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Semiosis y psiquismo (breve resefia de encuentros y desencuentros) Oscar QUEZADA 1, ALGO SOBRE FUNDAMENTOS ¥ FUNDACIONES En los textes de fundaclin hunden sus raices concepelones {edrteas que luego, por motives y/o razones dificiles de precisar, van apareciendo alteradas por proyectos interpretativos que, por decir lo menos, fueron Ureflexives respecto de una sesuda meditaciin sobre el reconocimiente de dichos fundamentos. No esta de mis recordar el inglae Ground, o el aleman Grind, que remiten a lo que llamamos suelo, piso 0 cimienta sobre el que se astenta una construceiin, En esos términos estariamos hacien- do alusién metaférica a quienes haciendo una minnciosa nevi- stan de alin piso superior creen tener una idea clara de lo que es Is estructura del edificio desde sus bases. En principio, hablar de fundacion incita a Veron al recuerdo de un objeto que encontrd en casa de unos amigos, “Se trataba de un cusdro cuya superficie vitrea, aparenterente lisa npere tal: estat en realidad consdtuils Por pequefios surcos verticales, de manera que sl se rairaba ‘838 superficie colocanda los jos. al ras del borde superior o inferior, no se veia una linea sino un periil dentads. Todos lng Indos inteniores de Jos sureas orientados en um sentide: eontenian fragmento de undibujay los lades orlentadosen, lotro sentidn. fragmentosde otro, Seguin ia inckmacion que se le diera al cuadro, ere posible percibir uno u otra de los. dibujos, con nina infinidad de posiciones intermediagen que Jos dbujos se entremezclaban. Come et cuedro estaba. eolgsdo de una pared, era al mirarla desde el costade iequlerda-¢ deade el costado derecho que s¢ tenia la imagen mis nitida de un dibujo uotro, Alpasardelantedelcundro, we tenia la thesion de un dibujo que ee transformaba L.Vertin, EHseo. Lar semiosts social GEDISA. Buenos Aires, 1987. p. 38. 14 brogresivamente cn el atro. 51 porel contrarie-elabservader seinmovilizaba exactamente frenteal cuadiro, slo veia uni mezcla confusa de ambos dibujos"', Del mismo moda, sea poniéndose en la perapectiva de la Producctén, o bien en la del reconocimiente, se obtienen modos de lectura diferentes del mismo texto de fundacién: las condi- tlones de produccion desde el sitnulacro histécico de la escrl- tura contrastan con las dela lecturaaqui/ahora. Asimismo, las pasiciones intermedias. tanto desde ¢! perfil de la produccién como desde ¢l del reconocimiento, dan cuenta de las indefiini- das gradactones y graduaciones deta Interpeetaciin. La mitra- da “frontal” del texto da una images nebulosa en la que se meeclan las dos lecturas, En el presente articulo vames a intentar sintonizar en cl Feconocimienta de tres paradigmas fundaclonales del pensa: micnto sobre el signa. Dos de ellos adseritos en clerto mado a loque cn Mlosofia se denomina comiente pragmatica y el terecro incrusiade mas bien en el desarrollo positivista y pre- estructuralista de ta lingdisiica europea. Este triple reconoci- mienio condensado en sus lineas macstras tiene por objetivo detectar en qué medida quedan en estos modelos remanentes de presupuestos psicolégices y/o en qué medida invitan a la analogia o al encuentro con paradigmas tedricos que enfocan el problema del psiquismo cn términos eminentemente discur- sivas (v.gr. el psicoandlisis lacaniano), Clertos textos fundadores, como el de Petree, al ser radicalmente anacrénicos para su tiempo, se sumen, por su antieipactin, en la oseurtdad. El desfase en el tempo se debe, pues, a planteamientos muy audaces tildados de exeéntrices. Mientras tanto, en concordaneia eon la episteme de su tempo, el texte de fundacidn de Saussure presenta @ la Hingiiaties soma rama de la semiotogia, pero ésta, a su vez, debia pertene- cer a la psleologia general. Esa psicologia no era otra que la instrumentalists y utilitaria de su tiempo. Las paradigmas de esta teoria psicolégica cran, o bien, la propuesta estructural de Wund basada en la concepeién atomistica de la. quimica y de la fistca: 0 bien, la propucsta dela psicologia gestallista basada en la tests del predominio de ta forma sobre los elementos constituyentes. Tanto una como otra consideraban la mente y sus funcioncs como instrumentos al servicio del hombre. Al reconacer la Irrupclén de las psicologias del comportamienta, estructuralismos y gestaltismos interpretan al hombre mismo como instrumento al servicio de la produccién de bienes. El hombre s# equipara a un ariefacta adaptable al sistema que lo emplea, El objeto que da unidad al lenguaje, esto es. la lengua, vale como instrumento que sélo se conctbe en funcién de su utilidad sociocultural. La lengua es, antes que nada, instru- mento para Ja institucién social. Y aqui Vern es explicite al destacar la ascendencta de Comte y de Durkheim*. El psicoanalisis freudiano y su formalizactén lacantana supsncn un cambio de paradigma, Se da el salto sobre cl peicologismo. El hombre y su lengunje dejan de aparecer como herramientas (modeladas no st sabe por quién) al servicio de un sistema secial teenocratico y tecnicista. Se trata, ahora, de desbrozar la dimensién del deseo. El sujeto deseo trrumpe modelando ly modelado en la materialidad de) Ins significantes. El sufeta se estructura en y por el lenguaje: “[.u) el concepto es Ja coxa misma [...), Ex el munde de Ins palabras ol que crea ol mundo de las cosas, primeramente confundidas en ¢lhucet nune del todo en devenur. dando su ser concreto a suesencla, y su lugaren todas partes alo que es desde siempre, {.,.) El hombre habla, pero es porque el simbola Jo ha becke hombre, Yel simbolo no sélo existe, también erece. En este nuevo contexto, entiende Peraldi*, “no son los Lingdistas saussurianos (nl incluso chomskianos) y estructuralistas quienes ofrecen a los psicoanalistas una teo- ria del lenguaje congruente con su teoria del psiquisme y del Inconselente, sino cl mismo Peirce. En efecta, este autor. a propésite del sujeto en relacién con un mundo