Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
pp. 37-55
Resumen
Este artículo pretende ser una pequeña muestra de aquellos principios de la Teoría Crítica de
la Escuela de Frankfurt que siguen siendo útiles para la comprensión del mundo actual y sirven
de referentes para una educación crítica. Se han incluido no sólo algunos planteamientos de los
primeros frankfurtianos sino también las tesis y nuevas categorías aportadas por las generaciones
posteriores del Instituto para la Investigación Social de Frankfurt, que han mantenido la herencia
de la primera Teoría Crítica.
Palabras clave: Teoría Crítica; Escuela de Frankfurt; Crítica ideológica; Acción comunicativa;
Acción creativa; Teoría del reconocimiento; Educación crítica.
Abstract
Evolution of Critical Theory. Reflections and digressions on its validity for critical education
This paper aims at providing a small sample of those principles of the Critical Theory of the
Frankfurt School that remain useful to understand the current world and that work as a referent for
critical education. The paper includes not only some of the theories of the first Frankfurt scholars,
but also the theses and new categories by the following generations in the Institute for Social Re-
search of Frankfurt, which have preserved the heritage of the first Critical Theory.
Keywords: Critical Theory; Frankfurt School; Ideological Criticism; Communicative Action;
Creative Action; Theory of Recognition; Critical Education.
En segundo lugar propongo, sin ánimo chung de Frankfurt (Instituto para la Inves-
de sistematización, unas reflexiones sobre tigación Social).
algunas de sus tesis, primigenias y actuales, Evocando una breve historia del mismo
que siguen teniendo validez tanto para la desde el regreso de Adorno y Horkheimer a
comprensión de la vida social actual como Alemania tras el exilio en Estados Unidos1,
para fundamentar determinadas opciones hay que señalar que el Institut experimen-
educativas de carácter crítico. Reflexiones ta una gran diversidad en sus temáticas de
que, expuestas a modo de “aforismos” o di- investigación y publicaciones a partir de la
gresiones, puedan suscitar el pensamiento desaparición de Adorno, director del mismo
crítico del lector. desde su regreso hasta su fallecimiento en
1969. En estos años aunque Adorno cum-
pla el papel oficial de director –en opinión
Evolución del Institut für de Claussen–, es Horkheimer2 su “cerebro
Sozialsforschung político” quien pretende, a través de las in-
vestigaciones y estudios del Institut, encon-
Resulta difícil hacer una descripción trar una plasmación empírica de las tesis del
evolutiva de la Teoría Crítica desde aquel grupo en la vida del presente, ya que la Teo-
ensayo programático de Horkheimer en ría Crítica, en sus palabras, debe ser una teo-
1937 hasta hoy (Horkheimer, 1974). La difi- ría que mirando hacia el pasado aporte las
cultad estriba tanto en la propia definición claves explicativas de las miserias de la vida
de esta teoría como en la situación de dis- social del momento. Esta actitud caracteriza
persión de los autores que reclaman una de forma permanente a la Teoría Crítica: la
conexión conceptual con ella. No hay que renovación permanente de un pensamiento
olvidar que el origen filosófico de los pri- que se mantiene fiel a sí mismo en la bús-
meros autores de la Escuela de Frankfurt queda de una “verdad” que contiene la es-
reduce su difusión al ámbito académico de peranza utópica de una sociedad más justa
la filosofía. Solo posteriormente, y dado el y humana, pero que precisa transformarse,
carácter interdisciplinar y atípico de esta modificarse, para poder interpretar correc-
teoría, los sociólogos se hacen eco de ella, ta y críticamente los nuevos desafíos que la
aunque la Teoría Crítica no sea una teoría historia social va generando3.
fácilmente encuadrable dentro de su disci- El fallecimiento de Adorno, supone un
plina (Gómez, 2009). Así pues, no es senci- hito en la vida del Institut, y a su muerte
llo hacer un rastreo de esta teoría, lo que me se produce un intenso debate sobre quién
lleva a ceñirme al único enlace institucional va a cubrir su cátedra en la Universidad de
al que se adscribe: el Institut für Sozialsfor- Frankfurt. Se esperaba que su sucesor fuera
1 He omitido por conocida la primera época del Institut, desde 1924 y sus primeros años en Frankfurt hasta
1949, año en que regresan Adorno y Horkheimer a Alemania. Si se desea conocer esta época puede consul-
tarse el libro de Martin Jay (1974).
2 Horkheimer en aquellos momentos, y hasta su muerte en 1973, ocupa el puesto de rector de la Universidad
de Frankfurt.
3 Detlev Claussen, alumno de los seminarios de Adorno y Horkheimer en la década de los años 60 del siglo
pasado, miembro activo del SDS (Federación Socialista de Estudiantes Alemanes), biógrafo posterior de
Adorno y continuador a su manera de la tradición teórico-crítica frankfurtiana, explica que en el proceso
de recogida de información sobre la biografía de Adorno encontró en el Archivo-Horkheimer, abundante
material informativo sobre el golpe de estado en Irak de 1958, así como sobre la revolución china. Para
Horkheimer, explica Claussen, no se trataban de simples acontecimientos sociales, sino que los interpreta-
ba como casos paradigmáticos de lo que denominaban en el Institut como “revolución malograda” y, por
tanto, eran motivo de reflexión (Maiso, 2009). Claussen recogerá esta herencia y posteriormente se centrará
en el estudio de problemas sociales transnacionales buscando nuevas categorías críticas.
