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¿Tengo Monos en la Cara?

Autoconocimiento, ACT y Mindfulness

Compartido por

Joan Rullan Pou

A veces hemos tenido la sensación de que nos miraban sin entender por qué, cómo si algo de
nosotros llamase la atención sin ser conscientes. En la adolescencia, recuerdo haberme
encontrado en varios casos que oía alguien preguntar con tono ofendido, ¿Qué miras? ¿Tengo
monos en la cara? Sin entender muy bien la razón de la frase ni el cómo puede uno tener monos
en la cara, o qué estarían haciendo en la cara de alguien unos monos en caso de ser así.

A veces hemos tenido la sensación de que nos miraban sin entender por qué, cómo si algo de
nosotros llamase la atención sin ser conscientes. En la adolescencia, recuerdo haberme
encontrado en varios casos que oía alguien preguntar con tono ofendido, ¿Qué miras? ¿Tengo
monos en la cara? Sin entender muy bien la razón de la frase ni el cómo puede uno tener monos
en la cara, o qué estarían haciendo en la cara de alguien unos monos en caso de ser así.

Resulta que la frase original realmente es la de “Tener momos en la cara”, y momo en la mitología
griega es el Dios de las bromas y la burla (ahora sí, todo encaja).

Vamos a volver a los monos de todas formas para darle más sentido a este post, y a esa sensación
de que los demás ven algo de nosotros que nosotros mismos no. ¿Cuáles son tus monos? ¿Qué
pensamientos, emociones, recuerdos, sensaciones físicas… están ahí, se manifiestan a través de
tus acciones y palabras, de modo que los demás los ven y tú no?

Se sabe que los llamados eventos privados, lo que pensamos y sentimos en un momento dado,
depende de la interacción entre el momento presente y nuestra historia personal. Si de
pequeños en la playa nos picó una medusa y nuestro cuerpo reaccionó con miedo, es probable
que si en el presente vemos una bandera que señala “peligro medusas” nuestro cuerpo reaccione
de nuevo con señales de temor, sean más o menos intensas.

Así, en cada momento nuestro organismo reacciona a lo que encontramos en el momento


presente, y siempre lo hace en función a nuestra historia personal previa. Es tanta la información
que procesamos, que resulta imposible abarcarla toda bajo el foco de nuestra atención, y es ahí
donde se habla de subconsciente, creencias implícitas, etcétera.

Las personas a menudo, y especialmente cuando actuamos lo que se dice con el piloto
automático, estamos reaccionando a todo ello, a estos pensamientos, emociones, etc., sin prestar
atención, sin ser conscientes de qué estamos haciendo y para qué.

Volviendo a la metáfora, si nuestro organismo, o nuestra cara, fuese un parque zoológico de


monos, tendríamos toda una serie de monos (el mono “enfado”, el mono “Estoy harto no puedo
más”, el mono “esto es injusto”, la mona “euforia”…), a los cuales lo mejor que podemos hacer es
dar la bienvenida y permitir estar ahí, pues son nuestros y de nuestra historia, no los podremos
echar. Si has estado por el sudeste asiático u otros países con monos, sabrás que no son
precisamente el tipo de animal que vaya a hacerte caso…
Es posible que uno a veces se sienta abrumado, rodeado de monos que le asaltan y le resulta difícil
tomar perspectiva de ellos, diferenciar quien soy yo y quienes son los monos. La falta de
conciencia en el momento presente puede llevar a que las personas actuemos en base a estos
monos, sin saber que están ahí o la razón por la que estamos actuando de una manera,
dejándonos llevar por ellos y dándoles voz, dándoles nuestro poder, para que actúen ellos por
nosotros.

Así, dejamos saltar a la palestra al mono “esto es injusto” y actuamos en base a todo lo que él nos
sugiere. Otras veces puede presentarse el mono “te están engañando”, y nos quedamos
discutiendo con él sobre si tiene o no razón, creando bolas de nieve que pueden acabar
convirtiéndose en grandes problemas y generar sufrimiento innecesario de donde sólo había un
mono hablándonos.

¿Qué vas a hacer cuando tengas el mono “miedo” susurrándote al oído…?

“Tienes que hacer todo lo que te asuste, JR. Todo. No digo que pongas en peligro tu vida, pero
todo lo demás, sí. Piensa en el miedo, decide ahora mismo cómo vas a enfrentarte al miedo,
porque el miedo va a ser la gran cuestión de tu vida, eso te lo aseguro. El miedo será el
combustible de todos tus éxitos, y la raíz de todos tus fracasos, y el dilema subyacente de todas las
historias que te cuentes a ti mismo sobre tí mismo. ¿Y cuál es la única posibilidad que tienes de
vencer el miedo? Ir con él. Pilotar a su lado.” El Bar De Las Grandes Esperanzas –J.R. Moehringer

La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) trabaja en varias líneas para ayudarte a cuidar bien
de tu zoológico y ser tú quien tome las riendas, dejando los monos en su lugar, diferenciando el YO
de ELLOS. Uno de los factores principales es tomar consciencia de ello, de qué monos están
visitándote en un momento dado.

El hecho de ser conscientes de ellos es un gran paso y facilita la diferenciación entre la persona y
sus monos, tomando perspectiva. Al mismo tiempo, eso permite identificar que una cosa es lo que
dice el mono, y otra la verdad. Que el mono diga “va a salir mal”, no significa que vaya a salir mal.
Ello se trabaja con diferentes ejercicios, metáforas, y Mindfulness o Atención Plena.

Ganar estas habilidades será importante y facilitará el hacerse las siguientes preguntas: ¿Qué es lo
importante para mí? ¿Qué quiero en mi vida? ¿Cómo quiero responder ante una situación? ¿Qué
es importante para mí de esta situación, y qué me será mejor, actuar bajo el prisma de qué es
importante para mí y como me gusta verme actuar, o cediéndole el timón al mono de turno?

Es lo que en ACT llamamos trabajar Valores y la Acción comprometida hacia ellos. Es importante
destacar que los monos, son temporales: La vida y la historia personal puede ir modificando los
contenidos del zoológico, qué monos van y vienen, pero el zoológico es algo permanente, estable,
siempre está ahí, y es nuestra responsabilidad cuidarlo.

En conclusión, la Terapia de Aceptación y Compromiso, o el Mindfulness, pueden ayudarte a


conocerte mejor, saber qué hay ahí, qué monos en la cara ven los otros a través de tus acciones
que tú no logras ver, especialmente en aquellas acciones y comportamientos de los que menos
orgulloso estás.
Una vez identificados esos monos, puedes ponerlos delante tuyo, observarlos, YO-AQUÍ, ELLOS-
AHÍ, y saber que simplemente son eso, monos, producto de tu historia, una historia en evolución
constante y llena de casualidades. Liberarte de la necesidad de creértelos, de hacerles caso, de
luchar con ellos, permitir que estén, y girarte hacia la vida, cultivar lo importante para ti y ser la
persona que quieres ser.

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