estructurado por su lenguaje, advertia que “el hombre no cs mas que un sigmo” y, como tal, esta tmplicado en el continue movimiento de traslacion de los signos”, Peraldi hace referencia, sin duda, 2 la “semiosis infinita” sobredeterminada por el habite concebide como Interpretante final. Los destinadores y destinatarios constituyen el espacio topologico del stgno, su lugar de funcio- namiento y de pasaje. En esta perspectiva, los signos no son equiparables a monedas conservadas cn el atopico tesoro de la lengua. En efecto, Saussure y Ja lingGistica estructural, ¢ ireluse chomskiana, presentan teorias marcadas por una concepcion dicotémica del lenguaje. Ne sélo el par significante/sigaificade como anverso/reverso de una moneda, sino también el par Iengua/habla tras el que s¢ esconde la irresuelta esquizia entre In social ‘mental (a la que pertenece la distincién abstracto/ concreto) y Jo individual, particular y material. También el par paradigma/sintagma (que en Saussure se equipara a existen- ela virtual in absentia va. existencia actual im praesentia dejando irresuelta Ia cuestién del status material o formal del segundo término}. Podemos continuar mencionando, ademas. otros pares binarios fundamentales como sustancia/forma, o el par competencia/performance al que se homologa ¢! de 2. He recogido los lnearnientos principales de este planteamiento de las certeras observaciones de Peraldl, Frangots: “Prélogn”, en: Petron. Charles. Ghra kigieo semiética. Taurus. Madrid, 1987: de Vertn, Eliseo. Op. eth, I. BLL 7. 3. Lacan, Jacques. “Funchén y campo de Ja palabra y del lenguaie en psicoandlisis” Escritos, Siglo a. México, 1960 (val. 1). p. ‘5B. 4, Peraldl, Franeois, Op. eit, 5, Greimas A.J Entrevista en Le Mende del 7/6/1874, 16 estructuras profundas/estructuras che superficie, sin ahondar en laambiguaasimilactin lingdistica dels oposiciin denotacién/ connotaciin proveniente de ta Higioa, etc, 2. ALGO SOBRE (FALLIDAS) FUSIONES ¥/O FUNDICIONES En los albores de la moderna disciplina sobre el signo, hacia fines de los 60, abrumados par el enlustasme tniet muchos autores desestimaron la brecha teoriea entre Petree y Saussure tratando a ambos parsdigmas como "corrlentes™ de una misma cienciz. cada una de las cuales albergaba distintas, mas no opuestas, tendencias. Se abrigaba asi la flusiim de verlas unificadas en cl corte plaxo, Incluso se propuso un uso coneiliatorio de las terminos Semidtica y Semiologia®. Ahora bien, si asumimos que Semidtica o Semiologia se enraiman cn el concepto de signo podremos calibrar con juateza Ja fuente de tal proyecto de fusién. No obstante, el problema no residealli puesto que para elf amado pragmatisma anglosajén, Jos signos son solamente cl medium de ta semiosis. Asi, el objeto de estudio de la semiética es la semiosis o aceiin de los signos, Como contrapaste, para la semiolingdistica de inspira~ clin saussurlana los signos son el resultado ola mantfestacion de la semiosis. 3, IDEOScoPIA, FENOMENOLOGIA ¥ SEMIOTICA Peirce hace recordar a Lady Welby su costumbre de inventar nuevas palabras para nuevas ideas. Asi, “la ldeascopia consiste en la descrtpelén y la clasificacion de las ideas que corresponden a la experiencia ordinaria © que surgen natural mente en relacién con Ia vida ordinaria, sin tener en cuenta su validee o tnvalidez o su psicalagia”, Luego, asumiendo una camprobacion “tan verdadera come desagradable", encuadra todas ins jdeas en tres clases: Primeridad, Segundidad y Terceridad y cxplica a su destinataria su proyecto: “Dando al ser el mas amplia sentida posible. ear et fir de inchiir tanto lam ideascomv las cosas, e Khems que imaginaroas tener, asi cama trieas que realmente tenemos. ya definiris Ia Primeridad. ta Stgundidad y la Terceridad de este mado: Prinmericiad es el modo deser de aquetie que es tal como es, posilvamente y sin referenda & miuguna otra cuss. Segundliciades el mode de ser de aquello quees tal comoes, fon reapertia una segunda cosa, perocom exclusion datocts, lercera coma. ‘Terceridlad es el moda de ser de aquello que 2s tal como es, BL relscioner una segunda casa y wht lercera entre si. Designo esias tres ideas como tas categorias ceno- pitagbricas."* Resumiendo con cautela este parigrafo auténomo, y ya inmersos dentro del continuo textual dela epistola, ergn, en las catalisis de las siguientes paginas, la primeridad es la idea del instante presente, la cual, exista ono, es pensada naturalmen- te eamo un punto del tiempe en que no se puede producir ningtin perisamiento o separar ningun detalle, Asi, las cualida- des de Ja Primeridad son Jas del sentir inmediato, es decir, meras apariencias: fendmenos que existen independientemen- te de que sean o no percibidos o recordados, En este sentido, ni la atenuacién nl la vividez de una tmpresién guardan correspondencia con 1a cualidad del objeto primero come tal. esto es, cn tanto posibilidad positiva simple de aparicion. Prescindiendo dels idea de una intencionalidad, el tipo de idea de la Segundidad es la experiencia del esfuerze que no pucde existir sin la de la resistencia. Ahora bien, la Terceridad indica, valga la desagradable pero irrecusable: redundancia, que un tercero se relaciona con ‘un segundo poniéndolo a su vez en relacién con un primero. Un signo es una especie de Tereero. Evilando distinclones pslco- logicas, Peirce plantea que la funcién esencial de un signe consiste en volver clicientes las relaciones inefictentes: no ponerlas en accién, sino establecer un hablto o una regia general. Un signe es algo mediante cuyo conocimiento conece- mos algo mas, Exceptuande el conocimiento, en cl instante presente, de los contenidos de conciencia en ese instante -conocimiento cuya existencta cs dudesa-, tode nuestro pen- samiento y conocimiento se da por signos. Un Signo, pues, es “un objeto que, por una parte. esid enrelaeién con su objeto y. por la otra, con un interpretante, de tal modo que pone elinterpretante en una relacién con el objeto queearresponde eu propia relackin can dicho objeto” De aqui Pcirce destaca el cardeter ternario de su teais de modo indubitable: “Bs importante comprender lo que entiende por semtosts. ‘Toda acciin dindmica o acckin de In fuerza brute, fisies @ psiquica, o bien se ejerce entre dos sujetos [ya sea que ambos reaccionen igualmente une sobre otra. aque une sea agente y el otro paciente, ertera o parcialmente) 0 bien es, en tode caso, la resultante de esas acelones entre pares. Pero por ‘semiosis’ entienco, al contrario, una accion © Influencia que es o implica ura cooperacién entre tres sujetos, como por ejemplo, un signe. su objeto y 54 Inierpretante, no pudienda reaolverse de ninguna manera ta] influencia trirrelauiva en une influencia entre parejas”, 6, Peirce, Charles: "Carta a Lady Weiby del 12/10/1904", En: Obra [Sgine-semidtica, p. 110- 7. Peirce, Charles : Op. lt, p. 117. 