Oskar Negt, asistente de Habermas en los se- asumida en los últimos años por Helmut Du-
minarios pero no es así y Negt se traslada a la biel y Axel Honneth, actual director, centran-
Universidad de Hännover, donde genera un do su actual programa de investigación en
círculo de trabajo que intenta desarrollar, de torno a un eje programático, “las paradojas
forma empírica, y ortodoxa, las tesis inicia- de la modernización capitalista”. Siguiendo
les de la primera Teoría Crítica. La dirección el criterio dialéctico adorniano a la hora de
del Institut es asumida por Ludwig von Frie- plantear tesis y antítesis, se pretende elaborar
deburg, codirector con Adorno, hasta 2001, un marco conceptual que interprete las trans-
centrando la investigación en temas como la formaciones socioestructurales que se están
relación entre los estudiantes y la política, el produciendo en las sociedades occidentales,
clima empresarial o la vejez, intentando com- cambios que pueden ser analizados desde la
prender y combatir los procesos de despoliti- doble faz de su progresión ética o de su regre-
zación, privatización y desideologización de sión. Las condiciones laborales, las relaciones
las jóvenes generaciones. Esto último le llevó de género, las condiciones de socialización
a involucrarse en cuestiones de política edu- de las nuevas generaciones en familias que
cativa llegando aceptar el cargo de ministro ya no responden a un modelo tradicional, la
de cultura del Land de Hessen en 19694. incorporación de las nuevas tecnologías al
Curiosamente el Institut apenas se invo- mundo de la cultura, etc., generan tenden-
lucra en la esfera educativa. Únicamente Os- cias paradójicas que son estudiadas desde
kar Negt desarrolla un proyecto escolar, la una perspectiva interdisciplinar (Horkhei-
Glocksee-Schule en Hännover, si bien algunos mer) entre sociólogos, juristas, historiadores,
planteamientos de la Escuela de Frankfurt filósofos y psicólogos del desarrollo.
son recogidos como filosofía educativa en Siguiendo estos criterios, las investiga-
un movimiento denominado genéricamente ciones de estos últimos años se agrupan en
como Pedagogía Crítica, como ejemplifica el torno a las siguientes temáticas:
Proyecto Marburgo, de Klafki5. 1. El cambio estructural de los procesos
Posteriormente Gerhard Schweppen- normativos de integración social, donde se
häusser genera otro grupo de investigación analizan críticamente las consecuencias de
en Lüneburg y retoma la publicación de la una irracional concepción de los principios
Zeitschrift für Kritische Theorie (Revista de Teo- de “rendimiento” y de “responsabilidad”,
ría Crítica) con la que pretende articular un estudiando también los espacios de interre-
foro de discusión donde se recupere el inte- lación cultural donde se confrontan las dife-
rés práctico de la Teoría Crítica de la Socie- rentes concepciones axiológicas y normati-
dad. Interés que Schweppenhäusser define vas sobre el mundo.
como el intento de reconstruir un marco teó- 2. La racionalidad capitalista y el mundo
rico global de las relaciones sociales que per- del trabajo, donde se analizan los cambios
mita la interpretación crítica de los hechos en las formas de relación entre empresario-
aislados, intentando aunar la investigación trabajador y cómo los principios de flexibi-
empírica, la crítica ideológica y la reflexión lidad y desregularización del libre mercado
filosófica6. han afectado negativamente a los trabaja-
Actualmente el Institut se mantiene en dores modificando sus vidas y alienando su
Frankfurt y la dirección del mismo ha sido pensamiento.
4 Sin embargo sus esfuerzos por promover una política educativa que favoreciera la igualdad de oportuni-
dades desató enconados conflictos y a los cinco años presentó su dimisión y las tendencias conservadoras
alemanas no tardaron en deshacer gran parte de su trabajo institucional (Maiso, 2010).
5 Para más información sobre esta recepción pedagógica véase Gimeno Lorente, 1995, pp. 565-693.
6 La Zeitschrift für Kritische Theorie está publicada por la editorial Zu Klampen y es editada por Schweppen-
häusser, desde el otoño de 1995, con unos artículos que responden a una temática central, otra sección más
breve sobre diversas temáticas y una tercera sección de recensiones.
7 Existen otros autores en el área de Centroamérica y Sudamérica que también podrían ser incorporados
a esta clasificación, incluso otros autores europeos que se encuentran próximos a la Teoría Crítica, pero
me ciño a la opinión de Helmut Dubiel y de Axel Honneth, simplemente por motivos prácticos. Tampoco
pretendo hacer un listado exhaustivo, por razones conceptuales que señalaré más adelante.
8 Por ejemplo, Benjamin nunca perteneció institucionalmente al Institut pero fue considerado como un
miembro real del grupo y cobró por sus colaboraciones en la Zeitschrift.
9 Como decía Horkheimer, en su discurso inaugural, se trataba de organizar investigaciones sobre la base de
cuestionamientos filosóficos actuales, en los que se unieran sociólogos, filósofos, historiadores, economis-
tas, psicólogos, en una comunidad de trabajo duradera. El primer grupo de la Escuela de Frankfurt llevó
a la práctica este proyecto. Cada miembro abordaba la temática hacia la que sentía mayor inclinación: la
música o la sociología (Adorno), la literatura (Löwenthal), la psicología y el psicoanálisis (Fomm y Mar-
cuse), la política (Pollock), la economía política y la psicología política (Kircheimer y Neumann), o temas
diversos como los que interesaron a Benjamin…, pero todos ellos mantenían la tensión de ese “ser otro”
contenido en la sociedad, como marco crítico de sus estudios.
10 Este sería, a mi juicio, el referente para un grupo como el de Fedicaria, plataforma de pensamiento crí-
tico en torno a la educación, del que formo parte, que transciende los marcos habituales de producción
de pensamiento en España y que, como sucedía con aquellos primeros frankfurtianos, mantiene plena
independencia y libertad tanto en el pensamiento como en su financiación. Para conocer su pensamiento
puede accederse a los diferentes números de la revista Con-Ciencia Social, vehículo de expresión pública
de este grupo o bien en la página: www.fedicaria.org.
11 El supuesto que subyacía a esta tesis era que la racionalidad humana, genuina, constituía esa base natural,
cuya finalidad es la preservación de la especie humana.
