldados al
campo, de ranchear y de buscar piezas para las cargas y decían que quedaban allá
muertos ciertos indios en los cuales fue un día viniendo un Alfonso Esteban, cabo de
escuadra, herido en el pecho de un flechazo y no murió, y este dijo que quedaban
los indios muertos algunos de los que habían topado.

15. Fuele preguntado sí vio este testigo algunos indios muertos de esta dicha
tierra? Dijo que un día yendo este testigo con un Juan López, que iba por caudillo a
descubrir un camino para irse a la ciudad de Pamplona, dieron en unas peñas de

174
Siivano Pllbón Vlllalmzlll'

sobresalto donde hallaron muchos indios e indias y los tomaron y ataron para
llevarlos al campo, y yendo caminando con ellos, vinieron ciertos indios a quererlos
quitar y soltáronse los perros y echaron mano de un indio y mordiéronle, y el dicho
indio con unas flechas que tenían la mano hirió a los perros de que murieron porque
tenían hierva y el indio, no sabe este testigo si murió, y que otras muertes de indios
que este testigo haya visto, no lo sabe.

16. Fuele preguntado que en las dichas salidas que salieron, qué indios e
indias que murieron, así de perros como por los españoles, muertos a lanzadas y
cuchilladas; si lo mandaba a hacer el dicho Pedro de Orsúa, o si se hacía en su
presencia o venía a su noticia las dichas muertes? Dijo este testigo que el dicho
Capitán Pedro de Orsúa salía en las guazavaras que hubo de indios y españoles,
salía en la delantera como Capitán General, y que las demás muertes de indios, que
no vio este testigo que lo mandase hacer, mas de que mandaba apercibir y apercibía
caudillos con gente que iba de noche y de día a ranchear y veía y sabía que llevaban
perros y parte de ellos del dicho Capitán.

17. Fuele preguntado si cuando los soldados y caudillos venían, si decían


delante del Capitán que habían muerto o herido algunos indios o indias? Dijo este
testigo que sí decían cuando venían de ranchear delante del dicho Capitán Pedro de
Orsúa, decían lo que habían pasado por allá y los indios que habían fallecido y
herido.

18. Fuele preguntado que si echaban los dichos españoles celadas de gente
con perros para tornar los dichos indios descuidadamente y qué indios mataron de
esta manera, y que si el dicho Pedro de Orsúa fue en las dichas celadas? Dijo este
testigo que en el tiempo que él salió con el dicho General a correr la tierra, que se
quedó este testigo algunas veces con el dicho General en emboscadas
escondidamente, caminando toda la gente, se quedaban entre las hiervas y entre los
bohíos y entre la hierva, y que quedaban con perros por mandado del dicho General
y este testigo vio indios muertos con los perros y otros tomaban vivos y los que
llevaban para su servicio; entre las cuales celadas se quedaron en un pueblo del
Valle de Miser Ambrosio, donde vinieron los indios donde estaban con sus arcos y
flechas descuidados, no sabiendo que estaban allí, porque veían ir caminando el
campo; en la cual celada hirieron a un español en un muslo, del cual murió de ahí a
ocho días y se tomó allí un indio mordido de los perros.

19. Fue preguntado qué otras muertes de indios hubo en la dicha jornada,
oyó decir? Dijo este testigo que el dicho Pedro de Orsúa había salido otras muchas
veces sin que este testigo saliese, porque era Alcaldes y se quedaba en el pueblo, y
después que venía la gente les oyó decir las Guazavaras que habían habido y como
habían herido indios con lanzas y perros y espadas, y muertos muchos de ellos. Y

175
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

que este testigo no vio ni supo que muriese ningún español en estas salidas, mas de
que algunos venían heridos.