8. Peirce, Charles. Collected Papers 5.484, Cttade por: eo. Umberto. Los limites de 49, Peirce, Charles. Collected Papers 5, 488. Citado por Exo, Umberto, tid. 10, Deely, John, Basics gf Semiotics. Indiana University Press. Bloomington & Indianapolis, 1980, p. 23. [La Waducelin es de mi responsabilidad), IL. Peirce, Charles : Obra lagico-semistien, p 208 (CP. 1.540). 12, Sercovich, Aronanda, “tntrodwecson”, En: Peirce. Charles. Obra logicesemugtiea, ps. 8. [Las acotaciones sobre Ja Intencién escolastica, sobre Locke y sobre ta. Estética y Logiea kantianas, porta trascendencia explicativa que virtualmente Henen para la anpliacién del tema, las he formulade yo. asi coma la extenstén del inDujo- austanciatista de Wolff més alla de los limites: dela logosfera filosofica germanal. 18 de ahi que Ja scmiitica sea “la disciplina de la naturaleza esencial y de las varedades fundamentales de toda posible semiosis™. En las acciones que no son la semlosis, fisicas y psiqui- cas, Ios actores son correlativos y la accion entre ellos es esencialmente diddica y dindmica. Un carro no puede chocar contra un érbol si el drbol no esta alli para ser chocado. Estas acciones estin sicmpre envueltas en la accion de los signos, pero a su vez rodean a la semlosis como su contexto y condicion. Asi, mientras la accion de Ios signos cnvuelve siempre las interacctones dinamicas, éstas no siempre necesi- tan envolver la acctin de loa signos'®, En este cantexto, el signo es el sujeto de la representa- clon. Se sobreentiende el uso del inglés subject como “soporte” © “término” y no came “sujeto" en el sentido psicalégico. El ‘signo, el abjetn y el interpretante son los soparies del proceso semidtica: *...limito Ja palabra representacin a la operacién de UN Signo o @ su relacién con el objeto para el intérprete de la fepresentacion. Al sujeto concrete que representa le llamo un signo o representamen™', En este pasaje no sélo se da un uso estrictamente lagica de un concepto tradicionalmente cargado con investimentos de todo orden, sino también la sustitucién de las visioncs diddicas por un modelo triddico de la represen- tacion. Quedan despejadas las aristotélicas “fantasias” del intelecto o de la sensibilidad presentes como pastones en ¢l alma , la “impresién” incorpérea del semainomenon estoico, la “racpresentatio” o el “phantasma” preducte de la intentio natural de los cscoldsticos, la “imaginacién” cartestana, las “ideas o esenclas mominales” de Locke, la “aprehensién sensi- ble" de Spinoza, la “correspondencia™ de Letbniz, la “aprehen- sién general” en la estética y cn la bgica kantianas y, por ‘ultimo, la “representacién” (Vorstellung) sustancialiata intro- ducida por Wolif en la Mosofia alemana y, de paso, europea! Retomando nuestra disquisicion, la filosofia peirciana de Ja representacion se fundamenta en el sujetosigno, por ende, en la mentesigno, en el pensamtentosigno; en suma, en el hombresigno como medium de la semiosis. De entrada, pues, Se postula al signo o representamen como término de la semiasis en Ia que esta aimultaneamente relacionade con su interpretante (algin pensamientosigno que le interpreta), con su “ground” o fundamento (algiin aspecto o caracter que lo conecta con su objeto) y con el objeto mismo al que equivale (Gistco, ideal, imaginario o estado de un mundo posible). Un ‘signe es algo que para alguicn representa o se refiere a algo en algdn aspecto o caraecter. El estatuto ternario de la semlosis fundamentada por Peirce comporta la eliminactin de la psicologia ya que todo proceso concebido en términos binarios, es decir, como acclén entre pares permanece fuera del campo del sentide, Sin entrar @ profundizar este asunto diremos que, en esta semidtica [o logica), la Terceridad, orden fenemenolégico de la represerta- sion, tlene como corrclatos semiéticos un primero, un segundo y un tercero: por eso en la relacton triaidica que es un signa, es elrepreseniamen ¢l que determina al objeto yal mterpretante. ysise plantea que un ebjeto determina un signo ¢s porque el objeto mismo, igual queel representamen y el interpretante, es un signe, De ese modo, a través de las leyes signicas podemos postular le “real” (esto cs, las cosas que no son signos} como algo que se hace y se deshace, se inventa y destruye, en cl interior del tefido de la semiosi 4, LA IRRUPCION DE ORGANISMOS ¥ CONDUCTAS El otra hito de la episteme anglosajona es Charles Morris. Este autor reconoce que Petree “realizd un ambicinso esfuerzo para desarrollar una semidties”, pero a la vez entiende que "sus ideas s¢ hallaban condicionadas por la forma en que los signos aparecen en las clencias naturales, las matematicas y la lagica formal". Un recerrido detallado por las cartas a Lady Welby a por los Collected Papers muestra una considerable cantidad de pasajes en los que Peiree sistematica y explicitamente habla de “cviter la psicalogia”. A pesar de las limitaciones formalistas que Morris ve en Peirce. en Io fundamental no discrepa con él ent la formulacton de la semiosis como una aecién entendida, esta vez, coma