12 Véase en internet: Centro nacional para la enseñanza del pensamiento (National Center for Teaching Thinking)
donde aparece la información sobre este Centro y sus planteamientos.
13 Esta idea de racionalidad como proyecto donde las patologías sociales son fruto de una carencia de ra-
cionalidad, procede de la filosofía política de Hegel. Este, en su Filosofía del Derecho, había establecido un
vínculo entre el progreso histórico y la ética. En su diagnóstico sobre la época Hegel apreciaba la domi-
nancia de unos sistemas de pensamiento e ideologías que impedían la “eticidad” ya lograda, dando lugar
a síntomas de pérdida de sentido. Hegel estaba convencido de que estas patologías sociales eran fruto de
la incapacidad de las sociedades para expresar un potencial racional ya establecido en sus instituciones y
prácticas cotidianas (Honneth, 2005, pp. 448-449).
14 La mayoría de los obreros y empleados entrevistados presentaban una gran carencia de reflexión crítica
apoyando, incluso, las posturas autoritarias fascistas. Véase: Fromm, E.: Arbeiter und Angestellte am Vora-
bend des Dritten Reiches. Eine sozialpsychologische Untersuchung, Stuttgart, 1980 (citado en Honneth, 2009, p.
46, cita a pie de página nº 40 y sin publicar cuando se elaboró el estudio).
buye a crear situaciones de tremenda des- Todas las interpretaciones sobre las for-
igualdad e injusticia sino que ha deformado mas patológicas de una razón desfigurada,
la comprensión de la racionalidad, eliminan- incluyendo a los herederos de la Teoría Crí-
do sus momentos éticos, y dejándola redu- tica en su tercera generación, comparten la
cida a una mera forma instrumental de ob- crítica del capitalismo como forma de orga-
tención de beneficios. Esta tesis se apoya en nización social en la que predominan prác-
la observación sociológica de la ausencia de ticas y modos de pensar que bloquean una
queja y réplica en muchos sujetos que sufren forma de racionalidad que integre lo instru-
estas malas prácticas. Honneth explica esta mental con lo ético.
pasividad por el hecho de que es el mismo Pero ¿de qué capitalismo hablamos y cuál
sistema capitalista quien con una justifica- es su núcleo ideológico frente al que reaccio-
ción, aparentemente racional, de sus prácti- nan críticamente, una tras otra, las diversas
cas llega a convencer a los individuos de que generaciones de la Teoría Crítica? Pues de
éstas, por injustas que sean, son necesarias un capitalismo desbocado que ha roto las
para evitar males mayores, o inevitables por amarras jurídicas que a partir de la Segun-
ser “más racionales”. Honneth entiende que da Guerra, en el s. XX, impuso un modelo
tal engaño (cosificación, alienación, coloni- político, denominado Estado Social o del
zación del mundo de la vida…, dirían otros Bienestar. Este modelo consiguió embridar
autores) sólo puede ser desvelado mediante temporalmente, en algunas sociedades euro-
el análisis empírico de lo que sucede, demos- peas y norteamericanas, un sistema econó-
trando públicamente las injusticias para que mico que contiene en sí mismo el germen del
las personas que sufran la opresión puedan conflicto, y ¿quizá? de su propia destrucción.
poner en cuestión aquellas falsas explicacio- Amparado ideológicamente por un enfoque
nes que, bajo la cobertura de una lógica que desviado del primigenio liberalismo, recla-
esconde los principios normativos en los que ma una y otra vez una libertad de acción que
se apoya, pretendan justificar la desigualdad busca legitimidad en un modelo democráti-
creciente, la ausencia de libertad, el domi- co, todavía muy imperfecto, y va abriendo
nio... Desde los primeros autores de la Teoría camino a un planteamiento de “libre merca-
Crítica, dice Honneth, hubo acuerdo acerca do”, sustentado por unos valores neolibera-
de que la deformación de la razón debía ana- les que combinan estratégicamente la tradi-
lizarse en un marco sociológico. Ya Marx le ción liberal con la comunitaria, y que calan
había dado la vuelta al concepto de razón en los significados y el lenguaje del mundo
hegeliano señalando que la praxis social, en de la vida de la población general, dejando
la que los sujetos luchan por mejorar las con- inermes para la crítica a muchos ciudadanos
diciones de la reproducción material, debía que no acaban de entender las “razones” que
apoyarse no en las coacciones internas del es- pretenden justificar la creciente desigualdad
píritu sino en procesos de aprendizaje orien- y las injusticias derivadas de ésta.
tados por una ciencia empírica que justifica- A este capitalismo salvaje es al que se
ra la realización de una racionalidad íntegra oponen una y otra vez, las voces de la Teo-
(con criterios éticos). Ahora bien, los autores ría Crítica. Sus planteamientos de denuncia
de la Teoría Crítica llegan a la conclusión apuntan a ese “ser-otro” de una sociedad
–fusionando a Marx y a Weber, como hace civil consciente y crítica capaz de generar
Habermas– de que dicho potencial racional unas formas de comunicación sensibles a
del hombre siempre se desarrolla en forma cualquier intromisión de dominio que pue-
de conflictos por el monopolio del conoci- da originarse a través de sus canales. Así
miento y del poder. Por ello, la realización de Habermas, evitando caer en fundamentalis-
la razón hegeliana debe ser entendida como mos normativos, reclama unas instituciones
un proceso de aprendizaje multifacético y sociales y unas formas de interacción huma-
conflictivo en el que el conocimiento se abre na que, bajo la cobertura del principio de
camino aportando mejores soluciones a los igualdad, desbloqueen, vez por vez, las vías
problemas y en contra de la resistencia de los que interrumpen el logro de la justicia y li-
grupos de poder (Honneth, op. cit., p. 457). bertad para todos.