20. Fuele preguntado que cuando hacían las dichas salidas y muertes y robos
a los indios, si antes de hacerles la guerra les requerían con la paz, y se la guardaban
conforme son obligados y manda Su Majestad, haciendo las diligencias que
convenían para ello? Dijo este testigo que todas las veces que este testigo se hallaba
con el general hablando con las lenguas a los dichos indios, les decían que viniesen
de paz y sirviesen a los cristianos y que si así lo hiciesen que les guardarían la paz y
si no, que les harían guerra y los irían a buscar a sus casas aunque se escondiesen en
los montes; y que esto lo oyó decir muchas veces al dicho capitán y así mismo
cuando venían de guerra les decían lo mismo.

21. Fuele preguntado que si el dicho Pedro de Orsúa repartió la dicha tierra
que así se descubrió, conforme a los que Su Majestad manda? Dijo que este testigo
conoció este testigo a todos los que en la dicha conquista fueron con el dicho Pedro
de Orsúa y se halló a todo presente al repartir de la tierra y vio este testigo que no la
repartió conforme a lo que Su Majestad manda porque dio indios de repartimiento a
personas que no se hallaron en la dicha conquista y pacificación que fueron los
siguientes:

Andrés de Galarza, hermano del Licenciado Galarza, oidor de a Real


Audiencia que en el dicho Nuevo Reino reside, el cual dicho Andrés de Galarza
estaba en aquel tiempo en la ciudad de Santa fe, por contador de Su Majestad,
proveído por el Licenciado Miguel Diez Armendariz, llevando de salario en cada un
año las cuatrocientas mil maravedíes que Su Majestad mandaba a sus oficiales, y
este salario oyó decir este testigo que llevaba y lo veía servir el dicho oficio de
contador y que se le dio un repartimiento, en que el cacique de él se llamaba
Chontalá, a una lengua del pueblo.

Y así mismo dio otro repartimiento a Juan de Penagos, pariente del Licenciado
Miguel Diez, que fue en aquel tiempo y residía así mismo en la ciudad de Santa fe,
y se lo dio a tres leguas del pueblo.

Y que se dio otro repartimiento a Gómez de la Torre, criado del Licenciado


Miguel Diez, que a la sazón estaba en esta ciudad de Cartagena, que había venido a
tomar la posesión de unos indios de esta Villa de Mompóx, que se dice Jegua, y él
fue a la Ciudad de Pamplona, donde a seis meses poco más o menos que estaban
pobladas y la tierra pacífica, que servía la más de ella y estuvo allá dos meses, y
sabe y vio que le dieron por repartimiento la Caldera de Rábicha, dos lenguas del
pueblo; y así mismo fue con él un Pacheco, recién venido de España y le dio otro
repartimiento que dio a un Hidalgo que se dice Ambrosio Ordóñez Maldonado
que era de los primeros conquistadores y quitósele porque decía que quería ir a

176
SIIV11110 Pllb6n VIIJ.,,,lzar

pedir justicia delante de los Señores Oidores, y que yendo el dicho Ambrosio
Ordóñez a se quejar del dicho General como dicho es, oyó este testigo decir al
General: "Buen recaudo lleva Ambrosio Ordóñez que el licenciado Galarza es
hermano de quien yo di de comer, y Góngora es de mi tierra y deudo mío y me
escribe que mire por acá si hay que dar de comer a ciertos Hidalgos que con él
vienen de España"; y este testigo vio la carta. Dijo el dicho Pedro de Orsúa:
"Piensa Ambrosio Ordóñez que han de quitar esos Señores los indios que yo he
dado a los que están allá aunque no hayan servido en la tierra; provisión de Su
Majestad hay acá, en que dice que mire a los Gobernadores y Capitanes como
reparten las tierras, porque después una vez haberla dado ellos, el Rey no la podía
quitar". Y así mismo vio este testigo que le dio repartimiento a un Hoyos que era
criado del Licenciado Góngora que vino con él de España, que así mismo no fue de
los primeros.