Proceso, comportamiento o conducta de signos. “Se considera como semiesis [o proceso de signos) a una relactin de cinco miembros —v, w. x.y. 2-en la cual ¥ motiva enw la disposicion de reaccionar en una determinada forma, x, com respecto a determinado Upo de objeto. y (sin que éste actile entonces como estimulo} bajo ciertas condiciones, z. Las v, en los casos en que Se opera esla relacién, son signos, las w son intérpretes, las x aon interpretantes, las y son significactones, y las z los contex- tos en que aparecen Jos signos”'*, Para Morris. el intérprete es imprescindible: para Peirce cs accesorio ante la autonomis, formal del interpretante. A todo esto, Morris elude uma defint- cian de signo y prefiere reconstruir las condiciones bajo las cuales algo opera como slgno. No hay s!gno por derecho propio, hada poste la “propiedad” de ser un signo. Se trata de un complejo behaviorista de relaciones entre algo y un interprets que deviene interpretante en tante esta dispueste a hacer denotar/signifear a ese algo en una circunstancia dada. Los términos basicos se artioulan, pues. desde el intérprete u organisme para el cual alge opera come un signo; ergo. es un 13, Mortis, Charles: “La scmibtica y algunas curstiones de la filosofia. cantemporanea’ En Alberta Corazin, La ssignificacién y fo significanmo, Macrid. 1974. pp. 60-61 14. Morris, Charles: "El signo vel acto”. En: La significacién y to significatvs. Op. cit.. p 14, 15, Morris, Charles: Thi Signo. El interpretante es sélola disposieiin del intérprete para responder al estimuls proverade por ih signo mecitante clertas secuencias pertenecientes a un complexo behaviorista. El denotatum permite llevar a caboesassecuencias yladenotacién es el hecho de que un signo denote un denotatum, Estas son jas condiciones del significatum. La significacién es el hecho de que un signo, al activar una secuencia conductual, termine significando un. significettum. Sobre este madele, la critica al mentalismo de las semidticas psicolégicas descubre en ésias una propensiin a identificar al intérprete del signo con entidades tales como el espiritu, el alma o la mente y, correlativamente, al interpre- tante con una especie o con un concepto 6, mas aun, represen- tecionalistamente con una imagen mental, En base a esta erilien. Morris propugna una semidtica conductista segin la cual el intérprete es un organisme y el interpretante es una secuencia de conducta (behavior), Indudablemente hay aqui una recuperacién del euerpo que enmarea la reflesieon sobre la accién de los signes como biosemiosis. La episteme biolégica se inserta permanentemente en Jos escrites de Morris: asi, por ejemplo, recogiendo experimentos como los de von Frisch con abejas plantea que la danza que hace la abeja al regresar a la colmena para guiar a las demas congéneres a la fuente det allmento luego de haber encontrado nectar es un signo: las otras abejas, afectadas por la danza, son intérpretes; la dispo- sition por parte de estas abejas para reaccionar en una forma determinada, ¢s el interpretante; la clase de objeto respecto al cual las abejas estiin preparadas para actuar en esa forma es la significacién del signo, y la posietén de ta colmena ¢s una Parte del comtexta’®, §. LA EXPULSION DE LA MATERIA Frente a estos modelos, a la larga pragmaticos en tanto eonciben la semiosis de un modo o de otro come “acelin de los signos”, tenemos la tradicién lingiisticosemiolagica cuya fuen- tees cl Curso de Lingdistica General de Ferdinand De Saussure, Cabe notar que este autor no emplea el vocable “semiosis"; no obstante, hace ver que “los térroltce implicados en el signo limgnistico son ainbos psiquicos y estan unidosen nuestro. cerebro por un vinculo de asnciacién {__.). Estos dos elementos eatan intimamente unides ¥ se Teclaman reciprocamente”. Masadelante. estos términos, denominados ya significante y significads, aparecen como elementos constituyentes de un conjunte llarade signo; esto cs, come partes de un todo", El desarrollo de la tearia del valor ingOlstica, expresade con la metafora dela hoja de papel cuyo anverso seria el signifleante ¥ cuye reverso seria cl significado", permite recalcar la indisolubilidad de la relacion entire significante y significade y en cl hecho de que ambos abarcan Ia totalidad del texto ¥ no sole sus lexermas alslados, Pues bien, la caracterizacién psiqui- ca de los términos del signo expulsa la materialidad del sentido fuera de la lengua, Esta queda separada de la palabra. Al pertenecer al orden de lo individual y de In contingente, el aspecto matertal del sentido es evacuado fuera dela Linguistica, Acota Verdn que: “Este paso del sonido [rsatersall a la imagen acistica del sonia forma parte del paso-de los ‘hechos de leriguafe’ ala lengua. Como los bechos del lenguaje en general, el proceso de produceidn del sonido es extremadamente camplejo...), Eon la lengua, felizmente, silo queda la Imagen actetica Pasajeds larmultipiicitad heterdclita, cesordenada, informe, de lo material, ala simplickiad de un objete tw material, de elencia. En otras palaheas: pasaje de alge material y campleje a alga simple y concseto™™ Ese trdnsita descansa en cl supwesto segon el cual cl orden de lo psiquico, atribuide a las Imagenes actsticas significantes y a los conceptos significades, es el orden simple ¥ homogéneo de un sujeto que sometide a lo social recibe el sentido come una herencia, Todas estas consideraciones dan ple a Louis Hjelmslev para recoger la dicotomia significante/ significado redefinitndola correlativamente como plano de la expresién/plano del contenids, En cada una de estos dos planos del fenguaje distinguiré el aspecto material ligndo a manifestacién y el aspecto formal ligndo a la semiosis. Asi, pues, la manilestacién que hace presente la forma en la sustancta “presupone como condicién previa la semiosis (o acto semiétics) que confuga Jas dos formas de la expresin y del contenido antes, por asi decirlo, de su realizacién material”"*, De este modo, ef en Ia tradicién anglasajona ‘del saque™ se postula el signo como medium de tm semioals {reitero: 1a semiosis es la accién de los signos, ergo, signo es algo légica- Mente anterior a semiosis), mientras tanto, en la tradicién francesa, curosamente consumada por un dames, la semiosis aparece como ‘operacién productora de signos mediante In instauracién de una relacién de presuposicion reciproca entre la forma de la expresién y la farma del contenide (en la terminologia de L., Hjelmslev) o entre el significante y el siget- ficado {F, de Saussurel"" por lo tanto, la semiosis, en tanto operacién productora (plano de ia inmanencia), es lagieamente anterior a tos signes que produce materiatmente [plana de la mantfestacion). 