Nuevas categorías para la crítica ideológi- que describe los plexos funcionales que han
ca del capitalismo tenido lugar en periodos históricos concre-
tos y la segunda atañe a la autorreflexión
El modelo de investigación teórico-críti- necesaria que permite elaborar criterios nor-
co que se propone en el Institut a partir de mativos que ponen en cuestión las descrip-
la segunda generación plantea que deben ciones anteriores, señalando los elementos
tenerse en cuenta los rasgos sociohistóricos de injusticia y dominio que han escapado al
específicos de esta época: el entrelazamien- análisis social, con la finalidad de marcar la
to de la política y la economía donde prima vía para una praxis política que transforme
ésta última; un interés por la emancipación las instituciones sociales existentes (Bonss,
y el reconocimiento que no sólo afecta a 2005, pp. 68-69).
cuestiones económicas (aunque no puedan Esta distinción conduce a un modelo de
dejarse atrás); y un destinatario de la crítica investigación social que no puede quedarse
que ya no es una “clase social”15 sino cual- en la simple descripción de los fenómenos
quier ser humano consciente de las viola- sino que debe buscar también una praxis
ciones de la autonomía y la libertad que se transformadora de los sujetos investigados
producen en el mundo. y del propio investigador. En el ámbito de
La interconexión de estos rasgos socia- la investigación de los fenómenos escolares
les deben motivar a la búsqueda de nuevas y educativos el investigador deberá situarse
categorías analíticas que, manteniendo la como observador participante y los sujetos
lucidez de la primera época, puedan dar sobre los que se investiga deberán parti-
respuesta a los nuevos problemas sociales a cipar tanto en la interpretación crítica del
los que nos enfrentamos. Habermas y Hon- fenómeno como en su propia autocompren-
neth aportan nuevas categorías a la investi- sión. Sin extenderme en esta propuesta, por
gación crítica. motivos de espacio, la sugerencia es clara:
Habermas ubica esta conciencia crítica una investigación crítica, sobre el mundo
sobre el plano empírico del mundo de la social y educativo, debe desencadenar, ade-
vida donde se reflejan los momentos inva- más de un nuevo conocimiento, la concien-
sores de la esfera económica. Por ello, con- cia crítica de todos los implicados en ella
sidera que las peores crisis sociales no son (Habermas, 1988).
las del sistema económico o político sino Y en esta conexión de teoría y praxis
las crisis de legitimación e identidad, que surgen algunas cuestiones que Honneth
afectan al ámbito sociocultural. Las crisis de considera que no han sido suficientemente
identidad surgen de la discrepancia entre investigadas dentro de un marco teórico-
unos objetivos políticos que no cumplen con crítico. Se refiere a los motivos por los que
las expectativas de una mejora material y de los individuos, a pesar de conocer las cir-
justicia en la vida social. Esta discrepancia se cunstancias injustas que enmarcan sus vi-
expresa en sentimientos morales de frustra- das, no experimentan una reacción frente
ción, de crisis subjetivas en las historias de a ellas. Para Honneth esta es una cuestión
vida, de indignación frente a las crecientes relevante. Con excepción de las teorías de
desigualdades económicas o de derechos, Foucault que plantean el presupuesto de la
etc… (Habermas, 1989). crítica como transformación de la relación
Al adoptar un paradigma comunicativo del individuo consigo mismo, los análisis
en su enfoque de una teoría social crítica, sociales actuales no indagan las causas de
Habermas introduce una división en la com- por qué algunos individuos no reaccionan
prensión de la crítica que en la primera ge- protestando frente al dominio y aceptan re-
neración quedaba oscurecida: la diferencia signadamente las situaciones de injusticia.
entre la crítica inmanente y la crítica norma- Para estudiar este fenómeno de alienación
tiva. La primera es tarea de una teoría social y la posibilidad se superarlo habría que re-
currir a la psicología social apoyada en una ello si las medidas institucionales (políti-
filosofía moral, piensa Honneth. cas, jurídicas, económicas…) no van acom-
En esa búsqueda de motivación eman- pañadas de razones que puedan compartir
cipatoria, la primera y segunda generación los ciudadanos, éstas suelen ser rechazadas.
de la Teoría Crítica hallaron respuesta en las Pero ¿qué está sucediendo cuando a pesar
tesis nucleares del psicoanálisis de Freud, del incumplimiento de esta expectativa de
donde éste enlazaba con la psicología moral: reconocimiento, como criterio de justicia, los
todo sujeto, consideran, es por principio un ciudadanos siguen sin expresar su repulsa?
sujeto escindido, desgarrado (a causa de las Pues que tales individuos, diría Honneth,
condiciones sociales, añadirán Adorno, Hor- no están dejando aflorar a su conciencia el
kheimer, Habermas…), pero, gracias a un auténtico sentimiento de sufrimiento que
interés intrínseco al ser humano por ampliar tales injusticias les deberían despertar por-
su libertad interior, aquel posee la capacidad que carecen de la formación y sensibilidad
de superar ese desgarramiento (sufrimiento) necesaria para poder experimentarlo. Y aquí
a través de su capacidad reflexiva. entra en juego el mecanismo de la reflexión
Todos los autores de la Teoría Crítica proporcionado por una teoría que se descri-
hablan del sufrimiento moral, subjetivo y be como crítica y los procesos de formación
objetivo, desde diferentes perspectivas y en el aprendizaje de la crítica ideológica.