22. Fuele preguntado si dejó de dar de comer a algunos conquistadores y


buenos pobladores y porqué no les dio indios, como a los demás? Dijo que el dicho
General no dio de comer a muchos soldados de los que con él habían ido y le
habían trabajado en la tierra, porque este testigo los veía tornarse al Reino perdidos y
así mismo este testigo no le dio de comer conforme a su trabajo, porque dio otra de
doce o quince bohíos de indios que se decía la Bicha, el cual los Señores Oidores
han dado a otro, y que por el juramento que tiene hecho, que muchos de los que
quedaron sin indios no osaron pedir su justicia por tener como tenía indios el dicho
Andrés de Galarza hermano del dicho Señor Oidor, el licenciado Galarza; y en esto
de repartir se remite este testigo a una carta que escribió este testigo al Señor Doctor
Hernán Pérez, oidor de Su Majestad, de su Real Consejo de Indias, en que le hizo
relación a cerca del repartir de la tierra, porque lo tiene por Señor y de cerca de su
tierra; y para que de allá le diesen algún favor, pues que este testigo lo ha servido a
Su Majestad en estas partes catorce años ha.

23. Fuele preguntado qué tanto tiempo hace que este testigo salió de la dicha
población de Pamplona y si quedaba allá el dicho Capitán Pedro de Orsúa? Dijo
este testigo que había hoy un año tres días más a lo que se acuerda que este testigo y
el dicho Capitán General Pedro de Orsúa, salieron de, la dicha población, por
mandato del Señor Licenciado Zorita, juez de residencia que los mandó llamar para
la dicha residencia.

24. Fuete preguntado que si se acuerda de otra cosa que pasase en la dicha
población y qué tierra es, si es tierra donde se pueden sustentar los pobladores de
ella? Dijo que sabe este testigo que hay minas ricas de oro en ella y es tierra de
comída y esto sabe.

25. Fuele preguntado que de qué manera se fundó el dicho pueblo y a quién
hicieron alcaldes el primero año y regidores, y de qué manera se hizo la elección de
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

ellos y con qué acuerdo? Dijo este testigo que el primer año el dicho Pedro de
Orsúa, corno General hizo alcaldes y regidores por no haber cabildo y ser uso y
costumbre así en estas partes de las Indias; los cuales fueron alcaldes: este testigo y
Juan Vásquez y regidores Hernando de Suezcún y Pedro de Alonso y un Acevedo y
un Juan de Torres y Ambrosio Ordóñez, y Alvear y Vergara, criados éstos dos del
Licenciado Miguel Diez, y un Juan Rodríguez.

26. Fuele preguntado que la segunda elección que de qué manera se hizo, si
se hizo conforme a lo que Su Majestad manda o de qué manera? Dijo que todos los
regidores dieron sus votos conforme como se suele hacer el dicho General hizo lo
que quiso y fue su voluntad, porque después de haber dado las varas a quien las dio
él, y hecho los regidores de su mano; eligieron en el cabildo dos regidores, el cual
fue uno Alvear, que lo tiene este testigo por buen cristiano y hombre de buena vida
y Ambrosio Ordóñez que era bien que se dicen los votos que los dichos regidores y
alcaldes habían dado en aquella elección rara ver si conformaban con los que Su
Merced había hecho y respondió el dicho General que no eran menester verse y se
levantó de la mesa y dijo que ellos quería hacer de hecho, y así lo hizo, y se remite
éste testigo al libro del cabildo que de ello se hizo.

27. Fuele preguntado que a estos que daba el dicho General los
repartimientos, si iban a estar y residir en ellos o en la dicha ciudad y a la sustentar,
o si los vendían? Dijo que muchos de ellos vendían; y fueron el uno de ellos
rrancisco Díaz, lo vendió d un Jurado que no es conquistador ni poblador, en
cuatrocientos y tantos pesos, según dijo el dicho Jurado a este testigo. Pedro de>
Orsúa, el General, vendió él su repartimiento que tomó para sí a Madas, en
quinientos pesos, el mal die ho Macias es ido a España. Y Pacheco vendió el suyo a
un maese Francisco. carpintero, en doscientos peso y se fue así mismo con el
General d los Muzos.