16. Saussure, Ferdinand: Curso de lingitistioa generat, Losada. Buenos Aires, 1077, pp. 128-129, LP Saussure, Ferdinand: Op. elt, p. 193. 19. Greimas, Aad. Courtés, d.: Semidtica. Diccionario rapcnade de da teoria cet beragmcenter. Gredos, Madrid, p. 251. 20, Greimas, Ad} Courtés, Ji: Op. eit, p. 64, 21 22 6. NO HAY NADA NUEVO BAJO EL SOL Con la expulsion de la materia, algo perdieron el sentido y¥ €l sujcto. El signo perdié el sonide de la palabra, Ja traza de la eseritura, las luces y sombras crométicas del cine. El sujeto perdié su cuerpo, ELeuerpea su sujeto. El trauma rio es nuevo. Nos remonta al entredicho que enfrenta 2 Descartes y Locke, Aquel separé la mente del cuerpo. Este los mantavo umidos, Saussure ubica corporalmente a los “hechos” del tenguaje: estan en el espacio/tempo, sometidos a las leyes mecanicas (fisteas y fisiotigicas} que gabiernan ala res extensa. incluso el lenguaje mismo como que se pierde en Ia vordgine de las milliples hablas o de lo piiblico. La lengua micntras tanto es una realidad psiquica, por ende, mental, Sus relaciones opesitivas y sus operaciones de formacién no estan sujetas a leyes mecanicas sino mas bien al principio creador de la res cogitans. La lengua es pura forma que existe plenamente en la extrafa dimensién “privada” dela “masa hablante” (lo social) o que existe parcialmente en la cntrafa privada del individue (lo mental), Ahora bien, en esa realidad paiquica que cs el signa como clemento de Ia lengua, cl significante es aquella parte que puede devenir sensible objctivandose perceptiblemente mien- tras el signifieads es aquella otra parte que se define como una carencia 0 ausencia en el objeto perceptible que preciaamente par eso deviene significante. En todo caso, esta ausencia o carenela remiic a la parte que no puede hacerse sensible y que, de hecho, no es ni sera sensible. He agui la diferencia radical, clara y distinta, entre lo sensorial significante y lo no sensorial: significado, entre presencia y ausencia. El signo, en tanto resultado, sera la realizacién de la relacién entre ambos lérminos ya que no existe uno fuera de su relacion necesaria con el otro. Originariamente doble, el signa es, ata vez, sefial Yausencla. En el plane teérico, a pesar de que el signo une, st puede detectar en Saussure un gesio cartesiano de separa- clin, de desimde entre lo que pusde ser “tocado” por lo material /corporal y lo que se mantiene incélume en un estatio plenamente formal/ mental aunque cabe aclarar que al tipificar @ la lengua como instrumento de comunieacion confeccionade Con signoé arbitrarios recusa la tesis de que la lengus deba representar una estructura de pensamiento que existiria inde- pendientemente de toda configuracion ling@istica {tratese, al modo Comparatista, de una representacién como funcién fun- damental o, al moda de Port Royal, de una represéntacion come medium para ls eomunicacién del alma racionsl y universal de la palabra). Asl, pues, come consecuencia de este planteamiento, de algan modo tributario de la Jogésfera cartesiana, los seguido- res glosematicos y functonalistas de Saussure se orentaron a la reconstruceién tebricodescriptiva de los sistemas de signos determinando sus unidades minimas, sus sistemas de oposi- clon, sus reglas de combinaeion y formulando de un mode o de otro mas alla del debate sobre posibles (semerfismos) una semiclogia de las equivalencias postulables entre el plano ‘expresive de los significantes y el plano de los contenidos algnificades. Este analisis de los signos en tanto forman aistemas es, ya en el paradigma estructural generativo, la primera etapa de un proyecto que se dirige “hacia la deserip- ‘cién de las redes de articulacién de las formas”. Esta actitud epistemolégica considera que “partiendo de presupuestos Positivistas considerados como evidencias es imposible clabo- rar una teoria satisfactoria del referente"™. Comé corclario de Ja teoria de Saussure se llega a la exclusion del referente ya su reemplazo por una semidtica del mundo natural en tanto el Hamado mundo extralingdistico del “sentido comin” csta Informado por el hombre ¢ instituido en redes de significacién. Un formalismo conmrencionalista se constituye come heredero de la semiologia. No obstante, a estas alturas, el influjo fenomenologico ha levade a romper el cordén umbilical con el maestro ginebrino en lo relative a su psicologisme. Gretmas y Ja llamada Escuela de Paris se acogen a uma fenomenologia declaradamente husserliana con la que se aproximan al sen- tide come aquello que fundamenta la actividad humana en tanto intencienalidad, La herencia de Locke es otra. Como sabemes, él no era, matemdtico sino médica. No padia aceptar bajo ningun concep- tola existencia de ideas tnnatas nt la disjunctin cuerpa/mente Las ideas, formuladas come materiales con ins que opera el entendimiento. tlenen su origen en las sensactones y en las reflexiones. Las palabras son sélo signos convencionales de las ideas (o esencias nominales) y, por consiguiente, su significa- cian es perfectamente arbitraria. Locke plantea la neresidad de reconsiderar las ideas y las palabras como los grandes instru- mentes del conocimienta esbozando (en los cince pardgrafos: finales, un poce mis