con variaciones en sus análisis. Así, Ador- Estos procesos de formación no afectan
no dice en Dialéctica Negativa que “el factor sólo a los aspectos cognitivos de la crítica
somático le anuncia al conocimiento que no social, sino a los afectivos. Apela a los senti-
debe haber sufrimiento, que las cosas deben mientos de los sujetos para sentirse solidarios
cambiar” (Adorno, 1984, p. 204). Esta idea con las injusticias ajenas; apela a la concien-
desemboca en la tesis antropológica de que cia moral de empatía para poder experimen-
los sujetos humanos no pueden comportar- tar el sufrimiento ajeno como propio; apela
se con indiferencia ante una restricción de al desarrollo de un equilibrio emocional que
sus facultades racionales porque su auto- permita establecer interacciones equilibradas
rrealización está ligada al presupuesto de la con los otros, en un plano de igualdad, sin
acción cooperativa de su razón, no pudien- dominio ni violencia…, es decir, democráti-
do evitar un sufrimiento psíquico por ello cas. Y todo esto puede ser aprendido y ense-
(Honneth, 2009, p. 48). Esta tesis le sirve a la ñado en muchos lugares, ciertamente, pero
Teoría Crítica para establecer una conexión la institución escolar tiene en esta tarea una
directa entre teoría y praxis. función clave. No solo la de proporcionar el
Honneth añade a lo anterior que la tarea mecanismo afectivo sino la de establecer el
desveladora de la Teoría Crítica debe apo- enlace entre la información-cognición con las
yarse en criterios normativos explícitos que actitudes morales de compasión, solidaridad
superen la contextualidad de los conflictos y responsabilidad. Pero para ello habría que
y que den soporte a las reclamaciones de empezar a pensar y planificar una escuela di-
justicia. Esta tarea se apoya en un principio ferente a la que hoy tenemos…
básico de la Psicología moral: la necesidad
del ser humano de sentirse reconocido por
los demás para poder construir de una for- La necesidad de una nueva “sociedad civil
ma equilibrada su propia identidad16. Hon- crítica”
neth plantea que toda sociedad exige justifi-
caciones sobre el cumplimiento o violación Helmut Dubiel, miembro de la tercera
de esa expectativa profunda, aunque éstas generación del Institut, propone un nuevo
tengan formalizaciones diferentes según el concepto de sociedad civil que puede resul-
contexto cultural en que se producen; por tar interesante tanto para la comprensión de
16 Este concepto procede del Interaccionismo simbólico de G. H. Mead y Honneth lo desarrolla hasta conver-
tirlo en una teoría del reconocimiento recíproco (Honneth, 2007).
17 Dubiel cree que las posturas de Adorno y Horkheimer eran en ocasiones muy ambiguas pues no expli-
citaban si los momentos de dominio, que denunciaban, eran el punto de partida para hacerles frente o el
punto de llegada al que irremediablemente la humanidad había arribado.
18 La dualidad entre espacio público burgués y proletario, opina Dubiel, no puede ser interpretado en clave
de diferencias de clase. Él opina que la sociedad civil es un lugar de pluralidad axiológica y de conflictos
donde existen miles de espacios públicos, pero sin que tal diversificación pueda acotarse empíricamente. En
Estados Unidos la sociedad civil queda definida por el concepto de people y no tiene el referente hegeliano
o marxista de burgués. Se refiere más bien a la idea de ciudadano que abarca a todos los individuos de una
sociedad por marcadas que sean sus diferencias y conflictos comunicativos (Dubiel, 2000, pp. 145-146).
19 Sobre el análisis de las relaciones entre los medios de comunicación y las redes de poder, véase el intere-
sante estudio realizado por Manuel Castells (2009).
con las estrategias de “aparente veracidad al que se incorporan los niños y jóvenes, ésta
informativa” o con la inclusión de opiniones debería tener como objetivo prioritario de la
de “expertos”, que hacen difícil la resisten- educación obligatoria la formación de ciu-
cia de la ciudadanía a su aceptación. dadanos en estas formas de vida democrá-
Pero es aquí donde reside el interés de ticas. Una formación cuya responsabilidad
la propuesta de Negt de crear un espacio de recae en todas las instituciones democráti-
oposición: aquellos que están siendo objeto cas pero que la escuela debería abanderar.
de explotación, los que han perdido su tra- Mas la práctica escolar no ratifica este
bajo por los errores financieros de unos suje- “deber ser”. Para lograr esta finalidad ha-
tos que no asumen ninguna responsabilidad bría que contar con la ilustración crítica de
y aún salen fortalecidos de la situación críti- los agentes educativos, desde los políticos
ca a la que han contribuido, los funcionarios que deciden sobre sus aspectos estructu-
que están siendo utilizados como chivos ex- rales, pasando por los agentes intermedios
piatorios de una burocracia sobredimensio- que deciden sobre su organización (admi-
nada, los discapacitados, ancianos, enfermos nistración local) hasta los docentes. Y este
y dependientes que están siendo pospuestos planteamiento parece conducir a un círcu-
a los intereses del “mercado, etc., etc., es de- lo cerrado, pues los agentes que enseñan
cir, todos aquellos que están presos de una y educan son miembros integrados en una
ideología y unas decisiones políticas y eco- cultura poco proclive a la crítica fundada y,
nómicas que sólo protegen a quienes más en demasiadas ocasiones, carecen de instru-
tienen, deben organizarse y salir al espacio mentos para enseñar a pensar críticamente.
público, a la calle, a las urnas y alzar su voz
de reclamo. Pero para ello necesitan infor-
mación veraz que les permita argumentar, Búsqueda de nuevas categorías críticas,
dar razones que son fundamentalmente de búsqueda de cambio
carácter ético, más que económico, así como
haber desarrollado una sensibilidad moral Para romper este círculo, Hans Joas
y una actitud de solidaridad, esto es, tienen (miembro de la tercera generación del Ins-
que exigir una política que recoja lo que titut) nos ofrece una nueva categoría que
nunca debió perder, ser una actividad regu- puede aportar alguna posibilidad para la
ladora de la vida pública al servicio del bien apertura de vías críticas. Se trata del con-
común, de la mayoría, y con el criterio ético cepto de “acción creativa”. Este autor, si-
de defensa de los más débiles. guiendo la estela del pragmatismo, funda-
La dialéctica de generar momentos de mentalmente de G. H. Mead, aboga por un
oposición en la sociedad civil coloca, según concepto de creatividad que tiene lugar en
Dubiel, a la crítica en el plano de una praxis la acción cotidiana de los actores sociales.