Y así mismo Alonso Esteban vendió el suyo, según dijo a este testigo hoy en
día uno que vino del Reino y en lo que dice este testigo en las preguntas antes de
ésta; que no repartió la tierra conforme a lo que Su Majestad manda, lo dijo por lo
que dicho tiene y por que dio de comer a algunos mozos de soldada y otros criados
suyos muy mucho mejor que a los conquistadores antiguos, de catorce y quince y
más años en estas partes, que han servido y servían a Su Majestad, a su costa y
misión, con sus armas y caballo y los demás que tiene dicho, fueron de a pie; y ésto
es lo que sabe y se acuerda y es la verdad para el juramento que tiene hecho, en
que se afirmaba y afirmó y tornaba a leer su dicho; dijo que todo era verdad para el
dicho juramento y se acuerda y en él dijo que se afirmaba y afirmó y ratificaba y
ratificó y si es necesario de nuevo lo tornaba a decir y lo firmó de su nombre y
signaron los Señores Alcaldes. Alonso Rodríguez de Escobar, Gaspar de Heredia,
Alonso.

178
Siivano Pabón VI/tamizar

Y luego vista por Sus Mercedes la dicha declaración del dicho Alonso
Rodríguez de Escobar, Sus Mercedes dijeron que mandaban y mandaron a mí el
dicho Francisco Flórez, escribano, que de ella saque el traslado; poniendo por
cabeza la carta receptoría del dicho Señor Juez de Residencia y los demás autos
hechos en este caso, sin crecer ni menguar en ellos cosa alguna; y así sacado,
corregido y concertado, yendo firmado de sus nombres y signado de mi signo, lo dé
y entregue a persona de recaudo, que lo lleve y dé al Señor Licenciado Alonso de
Zorita, y lo signaron.

Corregido y concertado, fue este dicho traslado con la dicha carta e


información en la Villa de Mompóx, a veinte y nueve días del mes de Junio de Mil y
Quinientos y Cincuenta y Un año, siendo presentes por testigos Domingo Abarca y
Juan de Portillo y Pedro·Hernández, estantes en esta Villa, y yo Francisco Flórez,
escribano de la Gobernación de esta Villa; presente fui al corregir y concertar este
dicho traslado y le escribí y le hice escribir según que por el original parecía, que en
mi poder queda y de mandamiento de los Señores Alcaldes que aquí firmaron sus
nombres. Lo escribí y saqué bien y fielmente y por ende hice aquí este mío signo a
tal en testimonio de verdad.

GASPAR DE HEREOIA ALONSO CARVAJAL FRANCISCO FLOREZ

179
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

CONCIERTO DE SERVICIOS DE UN INDIO


DE BARQUISIMETO
AHP-NS. Notarial de Pamplona. Tomo 005. f 0289v

En la ciudad de Pamplona del Nuevo reino de Granada de las Indias, en


siete días del mes de Julio de myll y quinientos e noventa años, ante Bartolomé
Gómez, alcalde ordinario en esta dicha ciudad, y en presencia de mi el presente
escribano público e testigos yuso escritos, parecieron presentes; de la una parte
Gabriel González, mercader vecino desta dicha ciudad, y de la otra un yndio
ladino e xpiano que dijo llamarse Juan, que dijo ser de Barquisimeto de la
Gobernación de Venezuela, e dixeron que son convenidos e conzertados en
esta manera: que el dicho Juan, yndio, sirva al dicho Gabriel Conzalez tiempo
de un año que corre desde el día de la fecha desta. porque el dicho Gabriel
González le dé de comer y beber y vida honesta e razonable, e por razón de su
servizio le dará diez pesos deste oro en polvo, pagados por los tercios del a,10 y
los alpargates que hubiere menester y un sombrero de la tierra; y el dicho yndio
se obligó de no se yr del dicho servicio hasta que sea cumplido el dicho a,10, so
pena de perder lo servido, y que se pueda yr por él a donde estuviere y tráelo
{sic) para que sirva de nuevo, y el dicho Gabriel González no lespedirá (sic) ny
echará obras para que se vaya, so pena de él pagar por entero el dicho a,10, e
para ello obligaron a sus personas y bienes muebles y raizes habidos e por
haber, e dieron poder cumplido a las Justicias del Rey Nuestro Señor de
cualesquier partes, a cuyo fuero se sometieron e renunciando el suyo e la Ley
Side Convenerid e lurisdiccione Omnyum Judicum para que a ello les
compelan corno personas dignas de juez competente, pasada en cosa juzgada, y
renunciaron las leyes de su favor y la que prohibe la renunciación de leyes; y el
dicho Gabriel González lo firmó, a quien conozco, y el dicho alcalde. Testigos:
Juan Dfaz de Ocaña e Xpóbal Víva!I e Nicolás de Palencia, vecinos estantes en
esta ciudad.

