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DERECHO ROMANO II

TEMA Nº 3

EL CONTRATO

Para que exista un contrato, debe existir primero una convención, por eso
debemos buscar el significado de la palabra convención, convención, del latín
CONVENTIO que significa convenir o venir juntos.

Convención es cuando dos o más personas se ponen de acuerdo respecto a un


objeto determinado, es decir, que estas personas formalizan una convención
determinada a producir un efecto jurídico, teniendo el propósito de: crear,
modificar o extinguir un derecho.

Es de las convenciones que tienden a crear un derecho y ese derecho origina el


contrato.

DEFINICIÒN

El contrato, era entre los romanos toda convención destinada a producir


obligación.

Aunque el derecho natural reconocía que si el objeto de la convención era lícito,


aquel que se había comprometido libremente, estaba obligado, porque toda
convención lícita era legalmente obligatoria, pero el derecho romano jamás admitió
ese principio de forma absoluta y aun en la época de Justiniano, por los días
finales del imperio, el simple pacto, no bastaba para crear la obligación civil.

El derecho civil solo reconocía la obligatoriedad si esta estaba acompañada de


ciertas formalidades, que dieran fuerza y certidumbre al consentimiento de las
partes, para así evitar pleitos y encerrar los límites precisos de las voluntades.

Estas formalidades consistían en; palabras solemnes, menciones escritas y la


remisión de una cosa hecha por una de las partes a la otra

DIFERENCIA ENTRE CONTRATO Y CONVENCIÒN.

El convenio es el género y el contrato es la especie; es decir, ambos son actos en


donde se manifiesta el acuerdo de voluntades para recibir derechos o cumplir
obligaciones, pero no todos los convenios son contratos, aunque todos los
contratos son convenios.
La diferencia estriba en las formalidades con que se levantan los contratos, que
son indudablemente muchas más que las que deben observar los convenios. Lo
cual, significa que la diferencia entre ellos es la formalidad.

No todo acuerdo de voluntades es considerado contrato, sino solamente aquellas


relaciones a las que la ley atribuye el efecto de engendrar obligaciones civilmente
exigibles.

ELEMENTOS DEL CONTRATO

En el derecho romano los contratos contaban con tres partes; a saber:


1.- El consentimiento de las partes.
2.- Su capacidad.
3.- Un objeto valedero.
4.- Una causa (el motivo del nacimiento del contrato)
El consentimiento: Es el acuerdo voluntario de dos o varias personas que se
entienden para producir un efecto jurídico determinado, este es el acuerdo base
de todo contrato.
Para que pueda haber un acuerdo valedero, es necesario que la persona tenga
voluntad, el loco ni el niño pueden contratar.
Tampoco hay acuerdo cuando una de las partes ha cometido un error tal que en
realidad no esta de acuerdo con la obligación que han querido contraer.
Los romanos consideraban que el error común era exclusivo del consentimiento
en las circunstancias siguientes:
a) Cuando las partes se equivocaban sobre la naturaleza del contrato.
b) Cuando las partes no entendían sobre el objeto mismo del contrato, sea el
contrato de buena fe o contrato de derecho estricto.
También puede ocurrir el error de que una de las partes se engañe sobre la
sustancia, es decir, sobre las calidades especiales que constituían la naturaleza
de una cosa (error in substancia) por ejemplo: vinagre por vino; cobre por oro, etc.
En estas hipótesis, el acuerdo falta absolutamente, pero hay otras donde el
acuerdo existe pero adoleciendo de ciertos vicios que han impedido a la voluntad
manifestarse libremente, estos son:
A.- El dolo.
B.- La violencia.
C.- El error.
El Dolo: Se entiende por dolo, a las maniobras fraudulentas empleadas para
engañar a una persona y determinarlo a dar su consentimiento a un acto jurídico.
La Violencia: La violencia consiste en el apremio material o moral que realiza una
de las partes a la otra, infundiéndole un temor suficiente para forzarla a dar su
consentimiento.
Como el dolo no impide que el contrato sea civilmente valido, porque el acuerdo
de las partes existe, la persona que ha cedido por temor podía elegir entre dos
partidas; no soportar la violencia, o consentir en el acto que se le ha querido
imponer.
Si ha consentido por temor, pero ha consentido, entonces está, obligado por
contrato.
El Error: Se da cuando existe una equivocación sobre el objeto del contrato, o
sobre alguno de sus aspectos esenciales.
El error es motivo de nulidad del contrato cuando recae sobre la naturaleza del
contrato (quería hacer un arrendamiento e hizo una compra-venta), sobre la
identidad del objeto, o sobre las cualidades específicas de la cosa.
De la capacidad de las partes.

Para que un contrato sea valido es preciso que se forme entre personas capaces
de aparecer con su propio nombre en un contrato, sin que se confunda capacidad
con imposibilidad de consentir.

El loco y el niño, no pueden contratar, porque no tienen legalmente la voluntad y


por consiguiente, no pueden consentir.

Los incapaces por el contrario, gozan del libre albedrío y pueden manifestar
formalmente su voluntad; pero el derecho civil, por diversas razones, anula su
consentimiento.

La capacidad, es la regla; la incapacidad es la excepción y no existe sino en la


medida en que es pronunciada por el derecho.