centrada en las discusiones del espacio pú- Esta vida diaria sorprende con situaciones
blico, entendidas en clave democrática. Es inesperadas ante las que las certezas, los sig-
decir, el referente normativo que sustenta la nificados al uso (el sentido común) se vuel-
idea de democracia debe aplicarse a todas ven inoperantes. Esta falta de certidumbre
las formas de vida, desde la esfera privada induce a los actores/agentes a buscar so-
(relaciones interpersonales, familiares, de luciones nuevas, pero esta búsqueda, dado
amistad…) hasta la esfera de la empresa y la el carácter “situado” de la acción, conlleva
economía (consejos de administración don- la interacción y el diálogo con los otros im-
de los trabajadores tengan la misma capaci- plicados en la modificación de contextos de
dad decisoria que los socios capitalistas) y acción institucional. La idea de sociedad
por supuesto, la esfera política (Dubiel, 2000, que se deriva de esta situación es la de un
pp. 109-110), y todas estas interrelaciones de- colectivo en permanente redefinición cuyos
ben estar regidas por el referente de la igual- límites son más laxos de los que buena parte
dad de derechos y de autonomía individual. de la sociología contemporánea pensaba, es
Y volviendo la vista a la escuela como lu- decir, una sociedad dominada por una plu-
gar de socialización, primer espacio público ralidad de proyectos sociales que compiten
por imponerse y que dan lugar a conflictos, Este modelo de “acción creativa” abre
desacuerdos y dominio, en sintonía con el la puerta a la acción crítica al partir del su-
pensamiento trágico de Nietzsche pero que puesto de la capacidad psicológico-social
enlaza con las esperanzas de Horkheimer, que tienen los actores sociales para respon-
Adorno, Habermas, Honneth… y otros, que der de forma nueva a los problemas y retos
encuentran en las oquedades y fisuras de que les plantea una situación determinada
estas situaciones, nuevos proyectos y fines que nunca es igual a otra anterior, lo que les
orientados a una racionalidad preñada de impele a revisar las rutinas y hábitos con los
ética, de lucha por la justicia y la libertad. que actuaban cotidianamente (Farfán, 1999,
Pues bien, tales supuestos son una vía abier- p. 56). Si cada contexto es creador de posi-
ta para una institución como la escolar que, bilidades inexploradas podemos favorecer
en demasiadas ocasiones, parece no poder situaciones donde se ensayen acciones crí-
salir de ese contexto situado en una racio- ticas, donde los alumnos puedan poner en
nalidad instrumental, que ha entronizado contacto las visiones oficiales o dominantes
el valor del beneficio económico en sintonía con perspectivas alternativas y las familias
con la “ideología” capitalista. puedan experimentar experiencias demo-
Así pues, la posibilidad de pensar en cráticas al traspasar el umbral del centro es-
esa “acción creativa” de Joas nos induce a colar de sus hijos.
buscar esas fisuras del sistema, económico Esta categoría, apoyada en una filosofía
e ideológico, que se “impone” también en pragmatista, nos abre también el horizonte
la escuela. Y esta categoría nos fuerza a dar racional de la escuela ya que, como seña-
una vuelta de tuerca a nuestra capacidad de la Joas, el pragmatismo no se apoya en un
pensar y actuar para introducir brechas crí- planteamiento meramente utilitarista sin
ticas tanto en el currículo escolar como en considerar las consecuencias éticas de las
las formas didácticas, procurando enseñar a soluciones que aportan los agentes sociales,
los estudiantes no sólo a buscar información tal como se le ha criticado de forma arbitra-
sino a interpretarla y cuestionarla desde cri- ria. Por el contrario, el éxito o acierto de una
terios de crítica social20. Y en la organización acción tiene como criterio de validez que
escolar también podrían abrirse soluciones las consecuencias derivadas de las mismas
creativas, como dice Joas, desde utilizar la sean moralmente aceptables de forma inter-
expresión pública y escrita que permiten subjetiva (Joas, 1998, pp. 292-293). Por ello,
hoy las nuevas tecnologías (blogs, redes so- si introducimos en la escuela una forma de
ciales…) hasta poner en marcha una organi- acción orientada a la solución práctica de los
zación asamblearia donde todos los agentes problemas cotidianos desde esta filosofía,
educativos junto con los estudiantes pudie- podremos introducir brechas críticas en esa
ran tomar decisiones ensayando y apren- racionalidad instrumental que tan frecuen-
diendo los procedimientos de una raciona- temente rige sus acciones.
lidad crítica, denunciando las interacciones En realidad, la espontaneidad y diversi-
comunicativas que encubren coacción o do- dad de las situaciones escolares que exigen
minio, tomando decisiones sobre la vida es- una inmediatez en las respuestas, donde la
colar que antepongan los valores sociales de interacción humana es una característica ha-
la inclusión, la igualdad, la solidaridad…, y bitual de sus actividades, responde más a la
posponiendo la tarea de obtener títulos aca- categoría de acción creativa que a la de ac-
démicos o la acumulación de conocimientos ción instrumental, por mucha planificación
orientados al beneficio personal. consciente que hagan los profesores de sus
20 Aprovechando las numerosas fuentes de las que disponemos, ¿por qué no enseñar a los alumnos a buscar
distintas interpretaciones y visiones de un mismo hecho y debatir con ellos los valores sociales y éticos
que las sustentan? ¿O enseñarles que los argumentos no son meros instrumentos formales sino que aluden
a contenidos éticos que hay que explicitar? ¿O evaluarles sobre sus competencias para el juicio razonado
y crítico y no sobre la cantidad de información recordada?