Bartolomé Gémez. Alcalde Gabriel González

Fuy presente;
Bernardino Fernández, Escribano

180
Siivano Pabón Vlllamlzar

OBLIGACIÓN DEL CAPITÁN PEDRO JURADO CON


YNÉS GÓMEZ Y ALONSO GAGO DE LA ZERVELA
AHP-NS, Notarial de Pamplona. Tomo 005. ff 326r-328r

Sepan quantos esta carta de obligación vieren como yo el Capitán Pedro


Jurado, vecino de la cibdad de Pamplona del Nuevo Reyno de Granada, otorgo
e conozco por esta presente carta que debo y me obligo de dar e pagar, e que
daré e pagaré a vos YNÉS GÓMEZ, viuda mujer que fuistes de MIGUEL DE
GAMBOA, difunto, e ansí mesmo a vos ALONSO GAGO DE LA ZERVELA,
vecino desta dicha cibdad e a cada uno o a la persona que de vos y a quien
poder personal que de vos obiere, conviene a saber: setecientos e sesenta y
siete pesos de buen oro fino, fundido e marcado con la marca del Rey Nuestro
Señor, de veinte quilates cada peso, o pagados en oro en polvo de las minas
desta cibdad, limpio como corra en ella al tiempo que se hiciere la paga,
resumidos al dicho valor de veinte quilates, los quales son por razón de las
mercaderías siguientes:

Por seis hozes a cinco tomines cada una, montan 3 ps, 6 ts


Dos varas de raxa florentina a seis pesos, monta 12 pesos
Quatro onzas y media de pasamanos de oro a tres
pesos y ducado honza, montan 16 ps, 7 ts
Dos varas y quarta de tafetán gualda a peso y
ducado vara, monta 3 ps, 7~ ts
Otras tres varas de tafetán al dicho, monta 5 ps, 2 ts
Quatro varas de bayeta a seis pesos vara, que monta 24 pesos
Siete varas y media de terciopelo negro a nueve
pesos vara, que monta 63 ps, 4 ts
Dos caxas de conserva que pesa diez y nueve libras,
a peso la libra, que monta 19 pesos
Por libranza a Gregorio López, seis pesos 6 pesos
Dos varas de holanda rica a quatro pesos vara, montan 8 pesos
Veinte quatro varas de ruán a diez tomines vara, que montan 30 pesos
Dos buxitillos de Algalia a peso cada uno 2 pesos
Dos varas de tocas de lino ricas a dos pesos vara 4 pesos
Dos quintales e una arroba de hierro a dieciocho
pesos quintal 42 ps, 4 ts
Vara y media de tafetán pardo a un peso y ducado vara 2 ps, 5 ts
Un espejo de más de diez, cuatro pesos 4 pesos
Uná libra de especias, ocho pesos 8 pesos
Dos varas y media de paño colorado a siete pesos
vara, montan 17 ps, 4 ts
Por dos varas de toquilla de sombrero a peso vara 2 pesos
Por cinquenta pesos que libró al beneficiado Juan
181
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