de Ja altima pagina del Ensaye sobre el entendimienta human) una dactrina de los signas o semidtica La consideracién de los medios del conocer y del comuntcar er: la perspectiva del significar, sagazmentc sugerida, nos depara- ra otra suerte de logiea y critica, de la que hemos conocide hasta ahora”. Como sefiala Deely, la antinomia entre el punto de vista efectivamente adoptaco al inicio del Ensayo como un todo y el posible punto de vista propuesto en su conclusion es, para la historlegrafia semidtica, un objeto digno de considera- clén por propio derecho**, Sea como fuere, ke queda a Locke ef privilegio y el poder del bautizo, 21. Greimas, Au./ Cortés, Ju; Op. cit, p. 378, 22. Greimas, Aj Courtés, Ju: Op. cf, p. 596, 23. °.) la consideracion de las ideas y de las palabras, ‘en cunt que son Loe grandes instrumentos delconocimicnto, constituye una parte nada despreciable de ta contemplactén de quienes pretendun ver ven toda su extension el humane canoeimtento_ Y si esos instrumentos fueran abjeta de una ‘esmerada ponderaciia yde un estudin euldadoso, quiz nes afrecerian otra clase de logiea y de critica, distinias a las que nos than sida familiares ‘hasta ahora’. Locke, Molt, Ensayos sobre el entendimientafusnano. F.C.E, Mexico, 1992, p. 728. 24, Deely, John. “Jahn Locke's Place in the History of Semintic Inquiry”. En: Semiatics 1966, Lanham, MD: Ed. Jonathan Evans and fohn Deely. University Press of América. 1987, pp. 406-418. [La traducelén ex de rl responsabilidad] 25. Deely, John. Basics of Seeniotics, p. 114. (La traducelién es de mi responsabilidad} 26. Maciendo referencia ala deconstrucetin del ‘significado tmscendental operada, por Peirce mediante la infinita remision de signe en signo, Derrida apunta que “Felree eonsidera lo indefirtido de esta remisi6n cama eleriterio que permitiria reconccer que se trata de un sistema de signos. Lo que ineugura cl movimiento de ka significacion es lo que hace imposible su interrupehin. La cosa Mmismaa es un Sigro. Proposition tnaceptable para Husserl, cuys fenomenologia permansee, par tal motive -es decir, en au “principio de los ‘prineipios'-.. como ta restauracién mis radical y més critica de Ja metafistea de Ta presencia, La diferencia entre Ja fenomenologla de Husserl y la de Peirce ¢¢ fundamental, 24 "Sj hoy Namamos a ladoctrina de los signos ‘semiética'y reo ‘semiclogia’, es en el breve y cancluyente capitulo XA del Libro IV del Ensayo de Lorke donde debernes husear ba razin alli, y en la Influencia que este eapitulo elereié en el Joven pensador americano Charles Sanders Peirce, que ley® ‘el Ensayo pero que hizo de eu conciusién parte sustancial de su fllosetia y de gu trabajo de vida deade 1867 en adelante=, La defensa que hace Locke dc la Impresiin sensible, su materialism hipotétics y, sobre todo, la conclusién de que tanto las ideas come las palabras son signos, da pie a Peirce para correlacionar los sujctos (subjects) de la semiosis en términos de primeridad, secundariedad y terceridad sin distin- guirlos clara nf distintamente sing mds bien fustonandolos en fa semiosis. Y es que una cosa es, en Ja perspectiva postsauseuriana dela Escuclade Paris. proponer una semiologia exorcizando al positivismo y acogiéndose a una metafisica de la presencia (Husserll y otra cosa cs cilificar una logica semidtica 8 partir de una fenomenologia, Jamada también faneroscopia, para Ia cual la manifestacién no revela una presencia sing quc constituye un signo™. No hay por qué evadir el entramado de acciones én el que cooperan la construccidm de Jo real, la Preduecién de sentido y el funcionamiente de la vida social. El sujetosigno no es la fuente del sentide ni su deposito sine el Punto de pasaje necesario en cl flujo de la semlosis. Frente ala semiologia de laa equivalencias sc crige la semidtica de las Inferencias mas propensa a simpatizar con los deslizamientas metonimicos desplegades cn desplazamicntos y replegndas en la condensacion de signos significantes ["acclunes” que ayu- dan @ Upilicar al discurso en psicoandlisis), Lo paradojico es que siempre ha habido psicologias englobantes al acecho de las teorias semiéticas (la sambra de Wureit y de Ja Gestalt tras Saussure, la de un eonciuetismo eritico em el que “esta y no esta” Skinner tras Morris), En esta Circunstancin, parce come si Peirce en su ebaesiva hulda de “la psicologin” tendiese a caer en una red de empatias con la modelizacién, también triadica, de Lacan, 7. LA RECUPERACION DEL CUERPO SIGNIFICANTE: DEL ENREDO METONIMICO CON LO REAL (INDICE), AL ESPEJO (ICONO), A LA MATRIZ DE LAS FORMAS SEMIOTICAS (SimBOLO} 4 proposito de la semtosis indicial, Peirce planteaba el lazo existencial entre signe y objeto. Hay que pensar entonces en una compleja red de recnvios regida por la contigiidad metonimica: parte/tode; eentro/periferia; dentra/fuera: etc, ‘Veron lama al cuerpo significante, en tante pivote de este funcionamiento, la capa metonimica de la preduccién de sentido, Veron recuerda a Piaget cuando reconoce que el cuerpo es ¢l eperader de esta tipologia del contacto, cuya primera estructurazién correspende a las fases iniciales del periods sensomotriz, anteriar al lenguaje. Para comprender la naturalesa y el funcionamtento de esta capa metonimica recu- rre a la distinclén entre simetria y complementariedad pro- puesta por Bateson al describir tipos de diferenciacién social entre grupes: cuando a un compertamiento dado se responde con una Secuencia del mismo comportamlento se habla de simetria; por ejemplo, a la agreston con agresion, a una oferta con otra oferta. Cusndo, por el contrario. ciertas conductas desencadenan como respucatas conductas de naturaleza dife- rente pero que tienen con las primeras un enlace especifico de rerresponcdencia, se habla de complementariedad, En este ultime principle de diferenciacion reposan rela- clones tales como: dominacton/dependencta: sadismo/maso- quismo; exhibiciontsmo/voycurisme; ete, zSegundidad? glma- ginarie? Afos