acciones. Los profesores tienen que habérse- donde se dirimen las luchas por el poder y
las en la vida escolar con múltiples situacio- el feroz ejercicio del dominio simbólico, y
nes donde no sirven las respuestas planifi- la educación es precisamente un campo de
cadas ni las rutinas y ante las cuales deben batalla donde se aprecian con bastante clari-
utilizar su imaginación y creatividad para dad las luchas ideológicas de poder.
desempeñar su profesión docente, lo que les Si ponemos nuestra mirada crítica en
obliga a actuar como “agentes creativos”. los discursos oficiales y extraoficiales en
Evidentemente esta categoría de acción torno a la educación tendremos que poner
por sí sola no es suficiente para entender la atención tanto en los significados (conte-
el entramado institucional de la escuela, ni nidos, mensajes) que se expresan como en
para abordar la comprensión de todas las los procesos comunicativos donde se gene-
situaciones que en ella se producen ni la in- ran y por los que circulan estos mensajes y,
tervención de sus miembros en ellas. Para por supuesto, en los principios implícitos
eso podemos recurrir a otra categoría crítica bajo cuya cobertura se elaboran. Asimismo
sobre la acción humana que se centra en la habría que fijarse en lo que no se dice, en
“interacción lingüística” y completa esta vi- lo que no “cuenta”. Para ello los principios
sión: la “acción comunicativa” que plantea procedimentales que definen a la categoría
Habermas (1987). de “acción comunicativa” habermasiana
pueden servirnos de guía21.
La imprescindible crítica a la comunica- La educación, en este momento de exa-
ción: un camino a recorrer cerbación de la ideología capitalista, ha
quedado instrumentalizada como arma
El salto reflexivo que nos plantea Haber- arrojadiza en los medios de comunicación.
mas al pasar de una teoría de la acción te- Apliquemos, en un somero ejemplo de sus
leológica a otra que se mueve dentro de un posibilidades, estos principios guía:
paradigma comunicativo nos abre al análi- – Sobre el proceso comunicativo. En los mo-
sis de la comunicación humana. La mayor mentos que estamos viviendo en nuestro
parte de las acciones que se desarrollan en país donde la educación es para algunos po-
la escuela se producen en el plano de la in- líticos una cuestión de “gasto por recortar”,
teracción verbal. En la escuela se habla mu- sus discursos se centran unidireccionalmen-
cho y el modo de interaccionar verbalmente te en la justificación, sin argumentos, de la
ya es una forma de acción. Habermas llama inevitabilidad del recorte educativo para re-
la atención sobre estos procesos comunica- ducir el déficit económico. Pero (y aquí sur-
tivos donde quedan subsumidos tanto los ge el momento dialéctico y de interés crítico)
intereses derivados de una racionalidad ins- ante el rechazo social de los votantes (pues
trumental como los de una razón práctica y a esa categoría ha quedado reducido el
tras los que se esconden los intereses psico- concepto de ciudadano) los representantes
lógicos de dominio, los valores centrados en políticos inician una ronda de interlocucio-
la productividad y rentabilidad económica, nes con los afectados que no es tal sino una
pero, también, los valores de justicia, liber- simple farsa de lo que debería ser un cauce
tad y dignidad humana. En una sociedad de participación ciudadana en una sociedad
como la actual, mal denominada de la infor- realmente democrática. En estas reuniones22
mación, es en el plano de la comunicación no existe diálogo, ni simetría interactiva, ni
21 Para conocer con más detalle los criterios de la “acción comunicativa” aplicados al ámbito escolar, véase
Gimeno Lorente, 2009.
22 Recordemos el plante de los rectores de universidad al ministro de educación, Wert, por haber excluido
del tema de la reunión los temas relacionados con los recortes presupuestarios, o las reuniones mantenidas
con representantes de padres o profesores por algunas Consejerías de Educación, como en Aragón, para
explicar el motivo de estos recortes…
orden social y una cosmovisión conservado- y sobre los procesos interactivos en los que
ra sabe que necesita de la difusión de unos se produce nos dará la luz necesaria para
valores sociales acríticos que permitan man- distinguir el modelo de racionalidad con el
tener a la ciudadanía tranquila y aquiescen- que estamos construyendo nuestra vida so-
te ante las imposiciones de quienes manejan cial en general y la del sistema educativo en
el poder, y el saber, así como presentar sus particular. Y aquí reside la clave para enten-
decisiones como necesarias, inevitables, im- der los patrones de injusticia, desigualdad,
prescindibles… Y para intentar acallar vo- dominio… del totalitarismo ideológico que
ces, se adjudica a los profesores la categoría viene de la mano de un capitalismo que
jurídica de “autoridad”… ha devenido, como denunciaban Adorno y
Y como respaldo a estas reflexiones aten- Horkheimer en Dialéctica de la Ilustración, en
damos, como señala Viñao (2012), a los tér- lo contrario de la libertad.