Burgueño del Castillo, so pesos


Por dos varas de toquilla a peso vara 2 pesos
Por una quarta de seda negra a un peso y ducado honza 31h ts
Por dos dozenas de botones negros a medio peso la honza 1 peso
Por media dozena de botones de seda parda, a medio
peso dozena 2 ts
Por una vara de toquilla, un peso 1 peso
Por otras tres varas y media de toquilla a peso vara 3 ps, 4 ts
Por libranza a Bartolomé Gómez, veynte y quatro pesos 24 pesos
Por dos dozenas y media de botones de seda a medio
peso dozena, montan diez tomines de buen oro 1 p. 2 ts
Por dos varas y media de ruán a diez tomines vara 3 pesos
Por vara y media de mitán a peso 1 p, 4 ts
Por media honza de seda parda a peso y ducado honza 7 ts
Por quatro dozenas de botones de seda a medio peso hza 2 pesos
Por tres quartas de terciopelo negro a nueve pesos 6 ps, 6 ts
Por dos varas y tres quartas de paño velarte verde
escuro a siete pesos vara 19ps,2ts
Una vara de ruán de cofre, dos pesos y medio 2 ps, 4 ts
Dos honzas menos un adarme de pasamanos verdes
y pardos a peso y ducado honza 24 ps, 3 ts
Por libranza a Alonso Ruíz Galdámez, siete pesos 7 pesos
Por libranza a Bartolomé Velasco, doze pesos 12 pesos
Por libranza a Gerónimo Arias, diez pesos 10 pesos
Cinco varas y un quarta de terciopelo labrado
a ocho pesos vara 40 ps, 2 ts
Cinco varas y una quarta de tafetán negro a peso
y ducado vara 9 ps, 11h ts
Dos varas y media de ruán a diez tomines vara 3 ps, 1 t
Seis libras de jabón a cinco tomines libra, monta 3 ps, 6 ts
Vara y quarta de razo negro a cinco pesos vara 6 ps, 2 ts
Vara y quarta de tafetán negro a peso y ducado vara 2 ps, 11h ts
Quatro varas y quarta de ruán a diez tomines vara 5 ps, 21h ts
Vara y sesma de razo negro a cinco pesos vara 5 pesos
Por libranza al Capitán Montalvo ?
Por libranza a Juan Fernández, ocho pesos 8 pesos
Por una botija de aseyte a quatro pesos y medio 4 ps, 4 ts
Por dos honzas de hilo rico a dos pesos 2 pesos
Una frezada de Castilla, cinco pesos 5 pesos
Unos borseguies de lazo entero, seis pesos 6 pesos
Por libranza a mi señora María de Carvajal, seis pesos 6 pesos
Un corte de jubón de telilla de ojuela, nueve pesos 9 pesos
Veynte varas de ruán de fardo a diez tomines vara 25 pesos

182
Siivano Pab6n Vlllamlzar

Dos libras de cera a peso y medio libra 3 pesos


Tres honzas y nueve adarmes de pasamanos pardos 1 p, 6 ts
Media honza de seda a peso y ducado honza que monta 7 ts
Dos varas de ruán a diez tomines vara 2 ps, 4 ts
Dos varas y media de brin a siete tomines vara, monta 2 ps, 1 Y2 ts
Ocho honzas de cañafístola a medio peso honza, monta 4 pesos
Otras tres varas de cañamazo del dicho precio 1 p, 4 ts
Unos chapines negros valencianos, cuatro pesos 4 pesos
Una mano de papel, seis tomines 6 ts
Quatro libras de cera a peso y medio libra 6 pesos
Media libra de toda especia a ocho pesos libra 4 pesos
Una vara y cinco dozavos de tafetán amarillo a peso
y ducado vara 2 ps, 4 ts
Por libranza a Juan Pérez, minero 7
Dos varas de ruán a diez tomines vara 2 ps, 4 ts
Por libranza al Padre Fray Reginaldo de Morais, diez ps 10 pesos
Por libranza a Miguel Martínez, doce pesos 12 pesos
Por libranza a Juan Ferrer. cinquenta pesos 50 pesos
Por vara y quarta de razo negro a cinco pesos vara 6 ps, 2ts