después, Bateson repara en modes estructura- les complementarios de interacclon que conciernen a temas asociados, cn primer lugar, con zonas erogenas: intrusién, invasién, exclusién, eyeccién, relencién, ete.; en segundo lugar, con Ia locomocién y la mecdnica carporal-soporte, equi- librio, levantarse y caer, contrel, alcanzar, asir, etc.) y en tercer lugar con los Organes de los sentidos y la percepcion-compren- der, ignorar, atender, ete, Ademas la relacién progenitor /nifio est por clerto ligada con los temas relatives a las zonas crdyenas y con Ja problematica del territorio come extension del cuerpo, No e ocasiém de abundar en esto. Cabe decir, en suma, que “In red metoniovea de la producciin de sentide Uene indciaimente la forma de una red intereorporal de lazos de complementariedad constituids pacreenvins cuya eoaaomia reposa en la regia de Ja contigdidad: el sentido de la conducta de demanda del nifto se produce como reenyio a laconducta alimentndora opratectora dela madrelasicoma eleentidadel comportamiento exhibieiaaists, pore! que un Cocrpo se murstra, se realiea en la mirada de otro cierpo. Teneiios frente a nosotros uaa red de deslizamientas intercorperales, dinamiaada por tas pulstones. "2, Abora bien, en determinade momento comlenza a funcio- nar una regia de similaridad y la red de los cuerpos actuantes se vuelve multidimensional postbilitando comparsciones y sustituciones por las que un mismo fragmento de conducta adquiere distimtes valores significantes de acuerdo a una pues conciecne 105 conceptas de sigmo y de manifestackin de ta presencia onginana de Fa coe misenea (. verdad). En relacidn con este pune. Feiror: esid sin duda mas proalroe al inventor de Ja palabra Ienamenelogla: Lambert be propomia en efecto sreducir la teoria, de las comar ala tearia de los signos’. Segim la ° ‘fenomenologla’de Peirce, la manifestacton, en si misma no revel tina presencia. sina que consiltuye un signa, Se puede leer en los Principles of Phenomenology que +n Idea de la marufestacion es la idea de un signer, Por consiguiente, no hay una fenamenaliciad que reduzca el signoo elrcpresemlante para dejar brillar, al fin, «Ja enna significada en ta Tkumingatdad de set presencia. La denomminada ‘cosa misma’ es desde un eamilena uri nepresentamen sustraide a la simplicidad de la evidencia intuttiva. El reprenentamen s}0 funciona suscitande un interpretante que se converte a su vezen in signe y asi hasta el infinite”. Derrida, Jacques: Bee ta Gramatotogia, Sigho XX1. México, 1971, pip, 63 a4. 27. Verén, Eliseo. «Corps Signifiants. En: Senaalue et pouvolr, Payot. Paris, 1078. 28, Veron, Elisea: Lat seminsis sorin!, pp. 142-143, 25 29, Veron. Eliseo. Op. ‘oft, p. 146. Hace alusién als version francesa dc Ja obra de Freud, Sigeatind Metapsychologts. Gallimard. Periz. 1968. 80. Veron, Ebweo. Mid. 26 multiplicidad de secuencias diferentes, Ya no hay “univocidad™ y tada secuencia dé eanducta deviene “lugar de paso” de una compleja pluralidad de reenvios metonimicos. Asi, cuando la regia de similaridad/no similaridad entra en composicién con laregla de contighidad se convierte en operadorde desagregacton de la red de los cuerpos actuantes que, de esta manera, se torna multidimenstonal en la medida en que se muultiplican y entrecruzan les secueneias de comportamiento. Un sintagma conductual puede ser el punto de paso de varlas cadenas comportamentalcs. La materia significante no es, pues, lineal, sino multidimensional. Sera el trabajo de “socializacian” de la materia significante de los cuerpos (ayudado por operadores lingGisticas) el que producira una linealizacton que teanstormara la red metonimiea intercorporal en un conjunto erdenada de secuencias jas de actividades socialmente aceptables [exceptuando casos de frecaso total -psicosis~ @ parcial -neurosis-]. En efecto, a medida que progresa la “socializaciin’, se producira la nivela- sion del tejido multidimensional de remistones intercorparales: slertos recorridos serdn prohibidos, clerlos desitzamtentos cacram bajo: la fuerza de la represton, clertes trayectos scram Privilegiados © incluso recompensados por los agentes socializantes y las unidades comportamentales iran perdiendo su polivalencia semantica. ‘No eseate el lugar para profundizer estas tests, Basta decir. a mode de resumen, que come corolario se descubre una serie de Propiedades en esta red de remisiones indiciales que tenden a ‘aproximarias 4 ta caracterizacion pstroanalitiea de los process: primaries. Por eso recuerda Veron que cuando Freud discute sobre las pulsiones y su destino, tratancio de precisar la idea de transformacion en el contraria, todos sus ejemplos correspanden. exactamente a lo que Bateson tipifica como relaciones de complementariedad". Por atro lado. el “proceso par él cual el cuerpo significante-se somete ala bey coctal resulta inseparable del surgimiento de la imagen del Cuerpo propio, ex decir. dela estructuracién del analogon, sei come de la intervenciét: masiva del Jenguaje- la constitucién del cuerpo propio [en el sentido de propiedad) no ¢é discernibie de la constitucion del cuerpo propio len el sentide de Io correcta", A todo esto. Eco sefiala que las reflexiones de Lacan sobre eLestadio del eapejo “nos sugieren que pereepcidn fa. al menos, pereepcion del propio cuerpo como unidad nofragmentadal ¥ experiencia, eapecular van a Ja par. ¥ be aqui que percepcién, pensamients, conciencia de la propia subjetividad, experiencia especular, semtiois, aparecen coma mementos de un mide inextricable, coma puntos deuna circunserencia ala que parece ardvo asigmar un puro iniclal"". De todes modas, la estructuracion de Ia imagen del cuerpo @ lt que se refiere Lacan implica la estabilizacion progresiva del capaci perceptual. En el fendmeno umbral del espejo donde se vislumbran Jos limites entre lo imaginarlo y lo simbélico, la mirada aparece come una bisagra entre cl orden metonimice y el orden {ednice, El modo de operacién de Ia