minos y frases que se repiten una y otra vez Como explica Albrecht Wellmer (1999,
en los discursos de política educativa, en los pp. 36-37), –segunda generación de la Teoría
textos legales de la Administración, en los Crítica– la categoría de “acción comunicati-
medios de comunicación… pero también en va” no implica ningún idealismo epistemo-
las conversaciones cotidianas de las familias, lógico, pues las relaciones de explotación
en las salas de profesores, en las entrevistas económica o política que pueden rastrearse
entre los tutores y las familias…, donde po- y denunciarse a través de ella no quedan di-
dremos vislumbrar cómo de manera progre- luidas en meras incoherencias gramaticales
siva, como “una marea”, se va extendiendo o semánticas. Por ello la acción comunica-
un sistema ideológico de corte neoconserva- tiva como principio categorial nos permite
dor. Palabras, ¿son sólo palabras?: “libertad dar un paso hacia la praxis política y recla-
de los padres para elegir el centro escolar mar una democracia genuina. Sólo si todos
de sus hijos”, “lo público es ineficaz y caro, podemos hablar y decidir como iguales,
lo privado es más eficiente”, “la enseñanza podremos llegar a acuerdos justos. Y aun-
privada es un ejemplo de emprendedores que esto suene complicado en una sociedad
sociales que hay que apoyar” , “la enseñanza compleja y plural, podríamos empezar por
privada debe recibir fondos públicos porque nuestras escuelas, y empezar a entenderlas
responde a una demanda social”, “los objeti- y vivirlas desde el prisma de una comuni-
vos del currículo deben ser definidos como cación libre de dominio… Y ¡ojalá! estos
competencias”, “las familias y los alumnos sean los mimbres con los que se construyan
son los clientes del servicio escolar” “los los movimientos actuales de protesta en los
profesores no están suficientemente prepa- centros escolares25…
rados”, “los docentes que son funcionarios
son rácanos con su tiempo laboral”, “la re-
ducción del gasto en educación es un mal in- A modo de conclusión
evitable ante el desfase del déficit público”…
Viñao concluye: “La educación, en síntesis, Estamos viviendo unos momentos críti-
deviene en una mercancía en la que lo rele- cos, y no solo porque nos sintamos inermes
vante no es su valor de uso, sino de cambio frente a un poder económico que fagocita
(…). Un mercado más, abierto al beneficio a los débiles, sino porque estamos “huérfa-
privado y destinado a inculcar la ideología nos” de pensamiento crítico y de referentes
que lo sostiene” (Viñao, 2012). teóricos y éticos. No podemos obviar nuestra
Sobre todos estos significados hay que responsabilidad de colaborar –como inten-
aplicar el rodillo de la crítica ideológica. tamos desde Fedicaria– en el desarrollo de
Sólo una reflexión sobre el lenguaje, su uso ciudadanos críticos que tomen las riendas de
25 Denominados a fecha de entrega de este artículo como “marea verde” y sobre los que todavía no puede
hacerse un juicio crítico. Cuando el artículo salga a la luz dispondremos de más información.
la vida colectiva y que, en pleno ejercicio de HABERMAS, J. (1988). La lógica de las Ciencias So-
una corresponsabilidad solidaria con el res- ciales. Madrid: Tecnos.
to del mundo, luchen por una sociedad más HABERMAS, J. (1989). Problemas de legitimación en
justa y menos desigual. Para ello la Teoría el capitalismo tardío. Buenos Aires: Amorrortu.
Crítica sigue ofreciéndonos unos principios HOLDER, S. (2009-2010). Samuel Holder (2009-
de racionalidad ética y comunicativa que nos 2010). Descubriendo a Oskar Negt y a la co-
pueden orientar en la búsqueda permanen- rriente cálida de la Teoría Crítica. Transver-
te, y siempre inacabada, de ese “ser-otro”. sales, 17, 10. <http://www.trasversales.net/
t17sh.htm>. (Consultado el 2 de Agosto de
2012).
HONNETH, A. (2005). Una patología social de
REFERENCIAS la razón: Acerca del legado intelectual de la
Teoría crítica. En Leyva, G. (ed.). La teoría crí-
ADORNO, Th. W. (1984). Dialéctica negativa. Ma- tica y las tareas actuales de la crítica, Barcelona:
drid: Taurus. Anthropos, pp. 444-468.
BONSS, W. (2005). ¿Por qué es crítica la Teoría HONNETH, A. (2007). Reificación: un estudio en la
Crítica? En Leyva, G. (ed.). La Teoría Crítica y teoría del reconocimiento. Buenos Aires: Katz.
las tareas actuales de la crítica. Barcelona: UAM- HORKHEIMER, M. (1974). Teoría tradicional y
Iztapalapa/Anthropos, pp. 47-83. teoría crítica. En Teoría Crítica. Buenos Aires:
CASTELLS, M. (2009). Comunicación y poder, Ma- Amorrortu, pp. 223-271.
drid: Alianza Editorial. JAY, M. (1974). La imaginación dialéctica. Una histo-
DUBIEL, H. (1993). Leo Löwenthal. Una conversa- ria de la escuela de Frankfurt. Madrid: Taurus.
ción autobiográfica. Valencia: Alfons el Magnà- JOAS, H. (1998). El pragmatismo y la teoría de la so-
nim. ciedad. Madrid: CIS.
DUBIEL, H. (2000). La teoría crítica: ayer y hoy. MAISO, J. (2009). Teoría Crítica y experiencia
México: Plaza y Valdés. viva. Entrevista con Detlev Claussen. Cons-
FARFÁN, R. (1999). Ni acción, ni sistema: el tercer telaciones. Revista de Teoría Crítica, 1, 105-159.
modelo de acción de Hans Joas. Sociológica, MAISO, J. (2010). Ludwig von Friedeburg. Cons-
40, 35-63. telaciones. Revista de Teoría Crítica, 2, 261-265.
GIMENO LORENTE, P. (1995). Teoría crítica de la VIÑAO, A. (2012). El desmantelamiento del de-
educación, Madrid: UNED. recho a la educación: discursos y estrategias
GIMENO LORENTE, P. (2009). Comunicación y neoconservadoras. En: <http://es.scribd.com/
Didáctica Crítica. Barcelona: Ocatedro-MEC. doc/88251368/ EL-DESMANTELAMIENTO-
GÓMEZ, V (2009). La teoría crítica en España. DEL-DERECHO-A-LA-EDUCACION-DISCUR-
Aspectos de una recepción. Constelaciones. Re- SOS-Y-ESTRATEGIAS-NEOCONSERVADORAS>.
vista de Teoría Crítica, 1, 3-35. (Consultado el 23 de Septiembre de 2012).
HABERMAS, J. (1987). Teoría de la acción comuni- WELLMER, A. (1990). Comunicación y emanci-
cativa, vol I. Madrid: Taurus. pación. Isegoría, 1, 15-48.