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-Tributos de cuota fija donde la ley fija el hecho imponible y directamente la cantidad a pagar
(como en algunas tasas)
-Tributos de cuota variable, en los que la ley fija el hecho imponible pero no la cuota a pagar que
se determina en función de la base imponible y del tipo de gravamen.
El artículo 50 define la base imponible como la magnitud dineraria o de otra naturaleza que resulta
de la medición o valoración del hecho imponible. Hay dos tipos de base imponible:
a) Estimación directa
b) Estimación objetiva
c) Estimación indirecta
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2.2 ESTIMACIÓN OBJETIVA
Este método renuncia al conocimiento cierto y exacto de la base imponible, ya que se determina
en función de la aplicación de las magnitudes, índices, módulos o datos previstos en la normativa
de cada tributo (art. 52).
En caso de que el contribuyente haya optado por este sistema, no podrá oponerse al resultado de
su aplicación, aunque demuestre que su base real por estimación directa es inferior. Igualmente
tampoco nunca podrán gravarse las ganancias patrimoniales que pudieran producirse por la
diferencia entre los rendimientos reales y los que se deriven de la aplicación del régimen de
estimación objetiva.
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2º La aplicación del método de estimación indirecta no requerirá acto administrativo previo que
lo declare.
3º Los datos y antecedentes utilizados para la aplicación del método de estimación indirecta
podrán proceder de cualquiera de las siguientes fuentes:
4º En caso de imposición directa, se podrá determinar por el método de estimación indirecta las
ventas y prestaciones, las compras y gastos o el rendimiento neto de la actividad. La estimación
indirecta puede referirse únicamente a las ventas y prestaciones, si las compras y gastos que
figuran en la contabilidad o en los registros fiscales se consideran suficientemente acreditados y
viceversa.
5º En el caso de tributos con periodo de liquidación inferior al año, la cuota estimada por la
Inspección de forma anual se repartirá linealmente entre los periodos de liquidación
correspondientes.
3. BASE LIQUIDABLE
La definición viene en el artículo 54: << la base liquidable es la magnitud resultante de practicar,
en su caso, en la base imponible las reducciones establecidas en la ley>>.
Las reducciones obedecen al interés del legislador de conceder un trato favorable a determinados
contribuyentes por razones como:
En el caso de que no existan reducciones, la base liquidable coincidirá con la base imponible.
Se desaconsejan en impuestos progresivos pues las reducciones benefician más a las bases mas
altas.
4. TIPO DE GRAVAMEN
4.1 CONCEPTO
El artículo 55 lo define como: >> la cifra, coeficiente o porcentaje que se aplica a la base
liquidable para obtener como resultado la cuota íntegra>>.
Si la base imponible expresa la capacidad económica del sujeto pasivo, el tipo de gravamen indica
que porción de esa capacidad económica o riqueza se reserva el ente público acreedor del tributo
para sí.
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4.2 CLASES
El artículo 55 determina que los tipos de gravamen puede ser específicos o porcentuales y deberán
aplicarse según disponga la ley.
Podemos distinguir:
-Tipo de gravamen específico: es una suma de dinero fijo que ha de pagarse por cada unidad de
la magnitud que constituye la base.
-Tipo de gravamen porcentual o ad valorem: porcentaje que se aplica sobre la base liquidable y
se puede clasificar en:
-Progresiva por escalones: en este caso la base imponible aparece dividida en tramos o
escalones a cada uno de los cuales se aplica el porcentaje que le corresponda.
La progresividad no depende sólo de los tipos sino también de los beneficios fiscales
(deducciones, exenciones, etc.)
5. CUOTA TRIBUTARIA
En el artículo 56 se definen:
-La cuota líquida será el resultado de aplicar sobre la cuota íntegra las deducciones,
bonificaciones, adiciones o coeficientes previstos en la ley de cada tributo.
-La cuota diferencial será el resultado de minorar la cuota líquida en el importe de las deducciones,
pagos fraccionados, retenciones, ingresos a cuenta y cuotas, conforme a la normativa de cada
tributo.
6. COMPROBACIÓN DE VALORES
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a) Capitalización o imputación de rendimientos al porcentaje que la ley de cada tributo
señale.
b) Estimación por referencia a los valores que figuren en los registros oficiales de carácter
fiscal.
c) Precios medios en el mercado.
d) Cotizaciones en mercados nacionales y extranjeros.
e) Dictamen de peritos de la Administración.
f) Valor asignado a los bienes de las pólizas de contratos de seguros.
g) Valor asignado para la tasación de las fincas hipotecadas en cumplimiento de lo previsto
en la legislación hipotecaria.
h) Precio o valor declarado correspondiente a otras transmisiones del mismo bien.
i) Cualesquiera otros medios que específicamente se determinen en la ley de cada tributo.
A estos métodos debe añadirse la tasación pericial contradictoria, como instrumento para
confirmar o corregir las valoraciones resultantes de la aplicación de los métodos anteriores.
-Plantear cualquier cuestión relativa a la valoración con ocasión de los recursos o reclamaciones
que se interpongan contra el acto de regularización.
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Es la ley de cada tributo la que establece la obligación de notificar a terceros interesados el valor
comprobado para que puedan promover también su impugnación o la tasación pericial
contradictoria.