Algunas incapacidades alcanzan a las personas libres, y tienen su causa en la


protección del incapaz; son las que se derivan de: la falta de edad, de la
prodigalidad y del sexo, es bueno recordar que la mujer estaba casi siempre
sometida a la manus de su marido o de su padre y que no podía concertar nada
sin el consentimiento de uno u otro.

Las otras incapacidades afectaban a los esclavos, quienes podían, en algunos


casos contratar, pero solo a nombre de su amo.

El objeto del contrato: El contrato formado por el acuerdo voluntario entre


personas capaces debía aun, para ser válido, tener un objeto que reuniera ciertas
condiciones:

1.- El objeto debe ser posible físicamente.


2.- El objeto debe ser lícito, es decir de acuerdo a la Ley, a la moral y a las buenas
costumbres
3.- El objeto debe ser suficientemente determinado y determinable (cuantificable
en dinero), pues es necesario que deba ser preciso para que haya más
certidumbre y claridad.
La causa: Es el fin inmediato perseguido por el deudor al contraer la obligación (la
compra-venta, el arrendamiento, la prenda, etc.).
CLASIFICACIÒN DE LOS CONTRATOS
1.- Por su Perfeccionamiento.
A.- “Verbis”: Cuando se perfeccionan por las palabras. Son la “dictio dotis”, el
“iusiurandum liberti” y la “stipulatio”. Estos contratos se perfeccionan por medio de
las palabras, bajo ciertos requisitos.

B.- “Litteris”: Cuando se realizan por menciones escritas. El contrato “litteris” se


perfecciona por medio de menciones escritas llamadas “nomina transcriptitia”, y
que literalmente significa nombres que son transcritos, nombres de los deudores
que aparecen en el “codex” o libro de caja del acreedor, con las cantidades que
por ellos le son debidas.

C.- “Re”: Cuando son perfectos por la entrega de la cosa. Los contratos “re”,
mutuo o préstamo de consumo, comodato o préstamo de uso, depósito o prenda,
se perfecciona por la entrega de la cosa (“Re”), pues se consideró con razón que
nadie estaba obligado a devolver si previamente no había recibido.

D.- “Consensu”: Cuando para su perfeccionamiento basta el consentimiento de las


partes. Los contratos consensuales, compraventa, arrendamiento, sociedad y
mandato, son perfectos por le sólo consentimiento de las partes; son el polo
opuesto de los contratos formales y solemnes del antiguo derecho civil.

2.- Por la Manera de Interpretarlos.


A.- Contratos de Derecho Estricto: Dentro de estos tenemos a los contratos
“verbis, litteris, mutuum”, que tienen como sanción a la “condictio”.
B.- Contratos de buena fe: Se debe arreglar según la equidad, pudiendo el juez,
para dictar una sentencia justa, interpretar la voluntad de las partes y no atenerse
sólo a la forma externa del acto.
3.- Por sus Efectos sobre las Partes.
A.- Unilaterales: Son los que sólo engendran obligación para el deudor.
B.- Sinalagmáticos: Son los de buena fe y son aquellos que producen obligaciones
para todas las partes contratantes.
4. Contratos Nominados y Contratos Innominados.
A.- Nominados: Son todos aquellos que fueron aceptados y dotados de acción,
para sancionar su cumplimiento, en la época clásica del Derecho Romano y fueron
los contratos “verbis, litteris, re” y consensuales.
B.- Innominados: Son los que no aparecían en la clasificación clásica de los
contratos y que no habían sido aceptados ni sancionados por el derecho (doy para
que des, doy para que hagas, hago para que des, hago para que hagas)
EL CUASI CONTRATO
Definición: En el Derecho Romano, existían otros hechos generadores de
obligaciones aparte de los contratos y de los delitos, que tenían como fuente un
hecho lícito y a los cuales se les aplicaba reglas contractuales, como si fueran
contratos denominándolos cuasi contratos.
CLASES DE CUASI CONTRATOS
Entre los principales cuasi contrato reconocidos por el Derecho Romano, tenemos:
1.- La Gestión de Negocios: En virtud del cual, una persona administraba un
negocio ajeno, sin haber sido encargada para ello.
2.- El Pago de lo Indebido: Se considera un cuasi contrato, por cuanto existe el
hecho lícito voluntario del que paga y que genera la obligaciòn de restituir lo
indebidamente percibido, por parte del que recibe dicho pago.
3.- El Enriquecimiento sin Causa: Existe cuando una persona aumenta su
patrimonio sin causa legítima que lo justifique.
4.- La Tutela y La Curatela: Cuando el tutor o el curador, aceptan esos cargos que
son lícitamente voluntarios y que crean obligaciones para sí mismos así como
también, para terceros sin que exista un contrato que los haya creado.
5.- La Indivisión: Se esto, cuando existen varios herederos de un solo patrimonio
que han aceptado la herencia, provocando una situación de indivisión, trayendo
como consecuencia para los herederos: Partir la herencia y si es el caso, pagar las
deudas del de cujus.
6.- La Adquisición de la Herencia: Por cuanto el que adquiere la herencia, por el
solo hecho de aceptarla, crea obligaciones para sí mismo.

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