mirada es estructuralmente metanimico: ge trata de un stste- ma de deslizamtentos que sélo puede operar bajo la forma de trayectos. La mirada y cl cuerpo significante comparten la misma estructura; s¢ trata, en ambos casos, de um teyido de reenvins compuesto de multiples lazns entrecruzados, Antes de que se estructure la imagen del cuerpo propio, la mirada, prolongando y anticipanda ¢] contacto, se mueve al interior de la red intercorpérea de remisiones metonimicas. Las zonas de esta red asociadas a los contactos erdgenos entranan trayectos {deslizamientos metonimicos} de fuerte carga pulsional, La Intervencion progresiva de las interdicciones provoca ruptures en los eneadenamientos de la contig:didad imtercorpérea origl- nando suspensiones de recorrides. Es muy probable que estas Tupturas, en tante generan puntos de inmovilizacién en la menclonada red, se asocien al surgimtenta de las imagenes. Esos puntos de suspensién se convierten en topicos de anciaje de los que emerge lo figural. Fisuras de lo figural que posibili- lan, a su vez, el surgimiento de Ios tconos como correlates de las rupturas de los recorridos metonimicos, He aqui el rol “bisagra” que corresponde a la mirada: “ella ge cittia exactamente en el punto de encuentro entre la suspension de un trayecto, evento que se praduce ex cl planode la materia significantedel cuerpo, y lainmoviliraciin que da nacimiento al fantasma, Ja inmovitizacién que est enelorigendeloicinico. Bate encuentra naparece separable de Ja ceneura: pensemos en el fantasma de la eacena primitiva. Este praceso'se-campleta ere! estado del espejo: la formacion del curmpo propsa {cuerpo viele implieada en eldesdoblamiento del espejo. consagra la instauracion dela distancia que separa la rolrada de Ia figura mirada: a partir de ese momento, fa mirada sera una mirada ‘habitada’, focalizuda ‘en mi cuerpo’, separada para siempre del cana. que ‘ine a ocupar e! lugar producido por ta ruptura de ta cadena metonimica. Este hagar sera también ocupade, skp dude, por el cuerpo del otro". En consecutncla, toda imagen, por su relacién con la mirada, cs a 4 vez icone, figura alslable que obedece a la 31, Beo, Umberto, “De Tes eapejes”, En: 190 ios otros ensayos. espejos Lumen, Bareelooa, 1988, p. 12. 92. Vern, Eliseo. Op. Ci, Be 147. 27 39, Bea, Umberto. Op. ‘dit fel. nota 30), p. 13. 34, Verdin. Eliseo. Op. eit. p. 148 28 ‘similaridad del reconecimiento, a la sustitucion metaférica, ¥ ala motilidad dedeskzamientosmetonimicos. La red metonimica de contactos entre cuerpos sera desgarrada en Ios puntos iednicos de fijacion, Sobre este tefido “picada” se injertard ia. matriz simbélica del lenguaje, En la asuncién jubtlosa de la imagen especular se manifesta la mencionada matrée en la que el yo s¢ precipita en forma primordial. El lenguaje debera restituirle su funcién de sujeta en to universal ya que el dominio imaginarto del propio cuerpo logrado gracias a la experiencla del espejo es prematuro respecto al dominio real: “el desarrollo no sc produce sine en la medida en que el sujeto se integra en el sistema stmb6lico, se cjercita en él, se afirma, en él mediante el ejercieto de un habla verdadera™. A final de cuentas. ¢! pasaje de un fivel a otro, igual que el pasaje del suefio a su “relato”, esta aftctado de indeterminacion. En esta perspectiva, Eco entiende que la resiitucién “en lo universal” deberia ser propia de todo proceso semiético. aunque no sea verbal, Mas alla de la complicada discusién imaginaria que se podria generar entre Eoo y Lacan creemos, con Veron. que estes tres érdenes del sentido no deben levarnos a polemizar sobre Upos de signos. Remiten mas bien a niveles de funclonamienta: “los tres érdenes estiin presentes baja diversas formas yen grades diversos, en cualquier discurso, aun dentro de ios limites de In materia lingiiatica: en la palabra. las fiuodalidisdies del decir permiten queeldestinatariacategarice al locuter por medio de operaciones de comparaciin unaligicas, y ef teno de la vox construye fa naturaleza det comtacin: ena esrritura impresa. to figueal y lo metoninies Aparccen tan pratito come prestames atencion al Sunclonamienta de la ‘puesta en pagina’. La importancia de Ja ariiculacion dy los tes grandes Srdenes se vuelve 2 Jorstorterucial cuanda consideramos‘paquetes significantes complcjos (postura gestual v palabra en. los invercambies interpersanales; texte imagen en jes cliscursos media tics) Cuando leemos el ctiarin, desentran amos le sienbalhoo en e texia, Interpretamoa le icons de la actualidad en ins Gnigroes, \ la puesta en pagina y las variacianes Hpograneas definen ¢] eantacto, Cuanda estamos frente al aparato de (elevisisn, en el momento del noticiario, el lacutar se dirige A nuestros mecanismos aimbélicas por loque dice, se olfece a nuestra Interpretacitn anaingiea par ews vestimentas, sit estilo fisico, sux modales (que asoctamos a modelos psicaligicos, sociales. culturales, etc.) ymosimira a losajos, en busca de coritacio™™, En definitiva, a pesar de la esforzada (jes forzada?) coneiliacton que hace Eco en varias de sus obras entre Petree y Hielmsiev, bay que admur el corte epistemologicn qu, come dice Peraldl. marca [tratandase ya del paso de Saussure a Peirce) un punte dene retorno. Es del todo eierte que resultan asombrnsas las srmejanzas entre las categorias cenopitagéricas © fenomenolégicas de Peirce y las categorias formuladas por Lacan a partir de Ia obra de Freud. A final de cuentas, con toda la cautela que ella amerita. no podemos sustracrnos a la Perplejidad y fascinacién de tres posibles sintonias: Io real/ Primeridad. Loimaginario/ segundidad. Lo simbdlico/teroeridad [dimension dentro de fa cual, como orden de la representacion, se construye la teorla de las formas semidticas), Este didlago de Peirce con Lacan no es otra cosa que el reconocimiento o ta lectura de un complejo dibujo desde este costado del euadro, agui ahora. 28:

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