Y por otras muchas menudencias de mercaderías que de vos compré e


recebí realmente con efeto según largamente como parece por la quenta de
vuestro libro de caja, fojas ciento y setenta y una a que me refiero e por ser las
dichas mercaderías muchas de muchas menudencias, no temo en que
declaradas en el libro, del qual me tengo y otorgo por contento y entregado a
toda my voluntad, y porque de presente no pareciere entrego e renuncio la
exebción de la ynumerata pecunya y leyes de la prueba y de la paga e mal
engaño, como en ella se contiene y otras que zerca desto hablan; los quales
dichos setecientos y sesenta y siete pesos del dicho buen oro me obligo de dar e
pagar en dos años cumplidos primeros siguientes, que comienzan y se quentan
desde diez e siete días del mes de henero pasado deste año de la ffecha de esta
carta, puestos y pagados en esta dicha cibdad a my costa e riesgo con las costas
de la cobranza en esta manera: la mitad de ellos en trigo, bueno de dar e recebir
a como valiere al tiempo que hiciere la paga que se tiene la inpera a pagar
desde la fecha de Pascua de Navidad primera venidera deste año de la fecha
desta carta y a de estar pagada cumpliendo el plazo de los dichos dos años
primeros en esta dicha cibdad, según haber y del dicho principal de la dicha
paga se han de descontar ciento e quatro pesos y como consta en el dicho libro
quel dicho Miguel de Gamboa me debía de fletes; y lo demás restante a vos se
han· de pagar, según dicho es y para ello obligo mY, persona e bienes muebles e
inmuebles habidos e por haber, e doy poder cumplido a qualesquier jueces e
justicias del Rey Nuestro Señor, de qualquier fuero e jurisdicción que sean, a
cuyo juicio e jurisdicción me someto renunciando como renuncio my propio

183
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• HISTORIA DEL ,OW,. .. l!NTO Y CONSTl'ttJCCION DEL ESPACIO MlaPANJCO EN PA..u>NA

fuero e jurisdicción, domycilio e vida, e la ley Sit Convenerit de Jurisdiccione


Omnyum Judicum para que me compelan y apremyen a lo ansy cumplir e pagar
e ansy presume como sy fuese pasada en cosa juzgada por sentencia definitiva
de juez competente y por my consentida, e renuncio qualesquier leyes, fueros e
derechos, y en este caso contra lo que dicho es me pueda ayudar e aprovechar,
e la Ley regla del derecho que dice que general renunciación de leyes sea non
vala y en el presente renuncio las leyes quinta e sesta, título treze de la sesta
partida que los acreedores de mayor cantidad suelen conceder a sus deudores, e
la de los seys meses que las reales audiencias conceden a los deudores que los
piden como en ellas y en cada una de ellas se contienen, en sy mysmo del qual
otorgo la presente carta de obligación ante el presente escribano y testigos
escritos, que fue ffecha y otorgada en la dicha ciudad de Pamplona, en diez y
nueve días del mes de mayo de myll e quinientos e noventa años, y el dicho
otorgante e yo el presente escribano, doy fe que conozco, lo firmó de su
nombre en este registro, siendo testigos: Juan Arias y Diego Quintana y Xpóbal
Valermoso, vecinos y estantes.

Pedro Jurado

Bernardino Fernández, Escribano

184
SllvMIO Ptlb6n v,n,,,,,1z.,

NÓMINA DE FUNDADORES Y POBLADORES


DE LA CIUDAD DE PAMPLONA,
ENCOMENDEROS EN 15593
AGN, Colonia: Visitas de Santander. Tomo 003. ff 70~r-709r

En la cibdad de Pamplona, en miercoles quinze días del mes de marzo de myll


e quinientos cinquenta e nueve años, para hacer la aberiguación que Su
Magestad por su Real Provisión manda y por la ynstrucción que me fue dada
para saber, los vecinos encomenderos que hay en esta cibdad y les pedir los
títulos de los yndios que tienen, me ynformé de Juan Vásquez y Pedro Quintero,
vecinos desta dicha cibdad y conquistadores y pobladores della, de los quales
recebí juramento en forma de derecho y ellos lo hizieron y prometieron de los
decir y declarar, los quales en cumplimiento de lo susodicho, nombraron los
siguientes:

+ Primeramente el Capitán Ortún Velasco, capitán que fue de la gente,


conquistador y poblador desta cibdad
+ Andrés de Acevedo, alcalde, conquistador y poblador
+ Zuvlcano", alcalde conquistador y poblador
+ Juan de Tolosa, conquistador y poblador
+ Pedro Quintero, conquistador y poblador
+ Francisco de la Parra, conquistador y poblador
+ Juan Martín, conquistador y poblador
+ Pedro López de Garfias, conquistador y poblador
+ Pedro Alonso de los Hoyos, conquistador y poblador
+ Nyculás Nieto, conquistador y poblador
+ Francisco Hernández, conquistador y poblador
+ Nyculás Palencia, conquistador y poblador
+ Alonso de Esperanza, conquistador y poblador
+ Juan Rodríguez Juárez, conquistador y poblador
+ Juan Vázquez, conquistador y poblador
+ Hernan Vázquez, conquistador y poblador
+ Myguel de Tiebas, conquistador y poblador
+ Alonso Ourán, el viejo, conquistador y poblador
+ Alonso Ourán, su primo, conquistador y poblador
+ Juan de Torres, conquistador y poblador
+ luan Pérez, conquistador y poblador

3
Información levantada en la visita de Cristóbal Bueno a la ciudad de Pamplona en 1559.
4
Su transcripción moderna corresponde a Gil Cano.

185
HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CONSTRUCCION DEL ESPACIO HISPANICO EN PAMPLONA

+ Simón dPI Basto, conquistador y poblador


+ Alonso Martín Carrillo, conquistador y poblador
+ Diego Sánchez Caballero, conquistador y poblador
+ Antonyo de San Remo5, conquistador y poblador
+ Antón García, conquistador y poblador
+ Francisco Castañeda", conquistador y poblador
+ Gutierre Oruña, conquistador y poblador
+ Juan Maldonado, conquistador y poblador
+ Juan Sánchez, conquistador y poblador
+ Andrés (albillo, conquistador y poblador
+ Gonzalo Serrano, conquistador y poblador
+ Juan de Cuellar, conquistador y poblador
+ Martín Jiménez Romero, conquistador y poblador
+ Francisco García de Mora, conquistador y poblador
+ Alonso de Parada, conquistador y poblador
+ Diego de Páez. alguacil, conquistador y poblador
+ Rodrigo Alonso, conquistador y poblador
~ Juan Andrés Varela, conquistador y poblador
+ Pedro de Arévalo, conquistador y poblador
+ Gonzalo Rodríguez, conquistador y poblador
+ Juan del Rincón, conquistador y poblador
+ Tomás Hernández7, difunto, fue conquistador y poblador, tiene los yndios su
hija
+ Bartolomé Maldonado, conquistador y poblador de estos yndios que están
en la cibdad.

Todos los quales declaran haber sido conquistadores y pobladores desta cibdad
que vinieron al descubrimiento e conquista e poblazón desta cibdad con los
capitanes Pedro de Orzúa e Ortún Velasco.

Los vecinos que después de conquistada y poblada vinieron a esta cibdad y


poblaron en ella, que les han dado y tienen yndios, declaran que son los
siguientes:

+ Pedro Velazco + Juan de Pinilla


+ Miguel Lorenzo + Luis Jurado

~ En el titulo de su encomienda figura como Antonio Cario de San Remo. italiano de nacimiento.
6
En su titulo de encomienda figura como Francisco lIernández Castañeda.

7
Fue dueño de la encomienda de Pisacuta en el antiguo valle de Los Locos, hoy jurisdicción de
Toledo y Labateca,

1 6
Siivano Pabón llfllemlz.r

+ Francisco Sánchez + Sebastián Lorenzo


+ Miguel de Hoyos + Francisco de Palasuelos
+ Juan Ramírez + Antón Esteban
+ Diego de Vi llaroel + Sebastián García
+ Francisco de Castro + Benito de Castro
+ Diego de Torres + Miguel de Truxillo

.....

. ,;

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