La regula el artículo 135 y el RGGI. Es un medio extraordinario de comprobación que tiene por
objeto la corrección de la valoración administrativa que haya resultado de la aplicación de los
medios ordinarios de comprobación de valores. Se realiza a instancia del interesado, que ha de
promoverla:
• Dentro del plazo del primer recurso o reclamación que proceda contra la liquidación
efectuada de acuerdo con los valores comprobados administrativamente.
• Si la normativa lo prevé, contra el acto de comprobación de valores debidamente
notificado.
Tanto la Administración como el sujeto pasivo pagan a su propio perito, pero cuando la tasación
del tercer perito fuese superior en un 20 por ciento al valor declarado, todos los gastos del perito
tercero serán abonados por el obligado tributario. En el caso de ser inferior, serán de cuenta de la
Administración.
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e) Por caducidad, si se produce la paralización del procedimiento por causa imputable al
obligado por un plazo de 3 meses, tomándose el valor comprobado que hubiera servido
de base en la liquidación inicial.
7. DEUDA TRIBUTARIA
En el artículo 58: << la deuda tributaria estará constituida por la cuota o cantidad a ingresar que
resulte de la obligación tributaria principal o de las obligaciones de realizar pagos a cuenta.
a) El interés de demora.
b) Los recargos por declaración extemporánea.
c) Los recargos del periodo ejecutivo.
d) Los recargos exigibles legalmente sobre las bases o las cuotas, a favor del Tesoro.
Las sanciones tributarias no formarán parte de la deuda tributaria, si bien son objeto de
declaración por la Hacienda Pública.
Es una prestación accesoria que se exige a los obligados tributarios como consecuencia de la
realización de un pago fuera de plazo, con las especialidades del periodo ejecutivo; de la
presentación de una autoliquidación o declaración a ingresar una vez finalizado el plazo
establecido en la normativa tributaria con ciertas salvedades (declaraciones extemporáneas sin
requerimiento previo, suspensiones, aplazamientos…)
El interés de demora se calculará sobre el importe no ingresado en plazo o sobre la cuantía cobrada
improcedentemente y resultará exigible durante el tiempo por el que se extienda el retraso del
obligado (no se computarán los periodos o excesos de tiempo imputables al incumplimiento por
la Administración de los plazos legales de resolución establecidos en el procedimiento por la
norma)
El interés de demora será el interés legal del dinero vigente, incrementado un 25 por ciento (salvo
que la LPGE fije otro distinto). En los supuestos de aplazamiento, fraccionamiento o suspensión
de deudas garantizadas mediante aval solidario de entidad de crédito o sociedad de garantía
recíproca o mediante certificado de seguro de caución, el interés de demora será el interés legal.
Son prestaciones accesorias que deben satisfacer los obligados tributarios como consecuencia de
la presentación de autoliquidaciones o declaraciones fuera de plazo sin requerimiento previo de
la Administración. Es requerimiento previo cualquier actuación administrativa con conocimiento
formal del obligado tributario conducente al reconocimiento, regularización o a la liquidación de
la deuda.
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Si la presentación de la autoliquidación se efectúa dentro de los 3, 6, ó 12 meses siguientes al
plazo establecido para la presentación e ingreso, el recargo será del 5, 10 ó 15 por ciento,
respectivamente. El recargo se calculará sobre el importe a ingresar resultante de las
autoliquidaciones y excluirá las sanciones y los intereses de demora.
Una vez transcurridos los 12 meses, el recargo será del 20 por ciento y excluirá las sanciones que
hubiera podido exigirse.
En este último caso, se exigirán los intereses de demora por el periodo transcurrido a partir de los
12 meses hasta el momento de la presentación.
Para que pueda ser aplicable lo anterior, las autoliquidaciones deberán identificar el periodo
impositivo de liquidación al que se refieren y dichos datos del periodo.
-Se realice el ingreso del 75 por ciento restante del recargo en el plazo establecido por el artículo
62.2 de la LGT
-Se realice el ingreso total del importe de la deuda resultante de la autoliquidación extemporánea
en el momento de su presentación o de la liquidación practicada por la Administración en el plazo
establecido por el artículo 62.2 de la LGT.
Son de tres tipos, y son incompatibles entre sí y se calcularán sobre la totalidad de la deuda no
ingresada en periodo voluntario:
a) El recargo ejecutivo será del 5 por ciento y se aplicará cuando se satisfaga la totalidad de
la deuda no ingresada en periodo voluntario y antes de la notificación de providencia de
apremio.
b) El recargo de apremio reducido será del 10 por ciento y se aplicará cuando se satisfaga la
totalidad de la deuda no ingresada en periodo voluntario y el propio recargo antes de la
finalización del plazo previsto en el artículo 62.5 para las deudas apremiadas.
c) El recargo de apremio ordinario será del 20 por ciento y será aplicable cuando no
concurran las circunstancias anteriores.
El recargo de apremio ordinario es compatible con los intereses de demora. Cuando resulte
exigible el recargo ejecutivo o el recargo de apremio reducido no se exigirán los intereses de
demora devengados desde el inicio del periodo ejecutivo.
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4º Finalmente, los recargos sobre bases o cuotas fijados por ley a favor del Tesoro o de otros entes
públicos tienen como finalidad la financiación de estos y forman parte de la deuda tributaria.